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ENA-356 ENE 11
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Final:Maquetación 1 18/11/11 16:17 Página 1
MANUAL BÁSICO
DEL DOLOR OROFACIAL
EN ODONTOLOGÍA
Editores:
E. Ginestal Gómez
J.M. Aguirre Urizar
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Depósito Legal: ¿¿
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Dedicado a la memoria
de nuestro amigo y compañero
Fernando Magdaleno†,
con quien hubiera sido un placer,
personal y profesional,
trabajar en este manual.
A
Autores
I
Índice de capítulos
4. TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES I: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
DOLOR Y LIMITACIÓN FUNCIONAL DE ORIGEN ARTICULAR
Alteraciones del complejo cóndilo-disco. Luxación de la articulación temporomandibular
(luxación espontánea o bloqueo abierto). Procesos inflamatorios articulares. Osteoartritis.
Anquilosis articular.
7. DOLOR NEUROPÁTICO: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
DOLOR NEUROPÁTICO PAROXÍSTICO: Neuralgias del trigémino y glosofaríngeo. DOLOR NEUROPÁTICO
CONTINUO: Neuropatías orofaciales traumáticas dolorosas. Síndrome de boca ardiente. Neuralgia postherpética.
Causas centrales de dolor orofacial.
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Índice de capítulos
8. CEFALEAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Clasificación de las cefaleas. Cefalea tensional. Migraña. Cefaleas trigémino-autonómicas.
Cefalea secundaria vascular: arteritis del temporal.
1
INTRODUCCIÓN
AL DOLOR OROFACIAL
E. Ginestal Gómez1, J.M. Aguirre Urizar2
1Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. 2Unidad de Medicina Bucal.
Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. Servicio Clínica Odontológica. Universidad del País
Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.
La región orofacial es una de las más complejas te sensitivo del dolor entendido, únicamente, como
del organismo debido a la gran variedad de estructu- un mecanismo para el mantenimiento de la integridad
ras y sistemas que contiene. De hecho, el dolor origi- corporal.
nado y/o sentido en las estructuras orofaciales puede Ya en el siglo XX, comenzó a estudiarse el dolor
ser competencia de neurólogos, otorrinolaringólogos, desde una perspectiva diferente, valorándolo desde
oftalmólogos, cirujanos, traumatólogos, rehabilitado- un punto de vista multidimensional. Los autores que
res, psiquiatras y, por supuesto, odontólogos. más contribuyeron al nuevo concepto del dolor fue-
Además, el área corporal inervada por el nervio tri- ron Melzack y Casey, que establecieron tres dimensio-
gémino es una de las que más densidad de termina- nes básicas, de forma que la sensación dolorosa tal y
ciones nerviosas contiene y con una mayor superficie como la percibimos estaría conformada por la interac-
de representación topográfica en el córtex cerebral sen- tuación de tres componentes:
sorial. Si a esto le añadimos la importancia de la cara • Sensorial-discriminativo, que hace referencia a
y de la boca en la imagen del individuo, la repercusión los términos con que habitualmente caracterizamos
del dolor orofacial puede considerarse, en todos los el dolor, como la intensidad, la calidad y las cuali-
sentidos, mucho mayor que la del dolor originado en dades espaciales y temporales. Es el componente
otras regiones corporales. más valorado por los profesionales de la salud.
• Afectivo-emocional, que representa el aspecto
subjetivo y que hace referencia al miedo que expe-
CONCEPTO DE DOLOR rimenta el ser humano ante el dolor, así como al
El dolor es una experiencia que ha acompañado impacto emocional y a las reacciones que provo-
al hombre a lo largo de su historia y cuyo concepto ha ca, como ansiedad, depresión, fobias, etc.
ido modificándose con el transcurso del tiempo. De • Cognitivo-evaluativo, vinculado a la respuesta
considerarse un castigo divino y relacionarse con el que el propio paciente da a la experiencia doloro-
pecado, la evolución de los conocimientos médicos a sa y que está condicionado por las experiencias
lo largo de los últimos siglos aportó las bases para una previas y la forma en la que se ha afrontado ante-
concepción orgánica del dolor, dando paso a la acep- riormente el dolor. En esta dimensión tienen gran
tación del dolor como una forma de información sen- influencia los valores culturales y las creencias reli-
sorial, cuya principal función sería la de avisar del peli- giosas del individuo.
gro de una lesión corporal. La definición de dolor reco- Tomando como referencia este concepto, la Inter-
gida en el Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Medi- national Association for the Study of Pain (IASP), en el
cina Dorland (2005) como una “sensación más o año 1979, definió el dolor como una “experiencia sen-
menos localizada de malestar, molestia o aflicción, que sorial y emocional desagradable asociada con daño
resulta de la estimulación de terminaciones nervio- tisular real o potencial, o descrita en términos de este
sas especializadas. Actúa como mecanismo protector, daño”, definición que se mantiene en la actualidad y
en la medida que induce al que lo sufre a retirarse de que resalta su carácter multidimensional, la interrelación
la fuente”, expresa muy bien este concepto meramen- con los aspectos afectivo-emocionales y vincula la exis-
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tencia de dolor a la referencia subjetiva por parte del una señal de aviso, o por ser indicativo de un proce-
paciente, independientemente de que el clínico pueda so inflamatorio involucrado en la reparación tisular. El
encontrar una causa que lo justifique. Es decir, es el propio dolor se convierte en un problema, hasta el
paciente y no el clínico quien determina la existencia del punto de representar el centro del sufrimiento del
proceso doloroso. paciente. Es entonces cuando nos enfrentamos al dolor
La característica que mayor impacto tiene sobre las como enfermedad, no sólo como un síntoma, y en
diferentes dimensiones del dolor es la duración del mis- muchas ocasiones está iniciado o perpetuado por modi-
mo. En los procesos que cursan con dolor agudo, el ficaciones o alteraciones en los mecanismos sistémi-
componente más importante es el sensorial-discrimina- cos que lo modulan.
tivo, mientras que en los procesos crónicos de dolor, los
aspectos afectivo-emocionales y cognitivo-evaluativos
adquieren una mayor relevancia. De hecho, el dolor, EPIDEMIOLOGÍA DEL DOLOR OROFACIAL
especialmente el crónico, puede ser un factor precipi- En nuestro país no se han efectuado trabajos epi-
tante de alteraciones psiquiátricas como la depresión y, demiológicos amplios y la mayoría de las referencias
viceversa, determinadas alteraciones de los perfiles psi- que utilizamos están tomadas de estudios americanos.
copatológicos y enfermedades psiquiátricas se conside- Uno de los más referidos en los manuales sobre dolor
ran posibles factores causales de la aparición de dolor orofacial es el publicado en el año 1993 por Lipton y
crónico. cols., sobre una muestra de algo más de 45.000 indi-
Aunque se ha establecido un límite arbitrario de viduos, mediante encuesta telefónica dirigida especí-
seis meses para catalogar un dolor como crónico, el ficamente a la detección de dolor orofacial. Los resul-
impacto del dolor va a depender en gran medida de tados de este estudio arrojan una prevalencia total
su intensidad, de la continuidad del mismo y de los superior al 22%, en referencia a los seis meses ante-
rasgos psicológicos del individuo. De hecho, es relati- riores al momento de la encuesta. El mayor porcenta-
vamente frecuente que cuadros dolorosos de escasa je se correspondía con dolor dentario y en segundo
duración presenten características de dolor crónico lugar figuraban los problemas músculo-esqueléticos
mientras que, en otros pacientes, el dolor intenso de (12,3% y 5,3% de la muestra, respectivamente).
larga duración no parece provocar alteraciones sustan- Los pocos datos epidemiológicos que manejamos
ciales en los componentes afectivo-emocional y cog- en relación con el dolor orofacial crónico indican que,
nitivo-evaluativo. Este es el motivo por el que muchos aproximadamente, un 7% de la población refiere haber
autores prefieren referirse al dolor crónico como aquél padecido un dolor orofacial de tipo crónico en el últi-
que tiene una duración mayor a la requerida para la mo año, apuntando una prevalencia muy alta para
reparación de la lesión tisular que lo inició. estos procesos. Además, según los datos aportados
Además de los efectos psicológicos que puede des- por Portenoy (2000) en población estadounidense, 4
encadenar el dolor crónico, los estímulos nociceptivos de cada 10 pacientes diagnosticados de cuadros que
mantenidos, en especial cuando son muy intensos y pro- cursan con dolor orofacial crónico no reciben un trata-
ceden de estructuras profundas, alteran en mayor o menor miento eficaz para aliviar su dolor, que mantienen
grado la forma en la que el sistema nervioso modula el durante bastantes años.
dolor. Por regla general, el dolor provoca una reducción
de las influencias inhibitorias que constantemente gene-
ra el sistema nervioso central, contribuyendo a un incre- TIPOS DE DOLOR OROFACIAL
mento de la sensación dolorosa, la aparición de otras SEGÚN SU ORIGEN
alteraciones sensoriales e, incluso, en la extensión a nue- El dolor en la región orofacial puede tener su ori-
vas localizaciones de dolor. Son lo que denominamos gen en una gran variedad de tejidos como los vasos san-
genéricamente “respuestas de mediación central”. guíneos, los nervios, los componentes músculo-esque-
Cuando evaluamos la situación clínica de un léticos, las glándulas, los tejidos cutáneo y mucoso, etc.
paciente que sufre un proceso crónico, el dolor no En cuanto a su localización orgánica, puede estar origi-
aporta ningún beneficio en cuanto a que constituya nado en el aparato masticatorio o presentarse como
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dolor orofacial relacionado con los aparatos digestivo y huesos tras estimulación nociceptiva. Este estímulo es
respiratorio o con las estructuras nasales, oftálmicas o transmitido y modulado por un sistema nervioso sin alte-
auditivas, cuyo tratamiento corresponde a diferentes raciones. En la mayoría de los casos, el dolor somático
especialidades médicas (Tabla I). está relacionado con la inflamación tisular.
Cuando el dolor se siente en las mismas estructu- Este grupo incluye cuadros muy frecuentes de dolor
ras en que se origina hablamos de dolor primario y su odontológico y comprende el dolor somático superficial
diagnóstico no suele resultar excesivamente complica- mucoso y cutáneo (Cap. 6) y el dolor somático profun-
do. Cuando está originado en localizaciones diferentes do de tipo músculo-esquelético (periodontal, óseo, mus-
a la zona en que se siente se denomina dolor secunda- cular y articular; caps. 3, 4, 5 y 9).
rio o heterotópico, correspondiendo en la mayoría de Dolor visceral. Hace referencia al dolor originado
las ocasiones a un dolor originado en tejidos profundos, en los órganos internos que se caracterizan por su esca-
en especial en la musculatura estriada. sa inervación. Por este motivo, el dolor de tipo visce-
Las alteraciones orofaciales pueden generar la apa- ral se localiza con dificultad.
rición de dolor en otras localizaciones, pero como el Los cuadros de dolor visceral incluyen el proce-
dolor heterotópico se proyecta con frecuencia hacia dente de la pulpa, glándulas y los vasos sanguíneos
zonas más rostrales del cuerpo, cuando se origina en (Caps. 3, 8 y 9).
la región orofacial suele sentirse en el cráneo. El dolor Dolor neuropático. Es aquél que se percibe en
secundario que aparece en la región craneofacial en áreas corporales concretas, sin que se produzca nin-
muchas ocasiones está originado en el cuello y cin- gún estímulo nociceptivo externo. El origen del dolor
tura escapular. La frecuente aparición de dolor hetero- es una anomalía de las estructuras nerviosas encarga-
tópico en la región orofacial es motivo habitual de erro- das de la transmisión y/o modulación dolorosa.
res diagnósticos. En este grupo se incluyen cuadros de dolor con-
tinuo y paroxístico, tal y como se recoge en el capítu-
lo 7 de este manual.
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS BÁSICAS DE Dolor relacionado con trastornos mentales. Como
LOS DIFERENTES TIPOS DE DOLOR ya comentamos anteriormente, existe una estrecha rela-
El dolor es un síntoma inespecífico que puede ori- ción entre el dolor y determinadas alteraciones psiquiá-
ginarse en estructuras diversas, iniciarse mediante tricas, en especial en aquellos procesos que cursan con
mecanismos etiopatogénicos diferentes y clasificarse dolor crónico.
en función de criterios muy dispares. Clásicamente se Además, existe un grupo de trastornos mentales
han agrupado los cuadros de dolor en función de su caracterizados por la presencia de síntomas físicos sin
origen y características (Tabla II) en: ninguna alteración orgánica que los justifique. Son los
Dolor somático. En referencia al dolor provocado denominados trastornos somatomorfos. Uno de los sín-
en piel, mucosa, articulaciones, músculos, ligamentos o tomas más comunes que presentan estos pacientes es
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TABLA II Características clínicas básicas que nos orientan en el diagnóstico de los cuadros de dolor orofacial
el dolor en diversas localizaciones, siendo una de las terísticas clínicas propias, que serán de gran utilidad
más frecuentes la región orofacial (Cap. 10). para su identificación.
En las clasificaciones más recientes comienza a
caracterizarse como apartado independiente el dolor
neurovascular, que hasta hace poco se situaba a caba- PAPEL DEL ODONTÓLOGO
llo entre el dolor vascular y el dolor de origen neuro- EN EL DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
pático. Se trata de un grupo de cuadros clínicos en DEL DOLOR OROFACIAL
los que el dolor depende de una alteración de meca- Tradicionalmente, el profesional de la Odontolo-
nismos fisiológicos en los que interactúan el sistema gía se ha dedicado a estudiar, diagnosticar y tratar el
nervioso y el vascular y que tienen en común unas dolor de origen dentario, prestando poca atención al
características clínicas y etiopatogénicas diferencia- dolor originado en otras estructuras orofaciales. Esta
das (Cap. 8). excesiva concreción en las actuaciones profesionales
Cada uno de estos tipos de dolor presenta unas no ha sido fruto del capricho, sino de la falta de capa-
manifestaciones clínicas características que nos ayu- citación resultante de los planes de estudios diseña-
dan a diferenciarlos entre sí con relativa facilidad (Tabla dos para su formación, claramente insuficientes en
II), por lo que el clínico debe conocer bien la forma en este aspecto.
que se manifiestan para poder efectuar un diagnósti- Desde hace ya bastantes años, muchos odontó-
co diferencial adecuado. Como iremos tratando en los logos y estomatólogos venimos reclamando una mayor
diferentes capítulos del manual, también los diferen- preparación en temas básicos y clínicos relacionados
tes subgrupos de la clasificación presentan unas carac- con el dolor, en nuestro caso el dolor orofacial. Esta
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2
HISTORIA Y EXPLORACIÓN
BÁSICAS EN EL DOLOR OROFACIAL
D.A. Cortés Ramírez1, E. Ginestal Gómez2
1Postgrado Master de Patología Oral. Unidad de Patología Oral y Maxilofacial.
2Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. Servicio Clínica Odontoló-
gica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.
A pesar de las continuas innovaciones técnicas y rrogarle sobre sus antecedentes personales y médi-
las aportaciones al diagnóstico de los medios comple- cos, historia familiar, toma de medicamentos, etc. Tam-
mentarios, la historia clínica sigue siendo la herramien- bién hemos de preguntar al paciente sobre sus ante-
ta diagnóstica más importante en medicina y, en espe- cedentes odontológicos y, en especial, sobre las inter-
cial, en las enfermedades cuyo síntoma principal es el venciones recientes que estén relacionadas con pro-
dolor. cesos previos de dolor, actos quirúrgicos o tratamien-
Los aspectos que se valoran en la historia clínica tos odontológicos extensos (Fig. 1).
del dolor orofacial (DOF) son muy similares a los valo- Recoger la información no siempre es sencillo,
rados en otras especialidades y buscan recoger, de la sobre todo en aquellos pacientes que no se expre-
forma más detallada posible, las características clínicas san con claridad, ya sea por motivos de edad, niños
del dolor y los posibles síntomas acompañantes. Cuan- y ancianos, por el empleo de descriptores del dolor
do el clínico termina la entrevista con el paciente, debe poco comunes y confusos, o bien por la propia natu-
haber llegado a un diagnóstico de presunción, que será raleza del cuadro doloroso, sobre todo cuando se
corroborado, o no, mediante la exploración física y los detecta un elevado componente afectivo y/o cogni-
medios complementarios de diagnóstico. En caso con- tivo del dolor. Otro motivo que dificulta la recogida
trario, deberá volver a efectuar la historia clínica reco- de datos es la cronicidad del dolor, porque resulta
giendo los datos necesarios para establecer un diag- difícil resumir una experiencia dolorosa prolongada
nóstico inicial (Fig. 3). en pocas palabras.
Cuando el clínico no es capaz de llegar a un diag- Se han propuesto dos formas básicas para efec-
nóstico probable tras analizar los datos que figuran en tuar la historia clínica: la más cómoda es el cuestiona-
la historia, debe plantearse remitir al paciente a otro rio autopase al paciente y la más larga, el interrogato-
profesional, ya que las conclusiones que efectúe basán- rio directo sobre todas las cuestiones relacionadas con
dose sólo en los datos de la exploración probablemen- su salud. Nosotros utilizamos cuestionarios autopase,
te sean erróneas y suelen ser causa de retraso de un aunque al final es obligatorio interrogar directamente
diagnóstico certero, con lo que se incrementa el sufri- al paciente sobre muchos de los aspectos recogidos
miento del paciente. en la historia. Es imprescindible invertir un tiempo con-
siderable en la historia clínica del paciente con dolor;
de otra forma, no podremos contar con los datos nece-
HISTORIA CLÍNICA GENERAL sarios para efectuar un diagnóstico razonable.
Y DE DOLOR OROFACIAL
Historia clínica del dolor orofacial
Historia clínica general En cualquier cuadro patológico que curse con dolor
Es recomendable que al inicio de la entrevista escu- es necesario recoger el mayor número de datos posi-
chemos al paciente los motivos de la consulta y esta- bles sobre este síntoma. En la tabla II, del capítulo 1,
blezcamos un primer contacto personal, antes de inte- hemos descrito las características generales de cada
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tipo de dolor estableciendo unos patrones diferen- amplios, que no reducen el dolor y conllevan retraso
ciados. Esto mismo es lo que buscamos al efectuar la en el establecimiento de un diagnóstico y tratamiento
historia del proceso doloroso y para ello es imprescin- adecuados.
dible recoger datos acerca de la localización, inicio, fre- Inicio. La forma de comienzo del dolor puede
cuencia y duración, intensidad, cualidad, síntomas aso- orientarnos acerca de su origen. Aunque en muchos
ciados, factores mitigantes, agravantes o desencade- casos resulta difícil establecer una relación causa-efec-
nantes, etc. to, en otros esta relación puede deducirse con facili-
dad, ayudándonos a establecer el diagnóstico y orien-
Tipificación del dolor tándonos sobre los posibles factores etiológicos. De
Localización. La capacidad del paciente para indi- hecho, todos conocemos la relación que existe entre
car con precisión la localización del dolor tiene gran el dolor de aparición nocturna y los hábitos parafun-
importancia diagnóstica. Tendremos en cuenta que el cionales, entre las situaciones de estrés y el dolor de
sitio en el que se percibe el dolor no siempre se corres- origen muscular, la aparición brusca del dolor en la
ponde con su origen y que resulta imprescindible iden- neuralgia paroxística tras la estimulación de puntos gati-
tificar su localización primaria, que puede estar cer- llo o el inicio del dolor de una migraña clásica tras el
cana al dolor o situarse alejada del mismo. período de pródromos.
Es importante pedirle al paciente que indique físi- Frecuencia y duración. Debemos conocer si el
camente con un dedo y/o la mano el área dolorosa, dolor aparece con un patrón característico en crisis
ya que este simple gesto puede aportar valiosa infor- paroxísticas, continuo, crisis agrupadas, si aparece de
mación. El dolor puede ser localizado (como el articu- manera intermitente o episódica, etc., o bien si es cons-
lar), difuso (como el visceral y muscular), irradiado tante en el tiempo o presenta períodos de remisión.
(como el de la pulpitis y pericoronaritis de cordales En los cuadros episódicos la duración del dolor y
inferiores) o migratorio (como en la fibromialgia), carac- su frecuencia pueden ser de gran utilidad en el diag-
terísticas que conviene representar de forma gráfica nóstico diferencial, como es el caso de las cefaleas
en un esquema topográfico del dolor. autonómicas trigeminales (Cap. 8) que presentan patro-
Por otro lado, el hecho de que el paciente dibuje nes repetitivos y diferenciables. También es caracterís-
la topografía del dolor corporal nos ayuda a saber si se tica la aparición recidivante del dolor en cuadros mus-
trata de un proceso local, regional o generalizado, evi- culares que aparecen en épocas de mayor tensión
tando tratamientos locales insuficientes en procesos emocional.
