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LA TUTELA:
1.1. CONCEPTO DE TUTELA:
La tutela proviene del latín ídem que significa “protección”, “amparo”. Se trata
de una institución jurídica que tiene como objeto el cuidado de los incapaces y
de su patrimonio. Tienen tutor los menores que no estén bajo la patria potestad y
los nombrados incapaces en una sentencia.
“Es una institución de derecho familiar, que tiene por finalidad la guarda de la
persona y bienes del menor que no esté bajo patria potestad de sus padres, ya sea
por muerte de estos o porque se hallan privados del ejercerlo. Es por ello que se dice
que estas dos instituciones son de carácter excluyente, por el hecho que la tutela
toma lugar ante la falta de patria potestad”.
Mientras que para el tratadista cornejo Chávez. Es una figura supletoria de la patria
potestad, por lo cual se provee a la guarda de la persona y de los bienes de los
incapaces por razón de edad que carecen de padres expeditos (aptos para ejercer
patria potestad).
“Es una institución de amparo familiar que está formada por un conjunto de
derechos y obligaciones que la ley confiere a un tercero para que cuide de la persona
y los bienes de un menor de edad que no se halla sujeto a la patria potestad, el tutor
viene a llenar el dejado por el padre, de ahí que sus atributos son análogos pero no
iguales”.
En principio pueden ser tutores todas las personas capaces de ejercer por sí mismos
sus derechos civiles, porque el hecho de asumir este cargo es obligatorio para el
designado. Tal como señala duguit, “todo individuo tiene en la sociedad una cierta
función que cumplir, una cierta terea que ejecutar, por tanto, no puede rehusar al
cargo, tiene que aceptarlo”.
Para ser tutor se debe cumplir con ciertos requisitos los cuales son:
Las condiciones para ser tutor se toman en cuenta para salvaguardar los intereses
del menor es por eso que las leyes tratan de que este cargo recaiga en la persona
indicada o más idónea para que pueda cumplir con los fines de tutela, es por ello que
existen ciertos impedimentos que limitan a algunos el ejercicio de esta institución
tal como lo detallaremos en un título posterior, pero además existen escusas para
no ejercerla.
Los deberes y facultades del tutor son similares a las que posee un padre aun cuando
no sean iguales estas dos instituciones. El código distingue dos clases de
atribuciones, personales y patrimoniales:
a) Personales:
Alimentar y educar al menor de acuerdo con la condición del tutor.-
lo cual significa que el menor no puede quedar desamparado en cuanto a
estos aspectos que son esenciales para la vida humana, incluso se faculta al
tutor para demandar el pago de una pensión alimentaria cuando el menor
carezca de bienes o estos sean insuficientes.
La de proteger y defender al tutelado.- puesto que el tutor debe de cuidar
al pupilo como un buen padre de familia, recurriendo a la autoridad si fuera
preciso y , por supuesto bajo la vigilancia del concejo de familia.
La de representar al pupilo en todos los actos civiles.- sobre la materia
existe una excepción, en aquellos casos en que por disposición de la ley,
puede realizarlos por sí solo.
b) En cuanto a lo patrimonial las atribuciones son las siguientes:
Administrar los bienes del menor.- dicha administración debe efectuarse
de manera diligente y responsable.
Representar en todos los actos de su vida jurídica.- puesto que durante
su minoría de edad el tutelado no puede ejercer ningún derecho relativo a su
patrimonio, consiguientemente, es el tutor quien debe desempeñar dichos
actos como representante del menor sometido a tutela.
En principio, conforme lo ordena el artículo 517 del Código Civil, el cargo de tutor es
obligatorio.
Es de resaltar que el tutor debe proponer su excusa dentro del plazo de quince días
desde que tuvo noticia del nombramiento o desde que sobrevino el causal si está
ejerciendo el cargo. La excusa no puede proponerse después de vencido ese plazo.
Así lo determina el artículo 519 del Código Civil.
Según el artículo 515 del código civil están impedidos de ejercer tutela las siguientes
personas:
La tutela finaliza o concluye definitivamente por causas que proceden del estado o
situación del menor, lo que acontece cuando esta institución ya no es necesaria para
el tutelado y se dan en los siguientes casos:
Muerte del menor.- este hecho es que pone fin a la personalidad, de tal
modo que acaecido el deceso, el tutor tiene la obligación de rendir cuentas a
los herederos del menor.
Cesación de la incapacidad del menor.- lo cual ocurre en los siguientes
casos: por llegar el menor a los dieciocho años de edad, por haber contraído
matrimonio el menor o haber obtenido título oficial que lo autorice para
ejercer una profesión u oficio y por tener mujer menor de edad un hijo
extramatrimonial bajo su patria potestad.
