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Cold Sleep Narise Konohara

COLD SLEEP
Narise Konohara

-ESTA ES UNA TRADUCCIÓN SIN FINES DE LUCRO-

Traducido por 48rounin

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Cold Sleep Narise Konohara

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Si alguien pasara una aspiradora por cada rincón de mi cabeza, pensó
Tohru Takahisa, me pregunto si es así como se sentiría. ¿Quién soy?... ¿Qué soy?
No importa lo mucho que lo piense, nada viene a mi mente. Es como si el interior
de mi cabeza fuera un pedazo de lienzo en blanco, sin nada sobre el.

El lugar estaba vacío. Era una sala, pero tenía el aire desolado de una bodega
gracias a las cajas de cartón apiladas en el rincón. Parecían confirmar las palabras
de un hombre que aseguraba se acababa de mudar.

Tohru podía ver el cielo oscuro a través de las ventanas descubiertas. La


calefacción se encendió con un zumbido débil y la brisa fresca, no cálida todavía,
soplo sobre sus mejillas haciendo que un escalofrío recorriera su espalda. El
hombre puso las maletas con las cosas de Tohru por la pared, luego desapareció en
la cocina frente a él. Sobre la alfombra, incapaz de quitarse el abrigo, Tohru siguió
desinteresadamente la figura desvanecida del hombre; callado como siempre.
Antes de llegar allí, habían cenado en un restaurante familiar, pero incluso en ese
entonces, un silencio opresivo había flotado en el aire, como si hubieran estado en
un velorio. Ya que había habido ruido alrededor de ellos, Tohru había encontrado
su silencio el más preocupante. Pero tal vez a él era al único que le había
importado; porque como siempre la cara del hombre había sido inexpresiva, y no
había podido adivinar qué es lo que él pensaba. Tohru había juzgado a varia gente
como habladora o no, pero incluso comparado con gente que él había considerado
“callada”, este hombre hablaba extremadamente pocas palabras.

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* * *

Dos horas atrás, Tohru había salido del hospital. Su salida se había retrasado
para que coincidiera con el tiempo de salida del hombre. Al principio esperó por el
hombre en su habitación, pero por la tarde se retiró a la sala de espera. Estaba
mirando televisión para matar el tiempo, cuando la cara conocida de la enfermera
apareció por la entrada y dijo, “Oh, Takahisa-kun. Me preguntaba si ya había sido
dado de alta he ido a casa.”

“No vendrán a recogerme hasta después de las siete. Pero parece que habían
más pacientes, por lo que me pidieron salir de la habitación,” respondió Tohru
sonriendo tímidamente.

A las 6:00 p.m. Tohru captó los deliciosos aromas de las cenas que estaban
siendo servidas en el hospital, haciendo que su estómago rugiera. Mientras
ansiosamente se preguntaba si el hombre llegaría pronto, la enfermera —ahora sin
uniforme, tal vez en su camino de regreso a casa— asomo la cabeza, “Tome, no le
diga a nadie,” dijo dándole un bollo.

“No será lo mismo sin usted, Takahisa-san. El viejo Ikegami-san está muy
triste. Lo consideraba un nieto.”

El viejo Ikegami-san, que había sido hospitalizado por una cadera dislocada,
era un cínico charlatán, secretamente conocido entre las enfermeras como “el
viejo”. Teniendo la suficiente mala suerte como para conseguir la cama frente a él,
Tohru había sido un público prisionero, forzado a escuchar historias sobre los
“turbulentos años de la Era Showa1”. Gracias a esto, Tohru podía decir todos los
nombres de la unidad aérea del anciano y los nombres de los nietos de su segundo
hijo.

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Era Showa (1925 - 1989): Fue un periodo de gran sufrimiento para los japoneses. La depresión económica se esparció, las
exportaciones declinaron y la bancarrota se volvió frecuente.

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“Pero cuando estaba saliendo del cuarto, me dijo ‘Ahora voy a tener mejor
ventilación aquí.’”

Tohru media más de un metro setenta, y cada vez que había pasado por
enfrente del anciano había recibido varias quejas, “Deja de bloquear la luz” o “Ya
se puso opaco aquí”. La enfermera le reprocharía chasqueando la lengua y
sacudiendo su dedo índice.

“Sé que era grosero, pero usted le agradaba. Varia gente ha pedido ser
cambiada de habitación porque no soporta las viejas historias del viejo Ikegami-
san, pero usted las escucho todas.”

De hecho, Tohru no había podido negociar por otra habitación.

La enfermera sonrió y le dio una palmada en el hombro.

“Lo más difícil está por delante, pero usted es un buen muchacho, así que
pienso que estará bien. No se vaya a dar por vencido.”

Tohru pensó que la enfermera le daba demasiado crédito, pero aprecio sus
palabras de aliento. Sin embargo, la ansiedad que cubría su corazón como una capa
no desaparecería. Si era dado de alta del hospital, las ventajas de ser un paciente
desaparecerían. Incluso si su cabeza nunca volvía a la normalidad, él tendría que
integrarse a la sociedad. Incluso si no sabía nada o no podía hacer nada.

El estruendo de una bocina lo trajo de vuelta al presente. Mientras estaba


perdido en sus pensamientos, el cuarto se había calentado. De la cocina frente a él,
Tohru pudo escuchar el silbido del agua al hervir.

Se asomó por la ventana, preguntándose si podría encontrar la fuente del


ruido, pero estaba demasiado oscuro como para ver algo. En lugar de eso, reflejado
en el cristal, donde la noche se proyectaba, estaba el rostro de un hombre joven que
Tohru no conocía. Ya habían pasado tres meses, y Tohru todavía no se
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acostumbraba a ese rostro; la cara de un hombre de 22 años llamado Tohru


Takahisa. Su rostro. Sin embargo, al mirarlo, Tohru sentía una distancia fría, como
si estuviera mirando la fotografía de alguien más.

El crujido del piso de madera hizo que Tohru se volteara, el hombre se


acercaba con dos tazas en las manos. El fragante aroma del café se esparció por la
triste habitación. “Toma,” dijo el hombre, ofreciéndole una de las tazas.

“Gracias...”

Estaba suave y delicioso, tan distinto del de las máquinas expendedoras del
hospital. El hombre se acercó a la ventana y miro afuera, al escenario
completamente oscuro bajo él, ocasionalmente llevándose la taza de café a la boca.

* * *

Su nombre era Keishi Fujishima. Tenía 28 años y era cuatro pulgadas más
bajo que Tohru. Era delgado con una cara fina de facciones pequeñas regulares
pero ordinarias, casi inexpresivas, que no ofrecían ninguna pista sobre lo que
pensaba. Su cabello siempre estaba perfectamente peinado y su camisa nítida.
Unido a su rostro inexpresivo, estos le daban una impresión de alguien frío y
pedante. Sin embargo, uno para nada obtenía esa impresión de sus palabras o trato
para con esos alrededor de él. Para ser francos, Fujishima era antisocial, pero uno
podía fácilmente ver que esto no era por frialdad.

En el momento en que Fujishima dejo de mirar afuera, sus ojos se


encontraron con los de Tohru, quien aparto la vista rápidamente.

“He preparado lo que puedas necesitar en tu cuarto. Por favor no dudes en


hacerme saber si falta algo.”

“Um... gracias por todo, en serio.”

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Frente al agradecido Tohru, Fujishima bebió su café inexpresivamente. Me


sentiría más cómodo si hubiera dicho algo como, ‘No te preocupes por eso,’ o ‘Ya
me devolverás el favor,’ pensó Tohru. Por así decirlo, Tohru a menudo sentía
como sus palabras flotaban en el aire a ningún lado cuando hablaba con Fujishima.

* * *

Sus memorias con Fujishima habían comenzado tres meses atrás, pero Tohru
todavía sentía algunas reservas sobre el hombre. Incluso Fujishima daba una
sensación de mirarse a sí mismo desde lejos. Tohru era incapaz de recordar si
alguna vez había tenido alguna pequeña charla informal con él. Sabía que
Fujishima era mayor, y que cuando no había podido entender el vació en su
cabeza, Fujishima le había dicho, “Tú y yo somos amigos.”

“Luces cansado. Deberías ir a descansar.”

Tohru no había hecho nada en particular en todo el día. No creía estar


cansado, pero de repente se dio cuenta de que ir a descansar significaba que podría
estar solo, y de repente quería salir de ese lugar incómodo.

“Está bien. Entonces iré a la cama.”

Tohru asintió brevemente, y Fujishima le asintió ligeramente de regreso.


Antes de ir a su habitación, llevo las tazas vacías a la cocina. No sabía cómo usar el
grifo, así que las lavo con agua helada en lugar de caliente. Pensó que sus dedos se
congelarían.

Deslizo su maleta sobre su hombro, y camino frotándose las manos hacia la


puerta donde le habían dicho seria su habitación cuando lo guiaron alrededor del
lugar. Al entrar, calor como el del principio de la primavera llenaba la habitación.

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De pie en la sombría habitación de 6 esteras2, que solo tenía una cama, Tohru
podía oír el zumbido de la calefacción trabajando.

* * *

¿Quién soy? Tohru comenzó a preguntarse, pero la respuesta no estaba en


ninguno de los cajones de su mente.

Tres meses atrás, cerca del final de Agosto, había habido un accidente.
Aparentemente uno de tránsito. Ya que Tohru no podía recordar nada, las historias
que había escuchado de otros comenzaban a tornarse vagas expresiones. Recordaba
despertar en la Unidad de Cuidados Intensivos, rodeado de varias máquinas, y todo
lo demás desde entonces, pero nada antes de eso.

Cuando despertó después del accidente, la enfermera le preguntó su nombre.


Tohru sabía que le estaban preguntando “su nombre,” pero el “nombre” crucial no
venía, y no pudo responder. Lo mismo sucedió con su edad, dirección, trabajo, y
los nombres de su familia. El interior de su cabeza estaba en blanco, como si
hubieran borrado todo.

También había estado confundido, pero la atmósfera alrededor de él había


estado aún más cargada de confusión de los doctores y enfermeras. Después de un
tiempo, un hombre entró en su habitación. Tohru no reconocía su rostro. El hombre
lo miro con una expresión fija, giro hacia el doctor y dijo, “No hay error. Este
hombre es Tohru Takahisa.” Tohru Takahisa... Tohru Takahisa... incluso después
de haber oído su nombre, nada le venía. Era como si el nombre perteneciera a
alguien más.

Tenía lesiones craneales y el pulmón derecho dañado. Sus costillas y


clavícula estaban fracturadas y su brazo derecho dislocado. Encima de todo eso, las
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6 Esteras (6畳): 畳 (Jyoo) es una unidad de medida utilizada para indicar la dimensión de una habitación. 1畳 corresponde a la
dimensión de una estera de tatami que es aproximadamente 180 x 90 cm.

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lesiones craneales habían resultado en amnesia. Ese era el diagnostico que se había
quedado con él. Tohru podía ver que las lesiones y huesos rotos habían sanado casi
completamente durante esos tres meses, pero sus recuerdos permanecían en el
lugar del accidente donde los había perdido. A pesar de todo el tiempo que había
pasado no habían regresado.

Tohru estaba asustado de su memoria en blanco. ¿Dónde había nacido? ¿Qué


clase de padres lo habían criado? ¿Qué clase de amigos había tenido? ¿Cómo había
sido su vida escolar? ¿Que había estado haciendo, y que había estado planeando
hacer...? No miraba un camino para él, ni antes ni después, y eso lo asustaba. Su
ansiedad creció, y comenzó a desquitarse con otros, “Duele no saber nada.”

Luego el joven doctor que lo había llevado a emergencias hablo con él, sus
ojos parpadeando lentamente tras sus lentes, “Basados en casos pasados de
amnesia, no hay evidencia clara y definitiva de cuando sus recuerdos regresaran.
Para ponerlo en términos extremos, podría ser mañana, o podría ser dentro de
veinte años. Pero en lugar de preocuparse acerca del pasado, ¿Por qué no piensa en
el futuro? Todavía es joven, Takahisa-san...”

Vete al diablo, había pensado. Fácil para ti de decir —no has perdido tus
recuerdos. No sé qué me gusta o no, o cuáles son mis intereses... ¿Cómo se supone
que voy a tener una visión de mi futuro? No es como si algo vendrá de la nada...
Eso era lo que había querido decir, pero en su lugar solo bajo la cabeza y mordió
su labio.

Ni siquiera estuvo una semana en el hospital al cual había sido llevado.


Fujishima decidió transferirlo a otro hospital porque, “Hay un doctor que conozco
ahí.” No consultó con Tohru, pero ya que él no tenía razón para objetar, hizo como
el hombre decía.

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Todo el tiempo que estuvo interno, solo Fujishima fue a verlo.

Otra que escuchar historias sobre su pasado de Fujishima, que iba a visitarlo
una vez al día como un reloj, Tohru no tuvo otras opciones para averiguar acerca
de sí mismo. Sin embargo, el hombre en el que dependía se volvió más taciturno, y
construir su pasado tomo un largo tiempo.

De acuerdo con la historia de Fujishima de su historia personal, Tohru había


perdido a sus padres a una edad temprana, no tenía hermanos o parientes cercanos
—en corto, Tohru estaba completamente solo en el mundo. Se había graduado del
colegio y trabajaba como chófer de entregas. Había sido despedido de ese trabajo
en el momento del accidente y desalojado del apartamento donde había estado
viviendo por falta de pago. Tohru escuchó el pasado hablado tan indiferentemente
por Fujishima, las desgracias que desfilaban como con previo aviso, como si
estuviera escuchando los asuntos de alguien completamente diferente. No sintió
que eso fuera todo sobre él, a tal punto que solo pensaba, “Ya veo.” Sin embargo,
cuando su cuerpo sano y fue dado de alta del hospital, él abruptamente se preocupó
sobre su vida futura. El seguro del auto cubriría su hospitalización y el costo de los
tratamientos, había dicho Fujishima. Sin embargo, no quedaba nada para pagar
algo más, como el depósito para un nuevo apartamento. Fujishima entonces le dio
un sobre, diciendo que era valioso. Contenía un sello personal 3, un certificado de
seguro, y 30,000 yenes. No había un celular, lo que era extraño. “¿No tenía
celular?” le pregunto a Fujishima.

“Era un teléfono de la compañía, así que fue regresado cuando dejaste tu


trabajo,” le dijo. Parecía que no había tenido un teléfono privado. Tampoco había
una libreta de ahorro entre las cosas, así que parecía que no tenía ahorros.

3
Sello Personal (判子): 判子 (hanko) es un sello que se utiliza a manera de firma en Japón y algunas otras áreas de Asia.

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Incluyendo los 3,650 yenes que tenía en su billetera al momento del accidente más
los contenidos del sobre, el capital total de Tohru eran 33,650 yenes4.

Tohru consideró pedirle prestado dinero a Fujishima, pero era difícil para él
sacar el tema del dinero. Tohru tenía un amigo que no recordaba. Este amigo se
había hecho cargo de los procedimientos del seguro, pagado el hospital, etc. por su
bien, además había ido a verlo todos los días, así que Tohru pensaba se habían
hecho cercanos. Y aun así, él estaba bien consciente de marcar la distancia entre él
y este hombre navegando a la deriva.

Una semana después de dejar el hospital, Fujishima sugirió, “¿Qué te parece


quedarte en mi apartamento por un tiempo después de que te den de alta?” Al
principio Tohru pensó que estaba salvado, pero después empezó a preguntarse si
estaba bien, así que no fue capaz de regocijarse honestamente. Tohru sabía que
Fujishima no era un hombre malo. Al contrario, era casi demasiado gentil. Y aun
así, la sensación de incongruencia que sentía en momentos le turbaba grandemente.

Tohru se preguntó si no podrían ser más cercanos. “¿Dónde nos


conocimos?”

Después de un silencio tan largo que Tohru pensó estaba siendo ignorado,
Fujishima respondió, “Trabajamos en el mismo lugar.” Intento preguntar qué clase
de trabajo, pero Fujishima dejo la habitación antes de que pudiera hablar, y así la
historia termino ahí. Tohru se preguntó que podría tener en común con un hombre
seis años mayor, incluso si habían trabajado juntos... y ahora tres meses habían
pasado, y él todavía no tenía idea.

4
33, 650 yenes aprox. 409 dólares.

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* * *

La estadía de Tohru en el hospital había durado tanto tiempo, que al parecer


su reloj interno se había fijado para despertarlo a las 6:30 a.m. cuando la enfermera
comenzaba sus rondas para la extracción de sangre. Incluso allí, se despertó a la
misma hora. Miro el reloj en la pared y sonrió. La habitación estaba cálida y
agradable, y no quería dejar la acogedora cama, pero mientras se perdía en las
sabanas y dormitaba, se oyó un golpe seco en la puerta de la habitación. Eran las
7:30 a.m. Tohru recordó entonces que estaba en la casa de alguien más, no en el
hospital, y corrió hacia la puerta, lamentando su desordenado estado.

Fujishima estaba allí, sereno, en un traje gris, y su cabello perfectamente


arreglado. Tohru inconscientemente trato de arreglar su aspecto. Estaba
avergonzado de acabar de levantarse y de todavía llevar puesta su pijama arrugada.

“Me voy a trabajar. Debería estar de vuelta a las 7:30,” diciendo esto,
Fujishima le dio un billete doblado de 10,000 yenes5 y una llave. “Esta es la llave
de la casa. Y si tienes hambre, consigue algo para comer con esto.”

Tohru inconscientemente se hizo para atrás. “No puedo aceptar eso. ¡Es
demasiado!”

“Si sobra algo, puedes comprar comestibles.”

Presionando el dinero en su mano, Fujishima se marchó. Pero incluso


después de que cualquier signo de él hubo desaparecido, una muda incomodidad
permaneció. Solo comprando un jugo o un sándwich, cuando sus comidas en el
hospital habían sido poco, reduciría el dinero a casi a la mitad. El dinero sobrante
lo alimentaria por un mes en el mejor de los casos. Tohru sabía que podría llegar a

5
10,000 yenes aprox. 121 dólares.

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esto tarde o temprano, pero... aceptando dinero como este hería su orgullo como
hombre.

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Tohru no podía dejar las cosas de esa manera. No podía dejarse endeudar
lentamente con Fujishima. Sus heridas del accidente habían sanado; incluso si aún
tenía amnesia, él podía moverse. Podría trabajar perfectamente. Dándose una
palmada en la mejilla para calmarse, Tohru salió de la habitación. En el baño, se
lavó la cara y afeito con la rasuradora que había usado mientras había estado en el
hospital. Sintiéndose renovado, regreso a la habitación. Se cambió por unos jeans y
una camisa y se puso el abrigo. Apretando fuertemente la llave con su mano, Tohru
dejo el apartamento. Mirando desde el pasillo frente al vestíbulo, vio un parque
justo detrás del edificio, algo que se había perdido por la oscuridad de la noche
anterior. Era tan grande como el patio de una escuela.

Tomo el ascensor hacia el primer piso y salió del edificio. Después de mirar
excesivamente a ambos lados, Tohru cruzó la calle y entró al parque. Una vereda
rodeaba el gran lago en el centro, y alrededor habían cajas de arena, columpios y
objects d’art6. Bajo un gazebo cerca del lago, dos jóvenes madres con bebes en
carriola charlaban augustamente.

Dejando el parque y al cruzar la calle, Tohru se encontró con un mercado.


Parecía ser un barrio viejo y la apariencia de las tiendas era casi retro, pero todavía
era muy temprano por lo que todas estaban cerradas. Sus persianas puestas.
Atravesando el mercado había una estación de metro. Más allá había una librería y
en la distancia se podía ver la cartelera de una farmacia.

Tohru se paseó por el lugar, volteando de vez en cuando para confirmar la


locación del edificio del apartamento de Fujishima. Si se perdía, ese sería el final
6
Object d'art: Literalmente en francés significa "objeto de arte", se usa para describir obras de arte que no son pinturas, esculturas
o dibujos. El término es algo flexible, y se utiliza a menudo como un término amplio para "todo lo demás".

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—nunca sería capaz de regresar. No sabía el número de teléfono o dirección del


apartamento. Si no sabía cómo regresar, y aunque fuera a una estación de policía,
no podría decir más que su nombre y edad. El viento frío de invierno paso por sus
orejas, y Tohru se encogió y metió sus manos en los bolsillos de su abrigo.

Inseguro de ir más lejos, Tohru regreso después de llegar al frente de la


farmacia. Mientras caminaba de regreso por la orilla del parque su estómago rugió.
Dios, tengo hambre, pensó. En el momento preciso, diviso un minisúper al otro
lado de la calle. De pie frente a la tienda, como si lo estuviera llamando adentro,
Tohru noto un cartel de “Se Busca Ayuda” en la pared. Lo contemplo por un rato,
el suficiente para que el dependiente dentro lo viera con curiosidad.

Fujishima regreso después de las ocho esa noche. Entrando a la sala con una
expresión cansada, saludo a Tohru, quien estaba viendo televisión, con un “Ya
llegue” y puso una bolsa plástica de la tienda en el comedor para dos.

“Traje comida. Voy a cambiarme, así que adelántate y empieza sin mí.”
Habiendo dicho eso, salió de la habitación. Tohru sacó las cosas de la bolsa y las
arreglo sobre la mesa, así la cena empezaría en el momento que Fujishima
regresara. Había dos cenas completas con complemento y dos tés fríos. Parecía que
Fujishima, fiel al típico soltero, no cocinaba por sí mismo.

Habiéndose cambiado de ropa, Fujishima regresó y comió su comida en


silencio, sin intenciones de conversar. Una vez que hubo terminado, simplemente
recogió las cajas vacías y las echo a la basura para inmediatamente salir de la sala.
Confundido, Tohru lo llamo para detenerlo. “Ey, ¿puedo preguntarte algo
realmente rápido?”

Fujishima regreso a la mesa y se sentó en la silla, miró la hoja que Tohru le


extendió, y murmuro una sola palabra “resumen…”

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“He decidido conseguir un empleo de medio tiempo en el minisúper por el


parque. Aunque es un trabajo de noche. De todos modos me dijeron que entregara
un resumen, y voy a entregar esto mañana, pero ya que no puedo recordar…
¿Tengo que darles el nombre de mi escuela también?”

Fujishima se quedó viendo el resumen por un rato, sin decir nada.

“La primaria no es necesaria. La preparatoria y empleos anteriores será


suficiente.”

“La preparatoria, ¿huh…?” incapaz de recordar, Tohru suspiró.

“Academia Municipal Shohyoh”

“Ese es el nombre de la preparatoria a la que fuiste”

Fujishima se volvió hacia Tohru y extendió su mano derecha. Aturdido,


Tohru le entrego el bolígrafo, y Fujishima escribió el nombre del colegio y todos
los empleadores hasta tres meses atrás en letras pequeñas angulares en la parte
posterior del portapapeles incluido con el resumen. Tohru transcribió eso
consultando los ejemplos en la aplicación.

“¿Por qué decidiste conseguir un empleo?” el tono de Fujishima no era


severo, pero tenía un aire de reproche.

“Porque está cerca y así puedo ganar dinero de inmediato. Me sentiría mal
debiéndote dinero todo el tiempo, y quiero ahorrar algo…”

“No tienes que preocuparte por el dinero,” la voz de Fujishima era dura.

“Pero yo solo no quiero depender en los favores de alguien más. Más


adelante, si te parece bien, ¿puedo enderezar esas cajas cuando tenga un rato
libre?”

“No tienes que hacer eso.”

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“¿Así que allí hay cosas que simplemente no debería abrir?”

“No te traje para que ordenaras el lugar. No tienes que preocuparte por hacer
cosas aquí. Solo preocúpate por ti mismo.”

Tohru entendía que Fujishima lo respetaba y era considerado con él. Sin
embargo, Fujishima le quitaría un peso de encima, si tan solo pudiera decir “Claro,
hazlo.”

“Voy a tener las tardes libres, y si no hago algo voy a estar inquieto. ¿No hay
nada que pueda hacer?”

Fujishima frunció el ceño e hizo una mueca. El asunto se estaba saliendo de


control. En el fondo, Tohru se preguntaba si no era un asunto serio. Fujishima
finalmente abrió la boca.

“Si te hace feliz, haz lo que quieras”

* * *

Trabajar en la tienda era genial, aunque el turno de 12:00 a.m. a 8:00 a.m.
fue duro al principio. Tohru caminaría por el parque con los pájaros cantando,
moviéndose contra el flujo de hombres en su camino al trabajo, iría a su habitación
e inmediatamente caería dormido. Hacia el anochecer, se levantaría y empezaría su
rutina. Tohru sentía como si se hubiera convertido en Drácula o algo, pero su
cuerpo se adaptó a esa vida nocturna en una semana.

Tohru no le dijo nada a su jefe o compañeros sobre la pérdida de su


memoria. No quería su simpatía o que extrañamente se interesaran en él. Sin
embargo, se hizo amigo con Masahiko Kusuda, un compañero del turno de la
medianoche. Kusuda era un estudiante solo dos años menor que él. A menudo,
cuando platicaban, Kusuda le hacía preguntas como “¿De dónde eres Takahisa?” o
“¿A qué clubes fuiste en el colegio?”. Al principio, Tohru esquivaba las preguntas
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vagamente, pero ya que no le gustaba mentir para ocultar cosas, Tohru le contó,
iniciando con, “No le digas esto a nadie.”

Al principio, Kusuda pensó que estaba bromeando y se rió de ello. “Sí,


claro”. A Tohru no le importó que no le creyera y no desmintió nada, pero tres días
después, Kusuda volvió a mencionar el tema con, “¿Era todo aquello verdad?”

Kusuda no simpatizaba con la amnesia de Tohru. Nunca dijo nada parecido a


“Pobre Tohru”, pero en su lugar se interesó porque “¡Parece algo de una película!”
Ya que Tohru siempre miraba una cara irritada en casa todo el tiempo, era un
alivio tener a alguien que aceptara el asunto con humor en lugar de con seriedad.

Esa noche, Tohru y Kusuda volvieron a ser puestos juntos para el turno de la
noche. A diferencia del día, no habían muchos clientes en la noche, pero todavía
habían muchas cosas que hacer, como limpiar la tienda, arreglar las repisas y
cambiar la mercadería. Y tomar turnos alrededor de la tienda era molesto, así que
Tohru y Kusuda se sentaron en el área del mostrador, simplemente pasando el
tiempo. Kusuda colaba revistas detrás de la caja registradora y las ojeaba una por
una en el punto ciego de la cámara.

“Oye, Takahisa, ¿vas a trabajar en la víspera de año nuevo, verdad?”

“Aja. Ya que el gerente me preguntó si podría.”

“Yo hice eso el año pasado. Desde la víspera de año nuevo hasta el tercer día
del nuevo año, es agotador. Hay gente regresando de la primera visita al templo del
año o yendo a ver el primer amanecer del año… simplemente no hay fin a los
clientes.”

“No hay problema. Tengo tiempo, y además me van a pagar extra por
trabajar durante el año nuevo.”

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Kusuda dejo salir un gran suspiro y cerro la revista. “¿Tu sombrío


compañero también prefiere trabajar que ir a casa y estar solo?”

Tohru de repente frunció el ceño. “Te agradecería que olvidaras lo de


“sombrío”. Además, Fujishima no va a regresar a casa. Parece que no se lleva bien
con su familia.”

“Guau, ¿En serio?”

“Algo sobre separarse de ellos…”

Los ojos de Kusuda se abrieron como platos. “¿Quieres decir ‘separarse’


como en ‘Es suficiente, Tú y yo terminamos’? ¡Eso es serio!”

“Claro que sí. También me preocupa, pero no puedo solo meterme y


preguntar.”

Incluso los compañeros de habitación sufrían todo tipo de problemas. Así


que habían cosas que Fujishima no le diría a Tohru, y él no diría nada sin que le
preguntaran. Hoy, eso había quedado claro una vez más cuando Tohru le había
preguntado si iría a visitar a su familia en año nuevo.

Había pasado casi un mes desde que Tohru llegara a vivir al apartamento.
Kusuda había sido un completo extraño, y se habían convertido en tan buenos
amigos que eran capaces de largas charlas, pero Fujishima seguía siendo reservado.
La distancia entre ellos apenas se había disminuido porque Fujishima era tan difícil
de abordar, por la deuda que Tohru sentía por todos los cuidados, y sobre todo
porque el tiempo que habían compartido había sido demasiado corto. Fujishima
estaba activo durante el día, Tohru en la noche. Solo se miraban durante la cena. Y
ya que Fujishima no hablaba durante la comida y se retiraba a su habitación justo
después de terminar de comer, nunca había tiempo para hablar.

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El trabajo era pesado, y Fujishima siempre regresaba a casa luciendo


cansado. El cansancio estaba en cada parte de él; en su rostro, en la forma en que
siempre bajaba la cabeza, y en la forma en que caminaba. Mirando la figura de
Fujishima yendo a su habitación después de comer, Tohru había pensado, “Está
cansado, tal vez solo quiere dormir”. Solo en la sala, Tohru se había sentido solo y
queriendo hablar con alguien, pero retener al cansado Fujishima por algo así
hubiera sido grosero, y por eso se había quedado allí, en silencio…

Kusuda sacó la propaganda de la revista. Era de un libro de fotografía de


alguna modelo, pero en la parte de atrás también anunciaba otra serie de libros de
paisajes y animales.

“Ahora que lo pienso, cuando estaba hospitalizado, Fujishima-san a menudo


me traía libros, diciendo que probablemente estaba aburrido, pero todos eran de
fotografía.”

“¿De desnudos?”

“Si lo hubieran sido, habría tenido un uso para ellos.”

Kusuda se rió a carcajadas. “¿Libros de fotografía, eh? Raro. Debería


haberte ofrecido revistas o videojuegos… algo que te ayudara a pasar mejor el
tiempo.”

“Sí. Aun así se tomaba la molestia en llevarlos, así que no me podía


quejar…”

Fujishima le había llevado alrededor de veinte libros durante el tiempo que


había estado en el hospital. Tohru los había alineado en la repisa, así que hasta las
enfermeras lo habían malinterpretado y pensado que le gustaba la fotografía.

“¿Entonces, a Fujishima-san le gusta la fotografía?”

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“Esa es la impresión que tengo.”

