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ÍNDICE

Palabras del capellán (pág. 1)

¿Por qué dedicamos la peregrinación a San José? (pág 2,3)

Meditaciones temáticas:
Sábado 24 de julio (pág. 4)
- ¿Qué nos dicen los evangelios sobre San José?
- Figuras bíblicas de San José.
- San José, el más santo de los Santos, patrono de la Iglesia Universal.
- El beato Pío IX y su devoción a San José.

Domingo 25 de julio (pág. 8)


- San José, virgen y casto.
- San José, esposo.
- La paternidad de San José.
- Santa Teresa de Jesús y su devoción a San José.

Lunes 26 de julio (pág. 13)


- La gloria de San José y su misión actual en la salvación de las almas.
- Virtudes de San José y su humildad.
- La fe, esperanza y caridad de San José.
- San Enrique de Ossó y su devoción a San José.

Meditaciones genéricas (pág. 19) :


- La muerte de San José y su patronazgo sobre los moribundos.
- La vocación
- El plan de vida

Santa Misa (pág. 24)

Misalito (pág. 27)

El escapulario de San José (pág. 72)

Santo Rosario (pág. 76)

Consagración a Nuestra Señora (pág. 89)

Preparación para la confesión (pág 90)

Puntos de nuestra ruta (pág. 98)

Cantos (pág. 106)


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¿POR QUÉ DEDICAMOS LA PEREGRINACIÓN A SAN JOSÉ?

Este año la peregrinación está especialmente dedicada al Glorioso Patriarca, reco-


giendo así la convocatoria del Papa Francisco que declaró el 2021 como año de
San José.

De esta manera se conmemoran los 150 años de la Declaración de San José como
Patrono de la Iglesia Universal por el Beato Papa Pio IX en 1870.

Con este motivo, se concede indulgencia plenaria en las condiciones habituales (con-
fesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo
Padre) a los fieles que, con espíritu desprendido de cualquier pecado, participen
en el Año de San José en las ocasiones y en el modo indicado por la Penitenciaría
Apostólica que se detalla a continuación:

a) San José, auténtico hombre de fe, nos invita a redescubrir nuestra relación filial
con el Padre, a renovar nuestra fidelidad a la oración, a escuchar y responder con
profundo discernimiento a la voluntad de Dios. La Indulgencia plenaria se concede
a aquellos que mediten durante al menos 30 minutos en el rezo del Padre Nuestro, o
que participen en un retiro espiritual de al menos un día que incluya una meditación
sobre San José;

b) El Evangelio atribuye a San José el título de «hombre justo»; (cf. Mt 1,19): él,
guardián del «íntimo secreto que se halla en el fondo del corazón y del alma», depo-
sitario delmisterio de Dios y, por tanto, patrono ideal del foro interior, nos impulsa
a redescubrir el valor del silencio, de la prudencia y de la lealtad en el cumplimiento
de nuestros deberes. La virtud de la justicia practicada de manera ejemplar por José
es la plena adhesión a la ley divina, que es la ley de la misericordia, «porque es preci-
samente la misericordia de Dios que lleva a cumplimiento la verdadera justicia». Por
lo tanto, aquellos que, siguiendo el ejemplo de San José, realicen una obra de miseri-
cordia corporal o espiritual, también podrán lograr el don de la Indulgencia plenaria;

c) El aspecto principal de la vocación de José fue ser custodio de la Sagrada Familia


de Nazaret, esposo de la Santísima Virgen María y padre legal de Jesús. Para que
todas las familias cristianas sean estimuladas a recrear el mismo clima de íntima co-
munión, amor y oración que se vivía en la Sagrada Familia, se concede la Indulgencia
Plenaria por el rezo del Santo Rosario en las familias y entre los novios.

1.
FRANCISCO P.P. Carta Apóstolica Patris Corde.
2.
PÍO IX. Decreto Quaemadmodum Deus.

2
d) El 1 de mayo de 1955, el Siervo de Dios Pío XII instituyó la fiesta de San José
obrero, «con la intención de que todos reconozcan la dignidad del trabajo y que ella
inspire la vida social y las leyes fundadas sobre la equitativa repartición de derechos
y de deberes». Podrá, por lo tanto, conseguir la indulgencia plenaria todo aquel que
confíe diariamente su trabajo a la protección de San José y a todo creyente que invo-
que con sus oraciones la intercesión del obrero de Nazaret, para que los que buscan
trabajo lo encuentren y el trabajo de todos sea más digno.

e) La huida de la Sagrada Familia a Egipto «nos muestra que Dios está allí donde el
hombre está en peligro, allí donde el hombre sufre, allí donde huye, donde experi-
menta el rechazo y el abandono». Se concede la indulgencia plenaria a los fieles que
recen la letanía de San José (para la tradición latina), o el Akathistos a San José, en
su totalidad o al menos una parte de ella (para la tradición bizantina), o alguna otra
oración a San José, propia de las otras tradiciones litúrgicas, en favor de la Iglesia
perseguida ad intra y ad extra y para el alivio de todos los cristianos que sufren toda
forma de persecución.

Por tanto, nuestra peregrinación también es una oportunidad para celebrar el año de
San José y obtener la Indulgencia plenaria.

¡Jesús, José y María os doy el corazón y el alma mía!

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MEDITACIONES TEMÁTICAS

Sábado 24 de julio. Santa Cristina, virgen y mártir.

1.- ¿QUÉ NOS DICEN LOS EVANGELIOS SOBRE SAN JOSÉ?

Los Evangelios nos dicen de san José: que fue un humilde carpintero (cf. Mt 13,55),
desposado con María (cf. Mt 1,18; Lc 1,27); un «hombre justo» (Mt 1,19), siempre
dispuesto a hacer la voluntad de Dios manifestada en su Ley (cf. Lc 2,22.27.39) y a
través de los cuatro sueños que tuvo (cf. Mt 1,20; 2,13.19.22). Después de un largo
y duro viaje de Nazaret a Belén, vio nacer al Mesías en un pesebre, porque en otro
sitio «no había lugar para ellos» (Lc 2,7). Fue testigo de la adoración de los pastores
(cf. Lc 2,8-20) y de los Magos (cf. Mt 2,1-12), que representaban respectivamente el
pueblo de Israel y los pueblos paganos.

Asumió la paternidad legal de Jesús, a quien dio el nombre que le reveló el ángel:
«Tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados»
(Mt 1,21).

En el templo, cuarenta días después del nacimiento, José, junto a la Madre, presentó
el Niño al Señor y escuchó sorprendido la profecía que Simeón pronunció sobre
Jesús y María (cf. Lc 2,22-35). Para proteger a Jesús de Herodes, permaneció en
Egipto como extranjero (cf. Mt 2,13-18). De regreso en su tierra, vivió de manera
oculta en el pequeño y desconocido pueblo de Nazaret, en Galilea —de donde, se
decía: “No sale ningún profeta” y “no puede salir nada bueno” (cf. Jn 7,52; 1,46)—,
lejos de Belén, su ciudad de origen, y de Jerusalén, donde estaba el templo. Cuando,
durante una peregrinación a Jerusalén, perdieron a Jesús, que tenía doce años, él y
María lo buscaron angustiados y lo encontraron en el templo mientras discutía con
los doctores de la Ley (cf. Lc 2,41-50).

“Él es el administrador fiel y prudente a quien el amo pondrá al frente de su servi-


dumbre para distribuir la ración a su debido tiempo” (LC 12, 42) Estas palabras del
Evangelio las aplica la Iglesia a la figura y misión de san José.
“José es un «hombre justo» (Mt 1,19), porque su vida está «ajustada» a la Palabra de
Dios” –decía el Papa Benedicto XVI.

Las presentes meditaciones están inspiradas en el Libro del Peregrino de la 36ª Peregrinación
de Pentecostés París-Chartres, traducidas por D. Daniel Martínez, y adaptadas para la presente
peregrinación por D. José Manuel González.

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Su vida transcurre en obediencia a la voluntad de Dios.

En él tenemos un modelo perfecto de vida cristiana; pues como el mismo Señor


Jesucristo enseñó: “El que haga la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana
y mi madre” (Mc 3, 35).

Pidamos como fruto de esta primera meditación: poner nuestra vida bajo la voluntad
de Dios, con la ayuda de san José.

2.- FIGURAS BÍBLICAS DE SAN JOSÉ

Al repasar las páginas de la Sagrada Escritura, nos encontramos con varias figuras,
también llamados “tipos”, que anuncian la misión de san José y su papel único en el
misterio de la Encarnación y de la Redención.

En el patriarca Noé, se ve anunciada la figura de San José. Noé acogió en el Arca a la


paloma que portaba la rama de olivo, signo del fin del diluvio. San José acogió en su
casa como esposa a la Virgen María, la mística paloma, que porta al mismo Salvador,
Rey del Universo y Príncipe de la Paz.

Otra figura en el Antiguo Testamento que nos refiere a san José es Mardoqueo en el
libro de Ester. Mardoqueo recibió un sueño de Dios en el que veía una fuentecilla,
que se convertía en río de muchas aguas, y apareció una lucecita que se convirtió en
sol (Est 11, 9). Esta fuentecilla, convertida en río caudaloso, y la luz convertida en sol
era Ester, a quien el rey tomó por esposa, haciéndola reina (Est 10, 6). Ester había
sido criada por Mardoqueo, que fue a pedirle que intercediese ante el rey, cuando
Amán había decidido asesinar a todos los judíos del reino. Por su intercesión, el rey
impidió el cumplimiento del decreto de destrucción. Amán fue ejecutado y Mar-
doqueo, por su fidelidad, fue nombrado el primero después del rey Asuero, muy
considerado entre los judíos y amado de la muchedumbre de sus hermanos, pues
buscó el bien de su pueblo y habló para el bien de su raza (Est 10, 3-4).

La reina Ester es figura de la Virgen María, que ha sido ensalzada por Dios como
Reina del universo y que como Corredentora ha colaborado en la obra de la salva-
ción. Mardoqueo es figura de san José, que llega a ser el primero después del rey,
es decir el virrey; el más importante después de Jesús, rey de reyes, y después de
María, la reina.

Otra figura de san José, es el hijo de Jacob, vendido por sus hermanos, que llega a ser
administrador de todo Egipto, y salvador suyo en medio de la carestía de trigo. Con
razón se aplican a la devoción de san José las palabras del libro del Génesis 41, 55:

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El Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1870, al nombrar a san José patrono de la
Iglesia universal, dijo: “Del mismo modo a como Dios puso al frente de toda la tierra
de Egipto a aquel José, hijo del patriarca Jacob, a fin de que guardase trigo para el
pueblo, así, al venir la plenitud de los tiempos, cuando iba a enviar a la tierra a su
Hijo unigénito Salvador del mundo, escogió a otro José, del cual el primero fue tipo
o figura, a quien hizo amo y cabeza de su casa y de su posesión, y lo eligió como
custodio de sus tesoros principales.

Pidamos como fruto de esta segunda meditación una verdadera devoción al Glorioso
Patriarca san José para que también nosotros acojamos a Jesús y a María; y excite-
mos en nosotros una profunda confianza en su intercesión en medio de nuestras
necesidades y problemas.

3.- SAN JOSÉ, EL MÁS SANTO DE LOS SANTOS, PATRONO DE LA


IGLESIA UNIVERSAL

Después de la Virgen María, nadie ha habido ni habrá más santo que José. Su cerca-
nía a la Virgen María y al niño Jesús le hizo alcanzar el más alto grado de santidad.
He aquí la razón altísima de la santidad de san José, y así lo confirma la Iglesia,
rindiéndole el culto especial de protodulía.

San José fue verdaderamente el padre virginal del Verbo encarnado y por ello san
Bernardo le llama “Padre de Dios.” Los evangelios lo nombran varias veces como
padre de Jesús. ¿Puede decirse algo más grande de algún santo que ser padre de
Jesús y, a la vez, ser esposo de María, la persona humana más santa que ha existido,
existe y existirá?

Algunos autores llaman a san José “la sombra del Padre”, porque Dios Padre lo es-
cogió para hacer sus veces en la tierra; como su representante, para cuidar a su Hijo
y ayudarlo en todo como buen padre.

San José fue verdadero esposo virginal de la María Santísima.: “Nada mayor puede
decirse de él”, exclamaba san Juan Damasceno.

Ubertino de Casales, un italiano gran devoto de san José de fines del siglo XIII, en su
obra “Arbor vitae crucifixae”, dice: “En todo matrimonio, la unión de corazones se
realiza hasta el punto de que el esposo y la esposa se consideran como una sola per-
sona o, como dice la Biblia, como una sola carne, como una sola realidad en dos per-
sonas. Así san José se asemejó a su esposa. ¿Cómo podía el Espíritu Santo unir tan
estrechamente el alma de María Virgen a otra alma, si ésta no hubiera sido semejante

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a Ella en la práctica de la virtud? Se puede suponer que san José fue el hombre más
puro en virginidad, más profundo en humildad y más elevado en contemplación”.

Por el grado de sus virtudes y por su poder ante el mismo Dios hecho hombre que le
fue confiado como hijo y su potestad sobre su Esposa la Virgen María, san José es el
mejor y más poderoso intercesor nuestro en el cielo.

Su patronazgo sobre toda la Iglesia es explicado así por el Papa León XIII: “Así como
Dios dio a san José como esposo de la Virgen, se lo dio no sólo como compañero
de su vida, testigo de su virginidad, custodio del honor de María, sino para que par-
ticipara, por el pacto conyugal, de su excelsa grandeza. (…) por lo que san José fue,
al mismo tiempo, legítimo y natural custodio, jefe y defensor de la Divina Familia.
(…) Así, también conviene reconocer que san José protege y defiende a la Iglesia de
Cristo, como un tiempo cuidaba en todo momento a la Sagrada Familia de Nazaret.
Todos los cristianos de cualquier condición o estado, tienen motivo para abandonar-
se y confiarse a la amorosa custodia de san José.”

Pidamos como fruto de esta tercera meditación imitar a san José en el amor a Jesús y
a la Virgen María, pidiendo al mismo tiempo su intercesión por la Iglesia Universal.

4.-EL BEATO PÍO IX Y SU DEVOCIÓN A SAN JOSÉ

Juan María Mastai Ferretti –así se llamaba Pío IX– nació en Senigallia, Ancona (Ita-
lia), en el seno de una noble familia. Estudió en Volterra con los escolapios. Ordena-
do sacerdote en 1819, se dedicó a la dirección de un asilo y a varias obras de caridad.
En 1823, estuvo en Chile como auditor del delegado apostólico durante dos años.
En 1825 de regreso a Italia, se ocupó de un hospicio enseñando un oficio a los niños
abandonados. Consagrado en 1827 arzobispo de Spoleto, mejoró la formación del
clero, reformó los monasterios y elevó la moralidad pública. Trasladado a Ímola en
1832, reformó el seminario, fundó un asilo para sacerdotes ancianos y fomentó la
apertura de escuelas, incluso en el propio palacio arzobispal. En 1840 fue creado
cardenal.

Elegido Papa en 1846, tuvo que sufrir el destierro en Gaeta. Su larguísimo pontifica-
do de 32 años, estuvo caracterizado por la pérdida del poder temporal de los Papas,
la definición dogmática de la Inmaculada Concepción (1854) y la celebración del

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Concilio Vaticano I (1869-1870), el dogma de la infalibilidad del Papa y la publica
ción del “Syllabus” condenando el modernismo. Entregó su alma a Dios en 1878.

Tuvo una excepcional y eximia devoción a la Virgen María y a su santísimo esposo


san José. Él mismo confiesa tras la proclamación de san José como Patrono de la
Iglesia el 8 de diciembre de 1870, que se sintió movido a ello “por la singular devo-
ción con que desde la adolescencia se vio movido hacia el santo Patriarca”, acogiendo
también el clamor universal de los obispos y de los fieles.

En su Decreto, el Papa enumera los motivos que lo han llevado a tomar esta deci-
sión. En primer lugar, la misma elección de Dios, que hizo de José su hombre de
confianza, entre cuyas manos puso lo que Él tenía de más precioso; después, porque
es un hecho que la Iglesia siempre ha honrado a san José con la Virgen María y que,
en circunstancias inquietantes, siempre la Iglesia ha recurrido con éxito a su protec-
ción. Una vez más –como había sucedido en tiempos del Cisma de Occidente y más
recientemente con Pío VII– ante los innumerables males que agobian actualmente
a la Iglesia, el Papa se pone personalmente, y pone a todos los fieles con él, bajo la
protección de san José.

Ya anteriormente, en 1847, había extendido a toda la Iglesia, la fiesta del Patrocinio


de san José, “con gran gozo de nuestro corazón”, mandando celebrarla el tercer do-
mingo después de Pascua.

Como fruto de esta meditación pidamos la intercesión de san José y del beato Pío
IX pidiendo por toda la Iglesia y sus necesidades; e imitémosles en su generosidad y
trabajo por establecer y extender el Reino de Dios.

Domingo 25 de julio. Santiago, apóstol. IX Domingo después de Pentecostés.

5.- SAN JOSÉ, VIRGEN Y CASTO.

A pesar de que existen fuentes apócrifas –textos no canónicos– que afirman que san
José era un hombre viudo de avanzada edad, esto no tiene mucho fundamento si
seguimos la lectura del Evangelio.

San José tuvo que hacer frente a la lucha interior de tener que tomar una decisión
ante el estado de la Virgen María encinta. Si él hubiese sido escogido para esposo por
ser anciano y proteger así la fama de la Virgen, no hubiese tenido esa lucha interior.
Al leer los evangelios y ver los trabajos que tuvo que pasar desde la ida a Belén, la
huida a Egipto, la vuelta, el establecimiento en Nazaret, el trabajo que realizó de
artesano por el que era conocido Jesús como su hijo; es bastante improbable que lo

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pudiera realizar una persona de edad avanzada como presentan esos libros apócrifos.

El padre Tomás Morales SJ, fundador de los Cruzados de Santa María, nos ofrece
este retrato del santo Patriarca: “Aquí está San José: anchas espaldas para el traba-
jo, no pierde ni un segundo, está siempre adorando, está siempre trabajando, está
siempre solícito, cuidando de la Virgen y, sobre todo, de Jesús niño. No tiene un
instante libre, no piensa más que en amar, adorar y en trabajar para ellos. Aquí está
san José. Es el ministro de relaciones exteriores de la Sagrada Familia. Él es el que se
tiene que preocupar de todo en Nazaret, en los cuatro o cinco días de camino hacia
Belén, en la gruta de Belén, en Egipto después, en Nazaret y siempre relacionándose
con todos.”

San José fue joven y esposo virginal. San Jerónimo defiende su virginidad en su es-
crito contra Helvidio: “Tú dices que María no fue virgen; yo reivindico para mí aún
más, a saber, que también el mismo José fue virgen por María, para que del consorcio
virginal naciese el Hijo virgen. En el santo varón no hubo fornicación y no se ha
escrito que haya tenido otra mujer. De María fue más bien custodio que marido;
de donde se sigue haber permanecido virgen con María, quien mereció ser llamado
padre del Señor”.

San Pedro Damián (1007-1072) escribió: “No parece que fuese suficiente que sólo la
Madre fuese virgen; es de fe de la Iglesia que también aquel que hizo las veces de pa-
dre ha sido virgen. Nuestro Redentor ama tanto la integridad del pudor florido, que
no sólo nació de seno virginal, sino también quiso ser tocado por un padre virgen”.

Santo Tomás de Aquino dice: “Se debe creer que José permaneció virgen, porque
no está escrito que haya tenido otra mujer y la infidelidad no la podemos atribuir a
tan santo personaje.”

Dice San Francisco de Sales (1567-1622): “María y José habían hecho voto de virgi-
nidad para todo el tiempo de su vida y he aquí que Dios quiso que se uniesen por el
vínculo del santo matrimonio, no para que se desdijeran y se arrepintieran de su voto,
sino para que se confirmasen más y más y se animasen mutuamente juntos durante
toda su vida. Muchos santos de peso creen que José había hecho voto de virginidad
antes de casarse con María, pero lo que sí es cierto es que, a partir de su matrimonio
con María, lo hizo para aceptar así la voluntad de Dios.”

¡Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios! Si queremos


llegar a Dios, verle cara a cara, hemos de brillar en el mundo por la integridad de
nuestra vida, de alma y de cuerpo. “Vosotros sois la luz del mundo. Vosotros sois la
sal de la tierra.”

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En san José contemplamos la belleza siempre atractiva de la virginidad, la pureza, la
castidad y la modestia vivida en las diferentes edades y estados de vida.
Como fruto de esta meditación pidamos a san José que nos guarde de toda impureza
y resolvámonos a desterrar de nuestra vida todo aquello que desdore nuestra digni-
dad de hijos de Dios.

6.- SAN JOSÉ, ESPOSO

Al hablar del matrimonio de san José y la Virgen María, hemos de afirmar que fue un
verdadero matrimonio. El Espíritu Santo lo dice expresamente en el Evangelio: José,
esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo (Mt 1, 16). José era verdadero
esposo de María y entre ellos había un verdadero matrimonio.

Analizando la naturaleza del matrimonio, tanto San Agustín como Santo Tomás de
Aquino, la ponen siempre en la indivisible unión espiritual y en el consentimiento
mutuo. Ambos elementos se han manifestado de modo ejemplar en el matrimonio
de san José y de la Virgen.

Dice San Agustín: María pertenece a José y José a María, de modo que su matrimo-
nio fue verdadero matrimonio, porque se han entregado el uno al otro. Pero ¿en
qué sentido se han entregado? Ellos se han entregado mutuamente su virginidad y
el derecho de conservársela el uno al otro. María tenía el derecho de conservar la
virginidad de José y José tenía el derecho de custodiar la virginidad de María. Nin-
guno de los dos puede disponer y toda la fidelidad de este matrimonio consiste en
conservar la virginidad.

San Agustín, considerando que San Mateo escribe la genealogía de los antepasados
de Jesús a partir de José, descendiente de David, dice que Dios reconoce que fue un
verdadero matrimonio; pues, de otra manera, nunca hubiera sido posible llamar a
Jesús, hijo de José. Y dice: Jesús fue considerado en la genealogía de José para que
los fieles no considerasen tan importante en el matrimonio la unión de los cuerpos,
como para no creerse esposos sin esa unión corporal.
Con este ejemplo, aparece claro que practicando la continencia de común acuerdo,
el matrimonio puede permanecer como tal si se conserva la unión espiritual y el
consentimiento, aunque no haya unión corporal.
El Papa León XIII dijo en la encíclica Quamquam pluries de agosto de 1889: “El
matrimonio es la máxima sociedad y amistad, a la que por su naturaleza va unida la
comunidad de bienes. Dios ha entregado a José a María, no sólo como compañero
de vida sino también como testigo de su virginidad.”

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Como fruto de esta meditación acudamos a san José ante el drama de los matrimo-
nios y de las familias, y aprendamos de él y de la Virgen el verdadero amor que hace
fecundas nuestras vidas: Amar a Jesús con todo el corazón, y con toda el alma, y con
toda la mente y con todas las fuerzas.

7.-LA PATERNIDAD DE SAN JOSÉ

San José fue en verdad padre de Jesús, aunque no lo fuera de sangre. Su título de
padre le es reconocido por el Espíritu Santo mediante la autoridad de la Palabra de
Dios, y Jesús lo reconocía, obedeciéndole en todo. Dice el Evangelio que les estaba
sujeto (Lc 2, 51), es decir, que obedecía a María y a José.

La Virgen María reconoce también a san José José como padre de Jesús. Cuando lo
encuentran en el templo, después de estar tres días buscándolo, María le dice: “Mira,
tu padre y yo, apenados, estábamos buscándote” (Lc 2, 48). La Virgen María antepo-
ne la autoridad de san José a la suya, diciendo: Tu padre y yo.
La gente del pueblo consideraba a Jesús como el hijo de José. “Jesús, al empezar su
ministerio, tenía unos treinta años y era, según se creía, hijo de José” (Lc 3, 23). “Y
todos estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca y decían:
¿No es éste el hijo de José?” (Lc 4, 22). “¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre
y madre nosotros conocemos?” (Jn 6, 42).

San José es consciente de su paternidad como padre de Jesús y asume su responsabi-


lidad como venida de Dios. Cuando se le aparece el ángel, se dirige a él como jefe de
familia para darle órdenes, que él cumple sin discutir. Le dice el ángel: “Ella dará a
luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús” (Mt 1, 21). “Toma al niño y a su madre
y huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te avise” (Mt 2, 13-14). A la muerte de
Herodes, de nuevo se le aparece el ángel y le dice: “Levántate, toma al niño y a su
madre y vete a la tierra de Israel... Y levantándose, tomó al niño y a su madre y partió
para la tierra de Israel” (Mt 2, 19-21).

El hijo de María es también hijo de José en virtud del vínculo matrimonial que los
une. Ambos merecieron ser llamados padres de Cristo.

En la circuncisión, José impone al niño el nombre de Jesús. Al imponer el nombre,


José declara su paternidad legal sobre Jesús –pues era derecho del padre– y, al pro-
clamar el nombre, proclama también su misión salvadora.
La paternidad de José era indispensable en Nazaret para honrar la maternidad de
María. Era indispensable para la circuncisión e imposición del nombre. Era indispen-
sable en Belén para inscribir al recién nacido como hijo de David en los registros del
imperio romano. Era indispensable en Jerusalén para presentar al primogénito en el

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registros del imperio romano. Era indispensable en Jerusalén para presentar al pri-
mogénito en el templo. Y también era indispensable la presencia de José para el
crecimiento de Jesús en sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres (Lc 2, 52).
San José, obedeciendo a Dios, custodiando a María y siendo padre de Jesús, tomó
parte activa en los misterios de la Encarnación y Redención.

Dice san Efrén: “Quien es Hijo del Padre, se llama hijo de David e hijo de José.”
Como fruto de la meditación, pide a san José por los padres y madres de familia, y
decídete a imitarlo tu vida librándote del egoísmo. Ya como padres de familia, ya
como sacerdote o consagrado, estamos llamados a imitar la paternidad de san José y
la solicitud por todos aquellos que son nuestros prójimos.

8.-SANTA TERESA DE JESÚS Y SU DEVOCIÓN A SAN JOSÉ

Teresa de Cepeda y Ahumada nació en Ávila, en el seno de una familia hidalga con
ascendencia judía. Con tan solo siete años, intentó huir a tierra de moros con su
hermano Rodrigo buscando ser “descabezada por Cristo”. Con trece años, quedó
huérfana de madre, y tomó a la Virgen por “Madre para siempre”. Muy aficionada
a los libros de caballerías, coqueta, según nos dice, y “enemiga de ser monja”. Ya
con 21 años decidió hacerse religiosa y en 1536, recibió el hábito en el carmelo de
la Encarnación de Ávila. Cayó muy enferma y se quedó paralítica durante tres años y
después de sanar, gracias a la intercesión de san José, prosiguió un penoso camino de
arideces, tentaciones e incomprensiones que fueron edificando su alma, pero hasta
los 40 años, su vida fue bastante mediocre. En 1557, después de un encuentro con
una “imagen de un Cristo muy llagado” llegó su conversión.

Extraordinariamente dotada de ingenio y grandeza de alma, vivió la unión más in-


tensa con Dios y el afán permanente de hacer siempre lo más perfecto. Animada
por san Francisco de Borja y san Pedro de Alcántara, inició la reforma de la Orden
del Carmen fundando el convento de San José de Ávila al que le seguirán otras 16
fundaciones, y la orden masculina gracias a San Juan de la Cruz.

Escribió numerosas obras: su “Vida” (denunciada a la Inquisición), el “Camino de


Perfección”, “Las moradas del alma” (o “Castillo interior”) y otros escritos pedagógi-
cos y líricos inspirados por la mística.

Murió extenuada en Alba de Tormes exclamando: “Tiempo es ya que nos veamos,


Esposo mío. Te doy gracias, Señor, porque muero hija de la Iglesia”.

Nadie contribuyó tanto en la devoción a san José como santa Teresa. Su vida –dice
san Enrique de Ossó– “es una invocación y obsequio continuo al Santo. Si hace

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san Enrique de Ossó– “es una invocación y obsequio continuo al Santo. Si hace
alguna fiesta con inusitada pompa, es la fiesta del glorioso san José. Si va a fundar,
siempre lleva consigo una imagen de san José. Si emprende un negocio, no lo hace
sin encomendarlo antes a san José. El primer convento, la primera Iglesia que hizo
fue bajo la advocación de san José. A trece de sus monasterios les puso el nombre
de san José, y a todos los colocó bajo su protección. Si se hallaba enferma, en apuros
y necesidades y peligros, el socorredor y provisor en todas ellas era san José. Si es
madre espiritual de innumerables hijos e hijas, los cría con la leche de la devoción a
san José. Si recorre todos los grados de la oración y contemplación la más altísima,
lo hace guiada y amaestrada por el glorioso san José. Si recibe en vida gracias espe-
cialísimas de Jesús y María, casi siempre interviene san José. Si vive, trabaja, padece
por Jesús, y muere en sus brazos, y su alma penetra en forma de cándida paloma en
el pecho de Cristo al expirar, es asistida del glorioso san José.

Entre otras muchas citas de sus escritos, dice la Santa en el libro de su Vida: “Tomé
por abogado y señor al glorioso san José, y encomendeme mucho a él: vi claro que
ansí desta necesidad como de otras mayores de honra y pérdida de alma, este padre
y señor mío me sacó con más bien que yo le sabía pedir. No me acuerdo hasta ahora
haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes
mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado Santo, de los
peligros que me ha librado, ansí de cuerpo como de alma: que a otros santos parece
les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; a este glorioso Santo tengo
experiencia que socorre en todas; y que quiere el Señor darnos a entender, que ansí
como le fue sujeto en la tierra, que como tenía nombre de padre siendo ayo, le podía
mandar, ansí en el cielo hace cuanto le pide.”

Como fruto de esta meditación, contempla la grandeza de santa Teresa gracias a


la confianza y devoción a san José, y como ella pidamos al Santo Patriarca que
nos muestre los encantos y perfecciones de su paternal corazón y que nos enseñe
oración.

Lunes 26 de julio. Santa Ana, madre de la Santísima Virgen.

9.-LA GLORIA DE SAN JOSÉ Y SU MISIÓN ACTUAL EN LA


SANTIFICACIÓN DE LAS ALMAS

La humildad, según el Evangelio, es la medida de la exaltación. Cuanto más humil-


de y oculta fue la vida del sencillo carpintero san José aquí en la tierra, tanto más
glorificado es en el cielo.
Es común sentir de los santos padres y doctores católicos, que san José se halla sin

13
duda ninguna en cuerpo y alma en el cielo, dice san Francisco de Sales. ¿Quién
podrá con esto no ya comprender sino ni siquiera vislumbrar la gloria del cuerpo
glorificado del santo patriarca?

Su gloria no tiene igual y tras la Virgen Santísima, se encuentra él.


Es en esta gloria del todo única y particular del santo Patriarca donde se halla su
misión ahora desde el cielo como padre y protector universal de la Iglesia. León
XIII decía: “Del mismo modo que María, Madre del Salvador, es la Madre espiritual
de todos los cristianos. así también José mira, como confiada a sí, la multitud de los
cristianos. Es defensor de la Iglesia santa, que es verdaderamente la casa del Señor y
el reino de Dios en la tierra.”

Es admirable en la misión de san José desde el cielo la conjunción de su grandeza y


el detalle aparentemente más pequeño en su intercesión:

Su influencia es universal en toda la Iglesia a la que protege y, sin embargo, a ejemplo


de la Providencia, se extiende hasta los menores detalles; “modelo de obreros”, se
interesa por cada uno de los que acuden a él. Es el más universal de los santos por
su influencia, y al mismo tiempo hace que el pobre encuentre el par de zapatos que
le hacen falta.

Su influjo es evidente, sobre todo, en el orden espiritual, pero se extiende también a


las cosas temporales; es “el amparo de las familias, de las comunidades, el consuelo
de los desdichados, la esperanza de los enfermos, patrono de los moribundos…”

Vela por los cristianos de toda condición, de todos los países, sobre los padres de
familia y sobre los esposos, lo mismo que sobre las vírgenes consagradas a Dios; vela
por los ricos, para inspirarles una caritativa distribución de sus bienes, lo mismo que
sobre los pobres para socorrerles.

Atiende a los mayores pecadores y a las almas más avanzadas en el camino de la


perfección.

Es el patrono de la buena muerte y de las causas desesperadas, es terrible para el


demonio que parece triunfar, y también es —dice santa Teresa— el guía de las almas
interiores en las vías de la oración.

Existe en su influencia un reflejo maravilloso de «la Divina Sabiduría que alcanza de


un fin al otro, con fortaleza, y todo lo dispone con suavidad» (Sab 8, 1).

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La gloria de Dios estuvo y permanece eternamente en él; la gracia no cesa de fructi-
ficar en él y quiere hacer partícipes de ella a todos los que aspiran verdaderamente
«a la vida oculta en Dios con Jesucristo» (Col 3, 3).

Como fruto de la meditación, renueva en ti el deseo de la gloria del cielo y pide


la fuerza a san José para no buscar la gloria del mundo sino solamente el reino de
Dios y su justicia, sabiendo que el resto vendrá por añadidura (Mt 6, 34).

10.- VIRTUDES DE SAN JOSÉ Y SU HUMILDAD

Brillan en san José, sobre todo, las virtudes de la vida oculta, en un grado proporcio-
nado al de la gracia santificante: la virginidad, la humildad, la pobreza, la paciencia,
la prudencia, la fidelidad, que no puede ser quebrantada por ningún peligro, la sen-
cillez, la fe esclarecida por los dones del Espíritu Santo, la confianza en Dios, y la
más perfecta caridad.

Sobre estas virtudes de la vida oculta, hace Bossuet estas consideraciones generales:
“Es un vicio, común en los hombres, entregarse por completo a las cosas exteriores
y despreciar lo interior; trabajar y preocuparse por las apariencias y oropeles, y me-
nospreciar lo efectivo y sólido; preocuparse por aparentar, y no por lo que debe ser.
Por eso se estiman las virtudes que involucran negocios y ocupaciones y requieren el
trato con la sociedad; a las virtudes ocultas e interiores, que no las tiene en cuenta el
público, o sólo se practican entre Dios y el alma, no solamente no se practican, pero
ni siquiera se comprenden. Y, sin embargo, en este secreto radica todo el misterio
de la verdadera virtud... Es preciso formar un hombre en su verdadero sentido, antes
que pensar qué rango se le dará entre los hombres; si no se edifica sobre esta base,
todas las demás virtudes, por más brillantes que sean, no serán más que virtudes de
vana ostentación... no forman al hombre según el corazón de Dios. José, por el con-
trario, hombre sencillo, buscó a Dios; José, hombre desprendido, encontró a Dios;
José, hombre retraído, gozó de Dios.”

