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• Celular: 3146295961
Lo primero
1. SALUDO INAGURAL
2. PROPUESTA MONITOR
5. ASUNTOS VARIOS
6. Evaluación Critica: Juicios sobre el valor del material , todo juicio requiere criterio
GENERALIDADES
PROGRAMA: Derecho
CRÉDITOS 3
48 64
NIVEL I
El propósito principal del curso es introducir a los alumnos en el estudio del Derecho Internacional
Humanitario, de manera que puedan distinguirlo de otras ramas del derecho internacional. El curso
busca identificar sus áreas de análisis más relevantes y, a propósito de ellas, dar cuenta de los
principales debates que se han producido en la actualidad.
Las dinámicas del conflicto armado en Colombia y el mundo, sumado a las realidades de justicia
transicional recientes en nuestro país y continente, resultan necesarias, y que los estudiantes
accedan a la información que de manera general les permita comprender y analizar desde el punto
de vista jurídico local e internacional los componentes que giran en torno al derecho internacional
humanitario y su aplicación en diferentes contextos socio jurídicos.
es inevitable la mirada hacia el mismo problema desde diferentes puntos de vista. Así mismo, cada
integrante tendrá una visión diferente para aportar alternativas a los planteamientos del tutor y así
darle continuidad al desarrollo formativo.
5. Comprender los vínculos entre el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos y el Derecho Penal Internacional.
8. Examinar la aplicación que ha tenido el Derecho Internacional Humanitario por parte de los
tribunales colombianos.
Actividad de investigación Formativa:
El módulo de DIH se desarrollará de manera interactiva, con cátedras magistrales por parte del
docente y participación activa de los estudiantes, quienes, con base en análisis, discusiones y
trabajos en grupos, en los que se estudiarán casos supuestos o reales, comprenderán las normas y
conceptos más relevantes del DIH.
Indicaciones en aula.
Se deben analizar las infracciones concretas del caso, problematizar la situaci ón que se expone, y dar
las soluciones o argumentos en favor y en contra.
MICRO CURRÍCULO Versión. 05
Materiales de lectura complementaria – serán materia de discusión y análisis en los trabajos en
taller:
― Urbina, Julio Jorge, Derecho internacional humanitario, conflictos armados y conducci ón de las
operaciones militares, Santiago de Compostela: Tórculo ediciónes, 2000, 342.45 U48.
― Rogers, A. P. V., Law on the battlefield – General principles, Manchester University Press,
Manchester and New York, 1996, pags. 1 a 26.
― Guisández Gómez, Javier, El proceso de la decisión del comandante y el DIH. Acciones hostiles y
objetivos militares, en Derecho Internacional Humanitario, Cruz Roja Española y Tirant lo Blanch,
Valencia, España, 2002, pags. 171 a 188.
Convenio IV de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección debida a las personas civiles
en tiempo de guerra.
Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de
las víctimas de los conflictos armados (Protocolo I)
Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de
las víctimas de los conflictos armados (Protocolo II)
Congreso de la República. (26 de diciembre de 1997). Artículo 14, de la Ley 418 DE 1997. Diario
Oficial No.
43.201.
Congreso de la República. (24 de julio de 2000). Artículo 162, Ley 599 de 2000 (julio 24). Diario Oficial
No.
44.097.
Jurisprudencia
Corte Constitucional. (2 de marzo de 2004). Sentencia C-172. (M.P Jaime Araujo Rentería).
Recuperado de:
de 2016)
Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de
las víctimas
Corte constitucional. (8 de marzo de 2005). Sentencia C-203. (M. P Jaime Araujo Rentería).
Recuperado de: http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2005/c-203-05.htm (consultado el
24 de febrero de 2018)
• Sentencia Corte Constitucional C-225 de 1995, "Revisión oficiosa del Protocolo II Adicional a
los Convenios Ginebra del 12 de agosto de 1949", Magistrado Ponente Alejandro
Martínez Caballero.
DOCUMENTOS OFICIALES
¡BASTA YA! Colombia: memorias de guerra y dignidad: resumen. Bogotá: Centro Nacional de
Memoria Histórica, 2013.
