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HISTORIA DOMINICANA

Docente: Mercedes Clark

SECCIÓN 0128

Sustentantes Matrículas

Deyvis Ramírez 21-SISM-1-009


Henry Cuevas 21-SISM-1-008
Arabely Álvarez 21-SISM-1-036
Wanda Bourdiel 21-SISM-1-039
Loreiny Colón 21-SISM-1-043
Solanlli Puente 21-SISM-1-092

SEXTA ASIGNACIÓN EN EQUIPO DE TRABAJO

INVESTIGA Y DESARROLLA ESTOS TEMAS Y SUBE A LA PLATAFORMA:

1. CAMBIO DEL MODELO ECONOMICO Y CRISIS DEL DOMINIO COLONIAL ESPAÑOL A


LA ISLA.

• EL GOBIERNO DE LOS PADRES JERONIMOS. Deyvis Ramírez

• ORIGEN Y EVOLUCION DE LA INDUSTRIA AZUCARERA Deyvis Ramírez


DEL SIGLO XVI.

• LA REBELION DE ENRIQUILLO. Henry Cuevas


• LA ESCLAVITUD. Henry Cuevas
• LA CIMARRONADA. Arabely Álvarez
• CONTRABANDO Y PIRATERIA. Wanda Bourdiel
• INGERENCIA DE POTENCIAS EUROPEAS EN EL CARIBE. Loreiny Colón
• LOS ATAQUES DE FRANCIS DRAKE A LA CIUDAD DE STO. DGO. Solanlli Puente

Fecha de entrega: 29 octubre del 2021


EL GOBIERNO DE LOS PADRES
JERONIMOS

Presentado por Deyvis Ramírez


EL GOBIERNO DE LOS PADRES JERÓNIMOS

Fueron enviados como observadores para ver el trato que se hacía a los indígenas,
crearon varias ciudades y mejoraron el trato con los nativos. * Su periodo de mandato fue
condicionado hasta la llegada de los delegados de la real audiencia. * Los padres
Jerónimos durante su gestión dentro de la industria azucarera tomaron una serie de
medidas favorables para el desarrollo de la misma tales como: la exoneración del pago de
los impuestos por la importación de las maquinarias, reparto de tierras e indios,
importación de negros esclavos entre otros.

Tras la muerte de Fernando el Católico en 1516 subió al poder en calidad de Regente el


franciscano Francisco Ximénez de Cisneros, cardenal arzobispo de Toledo. Dicho
franciscano estaba muy informado de todo lo que ocurría en el Nuevo Mundo. Había
accedido a la lectura de un informe entregado en Sevilla en 1515 por los dominicos
Montesinos y Las Casas, en el que se detallaban los abusos cometidos por los
encomenderos sobre la población nativa, la cual estaba reduciéndose a pasos
agigantados, si bien dicha caída no puede atribuirse completamente a esos maltratos, sino
más bien a las enfermedades y el drástico cambio de forma de vida que les fue impuesto
por la nueva sociedad que se estaba formando. A la vista de esos informes, Cisneros …ver
más…

A finales de 1517 murió Cisneros, por lo que los jerónimos se quedaron sin apoyos en la
corona española. Carlos I, el nuevo rey español, estaba más preocupado por otros asuntos
y dejó mano libre a los jerónimos para actuar. Iniciaron la fundación de pueblos de indios
con el objetivo de que pudiesen subsistir con sus propios medios. A principios del año
1519 habían llegado a crear 30 pueblos indios autosuficientes y con excedentes agrícolas
con los que podían comerciar con sus vecinos. Por otro lado, los jerónimos intentaron
promocionar la introducción de esclavos negros para aliviar la carga de trabajo de los
nativos, algo que ya había apoyado y fomentado Bartolomé de las Casas en 1515 pero
que fue suspendido por Cisneros en 1516, sin embargo, el nuevo rey no puso pegas al
tráfico de esclavos y lo permitió desde 1518 otorgándole la exclusividad del tráfico al
flamenco Lorenzo de Gorrevod que en los siguientes años introdujo del orden de 5000
esclavos negros.
ORIGEN Y EVOLUCION DE LA INDUSTRIA
AZUCARERA DEL SIGLO XVI.

Presentado por Deyvis Ramírez


ORIGEN DE LA INDUSTRIA AZUCARERA.

La industria azucarera es un sector económico dedicado a la siembra, cosecha y


procesado de la caña de azúcar. Acompaña la economía dominicana desde la era de la
colonización.

El desarrollo económico de la República Dominicana va de la mano con la Industria


Azucarera. Su evolución y promoción para llegar a beneficiar al país datan desde el siglo
XVI, cuando Gonzalo Velosa fundó en las márgenes del Rio Nigua el primer trapiche
movido por caballos para fabricar azúcar de caña en la isla.

La evolución y crecimiento de todo cuanto representa la actividad productiva del azúcar


en la República Dominicana, ha sido llevado a varias obras que ocupan lugares distintivos
en bibliotecas, trabajos de negocios, entre otros, que constituyen documentos sugerentes
y emotivos del avance nacional, algunos de ellos tratados en este trabajo.

La caña de azúcar fue traída por los españoles desde las Canarias a partir del segundo
viaje de Cristóbal Colón (1494) y fue plantada en la Isabela. Esta zona poseía las
condiciones climáticas favorables para que se desarrollara a toda capacidad la plantación
de esta gramínea, no es hasta 1503, bajo el gobierno de Nicolás de Ovando, que dos
vecinos, en la Concepción de la Vega, uno llamado Pedro de Atienzo produjo
rústicamente melaza. En 1506, el otro de nombre Aguilón, ahí se hicieron los
primeros ensayos para cristalizar azúcar. Por su parte, Miguel de Ballester, alcalde de
dicha población, construyó en 1514 un pequeño trapiche para la fabricación de azúcar.
Pero no fue hasta que en el 1516, que gubernamentalmente, la base para el
establecimiento de la industria azucarera la sientan los padres Jerónimo cuando ordenan
que a cada vecino que vaya a instalar un ingenio se le presten 500 pesos oro y cuando
solicitan formalmente la libertad de entradas de esclavos negros a la isla, petición que
tendrá resultado definitivo a partir de la primera licencia importante, concedida al
gobernador de Bresa, quien la traspasó a comerciantes genoveses.