La humildad de José se consolidó por el pensamiento de la gratuidad de su vocación


excepcional. Fue únicamente el beneplácito de Dios, beneplácito que es por sí mis-
mo la razón, y por el que José ha sido libremente preferido, elegido y predestinado
desde toda la eternidad con preferencia a tal otro, al que el Señor pudo otorgar los
mismos dones y la misma fidelidad para prepararlo para esta misión excepcional.
Vemos en esta predestinación un reflejo fiel de la gratuidad de la predestinación de
Cristo y de María.

15
El conocimiento del valor de esta gracia y de su gratuidad absoluta, lejos de perjudicar
a la humildad de José, la confirmó.

José aparece como el más humilde de todos los santos después de la Virgen María,
más humilde que ninguno de los ángeles; y si es el más humilde, es por lo mismo el
mayor de todos, porque todas las virtudes están concatenadas, y la profundidad de la
humildad está en proporción con la elevación de su caridad, como la raíz del árbol
es tanto más profunda cuanto mayor es éste: “El que es menor entre todos vosotros,
éste es el mayor, dice Jesús” (Lc 9, 48).

Como lo hace notar también Bossuet: «Poseyendo José el mayor de los tesoros, por
una gracia especial del Padre Eterno, lejos de enorgullecerse de estos dones o de dar
a conocer sus prerrogativas, se oculta cuanto puede a las miradas de los hombres,
gozando apaciblemente con Dios del misterio que se le ha revelado y de las riquezas
infinitas que ha puesto a su cargo» «José tiene en su casa motivos para atraer todas
las miradas de la tierra, y el mundo lo desconoce; posee un Dios Hombre, y no dice
ni palabra; es testigo de un misterio tan extraordinario, y lo paladea en secreto sin
divulgarlo».

Como fruto de esta meditación considera la importancia de vivir cara a Dios y no de


cara a los hombres, buscando siempre en el cumplimiento fiel de tus obligaciones el
medio más sencillo para llegar a la santidad.

11.- LA FE, ESPERANZA Y CARIDAD DE SAN JOSÉ

La fe de san José es inquebrantable a pesar de lo incomprensible del misterio. La pa-


labra de Dios transmitida por medio del ángel, le da luz sobre la concepción virginal
del Salvador. José pudo haber dudado en creer una cosa tan extraordinaria, pero lo
creyó firmemente con sencillez de corazón. Por su sencillez y humildad, penetra en
las profundidades de Dios.

La oscuridad no tarda en aparecer: José era pobre antes de haber recibido el secreto
del Altísimo, pero se quedó todavía más pobre —nota Bossuet— cuando Jesús vino al
mundo, porque viene con su abnegación y desprendimiento de todo para unirse con
Dios. No existe lugar para el Salvador en el último de los albergues de Belén. José
debe sufrir al ver que no tiene nada que ofrecer a María y a su Hijo.

La esperanza y la confianza en Dios se manifiesta en las pruebas, pues la persecución


comienza poco después del nacimiento de Jesús. Herodes pretende matarlo. El jefe
de la Sagrada Familia debe ocultar a nuestro Señor, partir hacia un país leja-

16
no, en donde nadie le conoce y en donde no sabe cómo se ganará lo necesario para
vivir. Se pone en camino, poniendo toda su confianza en la Providencia.
Su amor a Dios y a las almas no cesa de crecer en la vida oculta de Nazaret, por
la influencia constante del Verbo hecho carne, foco de nuevas y cada vez mayores
gracias para las almas dóciles que ponen toda su confianza en Dios y no ponen
ningún obstáculo a las que les quiere dar.

La ascensión de estas almas es uniformemente acelerada, es decir, que se dirigen


con más rapidez hacia Dios cuanto más se acercan a Él y Dios las atrae más hacia
sí. Esta ley de la gravitación espiritual de las almas justas se realizó en José; la
caridad no cesó de crecer en él, cada vez con más amplitud hasta su muerte; el pro-
greso de estos últimos años fue más acelerado que el de los primeros años, porque
encontrándose más cerca de Dios, era atraído con más fuerza por Él.

Con las virtudes teologales crecían también incesantemente en él los siete dones
del Espíritu Santo, que están unidos con la caridad. Los dones de inteligencia y de
sabiduría hacían que su viva fe fuese cada vez más aguda y penetrante. Con fórmu-
las sumamente sencillas se dirigía hacia la infinita bondad del Altísimo por medio
de la contemplación; contemplación sobrenatural, que, en medio de su sencillez,
fue la más sublime después de la de la Virgen María.

Esta amorosa contemplación le era muy dulce, pero le exigía la más perfecta ab-
negación y el más doloroso de los sacrificios, cuando recordaba las palabras del
anciano Simeón: «Este niño será un signo de contradicción», y las dirigidas a la
Virgen María: «Y una espada traspasará tu alma». La aceptación del misterio de
la Redención por medio del sufrimiento aparecía ante José como la consumación
gloriosa del misterio de la Encarnación, y tenía necesidad de toda la generosidad
de su amor para ofrecer a Dios, en sacrificio supremo, al Niño Jesús y a su santa
Madre, a los que amaba incomparablemente más que a su propia vida.

La muerte de san José fue una muerte privilegiada; lo mismo que la muerte de
la Virgen María fue —dice san Francisco de Sales— una muerte de amor. Admi-
te también el santo, con Suárez, que san José estuvo entre los santos que, según
san Mateo (27, 52 y ss.), resucitaron después de la Resurrección del Señor y se
aparecieron en la ciudad de Jerusalén; sostiene que estas resurrecciones fueron
definitivas, y que José entró en el cielo en cuerpo y alma.

Como fruto de esta meditación, haz un profundo acto de fe, esperanza y caridad en
Dios unido a la Virgen y a san José. Señor, creo, pero aumenta mi fe. Señor, espe-
ro, pero asegura mi confianza en ti. Señor, te amo, enséñame a amarte de verdad.

17
12.- SAN ENRIQUE DE OSSÓ Y SU DEVOCIÓN A SAN JOSÉ

Natural de Vinebre, Tortosa, (Tarragona), en el seno de una familia de labradores


acomodados. Movido por la lectura de santa Teresa, sintió la vocación sacerdotal
pero su padre lo envió a Quinto de Ebro con su hermano Juan, dueño de un
comercio, de donde pasaría a Reus como dependiente de un comercio. Su madre
murió en la epidemia de cólera de 1854, y dejó un escrito en el que solicitaba que
se dejase seguir su vocación sacerdotal a su hijo. Enrique se escapó de su casa y
se marchó al monasterio de Montserrat, donde confirmó su vocación sacerdotal,
pero mientras tanto se hizo ermitaño. Fue a buscarlo su hermano Jaime, pero
regresó a su casa a condición de que se le dejase seguir su vocación. Ingresó en
el seminario de Tortosa, del que pasaría al de Barcelona donde fue ordenado
sacerdote en 1867; en Montserrat celebró su primera misa. Viendo el peligro que
corría la fe de los jóvenes, a ellos dedicó sus primeros afanes apostólicos. Se consa-
gró a las catequesis y misiones populares, a la vez que era profesor del Seminario
Diocesano.

Otras de sus prioridades fue el apostolado de la prensa. Fundó varias asociacio-


nes para hombres, jóvenes y niños. Se ocupó de nuevos métodos de pedagogía.
Fue un verdadero maestro. Ideó un Instituto de Hermanos Josefinos y otro de
Misioneros Teresianos. Pero su obra magna fue la Compañía de Santa Teresa
dedicada a la formación de la mujer. Murió en Valencia mientras realizaba ejer-
cicios espirituales.

Soportó las adversidades con gran fortaleza. Jamás se le oyó ningún lamento. Lo
que hizo fue entregarse denodadamente a las obras del apostolado. Su ejemplar ac-
titud sorprendió y convenció a sus mismos enemigos. Desde 1879 se vio envuelto
en un delicado y doloroso pleito que, involuntariamente por su parte, lo enfrentó
a las autoridades eclesiásticas. Varias décadas más tarde, ya después de su muerte,
salió a la luz la verdad de tan complicado proceso y se puso de manifiesto su fideli-
dad inquebrantable a la Iglesia, su honradez, caridad, y espíritu de fe.

Su profunda devoción a san José la aprendió de su madre que lo invocaba con


mucha frecuencia en todos los momentos de la vida. Siendo seminarista, en su
plan de vida, pedía: “Alcanzadme, glorioso Santo, las virtudes de las que tengo
mayor necesidad. Enseñadme a hablar con Jesús en la oración, a vivir en él y por
él, y que todas mis acciones sean un acto de su amor. Hacedme humilde y casto
como Jesús y María, y en el trance de la muerte ampara el alma mía, para ir a gozar
de su amable presencia con vos por toda la eternidad.”

18
San Enrique veía en san José un modelo cercano, que le llenaba de confianza y ánimo
en medio del cumplimiento de sus deberes. Pero sobre todo, lo tenía –como santa
Teresa– como maestro de oración, como maestro de vida escondida con Cristo en
Dios.

A todos quiso infundir este amor y devoción al santo; para ello, entre otras muchas
cosas escribió “El Devoto Josefino”.

Como fruto de esta meditación, a imitación de san Enrique de Ossó, pide a san José
que te enseñe oración y en todo momento ser un apóstol de la devoción al Santo
Patriarca.

MEDITACIONES GENÉRICAS

LA MUERTE DE SAN JOSÉ Y SU PATRONAZGO SOBRE LOS


MORIBUNDOS

El pueblo cristiano, basándose en la dicha de José de haber muerto en los brazos


de Jesús y de María, lo ha considerado siempre como abogado y protector de los
agonizantes. Y así lo ha corroborado la Iglesia con su autoridad. El Papa Benedicto
XV, el 25 de julio de 1920, escribió: “Habiendo la Sede apostólica aprobado diversos
modos de honrar al santo patriarca, celébrense con toda la solemnidad posible los
miércoles y el mes que le está dedicado (marzo), en todas y cada una de las diócesis a
instancia de los obispos. Pero, principalmente, como es singular protector de los mo-
ribundos, pues a su muerte estuvieron presentes el mismo Jesús y María, fomenten
los venerables hermanos aquellas asociaciones piadosas, que fueron fundadas para
orar a san José por los moribundos como la de la “Buena muerte” y la del “Tránsito
de san José”, a fin de que ayude con toda su autoridad a favor de los agonizantes. El
Papa Pío XI, en las letanías de san José, aprobadas el 21 de marzo de 1935 añadió la
invocación: Patrono de los moribundos, ruega por nosotros.

Dice la Sagrada Escritura: “Mucho vale a los ojos de Dios la muerte de los que le
aman” (Sal 116, 15). “Bienaventurados los que mueren en el Señor. Sí, dice el Es-
píritu, para que descansen de sus trabajos, pues sus obras los acompañan” (Ap 14,
13). La muerte es una de las realidades más ciertas y más trágicas de la existencia
humana. Todos, tarde o temprano, debemos morir. ¡Pero qué diferencia entre morir
desesperados o morir en paz con Dios! San José tuvo la suerte de morir entre los
brazos de Jesús y de María.

19
Vivamos el momento presente como queramos encontrarnos en el momento de la
muerte y para ello, pidamos la intercesión de san José e imitemos su ejemplo.

Busquemos estar siempre en gracia de Dios y en amistad con Él. Si tenemos la des-
gracia de caer en el pecado, acudamos lo antes posible al sacramento de la confesión.

Esforcémonos por cumplir los mandamientos de Dios y de su Iglesia, creciendo cada


día en la virtud y desterrando los malos hábitos.

Practiquemos las buenas obras, practiquemos el perdón y la reparación de nuestras


culpas con la penitencia.

Meditemos frecuentemente las verdades acerca del sentido de nuestra vida, la breve-
dad del tiempo, las realidades últimas de la muerte, del juicio, del infierno y del cielo.

Seamos hombres y mujeres de oración.

Vivamos confiados en el amor de Dios y su misericordia con nosotros, haciendo de


nuestra vida una ofrenda agradable a Dios.

Entonces como san José, tendremos una muerte santa. En nuestros labios, tendre-
mos los nombres de Jesús y de María y compartiremos con ellos, los ángeles y los
santos la gloria del cielo.

Hoy día, en que se legaliza en nuestros países el terrible asesinato de la eutanasia con
el eufemismo de muerte digna, demos testimonio del sentido cristiano de la vida y
de la muerte.

Pidamos como fruto de esta meditación el don de la perseverancia en la fe y en la


gracia, para no vernos sorprendidos en el momento de la muerte, pidiendo cada día:
“Jesús, José y María, os doy mi corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, descanse en paz el alma mía.”

20
LA VOCACIÓN

“La voluntad de Dios es vuestra santificación”, dice San Pablo. Deberíamos escribir
esta pequeña frase en letras doradas en un lugar donde pudiéramos leerla todos los
días. Dios nos llama a ser santos. Esta es la condición para verle en el cielo. En el
cielo, ¡sólo hay santos! Para convertirse en un santo, la mejor manera es seguir la vo-
luntad de Dios. Y aquí interviene lo que comúnmente se llama vocación: el estado de
vida en el que Dios quiere que realicemos nuestra peregrinación en la tierra, nuestra
vocación personal, es decir, aquello a lo que Dios nos llama. De hecho, la palabra
vocación proviene del latín “vocare” que significa llamar.

Al crear al hombre y a la mujer en el comienzo del mundo, Dios les dio el man-
damiento de unirse para dar a luz a niños que llenaran la tierra. Jesús santificó esta
vocación por el sacramento del matrimonio: fuente de santidad, grandeza, fecundi-
dad religiosa para los cónyuges y un medio de dar a Dios almas que lo glorificarán
en la eternidad.

La Vocación particular: religiosa o sacerdotal. Junto al camino común del matrimo-


nio, inscrito desde el principio en la naturaleza complementaria del hombre y la
mujer, existe este llamado más particular de la vocación “religiosa” o “sacerdotal”.

En el Evangelio, un día, un joven rico vino a Jesús y le preguntó: “Maestro bueno,


¿qué debo hacer para obtener la vida eterna? Nuestro Señor le dijo: “Observa los
mandamientos”. “Todo eso ya lo hago”, respondió el joven. El evangelista luego nota
que Jesús lo miró y lo amó y le dijo: “Si quieres ser perfecto, ve, vende todo lo que
tienes y sígueme.”

Fue la llamada a la vocación religiosa lanzada en la mirada de amor de Jesús por


esta alma. Fue el llamado a seguir a Cristo, a abrazar los consejos evangélicos de
obediencia, pobreza y castidad.

El sacerdocio es una llamada de Jesús para convertirse en un “obrero de su mies”.


Recuerda cómo Jesús dijo a sus apóstoles: “La mies es abundante, pero los obreros
son pocos”. “¡Rogad al dueño de la mies para que envíe obreros a su mies!”

La vocación no ha de ser cosa de uno sólo. Es necesario discernirlo en la oración y


también mediante la ayuda del confesor y director espiritual.

En el discernimiento de la propia vocación es necesario considerar la rectitud de


intención y las dotes propias para ella.

21
La vocación, nuestra vocación personal es uno de los mayores asuntos de nuestra
vida.

San José Benito Cottolengo dice: «Hemos sido creados para amar a Dios y llegar a
ser santos. Nos horroriza esta palabra de santo y creemos que es algo extraordinario
e imposible. Pero pensad esto: los santos ordinarios no se convirtieron en santos
de repente. No, lo han logrado poco a poco mediante el ejercicio de las virtudes: la
paciencia, el amor de Jesús, de la Virgen María. Tenían defectos, pero los erradica-
ron; tenían pasiones, pero los domesticaron; vivieron en un mundo perverso, pero
triunfaron sobre él. La gracia de Dios no le falta a nadie. Lo que hicieron los santos,
intentemos hacerlo y nos convertiremos en santos.»

EL PLAN DE VIDA

¿Qué es una regla de vida o un plan de vida? Consiste en la elección de medios


precisos para llegar cada día a la santidad, de acuerdo con las obligaciones de nuestro
estado de vida. Adoptar tal regla es absolutamente necesario, de lo contrario nuestras
buenas resoluciones a menudo sólo se quedan en intentos piadosos.

¿Cómo poner en práctica un plan de vida?

Hay tres factores que determinarán la puesta en práctica:

1. Sólo el modo de vida según el Evangelio de Nuestro Señor es válido para


alcanzar la felicidad en esta vida y en la otra.
2. Debe ser personal, adaptado a cada uno, con la ayuda del director espiritual
o confesor.
3. Es necesario que sea equilibrado.

Todo plan de vida ha de tener estos cuatro puntos: la vida espiritual, la guerra espiri-
tual, la formación personal y los deberes de tu estado.

La vida espiritual. La unión personal con Nuestro Señor Jesús es el núcleo de la vida
cristiana. Cultivar esta unión será, por lo tanto, la principal prioridad. Para hacer esto,
tendrás que cultivar cuidadosamente tres medios principales:

• Una vida de oración diaria que ninguna circunstancia pueda cambiar: la ora-
ción de la mañana y de la noche, un tiempo de oración mental, el rosario...
depende de ti elegir lo que razonablemente puedas hacer.

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• Una vida sacramental regular: confesión (una vez al mes es una buena fre-
cuencia); comuniones bien preparadas, seguidas de una verdadera acción de
gracias.
• La dirección espiritual te será de gran ayuda. Te ayudará a profundizar una
vida real de oración, así como a conducir efectivamente la lucha espiritual sin
la cual no puede haber vida cristiana.

El combate espiritual. Nadie puede escapar debido a nuestra herida por el pecado
original. Aquí hay cuatro puntos donde puedes enfocar tus esfuerzos:

• Eliminando las oportunidades de pecado: por ejemplo, eliminando citas peli-


grosas, salidas, espectáculos y películas cuestionables, redes sociales.
• Organizando bien tus días con la oración, el trabajo y el descanso.
• Combatiendo defectos concretos: por ejemplo, orgullo, codicia, impureza,
envidia, gula, ira, pereza...
• Adquiriendo y trabajando las virtudes.

La formación personal. Es necesario estructurar y nutrir la vida espiritual y la vida in-


telectual en general. Un uso saludable del tiempo permitirá utilizar diferentes medios:
buenas lecturas, conferencias, grupos de formación…

Deberes del estado. No olvides que la santidad que Dios quiere para ti no es etérea,
sino que pasa por un cumplimiento muy fiel de los deberes de tu estado, en un
espíritu sobrenatural.

Que el estudiante tome en serio sus estudios; el padre y la madre cuiden de la familia
como verdaderos cristianos, cultivando el amor entre ellos como esposos, buscando
el bien de sus hijos y procurando el sustento necesario a través del trabajo. Además,
recordaremos que Dios está esperando de ti, que habiendo recibido todo de manera
gratuita, te des de manera gratuita mediante el apostolado: hay muchas personas a tu
alrededor que te necesitan.

Para mejor establecer esta regla, poderla seguir más fielmente y comprobar con cierta
frecuencia si la ponemos en práctica, ponla por escrito y tenla siempre a mano.

23
SANTA MISA

Introducción a la Forma Extraordinaria del Rito Romano

La santa misa será celebrada según el misal de San Juan XXIII, llamada actualmente
“forma extraordinaria del Rito Romano”, según las disposiciones de S.S. Benedicto
XVI en el Motu Proprio Summorum Pontificum publicado el 7 de julio de 2007.

La elección de la Forma Extraordinaria del Rito Romano para las celebraciones de la


Peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad se fundamenta en los siguientes
puntos:

1. Por la expresión perfecta y sin defecto de la fe de la Iglesia en los Dogmas Eu-


carísticos: la transubstanciación, la Santa Misa como renovación del Sacrificio
de Cristo en la Cruz de forma incruenta y la permanencia de la presencia real
y sustancial de Jesús en la Eucaristía tras la Santa Misa.
2. Por la expresión también perfecta y sin defecto de toda la fe de la Iglesia,
compendiada en el Credo Niceno-Constantinopolitano.
3. Por la antigüedad de esta forma litúrgica originada en la Iglesia de Roma junto
a la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo.
4. Por el sentido profundo de adoración que expresan las ceremonias y las pala-
bras pronunciadas, así como su sentido de lo sacro que introduce en el Miste-
rio Divino al Pueblo de Dios por medio del silencio y el recogimiento.
Por el respeto, la belleza, el buen gusto, la piedad, la riqueza y solemnidad de los
ritos y ceremonias, la profunda riqueza y precisión de las fórmulas de la oración, la
elevación y nobleza.

I. El uso del latín


Para comprender que lo que vamos a hacer y decir durante la Misa no está en conti-
nuidad con nuestras acciones banales y cotidianas, utilizaremos un idioma diferente:
el latín.

Un idioma diferente a nuestros idiomas habituales, un idioma consagrado por un uso


más que milenario, ¿no es un idioma sagrado, más apto para celebrar el culto divino
que un idioma trivializado por el uso actual?

El latín es nuestra lengua materna, simple y llanamente. La Iglesia Romana es nuestra


madre, quiere reunir a todos sus hijos en la unidad del mismo idioma, cualquiera que
sea su nacionalidad. Aquí también hay peregrinos extranjeros. El latín es el signo de
nuestra unidad. Este ha sido el caso durante muchos siglos, y esto ha sido recordado
en el Concilio Vaticano II (Constitución sobre la Liturgia).

24
¿Pero quién entiende el latín hoy? Bueno... ¡primeramente Dios! ¿No es esto lo
esencial, ya que es a él a quien se dirige? Y para ti, en tu libro de peregrinos, tienes la
traducción de todas las oraciones de la Misa.

II. La orientación del sacerdote

Ya has notado que el sacerdote está mirando hacia la cruz del altar; no a la cara de los
fieles, sino en el mismo sentido que ellos. ¿Cuál es el motivo?

Es simple y muy hermoso: desde el principio, los cristianos se han vuelto hacia el
oriente para orar. Vieron, de hecho, en el sol naciente, el símbolo de Cristo Resu-
citado y su regreso al final de los tiempos. Así, naturalmente, hemos construido las
iglesias de tal manera que los fieles y el sacerdote en el altar se vuelvan a Dios.
Guiados por el sacerdote, queremos dejarnos llevar a la Cruz donde se realiza el
sacrificio que nos salva. Queremos volvernos al Señor.

III. Comunión de rodillas y en la lengua

¿Y por qué comulgamos de rodillas y en la lengua? Por la comunión recibimos a


Dios en nosotros: un Ser inmenso a quien el universo no puede contener, más gran-
de que todos los reyes, ¡el creador de las galaxias y de lo infinitamente pequeño! ¿No
es necesario como poco mostrarle un poco de respeto? Esta es la razón por la cual
sólo el sacerdote, cuyas manos han sido consagradas, tiene derecho a tocar la Santa
Hostia con sus manos.

Queridos peregrinos, todos habéis recibido, al principio, este Libro del Peregrino,
que os invitamos a guardar. Para ayudaros a recordar lo que acabamos de mencionar,
aseguraos de leer detenidamente los comentarios que encontraréis en el texto del or-
dinario de la Misa. Aquellos que no estáis acostumbrados no dudéis en pedir ayuda.
Y sabed que lo esencial no es entender todo sino dejarnos seducir por la realidad
que está más allá de nosotros. Tomemos un momento de silencio, abramos nuestros
corazones y volvamos ahora a la Cruz, al Corazón abierto de Jesús.

25
Misalito

MISAS SOLEMNES DE LA PEREGRINACIÓN


NUESTRA SEÑORA DE LA CRISTIANDAD - ESPAÑA

Sábado 24 de julio.
Misa votiva de san José (II clase, blanco)

Celebrante: Rvdo. Sr. D. José Miguel Marqués


Diácono: Rvdo. Sr. D. Jorge Vela, ICRSS
Subdiácono: Rvdo. Sr. D. José Calvín, FSSP
Predicador: Rvdo. Sr. D. José Manuel González

Domingo 25 de julio.
Solemnidad del Apóstol Santiago (I clase, rojo) Propia de España con Conmemora-
ción del IX domingo después de Pentecostés

Celebrante: Rvdo. Sr. D. Raúl Olazábal, ICRSS


Diácono: Rvdo. Sr. D. José Calvín, FSSP
Subdiácono: Rvdo. Sr. D. José Manuel González
Predicador: Rvdo. P. Xavier Català, OP

Lunes 26 de julio.
Misa votiva de Nuestra Señora de Covadonga (II clase, blanco)

Celebrante: Rvdo. Sr. D. Íñigo Serrano


Diácono: Rvdo. Sr. D. José Calvin, FSSP
Subdiácono: Rvdo. Sr. D. José Manuel González
Presbítero asistente: Rvdo. Sr. D. Alexis Rouquayrol, ICRSS
Predicador: Rvdo. Sr. D. Rodrigo Menéndez

*** En las misas privadas:


El sábado 24 de julio, Conmemoración de santa María en sábado con la conmemo-
ración de santa Cristina, virgen y mártir.

El domingo 25 de julio, solemnidad del Apóstol Santiago (propia de España) con la


conmemoración del IX domingo después de Pentecostés.

El lunes 26 de julio, Santa Ana, Madre de la Santísima Virgen María.

27
Propio y ordinario de la Santa Misa

ORDINARIO DE LA SANTA MISA CANTADA


Forma Extraordinaria del Rito Romano

Preparación

Oraciones al Pie del Altar

La Señal de la Cruz
DE PIE

El coro empieza a cantar el Introito, y seguido canta los Kyries y el


Gloria. Ver Introito en pág 32

Parado al pie del altar, el sacerdote comienza las Oraciones (en secreto):

V/. In nómine Patris, ( ) et Fílii, et Spí- V/. En el nombre del Padre ( ) y del
ritus Sancti. Amen. Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El sacerdote y el acólito alternan los versos del salmo siguiente:

V/. INTROÍBO ad altare Dei. V/. ENTRARÉ al altar de Dios


R/. Ad Deum qui laetíficat juventútem R/. Hasta Dios, que alegra mi juventud.
meam.

El Salmo 42: 1-5

28
V/. JÚDICA me, Deus, et discérne V/. JÚZGAME, oh Dios, y defiende
causam meam de gente non sancta: ab mi causa contra la gente malvada: del
hómine iníquo et dolóso érue me. hombre inicuo y mentiroso líbrame.
R/. Quia tu es, Deus, fortitúdo mea: R/. Pues Tú eres, oh Dios, mi fortaleza
quare me repulísti, et quare tristis incé- ¿por qué me rechazas, y por qué ando
do, dum afflígit me inimícus? triste, mientras me aflige el enemigo?

V/. Emítte lucem tuam et veritátem V/. Envía tu luz y tu verdad: ellas me
tuam: ipsa me dedúxerunt et adduxé- han de guiar y conducir a tu monte
runt in montem sanctum tuum, et in santo, y a tus moradas.
tabernácula tua. R/. Y entraré al altar de Dios: hasta Dios
R/. Et introíbo ad altáre Dei: ad Deum que alegra mi juventud.
qui laetíficat juventútem meam.
V/. Y te alabaré con la cítara, oh Dios,
V/. Confitébor tibi in cíthara, Deus, Dios mío: ¿por qué estás triste, alma
Deus meus: quare tristis es ánima mea, mía, y por qué me turbas?
et quare contúrbas me? R/. Espera en Dios, que aún lo alabaré:
R/. Spera in Deo, quoniam adhuc salvación de mi rostro, Dios mío.
confitébor illi: salutáre vultus mei, et
Deus meus. V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espí-
ritu Santo.
V/. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui R/. Como era en el principio, ahora y
Sancto. siempre y por los siglos de los siglos.
R/. Sicut erat in principio, et nunc, et Amén.
semper et in saécula saeculórum. Amen.
V/. Entraré al altar de Dios.
V/. Introíbo ad altáre Dei. R/. Hasta Dios, que alegra mi juventud.
R/. Ad Deum qui laetíficat juventútem
meam. V/. Nuestro auxilio ( ) está en el
nombre del Señor.
V/. Adjutórium nostrum ( ) in nómine R/. Que hizo el cielo y la tierra.
Dómini.
R/. Qui fecit coelum et terram.

29
Confesión pública

Inclinándose, el sacerdote hace su confesión para prepararse para celebrar el sacrifi-


cio. Su rezo es contestado por el acólito:

V/. CONFÍTEOR Deo omnipo- V/. Yo, pecador, me confieso a Dios to-
ténti, beátae Maríae semper Vír- dopoderoso, a la bienaventurada siempre
gini, beáto Michaéli Archángelo, Virgen María, al bienaventurado San
beáto Joánni Baptístae, sanctis Miguel Arcángel, al bienaventurado San
apóstolis Petro et Paulo, ómni- Juan Bautista, a los santos Apóstoles San
bus Sanctis, et vobis fratres, quia Pedro y San Pablo, a todos los Santos y a
peccávi nimis cogitatióne, verbo, vosotros hermanos, que pequé gravemente
et ópere: (Percutit sibi pectus ter, con el pensamiento, palabra, y obra: (dán-
dicens) mea culpa, mea culpa, mea dose tres golpes de pecho) por mi culpa,
máxima culpa. Ídeo precor beátam por mi culpa, por mi grandísima culpa. Por
Maríam semper Vírginem, beátum tanto, ruego a la bienaventurada siempre
Michaélem Archángelum, beátum Virgen María, al bienaventurado San Mi-
Joánnem Baptístam, sanctos após- guel arcángel, al bienaventurado San Juan
tolos Petrum et Paulum, omnes Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro
Sanctos, et vos fratres, oráre pro y San Pablo, a todos los Santos, y a voso-
me ad Dóminum Deum nostrum. tros, hermanos, que rogueis por mí a Dios
nuestro Señor.
R/. Misereátur tui omnípotens
Deus, et dimíssis peccátis tuis, per- R/. Dios todopoderoso tenga misericordia
dúcat te ad vitam aetérnam. de ti, y, perdonados tus pecados, te lleve a
la vida eterna.
V/. Amen.
V/. Amén.

Inclinándose, el acólito hace la confesión de nuestra parte, que es contestada por el


sacerdote:

30
V/. CONFÍTEOR Deo omnipo- V/. Yo, pecador, me confieso a Dios to-
ténti, beátae Maríae semper Vír- dopoderoso, a la bienaventurada siempre
gini, beáto Michaéli Archángelo, Virgen María, al bienaventurado San
beáto Joánni Baptístae, sanctis Miguel Arcángel, al bienaventurado San
apóstolis Petro et Paulo, ómni- Juan Bautista, a los santos Apóstoles San
bus Sanctis, et vobis fratres, quia Pedro y San Pablo, a todos los Santos y a
peccávi nimis cogitatióne, verbo, vosotros hermanos, que pequé gravemente
et ópere: (Percutit sibi pectus ter, con el pensamiento, palabra, y obra: (dán-
dicens) mea culpa, mea culpa, mea dose tres golpes de pecho) por mi culpa,
máxima culpa. Ídeo precor beátam por mi culpa, por mi grandísima culpa. Por
Maríam semper Vírginem, beátum tanto, ruego a la bienaventurada siempre
Michaélem Archángelum, beátum Virgen María, al bienaventurado San Mi-
Joánnem Baptístam, sanctos após- guel arcángel, al bienaventurado San Juan
tolos Petrum et Paulum, omnes Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro
Sanctos, et vos fratres, oráre pro y San Pablo, a todos los Santos, y a voso-
me ad Dóminum Deum nostrum. tros, hermanos, que rogueis por mí a Dios
nuestro Señor.
R/. Misereátur tui omnípotens
Deus, et dimíssis peccátis tuis, per- R/. Dios todopoderoso tenga misericordia
dúcat te ad vitam aetérnam. de ti, y, perdonados tus pecados, te lleve a
la vida eterna.
V/. Amen.
V/. Amén.

El sacerdote da la absolución
V/. INDULGÉNTIAM, ( ) absolu- V/. El Señor omnipotente y misericordio-
tiónem, et remissiónem peccatórum so nos conceda el perdón, ( ) la absolu-
nostrórum, tríbuat nobis omnípotens et ción y la remisión de nuestros pecados.
miséricors Dóminus. R/. Amén.
R/. Amen.
V/. Dios, volviéndote a nosotros, nos da-
V/. Deus, tu convérsus vivificábis nos. rás vida.
R/. Et plebs tua laetábitur in te. R/. Y tu pueblo se alegrará en Ti

V/. Ostende nobis Dómine, misericór- V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.


diam tuam.

31
R/. Et salutáre tuum da nobis. R/. Y danos tu salvación.

V/. Dómine, éxaudi oratiónem meam.. V/. Señor, escucha mi oración.

R/. Et clamor meus ad te véniat. R/. Y llegue a Ti mi clamor.

V/. Dóminus vobíscum. V/. El Señor esté con nosotros.

R/. Et cum spíritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

El sacerdote sube al altar

El sacerdote extiende y después junta sus manos mientras dice “Oremus” y después,
asciende al altar rezando la siguiente oración en silencio:

AUFER a nobis, quaesumus Domine, Te suplicamos, Señor, que borres nues-


iniquitates nostras: ut ad Sancta Sanc- tras iniquidades, para que merezcamos
torum puris mereamur mentibus introi- entrar con pureza de corazón al Santo
re. Per Christum Dominum nostrum. de los Santos, por Jesucristo Nuestro
Amen. Señor. Amén.

Entonces, colocando sus manos juntas sobre el altar e inclinándose, dice:

ORAMUS te, Domine, per merita Te rogamos, Señor, que por los méritos
Sanctorum tuorum, (Osculatur Altare de tus Santos, cuyas reliquias están aquí
in medio) quorum reliquiae hic sunt et (y besa el Altar) y de todos los Santos,
ómnium Sanctorum: ut indulgere digne- te dignes perdonar todos mis pecados.
ris omnia peccata mea. Amen. Amén.

I. Misa de los catecúmenos

Introito

El sacerdote va al Misal, se hace la señal de la cruz y recita la antífona del Introito


del día.

32
MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ (24 JULIO)
Salmo 32, 20-21. 79,2

Adjútor, et protéctor noster est Dóminus: El Señor es nuestro amparo y escudo;


in eo lætábitur cor nostrum, et in nómi- en él se goza nuestro corazón y en su
ne sancto ejus sperávimus. V/. Qui regis santo nombre confiamos. V/. Pastor de
Israël, inténde: qui dedúcis, velut ovem, Israel, escucha; tú que guías a José como
Joseph. V/. Glória Patri et Filio et Spiritui un rebaño. V/. Gloria al Padre, y al Hijo
Sancto. Sicut erat in principio et nunc et y al Espíritu Santo. Como era en el prin-
semper, et in saecula saeculorum. Amén cipio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.

