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El riñón es un órgano estructuralmente complejo que ha evolucionado para llevar a cabo varias
funciones importantes: excreción de productos de desecho del metabolismo, regulación del agua y
de la sal corporales, mantenimiento apropiado del equilibrio ácido, y secreción de varias
hormonas y prostaglandinas.
Cuando la nefropatía crónica evoluciona a su estadio más avanzado, que se llama nefropatía
terminal, se suelen encontrar lesiones en los cuatro compartimentos renales. Dada la importante
reserva funcional del riñón, a menudo los signos clínicos precoces de la lesión renal no se
diagnostican y gran parte de la disfunción renal ocurre antes de que esta sea aparente
clínicamente. Antes de analizarlas enfermedades individuales del riñón, se analizan las
manifestaciones clínicas de las nefropatías comunes a diversos trastornos.
Las manifestaciones clínicas de las nefropatías se pueden agrupar en una serie de síndromes
relativamente bien definidos.
• Proteinuria, con una pérdida diaria de proteínas en la orina de 3,5 g o más en adultos
(denominado «rangonefrótico» ).
• Hipoalbuminemia, con mas concentraciones de albúmina plasmática inferiores a 3 g/ di.
• Edema generalizado, que es la manifestación clínica más evidente.
• Hiperlipidemia y lipiduria. El síndrome nefrótico tiene distintas causas con una
fisiopatología común, un trastorno de las paredes capilares de los glomérulos que
determina un aumento de la permeabilidad a las proteínas plasmáticas.
Las más importantes de las lesiones glomerulares primarias que producen típicamente síndrome
nefrótico son la glomeruloesclerosis focal y segmentada y la enfermedad por cambios mínimos.
Por el contrario, el síndrome nefrítico se caracteriza por:
El síndrome nefrítico suele debutar de forma aguda y se debe a lesiones inflamatorias de los
glomérulos. Las lesiones que producen síndrome nefrítico comparten una proliferación de células
en los glomérulos, a menudo asociada a infiltrado leucocítico.
GLOMERULOPATÍAS.
El glomérulo es una red anastomosada de capilares rodeados por dos capas de epitelio. El epitelio
visceral (podocitos) es una parte de la pared capilar, mientras que el parietal rodea el espacio de
Bowman (espacio urinario), la primera cavidad en la que se acumula el filtrado del plasma.
Los antígenos plantados incluyen los complejos del nucleosoma, sobre todo derivados de la
degradación de las células apoptósicas en los pacientes con lupus eritematoso sistémico; los
productos bacterianos, como la endoestreptosina, una proteína expresada por los estreptococos
del grupo A; y grandes proteínas agregadas (p. ej., inmunoglobulina G [IgG) agregada), que tienden
a depositarse en el mesangio. Los inmunocomplejos formados a nivel local pueden aumentar de
tamaño también por las interacciones adicionales con anticuerpos y antígenos libres circulantes.
Glomerulonefritis mediada por anticuerpos frente a la membrana basal glomerular.
Un antígeno conocido que sirve como diana para los anti-MBG es la cadena a3 del colágeno de
tipo IV de la MBG. En ocasiones, los anticuerpos anti-MBG muestran reactividad cruzada con las
membranas basales de los alvéolos pulmonares, lo que produce lesiones simultáneas renales y
pulmonares (síndrome de Goodpastuxe).
Una vía fundamental de lesión glomerular iniciada por anticuerpos pasa por la activación del
complemento y el reclutamiento de los leucocitos. La activación del complemento por la vía clásica
permite que se generen sustancias quimiotácticas (sobre todo CSa) para los neutrófilos y los
monocitos.
Los neutrófilos liberan proteasas, que degradan la MBG; radicales libres del oxígeno, que producen
lesiones celulares, y metabolitos del ácido araquidó1úco, que contribuyen a reducir la FG. En otros
tipos de GN en los que los neutrófilos no son prominentes, puede producirse una lesión
dependiente del complemento mediante el ensamblaje del complejo de ataque de la membrana
C5b-C9.
Las lesiones de los podocitos pueden ser inducidas por anticuerpos frente a los antígenos de los
mismos; Las lesiones de los podocitos provocan cambios morfológicos, como el borrado de los
pedicelos, vacuolización y retracción y despegamiento de las células de la MBG.
