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SERVICIO NACIONAL DE APRENDIZAJE

SENA
REGIONAL RISARALDA
CENTRO ATENCION SECTOR AGROPECUARIO

Documento preparado por:


JUAN CARLOS TORO GALLEGO
Instructor Área Ambiental

CLASIFICACION DE LAS PLANTAS

SEGÚN SU CONSISTENCIA  (Desarrollo del Tallo)


 
- Herbáceas: son aquellas plantas cuyos tallos, independientemente de su tamaño, no han
desarrollado estructuras leñosas por lo que su consistencia es más o menos blanda, tierna, flexible
y jugosa. A la mayoría se las conoce como hierbas (aunque el término hierba se refiere a las
herbáceas que mueren después de su estación de crecimiento). Las plantas herbáceas pueden ser
anuales, bianuales, perennes o vivaces.
 
- Leñosas: son aquellas plantas cuyos tallos, independientemente de su tamaño, han desarrollado
estructuras leñosas por lo que su consistencia es dura y rígida. A la mayoría se le conoce como
árboles o arbustos y a otras como matas. Las plantas leñosas sólo pueden ser perennes.
 
- Semileñosas: están entre los dos anteriores y son aquellas plantas cuyos tallos han desarrollado
una estructura de consistencia intermedia entre herbácea y leñosa.
 
- Suculentas: son aquellas plantas con tallos verdes, que realizan la fotosíntesis, son esponjosos,
poco consistentes y que están especializados en almacenar agua. Los cactus  y crasas son
suculentas.
SEGÚN  SU CICLO DE VIDA LAS PLANTAS HERBÁCEAS PUEDEN SER:
 
- ANUALES: Son aquellas herbáceas  cuyo ciclo vital completo se desarrolla dentro de una única
estación de crecimiento. Se las conoce como plantas de temporada. En un mismo año las semillas
germinan, se forman todas las partes vegetativas de la planta (raíz, tallos y hojas), se produce la
floración y formación de nuevas semillas y la planta muere, por lo general con los primeros fríos.
Las semillas son altamente resistentes al frío y la desecación.   Dependiendo de la especie a la que
pertenezcan, las sembraremos a principios de año en recipientes, resguardadas de la climatología,
o directamente en el suelo si pueden resistir el frío. Se utilizan principalmente  para los parterres y
macizos de temporada. Ofrecen mucha versatilidad al jardín, ya que se puede variar    todos los
años de especie, color o altura, según la planta que elijamos. Se colocan muy juntas entre ellas
para que la floración sea aún más exuberante.    Se pueden subdividir en resistentes
(generalmente se siembran en primavera en el lugar definitivo que van a ocupar porque resisten
las condiciones adversas del clima), semi-resistentes (generalmente no resisten las heladas por lo
que se siembran previamente en un emplazamiento protegido y después se llevan al lugar
definitivo sin riesgo de fríos intensos) y susceptibles (generalmente no soportan ni siquiera los
fríos ligeros por lo que deben estar en interiores o invernaderos). Entre otras plantas son anuales:
Agerato, Alegría de la casa, Amaranto, Antirrino, Calendula, Celosías, Cosmos,  Alhelí amarillo,
Girasol,   Petunia, Tagetes, etc.
 

-   BIANUALES O BIENALES: son aquellas que precisan dos estaciones de crecimiento para


completar su ciclo vital, que se da en dos fases. Tras la germinación se forman un tallo corto, una
roseta de hojas próximas al suelo y una raíz normalmente modificada para almacenar alimento, al
llegar el frío el desarrollo se detiene y la planta pasa el invierno en estado de latencia. Una vez
pasado el frío moviliza las reservas almacenadas, florece, fructifica y forma nuevas semillas
después muere. Como las anuales son herbáceas. Se  siembra al final de la primavera o durante el
verano.   Algunas de las plantas de temporada que se utilizan en  el jardín son bianuales, aunque
debido al clima suelen morir en una sola temporada porque no aguanta las sequías o las heladas.
Entre otras plantas son bianuales: Alcaravea, Angelica, Campanula rapunculus, Digitalis purpurea,
Onagra, Pensamiento, Viola Cornuta, etc.
 
 

SIEMBRA DE ANUALES Y BIANUALES


 
Podemos sembrar directamente en la tierra o en macetas, pero se han de cumplir tres condiciones
indispensables: un suelo apropiado, calor y humedad. Las semillas germinarán mejor en una tierra
rica, que la compraremos o la prepararemos mezclando  tierra negra, arena y turba.
 