MISA SANTIAGO APÓSTOL (25 JULIO)


Isaías 66, 19

PONAM IN EIS signum, dicit Dó- LEVANTARÉ en medio de ellos una señal,
minus: et mittam ex eis ad eos qui dice el Señor; y de ellos enviaré a las gentes
non audiérunt de me: et annuntiá- que jamás han oído hablar de mí y predi-
bunt glóriam meam géntibus V/. carán mi gloria a los gentiles. V/. Los cielos
Cæli enárrant glóriam Dei: et ópera pregonan la gloria de Dios, y el firmamento
mánuum ejus annúntiat firmamén- anuncia las obras de su poder. V/. Gloria al
tum. V/. Glória Patri et Filio et Spi- Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como
ritui Sancto. Sicut erat in principio et era en el principio, ahora y siempre, por los
nunc et semper, et in saecula saecu- siglos de los siglos. Amén.

MISA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA (26 JULIO)


Judith 13,31. Isaías 12, 5

Benedicta tu a Domino in omni taber- Bendita de Dios eres tú entre todas las
naculo Iacob, quoniam in omni gente tiendas de Jacob, porque toda nación
quæ audierit nomen tuum, magnifica- que oyere tu nombre, engrandecerá por
bitur super te Deus Israel.V/. Cantate ti al Dios de Israel. V/. Cantad al Señor
Domino, quoniam magnifice fecit: an- porque hizo maravillas, anunciadlo a
nuntiate hoc in universa terra. V/. Gló- toda la tierra. V/. Gloria al Padre, y al
ria Patri et Filio et Spiritui Sancto. Sicut Hijo y al Espíritu Santo. Como era en
erat in principio et nunc et semper, et el principio, ahora y siempre, por los
in saecula saeculorum. Amén siglos de los siglos. Amén.

33
Kyrie Eleison
Cuando termina, juntando las manos, dice –alternadamente– con sus ministros:

V/. Kyrie, eleison. V/. Señor, ten piedad.


R/. Kyrie, eleison. R/. Señor, ten piedad.
V/. Kyrie, eleison. V/. Señor, ten piedad.

R/. Christe, eleison. R/. Cristo, ten piedad.


V/. Christe, eleison. V/. Cristo, ten piedad.
R/. Christe, eleison. R/. Cristo, ten piedad.

V/. Kyrie, eleison. V/. Señor, ten piedad.


R/. Kyrie, eleison. R/. Señor, ten piedad.
V/. Kyrie, eleison V/. Señor, ten piedad

El Glória in excélsis

Estando en medio del altar, el Sacerdote extiende, eleva y junta las manos, se inclina
y dice el Glória in excélsis. Cuando termina va con los ministros a sentarse. Todos
pueden SENTARSE, mientras el coro termina cantando el Gloria. DE PIE cuando
el sacerdote y los ministros se levanten para subir al Altar.

GLÓRIA in excélsis Deo, et in terra GLORIA a Dios en las alturas y en la


pax homínibus bonae voluntátis. Lau- tierra paz a los hombres de buena volun-
dámus te, benedícimus te, adorámus tad. Te alabamos. Te bendecimos. Te
te, glorificámus te. Grátias ágimus tibi adoramos. Te glorificamos. Te damos
propter magnam glóriam tuam. Dó- gracias por tu inmensa gloria. Señor Dios,
mine Deus, rex coeléstis, Deus Pater Rey celestial, Dios Padre Omnipotente.
omnípotens. Dómine Fili unigénite, Señor, Hijo unigénito Jesucristo. Señor
Jesu Christe. Dómine Deus, Agnus Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre.
Dei, Fílius Patris. Qui tollis peccáta Tú que quitas los pecados del mundo, ten
mundi, miserére nobis. Qui tollis pec- piedad de nosotros. Tú, que quitas los pe-
cáta mundi, súscipe deprecatiónem cados del mundo, recibe nuestra súplica.
nostram. Qui sedes ad déxteram Pa- Tú, que estás sentado a la diestra de Dios
tris, miserére nobis. Quóniam tu solus Padre, ten piedad de nosotros. Porque Tú
Sanctus, tu solus Dóminus, tu solus sólo eres santo. Tú el sólo Señor. Tú el
altíssimus, Jesu Christe, cum Sancto sólo Altísimo, Jesucristo. Con el Espíritu
Spíritu ( ) in glória Dei Patris. Amen. Santo (hacen la señal de la cruz) ( ) en la
gloria de Dios Padre. Amén.

34
El sacerdote besa la piedra del ara del altar en el centro y volviéndose hacia los
fieles, dice:

V/. Dóminus vobíscum. V/. El Señor esté con vosotros.


R/. Et cum spíritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

V/. Oremus V/. Oremos

La Colecta

MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ (24 DE JULIO)

Deus, Qui ineffábili providéntia beá- OH Dios, que en tu inefable providencia,


tum Joseph sanctíssimæ Genitrícis tuæ te has dignado elegir a san José por es-
sponsum elígere dignátus es: præsta, poso de tu santísima Madre; te pedimos
quáesumus: ut, quem protectórem nos concedas que, venerándolo como
venerámur in terris, intercessórem ha- protector en la tierra, merezcamos tenerle
bére mereámur in cælis. Qui vivis et como intercesor en el cielo. Tú, que vives
regnas cum Deo Patre in unitate Spi- y reinas con Dios Padre, en la unidad del
ritus Sancti Deus, per omnia sæcula Espíritu Santo, y eres Dios por los siglos
sæculorum. Amen. de los siglos. Amén.

MISA DEL APÓSTOL SANTIAGO (25 DE JULIO)

ESTO, DOMINE, plebi tuae OH SEÑOR, sed el santificador y el


sanctificator et custos: ut, beati custodio de vuestro pueblo, para que,
Jacobi Apostoli tui munita praesidiis, defendido con los auxilios de vuestro
et conversatione tibi placeat et apóstol Santiago, os agrade con sus obras
secura mente deserviat. Per y os sirva con paz. Por Nuestro Señor
Dominum nostrum Iesum Jesucristo tu Hijo que vive y reina
Christum, Filium Tuum, qui tecum contigo y es Dios en la unidad del
vivit et regnat in unitate Spiritus Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Sancti, Deus, per omnia saecula Amén
saeculorum. Amen.
Se hace conmemoración del IX domingo después de Pentecostés

Pateant aures misericórdiæ tuæ, Dómi- Ábranse, Señor, los oídos de tu mise-
ne, précibus supplicántium: et, ut pe- ricordia a las súplicas de los que te im-
téntibus desidérata concédas; fac eos, ploran; y, para que les concedas lo que

35
quæ tibi sunt plácita, postuláre. Per desean, haz que pidan que pidan lo que te
Dominum nostrum Jesum Chris- es grato conceder. Por nuestro Señor Jesu-
tum, Filium Tuum, qui tecum vivit cristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en
et regnat in unitate Spiritus Sancti, la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
Deus, per omnia saecula saeculorum. los siglos de los siglos. Amén.
Amen.

MISA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA (26 DE JULIO)

Omnipotens et misericors Deus, qui Dios omnipotente y misericordioso, que


ad defensionem populi christiani in para la defensa del pueblo cristiano depa-
beatissima Virgine Maria perpetuum raste un auxilio perpetuo en la bienaventu-
auxilium mirabiliter constituisti: con- rada Virgen María; concédenos propicio,
cede propitius; ut tali præsidio muniti que, combatiendo durante la vida, ampa-
certantes in vita, victoriam de hoste ma- rado con tal protección, podamos en la
ligno consequi valeamus in morte. Per muerte, obtener la victoria del maligno
Dominum nostrum Iesum Christum enemigo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Filium tuum: Qui tecum vivit et regnat Hijo, que contigo vive y reina en la unidad
in unitate Spiritus Sancti Deus, per om- del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
nia sæcula sæculorum. Amen de los siglos. Amén.

La siguiente colecta “Et famulos tuos” se puede añadir a las oraciones propias de
cada Misa en los reinos de las Españas por concesión de S. Pío V y Gregorio XIII, tal
y como fue publicado por la Sagrada Congregación de Ritos en 1675.

Et fámulos tuos Papam nostrum Fran- Guarda, Señor, de toda adversidad a tus
ciscum, Antístitem nostrum Iesum, siervos, nuestro Papa Francisco, nues-
Regem nostrum, cum pópulo sibi com- tro Obispo Jesús, nuestro Rey, con el
mísso et exércitu suo ab omni adversi- pueblo a él encomendado y su ejército:
táte custódi: pacem et salútem nostris concede a nuestros tiempos la paz y la
concéde tempóribus: et ab Ecclésia tua salvación, y aparta de tu Iglesia toda
cunctam repélle nequítiam: et omnes maldad; dígnate devolver a la unidad de
errántes ad unitátem Ecclésiae revocá- la Iglesia a todos los que vagan fuera de
re et infidéles univérsos ad Evangélii ella, y traer a la luz del Evangelio a to-
lumen perdúcere: et fructus terrae dare dos los infieles y dar y conservarnos los
et conservare dignáeris. Per Domi- frutos de la tierra. Por nuestro Señor Je-
num nostrum Iesum Christum, Filium sucristo, tu Hijo, que contigo vive y rei-
Tuum, qui tecum vivit et regnat in uni- na en la unidad del Espíritu Santo y es
tate Spiritus Sancti, Deus, per omnia Dios por los siglos de los siglos. Amén.
saecula saeculorum. Amen.

36
La Epístola, Gradual, Aleluya y Evangelio

SENTADOS

MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ (24 DE JULIO)

EPÍSTOLA Génesis 49, 22-26

LÉCTIO LIBRI GÉNESIS. LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNE-


Fílius accréscens Joseph, fílius accrés- SIS
cens, et decórus aspéctu: fíliæ discurré- José es un novillo, un novillo hacia la
runt super murum. Sed exasperavérunt fuente, sus ramas subieron sobre la mura-
eum, et jurgáti sunt, inviderúntque illi lla. Los arqueros le hostigan, los tiradores
habéntes jácula. Sedit in forti arcus ejus, de saetas le atacan. Pero la cuerda del
et dissolúta sunt víncula brachiórum, arco se les rompe, y su poderoso brazo
et mánuum illius per manus poténtis se encoge, por el poderío del Fuerte de
Jacob: inde pastor egréssus est, lapis Jacob, por el nombre del Pastor de Israel.
Israël. Deus patris tui erit adjútor tuus, En el Dios de tu padre hallarás tu soco-
et Omnípotens benedícet tibi benedic- rro, en el Omnipotente, que te bendecirá
tiónibus cæli desuper benedictiónibus con bendiciones del cielo arriba, bendi-
abýssi jacéndtis deórsum, benedictió- ciones del abismo abajo, bendiciones del
nibus úberum et vulvæ. Benedictiónes seno y de la matriz. Las bendiciones de tu
patris tui comfortátæ sunt benedic- padre sobrepasarán a las bendiciones de
tiónibus patrum ejus, donec veníret los montes eternos, superarán la belleza
desidérium cóllium æternórum: fiant de las eternas colinas, que caigan sobre la
in cápite Joseph, et in vértice Nazaráei cabeza de José, sobre la frente del prínci-
inter fratres suos. pe de sus hermanos.

R/. Deo gracias. R/. A Dios gracias.

El coro canta el Gradual y el Aleluya

GRADUAL Salmo 20, 4-5

Dómine, prævenísti eum in benedictió- Oh Señor, le has prevenido con dulces


nibus dulcédinis: posuísti in cápite ejus bendiciones; pusiste sobre su cabeza una
corónam de lápide pretióso. V/. Vitam corona de piedras preciosas. V/. Te pidió
pétit a te, et tribuísti ei longitúdinem dié- vida, y Tú le has concedido alargar sus
rum in saeculum saeculi. días por los siglos de los siglos.

37
ALELUYA

Allelúia, alleluia.- V/. Fac nos innocuam, Aleluya. Aleluya. V/. Haced, oh José, que
Ioseph, decurrere vitam: sitque tuo sem- llevemos una vida impecable, siempre se-
per tuta patrocino. Allelúia. guros bajo tu patrocinio. Aleluya.

DE PIE

V/. Dóminus vobíscum. V/. El Señor esté con vosotros.

R/. Et cum spíritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

EVANGELIO Lucas 3, 21-23

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lectura del Santo Evangelio según


Lucam. san Lucas.

R/. Gloria tibi, Dómine. R/. Gloria a ti, Señor.

In illo témpore: Factum est autem cum En aquel tiempo, cuando todo el pue-
baptizarétur ómnis pópulus, et Jesu ba- blo se bautizaba, que, bautizado Jesús
tizáto, et oránte, apértum est cælum: y orando, se abrió el cielo y descendió
et descéndit Spíritus Sanctus corporáli el Espíritu Santo en forma corporal,
spécie sicut colúmba in ipsum: et vox de como paloma, sobre Él, y se dejó oír
cælo facta est: «Tu es Fílius meus diléc- del cielo una voz: “Tú eres mi Hijo
tus, in te complácui mihi.» Et ipse Jesus amado, en ti me complazco.” Jesús, al
erat incípiens quasi annórum trigínta, ut empezar, tenía unos treinta años, y era,
putabátur, fílius Joseph. según se creía, hijo de José.

R/. Laus tibi, Christe. R/. Alabanza a ti, Cristo.

38
MISA DEL APÓSTOL SANTIAGO (25 DE JULIO)

EPÍSTOLA 1 Corintios 4, 9-15

LECTIO EPISTOLAE BEATI LECTURA DE LA CARTA DE SAN


PAULI APOSTOLI AD CORIN- PABLO APÓSTOL A LOS CORIN-
THIOS. TIOS.
Fratres: Puto, quod Deus nos Após- Hermanos: Según pienso, Dios nos ha
tolos novíssimos osténdit, tamquam exhibido a nosotros los apóstoles como
morti destinátos: quia spectaculum postreros, como a sentenciados a muer-
facti sumus mundo, et Angelis, et te; pues hemos llegado a ser espectáculo
hominibus. Nos stulti Christum al mundo, a los ángeles y a los hombres.
propter, vos autem prudéntes in Nosotros somos insensatos por amor de
Christo: nos infírmi, vos autem for- Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo;
tes: vos nobiles, nos autem ignóbiles. nosotros débiles, mas vosotros fuertes;
Usque en hanc horam esurímus et, vosotros honorables, mas nosotros des-
et sitímus, et nudi sumus, et cólaphis preciados. Hasta esta hora padecemos
cædimur, et instábiles sumus, et la- hambre, tenemos sed, estamos desnudos,
borámus operantes manibus nostris: somos abofeteados, y no tenemos mo-
maledícimur, et benedícimus: per- rada fija. Nos fatigamos trabajando con
secutiónem pátimur, et sustinémus: nuestras propias manos; nos maldicen, y
blasphemámur, et obsecrámus: tam- bendecimos; padecemos persecución, y
quam purgaménta hujus mundi facti la soportamos. Nos difaman, y rogamos;
sumus, ómnium peripséma usque hemos venido a ser hasta ahora como la
adhuc. Non ut confúndam vos, haec escoria del mundo, el desecho de todos.
scribo, sed ut filios meos caríssimos No escribo esto para avergonzaros, sino
moneo. Nam si diciem millia pæ- para amonestaros como a hijos míos
dagogórum habeátis in Christo: sed amados. Porque aunque tengáis diez mil
non multos patres. Nam in Christo maestros en Cristo, no tendréis muchos
Jesu per Evangelium ego vos genui. padres; pues en Cristo Jesús yo os engen-
dré por medio del evangelio.
R/. Deo gracias.
R/. A Dios gracias.

39
El coro canta el Gradual y el Aleluya

GRADUAL Y ALELUYA Malaquías 2, 6

LEX DÓMINI semper fuit in ore ejus; LA LEY DEL SEÑOR estuvo siempre
et iníquitas non est invénta in lábiis suis. en su boca y no se encontró maldad al-
V/. In pace et in æquitáte ambulávit, et guna en sus labios. V/. Anduvo siempre
ímpios convérti ab aniquitáte. por el sendero de la paz y de la justicia, y
apartó a los impíos de su maldad.
ALLELÚIA, ALLELUIA. V/.O si-
dus refúlgens Hispániæ, sancte Jacóbe ALELUYA. ALELUYA. V/. Oh Estre-
Apóstole!: Intercede pro nobis ad Dó- lla refulgente de España, Apóstol Santia-
minum. Allelúia. go, intercede por nosotros ante el Señor.
Aleluya

DE PIE

V/. Dóminus vobíscum. V/. El Señor esté con vosotros.


R/. Et cum spíritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

EVANGELIO Mateo 20, 20-23

Sequéntia sancti Evangélii se- Lectura del Santo Evangelio según san
cúndum Mattaeum. Lucas.

R/. Gloria tibi, Dómine. R/. Gloria a ti, Señor.


En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre
In illo témpore: Accéssit ad Jesum de los hijos de Zebedeo con sus hijos, pos-
mater filiórum Zebedáei cum fíliis trándose ante él y pidiéndole algo. Él le di-
suis, adórans, et petens áliquid ab jo:¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en
eo. Qui dixit ei: «Quid vis?» Ait tu reino se sienten estos dos hijos míos, uno a
illi: «Dic ut sédeant hi duo fílii mei, tu derecha, y el otro a tu izquierda. Entonces
unus ad déxteram tuam, et unus ad Jesús respondiendo, dijo: No sabéis bien lo
sinístram in regno tuo». Respón- que pedís. ¿Podéis beber del cáliz que yo he
dens autem Jesus, dixit: «Nescítis de beber, y ser bautizados con el bautismo
quid petátis. Potéstis bíbere cáli- con que yo voy a ser bautizado? Y ellos le
cem, quem ego bibitúrus sum?» dijeron: Podemos. Él les dijo: El cáliz que yo
Dicunt ei: «Póssumus». he de beber lo beberéis, y reci-

40
Ait illis: «Cálicem quidem meum biréis el bautismo con que yo voy a ser
bibétis: sedére autem ad déxteram bautizado; pero el sentaros a mi derecha
meam, vel sinístram, non est meum y a mi izquierda, no me toca a mí dispo-
dare vobis, sed quibus parátum est a nerlo, sino a aquellos para quienes está
Patre meo». preparado por mi Padre.

R/. Laus tibi, Christe. R/. Alabanza a ti, Cristo.

MISA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA (26 DE JULIO)

EPÍSTOLA Eclesiástico 24, 23-31

LECTIO LIBRI SAPIENTIAE LECTURA DEL LIBRO DE LA


SABIDURÍA
Ego quasi vitis fructificavi suavitatem He dado como la vid, graciosos retoños
odoris: et flores mei fructus hono- y mis flores han dado frutos de gloria y
ris et honestatis. Ego mater pulchræ de riqueza. Yo soy la madre del amor
dilectionis et timoris et agnitionis et puro, del temor, de la ciencia y de la
sanctæ spei. In me gratia omnis viæ santa esperanza. En mí se halla toda la
et veritatis: in me omnis spes vitæ et gracia de la doctrina y de la verdad, toda
virtutis. Transitte ad me, omnes qui la esperanza de la vida y de la virtud.
concupiscitis me, et a generationibus Venid a mí los que deseáis y hartaos de
meis implemini. Spiritus enim meus mis frutos, porque pensar en mí es más
super mel dulcis, et hereditas mea dulce que la miel y poseerme, más que
super mel et favum. Memoria mea in el panal de miel. Mi memoria vivirá de
generationes sæculorum. Qui edunt generación en generación. Los que me
me, adhuc esúrient: et qui bibunt me, coman tendrán aún hambre, y quienes
adhuc sítient. Qui audit me, non con- me beban tendrán aún sed. El que me
fundétur et qui operantur in me, non escucha no sufrirá decepción y los que
peccabunt. Qui elucidant me, vitam obran por mí, no pecarán. Los que me
æternam habebunt. dan a conocer, tendrán la vida eterna.

R/. Deo gracias. R/. A Dios gracias.

41
El coro canta el Gradual y el Aleluya

GRADUAL Eclesiástico 24, 6. Proverbios 8, 34-35

Ego feci in cœlis ut oriretur lumen in- Yo hice nacer en los cielos la luz inde-
deficiens, et sicut nebula texi omnem ficiente y como una niebla cubrí toda la
terram. V/. Beatus homo qui audit tierra. V/. Dichoso el hombre que me
me, et qui vigilat ad fores meas quo- oye y madruga a la puerta de mi casa y
tidie, et observat ad postes ostii mei. está en acecho a los umbrales de ella.

ALELUYA Proverbios 8, 35

Alleluia, alleluia. V/. Qui me invenerit, Aleluya, aleluya. V/. Quien me ha-
inveniet vitam, et hauriet salutem a Do- llare, hallará la vida y alcanzará del
mino. Alleluia. Señor la salvación. Aleluya.

DE PIE

V/. Dóminus vobíscum. V/. El Señor esté con vosotros.


R/. Et cum spíritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

EVANGELIO Lucas 11, 27-28

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lectura del Santo Evangelio según


Lucam. san Lucas.

R/. Gloria tibi, Dómine. R/. Gloria a ti, Señor.

42
In illo témpore: Loquente Iesu ad En aquel tiempo, mientras hablaba Jesús
turbas, extollens vocem quædam a las turbas, una mujer, levantando la voz
múlier de turba, dixit illi: Beatus en medio del pueblo exclamó: Dichoso
venter, qui te portavit, et ubera, quæ el vientre que te llevó, y los pechos que te
suxísti. At ille dixit: Quinimmo beati, amamantaron. Mas Jesús respondió: Di-
qui audiunt verbum Dei, et custo- chosos más bien los que oyen la palabra
diunt illud. de Dios y la guardan.

R/. Laus tibi, Christe. R/. Alabanza a ti, Cristo.

***
Al final del Evangelio, el Sacerdote dice en secreto:

Per evangelica dicta, deleantur nostra Por las palabras del Evangelio, sean borra-
delicta. dos nuestros delitos.

Sermón

SENTADOS

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El Credo
(en las fiestas de I clase, y en las de II clase del Señor o de la Virgen)

DE PIE

Credo in unum Deum, patrem om- Creo en un solo Dios, Padre todopode-
nipoténtem, factórem coeli et térræ, roso, Creador del cielo y de la tierra, de
visibílium ómnium et invisibílium. Et todas las cosas visibles e invisibles. Y en
in unum Dóminum Jesum Christum, un solo Señor, Jesucristo. Hijo unigéni-
Fílium Dei unigénitum. Et ex Patre to de Dios, y nacido del Padre antes de
natum ante ómnia saécula. Deum de todos los siglos. Dios de Dios, Luz de
Deo, lumen de lúmine, Deum verum Luz, Dios verdadero de Dios verdadero.
de Deo vero. Génitum, non factum, Engendrado, no hecho; consubstancial al
consubstantiálem Patri: per quem Padre: por quien todas las cosas fueron
omnia facta sunt. Qui propter nos hechas. Quien por nosotros los hombres
hómines et propter nostram salútem y por nuestra salvación bajó de los cielos.
descéndit de coelis. (Hic genuflecti- (Dobla la rodilla) Y SE ENCARNÓ,
tur) ET INCARNATUS EST DE POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO,
SPIRITU SANCTO EX MARIA DE MARÍA VIRGEN: Y SE HIZO
VIRGINE: ET HOMO FACTUS HOMBRE. Crucificado también por no-
EST. Crucifíxus etiam pro nobis: sub sotros, padeció bajo el poder de Poncio
Pontio Pilato passus, et sepúltus est. Pilato, y fue sepultado. Y resucitó al ter-
Et resurréxit tertia die, secundum cer día, según las Escrituras. Y subió al
Scriptúras. Et ascéndit in coelum: cielo, y está sentado a la diestra del Padre.
sedet ad déxteram Patris. Et íterum Y otra vez ha de venir con gloria para juz-
ventúrus est cum gloria judicáre vivos gar a los vivos y a los muertos; y su reino
et mórtuos: cujus regni non erit finis. no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo,
Et in Spíritum Sanctum, Dóminum Señor y vivificador. Que del Padre y del
et vivificántem: qui ex Patre Filióque Hijo procede. Que con el Padre y el Hijo
procédit. Qui cum Patre et Fílio si- juntamente es adorado y glorificado. Que
mul adorátur et conglorificátur: qui habló por los profetas. Creo en la Iglesia
locútus est per Prophétas. Et unam que es una, santa, católica y apostólica.
sanctam cathólicam et apostólicam Confieso que hay un solo bautismo para
Ecclésiam. Confíteor unum baptísma el perdón de los pecados. Y espero la re-
in remissiónem peccatórum. Et exs- surrección de los muertos. Y la vida
pécto resurrectiónem mortuórum. del siglo venidero. Amén.
Et vitam ventúri saéculi. Amen.

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II. Misa de los fieles

A. Ofrecimiento de la víctima (Ofertorio

El ofertorio
V/. Dominus vobíscum V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Et cum spíritu tuo R/. Y con tu espíritu.

V/. Oremos
V/. Oremus

Antífona del Ofertorio

El coro canta la Antífona del Ofertorio

SENTADOS
MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ (24 DE JULIO)
Salmo 147, 12-13

Lauda, Jerúsalem, Dóminum: quó- Alaba, Jerusalén, a tu Señor; porque ha


niam confortávit seras portárum reforzado los cerrojos de tus puertas y
tuárum: benedíxit fíliis tuis in te. ha bendecido a tus hijos en ti.

MISA DEL APÓSTOL SANTIAGO (25 DE JULIO)

NIMIS HONORÁTI sunt amici tui, HABÉIS HONRADO, oh Dios, en


Deus: nimis confortátus est principátus gran manera a vuestros amigos. Su im-
eórum. Allelúia. perio es poderoso. Aleluya.

MISA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA (26 DE JULIO)


Ester 14, 19

Deus fortis super omnes, exaudi vo- Dios de los fuertes, escucha la las sú-
cem auxilium Genitricis tuæ imploran- plicas de los que imploran el auxilio
tium, qui nullam aliam spem habent, de tu Madre, los cuales no tiene otra
et libera nos de manu iniquorum. esperanza, y líbranos de las manos de
Alleluia los inicuos. Aleluya.

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El ofrecimiento de la Hostia y del Cáliz

El Sacerdote ofrece el pan y el vino, los cuales serán convertidos en el Cuerpo y San-
gre de Cristo, como oblación a Dios. De aquí en adelante, el sacerdote dirá la mayoría
de las oraciones en voz baja. Descubre el Cáliz, toma la patena con la Hostia y dice:

SUSCIPE, sancte Pater, omnipotens RECIBE, oh Padre Santo, omnipotente


aeterne Deus, hanc immaculatam y eterno Dios, esta que va a ser Hostia
hostiam, quam ego indignus famulus inmaculada y que yo, indigno siervo
tuus offero tibi, Deo meo vivo et vero, tuyo, te ofrezco a Ti, mi Dios vivo y ver-
pro innumerabilibus peccatis, et offen- dadero, por mis innumerables pecados,
sionibus, et negligentiis meis, et pro ofensas y negligencias, y por todos los
omnibus circumstantibus, sed et pro circunstantes, así como también por to-
omnibus fidelibus christianis vivis at- dos los fieles cristianos vivos y difuntos;
que defunctis: ut mihi, et illis proficiat a fin de que a mí y a ellos nos aproveche
ad salutem in vitam aeternam. Amen. para la salvación y vida eterna. Amén.

El Sacerdote mezcla el vino y el agua y dice:

DEUS, ( ) qui humanae substantiae DIOS, ( ) que maravillosamente


dignitatem mirabiliter condidisti, et mi- formaste la naturaleza humana y más
rabilius reformasti: da nobis per hujus maravillosamente la reformaste: haz-
aquae et vini mysterium, ejus divinitatis nos, por el misterio de esta agua y vino,
esse consortes, qui humanitatis nostrae participar de la divinidad de Aquel
fieri dignatus est particeps, Jesus Chris- que se dignó hacerse participante de
tus Filius tuus Dominus noster. Qui nuestra humanidad, Jesucristo, tu Hijo
tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Señor nuestro, que, Dios como es, con-
Sancti Deus: per omnia saecula saecu- tigo vive y reina en unidad del Espíritu
lorum. Amen. Santo, por todos los siglos de los siglos.
Amén.

Ofrecimiento del Cáliz


OFFERIMUS tibi, Domine, calicem Te ofrecemos, Señor, el Cáliz de sal-
salutaris tuam deprecantes clemen- vación, implorando de tu clemencia
tiam: ut in conspectu divinae majestatis que llegue en olor de suavidad hasta el
tuae, pro nostra et totius mundi salute acatamiento de tu Divina Majestad, para
com odore suavitatis ascendat. Amen. nuestra salvación y la de todo el mundo.
Amén.

46
Ofrecimiento del Sacerdote y los fieles

IN spiritu humilitatis, et in animo con- CON espíritu humilde y corazón con-


trito suscipiamur a te, Domine, et sic trito, seamos recibidos por Ti, Señor, y
fiat sacrificium nostrum in conspectu que hoy nuestro sacrificio se ofrezca en
tuo hodie, ut placeat tibi, Domine tu presencia de modo que te sea grato,
Deus. Señor Dios.

Levanta manos y ojos al cielo, bendiciendo la oblación:

VENI, Sanctificator omnipotens, ae- VEN, Santificador omnipotente, eterno


terne Deus; et bene( )dic hoc sacrifi- Dios; y ben( )dice este sacrificio dedi-
cium, tuo sancto nomini praeparatum. cado a tu santo nombre.

Incensación
El celebrante bendice el incienso.

Per intercessionem beati Michaelis Dígnese el Señor, por la intercesión


Archangeli, stantis a dextris altaris in- de san Miguel Arcángel, que asiste a
censi, et omnium electorum suorum, la diestra del altar del incienso, y por
incensum istud dignetur Dominus la de todos sus escogidos, bendecir
benedicere, et in odorem suavitatis acci- este incienso y aceptarlo como sua-
pere. Per Christum Dominum nostrum. vísimo perfume. Por Cristo nuestro
Amen. Señor. Amén.

Inciensa las ofrendas

Incénsum istud, a te benedíctum, ascén- Este incienso, por ti bendecido, suba


dat ad te, Dómine: et descéndat super hasta ti, Señor, y descienda sobre no-
nos misericórdia tua. sotros tu misericordia.

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Inciensa la cruz y todo el altar mientras recita tres veces el salmo 140

Dirigátur, Dómine, orátio mea, sicut in- Ascienda, Señor, mi oración ante
cénsum, in conspéctu tuo: elevátio má- tu presencia como el incienso, sea
nuum meárum sacrifícium vespertínum. la elevación de mis manos como
Pone, Dómine, custódiam ori meo, et la ofrenda de la tarde. Pon, Señor,
óstium circumstántiae lábiis meis: ut non guarda a mi boca y un candado a mis
declínet cor meum in verba malítiae, ad labios; para que no se deslice mi cora-
excusándas excusatiónes in peccátis. zón a palabras maliciosas, que sirven

Entrega el celebrante el incensario al diácono, diciendo:

Accéndat in nobis Dóminus ignem sui Encienda el Señor en nosotros el fue-


amóris, et flammam aetérnae caritátis. go de su amor y la llama de su eterna
Amen. caridad. Amen.

Lavatorio de las manos

A continuación, el Sacerdote vuelve a la derecha del altar y se lava las manos mien-
tras reza:
Salmo 25 (v. 6-12)

LAVABO inter inocentes manus LAVARÉ mis manos entre los inocentes;
meas: et circumdabo altare tuum, y me pondré oh Señor, al servicio de tu
Domine: altar.

Ut audiam vocem laudis, et ena- Para escuchar el cántico de alabanza, y


rrem universa mirabilia tua. proclamar todas tus maravillas.

Domine, dilexi decorem domus Señor, he amado la hermosura de tu casa,


tuae, et locum habitationis gloriae y la mansión de tu gloria.
tuae.
No pierdas, Dios mío, mi alma con los
Ne perdas cum impiis, Deus impíos, ni mi vida con los hombres san-
animam meam: et cum viris san- guinarios.
guinum vitam meam:
En cuyas manos están las iniquidades,
In quorum manibus iniquitates cuya diestra está cargada de sobornos.
sunt: dextera eorum repleta est
muneribus.

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Ego autem in innocentia mea ingressus Yo, en cambio, he procedido con
sum: redime me, et miserere mei. inocencia; líbrame y ten misericordia
de mí.
Pes meus stetit in directo: in ecclesiis
benedicam te, Domine. Mi pie ha permanecido firme en el
camino recto: yo te bendeciré, Señor,
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. en las asambleas de los fieles.
Sicut erat in principio, et nunc, et sem- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu
per et in saecula saeculorum. Amen. Santo. Como era en el principio aho-
ra y siempre y por los siglos de los
siglos. Amén.

La Oración a la Santísima Trinidad

El Sacerdote se dirige al centro del altar, e inclinado, recita la oración a la Santísima


Trinidad:

SUSCIPE sancta Trinitas, hanc obla- RECIBE, oh Trinidad Santa, esta obla-
tionem, quam tibi offerimus ob me- ción que te ofrecemos en memoria de
moriam passionis, resurrectionis, et la Pasión, Resurrección y Ascensión de
ascensionis Jesu Christi Domini nostri: Nuestro Señor Jesucristo y en honor
et in honorem beatae Mariae semper de la bienaventurada siempre Virgen
Virginis, et beati Joannis Baptistae, et María, del bienaventurado San Juan
sanctorum Apostolorum Petri et Pauli, Bautista y de los Santos Apóstoles San
et N. (*nombres de los santos cuyas Pedro y San Pablo, y de éstos y de to-
reliquias están en esta ara), et omnium dos los Santos; para que a ellos les sirva
Sanctorum: ut illis proficiat ad hono- de honor y a nosotros nos aproveche
rem, nobis autem ad salutem: et illi pro para la salvación, y se dignen interce-
nobis intercedere e dignentur in coelis, der por nosotros en el cielo aquellos
quorum memoriam agimus in terris. de quienes hacemos memoria en la
Per eundem Christum Dominum nos- tierra. Por el mismo Jesucristo Nuestro
trum. Amen. Señor. Amén.

El Orate fratres
V/. ORATE fratres, ut meum ac ves- V/. ORAD, hermanos, para que este
trum sacrificium acceptabile fiat apud sacrificio mío y vuestro, sea agradable
Deum Patrem omnipotentem. a Dios Padre Todopoderoso.

R/. Suscípiat, Dóminus sacrifícium R/. El Señor reciba de tus manos este
de mánibus tuis ad laudem et glóriam sacrificio en alabanza y gloria de su
nóminis sui, ad utilitátem quóque nos- nombre y también para la utilidad
tram, totiúsque Ecclésiae suae sanctae. nuestra y de toda su Santa Iglesia.