Kusuda entrecerró el ojo derecho “Sabes, hay —locos que piensan que
porque a ellos les gusta algo, a los demás también tiene que gustarles.”

“No digas eso. En su propia forma, él se preocupa por mí.”

Tohru todavía no había visto el interior de la habitación de Fujishima. Había


tocado desde afuera cuando había necesitado preguntar algo, pero nunca había
estado en ella.

No era como si Fujishima le hubiera dicho que no entrara, pero Tohru tenía
el presentimiento de que no debía. Tohru imaginaba que si abría la puerta a la
habitación más íntima del apartamento, encontraría una pared llena de repisas de
madera llenas de libros de fotografía, y una gran cámara profesional
cuidadosamente colocada.

“Escuchándote hablar…” Kusuda entrelazo sus dedos detrás de su cabeza


“No sé si Fujishima-san es considerado o no, si es amable o solo senil.”

Tohru considero una vez más al hombre que era Fujishima, pero no llegó a
ninguna conclusión. Sentía que todavía faltaban muchas piezas del rompecabezas
para poder entenderlo correctamente. Así que Tohru dijo lo único de lo que estaba
seguro.

“…Fujishima no es una mala persona.”

* * *

Esa noche, Tohru se despertó y levanto a las 5:00 p.m. Se puso el abrigo, la
bufanda y los guantes, y salió a comprar los ingredientes para la cena. Dio vueltas
por las tiendas del mercado, disfrutando de las amas de casa que pedían rebajas, y

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Cold Sleep Narise Konohara

comenzó a cocinar en cuanto regresó a casa. Preparó oyakodon7 así que solo
necesitaba poner el huevo encima. Tohru añadiría el toque final después de que
Fujishima regresara.

Una vez que Tohru se había enterado que Fujishima no cocinaba, ni siquiera
hervir agua, había comenzado a cocinar por sí mismo. Todas las noches, había sido
guarnición y/o comida de la tienda o del supermercado más cercano. Tohru había
estado seguro que el dinero que gastaban en comida no era demasiado; él
simplemente cocinaba porque no quería ser una carga. Cuando había abordado el
tema y preguntado si estaba bien que cocinara, Fujishima había aceptado de
inmediato. Pero en el momento que había visto que Tohru había preparado comida
para dos, le había pedido que se detuviera. Estaba bien que Tohru cocinara lo
suficiente para él, había dicho, pero no necesitaba que se excediera e hiciera para él
también. A pesar de que no existía un límite en asuntos de dinero, tales como
comida y ropa, Fujishima estaba muy en contra de que Tohru le hiciera favores.

Sin embargo, Tohru a su vez se resistía a quedar gradualmente en deuda,


como si Fujishima fuera su benefactor. Así que perfeccionó una estrategia para
combatir a ese hombre obstinado. Si Tohru decía que estaba cocinando para
reducir aunque fuera un poco los gastos de la comida, Fujishima nunca lo dejaría.
Por lo tanto, Tohru enfatizó que no lo hacía para reducir los gastos, sino porque
quería cocinar. Como resultado de su hobby, Tohru compartiría lo que cocinara
con Fujishima.

Cuando Tohru comenzó a cocinar por sí mismo, fue horrible. Él había


previsto una fantasía en la cual su antiguo yo era genial cocinando, así que cuando
comenzó había dejado que sus manos recordaran en lugar de su cabeza, dejando

7
親子丼 (oyakodon): Es una bola de arroz japonés que se prepara cociendo a fuego lento pollo, huevo, cebolleta y otros
ingredientes juntos en una salsa, sirviéndolos luego sobre un cuenco grande de arroz.

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Cold Sleep Narise Konohara

que trabajaran por si mismas… involucrando a Fujishima en los desastrosos


resultados. Aun así, Fujishima nunca se quejó ni una sola vez, no por el arroz
cocinado con la cantidad de agua equivocada, no por los aguados vegetales
salteados, ni siquiera por las hamburguesas quemadas al carbón. Fujishima
simplemente se lo comió todo sin expresión alguna.

Últimamente, Tohru había cogido el paso, y ya no cometía errores que le


hicieran cubrirse los ojos. Había aprendido que si seguía las recetas al pie de la
letra, no haría cosas que supieran horrible.

Ese día, Fujishima regresó después de las 7:30 p.m. Mientras comía, habló
por primera vez en mucho tiempo durante la cena, “Tengo que decirte algo después
de la cena. ¿Podrías esperar en la sala después?” Por un instante, Tohru pensó que
Fujishima estaba a punto de decirle que era hora de que se fuera y se las arreglará
por sí mismo.

Después de la cena, Tohru preparó café para los dos, y él y Fujishima se


sentaron frente a frente en el sofá de la sala. El sofá había aparecido en el
apartamento hacia una semana. Las cajas de cartón habían desaparecido y había
cortinas en las ventanas, pero por todo el tiempo que había pasado, el lugar aún
parecía abandonado y desolado. “Aquí quedaría bien un sofá,” había dicho Tohru.
Al día siguiente, Fujishima le había dado una tarjeta de crédito y pedido que fuera
a comprar un sofá. Había sido aterrador como Fujishima había entrado en acción
tan fácilmente a su sola mención. Tohru había reprochado, diciendo, “Yo fui quien
lo menciono, así que no tienes que pagar por el,” pero Fujishima no se dejaría
convencer una vez tomada una decisión. Tohru no había podido persuadir al terco
hombre, así que había escogido y comprado uno que fuera cómodo, aunque no
muy caro ni muy barato. Fujishima siempre se había retirado a su habitación justo

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Cold Sleep Narise Konohara

después de cenar, pero después que el sofá café retro llegara, empezó a pasar
aunque fuera solo un momento sentado en el después de la cena.

Ahora, sentado frente a Tohru, Fujishima dijo, “Esto es para ti” y le dio una
bolsa de papel de la librería. En el instante que Tohru sacó y vio lo que allí había,
su mente se inundó de marañas. Era un libro de fotografía, uno de esos anunciados
en las propagandas de las revistas que Kusuda leía en el trabajo.

“Gracias…”

Tohru no podía simplemente devolver algo que alguien había tomado la


molestia en comprarle, así que solo le había quedado dar las gracias. Al pasar las
páginas del libro, titulado “Lugares de Tokio”, el paisaje surgía claramente de las
páginas, a pesar de estar en blanco y negro.

Tohru puso el libro en la esquina de la mesita baja, y Fujishima le dio un


sobre un poco más grande que una revista.

“¿Qué es esto?”

“Solo mira dentro.”

Tohru sacó un formulario para la “Escuela Vocacional de Técnicas


Fotográficas SUOU”

“Queda a unas cinco estaciones de aquí. Los requisitos son haber


completado la secundaria o un equivalente de esta. Por lo que he escuchado, el
examen de admisión consiste en una entrevista y un ensayo en Marzo, y las clases
empiezan en Abril.”

“¡Que, espera un momento!” desconcertado, Tohru puso el formulario en la


mesa. “¿Me estás diciendo que vaya a una escuela vocacional de fotografía?”

“Creo que sería una buena idea.”

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Cold Sleep Narise Konohara

Tohru se preguntó porque esto había sido mencionado de la nada, pero los
ojos de Fujishima eran serios.

“Me imagino que será difícil hacer de la fotografía una ocupación. Pero, eres
joven y no hay nada de malo en tomar riesgos. Voy a ayudarte con los gastos
cuando estés asistiendo a clases, pero si no te gusta la idea, entonces piensa en ello
como un préstamo. Naturalmente no importa cuando me lo regreses.”

¡Espera, ¿qué?! Tohru pensó. Me gusta la fotografía, pero ¡nunca dije ni


una palabra sobre querer estudiarla! Y sin embargo, simplemente decides por tu
cuenta conseguirme esos libros de fotografía y salir con ‘¿Ve a una escuela
vocacional?’ Supongo que si tuviera un poco de interés en fotografía, estaría feliz
de tal propuesta. Pero aunque me fuerces a conseguir un trabajo en fotografía
encima de recomendarme a una escuela por un trabajo en el que no estoy
interesado, solo sería un fastidio.

Hasta ahora, Tohru había aceptado todo lo que le habían ofrecido, incluso
los favores. Ciertamente, muchas habían sido cosas que había necesitado, pero
había sentido la forma única de consideración de Fujishima incluso en las que no.
Esta vez no había forma de que solo dijera “Está bien.” Además de no tener interés
alguno, el costo de asistir a la escuela seria tal que los gastos hasta la fecha no
tendrían comparación.

Tohru desvió la vista de Fujishima y respondió evasivamente. “Mira, no sé


si…”

“¿Qué pasa?” Fujishima replico extrañamente.

“He recibido muchos libros de fotografía de ti, pero nunca pensé en ser el
que estuviera del otro lado y las tomara.”

“Tal vez encuentres la fotografía interesante mientras la estudias.”

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Cold Sleep Narise Konohara

En lugar de aceptar la negativa de Tohru seriamente, Fujishima tomo el libro


que Tohru había puesto en la mesa. Paso las paginas antes de detenerse en el
medio, cuando una sonrisa inesperada apareció en su rostro. Era una fotografía de
una niña sosteniendo fuertemente una muñeca, su rostro al borde de las lágrimas,
frente a una tienda de dulces…

“Puedes tomar fotografías que conmuevan a las persona. Creo que puedes
convertirte en un profesional.”

Tohru nunca había tocado una cámara, y no sabía en que se basaba


Fujishima para decir tal cosa.

“Todavía faltan tres meses para que comiencen las clases. Tomate tu tiempo
y piénsalo.”

Después que Fujishima dejara la sala, Tohru se quedó mirando las


fotografías. Pensó que eran buenas; podía escuchar a la gente en ellas respirar. De
todos modos, no le daban el deseo de tomarlas el mismo.

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Cold Sleep Narise Konohara

3
No había ni un solo cliente en la tienda temprano en la mañana. Los clientes
siempre dejaban de llegar alrededor de las 4:00 a.m. Comenzarían a llegar cuando
los primeros trenes del día empezaran a trabajar, pero hasta entonces, esas se
convertían en las “horas olvidadas” del día.

Tohru cambió la mercadería, y cuando regresaba al mostrador, Kusuda, que


estaba sentado tras el con sus ojos medio abiertos por el sueño, dejo escapar un
gran bostezo.

“Estar ocupado es una molestia, ¡pero no tener nada que hacer es aburrido!”

“Supongo”

Kusuda se restregó los ojos y dejo escapar un suspiro.

“Hoy es veinticuatro.”

Tohru le dio en la cabeza a un muñeco de Santa por la registradora.

“Sip. Cuando el mundo despierte será nochebuena.”

“Ahhh, esto apesta,” dijo Kusuda, rascándose la cabeza fuertemente.


“Hemos adoptado la cultura occidental completamente. Celebrar Bon8 y año
nuevo debería de ser suficiente si eres japonés, maldición.”

El otro día, Kusuda había terminado con la novia con quien había salido por
dos meses. Había estado hablando sobre todas las cosas divertidas que tenía
planeadas para navidad, pero ahora había dado un giro de 180° y unido a la fiesta
de los Scrooges. Tohru sonrió levemente y respondió con un casi habitual “Ahh, ya
no puedo más…”
8
Bon Odori (盆踊り): Es una temporada festiva durante la cual se da la bienvenida a las almas de los ancestros. El Bon Odori se
celebra en Japón cada verano (entre julio y agosto) y es organizado localmente por cada ciudad.

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“Ah, casi se me olvida. Le pregunte a un amigo antes, pero dijo que si


quieres tomar la fotografía en serio, cuesta mucho dinero.”

“Ya veo…”

Kusuda escudriñó el rostro de Tohru.

“Entonces, ¿cómo te ha ido con Fujishima-san desde entonces?”

“Lo mismo de siempre. Cada vez que lo veo, me pregunta, ‘¿Y bien?’”

Por todo lo que Fujishima le había aconsejado que se tomara el tiempo para
pensar en ello, estaba preocupado que Tohru se resistiera a entrar a la escuela
vocacional y le había preguntado “¿Estás seguro sobre esto?” cualquier número de
veces.

Tohru respondería “Todavía lo estoy pensando”, pero cada vez que repetía
eso, le molestaba cada vez más.

“Fujishima-san parece más tu tutor que tu amigo, Takahisa.”

Escuchar que se referían a Fujishima como su “tutor” hacia que sonara como
si Tohru fuera mantenido en su totalidad por el hombre, y no le gustaba la
sensación.

“Estaba pensando en lo que he oído de tu historia. Podría ser que antes de


que perdieras la memoria, ¿Te gustara la fotografía y le dijeras a Fujishima que
querías ser fotógrafo?”

“No lo creo.”

“Pero no te acuerdas, ¿verdad? Es posible, ¿no?”

Tohru dio unos golpecitos en el mostrador con sus dedos. “Si me hubiera
gustado la fotografía antes de perder la memoria, creo que algo hubiera venido de

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Cold Sleep Narise Konohara

nuevo a mí cuando vi esos libros. Los miré muchas veces cuando estaba en el
hospital, pero nunca sentí como si quisiera tomar alguna yo mismo.”

“Bueno, entonces, ¿por qué no le preguntas a Fujishima-san directamente?


Pregúntale por qué está presionando la fotografía en ti.”

Para ser honestos, Tohru se había preguntado lo mismo. Quería preguntar,


pero no podía. Muy de vez en cuando, Fujishima traía algún libro de fotografía a la
sala de estar y lo ojeaba. Eran como los de Tohru, pero como Fujishima nunca le
había pedido prestado ninguno, Tohru había decidido Fujishima tenía su propia
copia personal. Tohru suponía que a Fujishima le gustaba la fotografía. No lo
expresaba con palabras, pero cuando miraba los libros, sus ojos mostraban mucho
más entusiasmo y afecto que los de él.

Debía haber sido la ambición de Fujishima estudiar Fotografía. Si Tohru se


negaba por completo, entonces su relación actual, que incluso ahora no podía
decirse era increíblemente cercana, probablemente empeorara aún más. Si por
casualidad él y Fujishima peleaban por esto y le pedía que se fuera, Tohru se
quedaría solo y sin un solo recuerdo con el cual poder contar. Eso era lo que lo
asustaba más que cualquier otra cosa. Es por eso que no podía rechazarlo por
completo, diciendo “No” o “No quiero ir.”

Las puertas automáticas se abrieron, y al entrar un cliente en la tienda, una


campanilla resonó dentro. Reflexivamente, Tohru y Kusuda dieron la vuelta y
dijeron, “¡Bienvenido!” simultáneamente. Mentalmente se prepararon para lidiar
con el hombre del abrigo negro largo. Los ladrones eran frecuentes en esta hora de
la noche y hacia el final del año, el gerente les había advertido en repetidas
ocasiones que tuvieran cuidado. En el instante en que se encontraron con la mirada
del hombre, su cautela se disipó como una nube de humo. El cliente que había
entrado no era otro que Fujishima. Despacio, caminó una vez alrededor del interior
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Cold Sleep Narise Konohara

de la tienda, luego se dirigió a la caja registradora con un pequeño frasco de café


instantáneo y una barra de chocolate.

“Eso será 573 yenes.” Mientras Tohru hablaba, Fujishima sacó su billetera.
A pesar de que vivían juntos, Tohru pensó que sería demasiado formal y reservado
si Fujishima volvía sin una palabra, por lo que tomó la iniciativa. “¿Qué haces
despierto a esta hora?”

Fujishima levantó la cabeza. Aun cuando habían estado cenando, Tohru


había pensado que algo andaba mal con el color de su cara, y ahora su palidez
blanquiazul estaba acompañada por ojos inyectados en sangre. “Tengo unos
papeles que tienen que estar listos por la mañana, pero me estaba dando sueño, así
que tenía que hacer algo.... Pensé en tomar una taza de café, pero se me acabo.
Saber que no podía tomarlo me hizo quererlo aún más, así que salí a dar un paseo y
comprar un poco mientras estaba en ello.” Suspiró profundamente, aunque Tohru
lo escuchó como si estuviera diciendo “Estoy agotado”.

“El trabajo realmente te mantiene ocupado.”

“Es el final del año, así que es así en todas partes. Supongo que no estoy
acostumbrado a algunas cosas.... Aguanta tú también.” La música en la tienda
cambió a una canción ligera de Navidad. La mano de Fujishima, que estaba
esperando su cambio, se detuvo. “... Ah.” murmuro brevemente, tomó su cambio y
salió de la tienda. Después que Fujishima se había ido a casa, Kusuda se acercó a
Tohru y llamo su atención. “Así que, ¿ese es en realidad Fujishima-san?”

Tohru respondió que lo era, a lo que Kusuda asintió y dijo “Guau...”

“De hecho, lo he visto muchas veces. Pero por lo que me decías, había
imaginado que sería alguien mucho más ñoño, pero ¡él parece totalmente normal!”

“¿Qué quieres decir? ¡Yo nunca dije nada sobre que fuera un ñoño!”

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Cold Sleep Narise Konohara

“Bueno, sí, pero aun así.”

Otro cliente entró, una joven esta vez. Mientras la caja registradora sonaba
registrando la compra, una visión del rostro cansado de Fujishima parpadeó ante
Tohru. Tal vez esta noche deba preparar algo un poco más elegante para la cena,
pensó. Comer algo así podría animarlo. Es Navidad, por lo que podría ser perfecto
para una comida como esa. A pesar de que le decía a la clienta “Eso será 350
yenes, por favor,” Tohru ya estaba planeando el menú de esa noche.

* * *

Incluso en el mercado, donde Tohru estaba comprando víveres, la mujer de


la carnicería repetía “Navidad, Navidad” tal como Mito Koumon revelando su caja
sello , y el pobre Tohru, presionado sin misericordia, se vio obligado a comprar un
pavo, que después preparo a la parrilla estilo teriyaki. Era casi tan delicioso como
el pollo. Sopa de crema y salmón ahumado. Ensalada de frutas. Para el número de
elementos, la mesa sólo estaba un poco más llena de lo usual en las comidas.

Todo estaba preparado, pero el ingrediente fundamental, el propio


Fujishima, aún no había regresado. Tohru yacía en el sofá, sosteniendo su
estómago hambriento, y antes de darse cuenta, se había quedado dormido. Para
cuando Fujishima lo sacudió ligeramente para despertarlo, el reloj de la pared daba
casi las 09:00 pm.

“Siento llegar tarde.”

Debajo de los ojos apologéticos de Fujishima, Tohru sólo podía ver las
ojeras. El rostro del hombre parecía aún más desgastado de lo que había lucido
ayer. Tohru se levantó del sofá para así poder volver a calentar la cena de
inmediato, pero Fujishima le ofreció una bolsa de papel que había estado
sosteniendo.

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Cold Sleep Narise Konohara

“¿Qué es esto?”

“Lo compré para ti. Por favor, ábrelo.”

El rostro de Fujishima estaba más ansioso que el de Tohru por ver el


contenido del paquete. Tohru tenía un presentimiento desagradable al respecto,
pero en aras de responder a las expectativas de Fujishima, sacó el paquete de la
bolsa. Al arrancar el envoltorio, Tohru miró la foto del producto impreso en la
parte exterior de la caja, para luego regresarlo de vuelta a Fujishima, con bolsa y
todo.

“No puedo aceptar esto. Por favor, regrésala.”

Fujishima no tomó la caja.

“No tienes que contenerte.”

“No me estoy conteniendo.”

Representada en la caja había una cámara SLR. Sólo con mirarla, Tohru
podía adivinar la cámara dentro no era barata.

“Pensé que sería un buen regalo de Navidad. Tus sentimientos pueden


cambiar una vez que tengas en tus manos una cámara real.”

“Mira, sólo regrésala, por favor.”

“Eso no es necesario.”

“Bien, entonces yo la devolveré.”

Habiendo Tohru dicho esto, Fujishima finalmente pareció reconocer el


rechazo que Tohru estaba expresando desde el fondo. En ese momento, su rostro,
cansado pero al parecer en buen humor, oculto una expresión amarga.

“Si no te gusta esa cámara, puedo cambiarla por otra”

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Cold Sleep Narise Konohara

Tohru no pudo soportarlo más y alzó la voz. “No quiero esta cámara o
cualquier otra. No sé lo que esperas al conseguirme una cámara, pero no importa lo
mucho que me lo recomiendes no tengo ningún interés en tomar fotografías de por
vida”

Allí, por fin lo había dicho. Tenía miedo de la reacción de Fujishima, pero al
menos lo había sacado de su pecho. Así es, no tenía interés en la fotografía.
Hubiera sido mejor si lo tuviera, pero no había nada que pudiera hacer sobre sus
sentimientos.

“¿Por qué no estás interesado?”

La expresión y la voz de Tohru con claridad lo culpaban por rechazar la


fotografía. “No tengo una razón, sólo no me llama la atención”

“Pero tal vez con el tiempo...”

Tohru lo interrumpió en medio de la frase cuando empezó a expresar la


posibilidad.

“No creo que uno elija una ocupación especial como la fotografía sólo por el
interés popular. Uno tiene que querer hacerlo. Pero no lo hago. Aunque vaya a la
escuela a medias, no creo que vaya a poder hacerlo.”

Estaba seguro de que Fujishima había escuchado sus palabras con claridad.
Por un momento, Fujishima pareció perdido en sus pensamientos, pero luego dejó
escapar un gruñido.

“Pero sigo pensando que lo mejor para ti sería buscar la fotografía.”

Aunque Tohru había expresado su falta de interés, parecía que Fujishima


todavía no lo entendía. Tohru entonces se enojó con Fujishima por no comprender
la situación.

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Cold Sleep Narise Konohara

“¿Por qué insistes tanto en la fotografía, Fujishima-san? No quiero que me


obligues a hacer algo que no me gusta”

Fujishima frunció el ceño. “No recuerdo obligarte a hacer nada”

Fujishima había insistido tan persistentemente, y ahora tenía el descaro de


decir, “No recuerdo obligarte a hacer nada.” En un ataque de ira, Tohru pateó la
mesa. Sentado frente a él, Fujishima salto de sorpresa por el ruido.

“¡Haz hecho un gran trabajo en obligarme! ¡No tengo a nadie en quien


confiar aparte de ti, Fujishima-san! Y todavía sigues insistiendo una y otra vez...
¡incluso cuando te digo que no estoy interesado en la fotografía!”

“Nunca dijiste una palabra acerca de que no te gustaba.”

“Quise, ¡pero me decías que pensara en ello! Bueno, he pensado en ello por
mi cuenta, y ahora te digo que no me gusta.”

Fujishima suspiró. Su expresión, como si estuviera sorprendido por un niño


petulante, hirió a Tohru aún más.

“Cálmate y escúchame. Justo ahora, estás trabajando medio tiempo en la


tienda. Sentí que uno o dos meses te servirían como un período de rehabilitación.
Y que era bueno para ti trabajar fuera, pero es hora de que encuentres algo que
quieras hacer.”

Las palabras del doctor del hospital donde había sido remitido inicialmente
pasaron por su mente, “Pero en lugar de preocuparse por el pasado ¿por qué no
piensa en el futuro?”

Entiendo lo que estás diciendo, pensó Lo entiendo, pero encontrar algo que
‘quiero hacer’ no es tan simple. Es doloroso hablar de ello, y me hace sentir un
inútil.

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Cold Sleep Narise Konohara

En voz alta, dijo, “Estoy bien. Seguiré con mi trabajo en la tienda y cuando
mis recuerdos vuelvan y recuerde lo que quería hacer, voy a volver a mi vida
anterior.”

“¿Cuánto tiempo crees que pasará antes de que regresen?”

Al oír tales palabras despiadadas, Tohru apretó los puños, clavando sus uñas
en las palmas de sus manos, y bajó la cabeza.

“Puede que lo recuerdes mañana, o puede que nunca lo hagas. En lugar de


esperar y no hacer nada, creo que deberías poner esfuerzo en hacer lo que puedas
ahora.”

“¡Pero ya dije varias veces que no quiero trabajar en la fotografía!” Tohru


parecía histérico por el sonido de su voz.

“Tranquilo. No quiero discutir contigo.”

Escuchar eso de la misma persona que lo había irritado, hacía perder a Tohru
los estribos aún más. Tohru pensaba que Fujishima estaba siendo injusto y
antipático, pero por otro lado, lo que estaba diciendo todavía era cierto. Odiaba
que, incluso en su estado emocional, podía ver que Fujishima tenía razón.

“Muy bien. Si lo recuerdo, entonces estoy bien, ¿verdad? Voy a recordar


todo.” Tohru le dio al respaldo del sofá un golpe violento.

“¿Cómo vas a recordar?”

Ser interrogado sobre lo que había dicho en el calor del momento, hizo que
Tohru se sintiera avergonzado.

“Voy... Voy a tratar de preguntar por allí. Tal vez en el pueblo donde solía
trabajar... de cualquier forma, voy a hablar con personas que conocieron a mi viejo
yo. Tal vez pueda recordar algo...”

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Cold Sleep Narise Konohara

“Recuperarte de la amnesia es pura casualidad. Explorar ciegamente tu


pasado no te va a curar. ¿No fue eso lo que dijo el doctor? Hablar con la gente que
te conoció antes no te ayudara a recuperar la memoria.”

Fujishima estaba tan tranquilo que hacía que Tohru quisiera llorar. Apretó
los dientes y lo miró, luego salió de la sala y se encerró en su habitación. Se
acurrucó bajo las sábanas como un oso hibernando y se agarró la cabeza, llorando
en su frustración. Se maldijo a sí mismo en varias ocasiones por ser incapaz de
recordar algo, así como al egocéntrico Fujishima.

Su hambre se había ido muy lejos, y la cena de Navidad por la que había
trabajado tan duro por hacer, se había convertido en una pérdida de tiempo. Media
hora después, oyó un golpe en la puerta. Sabía quién era pero no iba a abrir.

“También me pase de la raya... Lo siento,” dijo la voz a través de la puerta.


Fujishima se había disculpado. Él había sido el culpable de haberlo hecho sentir
tan vacío, y la disculpa hacia que Tohru se sintiera mucho mejor. Fujishima era la
única persona en quien podía confiar ahora. Si lo dejaba, Tohru realmente estaría
solo. Eso lo sabía muy bien.

Si sus recuerdos regresaran... Tohru sujeto las sábanas con fuerza. Si sus
recuerdos regresaran, él conocería a más gente además de Fujishima, sería capaz de
recordar lo que había querido hacer... y no tendría que sentir esa soledad nunca
más.

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Cold Sleep Narise Konohara

4
Le tomó cerca de dos horas y media en tren para llegar a la ciudad en la que
había vivido. La lluvia se convirtió en nieve tan pronto como cruzó la frontera
prefectural. Eso por sí solo le dio a Tohru la inmediata impresión de que iba hacia
el interior.

Justo anoche había tomado la decisión de intentar e ir a donde había vivido.


Después de su discusión con Fujishima, Tohru había sentido que simplemente
tenía que volver y ver donde había vivido al menos una vez. Él no creía que su
memoria volvería dramáticamente solo con volver, pero quería al menos unas
cuantas pistas sobre su antiguo yo.

Con la esperanza de encontrar algo que lo ayudara a recordar, Tohru había


vaciado una vez más los contenidos de la caja que le habían dado, ya que
supuestamente contenía cosas que había utilizado antes del accidente, pero todo lo
que había contenido había sido un poco de ropa descolorida y algunos platos. Ni
una sola cosa allí lo ayudaría a recuperar su memoria.

La resolución de volver estaba bien, pero no tenía idea de a dónde volver.


Tohru sabía los nombres de la agencia de entregas y su antigua preparatoria de
cuando estaba llenando su hoja de vida, pero sólo eso. No podía pedirle a
Fujishima la dirección de su viejo apartamento o de la agencia —Fujishima había
dicho que volver seria “inútil”.

Así que al día siguiente, Tohru caminó al hospital después que su turno
había terminado. Cuando asomó la cabeza en la estación de enfermeras de la sala
de cirugía donde había sido admitido, una de las enfermeras lo reconoció y habló,
“¡Bueno, si no es Tohru! ¿Qué pasa?” Tohru le dijo sus razones para querer saber

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Cold Sleep Narise Konohara

donde solía vivir. “El doctor estaba en la parte de atrás justo ahora...” respondió
ella, y fue a llamarlo. Sin embargo, el doctor no sabía la dirección del viejo
apartamento de Tohru tampoco; la dirección registrada en su historial médico era
la del apartamento de Fujishima. Por el momento, Tohru solo consiguió que le
dieran la dirección y el teléfono de la clínica de emergencia de la que había sido
trasladado.

Era justo después de la próxima prefectura.

Tohru recordaba haber viajado en la ambulancia durante mucho tiempo


cuando había sido trasladado, pero nunca pensó que sería tan lejos. Después de un
viaje en tren más largo de lo previsto, se bajó en la estación, donde una tormenta
de nieve estaba en su apogeo al otro lado de la puerta de entrada.

Cuando llego al hospital, el joven médico que lo había atendido lo recordaba


bien. “La amnesia deja una fuerte impresión,” repitió dos veces. Habiendo Tohru
conseguido por fin la dirección de su antiguo apartamento, tomo la libreta en la que
había escrito y consiguió un taxi frente al hospital. La tarifa haría estragos en su
bolsillo, pero teniendo en cuenta la hora en la que tenía que coger el tren de
regreso, Tohru no tenía el tiempo para perder buscando a pie. El taxista no
reconocía el nombre del edificio de apartamentos que Tohru le indicaba, pero
supuso dónde era la dirección y condujo hasta allí.

“Supongo que es aquí...” Después de conducir por al menos unos quince


minutos, el taxista detuvo el auto. Desde el taxi, Tohru pudo ver un viejo y
miserable edificio de dos plantas. Escrito en un rotulo frente a el, al igual que en su
libreta, estaba “Villas Iwasaki”. Eso era todo. Tohru nunca pensó que viviría en
algún lugar de clase alta, pero... aun así, este era un edificio viejo. Se bajó del taxi
y camino todo el camino alrededor del edificio. El revestimiento de estaño en las
paredes se había puesto marrón rojizo con óxido, y la puerta del vestíbulo
38
Cold Sleep Narise Konohara

aparentemente solo era paneles de veta pegados a madera contrachapada, la base


de los cuales se había dividido y rizado hacia afuera.

