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INTRODUCCION
El severo deterioro ambiental que está sufriendo el planeta, debe estimularnos a
intentar diagramar campañas de concientización y conocimiento de los múltiples
aspectos, factores y acciones antrópicas que inciden, desde hace varias décadas, en este
proceso.
Sin duda que una de las formas de hacerlo, es a través de la transferencia que permite
el desarrollo de la docencia, en todos sus niveles. La docencia universitaria, en particular,
es una vía sumamente efectiva para ello, en función de ser la formadora final de los
profesionales que van actuar directamente sobre los procesos productivos.
DESARROLLO
Todo comienza cuando empezamos a tomar conciencia de porque tenemos hoy tantos
problemas ambientales. El hombre se diferencia del resto de los seres vivos, por su
creciente capacidad (con el transcurso de los siglos) de intervención y cambio sobre los
ecosistemas naturales. La idea de que el hombre primitivo vivía en equilibrio y armonía
con la naturaleza y el ambiente, es un mito. Si es cierto, que la escasa tecnología de
entonces, le impedía realizar grandes modificaciones ambientales y de allí deriva la idea
antes expuesta.
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* Ing. Zootecnista, Profesor Asociado de la Cátedra de Forrajicultura y Cerealicultura de la Fac.
de Agron. y Zootecnia de la U.N.T. Av. Roca 1900, C. C. 125, C. P. 4000, S. M. de Tucumán,
Argentina.
Esto empieza con lo que Lloyd (1833; in Hardin, 1968) y Hardin (1968) llaman “la
tragedia de las tierras comunitarias”, donde los recursos pastoriles eran compartidos por
las familias integrantes de todo un pueblo o comunidad. Mientras cada familia mantenía
una cantidad adecuada de animales a su cargo, el ecosistema podía absorber la
demanda de forraje. La natural ambición humana de mejorar su calidad de vida, llevaba a
algunas familias a incrementar el número de sus animales. Que dos o tres familias lo
hicieran, no afectaba demasiado la productividad del pastizal; pero es casi imposible que
viendo el progreso de unos, el resto de las familias no desearan lo mismo para sí.
Resultado: todas las familias de la comunidad se sentían con derecho a tener también
más animales y este comportamiento, determinaba inexorablemente la sobrecarga y
posterior destrucción del pastizal. Si este esquema se repetía en el tiempo y el espacio,
mediante la cultura del nomadismo, el deterioro ambiental, en muchos casos irreversible,
afectaba grandes superficies de tierra.
Como esta Serie Didáctica tratará acerca de la conservación y manejo de los recursos
naturales renovables, es importante conocer cuales eran estos, al principio de la
civilización. Shantz (1955), describe la magnitud de la vegetación terrestre y reconoce tres
grandes tipos: Bosques, con 5.670 millones de hectáreas; Pastizales, con 3.300 millones
de hectáreas y Tierras Desérticas, con 4.430 millones de hectáreas.
SUBTIPOS DE PASTIZALES
1) Sabana de Pastos Altos 725
2) Estepa de Pastos Altos 1010
3) Pastos Altos 414
4) Pastos Cortos 311
5) Sabana de Pastos Desérticos 596
6) De Regiones Montañosas 205
7) De Regiones Pantanosas 26
Las variadas formas o tipologías de pastizales naturales que existen en las diferentes
regiones del mundo, están definidas en gran parte por el tipo de especies integrantes, su
distribución espacial en el terreno, su porte o altura y su productividad. Sin embargo, es
frecuente tener como sinónimo del tipo de pastizal más popular o conocido, a la “sabana”;
esta es una formación vegetal propia de los trópicos y subtrópicos, cuyo nombre deriva de
una palabra de origen indo-americano de la lengua de los indios Caribe y que fue utilizada
por primera vez en 1535, para describir los pastizales de Venezuela, actualmente
denominados “llanos”.
Los pastizales naturales (entendiendo por ellos, todas sus variantes desde el punto de
vista de la estructura de vegetación nativa: pradera, sabana, parque, monte, arbustal,
bosque, estepa, tundra, etc), se extienden sobre el 86 % del territorio nacional y proveen
de sustento al 67 % del rodeo vacuno argentino. Dan origen así a una cadena
agroalimentaria que mueve 7.000 millones de dólares anuales, desde los campos de cría
extensiva hasta los frigoríficos y carnicerías que abastecen el consumo de las grandes
ciudades (Asociación Argentina para el Manejo de Pastizales Naturales, 2001).
Frente a esta realidad, son variadas las soluciones que se han ensayado a lo largo y
ancho del país, buscando recuperar, al menos en parte, el potencial perdido. Entre las
metodologías más utilizadas están las Clausuras (Ragonese, 1956; Díaz, 1965), la
reducción o control de la Carga Animal (Boelke, 1957), el Desmonte Total o Selectivo, el
Desbajerado de arbustos y/o la Implantación de forrajeras mejoradas (Hernández, 1985).
Las Teorías de la Dinámica del Pastizal
Antes de comenzar a analizar los diferentes factores que deben tenerse en cuenta
para implementar normas racionales de manejo en estos sistemas, es conveniente revisar
al menos brevemente, las teorías que explican el comportamiento y la dinámica de los
pastizales, según la intensidad de su utilización, el tipo de especies integrantes y la
incidencia de las contingencias climáticas. Ellas son: 1) Teoría Sucesional (o de
Clements, 1910, USA) y 2) Teoría de Estados y Transiciones (o de Westoby, Walker y
Noy-Meir, 1980, Australia).
Esta Teoría expresa que en cada momento del tiempo, un pastizal se encuentra en un
Estado o Condición determinada, la que está dada por la estructura vegetacional de ese
pastizal. Dyksterhuis (1949) define así (Figura 1), cuatro Condiciones básicas para los
pastizales (Excelente, Buena, Regular y Mala), en función del porcentaje de cada tipo de
especie, que los integran. Para ello se establecen categorías de especies, en razón de
una serie de atributos de las mismas.
(Ver FIGURA 1)
A manera de ejemplos, se mencionan algunas clasificaciones de Condición para
especies de Gramíneas (Poáceas) características de los pastizales del Sur de La Rioja
(Tabla 3) (Vera, 1989) y de los pastizales del Norte de Córdoba (Tabla 4) (Karlin et al.,
1979).
TABLA 3: Especies de gramíneas indicadoras de Condición, en los pastizales
del Sur de La Rioja (Vera, 1989).
Es importante hacer notar que una determinada especie podrá pertenecer a una
Condición diferente, en diferentes situaciones; en otras palabras, una especie ocupará un
lugar de privilegio entre las especies útiles o tendrá un lugar menos importante para el
pastoreo, según cuales sean y en que proporción, sus especies acompañantes. Cuando
una especie de buen valor forrajero, está acompañada por otras de escaso o menor valor,
la primera pertenecerá sin duda al grupo de las especies Decrecientes, pero si esta
misma especie, está acompañada en el pastizal por algunas de mejor calidad o
productividad, podrá integrar el grupo de las Crecientes. Todo esto dependiendo de la
densidad de plantas/ha, la diversidad específica, el sistema de pastoreo, las posibilidades
de selectividad por parte de los animales, las variaciones climáticas y ambientales, etc,
factores que según su intensidad o magnitud, harán variar la posición o grado de
importancia de cada una de las especies forrajeras, en el esquema de las Condiciones.
En otras palabras, según el Estado o Condición en que esté nuestro pastizal, el que
deberá ser evaluado en función del tipo y diversidad de especies que lo integran, serán
las normas de manejo que le impongamos. Obviamente que pastizales con peor
Condición, deberán ser consumidos menos intensamente, tener mayor tiempo de
descanso entre pastoreos o disminuir su carga animal.
La Teoría Sucesional expresa que según el manejo que hagamos del pastizal,
podremos moverlo de una Condición a otra, de manera reversible, como si fuera una
esfera corriendo sobre un plano, donde hacia un lado está el sobrepastoreo, la carga
excesiva, la degradación y hacia el otro, la alta productividad o el clímax para la zona.
En esta Teoría se aclara que muchas veces, aún aplicando normas racionales para
revertir una situación de degradación, el problema no se soluciona; esto se debe a que el
pastizal no se mueve sobre un plano como dice la Teoría Sucesional. Es así que en
algunos casos, cuando el Estado del pastizal a caído a un valle profundo (degradación
severa), la aplicación de clausuras o disminución del pastoreo, no lleva a un mejor Estado
del pastizal, porque estas normas de manejo no alcanzan para quebrar o superar el
umbral crítico que separa este Estado del siguiente o de una Transición de mejor
estabilidad. Un ejemplo de esto es: en un campo o potrero con muy baja densidad de
plantas forrajeras, se decide reducir la carga animal/ha; esta medida, que en principio
debería permitir la recuperación del número de plantas/m2 en el potrero, no logra ese
objetivo, porque el stand de plantas original era muy bajo (estaba por debajo del umbral
mínimo de plantas madres/ha requerido para una adecuada tasa de semillazón).
