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Diabetes Melitus Herrera Cornejo
Diabetes Melitus Herrera Cornejo
Diabetes mellitus
Dr. Martín Alberto Herrera Cornejo
ERRNVPHGLFRVRUJ
Editorial
Alfil
Diabetes mellitus
ISBN 978–607–8045–37–2
Dirección editorial:
José Paiz Tejada
Editor:
Dr. Jorge Aldrete Velasco
Revisión editorial:
Berenice Flores, Irene Paiz
Revisión médica:
Dr. Diego Armando Luna Lerma
Ilustración:
Alejandro Rentería
Diseño de portada:
Arturo Delgado
Impreso por:
Solar, Servicios Editoriales, S. A. de C. V.
Calle 2 No. 21, Col. San Pedro de los Pinos
03800 México, D. F.
Noviembre de 2010
Esta obra no puede ser reproducida total o parcialmente sin autorización por escrito de los editores.
Colaboradores
V
VI Diabetes mellitus (Colaboradores)
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX
Martín Alberto Herrera Cornejo
1. ¿Qué es la diabetes mellitus? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Martín Alberto Herrera Cornejo
2. Número de diabéticos en México y en el mundo . . . . . . . . . . . 3
Edith Flores Hernández
3. Tipos de diabetes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Claudia Esperanza García Vudoyra
4. ¿Cómo se produce la diabetes mellitus? . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Fausto Miguel González Villagrán
5. Carga genética para diabetes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Edith Flores Hernández
6. Síntomas sugerentes de diabetes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Claudia Esperanza García Vudoyra
7. Exámenes de laboratorio necesarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Velia Martínez Hernández
8. Tratamiento no farmacológico de la diabetes mellitus . . . . . . 23
Fausto Miguel González Villagrán
9. Tratamiento farmacológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Martín Alberto Herrera Cornejo
10. Complicaciones agudas de la diabetes mellitus . . . . . . . . . . . . 31
Velia Martínez Hernández
VII
VIII Diabetes mellitus (Contenido)
IX
X Diabetes mellitus (Prefacio)
Estoy convencido de que este libro permitirá aclarar dudas sobre la diabetes
mellitus, con lo que el autor y los distintos colaboradores nos daremos por satisfe-
chos, considerando que ésta fue una de las principales motivaciones para realizar
esta obra.
Les solicito hacer saber sus comentarios al siguiente correo electrónico:
e–mail: martinherreracor@aol.com
www.cmim.org
A todas las mujeres que he amado
1
2 Diabetes mellitus (Capítulo 1)
2
Número de diabéticos
en México y en el mundo
Edith Flores Hernández
3
4 Diabetes mellitus (Capítulo 2)
< 4%
4 a 5%
5 a 7%
7 a 9%
9 a 12%
> 12%
50.8 millones, seguido por China con 43.2 millones; México está ubicado en el
décimo lugar, con 6.8 millones (cuadro 2–1).
Aunque la mayor proporción de la diabetes tipo 2 es entre adultos, los cambios
en el estilo de vida han incrementado la incidencia de este tipo de diabetes entre
niños y adolescentes, con consecuencias devastadoras.
La diabetes es una de las principales causas de mortalidad mundial; se calcula
que el número de muertes por esta causa es de aproximadamente 3.9 millones;
el grupo de edad más afectado es el que se encuentra entre los 20 y los 79 años,
y el mayor número de estas muertes se contabilizan en el continente americano.
En México la población con diabetes se aproxima a los 7 millones, pero se calcula
que hay más de dos millones de personas que no han sido diagnosticadas; la ma-
yor proporción son diabéticos tipo 2. Hasta 2009 México ocupó el décimo lugar
a nivel mundial en número de diabéticos, pero las proyecciones al futuro indican
un incremento a más de 10 millones, alcanzando el séptimo lugar a nivel mundial.
La diabetes en México, según las últimas estadísticas, es la primera causa de
mortalidad general: 13 de cada 100 muertes son provocadas por la diabetes, y el
grupo de edad más afectado es el comprendido entre los 20 y los 60 años, es decir,
la población económicamente activa; aunque la diabetes afecta a ambos sexos,
la mortalidad es mayor en hombres.
