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Sobre Una Génesis de La Iglesia Cristiana Primitiva
Sobre Una Génesis de La Iglesia Cristiana Primitiva
Reseña:
Cristianismos originarios, memoria para nuevas eclesiologías contextuales,
ecuménicas e interreligiosas.
Elaborado por:
Sergio Vinicio Molina Vásquez
1
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén” (Vol.1), España, Verbo Divino, 2009, 171-214.
2
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 171.
3
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 171.
4
Reina Valera, 1995
5
Reina Valera, 1995.
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Reina Valera, 1995.
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Reina Valera, 1995.
8
Reina Valera, 1995.
9
Reina Valera, 1995.
10
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 176.
Un punto clave dentro de iglecremiento fue el evento del Pentecostés, lo que fue
fundamental para alcanzar logros para «la misión cristiana»11, porque se lograron establecer
ciertas premisas, en primer lugar «Jerusalén se convirtió en el centro y la fuente de la misión
cristiana»12, en segundo lugar «mantener la continuidad del movimiento con el Israel de
antaño»13, y en tercer lugar, «el sostenimiento inicial de las posiciones teológicas y
eclesiales»14, teniendo como interés indicar que «el reino de Dios, seguía siendo un elemento
clave de la primitiva predicación y enseñanza cristiana»15, partiendo de que con la primera
venida de Jesucristo «el Reino de Dios se ha acercado» (Lucas 10:9)16, con la seguridad de
que «el Reino de Dios había llegado» (Lucas 11:20)17, con la convicción de que «el Reino de
Dios estaba entre ello» (Lucas 17:21)18 y con la esperanza escatológica de que «el Reino de
Dios venga» (Lucas 22:18)19, esto en contexto de la segunda venida de Jesucristo.
Por lo cual, convencidos y llenos del derramamiento del Espíritu Santo, la iglesia
primitiva del Nuevo Testamento, «anunciaba el evangelio del Reino de Dios» (Hechos
8:12)20, aceptaban el martirio y las tribulaciones porque estaban seguros «que a través de
ellas entrarían en el Reino de Dios» (Hechos 14:22)21, discutían con valentía y «persuadían
a otros acerca del Reino de Dios» (Hechos 19:8)22, testificando con fe y «declarando el Reino
de Dios» (Hechos 28:23)23 y finalmente «predicando el Reino de Dios y enseñando de
Jesucristo abiertamente y sin impedimento» (Hechos 28:31)24. Esto maravilloso solo se pudo
obtener mediante «el espíritu prometido como una realidad de la presencia y acción de poder
de Dios» 25.
11
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 178.
12
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 178.
13
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 178.
14
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 178.
15
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 182.
16
Reina Valera, 1995.
17
Reina Valera, 1995.
18
Reina Valera, 1995.
19
Reina Valera, 1995.
20
Reina Valera, 1995.
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Reina Valera, 1995.
22
Reina Valera, 1995.
23
Reina Valera, 1995.
24
Reina Valera, 1995.
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James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 178.
En ese sentido estos principios eclesiales dieron como resultado: el punto de arranque
del cristianismo desde Jerusalén, la autoridad y función de los doce Apóstoles, el rol y misión
de Israel, también la continuación de la misión cristológica en el libro de los Hechos,
continuando con una creciente necesidad de una guía del Espíritu Santo, afirmando la
seguridad y tangibilidad de la resurrección de Jesús, y la importancia de distinguir la
resurrección de Jesús y su ascensión al cielo.
Entre las prioridades teológicas podemos mencionar que «la misión de Jesús dependió
26
de la previa unción por el Espíritu Santo» , también que «la misión de los Apóstoles
depende del Espíritu Santo al otorgarles el poder necesario»27, por lo cual el libro de los
Hechos podría llamarse «Hechos del Espíritu Santo» y no tanto «Hechos de los Apóstoles»
por lo cual se puede enfatizar que «la efusión del Espíritu Santo en el día del Pentecostés iba
a potenciar y facilitar el culto y la adoración entre las naciones»28.