Pérdida de nefronas
Cuando la nefropatía, ya sea glomerular o de otro tipo, destruye suficientes nefronas como para
disminuir la FG al 30-50% de lo normal, aparecen los síntomas y se produce la progresión a una
nefropatía terminal a una velocidad variable. Los pacientes afectados presentan proteinuria y los
glomérulos tienen una cicatrización extensa, que se llama glomeruloesclerosis.
Este trastorno, relativamente benigno, es la causa más frecuente de síndrome nefrótico en niños y
se caracteriza por glomérulos con apariencia normal en la microscopia óptica.
Patogenia
Una hipótesis popular para la patogenia de la enfermedad de cambios mínimos es que algunas
moléculas circulantes lesionan los podocitos y producen la proteinuria por borrado de los
pedicelos.
Características clínicas
La enfermedad se manifiesta normalmente por una evolución súbita del síndrome nefrótico en un
niño por lo demás sano. No hay hipertensión, y la función renal está conservada en la mayoría de
los pacientes. Habitualmente, la pérdida de proteínas está limitada a las proteínas plasmáticas más
pequeñas, principalmente la albúmina (proteinuria selectiva).
Glomeruloesclerosis focal y segmentaria
• Infección por el VJH (nefropatía por el VIH): aparece una GEFS en un 5-10% de los
pacientes infectados por el VIH, pero la incidencia está disminuyendo gracias al
tratamiento antivírico mejorado.
• Consumo de heroína (nefropatía por heroína).
• Secundario a otros tipos de GN (p. ej., nefropatía IgA).
• Como mala adaptación frente a la pérdida de nefronas (descrito anteriormente).
• En formas hereditarias, como las formas autosómicas dominantes asociadas a mutaciones
de las proteínas del citoesqueleto y de la podocina, dado que ambas son necesarias para
mantener la integridad de los podocitos.
Patogenia
Se cree que las lesiones de los podocitos representan el acontecimiento iniciador de la GEFS
primaria. Sin embargo, no se sabe qué provoca la lesión. Igual que sucede en la enfermedad de
cambios mínimos, se sospecha de unos factores que aumentan la permeabilidad producidos por
los linfocitos, aunque todavía no se ha demostrado. El depósito de hialina en los glomérulos se
debe al atrapamiento de las proteínas y lípidos plasmáticos en los focos de lesión donde se
desarrolla la esclerosis.
Curso clínico
Nefropatía membranosa
Patogenia
Características clínicas
La mayor parte de los casos de nefropatía membranosa son de inicio repentino y debutan como un
síndrome nefrótico florido, en general sin antecedentes de enfermedad; otros pacientes
presentan un grado menor de proteinuria. A diferencia de lo que sucede en la enfermedad de
cambios mínimos, la proteinuria no es selectiva y, en general, no responde al tratamiento con
corticoesteroides.
Glomerulonefritis membrano-proliferativa.
Patogenia
Características clínicas
El término glomerulopatía C3 incluye dos trastornos: la enfermedad por depósitos densos (llamada
antes GNMP de tipo 11) y la glomerulonefritis C3. Estas enfermedades son relativamente
infrecuentes y comparten algunos rasgos clínicos, morfológicos y patógenos, que pueden formar
parte de un espectro lesiona.
Patogenia
Características clínicas
Características clínicas
La presentación clínica más frecuente es el síndrome nefrítico agudo. Son frecuentes el edema y la
hipertensión, con una azoemia de leve a moderada. Es típica la hematuria macroscópica y la orina
tiene un color pardo claro en lugar de rojo brillante por la oxidación de la hemoglobina a
metahemoglobina. Del 15 al 50% de los pacientes adultos desarrollan nefropatía terminal al cabo
de pocos años o en una o dos décadas, en función de la gravedad clínica e histológica. Sin
embargo, en los niños con casos esporádicos de GN postinfecciosa aguda, la progresión a la
cronicidad es mucho menor.
Nefropatía lgA
La nefropatía IgA es una de las causas más frecuentes de hematuria microscópica o macroscópica
recidivante, y es la glomernlopatía más frecuente en todo el mundo revelada mediante biopsias
renales. El rasgo patógeno característico es el depósito de IgA en el mesangio. Algw1os expertos
han considerado que la nefropatía IgA es una variante localizada de la púrpura de Henoch-
Schonlein, caracterizada también por depósito de IgA en el mesangio. En contraste con la
nefropatía IgA, que afecta solamente al riñón, la pú1·pura de Henoch-Schonlein es un síndrome
sistémico que también afecta a la piel (exantema purpúrico), al tubo digestivo (dolor abdominal) y
a las articulaciones (artritis).