HUMAN RIGHTS WATCH, (New York: Human Rights Watch, 2003). En:
135
UNA GUERRA SIN EDAD: Informe nacional de reclutamiento y utilización de niños, niñas y
adolescentes en el conflicto armado colombiano. Informe del Centro Nacional de Memoria Histórica
–CNMH-. 2018, Bogotá D.C,
CIBERGRAFIA.
http://www.oas.org/es/sla/ddi/derecho_internacional_humanitario.asp
https://www.icrc.org/es/doc/assets/files/other/icrc_003_0703.pdf
https://verdadabierta.com/lineas-de-tiempo/
1 - [1] http://www.redalyc.org/pdf/110/11010208.pdf [2] http://www.redalyc.org/pdf/110/11010208.pdf [3]
http://www.redalyc.org/pdf/834/83490113.pdf [4] http://www.redalyc.org/pdf/834/83490113.pdf [5]
http://www.scielo.org.co/pdf/vniv/n124/n124a06.pdf [6] http://www.scielo.org.co/pdf/vniv/n124/n124a06.pdf
http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/mesadeconversaciones/PDF/Informe%20Comisi_n%2
0Hist_rica %20del%20Conflicto%20y%20sus%20V_ctimas.%20La%20Habana%2C%20Febrero%20de
%202015.pdf https://www.icrc.org/
El DIH es parte del derecho internacional, que regula las relaciones entre los Estados.
Está integrado por acuerdos firmados entre Estados –denominados tratados o convenios–, por el
derecho consuetudinario internacional que se compone a su vez de la práctica de los Estados que
éstos reconocen como obligatoria, así como por principios generales del derecho.
El origen del DIH se remonta a las normas dictadas por las antiguas civilizaciones y religio nes.
Desde entonces, los Estados han aceptado un conjunto de normas basado en la amarga experiencia
de la guerra moderna, que mantiene un cuidadoso equilibrio entre las preocupaciones de carácter
humanitario y las exigencias militares de los Estados.
El DIH se encuentra esencialmente contenido en los cuatro Convenios de Ginebra de 1949, en los
que son parte casi todos los Estados. Estos Convenios se completaron con otros dos tratados: los
Protocolos adicionales de 1977 relativos a la protección de las victimas de los conflictos armados.
Hay asimismo otros textos que prohíben el uso de ciertas armas y tácticas militares o que protegen
a ciertas categorías de personas o de bienes. Son principalmente:
• la Convención de la Haya de 1954 para la protección de los bienes culturales en caso de conflicto
armado y sus dos Protocolos;
• el Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la participación de
niños en los conflictos armados.
Ahora se aceptan muchas disposiciones del DIH como derecho consuetudinario, es decir, como
normas generales aplicables a todos los Estados.
No cubre las situaciones de tensiones internas ni de disturbios interiores, como son los actos
aislados de violencia.
Sólo es aplicable cuando se ha desencadenado un conflicto y se aplica por igual a todas las partes,
sin tener en cuenta quien lo inició.
El DIH distingue entre conflicto armado internacional y conflicto armado sin carácter internacional.
En ellos se deben observar muchas normas, incluidas las que figuran en los Convenios de Ginebra y
en el Protocolo adicional I.
En los conflictos armados sin carácter internacional se enfrentan, en el territorio de un mismo
Estado, las fuerzas armadas regulares y grupos armados disidentes, o grupos armados entre si.
En ellos se aplica una serie más limitada de normas, en particular las disposiciones del artículo 3
común a los cuatro Convenios de Ginebra y el Protocolo adicional II.
En particular, el derecho de los derechos humanos, a diferencia del DIH, es aplicable en tiempo de
paz y muchas de sus disposiciones pueden ser suspendidas durante un conflicto armado.
• Una serie de restricciones de los medios de guerra, especialmente las armas, y de los métodos de
guerra, como son ciertas tácticas militares.
El DIH protege a las personas que no toman parte en las hostilidades, como son los civiles y el
personal médico y religioso.
Protege asimismo a las personas que ya no participan en los combates, por ejemplo, los
combatientes heridos o enfermos, los náufragos y los prisioneros de guerra. Esas personas tienen
derecho a que se respete su vida y su integridad física y moral, y se benefician de garantías
judiciales. Serán, en todas las circunstancias, protegidas y tratadas con humanidad, sin distinción
alguna de índole desfavorable. En particular, está prohibido matar o herir a un adversario que haya
depuesto las armas o que esté fuera de combate.
