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Los trastornos fisiológicos que se producen en los tejidos vivos de las plantas dependen
de:
El daño por frío es un síndrome poco definido, con una amplia gama de síntomas en
numerosos cultivos susceptibles que resulta de la exposición a bajas temperaturas por
encima del punto de congelación. La causa del daño por frío no ha sido plenamente
aclarada, aunque la mayoría de las investigaciones sugieren un papel importante de la
degradación de las membranas celulares.
En las frutas y hortalizas siguen siendo los tejidos vivos que respiran después de la
separación de la planta a la cosecha. Las rutas metabólicas responsables del desarrollo
de color asociado con la maduración y la senescencia pueden seguir funcionando
después de esa separación. Además, las respuestas a las mecánicas, físicas, químicas, o
tensiones patológicas pueden conducir a cambios de color en los vegetales cosechados.
Las reacciones químicas, dependen de factores como lo son; la concentración, pH,
temperatura, disponibilidad y movilidad de sustratos, presencia de inhibidores y/o
catalizadores, el potencial de óxido-reducción.
Por ejemplo, los vegetales que producen gran cantidad de dióxido de carbono y
consumen mucho oxígeno son los más perecederos. La acumulación de CO2 retrasa el
proceso normal de ablandamiento y la perdida del color verde en algunas frutas. Pero
también el exceso del mismo puede producir mal sabor y marcas en la piel.
Recolección:
Los productos hortofrutícolas durante su período postcosecha experimentan una serie de
cambios, asociados a las reacciones bioquímicas que se llevan a cabo a nivel celular.
Del mismo modo, la interacción con el ambiente condiciona la vida útil y la calidad de
estos alimentos.
Uno de los más habituales son las enfermedades contraídas por heridas o golpes durante
la recolección.
Una práctica para la recolección, es el tirón, que puede provocar pequeñas heridas y ésta
una infección. Además, puede arrancar una parte de la piel del fruto. Esto evitaría que se
pueda mantener la fruta en buenas condiciones en el almacenamiento.
Transporte y Almacenamiento:
Es de suma importancia que el producto esté bien acondicionado, para evitar que se
trituren, golpeen o “machuquen”.
Esta variable es importante en términos de frescura; permite que la fruta tenga mejor
apariencia o promueve formación de moho u otras características poco deseables.
Por eso, es importante jugar con la humedad relativa alta o baja; las más recomendadas
están entre 85% y 95%, pero siempre se debe tener en cuenta si el producto la admite o
no.
El aire: es el medio que ayuda a eliminar el calor contenido en el ambiente de conserva.
Para que la temperatura sea uniforme debe existir flujo constante de aire, sin que en
caso de velocidad elevada del mismo, esto pueda afectar la calidad de los frutos.
En casos donde dicho flujo tiene mayor velocidad a la necesaria, afecta al producto con
pérdida de agua y por ende de peso. Entonces, el cuidado en control de flujos de aire
refrescante forzosamente debe nivelarse para evitar quemar o deshidratar el producto.
Idealmente el aire utilizado debe estar libre de agentes que puedan resultar perjudiciales
para la calidad de las frutas, punto donde el filtrado y control del aire deben cuidarse
En términos generales, cuanto mayor sea la temperatura, más rápido será el crecimiento
de moho e infecciones bacterianas
Clasificación y Selección:
Selección:
Una vez que la materia prima está limpia, se procede a la selección, es decir, a separar el
material que realmente se utilizará en el proceso, del que presenta algún defecto que lo
transforma en material de segunda. Por lo que será destinado a un uso diferente o
simplemente eliminado.
Se trata, de separar toda fruta u hortaliza que no presente uniformidad con el lote, en
cuanto a madurez, color, forma, tamaño, o presencia de daño mecánico o
microbiológico. La selección cumple la función de producir una homogeneidad y
generalmente es manual.
Clasificación:
Los tratamientos térmicos persiguen destruir agentes biológicos, como bacterias, virus y
parásitos con la finalidad de obtener productos más sanos; conseguir productos que
tengan una vida comercial más larga, debido fundamentalmente a la eliminación o
reducción de los microorganismos causantes de la alteración de los alimentos; y
disminuir la actividad de otros factores que afectan a la calidad de los alimentos, como
determinadas enzimas (por ejemplo, las que producen el oscurecimiento de los vegetales
cuando éstos son cortados).
Por tanto, las temperaturas altas aplicadas en los alimentos actúan impidiendo la
multiplicación de los microorganismos, causando la muerte de las formas vegetativas de
éstos o destruyendo las esporas formadas por ciertos microorganismos como mecanismo
de defensa frente a agresiones externas.
Frío: Las temperaturas bajas en este tipo de espacios buscan retardar las reacciones
químicas que provocan el crecimiento de microorganismos o enzimas presentes en los
alimentos. La proporción entre la disminución de temperatura y la nula aparición de
organismo anómalos debe garantizarse, para lo cual existen diversos métodos.
Refrigerar los alimentos es: conservar los productos a temperaturas superiores a las de
congelación; el método se aplica a frutas y verduras, ya sean frescas o enlatadas.