- Si la sembramos en recipientes, primeros cubriremos el fondo con una capa de gravilla, para
garantizar  el drenaje. Después, rellenaremos el recipiente con el compuesto de tierra hasta 1 o 2
centímetros del borde. Nivelar el substrato y esparcir las semillas   con la mano. Las Cubriremos  
con un espesor de substrato similar al diámetro de éstas. Si son muy finas, simplemente las
asentaremos. Si las semillas son gordas, primero haremos en el substrato, unos pequeños surcos
separados 3 centímetros entre sí,  colocaremos las semillas y las cubriremos. Una vez hayamos
hecho la siembra colocaremos  el recipiente dentro de otro  que contenga agua para que la
humedad suba por la tierra hasta la superficie. Cuando el substrato ya esté húmedo, lo sacaremos
y lo cubriremos   con un cristal. Para evitar que se formen gotas de condensación, colocaremos
una cuña de madera entre el recipiente  y el cristal. Colocaremos el recipiente en   un invernadero
o algún lugar resguardado del frío y del aire,   las semillas captarán el calor y acabaran germinando
con la luz. Las semillas las regaremos con un pulverizador creando una fina lluvia. Si el sol es
demasiado fuerte protegeremos  la maceta. Cada día debemos lavar el cristal y colocarlo en una
posición diferente. Cuando el recipiente se haya quedado pequeño o las plantas ya tengan un
tamaño que nos permitan su trasplante, las repicaremos y levantaremos la tierra con cuidado para
extraerlas. Las plantaremos en un recipiente de mayores dimensiones con una separación entre sí
de 5 centímetros Haremos  agujeros   y colocaremos las plantas y la tierra a su alrededor. Después
las regaremos. Cuando las plantas estén lo suficientemente desarrolladas, tengan más  de 6 hojas
o un grosor de tallo adecuado, las cambiaremos a tiestos con turba comprimida que colocaremos
en una habitación sin calefacción pero con buena ventilación y claridad. A mediados de mayo
podemos trasladarlas al exterior.
 
- Para sembrar  en plena tierra  deberemos preparar antes el suelo. Removeremos la tierra con
una pala en otoño aproximadamente unos 30 centímetros   Si la tierra es pobre añadiremos
estiércol o los productos necesarios para su corrección. En primavera, rastrillaremos ligeramente
para nivelar la superficie y eliminar piedras y raíces.   Marcaremos unos  pequeños surcos en línea
recta y paralelos entre sí, y    colocaremos las semillas mezcladas con un poco de arena. Una vez
sembrada  toda la superficie, las cubriremos con una fina capa de humus y las hundiremos un poco
con el rastrillo. Con la parte plana del rastrillo aplanaremos la tierra y la regaremos ligeramente
con un pulverizador. Hasta el momento de la germinación protegeremos la siembra de la lluvia
con un plástico. Cuando empiecen a brotar  deberemos  arrancar las que estén muy juntas y sean 
más débiles. Dejar  la separación indicada en el envase de las semillas, que normalmente es de 2/3
de la altura de una planta adulta.
   
 
PLANTAS VIVACES
 
Son aquellas que permanecen vivas durante más de dos años y son capaces de sobrevivir al
invierno.  Su parte aérea se seca  cada año hasta la temporada próxima, donde surgirán de nuevo,
ya que  la raíz permanece viva debajo de la tierra. Ofrecen espectaculares floraciones en
primavera u otoño, según su ciclo. Las bulbosas por ejemplo son vivaces. Dentro de las vivaces,
existe un grupo de plantas que no pierden los tallos ni las hojas, permaneciendo verde durante
todo el año, son las llamadas plantas perennes. La siembra es la misma que para las plantas
bianuales. Se siembra  en primavera o verano y se plantan  en otoño. La particularidad de estas
plantas es que se pueden multiplicar mediante siembras, esquejes o división. Algunas variedades
las debemos proteger de las heladas cuando son jóvenes.    Cuando las plantas   crezcan habremos
de atar las más altas a unos tutores, para que no se   rompan por su propio peso o bien atarlas en
algún enrejado.   Para favorecer el crecimiento de la planta y de nuevas flores debemos cortar por
el tallo las que estén marchitas, con unas tijeras de podar. Al ser  muy longevas, pueden agotar la
tierra, por lo que cada año, antes de la época de crecimiento, deberíamos abonar la tierra.   El
mejor sistema de riego es la nebulación o el riego gota a gota al pie de las plantas. La mayoría de
las vivaces y arbustos son resistentes incluso a inviernos crudos, pero si se podan rigurosamente
antes del invierno se debilitarán. También serán más vulnerables si no pueden "terminar de
madurar", por esto no hay que seguir abonando durante mucho  tiempo, ya que entonces las
plantas seguirían creciendo y no terminarían de madurar bien. También hay plantas que son
sensibles a las heladas, para protegerlas se pueden poner hojas secas, paja, cortezas, etc. a  sus
pies, es lo que se  denomina acolchado o mulching.   Entre otras plantas son vivaces: Astilbe,
Ciclamen, Delphinio, Gallardia, Helianthus,  Peonía.