Los heridos y los enfermos serán recogidos y asistidos por la parte beligerante en cuyo poder
estén. Se respetarán el personal y el material médico, los hospitales y las ambulancias.
Normas específicas regulan asimismo las condiciones de detención de los prisioneros de guerra y el
trato debido a los civiles que se hallan bajo la autoridad de la parte adversa, lo que incluye, en
particular, su mantenimiento, atención médica y el derecho a corresponder con sus familiares. El
DIH prevé, asimismo, algunos signos distintivos que se pueden emplear para identificar a las
personas, los bienes y los lugares protegidos. Se trata principalmente de los emblemas de la cruz
roja y de la media luna roja, así como los signos distintivos específicos de los bienes culturales y de
la protección civil.
¿A qué restricciones están sometidos los medios y métodos de
hacer la guerra?
El DIH prohíbe, entre otras cosas, los medios y los métodos militares que:
• no distinguen entre las personas que participan en los combates y las personas que no toman
parte en los combates, a fin de respetar la vida de la población civil, de las personas civiles y los
bienes civiles;
El DIH ha prohibido, pues, el uso de muchas armas, incluidas las balas explosivas, las armas
químicas y biológicas, las armas láser que causan ceguera y las minas antipersonal.
Las víctimas de la guerra son, cada vez más, personas civiles. Sin embargo, ha habido importantes
casos en los que el DIH ha permitido cambiar las cosas, ya sea protegiendo a los civiles, los
prisioneros de guerra, los enfermos y los heridos, ya sea limitando el empleo de armas in humanas.
Dado que el DIH se aplica en períodos de violencia extrema, respetarlo planteará siempre grandes
dificultades. No obstante, es más importante que nunca velar por su aplicación efectiva. ¿Cómo
aplicar el derecho internacional humanitario? Se han de tomar medidas para garantizar el respeto
del DIH.
Los Estados tienen la obligación de dar a conocer las normas de ese derecho a las respectivas
fuerzas armadas y al público en general. Deben prevenir y, si procede, castigar todas las violaciones
del derecho internacional humanitario. Para ello, deben, en particular, promulgar leyes para
castigar las violaciones más graves de los Convenios de Ginebra y de los Protocolos adicionales,
denominadas crímenes de guerra. Asimismo, habría que aprobar una ley que garantice la
protección de de los emblemas de la cruz roja y de media luna roja.
Se han tomado asimismo medidas a nivel internacional. Se han creado dos tribunales para castigar
los crímenes cometidos en los conflictos de ex Yougoslavia y de Ruanda. Una corte penal
internacional ha sido creada por el Estatuto de Roma aprobado en 1998. Todos podemos hacer
una importante contribución a la aplicación del derecho internacional humanitario, ya sea por
intermedio de los gobiernos y de las organizaciones, ya sea individualmente.
https://sway.office.com/zCIwblxoGmd1Mvo8#content=BVDoc4RNyqUF6m
2. ... protege a los que ya no pueden luchar, como los soldados heridos o los prisioneros.
3. ... prohíbe los ataques contra la población civil. Estos ataques se consideran crímenes de guerra.
4. ... reconoce el derecho de la población civil a obtener protección contra los peligros de la guerra y
a recibir la ayuda necesaria. Se deben tomar todas las medidas posibles para evitar cualquier daño a
la población, sus casas o sus medios de subsistencia, como fuentes de agua, cultivos o ganado.
5. ... establece que los enfermos y los heridos tienen derecho a recibir ayuda, independientemente
del bando al que pertenezcan.
6. ... especifica que los trabajadores sanitarios, sus vehículos y los hospitales dedicados a
tratamiento humanitario no deben ser atacados.
7. ... prohíbe la tortura y el trato denigrante a prisioneros.
8. ... especifica que los detenidos deben recibir alimento y agua, y tambi én se les debe permitir
comunicarse con sus seres queridos.
9. ... limita el empleo de armas y tácticas durante los conflictos, a fin de evitar sufrimiento
innecesario.
10. ... prohíbe expresamente la violación u otras formas de violencia sexual en el contexto de un
conflicto armado.
Los cronistas recuerdan que Pablo Morillo había recibido instrucciones desde España en el sentido de
acordar un cese de hostilidades con el comandante del Ejército Libertador Simón Bolívar, para cuyo
efecto decidió decretar un cese unilateral al fuego con el fin de allanar el camino y luego invitar al
jefe republicano a llegar a un acuerdo sobre regularización de la guerra.