Patogenia
Parece que una IgAl con una glucosilación anormal (es decir, la IgAl deficiente en galactosa [Gd-
IgAl]) desempeña un papel central en la patogenia. Esta IgA anormal puede inducir una respuesta
autoinmunitaria y los autoanticuerpos pueden formar grandes inmunocomplejos con la IgA
circulante. Estos complejos se depositan en el mesangio glomerular; esta localización poco
frecuente puede guardar relación con las características fisicoquímicas de IgA y puede facilitarse
por un receptor para IgAl (CD71) de las células mesangiales.
Características clínicas
La nefropatía IgA afecta, la mayor parte de las veces, a niños y a adultos jóvenes. Más de la mitad
de los afectados presentan hematuria macroscópica tras una infección del aparato respiratorio o,
menos frecuentemente, al tubo digestivo o a las vías urinarias; el 30-40% tienen hematuria solo
microscópica, con o sin proteinuria; y el 5-10% desarrolla un síndrome típico de nefritis aguda.
Nefritis hereditaria
Patogenia
La MBG está compuesta, en gran medida, por colágeno de tipo IV, elaborado por heterotrímeros
de las cadenas alfa3, alfa4 y alfa5 del colágeno de tipo IV. Este es crucial para que el cristalino, la
cóclea y el glomérulo funcionen con normalidad.
Características clínicas
La mayor parte de los pacientes con síndrome de Alport tienen una enfermedad ligada a X como
consecuencia de una mutación en el gen del cromosoma X que codifica la cadena alfa5 del
colágeno de tipo IV. Por eso los hombres se afectan con más frecuencia y gravedad que las
mujeres y tienen más riesgo de sufrir una nefropatía terminal y sordera.
Patogenia
La GN con semilunas puede deberse a una serie de enfermedades distintas; algunas limitadas al
riñón y oh·as sistémicas. La GNRP puede asociarse a una serie de enfermedades, entre otras:
En la mayoría de las formas de lesión tubular también está implicado el intersticio, así que las dos
se describen juntas.
Nefritis tubulointersticial.
Pielonefritis aguda
La pielonefritis aguda, una inflamación habitualmente supurativa del riñón y de la pelvis renal, está
producida por infección bacteriana. Es una manifestación importante de la infección de las vías
urinarias (IVU), que implica afectación de la vía inferior (cistitis, prostatitis, uretritis), superior
(pielonefritis) o de ambas.
Patogenia
Los principales gérmenes causantes de la pielonefritis aguda son los bacilos entéricos
gramnegativos. Escherichia coli es con diferencia el más frecuente. Otros gérmenes importantes
son Proteus, Klebsiella, Enterobacter y Pseudomonas.
Las IVU bajo ascendentes son la forma más importante y frecuente de llegada de las bacterias al
riñón. Tras la adherencia de las bacterias a las superficies mucosas se produce la colonización de la
uretra distal (y del introito en las mujeres). Cuando no se refiere ninguna instrumentación, la IVU
es más frecuente en las mujeres. La colonización por bacterias entéricas puede ocurrir más
fácilmente en las mujeres por la estrecha proximidad entre la uretra femenina y el recto.
La insuficiencia del orificio vesicoureteral, que determina reflujo vesicoureteral (RVU), es una
causa importante de infección ascendente. El reflujo permite a las bacterias ascender por el uréter
hacia la pelvis. Se describe RVU en el 20-40% de los niños pequeños con IVU, como consecuencia,
en general, de una malformación congénita que determina la insuficiencia de la válvula
ureterovesical. El RVU también puede ser adquirido en personas con una vejiga flácida en relación
con una lesión medular o con una disfunción vesical secundaria a la diabetes.
Aunque la siembra hematógena es mucho menos frecuente que la infección ascendente, se puede
producir una pielonefritis aguda por la siembra renal por las bacterias en el curso de una
septicemia o endocarditis infecciosa.
Características clínicas
Es frecuente que la pielonefritis aguda se asocie a algunos de los trastornos predisponentes que se
han descrito al comentar los mecanismos patógenos. Superado el primer año de vida (edad en la
cual las malformaciones congénitas en los varones se suelen poner de manifiesto) y hasta los 40
años aproximadamente, las infecciones son mucho más frecuentes en las mujeres. La orina
aparece turbia porque contiene pus (piuria). En general, la enfermedad es unilateral, y los
pacientes afectados no desarrollan una insuficiencia renal.