El Arte del manejo de un sistema productivo, fundamentalmente polifítico como son los
pastizales naturales, está en poder evaluar para cada situación, hasta donde se puede
intensificar la presión en cada uno de los atributos, sin desequilibrar al restante; de esta
manera estaremos logrando el funcionamiento asociado y complementario de estos
(Estabilidad – Productividad), para maximizar racionalmente el desarrollo productivo.
- Decidir el uso adecuado del pastizal: esto comprende realizar un correcto inventario
del recurso pasto, para posibilitar la determinación posterior de la o las épocas de
apacentamiento, el tipo de animal a emplear, el sistema de pastoreo y la carga animal.
Una vez delimitado el establecimiento o área donde deberá llevarse a cabo el manejo
del pastizal, debemos recabar lo más detalladamente posible, todos los datos climáticos
que definen a la zona. Es importante conocer los registros de varias décadas, de:
Precipitación Media Anual, Precipitación Media Mensual, Temperatura Media Anual,
Temperatura Media Mensual, Frecuencia de Heladas, Fecha Media de Primera y Ultima
Helada, Epoca y Dirección predominante de Vientos, Frecuencia y Duración Media de
Sequías Estacionales, etc.
El segundo estrato es el arbustivo que presenta una altura promedio de 2,12 m (con un
rango de 1,34 a 2,87 m) y donde las especies más frecuentes son Acacia aroma Gill.
(tusca), Acacia praecox Gris. (garabato), Celtis pallida Torrey (talilla), Cercidium australe
Johnston (brea), Geoffroea decorticans (Gill. ex Hook. et Arn.) Burkart (chañar),
Mimozyganthus carinatus (Gris.) Bak. (lata) y Schinus sp. (molle) (Martín et al., 2001).
Chloris ciliata Swartz, Setaria leiantha Hackel, Trichloris crinita (Lagasca) Parodi y
Trichloris pluriflora E. Fourn., que son especies frecuentes en los pastizales naturales del
NOA, son ávidamente consumidas por los herbívoros en estado verde tierno a maduro.
Cenchrus myosuroides H.B.K., Gouinia latifolia (Griseb.) Hack. y Pappophorum
mucromulatum Nees, no tan frecuentes como las anteriores, presentan brotación
temprana y son consumidos en estado tierno, antes que el resto de las especies. Digitaria
insularis (L.) Mez. y Digitaria californica (Benth.) Henrard se consumen preferentemente
en estado seco (diferido) y son especies que tienden a predominar (sobre todo Digitaria
insularis) en campos sobrepastoreados.
La Tabla 6 indica las especies de leñosas arbustivas y arbóreas que presentan follaje
consumible o no consumible por los herbívoros domésticos (bovinos y caprinos) y las
especies leñosas cuya producción de frutos comestibles, cumple una importante función
nutricional en épocas críticas (entre los meses de Marzo y Julio, fundamentalmente).
TABLA 6: Leñosas del Parque Chaqueño Occidental del NOA, que aportan a la
dieta animal de los herbívoros domésticos (Martín, G.O.).
Un recurso que en general no se tiene en cuenta, pero que en los meses de mayor
escasez de forraje en los pastizales naturales del NOA (mediados de Julio a fines de
Octubre) adquiere importancia en la dieta de los animales, es la abundante hojarasca que
cae en sitios con alta densidad de leñosas. Esta hojarasca está compuesta
fundamentalmente por material senescente de Acacia furcatispina Burk., Aspidosperma
quebracho blanco Schlecth., Celtis pallida Torrey, Celtis spinosa Sprengel, Prosopis alba
Grisebach, Ruprechtia triflora Grisebach, Ximenia americana L. y Zizyphus mistol
Grisebach.
B) Factor de Uso de las Especies Forrajeras: las plantas requieren de sus raíces y
hojas para sobrevivir. Por las primeras toman el H2O y los minerales del suelo y por las
hojas realizan la captación de CO2, energía solar y la fotosíntesis.
Existe una estrecha relación entre el volumen del follaje y el volumen radicular,
variando esta relación a través del tiempo, en función del manejo establecido sobre el
pastizal. Así podemos discriminar tres niveles de uso del pastizal, relacionados con la
variación de volumen foliar vs. volumen radicular:
El Factor de Uso se refiere a cuanto de la masa vegetal de una planta, puede o debe
ser defoliada por el animal, de manera tal de realizar un eficiente consumo de la Materia
Seca ofrecida, sin dañar la productividad posterior ni la vida útil de la planta. En general
se aconseja para nuestros pastizales naturales (fundamentalmente graminosos), una tasa
de defoliación del 50 al 55 % (en peso) de la masa vegetal aérea, lo que en términos de
perfil del canopeo del cultivo, involucra aproximadamente los 2/3 superiores. En el caso
de especies rizomatosas y/o estoloníferas, este porcentaje puede incrementarse hasta 70
a 75 %.
Es importante destacar que estas no deben ser medidas fijas, pues según la estructura
de la mata (o planta) de pastura y el patrón de distribución de la Materia Seca a lo largo
del canopeo, esta relación puede variar. El Factor de Uso es un parámetro propio para
cada especie y a la vez puede no ser constante a través del tiempo, lo que complica
enormemente el manejo de los pastizales naturales (en general, polifíticos), respecto del
manejo de una pastura cultivada.
En relación a todo lo antes expuesto, corresponde aquí hacer una referencia a algunos
sistemas de medición de la fitomasa o forrajimasa de una pastura, que derivan en el
conocimiento de su Productividad (parámetro fundamental al momento de hacer pastorear
un potrero). Entre los sistemas de evaluación de la fitomasa aérea es frecuente citar el
“Método del Aro o Cuadrante”, mediante el cual se cosecha el pasto situado dentro de él y
se procede a la determinación de su Peso Verde y Seco, para llevar estos valores a kgs.
de forraje/ha.
Como puede comprobarse, cada tipo de planta tiene una particular distribución de la
Materia Seca en función de la dimensión de sus estratos de pastoreo. Estos datos son
fundamentales para la determinación del Factor de Uso de una forrajera, pues permite
saber que porcentaje total de la forrajimasa disponible podrá cosechar el animal, en
función de la Intensidad de defoliación que establezcamos (ej: si en un avenal quiero dejar
un rastrojo de 4 cm, sabré que la forrajimasa disponible será la correspondiente al 77 %
de la Productividad total).
En el caso del sorgo (único recurso forrajero típico de áreas subtropicales, de todos los
mencionados), se observa que el desarrollo en altura es mayor y la distribución de la
Materia Seca en los diferentes estratos es bastante homogénea, pero incrementándose
progresivamente hacia los estratos superiores. En el caso de las especies templadas, es
notorio el menor porte de crecimiento y la distribución de la Materia Seca es, en general,
mayor en los estratos intermedios (festuca, avena, achicoria, mezcla de gramíneas). En
alfalfa, la distribución es netamente favorable en los estratos superiores, pero con mucha
mayor diferencia que en el caso del sorgo (en alfalfa, los 2 estratos superiores ofrecen el
86,5 % de la forrajimasa disponible, que además es de altísima calidad respecto de los
estratos inferiores).
Tener una estimación confiable y periódica de la cantidad de forraje por unidad de área
(fitomasa aérea), permite hacer predicciones de la producción de pasto de un
establecimiento o potrero, lo cual es fundamental para la planificación de la alimentación.
Posibilita conocer la tasa de acumulación de forraje a lo largo del año, sobre la base de lo
cual se puede ajustar la carga animal y planificar la confección de reservas y/o el uso de
suplementación. Con la medición de la fitomasa, antes y después de un pastoreo, se
puede estimar el consumo de los animales y calcular que proporción del pasto disponible
fue consumida por los mismos (eficiencia de cosecha). También permite, entre otras
cosas, evaluar el impacto que tienen ciertos insumos (fertilizantes, herbicidas, etc) o
prácticas de manejo (carga animal, tiempo de pastoreo, etc), sobre la producción de una
pastura (Cangiano, 1999).
Existen numerosas metodologías para evaluar la cantidad de forraje producido por una
pastura o un pastizal, sobre un área determinada. Ya expresamos párrafos antes, que la
manera más convencional y tradicional de hacer esto, es mediante el método de corte y
pesado con el empleo de un aro o cuadrante (de ¼, ½ o 1 m2). Este es un método
“directo”, de gran precisión si el número de muestras es alto y representativo de la
realidad a evaluar, pero en general, existe siempre un rango de error experimental que
produce que en condiciones de pastoreo, sea frecuente encontrar valores de entre 15 y
20 % de Coeficiente de Variación en estimaciones de fitomasa aérea.