Para recapitular «lo más importante de todo para el cristianismo embrionario fue que
esa experiencia influyó de manera fundamental en que la primera generación cristiana se
entendería como el movimiento del Espíritu Santo»29, siendo el tema central «Jesús y el
desarrollo de su movimiento»30, entiendo que la muerte, resurrección y ascensión de Jesús
«fueron constitutivas del cristianismo»31 y en conclusión «el Pentecostés no debe hacernos
olvidar nunca que el cristianismo se entendió a si mismo en primer lugar como una religión
del Espíritu»32.
Continuando con la temática de los orígenes del cristianismo, es importante realizar
«Memoria para una reforma de la iglesia»33, artículo escrito por el Sacerdote Chileno, Pablo
Richard Guzmán, el cual tiene como propósito «reconstruir los orígenes del cristianismo en
sus primeros quinientos años, como propuesta para una futura reforma de la Iglesia
26
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 198.
27
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 198.
28
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 201.
29
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 214.
30
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 214.
31
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 214.
32
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén”, 214.
33
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, Revista Espiga, Costa
Rica, Universidad Estatal y a Distancia, nº 23, 2011, 53-77.
Católica»34, partiendo de una conciencia sobre una necesidad de una reconstrucción y de
«entender a Jesús en su plena humanidad e incluir a los cristianismos disidentes, perdidos y
marginados»35, todo esto estructurado bajo tres ejes básicos, en una primera parte resaltando
la importancia de tener memoria de los orígenes del cristianismo, en una segunda parte el
análisis de la Reforma y contra reforma en la Iglesia Católica, y en una ultima y tercera parte
los orígenes del credo y canon para un reforma actual de la Iglesia, finalizando así con un
advertencia «sobre la necesidad de superar el vacío profético actual y caminar hacia una
reforma de la Iglesia»36.
Un punto de partida importante es recordar que, para la reconstrucción de los orígenes
del cristianismo, es tener presente que inicia desde el «movimiento de Jesús»37, y que termina
con la formación y consolidación del «Imperio Romano»38, dentro de ese contexto cabe la
pena mencionar que «la transformación del Cristianismo en Imperio significó un fracaso para
el Movimiento de Jesús»39, porque aquel movimiento sencillo, sincero y humilde, fue
remplazado por la política, poder y riqueza, sobre dicho movimiento es importante mencionar
que en la actualidad «continua vivo, gracias a las sucesivas reformas de la Iglesia» 40, la
renovación ha sido vital porque se ha reflexionado de los errores y concesiones, tomando la
decisión de volver a las fuentes provocando un Reavivamiento y Reforma.
La etapa oscura dentro del cristianismo fue provocada por la misma Iglesia Católica
Romana que en su afán de tener el poder político y religioso, manteniendo el «pontifex
maximus», decidió prohibir la traducción de la Biblia en lenguas nativas, catalogo la Biblia
como parte de los libros prohibidos e impuso en el mundo dentro de una edad oscura
cuatrocientos años «sin las sagradas escrituras» 41, ahora bien solo para meditar una iglesia
sin la regla de fe y dirección que es la Biblia, es una iglesia vacía, hueca de pensamiento y
34
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 53.
35
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 53.
36
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 53.
37
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
38
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
39
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
40
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
41
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
portadora de mandamientos de hombres y falacias doctrinales que embriagan al mundo con
el vino de la confusión.
Ante tal situación se requirió la ayuda del «Concilio Vaticano II» donde su propósito
fue «reconstruir la identidad perdida de la Iglesia como Movimiento de Jesús en la
actualidad»42 a través de la «Teología de la Liberación y las Comunidades Eclesiales de
Base»43, evidenciaron el retroceso eclesiológico, la perdida de vocación y señalaron «la
urgente necesidad de una reconstrucción para tener un futuro con esperanza» 44, por lo cual
se buscará la unidad fundamental de «Memoria, Credo y Canon» para la necesaria reforma
de la Iglesia.