49
La Secreta

MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ (24 DE JULIO)

Sanctíssimæ Genitrícis tuæ sponsi Sostenidos por el patrocinio del espo-


patrocínio suffúlti, rogámus, Domi- so tu Santísima Madre, imploramos,
ne, cleméntiam tuam; ut corda nostra Señor, de tu clemencia la gracia de des-
fácias terréna cuncta despícere, ac te preciar de corazón todo lo terreno y de
verum Deum perfécta caritáte dilíge- amarte a ti, Dios verdadero, con perfec-
re: Qui vivis et regnas cum Deo Patre to amor. Tú que vives y reinas con Dios
in unitate Spiritus Sancti Deus, per Padre, en la unidad del Espíritu Santo,
omnia sæcula sæculorum. Amen. y eres Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

MISA DEL APÓSTOL SANTIAGO (25 DE JULIO)

OBLATIÓNES pópuli tui, quáesu- OS ROGAMOS, Señor, que el marti-


mus, Dómine, beáti Jacóbi Apóstoli rio de vuestro apóstol Santiago os haga
tui passio beáta concíliet: et quæ gratas las ofrendas de vuestro pueblo,
nostris non apta sunt méritis, fiant tibi y como por nuestros méritos no po-
plácitæ eius deprecatióne. Per Dómi- demos alcanzarlo, haced que os sean
num nostrum Jesum Christum Filium agradables por sus oraciones. Por nues-
tuum qui tecum vivit et regnat in uni- tro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
tate Spiritus Sancti Deus, per omnia reina contigo en la unidad del Espíritu
sæcula sæculorum. Amen. Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.

Se hace conmemoración del IX domingo después de Pentecostés

Concéde nobis, quáesumus, Dómine, Señor, te pedimos nos concedas el que


hæc digne frequentáre mystéria: quia, frecuentemos dignamente estos miste-
quóties hujus hóstiæ commemorátio rios; pues cuantas veces se celebra este
celebrátur, opus nostræ redemptiónis sacrificio, otras tantas se renueva la obra
exercétur. Per Dominum Jesum Chris- de nuestra redención. Por nuestro Se-
tum, Filium Tuum, qui tecum vivit et ñor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive
regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, y reina en la unidad del Espíritu Santo
per omnia sæcula sæculorum. Amen. y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

50
MISA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA (26 DE JULIO)

Pro religionis christianæ triumpho Te inmolamos, Señor, ofrendas por el


hostias placationis tibi, Domine, im- triunfo de la religión cristiana; y para
molamus: quæ ut nobis proficiant, que nos aprovechen, nos preste su apo-
opem auxiliatrix Virgo præstet, per yo la Virgen auxiliadora, por medio de
quam talis perfecta est victoria. Per quién se obró esta victoria. Por nuestro
Dominum nostrum Iesum Christum Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo
Filium tuum: Qui tecum vivit et reg- vive y reina en la unidad del Espíritu
nat in unitate Spiritus Sancti Deus, Santo y es Dios, por los siglos de los
per omnia sæcula sæculorum. Amen. siglos. Amén.

B. Inmolación de la víctima (Canon)

DE PIE
El Prefacio

V/. Per omnia saecula saeculorum. V/. Por todos los siglos de los siglos.
R/. Amen. R/. Amén.

V/. Dominus vobiscum. V/. El Señor sea con vosotros.


R/. Et cum spiritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

V/. Sursum corda. V/. ¡Arriba los corazones!


R/. Habemus ad Dominum R/. Ya los tenemos unidos al Señor.

V/. Gratis agamus Domino Deo V/. Demos gracias al Señor Dios
nostro. nuestro.
R/. Dignum et justum est. R/. Digno y justo es.

51
EN LA MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ (24 DE JULIO)

PREFACIO DE SAN JOSÉ

Vere dignum et iustum est, æquum Verdaderamente es digno y justo, equita-


et salutáre, nos tibi semper et ubí- tivo y saludable, que te demos gracias en
que grátias ágere: Dómine, sancte todo tiempo y lugar ¡Señor Santo, Padre
Pater, omnípotens ætérne Deus: Et todopoderoso y eterno Dios! Que, en la
te in Veneratióne beáti Joseph débi- veneración de San José te honremos con
tis magnificáre præcóniis, benedíce- las debidas alabanzas, te bendigamos y
re et predicáre. Qui et vir justus, a te te ensalcemos. Él fue el varón justo que
Deíparæ Vírgini Sponsus est datus: diste por Esposo a la Virgen Madre de
et fidélis servus ac prudens, super Dios, y el que constituiste como fiel y pru-
Famíliam tuam est constitútis: ut dente servidor sobre tu Familia; para que
Unigénitum tuum, Sancti Spíritus guardase, haciendo las veces de padre, a
obumbratióne concéptum, patérna tu Hijo unigénito y Señor nuestro Jesu-
vice custodíret, Jesum Christum cristo, concebido por obra del Espíritu
Dóminum nostrum. Per quem Santo. Por quien los Ángeles alaban a tu
majestátem tuam laudant Angeli, Majestad, la adoran las Dominaciones, y
adórant Dominatiónes, tremunt Po- se sobrecogen de respeto las Potestades.
testátes. Cæli cælorúmque Virtútes, Los Cielos y las Virtudes celestiales y los
ac beáta Séraphim, sócia exsulta- bienaventurados Serafines la ensalzan con
tióne concélebrant. Cum quibus el mismo júbilo. Por lo que te pedimos te
et nostras voces, ut admítti júbeas dignes escuchar juntamente con las suyas
deprecámur, súpplici confessióne nuestras voces, al prorrumpir en esta res-
dicéntes: petuosa alabanza:

EN LA MISA DEL APÓSTOL SANTIAGO (25 DE JULIO)

PREFACIO DE LOS APÓSTOLES

VERE DIGNUM et iustum est, EN VERDAD es justo y necesario, equi-


aequum et salutare, Te Domine tativo y saludable, rogaros, Señor, Pastor
suppliciter exorare, ut gregem tuum eterno, no desamparéis a vuestra grey,
pator aeterne, non deseras: sed per sino que por vuestros santos Apóstoles
beatos Apostolos tuos continua pro- la guardéis con protección continua, para
tectione custodias. Ut iisdem recto- que la gobiernen los mismos vicarios que
ribus gubernetur, quos operis tui vi- establecisteis por Pastores

52
carios eidem contulisti præésse pastores. suyos. Por eso, con los ángeles y ar-
Et ideo cum Angelis et Archangelis, cum cángeles, con los Tronos y Domina-
Thronis et Dominationibus, cumque ciones y con todos los coros celestia-
omni militia caelestis exercitus, hymnum les, cantamos sin cesar el himno de
gloriae tuae canimus, sine fine dicentes: tu gloria:

EN LA MISA VOTIVA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA


(24 DE JULIO)

PREFACIO DE LA VIRGEN
VERE DIGNUM et iustum est,
æquum et salutáre, nos tibi semper EN VERDAD es digno y justo, equita-
et ubíque grátias ágere: Dómine, tivo y saludable que en todo tiempo y
sancte Pater, omnípotens ætérne lugar demos gracias, Señor Santo, Padre
Deus: Et te in veneratióne beátæ omnipotente, Dios eterno y alabarte y
Maríæ semper Vírginis collaudáre, bendecirte y glorificarte en la veneración
benedícere, et predicáre. Quæ et de la bienaventurada siempre Virgen
Unigénitum tuum Sancti Spíritus María que concibió a tu Unigénito Hijo
obumbratióne concépit: et virgini- por obra del Espíritu Santo y permane-
tátis glória permanénte lumen ætér- ciendo intacta la gloria de su virginidad
num mundo effúdit, Jesum Chris- dio al mundo la luz eterna, Jesucristo
tum Dóminum nostrum. Per quem Nuestro Señor. Por quien los Ángeles
majestátem tuam laudant Angeli, alaban a tu majestad, las dominaciones
adórant Dominatiónes, tremunt Po- la adoran, tiemblan las potestades, los
testátes. Cæli cælorúmque Virtútes, cielos y las virtudes de los cielos, y los
ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne bienaventurados serafines la celebran
concélebrant. Cum quibus et nostras con igual júbilo. Te rogamos que con sus
voces, ut admítti júbeas deprecámur, alabanzas recibas también las nuestras
súpplici confessióne dicéntes: cuando te decimos con humilde confe-
sión.

El Sanctus

SANCTUS, Sanctus, Sanctus, Dóminus SANTO, Santo, Santo es el Señor


Deus Sábaoth. Pleni sunt coeli et terra Dios de los Ejércitos. Llenos están
gloria tua. Hosánna in excélsis. Benedíc- los cielos y Tierra de tu gloria. ¡Ho-
tus qui venit in nómine Dómini. Hosánna sanna en las alturas! ¡Bendito el que
in excélsis. viene en nombre del Señor! ¡Ho-

53
DE RODILLAS

EL CANON DE LA MISA

En silencio, el sacerdote empieza el Canon de la Misa

Las Oraciones anteriores a la Consagración

TE igitur, clementissime Pater, per TE pedimos, pues, y humildemente te


Jesum Christum Filium tuum, Domi- rogamos, oh Padre clementísimo, por
num nostrum, supplices rogamus ac nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, (besa
petimus, (Osculatur Altare) uti accepta el Altar) que recibas y bendigas estos
habeas, et benedicas, haec ( ) dona, dones, estas ofrendas y estos santos y
haec ( ) munera, haec ( ) sancta sa- puros sacrificios; que te ofrecemos, en
crificia illibata; in primis quae tibi offe- primer lugar, por tu Santa Iglesia Católi-
rimus pro Ecclesia tua sancta catholica; ca, para que te dignes darle la paz, guar-
quam pacificare, custodire, adunare, et darla, unificarla, y gobernarla en toda la
regere digneris toto orbe terrarum: redondez de la tierra, juntamente con
una cum fámulo tuo Papa nostro N., et tu siervo el Papa N., nuestro Prelado
Antistite nostro N. et ómnibus ortho- N., y todos los que profesan la verdade-
doxis, atque catholicae et apostolicae ra fe católica y apostólica.
fidei cultoribus.

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Conmemoración de los Vivos

MEMENTO, Domine, famulorum, ACUÉRDATE, Señor, de tus siervos


famularumque tuarum N. et N., et y siervas N. y N...., y de todos los cir-
omnium circumstantium, quorum cunstantes, cuya fe y devoción te son
tibi fides cognita est, et nota devotio, conocidas; por los que te ofrecemos,
pro quibus tibi offerimus: vel qui tibi o que ellos mismos te ofrecen, este sa-
offerunt hoc sacrificium laudis pro se, crificio de alabanza, por sí y por todos
suisque omnibus: pro redemptione los suyos, por el rescate de sus almas, y
animarum suarum, pro spe salutis, et por su salud y bienestar corporal; y que
incolumitis suae: tibique reddunt vota también te tributan sus homenajes a Ti,
sua aeterno Deo, vivo et vero. Dios eterno, vivo y verdadero.

Conmemoración de los Santos

COMMUNICANTES, et memoriam UNIDOS por la comunión de los


venerantes in primis gloriosae semper Santos y honrando, primeramente, la
Virginis Mariae, Genitricis Dei et Do- memoria de la gloriosa siempre Virgen
mini nostri Jesu Christi: sed et beati María, Madre de Jesucristo, Señor y
Joseph ejusdem Virginis Sponsi, et Dios nuestro, y la de san José esposo
beatorum Apostolorum ac Martyrum de la misma Virgen, la de tus bienaven-
tuorum, Petri et Pauli, Andreae, Jaco- turados Apóstoles y Mártires: Pedro y
bi, Joannis, Thomae, Jacobi, Philippi, Pablo, Andrés, Santiago, Juan, Tomás,
Bartholomaei, Matthaei, Simonis, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Si-
et Thaddaei: Lini, Cleti, Clementis, món y Tadeo, Lino, Clemente, Sixto,
Xysti, Cornelii, Cypriani, Laurentii, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógo-
Chrysogoni, Joannis et Pauli, Cosmae no, Juan y Pablo, Cosme y Damián, y
et Damiani, et ómnium Sanctorum de todos tus Santos; te pedimos, por sus
tuorum; quorum meritis precibusque méritos e intercesión, nos concedas ser
concedas, ut in omnibus protectionis fortalecidos en todo con el auxilio de tu
tuae muniamur auxilio. Per eundem protección. Por el mismo Jesucristo N.
Christum Dominum nostrum. Amen. S. Amén.

55
La Consagración

Entre las múltiples particularidades litúrgicas que se practican en los reinos de


las Españas, se recogen también cuestiones referentes al campo de la música
sacra. Entre ellas existe la posibilidad de que en la Misa Tradicional, el órgano
suene durante toda la celebración.
En los días más solemnes, para el momento de la consagración, se interpreta
la Marcha Real (Himno Nacional), otorgando así honores de Rey al Santísimo
Sacramento. Esta costumbre también se practica en la Procesión del Corpus
Christi y en algunas Procesiones de la Santísima Virgen.

Oblación de la Víctima

COMMUNICANTES, et memoriam UNIDOS por la comunión de los


venerantes in primis gloriosae semper Santos y honrando, primeramente, la
Virginis Mariae, Genitricis Dei et Do- memoria de la gloriosa siempre Virgen
mini nostri Jesu Christi: sed et beati María, Madre de Jesucristo, Señor y
Joseph ejusdem Virginis Sponsi, et Dios nuestro, y la de san José esposo
beatorum Apostolorum ac Martyrum de la misma Virgen, la de tus bienaven-
tuorum, Petri et Pauli, Andreae, Jaco- turados Apóstoles y Mártires: Pedro y
bi, Joannis, Thomae, Jacobi, Philippi, Pablo, Andrés, Santiago, Juan, Tomás,
Bartholomaei, Matthaei, Simonis, Santiago, Felipe, Bartolomé, Mateo, Si-
et Thaddaei: Lini, Cleti, Clementis, món y Tadeo, Lino, Clemente, Sixto,
Xysti, Cornelii, Cypriani, Laurentii, Cornelio, Cipriano, Lorenzo, Crisógo-
Chrysogoni, Joannis et Pauli, Cosmae no, Juan y Pablo, Cosme y Damián, y
et Damiani, et ómnium Sanctorum de todos tus Santos; te pedimos, por
tuorum; quorum meritis precibusque sus méritos e intercesión, nos concedas
concedas, ut in omnibus protectionis ser fortalecidos en todo con el auxilio
tuae muniamur auxilio. Per eundem de tu protección. Por el mismo Jesu-
Christum Dominum nostrum. Amen. cristo N. S. Amén.

56
Consagración de la Hostia

QUI pridie quam pateretur, accepit EL cual, la víspera de Su Pasión, tomó


panem in sanctas ac venerabiles ma- un pan en Sus santas y venerables ma-
nus suas, et elevatis oculis in coelum nos, y levantando los ojos al cielo en
ad te Deum Patrem suum omnipoten- dirección a Ti, oh Dios, su Padre Omni-
tem, tibi gratias agens, ( ) benedixit, potente, dándote las gracias, lo ben( )
fregit, deditque discipulis suis, dicens: dijo, lo partió y se lo dio a sus discípulos,
Accipite, et manducate ex hoc omnes. diciendo: tomad y comed todos de Él

HOC EST ENIM CORPUS MEUM. PORQUE ESTE ES MI CUERPO.

Consagración del Vino

SIMILI modo postquam coenatum DE igual modo, al terminar la cena


est, accipiens et hunc praeclarum Ca- tomó también este precioso cáliz en Sus
licem in sanctas ac venerabiles manus santas y venerables manos, y dándote de
suas: item tibi gratias agens, ( ) bene- nuevo gracias, lo bendi( )jo, y se lo dio
dixit, deditque discipulis suis, dicens: a sus discípulos, diciendo: tomad y be-
Accipite, et bibite ex eo omnes. bed todos de Él.

HIC EST ENIM CALIX SANGUI- PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE


NIS MEI, NOVI ET AETERNI MI SANGRE, DEL NUEVO Y ETER-
TESTAMENTI: MYSTERIUM NO TESTAMENTO: MISTERIO DE
FIDEI: QUI PRO VOBIS ET PRO FE, QUE SERÁ DERRAMADA POR
MULTIS EFUNDETUR IN REMIS- VOSOTROS Y POR MUCHOS EN
SIONEM PECCATORUM. REMISIÓN DE LOS PECADOS.

Haec quotiescumque feceritis, in mei Cuantas veces hiciereis esto, hacedlo en


memoriam facietis. memoria de Mí.

El coro puede entonar el Benedictus o una pieza Eucarística

57
Las Oraciones posteriores a la Consagración

Conmemoración de la Pasión, Resurrección y Ascensión del Señor

UNDE et memores, Domine, nos POR lo cual, oh Señor, acordándonos


servi tui, sed et plebs tua sancta, nosotros tus siervos y tu pueblo santo, así
ejusdem Christi Filii tui Domini de la dichosa Pasión de tu mismo Hijo y
nostri tam beatae Passionis, nec Señor nuestro Jesucristo, como de su re-
non et ab inferis Resurrectionis, sed surrección del sepulcro, y de su gloriosa
et in coelos gloriosae Ascensionis: Ascensión a los cielos: ofrecemos a tu Ma-
offerimus praeclarae majertati tuae jestad, de entre tus dones y dádivas, una
de tuis donis ac datis hostiam ( ) Hostia ( ) pura, una Hostia ( ) santa,
puram, hostiam ( ) sanctam, hos- una Hostia ( ) inmaculada, el Pan( )
tiam ( ) immaculatam, Panem ( Santo de la vida eterna y el Cáliz ( ) de
) sanctum vitae aeternae, et Calicem perpetua salvación.
( ) salutis perpetuae. SOBRE los cuales dígnate mirar con ojos
SUPRA quae propitio ac sereno favorables y semblante apacible, y aceptar-
vultu respicere digneris; et accepta las como tuviste a bien aceptar los dones
habere, sicuti accepta habere digna- de tu siervo el inocente Abel, y el Sacri-
tus es munera pueri tui justi Abel, et ficio de nuestro Patriarca Abrahán, así
sacrificium patriarchae nostri Abra- como también el que te ofreció tu Sumo
hae, et quod tibi obtulit summus sa- Sacerdote Melquisedec: sacrificio aquel
cerdos tuus Melchisedech, sanctum santo, hostia inmaculada.
sacrificium, immaculatam hostiam. HUMILDEMENTE te suplicamos, oh
SUPPLICES te rogamus, omnipo- Dios todopoderoso, que mandes trans-
tens Deus, jube haec perferri per portar estas ofrendas por manos de tu
manus sancti Angeli tui in sublime santo Ángel a tu altar celestial y hasta el
altare tuum, in conspectu divinae acatamiento de tu divina Majestad: a fin
majestatis tuae: ut quotquot (oscu- de que todos cuantos, (besa el altar) co-
latur altare) ex hac altaris partici- mulgando en este altar, recibiéremos el
patione, sacrosanctum Filii tui ( ) santo ( ) Cuerpo y la Sangre ( ) de tu
Corpus, et Sanguinem ( ) sump- Hijo, seamos colmados de todas las ben-
serimus, omni benedictione coelesti diciones y gracias celestiales. Por el mismo
et gratia repleamur. Per eumdem Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Christum Dominum nostrum.
Amen.

58
Conmemoración de los Muertos
MEMENTO, Domine, famulorum ACUÉRDATE también, Señor, de tus
famularumque tuarum N. et N., qui siervos y siervas N... N..., que nos han
nos praecesserunt cum signo fidei, et precedido con la señal de la fe y duer-
dormiunt in somno pacis. Ipsis, Domi- men el sueño de la paz. A ellos, oh Se-
ne, et omnibus in Christo quiescenti- ñor, y a todos los que descansan en Cris-
bus, locum refrigerii, lucis et pacis, ut to, rogámoste los coloques en el lugar del
indulgeas, deprecamur. Per eumdem refrigerio, de la luz y de la paz. Por el
Christum Dominum nostrum. Amen. mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Invocación de los Santos


NOBIS quoque peccatoribus famulis También a nosotros, tus siervos peca-
tuis, de multitudine miserationum tua- dores, que confiamos en la abundan-
rum sperantibus, partem aliquam, et cia de tu misericordia, dígnate darnos
societatem donare digneris, cum tuis participación y entrada con tus Santos
sanctis Apostolis et Martyribus: cum Apóstoles y Mártires: con Juan, Esteban,
Joanne, Stephano, Matthia, Barnaba, Matías, Bernabé, Ignacio, Alejandro,
Ignatio, Alexandro, Marcellino, Petro, Marcelino, Pedro, Felicidad, Perpetua,
Felicitate, Perpetua, Agatha, Lucia, Águeda, Lucía, Inés, Cecilia, Anastasia,
Agnete, Caecilia, Anastasis, et ómni- y todos tus Santos: en cuya compañía te
bus Sanctis tuis: intra quorum nos con- rogamos nos admitas, no en atención a
sortium, non aestimator meritim sed nuestros méritos, sino por tu gran mise-
veniae, quaesumus, largitor admitte. ricordia. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Per Christum Dominum nostrum. Per Por quien, Señor, siempre creas todos
quem haec omnia Domine, Semper estos bienes, los santi(🕂)ficas, los vivi(🕂)
bona creas ( ), sanctificas ( ), vivifi- ficas, los ben(🕂)dices y nos los otorgas.
cas ( ), benedicis, et praestas nobis.
Fin del Canon y pequeña Elevación

PER ( ) ipsum, et cum ( ) ipso, et in POR Él ( ), y con Él( ), y en Él( ),


( ) ipso, est tibi Deo Patri ( ) omni- a Ti, Dios Padre ( ) Omnipotente, en
potenti, in unitate Spiritus ( ) Sancti, unión con el Espíritu (v) Santo, se dirige
omnis honor et gloria. todo honor y gloria.

… Per omnia saecula saeculorum. … Por todos los siglos de los siglos.

R/. Amen. R/. Amén.

59
C. Participación de la víctima (Comunión)

DE PIE
El Pater Noster

Oremus Oremos

PRAECEPTIS salutaribus moniti, et Amonestados por preceptos saludables


divina institutione formati, audemus y aleccionados por divina enseñanza,
dicere: nos atrevemos a decir:

PATER noster, qui es in coelis: PADRE nuestro, que estás en los cie-
sanctificetur nomen tuum: adveniat los, santificado sea tu nombre. Venga
regnum tuum: fiat voluntas tua, sicut a nosotros tu reino. Hágase tu volun-
in coelo, et in terra. Panem nostrum tad así en la tierra como en el cielo. El
quotidianum da nobis hodie, et dimi- pan nuestro de cada día dánosle hoy, y
tte nobis debita nostra, sicut et nos di- perdónanos nuestras deudas así como
mittimus debitoribus nostris. Et ne nos nosotros perdonamos a nuestros deudo-
inducas in tentationem: res. Y no nos dejes caer en la tentación.

R/. Sed líbera nos a malo R/. Mas líbranos del mal.

El sacerdote dice en secreto el Amén

El Libera nos y el fraccionamiento de la Hostia

LIBERA nos, quaesumus, Domi- LÍBRANOS, te suplicamos, Señor, de


ne, ab omnibus malis, praeteritis, todos los males pasados, presentes y fu-
praesentibus, et futuris: et interce- turos; y por la intercesión de la gloriosa
dente beata et gloriosa semper Virgi- siempre Virgen María, Madre de Dios,
ne Dei Genitrice Maria, cum beatis y de tus bienaventurados Apóstoles San
Apostolis tuis Petro et Paulo, atque Pedro, San Pablo y San Andrés, y todos
Andrea, et ómnibus Sanctis, da pro- los demás Santos danos bondadosamen-
pitius pacem in diebus nostris: ut ope te la paz en nuestros días; a fin de que,
misericordiae tuae adjuti, et a peccato asistidos con el auxilio de Tu misericor-
simus semper liberi, et ab omni per- dia, estemos siempre libres de pecado y
turbatione securi. al abrigo de cualquier perturbación.

… per omnia saecula saeculorum. … por los siglos de los siglos.

60
R/. Amen. R/. Amén.

V/. PAX ( ) Domine sit ( ) semper V/. La paz ( ) del Señor ( ) sea siem-
( ) vobiscum. pre con ( ) vosotros.

R/. Et cum spiritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

El coro entona el Agnus Dei


La mezcla del Sagrado Cuerpo y la Sangre

HAEC commixtio et consecratio Cor- Que esta mezcla de los elementos con-
poris et Sanguinis Domini nostri Jesu sagrados del Cuerpo y Sangre de nues-
Christi, fiat accipientibus nobis in vi- tro Señor Jesucristo, nos aproveche a
tam aeternam. Amen. quienes la recibimos, para la vida eterna.
Amén.

El Agnus Dei

AGNUS Dei, qui tollis peccata mundi: AGNUS Dei, qui tollis peccata mundi:
miserere nobis. miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: mi-
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: serere nobis.
miserere nobis. Agnus Dei, qui tollis peccata mundi:
dona nobis pacem.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: CORDERO de Dios que quitas los pe-
dona nobis pacem. cados del mundo ¡ten misericordia de
nosotros!

61
DE RODILLAS

Las Oraciones preparatorias para la Comunión

DOMINE Jesu Christe, qui dixisti SEÑOR Jesucristo, que dijiste a tus
Apostolis tuis: Pacem relinquo vobis, Apóstoles: Mi paz os dejo, mi paz os
pacem meam do vobis: ne respicias doy; no te fijes en mis pecados, sino
peccata mea, sed fidem Ecclesiae tuae: en la fe de tu Iglesia, a la cual dígnate
eamque secundum voluntatem tuam pacificarla y unirla conforme a tu volun-
pacificare et coadunare digneris: qui tad. Tú que vives y reinas por todos los
vivis et regnas Deus, per omnia saecula siglos de los siglos. Amén.
saeculorum. Amen.
SEÑOR Jesucristo, Hijo de Dios vivo,
DOMINE Jesu Christe, Fili Dei vivi, que, por voluntad del Padre y con la
qui ex voluntate Patris, cooperante cooperación del Espíritu Santo, diste la
Spiritu Sancto, per mortem tuam vida al mundo por tu muerte: líbrame,
mundum vivificasti: libera me per hoc por tu sagrado Cuerpo y Sangre de to-
sacrosanctum Corpus et Sanguinem das mis iniquidades y de todos los de-
tuum ab ómnibus iniquitatibus meis, et más males, y haz que cumpla siempre
universis malis: et fac me tuis semper tus mandamientos y no permitas que
inhaerere mandatis, et a te numquam jamás me aparte de Ti, quien siendo
separari permittas. Qui cum eodem Dios, vives y reinas con el mismo Dios
Deo Patre et Spiritu Sancto vivis et Padre y con el Espíritu Santo, Por los
regnas Deus in saecula saeculorum. siglos de los siglos. Amén.
Amen.
La comunión de tu Cuerpo, Señor
PERCEPTIO Corporis tui, Domine Jesucristo, que yo indigno me atrevo
Jesu Christe, quod ego indignus su- a recibir ahora, no se me convierta en
mere praesumo, non mihi proveniat motivo de juicio y condenación; sino
in judicium et condemnationen; sed que, por tu misericordia, me sirva de
pro tua pietate prosit mihi ad tutamen- protección para alma y para cuerpo y
tum mentis et corporis, et ad medelam de medicina saludable. Tú, que siendo
percipiendam. Qui vivis et regnas cum Dios, vives y reinas con Dios Padre en
Deo Patre in unitate Spiritus Sancti unidad del Espíritu Santo, por los siglos
Deus, per omnia saecula saeculorum. de los siglos. Amén.
Amen.

62
Las Oraciones de la Comunión
Comunión del sacerdote

PANEM caelestem accipiam, et no- Recibiré el Pan celestial, e invocaré el


men Domini invocabo. Nombre del Señor

El sacerdonte, dándose golpes en el pecho, dice:

DOMINE, non sum dignus, ut intres SEÑOR, yo no soy digno de que en-
sub tectum meum: sed tantum dic verbo, tres en mi morada, mas di una sola
et sanabitur anima mea. (x3) palabra y quedará sana mi alma. (x3)
EL CUERPO de Nuestro Señor ( )
CORPUS Domini nostri ( ) Jesu Chris- Jesucristo guarde mi alma para la vida
ti custodiat animam meam in vitam ae- eterna. Amén.
ternam. Amen. ¿Con qué compensaré yo al Señor a
cambio de todos los beneficios que
Quid retribuam Domino pro omnibus, me ha concedido? Tomaré el cáliz de
quae retribuit mihi? Calicem salutaris la salvación, e invocaré el nombre del
accipiam, et nomen Domini invocabo. Señor. Con alabanzas invocaré al Se-
Laudans invocabo Dominum, et ab ini- ñor, y quedaré libre de mis enemigos.
micis meis salvus ero. La Sangre de Nuestro Señor Jesu
( )cristo guarde mi alma para la vida
Sanguis Domini nostri Jesu ( ) Christi eterna. Amén.
custodiat animam meam in vitam ae-
ternam. Amen.
Comunión de los fieles
Preparación de los fieles para la comunión

En la Misa Solemne lo canta el diácono

V/. CONFÍTEOR Deo omnipo- V/. Yo, pecador, me confieso a Dios to-
ténti, beátae Maríae semper Vír- dopoderoso, a la bienaventurada siempre
gini, beáto Michaéli Archángelo, Virgen María, al bienaventurado San Mi-
beáto Joánni Baptístae, sanctis guel Arcángel, al bienaventurado San Juan
apóstolis Petro et Paulo, ómni- Bautista, a los santos Apóstoles San Pedro
bus Sanctis, et vobis fratres, quia y San Pablo, a todos los Santos y a voso-
peccávi nimis cogitatióne, verbo, tros hermanos, que pequé gravemente con
et ópere: (Percutit sibi pectus ter, el pensamiento, palabra, y obra: (dándose
dicens) mea culpa, mea culpa, mea tres golpes de pecho) por mi culpa, por mi
máxima culpa. Ídeo precor beátam culpa, por mi grandísima culpa. Por tanto

63
Maríam semper Vírginem, beátum ruego a la bienaventurada siempre Virgen
Michaélem Archángelum, beátum María, al bienaventurado San Miguel ar-
Joánnem Baptístam, sanctos após- cángel, al bienaventurado San Juan Bau-
tolos Petrum et Paulum, omnes tista, a los Santos Apóstoles San Pedro y
Sanctos, et vos fratres, oráre pro San Pablo, a todos los Santos, y a vosotros,
me ad Dóminum Deum nostrum. hermanos, que rogueis por mí a Dios nues-
tro Señor.
R/. Misereátur tui omnípotens
Deus, et dimíssis peccátis tuis, per- R/. Dios todopoderoso tenga misericordia
dúcat te ad vitam aetérnam. de ti, y, perdonados tus pecados, te lleve a
la vida eterna.
V/. Amen.
V/. Amén.

El sacerdote da la absolución

V/. INDULGÉNTIAM, ( ) absolu- V/. El Señor omnipotente y misericordio-


tiónem, et remissiónem peccatórum so nos conceda el perdón, ( ) la absolu-
nostrórum, tríbuat nobis omnípotens ción y la remisión de nuestros pecados.
et miséricors Dóminus. R/. Amén.
R/. Amen.
V/. Dios, volviéndote a nosotros, nos da-
V/. Deus, tu convérsus vivificábis nos. rás vida.
R/. Et plebs tua laetábitur in te. R/. Y tu pueblo se alegrará en Ti

V/. Ostende nobis Dómine, misericór- V/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.


diam tuam.

El sacerdote toma el copón y eleva una Hostia mientras dice:

Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit peccata He aquí el Cordero de Dios, he aquí
mundi. el que quita los pecados del mundo.

Luego los que van a comulgar repiten tres veces, golpeándose el pecho:

Dómine, non sum dígnus, ut íntres sub Señor, yo no soy digno de que entres
téctum meum, sed tántum dic verbo, et en mi casa; mas di una sola palabra y mi
sanábitur ánima mea. (se repite 3 veces) alma quedará sana. (se repite 3 veces)

64
El coro entona la Antífona de Comunión

Disposiciones para comulgar

Estar en gracia de Dios (no tener conciencia de ningún pecado mortal


cometido sin confesar).

Observar el ayuno eucarístico, mínimo una hora antes de la comunión.

Acercarse con el debido respeto (salvo impedimento, se debe comulgar


de rodillas y en la boca).

COMUNIÓN ESPIRITUAL: Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella


pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra santísima Madre,
con el espíritu y fervor de los santos. Amén.

El Sacerdote va hacia los comulgantes y, trazando una cruz con la Hostia por encima
del copón, le da la Comunión a cada fiel diciendo, con el Amén incluido:

Corpus Domini nostri Jesu ( ) Christi El Cuerpo de Nuestro Señor Jesu( )


custodiat animam tuam in vitam ae- cristo guarde tu alma para la vida eter-
ternam. Amen. na. Amén.

Después regresarán a sus sitios y permanecerán DE RODILLAS para dar gracias por
el Sumo Bien recibido

65
Las Oraciones durante las abluciones

Al purificar la patena:

Haz, Señor, que asimilemos con alma


Quod ore sumpsimus, Domine, pura
pura lo que con la boca recibimos, y de
mente capiamus: et de munere tempo-
don temporal conviértase en remedio
rali fiat nobis remedium sempiternum.
sempiterno.

Al purificar el cáliz
Corpus tuum, Domine, quod sumpsi, Tu Cuerpo, Señor, que he sumido, y
et Sanguis, quem potavi, adhaereat vis- tu Sangre, que he bebido, se adhieran
ceribus meis: et praesta; ut in me non a mis entrañas, y concédeme que no
remaneat scelerum macula, quem pura quede mancha alguna de pecado en mí,
et sancta refecerunt sacramenta: Qui a quien han alimentado estos puros y
vivis et regnas in saecula saeculorum. santos sacramentos: Tú que vives y rei-
Amen. nas por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona Comunión

En silencio.

MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ (24 DE JULIO)


Mateo 1 , 16

Jacob autem génuit Joseph virum Ma- Jacob engendró a José, el esposo de
ríæ, de qua natus est Jesus, qui vocátur María, de la cual nació Jesús, llamado
Christus. Cristo.

MISA DEL APÓSTOL SANTIAGO (25 DE JULIO)


Ecclesiático 45,20

IPSUM ELÉGIT Dóminus in salútem EL SEÑOR lo eligió para salvación de


géntium: dedit illi in præcéptis suis po- los pueblos: le dio el poder de anunciar
testátem docére Jacob testimónia, et in sus mandatos al pueblo de Jacob y de
lege sua lucem dare Israel. enseñar la santa ley al pueblo de Israel.

66
MISA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA (26 DE JULIO)

Salmo 147, 20

Non fecit taliter omni nationi, et iudicia Con ningún pueblo hizo igual ni le dio
sua non manifestavit eis. a conocer sus juicios.

DE PIE
La Oración de Poscomunión

V/. Dominus vobiscum. V/. El Señor sea con vosotros.

