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ANÁLISIS DE LAS SENTENCIAS C-200/2019 Y T-055/2020

Edna María Castro González


Laura Lilen Cuellar Salas
Luz Adriana Gutiérrez Duarte
Laura Alejandra Peña Yanguma
María Natalia Vargas Arias
SENTENCIA C-200 DEL 2019:

La sentencia C-200 del 2019 estudia la constitucionalidad del numeral 15, literal A, Artículo 62 del
CST, modificado por el art 7 del decreto 2351 de 1965 en donde se establece como justa causa para
la terminación unilateral del contrato de trabajo por parte del empleador “la enfermedad o lesión
que incapacite al trabajador para desarrollar el trabajo, cuya curación no haya sido posible
durante 180 días, este NO podrá efectuarse sino hasta el vencimiento de dicho lapso”.

Anteriormente la Corte Constitucional en la sentencia C-079 de 1996 había decidido sobre la


exequibilidad de esta norma, por tal razón, esta corporación en esta sentencia objeto de análisis,
inicialmente se ocupa en establecer la procedencia de la cosa juzgada formal y llega a la conclusión
de que era válido hacer una reinterpretación del marco constitucional de la norma, debido a que la
cosa juzgada se había debilitado por los siguientes motivos que permitieron emprender un nuevo
juzgamiento:

1. La modificación del parámetro de control, esto se presenta cuando cambian las normas con
las que se juzgó la constitucionalidad de la disposición nuevamente acusada.
2. El cambio en la significación material de la Constitución, esto ocurre cuando por causa de
cambios económicos, sociales, políticos e incluso ideológicos, un pronunciamiento en el
pasado ha sido analizado con base en fundamentos materialmente diferentes a aquellos que
rigen ahora la Constitución, lo que permite que se adelante nuevamente su estudio a la luz
de estos nuevos elementos.
3. Y la variación del contexto normativo del objeto del control, es decir, que una disposición
jurídica no puede ser analizada aisladamente, sino que debe ser interpretada de manera
sistemática, tomando en consideración el conjunto normativo del cual forma parte.

En esta ocasión la Corte revivió el trámite especial de protección para el reconocimiento de las
incapacidades superiores a 180 días por enfermedad de carácter no profesional (Ley 100 de 1993)
que se debe surtir en tal caso:

Para dar explicación a dicho trámite, resulta necesario abordar los periodos de incapacidad de
origen común a los cuales está obligada la respectiva entidad.

Periodo Entidad obligada Fuente normativa


Día 1 al 2 Empleador Artículo 1 del Decreto 2943 de 2013
Día 3 al 180 EPS Artículo 1 del Decreto 2943 de 2013
Día 181 hasta un plazo de 540 días Fondo de Pensiones Artículo 52 de la Ley 962 de 2005

Ahora bien, según lo anterior:

- Del día 3 al 180, lo asume la EPS.


- Del día 120 al 150 de incapacidad, la EPS debe proferir un concepto de rehabilitación y
enviarlo al fondo de pensiones AFP, para este que responda por lo correspondiente.
- Si dicho concepto es favorable, la AFP postergará el trámite por 360 días y otorgará un
subsidio equivalente a la incapacidad que venía disfrutando el trabajador.
- Pero si dicho concepto es desfavorable, se debe iniciar el proceso de calificación de pérdida
de capacidad laboral por parte de la AFP.

Durante el desarrollo de la sentencia, la corte recordó la línea jurisprudencial del derecho


fundamental a la estabilidad laboral reforzada de trabajadores en situación de debilidad manifiesta
por afección de salud, y expresó que aquellos que sufren de dicha afectación gozan de estabilidad
laboral reforzada incluso cuando no existe acreditación de alguna discapacidad, además, ante la
imposibilidad de reubicación del incapacitado por más de 180 días, se deben proponer soluciones
razonables y solicitar autorización para el despido o si no se presumirá discriminatorio, y se
considerará ineficaz el despido, y por ende, se deberán pagar los salarios y prestaciones sociales,
reintegrar al cargo, recibir capacitación si es asignado a un nuevo cargo, e indemnizar al trabajador
con un valor equivalente a 180 días de salario. Con esto, la corte resolvió la discusión que existía
entre ella y la Corte Suprema de Justicia en cuanto a la aplicación de esta causal de despido.
Posturas que serán explicadas a continuación:

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA:

La CSJ establecía unos requisitos formales para que el trabajador obtuviera un fallo judicial que
protegiera su derecho a la estabilidad laboral reforzada, la Sala Laboral de esta Corte expresaba que
para que un trabajador lograra con éxito culminar las pretensiones de estabilidad laboral reforzada
debía demostrar en el proceso que él estaba calificado con un dictamen de perdida laboral superior o
igual al 15% y demostrar que tenía un carnet que lo identificaba como una persona que padecía
problemas de salud, esto se consideraba un requerimiento que desprotegía al trabajador subordinado
ya que los empleadores al observar que tenían un vinculado laboral con una persona que padecía de
alguna afección de salud, no esperaban a que este fuera calificado sino que efectuaban el despido de
inmediato. En otras palabras, la CSJ, consideraba que esta causal de despido, podía aplicarse sin
recurrir a la autorización del inspector de trabajo, en los casos que no existiera calificación de
pérdida de capacidad laboral, o existiendo esta no superara el 15%.

CORTE CONSTITUCIONAL:

Por su parte, la Corte constitucional no fue tan formalista como la CSJ, ya que a esta le interesaba la
realidad del trabajador enfermo, permitiéndole a este la presentación del caso en concreto y el
aporte de pruebas que lo respaldaran para obtener el reconocimiento de los derechos laborales de
trabajo y por ende el reconocimiento a la estabilidad laboral reforzada. Como se plantea, la Corte
Constitucional es más garantista con los derechos del trabajador ya que no exige formalidades
engorrosas que atrasan y vulneran la obtención de dichos derechos. Esta aplica el principio de la
realidad sobre la formalidad.

Adicional a ello, la decisión de la Corte fue declarar exequible las expresiones demandadas, pero
condicionándolas a dos nuevos procedimientos que antes no habían sido contemplados por los
empleadores:
1. La Corte estableció como obligación de los empleadores, iniciar un proceso ante el
Ministerio del Trabajo, informando de la situación de sus trabajadores. Si este lo autoriza,
el empleador podrá proseguir al despido cuando se cumpla el término de la incapacidad. Si
no se realiza este procedimiento, los empleadores deberán pagar una indemnización al
trabajador equivalente a 180 días de salario.
2. También estableció que el inspector de trabajo debe convalidar que el empleador realizó las
siguientes 5 acciones con su trabajador incapacitado:
a. Que el despido atiende solo a la condición de salud del trabajador, este se toma como un
criterio irrelevante para el trabajo.
b. El empleador debe ver si existe algún traslado o ajuste razonable para que el empleador se
pueda reincorporar a trabajar.
c. El empleador debe considerar los riesgos para el trabajador.
d. Si al trabajador lo trasladan de cargo, correrá por cuenta de la empresa la realización de una
capacitación adecuada.
e. Si objetivamente el trabajador no puede prestar el servicio, el inspector de trabajo tiene la
vía libre para decretar la terminación justificada.

CONCLUSIONES:
Como consecuencia de lo expuesto previamente, la Corte aclaró que no se puede aplicar
automáticamente la causal demandada e insistió que el empleador debe demostrar que el despido se
efectúa por razones distintas a la salud del trabajador y que se agotaron previamente todas las
posibilidades razonables ya nombrada, para mantenerlo en la empresa.

Con la exposición de las dos posturas, podemos concluir, que la corte constitucional, resulta más
garantista al exigir la previa autorización al inspector de trabajo por parte del empleador para el
debido despido, situación que no consideraba la CSJ, pues esta aplicaba esta causal sin recurrir al
inspector de trabajo en los casos en que no existía calificación de pérdida de capacidad laboral o,
existiendo, esta no superaba el 15%.