La Corona española acordó toda suerte de facilidades a la producción azucarera en la


isla, específicamente a esto contribuyó cierto espíritu burgués del Emperador Carlos I,
quien dictó leyes protectoras de la producción azucarera y de los señores esclavistas. La
más importante fue la Cédula de 1529, por medio de la cual se determinaba que los
ingenios eran bienes no embargables por deudas o hipotecas, tanto sus instalaciones
como los negros que laboraban en ellos.

Es por todo esto y más, que se eligió la industria azucarera como tema de investigación.
El objetivo principal de este trabajo es dar a conocer no solo las altas y bajas de la
economía provocadas por la industria, sino también indagar sobre esa organización que
llego a dar beneficios insuperables al país en función de la época, la idea es que a partir
de este análisis, en ocasiones posteriores se puedan identificar las fallas e incorporar
mejores estrategias que garanticen la productividad, para que el sector no solo este
enfocado en la producción en masa sino que implementen mejoras que a fin de cuentas
resultan en beneficios, avances en la industria, y desarrollo en el país.
• LA REBELION DE ENRIQUILLO.
• LA ESCLAVITUD.

Presentado por Henry Cuevas


LA REBELIÓN DE ENRIQUILLO

Los pocos indios que quedaban en 1520 eran todavía utilizados en las minas, los nuevos
trapiches e ingenios, así como en los hatos ganaderos. Luego de que su liberación de
las encomiendas resultara imposible de lograr por los frailes Jerónimos, surgieron varias
rebeliones indígenas entre las que se destaca la de un descendiente de cacique de
Aragua llamado Enriquillo, quien encabezo un alzamiento en las sierras de Bahoruco
que resulto imposible de dominar por los españoles durante un periodo de 13 a 16 años,
hasta la firma de un acuerdo de paz por los españoles por el emperador Carlos I en
1533.

Enriquillo fue educado en un convento franciscano por lo que, contando con buen
conocimiento de la cultura española y una admirable capacidad de mando, logro dirigir
la primera guerra de guerrillas, utilizando armas y técnicas militares españolas y
aprovechando las abruptas montañas del Bahoruco para impedir los ataques del
enemigo y organizar diversas guaridas y cultivos de conucos, con lo que siempre
aseguraron su aprovisionamiento.

El hábil cacique se mantenía constantemente informado de los planes de los españoles


a través de una red de espías diseminados entre las encomiendas. Sus hombres se
multiplicaban día a día y al igual que otros alzados conocidos como el “Ciguayo” y
“Tamayo”, se dedicaron a atacar viajeros y villas del interior con lo que obtenían mayor
cantidad de armas y provisiones.

Una de las mejores tácticas de Enriquillo fue la de cambiar constantemente el lugar de


encuentro con sus hombres, de manera que, “ni ellos sabían puntualmente donde habían
de hallarlo; esto se hacía porque si los españoles los prendiesen, ninguno de ellos
pudiese ir a avisar y a tormentos descubriesen donde quedaba”.

Como tantos españoles habían emigrado, el gobierno colonial se vio corto en recursos
humanos y monetarios para continuar haciendo el tipo de incursiones armadas que tan
buen resultado habían dejado en la época de Ovando. La mayoría de españoles que le
fueron a combatir eran casi obligados por la Real Audiencia, institución que llego a perder
de 80 a 100,000 castellanos de la caja del Rey en estas desventajosas incursiones.
Análisis

Enriquillo, conocido por los indígenas como Huarocuya, era un cacique taíno quien lideró
una rebelión contra los españoles a principios del siglo XVI. ¿Qué pasa? el 3 de
diciembre de 1522, el Gobierno de la colonia española de Santo Domingo recibió la
información de que el Cacique Enriquillo se había revelado en la sierra de Bahoruco.
comenzó su alzamiento con un gran grupo de taínos en la Sierra de Bahoruco y los
taínos pudieron continuar con la rebelión gracias a su conocimiento de la región.
Derrotaban a todas las expediciones enviadas a subyugarlos al contar los españoles con
muy pocas fuerzas. Una de las mejores tácticas de Enriquillo fue la de cambiar
constantemente el lugar de encuentro con sus hombres, de manera que, “ni ellos sabían
puntualmente donde habían de hallarlo”. Finalmente se consigna que Enriquillo murió el
27 de septiembre 1535 en la ciudad de Azua tras padecer de tuberculosis desde el mes
de agosto de ese mismo año.

La esclavitud

La esclavitud como práctica general, y la vida de cada esclavo en particular, forman


historias impresionantes que han motivado el análisis de las causas para la implantación
del régimen esclavista, las secuelas en las comunidades de donde se extraían los
esclavos, el impacto en las colonias donde eran comercializados y las circunstancias
que llevaron a la abolición de ese mecanismo de explotación humana.

Desde el siglo XVI La Española se convirtió en fuente de recursos y centro de


operaciones de la Corona en América.

Desde el siglo XVI La Española se convirtió en fuente de recursos y centro de


operaciones de la corona española en el continente americano.

A cambio, sufrió la explotación y extinción de los aborígenes y acogió miles de esclavos


importados para extraer oro y sostener la naciente industria azucarera.