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El aspecto de mayor relevancia en cuanto a estos Uno de los cuestionarios más utilizados para carac-
parámetros del dolor es la duración por encima de los terizar los cuadros de dolor es el de McGill, compues-
3-6 meses de un dolor constante, ya que, casi de for- to por diferentes descriptores del dolor agrupados por
ma inexorable, se acompaña de alteraciones relacio- categorías, entre los que el paciente elige aquellos que
nadas con el dolor crónico, como un incremento en se corresponden con su enfermedad. Se han efectua-
las dimensiones afectivo-emocional y evaluativa del do bastantes trabajos con este cuestionario en los que
dolor, mayor frecuencia de alteraciones psicológicas se establece el perfil de cada tipo de dolor de acuer-
concomitantes –especialmente la depresión–, altera- do con los descriptores utilizados con mayor frecuen-
ciones del sueño, etc. cia, proponiéndose su uso como una herramienta de
Intensidad. La intensidad del dolor es un pará- aproximación diagnóstica inicial.
metro subjetivo y dependiente del estado emocional Factores mitigantes, desencadenantes y agra-
del paciente, lo que hace que este dato por sí mismo, vantes. Debemos registrar las actividades diarias, fár-
y tomado de forma aislada, tenga escaso valor cuan- macos, alimentos o situaciones que favorecen la apa-
titativo. Sin embargo, cuando se evalúa de forma estan- rición o agravamiento del dolor, así como aquellos que
darizada, utilizando cuestionarios validados, supone un lo reducen o lo eliminan. Estos datos son de gran ayu-
registro importante a la hora de valorar la evolución da para el diagnóstico, ya que nos proporcionan infor-
del dolor y el efecto de las medidas terapéuticas apli- mación acerca de las estructuras involucradas en el
cadas a los pacientes. proceso doloroso. Así, por ejemplo:
Aunque la cuantificación del dolor es muy subje- • El dolor inflamatorio, en general, y el dolor mus-
tiva, también puede servirnos como referencia gene- cular suelen ceder bien con la administración de
ral para el diagnóstico del DOF. De hecho, todos sabe- AINE.
mos que existen cuadros como la neuralgia del trigé- • El dolor de origen muscular suele empeorar con
mino o la cefalea en racimos que se caracterizan por el frío.
un dolor extremo, mientras que otros cuadros como • El dolor músculo-esquelético empeora con la fun-
el dolor muscular por sobrecarga se suelen referir con ción.
una intensidad leve-moderada. • Estímulos leves sobre puntos gatillo pueden des-
Existen diversas escalas para cuantificar el dolor encadenar crisis paroxísticas neurálgicas muy inten-
y sus efectos, la más conocida y utilizada es la escala sas.
visual analógica (EVA), en sus distintas variantes, aun- • La termoterapia puede aliviar el dolor de origen
que cada día existe una tendencia mayor a utilizar esca- muscular y precipitar o agravar el dolor pulpar, etc.
las de tipo multidimensional (Cap. 1). Aunque se ha descrito que determinados tipos de
Cualidad o descriptor. Las cualidades del DOF dolor se agravan con el estrés, por regla general, todos
proporcionan información valiosa para su diagnós- los dolores empeoran en situaciones de estrés/ansiedad
tico y, en ocasiones, perfilan con bastante precisión y con las alteraciones del sueño.
el cuadro clínico. De hecho, la mayoría de nosotros
entenderemos como correcta la definición de un Síntomas asociados
dolor muscular descrito como sordo, opresivo, con- Cualquier síntoma que refiera el paciente con DOF
tinuo, difuso, como tensión, etc., o de un dolor neu- deber ser recogido en la historia para su posterior estu-
ropático descrito como ardiente, frialdad, como dio, ya que puede estar relacionado con el proceso
calambre, sensación de hormigueo y de carácter doloroso o formar parte de otros cuadros concomitan-
diurno. Esta interpretación no resulta tan evidente tes, puesto que es frecuente la aparición simultánea
en los cuadros de dolor crónico en los que, inde- de diferentes cuadros de DOF. En especial habrá que
pendientemente del perfil inicial, aparecen síntomas interrogar al paciente sobre la presencia de:
de características neuropáticas, sobre todo pareste- • Síntomas sistémicos, sobre todo los relaciona-
sias, debido a la sensibilización que se produce en dos con cuadros de dolor generalizado y enfer-
el sistema nervioso central ante una estimulación medades reumáticas como poliartritis o polimio-
nociceptiva mantenida. sitis.
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Puesto que el dolor articular es de tipo múscu- dolor con intensidad suficiente para provocar la reti-
loesquelético se relaciona con la función, en espe- rada del paciente, alejándose del estímulo doloroso.
cial con las manipulaciones que incrementan la pre- Si sospechamos la existencia de puntos gatillo mus-
sión intracapsular. Aquellas maniobras que aumen- culares (Cap. 5), efectuaremos una palpación más
ten la presión, como el apretamiento dentario, aper- minuciosa de la masa muscular buscando nódulos y
tura forzada e, incluso, la manipulación pasiva con bandas tensas.
retrusión mandibular, aumentarán el dolor. Por el con- Al igual que en el dolor de origen articular, recu-
trario, las maniobras que reduzcan la presión, como rriremos a su provocación mediante manipulación
morder sobre un depresor lingual ubicado en mola- funcional. Un músculo sano no duele cuando se
res y premolares ipsilaterales al dolor, reducirán el contrae y tampoco cuando se estiran sus fibras, al
mismo. contrario de lo que ocurre cuando existe dolor mus-
cular. Así, por ejemplo, si el responsable del dolor
Muscular es el músculo masetero, deberá incrementarse el
Los músculos son uno de los orígenes más fre- dolor con el apretamiento dentario, porque se con-
cuentes de DOF por lo que su exploración es obliga- trae, y con la apertura bucal forzada, porque se dis-
da en todos los protocolos clínicos. De hecho, además tiende.
de la musculatura masticatoria se deben explorar otros Estas maniobras de manipulación funcional son
músculos craneocervicales y escapulares, debido a la aconsejables, sobre todo, para el estudio de los mús-
comorbilidad descrita para los procesos dolorosos en culos de difícil acceso mediante palpación directa, como
estas localizaciones. son los pterigoideos laterales o externos cuya palpa-
Recogeremos información sobre hipertonías, ción, además, resulta dolorosa en un porcentaje ele-
hipertrofias y asimetrías que pudieran tener este ori- vado de los individuos sanos.
gen y efectuaremos una palpación estandarizada de
las localizaciones musculares que elijamos, de forma Evaluación sensitiva y motora
simétrica y bilateral, valorando la sensibilidad/dolor En este apartado realizaremos una exploración bre-
por palpación de 0 a 3, donde 0 es no dolor y 3 es ve de los pares craneales para valorar la participación
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del sistema nervioso en el DOF, bien por la existen- mos para estudiar las estructuras bucales. También
cia de neuropatía periférica o debido a procesos cen- podemos recurrir a otras técnicas como las radiografí-
trales, como resultado de enfermedades autoinmunes, as anteroposteriores y laterales de cráneo y proyeccio-
degenerativas, vasculares o neoplásicas, etc., que, en nes especiales como las transcraneales oblicuas, para
muchas ocasiones, deberán descartarse utilizando téc- valorar las estructuras óseas articulares, o la de Waters
nicas de imagen. para el estudio de los senos.
Cada día utilizamos técnicas de imagen más sofis-
Bloqueos anestésicos diagnósticos ticadas que nos proporcionan una gran cantidad de
Como ya hemos mencionado, para diagnosticar información muy precisa acerca de los tejidos orofa-
el DOF se intenta provocar el dolor estimulando las ciales. La resonancia magnética (RM) nos permite
estructuras en las que aparentemente se origina. En visualizar con detalle los tejidos blandos, en especial
muchas ocasiones, para complementar la provocación, los músculo-esqueléticos, y el exudado inflamatorio.
efectuamos bloqueos anestésicos de estos mismos La tomografía computarizada (TC), en especial la de
tejidos puesto que, si son los responsables directos haz de cono corto, aporta información fidedigna pre-
del dolor, esta maniobra provocará su alivio o, al menos, ferentemente de las estructuras óseas y dentarias,
una reducción significativa. además de proporcionarnos imágenes tridimensio-
Cuando el dolor se origina en la mucosa oral o nales que facilitan sobremanera el diagnóstico. El uso
nasal bastará la aplicación de anestésicos tópicos para de estas técnicas es tan frecuente actualmente, que
conseguir su remisión. Cuando el dolor es de origen se han utilizado para establecer los criterios diagnós-
dentario o muscular, el bloqueo anestésico también ticos de algunos de los trastornos temporomandibu-
es bastante efectivo en el control del dolor y no siem- lares (Cap. 4).
pre es así en los dolores neuropáticos, en los que el En algunos pacientes con DOF habrá que recu-
bloqueo anestésico no suele ser concluyente, a excep- rrir al empleo de técnicas a las que el odontólogo no
ción del bloqueo de los puntos gatillo de las neural- tiene acceso directo, como los escáneres cerebrales,
gias paroxísticas, que sí evitan su desencadenamien- ecografías, angiorresonancias, etc., para descartar que
to. el dolor tenga un origen central.
Cuando el bloqueo anestésico no produce el efec-
to esperado, sobre todo en cuadros de dolor con un Estudios de laboratorio
componente muscular, habrá que pensar en la posi- Otra de las herramientas que el odontólogo tie-
bilidad de que el dolor sea secundario o referido des- ne que hacer habitual en su trabajo es la solicitud de
de otra estructura. En ese caso, el dolor sólo se ali- análisis clínicos que nos proporcionan información
viará si anestesiamos el origen real del dolor y no la sobre procesos relacionados con el DOF y que pue-
zona donde lo siente el paciente. den ayudarnos a establecer el diagnóstico diferencial
Recientemente se ha propuesto realizar bloqueo (Fig. 2).
anestésico en los pacientes con síndrome de boca
ardiente como elemento predictivo de la eficacia de la Estudios electrofisiológicos
terapia con clonazepam. Se han probado diferentes técnicas electrofisioló-
gicas para el diagnóstico del DOF, como la electromio-
grafía o la electroneurografía y, más recientemente, las
MÉTODOS COMPLEMENTARIOS pruebas de evaluación sensorial cuantitativa (QST, por
DE DIAGNÓSTICO sus siglas en inglés Quantitative Sensory Testing). Estos
métodos evalúan y cuantifican las funciones sensoria-
Técnicas de diagnóstico mediante imagen les y motoras en aquellos pacientes en los que sospe-
En la mayoría de los protocolos exploratorios de chamos daño o enfermedad neurológica. Todavía tie-
DOF se incluye la exploración radiológica rutinaria nen una utilidad limitada, aunque los estudios efec-
mediante una ortopantomografía. Además, podemos tuados con el QST están proporcionando datos pro-
utilizar cualquier tipo de radiología oral que necesite- metedores.
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FIGURA 2 Determinaciones analíticas de uso frecuente en el diagnóstico del DOF. VSG: Velocidad de sedimentación
globular.
se encuentra el descriptor “no dolor” y en el opuesto Dolor/Brief Pain Inventory). Estos cuestionarios per-
el de “máximo dolor imaginable”. El paciente coloca el miten evaluar diferentes componentes del dolor, apor-
punto entre los dos descriptores que más represente tándonos una información multidimensional mucho
su dolor. Algunas escalas agregan caras con distintos más completa, aunque requieren una mayor inver-
estados de ánimos, con la finalidad de ser utilizadas sión de tiempo.
en niños y discapacitados.
Cuestionarios específicos para TTM
Escalas numéricas y verbales Otro cuestionario diseñado como una escala mul-
Las escalas numéricas van graduadas de 0 a 10 o tidimensional específica para los TTM es el RDC/TMD
de 0 a 100. Al igual que en la EVA, el paciente seña- (Research Diagnostic Criteria for Temporomadibular
la el punto que más representa su dolor y pueden com- Disorders), en el que se recoge información sobre el
binarse con las escalas verbales nominales (no dolor, dolor, además de otros muchos aspectos relacionados
leve, moderado y severo). La elección de la escala a con los TTM. Es un cuestionario muy útil en investiga-
utilizar dependerá del clínico, de las características del ción específica sobre los TTM, pero de escaso valor en
paciente y/o de la investigación a realizar. el DOF en general.
Escalas multidimensionales
Existen distintos cuestionario diseñados para con- BIBLIOGRAFÍA
seguir una valoración más amplia del dolor, entre los 1. De Boever JA, Nilner M, Orthlieb J-D, Steenks MH.
más conocidos se encuentran el cuestionario de Recommendations by the EACD and Manegement
McGill y el CBD/BPI (Cuestionario Breve de of Patients with Temporomandibular Disorders and
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Orofacial Pain by the General Dental Practitioner. J 5. Okeson JP. Dolor Orofacial según Bell: Tratamiento
Orofac Pain. 2008;22:268:78. Clínico del Dolor Orofacial. 6ª ed. Barcelona: Quin-
2. De Leeuw R. Orofacial Pain: Guidelines for Assess- tessence; 2008.
ment, Diagnosis, and Manegement. 4ª ed. Chicago: 6. Okesson JP, Leeuw R. Differential Diagnosis of Tem-
Quintessence; 2008. poromandibular Disorders and Other Orofacial Pain
3. Bagán JV, Ceballos A, Bermejo-Fenoll A, Aguirre JM, Disorders. Dent Clin N Am. 2011;55:105-120.
Peñarrocha M. Medicina Oral. Barcelona: Masson; 7. Sharav Y, Benoliel R. Orofacial Pain & Headache. Edin-
1995. burgh: Mosby Elsevier; 2008.
4. Melzack R. The Short-form McGill Pain Questionnai- 8. Zakrzewska JM. Orofacial Pain. New York: Oxford Uni-
re. Pain. 1987;30:191-7. versity Press; 2009.
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3
DOLOR
DE ORIGEN DENTARIO
E. Bilbao Uriarte, E. Ginestal Gómez
Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares.
Servicio Clínica Odontológica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.
yatrogénico y aparezca tras procedimientos odontoló- co, etc. Igual que en las alteraciones anteriores, el dolor
gicos, entre los que cabe destacar el tallado de dien- puede desencadenarse mediante aplicación de estí-
tes vitales para prótesis fija y las obturaciones cerca- mulos térmicos, químicos y eléctricos, pero, en este
nas a pulpa. caso, también suele aparecer de forma espontánea y
se relaciona con el decúbito porque genera un incre-
Tipos de dolor pulpar mento en la presión intrapulpar.
Hipersensibilidad dentinaria. Aparece asociada a El dolor de la pulpitis irreversible es de intensidad
la caries dental, a restauraciones inadecuadas o a la expo- variable, puede llegar a ser muy intenso y es muy ver-
sición del tejido dentinario. Se caracteriza por dolor de sátil en su presentación (Tabla I). Suele caracterizar-
aparición aguda, de intensidad leve, de tipo profundo se por una localización muy difusa, por presentar perio-
y pobremente localizado, que se desencadena por agen- dos de remisión y porque no se mantiene en esta fase
tes externos como frío, calor, dulce o ácido y que cede mucho tiempo ya que progresa hacia la necrosis pul-
inmediatamente tras la retirada del estímulo. par, dando paso a un cuadro de dolor periodontal de
El diagnóstico clínico se basa en la identificación características diferentes. En ocasiones, en las piezas
de la causa del dolor mediante exploración directa y dentarias multirradiculares, se produce una necrosis
radiológica. También resulta muy útil para el diagnós- parcial, por lo que en alguno de sus conductos la pul-
tico la provocación del dolor mediante aplicación de pa será vital, generando sintomatología de pulpitis irre-
frío y/o calor sobre el diente afecto, que reproducirá versible, y en otros necrótica, provocando sintomato-
la sintomatología del paciente y presentará una res- logía periodontal y dando lugar a cuadros clínicos mix-
puesta hiperalgésica en comparación con los dientes tos.
utilizados como control. También podemos provocar el dolor mediante esti-
Pulpitis reversible. Es un proceso inflamatorio pul- mulación térmica y eléctrica pero, a diferencia de la
par que genera dolor agudo de corta duración asocia- pulpitis reversible, el dolor persiste tras la retirada del
do con la exposición a estímulos térmicos y químicos, estímulo. Si ya se ha producido la necrosis pulpar estos
sobre todo el frío y los alimentos dulces. Al tratarse de estímulos no provocan dolor y las pruebas de vitalidad
una situación reversible, la sintomatología también des- son negativas. El diagnóstico, al igual que en la hiper-
aparece con la retirada del estímulo, aunque si la infla- sensibilidad y en la pulpitis reversible, requiere la iden-
mación persiste se transforma, habitualmente, en una tificación del agente causal mediante la exploración clí-
pulpitis irreversible (Tabla I). nica y/o radiológica.
Podemos provocar el dolor mediante aplicación
de estímulos térmicos y/o eléctricos, con respuestas Tratamiento del dolor pulpar
similares a las descritas en la hipersensibilidad denti- Puesto que el dolor pulpar es producido por un
naria. El diagnóstico clínico se basa en la búsqueda de daño en las estructuras dentarias, el tratamiento irá diri-
la causa mediante exploración directa y radiológica. gido a la restauración de estos tejidos. En los casos
Pulpitis irreversible. En este cuadro el proceso más leves, como la hipersensibilidad y la pulpitis rever-
inflamatorio es irreversible y cursa con dolor de carac- sible, el tratamiento restaurador consistirá en la elimi-
terísticas muy variables, pudiendo presentarse como nación de caries o el empleo de agentes desensibili-
un dolor constante, intermitente, palpitante, paroxísti- zantes, mientras que en la pulpitis irreversible realiza-
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remos una pulpectomía o la extracción dentaria (Tabla TABLA II Tratamiento del dolor pulpar
II). Si la pulpitis irreversible se acompaña de un proce-
Pulpitis reversible
so infeccioso debemos efectuar tratamiento antibióti- • Agentes desensibilizantes
co utilizando amoxicilina + ácido clavulánico o clin- • Reemplazar restauraciones inadecuadas
• Eliminación de caries dental
damicina (Tabla VI, con los antibióticos de uso frecuen-
te en infecciones dentales). Pulpitis irreversible
• Tratamiento farmacológico con analgésicos,
Cuando la intensidad del dolor así lo requiera, casi AINE y/o antibióticos
siempre en pulpitis irreversibles, efectuaremos un tra- • Drenaje en tratamientos de urgencia
tamiento con fármacos analgésicos y/o antiinflamato- • Pulpectomía
• Extracción dentaria
rios no esteroideos (AINE) a dosis habituales. Si el uso
de estos fármacos no es suficiente utilizaremos anal-
gésicos opiáceos menores, siempre en asociación con las alteraciones periodontales (como gingivitis, enferme-
los AINE (Tabla III). dad periodontal crónica o la pericoronaritis en dientes
semierupcionados), trauma oclusal (relacionado con
prematuridades o sobrecargas masticatorias), fisuras o
DOLOR PERIODONTAL fracturas dentarias y periodontitis, resultado de la evolu-
El dolor periodontal se transmite principalmente ción de una pulpitis irreversible.
por las fibras mielínicas Aδ. Es un dolor somático pro- El dolor periodontal tiene con frecuencia un origen
fundo que se percibe bien localizado y cumple las yatrogénico y puede relacionarse con restauraciones
características descritas para el dolor somático en la dentarias en supraoclusión o con sobreobturaciones del
tabla II, del capítulo 1. Además, es un dolor de tipo canal radicular en un tratamiento de conductos.
músculo-esquelético, por lo que, a diferencia del dolor
pulpar, el dolor periodontal es gradual y percibido Tipos de dolor periodontal
por el paciente con intensidad proporcional al estímu- Periodontitis periapical aguda. Es una inflamación
lo aplicado. Se incrementa con la función masticatoria periapical, generalmente asociada con la evolución de un
y con la percusión dentaria, pero no responde a estí- proceso de pulpitis irreversible a necrosis pulpar, con infec-
mulos térmicos y/o químicos (Tabla IV). ción en la cámara pulpar que se expande por el foramen
El dolor periodontal se acompaña con frecuencia apical a los tejidos periodontales. Este cuadro cursa con
de periodontitis, con producción de exudado inflamato- dolor espontáneo y continuo, de intensidad moderada-
rio que puede provocar un desplazamiento dental den- severa y de localización precisa, aunque la mitad de los
tro del alveolo, generando una sensación de diente alto, pacientes presentan dolor difuso que se refiere a diferen-
maloclusión aguda y síntomas de trauma oclusal. tes estructuras de la cara. Los casos más severos pueden
cursar con sintomatología inflamatoria asociada a celuli-
Etiología del dolor periodontal tis y presencia de fiebre y malestar general.
Son muchas las posibles causas del dolor de origen Este dolor se incrementa con la masticación, ya
periodontal entre las que destacan, por su frecuencia, que el diente afectado está ligeramente extruido en su
alveolo y suele presentar movilidad vertical y hori- El dolor se incrementa con la percusión dentaria
zontal. Esta movilidad dentaria suele coincidir con la pero, como la pulpa suele ser vital, el diente también
presencia de radiolucidez periapical radiográfica, aun- responde a estímulos térmicos y eléctricos. Para com-
que en los estadios iniciales no se observan cambios pletar el diagnóstico es imprescindible efectuar un estu-
radiológicos. dio radiológico periodontal.