Sobre la memoria de los orígenes del cristianismo, se debe partir desde la premisa de
«¿Quién era Jesús antes del cristianismo?» 45, lo que hay que entender en primera instancia
es que la temática central de la predicación de Jesús fue el Reino de Dios y la salvación, por
lo cual es importante destacar que solo podemos «entender a Jesús a partir de su plena
humanidad»46, porque «no es Dios el que nos revela a Jesús, es Jesús el que nos revela a
Dios»47, mediante «cruz como en la resurrección Jesús nos reveló su condición humana»48.
Uno de los fracasos mas contrastantes de la iglesia se dio cuando «la iglesia usa el
poder sagrado para imponerse en la sociedad»49, no teniendo escrúpulos y quedando impune
en casos controversiales y imponiendo su punto de vista en la política, por lo cual para poder
llegar a esa reforma efectiva se debe tener una memoria sin exclusiones, que llame a los
errores por su nombre y que no trate de ocultarse mediante dogmas, doctrinas, tradiciones
los crímenes contra lesa humanidad, dictaminados por la iglesia en el nombre de Dios.
42
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
43
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
44
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
45
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
46
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
47
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
48
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
49
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 54.
Al reflexionar sobre este punto, se podrá «construir el Movimiento de Jesús sobre una
base ya institucionalizada por la misma Iglesia»50, lo que llevará a no excluir, marginar y
discriminar a los cristianos disidentes, perdidos o marginados, mediante políticas represivas
e inquisidoras distintas ordenes como la orden de Jesús se dedicaron a perseguir, torturar, y
ser inquisidores con lo que para ellos eran herejes, llámese científicos, pensadores, grupos
originarios y cristianismos que se oponían al sistema político religioso papal, fue «la
destrucción de los herejes, de su memoria, y muchas veces de sus vidas»51, queda registrado
en la historia de manera indeleble y con un refuerzo negativo para la memoria del
Movimiento Histórico de Jesús.
De esa manera una referencia interesante eran los testimonios de vida de las
comunidades de fe primitivas de los años setenta al ciento treinta y cinco después de Cristo,
donde la fuerte represión, percusión, martirio, ejecución y exilio del Imperio Romano,
probando así la emergente Iglesia Cristiana del Nuevo Testamento, fue mediante los escritos
proféticos, escatológicos y apocalípticos que los cristianos de la segunda generación lograron
identificar la Bestia dentro de ese momento histórico reflejado en la Roma Imperial «que se
emborracha con la sangre de los mártires de Jesús»56 y que posteriormente se convertiría en
la Roma Papal y esta «se emborracha a todas las naciones y demás iglesias con el vino de sus
50
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 56.
51
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 56.
52
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 56.
53
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 56.
54
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 57.
55
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 57.
56
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 59.
idolatrías y confusión» (Apocalipsis 17:1-2)57, manteniendo así firme la esperanza
escatológica que si «se mantenían fieles hasta la muerte, Dios les daría la corona de vida».
57
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 61.
58
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 127.
59
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 128.
60
Justo González, “Historia del Cristianismo”, Tomo 1, España, CLIE, 101-121.
61
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 101.
62
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 103.
Entre sus tratados destacados se encuentran «la demostración de la fe apostólica y la
refutación a la falsa gnosis»63, obra conocida como «Contra las herejías»64 tratando de refutar
a los gnósticos, desde una cosmovisión pastoral, Irineo afirmaba que «Dios es el divino pastor
y va dirigiendo a su creación hacia la consumación final»65, desarrolla finalmente una
teología Padrecéntrica, donde Dios dirigía e instruía a la humanidad, y su propósito era
«hacernos cada vez más semejantes a Él»66.
63
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 103.
64
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 103.
65
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 103.
66
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 104.
67
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 105.
68
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 105.
69
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 105.
70
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 106.