En tal fecha se acordaron los términos de lo que vino a conocerse como Armisticio de Trujillo por los
plenipotenciarios de ambos bandos. En el marco del Tratado se convino suspender las operaciones
militares en mar y tierra en territorio venezolano y se comprometieron a hacer la guerra “como la
hacen los pueblos civilizados”. Expresamente se consagró el respeto a los no combatientes, el canje
de prisioneros y proscribir las prácticas de la guerra a muerte que había degradado tanto la
confrontación armada.
Luego vino el célebre abrazo de Bolívar y Morillo en Santa Ana el 27 de noviembre del mismo año en
el acto de ratificación de los acuerdos pactados por los plenipotenciarios de las partes.
El Armisticio se rompió antes de los seis meses a raíz de la ocupación de la ciudad de Maracaibo por
parte del General Urdaneta para desalojar al gobernador Delgado; Maracaibo se hab ía unido a la
Gran Colombia. Como consecuencia de tal episodio, que fue considerado como una ruptura de la
tregua, se acordó reanudar las hostilidades el 28 de abril de 1821, pero se buscó que la etapa final de
la guerra de independencia quedara sujeta a los compromisos asumidos en el Tratado de
Regularización de la Guerra que, como era de esperarse, no se cumplió de manera rigurosa.
Como se puede apreciar, el Tratado de 1820 contiene normas precursoras del Convenio de Ginebra
de 1864 que buscaba el mejoramiento de la suerte de los militares heridos en los ej ércitos en
campaña, y de otros Convenios posteriores. Este instrumento constituye un claro antecedente de las
cláusulas relativas al trato debido a los prisioneros de guerra, a los heridos y a la población que no
tome las armas y que, por tanto, no participe en las hostilidades, vale decir, a la población civil, que
contienen los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales.
Los Principios generales del Derecho Internacional Humanitario representan el mínimo de humanidad
aplicable en todo tiempo, lugar y circunstancia y sirven, fundamentalmente, para interpretar las
normas aplicables en los conflictos armados.
PRINCIPIO DE HUMANIDAD.
Se debe tratar con humanidad a todas aquellas personas que no participen en las hostilidades
(incluso miembros de las Fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas que hayan
quedado fuera de combate por enfermedad, herida, detención o cualquier otra causa).
PRINCIPIO DE IGUALDAD ENTRE LOS BELIGERANTES.
La aplicación del DIH no afecta al estatuto de las partes en conflicto, ya que el ius in bello es
independiente del ius ad bellum, de forma que una vez iniciado un conflicto armado se aplica de
forma indiscriminada a todas las partes enfrentadas.
El DIH establece un delicado equilibrio entre las necesidades de la guerra y los condicionamientos
humanitarios, de forma que no se deben causar al adversario males desproporcionados en relación
con el objetivo del conflicto armado, que es vencer al enemigo.
Supone optar por el mal menor para no causar a la parte adversa mayor violencia que la exigida por
el desarrollo de las hostilidades.
PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN.
Se prohíbe toda distinción desfavorable en la aplicación del DIH por razones de raza, color, sexo,
lenguaje, religión o creencias, opiniones políticas o de otro género, nacionalidad u origen social,
fortuna, nacimiento u otra condición o cualesquiera otros criterios análogos.
No obstante, puede haber diferencias de trato, en beneficio de determinadas p ersonas, con el fin de
solucionar las desigualdades derivadas de su situación, necesidades o desamparo.
Las personas fuera de combate y las personas civiles que no participan directamente en las
hostilidades deben ser respetadas, protegidas y tratadas con humanidad.
Se refiere este principio a los heridos, enfermos, náufragos, prisioneros de guerra y población civil,
víctimas de los conflictos armados.
PRINCIPIO DE INMUNIDAD.
Las personas civiles y la población civil gozarán de la protección general contra los peligros que
procedan de las acciones militares.
No serán objeto de ataques la población civil como tal ni las personas civiles que no participen en las
hostilidades.
En los supuestos de duda se debe conceder prioridad a los intereses de las v íctimas sobre otras
necesidades derivadas del desarrollo del conflicto armado.