Para realizar el diagnóstico utilizamos pruebas de Pericoronaritis. Es otro tipo de infección perio-
provocación del dolor mediante percusión dentaria y dontal aguda que aparece en dientes semierupcio-
palpación de la zona vestibular periapical, además de nados y cubiertos parcialmente por tejido gingival.
una exploración radiológica. Al igual que ocurre en la Se produce por acumulación de detritus entre la coro-
pulpitis, especialmente en piezas dentarias multirradi- na del molar y el tejido gingival que la recubre o por
culares, en ocasiones la pulpa no está completamen- traumatismos sobre estos tejidos blandos.
te necrosada y el diente puede responder también a El diagnóstico de este proceso se basa en la clíni-
estímulos térmicos. ca. La localización más frecuente es la porción distal
Absceso periodontal lateral. Esta infección perio- de los terceros molares mandibulares por inflamación
dontal aguda se asocia con la presencia de bolsas pro- del opérculo, en el que se suelen observar identacio-
fundas características de la enfermedad periodontal nes de los dientes antagonistas. Los tejidos pericoro-
crónica. Se trata, por tanto, de la exacerbación de un narios presentan una coloración rojiza y edematosa
proceso crónico con aparición de un absceso perio- que, en ocasiones, puede acompañarse de supuración
dontal lateral e inflamación gingival aguda. gingival asociada a mal sabor de boca. Las formas más
El dolor que provoca el absceso es continuo, de severas se acompañan de limitación de la apertura
intensidad moderada, bien localizado y, como en la mandibular, fiebre y malestar general. El dolor se loca-
periodontitis periapical, el diente afecto puede presen- liza en el área inflamada pero, cuando es intenso, se
tar movilidad y estar extruido de su alveolo. En este refiere a zona auricular, garganta y el suelo de la boca,
caso, la lesión se localiza más coronalmente, por lo y se intensifica con la deglución y la masticación.
que la encía marginal se observa enrojecida, violácea
e hinchada con presencia de bolsa periodontal profun- Tratamiento del dolor periodontal
da que puede presentar supuración. Los casos más Las pautas de tratamiento del dolor periodontal
severos pueden dar lugar a un cuadro de celulitis con son similares a las ya descritas para el dolor pulpar,
fiebre y malestar general. con un apartado odontológico que pretende la reso-
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lución de los factores causales, y un apartado farma- TABLA V Tratamiento del dolor periodontal y
endoperiodontal
cológico dirigido al control del dolor y los procesos
infecciosos. Periodontitis apical aguda
• Drenaje y tratamiento antibiótico
El tratamiento de urgencia de la periodontitis peria- • Ajuste oclusal si existe trauma
pical aguda y del absceso periodontal lateral consisti- • Fármacos analgésicos
rá en el drenaje del absceso, así como la eliminación • Tratamiento de conductos
Absceso periodontal lateral
del contacto dentario prematuro si existiese dolor al
• Drenaje y tratamiento antibiótico
ocluir. Además, debemos efectuar el tratamiento de • Ajuste oclusal si existe trauma
conductos en la periodontitis periapical aguda y el ras- • Analgésicos para el dolor
• Raspado y alisado de bolsa periodontal
pado y alisado radicular en el caso del absceso perio-
• Irrigación de bolsa periodontal
dontal lateral. En la pericoronaritis realizaremos irriga-
Pericoronaritis
ción y, si resulta necesario, una resección del saco de • Irrigación del saco de erupción con antiséptico
erupción para posteriormente efectuar la extracción (clorhexidina 0,2%)
• Resección opérculo si fuese necesaria
dentaria (Tabla V).
• Tratamiento analgésico y antibiótico
El cuadro infeccioso lo trataremos con las pautas • Extracción diferida del cordal
antibióticas recogidas en la tabla VI, que son muy pare- Lesión endo-perio
cidas para las infecciones pulpares y periodontales. • Drenaje y tratamiento antibiótico
• Ajuste oclusal si existe trauma
Para el tratamiento del dolor utilizaremos los mismos
• Fármacos analgésicos
fármacos descritos en el apartado de dolor pulpar que • Tratamiento de conductos
figuran en la tabla III (para más información, consultar • Raspado y alisado radicular
Cap. 11 del manual). Fractura vertical
• Extracción dentaria
TABLA VII Examen clínico habitual para detectar/descartar dolor de origen dentario
ción. Es más frecuente en dientes desvitalizados, sobre de provocación y bloqueo anestésico son fundamen-
todo si se han efectuado restauraciones con pernos tales para diagnosticar estos cuadros clínicos. En todo
intrarradiculares. caso, dada la alta frecuencia del dolor dentario, es nece-
Cuando se inicia el cuadro con un diente fisurado, sario efectuar un examen clínico y radiográfico minu-
pero no fracturado, la clínica es insidiosa y no encontra- cioso para descartar el origen dentario del dolor antes
mos cambios clínicos ni radiográficos que la justifiquen. de pensar en causas no dentarias (Tablas VII y VIII).
En esta fase es fácil pensar que el dolor tiene un origen Si, a pesar de los datos obtenidos en la explora-
no odontogénico y también es frecuente que al pacien- ción y las pruebas complementarias, no observamos
te se le efectúe un tratamiento de conductos, a pesar ningún diente que pueda ser el causante del dolor,
de no existir datos clínicos o radiográficos que avalen debiéramos sopesar otras causas no odontogénicas:
esta terapia. Con el transcurso del tiempo aparecen una
bolsa periodontal profunda, adyacente a la fractura, y Dolor muscular
cambios radiográficos indicativos de la fractura. Los cuadros de dolor muscular son los que con
El dolor provocado por una fisura dental tiene ini- mayor frecuencia generan dolor referido a las estruc-
cialmente las características del dolor por hipersensibi- turas dentarias, en especial el dolor miofascial (Cap.
lidad dentinaria o pulpitis reversible. Posteriormente sue- 5). Algunos músculos se caracterizan porque sus patro-
le adoptar las características de una pulpitis irreversible nes de dolor referido involucran a los dientes, como
que desemboca en una periodontitis. los puntos gatillo ubicados en maseteros (a molares y
El diagnóstico no es fácil porque la clínica no es cla- premolares ipsilaterales), temporal (a la hemiarcada
ra y depende del estadio de evolución. Pueden propor- superior ipsilateral) y digástrico anterior (a los incisivos
cionarnos información las pruebas de vitalidad pulpar, inferiores).
la percusión sobre diferentes cúspides del diente y la En cuadros iniciales es fácil diferenciarlos porque
a transiluminación que facilita la identificación de la fisu- generan dolor de características músculo-esqueléticas:
ra ya que las radiografías, al menos en el inicio del pro- continuo, sordo, relacionado con la función, etc. Pero,
ceso, no ayudan en el diagnóstico. El tratamiento de la cuando el cuadro es crónico, los síntomas se hacen
fractura vertical será la extracción dentaria. mucho más variados. La propia cronicidad del cua-
dro debe hacernos sospechar que no se trata de un
dolor dentario.
DOLOR HETEROTÓPICO PERCIBIDO
EN EL DIENTE, DE ORIGEN NO DENTARIO Dolor neurovascular
Existen numerosas patologías no dentarias que Es frecuente que el dolor de la migraña llegue a
pueden generar dolor percibido en los dientes. Estos sentirse en los dientes y otras zonas de la cavidad oral,
dolores heterotópicos son frecuentes en la región oro- pero el resto de las características clínicas acompañan-
facial y se asocian a procesos de mediación central. Tal tes hacen relativamente fácil su diagnóstico. Benoliel y
y como hemos referido en el capítulo 2, las técnicas cols. (2008) agruparon determinadas cefaleas con carac-
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TABLA VIII Características clínicas de los diferentes cuadros de dolor percibido en el diente. PG: punto gatillo
terísticas neurovasculares, en las que el dolor comien- ocasiones, el paciente lo localiza con gran precisión en
za en la parte inferior de la cara, y las definieron como algún diente.
“dolor orofacial neurovascular”. Estos cuadros, que se
diferencian del dolor dentario porque son periódicos y Dolor mucoso
recurrentes, presentan las características de las cefaleas Las mucosas sinusal y nasal pueden generar dolor
trigémino-autonómicas descritas en el capítulo 8. Entre referido a las estructuras dentarias del maxilar superior
ellas, la que más puede parecerse a un dolor pulpar a través del hueso maxilar. El dolor originado en la
es la cefalea en racimos, que se manifiesta en crisis mucosa nasal puede acompañarse de signos autonó-
de dolor agrupadas, de intensidad severa y de localiza- micos y referirse como hiperalgesia en zona de pre-
ción en zona retroorbitaria y de premolares superiores. molares y molares superiores, por lo que puede con-
fundirse con un dolor de origen dentario.
Dolor neuropático La sinusitis maxilar se caracteriza por un dolor opre-
El dolor paroxístico de la neuralgia del trigémino sivo, sordo, de intensidad moderada, que puede acom-
puede ser confundido con la pulpitis irreversible por sus pañarse de secreción nasal y persiste varios días. No sue-
características (agudo, intenso, lancinante, paroxístico, le confundirse con un dolor dentario a no ser que exista
etc.), por su localización (puede referirse a los dien- una inflamación de la mucosa nasal y se modifiquen sus
tes) y por desencadenarse por estimulación de pun- características. La exploración y la radiología son funda-
tos gatillo periféricos como pueden ser los dientes. Aun- mentales para alcanzar un correcto diagnóstico.
que no es fácil confundir estos cuadros cuando están
establecidos, es muy frecuente que, cuando se presen- Dolor somatomorfo
ta como neuralgia pretrigeminal, se trate como un dolor Se trata de un trastorno de dolor cuya forma de
de origen dentario (Cap. 7). presentación, patrones de localización, características
En relación con los dolores neuropáticos continuos, clínicas, evolución y/o respuesta al tratamiento no son
que se caracterizan por ser crónicos, no debiéramos con- las esperadas (ver Aspectos psicológicos del dolor del
fundirlos con el dolor dentario salvo en sus inicios, ya que Cap. 10). No se trata de una simulación; el paciente
el dolor pulpar no tiene tendencia a la cronicidad. A pesar está convencido de su dolor y no existen parámetros
de ello, es muy frecuente que la odontalgia atípica sea concretos para su diagnóstico porque puede tener múl-
diagnosticada como un dolor pulpar porque, en muchas tiples formas de presentación clínica.
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4
TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES
I: DOLOR Y LIMITACIÓN FUNCIONAL
DE ORIGEN ARTICULAR
E. Ginestal Gómez1, D.A. Cortés Ramírez2, M. Ginestal Magdaleno1
1Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. 2Postgrado Master de Pato-
logía Oral. Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. Servicio Clínica Odontológica. Universi-
dad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.
TABLA III Diagnóstico clínico del DDSR agudo TABLA IV Diagnóstico clínico del DDSR crónico
Criterios diagnósticos de la AAOP Criterios diagnósticos de la AAOP
(deben cumplirse todos) (deben cumplirse todos)
• Marcada limitación persistente de la apertura (< 35 • Historia de aparición brusca de limitación de aper-
mm) de aparición brusca tura bucal
• Desviación en apertura hacia el lado afecto • TDI: desplazamiento del disco sin reducción
• Marcada limitación de la laterotrusión hacia el lado
contralateral (si la alteración es unilateral) Otros datos clínicos del DDSR crónico
• TDI: desplazamiento del disco sin reducción. Cam- • El dolor puede no estar presente y, en todo caso,
bios óseos ausentes o mínimos es mucho más leve que en la fase aguda
• Suele haber historia previa de ruidos articulares que
Otros datos clínicos del DDSR agudo desaparecen con el bloqueo
• Dolor por procesos inflamatorios acompañantes • Se produce una resolución progresiva de la limita-
• El dolor se incrementa con el aumento de Pi (aper- ción de movimientos a valores cercanos a la nor-
tura, apretamiento dentario, manipulación pasiva, etc.) malidad
• El paciente refiere con precisión cuándo se produ- • Cambios osteoartríticos con crepitación articular
ce el bloqueo
• Historia previa de ruidos articulares que desapare- Diagnóstico diferencial: osteoartritis, poliartritis,
cen con el bloqueo contractura miofibrótica, espasmo muscular, anquilo-
• Se pierde la resilencia articular (desaparece la sen- sis fibrosa, neoplasia
sación elástica final al forzar la apertura bucal) TDI: técnicas de diagnóstico por imagen.
• Puede producirse hiperoclusión homolateral por pér-
dida del disco. También posterior anoclusión homo-
lateral por edema articular
Desplazamiento discal
Diagnóstico diferencial: poliartritis, espasmo mus-
cular, capsulitis/sinovitis sin reducción (DDSR) en fase crónica
Es el mismo proceso pero, una vez terminada la
TDI: técnicas de diagnóstico por imagen. Pi: presión
intracapsular. fase aguda con mayor componente inflamatorio, el
cuadro se vuelve casi asintomático y la remodelación
articular suele facilitar una adaptación suficiente.
ción funcional, aparece también un segundo ruido en Los cuadros crónicos resultan más difíciles de diag-
la fase final de cierre, denominándose entonces “clic nosticar porque, al reducirse el volumen de los tejidos
recíproco”. En un estadio más avanzado de la enfer- blandos desplazados, la restricción del movimiento no
medad, el disco no recupera su posición en algunos es tan evidente, el dolor es menos frecuente y, ade-
movimientos mandibulares, produciéndose un “blo- más, pueden estar asociados a respuestas muscula-
queo mandibular” que reduce el propio paciente por res mediadas por el dolor, presentando una clínica muy
manipulación. Esta fase suele denominarse de blo- diferente a los DDSR en fase aguda (Tabla IV).
queo intermitente. Al abrir y cerrar en posiciones man-
dibulares cercanas al borde a borde incisal, el disco Progresión
suele mantenerse en posición funcional y sin ruidos. de los desplazamientos discales
Aunque comprendemos el carácter progresivo del
Desplazamiento discal deterioro de estas estructuras y la evolución de unos
sin reducción (DDSR) en fase aguda cuadros clínicos a otros más severos, no conocemos
Se produce por una mayor alteración en la anato- los mecanismos que determinan la progresión de la
mía del disco y los ligamentos, que provoca la pérdi- enfermedad. Por tanto, no somos capaces de selec-
da de articulación entre el disco y el cóndilo en posi- cionar aquellos pacientes que pudieran requerir tra-
ción de reposo. Debido a un deterioro progresivo de tamiento preventivo para evitar la evolución a cuadros
las láminas retrodiscales, los ligamentos discales y la clínicos degenerativos.
cápsula, junto con un mayor adelgazamiento del bor- Según los datos publicados, podríamos conside-
de posterior del disco, el paciente ya no puede redu- rar factores de riesgo para la enfermedad articular los
cir la articulación y el disco queda desplazado de for- hábitos parafuncionales –en especial el bruxismo–, las
ma definitiva, apoyándose el cóndilo sobre los tejidos clases II esqueléticas –en especial las subdivisiones
blandos retrodiscales (Tabla III). 2–, hiperbalances oclusales, deslizamientos mandibu-
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TABLA V Diagnóstico clínico de la luxación de la ATM B. Tratamiento antiinflamatorio: en principio con AINE
Criterios diagnósticos de la AAOP vía oral. También se utilizan corticoides aplicados
(deben cumplirse todos) mediante ionto o fonoforesis.
• Incapacidad para cerrar la boca sin manipulación
específica C. Dispositivos ortopédicos: generalmente férulas de
• Evidencia radiográfica de ubicación condilar por estabilización, salvo en casos de DDCR y episo-
delante de la eminencia articular del temporal dios de bloqueo intermitente o en DDSR de cor-
Otros datos clínicos de luxación ta evolución –bloqueos articulares de una o dos
• Frecuentes antecedentes previos de luxación y/o semanas como mucho– y que podamos reducir.
hipermovilidad
• Dolor residual por presión sobre estructuras blan- En estos cuadros comenzaremos el tratamiento
das tras la reducción con una férula de reposicionamiento anterior, de
• Suele asociarse a un movimiento de apertura bucal uso preferente a tiempo parcial, aunque los pri-
amplio (bostezo, tratamiento dental, etc.)
meros días puede mantenerse 24 horas.
Diagnóstico diferencial: fractura mandibular. D. Tratamiento de apoyo: dieta blanda, reposo rela-
tivo, etc.
lares RC-PMI > 2-3 mm, eminencia articular del tem- E. Tratamiento físico: calor húmedo o crioterapia y
poral muy inclinada y/o en forma de V invertida, cón- técnicas de relajación. TENS, ultrasonidos, etc.
dilos muy planos y laxitud articular. A pesar de ello, de F. Infiltración intraarticular con corticoides: útiles cuan-
momento no contamos con datos suficientes que jus- do el dolor articular no cede. Se aplican espacia-
tifiquen el tratamiento preventivo en aquellos pacien- das (máximo 3 sesiones en dos meses).
tes que se encuentran en fases iniciales de altera- G. Ejercicios de fisioterapia: para recuperar y/o man-
ción en la relación cóndilo-disco y presentan algunos tener la función a medio plazo.
de estos factores de riesgo. En los pocos estudios lon- H. Tratamiento quirúrgico: en casos refractarios al tra-
gitudinales que se han efectuado, sólo una pequeña tamiento conservador (< 5%). Se pueden utilizar
parte de los DDCR evolucionan a DDSR. artrocentesis, artroscopia, artrotomía (con plicatu-
De hecho, en el estudio de las alteraciones de la ra del disco o discectomía) o artroplastia. Salvo
ATM cada vez se da más importancia a otros factores la técnica más simple de ellas, la artrocentesis, el
biomecánicos y a los cambios bioquímicos relaciona- resto debe restringirse a muy pocos casos con indi-
dos con el dolor que a la posición del disco, que no caciones muy concretas debido a sus posibles
parece ser un indicativo preciso de la aparición de pato- complicaciones.
logía ni de la evolución de estos cuadros articulares. I. Tratamiento etiológico: en pacientes en los que su
situación funcional así lo aconseje. Por ejemplo,
Tratamiento en casos de inestabilidad oclusal manifiesta o alte-
de los desplazamientos discales raciones posturales graves.
Como regla general, los desplazamientos discales
con reducción que cursan sin dolor y sin episodios de
limitación funcional no se deben tratar. El tratamien- LUXACIÓN DE LA ATM (LUXACIÓN
to inicial se dirige a la eliminación del dolor y la restau- ESPONTÁNEA O BLOQUEO ABIERTO)
ración de la capacidad funcional. Cuando se identifica Se pierde la relación anatómica entre el cóndilo
un claro factor etiológico también hay que efectuar, y el disco debido a una hiperextensión de la articu-
si resulta factible, un tratamiento del mismo. Es con- lación. El paciente se queda con la boca abierta y no
veniente explicar al paciente el origen de los ruidos, puede cerrarla. Normalmente el disco se luxa hacia
sus posibles causas y el pronóstico de su dolencia: delante, aunque también puede quedar detrás del
A. Consejo y orientación: en los casos más leves sue- cóndilo.
le ser el tratamiento más efectivo. El paciente se Suele estar relacionada con la existencia de deter-
tranquiliza si comprende el origen y la evolución minadas características anatómicas articulares, como
de su enfermedad. También puede evitar posibles pendiente articular posterior corta e inclinada con cres-
factores etiológicos como las parafunciones. ta prominente, que dan lugar a un movimiento brus-
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TABLA VIII Afectación de la ATM en poliartropatías. Determinaciones analíticas que nos ayudan en el diagnóstico
tación funcional que hubiere. En el caso de las osteoar- centesis o artroscopia y los casos severos con cirugía
tritis primarias, la evolución suele ser benigna y, en bas- abierta (Tabla X).
tantes casos, no será necesario efectuar un tratamiento El tratamiento fundamental de la anquilosis es el pre-
específico salvo que el paciente lo requiera por su sin- ventivo. En este sentido es necesario establecer tratamien-
tomatología. Si resultase conveniente establecer un tra- to fisioterápico pre y postquirúrgico en cualquier proce-
tamiento, las pautas serán similares a las descritas para dimiento quirúrgico articular y movilizar la articulación de
las sinovitis y capsulitis. En las osteoartritis secundarias forma temprana en los traumatismos o tras procesos de
habrá que tratar, además, el factor causal. poliartritis o infecciones con repercusión en las ATM. Si
la movilización resulta dolorosa hay que valorar posponer
el tratamiento o efectuar tratamiento sintomático con AINE
ANQUILOSIS ARTICULAR y comenzar la movilización articular (Fig. 2).
La formación de adherencias entre el disco y las
superficies óseas articulares provoca cuadros de limi-
tación funcional. Como factores causales de estas for- BIBLIOGRAFÍA
maciones fibrosas se han descrito la carga estática pro- 1. Bermejo-Fenoll A. Desórdenes temporomandibu-
longada nocturna, macrotraumas, infecciones, poliar- lares. Madrid: Science Tools; 2008.
tritis y también puede ser el resultado de una interven- 2. De Leeuw R. Orofacial Pain: Guidelines for Assess-
ción quirúrgica en la zona. ment, Diagnosis, and Manegement. 4ª ed. Chica-
Es frecuente la formación de adherencias noc- go: Quintessence; 2008.
turnas por carga estática de apretamiento que gene- 3. McNeill C. Temporomandibular Disorders: Guide-
ran limitación del movimiento, que se resuelve al for- lines for Assessment, Diagnosis, and Manegement.
zar la apertura con ruido audible por el paciente. Cuan- 2ª ed. Chicago: Quintessence; 1993.
4. Nitzan D, Benoliel R, Heir G, Dolwick F. Dolor y dis-
do estas adherencias no se resuelven y provocan cam-
función de la articulación temporomandibular. In
bios fibróticos en la cápsula articular dan lugar a la
Sharav Y, Benoliel R (eds.). Dolor orofacial y cefa-
anquilosis fibrosa. Son frecuentes las adhesiones fibro-
lea. Edinburgh: Mosby Elsevier; 2008.
sas entre el disco y la superficie articular del tempo-
5. Okeson JP. Dolor Orofacial según Bell: Tratamien-
ral que inmovilizan el disco y restringen el movimien-
to Clínico del Dolor Orofacial. 6ª ed. Barcelona:
to al impedir la traslación discal. Quintessence; 2008.
En ocasiones, las estructuras se osifican, uniéndo- 6. Okeson JP. Tratamiento de oclusión y afecciones
se las superficies articulares mandibular y temporal, temporomandibulares. 6ª ed. Barcelona: Elsevier
provocando una anquilosis ósea. Mosby; 2008.
El síntoma fundamental es la limitación funcio- 7. Scrivani SJ, Keith DA. Temporomandibular disor-
nal ya que suelen ser procesos indoloros. Por ello, sólo ders. N Engl J Med. 2008;359:2693-705.
vamos a indicar su tratamiento en casos de incapaci- 8. Zakrzewska JM. Orofacial Pain. New York: Oxford
dad funcional manifiesta, que serán tratados con artro- University Press; 2009.