El valor de Peso seco obtenido, se relaciona finalmente con la superficie sobre la que
se lo cosechó y se lleva a kgs. de Materia Seca/ha. Ej.: si en 1 m2 se cosechan 650 grs.
de Materia Verde y si este material después de secado da 160 grs. de Materia Seca
(alrededor del 25 %), la Productividad de ese pastizal es de 1600 kgs. de Materia
Seca/ha.
c) con estos valores morfométricos, se obtienen las dimensiones promedio del “ejemplar
tipo” de la población;
e) sobre cada uno de estos individuos, se cosecha todo el material foliar presente hasta
1,80 mts de altura (altura normal de ramoneo de los herbívoros domésticos locales) y 0,20
mts de profundidad de la copa (sobre la periferia de la leñosa);
Los métodos indirectos que vamos a analizar aquí, son: a) Método del Disco y b)
Método de Estimación Visual (Cangiano, 1999).
a) Método del Disco: registra valores de la altura del pasto, tomando en cuenta su
densidad. La altura y la densidad son las variables que afectan en mayor medida la
fitomasa y su correspondiente apreciación visual (Frame, 1993). De allí que las relaciones
obtenidas de las alturas medidas con el disco y la fitomasa sean generalmente lineales.
El disco consiste en una varilla de sección cuadrada (de 1,5 a 2,5 cm de espesor) de
1,50 mts de longitud, la cual se encuentra graduada en centímetros, desde los 50 cm a
partir del suelo y hasta el extremo superior. Existe otra varilla hueca (que se introduce a lo
largo de la antes descripta) de 50 cm de longitud y que lleva adosada a su extremo
inferior, un disco de telgopor de 5 cm de espesor y una superficie de 0,2 m2. La presión
ejercida por el disco sobre la pastura, varía entre 1,7 y 5 kg/m2. La medición se realiza
dejando caer el disco libremente (siempre desde la misma altura) a lo largo de la varilla
graduada y leyendo en la misma, la altura alcanzada.
Una vez calculada la pendiente de la recta que une los puntos que relacionan las
alturas medidas con el disco (y situadas sobre el eje de las x, en un gráfico de
coordenadas) con los kgs MS/ha medidos por corte, secado y pesado (valores que se
ubican en el eje de las y), estamos en condiciones de empezar a realizar las mediciones
de campo en el potrero en cuestión, para determinar el valor real de fitomasa aérea
presente.
Se recorre el terreno (puede ser de forma sistemática o al azar) y se mide la altura del
pasto con el disco, en por lo menos 40 a 50 veces, en todas las variantes o situaciones
diversas que se observan. Cuanto mayor número de lecturas se realicen, menor será el
margen de error de la evaluación. Finalmente, el promedio de altura obtenido del total de
las mediciones, es el valor que se introduce en la ecuación de regresión, para el cálculo
final. Si de nuestras mediciones obtuvimos (por ej.) que a (ordenada al origen) representa
890 kgs MS/ha y que b (kgs de MS por ha y por franja de 1 cm de pasto) es de 96 kgs, el
resultado será:
El método del disco presenta ventajas y limitaciones. Las primeras son: lecturas
rápidas y objetivas; permite un gran número de muestras; es no destructivo; de uso
sencillo y económico; de fácil construcción del disco. Las limitaciones son: se puede usar
solo en pasturas monofíticas o de 2 a 3 especies, que muestren un estado bastante
parejo; necesita calibración para cada potrero o situación a medir; no es recomendable su
uso en pasturas en estado reproductivo; no permite medir fitomasa aérea después del
pastoreo; requiere un manejo mínimo de computación y cálculo.
b) Método de Estimación Visual: es el más práctico y simple de usar, pero el que más
errores puede tener por la imprecisión y subjetividad de los operadores (Forbes, 1987).
Igual que con el disco, este método consiste en hacer un gran número de estimaciones,
teniendo como patrón para calibrarlo, a algunas pocas muestras cortadas y pesadas.
Si bien los métodos indirectos antes descriptos están particularmente adaptados para
su utilización sobre pastizales cultivados, pueden ser perfectamente adoptados para
ciertas situaciones de evaluación de la Productividad en pasturas naturales; se deberá
tener en estos casos, la precaución de tomar un número mayor de muestras en función
del grado de heterogeneidad del pastizal y la diversidad florística. La Productividad del
potrero o sitio evaluado, será finalmente la resultante de la sumatoria de las
Productividades obtenidas para cada una de las especies evaluadas (siempre en función
de su grado de Cobertura y/o Densidad/ha).
Cabe aquí, hacer la acotación que el valor de Productividad obtenido mediante
cualquiera de los métodos descriptos, corresponde a lo que podríamos denominar
“Productividad Bruta” del pastizal. Si tomamos en cuenta, que a diferencia de un cultivo
agrícola, el forraje es solo un medio para la producción animal, la “Productividad Real o
Neta” que pueda ofrecer el pastizal en términos de eficiencia productiva de un
establecimiento ganadero, estará en función de cuanto de ese pasto ofrecido, es
realmente asimilado por el animal. Entra a jugar aquí, un aspecto propio de la naturaleza
del pasto (calidad forrajera) y su estado fenológico (calidad nutricional), como es el
Coeficiente de Digestibilidad de su Materia Seca; puede entonces darse el caso que
pastizales de mayor Productividad Bruta, tengan una menor Productividad Real a nivel de
los animales pastoreadores; ej.: tenemos 2 pastizales, uno de 10000 kgs de Materia
Verde/ha y otro de 8500 kgs MV/ha; suponiendo que los 2 tienen alrededor del 25 % de
Materia Seca, tendríamos para el primero una Productividad Bruta de 2500 kgs MS/ha y
para el segundo de 2125 kgs MS/ha; si el primero tiene un Coeficiente de Digestibilidad
del 52 % y el segundo de 65 %, los valores finales asimilados por los animales serán de
1300 kgs MS para el primer caso y 1382 kgs MS para el segundo.
Indudablemente que si queremos acotar aun más la posibilidad real de los animales de
acceder al pastizal, debemos tener en cuenta además, que hacer un correcto manejo del
pastoreo, significa también maximizar la “Eficiencia de Cosecha” del pasto disponible/ha
por parte de los animales pastoreadores.
En definitiva, el controlar a través del pastoreo, el Factor de Uso de las plantas, nos
asegura no incurrir en demasiados errores al momento de establecer la Carga Animal a
emplear y el tiempo en que puede finalizarse el pastoreo. Para este caso, es muy útil
también utilizar el concepto de Especie Clave, que permite discriminar la secuencia y la
intensidad de la defoliación potencial que sufrirán cada una de las especies (obviamente
en un pastizal polifítico) a través del tiempo, teniendo en cuenta su disímil Calidad
Forrajera, su Disponibilidad y su Indice de Preferencia Animal.
Los conceptos antes citados (Especie Clave, Calidad Forrajera, Disponibilidad e Indice
de Preferencia Animal), son factores fundamentales al momento de estimar cual será el
real Factor de Uso de una forrajera natural, en relación a sus especies acompañantes en
el pastizal.
La Condición del Pastizal es el estado actual que ese pastizal presenta, en relación al
tipo y densidad de especies de valor forrajero que posee, a la mayor o menor presencia
de especies indeseables para el pastoreo, al grado de cobertura o desnudez del suelo y
fundamentalmente al grado de productividad de Materia Seca de forraje consumible. Se
puede decir que la Condición es un indicador del “estado de salud” de un pastizal. Díaz
(1992) expresa que la Condición es el grado de alejamiento que presenta la productividad
forrajera actual de un pastizal, respecto de la productividad forrajera máxima sostenible en
ese ambiente.
Los dos métodos más conocidos para determinar la Condición de un pastizal natural
son el Método Ecológico o Florístico y el Método Utilitario.
El Método Ecológico o Florístico es aquel que clasifica a las especies integrantes del
pastizal, en Decrecientes, Crecientes e Invasoras (conceptos que ya han sido explicados
en el Capítulo “Teorías de la Dinámica del Pastizal”). En función de la determinación del
porcentaje en que cada uno de estos grupos o categorías de especies integran el pastizal,
se utiliza la Gráfica de Dyksterhuis (1949) (ver Figura 1), para conocer en que rango de
Condición está el Sitio de Pastoreo evaluado.
La Condición del Pastizal, desde el punto de vista Utilitario, puede expresarse como un
porcentaje del Potencial Forrajero Máximo (P.F.M.) (Anderson, 1980). Esto significa elegir
cual es el potrero o sitio de mejor potencial forrajero en el establecimiento, la zona o la
región y determinar allí, la cantidad de forrajimasa disponible (en kgs. de Materia Seca/ha)
teniendo en cuenta el grado de contribución de cada una de las especies vegetales
presentes, en función de la categoría a la que pertenecen.
