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La victoria del bando cristiano, 

encabezado por el Imperio español,


sobre la flota turca en el golfo de Lepanto desató la euforia en Roma.
La flota del Imperio otomano parecía ahora menos imbatible, y el
Papa Pío V –máximo valedor de la empresa– estaba empeñado en que
la Cristiandad jamás lo olvidara. Como la batalla había tenido lugar el
primer domingo de octubre, la victoria fue atribuida a la «Virgen del
Rosario». Y a partir de esta fecha, el rezo del Rosario se popularizó
entre las masas.
Según distintos relatos, mientras la batalla transcurría, el Papa Pío V
aguardaba recitando en Roma el Rosario. Durante el rezo, el Papa
salió de su capilla y, por aparente inspiración, anunció a todos los
presentes y con gran calma que la Santísima Virgen le había
concedido la victoria a los cristianos. Así, todos los 7 de octubre la
Iglesia católica celebra una fiesta al rezo del Rosario, ya que se
atribuyó la victoria directamente a la intercesión de la Virgen
María.
La festividad se llamó en su origen «Nuestra Señora de las
Victorias», pero el Papa Gregorio XIII modificó el nombre de la
solemnidad por el de «Nuestra Señora del Rosario».
El Rosario (del latín rosarium «rosal») es un rezo tradicional católico
que conmemora los veinte «misterios» de la vida de Jesucristo y
de la Virgen María, recitando después de cada uno de ellos un
padrenuestro, diez avemarías y un «gloria Patri». No en vano, su
práctica se remonta al año 800, cuando se instauró para permitir a los
cristianos que no sabían leer una forma sencilla de recitar avemarías.
Aunque su uso se perdió a finales de la Edad Media, el beato Alano
de la Roca se encargó de recuperar el rezo en Colonia (Alemania)
durante el siglo XV.
Y tras la batalla de Lepanto, la Cristiandad –en especial los países del
sur de Europa– adoptó en masa el rezo del Rosario. La demostración
de su auge fueron los rosarios públicos que surgieron en
Sevilla en 1690 y que se extendieron muy pronto por España y sus
colonias americanas. En Sevilla llegó a haber en el siglo XVIII más de
150 cortejos que diariamente hacían su estación por las calles rezando
y cantando las avemarías y los misterios. Los domingos y festivos
salían de madrugada o a la aurora. Al principio eran masculinos, pero
ya en el primer tercio del XVIII aparecieron los primeros
Rosarios de mujeres que salían los festivos por la tarde.
Batalla de Lepanto, el zarpazo a los turcos
La Batalla de Lepanto fue un combate naval que tuvo lugar el 7 de
octubre de 1571 en el golfo de Lepanto, frente a la ciudad de Naupacto,
en Grecia, donde se enfrentaron la armada del Imperio otomano
contra la de una coalición cristiana, llamada Liga Santa.
La batalla reunió a 211 galeras, seis galeazas cristianas contra 208
galeras, 66 galeotes y fustas otomanas. En suma, cien mil hombres
aproximadamente combatieron en cada frente. No en vano, las
pérdidas turcas fueron altísimas con 205 galeras hundidas o
capturadas, 30.000 bajas y 8.000 prisioneros. La victoria cristiana
permitió alejar la nítida amenaza de que los turcos, en confabulación
con los moriscos españoles, pudieran asestar un zarpazo sobre la
propia península Ibérica.

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