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Revista de Ciencias Sociales (Cr)

ISSN: 0482-5276
revista.cs@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica
Costa Rica

Jiménez, Jaime Robert


Naturaleza humana y carácter en la obra de Erich Fromm: su valor y vigencia en la psicología social
Revista de Ciencias Sociales (Cr), vol. IV, núm. 94, diciembre, 2001
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica

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Ciencias Sociales 94: 113-124, 2001 (IV)

TEORÍA SOCIAL

NATURALEZA HUMANA Y CARÁCTER EN LA OBRA DE ERICH


FROMM: SU VALOR Y VIGENCIA EN LA PSICOLOGIA SOCIAL

Jaime R. Robert Jiménez

RESUMEN

Se revisan las nociones de naturaleza humana y carácter social tal y como son desa-
rrolladas en la obra de Erich Fromm, la lectura que el autor hace de sus fundamentos
marxistas y freudianos y su crítica a la luz de las epistemologías postmodernistas pa-
ra, finalmente, justipreciar la actualidad y vigencia que el programa frommiano po-
dría tener en la investigación psicosocial actual.
Se destaca la disposición sociobiológica y sociomaterialista mediada del psiquismo hu-
mano como fundamentos del carácter social que moldeará las energías psíquicas indivi-
duales en correspondencia con las exigencias del funcionamiento del orden social y se
argumenta en favor de la actualidad heurística de nociones que como estas aluden a la
pertinencia de “constantes existenciales” en toda consideración sobre el desarrollo de la
personalidad, a contrapelo de las epistemologías postmodernistas que orientan la inves-
tigación psicosocial hacia el estudio de los aspectos más plásticos, transitorios y socio-
culturalmente peredecederos de las actuaciones sociales e individuales.

INTRODUCCIÓN determinación social del sujeto y sus opcio-


nes de liberación.
Nociones como las de naturaleza hu- Una teoría psicosocial que encuentra
mana y carácter constituyen los ejes concep- su legitimidad histórica en la aparente incon-
tuales que en la obra de Erich Fromm sirven gruencia existente en el actuar de las masas
de fundamento para el desarrollo de una pro- oprimidas a principios del siglo pasado en
puesta psicológica que, más que social analí- contra de sus propios intereses y que cien
tica, es de psicología política, o en el lenguaje años después sigue sin resolverse satisfacto-
de E. Fromm, constituyen la base de una riamente aún y cuando sus manifestaciones
ciencia aplicada en el arte del bien vivir, una lejos de amainar se han incrementado con el
ética humanística. asalto de la sociedad de masas por la globali-
Tales conceptos están en la obra de E. zación postindustrial.
Fromm estrechamente relacionados con su Así una teoría como la del carácter
aproximación al Psicoanálisis y al Marxis mo social encuentra su nódulo heurístico en la
y las posibilidades, desde los presupuestos de cuestión acerca de las relaciones entre
uno y otro, de construir una teoría psicoso- ideología, estructura psíquica y condicio-
cial capaz de dar cuenta de los procesos de nes de vida.
114 Jaime R. Robert Jiménez

Permítaseme entonces pasar revista de el hombre se crea a sí mismo en el proce-


tal aproximación y al sistema que de este diá- so de la historia. El factor esencial de este
logo se perfila en la síntesis frommiana, en proceso de autocreación de la raza hu-
particular en lo relativo a este concepto y al mana está en su relación con la naturale-
de naturaleza humana para, desde ahí, justi- za (Fromm, 1961/1973; pág. 27).
preciar la actualidad y vigencia que el progra-
ma frommiano podría tener en la investiga- Sobre estas premisas es que C. Marx
ción psicosocial actual. trasciende la ideología positivista de “la socie-
dad tal y como es”, en nombre del poder ne-
gativo de la utopía y de “la sociedad tal y co-
1. E. FROMM, EL MARXISMO Y LA mo puede ser”.
DETERMINACIÓN SOCIOMATERIALISTA DE Toda su crítica del capitalismo, o “la
LA ACTIVIDAD PSÍQUICA sociedad tal y como es” en sus motivaciones
materialistas y las posibilidades de una socie-
Tesis central del materialismo marxista dad socialista que subvierta tal materialismo y
es el postulado de que las ideas y representa- potencie la comunidad dialógicamente libre y
ciones se encuentran directamente vinculadas el control racional de la naturaleza, descansa
a la actividad material y económica de los se- en esta peculiar forma de análisis del poten-
res humanos. cial vital humano y su devenir en las condi-
E. Fromm considera importante resal- ciones concretas de existencia en el modo ca-
tar dos aspectos de esta tesis: en primer lugar pitalista de producción.
la conciencia aparece derivada de su activi- C. Marx concibe el desarrollo histórico
dad material y no de las contingencias am- en términos de la tensión entre el desarrollo de
bientales per se como la Psicología Social so- las fuerzas productivas materiales –de las que
viética en no pocas ocasiones insistía. son constitutivas, hay que recordarlo, no sólo
Su fundamento materialista no es otro la naturaleza y los medios tecnológicos del mo-
que el estudio de la vida económica y social mento, sino también, la propia fuerza humana,
reales del ser humano y de la influencia de tanto en su vitalidad productiva como en su
ese modo de vida real sobre sus pensamien- modelamiento aptitudinal y actitudinal– y las
tos y sentimientos. relaciones materiales de producción, que en
El otro aspecto a resaltar respecto a la conjunto conforman el modo de producción
tesis mencionada está referido al carácter acti- de la vida material. Este modo de producción
vo de la naturaleza humana. condiciona a su vez las formas históricas de la
Lo que los seres humanos son depende, conciencia social, cristalizadas en las institucio-
por tanto, de sus condiciones materiales de vi- nes jurídicas, políticas y demás.
da. Pero estas condiciones materiales de vida Pero por muy derivadas que sean las
no están referidas a las propiedades del medio formas de la conciencia social respecto de
ambiente, sino a las vicisitudes de la propia acti- las condiciones materiales de vida, no bas-
vidad humana sensorial, al sistema de necesida- tan para explicar la naturaleza del acontecer
des de autoconservación y a las modalidades de humano, se requiere como contrapartida
su satisfacción, a su modo de vida. una teoría de la organización del psiquismo
El ser humano es resultado de estas que está más allá de la teoría marxista y que
condiciones objetivas en tanto estas son re- a de rastrearse en la teoría freudiana de los
sultado de su propia actividad práctico-vital; instintos y el inconsciente.
el ser humano es efecto y causa de sus condi- Baste con estas notas para precisar la
ciones de vida. lectura que E. Fromm realiza del materialismo
E. Fromm enfatiza este carácter auto- de C. Marx y en particular del sentido que ca-
creador del ser humano. Lo central del siste ma be atribuirle a las tesis del determinismo
marxista sería, al parecer de E. Fromm el prin- materialista de la conciencia y la naturaleza
cipio de que: productiva de la actividad humana.
Naturaleza humana y carácter en la obra de Erich Fromm: su valor y vigencia en la psicología social 115