Con la esclavitud llegaron los alzamientos, las cimarronadas y una variedad de


disposiciones que regulaban los escasos derechos y muchos deberes de la población
esclava.

Posiblemente un segmento de la población dominicana desconozca el alcance de la


esclavitud en Santo Domingo y, más aún, que nuestros archivos conservan cientos de
documentos originales sobre compraventa, cartas de libertad, ahorramiento, y otras
transacciones con esclavos.

El Archivo General de la Nación conserva los fondos producidos durante el periodo


colonial por los cabildos de Higüey, El Seibo y Bayaguana, donde se hallan expedientes
sobre ahorramientos y manumisiones pagadas por esclavos para obtener su libertad o
la de sus hijos y su pareja, también hay documentos sobre esclavos que, a pesar de su
avanzada edad, pagaron para lograr su libertad.

Igualmente, manuscritos que revelan capacidad de acción de esclavos y libertos dentro


del sistema judicial de la sociedad esclavista, donde actúan en la justicia durante las
últimas décadas de esclavitud en Santo Domingo, como el caso del esclavo Antonio de
Sosa.

Una Real Provisión del año 1766, evidencia que la reclamación de libertad del esclavo
Antonio de Sosa contra Alejandro Mejía llegó al conocimiento de la más alta autoridad,
el rey don Carlos, quien consideró necesario atender la solicitud del reclamante para que
fueran escuchadas las declaraciones de sus testigos.

La Real Provisión enviada por el Rey a la Justicia ordinaria de la ciudad de San Juan
Bautista de Bayaguana ordenaba a la Audiencia y Cancillería Real de la ciudad de Santo
Domingo, se sirviera mandar, que los testigos ratificaran sus respectivas declaraciones,
en el caso relacionado con una litis iniciada por “el moreno Antonio de Sosa, quien
reclamaba su libertad, contra Alejandro Mejía”.

Las declaraciones del esclavo y de los testigos describen el origen del conflicto y las
razones que motivaron a Antonio de Sosa para demandar su libertad, no obstante saber
que enfrentaba al Gobernador de Bayaguana, pues según consta en el expediente, el
esclavo advirtió a las autoridades judiciales sobre el poder de su demandado, al
indicarles que “Alejandro Mejía es persona de todo valimiento en la ciudad de
Bayaguana, como que es el gobernador de allí, siendo dificultosísimo el que en su contra
quisieran declarar la verdad los que la supieran, mucho más en su presencia”.

Análisis

En el siglo XVI, las durísimas condiciones de trabajo en las minas de oro, sumadas a las
epidemias y la represión, habían reducido considerablemente la población indígena y,
por lo tanto, la mano de obra. Ante tal situación, el obispo Bartolomé de las Casas
propuso recurrir a los africanos, que pronto fueron "importados" en grandes cantidades
como esclavos, no sólo a la isla, sino a todo el continente americano.

Desde el inicio de la colonización agraria de la isla, los esclavos traídos del África iban
sustituyendo a la fuerza de trabajo indígena, cada vez más mermada por varias causas:
matanzas ante la resistencia nativa; epidemias traídas por los europeos y brutales
condiciones laborales. Ante estas dos últimas, los africanos ciertamente se mostraron
más resistentes. El aporte africano, que de forma constante se prolongaría hasta
mediados del siglo XIX.
• LA CIMARRONADA
Presentado por Arabely Alvarez
LA CIMARRONADA

Se Empleaba el termino CIMARRÓN para designar el esclavo fugitivo. Las


insurrecciones de los negros esclavos eran denominadas CIMARRONADAS. Las aldeas
que formaban los cimarrones, principalmente en las cierras de Ocoa y del Bahoruco,
eran llamadas palenques o manieles.

En la década del 30 del siglo XVI la cimarronadas se intensificaron, principalmente a


partir de 1537 cuándo se produjeron, no solo huidas de los negros de los ingenios sino,
rebeliones de líderes.

Los nombres de estos líderes Negros evidencia qué antes de sublevarse convivieron con
los españoles y que conocieron de ellas distintas maneras de Hacer la guerra, puesto
que obligaron a las autoridades de la Isla solicitar una tregua entre los años 1534 y 1537.

Sus lugares favoritos para poder vivir protegidos eran San Nicolás, en la Cordillera
Septentrional; Ocoa y Rancho Arriba, en la cordillera Central; Punta de Samaná; el Cabo
de Higüey, y Sierra de Bahoruco.

Existen dos tipos de cimarrones:

1- Los nómadas que vagaban por los montes periféricos a las plantaciones, hurtando
lo que podían y alimentándose de las vacas y cerdos salvajes
2- Los cimarrones organizados en grupos sedentarios que habitaban en los
palenques o manieles, pequeñas aldeas en lugares poco accesibles con ciertos
sistemas de defensas como trampas y empalizadas, y con los correspondientes
conucos para abastecer su consumo.

En el tiempo de los cimarrones, aumentaban también los mulatos. La población de


mulatos vino en aumento en todo el Caribe. Muchos de esos criollos participaron en el
contrabando, la piratería y se destacaron por su valor en las milicias de defensa de las
islas atacadas por piratas.
Análisis de criterio de la Cimarronadas:

El cimarronaje fue un fenómeno que comenzó desde el inicio de la esclavitud y afectó


de cierta manera a todo el gran Caribe. Los lugares de asentamientos de negros
recibieron distintos nombres como maniel en La Española, quilombo en América del Sur
y mocambo en Brasil (Price).

Se llama negro cimarrón A todo aquel esclavo rebelde o fugitivo que llevaba una vida de
libertad en rincones apartados (de las ciudades o en el campo), denominados palenques
o quilombos.