Pielonefritis crónica y nefropatía por reflujo La pielonefritis crónica es una entidad clínico-
patológica en la que la inflamación intersticial y la cicatrización del parénquima renal se asocian a
cicatrización macroscópicamente visible y deformidad del sistema pielocalicial en pacientes con
antecedentes de IVU.
Muchos pacientes que presentan pielonefritis crónica consultan al médico en fases relativamente
tardías de la evolución del proceso por la aparición gradual de una insuficiencia renal o porque se
detectan signos de nefropatía en las pruebas de laboratorio convencionales.
Nefritis tubulointersticial inducida por fármacos. La NTI aguda inducida por fármacos aparece
como reacción adversa por el uso de una serie de fármacos, cada vez más abundantes.
Patogenia
Características clínicas
Patológica caracterizada por las lesiones de las células epiteliales tubulares y el deterioro agudo de
la función renal, asociados con frecuencia a la eliminación de cilindros granulares y células
tubulares hacia la orina.
Patogenia
Las células epiteliales del túbulo proximal son especialmente sensibles a la hipoxemia y también
son vulnerables a las toxinas. La isquemia produce numerosas alteraciones estructurales en las
células epiteliales. La pérdida de polaridad celular es una alteración precoz reversible causada por
la isquemia. Determina la redistribución de las proteínas de la membrana de la superficie
basolateral de las células tubulares a la luminal, lo que reduce la reabsorción de sodio por los
túbulos proximales y aumenta así el aporte de sodio a los túbulos distales.
Las lesiones de las células epiteliales provocan el desprendimiento de las células lesionadas de la
membrana basal y su eliminación por la orina.
Las células tubulares necróticas pueden inducir una reacción inflamatoria que contribuye a la
lesión tubular y al trastorno funcional.
La lesión tubular se exacerba por las alteraciones hemodinámicas graves que provocan la
reducción de la FG. La principal es la vasoconstricción intrarrenal, que reduce el flujo plasmático
glomerular y el aporte de oxígeno a los túbulos en la medular externa (rama ascendente gruesa y
segmento recto del túbulo proximal).
Características clínicas.
El curso clínico de una LTA isquémica viene dominado inicialmente por el acontecimiento médico,
quirúrgico u obstétrico que lo desencadena. Los pacientes afectados suelen presentar
manifestaciones de la lesión renal aguda, incluidas oliguria y reducción de la FG. En los pacientes
con una nefropatía crónica de base, la recuperación completa es menos frecuente y la progresión
a una nefropatía terminal es por desgracia frecuente.
ENFERMEDADES QUE AFECTAN A LOS VASOS SANGUÍNEOS.
Casi todas las enfermedades renales afectan a los vasos renales de forma secundaria. Las
enfermedades vasculares sistémicas, como las distintas formas de vasculitis, también afectan a los
vasos renales y suelen tener efectos importantes a nivel clínico sobre la función renal.
Nefroesclerosis.
Nefroesclerosis alude a la esclerosis de las arterias renales pequeñas y las arteriolas que se asocia
de forma estrecha a la hipertensión. Las alteraciones morfológicas características de las arteriolas
pequeñas se denominan arterioloesclerosis hialina, mientras que las arterias muestran un
engrosamiento fibroso de la media y la íntima con frecuente estenosis de la luz. Dos procesos
participan en las lesiones arteriales de la nefroesclerosis:
Características clínicas
Esta lesión renal por sí sola no suele producir lesiones lo bastante graves como para ocasionar
insuficiencia renal, salvo en pacientes de algunos grupos susceptibles, por posibles motivos
genéticos, como los afroamericanos, en los que puede conducir a la uremia y la muerte.
Hipertensión maligna.
La hipertensión maligna, definida como presión arterial normalmente superior a 200/ 120 mmHg,
es bastante menos frecuente en EE.UU. que la hipertensión esencial y la presentan solo cerca del
5% de las personas hipertensas.
Patogenia
Los cambios renales se relacionan con la hipertensión y las reacciones frente a ella.