2. E. FROMM, EL PSICOANÁLISIS Y LA TEORÍA cipalmente por sublimación y formación reac-


DEL CARÁCTER tiva, de la pulsión sexual contenida en las co-
rrespondientes zonas erógenas de la primera
Si bien es cierto que la teoría del carác- infancia.
ter social la elabora Erich Fromm como un es- De aquí surgirían los conceptos del ca-
fuerzo por desarrollar esa psicología social rácter oral receptivo, oral sádico, anal y genital,
marxista que se encuentra en los presupues- sistemas estructurados de la energía libidinal
tos sobre la determinación social de la con- que operarían como sustitutos del instinto y
ciencia en la Ideología alemana , Los manus - unificarían las acciones de una persona a la
critos económico-filosóficos y Las tesis sobre manera de un modo o estilo de ser.
Ludwig Feuerbach, no menos cierto lo es que Así, en 1908 S. Freud formula que en el
la estructura conceptual de dicha teoría des- análisis a menudo se encuentra con un tipo de
cansa en las formulaciones freudianas del ca- persona que se distingue por una combinación
rácter y su génesis psicosexual. de rasgos de carácter específicos asociados a
S. Freud había encontrado que tras la vo- un particular interés del individuo hacia ciertas
rágine de manifestaciones diversas de sus pa- funciones corporales durante su niñez. De esta
cientes, se evidenciaba un principio estructura- manera, en individuos en quienes el placer de
dor que las aglutinaba a la manera de un “sín- la evacuación de los intestinos y sus productos
drome de rasgos” (Freud, 1908/1984) y que es- había desempeñado un papel de gran impor-
tos se correspondían con las vicisitudes de su se- tancia durante su niñez, S. Freud encontraba
xualidad infantil. Siguiendo los presupuestos de tres rasgos distintivos de carácter: espíritu de
su perspectiva “económica”, relacionó ambos orden, parsimonia y obstinación.
conjuntos de fenómenos bajo una consideración E. Fromm, si bien toma como punto de
teórica basada en sus postulados acerca de la partida estas consideraciones, fundamental-
evolución de la libido mediante las formaciones mente en sus aspectos funcionales y estructura-
de compromiso a que se ve impelido el yo en su les, se aparta paulatinamente de S. Freud en lo
mediación entre las exigencias pulsionales y los que se refiere a la génesis de tal sistema.
imperativos del “principio de actuación” (Marcu- A diferencia de S. Freud que supone en
se, 1953/1981) 1. la evolución del placer de órgano el principio
En consecuencia, el desarrollo del carác- fundamental de la actividad psíquica, E. Fromm
ter seguiría las etapas del desarrollo de la libido resalta con creciente importancia la también te-
y estaría cargado con la energía deriva da, prin- sis freudiana de la evolución de las relaciones
objetales para afirmar que no es en el principio
fisiologista de la evolución de la libido en don-
1. Término con el que Herbert Marcuse hace referen- de debe buscarse la clave del modo de ser indi-
cia a la “realidad en tanto forma histórica prevale- vidual, sino en una máxima “sociobiológica”
ciente, organización sociohistórica que afecta la es-
centrada en las formas de relación del individuo
tructura mental mediante instancias y prácticas so-
ciales específicas y con el cual se pretende dar un con el mundo en el proceso del vivir. Tesis que
contenido sociohistórico a categorías freudianas en los años 30s apenas se esboza en su formu-
que tienden a identificar una realidad histórica con lación de la “estructura libidinal” (Fromm,
la realidad pura y simple de todo tiempo y lugar. E. 1932/1972a), pero que devendrá en constitutivo
Fromm critica esta elaboración marcusiana al consi-
medular en la de “carácter social”, (1941/1998)
derar que confunde el “principio de realidad” for-
mulado por S. Freud con la norma social como im- que sustituirá a aquella.
perativo cultural, en este caso específico el de la éti- En sus primeras obras, y procurando
ca protestante del capitalismo temprano, y que él congeniar las tesis del marxismo y el psicoaná-
prefiere denominar como sistema predominante lisis, E. Fromm postula que, al igual que to da
del carácter social (1970/1972). Compartimos esta
sociedad cuenta con una estructura política,
crítica frommiana en lo que implica de precisión
conceptual pero aún así nos parece pertinente el económica y social, también se distingue por
aporte de H. Marcuse en cuanto a su valor en la crí- una particular estructura libidinal (Fromm,
tica y subsunción del ahistoricismo freudiano. 1932/1972b).
116 Jaime R. Robert Jiménez