R/. Et cum spiritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

V/. Oremus V/. Oremos

MISA VOTIVA DE SAN JOSÉ (24 DE JULIO)

Divíni múneris fonte refécti, quaesu- Alimentados en la fuente misma del


mus, Dómine Deus noster: ut sicut nos don divino, te suplicamos Señor y Dios
facis beáti Joseph protectióne gaudére: nuestro, que así como nos concedes
ita ejus méritis et intercessióne, cæléstis el gozo de la protección de san José,
glóriæ fácias esse partícipes. Per Domi- así también por sus méritos e interce-
num Jesum Christum, Filium Tuum, sión, nos hagas partícipes de la gloria
qui Tecum vivit et regnat in unitate Spi- celestial. Por nuestro Señor Jesucristo,
ritus Sancti, Deus, per omnia saecula tu Hijo, que contigo vive y reina en la
saeculorum. Amen. unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos. Amén.

67
MISA DEL APÓSTOL SANTIAGO (25 DE JULIO)

TE PEDIMOS, Señor que la interce-


BEÁTI APÓSTOLI tui Jacobi, quæ-
sión de tu santo Apóstol Santiago nos
sumus, Dómine, intercessióne nos ád-
ayude; en cuya solemnidad hemos re-
juva: pro cuius solemnitáte percépimus
cibido alegres tus santos sacramentos.
tua sancta lætántes. Per Dominum nos-
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
trum Jesum Christum, Filium tuum, qui
que vive y reina contigo en la unidad
tecum vivit et regnat in unitate Spiritus
del Espíritu Santo y es Dios por los si-
Sancti, Deus, per omnia saecula saecu-
glos de los siglos. Amén.
lorum. Amen.

Se hace conmemoración del IX domingo después de Pentecostés.

Tui nobis, quaesumus, Dómine, com- Te suplicamos, Señor que la recepción


múnio sacraménti, et purificatiónem de tu sacramento nos limpie de nues-
cónferat, et tríbuat unitátem. Per Do- tros pecados y nos dé la unidad. Por
minum Jesum Christum, Filium Tuum, nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
qui Tecum vivit et regnat in unitate Spi- contigo vive y reina en la unidad del Es-
ritus Sancti, Deus, per omnia saecula píritu Santo y es Dios por los siglos de
saeculorum. Amen. los siglos. Amén.

MISA DE NUESTRA SEÑORA DE COVADONGA (26 DE JULIO)

Adesto, Domine, populo, qui participa- Asistid, Señor, a los pueblos que se
tione Corporis et Sanguinis tui reficien- alimentan con la participación de tu
tur ut sanctissima tua Genitrice auxilian- Cuerpo y Sangre, para que auxiliados
te, ab omni malo et periculo liberetur, por tu santísima Madre, sean liberados
et in omni opere bono custodiatur. Qui de todo mal y peligro, y guardados en
vivis et regnas cum Deo Patre in unitate toda obra buena. Que vives y reinas
Spiritus Sancti Deus, per omnia sæcula con Dios Padre, en la unidad del Espí-
sæculorum. Amen ritu Santo, y eres Dios por los siglos de
los siglos. Amén.

68
III. Conclusión de la Misa

El Ite, Missa est

V/. Dominus vobiscum. V/. El Señor esté con vosotros.

R/. Et cum spiritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

V/. Ite, missa est. V/. Idos, ha sido enviado.

R/. Deo gratias. R/. Demos gracias a Dios.

La Bendición

El sacerdote se inclina en el centro del altar, y dice en voz baja:

Placeat tibi, sancta Trinitas, obsequium Séate agradable, ¡oh Santa Trinidad!,
servitutis meae: et praesta; ut sacrifi- el obsequio de mi servidumbre; y haz
cium, quod oculis tuae majestatis indig- que el Sacrificio que yo, indigno, he
nus obtuli, tibi sit acceptabile, mihique ofrecido a los ojos de tu Majestad, te
et omnibus, pro quibus illud obtuli, sit, sea aceptable, y a mí, y a todos aquellos
te miserante, propitiabile. Per Christum por quienes lo he ofrecido sea, por tu
Dominum nostrum. Amen. piedad, propiciatorio. Por Cristo Nues-
tro Señor. Amén.

Tras lo cual bendice al pueblo:

DE RODILLAS

Benedicat vos omnipotens Deus. Bedígaos Dios omnipotente.


Pater, et Filius, ( ) et Spiritus Sanctus. Padre, e Hijo, ( ) y Espíritu Santo

R/. Amen. R/. Amén.

69
DE PIE
El coro entona un canto final

El último Evangelio

V/. Dominus vobiscum. V/. El Señor esté con vosotros.


R/. Et cum spiritu tuo. R/. Y con tu espíritu.

V/. ( ) Comienzo del Santo Evange-


V/. ( ) Initium sancti Evangelii secun- lio según San Juan.
dum Joannem. R/. Gloria a Ti, Señor.
R/. Gloria tibi, Domine.
En el principio existía el Verbo y el
Verbo estaba en Dios, y el Verbo
In principio erat Verbum et Verbum era Dios. Él estaba en el principio en
erat apud Deum, et Deus erat Verbum. Dios. Por Él fueron hechas todas las
Hoc erat in principio apud Deum. Om- cosas: y sin Él no se ha hecho cosa
nia per ipsum facta sunt, et sine ipso alguna de cuantas han sido hechas.
factum est nihil quod factum est; in En Él estaba la vida, y la vida era la
ipso vita erat, et vita erat lux hominum; luz de los hombres: y esta luz resplan-
et lux in tenebris lucet, et tenebrae eam dece en medio de las tinieblas, mas
non comprehenderunt. Fuit homo mis- las tinieblas no la recibieron. Hubo
sus a Deo cui nomen erat Joannes. Hic un hombre enviado de Dios, que se
venit in testimonium, ut testimonium llamaba Juan. Este vino como testigo
perhiberet de lumine, ut omnes cre- para dar testimonio de la luz, a fin de
derent per illum. Non erat ille lux, sed que por él todos creyesen. No era él
ut testimonium perhiberet de lumine. la luz, sino el que debía dar testimo-
Erat lux vera, quae illuminat omnem nio de la Luz. (El Verbo) era la luz
hominem venientem in hunc mundum. verdadera, que alumbra a todo hom-
In mundo erat, et mundus per ipsum bre que viene a este mundo. En el
factus est et mundus eum non cognovit. mundo estaba, y el mundo no le co-
In propria venit, et sui eum non recepe- noció. Vino a los suyos, y los suyos no
runt. Quotquot autem receperunt eum, le recibieron. Pero a todos los que le
dedit eis potestatem filios Dei fieri; his recibieron, que son los que creen en
qui credunt in nomine eius, qui non ex su nombre, dióles potestad de llegar
sanguinibus, neque ex voluntate carnis, a ser hijos de Dios: los cuales nacen
neque ex voluntate viri, sed ex deo nati no de la sangre, ni de la voluntad de
sunt. (Genuflectit dicens) ET VERBUM la carne, ni del querer del hombre,
CARO FACTUM EST, et habitavit in sino de Dios. (Dobla la rodilla) Y EL
nobis; et vidimus gloriam ejus gloriam VERBO SE HIZO CARNE y habitó

70
nobis; et vidimus gloriam ejus gloriam en medio de nosotros: y nosotros he
quasi Unigenti a Patre, plenum gratiae mos visto su gloria, gloria como del
et veritatis. Unigénito del Padre, lleno de gracia y
de verdad.
R/. Deo gratias.
R/. A Dios gracias.

Al finalizar la Santa Misa, nos quedamos un rato en silencio agradeciendo a Dios por
los dones recibidos. Pueden hacerse oraciones de acción de gracias, etc.
1. Oración a Jesús

¡Qué suave es la dulzura de vuestro Pan celestial! ¡Qué tranquilidad tan admirable y
qué paz tan completa experimenta aquel que os recibe, después de haber detestado y
confesado sinceramente las propias culpas!
Oh Jesús mío; seáis mil veces bendito. Cuando yo estaba en pecado, era, en verdad,
infeliz: ahora siento no solamente la tranquilidad de mi alma, sino que me parece
gustar por anticipado la paz del Paraíso. ¡Ah, cuán cierto es que nuestro corazón
ha sido hecho para Vos, oh mi amado Señor, y que tan sólo tiene verdadero gozo
cuando en Vos descansa!
Por esto, pues, os doy gracias, y propongo firmemente huir de todo pecado y de toda
ocasión de pecar, y propongo también fijar mi morada en vuestro Divino Corazón,
del cual espero el necesario auxilio para amaros hasta la muerte.

2. Oración de Santo Tomás para después de comulgar

Gracias de doy, Señor Santo, Padre todopoderoso, Dios eterno, porque a mí, peca-
dor, indigno siervo tuyo, sin mérito alguno de mi parte, sino por pura concesión de
tu misericordia, te has dignado alimentarme con el precioso Cuerpo y Sangre de tu
Unigénito Hijo mi Señor Jesucristo. Suplícote, que esta Sagrada Comunión no me
sea ocasión de castigo, sino intercesión saludable para el perdón; sea armadura de
mi fe, escudo de mi voluntad, muerte de todos mis vicios, exterminio de todos mis
carnales apetitos, y aumento de caridad, paciencia y verdadera humildad, y de todas
las virtudes: sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme defensa contra
todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo, único y verdadero
Dios, y sello de mi muerte dichosa. Ruégote, que tengas por bien llevar a este peca-
dor a aquel convite inefable, donde Tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para
tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable, dicha consumada y
felicidad perfecta. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.

71
3. Invocaciones

Alma de Cristo, santifícame. - Cuerpo de Cristo, sálvame. - Sangre de Cristo, embriá-


game, Agua del Costado de Cristo, purifícame. -Pasión de Cristo, confortame. - Oh
Buen Jesús, óyeme. - Dentro de tus llagas, escóndeme. - No permitas que me aparte
de ti. - Del maligno enemigo, defiéndeme. - En la hora de mi muerte, llámame. - Y
mándame ir a TI. - Para que con Tus Santos te alabe. - Por los siglos de los siglos.
Amén.

4. Oración a San José


Oh San José, custodio y padre de vírgenes , a cuya fiel guarda fue encomendada la
misma inocencia Cristo Jesús y María, Virgen de las vírgenes: os suplico y ruego, por
estas dos riquísimas prendas Jesús y María, que, preservándome de toda inmundicia,
hagáis que siempre sirva a Jesús y María con puro corazón, con cuerpo casto y con el
alma libre de toda mancha de pecado. Amén.

5. Oración a María Virgen


Oh María, Virgen y Madre santísima; he aquí a vuestro amadísimo Hijo, al que con-
cebiste en vuestras purísimas y virginales entrañas, a quien alimentasteis y estrechas-
teis con suavísimos abrazos. He aquí que, humilde y amorosamente, os ofrezco a
Aquel mismo con cuya vista os alegrabais y os llenabais de todas las delicias, para
que sea estrechado con vuestros brazos, amado con vuestro Inmaculado Corazón y
ofrecido a la Santísima Trinidad en supremo culto de adoración, para honor y gloria
de Vos misma y por las necesidades mías y de todo el mundo.
Os suplico, por lo mismo, a Vos, piadosísima Madre, me obtengáis el perdón de
todos mis pecados y copiosa gracia para servir a Dios con más fidelidad, y, por último,
la gracia final. para que pueda alabaros por los siglos de los siglos. Amén.

6. Oración a Cristo Rey


Oh Cristo Jesús, os reconozco por Rey Universal. Todo lo que ha sido hecho, ha sido
creado por Vos. Ejerced sobre mí vuestros derechos.
Renuevo mis promesas de Bautismo, renuncio a Satanás, a sus pompas y a sus obras,
y prometo vivir como buen cristiano. Y muy en particular me comprometo a hacer
triunfar, según mis medios, los derechos de Dios y de vuestra Iglesia.
Divino Corazón de Jesús, os ofrezco mis pobres acciones para obtener que todos los
cristianos reconozcan vuestra sagrada Realeza y que, así, el reinado de vuestra paz se
establezca en el universo entero. Así sea.
(Indulgencia plenaria, una vez al día, cum-
pliendo las condiciones de costumbre)

72
EL ESCAPULARIO DE SAN JOSÉ

Esta devoción debe su origen a la Madre María de Jesús, una religiosa terciaria fran-
ciscana, Superiora general de su congregación, que fue ayudada en su obra por un
religioso de santa memoria, Fray Pedro-Bautista, capuchino. Este escapulario fue
aprobado el 23 de enero de 1893, en la fiesta de los Desposorios de la Santísima
Virgen y San José por el papa León XIII, que encargó su difusión a los Frailes Me-
nores Capuchinos.

Sobre los dos cuadrados de tela amarilla del escapulario se cosen dos estampas. La
primera nos recuerda el papel de san José como protector del Hijo de Dios durante
su infancia sobre la tierra, y de todos los fieles de la Iglesia de Jesucristo. Es una
estampa de san José teniendo al Niño Jesús en el brazo derecho y una azucena en la
mano izquierda. Bajo la imagen se lee: “Sanctae Ioseph, Protector Ecclesiae, ora pro
nobis” (San José, protector de la Iglesia, ruega por nosotros).

Al otro lado hay una estampa que recuerda el papel de San José, salvaguarda del
Papado y protector de la Iglesia. Es la imagen de la Paloma que vuela sobre la tiara y
las llaves de San Pedro. Abajo está escrito:

“Spiritus Domini Ductor ejus” (El Espíritu del Señor lo conduce).

El escapulario de san José tiene tres razones de ser:

1) Nos alcanza la ayuda necesaria en nuestras luchas de cada día recordándonos las
tres principales virtudes de san José: la humildad, la modestia y la pureza. El color
amarillo representa la justicia y la santidad de san José, el violeta su modestia y humil-
dad, y el blanco su perfecta pureza.

2) Se invoca a san José como Protector de la Iglesia para que la fortifique y la proteja.

3) Es también una gran ayuda para el fiel en el momento de la última agonía, puesto
que san José es el Patrón de la buena muerte.

Para conseguir las gracias de esta devoción es necesario que un Sacerdote bendiga
e imponga el escapulario según el Ritual, que se los lleve día y noche –salvo caso de
necesidad– y que se diga cada día la invocación: San José, Protector nuestro, rogad
por nosotros.

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Si ya se utiliza el escapulario de alguna Cofradía (como el del Carmelo), no hay que
coser los dos juntos como si fueran un solo escapulario. Para guardar sus privilegios
se los podría unir cosiendo ligeramente los extremos de las cintas.

Si por una causa razonable no se pudiera llevar más consigo este escapulario, podría
reemplazarse por una medalla bendita de San José.

BENDICIÓN E IMPOSICIÓN DEL ESCAPULARIO

Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos del 18 de abril de 1893; se recibe el


escapulario de rodillas, el sacerdote revestido de sobrepelliz y de la estola blanca
comienza así:

V. Adjutórium Nostrum in nómine V. Nuestro auxilio está en el nombre


Domini. del Señor.
R. Qui fecit cælum et terram. R. Que hizo el cielo y la tierra.

V. Dóminus vobíscum. V. El señor sea con vosotros.


R. Et cum spíritu tuo. R. Y con tu espíritu.

V. Orémus. V. Oremos:

Dominé Jesu Christe, qui custodiæ Señor Jesucristo, que habéis querido
sancti Joseph, Sponsi immaculatæ Ge- estar bajo la custodia de San José, es-
nitrícis tuæ Mariæ, commitítti volusísti: poso de María, vuestra Madre Inma-
hoc vestiménti genus ad Ecclesiæ tuæ culada, dignaos bende†cir este vestido
fidélium tutámen institútum benedíce- instituido para proteger a los fieles de
re † dignéris; ut hic fámulus tuus (hæc vuestra Iglesia, a fin de que vuestro/a
fámula tua) sub ejúsdem sancti Joseph siervo/a pueda serviros piadosamente
protectióne pie et tute tibi servíre vá- y en seguridad bajo la protección del
leat: Qui vivis et regnas in sæcula sæ- mismo San José; Vos que vivís y reináis
culórum. por los siglos de los siglos.
R. Amén
R. Amen

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Luego, el Sacerdote rocía el escapulario con agua bendita y lo impone mientras dice:

Accipe, frater [soror], Scapuláre Recibe, hermano/a, el escapulario de


sancti Joseph sponsi beátæ Maríæ san José, esposo de la bienaventurada
Vírginis, ut eo protectóre et custóde, Virgen María, a fin de que, bajo su
contra diáboli nequítias defénsus [-a], custodia y protección, estés al abrigo
ad vitam pervénias sempiternam. Per de las emboscadas del demonio y al-
Christum Dóminum Nostrum. R. cances la vida eterna. Por Jesucristo
Amen. N.S. R. Amén.

Finalmente, ambos dicen, de rodillas y en lengua vernácula:

¡San José, Protector nuestro, rogad por nosotros!

Se puede ganar una indulgencia plenaria (con las condiciones habituales: confesión dentro de los
ocho días; comunión el mismo día; oraciones por las intenciones del Sumo Pontífice: exaltación de
la Iglesia, propagación de la Fe, extirpación de la herejía, conversión de los pecadores, concordia
entre los príncipes cristianos y los otros bienes del pueblo cristiano): el día de la recepción, la fiesta
de Navidad, de la Sagrada Familia, de la Purificación y de San José (19 de marzo y 1 de mayo),
siempre y cuando se lleve habitualmente el escapulario y se renueve en dichos días el compromiso
a la asociación.

75
SANTO ROSARIO
Estimado peregrino,

A lo largo de nuestra peregrinación, seremos invitados a recitar el Rosario.

¿De qué se trata?

Un Rosario es una corona de rosas; es un pequeño sombrero de flores. Rezar el


Rosario es tejer una corona de oraciones a la Santísima Virgen.

Sin embargo, como nos recuerda san Juan Pablo Il en la Carta Apostólica Rosarium
Virginis Mariae, a la que a menudo nos vamos a referir: «... aunque tiene una caracte-
rística mariana, el Rosario es una oración cuyo centro es cristológico... Cristo concen-
tra en él la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es casi un resumen».

I. ¿De qué se compone el Rosario?

Tradicionalmente, un Rosario completo incluye tres Rosarios, comprendiendo en sí


cinco misterios, es decir, cinco meditaciones centradas en los principales aconteci-
mientos de la vida de Jesús y María:

• Cinco misterios gozosos: los de la infancia de Jesús;


• Cinco misterios dolorosos: los de la Pasión de Cristo;
• Cinco misterios gloriosos: los del triunfo de Dios.

A estos quince misterios, que constituyen el marco tradicional del Rosario, el Papa
Juan Pablo II, retomando un uso que se remonta a la Edad Media, propuso (sin
imponerlo) agregar cinco «misterios luminosos» correspondientes a los hechos más
llamativos de la vida pública de Jesús, de modo que, de acuerdo con su expresión, el
Rosario constituye un verdadero «resumen del Evangelio».

II ¿Cómo recitar el Rosario?

Dejemos hablar a Juan Pablo II: «El Rosario es a la vez meditación y súplica ... Tam-
bién es un viaje de proclamación y profundización».

El rezo de cada Rosario comienza con un acto de contrición y el Credo, «para incluir
la profesión de fe al principio del camino de contemplación que comenzamos» –in-
dica el Santo Padre–. Luego recitamos (o cantamos) un ‘Padre Nuestro’, seguido por
tres ‘Avemarías’ y un Gloria.

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Para la declamación del primer misterio, que se utilizará como marco para la primera
meditación, el Papa observa que «para dar una base bíblica y una mayor profundidad
a la meditación, es útil para el anuncio del misterio que le siga una proclamación de
un pasaje bíblico correspondiente». Además, después de esta lectura «es apropiado
detenerse durante un tiempo significativo para fijar la vista en el misterio a meditar
antes de comenzar la oración vocal».

Esta oración vocal consiste en la recitación (o canto), en español o en latín de:

• Un “Padre Nuestro” (Pater)


• Diez “Ave Marías” (Ave)
• Un “Gloria al Padre” (Gloria), seguido de la breve oración que la Santísima
Virgen nos enseñó durante una de sus apariciones en Fátima: «¡Oh Jesús
mío! Perdonadnos. Libradnos del fuego eterno del infierno. Llevad al Cielo a
todas las almas, y socorred especialmente a las más necesitadas».

Con respecto a la recitación de estas diferentes oraciones, el Papa hace algunas reco-
mendaciones: «El centro del Ave María... es el nombre de Jesús. Es precisamente a
través del énfasis dado al nombre de Jesús y a su misterio que distinguimos un signifi-
cativo y fructífero rezo del Rosario». Por lo tanto, podemos «dar alivio al nombre de
Cristo, agregando una ‘cláusula’ que evoque el misterio que estamos meditando. Es
una práctica loable, especialmente en el rezo público». Por otro lado, nos dice, «es
importante que el Gloria, la cumbre de la contemplación, se destaque en el Rosario».
Finalmente, debemos «asegurar que cada misterio termine con una oración destinada
a obtener los frutos específicos de la meditación de este misterio»... para «imitar lo
que contiene y obtener lo que promete».

III. Meditación y gracias a pedir

Por lo tanto, cada meditación abordará un momento en la vida de Cristo, pero para
sacar conclusiones para nuestra vida presente y en relación con el tema que se nos
propone cada día durante la peregrinación: habrá que añadir el fruto del misterio y
las gracias a pedir.
Esto es lo que el Papa Juan Pablo II expresó con esta fórmula: «Cada misterio del
Rosario, bien meditado, ilumina el misterio del hombre... Meditar el Rosario consiste
en confiar nuestras cargas a los Corazones Misericordiosos de Cristo y de su Madre».

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IV. Los beneficios del rosario

Del Rosario, el Papa Juan Pablo II exaltó así sus méritos: «El Rosario, gracias a María,
envía, por así decirlo, la luz salvífica de todos los misterios de Cristo a las circuns-
tancias y dificultades de la vida cotidiana normal, de trabajo, de fatiga, de duda, de
sufrimiento, de vida social y familiar, y transfigura todo, eleva todo, purifica todo».

Él dijo también: «El Rosario es mi oración favorita. Es una maravillosa oración de


sencillez y profundidad... para exhortar a la contemplación del rostro de Cristo en
compañía de su Santísima Madre».

1. El Rosario: una oración en familia por la unidad y la paz

a. El Rosario recitado en familia es fermento de unión y concordia

Esto es lo que el Papa Pío XII dijo al respecto: «Al recitar el Rosario, la familia reza
unida... Si la familia reza, de hecho, vive; y si ora, ella vive unida. Pocos medios
nos parecen tan efectivos, para promover y preservar la unión de espíritus, como la
oración común recitada en familia, bajo la mirada afectuosa y sonriente de María».

Y otra vez: «Es especialmente entre las familias que deseamos que la práctica del
Rosario se extienda, se preserve religiosamente y se desarrolle constantemente. Es en
vano que tratemos de detener el declive de la civilización si no sometemos de nuevo
la familia a la ley del Evangelio, el principio y el fundamento de la sociedad».

En cuanto al Papa Juan Pablo II, nos exhortó en estos términos: «Repito hoy a todos,
lo que les he dicho a las familias: Urge una gran oración por la vida, que recorra
todo el mundo».

b. El Rosario es también un remedio para los grandes males de nuestro tiempo

El Papa Pablo VI en octubre de 1969 dijo: «Instamos al clero y a los fieles a pedir
a Dios, por intercesión de la Virgen María, la paz y la reconciliación entre todos los
pueblos. La paz es ciertamente el negocio de los hombres..., pero la paz también es
asunto de Dios. La oración (el rezo del Rosario), por la cual pedimos el don de la
paz, es, por lo tanto, una contribución irremplazable al establecimiento de la paz».
Mientras que Juan Pablo II afirmó: «El Rosario es una oración orientada por natura-
leza hacia la paz. De hecho, cuando nos guía a fijar nuestros ojos en Cristo, el Rosario
también nos hace constructores de paz en el mundo».

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2. El Rosario: la oración recomendada por la Santísima Virgen

Cada vez que la Virgen aparece en Fátima en 1917 lleva un Rosario y no deja de
recomendar el rezo del Rosario:

• «Recitad el Rosario todos los días, para obtener la paz para el mundo y el final
de la guerra»
• «Quiero que ... recéis el rosario todos los días»
• «Soy Nuestra Señora del Rosario. Que se continúe recitando el Rosario todos
los días...»

Finalmente, apareciéndose a Sor Lucía, en el convento de Pontevedra, el 10 de di-


ciembre de 1925, la Santísima Madre de Dios, acompañada por el Niño Jesús, le dijo,
mostrándole su Corazón: «Mira hija mía, mi Corazón rodeado de espinas, que los
hombres ingratos clavan en él en todo momento por sus blasfemias y sus ingratitudes.
Al menos traten de consolarme y digan que a todos aquellos que durante cinco me-
ses, el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, reciten un Rosario
y pasen quince minutos conmigo, en espíritu de reparación, les prometo ayudarlos en
la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación de sus almas».

Queridos peregrinos, permanezcamos en silencio por unos momentos para meditar


las últimas palabras de la Santísima Virgen y resolvámonos a seguir sus recomenda-
ciones: por la paz en el mundo y por nuestra salvación.

V. Rezo del Santo Rosario

Orationes ab inítio Rosárii dicénde (Oraciones al comenzar el Rosario)


Per sígnum Sanctae Crucis de inimí- Por la señal de la Santa Cruz de nues-
cis nostris líbera nos, Deus noster . tros enemigos líbranos, Dios nuestro
In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus . En el nombre del Padre, y del
Sancti. Amen. Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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Confíteor (Acto de contrición)

Confíteor Deo omnipoténti, beá- Yo pecador me confieso a Dios todopo-


tae Maríae semper Vírgini, beáto deroso, a la bienaventurada siempre Vir-
Michaéli Archángelo, beáto Joánni gen María, al bienaventurado San Miguel
Baptístae, sanctis Apóstolis Petro et Arcángel, al bienaventurado San Juan
Paulo, et ómnibus Sanctis, quia pec- Bautista, a los Santos Apóstoles Pedro y
cávi nimis cogitatióne, verbo et ópere: Pablo, y a todos los Santos, porque pe-
mea culpa, mea culpa, mea máxima qué gravemente de pensamiento, palabra
culpa. Ideo precor beátam Mariam y obra: por mi culpa, por mi culpa, por
semper Vírginem, beátum Michaé- mi grandísima culpa. Por tanto, ruego a la
lem Archángelum, beátum Joánnem bienaventurada siempre Virgen María, al
Baptistam, sanctos Apóstolos Petrum bienaventurado San Miguel Arcángel, al
et Paulum, et omnes Sanctos, oráre bienaventurado San Juan Bautista, a los
pro me ad Dóminum, Deum nos- Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y a to-
trum. Amen. dos los Santos, que rogueis por mí a Dios
Nuestro Señor.

Pater Noster

Pater noster, qui es in Caelis, sancti- Padre Nuestro que estás en los cielos,
ficétur nomen tuum. Advéniat Reg- santificado sea tu Nombre. Venga a noso-
num tuum. Fiat voluntas tua, sicut tros tu Reino. Hágase tu voluntad, así en
in Caelo et in terra. Panem nostrum la tierra como en el cielo. El pan nuestro
quotidiánum da nobis hódie. Et di- de cada día dánosle hoy. Y perdónanos
mitte nobis débita nostra, sicut et nos nuestras deudas, así como nosotros per-
dimittimus debitóribus nostris. Et ne donamos a nuestros deudores. Y no nos
nos indúcas in tentatiónem, sed libera dejes caer en la tentación: mas líbranos del
nos a malo. Amen. mal. Amén.

Ave María

Ave María, gratia plena; Dóminus Dios de salve, María, llena eres de gracia,
tecum: benedícta tu in muliéribus, et el Señor es contigo; bendita Tú eres entre
benedíctus fructus ventris tui Jesus. todas las mujeres, y bendito es el fruto de
Sancta María, Mater Dei, ora pro tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de
nobis peccatóribus, nunc et in hóra Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora
mortis nostrae. Amen. y en el hora de nuestra muerte. Amén.

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Gloria

Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sanc- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu


to. Sicut erat in principio, et nunc, Santo. Como era en el principio, ahora, y
et semper, et in sáecula saeculórum. siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Amen.

Oratio Fátima

O mi Jesu, dimítte nobis débita nos- ¡Oh Jesús mío! Perdonadnos. Libradnos
tra, líbera nos ab ígne Inférni, conduc del fuego eterno del infierno. Llevad al
in Caelum omnes ánimas, praesértim Cielo a todas las almas, y socorred espe-
illas quae maxíme indígent misericór- cialmente a las más necesitadas.
dia tua.

Symbolum Apostolórum (Credo de los Apóstoles)

Credo in Deum, Patrem omnipotén- Creo en Dios, Padre todopoderoso.


tem, Creatórem Caeli et térrae. Et in Creador del cielo y de la tierra. Y en Je-
Jesum Christum, Fílium ejus únicum, sucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
Dóminum nostrum: qui concéptus est que fue concebido por obra y gracia del
de Spíritu Sancto, natus ex María Vírgi- Espíritu Santo; nació de Santa María
ne, passus sub Póntio Piláto, crucifíxus, Virgen; padeció bajo el poder de Poncio
mórtuus, et sepúltus: descéndit ad Ín- Pilato, fue crucificado, muerto y sepul-
feros; tértia die resurréxit a mórtuis; tado; descendió a los infiernos; al tercer
ascéndit ad Caelos; sedet ad déxteram día resucitó de entre los muertos; subió
Dei Patris omnipoténtis: inde ventúrus a los cielos, está sentado a la derecha de
est judicáre vivos et mórtuos. Credo in Dios Padre todopoderoso; desde allí ha
Spíritum Sanctum, Sanctam Ecclésiam de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo
Cathólicam, Sanctórum communió- en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Ca-
nem, remissiónem peccatórum, car- tólica, la comunión de los Santos, el per-
nis resurrectiónem, vitam setérnam. dón de los pecados, la resurección de la
Amen. carne y la vida eterna. Amén.

81
Meditatiónes Rosárii (Meditaciones del Santo Rosario)

Tras el anuncio de cada misterio: Pater Noster, 10 Ave María, Gloria y Oración de
Fátima.

I. Mystéria Gaudiósa (feria secunda et feria quinta)

• Primo. Beátae Maríae Vírginis anuntiatiónem contemplámur, et humílitas


pétitur.
• Secundo. Beátae Maríae Virginis visitatiónem contemplámur, et cháritas ad
fratres pétitur.
• Tertio. Dómini Nóstri Jésu Chrísti nativitátem contemplámur, et paupertátis
spíritus pétitur.
• Quarto. Dómini Nóstri Jésu Christi presentatiónem in templo contemplá-
mur, et obediéntia pétitur.
• Quinto. Dómini Nóstri Jésu Chrísti inventiónem in templo contemplámur, et
Déum inquaerendi volúntas pétitur.

I. Misterios gozosos (lunes y jueves)

• Primero. La Anunciación; fruto del misterio: la humildad.


• Segundo. La Visitación; fruto del misterio: la caridad fraterna.
• Tercero. La Natividad; fruto del misterio: el espíritu de pobreza.
• Cuarto. La presentación del Niño Jesús en el templo; fruto del misterio: la
obediencia y la pureza.
• Quinto. Jesús hallado en el templo; fruto del misterio: la búsqueda de Dios
en todas las cosas.

II. Mystéria Dolorósa (feria tertia et feria sexta)

• Primo. Dómini Nóstri Jésu Chrísti oratiónem in horto contemplámur, et dó-


lor pro peccatis nostris pétitur.
• Secundo. Dómini Nóstri Jesú Chrísti flagellatiónem contemplámur, et cór-
porum nostrórum mortificátio pétitur.
• Tertio. Dómini Nóstri Jésu Chrísti spinis coronatiónem contemplámur, et
supérbiae mortificátio pétitur.
• Quarto. Dómini Nóstri Jésu Chísti crucis bajulatiónem contemplámur, et pa-
tiéntia in tribulatiónibus pétitur.
• Quinto. Dómini Nóstri Jésu Chrísti crucifixiónen et mórtem contemplámur,
et sui ipsíus dónum ad animárum redeptiónem pétitur.

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II. Misterios dolorosos (martes y viernes)

• Primero. La agonía en el huerto de los olivos; fruto del misterio: la contrición


por nuestros pecados.
• Segundo. La flagelación; fruto del misterio: la mortificación del cuerpo.
• Tercero. La coronación de espinas; fruto del misterio: la mortificación de la
soberbia.
• Cuarto. Jesús cargando a cuestas con la cruz; fruto del misterio: la perseve-
rancia en las pruebas.
• Quinto. La crucifixión; fruto del misterio: el celo por las almas.

III. Mystéria Gloriósa (feria quarta, sabbatum, Dominica)

• Primo. Dómini Nóstri Jésu Chrísti resurrectiónem contemplámur, et fides


pétitur.
• Secundo. Dómini Nóstri Jésu Chrísti in Caelum ascensiónem contemplámur,
et spes pétitur.
• Tertio. Spíritus Sáncti descensiónem contemplámur, et cháritas ad Deum
pétitur.
• Quarto. Beátae Maríae Vírginis in Calum assumptiónem contemplámur, et
bene moriéndi grátia pétitur.
• Quinto. Beátae Maríae Vírginis coronatiónem contemplámur, et fidúcia in
María Regína Nostra Pétitur.

III. Misterios gloriosos (miércoles, sábado, domingo)

• Primero. La Resurrección de Jesús; fruto del misterio: la fe.


• Segundo. La Ascensión de Jesús a los Cielos; fruto del misterio: un mayor
deseo del Cielo.
• Tercero. La venida del Espíritu Santo; fruto del misterio: un mayor amor a
Dios.
• Cuarto. La Asunción de Nuestra Señora; fruto del misterio: la gracia de una
buena muerte.

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Mysteria lúcis

• Primo. Baptísma apud Iordánem


• Secundo. Autorevelatio apud Cananense matriomonium
• Tertio. Regni Dei proclamátio coniúncta um invitaménto ad conversiónem
• Quarto. Transfigurátio
• Quinto. Eucharistíae institutio

Misterios luminosos

• Primero. El Bautismo de Jesús; fruto del misterio: el espíritu de penitencia.


• Segundo. Las bodas de Caná; fruto del misterio: la confianza en la oración y
en la intercesión de María.
• Tercero. La llamada a la conversión y la predicación del Reino; fruto del
misterio: el valor en el compromiso y la perseverancia.
• Cuarto. La Transfiguración de Jesús; fruto del misterio: el espíritu de oración
y el don de sabiduría.
• Quinto: La institución de la Eucaristía; fruto del misterio: la devoción euca-
rística.

