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Según la manera en que se elija puntuar la secuencia de hechos, encontramos diferentes límites
en los intercambios.
Nos comunicamos tanto digital como analógicamente. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis
lógica compleja y poderosa pero carece de una semántica adecuada en el campo de la relación,
mientras que el lenguaje analógico posee la semántica pero no una sintaxis adecuada para la
definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
El hombre utiliza tanto el modo analógico como el digital. En cada mensaje ambos modos se
complementan entre sí. El aspecto relativo al contenido se transmite en forma digital, mientras que
el aspecto relativo a la relación es de naturaleza predominantemente analógica.
El material del mensaje digital es de mucha mayor complejidad, versatilidad y abstracción que el
material analógico. En la comunicación analógica no hay nada como la sintaxis lógica del lenguaje
digital, por lo que en esta no hay conectores lógicos como «si… entonces», o la negación.
-la comunicación no implica simplemente las palabras habladas (comunicación digital: lo que se
dice); también es importante la comunicación no verbal (o comunicación analógica: cómo se dice).
Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según estén basados
en la igualdad o en la diferencia.
Interacción simétrica:
Interacción complementaria:
La conducta de uno de los participantes complementa la del otro. Cada conducta favorece a la otra.
Ninguno impone al otro una relación complementaria, sino que cada uno de ellos se comporta de
una manera que presupone la conducta del otro, al tiempo que ofrece motivos para ella. «Sus
definiciones de la relación encajan»
Hay dos posiciones distintas: un participante ocupa la posición superior mientras el otro la inferior.
Puede estar establecida por el contexto social o cultural (como en el caso de padre e hijo, p.e.) o
ser el estilo idiosincrásico de una díada particular.