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2.

Opinión crítica

¡El regalo de la imperfección!

Este escrito se basará en una crítica al capítulo "principio del Estado", del libro Dios y el Estado,
del autor Mijaíl Bakunin.

El autor refuta constantemente la omnipresencia de Dios e incluso cuestiona sus decisiones, no


obstante, ¿qué seria del hombre si Dios no le hubiese permitido establecerse autónomamente en
el mundo, desarrollando así sus instintos y capacidades mientras se relacionaba con lo
desconocido? Dios con base en su eterna justicia, otorgó el libre albedrio al hombre, y este, en su
versión más primitiva y ante millares de posibilidades inició su aprendizaje terrenal, percibiendo
los diversos fenómenos naturales y adaptándose a las múltiples circunstancias en las que se veía
envuelto desde su origen.

Cuando el raciocinio germinó en el hombre, también surgió su curiosidad y veneración por


aquello que aún no asimilaba, los astros, las tempestades, los truenos, etc. Dando inicio al
concepto religioso que conocemos como paganismo, el cual representaba la solución más eficaz
para el hombre de la época, que debido a su temor instintivo generaba una tendencia a la
búsqueda de su propia seguridad, y satisfacía su necesidad de identidad a la sombra de un ser
superior.

Como podemos ver, el hombre pagano basaba su conocimiento en supersticiones y construía


diferentes creencias acordes a su observación de la realidad, pero que no poseían un fundamento
objetivo, no muy diferente al pensamiento arcaico y retrogrado de Bakunin. El autor sobrevalora
el entendimiento de los cristianos acerca de Dios, que no es más que una pretensión de
comprensión muy lejana de la verdad. Por consiguiente, Mijaíl está argumentando en contra de
creencias y juicios de valor a través de creencias y juicios similares.

Tal como los católicos utilizaron el nombre de Dios en defensa de sus propios intereses, Bakunin
utilizo la identidad de los cristianos en defensa de sus ideales. Paradójicamente, ambos
postulados dejaron a un lado las enseñanzas de Cristo, quien fue la prueba viviente de la
manifestación de Dios en la tierra, no por sus milagros, ni tanto por su sabiduría, sino por su
amor. Jesús fue como una rosa que emanó su fragancia en el jardín sin importar quien la
percibiese, pecador o virtuoso, pobre o rico, este estado incomprendido para nosotros es el
verdadero amor, que el apóstol Pablo intentaba definir en el libro de 1 Corintios, diciendo:

“No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la
injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo
soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y
la ciencia acabara”

Por otra parte, Bakunin (1882) realiza la siguiente afirmación: “el obrero se juzga según el grado
de perfección de su obra” criticando la perfección de Dios con el argumento de la imperfección
humana. En respuesta a su postura, objetamos que Dios no hace estructuras muertas como un
obrero, sino que podemos medir la perfección de su obra, el hombre, observando la habilidad
intrínseca humana para aproximarse a la perfección misma, y así entender que este mismo
concepto representa una limitación para su interminable desarrollo. En este punto se manifiesta
nuevamente el amor de Dios al hombre, no por otorgarle la perfección, sino por permitirle la
búsqueda de su propio potencial.

A modo de conclusión, es cierto que los cristianos viven en un sueño, pero alguien que también
tiene los ojos cerrados no puede entenderlo. No se trata de hacer el intento de cambiar el sueño
de los religiosos, como pretende Bakunin, sino simplemente de ayudarlos a despertar. La
consciencia colectiva de la humanidad ha evolucionado de a poco, junto con la comprensión del
amor y la religión en su estado puro y espiritual. La esencia de Dios está en nosotros y en cada
uno de los seres vivos, pero lastimosamente la hemos abandonado para centrarnos en cuestiones
más banales, por tal razón es necesario realizar un constante ejercicio de introspección, que es
justamente lo que falta el hombre para alcanzar su anhelada plenitud.
3. ¿Qué es el Estado?, según el texto.