Reducción de agua:
El nivel de agua libre de un alimento, es decir el nivel de agua disponible para los
microorganismos, las reacciones químicas, etc. se expresa científicamente como
‘actividad de agua’ (Aw), y puede tener valores desde 0 hasta 1. Cuanto más elevada
sea la Aw, más probabilidad hay de que los microbios puedan proliferar
A menos agua libre en un alimento, menos crecimiento microbiano, lo que es igual a
menor alteración (y mayor conservación) del mismo.
Otros:
*Glaseado: recubrimiento con azúcar del alimento con una fina película de azúcar.
*Se usa radiaciones tanto ionizantes como no ionizantes (microondas), altas presiones,
campos eléctricos, etc. Se aplican también al envasado (vacío) y almacenamiento.
La operación consiste en eliminar la suciedad que el material trae consigo antes que
entre a la línea de proceso, evitando así complicaciones derivadas de la contaminación
que la materia prima puede contener. Este lavado debe realizarse con agua limpia, lo
más pura posible y de ser necesario potabilizada mediante la adición de hipoclorito de
sodio, a razón de 10 ml de solución al 10% por cada 100 litros de agua.
Es aconsejable ayudarse con implementos que permitan una limpieza adecuada del
material, de manera de evitar que la suciedad pase a las etapas siguientes del proceso.
Los distintos métodos y equipos de lavados son:
Pelado
Es otra operación que se realiza regularmente. Consiste en la remoción de la piel de la
fruta u hortaliza. Esta operación puede realizarse por medios físicos como el uso de
cuchillos o aparatos similares, también con el uso del calor; o mediante métodos
químicos que consisten básicamente en producir la descomposición de la pared celular
de las células externas, de la cutícula, de modo de remover la piel por pérdida de
integridad de los tejidos.
El pelado es una operación que permite una mejor presentación del producto, al mismo
tiempo que favorece la calidad sensorial al eliminar material de textura más firme y
áspera al consumo. Además, la piel muchas veces presenta un color que es afectado por
los procesos térmicos normalmente usados en los métodos de conservación.
Métodos de pelado:
-PELADO POR ABRASIÓN: La materia prima por pelar se pone en contacto con
rodillos o cilindros giratorios, los que le arrancan la piel que se elimina mediante la
aplicación de chorros de agua. cebolla, ajo, betabel y papa
-PELADO A VAPOR: En este sistema, la materia prima se somete por un tiempo corto
(de 15 a 30 segundos) a una corriente de vapor vivo que resquebraja la piel y la vuelve
fácilmente removible, mediante la aplicación de chorros de agua a presión, los cuales
además enfrían el producto. el tomate, zanahoria, remolacha, betabel y durazno maduro,
entre otros.
PELADO QUÍMICO: Este sistema consiste en sumergir o asperjar la materia prima que
se va a pelar en una solución de hidróxido de sodio (NaOH) a temperaturas cercanas a
ebullición (95-100 "C) durante periodos cortos (2-8 min) y muy controlados. El
hidróxido de sodio desintegra la piel, que se elimina posteriormente ya sea mediante
agua a presión (método tradicional), o bien sin aplicación de agua mediante rodillos de
goma (pelado químico en seco). durazno, manzana, pera, guayaba, segmentos de
toronja, papas, zanahorias, betabel, etc.
Los equipos de escaldado pueden trabajar de dos maneras distintas: con vapor o con
agua caliente. el tiempo de calentamiento dependerá del método utilizado, de la
temperatura y de las propiedades físicas del producto, por ejemplo el tamaño, la forma,
textura o madurez.
Escaldador a vapor.
Láminas multicapa.
HOJALATA.
La hojalata convencional consiste en una estructura multicapa con el acero en medio,
luego una capa de aleación de estaño/hierro, un capa protectora de estaño, otra de óxido
de estaño y, finalmente, una última capa de grasa lubricante.
ALUMINIO
Los envases de aleación de aluminio suelen recubrirse internamente con una laca
epoxifenólica o con base poliéster y externamente con recubrimientos de poliéster y de
fluoruro de polivinilo.
LÁMINAS MULTICAPA.
Los requisitos más importantes incluyen la utilización de envases herméticos de alta
barrera a los gases construidos con materiales que soporten adecuadamente el proceso
de esterilización. El material alta barrera más empleado para este tipo de aplicaciones es
el co-polímero de etileno-alcohol vinílico (EVOH), ya que además de tener
unas excelentes propiedades barrera a gases y compuestos de bajo peso molecular
(como los aromas) y de poder ser transformado con los mismos procesos que otros
materiales comunes como las poliolefinas, muestra una alta resistencia química a
disolventes, excelentes propiedades ópticas y físicas, buena resistencia térmica y
altísima velocidad de cristalización.
Proceso de enlatado
Autoclave de vapor:
Esterilización a la flama: Los envases metálicos son precalentados en una cámara con
vapor de agua y pasan a la cámara de esterilización a través de un movimiento rotatorio
entrando en contacto directo con una flama producida por la combustión de un gas,
luego van a una cámara de retención y posteriormente son enfriados.