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En suma: los distintos sonidos del habla humana tiene significados diferentes. Estudiar
esta coordinación de determinados sonidos con determinado significados es estudiar el
lenguaje. Dicha coordinación permite al hombre “interaccionar” con gran precisión.
Asi, cuando, por ejemplo, decimos a alguien la direccion de una casa que no ha visto,
estamos haciendo algo que ningun animal puede hacer.
LEONARD BLOOMFIELD
Las formas vagas e insignificantes de hablar y el mal uso del leguaje han pasado desde
hace tanto tiempo por misterios de la ciencia, y las palabras duras o mal aplicadas, sin
apenas sentido alguno, tienen, por prescripción, tal derecho a que se las tome por saber
profundo y talento especulativo, que no va a ser facil convencer ni a los que las
pronuncian ni a quienes las escuchan, de que solo son tapaderas de la ignorancia y
estorbos para el verdadero saber.
JOHN LOCKE
Posibilidad de comprobación
Los informes deben ser comprobables. Quizá no siempre podamos comprobarlos
personalmente, porque no podemos estudiar las pruebas de cada detalle referido ni
podemos ir a la carretera en cuestión antes de que levante los vehículos que han
chocado. Pero, si convenimos más o menos en el significado de las palabras, en qué es
un metro, un kilómetro o una fanega, etc., y en la medida del tiempo, es poco el peligro
de que no nos entendamos. Aun en el mundo de nuestros días, en que todos discuten
con todos, nos fiamos considerablemente de los informes recíprocos. Preguntamos por
dónde se va a tal sitio a gente totalmente desconocida. Seguimos las direcciones y
señales de la carretera sin sospechar quienes las pusieron allí. Leemos libros de ciencias,
matemáticas, automovilismo, viajes, geografía, la historia del vestido y temas por el
estilo, y siempre suponemos que el autor se ha tomado la molestia de informarnos lo
mejor que pueda. La mayor parte de las veces, no nos equivocamos. Dado el interés que
ponemos en discutir la intención partidista de periódicos, propagandistas y, en general,
de tantas comunicaciones como recibimos, tendemos olvidar que todavía nos queda una
enorme cantidad de información fidedigna, y que las notificaciones deliberadamente
falsas son menos en tiempo de guerra, mas bien excepciones que reglan el deseo de
defenderse. El impulso y necesidad de los seres humanos a establecer un intercambio de
información fidedigna, también los lleva a considerar merecedora de reproche la
información falsa.
El su nivel mas alto, el lenguaje de los informes es el de la ciencia. Queremos significar
con “el nivel más alto” la mayor utilidad general. Protestantes y católicos, obreros y
capitalistas, alemanes del este y del oeste están de acuerdo con los significado de
símbolos como 2x2=4, 100°C, H2O, 3:35 AM, 1940 a. de J.C., 1000k watts, Quercus
agrifolia, etc. Pero se preguntaran: ¿Cómo puede haber acuerdo entre individuos de
ideas distintas, sobre filosofía política, creencias religiosas, ética y la supervivencia de
mí negocio versus la supervivencia del suyo?
Es que las circunstancias obligan a los hombres a ponerse de acuerdo, les guste o no les
guste. Por ejemplo, si hubiese en Colombia maneras diferentes de designar la hora del
día y los meses del año, se haría imposible la vida al tener que elaborar doce calendarios
distintos, doce tipos de relojes y doce horarios para los negocios, los aviones y los
programas de televisión; eso sin referirnos al esfuerzo que se necesitaría para explicar
las diversas nomenclaturas.
Por tanto, el lenguaje de los informes, incluso el más exacto de los informes es un
lenguaje de “mapa”, el cual, al presentarnos descripciones bastante precisas del
“territorio” nos proporciona un buen conocimiento. Quiza sea un lenguaje soso y sin
interés a veces: no suelen leerse las tablas de logaritmos y los directorios telefónicos por
diversión, pero nos son imprescindibles. Muchas veces tenemos que decir las cosas en
nuestra conversación y nuestros escritos corrientes de manera que todos lo entiendan
bien y esten de acuerdo con lo que decimos.