Características clínicas
Sin embargo, pronto se desarrolla lesión renal aguda. El síndrome constituye una verdadera
urgencia médica que requiere iniciar cuanto antes un tratamiento antihipertensivo rápido y
agresivo antes de que se desarrollen lesiones renales irreversibles.
Microangiopatías trombóticas.
Como se comenta en el capítulo 10, el término microangiopatía trombótica (MAT) alude a lesiones
que aparecen en distintos síndromes clínicos y caracterizadas por una trombosis microvascular
asociada a anemia hemolítica microangiopática, trombocitopenia y, en algunas circunstancias,
insuficiencia renal.
Patogenia
Los principales factores patógenos en las microangiopatías trombóticas son la lesión de las células
endoteliales y la activación y agregación de las plaquetas. Pueden deberse a diversas agresiones,
incluidas toxinas externas, fármacos, autoanticuerpos y mutaciones hereditarias, que producen
una trombosis excesiva de los vasos pequeños en los capilares y arteriolas de diversos órganos.
• SHU mediado por la toxina Shiga. Hasta un 75% de los casos se producen después de una
infección intestinal por E. coli productora de toxina Shiga, como sucede tras la ingesta de
carne picada contaminada (p. ej., en hamburguesas) e infecciones por Shigella dysenteriae
de tipo I. La patogenia se relaciona con los efectos de la toxina Shiga.
• El SHU atípico se produce por alteraciones adquiridas o hereditarias en los factores que
amortiguan la activación del complemento por la vía alternativa. Su ausencia determina
una activación excesiva del complemento, con las consiguientes lesiones y trombosis
microvasculares.
• La PTT se debe a deficiencias adquiridas o hereditarias de ADAMTS13 (una desintegrina y
metaloproteasa con motivos parecidos a trombospondina), una proteasa plasmática que
degrada los multímeros del factor de von Wille Brand (vWF) en fragmentos más pequeños.
Características clínicas
La evolución clínica varía en función de la etiología y la gravedad de los cambios morfológicos. Los
cambios vasculares más graves se asocian a un pronóstico menos favorable. El SHU asociado a la
toxina Shiga se caracteriza por la aparición súbita, en general después de un episodio prodrómico
seudogripal o digestivo, de manifestaciones hemorrágicas (sobre todo hematemesis o melenas),
oliguria grave, hematuria, anemia hemolítica microangiopática y (en algunos pacientes) llamativas
alteraciones neurológica.
La aparición de la PTT típica también es súbita con afectación predominante del sistema nervioso
central, y los riñones se afectan con menos frecuencia que en los SHU mediados por la toxina
Shiga y atípico. Sin tratamiento, la PTT tiene una evolución típicamente mor tal de forma rápida y
la supervivencia aproximada es del 10%.
NEFROPATÍA CRÓNICA.
El término nefropatia crónica es amplio y describe la vía final común de la pérdida progresiva de
nefronas como consecuencia de cualquier tipo de enfermedad renal. Las alteraciones de la función
de las nefronas intactas residuales acaban siendo mal adaptativas y producen mayor cicatrización.
Patogenia
Conforme la lesión renal progresiva va destruyendo cada vez más nefronas, se ponen en marcha
mecanismos. La velocidad de deterioro funcional depende de la enfermedad original; sin embargo,
la función renal se suele deteriorar progresivamente aun que se consiga controlar el daño original.
La hipertensión no controlada produce un deterioro de la función renal más rápido,
independientemente de la etiología.
Características clínicas
Las enfermedades quísticas del riñón son un grupo heterogéneo que comprende trastornos
hereditarios, del desarrollo y adquiridos. Un tema emergente en la fisiopatología de las
enfermedades quísticas hereditarias es que el defecto subyacente se localiza en el complejo cilios-
centrosoma de las células epiteliales de los tú bulos. Tales defectos pueden interferir en la
absorción de líquidos o en la maduración celular, lo que da lugar a la formación de quiste.
Quistes simples.
Estas lesiones, generalmente inocuas, aparecen como espacios quísticos múltiples o únicos que
varían ampliamente de diámetro. Habitualmente, este es de 1-5 cm, y los quistes son traslúcidos,
están revestidos por una membrana gris, brillante y lisa, y llenos de un líquido claro.
Microscópicamente, estas membranas están compuestas de una única capa de epitelio cúbico o
aplanado, que, en muchos casos, puede estar completamente atrófico. Los quistes suelen
localizarse en la corteza y rara vez llegan a los 10 cm de diámetro.