No sentía ni una pizca de nostalgia. Tohru ni siquiera podía imaginar qué


clase de vida había llevado en ese lugar. Y sin embargo, era un hecho que había
vivido allí. Tohru entró lentamente en el edificio. Él había vivido en el apartamento
número dos en el primer piso. Tal vez las personas de al lado en el número uno o
número tres sabrían algo. Cuando estaba a punto de llamar a la puerta en el número
uno, se detuvo. Desde el interior, Tohru podía oír la voz chillona de una mujer.

Al dar un paso hacia atrás en sorpresa, la puerta se abrió con fuerza, y una
mujer con el pelo rojizo salió. Llevaba un suéter delgado y una falda corta, junto
con sandalias blancas veraniegas. La mujer se volteó de nuevo a la habitación,
gritó una sarta de insultos, y luego cerró violentamente la puerta. Al darse la vuelta
bruscamente, la mujer notó a Tohru. Al principio sus ojos se agrandaron en
sorpresa, pero luego desvió la mirada y paso frente a él como si no existiera.

“Um, ¿disculpe?”

La mujer no se detuvo ni siquiera cuando él habló. Tohru empezó a seguirla,


pero ella se detuvo, dio la vuelta y le gritó, “¡No me sigas!”

“Sólo quería preguntarle algo.”

“Te dije que no me siguieras, ¿entendido?”

Esta mujer lo conocía. Cuando lo había visto, sus ojos no habían sido los de
alguien que veía a una persona por primera vez. Tohru no quería perder ninguna
pista de su pasado, por lo que fue detrás de la mujer que se marchaba.

En el instante en que Tohru la tomo del brazo, la mujer dejó escapar un grito
y se agachó dónde estaba. Con su brazo arriba como si estuviera izando un pez en

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una línea, Tohru estaba perplejo. No tenía idea de cómo comenzar a hablar con la
asustada mujer.

“Levántese —por favor, levántese.” Las rodillas desnudas de la mujer se


estaban poniendo rojas sobre la fina capa de nieve. “Se va a congelar si se sienta
allí. Por favor, levántese.”

Terror se mostró vívidamente en sus ojos cuando lo miró. “Usted sabe quién
soy, ¿no?”

“¿De qué diablos estás hablando?” Los labios de la mujer, que eran incluso
más rojos que sus rodillas, temblaban ligeramente.

“Perdí mi memoria en un accidente. Quiero recuperarla, así que vine a este


apartamento donde solía vivir, pero...”

La mujer entrecerró el ojo y miró a Tohru sospechosamente.

“¿Podría decirme todo lo que sabe acerca de qué tipo de persona era? Por
favor, necesito su ayuda.”

Hubo un breve silencio. De pronto, la mujer se echó a reír. Siguió riendo un


poco, luego murmuró, “Tienes que estar bromeando.”

* * *

Sentados en el asiento más al fondo de la rústica cafetería cerca del


apartamento, la mujer soltó una bocanada de humo. Miraba fijamente a Tohru,
como si fuera un oso panda en exhibición. “Entonces, esta amnesia, ¿es verdad?”

La edad de la mujer se volvía confusa cuando hablaba. Su voz era joven,


pero los ojos cansados que lo miraban y el maquillaje demasiado fuerte, opacaban
su verdadera edad.

“¿Cómo era antes?”

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Cold Sleep Narise Konohara

Lentamente, la mujer se llevó la taza de café a la boca. Al no ofrecer una


respuesta, parecía estar disfrutando de la ansiedad de Tohru en su necesidad de
escuchar una.

“No es como si pudiera decirte mucho. No éramos cercanos.”

“Lo que sea que sepa será de mucha ayuda.”

La mujer se inclinó sobre la mesa y le echó el humo directamente a la cara.


Sin pensarlo, Tohru inhaló, y tosió varias veces. El humo se le metió en los ojos.

“¿Por qué hizo eso?”

La mujer se sentó de nuevo en su silla y se encogió de hombros. “Eras el


tipo de persona que no hubiera pensado dos veces antes de destrozarle la cara a
cualquiera que te hubiera hecho eso —hombre o mujer.” Aplastó el cigarrillo en el
cenicero. Una fina columna de humo se levantó antes de apagarse.

“Eras violento, tenías mal temperamento. Vivías al lado, y si hacíamos


incluso un poco de alboroto, gritabas ‘¡Cállense!’ Tenías esta mirada profunda,
como de yakuza, y una lengua mordaz que hacia juego.... Mi esposo y yo siempre
estábamos hablando de ti. ‘No lo criaron bien’ diríamos.”

Gritos, golpes.... Tohru miró sus manos entrelazadas sobre la mesa.


Necesitabas un gran impulso para golpear a alguien. Algunas personas podían
cruzar esa línea fácilmente, otros no. Tohru nunca hubiera creído que él era el tipo
de hombre que podría golpear a alguien tan fácilmente.

La mujer lo miro fijamente. Debió haber visto algo divertido, ya que se rió
de nuevo.

“¿Qué estás haciendo ahora?”

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“Estoy trabajando medio tiempo en un minisúper, mientras un amigo me


ayuda.”

“¿Por qué no olvidas el pasado? Suena como si estuvieras viviendo mucho


mejor ahora. Tal vez sea bueno que tengas amnesia,” dijo ella con una cara seria.
“¿Por qué no empiezas de nuevo? De esa manera, si dejas que la gente piense que
moriste en el accidente, no tendrás que lidiar con ellos diciéndote, ‘te lo mereces’”.

* * *

Nieve cubría el suelo, y Tohru caminaba lentamente por el asfalto mojado.

Los sucios copos de nieve no mostraban signos de parar o de ir más


despacio. Sus dedos estaban medio entumecidos por el frío; ni siquiera meterlos en
los bolsillos los había calentado en lo más mínimo.

Él y la mujer se habían separado en la cafetería. Mientras pensaba en su


antiguo yo, su estado de ánimo se ensombreció. No quería creer que había sido una
persona tan terrible.

Al salir de la cafetería, giró a la derecha y caminó durante unos diez


minutos; allí, justo como la mujer le había dicho, estaba la agencia de entregas en
la que ella creía Tohru había trabajado hacia una vez. Varias personas notaron a
Tohru cuando entró en el gran edificio, sonriendo y saludando al unísono. Cuando
abordó el tema diciendo, “Eh, me gustaría saber sobre Tohru Takahisa, un ex
empleado suyo...” la mujer en la recepción ladeó la cabeza y siguió sonriendo.
Tohru se sentía inquieto, preguntándose si pensarían que era extraño por preguntar
acerca de sí mismo de una manera tan reservada, pero la mujer le pidió que
esperara un momento, y luego desapareció por el pasillo. Viendo a su alrededor,
Tohru se encontró con que en todo caso, las personas que le habían hablado no
parecían notarlo. Había imaginado que cuando regresara a su antiguo lugar de

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trabajo, los compañeros de trabajo con los que había sido cercano le rodearían y
estallarían con un aluvión de preguntas —“¿Estás bien?”, “¿Dónde has estado todo
este tiempo?”— así que cuando no hubo reacción, sintió un toque de soledad.

Después de un rato, la recepcionista regresó, trayendo con ella un hombre de


mediana edad... “Dice usted que quiere saber sobre Tohru Takahisa, pero no
recuerdo a nadie con ese nombre trabajando en esta oficina. Tenemos varias
sucursales, ¿está seguro de que está en la correcta? Pero si insiste, puedo consultar
con las otras oficinas, aunque tenemos una gran cantidad de rotación de empleados
que trabaja solo corto plazo por medio tiempo, por lo que creo será complicado.
Podríamos contactarlo tan pronto como sepamos algo, si eso está bien con usted.
Pero antes de eso, sin embargo, perdóneme por preguntar, pero ¿por qué está
buscando a esta persona? ¿Es usted de alguna agencia de investigación?”

El tono era amable, pero el hombre tenía una expresión en su rostro, como si
estuviera viendo algo sospechoso. Si Tohru decía que él mismo era este Tohru
Takahisa, pero que había perdido su memoria en un accidente y había venido a
hablar con personas que habían conocido a su antiguo yo, se preguntaba si este
hombre podría creerle. Su inseguridad sólo parecía levantar más sospechas en el
otro hombre, que entrecerró los ojos, inclinó la cabeza y preguntó, “¿Ocurre algo?”

“No importa, entonces.”

Salió del edificio como si tratara de escapar.

La nieve en el frente estaba cayendo un poco más fuertemente, haciendo


crecer su sensación de inutilidad. Encontrar gente que lo conociera, no era tan
fácil. Y aunque la encontrara y les preguntara, los resultados podrían no ser lo que
Tohru esperara. Ya era suficiente. Regresaría a casa. Sintiéndose negligente,
comenzó a caminar cuando vio un camión con el logo de la agencia de entregas

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girar a la derecha por la calle que pasaba por delante del edificio y luego dirigirse
hacia él. Tohru se detuvo hasta que el camión paso, entonces comenzó a caminar
de nuevo. En el camino, miró de izquierda a derecha, sin saber en qué dirección
estaba la estación.

“¡Oye, Takahisa!”

Alguien lo llamaba. Al darse la vuelta, un joven vestido con un overol


marrón y verde bajó del camión que acababa de entrar en la zona del edificio. Se
volvió hacia Tohru y corrió hacia él.

“Ha pasado un tiempo. ¿Cómo estás?” La cara amable rompió en una


sonrisa. Era un hombre delgado de rostro rubicundo con cicatrices visibles de acné.
“Cuando te fuiste del trabajo justo después del accidente, la gente comenzó a
preguntarse si no estabas muerto.”

“Er... ¿me conoces?”

El hombre sonrió.

“¿Conocerte? ¡Trabajamos juntos, hombre!”

Tohru tomó la mano del hombre entre las suyas.

“Um, ¿puedo preguntarte algo? Por favor.”

El hombre miró alternativamente a su mano y a Tohru y puso una expresión


dudosa.

“Lo que sea que tengas que decirme, todavía estoy de turno. Tengo varias
paradas más, y además tengo que volver a mi propia sucursal, pero...”

“¿Donde trabajaba?”

“¿Dónde...? La sucursal en Kitasato, conmigo. ¿Qué es lo que te pasa?”

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“Mira, por favor, sólo escúchame. Realmente necesito preguntarte algo. Voy
a esperar hasta que hayas terminado, así que por favor, por favor ayúdame.”

El hombre se quedó mirando fijamente a Tohru con la boca medio abierta.


“¿Realmente eres tu Takahisa? Hay algo diferente en ti...”

“Tengo amnesia. Gracias al accidente, no puedo recordar ni una sola cosa de


lo que sucedió antes. Quiero recordar mi pasado, por lo que estoy buscando gente
que me conocía.”

El hombre ladeó la cabeza. Después de un breve silencio, simplemente


murmuró “Que tal”.

* * *

El paisaje visible fuera del autobús estaba muy oscuro. Tohru no podía ver
nada. Su asiento era estrecho, por lo que en silencio se estiró. El hombre sentado a
su lado roncaba ruidosamente con el lento balanceo, su pierna derecha estirada en
el pasillo.

Había perdido el último tren de vuelta y no había sabido que hacer, pero el
gerente de la estación había tenido la amabilidad de decirle que todavía podía
tomar el autobús que salía en la noche. Gracias a él, Tohru había sido capaz de
regresar antes de que terminara el día.

Ahora, Tohru puso sus pensamientos en orden. Lo que la mujer le había


dicho. Lo que su ex compañero de trabajo le había dicho. Poniéndolo todo junto,
construyó su yo de antes de la amnesia. Y sin embargo, no podía pensar en esa
persona como su “verdadero” yo. Cuando había estado escuchando las historias,
había sido como oír hablar sobre alguien que no conocía, no él mismo.

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Habían sido después de las 7:00 p.m. para cuando Ishii, el hombre que había
sido su compañero de trabajo, llegó a la cafetería donde Tohru lo había estado
esperando.

“Viejo, pensé que el trabajo me iba a matar con seguridad.” El hombre decía
las mismas cosas que la mujer que vivía junto a su antiguo apartamento. “Pero es
genial que salieras bien del accidente con ese otro auto.” Ishii sacó un cigarrillo del
bolsillo y lo encendió.

“No, fue un accidente de un solo auto —me distraje mientras conducía y


golpee un poste de teléfono”.

La mano de Ishii se detuvo cuando estaba a punto de darle una calada al


cigarrillo. “Espera un segundo. Sé que hubo alguien más involucrado. Uno de mis
otros compañeros pasó cerca después del accidente. Me dijo que te vio, todo
cubierto de sangre, siendo llevado a la ambulancia de entre dos autos destruidos.
Pensó que estabas muerto”.

Qué raro... pensó Tohru, mirando a la cara seria de Ishii. Fujishima le había
dicho que había sido un accidente de un solo auto, pero Ishii estaba diciendo que
otra persona había estado involucrada.

“Tuvieron la mitad de la calle cerrada por una hora. Pensé que había sido un
accidente muy grave, pero no hubieron rumores en los periódicos o las noticias, así
que la gente pensó que tú y el otro hombre no debían estar tan mal heridos después
de todo. Pero renunciaste al trabajo sin siquiera aparecerte allí e incluso vaciaste tu
apartamento. Tratamos de preguntar por ti, pero no sabíamos en qué hospital
estabas, por lo que la gente empezó a decir, ‘Que raro. Tal vez está muerto’”

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Ishii dejó escapar una bocanada de humo. “Anímate.” Le ofreció otro


cigarrillo a Tohru, que lo observaba. Cuando Tohru se negó, Ishii sonrió con
ironía.

“Eres un desastre. No me digas que no fumas.”

“Sí, bueno...”

“¿Qué pasó? Eras como una chimenea. ¿Tus gustos y todo cambia cuando
tienes amnesia?” Incapaz de recordar aunque le preguntaran, Tohru no tenía punto
de comparación.

“Bueno, eso no importa. Así que, después que los rumores decían que
estabas muerto después de todo, lo pensamos bien. Si estabas muerto, ¿por qué no
había nada en las noticias? Comenzamos a preguntarnos si todo el asunto había
sido silenciado porque el culpable era algún político o algún policía de alto nivel.
¿Entonces qué es lo que realmente paso?”

Incluso aunque lo presionaran, Tohru no sabía mucho sobre el accidente.


“Yo mismo... no lo sé...”

“Bueno, entonces, ¿qué estás haciendo ahora?”

“Estoy trabajando medio tiempo mientras me quedo gratis en casa de un


amigo. No tengo dinero, así que...”

“¿No tienes dinero? ¿No tenías una cuenta de ahorros?” Ishii inclinó la
cabeza.

“No, nunca ahorré nada.”

“No, sé que tenías cerca de quinientos, seiscientos mil. Dijiste que ibas a
trabajar hasta Marzo, y después renunciar una vez que hubieras hecho suficiente...”

“Pero Fujishima nunca me dio ninguna de libreta de ahorros.”

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“¿Quién es Fujishima?”

“El amigo que está cuidando de mí ahora. Al parecer, éramos buenos amigos
antes de...”

Ishii frunció el ceño. “¿De verdad es tu amigo? No recuerdo que lo


mencionaras.”

Las sospechas de Tohru estaban creciendo. Las circunstancias del accidente


eran diferentes de lo que originalmente le habían dicho, y no tenía ninguna cuenta
de ahorros cuando debería tenerla. Él sólo había venido a oír sobre su pasado, pero
cuanto más escuchaba, más desconfiaba de Fujishima como la única base sólida en
su vida.

“Deberías averiguar la verdad con él.”

“Supongo que sí...,” respondió Tohru vagamente. Pero ¿sería capaz de


preguntarle a Fujishima? Poniendo el accidente de lado, ¿podría preguntarle por el
dinero...? En el peor de los casos, incluso si Fujishima había robado sus ahorros,
¿qué tal si no había pruebas? Eso parecía bastante probable. Todavía se sentía
dividido —incluso si Fujishima había robado el dinero, había hecho mucho por
Tohru tanto durante y después de la hospitalización, por lo que Tohru al menos
podría darle a Fujishima sus ahorros, ¿verdad?

Tohru estaba más asustado de descubrir que Fujishima no le había robado.


¿Qué tal si él decía “Sé que tenía una libreta de ahorros...” pero en realidad no la
había tenido? Fujishima difícilmente estaría encantado de saber que Tohru
sospechaba que él le había robado dinero. Su relación ya era incómoda por sí sola,
y este asunto solo podría separarlos aún más. Si sólo se distanciaran, bien, pero ¿y
si Fushima decía “¿Eso es lo mucho que puedes confiar en mí?” y lo dejaba?

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Lo estaba pensando demasiado, y la cabeza le daba vueltas. Esto no era lo


que había venido a buscar. Tohru no había venido a descubrir que Fujishima le
había mentido. Él se había subido en ese tren con la esperanza de encontrar al
menos un poco acerca de quién era antes de que perdiera la memoria.

“¿Qué clase de persona era?”

Ishii inclinó la cabeza. “¿Qué clase? Bueno, no dudabas en entrar en peleas y


eras el primero en repartir golpes, pero eras un tipo normal. Ahora pareces más
tranquilo.”

Justo como la mujer de al lado había dicho. Tohru Takahisa había sido un
hombre de mal carácter, listo para dar puñetazos. Aunque ciertamente había rastros
de que el hombre que había sido existía, era como mirar una imagen; no parecía
real en absoluto. Tal vez vería todo el panorama cuando hubiera reunido más de las
piezas. Pero ¿iba a ser capaz de aceptar que era él?

“¿Hay alguien más por ahí que me conocía? Alguien en la oficina, tal vez...”

En respuesta a la desesperación de Tohru, Ishii se cruzó de brazos e hizo un


gruñido pensativo. “Alguien cercano a ti, ¿eh? Bueno, nunca dijiste nada sobre
alguna novia. Ah, ¡ya sé! ¿Tal vez ella era tu novia? Recibimos varias llamadas
tuyas de una mujer después que te fuiste.”

“¿De una mujer?”

“Era muy terca. No paraba de decir que quería saber dónde estabas. Lo
recuerdo porque tome varias de esas llamadas.”

Tohru le entregó a Ishii una nota con la dirección y el número de teléfono de


Fujishima escrito en el, de modo que si la mujer llamaba de nuevo, podría
contactarlo directamente en el lugar donde vivía ahora.

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Ishii miró la dirección con sorpresa. “Estás viviendo largo de aquí, ¿no es
así?”

Tohru se separó de Ishii antes de las 9:00 p.m. quien le había dicho,
“Deberías irte yendo ya, o sino el grandote no te dejara en paz.” Tohru quería
hablar más, pero no podía decir algo tan egoísta. Cuando salieron de la cafetería,
Ishii pareció adivinar lo desalentado que se sentía Tohru. Le dio una palmada en el
hombro y dijo “Sé que es difícil, pero no te rindas. Si hay algo que quieras saber,
sólo llámame. Y si esa mujer llama, te lo hare saber de inmediato.”

Tohru le agradeció y se separó de él en frente de la estación, pero ni un


minuto después, Ishii volvió corriendo. “Oh, sí, ¡acabo de recordar!” Los soplos
blancos de su aliento bailaban rítmicamente.

“Bueno, no es nada importante, supongo. En realidad tu nunca hablabas


mucho sobre ti, pero esta vez, dijiste, ‘Cuando ahorré lo suficiente, voy a ir una
escuela de fotografía.’ Dijiste que querías ser fotógrafo. Eso es todo, de verdad...”

De repente, su previamente incierto pasado y el presente se vincularon.


“Gracias,” dijo.

“Aah, no es nada,” Ishii respondió, avergonzado, luego se fue corriendo de


nuevo.

Fujishima lo había presionado obstinadamente a ir a una escuela de


fotografía, y su antiguo yo había dicho que quería asistir a una. Hasta ahora, Tohru
había pensado que Fujishima estaba proyectando sus propios sueños en él. Pero su
antiguo yo había querido ir a una escuela de fotografía, y Fujishima lo había
sabido.

Ishii había dicho, “No recuerdo que siquiera mencionaras a ningún


Fujishima.” Pero, ¿cómo podría alguien que Tohru nunca había visto o conocido

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saber lo que una vez había querido hacer? Quizás Fujishima estaba tratando de
continuar y concederle ese deseo, incluso después que Tohru lo había olvidado por
completo.

Fujishima había dicho que él se ocuparía de todos los gastos de la escuela.


Incluso si ese dinero fueran los propios ahorros de Tohru, los costos totales pronto
desaparecerían los quinientos o seiscientos mil. Por lo tanto, Fujishima no ganaría
nada al hacerlo.

Me equivoqué, pensó humildemente. Si él hubiera sabido, no se habría


opuesto como lo había hecho. No se hubieran peleado. Si sólo Fujishima le hubiera
dicho, “Antes de que perdieras tu memoria, te gustaba la fotografía mucho y
querías asistir a una escuela vocacional para ello. Así que ¿por qué no le das una
oportunidad? Puede que recuerdes algo, y que te intereses en ella mientras lo estás
haciendo,” si sólo Fujishima lo hubiera explicado así de fácil de entender, Tohru
podría haber considerado asistir por sí mismo.

Fujishima no había sido lo suficientemente determinado, pero incluso si


nadie más lo dijo, Tohru sentía que esa era la forma de ser de Fujishima. Tohru se
sentía consolado por el hecho de que podía confiar en Fujishima. Todavía se sentía
incómodo por las diferencias cuestionables en las historias de Ishii y Fujishima,
pero ahora sabia de corazón que podía confiar en él.

Fujishima se había hecho cargo de Tohru en su propia y rara manera.... En el


autobús, Tohru bajó la cabeza. Había tenido la intención de venir y reconstruir su
pasado, pero algo se sentía extraño al volver después de ganar una nueva
comprensión de la consideración de Fujishima para él.

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* * *

Todo indicio de nieve se desvaneció cuando cruzó la frontera prefectural.


Para cuando Tohru llegó a la parada de autobús que estaba frente a la estación de
tren, era después de la medianoche. Hacía frío, pero su paso era ligero mientras
regresaba a casa. Después de caminar por quince minutos, Tohru pudo ver las luces
del minisúper donde trabajaba. Más allá de allí estaba la ruta familiar. Tohru se
sentía más cómodo al caminar este tramo que el del apartamento en mal estado en
el que al parecer había vivido durante varios años. Era como regresar a casa.
Cuando salió esa mañana, había resuelto no volver jamás si su memoria regresaba,
pero su corazón temblaba con lo mucho que se sentía a gusto con el paisaje
reflejado en sus ojos. Tohru estaba muy seguro que ese era el lugar donde su yo
actual regresaría a casa. Quería volver a su cálida casa en poco tiempo. Quería
estar cerca de la persona que se preocupaba por él.

De pie frente al vestíbulo, Tohru miró el reloj. 12:30 a.m. Fujishima sabía
que no tenía turno esa noche. Probablemente estaba preocupado, con eso que
Tohru regresaba tan tarde sin haber llamado o dejado una nota.

Tohru imaginó que Fujishima podría estar durmiendo, así que abrió la puerta
sin hacer ruido.

El pasillo estaba oscuro, pero había luz que salía de la sala.

“Ya llegue,” dijo a la cabeza que sobresalía por encima del sofá rectangular
de la sala, la voz tensa incluso mientras fingía indiferencia. “Hace frío afuera.
Incluso podría nevar un poco aquí...”

Sus palabras fueron interrumpidas por un golpe fuerte que le sorprendió.


Nerviosamente Tohru se abrió paso hacia el frente del sofá, donde lo primero que
vio fue una copa que había caído sobre la mesita. Fujishima estaba sentado con las

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Cold Sleep Narise Konohara

piernas cruzadas en medio del sofá, sujetando firmemente una botella ámbar de
alguna marca de sake. Viéndolo bien, Tohru vio otras dos botellas, aparentemente
vacías, rodar fácilmente cerca de los pies de Fujishima, que tenía las mejillas
sonrojadas, los ojos vidriosos, y el pelo un desastre. Su corbata estaba suelta y le
caía desordenadamente sobre la camisa, que estaba salida del pantalón y toda
arrugada. Tohru nunca había visto a Fujishima con ni siquiera un pelo fuera de
lugar, pero ahora no podía ocultar su conmoción por su aspecto desgastado.
Fujishima se vestía impecablemente desde la mañana hasta la noche. Tohru incluso
se preguntaba si Fujishima alguna vez se había masturbado en su vida. La mano de
Fujishima se movió, llevándose la botella de sake a la boca. Bebió directamente de
ella ruidosamente, luego la puso en la mesa con un ruido fuerte. Tohru se quedó
boquiabierto por el asombro de la figura vacilante en el sofá delante de él, incapaz
de decir si estaba siendo un ebrio enojado o si sólo estaba de mal humor.

“Tohru”

Fujishima normalmente le decía “tú” o “Takahisa”, que era de alguna


manera espeluznante, pero sólo por esta noche, lo estaba llamando por su nombre.
Tohru podía sentir la ira junto con la sensación de incongruencia.

“¿Do-donde... has estado?”

Tartamudez —otro primero. Al parecer, Fujishima estaba ebrio y no podía


conseguir que su lengua funcionara bien.

“Lamento llegar tan tarde sin haber llamado.” Las palabras de disculpa
salieron honestamente de su boca. Fujishima permaneció inmóvil, mirando a Tohru
como si buscara algo, entonces dejo caer la cabeza bruscamente hacia adelante.

“Pe-pensé que no ibas a volver...”

“¿Eh? ¿Por qué?”

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“Cre-creí que tal vez... tus re-recuerdos habían regresado.”

Tohru se sentó frente a Fujishima, poniendo la copa vacía de nuevo en pie.

“Hubiera regresado aun si lo hubieran hecho. Quiero decir, me echaron de


mi viejo apartamento por no pagar el alquiler. No podría volver allí ahora.”

Fujishima se cubrió la cara con las manos. Poco a poco, se hundió en el sofá.
Mientras lo hacía, pateó la mesita en frente de él. Tohru apresuradamente se
levantó de un salto para coger la copa que había colocado allí, y que estaba a punto
de caer de nuevo.

“No sabía que también bebías, Fujishima.”

“Por supuesto que lo hago...”

La respuesta era dura. Tohru podía sentir una brusquedad en ella que era
diferente de la rudeza habitual. Fujishima aparentemente estaba de mal humor, y
Tohru sentía que probablemente lo mejor era irse a su habitación de inmediato,
pero antes todavía había algo que tenía que decir. Tohru se frotó los dedos sobre la
rodilla.

“Hoy vine tarde porque fui a mi viejo apartamento y hablé con uno de mis
compañeros de mi antiguo trabajo.”

Fujishima se enderezo de inmediato. “Tu-tú, ¿qué?”

“Pensé que si veía y hablaba con gente que había conocido mi antiguo yo,
recordaría algo...”

“¡¿Qui-quién dijo que podías hacer eso?!”

Tohru parpadeó, sorprendido por el grito. Fujishima tenía ambos puños


apretados, y sus hombros temblaban ligeramente. Tohru podía ver que Fujishima
estaba realmente enojado.

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“¿Cuál es el propósito de hacer todo eso? ¿No te dije... dije ayer que era i-
inútil?”

Tohru se tomó la cabeza, y recordó la frigidez de la nieve, caminar en el frío,


las largas horas siendo sacudido alrededor en el tren y autobús. Y después de todo
eso, no había recordado nada. Y sin embargo, Tohru no se había arrepentido de
volver allí; solo con darse cuenta de la consideración que Fujishima tenía con él,
había estado contento.

Tohru había tenido la intención de agradecerle a Fujishima después de


hablar de lo que había pasado. Había tenido la intención de expresar su gratitud por
todo lo que Fujishima había hecho, toda su consideración hasta el momento. Pero
ahora al escuchar esas palabras tan crueles, sus sentimientos de gratitud se habían
desvanecido. El único sentimiento en él ahora era la ira, creciendo explosivamente.

“Bueno, ¿Pero cómo podía estar seguro si eso significaría algo o no, si al
menos no trataba de volver?”

Fujishima negó con los ojos cerrados.

“¡Aunque me dijiste que no recordaría nada, no significaba que las


posibilidades fueran cero!” Finalmente le dio la espalda, preguntándose si
Fujishima estaba de humor para escuchar. “¡Tú ni siquiera querías decirme nada en
primer lugar! ¡Por eso lo hice —mentalmente estaba en una esquina y tenía todas
estas dudas!”

Después de un breve silencio, Fujishima respondió, arrastrando las palabras


por su embriaguez.

“Es inútil…”

La rabia ardió caliente en la cabeza de Tohru. Se levantó del sofá y miró a


Fujishima. “¡No tienes ni idea de cómo me siento! No sabes lo difícil que es que te
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digan ‘Haz esto’ ‘Haz aquello’ cuando tu mente esta toda en blanco y no tienes ni
idea de lo que realmente deberías de hacer. Es como si me dijeras que siga adelante
y avance cuando no puedo ver a mí alrededor o saber si hay un acantilado en frente
de mí. ¡No tienes ni idea de lo que se siente el estar tan cegado por el miedo!
¿Cómo podrías saberlo?”

Fujishima golpeó el sofá. “Así que empezar tu vida desde cero es tan
doloroso, ¿eh? ¿Odias tanto empezar de nuevo sin tener que preocuparte por la
comida, ropa o vivienda? ¿Por qué no estas satisfecho? Es por eso que fuiste a
buscar tu pasado, ¿verdad? Porque no estas satisfecho. ¡Así que dime! ¡Haz lo que
quieras! ¡Dime aquí y ahora que es lo que quieres hacer!”

Todo estaba mal. A pesar de que todas esas necesidades estaban cubiertas,
ese sentimiento no se iba. Supongamos que te dan una caja y no puedes ver su
interior. Después te dicen que nunca la pierdas o incluso la sueltes. ¿No te
preguntarías más y más sobre lo que hay en la caja, hasta que no ya no pudieras
dejar de pensar en ella, y simplemente tuvieras que averiguar la verdad al respecto?
Y te lo preguntarías aún más porque no puedes dejar de pensar en ella.

Así era como Tohru se sentía. Él sabía que sus viejos recuerdos estaban
atrapados en algún lugar dentro de su cabeza, pero no podía verlos. No sabía lo que
eran. Pero era porque sabía que no podía olvidarse o renunciar a ellos. Y así, lo
único que le quedaba era el deseo de saber lo que eran. Siempre.