La insurrección de los negros era denominada Cimarronada y las aldeas que formaban
en las sierras de Ocoa y del Bahoruco eran llamadas Palenques o Manieles.

Cimarrones: Los que se fugaban de manera individual y se establecían en los montes


para, desde allí, atacar las unidades productivas y a los colonos aislados. Estos ataques
eran llamados “cimarronadas”.

El cimarronaje fue una estrategia para mejorar sus condiciones de vida, ya fuera a través
de la fuga permanente o como medio para que los amos mejoraran las condiciones de
vida de los esclavos maltratados.
CONTRABANDO Y PIRATERIA.
Presentado por Wanda Bourdiel
CONTRABANDO Y PIRATERÍA.

Contrabando.

Desde la tercera década del siglo XVI, navegantes ingleses, franceses y holandeses
merodeaban las costas del Caribe tanteando la posibilidad de atacar las poblaciones de
fácil acceso o, como resultara más adelante, de establecer un intercambio de productos
con sus moradores. En 1537 un corsario francés asalto y quemo algunos ingenios
vecinos a la villa de Azua y a la bahía de Ocoa. En 1540 un navío español fue atacado
camino a Europa por corsarios ingleses.

Pronto la situación se agravo de tal manera que la Corona española dispuso de un


“régimen” o sistema de flotas y galeones que debían de acompañar a todos los navíos
en su comercio con las Indias; estas flotas zarpaban de Sevilla dos veces al año con los
productos manufacturados y retornaban de Veracruz, en México, y Portobelo en
Panamá, cargados del tesoro y productos agrícolas.

Con el sistema de flotas se inicia el largo proceso de aislamiento y decadencia de la isla


española. Los barcos que se dirigían a Santo domingo debían de zarpar de Sevilla junto
a las flotas y al llegar al Caribe desviarse solos en su ruta a Santo Domingo, exponiendo
a posibles ataques de piratas. Los fletes empezaron a costar el doble y los artículos
europeos alcanzaron precios verdaderamente inadmisibles, pero aun así continuaron
llegando embarcaciones en búsqueda de artículos de exportación a buenos precios. La
situación se le hizo mucho más difícil a los vecinos de la Española a partir de 1566
cuando se dispuso que las flotas provenientes de Tierra Firme se unieran en la Habana,
que desde entonces seria el puerto y escala principal en el Caribe, desplazando casi
totalmente a Santo Domingo.

Como el crecimiento y expansión del sistema de plantación estaba directamente


relacionado con la demanda de las casas comerciales sevillanas, en la segunda mitad
del siglo, “la isla empezó a producir más de lo que le interesaba a España”,11 o de lo
que España podía comprar para revender. Sin embargo, a los países del norte de Europa
les interesaba mucho la adquisición directa de materias primas a mejores precios de lo
que les vendía España, es decir, comprándolas a los vecinos de las Indias occidentales
para quienes esta posibilidad significaba la salvación, pudiendo vender sus productos a
mayores precios que a los comerciantes sevillanos y comprando los artículos europeos
directamente de quienes los producía, mucho más barato.

Del monopolio comercial impuesto por la Corona, de su incapacidad para suplir el


mercado colonial, así como del aislamiento y abandono que se empezaba a sentir en la
isla, surgió la respuesta económica que prevalecería por siglos en la isla de Santo
Domingo; el contrabando.

En 1563 el comerciante inglés John Hawkins llegó a la villa de Puerto Plata con tres
barcos llenos de mercancías y esclavos; luego de ser supuestamente rechazado por las
autoridades, se desplazó a la abandonada villa de la Isabela, donde con los mismos
vecinos de Puerto Plata entre los que se encontraba hasta el cura del pueblo, pudo
intercambiar toda su mercancía por los productos locales. Aunque los funcionarios de
Santo Domingo enviaron una patrulla que confiscó los artículos que se le habían
cambiado al inglés, y el mismo Hawkins y sus socios tuvieron problemas al regresar a
Europa, este viaje les aseguro a los comerciantes ingleses que los habitantes de las
Indias se encontraban bien dispuestos a comercializar con ellos.

Pronto la incidencia del contrabando comenzaría a efectuar ciertos cambios en la


sociedad y economía de la isla, hasta llegar a deteriorar seriamente las finanzas reales;
cambios que resultaron imposible de controlar por las autoridades locales, quienes
rápidamente también se involucraron en el nuevo y ventajoso negocio.

El grueso de la población se empezó a trasladar a las zonas costeras donde se podía


efectuar el contrabando. Las principales villas beneficiadas por el comercio
contrabandista fueron la Yaguana, Bayajá, Monte Cristi, Puerto Plata, e incluso algunos
autores señalan a San Juan de la Maguana, La Vega y Santiago como centros de
producción destinada mayormente al comercio con los extranjeros y no a la venta en el
puerto de Santo Domingo que además de todo, representaba un aumento en los costos
y dificultades en el transporte, ya que los caminos indígenas habían sido borrados tras
la despoblación y los montes se encontraban invadidos por árboles, hombres y animales
cimarrones.

La producción de la caña de azúcar empezó a ser desplazada por la de ganado, de


mucha demanda extranjera y cuyos costos resultaban menores debido a su gran
abundancia, la poca necesidad de mano de obra, e inversión en maquinarias. De la
misma manera se incrementaron las estancias dedicadas al cultivo de jengibre, muy
solicitado en Europa, con precios mejores que los del azúcar.

Poco a poco la industria azucarera comenzó a decaer y muchos de los esclavos de


ingenios pasaron a los hatos y las plantaciones de jengibre, lo que les redujo las largas
jornadas de trabajo y en cierta medida contribuyó a suavizar las relaciones amo-esclavo,
quienes, al poseer mayor libertad de movimiento, lentamente fueron desarrollando
algunas actividades en convivencia con sus amos y capataces.

