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Entonces partió él mismo para Ramá y llegó a la gran cisterna de la era que
está en Seku y preguntó: «¿Dónde están Samuel y David?», y le dijeron:
«Están en las celdas de Ramá.» Se fue de allí a las celdas de Ramá y vino
también sobre él el espíritu de Dios e iba caminando en trance hasta que llegó
a las celdas de Ramá. También él se quitó sus vestidos y se puso en trance
profético ante Samuel, y quedó desnudo en tierra todo aquel día y toda aquella
noche, por lo que se suele decir: «¿Conque también Saúl entre los profetas?»”
(l Sam 19, 18-24)
“Estaba Pedro diciendo estas cosas cuando el Espíritu Santo cayó sobre todos
los que escuchaban la Palabra. Y los fieles circuncisos que habían venido con
Pedro quedaron atónitos al ver que el don del Espíritu Santo había sido
derramado también sobre los gentiles, pues les oían hablar en lenguas y
glorificar a Dios. Entonces Pedro dijo:«¿Acaso puede alguno negar el agua del
bautismo a éstos que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?» Y mandó
que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Entonces le pidieron que se
quedase algunos días.” (Hch 10, 44-48)
Don de lenguas
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pueda decir, tampoco se puede callar. Entonces, ¿qué te queda sino cantar
con júbilo, de modo que el corazón se entregue a un gozo sin palabras y la
amplitud del gozo se expanda más allá de los límites de las sílabas?" (SAN
AGUSTÍN, Enarraciones, Salmo 32)
"Algunas veces da unos júbilos y oración extraña, que no sabe entender qué
es. Porque si os hiciere esta merced, le alabéis mucho y sepáis que es cosa
que pasa lo que pongo aquí. Es, a mi parecer, una unión grande de las
potencias, sino que las deja nuestro Señor con libertad para que gocen de este
gozo, y a los sentidos lo mismo, sin entender qué es lo que gozan y cómo lo
gozan. Parece esto algarabía, y cierto que pasa así, que es un gozo tan
excesivo del alma, que no querría gozarle a solas, sino decirlo a todos para
que le ayudasen a alabar a nuestro Señor, que aquí va todo su movimiento.
¡Oh, qué de fiestas haría y qué de muestras, si pudiese, para que todos
entendiesen su gozo!" (STA. TERESA DE ÁVILA, 6 Moradas, cap. 6:10)
Una de las fuentes que iniciaron a santa Teresa en la vía mística fue la obra de
Francisco de Osuna (1492-1540), el cual describe esta forma de oración en su
Tercer Abecedario Espiritual.
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Igualmente, hay otro en el que el alma está dentro, en su cuerpo, como en una
caja muy cerrada, y allí se goza consigo misma con cierto calor espiritual que
siente, desasida de los cinco sentidos como si no los tuviese, y no entiende nada
que se pueda decir, sino que como un niño pequeño goza en el interior de su
pecho con cierto placer, y querría no distraerse ni tener ojos ni oídos ni puerta por
donde salir.
"Esta quietud y recogimiento del alma se nota mucho por la satisfacción y paz
que deja, con grandísimo contento y sosiego de las potencias y muy suave
deleite. Le parece al alma, como no ha llegado a más, que ya no le queda más
que desear y que de buena gana diría con san Pedro que fuese ésta su morada
(Mt 17, 4). No osa bullirse ni moverse, pues le parece que se le va a escapar
aquel bien de las manos. Algunas veces no quisiera ni respirar." (STA. TERESA
DE ÁVILA, Vida, cap.15: 1)
"También hay que advertir a los ejercitados en este asunto que sucede algunas
veces, al entrar el alma en el más verdadero recogimiento, que lleva a la fuerza
tras de sí la cabeza, y parece que se inclina mucho el cuerpo hacia el pecho, y
los miembros pierden en cierto modo la fuerza por el gran recogimiento del alma.