“¡Si realmente me hubieras hablado sobre mí, hubiera sido feliz de olvidarlo
todo! ¡Y no estaría tan estresado por todo lo que has dicho!”

Fujishima bajó la mirada.

“No solo te quedes ahí, ¡di algo!”

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Fujishima se levantó tambaleándose, pero sus piernas se enredaron y cayó de


nuevo en el sofá. Dejó escapar un suspiro y violentamente se despeino.

“...No me voy a meter más en tus asuntos. Puedes hacer lo que quieras, lo
que sea que quieras hacer.”

Tohru se sintió como si hubiera sido empujado de repente, y por un instante


estuvo al borde de las lágrimas. Para subirse la moral desde donde había caído, en
algún lugar alrededor de sus pies, dijo desafiante. “Sí, voy a hacer lo que quiera.
Ya no voy a necesitar de tu ayuda.”

* * *

Las palabras de despedida simplemente se abrieron camino desde lo más


profundo de su garganta. Tohru se apresuró a salir fuera de la sala, apenas
ajustándose los zapatos antes de hacerlo. Corrió tan rápido como pudo, como si
quisiera sacudirse alguna duda.

Algo suave en su cara lo detuvo en el parque oscurecido por la noche. Nieve,


nieve que no había estado cayendo antes había comenzado a caer. Se llevó el puño
del abrigo a la nariz y sollozó miserablemente. Las lágrimas mojaban sus mejillas;
no podía dejar de llorar... Tohru no quería pensar en por qué lloraba.

Al otro lado del parque, se podían ver las luces del minisúper. Mirando al
suelo negro que absorbía la nieve, Tohru caminó hacia la luz. No podía pensar en
ningún otro lugar a donde ir...

* * *

Kusuda y Yoshii estaban haciendo el turno de la noche en la tienda. Al igual


que Kusuda, Yoshii era regular en ese turno y con frecuencia había trabajado con
Tohru. Un hombre de gran corazón, Yoshii no se quejó cuando Tohru ocupó el
catre en el cuarto de descanso al fondo de la tienda, a pesar de que no tenía nada
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que hacer allí en ese momento. Aunque claro, esto se convirtió en un problema
cuando Yoshii fue a tomar un descanso, por lo que Tohru salió del cuarto, llevando
una silla plegable con él a una esquina del mostrador, donde se sentó.

Tohru levantó la vista hacia el reloj que decía 3:30 a.m. En el exterior, una
fuerte ventisca había surgido de la nada. La cámara de seguridad en la tienda se
encendió, a pesar de que no había ni un solo cliente en el lugar, dándole de alguna
manera un ambiente inhumano.

“Así que tuviste una discusión con un Fujishima-san ebrio y dejaste el


apartamento, ¿eh?” Kusuda había oído toda la historia de Tohru desde el principio
hasta el final, y ahora, de pie con los brazos cruzados, respiró hondo.

“Todo lo que hice fue ir a hablar con algunas personas que conocía en ese
entonces, pero cuando él lo expresó así ‘Lo que estás haciendo es inútil’, perdí los
estribos...”

“No sé si tampoco entiendo tu necesidad de saber, Takahisa. Así que,


¿averiguaste algo de la gente que viste? ¿Recordaste algo?”

Tohru bajó la cabeza. “... y así nuestro héroe recuperó sus recuerdos allí, y
vivió feliz.”

“¿De que estas hablando?”

“El final ideal.”

Kusuda asestó el golpe final con, “Por lo tanto, no pudiste recordar nada,
¿eh?” Tohru se meció en la silla de un lado a otro como un niño inquieto.

“Antes de que tuviera amnesia, parece que tenía muy mal temperamento. Al
parecer, no tenía ningún problema golpeando gente, incluso mujeres...”

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“¿Golpeabas a la gente?” Kusuda miró fijamente a Tohru en la cara. “Bueno,


nunca juzgues a un libro por su portada.”

“Vamos, dije que eso fue antes de que tuviera amnesia.” Sabiendo que era
una broma, Tohru podía reír. Kusuda rió también.

“Viéndote ahora, simplemente no puedo imaginarte golpeando gente y todo


eso. Quiero decir, tuviste una discusión con Fujishima-san, estas todo deprimido, y
viniste a tu trabajo, como niño pequeño, para quejarte,” bromeó, haciendo que
Tohru se sonrojara.

“Basta. No podía pensar en ningún otro lugar adonde ir. Después de todo, mi
memoria sólo se remonta a cuatro meses atrás.”

“¿Qué ocurre, pequeño, te perdiste? ¿Quieres que el viejo Kusuda te lleve de


regreso a casa?”

Tohru hizo ademán de querer golpearlo, y Kusuda lo esquivó


exageradamente. “¡No a la violencia, por favor! ¡Seamos pacíficos!”

Las puertas automáticas se abrieron, poniendo fin a la diversión. Los clientes


todavía estaban llegando, aunque de forma esporádica, por lo que Tohru ya no
podía contar con Kusuda para que lidiara con él. Justo en ese momento, se sintió
solo. Mirar la espalda de Kusuda mientras este presionaba las teclas de la
registradora ausentemente, hizo que Tohru pensara en Fujishima. Sólo con
recordar lo que le había dicho lo ponía furioso de nuevo, pero entonces consideró
que Fujishima podría estar un poco preocupado por él desde que se había ido, y se
sintió miserable.

Al bajar la cabeza, Kusuda le dio una palmada en el hombro. “Deberías


volver a casa. El hecho de que Fujishima-san te haya dicho, ‘Haz lo que quieras’
no necesariamente significa, ‘Vete’”.

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“Pero él no trató de impedir que me fuera...”

Kusuda dio unos golpecitos con los dedos sobre el mostrador. “¿Es posible
que en realidad lo que querías era que Fujishima-san te detuviera?”

“No, ¡estás equivocado!”

“No creo que lo esté,” Kusuda declaró con confianza.

“Y te digo que lo estás.” Pero aunque lo negara obstinadamente, Tohru


sentía que en el fondo había una parte que no podía negarlo y lo ponía furioso.

Estar con Fujishima le preocupaba. Sus personalidades no coincidían. Casi


cualquier cosa que le dijera, lo hacía ver sombrío. Y sin embargo, cuando
Fujishima le había dicho, “No voy a interferir” Tohru se había sentido solo, como
si hubiera sido abandonado.

El reloj de la tienda repicó débilmente en cuatro ocasiones. Las tardes eran


ajetreadas, así que por lo general Tohru no notaba que repicaba la hora, pero por la
noche el sonido definitivamente hacía eco. Kusuda reprimió un gran bostezo.

“Ah, maldición, me está dando sueño. Aún tengo diez minutos antes de que
Yoshii regrese. Di algo interesante.”

Después de que básicamente le pidieran que hablara para mantener a alguien


despierto, Tohru se excusó con “No puedo entretenerte solo por mí mismo.”

“Tu amn-...amnesia...” Kusuda murmuró cambiando de tema. “He querido


preguntarte sobre esto... ¿qué se siente olvidar quién eras hasta ahora?”

Tohru lo pensó por un momento, durante el cual Kusuda volvió a bostezar.


“Creo que lo más cercano sería lo que siento cuando me despierto por la mañana.”

Los ojos de Kusuda, rojos de somnolencia y bostezos, se entrecerraron


ligeramente.

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Cold Sleep Narise Konohara

“Te sientes muy bien cuando estas dormido, y cuando has dormido lo
suficiente, abres los ojos. La luz de la mañana golpea tu rostro, tan brillante que te
aturde. Así fue como se sintió al principio. Este vacío, esta sensación de
aturdimiento que simplemente sigue y sigue. Era como si la luz delante de mí
también estaba brillando en mi cabeza, así que todo era blanco...sin nada. Fue
realmente aterrador.”

Kusuda inclinó un poco la cabeza. Tohru se molestó por no poder transmitir


bien el sentimiento.

“Así es como era al principio, pero ya no. Mis recuerdos pueden ir sólo
cuatro meses atrás, pero al menos ahora pueden rastrear algo a cambio... Pregunte
acerca de mi antiguo yo, y aunque el yo que soy ahora es vago, escuchar esas
historias fue como oír hablar de alguien que no conocía, no se sentía real. Quién
soy ahora puede ser incierto, pero se siente más real que mi antiguo yo del que oí
hablar.”

Tohru se miró las palmas. Él era Tohru Takahisa mirando las palmas de
Tohru Takahisa. El anterior Tohru Takahisa las había mirado también, su yo que
era como otra persona. Justo en ese momento, un escalofrío le recorrió la espalda,
como si se supusiese que él no existiera. Asustado de incluso haber pensado en
eso, Tohru comenzó a balbucear rápidamente. “Ahora que lo pienso, hay algo
extraño sobre el accidente...”

“¿Accidente?”

“Sí, Fujishima dijo que solo yo había salido perjudicado, pero un hombre
que me conocía en ese entonces dijo que alguien más había estado involucrado o
algo así.”

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Cold Sleep Narise Konohara

“Guau, eso es bastante grave.” Los ojos de Kusuda, que habían estado
nublados y a punto de cerrarse del sueño, ahora estaban abiertos.

“Realmente no me importa si fue un accidente de un solo auto o si alguien


más estuvo involucrado. Mi seguro pagó los gastos médicos, y me recuperé,
aunque fuera con amnesia.”

“Sí, pero ¡hay una gran diferencia entre si involucra a otra persona o no! Si
alguien más estuvo involucrado, ¿no hubieran presentado cargos y tal vez llevado a
juicio, dependiendo de dónde fuera?”

“Bueno, no sé quién está diciendo la verdad...”

“¡No me digas que estás usando tu amnesia como excusa! Quizás Fujishima-
san mintió acerca de ser tu amigo; tal vez él es realmente el culpable del accidente,
y puesto que no quería que lo denunciaran, te dijo a ti, su víctima, que había sido
solo tu culpa ya que no recuerdas nada.”

Tohru sonrió con ironía a la tensión en la voz de Kusuda. “No, eso no podría
ser. Fujishima puede ser insociable y temperamental, pero no es esa clase de
persona.”

Kusuda frunció el ceño y tiró de su barbilla. “No sé. Solo has estado
viviendo con él durante unos cuantos meses; ¿su verdadera naturaleza aparecería
tan rápido?”

Aunque pensara que lo más probable era que no, las dudas de Tohru estaban
conectadas por un hilo: Fujishima no le diría nada de antes de que perdiera su
memoria. Se había puesto terriblemente enojado cuando Tohru había ido a
preguntar acerca de su antiguo yo.

Había otras cosas que lo hacían dudar. Ni siquiera una semana después de
haber sido internado, lo trasladaron a otro hospital. Fujishima había dicho que era
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Cold Sleep Narise Konohara

porque él conocía personalmente a un médico allí, pero podría ser que en realidad
había llevado a Tohru a un hospital lejos de donde él vivía con el fin de ocultarle la
verdad.

Si Fujishima era de hecho el responsable del accidente como Kusuda decía,


entonces sería malo, no bueno, que Tohru recuperara su memoria. Por lo tanto, no
sería extraño que no hablara sobre el pasado, o por qué se enojaría cuando Tohru
fue a preguntar por su cuenta.

“Ah —pero ahora que lo pienso, si Fujishima-san hubiera tenido la culpa,


habría sido mejor simplemente dejarte solo. Tenías amnesia, por lo que no
recordarías nada de todos modos. Y si estamos hablando de un accidente que te
dejó tan mal herido que tomó tres meses para que te recuperaras, entonces
normalmente la policía habría estado involucrada y no hubiera habido forma de
engañarte. Supongo que nada de esto tuvo sentido.”

En cuestión de minutos, Kusuda refutó la dramática evolución de su teoría


de “Fujishima es el Culpable”. Mientras escuchaba, Tohru de repente recordó algo.

“¡Oh, sí! Hablé con alguien que trabajo conmigo en ese entonces, y parece
que antes de perder la memoria, me gustaba la fotografía y estaba ahorrando para ir
a una escuela profesional para ello. Fujishima sabía de esto, por lo que supongo me
insistió tanto en la fotografía. No hay manera de que fuera mentira que alguien
como él fuera mi amigo, por lo que no podría haber sido el culpable.”

No, Fujishima no era una mala persona. Él no había mentido. Después de


haber encontrado una base para confiar en el hombre, Tohru se sintió aliviado.

“Bien, entonces lo que tratas de decir es que desde que perdiste tu memoria,
¿Fujishima-san ha estado tratando de conseguir que te interese la fotografía que
querías hacer desde antes de perderlo todo?”

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Cold Sleep Narise Konohara

Al escucharlo de esa manera, Tohru fue capaz de darse cuenta de la gran


persona que era Fujishima. Kusuda luego puso su mano en su cadera y le dijo “Te
lo diiije,” alargando la palabra a propósito. “Es como dije en primer lugar, la
fotografía era un pasatiempo tuyo antes de que tuvieras amnesia. Pero seguiste
insistiendo, ‘¡De ninguna manera!’”

Incluso si era cierto, Kusuda estaba siendo demasiado franco acerca de ello.
Tohru modestamente lo enfrento “No podía evitarlo— ¡Realmente no tenía ningún
interés en ella cuando lo dije! ¡Yo también estaba esperando que algo parpadeara
en mi cabeza cuando encontrara algo que me gustaba!”

Kusuda se encogió de hombros y murmuró “Sí, bueno...” Luego agregó,


“Aun así, Fujishima-san realmente tiene buen gusto, ¿no?” Tohru lo miro.
“Cuando él no dice nada, a lo mejor trata de ser torpe y abrupto, o tal vez trata de
ser genial, de una manera extraña. Es normal, ¿no? La fotografía te gustaba antes,
y sentías que querías probarla. Pero cuando no lo hiciste, ¿no crees que Fujishima-
san estaba esperando un recuerdo de esa sensación, justo como tú lo hacías?”

Tohru creía... creía en sus sensaciones. Creía en sus sentimientos. Creía en


las personas. Su corazón, que había estado tan solo hasta hace poco, de repente se
llenó de calidez. No había sabido quién era. Su existencia había sido incierta.
Fujishima había visto que había olvidado una parte de sí mismo, y sin embargo,
había confiado en su “actual” yo...

“¿Qué vas a hacer?” Kusuda ladeó la cabeza hacia Tohru, que había
entrelazado los dedos y murmuraba con una expresión seria.

“Quiero volver a casa.”

“Entonces deberías regresar.”

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Cold Sleep Narise Konohara

Pero habían tenido una gran discusión. Tohru no podía volver tan fácilmente
como Kusuda decía. Todo lo que había dicho seguramente había hecho infeliz a
Fujishima. El umbral de la casa de la que había salido tan fácilmente ahora era
absurdamente alto.

Al murmurar “Pero...” en respuesta, Tohru casualmente miró a través de la


ventana de la tienda y vio a alguien acercarse rápidamente. A pesar de verlo de
largo, de alguna manera Tohru supo que era Fujishima. Presa del pánico, se agachó
bajo el mostrador.

“¿Qué pasa contigo?” Kusuda miró dubitativamente a Tohru sentado a sus


pies, quien tiró del ruedo de su pantalón con el dedo sobre sus labios, y apeló por
su silencio con un pequeño “¡Sh!” Al sonido de las puertas automáticas abriéndose,
Kusuda sonrió en respuesta condicionada y saludo alegre “¡Bienvenido!”, luego le
dio una mirada de sorpresa a Tohru a sus pies.

Pasos apresurados se acercaron al mostrador. Tohru podía oír la respiración


anormalmente agitada.

“Um... esto puede ser una pregunta tonta, pero...” No había error —era
Fujishima, con quien se había peleado tres horas atrás. “...Creo que un hombre
llamado Tohru Takahisa trabaja aquí medio tiempo...”

Kusuda golpeo la pierna de Tohru con su talón como diciendo, “¿Qué


hago?”

“Sí, lo hace. Este... pero no está de turno esta noche.”

“Ya veo. Bueno, yo —Uh, es decir...” Fujishima tartamudeo un poco. “¿Por


casualidad sabe dónde, dónde podría estar Takahisa?”

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Cold Sleep Narise Konohara

Una vez más, Kusuda empujó su pierna. Cuando Kusuda miró hacia abajo,
Tohru cruzó los dedos en una X en frente de su boca, señalándole que no dijera
nada. “Lo siento, realmente no estoy seguro...” Kusuda mintió, su rostro sereno.

“Bueno, entonces, ¿no sabe de cualquier otra persona que sea cercana a él?”

“Me temo que realmente no lo sé, lo siento.” Así es como era. Sin dudarlo,
Fujishima había venido a buscarlo donde trabajaba.

“Ya veo. Siento haberlo interrumpido...”

Los pasos se alejaron. Entonces, justo cuando Tohru estaba teniendo sus
dudas sobre haberse escondido, pasos apresurados se acercaron al mostrador una
vez más.

“Er, si Tohru viene a trabajar, o incluso si no lo hace, si lo ve por casualidad,


por favor hágale saber que Fujishima vino a disculparse.” Fujishima luego regreso
a su casa.

Pasó algún tiempo después de que las puertas automáticas sonaran, entonces
Kusuda dijo, “no hay moros en la costa.” Sin embargo, a pesar de que ahora ya no
se tenía que esconder, Tohru no se paró, pero se mantuvo agachado bajo el
mostrador.

“Hace frío afuera, pero estaba sudando, y ni siquiera llevaba un abrigo.”

El pecho de Tohru punzó de dolor.

“Estoy seguro de que está bien que regreses a casa.”

Incluso con Kusuda alentándolo, Tohru no podía decir “Me voy a casa.”
Fujishima había estado preocupado y venido a buscarle, a pesar de que habían
discutido y él había huido. Tohru estaba tan avergonzado que no se podía parar, a

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Cold Sleep Narise Konohara

pesar de que también estaba feliz. Incapaz de pedir disculpas sinceramente, se


había escondido como un cobarde. Era de lo peor.

“Para ser honestos, voy a pararme sobre ti cuando este en la registradora.”

Echado de su puesto, Tohru se acurrucó en la silla que había traído. El gran


suspiro de Kusuda hizo eco en su cabeza. Le dolían los oídos.

“¿Que le gusta a Fujishima-san?” le preguntó Kusuda de la nada.

“¿Qué le gusta...?” Tohru levantó muy lentamente la cabeza.

“Sí, como su marca favorita de cigarrillos, por ejemplo.”

“Él no fuma.”

“Bueno, entonces cualquier cosa que le guste, piensa en algo.”

“Que le gusta, que le gusta...” Tohru reviso los cajones de su memoria.


Fujishima comía sin expresión, por lo que Tohru nunca sabía lo que le gustaba u
odiaba. Incluso cuando estaba en la sala, el único programa que siempre miraba
eran las noticias. Cuando Tohru miraba programas de entretenimiento, Fujishima
de repente desaparecía. Fotografía. Pero... eso le había gustado a él originalmente.
No estaba seguro de si a Fujishima le gustaba o no... Mientras pensaba en esto,
Tohru se dio cuenta de que no sabía nada acerca de Fujishima. Nada en absoluto.

“Bien, supongo que algo dulce estará bien para él,” dijo Kusuda, sonando
como si estuviera mandando a Tohru a hacer un encargo. A continuación, pasó al
estante de los pasteles y sacó un pedazo de pastel de fresa empaquetado en una caja
de plástico. Paso por el mostrador, puso el pastel en una bolsa de plástico impresa
con el nombre de la tienda y se lo dio a Tohru. “Llévale este pastel como regalo.
Debería de ayudar a romper el hielo.”

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Cold Sleep Narise Konohara

Mientras que Tohru estaba feliz por la preocupación de Kusuda, él


simplemente no podía imaginarse a Fujishima regocijarse por un pedazo de pastel
como lo haría una chica. No tardo en expresar su duda.

“Bueno, no sé si él lo comerá...”

“Claro que sí. ¡Él compró chocolate antes!”

“¿Chocolate?”

“¿No recuerdas? ¡Estabas en la registradora!” Kusuda dijo, frunciendo los


labios. “Fujishima-san vino a comprar aquí en el medio de la noche. Compró café
y chocolate, y luego se fue a casa, ¿no? Colegialas y señoras compran esas cosas
todo el tiempo, pero ¡nos pareció raro que a un hombre le gustaran las cosas dulces
como esas!”

El recuerdo de Fujishima comprando chocolate regresó a Tohru.


Definitivamente lo había comprado, pero Tohru simplemente no podía imaginar a
Fujishima, inexpresivo como una máscara de Noh, comer algo dulce. Incluso
mientras guardaba dudas sobre si Fujishima realmente se comería el pastel, Tohru
no podía ignorar la bondad de Kusuda, así que cogió la bolsa que contenía el pastel
y, finalmente, se puso de pie.

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Cold Sleep Narise Konohara

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Tohru permanecía parado frente a la puerta del edificio. Había regresado,
pero se sentía demasiado culpable como para entrar. En su lugar, se había quedado
allí durante casi media hora, con la bolsa de la tienda conteniendo el pastel de
fresa. Un viento frío mezclado con la nieve sopló contra él como si lo alentara
desde atrás.

Mientras sus dedos jugaban con la llave en su bolsillo, Tohru trató de


animarse a sí mismo como si fuera un niño —“Voy a contar hasta diez, y después
abrir la puerta. Voy a contar hasta veinte....”— Pero seguía dudando.

Miró su reloj que decía 5:10 a.m. Ya había pasado más allá de la
medianoche y ahora era temprano en la mañana. Alrededor de él, todavía estaba
oscuro. Era un momento en que la gente normal estaba dormida... sí, tal vez
Fujishima estaba dormido también. Eventualmente, la falsa esperanza de que
Fujishima dormía fue lo que finalmente le dio a Tohru la determinación para abrir
la puerta.

Tohru metió la llave en la cerradura y la giró hacia la derecha. Normalmente,


había una ligera resistencia y un clic, pero no esta vez. Qué raro, pensó y saco la
llave, luego probó jalar de la puerta, que se deslizó abierta sin hacer ruido. Olvidar
cerrar la puerta estaba completamente en contra del carácter exigente de Fujishima.

Cerró la puerta con cuidado para no hacer ruido. La luz de la sala llegaba
hacia el pasillo lo que significaba que Fujishima estaba despierto. Preparándose,
Tohru se quitó los zapatos en la entrada. Al hacerlo, vio una bota de cuero volcada
—sólo la derecha— justo en el medio del pasillo. Buscó a su compañera, que
resultó estar de lado en la esquina de la entrada. Fujishima siempre arreglaba sus

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Cold Sleep Narise Konohara

zapatos juntos cuando se los sacaba. Mientras Tohru recogía y perfectamente


organizaba las botas descuidadamente descartadas, pensó Olvido cerrar la puerta,
olvido sus zapatos... algo realmente está mal.

Por fin, Tohru caminó por el pasillo, pero sus pies se detuvieron en la
entrada de la sala. No había manera de que pudiera pasar y evitar a Fujishima.
Tohru respiró hondo y entró. Saludo, “Ya llegue”, pero no hubo respuesta. Sin
desanimarse, camino hacia la parte delantera del sofá y se inclinó casi un total de
noventa grados.

“Siento haberme comportado como lo hice.”

No hubo respuesta. Una vez más, Tohru se disculpó. La habitación estaba en


silencio. ¿Podría ser...? pensó y levantó la cabeza. De frente a él, podía oír la
respiración superficial de alguien dormido. Fujishima yacía dormido en el sofá de
la sala, sin calefacción, en apenas su camisa y pantalones.

Claramente habían más botellas de sake en la mesita y rodando alrededor del


sofá que antes de haberse ido. Tohru estaba asombrado por la cantidad de alcohol
que había tomado. Fujishima se dio vuelta, sus hombros temblando como si tuviera
frío, y dejó escapar un pequeño estornudo. Tohru pensó que eso lo despertaría,
pero aunque sus párpados temblaron un poco, no se abrieron.

Tohru encendido la calefacción de la sala, y luego trajo una manta de su


propia habitación. Gentilmente, la colocó sobre el hombre dormido. Tal vez
consciente de la manta caliente, Fujishima se envolvió en ella y acurrucó, con los
ojos todavía cerrados. Tohru se sentó en el suelo y se cruzó de piernas junto a la
cama del hombre durmiente. Mirando el rostro de Fujishima, Tohru tenía que
disculparse. Había estado ansioso por tanto tiempo, pero al ver el rostro dormido,
se desanimó. Por lo que ahora quería quedarse muy cerca de él.

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Cold Sleep Narise Konohara

El rostro ligeramente enrojecido. El punto fino de su mandíbula. Los labios


de color poco saludable. Los ojos hundidos. El flequillo despeinado que caía sobre
su frente. Tohru nunca había mirado a la cara de un hombre tan a fondo antes.
Fujishima no era nada fuera de lo normal. Uno no pensaría que era especial. En
todo caso, él era el tipo de hombre que uno vería en cualquier lugar. Y, sin
embargo, al igual que todo el mundo tenía una sola madre, Fujishima era el único
en quien su yo actual podría depender.

Fujishima se dio vuelta y medio se cubrió la cara con la manta. Mientras


yacía así, sus párpados temblaron y se entreabrieron lentamente. Todavía
somnoliento, Fujishima se froto los ojos con el dorso de la mano y miró
directamente a Tohru, que se había quedado sin habla, como si algo le hubiera
bloqueado la garganta. No podía decir nada, ni siquiera una disculpa...

“Bienvenido de vuelta,” la voz ronca de Fujishima lo recibió. Tohru sintió


que su corazón iba a estallar por apenas esa pequeña frase.

“Gracias. Ya vine.”

Fujishima sonrió. Se miraba raro con los ojos entrecerrados, pero su rostro
parecía muy feliz. Encantado, Tohru naturalmente también sonrió.

Lentamente, Fujishima se levantó del sofá, y al hacerlo la manta se deslizó


hacia abajo alrededor de sus pies. Se agachó para recogerla, pero su cuerpo se
tambaleo. Al tiempo que Tohru pensaba que era peligroso, Fujishima se inclinó
rápidamente más y más hasta que su cara estuvo a punto de estrellarse contra la
mesita. El cuerpo de Tohru se movió antes de siquiera pensarlo. Atrapó y sostuvo a
Fujishima con un brazo, aunque la reacción envió un choque sordo a través de él.
Fujishima estaba bastante pesado, como si hubiera perdido la fuerza... Tohru
coloco a Fujishima de nuevo en el sofá, como si estuviera sosteniendo a un

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Cold Sleep Narise Konohara

completo ebrio. Cuando Tohru trató de soltarlo, hubo una ligera resistencia. Antes
de darse cuenta, Fujishima se había dado vuelta, y ahora tenía los brazos envueltos
alrededor de su espalda como si no quisiera que Tohru se fuera.

“Fujishima-san…” Tohru trato de mantenerse firme pero no se podía soltar.


Mientras pensaba en que hacer, Fujishima se sostuvo aún más fuerte, hasta que
Tohru no tuvo más remedio que caer sobre Fujishima.

“Um, ¿no soy pesado?” Independientemente de si Fujishima estaba


escuchando o no, no respondió, sino que simplemente se frotó contra su cuerpo
como un gato. Mientras Tohru se preguntaba si Fujishima todavía tendría tanto
frío, a pesar de que la calefacción estaba encendida, lo miró a la cara, sólo para ver
los ojos llorosos de Fujishima mirándolo de regreso. Había algo diferente en él. La
adulación, la mirada febril, el beber directamente de la botella. Y cuando Tohru se
había sentido incómodo y tratado de alejarse, Fujishima no había querido y se
había aferrado a él. Mientras Tohru pensaba todo eso, Fujishima lo tomo por las
mejillas. “Uh, ahora, espera sólo... sólo a—” Pero incluso mientras lo decía, algo
fresco se presionó contra sus labios. Tohru aparto la cabeza rápidamente, pero
Fujishima lo acerco de nuevo, y sus labios se presionaron suavemente contra los
suyos. Fujishima estaba ebrio pasado el punto de la discriminación. A pesar de que
Tohru luchaba como una mosca atrapada en una telaraña, regresó los besos a
petición de Fujishima. Dos veces, tres veces, cuatro veces... no se sentía mal,
aunque sabía que estaba tratando con otro hombre. Para ser honesto, por el
contrario, el contacto de sus labios era agradable.

En poco tiempo, Fujishima dejó de moverse apoyando su mejilla contra la de


Tohru. Su respiración regular mientras dormía le hacía cosquillas en la oreja a
Tohru, quien se levantó cuidadosamente, puso la manta sobre el hombre dormido,
y salió de la sala.

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Cold Sleep Narise Konohara

Tan pronto como entró en su habitación, Tohru se desplomó sobre la cama.


Su cabeza estaba en llamas. Difícilmente pensaba que era virgen, pero aun así...
había estado excitado, a pesar de que su compañero había sido un hombre. Cuando
cerró los ojos, vio visiones de la cara de Fujishima besándole. Fujishima siempre
era tan inexpresivo, pero lo había mirado tan seductoramente. Su expresión había
sido atrayente. Fujishima estaba ebrio; él no podía haber sabido que Tohru era su
pareja. Si lo hubiera hecho, nunca lo habría besado así.

Recordando la vívida sensación de la lengua de Fujishima, Tohru presionó


inconscientemente su mano contra su boca. Después angustiante en la cama,
suavemente tocó su entrepierna, donde el calor no se había calmado ni un poco.
Había sido recientemente que había fantaseado con actrices que le gustaban en la
cama. Pero ahora imágenes del hombre al que acababa de besar cubrían los ojos y
los labios de esas mismas mujeres, y no había nada que Tohru pudiera hacer al
respecto.

* * *

Tohru despertó por un golpe en su puerta. Cubierto de pies a cabeza con las
sábanas, apenas pudo decir “Sí...” en respuesta. Todavía quería dormir un poco
más.

“¿Puedo entrar?”

Al sonido de la voz de Fujishima, Tohru saltó en pánico. “Uh, ¡seguro!


Pasa.”

La puerta se abrió con un clic. Vistiendo pantalones de algodón negro y un


suéter gris, el pelo y la expresión impecable como siempre, Fujishima entró
lentamente en la habitación.

“¿Estabas dormido?”