Oratiónes ad finem Rosárii dicéndae (Oraciones al finalizar el Rosario)

Memoráre Acordaos

Memoráre, O piíssima Virgo María, Acordaos, oh piadosísima Virgen María,


non esse audítum a saéculo, quém- que jamás se ha oído decir que ninguno
quam ad tua curréntem praesídia, tua de los que han acudido a tu protección,
implorántem auxília, tua peténtem implorando tu asistencia y reclamando
suffrágia, esse derelíctum. Ego tali tu socorro, haya sido abandonado de ti.
animátus confidéntia, ad te, Virgo Vír- Animado con esta confianza, a ti también
ginum, Mater, cúrro, ad te vénio, co- acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes,
ram te gémens peccátor assísto. Noli, y aunque gimiendo bajo el peso de mis
Mater Verbi, verba mea despícere; pecados, me atrevo a comparecer ante
sed audi propítia et exáudi. Amen. tu presencia soberana. No deseches mis
humildes súplicas, oh Madre del Verbo
divino, antes bien, escúchalas y acógelas
benignamente. Amén

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Sub tuum praesídium Bajo tu amparo

Sub tuum praesídium confígimus, sanc- Bajo tu amparo nos acogemos, santa
ta Dei Génetrix; nostras deprecatiónes Madre de Dios. No deseches las ora-
ne despícias in necessitátibus; sed a pe- ciones que te dirigimos en nuestras ne-
rículis cunctis líbera nos semper, Virgo cesidades; antes bien, líbranos de todo
gloriósa et benedícta. Amen peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
Amén.

Salve Regina Salve

Salve Regína, Mater misericórdiae, Dios te salve, Reina y Madre de miseri-


vita, dulcédo, et spes nostra, salve. Ad cordia, vida, dulzura y esperanza nuestra,
te clamámus éxules fílii Evae. Ad te Dios te salve. A ti llamamos los desterra-
suspirámus, geméntes et fléntes in hac dos hijos de Eva. A ti suspiramos, gimien-
lacrimárum valle. Eia, ergo, advocáta do y llorando, en este valle de lágrimas.
nostra, illos tuos misericórdes óculos Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuel-
ad nos convérte. Et Jésum, benedíc- ve a nosotros esos tus ojos misericordio-
tum frúctum ventris tui, nobis post hoc sos; y después de este destierro, muéstra-
exílium osténde. O clémens, o pía, o nos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
dulcis Virgo María. Amen. ¡Oh clementísima, oh piadosa, o dulce
siempre Virgen María! Amén.
V. Ora pro nobis, Sancta Dei Géne-
trix. V. Ruega por nosotros, Santa Madre de
R. Ut digni efficiámur promissiónibus Dios.
Christi. R. Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucris-
Oremus to.

Deus, cujus Unigénitus per vitam, Oremos


mortem et resurrectiónem suam nobis
salútis aetérnae praémia comparávit: Oh Dios, cuyo unigénito Hijo, con su
concéde, quaésumus; ut, hae mysté- vida, muerte y resurrección, nos alcanzó
ria sacratíssimo beátae Maríae Vírgi- el premio de la vida eterna: concédenos,
nis Rosário recoléntes, et imitémur, a los que recordamos estos misterios del
quod cóntinent, et quod promíttunt, Santo Rosario, imitar lo que contienen y
assequámur. Per eúndem Christum alcanzar lo que prometen. Por el mismo
Dóminum nostrum. Amen. Jesucristo, Nuestro Señor. Amén

85
Litaniae lauretanae Letanías Lauretanas

V. Kýrie, eléison. V. Señor, ten piedad


R. Kýrie, eléison. R. Señor, ten piedad

V. Christe, eléison. V. Cristo, ten piedad


R. Christe, eléison. R. Cristo, ten piedad

V. Kýrie, eléison. V. Señor, ten piedad.


R. Kýrie, eléison. R. Señor, ten piedad.

V. Christe, audi nos. V. Cristo, óyenos.


R. Christe, audi nos. R. Cristo, óyenos.

V. Christe, exáudi nos. V. Cristo, escúchanos.


R. Christe, exáudi nos. R. Cristo, escúchanos.

Pater de caelis Deus. Miserére nobis. Dios, Padre celestial, ten piedad de no-
Fílii Redémptor mundi Deus. Ut supra sotros.
Spíritus Sancte Deus. Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Sancta Trínitas, unus Deus. Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,
Sancta María. Ora pro nobis.
Sancta Dei Genétrix. Ut supra Santa María,
Sancta Virgo vírginum ruega por nosotros.
Mater Christi Santa Madre de Dios,
Mater Ecclésiae Santa Virgen de las Vírgenes,
Mater Divínae grátiae Madre de Cristo,
Mater puríssima Madre de la Iglesia,
Mater castíssima Madre de la divina gracia,
Mater invioláta Madre purísima,
Mater intemeráta Madre castísima,
Mater amábilis Madre siempre virgen,
Mater admirábilis Madre inmaculada,
Mater boni Consílii Madre amable,
Mater Creatóris Madre admirable,
Mater Salvatóris Madre del buen consejo,
Virgo prudentíssima Madre del Creador,
Virgo veneránda Madre del Salvador,
Virgo praedicánda Virgen prudentísima,
Virgo pótens Virgen digna de veneración,
Virgo clémens Virgen digna de alabanza,

86
Virgo fidélis Virgen poderosa,
Spéculum justítiae Virgen clemente,
Sédes sapiéntiae Virgen fiel,
Causa nostrae laetítiae Espejo de justicia,
Vas spirituále Trono de la sabiduría,
Vas honorábile Causa de nuestra alegría,
Vas insígne devotiónis Vaso espiritual,
Rosa mýstica Vaso digno de honor,
Túrris Davídica Vaso de insigne devoción,
Túrris ebúrnea Rosa mística,
Domus áurea Torre de David,
Foedéris arca Torre de marfil,
Jánua Caeli Casa de oro,
Stella matutína Arca de la Alianza,
Sálus infirmórum Puerta del cielo,
Refúgium peccatórum Estrella de la mañana,
Consolátrix afflictórum Salud de los enfermos,
Auxílium Christianórum Refugio de los pecadores,
Regina Angelórum Consoladora de los afligidos,
Regína Patriarchárum Auxilio de los cristianos,
Regína Prophetárum Reina de los Ángeles,
Regína Apostolórum Reina de los Patriarcas,
Regína Mártyrum Reina de los Profetas,
Regína Confessórum Reina de los Apóstoles,
Regína Vírginum Reina de los Mártires,
Regína Sanctorum omnium Reina de los Confesores,
Regína sine labe origináli concépta Reina de las Vírgenes,
Regína in Caelum assúmpta Reina de todos los Santos,
Regína Sanctíssimi Rosárii Reina concebida sin pecado original,
Regína famíliae Reina asunta a los Cielos,
Regína pacis Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi. Cordero de Dios, que quitas el pecado del
Parce nobis, Dómine. mundo,
perdónanos, Señor.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi.
Exáudi nos, Dómine, Cordero de Dios, que quitas el pecado del
mundo,
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi. escúchanos, Señor.
Miserere nobis.

87
V. Ora pro nobis, sancta Dei Gene- Cordero de Dios, que quitas el pecado del
trix. mundo,

R. Ut digni efficiámur promissióni- ten misericordia de nosotros.


bus Christi.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas
de Cristo.

Oremus Oremos
Concéde nos fámulos tuos, quaésu- Concede, Señor y Dios nuestro, a tus
mus, Dómine Deus, perpétua mentis siervos, gozar de perpetua salud de alma y
et córporis sanitáte gaudére: et, glo- cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la
riósa beátae Maríae semper Vírginis bienaventurada siempre Virgen María, lí-
intercessióne, a praesénti liberári branos de las tristezas presentes y llévanos
tristítia, et aetérna pérfrui laetítia. a gozar de las eternas alegrías. Por Jesucris-
Per Christum Dóminum nostrum. to Nuestro Señor. Amén.
Amen.

In nómine Patris, ♰et Fílii, et Spíritus En el nombre del Padre, del Hijo, y del
Sancti. Amen. Espíritu Santo. Amén.

88
CONSAGRACIÓN A NUESTRA SEÑORA

Queridos peregrinos, el domingo por la noche, aquellos de vosotros que lo deseéis,


estáis invitados a consagraros a Nuestra Señora.

I. Pero ¿qué es una consagración?

Consagramos un cáliz para que sólo


se pueda usar para celebrar la Misa.
Un bebé está consagrado al Señor por
los ritos del Bautismo, que expulsan el
pecado original de su alma y lo liberan
de la esclavitud de Satanás.

II. ¿Por qué una nueva consagración?


Pero, diréis vosotros, si nuestra alma fue
consagrada a Dios por el bautismo, ¿por
qué hacer una nueva consagración?

Porque rara vez somos fieles a las promesas de nuestro bautismo. Caemos fácilmente
en las trampas del demonio. Las tentaciones ejercen una atracción cierta sobre noso-
tros. No huimos de las oportunidades, los lugares, las personas que conocemos aún
que nos llevan al mal. Toleramos fácilmente críticas al prójimo, tenemos miradas
impuras. Descuidamos nuestros deberes de oración, etc.

Lo que más necesitamos es la firme voluntad de permanecer fieles a nuestras prome-


sas. Ahora, al renovar nuestra consagración, fortalecemos nuestra voluntad.

III. Pero ¿por qué consagrarse a la Santísima Virgen?

Nuestros pecados después del bautismo nos enseñan a desconfiar de nosotros mis-
mos. Somos débiles. Hemos pecado tan a menudo que no nos atrevemos a pre-
sentarnos directamente a nuestro Padre celestial. Entonces, hacemos como el niño
pequeño que se acurruca en las faldas de su madre.

89
Porque la Santísima Virgen María es nuestra Madre y una muy buena madre.

De hecho, al morir, “Jesús, viendo a su madre y, junto a ella, al discípulo que amaba,
dice a su madre: «Mujer, he ahí a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «He ahí a tu Ma-
dre». Desde esa hora, el discípulo la recibió consigo”. (Jn XIX, 26-27).
Entonces, ¿por qué consagrarnos a Nuestra Señora? Bueno, simplemente, para per-
tenecer mejor a Dios.

IV. ¿Qué compromisos deben hacerse?

Queridos peregrinos, por la Consagración a María, Nuestra Señora, imitaréis a San


Juan, y elegiréis a María como vuestra Madre. Así os pondréis a su servicio, como
un caballero de su servicio. Para sellar este compromiso, podéis decidir recitar el
Rosario todos los días o al menos una decena. ¡Excelente resolución!

Otras resoluciones deseables:

• Tomar a la Santísima Virgen como modelo y preguntarse, cada vez que tienes
que elegir: “¿Qué hubiera hecho Ella en mi lugar? “
• Si encuentras pruebas en la vida demasiado difíciles, ofrecerle a Ella estas
pruebas. Presentadas a su Hijo por sus manos, estas pruebas cobrarán valor, y
verás cómo Ella hará las cruces más ligeras de llevar.
• Finalmente, dale a menudo tus alegrías y tristezas en un gran abandono. El fa-
moso lema no miente: “Un siervo de María nunca perece. Su Madre lo cuida”.

Ahora, queridos peregrinos, leamos juntos el acto de consagración a Nuestra Señora


de san Maximiliano Kolbe, que se hará la tarde del domingo en el campamento de
Sevares, de modo que los que quieren consagrarse o bien renovar la consagración
pueden prepararse bien:

Acto de consagración de San Maximiliano Kolbe

«Oh Inmaculada, Reina del Cielo y de la tierra, refugio de los pecadores y Madre
nuestra amorosísima, a quien Dios confió la economía de la misericordia. Yo.......
pecador indigno, me postro ante ti, suplicando que aceptes todo mi ser como cosa y
posesión tuya. A ti, Oh Madre, ofrezco todas las dificultades de mi alma y mi cuerpo,
toda la vida, muerte y eternidad. Dispón también, si lo deseas, de todo mi ser, sin
ninguna reserva, para cumplir lo que de ti ha sido dicho: “Ella te aplastará la cabeza”,
y también: “Tú has derrotado todas las herejías en el mundo”. Haz que en tus ma-
nos purísimas y misericordiosas me convierta en instrumento útil para introducir y
aumentar tu gloria en tantas almas tibias e indiferentes, y de este modo, aumente en

90
cuanto sea posible el bienaventurado Reino del Sagrado Corazón de Jesús. Donde
Tú entras, oh Inmaculada, obtienes la gracia de la conversión y la santificación, ya
que toda gracia que fluye del Corazón de Jesús para nosotros nos llega a través de tus
manos”. Ayúdame a alabarte, Oh Virgen Santa, y dame fuerza contra tus enemigos.

PREPARACIÓN PARA LA CONFESIÓN

(tomado y adaptado del Misal Diario de Angelus Press)

Es necesario acusar en confesión al menos todos los pecados mortales que se re-
cuerden desde la última confesión bien hecha. Se debe indicar también su especie y
su número. Para ello hay que pedir a Dios la gracia de conocer bien nuestras faltas
y examinarlas atentamente. Para una confesión general (de toda la vida o de años),
se puede usar el examen detallado que sigue, enumerando los pecados según las
diferentes épocas de la vida.

*** Para confesarse bien es necesario:


1. Examen de conciencia
2. Dolor de los pecados
3. Propósito de la enmienda
4. Decir los pecados al confesor
5. Cumplir la penitencia

Oración para examinarse bien

SANTISIMA Virgen María, Madre mía, dignaos obtenerme un verdadero dolor de


haber ofendido a Dios, el firme propósito de corregirme, y la gracia de hacer una
buena confesión.
Examen de conciencia:

MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS

Primer Mandamiento: Amar a Dios sobre todas las cosas.


Olvidarse de Dios. Faltar a sus oraciones, o hacerlas mal. Negar o dudar de alguna
verdad de la fe católica. Descuidar su formación religiosa. Ir a actos de culto de sectas
falsas o a reuniones de sociedades prohibidas (sectas protestantes, comunismo, ma-
sonería, etc.). Leer libros o revistas impíos.

Supersticiones, adivinaciones, horóscopos, etc. Desesperar o hablar contra la Provi-


dencia. Callar pecados mortales en la confesión. Comulgar en pecado mortal. Fal-
tarle el respeto a la Iglesia y a sus ministros. No amar a Dios sobre todas las cosas.
Avergonzarse de las prácticas de piedad.

91
Segundo Mandamiento: No tomar su santo Nombre en vano.

Juramentos falsos, inútiles, o malos (jurar vengarse), Imprecaciones (deseos malos)


contra sí mismo o contra los demás. Maldecir. Blasfemias o palabras irreligiosas.
Usar sin respeto el nombre de Dios o el de los Santos, o las Palabras de las Sagradas
Escrituras. Faltar a algún voto o promesa hecha a Dios.

Tercer Mandamiento: Santificar las fiestas.

Faltar injustificadamente a Misa en domingo o día de precepto. Llegar a Misa con


retraso. Distraerse voluntariamente en ella. Profanar el domingo con reuniones o
diversiones peligrosas. Trabajar o mandar trabajar, sin necesidad, en labores serviles
o manuales, durante más de dos o tres horas.

Cuarto Mandamiento: Honrar padre y madre.

Hijos: Desobedecer a los padres. Tratarlos con dureza y sin respeto. Causarles pena
y disgusto. No asistirlos durante su vida y en el momento de su muerte. No rezar por
ellos. No tomar en cuenta sus sabios consejos. Tratar mal a sus hermanos, reñir con
ellos. Desobedecer a los superiores civiles o religiosos. Juzgarlos y criticarlos injusta-
mente. Fomentar el mal espíritu.

Padres: No hacer rezar en familia. Mal uso de la autoridad y/o de los bienes, contra
el bien común de la familia. Descuidar la educación de sus hijos, catecismo, primera
comunión, etc... Mandarlos a escuelas malas. No vigilarlos, corregirlos y castigarlos
cuando hace falta. No acostumbrarlos a renunciarse, sacrificarse, vencer sus capri-
chos. Tratarlos con demasiada aspereza y sin paciencia. Permitirles frecuentaciones,
diversiones y películas peligrosas para la fe, la castidad, etc... Darles mal ejemplo,
mentir o discutir en su presencia, etc...

Quinto Mandamiento: No matar.

Matar, golpear, herir, injuriar. Causar algún daño. Enojarse, desear vengarse, desear
el mal. Odio, rencores. Negarse a perdonar. Impaciencia. Dureza para con los po-
bres y los que sufren. Malos consejos. Escandalizar a otros e inducirlos a pecar con
ejemplos, conversaciones, modos de vestir, libros malos, etc... Aborto (que la Iglesia
castiga con excomunión). Eutanasia. Imprudencias en la carretera.

92
Sexto y Noveno Mandamientos: No fornicar. No desear la mujer del pró-
jimo.

Detenerse voluntariamente en pensamientos o deseos contrarios a la pureza. Conver-


saciones deshonestas. Libros, diarios, revistas, películas, televisión, internet. Miradas
culpables. Acciones deshonestas, solo, o con otros (todo lo que sea buscar o admitir
el placer sexual fuera del uso lícito del matrimonio, es pecado mortal). Vestidos inde-
centes. Familiaridades entre novios. Todo fraude en el uso del matrimonio, onanis-
mo, preservativos, píldoras, esterilización, etc. Negar injustamente el débito conyugal.

Nota: Se deben precisar las circunstancias que cambian la especie del pecado (adul-
terio, incesto, homosexualidad, entre otras...). La persona que no quiere renunciar a
la ocasión próxima del pecado no puede recibir la absolución ni seguir comulgando.

Séptimo y Décimo Mandamientos: No hurtar. No codiciar los bienes aje-


nos.

Cometer o ayudar a cometer injusticias, fraudes, robos. Causar daño a otro en sus
bienes. No restituir. No pagar sus deudas. Engañar en las ventas, contratos, tran-
sacciones. Sobornos y ganancias injustas, usura. Precios injustos. Juegos por dinero.

Octavo Mandamiento: No mentir.


Mentiras. Juicios temerarios. Hablar mal del prójimo. Sembrar la discordia con ha-
bladurías, rumores infundados. Calumnias. Falsos testimonios. Violar un secreto,
leer cartas o correo ajeno, etc...

93
LOS PRECEPTOS DE LA IGLESIA

¿Me he confesado al menos una vez desde hace un año? ¿He recibido la Sagrada
Comunión durante el Tiempo Pascual? ¿He violado los ayunos prescritos por la
Iglesia, o he comido carne en los días prohibidos?

¿Contribuí conforme a mis posibilidades con el sostenimiento de la Iglesia? ¿He


contraído matrimonio contrario a las leyes de la Iglesia?

PECADOS CAPITALES

Soberbia: Pensamientos de vanidad. Desprecio de los demás. Susceptibilidad. Ter-


quedad. Ser esclavo del “qué dirán” y de la moda.

Avaricia: Apego excesivo al dinero o a otras cosas. No hacer limosnas con lo que
se tiene de superfluo.

Lujuria: (Ver Sexto y Noveno Mandamientos de la Ley de Dios).

Envidia: Tristeza por el bien de los demás. Alegría por el mal que les ocurre. Senti-
mientos de envidia, celos.

Gula: Exceso en el comer y en el beber. Embriaguez.

Ira: (Ver Quinto Mandamiento de la Ley de Dios).

Pereza: Al levantarse. En el trabajo. En las obligaciones religiosas. Perder el tiempo.


Ociosidad

VIRTUDES QUE DEBEMOS PRACTICAR

(Examen más detallado para confesarse mejor)

Fe. Debemos: Creer todo lo que Dios nos ha revelado y nos enseña por medio de su
Santa Iglesia. Amar la Tradición y desconfiar de las novedades. Estudiar el catecismo
y la doctrina cristiana. Acostumbrarnos a la lectura espiritual. Hacer frecuentes actos
de fe, especialmente al recibir los sacramentos, al rezar, etc... Conformar nuestra
conducta a los principios de la fe. Profesar con valor nuestra fe y saber defenderla.
Ser apóstoles. Luchar contra el error.

94
Esperanza. Debemos: Pensar con frecuencia en el Cielo y en los bienes eternos.
Desearlos ardientemente. Despreciar los bienes y placeres de esta vida. Vivir en un
santo temor de ofender a Dios.

Es pecado: Desconfiar de la bondad y providencia de Dios. Pretender que es im-


posible vivir como verdadero cristiano. No pedir la gracia para ello. Poner toda su
confianza en las propias fuerzas y no en Dios. Presunción (valerse de la misericordia
de Dios para pecar). Ponerse voluntariamente en ocasión de pecado.

Caridad. Debemos: Amar a Dios más que a todo, y al prójimo por amor de Dios.
Hacer frecuentes actos de amor de Dios. Vivir en su presencia. Buscar agradarlo en
todo. Desear la perfección. Servirlo con alegría. Procurar que Jesús reine. Examinar
diariamente la conciencia. Confesarse frecuentemente. Visitar al Santísimo Sacra-
mento. Estimar y honrar a nuestros hermanos. Asistirlos y ayudarles. Soportar sus
defectos. Tener delicadeza en el trato con los demás. Guardarse de la murmuración.
Dar limosnas. Buscar con celo el bien de las almas.

Es pecado: Mantener indiferencia religiosa y tibieza espiritual. No obrar con inten-


ción recta. Hacer las cosas para ser visto de los hombres. Tener afecto excesivo por
las creaturas. Odiar al prójimo, despreciarlo, tenerle envidia. Juzgar mal a los demás.
Hablar mal de ellos. Murmurar, envidiar, discordias. Reñir. Dar mal ejemplo. Causar
escándalo. Aprobar la mala conducta de los amigos

Prudencia. Debemos: Obrar en todo con prudencia e inteligencia, según lo que


conviene para alcanzar nuestra salvación y perfección. Reflexionar antes de actuar.
Ser dóciles para aprender de la experiencia. Ser dóciles ante los consejos del director
espiritual, de los superiores, de los amigos. Ser organizados y prontos para obrar el
bien.

Es pecado: Hacer todo “a la buena de Dios”, ser precipitados, inconstantes, negligen-


tes. Usar de astucia y pequeños engaños para salirse con la suya.

Justicia. Debemos: Antes morir que cometer cualquier injusticia. Restituir si es el


caso. Priorizar el bien común antes que el interés propio. Tener el culto del deber.
Amar el trabajo bien hecho. Obedecer a los superiores y buscar el bien de los infe-
riores. Usar los bienes para la utilidad de todos y no solamente para la propia. Amar
y ayudar a la familia y a la Patria,

95
Es pecado: Prometer mucho y no cumplir nada, No devolver lo prestado. Ser avaro.
Llegar siempre tarde al trabajo, a las citas, ¡a Misa! Descuidar las obligaciones del
propio estado. No pedir perdón por las faltas o errores.

Religión. Debemos: Entregarnos a Dios con fervor, para cumplir su voluntad. Rezar
con atención y perseverancia. Tener tierna y sólida devoción a la Santísima Virgen, a
los Ángeles y a todos los Santos. Reparar por los pecados y consolar al Corazón In-
maculado de María. Imitar sus virtudes. Acostumbrarnos a la meditación y al rezo del
Rosario solo o en familia. Adorar a Dios y ofrecerle sacrificios. Asistir con frecuencia
a la Santa Misa. Santificar el domingo.

Es pecado: Confesarse sin contrición, comulgar o hacer acción de gracias sin devo-
ción, o rezar sin atención. No cumplir los votos.

Fortaleza. Debemos, para salvarnos, estar dispuestos a morir o sufrir cualquier cosa
antes que pecar gravemente. Sufrir con paciencia. Atacar con valor y audacia los
obstáculos puestos al bien. Desear hacer cosas grandes. Preparar nuestra alma para
el martirio si Dios se dignara llamarnos a él. Perseverar en el bien toda nuestra vida,
a pesar de las dificultades,

Es pecado: Temer más los males temporales que el infierno. Apartarse del bien por
temor o debilidad. Exponerse al peligro con temeridad, confiando demasiado en las
propias fuerzas. Alimentar ambición, vanagloria, jactancia, hipocresía (fingiendo una
virtud que no se tiene). Caer en la molicie (huir de todo esfuerzo, y rendirse a la
primera dificultad). Ser perezoso, ocioso y entregarse al desaliento.

Templanza. Debemos usar de los bienes sensibles según las necesidades de la vida
prese te. Huir de las cosas torpes, amar la belleza de la virtud. Observar los ayunos
y las abstinencias mandados, Ser sobrios en las comidas. Sabernos privar, a veces,
aún de lo lícito. Ser castos y pudorosos. Evitar todo contacto sensual. Huir de las
ocasiones. Mortificar la imaginación, pensamientos de vanidad, envidias, etc... Mor-
tificar sobre todo la voluntad propia con la obediencia. Reconocer fácilmente las
faltas o errores y pedir perdón. No singularizarse en nada. No buscar el éxito sino
el servicio de Dios. Aceptar y amar las humillaciones, que son lo que nos santifica.
Ser mansos, modestos, amar la pobreza, la moderación, la simplicidad, el silencio y
el recogimiento.

96
Es pecado: La gula. Comer fuera de tiempo o con exceso. Hablar demasiado y con
burla. Entregarse a la lujuria, ir a los bailes. Tener miradas malas. Ver y dejar ver
programas malos en la televisión o en Internet. Probar o entregarse a las drogas, etc.
Ser insensibles, crueles, soberbios, susceptibles, tener respeto humano y miedo del
“qué dirán”. No aceptar ninguna observación. Poseer amor desordenado de la propia
libertad e independencia. Ser curiosos en cosas ajenas, malas o inútiles. Excederse en
el juego y las diversiones. No tomar nada en serio.

DEBERES DE ESTADO

Examinémonos diligentemente del cumplimiento de las obligaciones familiares, pro-


fesionales, etc. según el propio estado y condición:

El religioso sobre el cumplimiento de sus votos y reglas; el sacerdote su breviario,


Misa, predicaciones, catecismos, confesiones, visita a los enfermos, etc... Los padres
de familia sobre la educación de sus hijos, esposos sobre su vida doméstica, amor y
ayuda mutua en la virtud. El estudiante sobre sus estudios, etc...

97
PUNTOS DE NUESTRA RUTA

OVIEDO

Oviedo, al norte de España, con unos 250.000 habitantes, es la capital de Asturias,


el más antiguo Reino cristiano de la Península. El Reino Astur, corazón de España,
fue la primera entidad política cristiana establecida en la Península Ibérica tras la
invasión musulmana en el 711. Nacido “por la divina providencia” tras la batalla de
Covadonga en el año 722, según la Crónica Albeldense, su capital fue trasladada a
Oviedo en tiempos de Fruela I en el siglo VIII.

Oviedo desempeña un papel principalísimo en la historia de las peregrinaciones de


los cristianos europeos. Es ampliamente conocido en nuestros días, sobre todo tras
su revitalización y difusión en el último siglo, el Camino de Santiago a Compostela,
hacia donde se dirigen miles de peregrinos a venerar los restos del Apóstol, pero no
lo es tanto la importancia de Oviedo y su catedral de San Salvador, la Sancta Oveten-
sis, que fue destino de peregrinaciones de los católicos incluso antes que Santiago.
Tampoco el hecho de que la primera peregrinación a Compostela, la que efectuó
el Rey de Asturias Alfonso II «El Casto» a principios del siglo IX al enterarse del
descubrimiento de la tumba de Santiago el Mayor, y que fue quien mandó construir
la primera ermita en su honor que custodiara sus restos, partiera de Oviedo, capital
del reino astur.

De la importancia histórica de Oviedo como centro de peregrinación da testimonio


el Rey de León y de Castilla Alfonso X «El Sabio» (1221-1284), quien en sus Partidas
define a los peregrinos como «aquellos que andan en peregrinaje a Santiago o a San
Salvador de Oviedo…». También una célebre frase medieval se encargaba de advertir
de la centralidad de la Sancta Ovetensis, dedicada a Nuestro Señor y Salvador Jesu-
cristo, al afirmar que «quien va a Santiago, y no al Salvador, visita al lacayo y olvida
al Señor».

La I Peregrinación de Nuestra Señora de la Cristiandad parte de la Santa Iglesia


Basílica Catedral de San Salvador de Oviedo, en cuya Cámara Santa se conserva el
Arca Santa, el relicario más importante de la Cristiandad -siendo la más conocida el
Santo Sudario con que fue envuelta la cabeza de Nuestro Señor al ser descendido
de la Cruz.

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SANTUARIO DE LA VIRGEN DE LA CUEVA

Situado a orillas del río La Marea en un abrigo rocoso frente al conocido como Cam-
po de los Romeros. El primer dato histórico que existe sobre el santuario se remonta
al siglo XVI, aunque hay leyendas que establecen su origen algunos siglos antes, du-
rante los comienzos del período de la Reconquista, siglos X-XI. La leyenda refiere la
conversión en cenobita de un caballero portugués que había acudido a luchar contra
los moros junto a las tropas castellanas.

A su regreso se le comunica el fallecimiento de su joven amada, lo que le lleva a


comprender lo efímero de la vida, promoviendo la búsqueda de la eternidad a través
de la meditación y la penitencia. El señor de la Torre de Lodeña decide comprobar la
veracidad de un sueño revelador en el que se le aparece la Virgen María para pedirle
que se le dé culto devoto en el mismo lugar en el que un viejo eremita venera su
imagen. Finalmente, el señor de Lodeña encuentra en la cueva del actual Santuario
al viejo compañero de batallas convertido en eremita rindiendo culto a la imagen que
se le apareciera en sus sueños. A su muerte, el noble portugués le deja a su antiguo
compañero de armas el depósito sagrado de aquella imagen venida del cielo.

A finales del XVIII, el recinto estaba formado por dos grupos de capillas: la de Nues-
tra Señora del Carmen y la del Cristo junto a la pequeña capilla de la Virgen de la
Cueva. En el siglo XIX (año 1858) existe constancia de la visita realizada por la Reina
Isabel II y el Príncipe de Asturias acompañados por San Antonio María Claret. El día
8 de septiembre se celebra la fiesta de la Virgen de la Cueva.

COVADONGA

Nuestro destino está en medio de las montañas asturianas, donde se encuentra el


Santuario de Covadonga, gran centro de peregrinación mariano y lugar en el que
se refugiaron el Rey Don Pelayo y sus hombres durante la batalla que, fechada por
distintas fuentes en el año 718 o en el 722, se libró contra los árabes que habían
invadido la Península. A partir de ese momento se inicia la Reconquista, empresa
que duraría ocho siglos hasta que finalmente fuese tomada Granada en 1492 por los
Reyes Católicos, Isabel y Fernando.

El lugar más destacado del santuario es la Santa Cueva, donde se halla una capilla
con la imagen de la Virgen de Covadonga, conocida por los asturianos cariñosamente
como La Santina, y la tumba de Pelayo, el primer monarca asturiano y cuyos restos
descansan allí desde que fueran trasladados en tiempos de Alfonso X «el Sa bio», en
el siglo XIII, provenientes de la cercana iglesia de Santa Eulalia de Abamia, donde
originalmente fue enterrado.

99
Las crónicas cristianas narran cómo la intervención milagrosa de la Santísima Virgen
fue decisiva en la victoria, repeliendo los ataques que las tropas mahometanas lanza-
ban contra la cueva. Por su parte, las crónicas musulmanas explican que refugiadas
allí, las fuerzas de Don Pelayo se alimentaron durante el asedio de la miel que las
abejas dejaban en las hendiduras de la roca.

La actual imagen de la Virgen de Covadonga es de 1778, y fue donada por la Catedral


de Oviedo al Santuario, pues la talla original desapareció en un devastador incendio
el año anterior. La original era del siglo XII, cuando se tallaron dos imágenes gemelas
de la Virgen de Covadonga y que fueron a parar una al Monasterio de San Juan de
la Hoz de Cillaperlata y la otra al Monasterio de Covadonga, donde se conservaron
durante siglos. La de Cillaperlata es en la actualidad la imagen de la Virgen de Cova-
donga más antigua que se conserva.

El nombre de Covadonga procede de la expresión latina Cova Dominica (que signi-


fica Cueva de la Señora), y que evolucionaría con el tiempo hasta su configuración
actual.

La capilla que hay en su interior es de estilo neorrománico, construida a principios


de los años cuarenta y el antipendio del altar muestra una representación de la batalla
de Covadonga.

Junto a la cueva se alza la Basílica, también de estilo neorrománico, que fue cons-
truida entre los años 1877 y 1901, y además el complejo contiene una colegiata, el
albergue, el mesón de peregrinos, una casa de ejercicios y un comedor.

Como tantas generaciones antes que nosotros han hecho, acudimos a Covadonga a
ponernos a los pies de la Santísima Virgen para pedirle que cuide de España y por la
restauración de la Cristiandad, para que, Dios mediante, todas las realidades huma-
nas, también las temporales, sean ordenadas en Cristo Nuestro Señor.

100
BENDICIÓN DE PEREGRINOS

El que emprende solo el viaje, dirá lo que sigue en singular. Si viaja con otra persona
en plural.

Ant- In viam pacis et prosperitátis dírigat Ant.- Por sendas de paz * y prosperi-
vos omnípotens et miséricors Dóminus, dad nos dirija el Señor omnipotente
et Ángelus Ráphael comitétur vobíscum y misericordioso: y el arcángel Rafael
in vía, ut cum pace, salúte et gáudio re- nos acompañe en el camino, para
vertámini ad própria. que, con paz, salud y alegría, volva-
mos a nuestros hogares.
Benedíctus Dóminus, Deus Israel, quia
visitávit, et fecit redemptiónem plebis Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
suae: porque ha visitado y redimido a su
pueblo:
Et eréxit cornu salútis nobis; * in domo
David púeri sui. suscitándonos una fuerza de salva-
ción; en la casa de David, su siervo.
Sicut locútus est per os sanctórum, * qui
a saéculo sunt, prophetárum ejus. Según lo había predicho desde anti-
guo, por boca de sus santos profetas.
Salútem ex inimícis nostris, * et de manu
ómnium qui odérunt nos. Es la salvación que nos libra de nues-
tros enemigos y de la mano de todos
Ad faciéndam misericórdiam cum pá- los que nos odian;
tribus nostris; * et memorári testaménti
sui sancti. realizando la misericordia que tuvo
con nuestros padres.
Jusjurándum quod jurávit ad Abraham
patrem nostrum; * datúrum se nobis, recordando su santa alianza y el ju-
ramento que juró a nuestro padre
Ut sine timóre de manu inimicórum nos- Abraham.
trórum liberáti; *serviámus illi,
Para concedernos que, libres de te-
in sanctitáte, et justítia coram ipso; * óm- mor, arrancados de la mano de los
nibus diébus nostris. enemigos, le sirvamos con santidad
y justicia en su presencia, todos nues-
Et tu, puer, Prophéta Altíssimi vocáberis; tros días.
* præíbis enim ante fáciem Dómini, pa-
ráre vias ejus.

101
Ad dandam sciéntiam salútis plebi Y a ti, niño, te llamarán profeta del Al-
ejus; * in remissiónem peccatórum tísimo, porque irás delante del Señor a
eórum. preparar sus caminos.

