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Barbero

oficio manual

Barbero es la persona cuya ocupación es afeitar, cortar y acondicionar el pelo o cabello. Su


lugar de trabajo se le conoce como "Barbería" o "Casa del Barbero". Las Barberías eran también
lugares de interacción social y discurso público. En algunos casos, las barberías eran también
foros públicos. Eran lugares de debates abiertos, servían para expresar la preocupación pública
y la participación de los ciudadanos en los debates sobre temas de actualidad. También
influyeron en ayudar a formar la identidad masculina.

El barbero del zoco (1897) de Enrique Simonet


El barbero (1880) de Nikolaos Gyzis

Otras funciones accesorias que desempeñan los barberos son las de mantener el lugar de
trabajo limpio barriendo los cabellos del anterior cliente, mantener en buen uso las herramientas
y, eventualmente, vender champús, tintes, pomadas y otros productos destinados al
mantenimiento y embellecimiento del cabello.[1]

El oficio en la antigüedad

Grecia y Roma

En efecto, en Grecia como en Roma, los hombres satisfacían allí los minuciosos pormenores del
tocador hacia los cuales no poseían todo lo necesario. Era menester ser rico para tener a su
servicio algún hábil esclavo con navajas, peines y espejos y con los demás atributos de un
barbero. De esta penuria resultaba la obligación de una visita matinal a esta oficina llena de una
multitud, a cada instante renovada.

Los barberos tenían tres ocupaciones principales:

1. Cortaban los cabellos, demostrando su habilidad en dejarlos iguales primero, y después en


seguir la moda establecida o inventar otras nuevas; para esta operación se servían, no de
tijeras, sino de navajas de diferentes tamaños y más o menos cortantes. Accesoriamente
arrancaban los cabellos grises que aparecían sembrados sobre las cabezas de los jóvenes
o tenían, por medio de recetas tan variadas como sabias, las cabelleras que en la
precedente operación no habían satisfecho.

2. La segunda ocupación de los barberos consistía en afeitar la cara y enjugaban la barba con
una especie de servilleta de una tela felpuda, que ponían sobre los hombros de los
pacientes y que tenía un tejido desconocido en nuestros días.

3. En fin, el tercer empleo de los barberos consistía en cortar las uñas de las manos lo que se
verificaba con una especie de cuchillitos de una forma particular.

La antigüedad nos ha dejado un poemita de Fallías sobre el barbero Eugates, que contiene una
enumeración cómica de todos los útiles necesarios a las funciones del barbero y a los cuidados
de tocador.

Los barberos, llamados entonces esquiladores, fueron llevados de Sicilia a Roma por un tal P.
Ticinio Menas, el año 451 de la fundación de la ciudad. La moda, desde mucho tiempo
generalizada en Grecia de llevar los cabellos cortos y la barba rasa, se propagó rápidamente
gracias con especialidad a Escipión, el segundo Africano, que se afeitaba todos los días. Los
esquiladores comenzaron por ejercer su industria al aire libre, pero más tarde este uso subsistió
solamente para la plebe y los esclavos y las tiendas de los barberos anunciadas por una
presentación de navajas, de cuchillitos y de espejos llegaron a ser puntos de reuniones para los
ociosos y para los noticieros. Uno de los principales méritos del dueño del establecimiento era
saber responder a todas las preguntas que se le dirigían y los barberos suministraban imitando
a los autores y actores cómicos o satíricos, el tipo de la curiosidad y de la murmuración. Uno de
estos artistas le preguntaba cómo quería que so le afeitase a un filósofo de carácter áspero,
respondió estas breves palabras: quieren que se me afeite sin hablar. La historia de esta
anécdota no dice si los grecostarios o carenos, desde los tronstianos más elegantes hasta la vía
Suharana, donde los barberos de baja especie afeitaban las barbas de los plebeyos, el filósofo
pudo encontrar un esquilador según le convenía.[2]

Edad Media

Barbero en el siglo XVI.

Véase también: Barbero cirujano

En la Edad Media, la profesión de los barberos tomó una extensión más grande todavía pero
saliendo de su especialidad. Los barberos autorizados por el menosprecio de los mires o
médicos para las bajas operaciones quirúrgícas, invadieron cada vez más el dominio de la
cirugía. Por eso los barberos de aquellos tiempos fueron desde muy temprano una importante
corporación. Por esta época esta cofradía, viendo que sus antiguos estatutos habían caído en
desuso y que habían perdido los títulos que los autorizaban, redactaron otros nuevos.