Una vez colocadas las transectas (dos estacas situadas entre 10 y 50 m de distancia,
unidas por un alambre o piola), es conveniente identificarlas con un número para poder
llevar un registro detallado de los datos que se consignan en ella. La lectura de
información se realiza midiendo o contabilizando sobre la línea, cm a cm, la dimensión
que presenta cada planta tocada por la piola y anotando dicho valor en una planilla (en cm
o m).
POTRERO N° DIMENSIONES ( en cm o m)
Transecta N° Gramíneas Otras Familias Suelo Desnudo Observaciones
1
2
3
4
5
Total
Nota: como el relevamiento se hace en el estrato herbáceo y en los pastizales
naturales del Chaco Occidental del NOA no hay Leguminosas herbáceas importantes, no se
incluye este rubro en la planilla.
Una evaluación mucho más detallada, debe contemplar la cuantificación que cada
especie tiene sobre la línea, lo que permitirá conocer los valores finales para cada
forrajera presente y no solo un valor general de la familia botánica.
Esta misma operación, realizada para cada una de las especies evaluadas, nos
permitirá tener una graduación de valores de Cobertura (desde la más frecuente a la más
escasa), que nos orientará acerca del nivel de importancia o disponibilidad de cada
forrajera en el potrero. Si conocemos el rol que cada especie cumple en el pastizal y
discriminamos entre especies Decrecientes, Crecientes e Invasoras, estableciendo para
cada caso el porcentaje promedio de Cobertura, tendremos un parámetro fundamental
para utilizar el Gráfico de Dyksterhuis (1949) y establecer el rango de Condición del
Pastizal.
La Condición es un aspecto muy particular del lugar al que nos referimos. En general
se tiende a creer que una determinada Area o Región Ecológica o Fitogeográfica, tiene
una Condición homogénea o muy similar en toda su extensión. Esto es totalmente
erróneo, en razón que la Condición depende del tipo de especies integrantes del pastizal,
su distribución o densidad, su posición relativa en el gradiente de preferencia animal
respecto del resto de las especies acompañantes y su calidad forrajera y nutricional.
Basándonos en que cada Sitio de Pastoreo tiene una Condición particular y esta
Condición se correlaciona con una determinada Productividad del pastizal, podemos
utilizar estas relaciones para estimar la Productividad Total de un establecimiento
ganadero. Esto puede hacerse delimitando primeramente los diferentes Sitios de Pastoreo
del campo, mediante su diferenciación por fotografía aérea o satelital; mediante esta
misma tecnología se puede determinar también la dimensión (en hectáreas) de cada Sitio.
Con esta información para cada situación particular a la que llamaremos “Unidad de
Manejo” y teniendo como premisa que para diferentes Sitios de Pastoreo de igual
Condición, las Productividades son similares (Díaz, 1992), podremos calcular la
Productividad Total como la suma de la Productividad/ha de cada Condición multiplicada
por el número de hectáreas bajo esa Condición, en los distintos Sitios de Pastoreo.
Para calcular la Productividad Total del campo, se procede a multiplicar los kgs de
Materia Seca/ha/año medidos para cada Condición, por el número total de hectáreas de
todos los Sitios de Pastoreo en igual Condición (Tabla 13).
D) Intensidad y Frecuencia de Utilización del Pastizal: son dos parámetros que bien
empleados, prácticamente aseguran una adecuada vida útil de las forrajeras, minimizando
las posibilidades de pérdidas de productividad por reducción del stand de plantas o
selección indiscriminada de especies, en relación a las restantes.
La Frecuencia de Pastoreo, nos habla del lapso de tiempo (en días) que debe existir
entre un pastoreo y el siguiente. Es el período de descanso que existe entre un proceso
de defoliación y el siguiente. En un sistema de pastoreo Rotativo Intensivo, donde el
animal está confinado en un pequeño potrero y tiene un corto lapso de tiempo para
consumir todo el forraje disponible y pasar a otro potrero, la Frecuencia está bien definida
pues no hay posibilidad de un nuevo proceso de defoliación de la planta, hasta que vuelve
a tener su turno en la rotación, el mismo potrero. Esto en general involucra un período
entre un pastoreo y otro, que puede variar entre 25 y 40 días (según sea el tipo de
especie, la época del año y el manejo); esta es la Frecuencia de Pastoreo. En un sistema
de pastoreo Continuo, donde la permanencia del animal en el potrero es en general
superior a una semana y puede durar meses, la Frecuencia de defoliación de cada planta
será variable y estará en función de factores como la Composición Botánica (por
diversidad de especies), la Selectividad Animal (por disponibilidad, accesibilidad,
palatabilidad, etc) y la Presión de Pastoreo (por carga animal).
La principal razón por la cual esta metodología puede llevar a errores de manejo que
terminan en el sobrepastoreo, está en las disímiles estructura (o arquitectura) de la planta
y distribución de la Materia Seca, a lo largo del canopeo, que tienen las distintas especies.
Será muy diferente la Intensidad de defoliación a la que debamos someter a una especie
cuyos individuos son altos (ej.: 0,80 m), de porte erecto, bajo macollaje y hojas delgadas,
que a individuos de escasa altura (ej.: 0,35 m), porte semirastrero y gran capacidad de
macollaje con hojas anchas y suculentas.
TABLA 14: Relación entre Altura de Canopeo y Distribución del Peso (% de MS),
por estratos (tercios del canopeo), en una pastura de 2000 kgs de
MS/ha (Díaz et al., 1970).
En estudios realizados para pasturas naturales del NOA, Renolfi et al. (1987),
corroboran que la Intensidad de defoliación es un parámetro particular de cada especie
(considerando un F.U. promedio del 50 %), tal como se detalla en la Tabla 15.
Una herramienta técnica muy importante para tener a través del manejo del pastizal,
un control de cómo se está desarrollando la dinámica del pastoreo (Intensidad de
consumo) a través del tiempo (sucesivos días de pastoreo), es el empleo de las llamadas
“Especies Clave”.
Casi todo pastizal natural, presenta una estructura polifítica (muchas especies) en
cada uno de los estratos de vegetación que lo componen. El estrato herbáceo en
particular, suele ser variado en formas y tipos de plantas de diferente aptitud forrajera. El
manejo racional de un pastizal, involucra tener un adecuado conocimiento de la diversidad
florística presente y de las características más sobresalientes de cada especie, en
relación a su real contribución a la dieta animal (Palatabilidad, Disponibilidad, Grado de
Accesibilidad, Forma de Crecimiento, Capacidad de Reacción a la Defoliación, Valor
Nutricional, Digestibilidad, etc). Los dos primeros parámetros (Palatabilidad y
Disponibilidad), son fundamentalmente los que guían la elección que los animales realizan
de las diferentes especies, al momento del pastoreo; son ellos los que en mayor medida
debemos conocer, para llegar a definir cual o cuales de las especies de nuestro pastizal,
pueden cumplir la tarea de Especies Clave.
Una Especie Clave es aquella que los animales consumen progresivamente a medida
que van pasando los sucesivos días de pastoreo del potrero; en otras palabras, es aquella
especie que muestra a través del tiempo de pastoreo, una relación estrecha entre el
Grado de Utilización o Intensidad de Defoliación de la pastura y la Presión de Pastoreo.
Debemos recordar que realizar un correcto manejo del pastoreo en un pastizal natural,
significa mantener los animales en el potrero solamente hasta el momento en que la
forrajimasa disponible, se ha consumido en el nivel establecido para el Factor de Uso
adecuado.
a) aquellas especies vegetales que son muy activamente buscadas y consumidas desde
el primer momento de ingreso de los animales al lote o potrero y como consecuencia de
ello, en muy pocas horas o días, son consumidas en el Factor de Uso máximo que se
permite en estos casos (para nuestros pastizales naturales establecimos que era
alrededor del 50 a 55 % en peso de la masa vegetal aérea, lo que en términos del perfil
del canopeo significa aproximadamente, el consumo de los 2/3 superiores). Decidir el fin
del pastoreo en este potrero, teniendo como patrón de medida a estas especies, es
desaprovechar mucha forrajimasa disponible que aún queda en el campo y realizar un
manejo antieconómico para el establecimiento.
c) aquellas especies vegetales que, como dijimos antes, los animales consumen
progresivamente a medida que van pasando los sucesivos días de pastoreo en el potrero.