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5
TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES II:
DOLOR Y LIMITACIÓN FUNCIONAL
DE ORIGEN MUSCULAR
D.A. Cortés Ramírez1, M. Ginestal Magdaleno2, E. Ginestal Gómez2
1Postgrado Master de Patología Oral. 2Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos
TABLA I Apartado 11.7.2 de la clasificación IHS, TABLA II Diagnóstico clínico de mialgia local
desarrollado por la AAOP
Criterios diagnósticos de mialgia local
Trastornos musculares incluidos (AAOP, deben cumplirse todos)
en la clasificación de la AAOP • Dolor regional sordo durante la función del múscu-
• Mialgia local lo afectado
• Dolor miofascial • Ausencia o mínimo dolor en reposo
• Mialgia de mediación central • Sensibilidad muscular local a la palpación
• Mioespasmo • Ausencia de puntos gatillo y patrones de dolor refe-
• Miositis rido
• Contractura miofibrótica
• Neoplasia Otros datos clínicos
• Rigidez muscular
• Sensación de debilidad
• Fatiga con la función
TABLA III Diagnóstico clínico del DMF • Sensación de limitación funcional que se resuelve
Criterios diagnósticos de DMF forzando el movimiento
(AAOP, deben cumplirse todos) Diagnóstico diferencial: miositis, dolor miofascial,
• Dolor regional sordo en reposo capsulitis/sinovitis, neoplasia
• El dolor se agrava con la función del músculo afec-
tado
• La provocación de los PGM, al ser palpados den- TABLA IV Diagnóstico clínico de mialgia de media-
tro de una banda tensa o fascia, modifica la inten- ción central
sidad del dolor y suele revelar un patrón de dolor
referido Criterios diagnósticos de mialgia mediación central
• Se consigue una reducción del dolor > 50% con la (AAOP, deben cumplirse todos)
aplicación de spray refrigerante o inyección de anes- • Historia de dolor muscular prolongado y continuo
tésico local en los PGM, seguido de estiramiento • Dolor regional sordo en reposo
muscular • El dolor se agrava con la función del músculo afec-
tado
Otros datos clínicos del DMF • El dolor se incrementa con la palpación
• Rigidez muscular
• Reducción de la capacidad funcional Otros datos clínicos de mialgia de mediación central
• Maloclusión subjetiva • Suele coexistir con el DMF y, por ello, presenta las
• No suele cruzar la línea media características descritas para este cuadro.
• Posibilidad de síntomas óticos, odontológicos, cefale- • Son muy frecuentes las manifestaciones neurológi-
as, etc. cas o autonómicas, sobre todo la hiperalgesia que
• Frecuentes efectos excitatorios centrales como hipe- le caracteriza.
ralgesia • Reducción de la capacidad funcional secundaria al
dolor.
Diagnóstico diferencial: miositis, mialgia local, oste-
oartritis, fibromialgia, odontalgia, cefaleas tensionales, dolo- Diagnóstico diferencial: miositis, osteoartritis, fibro-
res neuropáticos paroxísticos y continuos, neoplasia mialgia, neoplasia.
crónicos. Además, suele existir disfunción que pue- no excluye la presencia de otros cuadros clínicos. Por
de expresarse como tirantez, debilidad, rigidez y/o ello, es fundamental efectuar una minuciosa interpre-
acortamiento muscular. tación semiológica en cada caso y adquirir una expe-
Aunque existen diferentes clasificaciones, vamos riencia clínica suficiente en este campo.
a seguir la elaborada por la International Headache Al igual que en el capítulo anterior, no vamos a
Society (IHS) y la American Academy of Orofacial Pain referirnos a las alteraciones neoplásicas, cuya clínica
(AAOP) que, en términos generales, homogeniza la va a depender del tipo de tumor y de su localización,
nomenclatura más utilizada y mantiene cuadros clíni- pudiendo ser muy dispar. En todo caso, siempre hemos
cos controvertidos como el dolor miofascial (Tabla I). de tener en cuenta estos procesos al efectuar un diag-
Además, se comentará brevemente la asociación entre nóstico diferencial.
TTM y determinados cuadros de dolor sistémico. Puesto que los métodos terapéuticos que utiliza-
Es importante tener en cuenta que pueden coe- mos pueden ser comunes a diferentes cuadros clínicos,
xistir diferentes tipos de dolor muscular, por lo que la agruparemos los tratamientos para explicarlos de forma
concurrencia de determinados criterios diagnósticos esquemática al final del capítulo (Tablas VIII y IX).
Final:Maquetación 1 18/11/11 16:18 Página 35
contracción mantenida sería la responsable del acú- El DMF puede mimetizar la mayoría de los cua-
mulo de mediadores inflamatorios, el dolor primario dros de dolor orofacial, por lo que es una posibilidad
o local, la emisión continuada de información noci- a tener en cuenta al efectuar el diagnóstico diferencial,
ceptiva y la posterior sensibilización del sistema ner- en especial si las características clínicas del dolor y los
vioso central, lo que explicaría la aparición de dolor síntomas acompañantes no están bien definidos.
secundario o referido. El objetivo del tratamiento es la resolución de los
La aparición del dolor referido que caracteriza al PGM o, al menos, que desaparezca el dolor referi-
DMF se debe a la convergencia de la información sen- do que generan. Se han descrito muchos procedi-
sitiva del trigémino con la procedente de los pares cra- mientos terapéuticos para el tratamiento del DMF:
neales VII, IX y X, y de la musculatura cervical (C1-C4). farmacológicos, aplicación de electromedicina, técni-
Esta convergencia sensorial en las neuronas de segun- cas fisioterapéuticas, infiltración/punción de los PGM,
do orden del tracto espinal del trigémino favorece que, etc. (Tabla IX). Los resultados de los estudios clínicos
en situaciones de sobrecarga de estímulos nocicepti- efectuados no han aportado datos concluyentes que
vos, el dolor no se sienta en la zona en la que se ori- nos permitan priorizar las diferentes herramientas
gina, sino en otras zonas distantes que comparten inter- terapéuticas.
neurona con la zona dolorida. En esta situación, el
paciente refiere dolor en una zona alejada a su origen
y el clínico debe ser capaz de identificarlo como un MIALGIA DE MEDIACIÓN
dolor secundario. CENTRAL (IHS 11.7.2.3)
Como cada músculo tiene un patrón de dolor refe- Se trata de un trastorno muscular doloroso cróni-
rido constante –en las mismas localizaciones topográ- co y difuso, originado en el sistema nervioso central
ficas–, para diagnosticar un cuadro de DMF es nece- y percibido a nivel muscular. Los rasgos clínicos son
sario reproducir el dolor por presión sobre los PGM. Si muy similares a los de la miositis, por lo que tam-
se reproduce el dolor presionando un PGM determi- bién se ha llamado miositis crónica, aunque no pre-
nado, para completar el diagnóstico, efectuaremos un senta los signos propios de la inflamación. La mialgia
bloqueo anestésico del mismo PGM (Tabla III). De esta de mediación central y el dolor miofascial de larga dura-
forma, si el PGM es el responsable del dolor, la infil- ción se han englobado utilizando el término de “dolor
tración hará que éste desaparezca o se reduzca con- orofacial muscular persistente” (Benoliel y cols., 2011),
siderablemente (> 50%). ya que ni las características clínicas ni los criterios diag-
Final:Maquetación 1 18/11/11 16:18 Página 37
nósticos que utilizamos nos sirven para diferenciar cla- medad es la continuidad del dolor, sobre todo si se
ramente estos cuadros de dolor muscular crónico. mantiene sin períodos de remisión, más que por la
La aparición de este tipo de mialgia está relacio- propia duración del cuadro doloroso.
nada con la sensibilización del sistema nervioso debida Este dolor muestra características de dolor mus-
a un incremento en la aferencia de información sensi- cular, pero también de dolor neuropático debido a los
tiva, especialmente nociceptiva. Uno de los mecanis- procesos de sensibilización que lo acompañan. Sue-
mos involucrados es la inflamación neurogénica que le presentarse como un dolor sordo, a veces queman-
acompaña a la sensibilización de las neuronas aferen- te, constante y prolongado en reposo, que se agrava
tes primarias, con liberación de mediadores inflamato- con la función o por cualquier factor que provoque
rios, como la sustancia P, en los tejidos periféricos. Tam- excitación del SNC como es el estrés (Tabla IV).
bién son frecuentes los procesos de sensibilización cen- Además de otras medidas terapéuticas habituales
tral que involucran a las interneuronas y que son los res- en el dolor de origen muscular, en la mialgia de media-
ponsables de la aparición de dolor secundario. ción central va a tener especial relevancia el tratamien-
La mialgia mediada centralmente puede ser cau- to farmacológico con sustancias que incrementan el
sada por cualquier proceso que genere una entrada umbral al dolor y ayudan a restaurar la modulación de
continua de información nociceptiva hacia el SNC, la información periférica (Tabla IX). En todo caso, la reso-
como, por ejemplo, otros cuadros musculares como lución de este proceso es lenta y no siempre comple-
miositis, mialgia local continuada, dolor miofascial, etc. ta, y así hay que explicárselo al paciente antes de comen-
El factor fundamental para el desarrollo de esta enfer- zar el tratamiento para no generar falsas expectativas.
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6
DOLOR MUCOGINGIVAL Y LINGUAL
A. Eguia del Valle, J.M. Aguirre Urizar
Unidad de Medicina Bucal. Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. Servicio Clínica Odon-
tológica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.
TABLA I Características principales del dolor submucosa. El dolor en estos casos es proporcional
mucogingival
tanto a la extensión como a la profundidad del área
• Forma de presentación: Aguda afectada. La presencia de una erosión o una ulcera-
• Duración: Días/Semanas
• Edad: Cualquiera ción dolorosa es, después del dolor odontogénico, una
• Intensidad: Leve /Moderada de las causas de consulta más habituales en la prác-
• Localización: Precisa tica odontológica. En ocasiones el agente causal no es
• Patrón: Continuo. Diurno
• Frecuencia: Continua tan intenso como para producir una pérdida de con-
• Irradiación: No tinuidad en el epitelio, o al menos esta no es eviden-
• Carácter: Vivo. Punzante. Ardiente. Rápido te durante las primeras fases. En estos casos una explo-
• Umbral de estímulo: Bajo
• Graduación de intensidad: Muy escalonado ración minuciosa es fundamental para hallar otros indi-
• Desencadenante: Contacto. Presión cios como hiperemia o inflamación de la zona y poder
• Posibilidad de bloqueo anestésico: Sí así establecer el diagnóstico diferencial de una forma
• Fenómenos autónomos acompañantes: No
más precisa. La búsqueda de una relación causa-efec-
to es siempre un elemento fundamental tanto para el
matorios, capaces de desencadenar repuestas doloro- diagnóstico como para el tratamiento.
sas de intensidad variable, desde un leve malestar has- El diagnóstico diferencial principal de la úlcera trau-
ta un dolor severo. mática debe realizarse con el cáncer oral. Ante cual-
El dolor mucogingival puede ser el resultado, entre quier ulceración en la boca que no mejore en 15 días,
otras causas, de un traumatismo, una agresión quími- tras eliminar la causa que aparentemente la provoca-
ca, una respuesta alérgica, una infección local o inclu- ba, debe realizarse una biopsia.
so un fenómeno inflamatorio autoinmune. A estos pro-
cesos los podemos clasificar en:
1. Lesiones reactivas. ENFERMEDADES ALÉRGICAS
2. Enfermedades alérgicas. Los fenómenos de carácter alérgico, que pueden
3. Reacciones a fármacos. manifestarse en la cavidad oral como molestias o dolor
4. Infecciones: víricas, bacterianas (especificas y no generalizado, no son muy frecuentes. Entre ellos se
especificas), micóticas y parasitarias. encuentran las estomatitis por contacto provocadas por
5. Enfermedades inmunológicas de la mucosa. alimentos, por productos de higiene oral o por mate-
6. Aftas. Estomatitis aftosa recurrente. riales de restauración o protésicos. Se originan median-
7. Desórdenes orales potencialmente malignos. Cán- te un mecanismo de hipersensibilidad retardada y clí-
cer oral. nicamente se manifiestan 2 o 3 días después del con-
8. Otros procesos. tacto con el alérgeno. El dolor normalmente se acom-
paña de signos objetivos de alteración tisular (eritema,
erosión, etc.) en la zona donde se produjo o existe el
LESIONES REACTIVAS contacto y la causa se puede determinar con la histo-
Dentro de las lesiones reactivas de la mucosa oral, ria clínica. No obstante, en ausencia de manifestacio-
las producidas por agentes mecánicos son las más nes clínicas claras, el diagnóstico puede resultar dificul-
habituales. El roce contra una superficie afilada, un toso y controvertido. El tratamiento de estos procesos
diente roto, un elemento protésico o un alimento duro, incluye la retirada del agente alergizante, así como la
constituyen la etiología más habitual de lesiones ero- administración de antihistamínicos o corticoides.
sivas y ulceradas en la mucosa oral que, por lo gene-
ral, son muy dolorosas. Los agentes físicos, el calor y
el frío, o químicos, el contacto mantenido con sustan- REACCIONES A FÁRMACOS
cias con un pH muy ácido o alcalino son también capa- La lista de fármacos con capacidad potencial para
ces de producir, aunque con menor frecuencia que los provocar reacciones adversas a nivel oral es muy exten-
anteriores, pérdidas de continuidad en la mucosa oral sa. Tras la administración de algunos antibióticos, antiin-
que dejan expuestos los terminales nerviosos de la flamatorios, quimioterápicos, antipsicóticos, etc, se han
Final:Maquetación 1 18/11/11 16:18 Página 43
descrito diversos cuadros clínicos que van desde sim- TABLA II Viriasis que cursan con ulceraciones
orales
ples ulceraciones hasta cuadros graves, como el sín-
drome de Stevens-Johnson. Numerosos casos de glo- Enfermedad oral Virus causante
sodínia o estomatodínia sin cambios clínicos reseña- Gingivoestomatitis Herpes simple
herpética
bles han sido relacionados con la utilización de fárma-
Herpes recurrente Herpes simple
cos antidepresivos, ansiolíticos, etc. No obstante, es (labial/intraoral)
controvertida la clasificación de estos cuadros dolo- Varicela Herpes varicela-zoster
rosos y si su acción es de carácter periférico o central. Herpes zoster Herpes varicela-zoster
Herpangina Coxackie
Enfermedad pie-mano-boca Coxackie
INFECCIONES Infección por citomegalovirus Citomegalovirus
Infecciones víricas
Las infecciones víricas producen generalmente graves y en pacientes inmunocomprometidos se
lesiones múltiples en la cavidad bucal, por lo que el emplean antivíricos.
dolor somático superficial que provocan es habitual-
mente de tipo generalizado (Tabla II). La inflamación Infecciones bacterianas
con vesiculización y posterior ulceración mucosa hacen La gingivitis asociada a placa bacteriana es el pro-
obvia la causa del dolor. La infección por el virus del ceso infeccioso más común en la cavidad bucal. En el
herpes simple es la más común de las infecciones víri- seno de la placa proliferan diferentes microorganis-
cas orales ulcerativas. Tras la primoinfección (gingivo- mos, sin que se haya podido identificar específicamen-
estomatitis primaria), este virus tiene la capacidad de te a ninguno de ellos como responsable último de la
emigrar a través de las terminaciones nerviosas sensi- enfermedad. Clínicamente se caracteriza por inflama-
tivas de la piel y mucosas y acantonarse en los cuer- ción gingival difusa, enrojecimiento y sangrado espon-
pos ganglionares. Posteriormente se puede reactivar táneo o al mínimo contacto. El dolor que provoca pue-
por múltiples estímulos como: fiebre, trauma o expo- de tener una intensidad variable, generalmente pro-
sición solar, infectando de nuevo las células epiteliales porcional al grado de afectación y con un carácter gene-
y causando infecciones recurrentes (tanto labiales como ralizado pero confinado a la encía. Una forma especial
intraorales) con una afectación de intensidad y sinto- de gingivitis bacteriana que cursa de forma aguda y
matología dolorosa variables. con gran dolor es la gingivitis ulceronecrosante, aso-
El virus herpes varicela-zoster actúa de un modo ciada a situaciones debilitantes y tabaquismo.
similar, con una primoinfección (varicela) y posterior- La evolución de la gingivitis con afectación de las
mente en individuos inmunocompetentes el virus se estructuras de soporte dentario condiciona la perio-
mantiene en un estado de latencia en los cuerpos gan- dontitis, que presenta signos y síntomas característicos
glionares. En situaciones de inmunosupresión, gene- del dolor periodontal y dentario, propios del dolor somá-
ral o focal, el virus es capaz de reactivarse causando lo tico profundo. De forma similar ocurre en el otro gran
que se conoce como herpes zoster en relación con un grupo de infecciones bacterianas inespecíficas buca-
trayecto nervioso. En el área orofacial, siguiendo la tra- les, el cual lo constituyen principalmente las infeccio-
yectoria de una o varias ramas del trigémino. Esta reac- nes odontogénicas secundarias a pulpitis (Tabla III).
tivación afecta estructuras más profundas, por lo que Las infecciones bacterianas orales específicas, como
se acompaña de un intenso dolor somático profun- la tuberculosis o la sífilis, son poco frecuentes y pue-
do y puede ser el origen de cuadros de dolor neuro- den cursar con úlceras profundas que, en ocasiones,
pático posterior, en lo que se conoce como neuralgia son indoloras debido a la destrucción progresiva de
postherpética, difíciles de controlar en ocasiones. receptores nociceptivos. Estas úlceras exigen un correc-
Por lo general la mayor parte de las infecciones to diagnóstico diferencial con procesos malignos (cán-
víricas orales son autolimitadas y únicamente requie- cer oral) y en su tratamiento se emplean diferentes
ren un tratamiento sintomático. En los procesos más combinaciones de antibióticos.
Final:Maquetación 1 18/11/11 16:18 Página 44
TABLA III Diagnóstico diferencial resumido entre el dolor mucogingival, pulpar y periodontal
Los desórdenes orales potencialmente malignos más quemazón, escozor, ardor, picor, sequedad, disgeusia
frecuentes en nuestro medio son la leucoplasia oral y la o dolor en la cavidad bucal (preferentemente en la
enfermedad liquenoide oral. Las leucoplasias no suelen lengua), con una mucosa clínicamente normal sin alte-
doler excepto cuando se trata de una eritroleucoplasia o raciones. Clásicamente se le ha incluido en el aparta-
está sobreinfectada por Candida. La enfermedad lique- do del dolor somático superficial, a pesar de sus carac-
noide oral con lesiones papulares tampoco suele doler terísticas atípicas, aunque actualmente muchos casos
por lo general, aunque sí lo hace cuando existen lesio- son considerados como un dolor neuropático. Presen-
nes erosivas o ulcerativas. Ante el diagnóstico de un des- ta una etiopatogenia multifactorial que todavía no ha
órden oral potencialmente maligno es preceptivo reali- sido totalmente aclarada, en la que intervendrían fac-
zar siempre una biopsia para confirmar el diagnóstico y tores neurogénicos, hormonales, psicológicos, etc. Este
descartar la presencia de displasia epitelial. síndrome sigue siendo un proceso difícil de diagnos-
El cáncer oral produce un dolor somático visceral ticar y tratar, aunque en un porcentaje de casos se solu-
y lo hace en virtud a mecanismos mecánicos, inflama- ciona solo. No existe un tratamiento universal y algu-
torios y neuropáticos. En el proceso inflamatorio aso- nos casos responden al clonazepan.
ciado intervienen diferentes mediadores capaces de
condicionar dolor: prostaglandinas, óxido nítrico, cito-
quinas, endotelinas, acidosis tisular, factor de necrosis BIBLIOGRAFÍA
tumoral, etc. El dolor orofacial en el cáncer oral no se 1. Bagán JV. Medicina Bucal. Valencia: Medicina Oral
circunscribe al provocado por el tumor, sino que tiene SL; 2008.
mucha relevancia en relación con el tratamiento anti- 2. Bagán JV, Ceballos A, Bermejo A, Aguirre JM, Peña-
neoplásico, de tal modo que se considera que el 50% rrocha M. Medicina Oral. Barcelona: Masson; 1995.
de los pacientes presentan dolor antes del tratamien- 3. Okeson JP. Dolor Orofacial según Bell: Tratamien-
to y un 36% a los 6 meses tras la terapia. to Clínico del Dolor Orofacial. 6ª ed. Barcelona:
El tratamiento del dolor asociado al cáncer oral es Quintessence; 2008.
múltiple con analgésicos de diferente poder incluyen- 4. Peñarrocha M. Dolor orofacial: Etiología, diagnós-
tico y tratamiento. Barcelona: Masson; 1997.
do opiáceos, antiinflamatorios, terapia antidepresiva
5. Epstein JB, Elad S, Eliav E, Jurevic R, Benoliel R.
y terapia de apoyo psicológico.
Orofacial pain in cancer: part II--clinical perspecti-
ves and management. J Dent Res. 2007;86:506-
18.
OTROS PROCESOS
6. Epstein JB, Hong C, Logan RM, Barasch A, Gordon
El síndrome de boca ardiente o estomatodinia SM, Oberle-Edwards L et al. A systematic review
es una compleja patología dolorosa muy frecuente, of orofacial pain in patients receiving cancer the-
que se caracteriza por la aparición de síntomas como rapy. Support Care Cancer. 2010;18:1023-31.