Esta estructura libidinal propia de una Ahora bien, uno de los aspectos más
determinada sociedad mediaría entre la es- polémicos de la obra frommiana lo constituye
tructura económica y las manifestaciones in- la tesis de que en la lucha por la vida y el re-
telectuales de los seres humanos y por lo tan- conocimiento de los demás, el ser humano
to permitiría explicar las relaciones existentes sólo cuenta con unas cuantas opciones fun-
entre las condiciones económico-sociales, damentales reductibles en último término a
psicológicas e ideológicas. los modos productivo e improductivo de sa-
De aquí concluirá que la tarea de una tisfacción de necesidades y de relación con
psicología social analítica sería la de com- los demás y que ello constituye un funda-
prender y explica: mento ético objetivo a la estructuración mis-
ma de las Ciencias del Hombre.
... el aparato instintivo de un grupo, su De acuerdo con E. Fromm, en su lucha
conducta libidinosa y en gran medida in- por la sobrevivencia el ser humano puede ob-
consciente, en términos de su estructura tener lo necesario, o bien tomándolo por la
socioeconómica (Fromm, 1970/1972a; fuerza, o bien esperando pasivamente que es-
pág. 175). te se le dé, o bien acumulando cuanto posee
–opciones todas de naturaleza sustancialmen-
Pero conforme E. Fromm abandona la te improductivas–, o bien produciéndolo con
hipótesis mecánico fisiologista de la determi- su propio esfuerzo –única opción de raigam-
nación instintiva y adopta una posición más bre productiva–.
sociobiológica y humanístico-fenomenológi- Asimismo, en cuanto ser social, al ser
ca, la formación del carácter se ve más en humano solo le queda relacionarse con los
función de las experiencias vitales del indivi- demás aglutinándose, extrañándose o dife-
duo como “ser en el mundo” que de las vicisi- renciándose, este último único modo de rela-
tudes de la libido. Más allá de las pulsiones ción propiamente productivo.
parciales, y en tanto ser humano, el homínido Para Erich Fromm estas orientaciones
tiene que proveer sus necesidades materiales constituyen tendencias o tipos ideales, siendo
y asegurar las necesidades de supervivencia el carácter de un individuo la resultante de
del grupo en términos de procreación y pro- una permutación específica de tales tenden-
tección de la descendencia. Asimismo, debe cias y en especial del peso del factor produc-
relacionarse con otros de su especie o enlo- tividad en dicha combinatoria.
quecer, y lograr la expresión de su potencial Como puede apreciarse, el concepto
mediante el uso activo de sus poderes físicos, de productividad constituye el eje de clasifi-
afectivos e intelectuales. cación y articulación de la taxonomía caracte-
Así, el carácter no sería el resultado de rológica de E. Fromm y cualquier valoración
un determinismo sexual sino de la interacción acerca de la pertinencia, validez, consistencia
dinámica del sistema hombre y el sistema so- y operatividad heurística de la misma, debe
ciedad en que vive: necesariamente hacerse sobre la base de una
discusión en torno a tal concepto.
... forma relativamente permanente en Como conclusión de este apartado, es-
que la energía humana se estructura en tamos convencidos del valor heurístico del
el proceso de relacionarse con los de- concepto del carácter social para la com-
más y de asi milar la naturaleza prensión psicosocial de la realidad aún en
(Fromm, 1970/1974; págs. 28-29). las actuales condiciones de globalización y
postmodernidad y de su formación con base
En este proceso se conformaría una ma- en la lucha por la sobrevivencia material y los
triz de rasgos desarrollada como una adaptación modos de relación con los demás.
a las condiciones económicas, sociales y cultura- Resultan menos aceptables sus tesis
les comunes a un grupo y que es lo que E. acerca de una naturaleza humana o sistema de
Fromm entiende por carácter social. necesidades existenciales –aunque el mismo E.
Naturaleza humana y carácter en la obra de Erich Fromm: su valor y vigencia en la psicología social 117