Piratería.

A partir de 1503 comenzó a funcionar La Casa de Contratación de Sevilla, establecida


por la Corona española a fin de controlar las actividades mercantiles entre España y las
Indias, y poner bajo su monopolio toda la producción de sus colonias. En cada puerto de
las tierras conquistadas se encontraban funcionarios encargados de supervisar la
producción, cobrar los impuestos, llevar los libros de la Hacienda Real y dar permisos
para navegar y comerciar. Las mercancías debían ser exportadas e importadas
exclusivamente a y desde Sevilla (de modo excepcional a Sanlúcar y Cádiz); la política
de monopolio proscribía el comercio con extranjeros. Dado que muchos productos no
eran de fabricación española, por lo que debían ser importados a España antes de su
envío a las Indias, el valor con que se vendían en La Española podía ser incluso seis
veces superior a su precio original dando esto origen a los verdaderos Piratas del Caribe.
La Reforma protestante, las intenciones imperiales de Carlos V, la dependencia
económica de España respecto a Inglaterra, Francia y Holanda y la lucha por el dominio
del Atlántico, hicieron que estos países se alinearan en su contra desde 1550.
Aprovecharon el escaso desarrollo económico e industrial de España y la atacaron por
su flanco más débil al fomentar el comercio ilegal, el contrabando y el corso, tanto en la
península como en sus posesiones de ultramar.

El corso se remonta a fechas tan tempranas como los años veinte del siglo XVI. Se tiene
conocimiento de que en 1522 un barco procedente de Santo Domingo con destino a
Sevilla fue atacado por un corsario francés llamado Jean Florin, el cual se apropió de
todo su cargamento de azúcar. En 1537, otro corsario francés atacó los poblados de
Azua y Ocoa, quemando ingenios y casas y saqueando todo lo que pudo; mientras que
en 1540 un barco que recién había zarpado del puerto de Santo Domingo fue asaltado
por corsarios ingleses.

El recrudecimiento de las tensiones entre España e Inglaterra, debido sobre todo a las
medidas españolas para intentar impedir el comercio ilegal entre sus colonias y buques
ingleses y holandeses, así como a la lucha por ciertos territorios americanos (la teoría
del mare clausum contra la de ocupación efectiva), movió a la Corona inglesa a dar
apoyo financiero y político para saquear las indias españolas al navegante Francis Drake
(1585).

Este atacó primero el puerto de Vigo, en España, y luego se dirigió a La Española, a


cuyas costas arribó el 11 de enero 1586. Al día siguiente tomó la ciudad de Santo
Domingo y allí se quedó, alojado en la Catedral, por todo un mes. Drake y sus hombres
se dedicaron a destruir y a tomar todo lo de valor que encontraron a su paso: azúcar,
cañafístola, jengibre, cueros, oro y plata, la artillería de la fortaleza, las campanas de las
iglesias. Únicamente dejó la ciudad cuando recibió como compensación la suma de
25,000 ducados.
Esclavos, jabones, vinos, harinas, telas, perfumes, clavos, zapatos, medicinas, papel,
frutas secas, hierro, acero, cuchillos, etcétera, eran comprados por los vecinos de La
Española a cambio de azúcar, cueros, cañafístola, jengibre y tabaco. A finales del siglo
XVI, los holandeses dedicaban anualmente veinte barcos de 200 toneladas al comercio
exclusivo con Cuba y La Española.

Análisis de contrabando.

Se dice que, en la tercera década del siglo XVI, navegantes ingleses, franceses y
holandeses andaban en las costas del Caribe tanteando la posibilidad de atacar las
poblaciones de fácil acceso, o hacer un intercambio de productos con sus poblantes. En
1537 un corsario francés asalto y quemo algunos ingenios vecinos a la villa de Azua y a
la bahía de Ocoa. En 1540 un navío español fue atacado camino a Europa por corsarios
ingleses.

Veloz la situación se puso peligrosa de tal forma que la Corona española dispuso de un
régimen o sistema de flotas y galeones que debían de acompañar a todos los navíos en
su comercio con las Indias; estas flotas zarpaban de Sevilla 2 veces al año con los
productos manufacturados y retornaban de Veracruz, en México, y Portobelo en
Panamá, cargados del tesoro y productos agrícolas.
Con el sistema de flotas se inicia el largo proceso de aislamiento y decadencia de la isla
española. Los barcos que se dirigían a Santo domingo debían de zarpar de Sevilla al
costado de las flotas y al llegar al Caribe desviarse solos en su ruta a Santo Domingo,
exponiendo a posibles ataques de piratas. La situación se le hizo mucho más difícil a los
vecinos de la De España a partir de 1566 cuando se dispuso que las flotas provenientes
de tierra Firme se unieran en la Habana, que desde entonces sería el puerto y escala
fundamental en el Caribe, desplazando casi plenamente a Santo Domingo.

A las naciones del norte del continente europeo les interesaba mucho la compra directa
de materias primas a superiores costos de lo cual les vendía España, o sea,
comprándolas a los vecinos de las Indias occidentales para quienes esta probabilidad
significaba la salvación, logrando vender sus productos a más grandes costos que a los
comerciantes sevillanos y comprando los artículos de Europa de manera directa de
quienes los producía, muchísimo más económico.