Per víscera misericórdiæ Dei nostri; Anunciando a su pueblo la salvación, el


* in quibus visitávit nos óriens ex perdón de sus pecados.
alto.
Por la entrañable misericordia de nues-
Illumináre his, qui in tenébris et in tro Dios, nos visitará el sol que nace de
umbra mortis sedent;* ad dirigéndos lo alto
pedes nostros in viam pacis.
para iluminar a los que viven en tinieblas
Glória Patri, et Fílio, * et Spirítui y en sombra de muerte, para guiar nues-
Sancto tros pasos por el camino de la paz.
.
Sicut erat in princípio, et nunc, et Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
semper, et in saécula sæculórum. Santo.
Amen
Como era en el principio, ahora, y siem-
Et repetitur Antíphona. pre, por los siglos de los siglos. Amén.

Y se repite la antífona.

Bendición de los peregrinos

Kýrie, éleison. Christe, éleison. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Se-
Kýrie, éleison. ñor, ten piedad.

Pater noster secreto usque ad Padrenuestro, en secreto hasta

V/. Et ne nos indúcas in tentatió- V/. Y no nos dejes caer en la tentación.


nem. R/. Más líbranos de mal.
R/. Sed líbera nos a malo.
V/. Haz salvos a tus siervos.
V/. Salvos fac servos tuos . R/. Que esperan en ti, oh Dios.
R/. Deus meus, sperántes in te.
V/. Envíanos, Señor, socorro desde tu
santuario.

102
V/. Mítte eis, Dómine, auxílium de R/. Y sé nuestro firme apoyo desde Sión.
sancto.
R/. Et de Sion tuére eos. V/. Sé para nosotros, Señor, baluarte
fortísimo.
V/. Esto eis, Dómine, turris fortitú- R/. Contra el enemigo.
dinis.
R/. A fácie inimíci. V/. Nada pueda adelantar el enemigo
contra nosotros.
V/. Nihil profíciat inimícus in eis. R/. Ni pueda ofendernos más el hijo de
R/. Et fílius iniquitátis non appónat la iniquidad.
nocére eis.
V/. Bendito sea el Señor en toda la serie
V/. Benedíctus Dóminus die quo- de los días.
tídie. R/. Concédanos próspero viaje el Dios
R/. Prósperum iter fáciat nobis Deus de nuestra salud.
salutárium nostrórum
V/. Muéstranos, Señor, tus caminos.
V/. Vias tuas, Dómine, demónstra R/. Y enséñanos tus senderos.
nobis.
R/. Et sémitas tuas édoce nos. V/. Ojalá que sean enderezados nuestros
pasos.
V/. Utinam dirigántur viæ nostræ. R/. A la observancia de tus justísimas
R/. Ad custodiéndas justificatiónes leyes.
tuas.
V/. Los caminos torcidos se harán rectos.
V/. Erunt prava in dirécta. R/. Y los ásperos, llanos.
R/. Et áspera in vias planas.
V/. Dios ordenó a sus Ángeles.
V/. Angelis suis Deus mandávit de R/. Que te guardasen en todos tus cami-
te. nos.
R/. Ut custódiant te in ómnibus viis
tuis. V/. Señor, oíd mi plegaria.
R/. Y mi plegaria llegue a Vos.
V/. Dómine, exáudi oratiónem
meam.
R/. Et clamor meus ad te véniat.

103
Oración

Oremus Oremos

Deus, qui fílios Israël per maris Oh Dios que, hiciste andar a los hijos de
médium sicco vestígio ire fecísti, Israel a pie enjuto por medio del mar,
quique tribus Magis iter ad te stella y que mostraste a los Magos el camino
duce pandísti: tríbue eis, quaesumus, para llegar hasta ti, dándoles por guía una
iter prósperum, tempúsque tranquí- estrella: te rogamos que nos concedas ca-
llum; ut Angelo tuo sancto cómite, mino próspero y tiempo apacible a fin de
ad eum, quo pergunt, locum, ac que, en la santa compañía de tu Ángel,
demum ad ætérnæ salutis portum podamos volver al hogar de donde par-
felíciter valeant perveníre. timos, y, finalmente, al puerto de eterna
salvación.
Deus, qui Abraham puerum tuum
de Ur Chaldæórum edúctum, per Oh Dios, que guardaste ileso a tu siervo
omnes suæ peregrinatiónis vias Abrahán por todos los caminos de su
illaésum custodósti: quaesumus, ut peregrinación después de haberle sacado
hos fámulos tuos custodíre digné- de Ur de los caldeos; te rogamos que te
ris; esto eis, Dómine, in procínctu dignes guardarnos a nosotros, tus siervos:
suffrágium, in via solátium, in æstu sé, Señor, auxilio en el combate, consue-
umbráculum, in pluvia et frígore lo en el camino, refrigerio en el calor,
teguméntum, in lassitúdine vehícu- abrigo en la lluvia y en el frío, sostén en
lum, in adversitáte præsídium, in el cansancio, defensa en la adversidad,
lúbrico báculus, in naufrágio portus: báculo en los pasos difíciles, puerto en el
ut te duce, quo tendunt, próspere naufragio; a fin de que, conducidos por
pervéniant, et demum incólumes ad ti, lleguemos felizmente al lugar a que nos
própria revertántur. dirigimos; y después volvamos incólumes
a nuestros hogares.
Adesto, quaesumus, Dómine, su-
pplicatiónibus nostris: et viam famu- Atiende, te rogamos, Señor, nuestras sú-
lórum tuórum in salútis tuæ prospe- plicas, y dispón el camino de tus siervos
ritáte dispóne; ut inter omnes viæ en la prosperidad de tu salvación; para
et vitæ hujus varietátes tuo semper que en todas las vicisitudes del camino y
protegántur auxílio. de la vida nos veamos siempre protegidos
con tu auxilio.
Præsta, quaesumus, omnípotens
Dei: ut família tua per viam salútis TE rogamos, omnipotente Dios, que ha-
incédat; et beáti Joánnis Præcursóris gas andar a esta tu familia por el camino
hortaménta sectándo, ad eum, quem de salvación, y que siguiendo las exhor-
prædíxit, secúra pervéniat, Dómi- taciones del santo precursor Juan, llegue
num nostrum Jesum Christum Fí- con toda seguridad a Aquel que él anun-

104
lium tuum, qui tecum vivit et regnat
ció, nuestro Señor Jesucristo, Hijo tuyo,
in unitate Spiritus Sancti, Deus, per
que contigo vive y reina en unidad del Es-
omnia saecula saeculorum. Amen.
píritu Santo, Dios, por todos los siglos de
los siglos. Amén.
R/. Procedamus in pace.
R/. Procedamos en paz.
V/. In nómine Christi. Amen.
V/. En el nombre del Señor. Amen.

105
CANTOS

ORDINARIO DE LA MISA

Missa VIII
(Sábado)


  Q Ё        㰆  Q   ᐁ    
KYRIE

K Y- ri-e,  * e- lé-i-son. iij.


     Q Ё     Q   ᐁ    

    㰐  ᐃ    e- lé-i-son. iij.
 Q Ё Q  ᐁ    
Chríste,

    㰐  ᐁ  㰐  e-ᐃ  lé- i-son. ij.


 Q Ё Q  ᐁ    
Kýri-e,

Kýri-e * ** e- lé- i-son.

GLORIA

106
!       <
    
  !     ! !
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   !  ᐁ Ё ᐁ    !  ᐁ Ё  ᐁ  Ё =
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SANCTUS

108
AGNUS DEI

 Ё ᐁ Ё (((㰆    ᢂ (((
ᐁ   Ђ 㰆 
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��

A - gnus De- i, * qui tol-lis peccáta mundi: mi-


 Ё  Q Ђ   (((㰆    Ђ       Ⰶ    Ё <

 (((㰆  
 Ё  Q Ђ   (((㰆   Ё ᐁ Ё (((㰆    ᢂ
seré- re no- bis. Agnus De- i, * qui tol- lis peccáta

<
 (((㰆  
 Ё  Q Ђ   (((㰆  
mundi: mi-seré- re no- bis. A- gnus De- i, * qui tol-

ᐁ  Ђ
lis peccáta mundi: dona no-bis pa- cem.

        㰆  
ITE MISSA EST


 Q Ё   Q  ᐁ    
I - te,  
 Q Ё       㰆  Q   ᐁ    
missa est.

r De- o grá-ti-as.

109
Missa IV
(Domingo)

ASPERGES

110
KYRIE

  ᠁ ! !     ᠄      Ё =


!   Ђ  Ђ !  !   
X. s.
Ķ

K Y-ri- e * e- lé-᠂i-son. iij. Christe


 㰋Ё   ᠁ Ђ  ᐁ  㰆   !   
 Ђ !  !    Є ! <
 ᠁ Ђ   ᐁ ᠂  ᠁Ђ   ᐁ ᠂  㰆      
e- lé- i-son. iij. Ký-ri- e e- lé- i-son. ij.

Є ! Є ! !
Ký-ri- e * ** e- lé- i-son.

GLORIA

111
112
CREDO

113
114
SANCTUS

AGNUS DEI

 Ё Ё      ҁ !  Q    ҁ  
!  =

A -gnus De- ! i, * qui  tollis pec! cá- ta mun
(XII) XIII. s.

ńĶ

    㰋    ! Q  Q  Q     ҁ  
<
di: mi-se-


 !     㰋   Ё Ё      ҁ !  Q    =
ré- re no- bis. Agnus De- i, * qui tollis peccá-ta mundi:

 !
 ҁ  
!     㰋  
mi-se-ré- re no- bis. Agnus De- i, * qui tollis pec cá-ta


mundi: dona no- bis pa- cem.

115
  Ⰶ  !     ᠄  
ITE MISSA EST

!   Ђ  Ђ !  !   
Ķ

I -te, 
 Ⰶ !    !  Ђ ᠄ Ђ ! !
missa est.

   
r De-o grá-ti- as.

116
SALVE REGINA

117
SALVE REGINA SOLEMNE

118
CANTOS EUCARÍSTICOS

1. ADOREMUS IN AETERNUM

Adoremus in aeternum sanctissimum Adoremos eternamente al Santísimo


Sacramentum. Sacramento.

V. Laudate Dominum omnes gentes: V. Alabad al Señor todas las naciones,


laudate eum omnes populi. alabadle todos los pueblos. Porque su
Quoniam confirmata est super nos mi- misericordia se ha confirmado sobre
sericordia ejus: et veritas Domini manet nosotros, y la verdad del Señor perma-
in aeternum. nece permanentemente.

V. Gloria Patri... V. Gloria al Padre...

119
2. ADOROTE DEVOTE

1. Adoro te devote, latens Deitas, 1. Te adoro con devoción, Dios escon-


Quae sub his figuris vere latitas: dido, oculto verdaderamente bajo estas
Tibi se cor meum totum subjicit, apariencias. A Ti se somete mi corazón
Quia te contemplans, totum deficit. por completo, y se rinde totalmente al
contemplarte.
2. Visus, tactus, gustus in te fallitur,
Sed auditu solo tuto creditur. 2. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista,
Credo quidquid dixit Dei Filius: el tacto, el gusto; pero basta el oído para
creer con firmeza; creo todo lo que ha
Nil hoc verbo Veritatis verius.
dicho el Hijo de Dios: nada es más ver-
dadero que esta Palabra de verdad.
3. In cruce latebat sola Deitas,
At hic latet simul et humanitas; 3. En la Cruz se escondía sólo la Divi-
Ambo tamen credens atque confitens, nidad, pero aquí se esconde también la
Peto quod petivit latro paenitens. Humanidad; sin embargo, creo y con-
fieso ambas cosas, y pido lo que pidió
4. Plagas, sicut Thomas, non intueor; aquel ladrón arrepentido.
Deum tamen meum te confiteor.
Fac me tibi semper magis credere, 4. No veo las llagas como las vio Tomás
In te spem habere, te diligere. pero confieso que eres mi Dios: haz
que yo crea más y más en Ti, que en Ti
5. O memoriale mortis Domini! espere y que te ame.
Panis vivus, vitam praestans homini!
Praesta meae menti de te vivere 5. ¡Memorial de la muerte del Señor!
Et te illi semper dulce sapere. Pan vivo que das vida al hombre: con-
cede a mi alma que de Ti viva y que
6. Pie pellicane, Iesu Domine, siempre saboree tu dulzura.
Me immundum munda tuo sanguine.
Cuius una stilla salvum facere 6. Señor Jesús, Pelícano bueno, límpia-
Totum mundum quit ab omni scelere me a mí, inmundo, con tu Sangre, de
la que una sola gota puede liberar de
7. Iesu, quem velatum nunc aspicio, todos los crímenes al mundo entero.
Oro fiat illud quod tam sitio;
Ut te revelata cernens facie, 7. Jesús, a quien ahora veo oculto, te
Visu sim beatus tuae gloriae. Amen. ruego, que se cumpla lo que tanto an-
sío: que al mirar tu rostro cara a cara,
sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.

120
3. ANIMA CHRISTI

ANIMA CHRISTI, SANCTIFICA ME


CORPUS CHRISTI, SALVA ME.
SANGUIS CHRISTI, INEBRIA ME
AQUA LATERIS CHRISTI, LAVA ME.

Passio Christi, conforta me.


O bone Iesu, exaudi me.
Intra vulnera tua absconde me.

ANIMA CHRISTI, SANCTIFICA ME


CORPUS CHRISTI, SALVA ME.
SANGUIS CHRISTI, INEBRIA ME
AQUA LATERIS CHRISTI, LAVA ME.

Ne permittas a te me separari.
Ab hoste maligno defende me.
In hora mortis meæ voca me.

ANIMA CHRISTI, SANCTIFICA ME


CORPUS CHRISTI, SALVA ME.
SANGUIS CHRISTI, INEBRIA ME
AQUA LATERIS CHRISTI, LAVA ME.

Et iube me venire ad te,


ut cum sanctis tuis laudem te
per infinita sæcula sæculorum. Amen.

ANIMA CHRISTI, SANCTIFICA ME


CORPUS CHRISTI, SALVA ME.
SANGUIS CHRISTI, INEBRIA ME
AQUA LATERIS CHRISTI, LAVA ME.

121
4. AVE VERUM CORPUS

Ave verum corpus natum de Maria Salve, verdadero cuerpo, nacido


Virgine Virgen María
Vere passum, immolatum in cruce pro Realmente ofrecido
homine En la cruz para el hombre
Cuius latus perforatum unda fluxit et Lado perforado
sanguine Agua y sangre
Esto nobis praegustatum mortis in exa- Podemos probar
mine Hora de la muerte
O Iesu dulcis, o Iesu pie, o Iesu fili Oh, dulce Jesús, oh querido Jesús
Mariae. Oh Jesús hijo de María

Amen Amén

5. O SACRUM CONVIVIUM

O sacrum convivium in quo Christus Oh, sagrado banquete, en el que se re-


sumitur, recolitur memoria passionis cibe a Cristo, la memoria de su pasión
eius; mens impletur gratia et futurae se renueva, la mente se llena de gracia y
gloriae nobis pignus datur. la promesa de gloria futura nos es dada.

6. O SALUTARIS HOSTIA

O Salutaris Hostia Oh, Hostia saludable! Tú que abres las


Quae caeli pandis ostium: puertas del cielo, préstanos tu fortaleza
Bella premunt hostilia, y tu auxilio cuando los enemigos estre-
Da robur, fer auxilium. chan el cerco.

Uni trinoque Domino Para Ti, Señor, uno y trinidad, sea


Sit sempiterna gloria, siempre la gloria eterna, que nos con-
Qui vitam sine termino ceda una vida sin fin en la patria Amén
Nobis donet in patria.
Amen.
.

122
7. CANTEMOS AL AMOR

1. Cantemos al amor de los amores, 5. Tu nombre ensalzamos y alabamos,


cantemos al Señor. con toda nuestra voz;
Dios está aquí, venid adoradores, ado- Rey de majestad, por siempre te acla-
remos a Cristo Redentor. mamos y Señor de las almas, Cristo
Dios.
Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra ben-
decid al Señor. 6. El mundo impío contra Ti se agita,
Honor y gloria a Ti, Rey de la gloria, sembrando por doquier
amor por siempre a Ti, Dios del amor. el error, el mal; y a todos nos invita
a beber en la copa del placer.
2. Por nuestro amor oculta en el sagra-
rio, su gloria y esplendor; 7. Mas, he aquí que tu Vicario augusto
Para nuestro bien se queda en el san- de Roma el solo rey,
tuario, esperando a justo y pecador. por tan gran maldad no oculta su dis-
gusto y desea salvar su noble grey.
3. Oh, gran prodigio del amor divino,
milagro sin igual. 8. Al pie de tu sagrario nos convida
Prenda de amistad, banquete peregri- a recibir tu amor:
no, do se come el Cordero Celestial. porque Tú, Jesús, al alma das la vida
y la llenas de fuerza y de valor.
4. Jesús bondadoso Rey de victorias, a
Ti loor sin fin. 9. Oh, sí, cristianos fervorosos, vamos
Canten tu poder, autor de nuestras glo- a Cristo en el Altar;
rias, cielo y tierra hasta el último confín. y con viva fe, su Cuerpo recibamos
cada día y siempre hasta expirar.

8 PANGE LINGUA/ TANTUM ERGO

1Pange, lingua, gloriosi Canta, lengua, el misterio


Corporis mysterium, del glorioso cuerpo y de la precio-
Sanguinisque pretiosi, sa sangre,
Quem in mundi pretium que, en beneficio del mundo,
Fructus ventris generosi el rey de los pueblos,
Rex effudit gentium. fruto de un vientre generoso, de-
rramó.

123
2. Nobis datus, nobis natus 2. Nos fue dado, nacido
Ex intacta virgine, de una Virgen inmaculada,
Et in mundo conversatus, y, después de habitar en el mundo,
Sparso verbi semine, sembrada la semilla de su palabra,
Sui moras incolatus puso fin al tiempo de su residencia
Miro clausit ordine. de forma maravillosa.

3. In supremae nocte coenae


Recumbens cum fratribus 3. En la noche de la última cena,
Observata lege plene recostado con sus discípulos,
Cibis in legalibus, después de cumplir fielmente la ley,
Cibum turbae duodenae con los alimentos establecidos,
Se dat suis manibus. se da con sus manos.
como comida a los doce.
4. Verbum caro, panem verum
Verbo carnem efficit: 4. Verbo hecho carne, el pan real
Fitque sanguis christi merum, con su palabra en su carne convierte
Et si sensus deficit, y sangre de Cristo es hecho el vino;
Ad firmandum cor sincerum y, si fallan los sentidos,
Sola fides sufficit. para apoyar al corazón sincero,
la fe sola basta.
5. Tantum ergo sacramentum
Veneremur cernui: 5. Así pues, tan gran sacramento
Et antiquum documentum veneremos postrados:
Novo cedat ritui: y el antiguo testamento
Praestet fides supplementum ceda ante el nuevo rito:
Sensuum defectui. preste la fe complemento
a la limitación de los sentidos.
6. Genitori, genitoque
Laus et jubilatio, 6. Al Padre, y al Hijo,
Salus, honor, virtus quoque gloria y cantos de júbilo,
Sit et benedictio: salud, honor, poder también
Procedenti ab utroque y bendición:
Compar sit laudatio. al que de ambos procede
igual alabanza.
Amen.
Amén.

124
9. BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Tras el Tantum ergo: V/. Les diste, Señor, el pan del cielo.
V/. Panem de cælo præstísti eis. R/. Que contiene en sí todo deleite.
R/. Omne delectaméntum in se habén-
tem.
Oremos. Oh Dios, que bajo un
Oremus: Deus, qui nobis sub Sacra- Sacramento admirable, nos dejaste el
mento mirabili Passionis tuae memo- recuerdo de tu Pasión: te pedimos,
riam reliquisti; tribue, quaesumus, ita Señor, nos concedas celebrar de tal
nos Corporis et Sanguinis tui sacra manera los sagrados misterios de
mysteria venerari, ut redemptionis tuae tu Cuerpo y Sangre, que sintamos
fructum in nobis iugiter sentiamus: Qui constantemente en nosotros el fruto de
vivis et regnas. Amen. tu Redención. Tú que vives y reinas.
Amén.
Alabanzas de desagravio (tras la bendi-
ción):
Bendito sea Dios.
Benedíctus Deus. Bendito sea su santo Nombre.
Benedíctum Nomen Sanctum eius. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios
Benedíctus Iesus Christus, verus Deus y verdadero Hombre.
et verus homo. Bendito sea el nombre de Jesús.
Benedíctum Nomen Iesu. Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Benedíctum Cor eius sacratíssimum. Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Benedíctus eius Sánguis pretiosíssimus. Bendito sea Jesús en el Santísimo
Benedíctus Iesus in sanctíssimo altáris Sacramento del Altar.
Sacraménto. Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Benedíctus Sanctus Spíritus Paráclitus. Bendita sea la excelsa Madre de Dios,
Benedícta excélsa Mater Dei, María María Santísima.
sanctíssima. Bendita sea su Santa e Inmaculada
Benedícta sancta eius et immaculáta Concepción.
Concéptio. Bendita sea su gloriosa Asunción a
Benedícta eius Gloriósa Assúmptio. los cielos.
Benedíctum nomen Mariæ, Vírginis et Bendito sea el nombre de María
Matris. Virgen y Madre.
Benedíctus sanctus Ioseph, eius castís- Bendito sea San José, su castísimo
simus Sponsus. Esposo.
Benedíctus Deus in Angelis suis, et in Bendito sea Dios en sus Ángeles y en
Sanctis suis. sus Santos.

Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar y la Virgen concebida sin pecado
original.

125
CANTOS ROSARIO

10. PATER NOSTER

126
 Q     Ё      
=
11. AVE MARIA I

(
A -ve Ma- rí-Є a, * grá-ti- a plena, Dómi-nus tecum.
Ķ

     ᠁
Ё  Ё 
         =
  ᠁    ᠁   Ё   ᐁ <
Benedícta tu in mu-li- é-ri-bus, et benedíctus fructus ventris

Ё Ђ 
 ᠁
Ё  
  Ђ Ё    Ё ᠁    
tu- i, Jesus. Sancta Ma-rí- a, Ma-ter De- i, ora pro no-bis

pecca-tó-ri-bus, nunc, et in ho- ra mortis nostræ. A-men.

12. AVE MARIA II

127
13. AVE MARIA III

14 GLORIA PATRI I

128
15. GLORIA PATRI II

LETANÍAS
16. Letanías lauretanas página 86
17. LETANÍAS DE LOS SANTOS

Kýrie, eléison.
Christe, eléison. Sancte Gábriel, ora.
Kýrie, eléison. Sancte Ráphaël, ora.
Christe, audi nos. Omnes sancti Angeli et Archángeli,
Christe, exáudi nos. oráte pro nobis.
Omnes sancti beatórum Spírituum
Pater de caelis Deus. Miserére nobis. órdines, oráte.
Fili Dei, Redémptor mundi, Deus, Sancte Joánnes Baptísta, ora.
etc. Sancte Joseph, ora.
Spíritus Sancte, Deus, Omnes sancti Patriárchæ et Prophétæ,
Sancta Trínitas, unus Deus, oráte.
Sancte Petre, ora.
Sancta María, ora pro nobis. Sancte Paule, ora.
Sancta Dei Génetrix, ora. Sancte Andréa, ora.
Sancta Virgo vírginum, ora. Sancte Jacóbe, ora.
Sancte Gábriel, ora. Sancte Joánnes, ora.
Sancte Ráphaël, ora. Sancte Thoma, ora.
Omnes sancti Angeli et Archángeli, Sancte Jacóbe, ora.
oráte pro nobis. Sancte Philíppe, ora.
Omnes sancti beatórum Spírituum Sancte Bartolomáee, ora.
órdines, oráte. Sancte Mattháee, ora.
Sancte Simon, ora.

129
Sancte Thaddáee, ora. Sancta Anastasia, ora.
Sancte Matthía, ora. .Omnes sanctae Virgines et Viduae,
Sancte Bárnaba, ora. orate.
Sancte Luca, ora. Omnes Sancti et Sanctae Dei, interce-
Sancte Marce, ora. dite pro nobis
Omnes sancti Apóstoli et Evangelístæ, Propítus esto, parce nobis, Dómine.
oráte. Propítius esto, * exáudi nos, Domine.
Omnes sancti Discípuli Dómini, oráte. Ab omni malo, * líbera nos, Dómine.
Ab omni peccáto, etc.
Omnes sancti Innocéntes, oráte. Ab ira tua,
Sancte Stéphane, ora. A subitánea et improvísa morte,
Sancte Laurénti, ora. Ab insídiis diáboli,
Sancte Vincénti, ora. Ab ira, et ódio, et omni mala voluntáte,
Sancti Fabiáne et Sebastiáne, oráte. A peste, fame, et bello,
Sancti Joánnes et Paule, oráte.
A morte perpétua,
Sancti Cosma et Damiáne, oráte.
Per mystérium sanctæ Incarnatiónis
Sancte Silvéster, ora.
tuæ,
Sancte Gregóri, ora.
Per Advéntum tuum,
Sancte Ambrósi, ora.
Per Nativitátem tuam,
Sancte Augustíne, ora.
Per Baptísmum et sanctum Jejúnium
Sancte Hierónyme, ora.
tuum,
Sancte Martíne, ora.
Per Crucem et Passiónem tuam,
Sancte Nicoláe, ora.
Per Mortem et Sepultúram tuam,
Omnes sancti Pontífices et Confessó-
Per sanctam Resurrectiónem tuam,
res, oráte.
Per admirábilem Ascensiónem tuam,
Omnes sancti Doctóres, oráte.
Per advéntum Spíritus Sancti Parácliti,
Sancte Antóni, ora.
In die judícii,
Sancte Benedícte, ora.
Peccatóres te rogámus, audi nos.
Sancte Bernárde, * ora.
Sancte Bernárde, ora.
Ut nobis parcas, etc.
Sancte Domínice, ora.
Ut nobis indúlgeas,
Sancte Francísce, ora.
Ut ad veram pœniténtiam nos perdú-
Omnes sancti Sacerdotes et Levitae,
cere dignéris,
orate.
Ut Ecclésiam tuam sanctam | régere et
Omnes sancti Monachi et Eremitae,
conserváre dignéris,
orate.
Ut Domnum Apostólicum et omnes ec-
Sancta Maria Magdalena, ora.
clesiásticos órdines | in sancta religióne
Sancta Agatha, ora.
conserváre dignéris,
Sancta Lucia, ora.
Ut inimícos sanctæ Ecclésiæ | humi-
Sancta Anges, ora.
liáre dignéris,
Sancta Caecilia, ora.
Sancta Catharina, ora.

130
Ut omnes errántes ad unitátem Ecclé- Ut nos exaudíre dignéris,
siæ revocáre, | et infidéles univérsos ad Fili Dei,
Evangélii lumen perdúcere dignéris,
Ut nosmetípsos in tuo sancto servítio | Agnus Dei, qui tollis, peccáta mundi,
confortáre et conserváre dignéris, parce nobis, Dómine.
Ut mentes nostras | ad cæléstia desi-
déria érigas, Agnus Dei, qui tollis, peccáta mundi,
exáudi nos, Dómine.
Ut ómnibus benefactóribus nostris |
sempitérna bona retríbuas, Agnus Dei, qui tollis, peccáta mundi,
Ut ánimas nostras, | fratrum, propin- miserére nobis.
quórum et benefactórum nostrórum ab
ætérna damnatióne erípias, Christe, audi nos.
Ut fructus terræ | dare et conserváre Christe, exaudi nos.
dignéris, Kýrie, eléison.
Ut ómnibus fidélibus defúnctis | Chríste eléison.
réquiem ætérnam donáre dignéris, Kýrie, eléison.

18. LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Kýrie, eléison. Señor, ten piedad.


Christe, eléison. Cristo, ten piedad.
Kýrie, eléison. Señor, ten piedad.
Christe, audi nos. Cristo, óyenos
Christe, exáudi nos. Cristo, escúchanos,

Pater de caelis Deus. Miserére nobis Dios Padre celestial, ten piedad de no-
Fili Redémptor mundi Deus, miserére sotros,
nobis. Dios Hijo Redentor del mundo, ten pie-
Spíritus Sancte, Deus, miserére nobis. dad de nosotros,
Sancta Trínitas unus Deus, miserére Dios Espíritu Santo, ten piedad de no-
nobis. Cor Jesu, Filii Patris aeterni, * sotros,
miserere nobis. Trinidad santa un solo Dios, ten piedad
Cor Jesu, in sinu Vírginis Matris a de nosotros
Spíritu Sancto formátum, Corazón de Jesús, formado en el seno de
Cor Jesu, Verbo Dei substantiáliter la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
unítum, Corazón de Jesús, al Verbo de Dios subs-
Cor Jesu, majestátis infinítæ, tancialmente unido,
Cor Jesu, templum Dei sanctum, Corazón de Jesús, de majestad infinita,
Cor Jesu, tabernaculum Altíssimi,

131
Cor Jesu, domus Dei et porta coeli, Corazón de Jesús, Templo santo de
Cor Jesu, fornax ardens caritátis, Dios,
Cor Jesu, justítiæ et amóris receptácu- Corazón de Jesús, Tabernáculo del Al-
lum, tísimo,
Cor Jesu, bonitáte et amóre plenum, Corazón de Jesús, Casa de Dios y puerta
Cor Jesu, virtutum omnium abýssus, del cielo,
Cor Jesu, omni laude digníssimum, Corazón de Jesús, Horno ardiente de
Cor Jesu, rex et centrum ómnium cór- caridad,
dium, Corazón de Jesús, Santuario de justicia
Cor Jesu, in quo sunt omnes thesáuri y de amor,
sapiéntiæ et sciéntiæ, C orazón de Jesús, propiciación por
Cor Jesu, in quo hábitat omnis plenitú- nuestros pecados,
do divinitátis, Corazón de Jesús, colmado de oprobios,
Cor Jesu, in quo Pater sibi bene com- Corazón de Jesús, desgarrado por
plácuit, nuestros pecados,
Cor Jesu, de cujus plenitúdine omnes Corazón de Jesús, hecho obediente
nos accépimus, hasta la muerte,
Cor Jesu, desidérium cóllium æter- Corazón de Jesús, con lanza traspasado,
nórum, Corazón de Jesús, fuente de todo
Cor Jesu, pátiens et multæ misericór- consuelo,
diæ, Corazón de Jesús, vida y resurrección
Cor Jesu, dives in omnes qui ínvocant nuestra,
te, orazón de Jesús, lleno de bondad y de
Cor Jesu, fons vitæ et sanctitátis, amor,
Cor Jesu, propitiátio pro peccátis nos- Corazón de Jesús, Abismo de todas las
tris, virtudes,
Cor Jesu, saturátum oppróbriis, Corazón de Jesús, digno de toda
Cor Jesu, attrítum propter scélera nos- alabanza,
tra, Corazón de Jesús, Rey y centro de todos
Cor Jesu, usque ad mortem obédiens los corazones,
factum, Corazón de Jesús, en que están escon-
Cor Jesu, láncea perforátum, didos todos los tesoros de la sabiduría y
Cor Jesu, fons totíus consolatiónis, de la ciencia,
Cor Jesu, vita et resurréctio nostra, Corazón de Jesús, en que mora toda la
Cor Jesu, pax et reconciliátio nostra, plenitud de la divinidad,
Cor Jesu, víctima peccatórum, Corazón de Jesús, en que el Padre se
Cor Jesu, salus in te sperántium, agradó,
Cor Jesu, spes in te moriéntium, Corazón de Jesús, de cuya plenitud
Cor Jesu, delíciæ Sanctórum ómnium todos nosotros hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseo de los eternos
collados,
Corazón de Jesús, paciente y muy

132
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, parce nobis, Dómine.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, exáudi nos, Dómine.
Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi, miserére nobis.

V/. Jesu, mitis et húmilis Corde. V/. Jesús manso y humilde de corazón.
R/. Fac cor nostrum secúndum Cor R/. Haz nuestro corazón conforme al
tuum. tuyo.
Oremus. Omnipotens sempiterne De- Oremos: Oh Dios todopoderoso y
us, respice in Cor dilectissimi Filii tui, et eter-no: mira el Corazón de tu aman-
in laudes et satisfactiones, quas in nomi- tísimo Hijo y las alabanzas y satisfaccio-
ne peccatorum tibi persolvit, iis-que mi- nes que en nombre de los pecadores te
sericordiam tuam petentibus tu veniam tri-buta; y concede aplacado el perdón
concede placatus, in nomine ejusdem a estos que piden tu misericordia en el
Filii tui Jesu Christi: Qui te-cum vivit et nombre de tu mismo Hijo Jesucristo.
regnat in sæcula sæcu-lorum. Quien contigo vive y reina en los siglos
V/. Amen. de los siglos.
V/. Amén.

133
19. LETANIAS DE SAN JOSÉ

Kýrie, eléison. Joseph castíssime,


Christe, eléison. Joseph prudentíssime,
Kýrie, eléison. Joseph fortíssime,
Christe, audi nos. Joseph obœdientíssime,
Christe, exáudi nos. Joseph fidelíssime,
Spéculum patiéntiæ,
Pater de caelis Deus. Miserére nobis Amátor paupertátis,
Fili, Redémptor mundi, Deus, mise- Exémplar opíficum,
rére nobis. Domésticæ vitæ decus,
Spiritus Sancte Deus, miserére nobis. Custos vírginum,
Sancta Trinitas, unus Deus, miserére Familiárum cólumen,
nobis Solátium miserórum,
Sancte Joseph, ora pro nobis. Spes ægrotántium,
Proles David ínclita, etc. Patróne moriéntium,
Lumen Patriarchárum, Terror dáemonum,
Dei Genetrícis Sponse,
Custos pudíce Vírginis,
Fílii Dei nutrície, Agnus Dei, qui tollis paccátamundi,
Christi defénsor sédule, parce nobis, Dómine.
Almæ Famíliæ præses, Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi,
Joseph justíssime, exáudi nos, Dómine.

V/. Constítuit eum dóminum domus V/. Lo nombró administrador de su


suæ. casa.
R/. Et príncipem omnis possessiónis R/. Y señor de todas sus posesiones.
suæ. Oremos. Oh Dios, que con inefable
Oremus. Deus, qui in ineffabili pro- providencia te dignaste elegir a San
vi-dentia beatum Joseph sanctissimæ José para esposo de tu Santísima Ma-
Gene-tricis tuæ Sponsum eligere dre; te rogamos nos concedas tenerlo
dignatus es, præsta, quæsumus, ut como intercesor en el cielo, ya que lo
quem protectorem veneramur in terris, veneramos como protector en la tierra.
intercessorem habere mereamur in Tú, que vives y reinas por los siglos de
cælis: Qui vivis et regnas in sæcula los siglos.
sæculorum. V/. Amén.
V/. Amen.