Y sucede también muchas veces que se encuentran tan cansados por algún rato,
que hasta no pueden hacer obedecer a sus miembros, ni levantarse de un sitio;
entonces deben recogerse más y no intentar moverse ni preocuparse del cuerpo
sino dejarlo como olvidado; porque si entonces quieren moverse o mandar a sus
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miembros es un estorbo. Lo cual le ocurrió por ejemplo a un hombre pobre que
ganaba su sustento de cada día con el trabajo, y que era muy favorecido con el
manjar espiritual y muy dado a este santo ejercicio; y un día, que estaba en la
iglesia de esta manera, como tumbado y hasta caído en tierra, se acercaron a él
unas personas que, movidas a la compasión le levantaron del suelo. Y él, cuando
al cabo de un rato volvió en sí, dijo: Dejadme, que me estorbáis como si cogieseis
a un ave las alas y no la dejaseis ir." (FRANCISCO DE OSUNA, Tercer
Abecedario Espiritual, tratado Vl, cap. 4)
“En este estado, el alma es como un niño de pecho sostenido por su madre, a fin
que la leche se deslice hacia su boca sin que él tenga siquiera que mover los
labios. Así es este lugar... nuestro Señor desea que nuestro mundo se satisfaga
con mamar la leche que Su Majestad vierte en nuestras bocas, y que
apetezcamos la dulzura sin siquiera saber que viene del Señor.” (San Francisco
de Sales)
“Habéis de notar que en estas moradas primeras aún no llega casi nada la luz
que sale del palacio donde está el Rey; porque, aunque no están oscurecidas y
negras como cuando el alma está en pecado, está oscurecida porque con
tantas cosas malas de culebras y víboras y cosas ponzoñosas que entraron
con él, no le dejan advertir a la luz. Como si uno entrase en una parte adonde
entra mucho sol y llevase tierra en los ojos que casi no los pudiese abrir. Clara
está la pieza, más él no lo goza por el impedimento o cosas de esas fieras y
bestias que le hacen cerrar los ojos para no ver sino a ellas.” Teresa de Jesús,
“Las Moradas” en Obras Completas, Ed. Monte Carmelo, Burgos 1990, p. 808
"Si esta luz divina es siempre luz para el alma, ¿por qué no causa luz en
seguida que la embista, como lo hace después, sino que produce tinieblas y
dolor? Las tinieblas y amarguras que el alma siente cuando la divina luz
embiste no provienen de la luz, sino de la misma alma, y la luz la ilumina para
que las vea. Por tanto, sí que ilumina en seguida esta divina luz, pero con ella
el alma solo puede ver lo que hay en su interior, que son sus tinieblas y
miserias, que por la misericordia de Dios ahora ve, y antes no veía porque no
daba en ella esta luz sobrenatural. Y esta es la causa por la que al principio no
siente sino tinieblas y males; mas después de purgada con el conocimiento y
sentimiento de sus tinieblas y miserias, tendrá ojos para que esta luz le enseñe
los bienes de la luz divina." San Juan de la Cruz, “Noche Oscura”, en Obras
Completas, Ed. Monte Carmelo, p. 554
Visiones y profecías
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ensoberbece, será́ como la araña que todo lo que come convierte en ponzoña,
o la abeja, que lo convierte en miel” Teresa de Ávila Fundaciones 8,3.
Ejemplos:
-Balaán, un profeta pagano, bendice al pueblo de Israel contraviniendo las
órdenes del rey Balac (Nm 22.23.24)
-Pitonisa de Endor 1Sam 28
«Es más preciosa delante de Dios una obra o acto de voluntad hecho en
caridad, que cuantas visiones (y revelaciones) y comunicaciones pueden tener
del cielo, pues éstas ni son mérito ni demérito; y cómo muchas almas, no
teniendo cosas de ésas, están sin comparación mucho más adelante que otras
que tienen muchas.» San Juan de la Cruz, Subida al Monte Carmelo, 2, cap.
22, 19.