Estas son las mejores indicadoras de cómo está desarrollándose a través del tiempo, la
relación Intensidad de Consumo – Forrajimasa Disponible Remanente. Este tipo de
especie es la que debemos considerar como Especies Clave de nuestro pastizal y en
función de la tasa de consumo de ellas, decidir el fin del pastoreo en el potrero cuando de
las mismas se hayan consumido entre el 50 y el 55 % de su masa vegetal aérea.
(Ver FIGURA 2)
Cabe preguntarnos porque sucede lo expresado por Love, si decidir el final del
pastoreo en el potrero por el comportamiento de las Especie Clave, significa en general
que los animales no han llegado a consumir en su totalidad (y a veces casi sin consumo),
las especies que presentan el comportamiento de ser rechazadas (punto b) y pueden
haber sido sobrepastoreadas las especies muy preferidas inicialmente (punto a).
(Ver FIGURA 3)
Desde el punto de vista del manejo animal, los Sistemas o Métodos de Pastoreo
básicos se definen como “Pastoreo Continuo” o “Pastoreo Rotativo”, aunque son múltiples
las variantes que pueden implementarse. Así Lundberg (1992), dice que una clasificación
más completa debería ser la siguiente:
- Pastoreo Mecánico: aquel donde el forraje verde cosechado con máquina, es llevado al
sitio donde están los animales (corrales, comederos, etc).
- Pastoreo Intermitente: es aquel en el cual las parcelas se pastorean con altas Cargas
Animales durante tiempos de ocupación limitados y tiempos de reposo o descanso
prolongados entre pastoreos. Se pueden distinguir dos modalidades: a) Pastoreo
Intermitente Rotativo, donde se asigna un grupo de animales a un circuito compuesto por
un número determinado de parcelas que se pastorean en un orden y con un tiempo
predeterminados y b) Pastoreo Intermitente Racional, donde se asigna un grupo de
animales a un circuito compuesto por un determinado número de parcelas que se
pastorean de acuerdo al Estado Fenológico y Condición de cada una de ellas, o sea en un
desorden ordenado que exige un monitoreo constante. A su vez, dentro del Pastoreo
Intermitente Racional se pueden implementar dos tendencias: I) Racional Voisin (o
P.R.V.), con parcelas de tamaño fijo, tiempos de pastoreo limitados por el momento de
aparición de los nuevos rebrotes (entre 4 y 7 días) y gran Intensidad de defoliación y II)
Racional Intensivo (o P.R.I.), con parcelas de tamaño variable de acuerdo a los
requerimientos animales, tiempos de pastoreo muy cortos (desde algunas horas a 1 día) y
con Intensidad de defoliación media.
- Pastoreo Mecánico: tiene igual objetivo y metodología que en el caso anterior. Suele
utilizarse para evitar daño a pasturas de alto valor económico, para maximizar la cosecha
de forraje/ha o para impedir la entrada de animales a los potreros durante temporales de
lluvia.
Las variantes que pueden originarse a partir del pastoreo Directo, son:
- Pastoreo Directo Rotativo: aquí los animales permanecen menor tiempo en el potrero
(desde 2 a 8 días; en casos excepcionales se puede llegar a 1 mes), en función de la
estrategia productiva empleada. Consiste en rotar los animales sobre potreros medianos
(de pocas hectáreas), a medida que se va consumiendo el pasto. Se requiere una buena
infraestructura en apotreramiento y permite manejar racionalmente la Intensidad y
Frecuencia de pastoreo, posibilitando la semillazón, la resiembra natural y minimizando el
subpastoreo. Este sistema dificulta la selectividad de consumo, reduciendo así la
perfomance animal individual pero incrementando la productividad/ha en relación al
sistema anterior (permite mayor número de animales por unidad de superficie).
- Pastoreo Directo Rotativo Intensivo: conceptualmente persigue los mismos fines que el
Rotativo antes expuesto, solo que las superficies sobre las que se trabaja son pequeñas
(en general menores a 1 ha), los tiempos de ocupación son cortos (desde horas a 1 o 2
días) y las Cargas Animales son elevadas. Consiste en diagramar un sistema que permita
a cada potrerito un tiempo de descanso post-pastoreo y la recuperación de su forrajimasa,
que le posibilite volver a ser consumido cuando nuevamente le toque el turno en la
rotación. En este sistema es casi obligatorio el uso del alambrado eléctrico. Este sistema
elimina la selectividad de consumo, impide el subpastoreo, reduce las pérdidas de pasto
por pisoteo y deyecciones y maximiza la productividad/ha frente a una menor perfomance
animal individual.
- Pastoreo Directo Rotativo Alternado: tiene como objetivo permitir que algunos potreros
(obviamente los que presentan signos más evidentes de sobrepastoreo o degradación),
no sean consumidos durante el presente año, para permitir la recuperación de la
Densidad de plantas/m2, el vigor de las mismas, incrementar el porcentaje de Cobertura
del suelo, permitir la semillazón y la resiembra natural y mejorar la Productividad/ha. El
diseño de la secuencia de pastoreo de los diferentes potreros, contempla que en la
campaña siguiente, los lotes que hayan estado en Descanso se incorporen al circuito de
rotación y sean el o los potreros en peor Condición los que reposen este año. En cuanto a
la metodología de pastoreo, es similar y se cumplen los mismos efectos que en el
Pastoreo Directo Rotativo Intensivo.
- Pastoreo Directo Diferido: tiene las mismas características que el Pastoreo Diferido
descripto para la clasificación anterior. En general y al hacer consumir pasturas muy
maduras (y en algunos casos, senescentes), es aconsejable utilizar altas Cargas
Animales/ha para evitar la excesiva selectividad que pueden hacer los animales sobre el
material vegetal, lo que intenta además reducir el desperdicio por pisoteo. En el caso de
las gramíneas subtropicales diferidas (consumidas entre los meses de Abril y Junio), es
posible encontrar todavía material foliar y de tallo verdes, en la porción interna de la base
de la mata.
- En general, los pastos cespitosos, con rizomas o estolones, o de porte bajo a rastrero,
se adaptan mejor al Pastoreo Continuo. Los pastos con generaciones definidas de
macollos o porte erecto, se adaptan mejor al Sistema Rotativo.
- Una ventaja muy importante del Sistema Rotativo frente al Sistema Continuo, está
dado por la capacidad de infestación de los animales de producción, por parte de los
parásitos gastrointestinales. Se ha determinado que en un pastizal en Descanso (sin
animales), la carga parasitaria en la pastura decrece con el paso del tiempo y se
considera que a partir de las 7 semanas, el ciclo de reinfestación está casi cortado por
una gran mortandad de larvas (Von Bernard, 2000). En el Sistema Continuo este ciclo
no se detiene y los animales conviven con una alta carga parasitaria que afecta
severamente su producción.
(Ver FIGURA 4)
La productividad del pasto, o sea el número de kgs de Materia Seca/ha que este
produce en un determinado momento, se puede medir con cualquiera de los métodos que
a este efecto se han explicado en el punto “Factor de Uso de las Especies Forrajeras”.
La capacidad de consumo animal requiere saber que diferentes categorías (por peso,
raza, edad, tamaño corporal o estado fisiológico), poseen distintos niveles de
requerimiento nutricional energético, proteico y digestible (disímil cantidad y calidad de
forraje), para cubrir sus necesidades dietarias. Para facilitar el cálculo de estas
necesidades, se ha establecido un patrón de medida denominado “Unidad Animal” que
“es el total anual de los requerimientos en consumo de kgs de Materia Seca, de una vaca
de 400 kgs de peso vivo, que gesta y cría un ternero hasta los 6 meses de edad y con un
peso final de 160 kgs y que incluye también el forraje consumido por este último”.
Para poder elaborar este patrón, se ha determinado que un animal consume en
promedio, alrededor del 10 % de su peso vivo en Forraje Verde y entre el 2,5 y 3 % de su
peso vivo en Materia Seca. Esto significa que una vaca de 400 kgs, consume por día unos
40 kgs de Forraje Verde o entre 10 y 12 kgs de Materia Seca; si queremos ahora saber
cual será el consumo anual que tendrá un animal determinado, solo multiplicamos el valor
de sus requerimientos diarios (en kgs de Materia Seca) por 365 días: para el caso de una
vaca de cría y tomando el mayor valor diario (12 kgs), sus requerimientos anuales serán
de 4380 kgs de Materia Seca/animal/año. Con estas premisas y teniendo como medida
patrón a la vaca, se establecen las siguientes relaciones (Tabla 16):
Se ha determinado que una vaca requiere consumir 4380 kgs de Materia Seca/año
para cumplir adecuadamente con todas sus necesidades fisiológicas y productivas. Como
una vaca es equivalente a una Unidad Animal, podemos decir que una Unidad Animal
requiere por año el consumo de 4380 kgs de Materia Seca.