71
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 108.
72
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 108.
doctrinas cristianas encuentran apoyo en las enseñanzas de Platón»73, con el fin de que dichos
lectores se acercaran el cristianismo, sin el prejuicio que las comunidades primitivas eran
ignorantes o neófitos, entre su convencimiento personal Clemente creía que la verdad es una
sola y que por tanto que «cualquier verdad que Platón haya conocido no puede ser distinta
de la verdad que se ha revelado en Jesucristo y en las Escrituras»74
73
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 108.
74
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 108.
75
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 108.
76
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 108.
77
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 110.
78
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 110.
79
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 110.
80
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 110.
busca ha de hallar quiere decir que, una vez que uno ha encontrado la fe cristiana, toda la
búsqueda ha de cesar»81.
En ese sentido, según Tertuliano afirmaba que bastaba «con la regla de fe de la iglesia
y que toda otra búsqueda es peligrosa»82, por lo cual se opuso drásticamente a las corrientes
heréticas, con la valor y vigor en sus argumentos se encuentra, «más que en su lógica, en su
habilidad retórica, que llega hasta el sarcasmo» 83, dada esa realidad Tertuliano se convirtió
en el azote de los herejes y el campeón de la ortodoxia, oponiéndose a la corriente herética
de los montanistas, e imponiendo un legalismo extremo que no cuadraba en la manera de ser
de la iglesia cristiana primitiva de aquel entonces.
Como último punto en relación con dicho personaje es que «Tertuliano fue un arduo
defensor de la ortodoxia frente a toda clase de herejías, pero lamentablemente terminó por
unirse a uno de los movimientos que el resto de la iglesia consideraba herético»84, en palabras
del Apóstol Pablo «la mucha letra mata», pero aun después de ser un hereje más siguió
produciendo obras y formulas teológicas que serian de gran importancia para la iglesia. Esto
lo convirtió en «el primer teólogo cristiano que escribió en lengua latina, que era la lengua
común en la mitad del Imperio y por lo tanto su pensamiento influyó notablemente sobre
toda la teología»85.
81
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 112.
82
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 112.
83
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 113.
84
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 117.
85
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 117.
86
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 117.
87
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 117.
columnas del Antiguo Testamento en diversas formas; el texto hebreo, una transliteración en
las letras griegas de ese mismo texto.
Orígenes compuso «comentarios y sermones sobre buena parte del texto bíblico»88,
su apología contra Celso, y su gran obra sistemática, de los primeros principios, más conocida
como «De principiis»89, la teología de Orígenes sigue un espíritu muy parecido al de su
maestro Clemente, también intento relacionar «la fe cristiana con la filosofía que estaba en
boga en Alejandría en esa época»90, dentro de sus afirmaciones podemos destacar que dicho
maestro presentaba que «el propósito de Dios era que los espíritus que había creado se
dedicaran a su contemplación»91, analizando su teología, y enfrentamientos con los gnósticos
se puede decir que el pensamiento de «Orígenes parece ser más platónico que cristiano»92.
En síntesis «Los documentos citados representan la otra cara del cristianismo, los
cristianismos perdidos y los maestros cristianos malinterpretados, perseguidos, ignorados y
silenciados»96, de esa manera se reconstruye una historia de la Iglesia y de Teología donde
estos movimientos no existen. Siendo de esa manera que «no podemos reconstruir la
88
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 118.
89
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 118.
90
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 119.
91
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 120.
92
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 121.
93
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 121.
94
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 121.
95
Justo González, “Historia del Cristianismo”, 121.
96
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 63.
memoria del Movimiento de Jesús, si no reconstruimos la memoria de todos esos
cristianismos perdidos, de sus teologías y sus maestros»97.
Avanzando con la historia eclesiástica vemos los aportes y desaciertos que produjo la
evolución de las comunidades de fe primitivas a una organización e institución donde los
mas beneficiados fueron los obispos, clero, presbíteros, papas, en contradicción con los
profetas y maestros, olvidando la base nuclear que era la hermandad lo que es la Iglesia.