A nivel económico los costos son elevados. En 2010 la diabetes le costará a
la economía mundial 376 billones de dólares; en México el gasto anual se calcula
en poco más de 320 millones de dólares (más de 3 000 millones de pesos).
La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar diabe-
tes. México es el segundo lugar a nivel mundial: dos de cada tres mexicanos adul-
tos tienen sobrepeso u obesidad y, por lo tanto, un alto riesgo para padecer diabe-
tes mellitus, hipertensión arterial y alteraciones del colesterol.
Con lo anterior, las predicciones para el futuro en el mundo y en nuestro país
son desalentadoras, pues se estima que en 2030 el número de enfermos se incre-
mentará a más de 435 millones de personas en el mundo; en México el incremen-
to se estima en 11.9 millones de diabéticos.
Las cifras anteriores nos dan una idea de la emergencia sanitaria mundial, con
serio impacto económico y social, a las familias y a los países; es responsabilidad
de los gobiernos y de la comunidad mundial movilizarse para enfrentar la ame-
naza que representa la diabetes mellitus.
REFERENCIAS
1. International Diabetes Federation: Diabetes atlas. 4ª ed. Canadá, 2009.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
2. Instituto Nacional de Salud Pública de México: Encuesta Nacional de Salud. México, 2006.
3. Federación Mexicana de Diabetes: La diabetes en números. México, 2008.
4. Organización Mundial de la Salud: Prevención y control de las enfermedades no transmisi-
bles. 2008.
5. Estadísticas en Salud 2007. En: www.inegi.gob.mx,
6 Diabetes mellitus (Capítulo 2)
3
Tipos de diabetes
Claudia Esperanza García Vudoyra
7
8 Diabetes mellitus (Capítulo 3)
Cerca de 40% de las personas con diabetes tipo 1 presentan neuropatía severa
e insuficiencia renal antes los 50 años de edad. Algunos pacientes presentan insu-
ficiencia renal incluso antes de cumplir los 30 años.
Otros
marcados.
Normalmente el páncreas produce la cantidad de insulina justa para manejar
las necesidades de nuestro organismo. Ahora bien, en la persona diabética ocurre
una de varias cosas: o bien el páncreas no produce insulina, como en el caso de
la diabetes tipo 1, que se considera una enfermedad autoinmunitaria ocasionada
por el ataque del sistema inmunitario al propio cuerpo en donde se destruyen las
células beta y, por lo tanto, no producen insulina, en donde se piensa que el desa-
rrollo de la enfermedad está relacionado con la exposición a desencadenantes
ambientales, como un virus o una proteína en la comida.
Otra alteración es por una producción insuficiente de la insulina, o cuando por
alguna razón las células de nuestro cuerpo no pueden utilizarla adecuadamente,
11
12 Diabetes mellitus (Capítulo 4)
El hígado es resistente a
3 los efectos de la insulina Células corpóreas
como ocurre en los pacientes con diabetes tipo 2, en donde ellos cuentan con una
producción insuficiente o bien su función es inadecuada (figura 4–1).
A estos mecanismos antes descritos debemos decir que en el paciente diabéti-
co tipo 2 la causa es múltiple y compleja, en donde la obesidad de predominio
abdominal juega un papel importante para su desarrollo, la grasa almacenada
proporciona sustancias que al llegar al hígado son utilizadas para producir más
glucosa de la que realmente se requiere, y aparte estas sustancias liberadas desde
la grasa abdominal llegan a competir con el buen funcionamiento de la insulina
y con estas alteraciones desarrollar diabetes.
Si a esto le aunamos una vida sedentaria con mínima o nula actividad física
(menos de 150 minutos de ejercicio aeróbico a la semana), ello contribuirá a que
los músculos se hagan resistentes a la acción y el buen funcionamiento de la insu-
lina, y que la glucosa se eleve por falta de uso a nivel muscular.
Otro aspecto importante para el desarrollo de la enfermedad es una mala ali-
mentación. Que los pacientes consuman grandes cantidades de azúcares simples
(jugos, refrescos, licuados, etc.), alimentos ricos en grasa y todo exceso que no
esté indicado en un plan de alimentación balanceado contribuirá al desarrollo de
la enfermedad.