Este resultado indica que para esta Condición forrajera del campo, se requieren 4,38
hectáreas para mantener a una Unidad Animal perfectamente alimentada durante todo el
año, sin producir ningún deterioro en el pastizal. Si nos planteamos el mantenimiento de
las 334,85 Unidades Animales que existen en el establecimiento, podemos calcular que
se necesitarán para su alimentación, alrededor de 1467 hectáreas.
Debe quedar claro que las determinaciones de productividad forrajera, pueden también
hacerse en forma particular para cada potrero o sitio de pastoreo y para cada época o
mes del año, como una forma de ajustar aún con mayor precisión los valores a relacionar
y poder estimar Cargas Animales o Capacidades de Carga temporales, teniendo en
cuenta que los pastizales no producen todo el tiempo ni al mismo ritmo; esta metodología
permitirá realizar ajustes de Carga mucho más certeros a través del año.
N° de UA/establecimiento 1438
Carga Animal: -------------------------------------- : ------------ = 0,34 UA/ha; o también
N° de has/establecimiento 4200
N° de has/establecimiento 4200
Carga Animal: ------------------------------------- : ------------- = 2,92 has/UA
N° de UA/establecimiento 1438
Tanto la Carga Animal como el Sistema de Pastoreo, constituyen dos variables del
manejo del pastizal, que determinan la productividad individual y la productividad/ha de un
sistema de producción ganadera (Mc Meekan y Walshe, 1963). La Carga Animal tiene un
gran impacto sobre la productividad de un sistema pecuario, ya que, dentro del rango de
uso práctico, la mayor productividad/ha que suele lograrse con un incremento de Carga,
se relaciona en buena medida con una mayor eficiencia de utilización del forraje
producido (Hodgson, 1983).
El manejo que hagamos de la Carga Animal a través del tiempo, debe ser sumamente
cuidadoso, pues Cargas sobredimensionadas (sea en la cantidad de animales/ha o en el
tiempo de ocupación del potrero), pueden ser muy perjudiciales para la preservación de la
composición botánica del pastizal y como consecuencia de ello, para la productividad
forrajera a mediano o largo plazo. Curll y Davidson (1983), demostraron que altas Cargas
Animales llevan a la extinción de especies perennes y al dominio de gramíneas anuales, a
una afectación de la economía del N y a una reducción a largo plazo de la calidad del
pastizal; esto puede obligar a períodos más largos de descanso, clausuras temporarias o
necesidad de resembrar el potrero, lo que finalmente incrementa los costos de
producción.
G) Técnicas de Refinamiento del Pastizal: son las distintas técnicas y/o metodologías
que pueden emplearse para mejorar la Condición del pastizal, favoreciendo la dominancia
o instalación de especies de valor forrajero, incrementando su potencial productivo,
liberando espacio para la germinación de los pastos, eliminando material vegetal
senescente para favorecer el rebrote tierno de las forrajeras o permitiendo la recuperación
natural (por Clausuras) o artificial (por Siembras e Intersiembras) del estrato herbáceo o la
recuperación natural (por Protección de Renovales) o artificial (por Reforestación) del
estrato arbóreo.
a) Grado de Cobertura: se refiere a todo tipo de material vegetal que cubre el suelo
(vegetales vivos y mantillo). En potreros sin degradación, hay suficiente material vegetal y
abundante mantillo; potreros con escasa vegetación, suelo compactado y ausencia de
mantillo, están indicando degradación.
h) Zanjas Activas de Erosión: esto incluye todas las zanjas que se originan por el arrastre
del agua que proviene de las partes más altas de la cuenca. El torrente incontrolado,
indica erosión y sobrepastoreo en las partes altas; en estos casos se aconseja la
suspensión temporaria (en la época de lluvias) o permanente del pastoreo en esas zonas
y la implantación de especies de cobertura o la forestación.
j) Arbustos y Arboles Deformados por el Ramoneo: cuando observamos que los arbustos
han perdido su forma normal y su tamaño se vuelve achaparrado o cuando vemos que
árboles como los algarrobos, guayacanes, talas o mistoles tienen su copa perfectamente
cortada a una distancia de entre 1,50 y 2,00 mts del suelo, podemos asegurar que ya el
estrato herbáceo no brinda sustento suficiente a los animales, los que se dedican a
consumir exageradamente a las leñosas, a un ritmo tal que no les permiten recuperar el
follaje perdido, produciendo las deformaciones descriptas.
Clausurar un potrero significa retirar la totalidad de los animales del mismo, durante un
tiempo determinado en función del grado de perturbación o deterioro que tiene el área,
para permitir la recuperación de la diversidad florística y la productividad forrajera del
pastizal.
Para que esta acción de manejo produzca beneficios significativos, debe realizarse
entre los meses de crecimiento vegetativo y/o reproductivo de las especies forrajeras
naturales. En el caso del NOA, si la Clausura se hace entre principios de Octubre y
primera quincena de Enero, estaremos favoreciendo la recuperación vegetativa del
pastizal (mayor vigor y crecimiento aéreo de la planta, mayor acumulación de reservas,
mayor productividad forrajera); si el descanso se hace entre mediados de Diciembre y
fines de Abril favoreceremos el desarrollo reproductivo del pastizal (formación y
maduración de semillas, acumulación de reservas, resiembra natural o semillazón, mejora
futura en la densidad de plantas/m2).
Kunst et al. (1987) presentan el caso de Trichloris crinita (Lag.) Parodi (una de las
especies forrajeras naturales más importantes del NOA), indicando que el rebrote activo
de macollos y hojas comienza días después de una precipitación efectiva primaveral. Ese
es el momento desde el cual debe iniciarse la Clausura, si queremos recuperar el vigor
del pastizal. Otra etapa importante es la aparición de las primeras inflorescencias (suele
darse desde fines de Diciembre en adelante) y si se cierra el potrero al pastoreo a partir
de este momento, se favorece la resiembra natural del pastizal.
Otra razón para utilizar una Clausura Temporaria es cuando se detecta cierta falta de
vigor en el crecimiento de las forrajeras (plantas más pequeñas, retraso en las diferentes
etapas fenológicas, menor macollaje por planta, etc). En este caso es aconsejable
clausurar el potrero durante la estación de crecimiento (en nuestro caso desde mediados
de Octubre hasta fines de Enero), para lograr que las plantas puedan llegar sin problemas
a su IAF máximo y a partir de allí acumular suficientes reservas como para asegurarse un
adecuado rebrote después de una defoliación. Este tratamiento, al igual que en el caso
anterior, es muy eficiente si se aplica en casos leves de degradación.
A medida que sean más severos los síntomas que se observen en el pastizal, serán
más largos los períodos de Clausura implementados. En algunos casos será necesaria
una Clausura Temporaria que incluya ambas épocas citadas (etapas de crecimiento y
reproducción) y en casos más complejos será necesaria una Clausura de 1 a 2 años.
Como ejemplo del grado de recuperación que puede obtenerse en la forrajimasa del
estrato graminoso, citamos el caso de una Clausura de 2 años en el Rancho Corso (en el
Chaco Semiárido Boliviano), donde después de este tiempo se obtuvo un incremento de
casi el 200 % en la productividad forrajera del lugar (Terán Cardozo, 1995); es importante
destacar que este resultado se obtuvo partiendo de un potrero en condiciones de
degradación severa.
f) permitir una continua semillazón e instalación de nuevas plantas a partir de las primeras
instaladas;
Para el uso eficiente de esta técnica se deben tener en cuenta cuatro aspectos
básicos, según lo aconsejado por Sosebee (1999), a través de experiencias realizadas en
Texas y California (EE.UU):
- El patrón fisiológico que está pasando la planta, lo que define el destino de los
fotosintatos producidos, para poder tomar decisiones.
b) Rolado, como una forma rápida de eliminar el sombreado de los arbustos y abrir el
acceso a los animales. El rolado es también una buena alternativa para permitir la
siembra de una pastura subtropical cultivada. En algunas experiencias en Sgo. del Estero,
esta metodología permitió recuperar la productividad de pastizales naturales a valores de
5 a 6 Tn/forraje/ha y en el caso de siembra de Gatton Panic, elevar estos valores a 9
Tn/forraje/ha (Kunst, 2002, comunicación personal).
Los tipos de desmonte que pueden emplearse son: a) Mecánico; b) Manual; c) con
Fuego. Los dos primeros son los más difundidos en el NOA y la elección de uno u otro,
depende de factores tales como la superficie a desmontar, el tiempo requerido para la
terminación del trabajo, los recursos económicos disponibles, el destino productivo que
tendrán esas tierras y el interés o no por la extracción de recursos del monte (rodrigones,
postes, trabillas, leña, etc).
a) Mecánico: puede darse la variante de trabajar sobre montes bajos o montes altos. Para
montes bajos (propios del Parque Chaqueño Occidental), que son los de aptitud
ganadera, las metodologías utilizadas pueden ser: Desmonte por Topado, Desmonte por
Cadeneado y Desmonte por Rolado.