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Cold Sleep Narise Konohara

Su mirada se posó sobre la cama desordenada. Además de eso, Tohru se


había ido a dormir completamente vestido, por lo que la camisa y los pantalones
estaban todos arrugados. Avergonzado de que Fujishima viera su cuarto
desordenado, Tohru bajó la cabeza y respondió “Sí...”

“Siento despertarte. No es nada tan importante. Podemos hablarlo más


tarde...”

“No, adelante. Ya estoy despierto.” Fujishima se inclinó un poco hacia


delante, parecía pensar las cosas primero, y luego levantó la cabeza. Sus ojos,
mirando directamente a Tohru, no mostraban ningún rastro del deseo seductor de la
noche anterior.

“Er... lo siento por todo.”

A la repentina disculpa de los besos, Tohru se sonrojó profundamente.

“Uh, está bien. No fue nada...”

Esa era una mentira —si era algo. Si realmente no lo fuera, Tohru sería
capaz de mirar a Fujishima a la cara. Las sensaciones volvieron vívidamente. La
sensación indescriptible de sus labios finos y fríos, ligeramente mordiendo y
succionando su labio superior. La punta de su lengua trazando contra sus dientes
firmemente cerrados, como si suplicando ir más allá. Tohru había estado tan
tranquilo, sin embargo, el simple recuerdo hizo que su entrepierna palpitara.

“Estaba bastante ebrio, así que me puse emocional.” Si Fujishima no hubiera


estado ebrio, probablemente no habría besado a Tohru tan intensamente. “Siento
haberte dado esos recuerdos tan desagradables. No considere tus sentimientos...”

“Mira, realmente está bien.” Tohru bajo la cabeza para ocultar su rostro
sonrojado por las repetidas disculpas que lo hacían sentir muy avergonzado.

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Cold Sleep Narise Konohara

“Gracias por dejarme usar esto.” Fujishima extendió la manta que Tohru
había colocado sobre él en la sala cuando dormía profundamente. “Al parecer,
estaba tan ebrio que ni siquiera me di cuenta de que habías vuelto o que me
prestaste la manta.”

“¿Eh?” Tohru respondió estúpidamente. “¿No te despertaste cuando regresé?


Me dijiste, ‘Bienvenido a casa’”

Esta vez, Fujishima parecía confundido. “¿Yo dije eso?”

“Claro que sí.”

Fujishima inclinó la cabeza en repetidas ocasiones, pero finalmente


murmuró, “No me acuerdo...”

“Si no te acuerdas, ¿Por qué te estas disculpando?”

“Porque fue mi culpa. No tenía ningún derecho a impedirte que te reunieras


con gente que conociste antes de perder la memoria...” En la intensidad de los
besos, Tohru se había olvidado por completo de la razón por la que había huido.
“Estaba ebrio... ¿Hice algo tan grosero que merezca una disculpa?”

Tohru no tenía ni idea de qué decir a esos ojos inquisitivos. Fujishima no


recordaba los feroces besos... Más allá de embriagarse, él sólo había sorprendido a
Tohru, sin causar ningún daño real. ¿Pero cómo reaccionaría Fujshima si Tohru le
decía la verdad, que se había aferrado a él y besado tan ferozmente que los labios
de Tohru se habían hinchado? Fujishima no era el tipo de hombre que recibiría tal
noticia tan a la ligera con un “Oh, lo siento, estaba ebrio...” Teniendo en cuenta su
carácter serio, se echaría la culpa a sí mismo por haber sido desagradable cuando
estaba ebrio y le pediría tantas disculpas que lo haría sentir incómodo. Ayer habían
peleado; hoy era hoy. Su relación ya era difícil en el mejor de los casos. Tohru no
quería que todo se volviera aún más difícil a causa de un simple beso accidental.

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Cold Sleep Narise Konohara

...la respuesta era simple. Fujishima no recordaba nada. Tohru seguiría


adelante sin hacerlo sentir incómodo.

“No mucho... estabas bebiendo directamente de la botella y las botellas


vacías rodaban en el piso.”

El rostro de Fujishima se volvió de color rojo oscuro. “Mil disculpas por tal
espectáculo vergonzoso.” Mordiéndose el labio y bajando lentamente la cabeza,
Fujishima luego salió de la habitación como si estuviera escapando. Tohru se llevó
la mano a la nuca y suspiró. Fujishima se había puesto tan mal solo por beber
directamente de la botella. Tohru estaba seguro de que si le hubiera dicho que se
habían besado, Fujishima se habría desmayado de la vergüenza excesiva.

Tohru miró el reloj que decía 1:00 p.m. Se había despertado completamente
mientras hablaban, así que se cambió de ropa, se lavó la cara y se fue a la sala,
donde Fujishima estaba sentado en el sofá y leía el periódico. Se dio cuenta que
Tohru había entrado y miró hacia abajo con torpeza, como si prolongando los
recuerdos persistentes de hace unos momentos.

Recordando vívidamente los besos de varias horas atrás, Tohru abofeteó


suavemente su mejilla, intentando cualquier cosa para evitar que sus pensamientos
fluyeran en esa dirección. Al mirar a su alrededor, Tohru no vio ninguna señal de
las botellas de sake que habían estado detrás de la embriaguez de Fujishima.
Probablemente él las había recogido.

Tohru entonces recordó lo que había traído de la tienda ayer. “Um, ¿había un
pastel por aquí?”

“Lo puse en el refrigerador,” Fujishima respondió sin levantar la cabeza del


periódico.

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Cold Sleep Narise Konohara

“Oh, gracias.” Tohru abrió la puerta del refrigerador, y allí justo en el medio
estaba el pastel. Tohru se preguntó si todavía valdría la pena... pero podía ver como
el pastel se quedaba sin ser comido y luego era botado si lo dejaba ahí. Tal vez
sería mejor tirarlo, pero y si Fujishima se lo comía... y mientras consideraba esto,
mejor sacó el pastel.

“Aquí tienes.” Tohru le ofreció el pastel, todavía en su caja de plástico, a


Fujishima, quien levantó la cabeza del periódico e hizo una expresión de
confusión.

“¿...Para mí?”

“Uh, sí.” No había ninguna necesidad de que Tohru dijera que había querido
usarlo como una oportunidad para hacer las paces.

“Te gustan las cosas dulces, ¿verdad Fujishima-san?” Fujishima siguió


mirándolo perplejo sin tratar de tomar el pastel. “Sabía que no. Lo siento.” Sin
embargo cuando Tohru trato de tomar de regreso el pastel, la mano derecha de
Fujishima se alargó vacilante.

“Espera, me gusta la comida dulce. Pero ¿por qué, de repente...?”

“Um, sí, bueno... no estoy seguro de por qué. Así que no te preocupes por
eso, sólo cómelo, por favor.”

“Gracias.” Al expresar su gratitud, Fujishima aceptó la torta con mucha más


cortesía que Tohru en su ofrenda simplista. Fujishima se quedó mirando el pastel
de fresa en su paquete y sonrió suavemente. “Tengamos un poco de café, así lo
pruebas también.”

Fujishima llevó el pastel a la cocina. Tohru no había comido nada esa tarde y
estaba sorprendido al tener pastel como su primera comida del día, pero ni siquiera
podría decir la sencilla frase “Estoy bien, gracias” a Fujishima que estaba
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Cold Sleep Narise Konohara

felizmente haciendo preparaciones. El pastel, que costaba unos 350 yenes, fue
sacado ordenadamente de su envoltorio de celofán y servido elegantemente en
platos.

“Gracias.” Fujishima coloco el pastel y café sobre la mesita y, tras


agradecerle a Tohru una vez más, cogió un tenedor. Mientras bebía su café, Tohru
distraídamente miraba a Fujishima comer.

Al poner un pedazo de pastel en su boca, el rostro normalmente inexpresivo


de Fujishima se iluminaba con una sonrisa alegre. Mascaba y tragaba lentamente
para saborearlo. Fujishima siguió comiendo el pastel, pero nunca probó el café.
Una expresión absorta y solemne permaneció en su normalmente rostro antisocial
durante todo el tiempo que comió.

Tohru probo la esquina de este supuestamente tan delicioso pastel, pero el


merengue le dejo un regusto que no le gusto, así que lo pasó con café.

Una vez que hubo terminado el pastel, Fujishima finalmente tomó su café.
Entonces se dio cuenta que el plato de Tohru estaba prácticamente sin tocar.

“¿No vas a comerlo?”

“Um, bueno...” murmuró. Le preocupaba la mirada de Fujishima fija en el


pastel. “Er, puedes comerte mi parte si no te importa que haya tomado un bocado
de el.” Tohru empujó el plato hacia Fujishima, quien negó con la cabeza, aturdido.

“No, está bien. Esa es tu parte. Tú cómela.”

“Cosas como el pastel realmente no son lo mío. Ya había considerado tirarlo


a la basura, pero eso hubiera sido un desperdicio, así que...”

A pesar de que acababa de ofrecérselo, Tohru estaba bastante seguro


Fujishima no comería nada que otro ya había probado, pero Fujishima se quedó

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mirando el pastel por su mano y murmuró distraídamente, “En ese caso, tal vez
debería comerlo...”

Fujishima se metió el segundo pedazo con el mismo gusto y masticó.


Cuando había comido la mitad del pedazo, Fujishima notó la mirada de Tohru. Su
rostro enrojeció, bajo el tenedor y plato en la mesa y bajó la cabeza.

“¿Seguro que no lo quieres?” Fujishima se sonrojó hasta la punta de las


orejas cuando preguntó.

“... es probable que pienses que soy un hombre muy extraño por disfrutar
comer pastel de esta manera.” Su voz rayaba en lo inaudible, pero por alguna
razón, Tohru sintió lastima al verlo avergonzado.

“No hay nada de malo con que te gusten las cosas dulces. Y todos los chefs
famosos de repostería suelen ser hombres, ¿no?”

Aunque consolado, Fujishima no hizo ningún movimiento para levantar su


tenedor. Tohru sentía desde el fondo de su corazón que había tenido razón al no
mencionar el incidente del beso a un hombre de nervios delicados que dejaba de
comer por una mirada.

“Te gustan las cosas dulces, ¿no?”

Fujishima no respondió. Poco tiempo después Tohru se dio cuenta de que la


pregunta había añadido otro golpe a su vergüenza. “Nunca te había visto comer
dulces hasta ahora, así que...” pero entre más decía, más profundo sentía el agujero
que estaba cavando, por lo que mejor se quedó en silencio también.

“Mi madre era muy estricta en casa. Ella nunca me dejo comer dulces
porque me darían caries. Como una especie de reacción a eso, comenzaron a
gustarme, especialmente los pasteles, pero es difícil para un hombre entrar en una
pastelería por sí mismo...”
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Cold Sleep Narise Konohara

Fujishima continuó en tonos suaves. Tohru sintió que podía entender la


vergüenza de Fujishima al entrar en pastelerías por sí mismo. Fujishima los amaba,
pero no podía comprarlos por su cuenta —no era de extrañar que estuviera tan feliz
incluso con ese pastel barato.

“Por favor, cómelo” Tohru suplicó. “Estoy seguro de que el sueño de este
pastel es que lo comas.”

“Pero...”

“Por favor.”

Era sólo un pedazo de pastel. Poco importaba si no se lo comía, sin embargo,


Tohru quería que Fujishima lo comiera. “Por favor, comételo. Por favor.” Tohru
repitió, y Fujishima, incapaz de ocultar su desconcierto, miró a su alrededor al azar
y, como un pequeño animal, acorralado e indefenso, cogió su tenedor. Mirando a
Tohru como si esperando su aprobación, los dedos de Fujishima temblaban
ligeramente.

Fujishima abrió la boca y dio la bienvenida al pastel. Sus labios probaron el


tenedor. Su lengua brilló brevemente a la vista, e hizo que Tohru recordara esa
lengua roja, húmeda y cálida lamiéndolo con tanta insistencia. Tohru busco borrar
la sensación de resurgimiento alrededor de la boca con el dorso de la mano.

Cuando terminó de comer, Fujishima juntó las manos y agradeció por la


comida con una expresión muy seria. Algo del merengue del pastel estaba pegado
en su mejilla. Merengue en la mejilla de aquel rostro perfecto. La ironía era tan
graciosa que Tohru no pudo reprimir reírse, a lo que la expresión de Fujishima de
pronto se volvió miserable.

“¿Por qué te ríes?”

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Cold Sleep Narise Konohara

Inclinándose sobre la mesa, Tohru limpió el merengue con su dedo índice.


Fujishima se apartó sorprendido y se ruborizó como una mujer.

“Oh, lo siento. Tenías un poco de merengue en la mejilla.”

Temblando, Fujishima se frotó la mejilla que Tohru había tocado y se


levantó del sofá. Luego salió de la sala sin decir una palabra.

De pronto, Tohru consideró que tal vez le gustaba a Fujishima. No sabía por
qué, no tenía ninguna prueba... sólo la vaga idea.

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Cold Sleep Narise Konohara

6
Después de las 5:00 p.m. Tohru cambió con el turno de la noche. Terminó de
cambiarse y se colgó la mochila al hombro. Cuando salía de la tienda por el lado
del mostrador, Haruka, una estudiante universitaria que trabajaba allí medio tiempo
y que usaba el flequillo de lado como una niña, lo vio y acerco a él. “¡Que frío,
Tohru!” dijo, frotando constantemente sus dedos rosa.

“¿En serio?”

“Aja. Creo que va a nevar.” Haruka se volvió a la entrada, pero vio las cintas
que adornaban lindamente el estante de productos más allá del mostrador y lanzó
un sorprendido, “¿Eh?”

“¿Cuándo fue que pusieron las decoraciones de San Valentín? Oh, es cierto,
hoy es primero de febrero, ¿verdad?”

Chocolates en el rango de los 500 yenes estaban expuestos en los estantes.


La mercancía nunca salía tan temprano, pero a su manera, podrían aumentar el
entusiasmo de los clientes. Haruka miró a Tohru.

“¿Tienes una bicicleta, verdad, Tohru? Apuesto que en la mañana hace frío.
¿Te consigo unos guantes o una bufanda para San Valentín?”

“¿Eh? Oh, está bien, ya tengo,” mientras ponía excusas, Tohru sintió un gran
peso en su espalda, seguido del olor a Lucky Strike9.

9
Lucky Strike es una reconocida marca de cigarrillos propiedad de British American Tobacco.

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Cold Sleep Narise Konohara

“Tohru es un hombre con sus defensas perfeccionadas, Haruka, cariño. Él


tiene guantes, bufanda y un gorro de lana.” Kusuda dio una sonrisa recelosa y
añadió “¿no?” al lado de su oreja.

“Hace frío. ¿Cuál es el problema? ¿Por qué estás aquí de todas maneras? Tu
turno es hasta en la noche.”

“¡Estoy aquí como cliente! Pensé en ayudar a impulsar las ventas. Además
no te he visto en mucho tiempo, así que he estado oh tan solo.”

“... nos vimos ayer por la mañana. ¿De qué estás hablando?”

Observando su intercambio, Haruka murmuró, “Ustedes dos seguro son


buenos amigos.”

“Nah, somos novios. ¿Verdad?”

“¿Qué? ¡Qué asco!” Haruka frunció el ceño ante la broma de Kusuda.

“Deja de ser tan idiota. Nos vemos.” Sacudiéndose a Kusuda de la espalda,


Tohru salió de la tienda. Saco su bicicleta del aparcabicis solo para empleados de
la parte de atrás, se puso los guantes, y pedaleó por la calle en dirección contraria
al apartamento. Había dominado el frente de la estación del tren, pero la única
dirección por la que no había ido aún era el norte. Sin embargo, no podía ir muy
lejos al salir del trabajo.

Desde principios de enero, Tohru había cambiado su turno de la noche por el


de la tarde en su trabajo. No pagaba tan bien, pero eso significaba que podía vivir
una vida un poco más normal, estar activo durante el día y dormir por la noche.
Teniendo en cuenta el tiempo necesario para preparar la cena, le dio una mirada a
su reloj de pulsera. Decidió seguir por la calle en dirección al norte sólo quince

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Cold Sleep Narise Konohara

minutos más y empezó a pedalear con todo lo que tenía. Las calles nocturnas
estaban llenas de coches y personas. Tohru avanzó a lo largo, abriéndose paso a
través de huecos estrechos. Tohru se enamoró de la bicicleta en el momento que la
vio en el frente de la tienda de segunda mano y la compró después de regatear por
el precio. Su economía recibió un claro golpe, pero sus ganas de viajar y conocer
se ampliaron notablemente. Tohru había llegado a conocer las calles que llevaban
alrededor del edificio de apartamentos donde vivía, y rápidamente estaba
construyendo un nuevo mapa en su cabeza, que era divertido también.

Pero hacer mapas no había sido su objetivo principal al comprarla. Mientras


andaba alrededor en su bicicleta, Tohru prestaba mucha atención a los letreros.
Tonos suaves, lindos y letras inglesas... esas eran las características que buscaba,
pero no las hallaba. Lejos de la estación, las tiendas eran escasas, y estaba a punto
de dar la vuelta cuando por fin encontró el lugar.

“France Pastry Port” Las letras en el cartel oxidado eran de diseño retro. La
tienda era vieja y pequeña. La fachada era de baldosas, mientras que la iluminación
dentro estaba organizada en la forma de un lirio naranja del valle. Tohru dejó su
bicicleta con la intención de hacer un poco de “reconocimiento” y entró.

Al instante, el empalagoso olor del merengue golpeo su nariz. El escaparate


estaba lleno a rebosar con pasteles, tartas y más pasteles. Que tantos aún quedaran
a esa hora de la tarde indicaba que esa no era la más popular de las tiendas.

Fondue de chocolate, tiramisú, creme brulée... hasta que empezó a frecuentar


pastelerías, pastel de fresa era el único tipo de pastel que se le venía a la mente al
oír la palabra. Y los pasteles cuidadosamente envueltos en papel de aluminio o
celofán siempre estaban etiquetados con nombres excesivamente largos, por lo que
Tohru casi se había mordido la lengua varias veces las primeras veces que intentó

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pedirlos. No, él en realidad se había mordido la lengua y automáticamente soltado


un grito que había hecho que la chica detrás del mostrador se riera. Ahora un
pedido de “Una tarta de crema con nuez y una carlota de pera” sólo salía de su
boca. Era prácticamente un profesional comprando pasteles.

Después de una breve mirada a través de la vitrina, compró un pastel de


fresa y una crema chiboust. Un hombre de mediana edad vestido de blanco, muy
parecido a un artesano, le atendió en la caja registradora. Su rostro era hosco, y sin
siquiera ofrecerle una sonrisa de cortesía, le entregó el cambio sin mucha
ceremonia. Tohru escuchó un “Muchas gracias” a su espalda cuando salía de la
tienda, pero extrañamente, sonó como un “No vuelvas otra vez.”

Tohru condujo la bicicleta con una mano con el fin de no golpear la caja con
los pasteles, que era la razón por la que siempre iba un poco más despacio al
regresar de comprarlos de lo que lo hacía al salir del trabajo.

Hacer las rondas de las pastelerías en su bicicleta de montaña después del


trabajo se había convertido en una rutina diaria. Todos los días, Tohru compraba
un pastel para llevar a casa, pero él nunca comía ni un solo bocado. Las dulces
confecciones todas iban a dar al estómago de Fujishima. Al principio, Fujishima no
había estado muy seguro sobre los postres que Tohru traía para después de la cena,
pero al irse convirtiendo en rutina, sus reservas se debilitaron gradualmente, y
recientemente incluso había llegado a mostrar signos de anticipación.

Fujishima podría sentirse demasiado avergonzado como para ir a una


pastelería por sí mismo, pero Tohru se sentía perfectamente bien con hacerlo. Sólo
tenía que mantener una expresión que dijera “Soy un cliente.” La gente a su
alrededor, y al mismo Tohru, no le importaba que él fuera un hombre.
Naturalmente, se convirtió en una cara conocida en aquellos lugares que visitaba

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Cold Sleep Narise Konohara

con frecuencia, e incluso le habían dicho, “Si que debe de gustarle el pastel.” Era
un poco embarazoso, pero sólo por un instante.

Desde la gran discusión cuando había huido del apartamento, Fujishima no


había dicho ni una palabra sobre la fotografía. Tohru se había relajado un poco,
pero se sentía como si hubiera abandonado la idea en alguna parte. Había estado
disgustado con su yo inconsistente, después alegre. No importaba donde fuera,
Tohru no estaba satisfecho. Aunque nada más se dijo al respecto, Tohru apenas
pasaba sus días en paz. Tenía que estar seguro de su futuro. Como era habitual, sin
embargo, una gruesa cortina blanca permanecía delante de sus ojos. Estaba girando
sus ruedas en la impaciencia.

Durante su irritación incierta, Tohru encontraba la cara de Fujishima, cuando


este comía pastel, extrañamente calmante. Fujishima amaba el pastel, y su rostro se
embelesaba ante la mera visión de los dulces de colores en sus pequeños platos.
Una vez que Fujishima incluía su boca en la experiencia, su rostro se relajaba en
una expresión de felicidad extrema. Fujishima nunca mostraba sus emociones;
Sólo cuando estaba delante de un pastel es que su cara se convertía en un espejo
que reflejaba con elocuencia lo que había en su corazón. Cuando Tohru consideró
que eran los pasteles que él compraba lo que producía tales expresiones de deleite,
fue capaz de pensar que incluso él podía complacer a alguien.

Esa noche, Fujishima sirvió un poco de café después de la cena. Desde que
Tohru comenzó a traer pasteles, se convirtió prácticamente en una costumbre para
los dos tomar café después de la cena en la sala.

“La elección de hoy podría no saber muy bien,” dijo Tohru, verbalmente
restringiendo a Fujishima antes de que este comenzara. Fujishima lo miró, tenedor

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en la mano. “Es una tienda muy vieja, y les sobraban un montón de pasteles al final
del día...”

“Cada torta que me compras es deliciosa.” Era algo muy dulce de decir,
incluso si Fujishima lo había dicho sin expresión. Tohru desvió rápidamente la
vista... porque sabía que se sonrojaría. Pero cuando desviaba el rostro de esa
manera, no podía ver su mayor deleite, “La Gloria de Fujishima al Comer.” Tohru
respiraba hondo para que así la sensación de ardor en su rostro se fuera, cuando
Fujishima le habló.

“¿Por qué no pruebas un poco?” Fujishima le ofreció pastel, una pequeña


mordida en una esquina. El deleite de Tohru desapareció por completo, y poco a
poco frunció el ceño.

“¿Tan mal sabe?”

Fujishima rió. “Para nada. Está increíblemente bueno. Nunca antes había
probado un pastel como este.” Fujishima creía que estaba delicioso, pero había
sido una vieja tienda, y habían tenido todos esos pasteles sobrando. Medio
creyendo, medio dudando, Tohru tomo el tenedor de Fujishima y tomo un bocado.
La crema batida estaba densa, pero no dulce, mientras que el bizcocho estaba
húmedo pero esponjoso. La textura era tan tierna que Tohru nunca había probado
nada igual. “Esta bueno, ¿no?”

Se veía como un pastel de fresa fabricado, pero el sabor era tan exquisito,
que casi gimió involuntariamente.

“...mmmhm.”

Satisfecho con la respuesta de Tohru, Fujishima sonrió. Entonces, se abstrajo


a sí mismo en comer el pastel, de forma continua murmurando, “Mm, que rico”

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todo el tiempo. Normalmente, Tohru se sentía bien al ver la cara de Fujishima tan
alegre, pero hoy no era para nada divertido. Por el contrario, todo lo que Tohru
sentía en su corazón era una extraña sensación, turbia de insatisfacción.

Después de que Tohru se hubiera ido a la cama, reflexionó sobre por qué no
había disfrutado ver la cara de Fujishima ese día, pero no supo el motivo. Al día
siguiente, fue a la misma pastelería y compró algunos pasteles diferentes. Esa
noche, cuando Fujishima llegó a casa del trabajo, se fue directamente a la cocina y
abrió la puerta del refrigerador. “¿Son de la misma tienda de ayer?” preguntó, que
de alguna manera irrito a Tohru.

Ese día fue otro fracaso. Cuando Tohru vio el rostro de Fujishima luciendo
tan satisfecho con el pastel, se molestó. Una vez más reflexiono sobre por qué eso
era así, y finalmente llegó a la causa aparente: Fujishima no estaba disfrutando de
los pasteles porque Tohru los había comprado, sino porque eran deliciosos. Él no
era el que lo alegraba, eran esos deliciosos pasteles.

Al día siguiente, Tohru fue a una tienda diferente a propósito. Cuando


Fujishima llegó a casa y abrió la puerta del refrigerador, miro que la caja del pastel
era de una tienda diferente y pareció decepcionado. Mientras que a Tohru le
molestaba que Fujishima consiguiera su mirada suprema de placer al comer pastel,
no le gustaba hacer que Fujishima luciera aún más decepcionado.

Al final, Tohru se encontró en la desagradable posición de volver a la


pastelería que Fujishima adoraba. No era que Tohru simplemente quisiera estar
celoso de toda la comida, pero estaba claro que los pasteles de colores en el
mostrador tenían más poder para deleitar a Fujishima que él.

El domingo, Tohru tenía el día libre en el trabajo, así que fue a la pastelería
por la tarde en lugar de por la noche. Como de costumbre, la tienda estaba
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Cold Sleep Narise Konohara

prácticamente desprovista de clientes, y no había ninguna señal de que la venta de


pasteles hubiera aumentado en absoluto.

“Una tarta Sacher y una de fresa,” dijo con brusquedad para que coincidiera
con la del anciano que trabajaba allí. El hombre estaba acostumbrado a ello; sus
manos trataron el pastel suavemente, y entregaron el cambio de Tohru con
indiferencia infinita. La silenciosa batalla concluyó, pero en el instante que Tohru
abrió la puerta de la tienda, chocó de frente con alguien que estaba tratando de
entrar. Tohru retrocedió tambaleándose por el impacto, pero al final no pudo
recuperar el equilibrio y cayó sentado al suelo. Su mano se abrió automáticamente,
y la caja con sus pasteles en el interior se fue rodando por el suelo como un dado.

“¡Oh, Dios mío, lo siento tanto! ¿Está bien?” La persona con quien había
chocado era una mujer de apariencia elegante que a veces atendía la caja
registradora en la tienda. Ella se acercó a Tohru, luciendo preocupada.

“Sí, estoy bien.” Sonriendo, Tohru se recuperó de un salto. Estaba bien,


pero... cogió la caja que se había convertido brevemente en un dado. Tohru la
sacudió suavemente de lado a lado, pero no hizo ningún sonido. Los pasteles
estaban completamente destruidos.

“Lo siento mucho —Voy a reemplazarlos de inmediato.” La mujer tomó la


caja de Tohru y se fue detrás del mostrador.

“Um, voy a estar feliz de pagar...” Era imposible decir quién había tenido la
culpa en el accidente, pero la mujer negó con la cabeza e insistió en que no tenía
que pagar de nuevo. Tohru se preguntó si ella era la esposa del dueño, que a
diferencia del hombre, tenía un comportamiento apacible, era educada y siempre
sonreía. La mujer puso una nueva tarta de Sacher y otra de fresa, junto con un
milhojas, en dos cajas.
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Cold Sleep Narise Konohara

“Er, no compre un milhojas.”

“Está bien. Es para compensar haberme tropezado con usted. Además, ha


comprado aquí cada día por cerca de dos semanas. Piense en ello como un bono
gratis.”

Sonriendo, le ofreció las cajas con un “Aquí tiene.” Tohru le dio las gracias
y las aceptó, y luego ella preguntó, “¿Siempre come nuestros pasteles?”

“No, mi amigo lo hace. Mi amigo ama los pasteles de aquí, siempre habla
sobre lo buenos que son...”

“Ya veo.” La mujer lo miró alegremente. “¿Es usted un estudiante?”

“No, yo, eh... trabajo medio tiempo...”

Respondiendo con otro “Ya veo”, la mujer salió de detrás del mostrador.
“Perdón por preguntar tanto. Y... perdón si piensa que soy grosera por preguntar,
pero ¿le gustaría trabajar medio tiempo aquí?”

Tohru se sorprendió por la oferta tan repentina. “Uh, yo...” Él sabía sobre el
cartel de “Se Busca Ayuda” que estaba pegado en la parte delantera de la tienda,
pero estaba roto y amarillo, por lo que no había imaginado que estuvieran
buscando activamente contratar. Mientras estaba allí incapaz de responder, la
mujer suspiró, “Ah, bueno, no creí...”

“Voy a estar interna en el hospital el próximo mes. Es sólo una cirugía


menor, pero significa que voy a estar fuera por un mes, y me preocupa la tienda...”

“¡No necesitamos ningún ayudante aquí!” rugió una voz desde el fondo de la
tienda. Tohru se enderezó automáticamente, y la mujer dejó escapar otro suspiro.

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Cold Sleep Narise Konohara

“Él es simplemente imposible cuando se trata de recibir a los clientes. Sus


intenciones son normales, pero los clientes se enojan y se van. Realmente es un
problema. ¿Podría preguntarle a su amigo si quiere trabajar medio tiempo en una
pastelería?”

Tohru estaba acostumbrado a su trabajo en el minisúper, pero había un


montón de otros trabajos de medio tiempo disponibles. Y sin embargo, si nadie
ayudaba en esta tienda, en realidad estarían en problemas. Estaban tan
desesperados, que habían tenido que acercarse a un cliente que apenas conocían...

La tienda era pequeña y vieja, pero le complacía un poco que lo hubieran


“solicitado”. Además, se trataba de una pastelería, la tienda que vendía los pasteles
que Fujishima tanto amaba. Aparte de eso, le prometían que podría llevar a casa
tantos pasteles como quisiera al final del día. Eso significaba que podría llevarle
pasteles a Fujishima sin preocuparse por los gastos.

...No pasó mucho tiempo para que Tohru estableciera relaciones


diplomáticas con los pasteles que tanto había odiado.

Esa noche, después de terminar una cena tranquila sin charlar con Fujishima,
Tohru abordó lentamente el tema.

“Hoy renuncie a mi trabajo en la tienda.”

Fujishima levantó la cabeza. Dejó sus palillos, se enderezó, y se puso en una


postura para conversar. Aunque sentado con tanta atención, parecía extrañamente
en guardia.

