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Las Barberías antiguas.

Las primeras barberías que tuvimos en Andalucía datan de la época romana. Los romanos eran muy
cuidadosos con su aspecto físico, tanto era así que si alguien por algún motivo no iba bien arreglado, aseado
y su barba bien rasurada era motivo de burla y critiqueo por parte de sus allegados hasta tal punto que lo
desplazaban socialmente.

Entre el grupo de los “selectos” que podían dejarse barba por motivos culturales o militares eran los
soldados y los filósofos.

¿Sabéis que un emperador pegó un golpe sobre la mesa y puso de moda la barba? Fue Adriano, y
casualmente… ¡¡nació en Andalucía!! Pero te cuento que no lo hizo por marcar una tendencia, sino porque
tenía una gran cicatriz en la barbilla y de ese modo la ocultaba.

La Barbería Romana.
Los romanos llamaban al barbero tónsor. Los emperadores como Adriano y las clases de
aristócratas tenían el suyo propio ya que se lo podían permitir, pero eso no era lo común en la antigua Roma
así que los menos afortunados tenían que pasar por la tonstrinae, que era la barbería de la época.

En las barberías romanas también se tenían las disputas y tertulias interesantes sobre temas de actualidad así
que te podrás imaginar que tampoco diferían mucho del cotorreo que tenemos en las nuestras hoy en día.

Si un barbero cortaba sin querer a un cliente estaba expuesto a llevarse una multa por su ineficaz trabajo.

Además que estaban siempre abarrotadas de personas, ya que se cortaban el pelo muy muy a menudo los
romanos.

Barbería: una profesión con historia.


Originalmente, los barberos eran cirujanos y dentistas.
En la Europa Medieval, existía una peculiar profesión: cirujano-barbero, que lo mismo cortaban la barba y
el pelo que hacían sangrías, extraían muelas o blanqueaban los dientes con aguafuerte.

Los barberos practicaban cirugías, amputaciones, enemas, arreglaban roturas, extraían piedras del riñón,
trataban heridas, drenaban forúnculos, sajaban quistes, limpiaban oídos, y formulaban ungüentos.

En el siglo XV, bajo el reinado de Enrique VIII, barberos y cirujanos fueron separadas como
oficios independientes, aunque los barberos aún estaban encargados de la extracción de dientes.

El padre de la cirugía moderna, Ambroise Paré, en los comienzos de su carrera en el XVI, se formó como
cirujano-barbero como parte del Gremio de Barberos Cirujanos de Paris.

Los barberos, antes no sólo se dedicaban a cortar el cabello, sino que también le hacían al “dentista”. Se les
llamaba: barbero sangrador — flebotomiano, básicamente el sangrador se ocupa de ejecutar la operación
de la sangría, flebotomía en todas partes que se sangra el cuerpo humano, también echar ventosas, aplicar
sanguijuelas y sacar muelas.

La flebotomía es la acción o efecto de sangrar, el sangrador era flebotomista.

Página 1 de 2. Instructora. Silvia Guadalupe Torres Che.


Origen y significado del Barber Pole.
En la primavera era común que la gente acudiera a hacerse una sangría, pues se creía que sacando el exceso
de sangre, se equilibraban los humores del cuerpo y se era más resistente ante las enfermedades.

Se sumergía el brazo del paciente en agua caliente para que las venas resaltaran y poderlas ver mejor, luego
el paciente se agarraba con fuerza a un poste donde las venas se hinchaban y el barbero hacía una incisión en
la vena elegida (cada una era asociada a un órgano) para que la sangre brotara y cayera en un recipiente, que
hacía las veces de medidor de la cantidad de sangre extraída, llamado sangradera.

Cuando los cirujanos-barberos que tenían prestigio y no eran


ambulantes se establecían en un local, adoptaron como símbolo
para colocar en sus puertas y que la gente los reconociera, un
cartel con una mano levantada de la que chorreaba sangre que
caía a la sangradera.

Como las manchas de sangre del poste no daban buen rollo a los
clientes, el poste se pintó por completo de rojo y en él se ataban
trozos de venda blancas. Entonces el gremio decidió cambiar el
reclamo de sus fachadas, y en lugar de la mano chorreando
sangre, colocaron el poste blanco y rojo que era más discreto
para señalizar su establecimiento.

A finales del siglo XIX, en la mayoría de ciudades, la presión de


los cirujanos consiguió que los barberos lograran por separado un
gremio independiente, y a pesar de ello conservaron el famoso
poste que hoy en día seguimos viendo en muchas barberías y
alguna peluquería que está rescatando este símbolo.
Poste de Barbero: Ícono de la Barbería.

La insignia más comúnmente establecida de los barberos es un poste con bandas helicoidales rojas y
blancas, a veces también con bandas azules. Su origen proviene de cuando los barberos eran también
cirujanos, en la Edad Media. Tras atender a sus clientes, solían colgar las vendas manchadas de sangre a
secar en unos postes, en los que a menudo se enrollaban a causa del viento. Con el tiempo, la gente asoció
esta imagen con la profesión de barbero-cirujano. Aunque en su origen eran bandas rojas y blancas, en la
Edad Moderna se incorporaron las bandas azules, probablemente por influencia de la bandera
estadounidense.

Los romanos tenían una importante tradición, en la cual un chico daba


el gran paso de la pubertad a la edad adulta en la que ya se consideraba
un hombre. Dicho ritual se llamaba depositio barbae. La primera vez
que un romano se afeitaba la barba, era tradición depositarla en un
Pequeño Cofre (a ser posible de oro) y ofrecérselo a los dioses Lares
para que el muchacho comenzara su nueva etapa lleno de fuerza y
valentía.

Página 2 de 2. Instructora. Silvia Guadalupe Torres Che.

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