El Desmonte por Topado se hace mediante topadoras de oruga, las que después de
abrir una picada central, topan el monte hacia ambos lados de la misma, formando
cordones que luego deben ser quemados. Este tipo de topado, tiene el problema de
arrastrar mucha suelo al cordón. Una forma de minimizar esto es con el uso de palas tipo
rastrillo.
VENTAJAS
- rápida incorporación de grandes superficies a la actividad productiva
- mayor continuidad en el trabajo
- razonable disponibilidad de maquinaria adecuada en las regiones semiáridas
- menor mano de obra y menores dificultades en las relaciones laborales
INCONVENIENTES
- rápido y elevado desembolso de dinero
- no aprovechamiento eficiente de los productos del desmonte
- destronque poco eficiente
- remoción importante de la capa superficial del suelo
- dificultad para dejar árboles seleccionados por sombra o valor forrajero
b) Manual: es aquel que utiliza la fuerza y destreza humana para la extracción de las
leñosas; se puede aplicar sobre cualquier tipo de monte, pero en general no suele abarcar
superficies muy grandes. La Tabla 20 presenta las ventajas e inconvenientes de este tipo
de desmonte (Nazar Anchorena, 1988).
VENTAJAS
- incorporación gradual de pequeñas superficies, en función del capital disponible
- aprovechamiento total de los productos del desmonte
- posible venta de estos productos, abaratando el costo del desmonte
- destronque muy efectivo, permitiendo la entrada posterior de maquinaria
- permite seleccionar y dejar árboles de utilidad
- no produce movimientos importantes de suelo
INCONVENIENTES
- es lento, se estima entre 0,5 y 1 ha/mes/hombre (depende del tipo de monte)
- escasez de mano de obra y discontinuidad en el trabajo
- relaciones laborales complicadas (por provisión de alimentos y refugio)
Los tipos de Desmonte descriptos, son los generalmente realizados para la habilitación
de tierras con fines agrícolas, pero si el objetivo es que el destino del campo sea la
producción ganadera, el Desmonte aconsejado es el Selectivo.
En este caso, para planificar el Desmonte se debe conocer primero la contribución que
cada una de las especies arbóreas y arbustivas del campo, pueden hacer al proceso
productivo pecuario. Esto significa poder discriminar entre aquellas especies que
aportarán sombra y/o alimento a los animales, de aquellas que no tendrán aportes
significativos en estos rubros. El Cuadro 6 de este trabajo, presenta listas de especies
leñosas de nuestra región, que nos pueden orientar al momento de realizar un Desmonte
Selectivo, en relación a su contribución alimenticia. Con respecto al aporte de sombra por
parte del estrato arbóreo, se ha probado fehacientemente que especies como Schinopsis
quebracho colorado (Schlecht.) Barkl. et Meyer (quebracho colorado), Prosopis alba
Grisebach (algarrobo blanco), Caesalpinia paraguariensis (D.Parodi) Burkart (guayacán) y
Zizyphus mistol Grisebach (mistol), son fundamentales de preservar en el potrero, en al
menos un rango de 15 a 20 % de cobertura de la superficie; en potreros sin sombra, el
stress térmico de los animales, reduce hasta en un 20 % sus posibilidades de ganancia
diaria de peso. Tampoco se debe perder de vista la posible utilización forestal de estas
especies, si el objetivo de manejo del campo nos lleva a la implementación de un sistema
de producción silvopastoril.
Otras de las razones importantes por la cual se justifica dejar algunas leñosas en el
campo, es la benéfica contribución que los árboles realizan sobre los pastos, en relación a
disponibilidad de N, eficiencia en el aprovechamiento del agua de lluvia, protección de
heladas y duración del ciclo vegetativo. Estos aspectos, no siempre tenidos en cuenta,
permiten que los pastos situados en el área basal del árbol (sobre todo si este es
leguminoso), puedan disponer de un mayor tenor de N en el suelo por aporte de la
simbiosis con microorganismos y la descomposición de hojas caídas del árbol, de alto
valor proteico (se han medido caso de pastizales con hasta 2 % más de Proteína Bruta
bajo el árbol que en el abra); al momento de una precipitación, el árbol recolecta agua en
toda su copa y la escurre por las ramas y el tronco depositándola en una superficie basal
concentrada, pero aún más importante es el efecto posterior a la lluvia, donde por el
sombreado retrasa la evaporación respecto de los sitios abiertos, resultando de estos
efectos, una mejor eficiencia en la disponibilidad hídrica de los pastos bajo su influencia;
sabemos que la deshidratación de los pastos es muy dependiente del efecto de las
heladas sobre los mismos y el árbol protege de esto a los individuos situados bajo su
copa, los que de esta manera se mantienen más tiempo en estado verde, alargando su
ciclo vegetativo. Todas estas contribuciones que significan una mejor productividad para
el pastizal, serán efectivas siempre que el número y distribución de árboles/ha, sea tal que
no signifique la sobreutilización de su área basal por el ganado.
- Quema Prescripta: tiene por objeto eliminar el fachinal y el rastrojo lignificado de los
pastos, favoreciendo un rebrote más rápido. Este método (que no está permitido
legalmente en la provincia), suele ser muy empleado en los pastizales de altura en
Tucumán, compuestos básicamente por Festuca hieronymi Hack. y Stipa ichú (Ruiz y
Pavón) Kunth (Martín et al., 2002). La condición para la quema es tener una buena
cantidad de material combustible en el sitio, cosa que en los pastizales muy degradados
es difícil de conseguir.
El modelo de simulación Century, predice que en pastizales quemados todos los años,
se produce una disminución del contenido total de N (de la mineralización neta de N y de
la biomasa microbiana de N), a partir de los 8 años de esta práctica. A pesar de
observarse un balance negativo de N en el largo plazo, los pastizales bajo quema
mantienen una mayor producción que los sin quemar. Esta contradicción se explica por:
a) una mayor eficiencia de uso del N; b) la posible sincronización entre la liberación de N
por la biomasa microbiana y la absorción por la planta; c) una extensión de la estación de
crecimiento de las pasturas, por el calentamiento temprano del suelo; d) la combinación
de todas estas razones (García, 1993).
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el mayor o menor grado de afectación
que pueda tener un ecosistema por la acción del fuego, dependerá de las características
del ecosistema, la intensidad y duración del fuego y la frecuencia con que el área sufre el
efecto del fuego. González et al. (1999), evaluando el efecto de un incendio accidental
muy severo en la Reserva Forestal Chancaní (Chaco Occidental Semiárido de la Prov. de
Córdoba), concluyen que:
- Disminución del pH en los estadíos iniciales del incendio, pero con recuperación de los
valores normales después de 12 a 18 meses.
- Disminución del contenido de M.O. en las áreas quemadas (tanto en pastizal como en
bosque), durante los primeros 6 meses; a partir de allí, la M.O. aumentó
progresivamente hasta llegar a niveles similares al suelo no quemado, a los 18 meses.
- El N total del suelo quemado en pastizal, siempre fue mayor que en las áreas no
quemadas, aunque solo resultó significativo en el muestreo inicial (por esto se
considera como un efecto directo positivo, solo en los momentos posteriores a la
quema); en los suelos de bosque, no hubo diferencia en este aspecto para ninguna de
las situaciones.
El primer paso es la perfecta delimitación del área a quemar, lo que puede hacerse con
cortafuegos (franjas de terreno libres de vegetación) realizados a mano, con maquinaria o
con contrafuegos (fuego en retroceso). El ancho del cortafuego será variable en función
de la altura de la vegetación a quemar, el tipo de vegetación cercana, la posibilidad de
diseminación de “pavesas”, el tipo de fuego empleado, etc. Las distancias pueden así
variar desde pocos metros a casi un centenar de metros.
Los restantes factores que influyen sobre el comportamiento del fuego son:
Temperatura del aire (T), Humedad Relativa del aire (HR), Velocidad del viento (VV),
Topografía, Turbulencia del aire y Cantidad y Densidad del combustible (Kunst, 1993).
Los tres primeros, que son directamente dependientes de las condiciones climáticas del
lugar, nos indican que antes de la quema se debe contar con una información
climatológica precisa para el día previo y el o los días de trabajo.
La T es importante pues cuando mayor es, menor es la energía o calor que se precisa
para que el material combustible entre en ignición. Al mismo tiempo, altas T colaboran en
la creación de “corrientes de convección” cercanas al suelo, que actúan como chimeneas
y acarrean pavesas que pueden encender áreas no deseadas. La T adecuada para evitar
estos problemas debe estar entre los 10 y 27 °C (con un óptimo entre 15 y 24 °C) (Wright
y Bailey, 1982).
