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La sentencia C-200 del 2019 estudia la constitucionalidad del numeral 15, literal A, Artículo 62 del
CST, modificado por el art 7 del decreto 2351 de 1965 en donde se establece como justa causa para
la terminación unilateral del contrato de trabajo por parte del empleador “la enfermedad o lesión
que incapacite al trabajador para desarrollar el trabajo, cuya curación no haya sido posible
durante 180 días, este NO podrá efectuarse sino hasta el vencimiento de dicho lapso”.
1. La modificación del parámetro de control, esto se presenta cuando cambian las normas con
las que se juzgó la constitucionalidad de la disposición nuevamente acusada.
2. El cambio en la significación material de la Constitución, esto ocurre cuando por causa de
cambios económicos, sociales, políticos e incluso ideológicos, un pronunciamiento en el
pasado ha sido analizado con base en fundamentos materialmente diferentes a aquellos que
rigen ahora la Constitución, lo que permite que se adelante nuevamente su estudio a la luz
de estos nuevos elementos.
3. Y la variación del contexto normativo del objeto del control, es decir, que una disposición
jurídica no puede ser analizada aisladamente, sino que debe ser interpretada de manera
sistemática, tomando en consideración el conjunto normativo del cual forma parte.
En esta ocasión la Corte revivió el trámite especial de protección para el reconocimiento de las
incapacidades superiores a 180 días por enfermedad de carácter no profesional (Ley 100 de 1993)
que se debe surtir en tal caso:
Para dar explicación a dicho trámite, resulta necesario abordar los periodos de incapacidad de
origen común a los cuales está obligada la respectiva entidad.
La CSJ establecía unos requisitos formales para que el trabajador obtuviera un fallo judicial que
protegiera su derecho a la estabilidad laboral reforzada, la Sala Laboral de esta Corte expresaba que
para que un trabajador lograra con éxito culminar las pretensiones de estabilidad laboral reforzada
debía demostrar en el proceso que él estaba calificado con un dictamen de perdida laboral superior o
igual al 15% y demostrar que tenía un carnet que lo identificaba como una persona que padecía
problemas de salud, esto se consideraba un requerimiento que desprotegía al trabajador subordinado
ya que los empleadores al observar que tenían un vinculado laboral con una persona que padecía de
alguna afección de salud, no esperaban a que este fuera calificado sino que efectuaban el despido de
inmediato. En otras palabras, la CSJ, consideraba que esta causal de despido, podía aplicarse sin
recurrir a la autorización del inspector de trabajo, en los casos que no existiera calificación de
pérdida de capacidad laboral, o existiendo esta no superara el 15%.
CORTE CONSTITUCIONAL:
Por su parte, la Corte constitucional no fue tan formalista como la CSJ, ya que a esta le interesaba la
realidad del trabajador enfermo, permitiéndole a este la presentación del caso en concreto y el
aporte de pruebas que lo respaldaran para obtener el reconocimiento de los derechos laborales de
trabajo y por ende el reconocimiento a la estabilidad laboral reforzada. Como se plantea, la Corte
Constitucional es más garantista con los derechos del trabajador ya que no exige formalidades
engorrosas que atrasan y vulneran la obtención de dichos derechos. Esta aplica el principio de la
realidad sobre la formalidad.
Adicional a ello, la decisión de la Corte fue declarar exequible las expresiones demandadas, pero
condicionándolas a dos nuevos procedimientos que antes no habían sido contemplados por los
empleadores:
1. La Corte estableció como obligación de los empleadores, iniciar un proceso ante el
Ministerio del Trabajo, informando de la situación de sus trabajadores. Si este lo autoriza,
el empleador podrá proseguir al despido cuando se cumpla el término de la incapacidad. Si
no se realiza este procedimiento, los empleadores deberán pagar una indemnización al
trabajador equivalente a 180 días de salario.
2. También estableció que el inspector de trabajo debe convalidar que el empleador realizó las
siguientes 5 acciones con su trabajador incapacitado:
a. Que el despido atiende solo a la condición de salud del trabajador, este se toma como un
criterio irrelevante para el trabajo.
b. El empleador debe ver si existe algún traslado o ajuste razonable para que el empleador se
pueda reincorporar a trabajar.
c. El empleador debe considerar los riesgos para el trabajador.
d. Si al trabajador lo trasladan de cargo, correrá por cuenta de la empresa la realización de una
capacitación adecuada.
e. Si objetivamente el trabajador no puede prestar el servicio, el inspector de trabajo tiene la
vía libre para decretar la terminación justificada.
CONCLUSIONES:
Como consecuencia de lo expuesto previamente, la Corte aclaró que no se puede aplicar
automáticamente la causal demandada e insistió que el empleador debe demostrar que el despido se
efectúa por razones distintas a la salud del trabajador y que se agotaron previamente todas las
posibilidades razonables ya nombrada, para mantenerlo en la empresa.