A pesar de las diferencias que existían entre los barberos y los cirujanos, éstos no ponían
obstáculos, cuando un barbero destacaba sus conocimientos en cirugía, a recibirlos en su
colegio y en dispensarles de la lengua latina en sus exámenes. Exigían solamente que dejase
las bacías y renunciase al oficio de barbero. Algunos autores citan los nombres de muchos
barberos que entraron en los colegios de cirugía y se distinguieron por sus talentos y sus
conocimientos prácticos.[2]

Antiguamente, los barberos no se limitaban al tratamiento del cabello llegando a desempeñar


otras funciones más propias de dentistas o médicos. En efecto, los que acudían a una barbería
a partir del siglo XIII lo hacían también para sacarse una muela y para realizar operaciones
sencillas de cirugía como sajar diviesos, vendar úlceras o realizar sangrías.

En aquella época, eliminar sangre del cuerpo se consideraba una solución para devolver la salud
al paciente que recobraba el equilibrio. Para practicar la sangría los barberos sumergían el brazo
del paciente en agua caliente y le hacían un torniquete. Entonces, buscaban entre las venas
hinchadas la más propicia y extraían la sangre realizando una incisión en la misma.[3]

Sin embargo, la ambición de los barberos se aumentaba con sus privilegios y no pudieron estar
mucho tiempo satisfechos de lo que habían obtenido. Andando el tiempo los barberos fueron
perdiendo en consideración pues a medida que los cirujanos la adquirían, iban justificando su
superioridad por su saber y su talento y sus antiguos rivales descendieron al rango que convenía
en una práctica ignorante y rutinaria.

Sus tiendas, frecuentadas por la clase media a quien el uso de tener las mejillas y la barba rasa
atraía allí continuamente, debieron bastar a su ambición y se contentaron con la influencia que
le valía las murmuraciones y la curiosidad. Si las grandes casas estuvieron algunas veces
abiertas, si algunas llegaron a un cierto grado de celebridad y adquirieron una considerable
fortuna, no fue ciertamente en calidad de barberos sino en la de peluqueros. Las extravagancias
de la moda, y sobre todo del peinado adoptado por las mujeres, desde la invención de los
polvos, abrieron a la imaginación de los artistas encargados de levantar estos edificios una
inmensa carrera.[2]

En la actualidad

Barbero trabajando

La tienda del barbero ha sido reemplazada por la Barbería, lugar en donde se realiza el esculpído
de cabello y barba y, por tanto materia de cabellos o barba debe ser un artista muy hábil.
También se conoce hoy en día lugares llamados Salones de Peluquería pero estos no se
especializan en el trabajo del barbero, estos desarrollan otras funciones, como ser: tintes,
permanentes, pedicure, peinados, etc. lo cual ya corresponde a un ambiente diferente de la
barberia. Aunque en la actualidad en base de dar a los clientes un mejor servicio se ha ido
adecuando tales funciones a la barberia por cuestiones de moda y/o preferencia de gustos.
Incluso en otros locales se ha ido mejorando el servicio atendiendo a los clientes con bebidas
con o sin alcohol.

Insignia

Insignia de barbero

La insignia más comúnmente establecida de los barberos es un poste con bandas helicoidales
rojas y blancas, a veces también con bandas azules. Su origen proviene de cuando los barberos
eran también cirujanos, en la Edad Media. Tras atender a sus clientes, solían colgar las vendas
manchadas de sangre a secar en unos postes, en los que a menudo se enrollaban a causa del
viento. Con el tiempo, la gente asoció esta imagen con la profesión de barbero-cirujano. Aunque
en su origen eran bandas rojas y blancas, en el siglo XIX se incorporaron las bandas azules,
probablemente por influencia de la bandera estadounidense.[4]

Véase también

Afeitado

Navaja de afeitar
Brocha de afeitar

Maquinilla de afeitar

Jabón de afeitar

Crema para afeitar

DOVO Solingen

Aftershave

Referencias

1. Descripción del puesto de barbero (inglés) (http://www.careerplanner.com/DOT-Job-Descripti


ons/BARBER.cfm)

2. Enciclopedia moderna, Francisco de P. Mellado, 1864 (http://books.google.es/books?printsec


=frontcover&dq=enciclopedia&ei=WKkVTZr4OJSS4gbynrCGAg&ct=result&pg=RA1-PA339&id=
BjEP5JrwlzAC#v=onepage&q&f=false)

3. El barbero en la antigüedad (http://www.selecciones.com/acercade/art.php?id=613)


Archivado (https://web.archive.org/web/20081005121130/http://www.selecciones.com/acer
cade/art.php?id=613) el 5 de octubre de 2008 en Wayback Machine.

4. Pickover, 2019, p. 58.

Bibliografía

P , Clifford A. (2019). El libro de la medicina. Madrid: Librero. ISBN 978-90-8998-293-3.

Enlaces externos

Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Barbero.

Datos: Q107198
Multimedia: Barbers (https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Barbers)
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title=Barbero&oldid=138733427»

Última edición hace 1 mes por SeroBOT

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