Respecto de la dinámica del fuego y tipos de fuego a emplear, podemos decir que
cuando un punto del terreno se enciende, el área circular originalmente quemada,
adquiere al poco tiempo forma ovoidea o elíptica según el efecto incidente del viento.
Pueden darse así, tres posibilidades: a favor del viento (Fuego Frontal); en contra del
viento (Fuego en Retroceso) y hacia los laterales (Fuego de Flanco) (Martín, 1999b).
Se usa mucho en quemas prescriptas de arbustales o monte cerrado, pues por la gran
cantidad de material combustible, la masa vegetal experimenta un precalentamiento
elevado que favorece su encendido, asegurando la quema de leñosas (llegando al
cambium de la planta).
El Fuego Frontal presenta el mayor largo de llama de todos los tipos antes
mencionados y el desprendimiento de energía que produce, supera en 10 a 12 veces al
de un fuego en retroceso en idénticas condiciones ambientales.
Entre las aplicaciones más frecuentes de este tipo de fuego, están la de limpieza de
sotobosque en plantaciones forestales y la construcción o ampliado de la superficie de
cortafuegos (mediante quemas sucesivas de pequeñas franjas de 0,20 a 0,50 m), para un
posterior Fuego Frontal.
El Fuego de Flanco requiere de un diseño de ignición más complejo que en los casos
anteriores. Consiste en el encendido de líneas de fuego en sentido paralelo a la dirección
del viento; se encienden varias líneas al mismo tiempo, cuidando que las centrales sean
un poco más largas y adelantadas que las laterales, lo que busca provocar un efecto de
convección hacia el centro, alejando el fuego de los costados. La intensidad obtenida, es
intermedia entre los tipos de fuego descriptos anteriormente.
Así como el fuego es una herramienta de manejo sumamente útil cuando está bien
empleado, puede ante un manejo irresponsable, transformarse en un elemento altamente
destructivo de los bienes e intereses de la empresa agropecuaria; esto se refleja
perfectamente en un proverbio sudafricano que reza: “el fuego es un buen sirviente, pero
un mal amo”.
- Intersiembra: tal como la palabra lo indica, es sembrar una especie sobre un terreno ya
cubierto por la misma u otra forrajera. Esta técnica se utiliza para el cumplimiento de dos
objetivos:
a) cuando observamos que un potrero tiene síntomas de deterioro en lo que respecta al
grado de Cobertura de las especies forrajeras; en otras palabras, cuando determinamos
que las forrajeras útiles están siendo raleadas por efecto de un inadecuado manejo. Es
entonces cuando debemos recomponer el stand o número de plantas/m2 para impedir la
invasión de malezas o leñosas. La intersiembra consistirá en la diseminación de semillas
de las especies deseadas, en épocas cuyas condiciones ambientales aseguren la
germinación de nuevas plántulas; mientras esto sucede es conveniente mantener
clausurado el potrero, hasta que la implantación de los nuevos individuos esté asegurada.
Es importante recordar aquí, que cuando más variada sea la diversidad de especies de
buen valor forrajero en un potrero, mayor estabilidad funcional tendrá el mismo, en razón
que las gramíneas incrementan el nivel de M.O. del suelo y recomponen su estructura en
superficie, mientras que las leguminosas restablecen el nivel de N del mismo y actúan
estructurando en profundidad.
Para conocer la Tendencia del Pastizal, es aconsejable medirla cada año, por lo
menos en los primeros cinco años de manejo; posteriormente puede hacerse cada dos o
tres años, si se comprueba que la Tendencia está estabilizada o es positiva. La forma
más práctica de establecer la Tendencia es mediante la lectura de transectas. Es
importante que las transectas evaluadas, estén situadas en los mismos lugares que se
colocaron en oportunidad de medir la Condición o Estado del Pastizal; para ello es
conveniente dejar instaladas en el campo, las estacas correspondientes a cada transecta,
con su número de identificación. Esto permitirá comparar los resultados obtenidos año
tras año y determinar si los patrones indicativos de buen manejo, presentan tendencia
positiva a través del tiempo.
Si bien como hemos visto, son numerosos los factores y acciones que inciden y hacen
a un buen manejo de los pastizales, se puede sintetizar que de una forma u otra, todos
ellos tienden a confluír en tres aspectos fundamentales que pueden ser perfectamente
controlados por el hombre: los Pastoreos, los Descansos y el Impacto Animal. Deregibus
(1988b), esquematiza a través del siguiente Cuadro, como el manejo de estos tres
aspectos puede influír positivamente sobre algunos procesos funcionales del ecosistema
pastizal, que aseguren una Tendencia favorable a través del tiempo; esos procesos
funcionales son el Flujo de Energía, la Partición del Agua, la Circulación de Nutrientes y la
Sucesión Ecológica y a continuación se detalla como impactan sobre ellos, los aspectos
de manejo mencionados (Tabla 22).
TABLA 22: Efecto de los Pastoreos, los Descansos y el Impacto Animal, sobre el
Flujo de Energía (FE), la Partición del Agua (PA), la Circulación de
Nutrientes (CN) y la Sucesión Ecológica (SE) (Adaptado de Deregibus,
1988b).
FE PA CN SE
Permiten aumentar la Mantienen activas a Aceleran la CN, por Al disturbar los
captación de E, al las hierbas, redu- el procesamiento de canopeos, permiten
estimular el rebrote y ciendo percolación tejidos vegetales en la instalación de
PASTOREOS la actividad fotosinté- y escurrimiento el tracto digestivo nuevas plantas y el
tica de las plantas animal rebrote de especies
de porte bajo
Permiten aumentar la Incrementan el uso Mejoran la explora- Favorecen la suce-
captación de E, por la eficiente del agua, ción del suelo por sión, al permitir el
vigorización de las porque las plantas las raíces y así triunfo de plantas
DESCANSOS plantas herbáceas; vigorosas exploran mejoran la capta- perennes más vigo-
esto se traduce en mejor el perfil del ción de nutrientes rosas y una mejor
mayor productividad suelo semillazón
Reduce la forrajimasa Rompe por pisoteo Pone en contacto Al romper costras y
mediante el consumo, costras del suelo y residuos vegetales mezclar residuos,
y estimula el rebrote acumula residuos con los descom- favorece la creación
IMP. ANIMAL con captación de E vegetales, lo que ponedores del suelo de micrositios para
mejora la infiltración la germinación de
nuevas plantas
Por supuesto que no todo es rotar de potreros por rotar. Se debe procurar usar los
Pastoreos, los Descansos y el Impacto Animal en la promoción de los procesos
funcionales del ecosistema pastizal. Esto significa que los potreros no tienen por que ser
de iguales dimensiones, ni tampoco iguales los tiempos de ocupación en cada ciclo o
pastoreo. Así, algunos potreros podrán en ciertos años ser salteados o pastoreados más
intensamente o quemados o intersembrados o subdivididos en base a una planificación
estratégica estacional o momentánea. El monitoreo permanente de los resultados
obtenidos, orientará los ajustes que en cada caso se requieran. Esto significa que el
manejador de pastizales, deberá tener claros algunos conceptos básicos de
funcionamiento de un ecosistema pastoril y del efecto de las interacciones del mismo con
los animales de producción. A todo esto deberá sumar su habilidad, capacidad de
observación, flexibilidad de criterio y constancia. Al decir de Deregibus (1988b), sólo con
el uso intensivo de intelecto y dedicación (dos productos de bajo costo), podrán obtenerse
permanentes y productivos resultados.
REFLEXIONES FINALES
A lo largo de este trabajo, hemos desarrollado las técnicas y herramientas de manejo
más aconsejadas, para asegurar un correcto y eficiente aprovechamiento de los recursos
forrajeros naturales. Si pretendemos asegurarnos de obtener productividades importantes
y sustentables sobre estos ecosistemas, no podemos prescindir de planificar en tiempo y
forma, un paquete tecnológico básico para el manejo de pastizales que puedan ser
vulnerables a procesos de degradación, el que debe incluir necesariamente:
Es allí donde factores tales como la Productividad o Peso (en kgs de Materia Seca/ha)
del pastizal, su Densidad, su Frecuencia y su Cobertura, comienzan a tomar real
significación al momento de tener que decidir sobre el manejo. Parámetros meramente
agronómicos como la Productividad y la Densidad de plantas/m2, son claves a la hora de
caracterizar un pastizal e inferir su potencial productivo bajo pastoreo. Parámetros más
ecológicos como la Frecuencia y la Cobertura, ayudan en muchos casos a realizar más
finamente esta tarea.
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ANEXO
Figura 1: Dyksterhuis, 1949. Condiciones del Pastizal.