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PATRIA POTESTAD
Es el conjunto de derechos que la ley otorga a los padres de familia para representar al
hijo no emancipado y administrar y usufructuar los bienes de este. La ley otorga este
derecho como una manera de compensar el cumplimiento de las obligaciones naturales
que tienen los padres frente a sus hijos.
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Angarita, páginas 263 - 324
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El sujeto pasivo de la relación jurídico-sustantiva es el hijo no emancipado legítimo,
legitimado, adoptivo, o extramatrimonial reconocido voluntariamente.
Elementos de la patria potestad: Está regulada por normas de orden público y sus 3
elementos son: representación legal del hijo no emancipado, administración de los bienes
de este y el usufructo que estos generen. Cuando no hay acuerdo entre los titulares sobre
el ejercicio de la administración, usufructo o representación, se acudirá al juez de familia
para que dirima el conflicto.
La representación general u ordinaria es la que tienen los padres para los actos
que benefician al menor (como la adquisición de bienes) y para aquellos que lo
obligan a responder dentro de un proceso judicial o extrajudicial.
Las acciones contra el hijo de familia pueden dirigirse a cualquiera de los padres
porque ellos ejercen conjuntamente la patria potestad. No obstante, en materia penal
no es necesaria la intervención del padre para proceder en contra el hijo (art. 308
C.C.), aunque ellos deben proveer todos los recursos para su defensa y ayuda
durante el proceso. Situación diferente es materia civil (art. 306 C.C.) (entender
laboral, familia, comercial, etc.).
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La representación directa se da en los casos en los cuales el hijo de familia es
discapacitado mental absoluto. Quien actúa es el titular de la patria potestad, pero
ante ley el obligado o beneficiado es el menor.
Los bienes o patrimonio del hijo de familia provienen de los peculios. Los peculios pueden
ser: profesional o industrial y adventicio ordinario o extraordinario.
Peculio profesional o industrial está conformado por los bienes adquiridos por el hijo
como fruto de su trabajo o industria (art. 291.1). Sólo lo poseen los hijos menores
adultos, que tienen discapacidad mental relativa, pues son los que pueden trabajar.
Los impúberes, por tener una discapacidad mental absoluta, no pueden desarrollar
actividades jurídicas, salvo adquirir por posesión bienes muebles, a no ser que sea
demente o infante (art. 784), quienes no podrán tampoco adquirir bienes muebles por
posesión.
Con la ley 1098 de 2006, art. 35 y 114, se permite que los menores trabajen a partir de
los 15 años, pero con ciertas restricciones, y que los menores de esta edad ejerzan
actividades artísticas, culturales o deportivas.
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Ahora, con base en el Decreto 1664 de 2015, artículo 2.2.6.15.2.1.1, el permiso para la
enajenación de bienes o cuotas de menores o incapaces mayores de edad (recordar
que estos desaparecen con la ley 1996 de 2019), también se puede hacer por medio
de Escritura Pública ante Notario. Asimismo, y de conformidad con el Código General
del Proceso (Ley 1564 de 2012, art. 577 y 581), la venta de los bienes de los
discapacitados mentales ya no se tiene que hacer por medio de pública subasta.
Peculio adventicio. Está conformado por los bienes que el hijo de familia reciba a
título gratuito (herencia, donación o legado). Cuando el donante o testador dispone
expresamente que el usufructo de tales bienes corresponde al hijo y no a los padres es
adventicio extraordinario, pues si lo recibió por indignidad o desheredamiento de uno
de ellos o si sólo uno de los padres fue excluido, será adventicio ordinario pues el
padre no excluido, no indigno o no desheredado gozará del usufructo respectivo.
a) Si el donante o testador privó a uno de los padres, tanto del usufructo como de la
administración de los bienes, lo corresponderá al otro ejercer ambos derechos de
manera individual.
b) Si el donante o testador solo privó a uno de los padres del usufructo, pero no de la
administración; la administración será conjunta por parte de ambos padres, y el otro se
encarga del usufructo de manera individual.
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los discapacitados mentales sometidos a la patria potestad, tutela o curatela, para que
ejerzan una administración separada (art. 434).
Se llama “adjunto” porque está al lado de los padres ejerciendo uno de los derechos
que correspondería a la patria potestad: la administración de los bienes del menor,
mientras que los padres mantienen el usufructo y la representación legal; o solo la
representación, cuando el testador o donante tampoco les haya otorgado el usufructo.