La nefropatía quística adquirida afecta a pacientes con una nefropatía terminal que se han
sometido a diálisis durante muchos años. Pueden presentar múltiples quis tes en la corteza y la
médula, que pueden sangrar y producir hematuria.
Patogenia
En el 85-90% de las familias el gen defectuoso, PKD1, está en el brazo corto del cromosoma 16.
Este gen codifica una protema grande (460 kDa) y compleja, asociada a la membrana celular,
denominada policistina 1, que, fundamentalmente, es extracelular. La proteína policistina 1 tiene
un gran dominio extracelular y múltiples regiones transmembrana. Los dominios extracelulares
tienen regiones que pueden ligarse a la matriz extracelular. La policistina 1 se localiza en el cilio
primario de las células tubulares (igual que las nefrocistinas vinculadas con la enfermedad quística
medular, que se comenta más adelante), lo que ha llevado a considerar que las enfermedades
quísticas renales son una variante de ciliopatía. Los cilios son orgá11ulos filiformes que se
proyectan hacia la luz a partir de la superficie apical de las células tubulares, donde se comportan
como mecano sensores del flujo de líquido. Las evidencias actuales indican que las mutaciones de
la policistina provocan defectos en la percepción mecánica.
Características clínicas
La nefropatía poliquística del adulto no suele producir síntomas hasta la cuarta década de la vida,
para cuando los riñones ya son bastante grandes. El síntoma de presentación más frecuente es un
dolor en el costado y una sensación de pesadez o tirantez. La distensión aguda de un quiste, ya sea
por hemorragia intraquística o por obstrucción, puede producir un dolor insoportable.
Aunque, a largo plazo, la enfermedad es mortal, la perspectiva es, generalmente, más favorable
que en el caso de la mayoría de las nefropatías crónicas. Esta afección progresa muy lentamente.
Características clínicas
Las formas más habituales son la perinatal y la neonatal; suelen observarse manifestaciones
graves en el momento del nacimiento, y los lactantes pequeños pueden morir rápidamente por
insuficiencia hepática o renal.
Se describen dos tipos fundamentales de enfermedades quísticas con afectación medular: el riñón
en esponja medular es un trastorno relativamente frecuente y, en general, inocuo, que, en
algunos casos, se puede asociar a nefrolitiasis y que no se va a analizar más detalladamente, y el
complejo enfermedad quística medular-nefronoptisis, que casi siempre se asocia a disfunción
renal.
Aproximadamente el 15-20% de los niños con una nefronoptisis juvenil presentan manifestaciones
extrarrenales, que suelen debutar como alteraciones retinianas, como retinitis pigmentaria e
incluso, en la forma más grave, ceguera de aparición precoz.
Se han descrito al menos nueve locus genéticos (NHP1-NHP9) para las formas autosómicas
recesivas del complejo de la nefronoptisis. La mayor parte de los genes codifican proteínas que
forman parte de los cilios del epitelio, como sucede en otros tipos de nefropatías poliquísticas.
Características clínicas
Patogenia.
• Aproximadamente el 80% están constituidos por oxalato cálcico o una mezcla de oxalato y
fosfato cálcicos.
• Cerca del 10% están formados por fosfato amónico magnésico.
• Aproximadamente el 6-9% corresponden a cálculos de ácido úrico o cistina.
La causa de formación de los cálculos resulta dudosa en muchos casos, sobre todo cuando están
constituidos por calcio. Parece que influye la confluencia de una serie de trastornos
predisponentes, como la concentración de solutos, los cambios del pH urinario y las infecciones
bacterianas. La causa más importante es el aumento de la concentración urinaria de los
componentes del cálculo, de forma que se supera la solubilidad en orina (sobresaturación).
Las causas de otros tipos de cálculos renales se conocen mejor. Los cálculos de fosfato amónico y
magnésico (estruvita) casi siempre se producen en personas con orina persistentemente alcalina
debido a una IVU. En particular, las bacterias que escinden la urea, como Proteus vulgaris y los
estafilococos, predisponen a la urolitiasis.
Características clínicas
Los cálculos pueden estar presentes sin producir síntomas o un daño renal significativo,
especialmente los grandes cálculos alojados en la pelvis renal. Los pequeños pueden pasar al
uréter, donde pueden alojarse y producir un típico dolor intenso conocido como cólico renal o
ureteral, caracterizado por paroxismos de dolor en el costado que irradian hacia la ingle.