La concepción del autor se basa en una serie de críticas al Estado idealista, partiendo del
principio libertad que ha sido trastornado irónicamente por el Estado liberal, en otras palabras, es
el sacrificio de la libertad natural y de los intereses de cada uno, tanto los individuos como de las
unidades colectivas, comparativamente pequeñas: asociaciones, comunas y provincias, a los
beneficios y a la prosperidad del gran conjunto. 

En el texto se plantea el idealismo, como una corriente que ignora las condiciones económicas de
la sociedad y no considera la existencia de clases antagónicas, ni la lucha entre clases. De hecho,
para explicarlo, podemos citar al mismo Bakunin (1882):

“Hay en la naturaleza misma del Estado algo que provoca la rebelión. El Estado es la
autoridad, es la fuerza, es la ostentación y la infatuación de la fuerza. No se insinúa, no
procura convertir: y siempre que interviene lo hace de muy mala gana; porque su
naturaleza no es persuadir, sino imponer, obligar. Por mucho que se esfuerce por
enmascarar esa naturaleza como violador legal de la voluntad de los hombres, como
negación permanente de su libertad.”

La sociedad emergente es consecuencia del temor instintivo del hombre, y su búsqueda constante
de seguridad, incluso la actitud del hombre ante el Estado es como la de un perro ante su amo, y
como la del hombre ante Dios. Sin embargo, ningún hombre se somete a otro hombre, de ahí el
espíritu de competitividad y el “sálvese quien pueda” que promueve la sociedad liberal. Ahora la
concepción de los individuos en la sociedad es explotarse a sí mismos, bajo la falsa idea de
progreso impuesta por esta sociedad depredadora, que solo termina siendo un autoengaño del
individuo basado en la libre obligación de maximizar el rendimiento.

Desde nuestra perspectiva actual y el fundamento del texto, podemos concluir que la denigración
de la humanidad para mayor gloria de la divinidad es equivalente a la denigración de la humidad
para mayor gloria de la cientificidad, que es visible en el presente. En ese caso el idealismo
teórico sucumbe en el materialismo practico, que se denota en una emancipación de la materia,
pero no del individuo.
4. Comparación del texto con la película vista

Es propio de la posición privilegiada matar el espíritu y el corazón de los hombres, esto provoca
un sentimiento de miedo y amedrentamiento, que es sin duda una de las armas más poderosas
usadas por quienes ejercen el poder. También se denota la opresión por parte de la fuerza del
Estado, lo cual refleja un gran vacío político, por consiguiente, genera el despertar de los
oprimidos, ya que desarrolla las dos facultades que Bakunin menciona: la de pensar y la de
revelarse.

Como bien refleja la película “La estrategia del caracol”, existía una gran represión a los
habitantes de la casa denominada la “pajarera”, por el empresario Uribe, que, aprovechando su
poder económico y las facilidades proporcionadas por el Estado, recurrió a una conducta
despótica. En la búsqueda de la igualdad económica y la justicia social, los inquilinos decidieron
conformar una rebelión, la cual contuvo un carácter similar al ejecutado por el idealismo practico
de las masas oprimidas, representado por el levantamiento de la bandera roja a lo largo de la
historia.

Finalmente, concebimos que existe una relación inversamente proporcional entre el idealismo y
el materialismo, ejemplificada en el ejercicio estratégico de los inquilinos, pues representa un
impulso natural de supervivencia reafirmado por la fe; esto muestra una cara positiva del
idealismo en su aspecto religioso (la firme creencia colectiva en la virgen que los vinculó en la
búsqueda del bien común), que actuó como catalizador de la autonomía de los sujetos, y les
permitió apropiarse verdaderamente de su libertad.

Referencias

Bakunin, M. (1882). Dios y el Estado.


Han, B. (2010). La sociedad del cansancio

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