Diocleciano utilizó «la restauración del culto tradicional a los dioses imperiales, lo
que lleva necesariamente a la destrucción del cristianismo como proyectos opuestos a los
dioses»98, ya que en la Ley de Dios y la tradición judeocristiana estaban claros de «No tener
dioses ajenos aparte de Yahvé», este Emperador impulso el culto hacia el Imperio y al
Emperador divinizándose como un dios.
Por su parte Constantino «utilizo la religión para lograr la unificación del Imperio, lo
que implicó una intervención creciente de los emperadores en los asuntos religiosos» 99 y la
cual ha sido la lucha de muchos movimientos en favor del Estado Laico que busca esa
separación de la política y la religión, Constantino mediante utopías en referencia a un signo
para vencer, y con la ayuda de su madre, en una sociedad volátil, manipularon a la sociedad,
con las falsas reliquias traídas de Jerusalén, los cuales se volvieron punto de adoración,
veneración y estafa, al asumir que tenían los clavos de la cruz, las espinas de la corona, las
astillas de la cruz, el buscar la unión con el paganismo, cambiando el día de adoración
estipulado en las Sagradas Escrituras, por la adoración al sol invictus, dándose prerrogativas
de ser el representante de Dios en la tierra, su falsa conversión al cristianismo se volvió «no
un triunfo para la Iglesia, sino su más profundo fracaso»100.
97
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 64.
98
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 65.
99
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 65.
100
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 65.
101
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 67.
manifestaciones de poder y el ceremonial imperial imperante en el ámbito civil, «el color
purpura era el color distintivo del Emperador y de su corte. Los cardenales se les conoce
como los príncipes purpurados en la Iglesia Católica»102, finalizando con una declaración y
afirmación contundente «el Papado se parece más a Constantino que a Pedro»103,
declarándose dios en la Tierra, afirmando ser infalible, asumiendo prerrogativas para
perdonar pecados, enfatizando que es el vicario de Cristo, cambiando los tiempos y días de
adoración suplantando la Ley de Dios y estableciendo mandamientos de hombres.
102
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 67.
103
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 67.
104
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 68.
105
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 68.
106
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 68.
107
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 68.
doctrinal?, quitando esa riqueza diferenciadora y única de cada contexto religioso y
denominacional.
Para esa construcción del Credo, parte de una continuidad y fidelidad a la enseñanza
apostólica, no como símbolo, pero si como signo de reconocimiento, «lo que caracteriza a la
fe cristiana es que sea recibida y vivida en la Iglesia, por eso se precisa en formulas
111
comunicables, en signos de reconocimiento y de convergencia de la unidad en Cristo» ,
formulando de esa manera el «Símbolo Apostólico» el cual contenía una estructura
«fundamentalmente trinitaria y cristológica»112, representaba también una «profesión de fe
austera, evidenciada por una gran simplicidad, movida en la serenidad de la fe»113.
Desde un sentido teológico del Credo podemos mencionar que este se compone de
tres artículos principales; en el primero se «afirma creer en un solo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la Tierra»114, en segundo lugar, en «Jesucristo, su único
Hijo y Señor nuestro»115 y en tercer lugar en «el Espíritu Santo, presente en la Iglesia»116.
Afirmando que «Sólo de Dios puede decirse en sentido fuerte ¡Creo en Él!»117
108
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, Editorial Herder, 116-129.
109
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 116.
110
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 116.
111
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 117.
112
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 118.
113
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 118.
114
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 120.
115
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 120.
116
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 120.
117
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 120.