Las normas de DIH han sido elaboradas para garantizar la protección de los que sufren las
consecuencias de la guerra y deben ser interpretadas de la forma más favorable a la defensa de sus
intereses.
PRINCIPIO DE DISTINCION.
Las partes en conflicto deben distinguir en todo momento entre la población y los combatientes.
Los ataques deben ser dirigidos únicamente contra los combatientes y no contra la población civil.
Se hará también distinción entre los bienes civiles y los objetivos militares.
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD
Se prohíben las armas y los métodos que causen a las personas civiles y a sus bienes daños excesivos
con respecto a la ventaja militar concreta y directa prevista.
Así, se prohíbe lanzar ataques cuando sea de prever que causarán incidentalmente muertos y heridos
entra la población civil, o daños a bienes de carácter civil, o ambas cosas, que serían excesivos en
relación con la ventaja militar prevista.
PRINCIPIO DE LIMITACIÓN
Se proscriben la utilización de las armas que causen males superfluos, sufrimientos innecesarios o
que tengan efectos indiscriminados.
videos resumen
Los hombres siempre han recurrido a la violencia para solucionar sus conflictos. Pero en todas las
culturas existe la convicción de que es necesario imponer límites para evitar que las guerras se
conviertan en barbarie. Por ejemplo, existen normas para determinar que se ha de proteger a
quienes no participan en la guerra, como los heridos o los prisioneros. Esas normas forman el
derecho internacional humanitario. Sí, la guerra tiene límites, y atacar a personas civiles constituye
un crimen de guerra.
Jus ad bellum y jus in bello
La finalidad del derecho internacional humanitario es limitar el sufrimiento causado por la guerra,
mediante la protección y la asistencia a las víctimas en la mayor medida posible.
Por ello, el derecho aborda la realidad de los conflicto sin considerar las razones o la licitud del
recurso a la fuerza.
Regula sólo los aspectos del conflicto que son de interés humanitario.
Sus disposiciones se aplican a las partes beligerantes independientemente de las razones del conflicto
o de la justicia o la injusticia de las causas que defiende cada parte
En virtud de la Carta de las Naciones Unidas, los Estados se abstendrán de recurrir a la amenaza o al
uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado (art.
2(4)).
Podrá exceptuar este principio en los casos de defensa propia y tras una decisión adoptada por el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en virtud del Capítulo VII de la Carta de las Naciones
Unidas.
En el caso de los conflictos armados internacionales, suele ser dif ícil determinar qué Estado es
culpable de haber infringido la Carta de las Naciones Unidas.
La aplicación del derecho humanitario no implica la denuncia de partes culpables, pues ello podría
suscitar controversias y paralizar la aplicación del derecho, ya que cada parte adversaria alegaría ser
víctima de agresión.
Además, la finalidad del DIH es proteger a las víctimas de la guerra y sus derechos fundamentales,
más allá de la parte a la que pertenezcan.
Por ello, el jus in bello debe ser independiente del jus ad bellum o del jus contra bellum.
El consejo de seguridad
La Carta de las Naciones Unidas obliga a los Estados Miembros a solucionar sus conflictos por medios
pacíficos a fin de no poner en peligro la paz y la seguridad internacionales.
Esto significa que deben abstenerse de la amenaza o el uso de la fuerza contra otro Estado y que
pueden someter cualquier controversia al Consejo de Seguridad (CS).
Si bien la Asamblea General es el principal ente, ya que todos los miembros están representados, las
decisiones del Consejo de Seguridad son “obligatorias” para todos, y a su vez tiene el poder de tomar
medidas para hacerlas cumplir siendo el único órgano que puede aprobar el uso de la fuerza.
Cuando se le presenta una controversia, la primera medida del Consejo es generalmente recomendar
a las partes que lleguen a un acuerdo por medios pacíficos, y en algunos casos emprende actividades
de investigación y mediación, o pide al Secretario General que use sus buenos oficios.
El Consejo puede imponer embargos o sanciones económicas, o autorizar el uso de la fuerza para
hacer cumplir los mandatos.
En apoyo del proceso de paz, el Consejo puede desplegar observadores militares o una fuerza de
mantenimiento de la paz en una zona de conflicto.