“A partir de mañana, voy a estar trabajando medio tiempo en France Pastry


Port. Es la tienda donde siempre voy a comprar pasteles. Aunque siempre voy a
regresar a la misma hora.”

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Cold Sleep Narise Konohara

Fujishima frunció el ceño de repente, mostrando que estaba pensando en eso.

Tohru espero con tensión creciente por las siguientes palabras de su


compañero.

“¿Esto es algo que quieres hacer?”

No era tanto que quería hacerlo; Tohru simplemente había cambiado de


empleo del minisúper a la pastelería. Lo que Tohru necesitaba era poder ser capaz
de pensar en ello como algo más significativo que un trabajo en la tienda, para lo
que había muchas alternativas.

“Yo no iría al extremo de decir eso, pero creo que es un mejor trabajo...”

Después de un largo silencio, Fujishima murmuró, “Si es algo que quieres


hacer, entonces creo que deberías probarlo.” Fujishima no se había opuesto,
aunque tampoco parecía que había aprobado de todo corazón que Tohru trabajara
en la pastelería. ¿Qué podría estar esperando Fujishima de él? ¿Qué podía hacer
Tohru que fuera suficiente para complacerlo? Desde la pelea, ambos se habían
mantenido en silencio sobre el tema de la fotografía. Fujishima no le había dicho a
Tohru que encontrara algo. Sin embargo, aunque Fujishima no dijera nada, Tohru
todavía sentía una especie de presión silenciosa.

Fingiendo no darse cuenta de la atmósfera opresiva, Tohru respondió


brillantemente a la expresión de alguna manera renuente de Fujishima con, “Voy a
traer un montón de pasteles.”

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Era una noche fría, el viento soplaba del norte, y Tohru conducía su bicicleta
lo más rápido que podía. Ya era marzo, pero no había señales de que el frío se
fuera como se esperaba; en cambio, por la mañana continuaba estando por debajo
de cero, convirtiendo los charcos en hielo.

La superficie de la carretera también estaba congelada en las mañanas, y


Tohru se había resbalado en dos ocasiones desde el comienzo del mes. Se había
sentido tonto al respecto, por lo que no le había dicho nada a Fujishima, pero este
último vio las raspadas en sus brazos de todos modos y preguntó sobre ellas.
Después que Tohru confesó que eran de caer de su bicicleta, trató de disimularlo
con un poco de humor, “Si me caigo y golpeó la cabeza, mis recuerdos podrían
regresar, por lo que podría ser beneficioso.” Fujishima había mantenido una cara
seria, pero al día siguiente le había comprado un casco. No soy un niño pequeño...
Tohru había pensado. No podía ignorar la consideración de Fujishima, por lo que
siempre lo usaba al ir y venir del trabajo.

Un día, girando a la derecha del mercado, Tohru vio a alguien con un abrigo
largo por detrás. Había algo familiar en él, así que se detuvo al lado de la persona
sólo para asegurarse.

“¿Fujishima-san?” El hombre se detuvo por la sorpresa y volteó a ver. “¿Vas


a casa ahora? Llegaste temprano.”

“Hoy estaba trabajando fuera de la oficina, por lo que me dijeron que


regresara directamente a casa cuando hubiera terminado.” Fujishima miró su reloj.
“¿Ya saliste del trabajo también?”

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“Así es. Los pasteles se agotaron, por lo que la tienda cerro temprano. Hubo
una ceremonia de graduación en una preparatoria local, por lo que también salieron
temprano. La tienda ha sido un gran éxito desde que tienen este gran vendedor. Las
colegialas se amontonan para echarle un vistazo a mi guapo ser...”

“Ya veo.” Fujishima respondió, con el rostro totalmente inexpresivo. Las


bromas se perdían con él, por lo que Tohru a menudo no recibía la reacción que
esperaba lograr. Ahora mismo, por ejemplo, esperaba que Fujishima se riera de su
comentario con, “Pensé que al verte las ventas bajarían.” Avergonzado por haber
dicho una broma que se perdió tan mal, Tohru bajo la mirada.

“Solo estaba bromeando.”

“¿En serio?”

“Sí. No hay manera de que pudiera ser una atracción para los clientes.”

A pesar de que Tohru mentalmente volteo los ojos, le ofreció la caja en su


mano derecha a Fujishima. “Justo a tiempo. Toma, lleva esto de regreso a casa.
Vendimos todo hoy, así que no pude conseguir más de uno... Voy a comprar los
ingredientes para preparar la cena.”

“Entendido. Gracias por todo.” Era sólo su oferta de todos los días, sin
embargo, Fujishima nunca olvidaba agradecerle. Trataba a los meros pasteles
como si fueran joyas de incalculable valor. Tohru sentía como si esa consideración
era para él, lo que le hacía muy feliz. Después de separarse de Fujishima, Tohru se
sumergió con buen humor en el mercado para participar en las reñidas batallas de
regateo con las amas de casa allí.

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Cold Sleep Narise Konohara

* * *

Tohru recientemente había estado en una racha de nabemono10, por lo que la


olla aparecía en la cena una vez cada tres días. Los nabemono eran fáciles de
preparar y buenísimos, y Tohru podía conseguir infinitas variaciones con sólo
cambiar los ingredientes. Su amiga, la mujer que dirigía la pescadería, le había
ofrecido ostras, insistiendo “Son una ganga,” así que la cena terminó siendo
dotenabe11.

“Esto significa que el anciano se queja cada vez que me ve. Siempre se está
quejando sobre las cosas más pequeñas, y Dios, tiene un temperamento. Estoy
bastante seguro de que su esposa se ha peleado con él varias veces.”

“Con que si...” Fujishima empezó a soplar las ostras para enfriarlas. Tohru
había notado la sensibilidad de Fujishima a los alimentos calientes sólo
recientemente cuando había comenzado a hacer más nabemono.

“Recientemente se ofreció a enseñarme cómo hacer pasteles. Estoy un poco


interesado, pero cada vez que se lo menciono, me hace trabajar como esclavo hasta
que he tenido suficiente y siento que voy a perder los estribos, ¡por lo que me
desalienta!”

Fujishima regularmente hacia sonidos alentadores de reconocimiento


mientras masticaba su comida.

“¿Qué pasaría si me convierto en un chef de repostería? ¡Podrías tener todos


los pasteles que quisieras cada día, Fujishima-san!”

10
Nabemono (なべ物) o nabe (なべ): Es un término que alude a todas las variedades de platos guisados
japoneses. La mayor parte del nabemono la forman estofados y sopas tomadas durante las épocas más frías.
11
Nabemono de ostras y otros ingredientes (típicamente col china, tofu y shungiku) cocidos en una olla con su
interior cubierto de miso.

95
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El rostro inexpresivo se suavizó ligeramente. Tohru sintió un hormigueo a su


falta de astucia.

“Pienso en hacer pasteles, pero el trabajo de preparación probablemente


tomará un tiempo.”

“¿Tendrías que levantarte temprano?”

“Ahora me estoy levantando a las 5:00 a.m. y eso ya es difícil como es. Tal
vez debería esperar hasta que esté más cálido. ¡Pero los pasteles son un misterio!
¡Sólo la presentación hace que se vean mucho más refinados y deliciosos! El
anciano es un verdadero purista con los ingredientes de los pasteles que hace, y el
sabor es fuera de este mundo, pero tienen este sentimiento general “sencillo pero
robusto” y... ¿cómo puedo decirlo?... no hay nada de “dulzura” en ellos. La tienda
es toda clara y tenue también. Así que utilice los mostradores de otras tiendas
como referencia para darle al interior del lugar un ambiente más lindo, y las ventas
han crecido así como así.”

“Ahora que lo mencionas, el letrero también es nuevo, ¿no?”

Tohru se inclinó sobre la mesa. “¿Lo has visto, Fujishima-san?”

“He pasado por la tienda cuando hago recados fuera de la oficina. El letrero
viejo estaba todo oxidado, pero lo cambiaron por uno con estilo.”

“Ese es el que yo elegí. El anciano dijo ‘Tal vez deberíamos conseguir un


nuevo letrero,’ así que utilicé otras tiendas como referencia y le recomendé uno.
Aunque se quejó de que era demasiado caro...”

“Ya veo.”

96
Cold Sleep Narise Konohara

Antes, Tohru había pensado que hablar durante la cena estaba prohibido.
Cuando Tohru consiguió por primera vez su trabajo en Port, la insociabilidad del
anciano le había provocado tanto estrés. Entonces, durante la cena, Fujishima
simplemente le preguntó “¿Cómo es tu trabajo en la pastelería?” Eso fue todo lo
que necesitó —Tohru se olvidó de cenar mientras se quejaba largamente sobre el
trato que había estado recibiendo. Fujishima se había mirado sorprendido, pero
escuchó hasta el final, agregando un “Ya veo” de vez en cuando en respuesta.

Desde ese incidente, Tohru noto que no era como si Fujishima no hablara
durante la cena, él simplemente no hablaba a menos que Tohru comenzara la
conversación. Desde ese día, Tohru ya no tuvo reservas sobre hablar durante la
cena. Fujishima escuchaba seriamente a los asuntos grandes y pequeños —cómo el
anciano había llegado a trabajar con los pantalones al revés porque su esposa, que
cuidaba su apariencia personal, estaba interna en el hospital; cómo Tohru le ofrecía
consejos de amor a las chicas de secundaria que ahora frecuentaban la tienda;
cómo había sido acorralado cuando algunas palomas habían volado dentro de la
tienda; lo bonito que el cielo estaba hoy; o cómo mañana estaría helando... Aunque
Tohru sentía que estaba actuando como un niño pequeño, él quería hablar sobre
todo lo que había pasado ese día, y quería tener a alguien que escuchara.

Mientras Tohru hablaba, Fujishima terminaba su comida, pero no se


levantaba. Él esperaba hasta que Tohru terminaba. Al darse cuenta de esto, Tohru
se ponía nervioso y se apresuraba a terminar su comida fría. Luego, mientras Tohru
limpiaba, Fujishima se sentaba en el sofá de la sala, y leía el periódico o miraba las
noticias. A menos que estuviera comiendo pastel, esas eran sus únicas dos
actividades allí.

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Cold Sleep Narise Konohara

La semana pasada, Fujishima había comprado una alfombra. El día antes de


eso, Tohru había rallado el suelo con las patas del sofá cuando estaba limpiando.
Se había disculpado de todo corazón con Fujishima, y al día siguiente, la alfombra
había aparecido en la sala. Dado que el suelo de madera tendía a ponerse frío,
Tohru había querido una durante algún tiempo de todos modos, al menos para
alrededor del sofá, pero ya que habría significado gastar dinero, nunca había sido
capaz de tocar el tema.

La densa alfombra verde era agradable al tacto y le hacía sentir que estaba de
pie en la hierba. Conforme iban agregando más cosas, la sala, que una vez había
sido tan triste, adquiría la sensación de un lugar donde personas realmente vivían.
Por supuesto, todavía había muy poco en ella, pero aun así era más cómoda que su
propia habitación.

Una vez que hubiera terminado de limpiar, Tohru se sentaba frente a


Fujishima. Pasaban el tiempo en silencio, a veces hablando, a veces leyendo libros
o viendo la televisión. Fujishima usualmente era él que leía; a Tohru no le
importaba tanto la palabra impresa, por lo que mejor veía la televisión. Mientras
observaba las noticias, Tohru miraba a Fujishima. Estaba solo, ya que no podía
conseguir que Fujishima conversara con él mientras este estaba concentrado en su
lectura, pero Tohru se tranquilizaba sólo con estar al lado de él.

De ese modo transcurría la noche, y Tohru odiaba el momento en que


Fujishima se levantaba y retiraba a su habitación. Tohru se sentía solo cuando
Fujishima se iba. No le gustaba estar solo. Sin embargo, nunca se atrevería a decir
nada tan infantil como que quería estar con Fujishima porque se sentía solo.

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Cold Sleep Narise Konohara

“Takahisa.” Tohru pensó que Fujishima estaba leyendo un libro, pero el


hombre lo estaba mirando directamente. “¿Te gusta tu trabajo?” Era una pregunta
concisa.

“Sí.”

“Está bien entonces.”

La mirada de Fujishima volvió a su libro. Tohru fingió ver la televisión,


ponderando el significado de esa pregunta. Su trabajo era muy divertido. Él se
desanimaba cuando le gritaban, pero se ponía feliz cuando lo felicitaban, y el
anciano no era una mala persona de corazón. Además, él pertenecía allí también.

Un momento después de esa conversación, Tohru oyó un golpe. El libro de


Fujishima había caído por el pie del sofá. Su lector estaba tumbado en el sofá con
los ojos cerrados. Su brazo relajado cayó ligeramente hacia el suelo. Supongo que
estaba cansado, pensó Tohru, mirando las mejillas pálidas.

Apagando el televisor, Tohru se sentó allí por un momento, hasta que fue
después de la medianoche. Se levantó, planeando despertar a Fujishima, pero el
hombre estaba durmiendo tan gratamente, que Tohru no estaba seguro de si era
mejor despertarlo o no. Después de vacilar un poco, le subió un poco a la
calefacción de la sala, luego fue a buscar una manta y tres álbumes de fotografía de
su habitación.

Tohru puso la manta sobre Fujishima, se sentó a sus pies y abrió un álbum
de fotos. Era la única manera que se le ocurría en la que podía matar el tiempo en
silencio. No dejaba la habitación, porque creía que era triste cuando uno se
despertaba solo. Tohru no sabía cómo era para Fujishima, pero sabía que él
definitivamente se sentiría solo.

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Cold Sleep Narise Konohara

El viento hizo temblar la ventana. Tohru recordó la cara de la vendedora de


pescado en Uomaru. “¡Va a nevar mañana! Está entrando un frente frío,” le había
dicho mientras convencía a Tohru que comprara ostras, “así que es nieve sin
duda...”

Tohru pensaba que su relación con Fujishima era un misterio. Se podría


decir que eran amigos, pero en cierto modo eran tan formales y reservados entre sí
que eran prácticamente desconocidos. Incluso si Tohru no hubiera tenido muchas
relaciones cercanas antes de perder la memoria, era claro para él que Fujishima
actualmente le apreciaba. Incluso si era una persona torpe que no podía ser directo
y decir ciertas cosas...

Fujishima no le diría mucho sobre el pasado. Seguramente no importaba si


Tohru no sabía lo que Fujishima no le decía. Tohru había ido en busca de su propio
pasado y encontrado, contrariamente a sus expectativas, que había sido una
persona muy desagradable. Nada había traído sus recuerdos de regreso, pero
pensaba que si nada lo hacía, entonces eso era todo. Tohru quería saber lo que su
antiguo yo pensaba y sentía, pero también consideraba que no habría nada que
pudiera hacer, incluso si lo supiera.

Tohru realmente disfrutaba de su vida actual. El anciano le había pedido que


fuera su aprendiz, a pesar de que podría haber sido en broma. Él había renunciado
a su trabajo en el minisúper, pero Kusuda llegaba a menudo a comprar pasteles.
Cuando llegaba a casa, su propia silla estaba siempre allí, y había comida para
comer. Allí era donde pertenecía.

Hace cuatro meses, Tohru nunca habría creído que sería tan cercano a una
sala desolada y un hombre inexpresivo. Dejando a un lado el libro de fotografía,

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Cold Sleep Narise Konohara

Tohru observo el rostro de Fujishima, quien todavía estaba durmiendo


placenteramente. De vez en cuando, sus largas pestañas se agitaban.

¿Le gusto a este hombre inexpresivo, torpe y amante de los pasteles? se


preguntó Tohru. ¿Le gusto lo suficiente como para querer besarme, incluso
cuando no está ebrio?

Tohru quería saber cómo se sentía Fujishima, pero ¿qué tal él? Incluso
ahora, a veces recordaba aquellos besos apasionados, y cada vez que lo hacía, su
cuerpo se excitaba. No se había masturbado pensando en Fujishima más de una o
dos veces porque el rostro dormido de este tomaba el lugar de sus fantasías, y
Tohru sentía vergüenza y desviaba su mirada.

¿Podría ser eso amor? Sólo porque hacía de alguien el objeto de su


masturbación no significaba que eso llevara directamente al amor. Que Fujishima
se convirtiera en el objeto de sus fantasías era una respuesta condicionada a los
besos aparentemente accidentales. Si esos besos no hubieran sucedido, la idea de
sentir amor nunca habría entrado en su cabeza, ¿verdad?

Era como si Fujishima hubiera derramado tinta roja en una taza transparente
llena de agua. Una vez derramada, no se podía deshacer lo que había sucedido. Las
ondas rojas cubrirían lentamente toda la taza, mezclándose entre sí en un débil
matiz que parecía que iba a desaparecer pero no lo hacía. Ahora la emoción lo
impregnaba todo a él.

Incluso si Tohru ignoraba ese amor... él quería que a Fujishima le importara,


quería que sonriera, quería hacerlo feliz, quería que lo escuchara.

Fujishima se agitó un poco. Sus labios se separaron ligeramente, y Tohru


pensó ver su lengua roja chasquear fuera, luego se cerraron de nuevo. La parte

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Cold Sleep Narise Konohara

inferior del cuerpo de Tohru palpito dolorosamente. Utilizó su razón para suprimir
la necesidad indignante de desnudar a Fujishima y besarlo. Tohru sonrió con
ironía. Queriendo besar a Fujishima, conteniéndose, debía de ser todo un
espectáculo divertido, temblando como un perro al que le habían dicho que
esperara antes de darle una golosina. Seguramente uno podría llamar a eso amor,
después de todo.

Si había un manantial en su corazón llenándose del sentimiento del amor,


Tohru quería verlo. Quería ver lo que no se podía ver.

Tohru se preguntó si los párpados de Fujishima estaban firmemente


cerrados, y como si en respuesta, se abrieron lentamente. Ojos negros, húmedos lo
miraron distraídamente.

“Takahisa.”

Abruptamente, Tohru reacciono de la expectativa indignante que podría estar


bien darle un beso. Estaba demasiado cerca; su rostro no estaba a más de veinte
centímetros de distancia.

“...estás babeando.” Era una razón para estar tan cerca. Tohru había dicho
una mentira para engañarlo. Fujishima se sonrojó y se limpió alrededor de la boca.
“Mentira.”

Al darse cuenta de que había sido engañado, Fujishima se puso aún más
rojo, bajó la cabeza y con voz temblorosa murmuró, “Por favor, no te burles de
mí...”

Esa noche, Tohru tuvo un sueño, un sueño muy realista. Fujishima entraba
en su habitación y de repente empezaba a quitarse la ropa. Invitaba a Tohru
audazmente con un “Haz lo que quieras”, y sin embargo, cuando llegaba el

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Cold Sleep Narise Konohara

momento, Tohru se enardecía por el aspecto tan virginal y tímido de Fujishima,


que saltaba sobre él. Sus caderas se movían hacia un territorio desconocido, y
tenían sexo como animales.

Se despertó en medio de la noche, y mientras se estaba cambiando la ropa


interior, Tohru sintió una culpa indescriptible, el tipo de culpa que venía de
manchar algo limpio y puro. Arrojó su ropa interior sucia en la lavadora y se fue al
baño. A su regreso, pasó por la habitación de Fujishima. Pensó en el objeto de sus
fantasías estando detrás de esa puerta, y su cuerpo se excitó incorregiblemente. El
fuego no saldría, por lo que regresó al baño una vez más.

Odiándose a sí mismo, Tohru se sentó en el asiento del inodoro. De repente,


se preguntó qué tipo de sueños Fujishima estaba teniendo.

* * *

En la tienda, Tohru empaco poco a poco los pasteles en una de las cajas
grandes, cuyo interior, lleno hasta el tope con pasteles decorados de varios colores,
sonaba como si alguien hubiera echado una lata de dulces en ella. Tohru cerró la
tapa de la caja, y luego pegó una estampa grabada con el nombre de la tienda como
un toque extra.

“Realmente has dominado esto,” murmuró Kusuda con admiración desde el


otro lado de la vitrina.

“Eso es porque soy un profesional.” Tohru se sorprendió por la forma en que


resoplaba con orgullo, hablando tan bien de sí mismo. Claro, sus dedos se movían
con destreza, pero había sido terrible cuando comenzó. No había estado
acostumbrado a la suave textura de los pasteles y los había agarrado demasiado
fuerte, dejando marcas no naturales a los lados. Se había tensado al ponerlos en

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Cold Sleep Narise Konohara

cajas, derribándolos como fichas de dominó y aplastándolos. Tohru había


terminado registrando en secreto el costo de los pasteles aplastados en la caja
registradora y comiéndolos para el almuerzo, pero sólo su suerte, el anciano lo
atrapó. Noboru Sakai, el pastelero también conocido como “el anciano” y
propietario de la pastelería francesa Port, había mirado en la caja, adivinado lo que
había sucedido, y sonreído, “Así que, ¿mis pasteles son tan buenos?”

“Eres un inepto,” le había dicho el anciano a Tohru al principio, cuando este


era tieso como un robot al manipular los pasteles. “Los pasteles son como damas.
Vas a aplastarlos si los sujetas por las partes que sobresalen, y deshacerlos de
inmediato si los manejas toscamente. Tienes que tratarlos con verdadera gentileza
y educación.”

Tohru no había tenido ganas de recibir consejos de cómo tratar a las mujeres
de un hombre que asombraba a su esposa con lo terco y tajante que podía ser, pero
aprendió poco a poco cómo manejar los pasteles. Los pasteles que el anciano hacia
eran deliciosos, pero sencillos, faltos de cualquier atractivo. De alguna manera, el
anciano se reflejaba en las cosas que hacía.

El toque final de Tohru era fijar un pequeño ramo de flores a la parte


superior de la caja.

“¿Agregas eso también?” Kusuda miró las manos de Tohru.

“Sí. Ya que las mujeres son sensibles a cosas como el envoltorio y la


apariencia externa.” Después de haber terminado de envolver la caja, la colocó en
la parte superior de la vitrina. Hoy había un seminario y Kusuda había ido a
comprar pasteles para ello. Probablemente habría una gran cantidad de mujeres
allí, así que esa era una oportunidad ideal para la publicidad. La clientela de la

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Cold Sleep Narise Konohara

pastelería crecía de boca en boca, y la palabra de las mujeres en particular era


esencial.

“Está bien, escucha. Asegúrate de dejar que las damas coman primero,
incluso si algunos de los chicos quieren hacerlo. Eso es porque nuestros pasteles
son muy buenos. Y cuando te pregunten ‘¿De dónde sacaste estos pasteles?’ les
das estos volantes.” Tohru le entregó a Kusuda una gran pila de volantes rosa
pálido del tamaño de tarjetas, cada uno con el nombre de la tienda, número de
teléfono y el horario, así como un mapa. Estos habían llegado a ser colocados en la
tienda a su sugerencia.

“Todavía estamos en invierno, pero la habitación se va a calentar, así que


asegúrate de refrigerarlos y comerlos temprano. Está bien, estoy contando contigo,
Mr. Billboard12.”

“¿A quién llamas Mr. Billboard?”

“Sentimos molestarle, Kusuda-san.”

Sakai-san, quien manejaba las ventas de la tienda y la contabilidad, había


oído la conversación y salido de la parte trasera. Había sido dada de alta
recientemente del hospital, pero al parecer todavía no se había recuperado
totalmente y casi nunca entraba en la tienda. Ella era tan generosa y amable, que
uno sólo podía admirar cómo una mujer tan bondadosa se había casado con un
anciano tan obstinado.

“Desde que Takahisa-san comenzó a trabajar aquí, usted nos ha


recomendado a todos sus amigos, lo que ha impulsado en gran medida nuestro
negocio. Recientemente, incluso hemos estado algunos días completamente

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Tohru se refiere a que Kusuda es su valla publicitaria.

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agotados. Cuando pienso en lo que era antes, simplemente no puedo creerlo.


Gracias.”

“Bueno, por supuesto que estamos en demanda. Utilizamos buenos


ingredientes, y nuestros pasteles saben bien. Sin contar con la personalidad del
anciano...”

“¡Cierra la boca y ponte a trabajar!” gritó una voz desde el fondo de la


tienda.

Los ojos de Kusuda se agrandaron.

“Lo siento,” dijo Sakai-san, la vista baja en son de disculpa, “Así es como
es.”

“Ah sí, empieza recomendando la Fraiser. La crema pastelera es realmente


buena —pruébala tú mismo."

Kusuda inclinó la cabeza. “Pensé que no te gustaban las cosas dulces. ¿Estás
probándolos todos?”

“Eso sería pedir mucho, pero si los pruebo. Fujishima-san altamente


recomienda la Fraiser. Es realmente magnífica.”

“Oh, ¿Kusuda-san?” Sakai-san se inclinó sobre el mostrador. “Me he estado


preguntando qué clase de señorita Takahisa-san tiene como novia. Le he
preguntado, pero no me quiere decir. A ella realmente parece que le encantan los
pasteles...”

“Mire, le dije que es a mi amigo que le encantan tanto los pasteles. Él es mi


compañero de apartamento...”

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Cold Sleep Narise Konohara

Gracias a que Kusuda se lo tomo en broma con “¿Una novia? ¿Él?” Sakai-
san creyó que Tohru no tenía una. Sin embargo, se sorprendió al enterarse de que
vivía con otro hombre que tenía casi treinta años.

Esa tarde llovió, así que las ventas bajaron, y de hecho sobraron diez
tartaletas cuando por lo general se agotaban. Sakai-san empaco todos los pasteles
adicionales en una caja grande y se los entregó a Tohru cuando este termino de
limpiar la tienda y estaba a punto de irse a casa.

“¿Está bien que tome tantos?”

Sakai-san sonrió. “Incluso si los dejamos aquí, no podríamos venderlos


mañana; terminaríamos tirándolos a la basura. Voy a ser más feliz sabiendo que
van a ser comidos por alguien a quien realmente le gustan. Si le sobran,
compártalos con su amigo o la novia de él.”

Sintiendo una sensación de contradicción en la palabra “novia” Tohru salió


de la tienda. Una novia para Fujishima... Tohru nunca lo había siquiera pensado
antes. No sería extraño que Fujishima tuviera una, pero Tohru estaba seguro de que
no la tenía. Tenía pruebas para creer eso.

Si Fujishima tuviera una novia, él nunca se habría hecho cargo de un amigo


cuya amnesia sería un obstáculo y mudarse con él. Tohru podía contar el número
de veces que el teléfono había sonado desde que comenzara a vivir en ese
apartamento. Y, sin embargo, Fujishima podría...

Usando su casco y llevando su bolsón y la caja de pastel en sus manos,


Tohru caminó alrededor de la parte trasera de la tienda, donde vio una silueta junto
a su bicicleta. Las últimas nubes de lluvia habían hecho oscurecer rápidamente, por
lo que Tohru no podía decir quién era. Se acercó con cautela por si era un ladrón

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Cold Sleep Narise Konohara

de bicicletas, pero entonces vio el familiar abrigo negro. El hombre que había
estado ocupando tanto sus pensamientos había estado de pie en el frío.

“¿Qué estás haciendo aquí?”

“...sólo pasaba por aquí,” murmuró Fujishima. “Ya que estoy aquí, pensé
que podríamos irnos juntos a casa.”

Al darse cuenta que Fujishima había estado esperando por él, su rostro se
suavizó felizmente. “En ese caso, deberías haber entrado en la tienda. Hace frío
aquí afuera.”

“No es como si hubiera estado esperando mucho tiempo.”

Su mano derecha, la cual sujetaba su maletín, parecía enrojecida por el frío,


y sus labios se habían puesto pálidos. Tohru estaba seguro de que Fujishima diría
“Acabo de llegar,” para no preocupar a Tohru, incluso si hubiera estado esperando
allí una o dos horas. Tohru se quitó uno de los guantes y se lo entregó a Fujishima.
“Ten, usa esto.”

Fujishima negó con la cabeza. “Estoy bien. Úsalo tú.”

“Úsalo para llevar los pasteles de vuelta a casa. Voy a meter una mano en mi
bolsillo.”

Fujishima protestó, pero Tohru lo presiono con insistencia hasta que se


rindió y aceptó. Fujishima se puso el guante en su mano derecha y sostuvo la caja
de los pasteles.

“La caja está un poco pesada hoy, ¿no?”

“Así es.”

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Cold Sleep Narise Konohara

“Hoy llovió, así que nos sobraron un montón de pasteles. Come todo lo que
quieras.”

“...Ya veo.” La boca de Fujishima se movió como si tuviera calambres.


Incluso el frío había endurecido su sonrisa. Tohru empujó su bicicleta lentamente
con el fin de igualar el paso con el de Fujishima. Caminar a casa tomaba el doble
de tiempo, pero estaba bien con él. Tohru estaba más que feliz que Fujishima lo
hubiera esperado para regresar juntos.

“Oh, sí... parece que a Kusuda le gusta una de las chicas en el seminario...”
Mientras hablaba al caminar, Tohru notó que Fujishima estaba inusualmente
desatento. Su patrón de conversación habitual era que él hablaba y Fujishima hacia
pequeñas interjecciones de reconocimiento, pero hoy, a pesar de que Fujishima
contestaba, Tohru no sentía nada en su actitud que dijera que estaba escuchando.
Su mirada no estaba fija, en su lugar, seguía mirando a su alrededor.

“Fujishima-san.” Al oír su nombre, su espalda se retorció y levantó la


cabeza. “Algo está mal en ti. ¿Hay algo que te molesta?”

“En realidad no...” fue todo lo que Fujishima dijo. Sin embargo, algo estaba
definitivamente mal. Hablar era inútil cuando no podías conseguir que te
escucharan, así que Tohru cerró la boca. Hundidos en silencio mutuo, caminaron el
largo camino a casa. Tohru estaba feliz de que iban juntos a casa, pero no podía
evitar la sensación de que estaba más solo que cuando no había nadie.

“Le...” En las bulliciosas multitudes en frente de la estación, Fujishima se


dirigió a él abruptamente. “¿Le dijiste a alguien de tu anterior trabajo tu dirección y
número de teléfono del apartamento?”

“Oh —sí.”

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Cold Sleep Narise Konohara

“¿Por qué les dijiste?”

Tohru estaba nervioso por el tono de reproche.

“Bueno, sólo se lo dije a un chico.”