Fromm afirma que esta no es fija (Fromm, motivacional primario en el ser humano y su
1947/1985)– que fuese posible individualizar frustración, la fuente de patologización, des-
en algunos de sus rasgos fundamentales –aún y tructividad y enajenación.
cuando nuevamente E. Fromm reconoce que Es también esta especificidad existencial
tal individualización sería siempre hipotética y de la condición humana como potencialidad li-
sometida al decurso del saber (Fromm, bre, la que permite distinguir entre las necesida-
1947/1985)– y, en particular, que tal individua- des o impulsos constantes o fijos, propios de la
ción resultase operativa a la investigación psi- naturaleza humana en general, y las necesida-
cosocial, sirviese como fundamento ontológico des o impulsos relativos o variables, determina-
a una taxonomía apriorística del carácter social dos por la estructura socioeconómica en que se
y además de la que se pudiese derivar una halla inmerso el ser humano.
práctica emancipatoria y más allá, una política E. Fromm está convencido de que este
de vida (Giddens, 1991/1994). concepto de necesidad es medular en la com-
A continuación, pretendemos discutir prensión de la naturaleza humana y para la
y esclarecer hasta donde resultan rescatables, teoría del carácter.
desde una concepción histórico materialista, Y para él, en el nivel de los impulsos
la hipótesis de una naturaleza humana cons- constantes, es preciso distinguir dos subsiste-
tante, la posibilidad de su individualización mas de necesidades: uno enraizado en las
en un sistema de necesidades básicas y sus condiciones de su sobrevivencia biológico
modos de resolución –en concreto sobre el constitucional animal, el otro en las peculiari-
eje productividad/improductividad– y su ope- dades de su situación existencial y social.
ratividad taxonómica –tesis de la reducción Una división de necesidades que en lo
de los modos de asimilación y relación a unos sustantivo creemos no dista mayormente de
cuantos fundamentales y sus permutaciones– la establecida años después por el psicólogo
así como las implicaciones que su aceptación, social británico Rom Harré entre “fines prácti-
reformulación o rechazo, tendrían en el enjui- cos” y “fines expresivos” de la actividad social
ciamiento de la competencia heurística gene- (1979/1982), o incluso a la formulada por J.
ral del concepto del carácter social (Caparrós, Habermas respecto a la constitución de los in-
1975) y, en particular, de su vigencia gnoseo- tereses histórico naturales en los diferenciales
lógica y ética en los tiempos de la postmoder- dominios del trabajo, la interacción y el len-
nidad. guaje (1968/1984).
Pero, definitivamente que uno de los
aspectos más polémicos de su obra es la tesis
3. LA PECULIARIDAD EXISTENCIAL DE LA acerca de que la teoría del carácter debe par-
SITUACIÓN HUMANA Y SU SISTEMA DE tir de la posibilidad de individualización y co-
NECESIDADES nocimiento del sistema de necesidades bási-
cas existencialmente objetivas que resulta
Al igual que en C. Marx, para Erich particular a la condición humana.
Fromm, las fuerzas más poderosas que motivan Según E. Fromm, la condición del ho-
la actividad humana nacen de las condiciones de mínido implica de suyo ciertos dilemas exis-
su existencia, de la “situación humana”. Estas tenciales que conllevan a otras tantas necesi-
fuerzas adquieren un carácter antropogenético. dades básicas cuyas opciones de resolución
Y al hablarnos de la situación exis- marcan la orientación del carácter social e
tencial antropológica E. Fromm nos remite individual.
al concepto marxista de actividad libre, al La capacidad de raciocinio, más pro-
ser de praxis. piamente, de reflexividad, lo enfrenta a su
Es esta actividad libre, que no es otra accidentalidad y lo opone a su entorno natu-
cosa que la específica capacidad humana pa- ral, despertando en él pasiones y afanes que
ra producirse a sí mismo en su acción trans- resultan estrictamente humanos y cuya satis-
formadora, lo que constituye el potencial facción es preciso procurar al precio de la
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propia salud y el libre despliegue de sus po- Con respecto a estas necesidades, las
tencialidades. condiciones históricas en que se despliega la
En Psicoanálisis de la sociedad con - existencia humana determinan el modo y gra-
temporánea afirma E. Fromm (1955/1956): do de satisfacción/frustración de las mismas y
con ello el tipo de orientación caracterológica
Así, pues, el problema de la existencia que determinará las acciones, sentimientos y
humana es único en toda la naturaleza: pensamientos, en general, las formas de inte-
el hombre ha salido de la naturaleza, racción con el mundo y los demás que esta-
por decirlo así, y aún está en ella; es en blezca la persona eventualmente.
parte divino y en parte animal, en parte El carácter de una persona será enton-
infinito y en parte finito. La necesidad ces, la forma relativamente estable en que la
de encontrar soluciones siempre nue- energía psíquica se canaliza y estructura en
vas para las contradicciones de su exis- los procesos de socialización y asimilación
tencia, de encontrar formas cada vez con el fin de satisfacer las necesidades de la
más elevadas de unidad con la natura- sobrevivencia práctica y expresiva de manera
leza, con sus prójimos y consigo mis- acorde con las exigencias del funcionamiento
mo, es la fuente de todas las fuerzas del orden social.
psíquicas que mueven al hombre, de
todas sus pasiones, afectos y ansieda-
des (p. 28). 4. LA CRÍTICA DEL ONTOLOGISMO
FROMMIANO Y SU DEFENSA HISTÓRICO
Como ninguna otra forma viviente el ser MATERIALISTA
humano es consciente de su finitud, contradic-
ción existencial en la que se juega la dialéctica No hay que dar mucha vuelta de hoja
de la conciencia del ser y el no ser. para apreciar que en esta visión de la natu-
Dice al respecto un autor tan actual raleza humana parece prevalecer, antes que
como el b ri táni co A nthony Giddens un construccionismo histórico materialista
(1991/1994): como el que tan bien esbozara C. Marx en
aquella sentencia de que son los seres hu-
Todos los seres humanos viven en si- manos2 los que hacen la historia pero, al ha-
tuación de lo que he denominado en cerla se hacen a sí mismos, un preformismo
otro lugar contradicción existencial: sustancialista, que John Schaar (1964/1966)
pertenecemos al mundo inanimado pe- no duda en calificar de naturalismo disfraza-
ro estamos contrapuestos a él en cuan- do, alejado tanto de la tradición histórico
to seres conscientes, conocedores de materialista como de lo mejor de las episte-
nuestro carácter finito (p. 67). mologías postmodernas.
El problema, señala la legión de detrac-
De los dilemas consustanciales a la re- tores de E. Fromm, no está en esta formulación
solución de esta contradicción que marca la de necesidades existenciales o en su división
especificidad de la condición humana, surgen entre necesidades variables y constantes, sino
las necesidades existenciales o específica- en que tales planteamientos acerca de la na-
mente humanas que en mucho superan las turaleza de las necesidades obedece a una
propias de su origen animal y de sus determi- idea preconcebida del ser humano y no a la
naciones espacio temporales. Y así como la observación de sus manifestaciones positi-
satisfacción de estas últimas resulta impres- vas. Consecuentemente, las deficiencias
cindible para su sobrevivencia biológica, la
satisfacción de aquellas lo resultan para man-
tenerse sano, no enloquecer y, más allá, reali- 2. El decía los hombres utilizando el género como
zarse como humanidad posible. representativo de la especie humana.
Naturaleza humana y carácter en la obra de Erich Fromm: su valor y vigencia en la psicología social 119