El Consejo tiene 15 miembros: Cinco permanentes y diez electos por la Asamblea General por
períodos de dos años. Permanentes: China, Estados Unidos, Federación de Rusia, Francia y el Reino
Unido. Cada miembro del Consejo tiene un voto. Las decisiones sobre cuestiones de procedimiento se
toman por voto afirmativo de por lo menos nueve de los 15 miembros.
Las tocantes a cuestiones de fondo también requieren nueve votos afirmativos, pero éstos tienen que
incluir los de los cinco miembros permanentes. Si un miembro permanente no está de acuerdo con su
decisión puede emitir un voto negativo el cual tiene poder de veto.
2011-2012 fue la séptima oportunidad en la que Colombia hace parte del Consejo de Seguridad como
miembro no permanente.
Colombia es uno de los países que más veces ha sido parte del Consejo de Seguridad: Brasil (10 con la
actual), Japón (10) y Argentina (8), e igualamos a India (7).
Dado que Colombia no cuenta con muchas representaciones diplomáticas, la participación en foros
multilaterales adquiere una mayor relevancia como instrumento de política exterior.
Los miembros de Naciones Unidas les delegan a los quince miembros del Consejo de Seguridad la
responsabilidad de “mantener la paz y la seguridad internacionales”.
}En otras palabras, el Consejo actúa en representación colectiva de todos los Estados miembro de
esta organización.
La participación activa, seria y coherente de Colombia en las labores del Consejo de Seguridad debe
contribuir a posicionar la política exterior colombiana en el seno de las Naciones Unidas.
Colombia por su amplia experiencia en temas de seguridad, de lucha contra el terrorismo y el crimen
organizado, tiene la posibilidad de compartir experiencias en procesos de desarme, desmovilización y
reinserción, el Consejo de Seguridad es un escenario ideal para ofrecerle al mundo ese conocimiento.
"“Nunca, nunca jamás deben los países o los hombres que buscan la paz menospreciarse unos a
otros, sino sentir la necesidad y el deseo y en cierto modo también la obligación de respetarse”.
Robert Walser, Y no saber siquiera cuántos habitantes tiene esta ciudad, micrograma"
El DIH se aplica en conflictos armados, no todo conflicto es armado y no toda forma de oposicion
violenta constituye un conflicto armado.
Los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales son tratados internacionales que contienen las
principales normas destinadas a limitar la barbarie de la guerra.
Protegen a las personas que no participan en las hostilidades (civiles, personal sanitario, miembros
de organizaciones humanitarias) y a los que ya no pueden seguir particip ando en los combates
(heridos, enfermos, náufragos, prisioneros de guerra).
Los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales son la piedra angular del derecho
internacional humanitario, es decir el conjunto de normas jurídicas que regulan las formas en que se
pueden librar los conflictos armados y que intentan limitar los efectos de éstos. Protegen
especialmente a las personas que no participan en las hostilidades (civiles, personal sanitario,
miembros de organizaciones humanitarias) y a los que ya no pueden seguir participando en las
hostilidades (heridos, enfermos, náufragos, prisioneros de guerra). Los Convenios y sus Protocolos
establecen que se debe tomar medidas para prevenir o poner fin a cualquier infracción de dichos
instrumentos. Contienen normas estrictas en relación con las llamadas "infracciones graves". Se debe
buscar, enjuiciar o extraditar a los autores de infracciones graves, sea cual sea su nacionalidad.
El I Convenio de Ginebra protege, durante la guerra, a los heridos y los enfermos de las fuerzas
armadas en campaña.
Este Convenio es la versión actualizada del Convenio de Ginebra sobre los combatientes heridos y
enfermos, posterior a los textos adoptados en 1864, 1906 y 1929.
Consta de 64 artículos, que establecen que se debe prestar protección a los heridos y los enfermos,
pero también al personal médico y religioso, a las unidades médicas y al transporte médico.
Tiene dos anexos que contienen un proyecto de acuerdo sobre las zonas y las localidades sanitarias, y
un modelo de tarjeta de identidad para el personal médico y religioso.
Retoma las disposiciones del I Convenio de Ginebra en cuanto a su estructura y su contenido. Consta
de 63 artículos aplicables específicamente a la guerra marítima. Por ejemplo, protege a los buques
hospitales. Tiene un anexo que contiene un modelo de tarjeta de identidad para el personal m édico y
religioso.