Finalmente, esta regularización de la fe «requiere idealmente una participación de
toda la comunidad en la definición siempre imperfecta, provisoria y parcial de lo que se
cree»118, en ese sentido lo que requiere una estructura episcopal y clerical que la Iglesia
impuso en los primeros siglos, no favoreció a la regulación comunitaria, «porque confirió a
los obispos y al clero un poder y una ciencia que desanimaban a cualquier participación,
pensadora y creadora de las comunidades»119, pero si bien la estructura bajo un credo ayudó
a forjar una unidad de la Iglesia como institución frente a las herejías más radicales, terminó
«contribuyendo a falsear las reglas de la regularización de la fe en el interior mismo de la
iglesia»120, mediante la imposición de dogmas, doctrinas, y tradiciones olvidando sus
orígenes híbridos y enriquecedores de los cristianismos primitivos.
Del contenido del Credo a convertirse en una regla de fe podemos mencionar que la
historia eclesiástica «distingue claramente los hombres de las doctrinas y los textos que son
ortodoxos de los que no lo son»121, por lo tanto, se buscó la unidad y la ortodoxia como
salvaguardas, y en resumen fue «la regulación de la fe ejercida sin descanso desde los
orígenes y con conocimientos de causa»122, donde Obispos y teólogos eclesiásticos velaron
sin desfallecer por mantener una base doctrinal, por lo cual los herejes se desviaron de sus
doctrinas y escritos.
118
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 129.
119
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 129.
120
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 129.
121
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 123.
122
Evangelista Vilanova, “Historia de la Teología Cristiana” España, 125.
123
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 69.
la Escritura «Tenemos un Intercesor ante el Padre, Jesucristo el Justo» (1 Juan 2:1) 124, este
comentario no busca desvirtuar el papel humano e histórico de María como una mujer
piadosa, virtuosa, amorosa y funcional en el proceso enseñanza aprendizaje en la infancia y
niñez de Jesús.
Es entonces que se puede hacer una visualización del Sacro Imperio Romano
Cristiano y observar la evolución del mismo, primero los cristianos son brutalmente
perseguidos en todo el Imperio en la Época de Diocleciano, seguidamente bajo el edicto de
Constantino de la libertad de cultos, los cristianos pasan de perseguidos a tolerados, después
en una tercera instancia ante la declaración de Teodosio de que el cristianismo era la religión
del Imperio, los cristianos pasan de tolerados a privilegiadas, como cuarto punto la iglesia
utiliza el poder imperial para perseguir herejes y otros enemigos de la Iglesia, en palabras del
trovador Facundo Cabral «El conquistador, por cuidar su conquista, se convierte en esclavo
de lo que conquistó. Es decir que, jodiendo, se jodió»127, la Iglesia lamentablemente se volvió
124
Reina Valera, 1995.
125
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 69.
126
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 69.
127
Pobrecito Mi Patrón, Facundo Cabral.
todo aquello que había despreciado ahora perseguía inquisitivamente, tenia «Guerras Santas»
en el nombre de Dios. En esta quinta parte también la Iglesia y el Imperio Romano
concurrieron como dos poderes al mismo nivel, la unidad político-religiosa, dándole
autoridad para expropiar, poner y quitar reyes, como sexto punto también la bola de nieve
fue tan grande que la Iglesia se impone sobre el Imperio Romano, a través del sistema político
religioso del Papado e iniciando la etapa de la pornocracia papal y como una séptima etapa
la Iglesia finalmente sustituye al Imperio Romano hasta nuestros días buscando el apoyo para
restaurar su imagen mediante Estados Unidos, la Organización de las Naciones Unidas, la
Unión Europea que mediante un discurso de ética ecológica busca poder ejercer ese poder
sobre todas las naciones y potencias mundiales del mundo conocido.
En consonancia con la necesidad de una reforma actual en la iglesia, se opta por «una
memoria con esperanza»132, creyendo así que el Movimiento Histórico de Jesús debe ser
memoria, credo y canon para la reforma actual de la Iglesia, porque «si no sabemos hacia
donde vamos, por lo menos recuperaremos la memoria que nos permite saber de donde
venimos».
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Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 71.
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Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 71.
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Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 71.
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Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 71.
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Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 73.