Hidronefrosis.
La hidronefrosis es la dilatación de la pelvis y los cálices renales, con atrofia acompañante del
parénquima, producida por la obstrucción al flujo de salida de la orina. Las causas más frecuentes
son las siguientes:
Patogenia.
Incluso con obstrucción completa, la FG persiste durante algún tiempo, y el filtrado subsiguiente
difunde hacia atrás al intersticio renal y a los espacios perirrenales, de donde, finalmente, vuelve a
los sistemas linfático y venoso. Dada la filtración continuada, los cálices y la pelvis afectada se
dilatan, con frecuencia de forma marcada. La presión inusualmente alta generada así en la pelvis
renal, así como transmitida hacia atrás a los conductos colectores, produce compresión de la
vasculatura renal.
Características clínicas
La obstrucción bilateral completa produce anuria. Cuando la obstrucción está distal de la vejiga,
los síntomas dominantes son los de distensión vesical. Paradójicamente, la obstrucción bilateral
incompleta provoca poliuria más que oliguria, como resultado de los defectos en los mecanismos
de concentración tubular, lo que puede ocultar la verdadera naturaleza de la lesión. La
hidronefrosis unilateral puede permanecer completamente silente durante largos períodos de
tiempo, a menos que el otro riñón también sea disfuncional.
MALFORMACIONES CONGÉNITAS Y DEL DESARROLLO.
Las malformaciones congénitas y del desarrollo del riñón y la vía urinaria son la causa más
frecuente de nefropatía terminal en pacientes menores de 21 años y son responsables de un 40-
50% de los casos de insuficiencia renal pediátrica en el mundo. Las alteraciones pueden afectar al
riñón (p. ej., displasia, agenesia o hipoplasia), el sistema colector (p. ej., duplicación, hidronefrosis
y megauréter), la vejiga (p. ej., ureterocele y reflujo vesicoureteral) o la uretra (p. ej., válvulas
uretrales posteriores). Comentaremos exclusivamente unas pocas variantes con afectación renal.
NEOPLASIAS.
En la vía urinaria, pueden aparecer muchos tipos de neoplasias benignas y malignas. En general,
las neoplasias benignas, como los adenomas papilares corticales pequeños ( < 0,5 cm de
diámetro), que se encuentran en autopsia hasta en un 40% de los adultos, tienen poca
importancia clínica.
Neoplasias renales.
Oncocitoma
El oncocitoma, una neoplasia benigna que se origina en las células intercaladas de los conductos
colectores, representa aproximadamente el 10% de las neoplasias renales.
Estos tumores derivan del epitelio tubular renal y, por ello, se localizan, predominantemente, en la
corteza. Los carcinomas renales representan el 80-85% de todas las neoplasias malignas primarias
del riñón y el 2-3% de todos los cánceres en adultos. El riesgo de desarrollar estas neoplasias es
mayor en fumadores, hipertensos u obesos, así como en aquellos que han tenido exposición
laboral al cadmio.
Los carcinomas de células claras son el tipo más frecuente y representan el 65% de todos los
cánceres renales. Histológicamente, están constituidos por células de citoplasma claro. Aunque la
mayoría son esporádicos, también se pueden encontrar formas familiares o asociadas a
enfermedad de von Hippel-Lindau (VHL).
Carcinomas papilares de células renales. Los carcinomas papilares de células renales representan
el 10-15% de todos los cánceres renales y se definen, en parte, por su patrón de crecimiento
papilar. El responsable de la mayor parte de casos hereditarios de carcinoma papilar de células
renales es el protooncogén MET, localizado en el cromosoma 7q. El gen MET codifica el receptor
de tirosina cinasa para el factor de crecimiento de hepatocitos.
Son la forma menos habitual y representan el 5% de todos los carcinomas de células renales.
Derivan de las células entremezcladas de los conductos colectores.
Características clínicas
Los carcinomas de células renales tienen varias características clínicas peculiares que producen
problemas diagnósticos especialmente difíciles y desafiantes.
Las localizaciones más frecuentes de las metástasis son los pulmones y los huesos. Se debe
recordar que los carcinomas de células renales pueden manifestarse de diversas formas, algunas
bastante difíciles de diagnosticar, pero la tríada de hematuria indolora, masa abdominal palpable y
dolor sordo en el flanco es característica.
Tumor de Wilms