A nuestro sentir consideramos que la Corte Constitucional cumple con sus funciones de protectora
de los derechos establecidos en nuestra norma máxima al brindarles garantías a la parte más débil
de la relación laboral (el empleado) para que este obtenga el reconocimiento de sus derechos
laborales o la estabilidad laboral según sea el caso. Pensamos que la Corte fue acertada al
condicionar la expresión demandada porque así se evitarían más situaciones que transgredan a las
personas en razón a su condición de salud.

A una persona que


tenga una No puede ser despedida Sin que haya previa
incapacidad unilateralmente autorización del
superior a 180 insepector de trabajo
días

SENTENCIA T-055/20
ANTECEDENTES:
La sentencia T 055 de 2020 analiza dos acciones de tutela instauradas por diferentes sujetos, el
primero el señor Luis Eduardo Simbaqueba Ventura y el segundo el señor Francisco Orlando Rojas
Contreras contra Aguas de Bogotá S.A. E.S.P., y otros. Que por la similitud en los hechos y
accionando contra la misma entidad, la Corte decide resolver en la misma sala.
El señor Luis Eduardo suscribe contrato de obra o labor en 2013 hasta el 11 de febrero del 2018 con
la empresa Aguas de Bogotá S.A. E.S.P, devengaba un salario mensual de 1.576.137 pesos, y que
para el 8 de febrero de 2018 la empresa comunico a Luis Eduardo el fin de la relación contractual
bajo el sustento jurídico del numeral D del Art 61 del CST con ocasión a que el convenio
interadministrativo que esa sociedad había suscrito con la Empresa de Acueducto, Alcantarillado y
Aseo de Bogotá –EAB E.S.P.–, con el objeto de realizar las actividades operativas para la
prestación del servicio público de aseo en la ciudad, había fenecido.
Al momento de la terminación de la relación contractual el señor Luis contaba con 1.237 semanas
cotizadas por lo que solo restaba cotizar 63 semanas para acceder a la pensión de vejez ante el
REGIMEN DE PRIMA MEDIA, por tal motivo el actor aduce su calidad de pre-pensionado y
pretende se le reconozca el derecho al trabajo, seguridad social y estabilidad laboral reforzada como
también el reintegro a su puesto y los salarios dejados de percibir desde su desvinculación.
En el caso del señor Francisco Orlando, el sujeto suscribe contrato de obra o labor en 2013 hasta el
11 de febrero del 2018 con la empresa Aguas de Bogotá S.A E.S.P, devengaba un salario mensual
de $878.192 pesos, y que para el 8 de febrero de 2018 la empresa le comunica la terminación de la
relación contractual por la misma causal del anterior tutelante.
El señor Francisco al momento de la desvinculación contaba con 59 años de edad y cotizaba ante el
REGIMEN DE AHORRO INDIVIDUAL CON SOLIDARIDAD un total de 1.169 semanas a lo que
aduce también su condición de pre-pensionado, por lo que pretende la protección de sus derechos al
trabajo, a la seguridad social, al mínimo vital y reintegro de labores.
CONSIDERACIONES DE LA CORTE:
En vigencia a este tipo de contrato, el de obra o labor a la Corte le corresponde tener en cuenta dos
requisitos para asegurar el reintegro al trabajador que este cerca a acceder a su pensión de vejez:
1) Que ostente verdaderamente la calidad de pre-pensionado. 2) La obra para la cual fue contratada
aún se mantiene vigente al momento de la desvinculación. Respecto al segundo requisito la Corte
manifiesta que el derecho a la estabilidad laboral reforzada no es un derecho absoluto, ya que en
este tipo de contrato si la labor u obra termina, el empleador no tendría porque seguir vinculado con
el trabajador. Por este motivo los términos y motivos del contrato deben ser muy claros al momento
de la suscripción.
La Corte en sus consideraciones toma posición similar al de la sentencia SU 003 del 2018 respecto
a los términos para considerar a un trabajador con calidad de pre-pensionado en el régimen de prima
media, a lo que presenta unas situaciones y de ellas define en qué casos la persona si ostenta esta
calidad y en cuales no:
Contexto de la persona Condición de pre-
pensionado
a) Está a tres años o menos de cumplir edad y semanas cotizadas. Sí
b) Está a tres años o menos de cumplir la edad, pero ya cuenta con las No
semanas mínimas requeridas.
c) Está a tres años o menos de completar las semanas, pero ya cuenta con Sí
la edad.