El administrador adjunto no administra los bienes del peculio profesional o industrial del
menor, porque, frente a estos, se tiene al menor como si fuera plenamente capaz.
Si el patrimonio no excede las 500 s.m.l.m.v. puede ser designado como administrador
una persona natural, de lo contrario sería una entidad fiduciaria designada por el
testador o donante, salvo que el juez considere perjudicial que lo haga esa entidad.
De conformidad con el art. 301 del C.C., el hijo requiere autorización escrita de los
padres para tomar dinero a interés y comprar al fiado, siempre que no se trate del giro
ordinario del peculio profesional. Si la autorización falta, el menor solo quedará
obligado hasta el beneficio que le reporte el acto.
Según el art. 302 del C.C., los actos celebrados por fuera del peculio profesional y
ratificados por quienes ejercen patria potestad, obligan directamente a quien autorizó y
subsidiariamente al hijo hasta el beneficio reportado.
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El inventario solemne es un listado de los bienes que se hace ante juez, con testigo y
se protocoliza ante Notario por medio de escritura pública. Tiene como finalidad que se
devuelvan los mismos bienes que se recibieron o, en su defecto, el valor de los
mismos, acompañado de los frutos que se hayan obtenido y un detalle de la
administración. Cuando la administración la hacen los padres como guardadores, y no
en ejercicio de la patria potestad, se requiere dicho inventario, porque en este caso se
les aplica las normas comunes del ejercicio de la guarda (art. 468).
b) No se requiere caución. El usufructuario tiene que prestar caución (art. 834) como
norma general para las personas que administren bienes ajenos. No obstante, el
artículo 293 del C.C. exonera a los padres de la caución, porque se trata de un
usufructo legal y no de un usufructo contractual. Además, se parte del principio de que
el buen padre de familia sabrá conservar, disfrutar y restituir los bienes de su hijo (art.
869).
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Notario, con base en el Código General del Proceso (Ley 1564 de 2012, art. 577 y
581) y el Decreto 1664 de 2015, artículo 2.2.6.15.2.1.1. En caso de darse la
autorización, ya no se requiere que sea por pública subasta o remate público (como
lo establecía el art. 484, 740 del C.C.).
La omisión de esta formalidad produce nulidad que, según el art. 1741 C.C., es
relativa porque es en razón de las personas que ejecutan el acto.
Los guardadores, o los padres cuando actúan como guardadores y por fuera de la
patria potestad, pueden realizar estos actos sin autorización, cuando la cuantía es
inferior a 50 s.m.l.m.v. (art. 303 del C.C.).
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4. La donación de bienes inmuebles del hijo de familia está prohibida (art. 491, 304 del
C.C.), pero con autorización judicial podrán hacerse donaciones en dinero o bienes
muebles del pupilo.
6. Con respecto a donaciones y legados se debe tener en cuenta el art. 487, en donde
se requiere autorización para repudiar, y para aceptar se requiere hacerle tasación.
Los padres pierden la administración de los bienes del hijo, de una manera general con la
emancipación (art. 312) y de una manera particular cuando incurren en dolo o grave
negligencia (art. 299 y 300). El dolo puede acarrear sanción penal, la negligencia sólo
responsabilidad civil. Se presume culpa cuando se disminuyen considerablemente los
bienes o se aumenta considerablemente el pasivo sin causa justificada.
3. Usufructo legal.
El art. 291 del C.C. concede el derecho a quien ejerce la patria potestad para hacer suyos
los frutos producidos por los bienes del peculio adventicio ordinario del hijo de familia.
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Jurídicamente no debería llamarse usufructo porque no implica desmembramiento del
derecho real de dominio, sino goce de los frutos con finalidad de ayudar a los gastos de
educación y establecimiento del hijo (art. 257).
Con respecto a las causales de suspensión puede decirse que la demencia con
interdicción convierte en discapacitado mental absoluto a quien la padece, y el interdicto
para administrar sus bienes es discapacitado mental relativo, entonces al no ser capaces
de administrar sus propios bienes, tampoco lo son para administrar lo ajeno. No obstante,
estas dos causales no tienen aplicación, al ser figuras que fueron derogadas por la ley
1996 de 2019.