Reingreso del menor a la patria potestad.- lo cual ocurre en dos
situaciones: cesar la incapacidad del padre o de la madre en caso del que el
curador del incapaz tenga la tutela de los hijos de éste. Art. 580 código civil;
y por ingresar el menor bajo la patria potestad.
b. En caso del tutor:
La tutela también termina por causas imputables al tutor que tiene carácter de
inhabilidad o indignidad, cuya remoción debe ser declarada por el juez; el cargo cesa
por las causales siguientes.
Muerte del tutor.- en tal eventualidad los herederos del tutor si son capaces
están en la obligación de continuar con la gestión de su causante hasta que se
designe un nuevo tutor.
Aceptación de renuncia del tutor.- supone que el tutor está ejerciendo el
cargo, pero que renuncia al sobrevenir impedimentos legales que no existían
al iniciarse el cargo.
Declaración de quiebra del tutor.- la declaratoria en quiebra produce la
cesación del cargo.
No ratificación del tutor.- esta solo procede en el caso de tutores dativos,
donde le concejo de familia tiene el deber de ratificarlo cada 2 años, una vez
transcurrido el tiempo de 30 días para hacerlo o no, se considerará que la
renovación ha sido fáctica.
Remoción del tutor.- es la destitución del cargo cuando se produce el
incumplimiento de sus funciones o deja de ser idóneo para seguir
ejerciéndolo.
2. LA CURATELA
La Curatela es una figura protectora del incapaz no amparado (en general o por
determinado caso) por la patria potestad ni por la tutela, o de persona capaz
circunstancialmente impedida, en cuya virtud se provee a la custodia y manejo de
los bienes o intereses de dicha persona y eventualmente a la defensa de la misma
persona y al restablecimiento de su salud o normalidad.1
1 Hector Cornejo - “ Derecho Familiar Peruano” – Tomo: III – Lima, Perú 1968
eventualmente, en cuya virtud se provee a la custodia y el manejo de sus bienes o a
la defensa de su persona”.2
2Javier R. Peralta Andia “ Derecho de Familia” en el Código Civil; Tercera Edición; IDEMSA –
Editorial Moreno S.A.: Lima - Perú 2002 – Página 574.
desde que dejaban estar sujetos a la patria potestad. La capacidad precoz otorgada
a los romanos de 14 años dio funestos resultados, por ello imaginaron y crearon
diversos sistemas de protección a los ciudadanos menores de 25 años. El primero
fue el de la Ley de Plaetoria, que establecía acción criminal pública contra el que
abusase de la inexperiencia del menor, permitiendo a éste solicitar del magistrado
el nombramiento de un curador. Después los pretores, no satisfechos con tal primer
ensayo tutelar, decidieron examinar todos los actos jurídicos en que tomasen parte
un ciudadano menor de 25 años, a fin de decretar la restitutio in integrum a favor de
éste, todas las veces que se estimara que había sufrido perjuicio en su patrimonio.
Hasta entonces, sin embargo, los menores de 25 años podían obtener un curador a
pedido suyo, para actos determinados. Marco Aurelio permitió el nombramiento de
curadores generales en base a la edad del menor, y Justiniano, por su parte introdujo
nuevas modificaciones al régimen de la curatela.
La primera, al igual que la patria potestad tal como la entienden Códigos como el
nuestro se dirige a prestar amparo a quienes atraviesan por una etapa de
incapacidad natural, que, por serlo, resulta inevitable. La segunda busca proteger a
quienes adolecen de una suerte de incapacidad accidental, que por, ello mismo no
sufren todos los seres humanos. Toda persona física tiene que pagar, por virtud de
su misma naturaleza (que ninguna ley humana puede modificar) el tributo de un
desamparo insoslayable, durante ella todos han sido, son y serán absoluta o
relativamente incapaces de velar por su propia formación, de ejercer sus derechos,
de asumir responsabilidades y hasta de proveer a su sustento primario y elemental.
A ellos se refieren la patria potestad y, cuando ésta falta, la tutela. No todos en
cambio, llegan a adolecer, alguna vez en su vida o por toda ella, de enfermedad
mental, la prodigabilidad, la toxicomanía o la condena privativa de la libertad.
Quienes las sufren, se incapacitan absolutamente o relativamente para ejercer sus
derechos y cumplir sus deberes. A ellos va dirigida la curatela.