 
 
Los bulbos, tubérculos o rizomas, son plantas vivaces pero con la particularidad de disponer de un
órgano subterráneo que almacena las substancias necesarias para su supervivencia y renovación
de un año a otro.   La tierra de los bulbos se ha de ir removiendo y aireando de vez en cuando para
que los bulbos almacenen sus reservas, así también se facilita la lucha contra los insectos y el buen
drenaje de la tierra. Si la tierra que tenemos es arcillosa, plantaremos los bulbos en una capa de
arena. No existe una profundidad preestablecida para plantar los bulbos, se suelen enterrar a una
profundidad de 2 a 3 veces su diámetro. El sistema para plantar los bulbos es muy sencillo: con la
tierra húmeda cavaremos un agujero con el plantador y colocaremos el bulbo en su interior. Los
rizomas se suelen colocar en grupos o en línea en una pequeña zanja. Los tubérculos los
colocaremos al fondo del agujero para que sus fuertes raíces tengan un buen asentamiento. Los 
bulbos  florecen en diferentes épocas del año y   su plantación también varía. Los que florecen en
primavera los plantaremos en   octubre o  noviembre  y los que florecen en verano los
plantaremos en primavera. Para las variedades altas se recomienda colocar  tutores antes de que
los bulbos empiecen a brotar. Cuando crezcan, iremos atando los brotes laterales al tutor y  la flor
crecerá mejor. Según se marchiten  las flores se irán  cortando. Sólo los bulbos que   resistan el
invierno, se podrán quedar en el mismo sitio para que vuelvan a florecer al año siguiente, sino los
desenterraremos cuando sus hojas se hayan secado y los guardaremos sin tierra en un lugar seco y
oscuro durante todo el invierno.
 

 
 
PLANTAS PERENNES
 
Son aquellas cuyas estructuras vegetativas persisten desde la germinación año tras año, sin
marchitarse ni perder sus hojas, ni tallos en ningunaépoca. En su mayoría son leñosas y van
aumentando su altura en cada estación de crecimiento, pero solo florecen cuando completan su
desarrollo adulto. Estas plantas al crecer de forma continuada necesitan estrategias para soportar
las bajas temperaturas. La mayoría de las gimnospermas, que son las plantas sin flores, apenas
sufren cambios en su aspecto, reducen al máximo sus funciones vitales pero siempre tienen hojas
verdes cubriendo sus ramas, es lo que se conoce como árboles o plantas "de hoja perenne". Por el
contrario la mayoría de las plantas con flores, llamadas Angiospermas, pierden las hojas con la
llegada del invierno como respuesta a la drástica reducción del agua disponible, y se dice que son
plantas "de hoja caduca".   Pueden subdividirse en resistentes, que puede vivir durante muchos
años en el jardín soportando cualquier tipo de clima, semi-resistentes, hay que protegerlas del
invierno, y susceptibles, que no soportan el frío y hay que mantenerlas en interiores o
invernaderos.   Entre otras plantas son perennes: Acanto,   Cerastio, Cineraria, Clavel, Gazania,
Geranio, Lavanda.
 

 
Una misma planta, dependiendo  del clima, puede ser anual, bianual o perenne.  
 
 
SEGÚN SU FOLLAJE:
 
- Plantas de hoja perenne: son aquellas plantas que, con la llegada del invierno, reducen al
máximo sus funciones vitales pero siempre tienen hojas verdes cubriendo sus ramas.  
 
- Plantas de hoja caduca: son aquellas plantas que, con la llegada del invierno, pierden las hojas. 
 
- Plantas de hoja marcescente: es un estado intermedio entre la hoja perenne y caduca. Al llegar
el otoño, las hojas entran en fase de senescencia con normalidad pasando a ser de color marrón
pero  la hoja no cae, permanece en la rama sobre la que se seca, dando al árbol aspecto de estar
enfermo o de haberse secado. El árbol pasa todo el invierno cubierto con las  hojas secas que  se
van cayendo al llegar la primavera a medida que van brotando las nuevas.  
 

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