134
A SAN JOSÉ

20. SALVE PATER SALVATORIS

1. Salve, Pater Salvatóris, 4. O quam fuit admiránda


Salve, custos Redemptóris, Tua vita veneránda,
Joseph ter amábilis, Habens Dei Fílium.

2. Salve, sponse Matris Dei; 5. Jesum óculis vidísti


Salve, hospes Dei mei, Et in bráchiis tulísti,
Joseph ter mirábilis. O dulcis felícitas.

3. Dulces cunæ, dulces panni, 6. Genis genas admovísti,


Dulces dies, dulces anni, Oscula dans accepísti,
Dum nutrísti Dóminum. O felix suávitas.

7. Modo Deum appellásti,


Modo regem nominásti
Inter mille gáudia.

21. SALVE JOSÉ

Salve, José, amante y tierno Padre, 3. Dichoso aquel, José, que tú


Salve, guardián de nuestro Redentor; proteges y el que con fe te invoca en
esposo fiel de su bendita Madre, y la ficción: ¡oh fiel guardián! jamás,
salvador del mismo Salvador. jamás nos dejes sin tu favor, amparo y
protección.
1. Al buen Jesús pudiste ver sin velo, y
sobre ti sus miembros reclinó; al Hace- 4. Oh San José, amante y tierno Pa-
dor de tierra, mar y cielo, ¡con cuánto dre, santo sin par y espejo de virtud;
amor besaste y te besó! haznos amar a la divina Madre y a
nuestro Dios y Salvador, Jesús.
2. Ninguno fue por Dios tan encumbra-
do cual tú, José, lo fuiste de Señor; tú
de Jesús has sido el más amado, ¡oh fiel
guardián de nuestro Redentor!

135
22. DEL CIELO LAS HUESTES

1. Del cielo las huestes celebran tu 3. A Dios en tus brazos dichoso reclinas,
nombre, Lo que otros en muerte, Tú gozas en
te aclaman a coro los fieles del orbe. vida:
Esposo el más puro de más pura Espo- José, el más dichosom de todos los
sa, Padre y Custodio del mismo Dios. hombres,
Haz que también goce yo de Dios.
2. Resuenen las voces en himnos po-
tentes, 4. Oh Santo Patriarca, mi dulce Patro-
murmuren los labios plegarias fervien- no,
tes, La muerte del justo corone mis días;
que canten las glorias del Santo Pa- Que muera en los brazos dee Cristo
triarca, amorosos,
Padre y Custodio del Redentor. Para reinar siempre junto a Vos.

23. SIETE GOZOS Y DOLORES

1. Dejar decide la compañía de su 4. Con gran disgusto José oía


María a José en dolor, mas dice el Án- la profecía de Simeón.
gel al consolarle, que es hecha Madre — Mas grato escucha que tanta
del Salvador, que es hecha madre del pena
Salvador. al hombre llena de salvación.

Por este gozo y este dolor, que yo me


salve pídele al Señor, que yo me salve
pídele al Señor. 5. Jesús a Egipto José traslada,
pues dura espada le amenazó.
2. Nacer el Niño con gran pobreza, — Y falsos dioses, en este suelo,
José en tristeza, cual Padre vio. con gran consuelo, deshechos vio.
— Mas ya le alegra del cielo el canto
que el coro santo allí entonó.
6. Cuando Arquelao reinó en
3. José ve en pena que ya ha herido, Judea,
recién nacido, al Niño Dios. a Galilea José huyó.
— Mas le consuela el dulce nombre — Mas ya le admiten los Nazare-
Jesús, nos,
que al hombre la vida dio. y días buenos allí vivió

136
A CRISTO REY

24. CHRISTUS VINCIT

Christus vincit, Christus regnat, Christus Christus imperat.

1. Laudate Dominum omnes gentes, laudate eum omnes populi.


2. Quoniam confirmata est super nos misericordia eius, et veritas Domini manet in
aeternum.
3. Gloria Patri...
4. Sicut erat...

25. LAUDES REGIAE

Cantor: Christus vincit, Christus regnat, II. Por el Papa


Christus ímperat.
Todos: Christus vincit, Christus regnat, Cantor: Francisco Summo Pontífici
Christus ímperat. in unum pópulos doctrína congre-
gánti, caritáte: Pastóri grátia, gregi
I. Por la Iglesia obsequéntia.
Cantor: Salvator mundi.
Cantor: Exáudi, Christe. Todos: Tu illum ádjuva.
Todos: Exáudi, Christe. Cantor: Sancta Maria.
Cantor: Ecclésiae sanctae Dei, supra Todos: Tu illum ádjuva.
regnórum fines necténti ánimas: salus Cantor: Sancte Petre.
perpétua! Todos: Tu illum ádjuva.
Cantor: Redémptor mundi, Cantor: Sancte Paule.
Todos: Tu illam ádjuva. Todos: Tu illum ádjuva.
Cantor: Sancta María. Cantor: Sancte Francísce.
Todos: Tu illam ádjuva. Todos: Tu illum ádjuva.
Cantor: Sancte Joseph.
Todos: Tu illam ádjuva. Todos: Christus vincit, Christus
Cantor: Sancte Michaël. regnat, Christus ímperat.
Todos: Tu illam ádjuva

Todos: Christus vincit, Christus regnat,

137
II. Por el obispo o arzobispo Cantor: Sancte Michaël.
Todos: Tu illos ádjuva.
Cantor: Exáudi, Christe. Cantor: Sancte N. (patrón).
Todos: Exáudi, Christe. Todos: Tu illos ádjuva.
Cantor: N., (archi)episcopo et omni clero
sibi commísso: pax et virtus, plúrima Todos: Christus vincit, Christus
merces. regnat, Christus ímperat.
Cantor: Sancte N. (patrón del obispo u
obispos santos de la diócesis). Cantor: Auxílium nostrum!
Todos: Tu illum adjuva. Todos: Fortitúdo nostra!
Cantor: Arma nostra invictíssima!
Todos: Christus vincit, Christus regnat, Todos: Murus noster inexpugnábilis!
Christus ímperat. Todos: Lux, via, et vita nostra!

Cantor: Rex regum. Todos: Christus vincit, Christus


Todos: Rex noster. regnat, Christus ímperat.
Cantor: Spes nostra.
Todos: Glória nostra. Cantor: Ipsi soli impérium, laus
et jubilátio per infiníta saecula
IV. Por los gobernantes y ciudadanos saeculórum.
Todos: Amen.
Cantor: Exáudi, Christe. Cantor: Témpora bona hábeant!
Todos: Exáudi, Christe. Todos: Témpora bona hábeant
Cantor: Magistrátibus et ómnibus con- redémpti sánguine Christi!
cívibus nobíscum orántibus: cordis vera Cantor: Felíciter!
quies, votórum efféctus. Todos: Felíciter! Felíciter!
Cantor: Auxílium christianórum. Cantor: Pax Christi véniat!
Todos: Tu illos ádjuva. Todos: Pax Christi véniat!
Todos: Deo grátias! Amen.

138
26. VIVA CRISTO REY

1. Un grito de guerra se escucha en la 3. Viva Cristo Rey, viva Cristo Rey


faz de la Tierra y en todo lugar El grito de guerra que enciende la
Los prestos guerreros empuñan su tierra
espada y se enlistan para pelear Viva Cristo Rey
Para eso han sido entrenados, defen- Nuestro soberano, Señor
derán la verdad Nuestro capitán y campeón
Y no les será arrebatado el fuego que Pelear por Él, es todo un honor
en su sangre está
4. No conocemos mayor alegría, no
Viva Cristo Rey, viva Cristo Rey existe más honroso afán
El grito de guerra que enciende la Que con mis hermanos estar en la
Tierra línea y juntos la vida entregar
Viva Cristo Rey A Él, que merece la gloria y nos
Nuestro soberano Señor reclutó por amor
Nuestro capitán y campeón Ante Él, la rodilla se dobla y se postra
Pelear por Él, es todo un honor el corazón

2. Sabemos que esta batalla no es fácil 5. Viva Cristo Rey, viva Cristo Rey
y muchos se acobardarán El grito de guerra que enciende la
Y bajo los dardos de nuestro enemigo, tierra
sin duda perecerán Viva Cristo Rey
Yo tendré mi espada en alto como la Nuestro soberano Señor
usa mi Señor Nuestro capitán y campeón
A Él nada lo ha derrotado, Su fuerza Pelear por Él es todo un honor (x2)
es la de Dios

139
27. TÚ REINARÁS

¡Tú reinarás! Este es el grito que ¡Tú reinarás! Dichosa era, dichoso
ardiente exala nuestra fe pueblo con tal Rey
¡Tú reinarás, oh Rey bendito! Pues tú Será tu Cruz nuestra bandera, tu amor
dijiste: “reinaré” será, ya, nuestra ley

1. Reine Jesús por siempre, reine su 3. Reine Jesús por siempre, reine su
corazón corazón
En nuestra patria, en nuestro suelo En nuestra patria, en nuestro suelo
Que es de María la nación Que es de María la nación
En nuestra patria, en nuestro suelo En nuestra patria, en nuestro suelo
Que es de María la nación Que es de María la nación

¡Tú reinarás! Dulce esperanza, que al ¡Tú reinarás! En este suelo, te prome-
alma llena de placer temos nuestro amor
Habrá por fin paz y bonanza, felicidad Oh buen Jesús, danos consuelo en
habrá doquier este valle de dolor
Reine Jesús por siempre, reine su
2. Reine Jesús por siempre, reine su corazón
corazón
En nuestra patria, en nuestro suelo 4. En nuestra patria, en nuestro suelo
Que es de María la nación Que es de María la nación
En nuestra patria, en nuestro suelo En nuestra patria, en nuestro suelo
Que es de María la nación Que es de María la nación

140
AL SAGRADO CORAZÓN

28. COR JESU SACRATISSIMUM

2. Cor Mariae immaculátum ora pro nóbis.


3. Sancte Joseph, patróne noster dilectísime, ora pro nóbis.

29. DUEÑO DE MI VIDA

Dueño de mi vida 3. Corazón divino


vida de mi amor, qué dulzura dan,
ábreme la herida de tu sangre el vino,
de tu Corazón. de tu carne el pan.

1. Tú abrazas el hielo, 4. Tú eres la esperanza


Tú endulzas la hiel, del que va a vivir,
Tú eres el consuelo Tú eres el remedio
para el alma fiel. del que va a morir.

2. Corazón divino,
dulce cual la miel,
Tú eres el camino
para el alma fiel.

141
30. VEN, SAGRADO CORAZÓN

Ven Corazón Sagrado, de nuestro Ven Corazón Sagrado, de nuestro Re-


Redentor, comience ya el reinado de dentor, comience ya el reinado de tu
tu Divino Amor. Divino Amor.
Ven Corazón Sagrado, de nuestro Comience ya el reinado de tu Divino
Redentor, comience ya el reinado de Amor..
tu Divino Amor.
Comience ya el reinado de tu Divino 2. Ven, oh, Rey de las naciones; Ven,
Amor.. Divino Redentor. Derrama en los
corazones los tesoros de tu Amor, los
1. Ven, tuya es España entera, Tuyo tesoros de tu Amor.
su invicto blasón. Ven y vence, reina,
impera. Oh, Sagrado Corazón, oh, Ven Corazón Sagrado, de nuestro Re-
Sagrado Corazón. dentor, comience ya el reinado de tu
Divino Amor.
Ven Corazón Sagrado, de nuestro Ven Corazón Sagrado, de nuestro Re-
Redentor, comience ya el reinado de dentor, comience ya el reinado de tu
tu Divino Amor. Divino Amor.
Comience ya el reinado de tu Divino
Amor..

142
A LA VIRGEN EN LATIN
31. ÁNGELUS

143
32. SUM TUUM PRAESIDIUM

33. O SANCTÍSIMA

1. Sanctísima, O piísima,
Dulcis Virgo María!
5. In miséria, in angústia,
Mater amáta, intemeráta,
Ora, Virgo, pro nobis;
Ora, ora pro nobis.
6. Ecce débiles, perquam flébiles,
2. Tu, solátium et refúgium,
Salva nos, O María!
Virgo Mater María!
Tolle languóres, sana dolóres, Ora…
Quidquid optámus, per te sperámus;
Ora, ora pro nobis!
7. Virgo, réspice, Mater, áspice,
Audi nos, O María!
3. Tota pulchra es, O María,
Tu, medicínam, portas divínam,
Et mácula non est in te;
Ora…
Mater amáta, intemeráta, Ora…
8. Tua gáudia, et suspíria
4. Sicut lílium inter spinas,
Juvent nos, o María!
Sic MaríaIinter fílias.
In te sperámus, ad te clamámus,
Mater amáta, intemeráta, Ora…

144
34. SALVE MATER

1. Sálve, décus humáni géneris, 1. Salve, María, honor del género hu-
Sálve Vírgo dígnior céteris, mano;
Quæ vírgines ómnes transgréderis, salve, Virgen más digna que nadie
et áltius sédes in súperis, que sobrepasas a todos
O María! y estás en lo más alto del cielo.

2. Sálve félix Vírgo puérpera: 2. Salve, María, dichosa Virgen Madre,


Nam qui sédet in Pátris déxtera, pues se encerró en tu seno
Caélum régens, térram et aéthera, el que reside a la derecha del Padre
Intrá túa se cláusit víscera, y gobierna el cielo, la tierra y los aires.
O María!
3. El Padre no engendrado te ha crea-
3. Te creávit Páter ingénitus, do,
Adamávit te Unigénitus, el Unigénito te ha preservado,
Fecundávit te sánctus Spíritus, el Espíritu Santo te ha fecundado,
Tu és fácta tóta divínitus, Tú eres toda de Dios.
O María! ¡Oh María!

4.Te creávit Déus mirábilem, 4. Dios te creó admirablemente


Te respéxit ancíllam húmilem, y te exaltó como servidora humilde,
Te quæsívit spónsam amábilem, Quiso esposarse contigo
Tíbi múmquam fécit consímilem, por tu consentimiento fiel
O María! ¡Oh María!

145
5. Te beátam laudáre cúpiunt 5. Eres digna de toda alabanza
Omnes jústi, sed non suffíciunt; Entre todos los santos Tú eres excelsa
Múltas láudes de te concípiunt, Todos te veneran y te exaltan
Sed in íllis prórsus defíciunt, por los portentos que se dieron en Ti.
O Mária!
6. Que seas Tú, Madre, nuestro con-
6. Esto, Máter, nóstrum solátium; suelo;
Nóstrum ésto, tu Vírgo, gáudium; que seas nuestra alegría y nuestro gozo;
Et nos tándem post hoc exsílium, Y después de este destierro,
Laétos júnge chóris cæléstium, que cantemos contigo en el coro ce-
O Mária! lestial
Oh, María!

35. SALVE REGINA COELITUM

1. Salve Regina coelitum, O Maria 5. Ad te clamamus exules, O Maria.


Sors unica terrigenum, O Maria. Te nos rogamus supplices, O Maria...

JUBILATE CHERIBUM, EXULTA- 6. Audi nos, Evæ filios, O Maria. In te


TE SERAPHIM. sperantes miseros, O Maria...
SALVE, SALVE, SALVE REGINA!
7. Eia ergo nos respice, O Maria.
2. Mater misericordiæ, O Maria. Dul- Servos tuos ne despice, O Maria...
cis parens clementiæ, O Maria...
8. Converte tuos oculos, O Maria. Ad
nos in hoc exilio, O Maria...
3. Tu vitæ, tu fons gratiæ, O Maria.
Causa nostræ lætitiæ, O Maria... 9. Ostende tuum Filium, O Maria.
Nobis post hoc exilium, O Maria...
4. Spes nostra, salve Domina, O
Maria. Extingue nostra crimina, O 10. Redde cordis lætitiam, O Maria.
Maria... Per peaccatorum veniam, O Maria...

146
36 AVE MARIS STELLA

I. Ave maris Stella, Dei Mater alma, 2. Al escuchar el Ave de boca de


atque semper Virgo, felix caeli Porta. Gabriel, asegúranos en la paz,
cambiando el nombre de Eva.
2. Sumens illud Ave Gabriélis ore,
Funda nos in pace, 3. Desata las cadenas a los pecadores,
Mutans Hevæ nomen. procura a los ciegos la luz, ahuyenta
nuestros males, y alcánzanos todo
3. Solve vincla reis, bien.
Profer lumen cæcis: Mala nostra pelle,
Bona cuncta posce. 4. Muestra que eres nuestra Madre,
y Aquel que por nosotros quiso ser
4. Monstra te esse matrem: Hijo tuyo, reciba, por tu mediación,
Sumat per te preces, Qui pro nobis nuestras súplicas.
natus Tulit esse tuus.
5. Oh Virgen sin igual, más pura que
5. Virgo singuláris, todas, haznos libres ya de las culpas,
Inter omnes mitis, Nos culpas solútos, mansos y puros.
Mites fac et castos.
6. Haz que sea casta nuestra vida,
6. Vitam praesta puram, prepáranos un camino seguro, para
Iter para tutum: Ut vidéntes Iesum que, viendo a Jesús, gocemos contigo
Semper collætémur. eternamente.

7. Sit laus Deo Patri, 7. Alabanza sea dada a Dios Padre,


Summo Christo decus, Spirítui Sancto, gloria a Cristo Rey, y al Espíritu San-
Tribus honor unus. Amen. to, honor igual a los tres. Amén.

A LA VIRGEN EN ESPAÑOL
37. HUMILDE NAZARENA

1. Humilde nazarena, ¡oh, María!


floreciendo en tu rosal,
Blancura de azucena, ¡oh, María!
Salve, salve, salve, María.
Salve, Madre Virginal.
Salve, Reina celestial.
3. Tú eres nuestra madre, ¡oh, María!
Salve, salve, salve, María.
Levantas al que cae, ¡oh, María!
Salve, alivio en el dolor,
2. Lucero de la aurora, ¡oh, María!
Salve, Madre del Amor.
Consuelo del que llora, ¡oh, María!
Salve, salve, salve, María.
Dios nació en un portal

147
38. SALVE MARINERA

Salve, estrella de los mares, Salve, Salve, estrella de los mares


de los mares iris de eterna ventura Salve estrella de los mares
salve fénix de hermosura Sí, fervoroso llegue al cielo
madre del Divino Amor. y hasta Tí y hasta Tí nuestro clamor.

De tu pueblo a los pesares Salve, Estrella de los mares


tu clemencia dé consuelo Estrella de los mares,
fervoroso, llegue al cielo, salve, salve, salve, salve.
hasta Tí, hasta Tí nuestro clamor.

39. DIOS TE SALVE VIRGEN PURA

1. Dios te salve, Virgen Pura, 2. Dios te salve, dulce Vida,


¡oh Palmera de cristal! abogada maternal.
De tus manos florecidas Rosa y fuente de la gracia
pende un fruto virginal. cual no hay fuente ni rosal.

A LOS CANTOS CELESTIALES 3. Dios te salve, Reina y Madre,


¡OH VIRGEN PÍA! RESPONDEN te queremos coronar,
LOS MORTALES: AVE MARÍA. Serafín, Flor y Princesa
de la corte celestial.

40. VENID Y VAMOS TODOS

Venid y vamos todos De nuevo aquí nos tienes


Con flores a porfía Purísima doncella
Con flores a María, más que la Luna, bella
Que madre nuestra es. postrados a tus pies
Con flores a María, postrados a tus pies
Que madre nuestra es..
Venimos a ofrecerte
flores del bajo suelo
con cuánto amor y anhelo
Señora, tú lo ves.

148
41. AVE MARÍA DE FÁTIMA

1. El trece de mayo la Virgen María. 7. Hagámosle todos, pues, consagración,


bajó de los cielos a Cova de Iría. y los cinco sábados de reparación.

2. Del Santo Rosario la Reina soy Yo; 8. Rezad por el Papa, rezad por la
cambiad ya de vida, no ofendáis a Dios. Iglesia,
por los pecadores haced penitencia.
3. Haced penitencia, haced oración;
por los pecadores implorad perdón. 9. La Virgen de Fátima viene en proce-
sión a dar su mensaje a nuestra nación.
4. ¡Cuántos al infierno van sin remisión!
Se salvará el mundo por mi Corazón. 10. De vuestros hijitos oh Madre escu-
chad la tierna plegaria y dadnos la paz.
5. El Santo Rosario constantes rezad
y la Paz al mundo el Señor dará. 11. ¡Qué llena de encantos se ofrece
Ma-ría! ¡Qué bella y qué pura en Cova
6. Quiere Dios que cunda esta devoción de Iría!
en el individuo, familia y nación.

42. SÁLVAME, VIRGEN MARÍA

2. Acuérdate de la hora
¡Sálvame, Virgen María!, en que Te nombró Jesús
¡óyeme, Te imploro con fe! nuestra Madre y protectora
mi corazón en Ti confía, desde el árbol de la Cruz.
Virgen María, sálvame,
¡Virgen María, sálvame! Sálvame...

1. Un abismo es el pecado 3. Yo pequé, contrito lloro;


con que a mi Dios ofendí, mil penas yo merecí;
y estoy en él derribado tu misericordia imploro,
sin Dios ¡Oh Madre! y sin Ti. Madre, apiádate de mí.

Sálvame... Sálvame...

149
43. AVE MARÍA DE LOURDES

1. Cantad a María, cantad en su honor, 5. De luz rodeada, de claro esplendor,


tejedle guirnaldas, guirnaldas de amor. la Reina del cielo así apareció.

¡AVE, AVE, AVE MARÍA! 6. Un traje vestía de blanco color,


¡AVE, AVE, AVE MARÍA! y el talle ajustaba azul ceñidor.

2. La Virgen bendita sonríe de amor 7. Sus pies virginales desnudos dejó,


cuando oye a sus hijos tan grata y en ellos dos rosas de eterno fulgor.
canción.
8. “Yo soy la hermosura que a Dios
3. De nuevo nos tienes al pie de tu cautivó, yo soy toda pura en mi
altar. concepción”.
¡Qué dulce es, oh Madre, venirte a
cantar! 9. El mismo saludo que el ángel te dio
repiten tus hijos cantando a una voz.
4. Del cielo ha bajado la Madre de
Dios;
cantemos el Ave a su Concepción.

44. LAUDATE MARIAM

1. Oh llena de gracia, oh Madre de Dios,


oh Virgen sin mancha, esclava de Dios.

LAUDATE, LAUDATE, LAUDATE MARIAM!,


LAUDATE, LAUDATE, LAUDATE MARIAM!,
Las demás estrofas son las mismas que el Ave María de Lourdes.

45. ESTRELLA HERMOSA

Estrella hermosa Más que el lucero,


que anuncia el día, ya en tu alborada billas,
eres, oh Madre, Vírgen María, oh Madre,
eres María. oh Madre Inmaculada.

Estrella hermosa, Inunde el seno del alma mía


que anuncia el día, tu luz purísima,
eres oh Madre, Virgen María.
Virgen María.

150
46. OH MARÍA, MADRE MÍA

¡Oh María, Madre mía! 3. Pues te llamo con fe viva,


¡Oh consuelo del mortal! Muestra, ¡oh Madre!, tu bondad;
Amparadme y guiadme a la patria A mí vuelve compasiva
celestial. Esos ojos de piedad.
Amparadme y guiadme a la patria
celestial. 4. Hijo fiel, quisiera amarte
Y por Ti solo vivir,
1. Con el Ángel de María las grandezas Y por premio de ensalzarte
celebrad, Ensalzándote morir.
transportados de alegría a sus finezas
publicad. 5. Del eterno las riquezas
Transportad Por Ti logre disfrutar;
Y contigo sus finezas
2. De sus gracias tesorera Mil y mil siglos cantar.
Te ha nombrado el Redentor;
Con tal Madre y Medianera
Nada temas, pecador.

47. LA VIRGEN MARÍA ES NUESTRA PROTECTORA

1. La Virgen María es nuestra protectora, Nuestra gran Señora; no hay nada que
temer.
Vence al mundo, demonio y carne; guerra, guerra contra Lucifer (x2).

2. La Virgen María protege la inocencia con su gran clemencia y vence al tentador.


Para que al Cielo vayamos cantando: Gloria, gloria a Cristo Redentor (x2).

3. Por miles sus hijos cayeron destrozados; eran los soldados de Cristo nuestro Rey.
Pero las balas les dieron vida y alas, y volaron y están a sus pies (x2).

151
48. TOMAD VIRGEN PURA

Tomad, Virgen pura, nuestros cora- 3. Mi alma, Madre, ansía


zones; en la eternidad,
no nos abandones jamás, jamás; con suave armonía,
no nos abandones jamás, jamás; Tu loor cantar.
Y en sublime abrazo,
1. Mil querubes bellos orlan tu dosel, allí, en Tu regazo,
quiero estar con ellos, Virgen, llévame; a Dios alabar.
contigo en el cielo, colmado mi anhelo,
¡qué feliz seré!
4. Allí, Madre mía,
2. Allí, Tu hermosura, por siempre qué dulce será,
veré, la suave ambrosía,
y eternal ventura con ella tendré. de Tu amor, gustar.
Allí, Tus loores, con himno de amores, Por siempre dichosos,
sin fin cantaré. con himnos gloriosos,
a Dios ensalzar.

49. SALVE, MADRE

Salve, Madre, Virgen Santa, Virgen pura,


en la tierra de mis amores vida, esperanza y dulzura
te saludan los cantos del alma que en ti confía,
que alza el amor. Madre de Dios, Madre mía,
Reina de nuestras almas, mientras mi vida alentare,
flor de las flores, todo mi amor para ti,
muestra aquí mas si mi amor te olvidare,
de tu gloria los resplandores, Madre mía, Madre mía,
que en el cielo tan sólo aunque mi amor te olvidare
te aman mejor. tú no te olvides de mí.

Salve, Madre...

152
50. VIRGEN SANTA, DIOS TE ESCOGIÓ

1. Virgen Santa, Dios te escogió


con sin par predilección,
para ser madre del Salvador:
¡Llena de gracia, bendita Tú!

AVE, AVE, AVE MARÍA. (x2)

2. Porque fuiste fiel al Señor


su palabra se cumplió:
por Ti nos vino la salvación.
¡Llena de gracia, bendita Tú!

3. Todos ya feliz te dirán,


pues por Ti ha hecho Dios
las maravillas que prometió.
¡Llena de gracia, bendita Tú!

51. VIVA MARÍA

VIVA MARÍA, VIVA EL ROSARIO. 4. El demonio al oído te está diciendo:


VIVA SANTO DOMINGO, QUE “Deja Misa y Rosario, sigue durmien-
LO HA FUNDADO. do”.

1. El Rosario a María todos debemos 5. Si tu Fe es combatida, reza el


rezarlo cada día para ir al cielo. Rosario,
y serás de la Iglesia bravo soldado.
2. Quien quiera bendiciones, paz y
alegría 6. La puerta del infierno tiene cerrada
rezar debe el Rosario todos los días. alma que del Rosario siempre está
armada.
3. Si de casa los males ahuyentar
quieres, 7. Devoto de María, si Gracia quieres,
en el Santo Rosario un arma tienes. reza bien el Rosario y nunca peques.
do”.

153
52. AL CIELO

1. Un día a verla iré, al Cielo, Patria mía,


sí, yo veré a María, oh sí, yo la veré.

AL CIELO, AL CIELO SÍ
UN DÍA A VERLA IRÉ. (x2)

2. Un día a verla iré a aquella Virgen bella,


y yendo en pos de Ella, mi amor le cantaré.

3. Un día a verla iré a aquella Virgen pura,


y toda mi ventura en Ella cifraré

53. SALVE ROCIERA

AVE, AVE, AVE MARÍA. AVE, Dios te salve María


AVE, AVE MARÍA. Un rosal de hermosura
Eres Tu, Madre mía,
Dios te salve María De pureza virginal
Del Rocío Señora
Luna, sol, norte y guía Un rosal de hermosura
Y Pastora celestial Eres Tu, Madre mía,
De pureza virginal
Dios te salve María
Todo el pueblo te adora
Y repite a porfía Olé, Olé, Olé, Olé,
Como Tu no hay otra igual Olé, Olé, Olé, Olé y Olé,
Olé, Olé, Olé,
¡Olé, olé, olé, olé ... Al Rocío yo quiero volver
Al Rocío yo quiero volver A cantarle a la Virgen con fe
A cantarle a la Virgen con fe Con un Olé y Olé, Olé…
Con un olé, olé, olé, olé ...

Dios te salve María


Manantial de dulzura

154
OTROS CANTOS

54. HIMNO DE LAS JUVENTUDES DE ACCIÓN CATÓLICA

1. Juventudes católicas de España, Por bandera y símbolo la cruz


galardón del Ibérico solar, redentora,
que lleváis en el fondo del alma el calor que extiende en el ánimo sombra
del más cierto ideal. protectora,
Juventud, Primavera de la vida. ¡Espa- paz en el espíritu, y sentir el corazón,
ñol!, que es un título inmortal, lleno de esperanza, el triunfo del
si la fe del creyente te anima, su laurel amor,
la victoria te dará. lleno de esperanza, de firmeza y
decisión.
LLEVAR ALMAS DE JOVEN A
CRISTO, 2. Heredero del historial hispano,
INYECTAR EN LOS PECHOS LA paladín soy, cruzado de la fe,
FE, caballero español y cristiano, por la
SER APÓSTOL O MÁRTIR causa del bien lucharé.
ACASO. Mi sendero en la tierra ilumina con
MIS BANDERAS ME ENSEÑAN A destellos de su radiante luz
SER. (x2) la misión sacrosanta y divina de vivir o
morir por la Cruz.

55. VICTORIA, TÚ REINARÁS

VICTORIA, TÚ REINARÁS. OH 3. Impere sobre el odio


CRUZ, TÚ NOS SALVARÁS. tu Reino de caridad.
Alcancen las naciones
1. El Verbo en ti clavado el gozo de la unidad.
muriendo nos rescató.
De ti, madero santo, 4. Aumenta en nuestras almas
nos viene la redención. Tu Reino de santidad. /
El río de la gracia
2. Extiende por el mundo apague la iniquidad.
tu Reino de salvación.
Oh cruz, fecunda fuente 5. La gloria por los siglos
de vida y bendición. a Cristo libertador
Su cruz nos lleve al cielo,
la tierra de promisión

155
56. HIMNO DE COVADONGA

1. Dios te Salve, Reina y madre del pueblo que hoy te corona


y en los cánticos que entona te da el alma y corazón.
Causa de nuestra alegría. Vida y esperanza nuestra.
Bendice a la Patria y muestra que sus hijos tuyos son,
que sus hijos tuyos son.

2. Como la estrella del alba brilla anunciando la gloria,


y es el pórtico tu gruta
del templo de nuestra historia, ella es el cielo y la patria,
y el heroísmo y la fe.
y besa el alma de España quien llega a besar su pie.

3. ¡Virgen de Covadonga, virgen gloriosa!


flor del cielo, que aromas nuestra montaña,
tú eres la más amante, la más hermosa.
¡Reina de los que triunfan, Reina de España!
nuestros padres sus ojos a ti volvieron,
y una patria adivinó.

156
57. HIMNO DEL APÓSTOL SANTIAGO

157
58. HIMNO DE LA PEREGRINACIÓN

Ponte en marcha, peregrino Cristo reina en los pequeños


Hacia Cristo que te espera Y María es nuestro ejemplo.
Será luz en tu camino Elegida por su dueño
Y en la lucha, tu bandera Fue morada y es su templo.

Sé constante en la subida ESTRIBILLO


Y no temas la caída
Es segura la victoria Gloria eterna sea dada
Si te acoges a María. A Dios Padre omnipotente,
A su Hijo Jesucristo
ES MARÍA, FIEL MODELO Y al Espíritu sapiente.
TORRE FIRME DE CRISTAL
DULCE REINA DE LOS CIELOS Trinidad majestuosa
PODEROSO PEDESTAL. A tus plantas yo me rindo
Con María, Inmaculada,
SANTINA DE COVADONGA, Alabanzas yo te brindo.
BASTIÓN DE LA CRISTIANDAD
TU CIUIDADO NOS DISPONGA ESTRIBILLO
A CRECER EN SANTIDAD.

Débil, pobre y sin aliento


Me descubro ante tus llagas.
Este es todo mi ornamento
Helo aquí, que tanto amas.

158
NORMATIVA DEL PEREGRINO

• Vivir el espíritu de la peregrinación dentro de tu capítulo, sin dispersarse ni


caminar por libre.

• Dar la bienvenida y ayudar a los peregrinos nuevos o aislados.

• Caminar hasta el final de la etapa, salvo problema serio.

• Tener una actitud ejemplar y conforme al espíritu de la peregrinación.

• Se deben evitar las prendas indecentes, especialmente faldas o pantalones muy


cortos, así como camisetas sin mangas o muy escotadas.

• Se prohiben las vestimentas paramilitares.

• No se permite bajo ningún concepto simbología política (banderas, estandartes


o cantos de partidos políticos). Se permiten aquellos símbolos que representan
una comunidad natural: banderas geográficas o históricas (del Imperio Español,
con el Sagrado Corazón, etc.). Todo símbolo no permitido será retirado.

• El uso de drogas está estrictamente prohibido. El consumo de alcohol y tabaco


está prohibido a los menores. Se ruega a los adultos que eviten fumar a lo largo de
la peregrinación. Si esto no fuera posible, deben abstenerse de hacerlo durante la
marcha y buscar un lugar discreto para ello.

• Se debe respetar la regla del silencio cuando lo indique el jefe del capítulo.

• Se recomienda no usar el teléfono móvil durante la marcha.

• Debe evitarse el despilfarro de alimentos.

• Es imprescindible mantener la limpieza, tanto durante la marcha como en los


campamentos. Cada capítulo debe responsabilizarse de dejar totalmente limpia la
zona en la que ha acampado o comido.

• Se deben respetar las instrucciones recibidas, ajustarse a los horarios indicados,


acampar en los lugares asignados y ayudar al apoyo logístico cuando se pida.

• Todas las pertenencias deben estar señalizadas con las cintas de color que iden-
tifican a cada capítulo y con el nombre y apellidos del dueño.

159
• Por la mañana cada peregrino deberá dejar su mochila grande en el lugar
señalado para su capítulo y la recogerá a la llegada al campamento por la tarde.

• La asistencia a la Santa Misa diaria es obligatoria.

• Es muy importante la hidratación regular y protegerse del sol con gorras y


protector solar.

• Los peregrinos deberán cumplir en todo momento las normas vigentes en el


momento de la peregrinación referentes a la Covid-19.

• Si algún peregrino se encuentra con síntomas compatibles con la Covid-19 o


está pasando la enfermedad cuando llegue el día de la peregrinación, no deberá
acudir bajo ningún concepto.

160
Agradecimientos por las ilustraciones a: @auctorsalutis y @teresarosell_estudio

161
Agradecemos la impresión
del Libro del Peregrino a:

www.noko360.es

Llamada de emergencia: 112

Si te pierdes: +34 744401760

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