Desafiando a la Iglesia que perdió la memoria de sus orígenes y en consecuencia
perdió su identidad y la capacidad de enfrentar la actualidad a una reforma profunda de sí
misma, siendo conscientes de la realidad eclesial concluimos que: «la iglesia ha comenzado
lentamente a un caminar hacia atrás, dejando un vacío profético, cada día más evidente»133.
El ultimo articulo a mencionar fue escrito por el Doctor en Teología Juan Vicente
Chopin, el cual se titula «Hacía una eclesiología responsable, Sobre la iglesia de los mártires
en El Salvador, según Monseñor Romero e Ellacuría»134 su propósito en dicho articulo es
afrontar la temática del martirio cristiano desde la perspectiva de la responsabilidad,
destacando que en la praxis eclesial se presenta al «martirio desde una categoría de
sacramento, evidenciado que esa dimensión tiene una fuerte base antropológica, filosófica y
litúrgico sacramental»135 y como conclusión presenta a la iglesia desde una sacramentalidad
responsable, es decir, los mártires es lo mas creíble de la realidad eclesial, «porque en ellos
se da el mayor grado de cercanía entre Dios y los hombres»136 .
133
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, 76.
134
Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría”, Revista Teoría y praxis, nº 16, 2010, 19-42.
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 19.
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 19.
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 19.
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 20.
pensamiento zubiriano a la realidad latinoamericana, evidente en su realismo histórico»139 ,
y el segundo el modo como relaciona «el Reino de Dios e Iglesia, en fin, su relación de su
vida y de su obra con testimonios»140, por lo cual uno de sus principales esfuerzos consiste
en precisar el sentido de la historicidad de la salvación, también dentro de su teología política
Ellacuría sostenía «que era necesario tomarse en serio el fenómeno de la secularización y que
había que verla no como un fenómeno menor del cual la teología no tuviera que
preocuparse»141
«La iglesia se debe tomar con responsabilidad los desafíos que presenta la realidad
histórica, haciéndose cargo, cargando y encargándose de ella; se debe hacer de la
salvación en la perspectiva del reino predicado por Jesús, vaya tomando cuerpo en la
historia»144.
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 20.
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 20.
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Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 20.
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Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 21.
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 21.
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Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 23.
También, que la mediación histórica como algo esencial a la revelación de Dios, bajo
tres dimensiones que reúnen características bíblicas y seculares de la libertad, justicia y amor,
porque solo de este modo «la iglesia puede encontrar su justa colocación, entre la revelación
de Dios y los afanes del mundo, ejercitar, en suma, su sacramentalidad en modo creíble»145.
Una de las claves de la lectura reflexiva radia en la historia del viviente Jesús, lo que
llevará a una interacción entre la praxis eclesial y la eclesiología, Arnulfo Romero «es un
ejemplo de la fuerza historia del evangelio»146 lo que lo llevo a su muerte, por un vil asesinato
porque «se acercó a su pueblo e hizo que el pueblo sintiera cercano a su Dios»147, una iglesia
vista desde una perspectiva del martirio será siempre cercana al pueblo y el pueblo, incluso
en su sentido secular, sentirá cercana a la iglesia, dentro del contexto de la trascendencia no
se renuncia a lo humano, sino como su superación y perfeccionamiento, se hacía real y creíble
el mensaje cristiano, dicho arzobispo sirvió de ejemplo para la eclesiología, porque demostró
que la salvación puede ser alcanzada mediante una conciencia social y humana.
En cambio, para Ellacuría se deben resaltar las características que deben configurar
la interacción entre el Reino de Dios y las luchas populares; «los elementos a resaltar son la
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Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 23.
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Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 24.
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Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 24.
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compasión, misericordia y la fe en los pobres»150, por lo cual se puede concluir que la teología
misma tiene una esencial forma profética y testimonial.
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 25.
