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EN ITALIA
El Barroco sobre la base inicial del racionalismo introducen un nuevo capítulo en el concepto
de la ciudad se puede entender que el espacio urbano surge entonces una trascendental
transformación al producirse en el dos hechos
Uno de carácter económico-político y otro de carácter eminentemente estético
Italia a finales del siglo XVI, Roma absorbe Todas las energías
Sixto V lleva el campo del urbanismo maduras conquistas que adquiere su apogeo contra la
aplicación de la perspectiva en Monumental y la línea recta en un programa amparado en
estudios teóricos del renacimiento y en fundamentos nuevos que otorgan una valiosa
dimensión al arte urbano como es la percepción del espacio como entidad visual
El barroco se
caracteriza por su
afán integrador
de espacios en un
todo unitario, ya sea
urbano o paisajístico.
Es un urbanismo
abierto en contacto
con la naturaleza y
que busca la
integración de las
partes en un todo
organizado.
El urbanismo se
La ciudad barroca sera la
ensayó primero en los
heredera de los estudios
jardines, escenario
teoricos del Renacimiento
especialmente
propicio para ello
Se busca el
Crear una ciudad uniformismo
como obra de arte de sus plazas
de inmediata y grandes
percepción visual avenidas
El monumento se
Se introduce ejes convirtio asi en elemento
transversales y esquemas polarizador de todo un
radiales, con lo que la idea espacio , en un factor
urbanistico alrededor del
antes aludida de integracion cual se organizaba todo
y dispercion esta presentes un entorno
Uno de los elementos
Los edificios se
ESTRUCCTURA DE relacionan con los
PALACIOS diversos patis y
LA CIUDAD
dependencias a la vez se
buscan perspectivas
diferentes
TEMPLOS
la relacion con dios se
hace dialogo por
medio de la obra
artistica.
TURÍN
El Piamonte italiano y, más concretamente, su
ciudad principal, Turín, se van a individualizar
urbanísticamente a lo largo de un dilatado
proceso, gracias a un ambicioso proyecto,
complejo y de gran alcance. La ciudad, en sus
orígenes, fue un castrum romano del que
permanecían hasta finales del siglo XV
TURÍN
Las líneas de actuación van a ser variadas, pero
el proyecto urbano tuvo la virtud de aparecer
como una concepción global que permitió
proceder en las diferentes intervenciones a un
logro de reestructuración de carácter
unificador.
TURÍN
Ascanio Vittozzi, nacido en Baschi (Orvieto)
hacia 1539, estuvo al frente de la gestación del
proyecto y de las diferentes operaciones entre
1584, fecha en que fue llamado a Turín por el
duque Carlos Manuel I, y 1615. Fiel al propósito
unificador en la escala urbana, impuso una
clara uniformidad en cuanto a las fachadas de
los edificios que poblarían las calles
proyectadas, tanto en lo que concernía al
centro antiguo como a la reelaboración del
entorno de la Piazza del Castello
TURÍN
Al mismo tiempo que la propuesta urbana
reafirmaba a Turín en su papel representativo y
oficial, se procuraba su consolidación militar.
Vittozzi puso en marcha los trabajos de la
fortaleza y la delineación de una calle recta, la
llamada Strada Nuova. A la renovada residencia
real se le agregó así una plaza fortificada.
TURÍN
Turín en esa época era una pequeña ciudad medieval,
caracterizada por el trazado cuadricular de Augusta
Taurinorum -el castrum romano primitivo- y protegida
por una endeble muralla.
Juvara haría una pequeña adición al manzanario del
castrum romano. Utilizaría la llamada Vía de los
Panaderos y el pequeño espacio generado por
Castellamonte frente al Palazzo Cittá en plena ciudad
medieval para apoyar dos nuevos ejes que coserían la
ampliación a la estructura urbana preexistente. Son las
llamadas en su denominación actual, Vías del
Carmine y Garibaldi. De nuevo, se repiten los patrones
y estrategias adoptadas por sus predecesores con la
inserción de un nuevo recinto abierto central.
Napoles
De las construcciones
realizadas en este momento
destaca la del Palazzo Reale,
a cargo de Doménico
Fontana, en 1602, frontero al
mar Mediterráneo y muy
cercano a la mole de
Catelnuovo.
Se van a ampliar vías, como la de Santa Lucía o
la de Mergellina; se une el alto de Pizzofalcone y
la colina de Portelle mediante un puente y
aparecen unidos como en único bastión el
castillo de Sant É lmo y el convento de San
Martino, dominando una ciudad que parece
derramarse hacia el mar.