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de la Profesió n
Como profesional no sería acorde que se comente a otros la situación de Martín debiendo
preservar sus datos e intimidad. Entra en juego lo dicho por el que “no tiene contacto con
su familia y la única persona de confianza es su pareja” surge la pregunta “sí es la única
persona de confianza, ¿por qué no le quiere comentar su situación?”.
Tomaría esta ley ya que preserva sus documentaciones pedidas por su médico en donde
dan el resultado positivo de VIH a la vez que si existiera la necesidad de recurrir a un
tratamiento del tipo que sea dándole la libertad y respetando su derecho a decidir si
seguirlo o no.
Primero, Martín acudió con mucha angustia al enterarse de que su diagnóstico de VIH dio
positivo y con la decisión (destaco esto como algo importante) de no contarle a su pareja
acerca de este diagnóstico.
Frente a esto, tenemos que tener presente que: Martín es un sujeto de derechos, que
abarcan campos como el secreto profesional el cual implica que el profesional tiene
obligación de no revelar información recolectada en la práctica, hablamos de
confidencialidad que recae en el profesional que escucha, implica autonomía, y respeto
de esa subjetividad.
Si decimos que se debe preservar la total integridad del sujeto en todo campo de acción
de la psicología, también se debe mantener la confianza que brinde certeza de que la
práctica continuará.
Suponiendo qué Martín, conocedor de su cuadro, no tome los recaudos necesarios y las
recomendaciones médicas de cómo cuidarse a sí mismo y a su pareja (que sería un 3°
cercano a él) o que utilice dicha condición para “aprovecharse”, el psicólogo podría acudir
a un “levantamiento del secreto profesional” .Cito textual.
A) “Cuando sea exigido el bien del propio consultante, debido a que éste, por causas de
su estado, presumiblemente pudiera causarse un daño o causarlo a otros.” Que
corresponde al inciso 2.8.1.1.
B) “Cuando se trate de evitar la comisión de un delito o prevenir los daños que pudieran
derivar del mismo”. Que corresponde al inciso 2.8.1.2
C) “Cuando el propio consultante lo autorice o solicite por escrito, quedando a criterio del
profesional actuante la información que se brinde”. Que corresponde al inciso 2.8.1.4
¿Por qué tomo esto? Investigando sobre una duda que tenía sobre sí es o no delito
guardar como secreto una enfermedad venérea, encontré en la Constitución Nacional
Argentina la Ley N° 12.331 titulada “organización de la profilaxis de las enfermedades
venéreas, y a su tratamiento sanitario en todo territorio nacional”. En la que se expresa:
Art. 7: Toda persona que padezca enfermedad venérea en período contagioso, está
obligada a hacerse tratar por un médico, ya privadamente, ya en un establecimiento
público.
Los padres o tutores de un menor que padezca enfermedad venérea, están obligados a
cuidar el tratamiento de su hijo o pupilo.
Art. 18: Será reprimido con la pena establecida en el artículo 202 del Código Penal, quien,
sabiéndose afectado de una enfermedad venérea transmisible, la contagia a otra persona.
En relación al secreto profesional, fue lo que me generó más dudas, una manera de
“violar” este aspecto sería por ejemplo que el psicólogo comente la situación de Martín en
relación a su enfermedad a su pareja y de esta manera estaría faltando al “deber” del
psicólogo de resguardar la información obtenida en su ejercicio con él desprotegiendo la
profesionalidad, o que por ejemplo la novia de Martín acuda al psicólogo con la intención
de que éste le comente sobre las sesiones con Martín y el psicólogo acceda violando así
aquel principio por el cual se expresa que “no debe el psicólogo intervenir en situaciones
que lo obliguen a delatar o revelar lo recopilado como información importante”. O que
envíe esta información a otros colegas (que no formen parte del tratamiento de Martín)
incumpliendo a su obligación de poder garantizar la confidencialidad del almacenamiento
de datos y registros que se suponen están solo “bajo su control”. O en una situación de
legalidad y necesidad de levantar este secreto el psicólogo se niegue a hacerlo.
C) Ahora, si tomo lo visto con respecto a la “ética de las intenciones” y la “ética de las
consecuencias”. Podría decir que basándome en la ética de las consecuencias frente a
una situación en la que Martín ponga en riesgo a terceros (por ejemplo su novia) y bajo un
marco normativo y legal que avale la decisión del profesional, éste podría levantar el
secreto profesional ya que esta ética evalúa si algo es “bueno” según sus resultados y
consecuencias; sí levantar el secreto profesional va a permitir preservar la salud de un
tercero entonces podría hacerlo.
Con respecto a la ética de la intención la cual nos dice que un acto es bueno o malo
según la intención con la que se realizó, desde el consentimiento informado con el que
Martín podría aceptar o rechazar un tratamiento específico frente a su enfermedad siendo
argumentado tanto por el psicólogo como por su médico de cabecera. Otra forma se me
ocurre pensar en que si el profesional comenta a la pareja de Martín sobre la enfermedad
de éste con el fin de que sepa las precauciones que debe tener y los riesgos que puede
correr sería un acto “bueno” desde esa intención.
Nota: las citas textuales las copié tal cual para no modificar lo planteado en un marco
legal y nacional como lo es la constitución y los código creados por la FePra.