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7
DOLOR NEUROPÁTICO
A. Eguía del Valle1, R. Martínez-Conde Llamosas1, E. Ginestal Gómez2
1Unidad de Medicina Oral y Unidad de Patología Oral y Maxilofacial. 2Unidad de Dolor Oro-
tamientos odontológicos innecesarios antes de pre- TABLA III Relación de fármacos antiepilépticos
por orden de eficacia en la NT
sentar una clínica evidente de NT.
En aproximadamente un 30% de los pacientes el Tratamiento farmacológico de la NT
cuadro clínico no es tan característico, presentan sín- Carbamazepina . . . . . . . . . . . . . . . 100-2.400 mg/día
Oxcarbazepina. . . . . . . . . . . . . . . . 300-2.400 mg/día
tomas atípicos tales como ataques más duraderos,
Lamotrigina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400-500 mg/día
dolor residual entre los ataques, aparición nocturna del Baclofeno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40-80 mg/día
dolor, etc. A esta neuralgia se la ha denominado neu- Gabapentina . . . . . . . . . . . . . . . . . 900-3.600 mg/día
Pregabalina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 300-600 mg/día
ralgia atípica del trigémino, aunque este término no
Topiramato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100-600 mg/día
está aceptado por la IHS.
En los pacientes con NT se debe realizar siem-
pre un estudio de tomografía computarizada y/o reso- cifrada en un 0,5%, aunque depende de la experien-
nancia magnética para descartar patologías asocia- cia del cirujano.
das o compresión vascular en el trayecto del nervio.
Es necesario efectuar una exploración cuidadosa de Neuralgia del glosofaríngeo (IHS 13.2)
los pares craneales y también una buena exploración La neuralgia esencial del glosofaríngeo (NG) es
odontológica, ya que más de la tercera parte de los entre 50 y 100 veces menos común que la del trigé-
pacientes con NT han sido sometidos a sucesivos tra- mino. Como el resto de las neuralgias paroxísticas, pre-
tamientos dentales no justificados. senta una clínica similar a la NT, pero se expresa en el
No son infrecuentes los períodos de remisión en área inervada por el glosofaríngeo y las ramas faríngea
la NT. Con el transcurso del tiempo los ataques de dolor y auricular del nervio vago.
suelen aumentar en severidad y, con frecuencia, se Se considera que la NG tiene una fisiopatología
acompañan de resistencia progresiva al tratamiento similar a la NT, con la que coexiste en un 10% de las
farmacológico. ocasiones. Al igual que en la NT, se han descrito dos
El tratamiento inicial de la NT es farmacológico, formas, la clásica y la sintomática. Las características
siendo los fármacos más efectivos los anticonvulsivan- clínicas de la forma clásica se recogen en la tabla IV,
tes, en especial la carbamazepina y la oxcarbazepina, según criterios establecidos por la IHS. La forma sin-
que serán los medicamentos de primera elección. Tam- tomática se diferencia de la clásica en que puede pre-
bién se han utilizado otros antiepilépticos solos o aso- sentar dolor persistente entre las crisis paroxísticas y
ciados (Tabla III). Más del 70% de los pacientes res- se evidencia una lesión causal que explicaría la apari-
ponden inicialmente a los fármacos, pero muchos ción de la NG y que puede dar lugar a deficiencias neu-
de ellos se hacen resistentes al tratamiento al cabo de rológicas.
un tiempo. El tratamiento inicial es farmacológico, con las mis-
En aquellos pacientes con NT severa, en los que mas sustancias y dosis propuestas para la NT. Como
el tratamiento farmacológico no sea efectivo o los efec- en otras neuralgias paroxísticas, el tratamiento quirúr-
tos secundarios sean intolerables, el tratamiento de gico es de segunda elección y las técnicas también son
elección será quirúrgico. Se han descrito técnicas de similares a las mencionadas en la NT, con resultados
ablación nerviosa mediante cirugía periférica o a nivel parecidos, aunque existen pocos casos publicados.
de ganglio de Gasser, rizólisis por glicerol, termocoa-
gulación por radiofrecuencia o microcompresión con
balón. La tasa de efectividad es menor del 50% y pro- DOLOR NEUROPÁTICO CONTINUO
vocan efectos secundarios severos en más de la mitad En este epígrafe vamos a describir las neuralgias
de los casos, como pérdida permanente de sensibili- de carácter continuo que se recogen en los apartados
dad, disestesias e, incluso, anestesia dolorosa. La téc- 12, 15 y 18, del grupo 13 de la clasificación de la IHS
nica quirúrgica con mejores resultados es la descom- (ver tabla I) y que hacen referencia a las neuropatías
presión microvascular con o sin rizotomía sensitiva par- por compresión, irritación o distorsión de los nervios,
cial, con efecto positivo en las dos terceras partes de la neuropatía por herpes zoster y algunas causas cen-
los pacientes a los 5 años, pero tiene una mortalidad trales de dolor facial. Benoliel y cols. (2008) han pro-
Final:Maquetación 1 18/11/11 16:18 Página 50
TABLA VII Características diferenciales entre la odontalgia atípica y el dolor de origen pulpar
TABLA VIII Diagnóstico clínico del SBA TABLA IX Diagnóstico clínico de la neuralgia pos-
therpética
Criterios diagnósticos del SBA
(IHS, deben cumplirse todos) Criterios diagnósticos de la neuralgia postherpética
A. Dolor en la boca de aparición diaria y persistente la (IHS, deben cumplirse todos)
mayor parte del día A. Dolor de cabeza o facial en la distribución de un ner-
B. La mucosa oral es de apariencia normal vio, o rama nerviosa, que cumple los criterios C y D
C. Se han excluido enfermedades locales y sistémicas B. Erupción herpética en el territorio del mismo nervio
C. El dolor precede a la erupción herpética en menos
Otras características clínicas de 7 días
• Localización preferente en la lengua, sobre todo en D. El dolor persiste después de tres meses
la punta. También suele localizarse en labios, encí-
as y paladar duro Otras características clínicas
• Intensidad moderada-severa • Puede asociarse con hiperalgesia, alodinia, hipoes-
• Generalmente el dolor aumenta a lo largo del día y tesia o anestesia dolorosa. Es muy típica la hipe-
no suele aparecer por la noche ralgesia mecánica
• Se asocia con frecuencia a alteraciones psíquicas • Existe mayor riesgo en población inmunodeprimida
como depresión, estrés, trastornos somatomorfos • Aparece con más frecuencia en la primera rama del
y fobias trigémino
Diagnóstico diferencial: neuropatías orofaciales trau- Diagnóstico diferencial: neuropatías orofaciales trau-
máticas dolorosas, dolor miofascial crónico. máticas dolorosas, NT, dolor miofascial crónico, dolor
vascular orofacial.
última instancia, va a ser neuropático. Se denomina TABLA X Relación de fármacos de uso habitual en
la neuralgia postherpética, por orden de
SBA secundario cuando en la historia y/o la explora- eficacia
ción se detecta alguna posible causa que explique la
Tratamiento farmacológico
sintomatología y SBA primario cuando no se detecta. de la neuralgia postherpética
No se han publicado datos suficientes sobre la
Parches de lidocaína . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 %
evolución del SBA. Se trata de un cuadro crónico, en Amitriptilina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10-150 mg/día
algunos casos de intensidad variable que, por regla Opiáceos mayores, como oxicodona . . . . 60 mg/día
Gabapentina . . . . . . . . . . . . . . . . . 900-3.600 mg/día
general, parece reducir la intensidad del dolor con el
Pregabalina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 300-600 mg/día
transcurso de los años. Aunque se han descrito casos Tramadol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100-300 mg/día
de remisión espontánea, las cifras referidas varían
mucho y no se han efectuado estudios longitudinales
que aporten datos fiables. Esta neuralgia es descrita por los pacientes como
En el SBA secundario el tratamiento inicial es el un dolor urente o quemante, punzante, continuo, simi-
de los posibles factores causales, aunque en la mayo- lar al que se produce durante la fase aguda de la infec-
ría de las ocasiones no se consigue una mejoría evi- ción por el virus, pero en presentación crónica. No es
dente del dolor. Para el tratamiento del SBA primario infrecuente que la forma de presentación sea la de un
(y del secundario tras el tratamiento inicial) se han uti- dolor paroxístico o que convivan ambos tipos de dolor.
lizado muchas sustancias tanto de forma tópica como Parece que el tratamiento de la fase aguda del her-
sistémica. Se han publicado trabajos sobre los efectos pes zoster con antivirales reduce la frecuencia de apa-
de las benzodiazepinas (en especial el clonazepam), rición de la neuropatía postherpética. Una vez instau-
antidepresivos tricíclicos, anticonvulsivantes (sobre todo rado el cuadro, su tratamiento es complejo puesto que
gabapentina y pregabalina), antidepresivos inhibido- ningún fármaco ha demostrado una eficacia evidente
res de la recaptación de aminas (paroxetina, sertrali- en la remisión del dolor. Se han utilizado diferentes fár-
na, etc.), ácido alfa-lipoico, opiáceos, capsaicina, lido- macos de forma aislada y en combinaciones de AINE,
caína, etc., con resultados contradictorios. opiáceos, anticonvulsivantes, antidepresivos y opiáceos.
En una revisión efectuada por Zakrzewska y cols. En la tabla X se relacionan los fármacos más utilizados
(2008) sólo uno de los ensayos farmacológicos revi- en el tratamiento de esta enfermedad.
sados era metodológicamente adecuado y mostraba
una eficacia parcial del clonazepam aplicado de forma Causas centrales de dolor facial
tópica (1 mg después de cada comida aplicado duran- En este apartado se hace referencia a aquellas
te tres minutos). Para el resto de las sustancias no con- patologías que afectan al sistema nervioso central y
tamos con datos contrastados que avalen su eficacia. pueden provocar dolor en la región orofacial. El dolor
Las terapias conductuales se han mostrado eficaces puede tener su origen en cuadros agudos que afec-
en la reducción del dolor en numerosos trabajos. tan al parénquima nervioso, como los ictus o trau-
matismos directos, o bien en problemas degenerati-
Neuralgia postherpética (IHS 13.15.2) vos, tipo esclerosis múltiple, con un mecanismo de
Se define como el dolor que persiste en la zona actuación más lento y menos evidente.
de distribución de un tronco nervioso después de curar La caracterización clínica de estos procesos va a
las lesiones cutáneas de un herpes zoster (Tabla IX). depender de las estructuras comprometidas, por lo
Generalmente, la fase aguda de la infección se resuel- que resulta difícil definir unos rasgos clínicos comunes.
ve en 3 o 4 semanas dejando como secuela, en el 10- De hecho, los criterios diagnósticos establecidos por
30% de los pacientes, dolor postinfección. La duración la IHS incluyen como premisa el diagnóstico previo de
del cuadro suele oscilar entre uno y tres meses, y sólo estas enfermedades, que actuarían como factor des-
el 5-10% de los casos el dolor tiene una duración supe- encadenante.
rior a un año, con una tendencia general a la reduc- El tratamiento del dolor facial de origen central es,
ción. La prevalencia aumenta proporcionalmente a la en principio, el de la causa que lo provoca, si es que
edad del paciente y es más frecuente en mujeres. tiene un tratamiento efectivo. Para el tratamiento sin-
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Neuralgias paroxísticas
Morfina 300 mg/día
Oxicodona 60 mg/día
Lidocaína tópica 5%
FIGURA 1 Guía de fármacos de uso frecuente en los diferentes tipos de dolor neuropático. Las dosis se corresponden
con las habituales en su uso aislado. Cuando se utilizan en combinación las dosis suelen ser menores
tomático de estas neuralgias se han utilizado las mis- 4. Hempenstall K, Nurmikko TJ, Johnson RW, A’Hern
mas sustancias mencionadas en los cuadros prece- RP, Rice SC. Analgesic therapy in postherpetic neu-
dentes, en especial amitriptilina, lamotrigina y gaba- ralgia: A quantitative systematic review. PloS Med.
pentina. 2005;2:628-44.
5. Okeson JP. Dolor Orofacial según Bell: Tratamien-
to Clínico del Dolor Orofacial. 6ª ed. Barcelona:
BIBLIOGRAFÍA Quintessence; 2008.
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te Software Ltd 2008.
Final:Maquetación 1 18/11/11 16:18 Página 55
8
CEFALEAS
P. García Vallejo, E. Bilbao Uriarte
Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares. Servicio Clínica Odontológi-
ca. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.
TABLA I Clasificación de las cefaleas primarias de TABLA II Clasificación de las cefaleas secundarias
la International Headache Society (IHS) (IHS)
TABLA V Criterios diagnósticos de la cefalea ten- TABLA VI Factores precipitantes de la cefalea ten-
sional (IHS) sional
CT episódica infrecuente 1. Tensión emocional y estrés
A. Al menos 10 episodios que ocurren menos de 1 2. Ansiedad y depresión
episodio al mes (menos de 12 días/año de media) 3. Dolor miofascial
que cumplen los criterios B-D 4. Trastornos temporomandibulares
5. Bruxismo y hábitos parafuncionales orales
CT episódica frecuente
6. Alteraciones o desequilibrios posturales
A. Más de 1 y menos de 15 episodios de cefalea al
7. Alteraciones del sueño
mes durante al menos 3 meses que cumplen los
8. Cambios climáticos
criterios B-D. Número de días con este tipo de cefa-
9. Menstruación
lea: más de 12 y menos de 180 al año (< 15/mes)
10. Polifarmacia y abuso de analgésicos
CT crónica
A. Cefalea presente casi diariamente o más de 15 epi-
sodios al mes durante al menos 3 meses que cum- TABLA VII Criterios diagnósticos de la migraña
ple los criterios B-D (IHS)
B. Duración: de 30 min a 7 días
Criterios diagnósticos de la migraña sin aura
C. Presenta al menos dos de las siguientes caracterís-
A. Al menos 5 ataques que cumplen los criterios B a D
ticas:
B. Dolor de duración 4-72 h
1. Localización bilateral
C. El dolor reúne al menos dos de estas características:
2. Calidad opresiva, no pulsátil
1. Localización unilateral
3. Intensidad leve o moderada
2. Calidad pulsátil
4. No se agrava con actividad física habitual, cami-
3. Intensidad moderada o grave
nar o subir escaleras
4. El dolor se agrava por o conduce a evitar la acti-
D. Se dan las siguientes circunstancias:
vidad física (caminar o subir escaleras)
1. Ausencia de náuseas y vómitos (puede presen-
D. Dolor acompañado al menos por uno de los siguien-
tar anorexia)
tes síntomas:
2. Puede existir fotofobia o fonofobia (una u otra,
1. Náuseas y/o vómitos
pero no ambas)
2. Fotofobia y fonofobia
E. La cefalea no es atribuible a otro trastorno
E. La cefalea no es atribuible a otro trastorno
Criterios diagnósticos de la migraña con aura
A. Al menos dos ataques que cumplen los criterios B a D
lizándole sobre la naturaleza benigna de su dolor. Se B. El aura presenta al menos uno de los siguientes sín-
le informará sobre los factores que agravan su cefalea, tomas totalmente reversibles pero sin afectación
así como de aquellos que pueden ser beneficiosos para motora:
1. Visuales: fenómenos positivos (destellos lumino-
aliviarla. Como parte de la terapia, se aconseja al pacien- sos, escotomas o líneas) o negativos (pérdida de
te evitar las situaciones de estrés y llevar a cabo terapias visión)
conductuales, técnicas de relajación y biofeedback. 2. Sensitivos: positivos (hormigueo o parestesia) o
negativos (hipoestesia)
Ante una cefalea tensional persistente siempre se 3. Trastornos disfásicos del habla
investigará la coexistencia de depresión o ansiedad, en C. Al menos dos de los siguientes hallazgos:
cuyo caso, deberá remitirse el paciente al especialista 1. Síntomas visuales homónimos y/o sensitivos uni-
laterales
adecuado. También es frecuente la coexistencia de tras- 2. Al menos 1 de los síntomas de aura se desarro-
tornos temporomandibulares que precisarán el trata- lla gradualmente durante ≥ 5 min y/o los sínto-
miento oportuno. En este caso, pueden ser necesarias mas ocurren en sucesión durante ≥ 5 min
3. Cada síntoma dura ≥ 5 y ≤ 60 min
técnicas de terapia física (fisioterapia mandibular y de D. La cefalea comienza con el aura o en un plazo infe-
cuello, tratamiento postural cabeza-cuello-mandíbula), rior a 60 min y cumple los criterios idénticos de
férulas dentomaxilares y/o tratamiento mediante infil- migraña sin aura
E. La cefalea no es atribuible a otro trastorno
traciones o vaporizaciones con spray de los puntos gati-
llo de los músculos masticatorios y cervicales. También
se ha sugerido la utilización de inyecciones de toxina inmediata; si además, el paciente estuviera toman-
botulínica en los músculos implicados. do fármacos con cafeína, barbitúricos, benzodiacepi-
Ante una cefalea diaria por abuso de medicación, nas u opioides la retirada se realizará de forma esca-
por uso indiscriminado, repetitivo y crónico de anal- lonada para evitar un síndrome de deprivación. El tra-
gésicos/ergotamínicos, se procederá a su retirada tamiento durante ese período se realizará con ami-
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Crisis de migraña
Leves/moderadas Moderadas/severas
Triptanes orales:
AINE: naproxeno, o sumatriptán o zolmitriptán
Analgésicos: ibuprofeno, o
paracetamol o ASS
o dexketoprofeno, o No mejoría
diclofenaco
Antieméticos:
metoclopramida o domperidona No mejoría
Sumatriptán nasal o
No mejoría Mejoría zolmitriptán nasal
nica, sobre todo tensión muscular y dolor de cuello, nes muy importantes. Pero no se debe caer en el error
y que los pacientes con cefalea tensional sufran sínto- de intentar controlar al paciente exclusivamente con
mas de tipo migrañoso (sensibilidad a la luz y a los rui- estos consejos, ya que el tratamiento farmacológico
dos, alteraciones visuales, náuseas). Este hecho pue- es obligado.
de dificultar el diagnóstico y el tratamiento, máxime El tratamiento farmacológico de la migraña se divi-
cuando muchos pacientes pueden sufrir ambas cefa- de en dos tipos: el tratamiento abortivo o sintomático
leas simultáneamente. Una gran variedad de factores y el tratamiento preventivo (Figs. 2 y 3).
internos y externos pueden desencadenar o favorecer El tratamiento abortivo, además de ser obligatorio
un ataque migrañoso. En la tabla VIII se citan los más su uso durante las crisis, debe ser individualizado para
habituales. cada paciente y se deben rehuir combinaciones de
El tratamiento de la migraña comienza con la edu- analgésicos con cafeína, barbitúricos o codeína por el
cación del paciente mediante la explicación compren- riesgo de provocar cefalea crónica diaria por abuso de
sible acerca de su padecimiento, informándole de la fármacos. Se considerará siempre la asociación de
naturaleza benigna del trastorno y, sobre todo, de la antieméticos para tratar las náuseas y vómitos asocia-
necesidad de que él mismo identifique cualquier fac- dos con las crisis de migraña.
tor gatillo que pueda iniciar su ataque de migraña con En la figura 2 se describe un protocolo de trata-
el fin de poderlos evitar y, por consiguiente, reducir miento abortivo para los ataques de migraña con un
el número de las crisis. grado de severidad desde leve a severa. Con este pro-
Recomendaciones generales como fomentar unos tocolo la mayoría de las veces se puede resolver la cri-
hábitos de vida regular, especialmente en las comidas, sis; sin embargo, en crisis muy graves o prolongadas,
y mantener una buena higiene del sueño, así como como en el caso del estatus migrañoso en el que el
evitar el ayuno, los desencadenantes alimentarios y, episodio no mejora a pesar del tratamiento durante
sobre todo, las situaciones de estrés son indicacio- más de 72 horas, se complementará el tratamiento
Final:Maquetación 1 18/11/11 16:18 Página 60
¿Frecuencia? ≥ 3 crisis/mes?
¿Crisis intensas e incapacitantes?
¿Asociación con manifestaciones neurológicas focales?
¿Aura prolongada?