“Al parecer, después de haber dejado ese trabajo, llegaron varias llamadas a
la oficina para mí de alguna mujer. Parecía como alguien que conocía, así que le
dije que me hiciera saber si ella llamaba de nuevo. ¿Quieres decir que Ishii me
llamó?”

“Lo hizo,” Fujishima respondió, entonces bajó la mirada, su expresión


sobria.

“¿Dijo algo?”

“Me preguntó si estabas bien.”

“¿Solo eso?”

“Sí.”

Habían pasado casi tres meses desde que había visitado adonde solía vivir.
Ishii no se había puesto en contacto en todo ese tiempo. ¿Por qué iba entonces a
llamar de repente sólo para ver cómo había estado Tohru últimamente?
Seguramente Ishii debía haber dicho algo más —sobre la mujer que había estado
llamando a Tohru, por ejemplo…

Si Ishii le había hablado por la mujer que había estado llamando, ¿por qué
Fujishima no lo decía? ¿Lo estaba escondiendo? Tohru no tenía ninguna base para
creer que Fujishima estuviera mintiendo, sin embargo, lo hacía y lo pensaba al
respecto de todos modos. No quería saber las razones por las cuales Fujishima
ocultaría el asunto. Después de todo, a él le agradaba Tohru.
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Cold Sleep Narise Konohara

Si la mujer que había estado llamando era alguna novia de antes de que
perdiera su memoria, a Fujishima no le gustaría que ella usara de excusa el ponerse
en contacto como una oportunidad para volver con Tohru. Tohru sabía lo
egocéntrico que Fujishima era, pero al mismo tiempo, algo agridulce brotó de su
garganta. Sería bueno si fuera cierto. Estar celoso y mentir era mejor, más humano,
que ser totalmente inexpresivo.

Al principio, Tohru había pensado que él y Fujishima nunca se hubieran


llevado bien. Sin embargo, durante su largo tiempo juntos, sentía como si supiera
por qué había sido amigo con este hombre antes de tener amnesia. Fujishima no era
elocuente, hábil, o cariñoso. Sólo rara vez sonreía, y para ser un hombre, le gustaba
demasiado el pastel, y aun así...

Tohru miró el perfil del hombre que caminaba a su lado. Sólo lo había
conocido por los pocos meses desde que había perdido la memoria. Sin embargo,
Fujishima sabía mucho sobre él. Quizás él también sabía sobre la antigua vida
amorosa de Tohru, quien pensaba que era injusto que sólo él estuviera
completamente expuesto, por así decirlo. Tohru quería saber más sobre Fujishima.

“¿Fujishima-san?” El hombre junto a él levantó la vista. “¿Tienes novia?”

En respuesta a la pregunta directa, el rostro de Fujishima se preguntaba por


qué Tohru le preguntaría una cosa así, pero en voz alta, él simplemente respondió,
“No.”

Eso pensé, Tohru pensó aliviado. “Pero te gusta alguien.”

La respuesta tomo un corto tiempo en llegar. “Mm-hm.”

“¿Qué clase de persona?”

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Cold Sleep Narise Konohara

Fujishima se detuvo. Se quedó mirando a Tohru con la boca entreabierta, y


luego miró hacia el cielo sobre ellos. Nieve... nieve había empezado a caer. Una
fuerte nevada en forma de lluvia. Nieve húmeda. Fujishima miró distraídamente
hacia el cielo, como si se hubiera olvidado de la respuesta a la pregunta, y luego
poco a poco empezó a caminar como si de repente hubiera vuelto en sí.

Nervioso, Tohru comenzó a seguirlo. La espalda de Fujishima estaba


encorvada mientras caminaba frente a él, la nieve derritiéndose en su nuca. Al ver
cuán helado parecía, Tohru sacó la bufanda que había metido en su mochila. Tenía
la intención de colocarla en Fujishima despreocupadamente, pero terminó tocando
su cuello blanco. Fujishima gimió y se encogió de hombros, y la caja que había
estado llevando cayó al suelo con un golpe seco.

“¡L-lo siento! Sólo quería prestarte mi bufanda. Tu cuello parecía frío, y...
¡No estaba tratando de molestarte! Realmente lo siento.”

Fujishima se frotó el cuello y miró hacia abajo.

“...no tienes que pedir disculpas. Solo me asustaste un poco.”

“Realmente lo siento.”

“Está bien, ya.”

No había sido a propósito. Sin embargo, a Tohru le preocupaba que la


actitud distante de Fujishima fuera enojo, así que trato de echar un vistazo a la cara
vuelta hacia abajo. Sólo estaba pensando que su cara parecía roja, cuando
Fujishima notó su mirada y retrocedió como asustado. Los ojos de Fujishima
parecían al borde de las lágrimas, como si sintiera que Tohru estuviera siendo malo
con él.

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“...no reacciono bien cuando me tocan el cuello,” murmuró débilmente. ¿Era


realmente todo lo que era? Tohru quería preguntar, pero no podía.

“Oh, ¡es cierto! ¿Están los pasteles bien?” Ahora que Tohru lo mencionaba,
Fujishima finalmente recordó la caja que había botado. La cogió, abrió la tapa un
poco y miró dentro. De repente, su rostro se volvió sombrío.

“Están un poco golpeados, pero todavía deben saber igual.”

No parecía que estuvieran en buenas condiciones. Tohru se acercó y trató de


ver dentro de la caja el mismo, y Fujishima brincó del susto. Su rostro estaba rígido
y se mordió el labio ligeramente. Sus manos, que sostenían la caja de pasteles,
temblaban.

“¿Porque estás tan tenso?” La cara ya roja se volvió escarlata. De repente,


Tohru entendio, ¡Entonces si le gusto!

“Vamos a casa,” Fujishima declaró con una voz fina, y comenzó a


adelantarse. Tohru lo siguió, empujando su bicicleta. Se preguntó cuándo había
empezado. ¿Le había gustado a Fujishima desde el principio, antes de que perdiera
la memoria? ¿Cómo había sido su relación con Fujishima? ¿Podrían realmente
haber sido sólo amigos? E incluso si hubieran sido pareja, eso no parecía fuera de
lugar ahora.

Su cuerpo hormigueaba del deseo. Tohru quería decirle que lo amaba, lo


amaba mucho. Y quería besar sus mejillas rojas, sostener su cuerpo tembloroso.
Cuando regresaran... cuando llegaran al apartamento, Tohru le diría. Le iba a decir
que lo amaba. Luego besaría a Fujishima hasta robarle al aliento, y se saciaría de
tocar al Fujishima real, no una fantasía.

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Cold Sleep Narise Konohara

Fujishima se detuvo. Tohru se paró como si hubiera sido atrapado con un


gancho, y luego se dio cuenta que Fujishima se había detenido debido a que el
semáforo estaba en rojo. Perdió de vista todo, menos a Fujishima. En medio del
bullicio gris, solamente Fujishima, visto desde la parte de atrás, se destacaba en
colores vivos.

“Tohru Takahisa.” La luz estaba a punto de ponerse en verde. Tohru se dio


la vuelta para ver quién lo había llamado por detrás y vio a una mujer de pie allí.
Era dos, tal vez tres años mayor que él, y en su largo abrigo negro y botas negras,
daba la impresión de que era completamente negra. Su rostro era desconocido,
pero Tohru no podía apartar los ojos de ella, porque lo estaba mirando fijamente
con rasgos temibles.

Una sombra pasó ante sus ojos. Fujishima se había puesto delante de él,
separándolo de la mujer. Tohru ni siquiera tuvo tiempo de preguntarse por qué
antes que la mujer golpeara a Fujishima. De pie detrás de él, incluso Tohru sintió el
impacto. Una vez que hubo atacado, la mujer retrocedió tambaleándose, girando
sobre sus talones y huyendo de inmediato.

“¿Quién era...?” Ella sabía su nombre. Tohru inclinó la cabeza,


preguntándose qué estaba pasando, cuando Fujishima cayó de rodillas frente a él
como si estuviera desmoronándose. Tohru se agachó ligeramente.

“Fujishima-san, ¿qué pasa?” Fujishima no respondió cuando habló. Miradas


frías llovieron de todas partes mientras Fujishima yacía acurrucado sobre sus
rodillas delante del paso de peatones. Tohru hizo a un lado la bicicleta y se puso de
rodillas delante de Fujishima.

“¿No te sientes bien...?”

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Cold Sleep Narise Konohara

Algo estaba goteando a los pies de Fujishima, haciendo un charco negro.


“¿...que es eso?”

El charco se extendió rápidamente. Fue entonces cuando Tohru se dio cuenta


de la sustancia rojiza-negra que fluía de entre los dedos de Fujishima, que estaban
presionados contra su estómago. No tenía idea de lo que había sucedido. Después
de todo, Fujishima no había dicho nada...

“¡Eeee!” Oyó un grito desde algún lugar detrás de él.

“Una ambulancia. Llamen a una ambulancia...” No fue él quien dijo eso.


Tohru quedó atónito ante el hombre empapado en sangre, incapaz de moverse. Los
dedos ensangrentados de Fujishima agarraron el brazo de Tohru. Ojos
entrecerrados por el dolor lo miraron.

“...no les digas que me apuñalaron. Absolutamente no debes decirles. Esto


fue un accidente.” Ahora que por fin se había dicho, Tohru se dio cuenta de que la
mujer había apuñalado a Fujishima.

“Pero e-esa mujer...”

Con voz agitada, Fujishima dijo. “Te lo ruego, prométeme que no se los
dirás.”

Fujishima tuvo un ataque de tos. No había manera de que Tohru pudiera


rechazar las palabras que salían de esos labios temblorosos.

“Está bien. No lo diré. Mejor si no lo hago, ¿no?”

Ahora que Tohru lo había prometido, el rostro pálido de Fujishima sonrió


ligeramente. “Si muero, todo lo mío es tuyo.” Un escalofrío recorrió la espalda de
Tohru de lo serio que sonaba.

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Cold Sleep Narise Konohara

“¿De qué estás hablando? ¡Por supuesto que no vas a morir!”

La sangre que salía de Fujishima chorreaba hasta donde estaba Tohru


también, cálidamente empapando sus jeans. Tohru estaba mareado por el olor de la
sangre cruda. Temblando, se preguntó qué estaba pasando, cómo podía esto haber
pasado. Justo cuando estaba a punto de llorar, Fujishima lo sujeto con fuerza del
brazo. Fujishima había presionado su rostro en su pecho como un niño mimado.

“El apartamento, el dinero... son tuyos. Por favor, úsalos para vivir como
quieras. Haz lo que quieras, se libre...” Su brazo derecho, el cual sujetaba con
fuerza a Tohru, tanto que le dolía, perdió repentinamente la fuerza.

“¡Fujishima-san! ¡Fujishima-san!”

El cuerpo de Fujishima se desplomó a sus pies. Sus piernas temblaban.


Apretando los dientes para evitar que castañearan, Tohru levantó a Fujishima en
sus brazos. Desnudó la parte superior del cuerpo de este y presiono su sangriento
estómago, pero la sangre no dejaba de fluir. No dejaría de...

“No... ¡No hagas esto! ¡Abre los ojos! ¡Dije que abras los ojos, maldita sea!”
El sonido distante de una ambulancia ahogó sus gritos.

...la nieve que caía en el rostro pálido de Fujishima se derritió lentamente, y


bajo por sus mejillas como lágrimas.

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Cold Sleep Narise Konohara

8
Tohru yacía sentado de frente al médico en la sala de espera oscura de la
emergencia del hospital donde Fujishima había sido llevado. “Esto es muy difícil
para mí de decir...” comenzó el médico, pero continuó sin problemas, sin vacilar.
“Está en un estado muy crítico. Ha sufrido una pérdida severa de sangre y daños en
sus órganos internos. Es mejor que se preparé.”

“Parece que es su amigo. Podría pedirle que se comunicara con su familia,


¿por favor?” El médico forzó la realidad sobre Tohru, quien estaba demasiado
aturdido para hablar. La familia de Fujishima. Tohru nunca había sido muy
consciente de su existencia hasta ahora, ya que no tenían nada que ver con él. No
tenía ni idea de dónde había nacido Fujishima o cómo había vivido.

En la sala de espera, Tohru abrió el maletín de Fujishima, pensando que


podría haber algo dentro que le indicara el número de teléfono de su familia o la
dirección. Sin embargo, las líneas de dirección en su agenda estaban en blanco...
no había nada escrito en ellas. Al igual que Tohru, Fujishima no tenía su propio
celular, pero sí uno proporcionado por su compañía. Lo miró, pensando que podría
encontrar alguna pista, pero la lista de números registrados contenía sólo unos diez
nombres de compañías y el nombre del hospital donde Tohru se había quedado. Ni
un solo nombre grabado en el parecía ser un padre o amigo.

Buscando más a través del maletín, Tohru se encontró un tarjetero. Escrito


en las tarjetas estaba “Tamasako Paper Manufacturing, Inc.” junto con la dirección
y número de teléfono de la empresa. Tohru llamó a la compañía desde el celular de
Fujishima. Alguien todavía estaba allí. Una voz masculina contestó el teléfono y
Tohru lo sorprendió al informarle que Fujishima había estado en un accidente y

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Cold Sleep Narise Konohara

resultado gravemente herido. Pidió la dirección de la familia de Fujishima, pero el


hombre respondió que no la sabía.

“Él se unió a la compañía hace unos seis meses. Él es serio, pero muy
callado. Nunca hablé con él sobre cualquier cosa, excepto del trabajo.”

Hace seis meses... Fujishima había cambiado de trabajo justo en el momento


que Tohru había tenido su accidente.

“Por favor, solo dígame algo sobre su familia. ¿Nunca dijo nada? Necesito
contactarlos de alguna manera.”

El hombre en el otro extremo de la línea se quedó en silencio por un tiempo.


“Ahora que lo pienso, lo recuerdo diciendo que él y su familia no se llevaban bien,
pero no sé los detalles...”

El hombre de la compañía no sabía nada más que eso. Tohru controló su


desesperada necesidad de estar al lado de Fujishima y regresó al apartamento,
aunque mantenía un ojo en el hospital. Tohru le dio vuelta a las habitaciones en
busca de algo que indicara la dirección o número de teléfono de la familia de
Fujishima, pero no había nada —ni una tan sola postal, foto o nota. Si Fujishima
había estado completamente aislado de su familia, no habría nada de sospechoso
acerca de él eliminando deliberadamente todos los rastros de ellos en su vida.

Finalmente, no habiendo encontrado ninguna pista, Tohru regresó al hospital


llevando solamente la tarjeta del seguro de Fujishima. Mientras reflexionaba y
meditaba cómo contactar a la familia de Fujishima, empezó a preguntarse si este
querría que los llamara. Sus relaciones con sus padres y hermanos habían
empeorado tanto hasta el punto de aislarse de ellos. ¿De verdad creía Tohru que
Fujishima querría ver a esa gente?

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Cold Sleep Narise Konohara

Fujishima podía morir, pero incluso en ese estado extremo, los pensamientos
egocéntricos de Tohru no paraban. Incluso si él no llamaba a la familia con la que
Fujishima no se llevaba bien, él mismo sería suficiente; tener a Fujishima para sí
mismo estaría bien. Tener a ese hombre torpe y poco sociable para sí mismo estaría
bien.

Las lágrimas se derramaban por sus mejillas. Tohru se apretó las esquinas
interiores de los ojos. En la sala de espera fría, el llanto no cesaba.

* * *

A pesar de haberlo amenazado despiadadamente con que se preparara para


lo peor, al día siguiente el médico le informó con indiferencia que, “Él ha evitado
lo peor,” aunque su expresión severa nunca vaciló. Tohru se había estado
preparando a sí mismo, listo para cualquier cosa, y ahora toda la fuerza salió de su
cuerpo. Ahora con visitas permitidas, la forma lastimosa de Fujishima yacía en la
cama, tubos de oxígeno conectados a la nariz. Sólo con verlo de esa manera el
corazón de Tohru sufría, y ya no quería entrar en la habitación. Hasta que la
enfermera insistió, “Está despierto. Por favor, acérquese más,” no se acercó a la
cama. Aunque Fujishima estaba supuestamente despierto, sus ojos no se abrieron
incluso cuando Tohru estuvo junto a él.

El color había desaparecido de su rostro pálido. La intravenosa naranja


goteaba regularmente. Tohru tenía miedo de tocarlo, pero pensaba que podría estar
bien si sólo tocaba las puntas de sus dedos, asomadas ligeramente por debajo de las
sábanas. Suavemente, estiro la mano. Saltó —los dedos estaban sorprendentemente
fríos, al igual que los de una persona que ha muerto. A Tohru no le gustó eso, por
lo que los calentó con la suya.

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Cold Sleep Narise Konohara

Tohru pasó casi una hora sentado junto a Fujishima antes de que este abriera
los ojos, despertado por la enfermera cuando vino a tomarle la presión arterial.

“¿Sabes quién soy?”

Sólo la línea de visión de Fujishima se movió, y cuando sus ojos se


encontraron, él murmuró, “¿... Tohru?” Era algo tan pequeño, pero que Fujishima
dijera su nombre le hacía tan feliz, que las lágrimas acabaron saliendo. Tohru no
tenía espacio para pensar en la enfermera a su lado, o que no estaba actuando su
edad.

“No llores,” Fujishima dijo con voz ronca. “No hay necesidad de que llores.”
Una vez dicho esto, una vez más comenzó a quedarse dormido. Después de que la
enfermera se hubiera ido, Tohru besó suavemente sus dedos. Él era el tipo de
hombre que verías en cualquier lugar. Pero sólo había un Keishi Fujishima, sólo
uno de él en el sentido de la palabra. Quien o que vendría por delante, cualquier
oportunidad que surgiera, no importaba. En el corazón de Tohru, él siguió
diciéndole a Fujishima que lo amaba, lo amaba tanto que se sorprendía a sí mismo.

* * *

La primera semana después de que Fujishima había sido hospitalizado,


Tohru estaba en su camino de regreso al apartamento con una muda de ropa
cuando casualmente paso por Port, donde encontró a Sakai-san afanosamente
trabajando sola. Ella lo vio y le preguntó, “¿Cómo está su amigo?” Tohru
respondió que la condición de Fujishima era mejor. “Oh, gracias a Dios,” sonrió.

El día después del apuñalamiento, Tohru le había dicho, “Mi amigo ha sido
gravemente herido. Me gustaría cuidar de él, ya que no tiene parientes.”

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Cold Sleep Narise Konohara

“No se preocupe por nosotros,” le había dicho. “Vaya con su amigo.” Tohru
había aceptado su oferta y tomado un poco de tiempo libre, pero mientras hablaban
ahora, no había interrupción en el flujo de clientes y estaba preocupado por lo
cansada que Sakai-san lucia.

La condición de Fujishima se había estabilizado completamente y estaba


programado para ser trasladado de una habitación privada a una habitación para
dos personas mañana. También había empezado a comer de nuevo, aunque era sólo
papilla de arroz tan rala que era prácticamente agua caliente. El hospital tenía una
atención integral, por lo que Tohru realmente no era necesario para cuidar a
Fujishima. Aun así, Tohru permanecía al lado de él, ya que no podía calmarse
cuando no lo hacía.

El día después que Fujishima fue trasladado a una habitación para dos
personas, Tohru volvió a su trabajo. En verdad, él todavía quería quedarse con
Fujishima todo el día, pero cuando pensaba en la convaleciente Sakai-san
posiblemente presionándose a sí misma demasiado duro y teniendo una recaída...
no podía continuar tomándose el tiempo libre.

La rutina de Tohru había caído en un patrón de revisar a Fujishima en el


hospital seguido de ir a trabajar por la mañana, luego ir directamente al hospital
una vez que el trabajo había terminado y quedarse con Fujishima hasta que las
horas de visita hubieran terminado. El mayor temor de Tohru eran las 8:00 p.m.
cuando las horas de visita terminaban.

Era solitario regresar al apartamento por sí mismo, por lo que Tohru siempre
fingía olvidar cuando habían terminado. Con frecuencia le diría a Fujishima,
“Bueno, supongo que será mejor que me vaya,” después se iría de mala gana.

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Cold Sleep Narise Konohara

Solo en la sala, Tohru a veces sentía ganas de llorar al recordar a Fujishima


siendo apuñalado, diciéndole que podía morir, y él mismo sentado en la sala de
espera del hospital. Si Kusuda u otra persona que conocía estaba cerca y parecía
estar libre, Tohru charlaría con ellos. Eso lo distraía al menos un poco.

Tohru se preguntó por qué estaba teniendo pensamientos tan solitarios, y se


dio cuenta de que aquella mujer estaba detrás de todo. Fujishima la había
protegido, insistiendo que su herida en el estómago, que claramente había sido
hecha por un objeto punzante, había sucedido cuando “caí y me clave la punta del
paraguas que llevaba.” Con la parte herida afirmando eso él mismo, que era cierto,
entonces un artículo de interés periodístico se quedó sin resolver y olvidado.

Tohru le había prometido a Fujishima, por lo que no le había dicho a nadie,


pero día a día, su rabia hacia aquella mujer extraña crecía. Y una cosa le
preocupaba: La mujer había dicho su nombre primero, pero había apuñalado a
Fujishima. Fujishima, quien se había interpuesto entre él y la mujer para
separarlos. ¿Podría ser que él mismo había sido su objetivo?

Pero si ella hubiera tenido como objetivo a Tohru, él estaba seguro que
Fujishima le habría dicho a la policía, ya que no habría logrado su objetivo de
herirlo todavía, y era probable que volviera a intentarlo. Sin embargo, Fujishima no
la había mencionado. Eso significaba que probablemente había ido detrás de
Fujishima después de todo.

Eso significaba que lo único que podía decir con certeza era que al menos
Fujishima conocía a la mujer.

Tohru entró en la habitación, llevando un pastel por primera vez en mucho


tiempo. Ayer, Fujishima finalmente había vuelto a comer comida normal en lugar
de simplemente papilla de arroz, y Tohru estaba seguro de que “comida normal”
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Cold Sleep Narise Konohara

significaba que estaba bien para él comer un pastel o dos. Como era de esperarse,
la cara de Fujishima se iluminó tan pronto como vio la caja del pastel. Tohru había
ido primero al apartamento después del trabajo y tomado la molestia de preparar un
poco de café, ponerlo en un termo, y traerlo al hospital. Recordaba muy bien de su
propia hospitalización cuan horrible era el café de máquina expendedora de
hospital. Pastel y café. La estrecha habitación ahora se sentía como su sala en el
apartamento.

Embelesado, Fujishima comió su pastel de fresas, con una expresión que


parecía como si fuera a derretirse como crema. Observando esa cara, Tohru estaba
tan feliz que no podía soportarlo.

Tohru pensaba que la gente se volvía tonta en el instante en que se daban


cuenta de su amor. Tontos desagradables. Sin embargo, Tohru estaba tan absorto,
que no se preocupaba por eso. Él era más que feliz al estar con Fujishima, al
hacerlo feliz. Sólo una pequeña sonrisa de Fujishima le hacía sentir que podía
ascender al cielo. Y así Tohru pensaba de la manera que la mayoría de los tontos
enamorados hacían: “¿Cómo puedo hacerle más feliz? ¿Cómo puedo conseguir que
sonría?” Como si estuviera viendo una película de la que no quería perderse
ninguna escena, Tohru guardaba las expresiones de Fujishima, acciones y palabras
en su cerebro. Él también buscaba desesperadamente cualquier fragmento de buena
voluntad dirigida hacia sí mismo. Tal vez su mirada era demasiado sincera, ya que
a veces cuando estaba junto a Fujishima, este bajaba la cabeza, luciendo incómodo.

“Yo hice las decoraciones de ese pastel.”

Fujishima detuvo la mano que llevaba comida a la boca y le echo una nueva
mirada al pastel en su plato. “¿En serio? Son maravillosas.”

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Cold Sleep Narise Konohara

“Por supuesto, la única decoración aquí es el arreglo alrededor de la fresa de


temporada, en serio. El anciano está en llamas por crear un nuevo pastel que utilice
fresas, y eso casi nunca sucede. Ese es nuestro producto de prueba. Dime lo que
piensas cuando hayas terminado.”

“Entiendo,” Fujishima sonrió, cogió y comió la fresa primero. Observando


cómo lentamente masticaba, de alguna manera Tohru no se podía calmar. Su
entrepierna se estremeció cuando Fujishima se lamió los dedos manchados de
comida.

Incluso al desviar su mirada de la boca de Fujishima para mirar a su pecho,


todavía era lo mismo. Tohru no consideraba a Fujishima un hombre delgado, pero
su cuello lucía visiblemente pálido y delgado en los pijamas de hospital, que lo
hacían lucir muy sexy.

Fujishima no sabía que el hombre que tenía delante, le hacia el amor todas
las noches. No sabía cómo sus piernas eran lascivamente separadas, cómo lo
penetraba, cómo le hacía jadear tan fuerte que gritaba. El Fujishima de sus
fantasías era obediente a pesar de su timidez, tentando a Tohru al posar como este
le decía. Él estaba dispuesto a ponerse en posiciones vergonzosas, también... Tohru
contuvo el aliento. Quería hacer noche y día distinto, pero no había manera de
detener la intromisión de la fantasía en la grieta entre ellos.

“Fujishima-san, ¿qué hiciste cuando estabas en el colegio?” Si Fujishima


guardaba silencio, su imaginación podría descontrolarse, así que Tohru escuchó
con indiferencia fingida.

“¿Te refieres a los clubes?”

“Sí.”

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Cold Sleep Narise Konohara

“Recibía clases privadas después del colegio, así que no estaba en ninguno,”
Fujishima respondió mientras comía el pastel con gran entusiasmo.

“Hmm... bueno, ¿qué tal la escuela?”

“Club de Jardinería.”

“¿Te gustan las plantas?”

Fujishima sonrió con ironía. “Lo elegí porque no era muy activo, ya que las
tutorías me mantenían tan ocupado.” El tenedor se detuvo. “Ahora deseo haber
hecho más... ¿por qué me preguntas sobre el pasado?”

“Um, bueno, de alguna manera, yo solo...”

“Escuchar acerca de mí debe ser aburrido,” dijo con indiferencia. Pero Tohru
quería saber sobre Fujishima, aunque fueran las cosas más triviales. Quería saber
porque lo amaba. Él estaba interesado porque lo amaba. Sin embargo, que le
dijeran que el tema era aburrido, hacía difícil que Tohru hiciera preguntas, y cerró
la boca.

Cuando Fujishima terminó de comer su pastel, dio sus impresiones honestas


—el bizcocho estaba delicioso, pero la crema estaba un poco dulce—pero Tohru
apenas escuchaba. No estaba seguro sobre mencionar determinado tema.

“Oye, ¿puedo preguntarte una cosa más?”

“¿Qué?”

“¿Conocías a aquella mujer?” Fujishima inclinó la cabeza. “La mujer que te


apuñaló.”

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Cold Sleep Narise Konohara

Al instante, la expresión de Fujishima se endureció. “...No quiero hablar


sobre eso.”

“¿Cómo sabía mi nombre?” Fujishima no dijo nada.

“¿Por qué la proteges a pesar de que te lastimó tanto?” Los finos labios de
Fujishima permanecieron tan fuertemente cerrados como una almeja.

“Tal vez no te acuerdas, pero estuviste cerca de la muerte, ¿no?”

Fujishima permaneció en silencio con la mirada baja, y Tohru poco a poco


se irritó. No sabía por qué Fujishima no diría nada. Tohru quería exponerla y
obtener venganza por cómo había lastimado a Fujishima. No descansaría hasta que
conociera un destino igual o peor. Pensamientos violentos se apilaron en el fondo
de su estómago. A Fujishima podría no importarle, pero Tohru no podía
perdonarla.

Tohru no podía perdonar a la mujer que había tratado de dejarlo solo.

“¿Por qué no vas a la policía?”

“No es necesario.”

“¿No es necesario? ¿Quieres decir que estaría bien si hubieras muerto?”

“Pensé que si sucedía, no había nada que pudiera hacer al respecto.”

Así es como había sido cuando fue apuñalado, también. Fujishima había
dicho que le daba a Tohru su apartamento y dinero, como si hubiera estado
haciendo un testamento, y luego se había desmayado. Sólo recordando ese
momento, Tohru sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Mientras había esperado
que la cirugía terminara, Tohru había pasado el tiempo en la sala de espera
llorando como un niño pequeño, y no quería pensar en eso otra vez.
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Cold Sleep Narise Konohara

“Bueno, ¿qué debo hacer si se aparece? ¿Dejarme apuñalar como un buen


chico? ¿Y para el caso... estaba ella en realidad detrás de mí? Lo primero que hizo
fue decir mi nombre.”

Fujishima no movió ni un músculo, pero se mantuvo firme con la cabeza


hacia abajo. “Eso es entre ella y yo. No necesitas saber acerca de ello.”

Esa voz dura. Tohru pateó fuerte la pata de la silla, y la cabeza de Fujishima
se levantó sorprendido. Tohru estaba enojado porque Fujishima protegía a la mujer
y no lo incluía en lo que fuera que estaba pasando entre ellos.

“Bien, ¡entonces no tengo derecho a estar preocupado! Sólo no tengo ni idea


que estás pensando, Fujishima-san, ¡ni idea en absoluto!”

“No grites.”

Estaba furioso por ser regañado. Tohru cerró la silla plegable en la que había
estado sentado y violentamente la puso contra la pared. “El único que está
haciendo un alboroto en esta habitación eres tú, Fujishima-san. Suficiente, ya —
Me voy a casa. Sólo voy a ser ruidoso y deprimente si me quedo aquí, ¿verdad?”

Después de haber dicho esto, Tohru salió de la habitación. Corrió escaleras


abajo, con la cabeza rebosante de rabia. ¿Por qué era necesario proteger a alguien
que había hecho algo malo? Las personas que hacían algo mal debían recibir
castigo. Desencadenó su bicicleta de donde la había aparcado en el aparcabicis del
hospital. Cuando empezó a pedalear, se olvidó de la acera y se fue por una caída
espectacular. Su casco, que no se había atado, se fue rodando por la calle delante
de él. “¡Maldición!” espetó y pateó la llanta de la bicicleta.