d) Está a tres años o menos de cumplir la edad, pero a más de tres años de No
cumplir las semanas.

Se entiende que el requisito de la edad no es un impedimento para acceder a la pensión de vejez,


porque ese es un hecho que llegará con ocasión que la persona trabaje o no, por ello en los casos en
que la persona tenga las semanas cotizadas pero falte la edad, no ostentara la calidad de pre-
pensionado.
En los casos de régimen de ahorro individual con solidaridad la Corte ha considerado al pre-
pensionado como aquel cotizante que se encuentre a tres años o menos de alcanzar el monto
mínimo previsto para acreditar el derecho o, acudiendo a la analogía con lo dispuesto para los
afiliados al Régimen de Prima Media, quien esté a tres años o menos de completar las semanas que
le permitan ser beneficiario de la garantía de la pensión mínima (Ley 100 de 1993)
En la decisión de la Corte respecto a los casos en concreto, nos expone que efectivamente en el caso
del señor Luis Eduardo Simbaqueba ostenta la calidad de pre pensionado puesto que le faltan menos
de 3 años de edad y tan solo cotizar 63 semanas para acceder a su pensión, pero advierte que el
contrato de trabajo termina por justas causas ya que la cláusula segunda del contrato condiciona el
termino de duración a la existencia del convenio interadministrativo, por lo tanto si el convenio
termina, la relación contractual también terminara por justas causas, de modo que no es posible el
reintegro del tutelante al trabajo.
Respecto al señor Francisco Orlando quien pertenece al régimen de ahorro individual con
solidaridad se le realiza un estudio para saber si el ahorro realizado al momento de la
desvinculación es suficiente para acceder a la pensión según el Art 64 de la Ley 100 del 93 o en un
lapso inferior a 3 años a lo que el tutelante no cuenta con el capital suficiente, para estas personas
existe la posibilidad de disfrutar de LA GARANTIA DE PENSION MINIMA (Art 65 de la ley 100 de
1993) a la que pueden acceder aquellos que no han logrado generar el monto mínimo para la
pensión de vejez que cuenten con 62 años hombres o 57 años las mujeres y que hayan cotizado por
lo menos 1.150 semanas. Por consiguiente, el señor Francisco que al momento había cotizado 1.264
semanas solo le haría falta el requisito de la edad para lograr acceder a la garantía de pensión
mínima y pasaría lo mismo que en régimen de prima media cuando el cotizante cumple con las
semanas pero falta la edad, no ostenta la calidad de pre-pensionado. Así pues, en el caso del señor
Francisco no se le reconocen las pretensiones por no ostentar tal calidad.
CONCLUSIONES:
Podemos concluir que el fuero de estabilidad laboral reforzada para los pre-pensionados y en
general en cualquier otra causal, no es un derecho absoluto puesto que se deben considerar muy
bien las circunstancias de cada situación, tal es el caso de las sentencias objetivos de análisis donde
por ejemplo se dejó en claro que en el contrato de trabajo por labor u obra donde se ve finalizada la
relación contractual por justa causa aunque la persona ostente la calidad de pre-pensionado no se
podrá reconocer tal derecho porque desaparece el motivo de la relación contractual. A lo dicho
previamente resulta también importante resaltar el hecho de que la Corte a lo largo de su existencia
ha realizado excelentes presiones y aclaraciones sobre como determinar las calidades de pre-
pensiones tanto en el régimen de prima media como en el régimen de ahorro individual con
solidaridad.

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