Tratamiento preventivo Tratamiento preventivo en
situaciones especiales
Betabloqueantes:
propranolol o nadolol
Aura severa Acompañada de Migraña menstrual
cefalea tensional
Valorar a las 6-8 semanas
Anticonvulsivos:
Valorar a las 6-8 semanas
topimaroto
Antagonistas del
calcio: flunarizina
Anticonvulsivos:
Respuesta efectiva No respuesta
ácido valproico
Por lo general las crisis de dolor se producen durante cefalea en racimos, es más frecuente en mujeres que
uno a dos meses, repetidas diariamente y sin remisio- en hombres en una proporción de 5:1. Generalmen-
nes. El número usual de ataques diarios oscila entre te, el movimiento del cuello es un factor desencade-
uno y tres al día, repitiéndose todos los días hasta que nante frecuente de los episodios dolorosos. Los cri-
se acaba el racimo. La mayoría de los ataques se pro- terios diagnósticos aparecen en la tabla X.
ducen en un momento particular del día o de la noche El tratamiento consiste exclusivamente en la admi-
todos los días. Tras un período de tiempo de meses o nistración de indometacina, presentando una repues-
años sin ataques, pueden volver a aparecer las crisis ta rápida y duradera. Este hecho es patognomónico
comenzando de nuevo el racimo. Las crisis aparecen y nos ratifica el diagnóstico, ya que en las crisis de cefa-
muy frecuentemente en el sueño y se dice que están lea en racimos este fármaco resulta ineficaz.
relacionadas con el comienzo de la fase REM. Si durante el tratamiento con indometacina apa-
El alcohol, la nitroglicerina, el tabaco y el estrés, recen efectos secundarios, como la aparición de sin-
precipitan un ataque de cefalea durante el brote; sin tomatología gástrica, que nos obligan a suspenderlo,
embargo, estos mismos factores no comienzan nun- la sustituiremos por topiramato.
ca un ataque durante el periodo de remisión. Como se detalla en la figura 4, cuando la indome-
El tratamiento de esta cefalea debe combinar siem- tacina no resuelva los ataques de la hemicránea habrá
pre desde el inicio del racimo el tratamiento sintomáti- que reconsiderar el diagnóstico.
co y el preventivo. En la figura 4 se resume el tratamien-
to de las principales cefaleas trigémino-autonómicas. CNUCIL/SUNCT
La cefalea neuralgiforme unilateral con inyección
Hemicránea paroxística conjuntival y lagrimeo (síndrome CNUCIL; en inglés,
La hemicránea paroxística es una cefalea que pre- las siglas del síndrome son SUNCT) es el trastorno de
senta unas características clínicas muy similares a la cefalea primaria menos frecuente. Es más frecuente
cefalea en racimos. Aunque sus ataques de dolor son en hombres que en mujeres (2:1) y está caracteriza-
igual de intensos, éstos son menos duraderos y más do por crisis de gran intensidad, de muy corta dura-
frecuentes. Además, este trastorno, al contrario de la ción, que se repiten numerosas veces durante el día,
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Indometacina
Tratamiento Tratamiento Tratamiento Tratamiento
agudo preventivo agudo preventivo
¿Mejoría? (siempre)
Lidocaína sc Lamotrigina
Inhalación de Verapamilo
Sí No
oxígeno puro y/o +
¿Mejoría?
sumatriptán sc prednisona
Indometacina Reconsiderar o nasal
diagnóstico
¿Mejoría? Sí No
Síntomas
epigástricos
Lamotrigina Gabapentina o
Sí No
carbamacepina o
Topiramato topiramato
Verapamilo Carbonato de litio, o
topiramato, o
valproato, o
gabapentina, o
baclofeno
con remisiones muy variables e impredecibles. Los cri- Se presenta con una frecuencia parecida en ambos
terios diagnósticos están en la tabla XI. sexos, casi exclusivamente en mayores de 50 años,
Se han comprobado factores gatillo similares a la como una cefalea nueva, de reciente inicio o de carac-
neuralgia del trigémino, acciones tales como tocarse terísticas distintas a cefaleas previas. Suele acompa-
el pelo o la cara, afeitarse, cepillarse o masticar, pue- ñarse de fiebre o febrícula, anorexia y pérdida de peso.
den desencadenar ataques agudos de esta cefalea, Aproximadamente el 50% de los pacientes padecen
cuyo tratamiento se sintetiza en la figura 4. conjuntamente polimialgia reumática.
La cefalea casi siempre es unilateral y sigue el terri-
torio de la arteria temporal que puede estar dolorida.
CEFALEA SECUNDARIA VASCULAR: A veces se aprecia que la arteria está tortuosa, infla-
ARTERITIS DEL TEMPORAL mada o endurecida, presentando disminución o ausen-
Los dolores de cabeza mencionados en al aparta- cia de pulso.
do anterior son, todos ellos, dolores primarios neuro- Otro síntoma muy frecuente es la claudicación
vasculares; sin embargo, una discusión sobre este gru- intermitente de los músculos masticatorios, caracteri-
po de cefaleas no quedaría completa sin mencionar zada por la aparición de incomodidad, debilidad, dolor
la arteritis del temporal. o cansancio desencadenados por la masticación y que
La arteritis del temporal o arteritis de células gigan- se alivia con el reposo. El paciente se ve obligado a
tes no es una cefalea primaria neurovascular sino una realizar numerosas pausas durante las comidas. Muchas
cefalea exclusivamente vascular, secundaria a una reac- veces éste es el primer síntoma de la enfermedad y
ción inflamatoria o vasculitis de las arterias craneales el odontólogo será el primero en evaluar a un pacien-
con infiltración granulomatosa de células gigantes de te con arteritis del temporal. Por ello, tiene la respon-
cuerpo extraño, monocitos y linfocitos. sabilidad de diagnosticarla precozmente, para posibi-
Final:Maquetación 1 18/11/11 16:18 Página 63
TABLA XI Criterios diagnósticos de cefalea neural- TABLA XII Criterios diagnósticos de arteritis del tem-
giforme unilateral con inyección conjun- poral (IHS)
tival (CNUCIL/SUNCT) (IHS)
A. Cualquier cefalea nueva y persistente que cumpla
A. Al menos 20 ataques que cumplen los criterios B los criterios C y D.
aD B. Al menos uno de los siguientes criterios:
B. Dolor pulsátil o lancinante, unilateral, orbitario, 1. Arteria dolorida y engrosada acompañándose de
supraorbitario y/o temporal de 5 a 240 seg de dura- V.S.G. y /o proteína C reactiva elevadas.
ción 2. Biopsia de la arteria temporal demostrando arte-
C. La cefalea se asocia de inyección conjuntival y/o ritis de células gigantes.
lagrimeo ipsilateral al dolor C. La cefalea se desarrolla en estrecha relación tempo-
D. La frecuencia de los ataques es de 3 a 200 al día ral con otros síntomas y signos de la arteritis.
E. La cefalea no es atribuible a otro trastorno D. La cefalea se resuelve o mejora drásticamente tras
3 días de tratamiento adecuado con corticoides.
9
OTRAS CAUSAS
DE DOLOR OROFACIAL
C. Saiz García1, E. Ginestal Gómez2, J.M. Aguirre Urizar3
1Postgrado Master de Patología Oral. 2Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporoman-
dibulares. 3Unidad de Medicina Bucal. Servicio Clínica Odontológica. Universidad del País
Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.
En los capítulos precedentes hemos ido clasifican- no. Anatómicamente se ha descrito una estrecha inte-
do los procesos que cursan con dolor orofacial (DOF) rrelación entre estas aferencias sensoriales, que con-
en función de las estructuras en las que se originan. vergen en el núcleo espinal del trigémino. Se ha pro-
Como ocurre con todas las clasificaciones, siempre puesto esta convergencia sensorial como factor res-
quedan algunos cuadros clínicos que no podemos ponsable de la frecuente proyección del dolor de los
encasillar sin cierta dificultad. Por ello, dedicamos este cuadros cervicogénicos a la región orofacial. Además,
capítulo del manual a recopilar, entre estos cuadros, existe una gran interrelación funcional entre la muscu-
los que con mayor frecuencia nos encontramos en latura cervical y masticatoria y se ha descrito la asocia-
la práctica clínica general. ción entre determinadas alteraciones posturales cervi-
Además de los cuadros de DOF que hemos revi- cales y los trastornos temporomandibulares (TTM).
sado, haremos referencia a patologías originadas en La International Headache Society (IHS) clasifica
otras estructuras de cabeza y cuello, así como al DOF las cefaleas atribuidas a los trastornos del cuello en:
de causa sistémica. Estos procesos pueden presentar- cefalea cervicogénica (IHS11.2.1), cefalea atribuida a
se como únicas causas responsables del DOF o bien tendinitis retrofaríngea (IHS11.2.2) y cefalea atribuida
aparecer asociados con otros cuadros que hemos des- a distonía craneocervical (IHS11.2.3). Únicamente
crito en capítulos anteriores. vamos a describir la cefalea cervicogénica por ser el
cuadro más frecuente.
TABLA I Diagnóstico clínico de la cefalea cervi- las de otras cefaleas crónicas como la migraña o la
cogénica
cefalea tensional.
Criterios diagnósticos de la cefalea cervicogénica A estos criterios diagnósticos, el Grupo Internacio-
(IHS 11.2.1)
A. Dolor originado en el cuello y percibido en la cabe- nal de Estudio de la Cefalea Cervicogénica, añade tam-
za y/o cara que cumple los criterios C y D. bién la respuesta positiva al bloqueo anestésico del
B. Evidencia clínica o mediante imagen de lesión en nervio occipital mayor y/o la raíz C2 ipsilateral, que
la columna cervical.
C. Evidencia de que el dolor puede ser atribuido a la debe reducir la intensidad del dolor en, al menos, un
lesión cervical: 90%.
• Signos clínicos que implican al cuello como fuen- El tratamiento debe centrarse en resolver el dolor
te de dolor.
• Desaparición de la cefalea tras el bloqueo diag- cervical mediante el uso de fármacos analgésicos y
nóstico de una estructura cervical o de su nervio. antiinflamatorios, ortopedia cervical, terapia manual y
D. El dolor se resuelve en 3 meses tras el tratamien- electromedicina, infiltraciones musculares, bloqueo
to de la lesión cervical.
anestésico cervical o cirugía en los casos más graves.
Otros datos clínicos
La remisión del dolor debe ser completa para consi-
• Dolor sordo, moderado-severo, unilateral, que no
cambia de lado. derarse una cefalea cervicogénica. Además, para pre-
• Dura desde 1 a 3 días y se acompaña de síntomas venir la aparición de los episodios dolorosos, en cefa-
vegetativos (lagrimeo, inyección conjuntival, náuseas,
leas cervicogénicas crónicas, se pueden emplear ami-
vómitos, etc.), limitación de la movilidad del cuello.
• Se extiende desde la zona suboccipital hasta la región triptilina o fármacos anticonvulsivantes.
frontal y órbita. También puede afectar a hombro
y/o brazo ipsilateral.
• Puede ser provocado o incrementado por movi-
mientos del cuello, sobre todo por hiperextensión OTRAS CAUSAS CRANEALES
mantenida del cuello. DE DOLOR OROFACIAL
Diagnóstico diferencial: cefalea tensional, migraña, La IHS considera que ciertas cefaleas y dolores
dolor miofascial. orofaciales son secundarios a trastornos en algunas
estructuras craneales como los ojos, oídos, nariz, senos
pos de cefaleas como las migrañas o las cefaleas ten- paranasales, dientes, mucosa oral y faríngea o huesos
sionales (Tabla I). Por ello, es muy importante reali- craneales. Estos dolores se caracterizan por guardar
zar una historia clínica detallada y solicitar las prue- relación directa con patologías de alguna de estas
bas diagnósticas complementarias que sean necesa- estructuras y, para poder atribuirles el origen del dolor,
rias, como pruebas de motilidad cervical, radiografí- éste debe desaparecer en el plazo máximo de un mes
as o resonancia magnética de la columna cervical, sin tras la resolución del problema correspondiente.
olvidar que pueden ser negativas a pesar de que el
dolor tenga un origen cervical. Dolor ocular
Una causa frecuente de este tipo de cefaleas es Está mediado por la primera rama del nervio trigé-
el “latigazo cervical” causado, en la mayoría de los casos, mino y puede ser de origen primario o referido. La reti-
por un accidente de coche. El movimiento súbito de na y el nervio óptico no poseen nociceptores por lo que
flexión, seguido de extensión occipital, puede aumen- los dolores oculares primarios sólo pueden provenir de
tar la tensión de las raíces nerviosas C1 a C3 y esto la córnea, el iris y la conjuntiva. Tiene las características
puede provocar la aparición de la cefalea. Obermann del dolor músculo-esquelético aunque, en ocasiones,
(2010) realizó un estudio en el que observó que el puede presentarse como ardor o tensión. Aparece como
4,6% de los pacientes que han sufrido este tipo de una cefalea que puede afectar a la parte superior y/o
accidentes desarrollaba una cefalea diaria crónica. Esto posterior del ojo. La IHS ha efectuado una clasificación
ha generado una controversia importante a nivel médi- de las cefaleas por causa ocular y las divide en las cau-
co-legal, ya que los pacientes que sufren este tipo de sadas por glaucoma (IHS 11.3.1), dolor ocular por erro-
cefaleas crónicas presentan un grado importante de res de refracción (IHS 11.3.2), dolor ocular por hete-
incapacidad. Por otro lado, como ya hemos comen- roforia o heterotopia (IHS 11.3.3) y dolor ocular por tras-
tado, resulta complicado diagnosticarlas y diferenciar- tornos inflamatorios (IHS 11.3.4).
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TABLA II Diagnóstico clínico del dolor auricular TABLA III Diagnóstico clínico de la rinosinusitis
Criterios diagnósticos del dolor auricular (IHS 11.4) Criterios diagnósticos de la rinosinusitis (IHS 11.5)
A. Cefalea acompañada de otalgia que cumple los cri- A. Cefalea frontal y dolor en una o más regiones de la
terios C y D. cara, oídos y/o dientes y que cumple los criterios C
B. Lesión estructural en el oído diagnosticada por el y D.
profesional adecuado. B. Presencia de signos clínicos, radiológicos y/o de
C. Cefalea y otalgia desarrolladas en el tiempo, en rela- laboratorio que evidencien una rinosinusitis aguda
ción con la lesión del oído. o crónica.
D. La cefalea y la otalgia se resuelven espontáneamen- C. Cefalea y dolor facial desarrollado a la vez que la
te con la remisión o el tratamiento adecuado de la aparición o reagudización de la rinosinusitis.
lesión del oído. D. El dolor se resuelve en los 7 días posteriores a la
resolución o tratamiento del cuadro.
Otros datos clínicos
• La cefalea siempre se acompaña de otalgia. Otros datos clínicos
• Hipoacusia o sensación de plenitud en el oído. • Obstrucción y congestión nasal, rinorrea y secreción
• Tinnitus. nasal purulenta.
• Inestabilidad en las pruebas posturales. • Alteración en el sentido del olfato.
• Dolor y presión nasal, tos, fiebre, halitosis, fatiga,
Diagnóstico diferencial: dolor dentario, dolor mio- dolor dental, faringitis, otalgia y cefalea.
fascial, TTM.
Diagnóstico diferencial: dolor dentario, TTM, dolor
miofascial.
Cada uno de estos cuadros tiene unos criterios temporal), neuropatías (como la neuralgia del gloso-
diagnósticos diferentes y el diagnóstico diferencial debe faríngeo), problemas cervicales y tumoraciones de
realizarse con el dolor miofascial y otras cefaleas. El cabeza y cuello.
dolor debe ceder con el tratamiento de la alteración Aunque el diagnóstico de la patología ótica debe
ocular, con más o menos prontitud, en función de la realizarlo un especialista otorrinolaringólogo (ORL),
patología que lo origine. es muy frecuente que el odontólogo sea el primer
profesional que atienda este tipo de dolor; de igual
Dolor auricular manera, los pacientes con TTM pueden acudir a la
El oído está inervado por nervios craneales y cer- consulta de ORL en primera instancia. Además, las
vicales, compartiendo inervación con otras estructuras estructuras orales, como los dientes o músculos mas-
cercanas como los ojos, la mandíbula, los dientes, la ticatorios, refieren con frecuencia dolor ótico. Por todo
faringe y la laringe, hecho que dificulta el diagnóstico ello, resulta conveniente que el odontólogo que se
del dolor auricular. Generalmente este dolor es de ori- dedique al diagnóstico y tratamiento del DOF sepa
gen inflamatorio (otitis) y puede producir dolor refe- efectuar una exploración básica del oído.
rido en la cara y la garganta, además de otros sínto- Ante un dolor auricular es necesario efectuar una
mas como vértigos, sordera, tinnitus, sensación de ple- exploración muscular completa de los músculos mas-
nitud en el oído, sensación de quemazón o latidos. A ticatorios y cervicoescapulares, ya que músculos como
su vez, muchos cuadros de origen masticatorio o den- el masetero profundo, pterigoideo lateral, pterigoideo
tario provocan dolor referido al oído, por eso es impor- medial, esplenio de la cabeza y esternocleidomastoi-
tante realizar un correcto diagnóstico para determinar deo, pueden generar patrones de dolor referido con
la verdadera causa del dolor. esta localización.
En función de cuál sea el origen del dolor habla-
remos de otalgia primaria o secundaria. Sólo el 50% Cefalea atribuida a rinosinusitis
de las otalgias tienen su origen en el oído, el resto La IHS engloba el dolor de la mucosa nasal y los
son secundarias y su origen más frecuente son los senos paranasales en un solo cuadro, que es la cefa-
problemas dentarios (sobre todo los infecciosos), los lea atribuida a rinosinusitis, también llamada cefalea
TTM (en especial los relacionados con los músculos sinusal. La inervación de estas estructuras correspon-
masticatorios), la cirugía previa (como la amigda- de a las ramas oftálmica y maxilar, respectivamente,
lectomía), lesiones vasculares (como la arteritis del del nervio trigémino.
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Para describir este tipo de dolor vamos a dife- para y/o retrofaríngeo y otros menos frecuentes y más
renciar entre el dolor de la mucosa nasal y sinusal, graves como la angina de Ludwig, que en muchos casos
ya que las características de ambos son diferentes, aun- se produce por una infección odontógena.
que en la mayoría de los casos se presentan de mane- El diagnóstico diferencial de este tipo de dolor
ra simultánea. se realizará con procesos como el síndrome de Eagle,
la neuralgia glosofaríngea, la neuralgia del geniculado
Dolor de la mucosa nasal o el síndrome de Ramsay-Hunt.
Tiene las características clínicas del dolor visceral
mucoso. Se presenta como una sensación de ardor Dolor originado en las glándulas salivales
y puede acompañarse de otros síntomas como hipe- Suele estar causado por bloqueo de los conduc-
ralgesia, dolor referido a los molares superiores, encía tos secretores, generalmente por obstrucción de ori-
y otras zonas ipsilaterales de la cara. Además, puede gen sialolitiásico, o bien por infección vírica o bacteria-
acompañarse de signos vegetativos como lagrimeo, na. El dolor aparece en la región donde se encuentra
inyección conjuntival y rinorrea, y algunos pacientes la glándula salival afectada, hecho que nos puede orien-
refieren este dolor como una cefalea. tar el diagnóstico, en el caso de la glándula submaxi-
El cuadro clínico que aparece con más frecuencia lar, o dificultarlo, en el caso de la parótida, ya que la
y puede dar lugar a este tipo de cefalea o dolor facial región parotídea también puede verse afectada en caso
es la rinitis alérgica, aunque también puede estar pro- de dolor articular o de dolor miofascial de algunos mús-
ducido por infecciones víricas o bacterianas. Por lo tan- culos como el masetero. Clínicamente aparece dolor
to, el diagnóstico diferencial debe establecerse con a la palpación de la glándula, con inflamación de la
el dolor dentario, sinusal, de oídos, garganta y, por misma, reducción del flujo salival, exudado purulento
supuesto, otras cefaleas. a través del conducto excretor al presionar la glándu-
la y puede acompañarse de fiebre y malestar general
Dolor de los senos paranasales cuando el proceso es infeccioso. La característica prin-
La sinusitis es un cuadro por el que, con mucha fre- cipal de este cuadro es que el dolor se incrementa con
cuencia, acuden los pacientes a la consulta dental. Pue- las comidas, puesto que los alimentos estimulan la
de estar originado por diferentes causas, entre ellas, la secreción salivar.
contaminación por una infección dental o por comuni- El diagnóstico fundamentalmente es clínico, en
cación con la cavidad oral producida en procedimientos ocasiones podemos palpar el cálculo que impide la
quirúrgicos. Sin embargo, la sinusitis crónica no cursa secreción glandular y también pueden ayudarnos
con dolor, sino con síntomas de presión o plenitud. En mucho las técnicas de imagen en las que se visuali-
caso de aparecer dolor, suele originarse en la mucosa ce el cálculo.
nasal por extensión del proceso a una rinosinusitis. El El tratamiento, en caso de infección bacteriana, se
tratamiento habitual de los cuadros agudos y recidivas realizará con antibióticos de amplio espectro, siendo
se efectúa con antibióticos de amplio espectro y los pro- el más usado la combinación amoxicilina + ácido cla-
cesos crónicos pueden requerir drenaje quirúrgico. vulánico. Si la infección es de origen vírico habrá que
esperar a que se resuelva por sí sola y el tratamiento
Dolor de garganta será sintomático con AINE y/o analgésicos. En caso de
Es un síntoma muy frecuente que aparece en múl- que exista un cálculo y no acabe de expulsarse, debe-
tiples patologías y tiene su origen en la mucosa farín- rá eliminarse quirúrgicamente.
gea. Puede presentarse como molestia, picor o dolor
propiamente dicho y suele acompañarse de disfagia. En
la mayoría de los casos este dolor está originado por CAUSAS SISTÉMICAS DE DOLOR OROFACIAL
una infección vírica o bacteriana de la faringe o las amíg- Existen multitud de enfermedades sistémicas y algu-
dalas. Algunos de los cuadros que generan este tipo de nas situaciones no patológicas, como la menstruación
dolor por irritación o inflamación de la mucosa farín- y la menopausia, que pueden generar dolor en la región
gea son la faringitis, amigdalitis, infección del espacio orofacial. Algunas de ellas son la fibromialgia, desórde-
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nes metabólicos o autoinmunes, procesos infecciosos, Diagnóstico clínico del síndrome de Tolo-
TABLA V
tumores, enfermedades cardiovasculares, renales o pul- sa-Hunt
monares, entre otras. Por las limitaciones de este manual, Criterios diagnósticos del síndrome de Tolosa-Hunt
sólo vamos a referirnos de forma breve al DOF de ori- (IHS 13.16)
gen cardíaco y al relacionado con las neoplasias. Pero A. Uno o más episodios de dolor orbitario unilateral
que duran semanas si no se tratan.
es importante tener en cuenta la posibilidad de un pro- B. Parestesia de uno o más nervios craneales (3ª, 4ª
ceso sistémico a la hora de realizar un correcto diagnós- o 6ª ramas) o evidencia de granulomas por RM o
tico diferencial, porque cualquiera de ellos puede ser biopsia.
C. La parestesia debe aparecer en un plazo de 3 sema-
origen de dolor en la región craneofacial. nas tras la aparición del dolor.