De esta diferencia básica fluye otra, que es notoria e importante: mientras que la
tutela se orienta más a formar y defender a la persona del incapaz que al manejo de
su patrimonio; la curatela se endereza más hacía la custodia, defensa y manejo de
los bienes, que al cuidado y formación de la persona. No se quiere decir con esto,
naturalmente que el cuidado del patrimonio sea diferente al tutor, o que el de la
persona no incumba nunca al curador, más sí, por un parte, que la Tutela justifica y
se reclama aunque el menor no tenga bienes de ninguna especie, lo cual es además,
el caso ordinario; en tanto que las curatelas al menos alguna de ellas, apenas
tendrían sentido si no existiera patrimonio (como es el caso del pródigo o del mal
gestor); se parte, aún en lo que concierne específicamente a la persona del incapaz,
las responsabilidades del guardador, incluyendo fundamentalmente la educación y
la instrucción del incapaz, cuando se trata de la tutela, en esas funciones radica
precisamente lo más trascendente (la finalidad), mientras que nunca están
presentes cuando se trata de la curatela, la cual sólo busca, y no siempre, defender y
proteger al incapaz, más no formarlo ni educarlo.
De aquí que nos parezca que, en cierto modo, la tutela reemplaza a la patria potestad,
mientras que la curatela la continúa.
Si como ocurre en nuestra ley, se establece que, salvo las normas específicamente
dictadas para la curatela, está se rige por las reglas de la tutela, pierde importancia
el problema de la unificación o separación de ambas figuras, el problema de la
unificación o separación de ambas figuras, el problema se reduce entonces a los
límites para los cuales se instituye.
Con muy contadas salvedades, lo que se acaba de afirmar acerca del fundamento de
la curatela, se puede repetir en cuanto a sus caracteres; le corresponde también los
de la tutela.
Por tanto, la curatela se tipifica por la presencia en ella de interés colectivo y no sólo
individual , por el carácter público del cargo, la obligatoriedad de su asunción y
ejercicio como regla general, la supervigilancia del Estado, así como por los
caracteres de personalísimo e intransferible, permanente, de desempeño
generalmente unipersonal, y casi siempre remunerado.
La representación del menor, sin embargo no es total o absoluta, por que conforme
va alcanzado mayor capacidad de discernimiento, tendrá mayor participación en la
gestión y administración de sus bienes.
Los incapaces (para ejercer sus derechos civiles) mayores de edad (curatela
de incapaces).
La administración de bienes (curatela de bienes).
Asuntos determinados (curatela especial).
Instituida para los incapaces mayores de edad que comprende a tres grupos de
incapaces accidentales, y que atribuye al curador funciones relativas al cuidado de
la persona y el patrimonio del Curado, con mayor o menor acento en una u otra
función:
En nuestro ordenamiento con el artículo 568-A del Código Civil se permite que la
persona:
Además debe tenerse presente que los directores de los asilos son curadores
legítimos de los incapaces asilados (artículo 570 del Código Civil).
Así también el artículo 572° establece que los padres pueden nombrar curador por
testamento o escritura pública para sus hijos incapaces comprendidos en este
artículo. Cuando la curatela del incapaz corresponde a los padres se rige por las
disposiciones referentes a la Patria Potestad (Artículo 575 del Código Civil).
Así como lo señala el artículo 576 del código civil la principal función del curador es
proteger al incapaz y lograr su recuperación procurando que su representado
supere la causa que motivo su incapacidad. Se describen a continuación:
Conforme al artículo 580° del Código Civil, si el incapaz sujeto a curatela tiene hijos,
el curador de este será el tutor de los menores.
Esta curatela (de bienes) ha sido instituida con el objeto de proveer judicialmente a
una persona que pueda hacerse cargo de determinados bienes hasta que éstos sean
entregados a quien le pertenezcan. En efecto, muchos son los casos en los cuales un
patrimonio o parte de él quedan sin un sujeto de derecho a quien atribuirle, razón
por la cual debe designarse un curador que ejerza actos de mera administración y
conservación, así como para otros fines señalados por la ley.
Nuestro ordenamiento jurídico establece la curatela de bienes para los casos
siguientes:
El aludido artículo 47 del Código Civil establece: “ Cuando una persona no se halla en
el lugar de su domicilio y han transcurrido más de sesenta días sin noticias sobre su
paradero cualquier familiar hasta el cuarto grado de consanguinidad o afinidad,
excluyendo el más próximo al más remoto, puede solicitar la designación de curador
interino. También puede solicitarlo quien invoque legítimo interés en los negocios o
asuntos del desaparecido, con citación de los familiares conocidos y del Ministerio
Público. La solicitud se tramita como proceso no contencioso.
b. A falta de las personas llamadas por los artículos 569 y 573 del Código Civil,
ejercerá la curatela interina de los bienes del ausente o desaparecido la persona que
designe el juez.