DEDUCIONES
Expresiones como: “Pensaba mucho en sí mismo”, “tenia miedo a las mujeres”, “era
víctima de un complejo de inferioridad”, “Era muy inteligente”, formuladas a base de
observación social, son tan considerablemente deductivas como las basadas en la lectura
de los periódicos, por ejemplo: “Lo que verdaderamente quiere Estados Unidos es
impulsar un modelo capitalista a nivel mundial”.
A pesar de ejercitarnos en evitar las deducciones para solo declarar lo que hemos visto y
experimentado, todos propendemos a equivocarnos porque el proceso de sacar
consecuencias es rápido y casi automático. Cuando vemos un coche que va en zigzag
por la carretera, decimos sin querer: “mira ese conductor borracho”, aunque lo que
vemos son únicamente los movimientos extraños del coche. El que esto escribe vio una
vez a un hombre dejar una propina de un dólar en el mostrador de una cafetería y
marcharse inmediatamente. Mientras pensaba en lo raro de una propina tan generosa en
establecimiento tan modesto, llegó la camarera, cogió el dólar, registró en la caja
noventa centavos y se metió los otros diez en el bolso. Resultaba que me había
equivocado; no se trataba de la propina sino de la cuenta entera.
Esto no quiere decir que nunca debamos hacer deducciones. La incapacidad de hacerlas
constituye un indicio de trastorno mental, así escribe Laura Lee, especialista en curar los
trastornos del habla: “La adulta afásica a la que estaba tratando tenia gran dificultad,
debido a sus lesión cerebral para hacer deducciones sobre la foto que le mostré. Me
explicaba perfectamente lo que ocurría en la escena, pero no era capaz de decir lo que
podría haber ocurrido inmediatamente antes o después de la toma de la foto”; por eso,
no se trata de que no hagamos deducciones, sino de que comprendamos qué son
deducciones.
JUICIOS
También deben excluirse los juicios del ejercicio que recomendamos. Entendemos por
juicio, todas las expresiones de aprobación y desaprobación de los hechos, personas u
objetos que describimos. Por ejemplo: en el informe escrito no podríamos decir: “Era un
coche estupendo” sino algo por el estilo de esto: “Lleva rodando 80.000 kilómetros y no
ha necesitado ni una sola reparación”. Igualmente las afirmaciones como: “Pedro nos
engañó” deben eliminarse y substituirse por algo que pueda comprobarse: “Pedro nos
dijo que no tenia las llaves de su coche, pero, al sacar el pañuelo unos minutos después,
se le cayeron.” Tampoco podríamos decir en un informe: “El senador era testarudo,
cerrado y sin ganas de cooperar”, o “Fue valerosamente fiel a sus principios”. Sino que
debe declararse: “El voto del senador fue el único contrario al proyecto de ley”. Mucha
gente considera como afirmaciones de hecho las siguientes: “Pedro nos engañó”, “Juan
es un ladrón”, “Gonzalo es inteligente”. Sin embargo, en el sentido corriente, eso de que
nos “engañó” se supone, primero, una deducción (que deliberadamente nos expuso
hechos falsos), y segundo, un juicio (que quien lo dice reprueba lo que hizo Pedro,
según sus deducciones). En los otros ejemplos, podríamos cambiar las expresiones por
estas: “Juan fue condenado por robo a dos años de cárcel” y “Gonzalo toca violín, y es
el primero de su clase, y capitán del equipo de debates”. Repárese en que decir que
alguien es un ladrón es declarar una realidad: “ha robado y volverá a robar”, lo cual
tiene más de deducción que de informe. Hasta “ha robado” constituye una deducción (y
al mismo tiempo, un juicio) sobre algo discutible, inclusive para quienes estudiaron las
pruebas del cargo. En cambio, decir que “fue condenado por robo” es formular un
informe comprobable en los archivos del tribunal y de la cárcel.