Con respecto a la 3 causal, larga ausencia, es perfectamente posible que los titulares de
la patria potestad estén ausentes y no descuiden sus deberes emanados de la patria
potestad, de ahí que se prefiera la redacción del anterior artículo que exigía que, de esa
ausencia, se presente un perjuicio grave a los intereses del hijo.
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LA EMANCIPACIÓN
Es un hecho que pone fin a la patria potestad. Puede ser voluntaria, legal o judicial.
Asimismo puede ser absoluta o relativa. Toda emancipación una vez efectuada es
irrevocable, es decir, no se vuelve a estar sometido a la patria potestad después de
haberse emancipado, ni tampoco se vuelve a recuperar por parte del padre que la haya
perdido.
b) Emancipación relativa. Si se extingue la patria potestad por uno solo de los padres.
d) Emancipación legal. Es la que se efectúa ipso iure cuando ocurra alguna de las
causales contempladas taxativamente por la ley. Opera aún en contra de la voluntad
de los padres o del menor y sin necesidad de formalismos (art. 314 del C.C.):
Por muerte real o presunta de ambos padres. Cuando muere uno solo se presenta
emancipación relativa; por lo tanto, se mantiene la patria potestad por parte del
padre sobreviviente y, en ese sentido, no habría emancipación legal como tal.
Por matrimonio o unión marital declarada del hijo mayor de 14 años (menor de 14
no se puede casar), porque éste junto con su cónyuge o compañero(a) pasan a ser
jefes de hogar. No obstante, al seguir siendo menor de 18 años requiere que se le
designe curador. Al divorciarse o declararse nulo el matrimonio, no se recupera la
patria potestad.
Por cumplir la mayoría de edad, pues adquiere plena capacidad.
e) Emancipación judicial. Se presenta por sentencia del juez en los casos del artículo
315 del C.C. No opera ipso iure como ocurre con la legal y con la voluntaria. Requiere
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de procedimiento judicial donde se pruebe la causal y su efecto es relativo, porque solo
se produce respecto del padre o madre que ejerza la patria potestad e incurre en una
de las causales:
Maltrato del hijo. No se requiere que sea habitual ni que ponga en peligro su vida o
integridad física o mental.
Por haber abandonado al hijo, tanto en lo moral como en lo económico.
Por depravación, entendida como todo vicio que denote corrupción, que desdiga de
lo idóneo del padre o de la madre para el ejercicio de la patria potestad.
Por ser condenado a pena privativa de la libertad superior a un año (por delito
doloso). Esta ha sido muy criticada porque se debió establecer en las causales de
emancipación legal, pues no tiene sentido que se inicie de un proceso civil para esto
cuando ya existe una sentencia de un juez penal.
Por el consentimiento para la adopción por parte de los padres biológicos.
Por condenar al adolescente por homicidio doloso, secuestro, extorción y delitos
agravados contra la libertad, integridad y formación sexual, y se compruebe que los
padres favorecieron tales conductas (Ley 1453 de 2011, art. 92).
Efectos de la emancipación.
Pone término a la patria potestad. Por lo tanto, los padres dejan de ser representantes
legales del hijo y tampoco continúan con la administración y usufructo de sus bienes.
Es irrevocable, no se recupera.
El menor emancipado queda sometido al régimen de guardas establecido por la Ley
1306 de 2009.
La emancipación no pone término a la institución de la autoridad paterna (art. 251).
La ley 1306 de 2009, en el artículo 26, señalaba que los padres, el Defensor de Familia o
el Ministerio Público podían pedir la interdicción de la persona con discapacidad mental
absoluta una vez llegara a la pubertad y, en todo caso, antes de la mayoría de edad, con
la finalidad de mantener al adolescente como incapaz absoluto y permitir que operara la
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prórroga legal de la patria potestad cuando cumpliera la mayoría de edad. Lo anterior
impedía entonces que la persona se emancipara y fuera plenamente capaz.
El Juez imponía a los padres titulares de la patria potestad prorrogada de la persona con
discapacidad mental absoluta las obligaciones y recomendaciones de cuidado personal
que impondría a los curadores y, si lo consideraba conveniente o lo solicitaba el Defensor
de Familia, podía exigir la presentación de cuentas e informes anuales señalados en los
artículos 103 a 106 de la misma ley 1306 de 2009.
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