D. El dolor y la parestesia desaparecen a las 72 h, tras
Dolor orofacial de origen cardíaco un correcto tratamiento con corticoesteroides.
E. El dolor no puede ser atribuido a otro trastorno.
Generalmente el dolor debido a un infarto de mio-
cardio se localiza en la región precordial o retroester- Otros datos clínicos
• Dolor severo y parálisis orbital episódicos.
nal y puede irradiarse al hombro y brazo izquierdos y • Resolución espontánea pero tiende a recidivar.
excepcionalmente, puede acompañarse también de • Dolor de tipo opresivo, sordo o punzante.
dolor en el brazo derecho, espalda, boca del estó- • Puede disminuir el reflejo pupilar y producir ptosis.
mago y región orofacial, preferentemente al ángulo Diagnóstico diferencial: tumores, vasculitis, menin-
mandibular izquierdo. gitis basal, diabetes y migraña oftalmoplégica.
Este dolor es de tipo opresivo, agudo y/o ardien-
te, se suele acompañar de síntomas vegetativos como dolor lingual inespecífico, dolor dentario, dolor de oído,
sudoración, náuseas, vómitos y disnea y aparece carac- etc. Un dolor de mayor intensidad suele estar asocia-
terísticamente con el esfuerzo. El diagnóstico debe ser do por lo general a enfermedad avanzada.
verificado por un especialista mediante la realización También pueden aparecer parestesias o diseste-
de las pruebas diagnósticas correspondientes y el dolor sias como resultado de una compresión nerviosa por
desaparecerá con el tratamiento de la patología car- crecimiento de una masa tumoral, que hace necesa-
diaca. rio el diagnóstico diferencial con dolores de tipo neu-
ropático. Por ejemplo, la neuralgia del trigémino en
Dolor en pacientes con cáncer pacientes menores de 50 años debe hacernos sospe-
Ciertos tumores que afectan a la región de cabe- char un proceso tumoral; de la misma manera que
za y cuello pueden manifestarse inicialmente con un ante una neuralgia trigeminal bilateral debe descartar-
dolor orofacial. La aparición de dolor como síntoma se la presencia de una esclerosis múltiple. También
inicial en el cáncer oral se considera que aparece sólo ante una lesión intraósea, preferentemente mandibu-
en el 20% de los casos, siendo más común en las lar, y la presencia de una disestesia/parestesia siem-
mujeres y por lo general con una carácter poco espe- pre hay que descartar que no se trate de un proceso
cífico: dolor de garganta, dolor al tragar o al masticar, maligno-agresivo.
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FACTORES PSICOLÓGICOS
Y DOLOR OROFACIAL
Z. Alonso Ganuza1, M.A. González-Torres1,2
1Servicio de Psiquiatría. Hospital de Basurto. Osakidetza/Servicio Vasco de Salud. 2Depar-
tamento de Neurociencias. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.
centaje muy variable. La asociación entre depresión y Por ello, los síndromes depresivos han sido identifica-
dolor es un fenómeno complejo y de difícil compren- dos como uno de los factores de riesgo más impor-
sión, en el que no resulta fácil establecer cuál de los tantes en la cronificación del dolor. Además, repercu-
dos fenómenos precedió al otro. Fishbain y cols. ten negativamente en otras parcelas del interesado,
(1997) han analizado los trabajos orientados a expli- como son los aspectos familiares, sociolaborales y, con-
car la concurrencia dolor-depresión, encontrando cin- secuentemente, los socioeconómicos.
co modelos diferentes: La percepción del dolor también se va a ver modi-
1. Hipótesis de la depresión como antecedente. ficada por la personalidad del paciente. Si bien es cier-
La depresión precedería y, probablemente, daría to que la expresión de la sensación dolorosa vendrá
lugar al dolor. Es una hipótesis con poca acepta- ligada a la utilización que el individuo haga de la mis-
ción. ma, y estará directamente relacionada con su modo de
2. Hipótesis de la depresión como consecuente. “ser y estar en el mundo”, es posible que el dolor cró-
La depresión aparece con posterioridad, como con- nico pueda terminar modificando ciertas características
secuencia de la intensidad y el malestar psicoló- de la personalidad. A pesar de los intentos realizados,
gicos a los que da lugar el dolor. no ha habido acuerdo en el establecimiento de una
3. Modelo de la cicatriz o de la predisposición. personalidad tipo que caracterice a quienes sufren dolor
Presume que, en determinadas personas, episo- de forma crónica. Algunos autores encuentran que
dios depresivos previos favorecen que ante la apa- pacientes con dolor crónico presentan altas puntuacio-
rición de cuadros dolorosos se desencadene una nes en escalas de neuroticismo. La relación entre neu-
depresión. Esta hipótesis sólo sería aplicable a per- roticismo y sintomatología puede explicarse en base
sonas con antecedentes personales depresivos. a la hipótesis de la percepción de síntomas, mediante
4. Hipótesis de la mediación cognitivo-conduc- la cual quienes manifiestan puntuaciones elevadas
tual. Sostiene que la depresión surge como con- en neuroticismo amplifican las sensaciones corporales,
secuencia de mediadores o percepciones psico- están hipervigilantes a las mismas y manifiestan un esti-
lógicas desencadenadas por el dolor. Entre ellos lo cognitivo relacionado con estados de ánimo negati-
se cita la pérdida de actividad instrumental, la vo. Dicha tendencia al recuerdo y rumiación de esta-
menor recompensa social o la pérdida de auto- dos afectivos negativos se produce incluso ante even-
control e independencia personal que experimen- tos que han acontecido hace tiempo y que debieran
ta el sujeto que sufre cuadros dolorosos. Es la hipó- ser irrelevantes para el momento actual. Semejante ten-
tesis más apoyada en la literatura. dencia al catastrofismo es la variable principal en la rela-
5. Hipótesis de la asociación neuroquímica. La ción existente entre neuroticismo y dolor. Así, el neuro-
depresión y el dolor podrían ser dos caras de un ticismo se relaciona con la utilización de estrategias
mismo proceso neuroquímico subyacente. Es ineficaces de afrontamiento al estrés y la consecuen-
conocido el papel de la noradrenalina y la sero- te alteración en el estado de ánimo, lo que incremen-
tonina en la depresión. Ambos neurotransmiso- ta la intensidad de la experiencia de dolor.
res participan también en el sistema descenden- No obstante, ante el sufrimiento del dolor crónico
te de control del dolor, por lo que una disfunción no todas las personas reaccionan igual ni sienten lo
noradrenérgica o serotoninérgica podría expre- mismo. En este hecho reside la clave para pensar que
sarse bien en forma de depresión o como un sín- el dolor no significa necesariamente sufrimiento. Esto
drome doloroso. es, debemos distinguir entre las variables “dolor” y “dis-
La sintomatología ansioso-depresiva complica el capacidad”, entendida ésta como el grado en que las
manejo del dolor y se asocia con peores resultados emociones, las diferentes áreas de la vida y algunos
terapéuticos. Al mismo tiempo, en los pacientes con procesos orgánicos se ven afectados por el dolor.
dolor, la depresión se asocia con más quejas somáti- Bajo la denominación de dolor psicógeno, se agru-
cas y con un aumento de la intensidad, ya que hace pan un número significativo de cuadros clínicos con
que disminuya el nivel de tolerancia al dolor, y mayor predominio de dolor, que es causa de demanda de
duración del dolor, así como con un peor pronóstico. atención médica, en ausencia de enfermedad física
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que lo justifique y relacionado, generalmente, con un viduos con poca capacidad introspectiva, descritos
acontecimiento estresante. En ocasiones, este tipo de como alexitímicos, es decir, incapaces de expresar ver-
dolor puede ser la consecuencia de la intensificación balmente sus emociones, y que presentan altas pun-
psicógena de un dolor somático o neurógeno, es decir, tuaciones de neuroticismo en los cuestionarios psico-
la intensidad del dolor es desproporcionada en rela- lógicos de evaluación. Son personas que suelen recu-
ción con la entrada del estimulo aferente. Suele ser un rrir a la actividad física para aliviar sus tensiones emo-
dolor vago, mal definido, migratorio o localizado en cionales. En estos pacientes se sugiere la posibilidad
puntos variables. Generalmente son dolores de larga de que determinados acontecimientos vitales, consi-
evolución, que tienden a cronificarse. La intensidad del derados estresantes, puedan traducirse de forma inme-
dolor suele ser proporcional al estado emocional del diata en síntomas somáticos.
paciente. Su carácter somático justifica que estos pacien- Actualmente la terminología de dolor psicógeno
tes consulten con numerosos especialistas, con la con- ha sido sustituida en el Manual Diagnóstico y Esta-
siguiente realización de múltiples y repetidas explora- dístico de los Trastornos Mentales, DSM IV-TR, por “Tras-
ciones médicas, sin obtener respuesta favorable algu- torno por dolor”, cuyos criterios diagnósticos se indi-
na. A ello suele añadirse el rechazo por parte del ámbi- can en la tabla I.
to sanitario, mediatizado tanto por la demanda y exi- Entre los trastornos dolorosos con posible causa-
gencias de soluciones del problema por parte del lidad psicológica encontramos el dolor facial idiopáti-
paciente, como por la inoperancia y sentimientos de co persistente, dolor lumbar, dolor abdominal crónico,
fracaso que acompañan al facultativo. el dolor pélvico, el colon irritable, cefaleas y diversas
Para explicar de alguna forma cuáles son los meca- neuropatías.
nismos implicados en la génesis de este tipo de dolor, El concepto de la dicotomía dolor psicógeno-dolor
se han propuesto distintas hipótesis utilizadas asimis- orgánico guarda relación con la posibilidad de que los
mo para explicar la etiopatogenia de las enfermeda- trastornos psicológicos observados en pacientes con
des mentales, si bien todas ellas son discutibles. Según dolor precedan al comienzo del dolor o aparezcan o
el modelo psicodinámico, el dolor debe ser conside- se reactiven como consecuencia del dolor. Este mode-
rado como un síntoma de alguna disfunción psicoló- lo tiende a seguir las líneas del dualismo cuerpo-men-
gica subyacente. Así, el comportamiento del enfermo, te, con una separación dicotómica, en vez del concep-
al igual que sus quejas, ha de ser considerado como to de interacción de múltiples variables, propio del
síntoma manifiesto de un conflicto psíquico irresuelto. modelo biopsicosocial, por lo que actualmente se insis-
El dolor físico entendido como la expresión somática te en abandonar dicha dicotomía.
de un “dolor” psíquico sin resolver. El conductismo
entiende el dolor como un problema en sí mismo que
es necesario abordar en su forma de expresión actual. CONSIDERACIONES DEL DOLOR OROFACIAL
Es el dolor el que está causando sufrimiento al pacien- La región orofacial es una parte integrante no sólo
te y no el sufrimiento interno quien causa el dolor. Res- de un cuerpo físico, sino también de una imagen cor-
pecto a los modelos biológicos, como ya se ha seña- poral o, dicho en otros términos, de un cuerpo repre-
lado previamente, existe una vinculación entre el dolor sentado a nivel psíquico. La boca es el asiento psico-
y los trastornos depresivos, por los mecanismos bio- lógico de las primeras necesidades fisiológicas y grati-
químicos comunes a ambos procesos. ficaciones emocionales, con ella se toma el gusto al
Las personas con este tipo de dolor suelen pre- mundo que nos rodea. La boca provee las primeras
sentar una biografía personal que puede considerarse sensaciones de seguridad, placer, satisfacción y éxito,
como desgraciada: crecimiento en el seno de familias llevando toda esta actividad oral a las primeras percep-
desestructuradas, en centros de acogida, orfanatos, ciones de sí mismo.
bajo nivel socioeconómico, escasa o nula escolari- Lo relevante es comprender el fuerte significado
dad e inicio de la actividad laboral a edades muy tem- psicosocial que tiene la zona oral para el ser humano,
pranas y en tareas poco cualificadas, que conllevan un de alguna forma en ella estamos íntegramente repre-
importante esfuerzo físico. Asimismo, se trata de indi- sentados y desvela nuestra intimidad.
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trastornos. En esta línea, la publicación en 1992 del tra- Aunque los estudios sobre el tema no han llega-
bajo de Dworkin y Le Resche Research Diagnostic Cri- do a resultados concluyentes y tampoco se ha encon-
teria for Temporomandibular Disorders (RDC/TMD): trado un tipo de personalidad específico predispues-
Review, Criteria, Examinations and Specifications, Criti- to para los TTM, parece que los pacientes obtienen
que supuso un hito importante en la delimitación de puntuaciones más altas en las escalas de neuroticis-
los TTM. Estos autores proponen un modelo de histo- mo. Estos pacientes utilizan estrategias de afrontamien-
ria clínica y de exploración odontológica que recoge, to pasivas (catastrofismo y búsqueda de apoyo social)
además de variables demográficas y características físi- que son poco eficaces en el control del dolor ya que
cas, todos los aspectos que se consideran relevantes aumentan la percepción del mismo. También se ha
para el diagnóstico de estos trastornos, articulados en descrito una asociación entre sujetos alexitímicos y la
torno a dos ejes. El primer eje (Eje I) abarca las condi- presencia de dolor orofacial en los TTM.
ciones clínico-físicas de la patología. Por su parte, el Eje Los factores psicosociales y rasgos de personalidad
II recoge la evaluación de la discapacidad funcional aso- también van a influir en el umbral doloroso que pre-
ciada con el dolor, así como información sobre el esta- sente cada paciente. Este hecho, según algunos auto-
do psicológico del paciente, distinguiendo cuatro dimen- res, podría explicar la mayor prevalencia de los TTM en
siones: intensidad del dolor, interferencia asociada al mujeres, ya que éstas tienden a pedir tratamiento más
dolor, depresión/síntomas inespecíficos y alteración fun- frecuentemente que los hombres, al tener un umbral
cional masticatoria. De este modo, Dworkin y LeResche al dolor más bajo y, por lo tanto, menor tolerancia al
proponen un diagnóstico multiaxial de los TTM que mismo. No obstante, otra de las explicaciones propues-
ha mostrado validez y utilidad clínica a través de dis- tas ha sido que las mujeres presentan niveles de estrés
tintas muestras y ha conseguido una elevada acepta- psicofisiológico más elevado, con niveles de hormonas
ción en el ámbito científico. del estrés más altos y presencia de receptores de estró-
Actualmente se tiende a considerar que los facto- geno que están ausentes en los hombres.
res psicológicos y psicosociales –entre los que se inclu-
yen factores individuales, interpersonales y diferentes
situaciones que tienen un impacto en la capacidad de PSICOPATOLOGÍA Y TTM
la función adaptativa del paciente– actúan como fac- Según Madland y cols. (2000) un 23% de los
tores predisponentes, desencadenantes y perpetuan- pacientes con dolor temporomandibular presentan sín-
tes de los TTM; es decir, aisladamente no provocarían tomas depresivos. La relación entre dolor orofacial y
el trastorno pero asociados a otros factores sobrepa- depresión, en las muestras estudiadas, se ha visto que
san la capacidad homeostática del individuo y des- comparte las mismas características que en los pacien-
encadenan patología. tes con dolor crónico de otras localizaciones. Como ya
Entre las diversas propuestas teóricas acerca de se ha explicado previamente, la causa por la cual
los mecanismos de actuación de los componentes psi- muchas personas con dolor crónico experimentan
cológicos y conductuales en la etiología y/o manteni- depresión no está del todo clara. Parece que la hipó-
miento de la sintomatología temporomandibular, la lla- tesis de la depresión como consecuencia del dolor cró-
mada «hipótesis psicofisiológica» de Mc Creary y cols. nico y la hipótesis de la mediación cognitivo - conduc-
(1991) es, quizá, la más estudiada y apoyada. Básica- tual serían las más aceptadas en el caso de los TTM.
mente postula que determinados rasgos de persona- Todavía no se sabe con certeza qué componentes o
lidad predisponen a sufrir sintomatología de estrés dimensiones del dolor comportan mayor riesgo de
incrementando, a su vez, la tensión e hiperactividad depresión. Parece que las limitaciones que el dolor
muscular general y/o específica de la zona temporo- provoca en la vida del paciente van a tener un peso
mandibular. La hiperactividad muscular, mediante la importante en el desarrollo de la depresión. Otras varia-
puesta en marcha de ciertos hábitos orales disfun- bles que también pueden relacionarse son: intensidad,
cionales, daría lugar al dolor orofacial así como a la ten- frecuencia y duración del dolor y soporte familiar. Así,
sión crónica muscular y a la disfunción articular exis- en estudios sobre la depresión en los TTM, se obser-
tentes en los pacientes con TTM. varon diferencias significativas entre hombres y muje-
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res. La depresión en las mujeres se asoció significati- da, siendo positiva la respuesta al tratamiento en la
vamente con la severidad del dolor, mientras que en práctica totalidad de los casos. Se ha observado que
los hombres la depresión se relacionó con la inactivi- los pacientes con TTM, cuya sintomatología era mus-
dad derivada del dolor. cular, mostraban niveles más elevados de depresión
Dworkin y LeResche, en el cuestionario del Eje II, y ansiedad que aquellos con problemática articular.
utilizan el instrumento Multidimensional Pain Inven- Otra cuestión a tener en cuenta es la posible aso-
tory (MPI) desarrollado por Turk y Rudy. El MPI mide ciación entre TTM y trastorno por estrés postraumáti-
la experiencia del dolor crónico desde una perspecti- co. No es infrecuente observar en la clínica pacientes
va cognitivo-conductual, evaluando aspectos del dolor con ambos trastornos asociados y se ha descrito que
como severidad, interferencia en la vida, apoyo social, estos pacientes presentan más dolor y peor evolución
estado de ánimo, etc. Permite distinguir entre pacien- que los pacientes que sólo presentan TTM.
tes disfuncionales (presentan altos niveles de dolor
percibido y malestar psicológico, escaso control perci-
bido sobre sus vidas e interferencia importante en sus RECOMENDACIONES EN ODONTOLOGÍA
actividades normales), pacientes con distrés interper- El dolor orofacial cuando deviene en crónico, inde-
sonal (presentan niveles similares al disfuncional en pendientemente de que exista una causa orgánica que
las variables de dolor, interferencia y control, pero des- lo justifique, va a compartir las mismas características
taca la ausencia de apoyo social percibido respecto que el dolor crónico de cualquier otra localización.
al trastorno) y pacientes con afrontamiento adaptati- Es importante que el especialista que evalúa y trata
vo (pacientes con menores niveles de malestar emo- a pacientes con dolor orofacial crónico comprenda este
cional e interferencia y mayores niveles de control per- dolor desde una perspectiva biopsicosocial, donde la diver-
cibido sobre sus vidas). En el Eje II, para la medición sidad en la expresión del dolor es explicada por una com-
de depresión y somatización se utilizan las subescalas pleja interrelación entre variables biológicas, psicológicas,
del Symptom Checklist – 90 (SCL-90). La escala para ambientales, y el contexto social y cultural, que van a con-
la depresión valora el estado anímico del paciente, sen- figurar la percepción del individuo y la respuesta al dolor,
timientos de tristeza, lentitud psicomotora, pérdida de llegando a tener las variables psicosociales un mayor peso
interés en actividades sociales, trabajo, apetito y libi- que los hallazgos clínicos en la intensidad del dolor e inter-
do. La escala para la somatización refleja la predispo- ferencia en la actividad diaria del paciente. Por ello, una
sición del paciente a padecer síntomas físicos no espe- mejoría substancial de la clínica es más difícil en aquellos
cíficos como dolor torácico, sudoración, adormecimien- cuadros en los que los factores psicosociales juegan un
to de partes del cuerpo, dolor de cabeza, dolor de papel predominante, por lo que es clave identificar cuan-
espalda baja, malestar digestivo, etc., la tendencia a to antes esos factores y actuar sobre ellos para promo-
solicitar tratamiento y trastornos emocionales. ver una mejor evolución.
Una cuestión importante, a la hora de evaluar la pre- El odontólogo, en la evaluación de los pacientes
sencia de psicopatología en estos pacientes, es la dife- con dolor orofacial crónico, deberá valorar la intensi-
renciación entre subtipos diagnósticos dentro de los dad del dolor y la discapacidad asociada, así como la
TTM: el Grupo I incluye los trastornos musculares, el presencia de síntomas depresivos y somatizaciones.
Grupo II recoge los trastornos por desplazamiento del En la figura 1 se expone un algoritmo diagnóstico
disco y el Grupo III incluye artralgias, artritis y artrosis. del paciente con dolor, en el que se emplean cuestio-
El perfil disfuncional se asocia al diagnóstico mus- narios autoaplicados, estandarizados y validados para
cular, mientras que el perfil adaptativo lo hace al tras- estos pacientes. Entre ellos encontramos:
torno por desplazamiento de disco. Epker y Gatchel • General Health Cuestionarie (GHQ): cuestionario
(2000) encontraron, en una muestra de 322 pacien- de 60, 30, 28 o 12 ítems (según versiones) para
tes, que aquellos cuyo perfil era disfuncional o con dis- evaluar la salud autopercibida.
trés interpersonal mostraban, frente al perfil adaptati- • Sympton Check List-90 (SCL) Depression scale:
vo, mayor presencia de psicopatología, mientras que cuestionario de detección para identificar síntomas
el perfil adaptativo mostraba una evolución más rápi- depresivos.
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Screening psiquiátrico
¿Puede deberse a otro trastorno mental presente
(SCL-depresión scale,
(ansiedad, depresión, psicosis....)?
STAI, etc.)