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
Partiendo de esa realidad podemos visualizar que «el futuro no esta constituido por
las posibilidades escondidas en el presente; siendo autofundado en Dios, nos viene al
encuentro con la fuerza de su libertad amorosa»156, por lo cual no hay que tener miedo al
futuro, si como Iglesia olvidamos como Dios nos ha conducido en el pasado, porque
solamente teniendo la seguridad que «el don de Dios se concreta en el crucificado, en Él el
futuro prometido se entrelaza la libertad y el amor de Dios con la injusticia y la muerte, el
sentido ultimo con sinsentido para mostrar la victoria sobre todo aquello que es negativo»157.
El tiempo en que vivimos es una carta leída, es testimonio, marcado por un tiempo de
esperanza, pero no se trata de cualquier esperanza, «sino de los que murieron creyendo,
esperando lo prometido»158 y que a su tiempo segarán lo sembrado, teniendo la seguridad de
resurrección, es necesario crear la conciencia eclesiástica de mantener una esperanza
militante que se fuerza, que acciona, una esperanza cristiana, que mantiene una fe en toda
prueba, una esperanza que se convierte en dinamismo que mueve hacer salir de la tierra de
opresión a la tierra de promisión y que «no se alimenta de sueños idealistas que sacan de la
realidad»159, sino, más bien, se trata de la aceptación «de la promesa liberadora de Dios, que
actúa hasta el punto de dar la vida por todos»160.
Como punto final, en relación a la temática del martirio, esto se vuelve un sacramento
para todos los tiempos, el martirio pertenece a pleno titulo a la vida de la iglesia, «ignorar
este principio es tener una falsa idea de lo que es la historicidad y sacramentalidad de la
Iglesia»164, dada esa relación cuando nos encontramos con personas en otras tradiciones
religiosas, que también se han entregado hasta la muerte por defender los derechos de la
persona, «esas acciones no pueden que tener hondas raíces evangélicas, pues Jesús fue
asesinado, por mantener un estilo de vida coherente con sus principios y porque su
predicación y sus acciones no correspondían con la versión oficial de la religión y del poder
político de su tiempo»165.
Cuando la relación con el mundo es pacifica no hay mártires, pero, al mismo tiempo,
«cuando los mártires cesan esto significa que la iglesia ha perdido su credibilidad»166, la
escritora Ellen White haciendo referencia a dicho tema mencionó en uno de sus escritos lo
siguiente:
«El apóstol Pablo declara que “todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús,
padecerán persecución”. ¿Por qué, entonces, parece adormecida la persecución en
nuestros días? El único motivo es que la iglesia se ha conformado a las reglas del
mundo y por lo tanto no despierta oposición. La religión que se profesa hoy no tiene
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Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires en El
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Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría” 26.
el carácter puro y santo que distinguiera a la fe cristiana en los días de Cristo y sus
apóstoles. Si el cristianismo es aparentemente tan popular en el mundo, ello se debe
tan sólo al espíritu de transigencia con el pecado, a que las grandes verdades de la
Palabra de Dios son miradas con indiferencia, y a la poca piedad vital que hay en la
iglesia. Revivan la fe y el poder de la iglesia primitiva, y el espíritu de persecución
revivirá también y el fuego de la persecución volverá a encenderse»167.
167
White Ellen, “Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos”, 52.
Bibliografía
Pablo Richard, “Orígenes del cristianismo: memoria para una reforma de la Iglesia”, Revista
Espiga, Costa Rica, Universidad Estatal y a Distancia, # 23, 20212, páginas 53-77.
James D.G. Dunn, “Comenzando desde Jerusalén” (Vol.1), España, Verbo Divino, 2009,
páginas 171-214.
Justo González, “Historia del cristianismo”, Tomo 1, España, Clie, 2008, páginas 101-121.
Juan Vicente Chopin, “Hacia una eclesiología responsable. Sobre la iglesia de los mártires
en El Salvador, según Mons. O. A. Romero e I. Ellacuría”, Revista Teoría y praxis, #16,
2010, páginas 19-42.