En 1563 el comerciante inglés John Hawkins alcanzó la villa de Puerto Plata con 3
barcos llenos de mercancías y esclavos; después de ser en teoría rechazado por las
autoridades, se desplazó a la abandonada villa de la Isabela, donde con los mismos
vecinos de Puerto Plata entre los que estaba hasta el cura del poblado, ha podido
intercambiar toda su mercancía por los productos locales. Aun cuando los burócratas de
Santo Domingo enviaron una patrulla que confiscó los artículos que se le habían
cambiado al inglés, y el mismo Hawkins y sus aliados han tenido inconvenientes al
retornar a Europa, este viaje les aseguro a los comerciantes de Inglaterra que los
pobladores de las Indias se encontraban bien dispuestos a comercializar con ellos.

Las primordiales villas beneficiadas por el negocio contrabandista fueron la Yaguana,


Bayajá, Cerro Cristi, Puerto Plata, e inclusive ciertos autores señalan a San Juan de la
Maguana, La Vega y Santiago como centros de producción dedicada en su mayoría al
negocio con los extranjeros y no a la comercialización en el puerto de Santo Domingo
que también de todo, representaba un incremento en los precios y problemas en el
transporte, debido a que los senderos nativos habían sido borrados tras la despoblación
y los montes se encontraban invadidos por árboles, hombres y animales cimarrones.
La producción de la caña de sacarosa comenzó a ser desplazada por la de ganado, de
mucha demanda extranjera necesidad de mano de obra, e inversión en maquinarias. De
la misma forma se aumentaron las estancias dedicadas al cultivo de jengibre, bastante
requerido en el continente europeo, con costos superiores que los de la sacarosa.y cuyos
precios resultaban menores gracias a su gran copiosidad, la escasa

Análisis de la piratería.

Desde 1503 inició a funcionar La Vivienda de Contratación de Sevilla, implantada por la


Corona de España con el objeto de mantener el control de las ocupaciones mercantiles
entre España y las Indias, y colocar bajo su monopolio toda la producción de sus
colonias. Ya que varios productos no eran de construcción de España, por lo cual debían
ser importados a España antecedente de su envío a las Indias, el costo con que se
comercializaban en La De España podía ser inclusive 6 veces mayor a su costo original
dando esto origen a los verdaderos Piratas del Caribe.

Inversionistas de Europa que no querían quedarse fuera del comercio buscaron


insertarse en la vida económica de Sevilla y, de esta suerte, por medio de agentes,
inversión en compañías y préstamos a comerciantes, lograron influenciar decisivamente
la sociedad de mercaderes del sitio para 1543.

La Reforma protestante, las intenciones imperiales de Carlos V, la dependencia


económica española en relación con Inglaterra, Francia y Holanda y la batalla por el
dominio del Atlántico, hicieron que dichos territorios se alinearan en su contra a partir de
1550. Aprovecharon el limitado desarrollo económico e industrial española y la atacaron
por su flanco más débil al promover el negocio ilegal, el contrabando y el corso, tanto en
la península como en sus posesiones de ultramar.

Se tiene entendimiento de que en 1522 un barco procedente de Santo Domingo con


destino a Sevilla ha sido atacado por un corsario francés denominado Jean Florin, el cual
se apropió de todo su cargamento de sacarosa. En 1537, otro corsario francés atacó los
poblados de Azua y Ocoa, incendiando ingenios y viviendas y saqueando todo lo cual
ha podido; mientras tanto que en 1540 un barco que recién había zarpado del puerto de
Santo Domingo ha sido asaltado por corsarios de Inglaterra.

En contestación, las autoridades españolas deciden amurallar las metrópolis de sus


colonias y disponen que los navíos que operaban entre Sevilla y las Indias naveguen en
flotas o equipos de barcos debidamente salvaguardados para de esta forma refugiarse
de los probables ataques. Este sistema de flotas establecía 2 fechas anuales de salida
a partir de España, y fijaba unos aspectos exactos de partida y llegada: los puertos de
Sevilla, Veracruz (México), La Habana (Cuba) y Nombre de Dios (Istmo de Panamá), por
lo cual el barco que viniera a La De España debía dividirse de la flota al llegar al Caribe
o a La Habana y recorrer solo el perjudicial camino hacia el puerto de Santo Domingo.

El recrudecimiento de las tensiones entre España e Inglaterra, debido más que nada a
las medidas españolas para intentar impedir el negocio ilegal entre sus colonias y buques
de Inglaterra y holandeses, así como a la contienda por ciertos países americanos (la
teoría del mare clausum contra la de ocupación efectiva), movió a la Corona inglesa a
ofrecer apoyo financiero y político para saquear las indias españolas al tripulante Francis
Drake (1585).

Este atacó primero el puerto de Vigo, en España, y después fue a La De España, a


cuyas costas llegó el 11 de enero 1586. Al día siguiente tomó la metrópoli de Santo
Domingo y ahí se quedó, alojado en la Catedral, por todo un mes.

En la situación de la isla de Santo Domingo, los elevados precios y poca pluralidad de


productos provenientes española, su ya precaria vida económica y su creciente
marginalización respecto de otras colonias más favorecidas, en ventaja de sus riquezas,
por el régimen español, provocaron que sus pobladores procuraran activamente el
trueque mercantil con de Europa extranjeros.
INGERENCIA DE POTENCIAS
EUROPEAS EN EL CARIBE.

Presentado por Loreiny Colón


INGERENCIA DE POTENCIAS EUROPEAS EN EL CARIBE.

Los otros poderes europeos establecieron una presencia en el Caribe luego de que el
Imperio español declinó, en parte debido a la reducida población nativa de la zona
europea. Francis Drake fue un corsario inglés que atacó muchos barcos y fortalezas
españolas en el Caribe, incluyendo la bahía San Juan en 1595.

Desde el siglo xvi, el Caribe fue, reiteradamente, foco de la confrontación entre las
principales potencias. En las décadas posteriores a la expansión de España, sus
posesiones fueron disputadas
por holandeses, ingleses y
franceses.