No
Manejo conservador en AP en caso
El síntoma predominante es de depresión o ansiedad
Derivación a Salud Mental si mala
evolución o psicosis
Hipocondría Sí No
Trastorno de dolor
<3 >3
Simulación Trastorno facticio
Trastorno somatomorfo Trastorno
indiferenciado somatomorfo
Derivación a Salud Mental
Manejo conservador en Atención Primaria
Derivación a Salud Mental si mala evolución
• State-Trait Anxiety Inventory (STAI): consta de dos - Multidimensional Pain Inventory (MPI): evalúa
partes. El STAI estado, que evalúa un estado emo- la percepción del paciente con respecto a cómo
cional transitorio, caracterizado por sentimientos responden los demás frente a su dolor, su par-
subjetivos. El STAI rasgo, que señala una propen- ticipación en las actividades diarias y la influen-
sión ansiosa, relativamente estable, que caracteri- cia del dolor en el estilo de vida global del
za a los individuos con tendencia a percibir las paciente.
situaciones de forma amenazadora. Otra cuestión importante a abordar en estos pacien-
• Escala de Madison: para valorar los componentes tes será el consumo de sustancias, entre ellas el alco-
psicógenos del dolor. hol, para lo que se utiliza el test AUDIT-C, que permi-
• Test de Othmer y Desouza: para el despistaje del te la detección de consumo de riesgo de alcohol,
trastorno de somatización. haciendo tres preguntas acerca de su consumo.
• Otros: En el caso de pacientes con TTM, un instrumen-
- Graded Chronic Pain Scale (GCPS): permite to sencillo que incluye varios de los cuestionarios arri-
medir el dolor y la incapacidad provocada por ba mencionado, es la evaluación de los factores bio-
el mismo. conductuales que se engloba dentro de los Research
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FARMACOLOGÍA
DEL DOLOR OROFACIAL
J.J. Meana Martínez1,2, E. Ginestal Gómez3
1Departamento de Farmacología, 2Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Men-
tal CIBERSAM, 3Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares, Servicio Clí-
nica Odontológica. Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea.
Neuromodulación
± coadyuvantes
Opioides potentes
± coadyuvantes
ante un paciente con antecedentes de gastropatía por comprimido o la cápsula, la dificultad para su deglu-
AINE se debe prescribir un fármaco lo menos gastro- ción, etc., son muy importantes en pacientes polime-
erosivo posible o bien asociar un protector gástrico. El dicados, en sujetos de edades avanzadas, con proble-
conocimiento de los principales efectos adversos ayu- mas dentales, etc. Es recomendable que el odontó-
da a prevenir situaciones indeseables. logo haya visto y revisado, personalmente, las presen-
Se entiende por conveniencia la adaptación del taciones comerciales de todos los fármacos que pres-
grupo farmacológico al paciente concreto y/o a las cribe de forma habitual. El creciente uso de fármacos
situaciones especiales concretas. Por ejemplo, debe- genéricos intercambiables entre ellos puede contribuir
mos conocer que el ácido acetilsalicílico debe ser uti- a la existencia de problemas en este ámbito.
lizado con precaución en sujetos asmáticos, ya que No debe olvidarse que la prescripción debe rea-
puede inducir crisis asmáticas, o que está contraindi- lizarse verbalmente y por escrito, con explicaciones cla-
cado en niños debido a la posibilidad, poco probable ras del objetivo terapéutico y advertencias generales
pero factible, de aparición del síndrome de Reye. sobre potenciales efectos adversos graves. Las pautas
El costo de los medicamentos debe ser un último de administración y la duración del tratamiento tam-
factor que debe guiar la selección de los mismos bajo bién deben dejarse perfectamente explicadas y deben
criterios de eficiencia. Debe tenderse a la utilización crearse las complicidades necesarias para que sean
no de los fármacos más baratos sino de aquellos que cumplimentadas correctamente. El prescriptor debe
presenten mejor relación entre los costos y la eficacia. asegurarse que sus instrucciones han sido compren-
Habitualmente, las guías terapéuticas establecen reco- didas por el paciente y/o acompañantes. Finalmente,
mendaciones en este sentido aunque las condiciones es recomendable, en cuantas ocasiones sea posible,
de modelo sanitario pueden generar variantes entre establecer una nueva consulta o mecanismos de revi-
diversos territorios. sión que confirmen el éxito terapéutico, la ausencia de
La selección de una pauta farmacológica debe reacciones indeseables inducidas por el tratamiento y
estar guiada por las recomendaciones de la ficha téc- el correcto cumplimiento del mismo.
nica del producto y adaptada al paciente concreto. No
deben realizarse aventuras terapéuticas en cuanto al
uso de fármacos fuera de indicación o fuera de dosis, FÁRMACOS ANALGÉSICOS:
porque resultan arriesgadas e ilegales. La infradosifica- PARACETAMOL Y AINE
ción es también una fuente de confusión muy frecuen-
te. El tipo de presentación de los fármacos debe ser Principios activos e indicaciones
considerado en todo momento por el terapeuta a la Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y el
hora de seleccionar la especialidad comercial concre- paracetamol constituyen un grupo farmacológico muy
ta. Detalles como el tamaño de la caja, el color del amplio (Tabla I). Su mecanismo de acción se basa en
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la inhibición de las enzimas ciclooxigenasa 1 y 2 (COX- Son indicaciones típicas de los AINE los dolores
1 y COX-2), encargadas de la síntesis de prostaglandi- agudos de naturaleza dentaria con componente infla-
nas, tromboxanos y otros productos generadores de matorio (pulpitis, periodontitis, abscesos, pericorona-
reacciones álgicas e inflamatorias locales. ritis y fracturas), los dolores originados en la articula-
Los AINE son fármacos analgésicos y antiinflama- ción temporomandibular, las mialgias locales, las mio-
torios, siendo las dosis analgésicas inferiores a las dosis sitis y las mialgias crónicas en general. Los cuadros de
antiinflamatorias (Tabla I). Por ello, es importante defi- origen autoinmune requieren de tratamiento más inten-
nir claramente el objetivo terapéutico en este sentido. sivo con fármacos antirreumáticos. La osteoartritis o
En algunos casos no se recomienda el uso como anal- artrosis degenerativa es un cuadro sin componente
gésico de ciertos AINE debido a su perfil de seguridad, inflamatorio donde el fármaco recomendado, por su
con alta frecuencia de efectos adversos. mejor perfil de seguridad, es el paracetamol.
El ácido acetilsalicílico (AAS) se incluye dentro de
los AINE, aunque posee una peculiaridad molecular Recomendaciones prácticas
que es su propiedad como inhibidor irreversible de para el uso de AINE
la COX. Esta propiedad convierte al AAS en un antia- La administración de los AINE debe realizarse ajus-
gregante plaquetario muy eficaz, lo que se aprove- tando la dosis al objetivo analgésico o antiinflamatorio.
cha en prevención de eventos cardiovasculares aso- Sus efectos no son dosis dependientes, por lo que ele-
ciados a la aterosclerosis. Existen presentaciones comer- var las dosis no conlleva incrementos de eficacia pero
ciales de acetilsalicilato de lisina de las que 900 mg incrementa el riesgo de efectos adversos. La ficha téc-
equivalen a 500 mg de AAS. nica de cada AINE y los catálogos terapéuticos acostum-
El paracetamol es el único fármaco de este grupo bran a definir la dosis máxima diaria recomendada.
que no posee propiedades antiinflamatorias y sólo No hay diferencias entre los AINE en cuanto a efi-
actúa como analgésico. Por ese motivo suele excluir- cacia, presentando todos ellos un efecto a dosis equi-
se del grupo de AINE. Existen presentaciones paren- valentes y techo analgésico similares. Las diferencias
terales para su uso analgésico posquirúrgico. entre AINE son de tipo farmacocinético, obligando a
La dipirona o metamizol es un fármaco de segun- una, dos o tres tomas diarias según el fármaco con-
da elección con baja actividad antiinflamatoria y cier- creto y también en el ámbito de la seguridad, ya que
to componente relajante de la fibra muscular lisa, lo su potencial gastroerosivo es diferente.
que explica su uso en dolores de naturaleza cólica. Cuando se decide un uso más allá de la unidosis,
Debe evitarse su utilización prolongada y recordarse los AINE y el paracetamol, al igual que el resto de los
que la presentación de ampollas con 2 g del produc- analgésicos, deben pautarse a tiempos reglados de
to está diseñada para tratar el dolor posquirúrgico en administración, evitando el uso a demanda. Aliviar el
dosis única y no para uso continuado. dolor es más difícil y lento que prevenir su aparición.
En la tabla I se presentan los AINE más habitual- No se recomienda la asociación de varios AINE por-
mente utilizados. Existen preparados comerciales de que no mejora la eficacia. Solamente el paracetamol
otros AINE de uso menos frecuente (flurbiprofeno, suele usarse asociado a otro AINE antiinflamatorio para
aceclofenaco, nabumetona, etc.) o que representan reducir las dosis de este último, evitando efectos adver-
enantiómeros de AINE (dexibuprofeno, dexketoprofe- sos.
no). Algunos AINE sólo están disponibles en el ámbi- El principal efecto adverso de los AINE es la produc-
to hospitalario (ketorolaco, piroxicam, parecoxib) debi- ción de cuadros de erosiones y lesiones gastrointestina-
do a que su perfil de seguridad sólo permite el uso a les. Hasta un 20% de los pacientes en tratamiento pro-
corto plazo. longado con AINE presentan molestias gastrointestina-
Celecoxib y etoricoxib son AINE inhibidores selecti- les y si se realizan estudios endoscópicos, la tasa de
vos de la COX-2, caracterizados por un mejor perfil de lesiones se incrementa. Las complicaciones de estas
seguridad respecto a la gastropatía aunque se ha demos- lesiones son la hemorragia digestiva y la perforación. En
trado que en uso prolongado incrementan el riesgo car- ocasiones, estas complicaciones debutan sin presencia
diovascular respecto a otros AINE no selectivos. de sintomatología menor previa (dolor epigástrico). El
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paracetamol es el único que carece de efectos gastro- ta los 12 años aproximadamente, debe evitarse el uso
erosivos, salvo que se utilice a dosis muy elevadas, pero de AAS debido a la posibilidad de aparición del síndro-
no tiene efecto antiinflamatorio. Las presentaciones de me de Reye en el contexto de infecciones víricas.
comprimidos recubiertos no representan una protec- Debe recordarse que los AINE interaccionan con
ción frente estas lesiones porque los efectos se deben los anticoagulantes orales, frecuentemente utilizados
a la acción sistémica inhibitoria sobre la producción de en personas de edad avanzada, incrementando el ries-
prostaglandina E por la mucosa gástrica. go de sangrado a cualquier nivel (hematurias, hemo-
Los AINE menos gastroerosivos son el ibuprofeno rragias digestivas, intracraneales, hematomas extensos,
y el diclofenaco, mientras que los oxicam (piroxicam, etc.). Se recomienda solicitar un reajuste de la dosis
meloxicam y otros no incluidos en la tabla I) son los más del anticoagulante oral inmediatamente después de
gastroerosivos. El AAS se sitúa en una posición interme- iniciar el tratamiento con AINE.
dia entre ellos. Los efectos gastrointestinales de todos En mujeres en edad fértil se recomienda utilizar
los AINE son dosis dependientes. los AINE más conocidos y que tienen garantizada la
El riesgo de lesión y/o hemorragia gastrointestinal ausencia de teratogenia. Debe recomendarse la reti-
se incrementa si el paciente está tomando otros fár- rada de AINE unos días antes del parto para reducir la
macos gastroerosivos (como glucocorticoides) o pro- intensidad hemorrágica.
hemorrágicos (anticoagulantes orales, antiagregantes Los pacientes con riesgos cardiovasculares de tipo
plaquetarios) así como en situaciones de estrés, pato- aterosclerótico y que ingieren AAS de manera continua-
logías graves, antecedentes de ulcus gastrointestinal y da con objetivos profilácticos suelen hacerlo a dosis bajas
con la edad. Se recomienda realizar gastroprotección (100 a 300 mg de AAS). Estas dosis son insuficientes
preventiva cuando se prescriban AINE (a dosis anal- para lograr objetivos analgésicos o antiinflamatorios por
gésicas o antiinflamatorias) en sujetos mayores de 65 lo que debe incrementarse la dosis de AAS. Si se deci-
años o que estén en alguna de las situaciones seña- de utilizar otro AINE diferente al AAS como antiinflama-
ladas. En caso contrario no está indicada la gastro- torio durante tiempo prolongado deberá solicitarse al
protección. La gastroprotección más habitual se reali- especialista en patología vascular la sustitución del antia-
za mediante la administración diaria, a primera hora gregante AAS por otro tipo clopidogrel, dado que los
de la mañana, de un inhibidor de la bomba de pro- AINE bloquean la actividad antiagregante de AAS.
tones, como omeprazol, en dosis diaria única de 20 La agranulocitosis es un cuadro grave, de apari-
mg por vía oral. No hay diferencia demostrada entre ción muy poco probable, y que se ha asociado espe-
los diferentes inhibidores de la bomba de protones. cialmente con algunos AINE como la dipirona.
El uso de inhibidores de la COX-2 (fármacos –coxib
como celecoxib, etoricoxib y otros ya retirados) no está
indicado como primera elección en todos los pacien- FÁRMACOS ANALGÉSICOS. OPIÁCEOS
tes con riesgo gastroerosivo porque, aunque son fár- MENORES Y MAYORES:
macos menos lesivos sobre la mucosa gástrica, incre- RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA
mentan los riesgos cardiovasculares en uso a largo pla- SU UTILIZACIÓN EN EL DOLOR OROFACIAL
zo siendo, además, productos de costo elevado. En el segundo escalón de la escalera terapéutica
Antes de la administración de AINE debe averiguar- de la OMS, los AINE o el paracetamol pueden asociar-
se si los pacientes presentan insuficiencia renal porque se a fármacos como tramadol y codeína. Existen pre-
pueden precipitarla en situaciones funcionales límite. parados comerciales que asocian fármacos de ambos
La hepatopatía grave es una complicación habi- grupos. Deben utilizarse cuando se comprueba una
tual de la ingesta accidental o voluntaria de paraceta- resistencia al efecto analgésico.
mol a dosis superiores a 10 g, por lo que debe evi- El uso de opiáceos en dolor orofacial es muy res-
tarse su administración en pacientes con alteracio- tringido y se limita a potenciar los efectos de los AINE
nes hepáticas. en dolores resistentes no inflamatorios o en dolores
En pacientes asmáticos puede desencadenarse la de tipo neuropático, cuando AINE y coadyuvantes se
reagudización tras la ingesta de AINE. En niños, y has- muestran insuficientes.
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Tramadol (a dosis inicial por vía oral de 50-100 orales utilizadas durante períodos cortos de tiempo. Si
mg/6-8 h en adultos) o codeína (a dosis oral de 30 se sospecha un proceso adictivo, debe procurarse una
mg/4-6 h en adultos) son los opiáceos menores inclui- retirada lenta del opiáceo. No debe olvidarse que los
dos en el segundo escalón de la OMS. opiáceos no son antiinflamatorios y que, por tanto, su
Dentro de los opiáceos mayores, los más habitual- uso en procesos de esta naturaleza requiere siempre
mente utilizados son la morfina, la buprenorfina y el de AINE o, en casos extremos, de glucocorticoides.
fentanilo. La morfina puede administrarse por vía oral Los opiáceos generan rápida tolerancia a sus efec-
(iniciar con 10 mg cada 12 h) o parenteral (iniciar con tos analgésicos y depresores del sistema nervioso, así
3-4 mg y ajustar dosis eficaz, repitiéndola si es preci- como a la actividad proemética; sin embargo, no se
so cada 4-6 h). La buprenorfina es un opiáceo muy genera tolerancia frente al estreñimiento. La tolerancia
seguro con un techo analgésico inferior a morfina y obliga a un incremento progresivo de las dosis para
que se usa por vía sublingual. El fentanilo está dispo- obtener eficacia analgésica.
nible en parches transdérmicos de dosis crecientes
para uso cada 72 horas y en comprimidos sublingua-
les, o bien para ser extendidos por la mucosa bucal FÁRMACOS ANALGÉSICOS.
cuando se busca un efecto analgésico frente a episo- FÁRMACOS COADYUVANTES.
dios de dolor irruptivo (Tabla II). RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA
La prescripción de opiáceos precisa del uso de SU UTILIZACIÓN EN EL DOLOR OROFACIAL
recetas especiales para estupefacientes. En condicio- Los fármacos coadyuvantes no tienen eficacia anal-
nes de uso crónico debe recordarse que, como con gésica por sí mismos pero resultan de interés asociados
todos los analgésicos, el tratamiento debe ser pauta- a AINE y a opiáceos. Su principal indicación es el dolor de
do y no a demanda. tipo neuropático como el producido por las neuralgias del
Además de su potente acción analgésica inducida trigémino y del glosofaríngeo, la neuralgia postherpética,
a nivel del sistema nervioso central sobre las vías del la neuralgia secundaria a neuropatía diabética, la odontal-
dolor, todos los opiáceos presentan efectos sedantes y gia atípica y las neuropatías traumáticas dolorosas.
pueden inducir náuseas y vómitos. Aunque muy rara La carbamazepina y la oxcarbazepina son dos antie-
por vía oral, se puede producir depresión respiratoria pilépticos utilizados de manera aguda como primera
por lo que deben evitarse en pacientes con insuficien- indicación en el tratamiento de las neuralgias del tri-
cias respiratorias. Son altamente astringentes, siendo gémino o del glosofaríngeo. La oxcarbazepina ofrece
ésta una de las complicaciones que más molestias gene- menos experiencia de uso y mayor riesgo de hipona-
ran a los pacientes bajo tratamiento continuado con tremia. Utilizados de manera crónica, puede ser nece-
opiáceos. La capacidad de dependencia generada por sario el control de los niveles plasmáticos para evitar
los opiáceos es baja en contextos clínicos y con dosis riesgos de toxicidad.
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En los episodios de dolor crónico secundarios a cuando los síntomas álgicos impiden el movimiento y
neuropatías, en la neuralgia postherpética y en el dolor deben administrarse con las precauciones quirúrgicas
de origen central los fármacos coadyuvantes de elec- habituales por personal entrenado y bajo anestesia
ción son la amitriptilina y la gabapentina. La amitripti- local previa. Cuando resulte necesario aplicar más de
lina es un antidepresivo tricíclico cuya utilización se ini- una infiltración deben espaciarse varias semanas.
cia a dosis de 10-25 mg/día en dosis única a la hora Están contraindicados en coagulopatías e infeccio-
de acostarse y que puede incrementarse en dosis de nes locales del área. No se recomiendan en sujetos jóve-
10-25 mg/día cada semana hasta un máximo de 150 nes. Deben darse al paciente instrucciones muy precisas
mg/día, siendo la dosis habitual la mitad de esta y sobre los cuidados posteriores a la administración y se
repartida en tres tomas. Se trata de dosis normalmen- recomienda la obtención de consentimiento informado
te inferiores a las utilizadas en terapéutica antidepre- previo. Suele administrarse entre 5 y 40 mg diluidos de
siva. Es habitual la aparición de efectos adversos de metilprednisolona, o de triamcinolona, en un volumen
tipo anticolinérgico (sequedad de boca, trastornos máximo de 0,5 ml. Puede usarse también betametaso-
de acomodación, retención urinaria), hipotensión pos- na (0,6-12 mg), en un volumen máximo de 0,5 ml.
tural, taquicardias y sedación. La retirada del tratamien-
to debe realizarse de manera gradual. Debe recordar-
se que los restantes antidepresivos no han mostrado RELAJANTES MUSCULARES
eficacia como coadyuvantes de analgésicos salvo la En los casos de mialgias con limitación funcional
duloxetina. La duloxetina es un fármaco relativamen- está recomendado la utilización de relajantes muscu-
te reciente y que posee indicación en el tratamiento lares. Los grupos farmacológicos habitualmente utiliza-
del dolor por neuropatía diabética y en fibromialgia a dos son las benzodiacepinas y otros miorrelajantes de
dosis única diaria de 60 mg por vía oral. acción central. Entre las benzodiacepinas la más utili-
La gabapentina es otro antiepiléptico con eviden- zada es el tetrazepam, a dosis iniciales de 25-50 mg/día
cia probada y cuyo uso se inicia a dosis de 300 mg/8 al acostarse pudiendo llegar a 50 mg/12 horas. La ciclo-
horas por vía oral, comenzando por la dosis nocturna benzaprina, relacionada con los antidepresivos tricícli-
debido a su efecto hipno-sedante. Pueden incremen- cos, y el metocarbamol, un ansiolítico, actúan también
tarse las dosis en 300 mg cada semana llegando alcan- como miorelajantes de acción central (Tabla III).
zar hasta 3.600 mg/día aunque la dosis habitual sue- Entre los medicamentos con actividad antiespás-
le estar entre 1.200-2.400 mg/día. La pregabalina es tica de acción central pueden citarse también el baclo-
un análogo de la gabapentina, con menor experiencia feno y, sobre todo, la tizanidina (2-4 mg/8 h por vía
de uso y que ofrece la ventaja de una menor frecuen- oral, con posibilidad de una dosis opcional suplemen-
cia de administración diaria. taria nocturna de 2-4 mg). Estos fármacos, y especial-
mente el baclofeno, tienen como indicación principal
la espasticidad secundaria a lesiones del sistema ner-
GLUCOCORTICOIDES vioso central como, por ejemplo, en el caso de la escle-
Se trata de fármacos con gran potencial antiinfla- rosis múltiple. Los espasmos y contracturas del mús-
matorio y que pueden ser administrados por vía intraar- culo esquelético no son indicaciones primarias de los
ticular. Deben reservarse para situaciones crónicas, mismos.
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