fundamentales de E. Fromm residirían en- de E. Fromm en su estudio sobre el carác ter del
tonces en que renuncia al análisis positivo e campesino mexicano, no duda en afirmar que
histórico de las manifestaciones humanas, al en el tipo ideal de E. Fromm del carácter pro-
identificar su sistema de necesidades con una ductivo, este parece haber olvidado su teoría
serie de conceptos existenciales que se impo- del carácter social.
nen al sujeto como causa estructural. Agrega M. Maccoby (1985) que la ver-
Pero es precisamente en la oposición sión frommiana del carácter productivo adolece
de esta idea preconcebida de la naturaleza de la falta de fundamento clínico e histórico,
humana y sus potencialidades virtuales frente
a unas condiciones socioeconómicas históri- ... no describe los rasgos positivos del
camente relativas en donde se encuentra el carácter social que existe en el mundo
sentido, alcance y límites del acercamiento de hoy. Su ideal abstracto místico reli-
frommiano al pensamiento marxista y su pro- gioso puede apartarlos de su desarrollo
puesta para una teoría del carácter social y productivo el cual debe ser descrito en
más allá, de una ética humanística. términos de sus actitudes, su lenguaje y
E. Fromm nos habla de una doble na- experiencia, y en relación a la tecnolo-
turaleza humana y afirma que únicamente gía y a la organización de nuestro tiem-
cuando el desarrollo de las fuerzas producti- po (pág. 244).
vas ha conquistado el dominio de sus necesi-
dades animales, estará el ser humano en dis- Interesante crítica en contra de quien,
posición de conquistar el dominio de sus ne- por otra parte, ha sido acusado de ubicar en
cesidades específicamente humanas. el pedestal metafísico de las necesidades sus-
C. Arrieta, en su tesis “La teoría del ca- tantivamente humanas aquellas que la cultura
rácter social de Erich Fromm: su vigencia y al- contemporánea proclama como sus más ex-
cances en la investigación psicosocial (1992)”, quisitas expectativas.
sale al paso de este argumento frommiano y Pero el punto crucial es que de ser válidas
no duda en afirmar que: estas objeciones, ¿qué implicaciones tendrían so-
bre la validez heurística del concepto de carácter
... justamente es en este punto en don- social como herramienta conceptual en la inves-
de los postulados frommianos se con- tigación psicosocial? Deshaciéndonos del “nú-
funden en una maraña de contradiccio- cleo duro” del programa frommiano de una
nes: de un modelo histórico social se aproximación sociopsicoanalítica, podremos aún
trasciende a una dimensión teleológica rescatar la teoría del carácter social?
especulativa en la cual se proclama la C. Arrieta considera que E. Fromm ha
existencia de una serie de necesidades ofrecido un diagnóstico bastante acertado de
humanas que no surgen como produc- nuestra crisis social y cultural actual y si ello es
to de las relaciones sociales sino que así es porque su teoría de las necesidades es de
son categorías ontológicas que tienen algún valor. Su propuesta es poner sobre sus
el carácter de esencias humanas (pp. pies lo que está de cabeza –emulando lo que
192-193). C. Marx ha formulado con respecto a la dialéc-
tica hegeliana–. Y ello se consigue consideran-
Y la mejor expresión de tal maraña lo do a las necesidades no como fundamento on-
constituye el llamado “carácter productivo” tológico de las manifestaciones humanas sino
que se define como una forma óptima de re- como expresiones históricas
lación con el mundo, y cuyas manifestaciones
están determinadas por la satisfacción de las cuya característica más relevante es po-
necesidades de la “segunda naturaleza”. ner al descubierto las necesidades que
Una concepción tan poco sustentada en afloran en una sociedad cuya organiza-
los datos de la experiencia que el propio ción socioeconómica provoca tales ma-
Michael Maccoby (1985), estrecho colaborador nifestaciones (Arrieta, 1992: p. 196).
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Concluye C. Arrieta (1992): mo de tal teoría, el grado de confirmación y