Francia, en el transcurso del


siglo xvii, conquistó las islas de
Saint Christopher, Saint Croix,
San Bartolomé, Grenada, San
Martín, Tortuga, Guadalupe,
Martinica, la parte oeste de La
Española –que se llamó Santo Domingo (Haití)– y la Guayana Francesa. Al norte del
Caribe, al este de la costa canadiense, el archipiélago en que se encuentran San Pedro
y Miquelón.

Las principales colonias británicas fueron Jamaica, Trinidad-Tobago, Barbados, Antigua


Barbuda, Santa Lucía, San Kitts-Nevis, Montserrat y Anguila y, finalmente, los territorios
continentales de Belice y Guyana. En estos dos últimos existen disputas territoriales
pendientes con los países latinoamericanos vecinos.

El reino de Holanda dominó: San Eustaquio, Saba, San Martín y las conocidas como
islas ABC: Aruba, Bonaire y Curaçao. En el continente, entre la Guayana francesa y la
inglesa, los holandeses impusieron su control sobre Surinam en el siglo xix.
escenario principal de la lucha internacional por adquirir posesiones en América fue el
Caribe, donde confluyeron franceses, ingleses, holandeses y hasta daneses y suecos
para ocupar islas deshabitadas o para expulsar a los españoles de las suyas.

El Caribe fue también el teatro de la gran piratería y del contrabando organizado. Los
franceses fueron los primeros en llegar al Mar Caribe. Sus piratas y corsarios se
opacaron a fines del siglo XVII pero jugaron un papel decisivo en la centuria siguiente,
bajo la tipología de bucaneros o filibusteros.

La presencia holandesa en América cubrió todo el Continente y dejó dos claves


colonizadoras importantes en Nueva Holanda y Brasil. Sus corsarios azotaron la costa
del Pacífico, donde intentaron varias veces realizar fundaciones de factorías-fortalezas
en Chile. Su acción más perdurable fue, sin embargo, la realizada en el Caribe, adonde
llegaron atraídos por el triple motivo de explotar las salinas, asaltar las flotas y los puertos
españoles, y organizar una buena red de contrabando. Aunque los ingleses barrieron el
Caribe durante los últimos cuarenta años del siglo XVI, su primer asentamiento en el
mismo data del segundo cuarto del siglo XVII y fue la colonia de San Cristóbal.
Expulsados de allí por el almirante Oquendo, se dispersaron por otras islas, como la
Barbada y la Tortuga. Con todo, la mejor colonia inglesa del Caribe fue Jamaica,
conquistada en 1655.

ANALISIS INGERENCIA DE POTENCIAS EUROPEAS EN EL CARIBE.

La explotación del paisaje del Caribe se remonta a los conquistadores españoles


alrededor del 1600 que buscaban minas de oro en las islas para llevarlo a España.

El más significativo desarrollo fue cuando Cristóbal Colón escribió a España diciendo
que las islas eran óptimas para la explotación de azúcar.

La región caribeña fue rasgada por la guerra a lo largo de la mayor parte de la historia
colonial, pero las guerras estaban a menudo basadas en Europa, con sólo batallas
menores luchadas en el Caribe. Algunas guerras, sin embargo, nacieron de la confusión
política en el mismo Caribe.
escenario principal de la lucha internacional por adquirir posesiones en América fue el
Caribe, donde confluyeron franceses, ingleses, holandeses y hasta daneses y suecos
para ocupar islas deshabitadas o para expulsar a los españoles de las suyas.

El Caribe fue también el teatro de la gran piratería y del contrabando organizado. Los
franceses fueron los primeros en llegar al Mar Caribe. Sus piratas y corsarios se
opacaron a fines del siglo XVII pero jugaron un papel decisivo en la centuria siguiente,
bajo la tipología de bucaneros o filibusteros.
LOS ATAQUES DE FRANCIS DRAKE A
LA CIUDAD DE STO. DGO.
Presentado por Solanlli Puente
LA INVASIÓN DE FRANCIS DRAKE

Sir Francis Drake

El ataque más devastador a la ciudad de Santo Domingo lo realizó en el año 1586 el


inglés Sir Francis Drake (c. 1540 – 1596), llamado el Draque por los españoles. Zarpó
de Plymouth, ciudad inglesa situada en el Canal de la Mancha, el 15 de septiembre de
1585 con una flota de 23 navíos y unos 2,300 soldados y marineros.

El buque insignia era el “Elizabeth Bonaventura”, y su capitán Thomas Venner. El


vicealmirante Martín Frobisher navegaba en el “Primrose”, el contralmirante Francis
Knollys en el “Leicester” y el teniente general de las fuerzas de tierra Christopher Carleill
en el “Tiger”.

Luego de saquear la ciudad de Santiago, en las islas Azores, siguió con rumbo a las
Indias Occidentales, con especial interés en la ciudad de Santo Domingo donde
esperaba encontrar la floreciente ciudad de que se hablaba en Europa desde comienzos
del siglo.

De 8 a 9 de la mañana del viernes 10 de enero de 1586, entró en el puerto de Santo


Domingo un barco de cabotaje y avisó haber visto la víspera (el jueves 9 de enero) a
varios barcos de vela fondeados en la Isla Catalina (conocida en esos tiempos como Isla
Santa Catalina). Luego pudieron observar algunas velas hacia la Punta Caucedo. A
medida que pasaba el día, se observaron más barcos lo que alborotó a los habitantes
de la ciudad aunque el Presidente y los Oidores le dieron poca importancia al hecho al
principio; pero las autoridades se mantuvieron en observación y los vecinos en alarma.