Tohru se sentó y abrazó sus rodillas. Estaba enojado, estaba enojado, estaba
enojado... sin embargo, se sentía como si fuera a llorar. Mientras seguía sentado

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Cold Sleep Narise Konohara

allí, un escalofrío hizo su camino desde sus entrañas, y se estremeció


violentamente. Levantó la cabeza y vio algo blanco revoloteando hacia abajo. Era
nieve tan fina como el azúcar en polvo que el anciano utilizaba. Era casi abril, sin
embargo, el clima no había calentado en absoluto. El frío simplemente seguía y
seguía. Tohru se contuvo, pero las lágrimas no dejaban de salir. Le molestaba que
Fujishima no entendiera lo preocupado que estaba, lo solo que estaba. Tendría que
odiarlo. No debería amarlo. Entonces no sería herido cuando le hablaba de esa
manera.

Tohru cogió su bicicleta y comenzó a pedalear, sin llevar puesto el casco a


propósito. No dejaba de pensar y pensar en Fujishima, y en el camino a casa se
detuvo. Luego arrancó de nuevo hacia el hospital a una velocidad feroz. En el
aparcabicis, encadeno su bicicleta una vez más.

Sabía que no sería capaz de dormir si regresaba a casa como estaba. Diría
que había regresado porque había olvidado su bote —eso bastaría. Solo miraría la
cara de Fujishima una vez más y luego iría a casa... tales eran sus pensamientos al
volver a entrar en el hospital.

* * *

El entrar le inquietaba por el veneno que había esparcido antes de marcharse.


Se quedó por un tiempo fuera de la habitación, pero le preocupaban las miradas
que estaba recibiendo de todas partes. Las enfermeras y otras personas que iban
por allí lo miraban con ojos que decían, “¿Qué diablos estás haciendo?”

Reuniendo su valor, Tohru entró en la habitación, pero Fujishima no estaba


allí. A pesar de que había querido ver su rostro antes de ir a casa, estaba un poco
aliviado por su ausencia. Pensando que Fujishima podría estarse lavando las
manos, Tohru esperó a que regresara, pero algún tiempo pasó y no lo hizo. Incapaz
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Cold Sleep Narise Konohara

de seguir esperando, Tohru se asomó en el baño, pero no había rastro de nadie allí.
Fujishima no podía estar fuera siendo examinado —era de noche. Tohru vagó por
los pasillos hasta que se topó con la enfermera de mediana edad que estaba a cargo
de Fujishima.

“Disculpe, Fujishima-san no está en su habitación...”

La enfermera levantó la cabeza y dijo, “Oh, así es. Alguien vino a visitarlo
hace un rato, por lo que podría estar en el salón.”

Por lo que Tohru sabía, la única persona aparte de él mismo que había
venido a ver a Fujishima había sido un hombre en traje que había dicho era un
representante de la compañía para la que Fujishima trabajaba.

“La he visto aquí a menudo, así que puede ser su novia.”

Todo el cuerpo de Tohru se puso rígido por escuchar eso tan a la ligera.
“¿Dice usted que ella viene aquí a menudo?”

“Ella ha estado viniendo por las tardes durante aproximadamente una


semana, creo. Una persona muy bonita.”

Su corazón latía dolorosamente. Fujishima había dicho que no tenía novia.

Pero también había dicho que había alguien que amaba. Tohru había
pensado que sólo podría ser él, pero ¿era posible que amara a alguien más? ¿Podría
ser que hubiera alguien más en el corazón de Fujishima además de él?

Tohru se tambaleó hacia el salón en el extremo izquierdo del pabellón. La


cena había terminado, así que no había nadie allí —aparte de dos personas que
podía ver desde atrás, sentados en sillas una junto a la otra en el centro de la
habitación... Silenciando sus pasos, se acercó.

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Cold Sleep Narise Konohara

Una de las espaldas de las dos cabezas era definitivamente de Fujishima, y la


otra tenía el pelo largo. Cada vez que la mujer negaba con la cabeza, el pelo
colgando por su espalda se movía de un lado a otro. Incapaz de hablar, Tohru
todavía se preguntaba que estaban diciendo, por lo que se agacho debajo de una
planta decorativa detrás de las sillas. Se esforzó para oír su conversación, no
teniendo en cuenta que podría haber algo mal en espiarles.

“No tiene que venir más.” Esa era la voz de Fujishima. “Como puede ver,
estoy mejor...”

La mujer permaneció en silencio.

“No importa lo que me pasó, nunca la hubiera culpado. Si lo desea, si me


pide que muera, saltaría por la ventana en este momento y no me importaría.”

Tohru sintió un escalofrío a lo largo de su espalda ante el tono indiferente de


Fujishima, porque no parecía que estuviera bromeando. Los sollozos de la mujer
resonaron suavemente.

“Por favor, detente...”

“Sabe que no hay nada más que hacer.”

Eso no tenía la atmósfera de una charla de enamorados. Todo lo que se


avecinaba era a través de una sensación de tensión tan fuerte que dolía. El cuerpo
de la mujer se estremeció fuertemente.

“¿Por qué estás protegiendo a Tohru Takahisa tanto? No es más que un


conocido, ¿no?”

Tohru se sorprendió al escuchar su nombre ser mencionado.

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Cold Sleep Narise Konohara

“Pensé que habíamos hablado de esto antes, pero Tohru perdido su memoria.
Él no recuerda el accidente ni nada antes de eso. Exigir que se arrepienta de lo que
no recuerda, que expíe su crimen, sería cruel, ¿no es así? “

¿Cómo podía ser eso? ¿Por qué la conversación se estaba centrando a su


alrededor? Lo que no podía recordar... un crimen... todo lo que había hecho había
sido causar un accidente de una sola persona. De repente, las palabras de su ex
compañero de trabajo Ishii pasaron por su mente.

“Así que sólo porque lo ha olvidado, ya que ha perdido su memoria, ¿debo


perdonar el hecho que mató a mi hermano cuando se estrelló contra su coche, que
iba en el carril opuesto?”

Los dedos de Tohru se pusieron pálidos. El accidente, el culpable, la


víctima... no podía recordar nada. Ni una sola cosa. ¿Qué había hecho...?

“No creo que tal cosa pueda ser perdonada, y por eso voy a tomar la culpa en
su lugar. Haré lo que sea. Así que por favor, dejé a Tohru en paz.”

La mujer se echó a reír. “Fue un gran accidente, y mi hermano murió, sin


embargo, no hubo ningún informe, por lo que no hubo juicio. ¿Cuánto te costó?
¿Cuánto pagaste para salvar a ese hombre, al silenciar el caso de mi hermano?”

“Lo siento...”

“Y luego, después del accidente, fuiste capaz de ocultar su paradero tan


bien... si su ex compañero de trabajo no hubiera sabido su nueva información de
contacto, estoy segura que nunca lo hubiera encontrado. ¿Estabas aliviado de que
habían logrado escapar? ¿Pensaste que podrías empezar una nueva vida? ¡No me
hagas reír! ¡Mi hermano está muerto! ¡Murió una muerte en vano, y eso es todo!
No importa cuánto dinero me envíes, nada va a cambiar eso. ¡Devuélveme a mi

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hermano! ¡Devuélvemelo! Si no puedes hacer eso, entonces ¡haz que ese hombre
se ponga de rodillas delante de mí!”

Ella estaba prácticamente gritando, y su voz desgarró su corazón. Tohru se


miró las manos, que temblaban.

“Soy muy consciente de que el dinero no va a arreglar las cosas así, pero no
se me ocurrió otra manera de pedir perdón. Los ahorros de Tohru... no eran mucho,
pero se los envié todos. No creo que esto le haga perdonarlo, pero por favor... por
favor, le ruego que lo haga.”

Fujishima se inclinó profundamente. El silencio continuó, con la mujer


sollozando suavemente.

“¿Entonces me desanimarías al ser su escudo? Crees que estaré de acuerdo


que estamos a mano porque te apuñale y casi mueres, ¿es eso?”

“No, no es así...” Fujishima cerró la boca un poco. “Por lo que puedo ver,
Tohru no ha tenido una vida afortunada. Sería cruel verlo sufrir por un crimen que
no recuerda por encima de todo eso. Sentía que su vida había vuelto a empezar
cuando perdió su memoria. Esta vez, quiero darle una vida feliz, no encadenada
por nada. Sé que no estoy en condición de esperar tal cosa, y que debe compensar
por su crimen. Sin embargo, simplemente quería que fuera feliz, incluso si eso
significaba cometer ese tabú.”

Los sollozos de la mujer resonaban por todas partes.

“Acepto toda la culpa por su crimen. Así que por favor, trate de olvidarse del
hombre llamado Tohru Takahisa.”

“Incluso si aceptas la culpa, mi hermano no va a regresar...”

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Cold Sleep Narise Konohara

Tohru salió con cuidado fuera de la sala mientras la mujer seguía llorando.
Su cabeza estaba llena de esa avalancha de hechos; se estaba ahogando en las
aguas turbias... estaba mareado. Caminó tambaleándose por el pasillo, y en su
camino por las escaleras, se tropezó y cayó todo el camino hasta el siguiente piso.
Hubo un ruido tremendo, y sintió desmayarse. Por un instante, se preguntó si
estaba muerto, pero un dolor agudo lo atrajo de nuevo a la realidad.

Sus piernas todavía estaban inestables, por lo que poco a poco bajo las
gradas moviéndose a lo largo de la pared. La nieve seguía cayendo cuando salió al
exterior. En el aparcabicis, cuando puso su mano en la fría bicicleta, algo lo inundó
como un dique que se había explotado. Tohru alzó su voz y lloró. No sabía si eran
lágrimas de luto por alguien cuya cara no recordaba o de arrepentimiento por sí
mismo al ser incapaz de recordar algo.

Su aliento se congeló y sus dedos estaban entumecidos por el frío. Aun así,
las lágrimas no paraban mientras sollozaba por la nariz. Levantó la cabeza, sólo
para ver una silueta saliendo por la entrada del hospital. Un abrigo negro. Rastros
de pelo largo. Medio-inconsciente, siguió a la mujer que se alejaba. La cogió el
brazo, y ella se dio la vuelta, sorprendida.

“Lo siento...” Tohru se arrodilló a sus pies. “Lo siento mucho. Por favor,
perdóneme...”

Sus lágrimas rodaron en enormes gotas por el accidente que no podía


recordar, por haber matado a un hombre cuyo rostro ni siquiera conocía. Sus
manos habían destruido. Sus manos habían matado.

La mujer no se movió, pero se mantuvo firme como una estatua guardiana.

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“Mírame.” Su voz aguda perforó a través de sus oídos. Tohru levantó el


rostro bañado en lágrimas, pero sus lágrimas rápidamente rebosantes, hicieron que
el rostro de la mujer se viera vagamente distorsionado.

“Eres Tohru Takahisa, ¿no es así?” Ella pronunció su nombre lentamente,


como si tratara de confirmarlo. Tohru asintió tanto que parecía temblar.

“Los-... los escuche ha-... hablando hace un momento. No sabía... no


sabía...” Se dio cuenta que cualquier cosa que dijera sería una excusa.

“Lo mataste. Mi hermano nunca va a sonreír o llorar de nuevo.”

Tohru sollozó ruidosamente.

“Tu descuido se llevó una vida que podría haber durado décadas. ¡Mis
padres y yo tendremos que vivir el resto de nuestras vidas sin mi hermano!”

“Lo siento, lo siento... haré lo que sea. Haré cualquier cosa sí sólo me
perdona. Yo... yo...”

Estaba seguro de que nunca podría expiarlo, sin importar lo que hiciera. Aun
así, inclinó la cabeza en el suelo para que pudiera transmitir sus sentimientos al
menos un poco. La pierna derecha de la mujer pateó el suelo con exasperación.

“Estás diciendo las mismas cosas que él. ‘Haz lo que quieras. Incluso puedes
matarme...’ ¿Crees que mi familia querría tener a alguno de ustedes hacer algo?”

La mujer le mandó severamente a levantar la cabeza, y poco a poco lo hizo.


Lo miró con dureza y le dio una bofetada en la mejilla con la mano derecha.
Continuó abofeteándolo de derecha a izquierda, hasta que su fuerza se acabó, luego
cayó al suelo y lo tomo con fuerza.

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“Mi hermano tenía antecedentes penales por asalto. No nos ocupamos de eso
en su adolescencia, y fue tenido en custodia de menores muchas veces. Sin
embargo, finalmente se asentó. Acababa de decirnos que iba a esforzarse, ser serio
y seguir los pasos de la familia cuando ocurrió el accidente.”

Las manos de la mujer temblaban. “Cuando fui a la vela, tuve que soportar
las murmuraciones que decían, ‘Era un chico malo, obtuvo lo que se merecía.’
¿Tienes alguna idea de lo que eso me hizo sentir?”

Tohru solamente continuó repitiendo, “Lo siento.”

“¡Así es, es tu culpa!” la mujer respondió, y lo golpeó en la cabeza hasta


que, aparentemente cansada, guardo silencio.

“En el momento del accidente, te fuiste por la línea central y estrellaste


contra el coche de mi hermano. Incluso si fue porque te quedaste dormido, lo cierto
es que lo mataste.” Ella casualmente se puso de pie. “Nunca lo olvides... nunca
olvides que mataste a alguien... recuérdalo toda tu vida...” Sus palabras pasaron
directamente a su cabeza.

“Por favor, dile al hombre que te protegió que lo siento y que por favor me
perdone.” Sus pasos se hicieron distantes y luego se desvanecieron. Tohru
permaneció agachado en el suelo, incapaz de moverse durante algún tiempo.

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Cold Sleep Narise Konohara

9
Las luces hacía tiempo que habían sido apagadas. Tohru paso la estación de
enfermeras, pero estas, absortas en conversación, no se dieron cuenta del visitante
después de horas.

Sólo había una cama que se utilizaba en la habitación de dos de Fujishima.


El anciano que había estado junto a él había sido dado de alta ayer. Tohru abrió la
puerta con cuidado para ver que las cortinas de color crema habían sido cerradas
alrededor de la cama de Fujishima. Luz brillaba tenuemente a través de la tela
suave. Eran las 10:00 p.m., todavía un poco temprano para estar dormido, así que
Fujishima podría estar leyendo un libro.

“Fujishima-san...” llamo Tohru desde fuera de la luz. Hubo un sonido de tela


rozando.

“¿Takahisa? ¿Qué pasa?”

Tohru pasó más allá de la cortina. Fujishima, quien estaba sentado en la


cama, colocó la revista que tenía en la mano sobre su rodilla. “Pensé que las horas
de visita habían terminado...”

Estaba siendo reprendido por no seguir las regulaciones. No era un gran


problema, sin embargo, sentía ganas de llorar. “Lo siento, me iré a casa enseguida.
Sólo quería pedir disculpas...”

“¿Pedir disculpas?”

“Por esas cosas groseras que dije antes.”

“¿Viniste todo el camino de vuelta aquí sólo por eso? Podrías haberlo hecho
mañana”.

Tohru no podía ofrecer ninguna excusa. Ir allí a una hora tan tardía era
puramente para su propia conveniencia. Al bajar la cabeza, Fujishima preguntó,
“¿Está lloviendo?”

“No lloviendo. Está nevando. ¿Por qué?”

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Cold Sleep Narise Konohara

“Tu pelo parece mojado...”

“Eso es porque estuve afuera por un rato.” Tohru se sorbió la nariz


ruidosamente.

“¿Qué estabas haciendo afuera?”

Incapaz de responder, Tohru se sentó a los pies de la cama, de espaldas a


Fujishima. No quería que Fujishima viera su rostro, que lucía tan deplorable de ser
abofeteado y llorar tanto. Sus pantalones estaban negruzcos de las rodillas para
abajo, aunque no de suciedad ni agua, y sus manos estaban sucias de haber estado
agachado en el suelo tanto tiempo. Su chaqueta estaba empapada de nieve también,
y cuando bajó la cabeza, el agua goteaba de su flequillo.

En la nieve, Tohru había considerado cosas que no podía recordar ni siquiera


si pensaba en ellas. El significado de lo que había hecho, de su crimen... y de
Fujishima ocultándolo. El comportamiento de Fujishima al haber tratado de
protegerlo sin duda no había estado bien. Incluso si Tohru no sabía nada de su
crimen, tenía que pagar por ello. Tohru lo había hecho, aunque no lo recordara.
Pero Fujishima había tratado de protegerlo dentro de lo posible. ¿Por qué había
llegado tan lejos? Tohru no podía creer que su vida significara tanto. Incluso su yo
actual... no era mucho.

Aquella mujer podría haberlo perdonado, pero también podría regresar de


nuevo para recordarle lo que había hecho...

Lo que Tohru tenía que hacer era expiar su pecado, y tenía que hacerlo
ahora. No sabía cómo, pero iba a expiarlo con todas sus fuerzas. A pesar de ello,
Tohru pensaba en otras cosas. Su corazón egoísta pensaba en Fujishima. En sus
verdaderos motivos para proteger a Tohru tanto. En sus sentimientos.

“Mírame.” Colgando su cabeza como un niño regañado por su maestro,


Tohru se volvió hacia Fujishima.

“...no querías estar solo.”

Aun así, el dolor en su corazón no se aliviaba al estar a su lado. Ahora que


sabía la verdad, tenía que decirle a Fujishima. Tenía que decirle que ya no tenía
que rodearlo con mentiras para protegerlo. Sabía que tenía que enfrentar eso.

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Cold Sleep Narise Konohara

Pero si Tohru comenzaba a prepararse para enfrentar la verdad, si no había


necesidad de rodearlo con mentiras, ¿Qué haría Fujishima? ¿Abandonaría lo que
ya no necesitaba proteger?

Mientras miraba la mano blanca de Fujishima colocada en las sábanas,


Tohru agarró automáticamente su muñeca. La mano de Fujishima tembló de
miedo, la alejó como si tratara de escapar, pero Tohru no la soltaba. Poco a poco,
la mano que sostenía se calmó y finalmente dejó de moverse.

Su corazón dio un vuelco ante la sensación de ser tocado. Fujishima froto


suavemente la mano de Tohru a cambio, mientras este sujetaba su muñeca.

“¿Qué has estado haciendo que tus manos están tan frías?”

Abruptamente, Tohru deseo a ese hombre. Deseaba a ese hombre torpe.


Tohru nunca quería perder esas manos suaves. Se puso de rodillas en la cama y se
inclinó al acercarse a Fujishima, quien se encogió de sorpresa, pero eso era todo lo
que podía hacer en la estrecha cama.

“¿Por qué estás tratando de escapar?”

“No lo estoy.”

Cuando Tohru acercó su rostro más cerca, claramente hizo que las mejillas
de Fujishima se tensaran.

“Estás de mi lado, ¿verdad Fujishima-san?”

“Esa es una extraña manera de decirlo. No sé si es adecuado clasificar a


alguien como de tu lado o lo que sea.”

Tohru se acercó y lo besó. Sólo rozo sus labios, pero los ojos de Fujishima
se abrieron de par en par. Tohru sostuvo el segundo beso un poco más. Después de
que se apartó, los labios ante él temblaban como si tuvieran frío.

Fujishima se cubrió la boca con una mano.

Sus ojos estaban desconcertados, pero no le pregunto a Tohru por qué lo


había besado. Lentamente bajó la cabeza y murmuró con voz temblorosa, “Ve a
casa ahora.”

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Repitió la solicitud, “Vuelve al apartamento.”

Fujishima había simpatizado con Tohru por ser miserable e infeliz, y sin
embargo, Tohru miraba a Fujishima como el miserable. No podía decir lo que
pensaba.

Fujishima no podía hablar de sus sentimientos. Incluso con Tohru apelando a


su favor como lo había hecho, él no podía decir nada. Tohru sospechaba que la
razón y la moral era lo que Fujishima no podía expresar.

“Tú me amas, ¿verdad?, Fujishima-san,” Tohru le susurró al oído, y la


cabeza de Fujishima se levantó en sorpresa. “Me amas lo suficiente como para
considerar arriesgar tu vida por mí. Lo suficiente como para mantenerme en tu casa
después de haber perdido mi memoria.”

“No es como si te mantuviera allí...” Sus dedos apretados temblaban. “Sólo


quería que fueras feliz.”

Tohru abrazó su cuerpo esbelto, con la espalda y el cuello pálido de olor


dulce. Fujishima se sacudió fuertemente.

“¿Qué era para ti antes de perder la memoria, Fujishima-san?”

Fujishima no dijo, “un amigo” como era su costumbre, por lo que Tohru
pensó que debía de haber sido una mentira.

“¿Éramos pareja?”

“No era así.” Su voz era débil, casi inaudible.

“Y yo que esperaba que sí. Si era cierto, no sería necesario atribuir una razón
para cada uno de mis sentimientos. Podría creer que mi amor por ti estaba oculto
inconscientemente en mis recuerdos.”

Fujishima bajó la cabeza y la sacudió de lado a lado. “Tú me odiabas. Es por


eso...”

“Entonces me alegro.”

Fujishima levanto la vista.

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“Estoy contento de haber perdido a mi memoria. Estoy contento de haber


olvidado por completo el yo que te odiaba, Fujishima-san.”

Fujishima parecía afligido. “...eres un tonto.”

“Así que soy un tonto. Sólo déjame escuchar tus sentimientos, Fujishima-
san. Dímelo.”

Tohru susurró, “Te amo” en sus oídos varias veces. Ignoro las frágiles
protestas de Fujishima, se subió en la cama, zapatos sucios y todo, y lo abrazo con
fuerza.

Tohru lo besó una y otra vez, creciendo más emocionado mientras lo hacía,
entonces presionó la cara contra el pecho de Fujishima. Su amor por Fujishima, su
deseo de ayudarlo, su soledad... todo eso mezclándose entre sí en uno solo,
fluyendo de sus ojos.

Aun cuando temblaba, Fujishima abrazó su cabeza, y las palabras que él


exhaló fueron tan simples que hicieron que uno se preguntara por qué había
evitado decirlas tan obstinadamente. “Te amo”, dijo. Eso era todo.

* * *

Cuando las lágrimas silenciosas regresaron a sus emociones, Tohru


finalmente miró a su alrededor con la cabeza fría. Las sábanas estaban sucias,
cubiertas con las huellas de sus tenis. No sólo estaba la parte delantera del pijama
de Fujishima empapada, también habían manchas grises pálidas aquí y allá donde
Tohru lo había tocado con las manos sucias. Fujishima jalo la parte delantera de su
pijama, que estaba asquerosamente empapada de lágrimas y moco, y se estremeció.

“Lo siento. Yo...”

“No te preocupes, solo voy a tener que pedir una muda de ropa.”

A través de la parte delantera desabrochada, Tohru podía ver su pecho


blanco y pezones pálidos. Recordó una extraña sensación de esa zona, la cual había
estado monopolizando tan completamente hasta hace un momento. Sin pensar,
extendió la mano y metió las manos en la apertura, y el cuerpo de Fujishima se
tensó de miedo.

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Cold Sleep Narise Konohara

“Quita tus manos.”

“Sólo quiero tocarte un poco.”

Metiendo ambas manos, Tohru descubrió el pecho de Fujishima. No tenía


ondulaciones suaves, pero incluso las pequeñas protuberancias, superficiales en el
pecho plano hacían que su parte inferior del cuerpo latiera furiosamente. Puso las
manos debajo de los brazos de Fujishima y suavemente presiono hacia abajo las
proyecciones blandas con los pulgares. Estas se pusieron un poco más duras y
calientes de lo que había esperado.

“D-… detente.”

“No, no quiero…”

Tohru presiono una vez más su rostro contra el pecho desnudo. Tomó uno de
los pequeños granos en su boca. Estaba duro y caliente. Tohru no había esperado
algún sabor, pero era dulce. Sintiendo que Fujishima estaba moviendo sus caderas
para alejarse, Tohru se acercó a toda prisa. Mientras chupaba duro, Fujishima dejó
escapar un suspiro largo y jadeante.

“N-no, no, no...”

Ignorando la voz, Tohru continuó. Usó sus dientes, rodó con su lengua, y
chupó. Mientras chupaba, buscaba la parte inferior del cuerpo de Fujishima. Quería
estar seguro de si todo eso era de uso o no. El cuerpo de Fujishima se puso rígido
mientras Tohru lo tocaba por encima de sus calzoncillos. Tohru se excito también
al ver que el cuerpo de Fujishima indicaba honestamente su placer. Siguiendo su
impulso deseo de ver, Tohru tomo los calzoncillos de Fujishima con una mano y
los bajo.

“P-por favor, ¡detente!”

Al mismo tiempo que Fujishima gritó, oyeron la puerta abrirse. Tohru se


apartó a sí mismo, y Fujishima apresuradamente sostuvo el frente de su pijama y se
subió los calzoncillos.

“¿Fujishima-san?”

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Oyeron la voz de la enfermera y pasos que se acercaban. La cortina se


estremeció, y Fujishima exclamó en pánico, “¡No la abra!” El temblor de la tela se
detuvo. “Tuve una pesadilla. No quiero que vea cuan lamentable me miro...”

“¿Está bien? ¿No se siente mal?”

“No, estoy bien. Perdón por levantar la voz de esa manera.”

Los pasos se volvieron distantes, y la puerta se cerró. Después de que ambos


dejaron escapar suspiros de alivio, se encontraron con que un aire bastante
incómodo se había asentado a su alrededor. Tohru quería tocar a Fujishima tan mal
que no podía soportarlo, pero se obligó a retroceder y sentarse en la cama,
abrazando sus rodillas, mientras Fujishima le decía, “No lo hagas.”

Tohru reflexionó sobre excitarse sin tener en cuenta el tiempo o lugar. Aun
así, cuando extendió su mano, con ganas de acercarse, Fujishima se quedó
mirándola como si fuera algo espantoso.

“N-No lo hagas.”

“Sólo la mano, entonces. Yo sólo voy a sostenerla...”, dijo. “No voy a hacer
nada”, añadió, “sólo dame tu mano. Por favor.”

Fujishima miró la mano de Tohru, y después de una larga, larga pausa,


durante la cual Tohru comenzó a perder la esperanza, finalmente puso suavemente
su mano sobre la de él.

* * *

Al amanecer, ambos fueron regañados por la enfermera, quien los encontró


profundamente dormidos en la cama de Fujishima, cuando llegó el momento de
tomarle la temperatura.

Tohru y Fujishima se disculparon varias veces con la enfermera echando


humo.

A pesar de que lo habían regañado, Tohru estaba feliz. Él y Fujishima se


habían tomado de la mano durante toda la noche. Tohru sabía que durante la
noche, Fujishima había puesto su manta sobre él mientras dormía y dejado que
pusiera sus dedos fríos bajo ella. Incluso sabía cómo Fujishima había respirado
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Cold Sleep Narise Konohara

suavemente en su oído cuando había pensado que Tohru no lo notaria. No había


error —las manos de Fujishima siempre lo protegerían. Fujishima estaba tratando
desesperadamente de protegerlo incluso ahora.

Dos días después de que se hubiera arrodillado y pedido perdón a la mujer,


Tohru tomó tiempo libre del trabajo para ir a la estación de policía. Por mucho que
Fujishima podría protegerlo, él creía que tenía que pagar por el crimen que había
cometido. Lo primero que dijo en la estación de donde solía vivir fue, “Me gustaría
informar de un accidente que ocurrió hace más de medio año.” Insistió que él había
tenido la culpa en el accidente, pero la reacción del policía en la ventana había sido
terriblemente ambigua. Además de eso, cuando le preguntaron porque había tenido
la culpa, Tohru no pudo responder con claridad. Aunque él había estado
involucrado, Tohru no podía recordar nada de las circunstancias del accidente. Al
final, no hizo ningún progreso en absoluto.

Al final, le dijeron, “¿Qué es exactamente lo qué quiere decirnos? Si


supiéramos, creo que podríamos ser capaces de tratar el asunto de manera
adecuada...” y tuvo que regresar a casa, aun sin poder hacer algo. Sin embargo, el
accidente siempre se mantendría en un rincón de su mente. Reportes formales de
accidentes de tráfico en las noticias lo apuñalaban en el corazón. Cada vez,
recordaría a la mujer diciéndole, “Nunca lo olvides.”

Tohru no sabía qué sucedería con él, pero comenzó una cuenta de ahorros.
No había sido juzgado por la ley, por lo que tal vez ganaría un poco de auto-
satisfacción. Y sin embargo... sentía que mientras transmitiera de regreso al menos
un poco de sus sentimientos en alguna forma, sin importar lo que fuera, eso
bastaría...

Los capullos de cerezo se abrieron, y Tohru estaba pensando cuan


bellamente habían florecido cuando antes de que se diera cuenta, sólo los pétalos
oscuros quedaban. Las ventas del pastel de fresa intensa del anciano eran buenas, y
recientemente habían tenido una gran cantidad de clientes frecuentes. Tohru
diligentemente se puso manos a la obra: pasar un par de pasteles a escondidas de
las enfermeras y demás.

Cuando terminó el trabajo, Tohru pedaleo, en su camiseta y jeans, a toda


velocidad en su bicicleta. Eran las 6:00 p.m. Fujishima estaba terminando de cenar

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en el hospital, y Tohru le estaba llevando su pastel “a hurtadillas”. Tohru llamó a la


puerta de la habitación y dijo, “Siento hacerte esperar. El menú de hoy es
cheesecake y pastel de fresas.”

Fujishima contempló como un niño mientras Tohru sacaba los pasteles de su


caja y los ponía en platos. Se veía tan lindo así, Tohru quería automáticamente
abrazarlo. Quería tocarlo, incluso sólo la parte frontal de su cabello, pero apretó
sus manos y frenéticamente se contuvo. Cuando hacia tales cosas, incluso en
broma, Fujishima de repente se sonrojaba y bajaba la mirada.

Una vez que se escondía en su caparazón, Tohru no podía hablar con él


sobre cualquier cosa.

Tohru puso los pasteles en un plato, junto con un tenedor, y se los dio a
Fujishima, quien le dio las gracias. Normalmente, Fujishima empezaría a comer de
inmediato, pero hoy simplemente se sentó allí con el plato en la mano, mirándolo.

“...han decidido darme de alta,” salió de los labios que Tohru quería besar
mientras los observaba. “Dicen que puedo ir a casa la semana que viene.”

“¿De verdad? Voy a tener que comprarte un pastel entero para celebrar.”

“Nunca podría comer tanto,” Fujishima murmuró con una sonrisa


avergonzada.

Fin.

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