refutación que encuentra en los datos de la
Al analizar la antropología frommiana experiencia y volver a evaluar sus disonan-
se puede llegar a una conclusión simi- cias de cara a una política emancipatoria y de
lar: la grandeza de Fromm solo es posi- vida humanísticamente concebibles según
ble visualizarla en la medida en que su cribados histórico materialistas.
teoría sea librada de los lastres de la De su fundamentación espero haber
metafísica, es decir, en la medida en podido ofrecer al menos algunos elementos
que sea superada la religiosidad from- importantes y baste agregar que esta teoría de
miana y sus tesis mesiánicas del hom- las necesidades existenciales propias de la con-
bre bueno (p. 197). dición humana me parece una formulación su-
ficientemente general para soportar sin mayor
¿Es esto posible desde una perspectiva dificultad los argumentos que pudieran derivar-
histórico materialista y conveniente desde se de cualquier generalización empírica. El
una política emancipatoria y de vida en los punto no creo que estuviera en tal referenciali-
tiempos de la postmodernidad? dad empírica sino en la relevancia y exhaustivi-
Uno no puede menos que experimen- dad de dicho sistema para dar cuenta de la na-
tar un cierto tufillo a positivismo tras la crítica turaleza humana, sus potencialidades y avata-
que J Schaar (1966) y otros (Caparrós, 1975), res sociohistóricos y culturales.
incluidos los frommianos M. Maccoby (1985) Pues bien, toda la experiencia y teoría
y C. Arrieta (1992), hacen de la teoría de las psicoanalíticas de S. Freud a J. Lacan, y buena
necesidades humanas for mulada por E. parte de la tradición fenomenológica y huma-
Fromm cuando reclaman la falta de apoyo nística, están construidas con base en la evi-
empírico o presencia de excesos metafísicos dencia clínica de la necesidad del otro como
en sus formulaciones. soporte de significaciones en las que va cons-
Pero seamos claros, lo que aquí está truyéndose una identidad trascendente, mitó-
en cuestión no es la adjetivación ideologizan- mana (forma básica de satisfacción de la ne-
te de una posición como positivista o no sino cesidad de arraigo) y mesiánica (forma básica
el reto piagetiano de si es o no posible dar de satisfacción de la necesidad de un marco
cuenta de las cuestiones sustantivas de la na- de orientación y devoción).
turaleza humana desde una epistemología es- Un sociólogo actual del talante de Ant-
trictamente científica, libre de precogniciones hony Giddens (1991/1994) no tiene el menor
filosóficas o gnoseológicas. empacho en afirmar no sólo la validez y perti-
Y la respuesta de Fromm es al respecto nencia de las disquisiciones existenciales en la
meridianamente clara, tanto que sus mismos reflexión en torno a la construcción de la subje-
detractores continuamente hacen referencia a tividad en las condiciones de la postmoderni-
esta “confesión filosófica” del autor. ¿Por qué dad o modernidad reciente como él la llama, si-
entonces interpelar en nombre de las positivi- no que afirma la validez de la tesis de la contra-
dades científicas a alguien que no ha dudado dicción existencial como una cuestión de índo-
en afirmar que el problema de la existencia le universal vinculada al desarrollo de la perso-
humana es un problema fundamentalmente nalidad y de la relación con los otros como
filosófico y lo que queda a las ciencias positi- condición de una experiencia estable con el
vas es contribuir desde sus parciales ámbitos mundo y de desarrollo de un sentimiento cohe-
en su resolución? rente de identidad del yo.
Puesto en su verdadera dimensión el De su relevancia, considérense tales
problema, el asunto no es fundar una teoría comentarios como evidencia, no así de su ex-
de las necesidades humanas con base en lo haustividad, respecto a la cual no me atreve-
que de ellas permiten derivar los datos de la ría a dar criterio.
experiencia científica posible, sino en evaluar Pero la teoría de las necesidades de E.
más en detalle el fundamento ontológico mis- Fromm, no se detiene en la formulación, har to
Naturaleza humana y carácter en la obra de Erich Fromm: su valor y vigencia en la psicología social 121

general ya lo hemos dicho, de un conjunto de Concedamos eso sí que nadie como S.