Este Convenio reemplazó el Convenio sobre prisioneros de guerra de 1929. Consta de 143 artículos,
mientras que el Convenio de 1929 constaba de apenas 97.}
Se ampliaron las categorías de personas que tienen derecho a recibir el estatuto de prisionero de
guerra, de conformidad con los Convenios I y II.
Se definieron con mayor precisión las condiciones y los lugares para la captura; se precisaron, sobre
todo, las cuestiones relativas al trabajo de los prisioneros de guerra, sus recursos financieros, la
asistencia que tienen derecho a recibir y los procesos judiciales en su contra. Este Convenio establece
el principio de que los prisioneros de guerra deben ser liberados y repatriados sin demora tras el cese
de las hostilidades activas. Tiene cinco anexos que contienen varios modelos de acuerdos y tarjetas
de identidad, entre otras.
Los Convenios de Ginebra que se adoptaron antes de 1949 se referían sólo a los combatientes, y no a
las personas civiles. Los hechos acaecidos durante la Segunda Guerra Mundial pusieron en evidencia
las consecuencias desastrosas que tuvo la ausencia de un convenio que protegiera a los civiles en
tiempo de guerra.
La mayoría de las normas de este Convenio se refieren al estatuto y al trato que debe darse a las
personas protegidas, y distinguen entre la situación de los extranjeros en el territorio de una de las
partes en conflicto y la de los civiles en territorios ocupados.
Define las obligaciones de la Potencia ocupante respecto de la población civil y contiene disposiciones
precisas acerca de la ayuda humanitaria que tiene derecho a recibir la población civil de territorios
ocupados. Además, contiene un régimen específico sobre el trato de los internados civiles.
Tiene tres anexos que contienen un modelo de acuerdo sobre las zonas sanitarias y las zonas de
seguridad, un proyecto de reglamento sobre los socorros humanitarios y modelos de tarjetas.
El artículo 3, común a los cuatro Convenios de Ginebra, marcó un gran avance, ya que abarca los
conflictos armados no internacionales, que nunca antes habían sido incluidos en los tratados.
Puede tratarse de guerras civiles, conflictos armados internos que se extienden a otros Estados, o
conflictos internos en los que terceros Estados o una fuerza internacional intervienen junto con el
gobierno.
Es una suerte de mini convenio dentro de los Convenios, ya que contiene las normas esenciales de los
Convenios de Ginebra en un formato condensado y las hace aplicables a los conflictos sin carácter
internacional:
• Establece que se debe tratar con humanidad a todas las personas que no participen en las
hostilidades o que caigan en poder del adversario, sin distinción alguna de índole
desfavorable.
• Prohíbe específicamente los atentados contra la vida, las mutilaciones, la toma de rehenes,
la tortura, los tratos humillantes, crueles y degradantes, y dispone que deben ofrecerse todas
las garantías judiciales.
• Insta a las partes en conflicto a poner en vigor, mediante acuerdos especiales, la totalidad o
partes de los Convenios de Ginebra.
• Reconoce que la aplicación de esas normas no afecta el estatuto jurídico de las partes en
conflicto.
Dado que la mayor parte de los conflictos armados actuales no son de carácter internacional, es de
suma importancia aplicar el artículo 3 común. Es necesario que se lo respete plenamente.
Los Convenios de Ginebra han sido ratificados por todos los Estados y son aplicables universalmente.
Estados Partes en los Convenios de Ginebra>Los Protocolos adicionales a los Convenios de Ginebra
En las dos décadas siguientes a la aprobación de los Convenios de Ginebra, el mundo presenció un
aumento en el número de conflictos armados no internacionales y de guerras de liberación nacional.
En respuesta a esta evolución, en 1977 se aprobaron dos Protocolos adicionales a los cuatro
Convenios de Ginebra de 1949.
Estos instrumentos refuerzan la protección que se confiere a las víctimas de los conflictos
internacionales (Protocolo I) y de los conflictos no internacionales (Protocolo II) y fijan l ímites a la
forma en que se libran las guerras. El Protocolo II es el primer tratado internacional dedicado
exclusivamente a las situaciones de conflicto armado no internacional.
En 2005, se aprobó un tercer Protocolo adicional, que establece un emblema adicional, el cristal
rojo, que tiene el mismo estatuto internacional que los emblemas de la cruz roja y de la media luna
roja.
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