Está en la página 1de 3

TP N°1

Santiago Torres.
3er Año - Profesorado de Filosofía.
Perspectiva Filosófico Pedagógico Didáctica.
1 - Preguntar qué es lo que hay que saber hoy sobre filosofía supone haber resuelto de
alguna manera y previamente qué es la filosofía. Sin embargo, sabemos que no hay una
única respuesta a esta pregunta. De las distintas maneras de responderla surgen enfoques
diversos que constituyen e informan esa entidad compleja denominada "pensamiento
filosófico". Filósofo es quien en el reconocimiento de lo que ignora instala la pregunta.
La filosofía aparece allí donde se pierde la seguridad de lo sabido, de las respuestas, y
surge la incertidumbre que promueven las preguntas. La actividad del filosofar cobra entidad
en tanto interpela el sentido del presente en el que acontece.
Podemos avanzar en qué hay que saber hoy sobre filosofía sin traicionar este gesto de
distanciamiento, esta dimensión "crítica" que nos permite el filosofar en este presente que
nos toca pensar y en la que se enmarca nuestra actividad. Llevar esta mirada de la
actualidad de la filosofía a las aulas, nos impone la necesidad de introducir una serie de
redefiniciones que recorren el espectro que va de los contenidos hasta la propia actividad
docente. En primer lugar, nos encontramos con que para "diagnosticar el presente",
cuestionarlo, interpelarlo, será necesario ampliar el campo de problemas a tratar, el
conjunto de temas a poner en discusión y someter al análisis.
Abordar las cuestiones ligadas a la construcción de la memoria, el valor de verdad del
testimonio así como las distintas formas en que cobra dimensión de lo "otro" de nuestra
cultura, de nuestros valores pueden, sin duda, contribuir a construir y sumar voces a una
actividad que, lejos de cerrar sentidos y constituirse en una imagen dogmática del
pensamiento, aspire a desarrollar un ejercicio de apertura, una incomodidad que sostenga
la tensión del pensar.
Finalmente, asumir esta perspectiva de la filosofía nos impone un desafío para su
enseñanza. El profesor de Filosofía tendrá la tarea de realizar un trabajo sobre sí mismo,
sobre su formación -quizás en contra de ella-, de modo que pueda efectivamente llevar a la
práctica con sus alumnos este ejercicio de pensamiento a través del cual se instala la
distancia necesaria para poder pensar este presente del que forma parte. Solo de este
modo será posible sostener aquel gesto filosófico,"crítico" propio de la disciplina.

2 - Comparto la opinión de la autora respecto a que la filosofía nos exige necesariamente y


más allá de la historia y sus posibilidades (o probabilidades), un profundo compromiso con
nuestro contexto histórico y nuestra propia formación. Me gustaría sumar a la propuesta del
filosofar pedagógico que propone Laura Agratti, aquella búsqueda que parece haber sido
olvidada por nuestra generación o cuanto menos ignorada como si de algo secundario se
tratase. Me refiero a la búsqueda de nuestra propia identidad filosófica.
La historia de nuestros pueblos latinoamericanos al igual que sus cosmovisiones,
tradiciones y construcciones culturales, son una herencia que han intentado de cierta forma,
y siguen intentando, opacar sin comprender que nuestro mestizaje se niega a la derrota de
su propia naturaleza. Filosofar también implica comprometerse no sólo con la cuestión
práctica y en este caso pedagógica, sino también con la producción del pensamiento libre.
Enseñar filosofía es también llevar al límite de los razonamientos las cuestiones
problemáticas de nuestro propio ser y de una identidad que se genera como el resultado de
la propia tarea del filosofar.
Es interesante la forma en que Agratti nos invita a reflexionar sobre nuestra propia tarea,
que ahí en lo más profundo de nuestra circunstancialidad ontológica genera otra cuestión:
¿Nuestra filosofía, o filosofar, es realmente libre, o se mantiene presa en las formas de un
pensamiento que no se corresponde a su propia forma de vivir y de entender la realidad??.
Pensar en la construcción de nuestras viejas y apartadas tradiciones, es también
comprometerse en aquella puja antigua que aún sigue vigente por demás.
Como profesorxs de filosofía no debemos dejar pasar por alto la tarea total de la reflexión y
sobre todo de aquella reflexión que construye un ser crítico y libre.
La educación debe seguir cuestionando sus métodos filosófico pedagógicos sin olvidar que
detrás de este arduo trabajo, también se disputa nuestra propia autenticidad y esa profunda
relación que poseemos y no debemos olvidar con nuestra realidad inmediata.

También podría gustarte