A pedido de cualquier interesado o del Ministerio Público los bienes que han de
corresponder al que está por nacer, serán encargados a un curador si el padre
muere estando la madre destituida de la patria potestad. Esta curatela incumbe a la
persona designada por el padre para la tutela del hijo o la curatela de sus bienes, y
en su defecto, a la persona nombrada por el juez, a no ser que la madre hubiera
sido declarada incapaz, caso en el que su curador lo será también de los bienes del
concebido. (Artículo 598 del Código Civil).
Por otro lado, según el artículo 599 del Código Civil, el juez de primera instancia, de
oficio o a pedido del Ministerio Público o de cualquier persona que tenga legítimo
interés, deberá proveer a la administración de los bienes cuyo cuidado no incumbe
a nadie, e instituir una curatela, especialmente:
Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 603 del Código Civil, el jue que nombra
al curador puede señalarle sus facultades y obligaciones regulándolas, según las
circunstancias, por lo que está previsto para los tutores. Así lo determina el artículo
605 del Código Civil.
En lo que atañe al cese de la curatela de bienes se acaba por la extinción de los bienes
o por haberse entregado a quienes pertenecían. Naturalmente, cesa también por
todas las causas inherentes a la persona del curador, tales como la muerte,
incapacidad, renuncia, remoción, etc., el Código Civil establece claramente:
Que la curatela de los bienes cesa por la extinción de éstos o por haber
desaparecido los motivos que la determinaron (artículo 615 del Código Civil).
Que la curatela de los bienes del desaparecido cesa cuando reaparece o
cuando se le declara ausente o presuntamente muerto (Artículo 616 del
Código Civil)
La curatela de los bienes del concebido cesa por su nacimiento o por su
muerte (Artículo 617 del Código Civil)
Las curatelas especiales así como lo señala Peralta Andía: “... son aquellas curatelas
instituidas para finalidades específicas. Se diferencian de la curatela típica y de la
curatela de bienes en que, en éstas el sujeto de quien se trata no tiene guardador, ni
está capacitado legalmente para cuidar de sus propios intereses; mientras que en
las curatelas especiales el sujeto, el sujeto tiene un guardador: padre o madre, tutor
o curador, inclusive, puede ser el mismo, una persona capaz”. “Lo que ocurre es que
por circunstancias especiales y temporales sus bienes no están suficientemente
protegidos”.
Cuando los intereses de los hijos estén en oposición a los de sus padres que
ejerzan la patria potestad.
Cuando los hijos adquieran bienes cuya administración no corresponda a sus
padres.
Cuando los padres pierdan la administración de los bienes de sus hijos.
Cuando los intereses de los sujetos a tutela o curatela estén en oposición a
los de sus tutores o curadores o a los de otros menores o incapaces que con
ellos se hallen bajo un tutor o curador común.
Cuando los menores o incapaces tengan bienes lejos de su domicilio que no
puedan ser convenientemente administrados por el tutor o curador.
Cuando hayan negocios que exijan conocimientos especiales que no tenga
tutor o curador, o una administración separada de la que desempeña aquel.
cuando los que estando bajo tutela o curatela adquieran bienes con la
cláusula de no ser administrado por su tutor o curador general.
Cuando el representante legal esté impedido de ejercer sus funciones.
cuando una persona capaz no puede intervenir en un asunto urgente ni
designar apoderado.
Sobre el particular, cabe indicar que, conforme se desprende del artículo 606° del
Código civil y del inciso 1 de la quinta disposición final del Código Procesal Civil, la
pretensión de nombramiento de curador especial se sustancia en vía de proceso
sumarísimo.
Nada específico dice nuestra ley sobre la materia; por lo que a semejanza de lo que
ocurre en la mayor parte de las legislaciones del mundo, las mismas circunstancias
que incapacitan a alguien para la asunción y desempeño de la tutela, así como las
que facultan al llamado o designado para excusarse, tienen vigencia plena
tratándose de la curatela.
2.9. REQUISITOS PREVIOS AL EJERCICIO DE LA FUNCIÓN:
Sobre esta materia, también se puede hacer extensivas a la curatela las legisladas
para la Tutela. Bien es verdad que el contenido mismo de la guarda varía, no sólo de
tutela a curatela, sino entre distintas clases de curatela y hasta entre distintos
grupos de la curatela típica; pero en general las garantías de la curatela típica,
durante su ejercicio son las mismas señaladas que para el caso del tutor.