pasiones a resolver, sino, y estas diferencias Freud demuestra como en nombre de los me-
analíticas parecen escapar a la mayor parte de jores valores de la vida se han cometido las
sus detractores, incluidos seguidores como C. peores atrocidades, pero ello no es suficiente
Arrieta, en la formulación además de una se- para argüir que la benignidad básica es mera
rie de estrategias también existenciales de re- sublimación o, a veces, formación reactiva, a
solución. Y es aquí en donde la crítica parece lo sumo revela lo complejo que resulta valo-
encontrar mayor asidero. rar el actuar humano, pero no nos exime del
El concepto central sobre el que des- esfuerzo, y en ello E. Fromm, con todo el sim-
cansa toda modalidad de satisfacción es el de plismo que a veces podamos percibir, se
productividad . Es claro que E. Fromm ha to- arriesga y señala un camino.
mado muy en serio la afirmación marxiana de Ahora bien, ¿es posible identificar mo-
que el trabajo es la esencia del ser humano y dalidades existenciales de resolución produc-
que en él y a través de él se construye como tiva de las necesidades fundamentales? E.
tal. Aún más, como muy claramente lo de- Fromm no lo duda.
muestra H. Marcuse (1969/1970), el trabajo Pero razón no les falta a sus detractores
como condición antroposociogenética no es para afirmar que estas modalidades de resolu-
el trabajo socialmente útil, que en tanto tal es ción están cargadas de los contenidos propios
causa y condición de la enajenación de la de una cultura específica y sólo resultan acep-
esencia humana, sino el trabajo en tanto ca- tables en la medida en que se demuestre el ca-
pacidad creadora y autocreadora. rácter progresivo de la historia de las culturas y
O sea que en cuanto forma básica de re- el valor éticamente superior de aquellas que
lación del ser humano con la naturaleza, el tra- sirven de referente en las formulaciones from-
bajo deviene en medio y condición de un pro- mianas como opciones de resolución producti-
ceso de hominización y humanización en el va, que por cierto corresponden a lo que la so-
que el despliegue de las potencialidades creati- ciología clásica entiende por racionalidad mo-
vas y trascendentes del homínido resultan su derna mientras que sus antípodas son identifi-
signo existencial distintivo. Y es sólo cuando el cados, por lo general, como propios de la ra-
trabajo deviene en trabajo socialmente útil en cionalidad tradicional.
las condiciones de la sociedad de clases, mo- Ergo un carácter productivo será funda-
mento a la vez esencialmente negativo y nece- mentalmente un carácter moderno y uno im-
sario en la dialéctica de la antroposociogénesis, productivo, tradicional. De ahí que concorde-
que la existencia humana es objeto de reifica- mos con J. Schaar (1964/1966) en que:
ción, idolatría, enajenación, mutilación, thana-
tos –para retrotraernos a lo mejor de la tradi- Las definiciones que da Fromm a las
ción del freudomarxismo–. necesidades y sus criterios para medir
Pues bien, en el lenguaje del humanismo su cumplimiento parecen derivarse de
normativo de E. Fromm el ser humano es esen- un conjunto de normas culturales espe-
cialmente productivo en sus tendencias prima- cíficas ( p. 61).
rias de satisfacción de necesidades y sólo en
condiciones adversas deviene en prácticas im- Y difícilmente podría ser de otra manera,
productivas y destructivas de resolución. E. Fromm, C. Marx y S. Freud también, son y se
Por supuesto que razón no le falta a A. reclaman hijos del iluminismo, y están convenci-
Caparrós (1975) cuando llama la atención de dos del carácter progresivo de la dialéctica de la
que estas preconcepciones resultan contradic- vida, todas sus formulaciones descansan en el
torias con la dialéctica fundamental del Psicoa- presupuesto de que el desarrollo de las fuerzas
nálisis freudiano, no así con la del marxismo productivas, las formas de interacción y las es-
que confía en el potencial productivo de las tructuras de la conciencia (o del lenguaje según
masas que sólo bajo condiciones reificantes de- lo que se guste resaltar) participan de una cons-
viene en resignación y autodestrucción. trucción humanísticamente progresiva.
122 Jaime R. Robert Jiménez

¿Es esto acertado o expresión de un et- cial de la subjetividad que presupone la


nocentrismo peligroso? A diferencia de J. teoría del carácter social, las epistemolo-
Schaar la cuestión no se encuentra en conce- gías postmodernas resaltan la dialéctica
bir al ser humano fuera de su historia y su siempre inacabada de lo subjetivo y lo ob-
cultura sino en, concibiéndolo como una na- jetivo, lo natural y lo cultural, lo individual
turaleza de potencialidades, juzgar el carácter y lo social.
progresivo o regresivo, en términos frommia- El individuo de las epistemologías
nos, biofílico o necrofílico, de los ordena- postmodernas es siempre un ser-en-situación
mientos y prácticas societales en relación con de riesgo radical y elección permanente y
dichas potencialidades. cotidiana entre estilos de vida diversos que
Por ello nuestra tesis es que desde la van del cómo actuar al quien ser. Es la vieja
perspectiva del humanismo normativo y aún oposición weberiana entre Gemeinschaft und
más, desde la propia posición sociohistoricista, G e s e l l s c h a ,f tpero radicalizada en las condi-
la discusión en torno al problema de la condi- ciones de la modernidad tardía donde
ción humana, su sistema de necesidades y los
modos de resolución, resulta mucho más signi- Cuanto más postradicionales sean las
ficativa de responder en el marco de la crisis de circunstancias en que se mueva el indi-
la modernidad y su impugnación postmoder- viduo, más afectará el estilo de vida al
nista que desde la discusión de los fundamen- núcleo mismo de la identidad del yo, a
tos empiricistas de tal sistema. su hacerse y rehacerse (Gidden s,
1991/1994).