Con la exposición de las dos posturas, podemos concluir, que la corte constitucional, resulta más
garantista al exigir la previa autorización al inspector de trabajo por parte del empleador para el
debido despido, situación que no consideraba la CSJ, pues esta aplicaba esta causal sin recurrir al
inspector de trabajo en los casos en que no existía calificación de pérdida de capacidad laboral o,
existiendo, esta no superaba el 15%.
A nuestro sentir consideramos que la Corte Constitucional cumple con sus funciones de protectora
de los derechos establecidos en nuestra norma máxima al brindarles garantías a la parte más débil
de la relación laboral (el empleado) para que este obtenga el reconocimiento de sus derechos
laborales o la estabilidad laboral según sea el caso. Pensamos que la Corte fue acertada al
condicionar la expresión demandada porque así se evitarían más situaciones que transgredan a las
personas en razón a su condición de salud.
SENTENCIA T-055/20
ANTECEDENTES:
La sentencia T 055 de 2020 analiza dos acciones de tutela instauradas por diferentes sujetos, el
primero el señor Luis Eduardo Simbaqueba Ventura y el segundo el señor Francisco Orlando Rojas
Contreras contra Aguas de Bogotá S.A. E.S.P., y otros. Que por la similitud en los hechos y
accionando contra la misma entidad, la Corte decide resolver en la misma sala.
El señor Luis Eduardo suscribe contrato de obra o labor en 2013 hasta el 11 de febrero del 2018 con
la empresa Aguas de Bogotá S.A. E.S.P, devengaba un salario mensual de 1.576.137 pesos, y que
para el 8 de febrero de 2018 la empresa comunico a Luis Eduardo el fin de la relación contractual
bajo el sustento jurídico del numeral D del Art 61 del CST con ocasión a que el convenio
interadministrativo que esa sociedad había suscrito con la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y
Aseo de Bogotá –EAB E.S.P.–, con el objeto de realizar las actividades operativas para la
prestación del servicio público de aseo en la ciudad, había fenecido.
Al momento de la terminación de la relación contractual el señor Luis contaba con 1.237 semanas
cotizadas por lo que solo restaba cotizar 63 semanas para acceder a la pensión de vejez ante el
REGIMEN DE PRIMA MEDIA, por tal motivo el actor aduce su calidad de pre-pensionado y
pretende se le reconozca el derecho al trabajo, seguridad social y estabilidad laboral reforzada como
también el reintegro a su puesto y los salarios dejados de percibir desde su desvinculación.
En el caso del señor Francisco Orlando, el sujeto suscribe contrato de obra o labor en 2013 hasta el
11 de febrero del 2018 con la empresa Aguas de Bogotá S.A E.S.P, devengaba un salario mensual
de $878.192 pesos, y que para el 8 de febrero de 2018 la empresa le comunica la terminación de la
relación contractual por la misma causal del anterior tutelante.
El señor Francisco al momento de la desvinculación contaba con 59 años de edad y cotizaba ante el
REGIMEN DE AHORRO INDIVIDUAL CON SOLIDARIDAD un total de 1.169 semanas a lo que
aduce también su condición de pre-pensionado, por lo que pretende la protección de sus derechos al
trabajo, a la seguridad social, al mínimo vital y reintegro de labores.
CONSIDERACIONES DE LA CORTE:
En vigencia a este tipo de contrato, el de obra o labor a la Corte le corresponde tener en cuenta dos
requisitos para asegurar el reintegro al trabajador que este cerca a acceder a su pensión de vejez:
1) Que ostente verdaderamente la calidad de pre-pensionado. 2) La obra para la cual fue contratada
aún se mantiene vigente al momento de la desvinculación. Respecto al segundo requisito la Corte
manifiesta que el derecho a la estabilidad laboral reforzada no es un derecho absoluto, ya que en
este tipo de contrato si la labor u obra termina, el empleador no tendría porque seguir vinculado con
el trabajador. Por este motivo los términos y motivos del contrato deben ser muy claros al momento
de la suscripción.
La Corte en sus consideraciones toma posición similar al de la sentencia SU 003 del 2018 respecto
a los términos para considerar a un trabajador con calidad de pre-pensionado en el régimen de prima
media, a lo que presenta unas situaciones y de ellas define en qué casos la persona si ostenta esta
calidad y en cuales no:
Contexto de la persona Condición de pre-
pensionado
a) Está a tres años o menos de cumplir edad y semanas cotizadas. Sí
b) Está a tres años o menos de cumplir la edad, pero ya cuenta con las No
semanas mínimas requeridas.
c) Está a tres años o menos de completar las semanas, pero ya cuenta con Sí
la edad.
d) Está a tres años o menos de cumplir la edad, pero a más de tres años de No
cumplir las semanas.