Al filo de la medianoche, estando toda la ciudad en vela, a la claridad de la luna se las


vio aproximarse mucho al puerto: el susto creció, hubo gran repiqueteo de campanas y
alarde de armas de parte de los vecinos. Pero luego las naves continuaron marcha, y la
población se calmó, figurándose cándidamente todos que los invasores pasaban de
largo sin atreverse a desembarcar al percibir las acciones en tierra.

Pero al amanecer del día 11 diez y ocho embarcaciones se acercaron a la costa, desde
la Punta Torrecilla hasta el Matadero; al principio se creyó que las naves eran españolas.
Las naves se retiraron y la gente pudo ver dos o tres velas en la punta de Haina. Como
a las cinco de la tarde llegaron dos mensajeros de la boca de Haina con la noticia de que
allí estaban 13 velas y que habían desembarcado 600 ó 700 hombres que ya se dirigían
hacia Santo Domingo.

La noticia del desembarco, y su magnitud, produjo pánico entre los pobladores de la


ciudad. Algunos habitantes decidieron resistir, se proveyeron de municiones en la
Fortaleza, organizaron las milicias formadas por los vecinos y barrenaron tres barcos y
una galera a la entrada del río, para impedir el acceso al Ozama. Para combatirlos, al
mediodía unos 30 jinetes salieron de la plaza y les atacaron, pero tuvieron que retirarse
ante el empuje del enemigo.

La mayoría de los vecinos de Santo Domingo abandonó la ciudad, llevándose el oro, las
cosas de plata y las joyas. “Hubo un juicio en la ciudad de las pobres señoras monjas y
frailes, el mayor que se ha visto e creo se verá en las Indias, e casi todos a pie por lodos
a las rodillas vinieron huyendo, e los mejores librados diez o doce en una carreta; e toda
la noche e aquel pedazo de tarde tuvimos bien que hacer en salir de la ciudad”. Se
dirigieron hacia el norte, a la región comprendida entre Guanuma y Peralvillo (también
conocido como Esperalvillo). El mayor contingente se instaló en el ingenio La Jagua,
propiedad de Antonio Pimentel.

El propio presidente de la Real Audiencia y capitán general de la Isla, Don Cristóbal de


Ovalle, se dio a la fuga acompañado por el capitán Juan Melgarejo, alguacil mayor de la
ciudad. Aparentemente tomaron un bote y se dirigieron río arriba hacia el interior, hacia
Peralvillo. De allí se despacharon las primeras noticias destinadas a informar a las
autoridades españolas de Cuba y a la Corte de España sobre la invasión de Drake, a las
cuales se agregaron noticias enviadas desde Santiago y Bayajá.

La solitaria ciudad quedó con todo su abasto, abundante en vinos, harinas y bizcochos,
gallinas, puercos y carneros, con lo que los invasores tuvieron luego alimento para
muchos días; y en ropa y mercancía de toda clase.
El sábado 11 de enero de 1586, las tropas inglesas, comandadas por Carleill, tomaron
posesión de la ciudad de Santo Domingo. La Fuerza (actual Fortaleza Ozama) fue
tomada el día siguiente, domingo 12. Los que estaban en la fortaleza salieron de ella por
unos caños.

Los ingleses instalaron su cuartel general en la Catedral, que también usaron como
cárcel y almacén. Solamente el bachiller Francisco Tostado murió durante la toma de la
ciudad, debido a un disparo hecho desde una nave.

Los invasores esperaban recibir un precioso rescate por la ciudad. Doscientos mil
ducados pidió a cambio de la devolución de la ciudad, que antes de ocuparla creía rica.
Para dar mayor peso a su exigencia, iniciaron la demolición y el incendio sistemático de
la ciudad, llegando a destruir una tercera parte de ella, quemando y saqueando las
iglesias de Santa Bárbara, de la Merced, Regina, San Francisco y Santa Clara,
perdiéndose además los valiosos archivos de la más antigua ciudad de las Indias.

Ovalle entabló negociaciones para el rescate pacífico de la ciudad, enviando a ella una
comisión, la cual permaneció allí tres días negociando. Finalmente Garci Fernández de
Torrequemada, a nombre de los vecinos, convino en que se pagarían 25,000 ducados.

Para pagar el rescate todos los moradores que estaban en condiciones de hacerlo
contribuyeron con dinero, etc., despojándose las damas de sus joyas y prendas, todo lo
cual se pesaba en balanzas ex profeso instaladas, una de las cuales funcionó en la Casa
del Cordón.

Cuando se terminó de pagar el rescate, los ingleses se retiraron, el 10 de febrero, al mes


de haber desembarcado y capturado la ciudad. Además del rescate pagado, Drake
consiguió llevarse las campanas de las iglesias, la artillería de la Fortaleza y los cueros,
azúcares y cañafístolas que encontró en los depósitos del puerto y en otros almacenes
así como los navíos que no se habían quemado y dejaron a Santo Domingo sumido en
la destrucción y la pobreza, convertido en un montón de ruinas, con sus templos
profanados y pillados.
Análisis de la invasión de Francis Drake

En 1585 los comandantes: Francis Drake, Christopher Carleill, Cristóbal de Ovalle y


Juan Melgarejo, ya venían planteando invadir a República Dominicana y se prepararon
bien para llevar a cabo lo planeado.

Empezaron la travesía empezando por Santiago saqueando y luego fueron haciendo


escalas, luego a principios de enero de 1586, llegaron a Santo Domingo desembarcando
por boca de Haina, pero no encontraron muchas cosas de valor y lo que si había en
mucha cantidad era víveres y se lo llevaron. Estaban muy bien preparados con 2,300
soldados, 23 naves, hombres a caballo y una galera. El capitán era Thomas Venner.

Los ingleses tuvieron la victoria y luego de obtenerla se fueron con dirección a Cartagena
de indias, ciudad que también tomó.

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