5. LA TEORÍA DEL CARÁCTER SOCIAL Y LAS En consecuencia, serán rasgos propios


EPISTEMOLOGÍAS POSTMODERNAS del carácter en las condiciones de vida de la
modernidad reciente:
Uno de los ejes medulares de la crítica
postmoderna al pensamiento iluminista está La capacidad para trastornar la fijeza de
enfocado en el concepto de identidad, pie- las cosas, abrir vías nuevas y colonizar,
dra angular en el sistema de necesidades de por tanto, un segmento de un futuro no-
E. Fromm. vedoso (Giddens, 1991/1994: p. 170).
Aún más, las dos presunciones fundamen-
tales de la teoría del carácter social, esto es, el Para las gnoseologías postmodernas, el
presupuesto de una regularidad y programación objetivo de la investigación es descubrir el ca-
social de la subjetividad construida sobre un tam- rácter dinámico y socioculturalmente configu-
bién presunto sustrato existencial humano, son rado de las actuaciones sociales, no la procu-
por partida doble contrarias a la investigación ración de principios presuntamente eternos y
psicosocial de orientación postmoderna que nos universales que los subyazcan.
demuestra constantemente que en las condicio- En palabras de G. Collier, H. Minton y
nes de cambio constante, profundo y rápido de G. Reynolds (1991/1996):
las instituciones de la modernidad reciente, la ac-
ción humana siempre escapa a toda matriz de re- En un mundo siempre cambiante, exis-
gularidad actancial, que aquella que resulta apro- ten pocos hechos y principios transhis-
piada en un lugar y momentos dados puede no tóricos universales que se puedan des-
serlo a la luz de nuevas circunstancias y conoci- cubrir (p. 515).
mientos, que su fluidez y plasticidad son de nun-
ca acabar, que está siempre incorporada en re- Siguiendo los pasos del interaccionis-
des de interacción social y que sólo puede ser mo simbólico de George H. Mead, la perspec-
comprendida contextualmente. tiva postmoderna insiste en que el ser no tie-
A diferencia del sino, consistencia, per- ne mayor materialidad que la del lenguaje y
manencia y estabilidad de la programa ción so- sus sistemas de rotulación significante.
Naturaleza humana y carácter en la obra de Erich Fromm: su valor y vigencia en la psicología social 123

Y, puesto que el lenguaje es un produc- Aún más, ante las tesis de la identidad
to social, nuestros conocimientos y creencias yoica como un collage de roles escindidos a los
están insertos en una compleja red de prácticas que falta un núcleo interno, carácter mercantil
sociales que incluyen convenciones, normas y en la teoría frommiana, A. Giddens contrapone
papeles gobernados por la utilidad más que como propio de la identidad yoica en cuales-
por su poder de representatividad. quiera condiciones, las de la modernidad re-
Este énfasis en la aleatoriedad social ciente incluidas, el mantenimiento de constan-
de prácticas y creencias lleva a poner en en- tes que, sobre las normas de la actuación perti-
tredicho todo principio de universalidad, pro- nente, preservan la continuidad y coherencia
greso o racionalidad, presupuestos básicos en de una crónica personal.
la teoría del carácter frommiano. En medio de la plasticidad y transito-
Pero en tal giro no queda más materia- riedad yoica, la construcción de “rutinas so-
lidad que la de la ley y el sujeto se ve relega- ciales”, la “regimentación del cuerpo” y, en
do al de mero soporte de las inconsistencias general:
virtuales de aquella.
La reorientación antimetafísica de la teo- ... de una coraza protectora que filtra
ría del carácter que postula C. Arrieta para sal- en la conducta práctica diaria de cada
varla de las aporías de la metafísica frommiana día muchos de los peligros que amena-
deviene necesariamente entonces en una carac- zan en principio la integridad del yo
terología cuya tipología responde mecánica- (Giddens, 1991/1994: 74), [ponen a la
mente a las veleidades de la estructura social. orden del día, la pertinencia y actuali-
La liberación de la metafísica frommia- dad heurísticas de unos conceptos que,
na nos ha lanzado también al relativismo que anclando en los rescoldos de las histo-
tanto rechazara su autor, a un amoralismo rias sociales y personales de vida, des-
contrario a la ética humanística, que lejos de tacan el valor de sus potencialidades y
superar las aporías metafísicas de esta, nos sedimentaciones subjetivas en la vorá-
desmoviliza ante la problemática de la pérdi- gine social de nuestros días].
da postmoderna de la capacidad humana pa-
ra dar sentido a su existencia y nos induce a
unas opciones políticas fundamentalmente REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
inmovilistas, muy extrañas al radicalismo del
socialismo humanístico de E. Fromm. Arrieta, Carlos (1992); “La teoría del carácter
Qu izá sea por ello que Anthony social de Erich Fromm: su vigencia y al-
Giddens (1991/1994), a la vez que postula cances en la investigación psicosocial”.
que en las condiciones de la modernidad Tesis para optar al grado de Licenciatura
reciente “los mecanismos de desenclave en Psicología. San José: Universidad de
espacial y social” llegan a penetrar el corazón Costa Rica. (491 ps.)
mismo de la identidad del yo, sostiene que
sin embargo no lo vacían ni tampoco se limi- Caparros, Antonio (1975); El carácter social
tan a eliminar los anteriores apoyos en que se según Erich Fromm. España: Ediciones
basaba dicha identidad. Sígueme.
E incluso no duda este autor en resal-
tar la problemática de “constantes existencia- Collier, Gary; Henry Minton y Gra ham
les” en toda consideración sobre el desarrollo Reynolds (1991/1996); Escenarios y ten -
de la personalidad y afirmar que esta recurre dencias de la psicología social. Madrid:
en su resolución a mecanismos que, variando Editorial Tecnos.
en su contenido y dirección de una cultura a
otra, son sustancialmente de carácter trans- Freud, Sigmund (1908/1972); El carácter y el
cultural en tanto medios que garantizan la erotismo anal. Obras completas. Tomo
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124 Jaime R. Robert Jiménez

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Jaime Robert Jiménez


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