Por todo lo anterior, debe hacerse hincapié en que se lleve a cabo un cambio
en el estilo de vida con ejercicio aeróbico para evitar la obesidad, mantener una
dieta saludable y acudir con el médico para llevar una vigilancia adecuada y así
poder evitar el desarrollo de la enfermedad.
5
Carga genética para diabetes
Edith Flores Hernández
13
14 Diabetes mellitus (Capítulo 5)
REFERENCIAS:
1. Meigs JB: Genotype score in addition to common risk factors for prediction of type 2 dia-
betes. N Engl J Med 2008;359:21.
2. Florez JC: The genetics of type 2 diabetes: a realistic appraisal in 2008. J Clin Endocrinol
Metab 2008;93:4633–4642.
3. Lissenko V: Clinical risk factors, DNA variants, and the development of type 2 diabetes.
N Engl J Med 2008;359:21.
4. Canizales QS: Identificación de distintos loci de susceptibilidad relacionados al desarrollo
de diabetes de inicio temprano y enfermedad cardiovascular en familias mexicanas. Gac
Méd Méx 2005;141:2.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
16 Diabetes mellitus (Capítulo 5)
6
Síntomas sugerentes de diabetes
Claudia Esperanza García Vudoyra
17
18 Diabetes mellitus (Capítulo 6)
S Dolor de estómago.
S Deshidratación.
S Fatiga mental irreductible
Varias semanas a meses (hasta seis meses) después del inicio clínico de la diabe-
tes los pacientes pueden presentar disminución de los requerimientos de insulina,
esto secundario a la actividad de las células beta funcionantes; sin embargo, esto
no se presenta en todos los casos.
LA DIABETES GESTACIONAL
REFERENCIAS
1. Endocrinología clínica. 3ª ed. México, El Manual Moderno, 2008:508–509.
2. Herruzo NAJ (Catedrático de Obstetricia y Ginecología, Universidad del País Vasco, Bil-
bao)., Mozas MJ (Médico Adjunto del Servicio de Obstetricia y Ginecología, Hospital Uni-
versitario “Virgen de las Nieves”, Granada, España).
3. Goldman A: Cecil tratado de medicina interna. 23ª ed. Elsevier, 2009
4. Fauci H: Principios de medicina interna. 17ª ed. McGraw–Hill, 2009.
20 Diabetes mellitus (Capítulo 6)
7
Exámenes de laboratorio necesarios
Velia Martínez Hernández
21
22 Diabetes mellitus (Capítulo 7)
REFERENCIAS
1. American Diabetes Association: Standards of medical care in diabetes, 2008. Diabetes Care
2009;32:S13–S61.
2. Eisenbarth GS, Polonsky KS, Buse JB: Type 1 diabetes mellitus. En: Kronenberg HM,
Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR. Kronenberg: Williams textbook of endocrinology. 11ª
ed. Philadelphia, Saunders Elsevier, 2008:31.
8
Tratamiento no farmacológico
de la diabetes mellitus
Fausto Miguel González Villagrán
La dieta “ideal” para una persona diabética es realmente la que debería llevar toda
persona aunque no tenga diabetes, la cual se debe ajustar a sus necesidades, gus-
tos, nivel de actividad física y estilo de vida. Cuanto mejor comprenda su dieta
y los principios en que se basa, mejor será la flexibilidad que podrá disfrutar. La
Organización Mundial para la Salud (OMS), como otros organismos internacio-
nales, ha llegado al consenso de recomendar los siguientes puntos para controlar
la diabetes o prevenirla, según sea el caso.
Evitar a toda costa el azúcar simple, es decir, dejar de comer alimentos como
chocolates, caramelos, pasteles, refrescos, jugos (naturales o envasados) y licua-
dos. Procurar que 60% del total de la dieta esté formado por carbohidratos com-
plejos, como el pan (de preferencia integral), pastas, arroz y tortillas.
Disminuir el consumo de grasas de origen animal, como es el caso de mante-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
quilla, mayonesa, manteca, chorizo, carnes frías y tocino, entre otros alimentos
con alto contenido en grasa. También es muy recomendable usar poco aceite al
guisar los alimentos. Incluir en la dieta alimentos ricos en fibra, como las verdu-
ras, ya que éstas “arrastran” las grasas y dan un buen aporte de minerales y vitami-
nas; las frutas también deben incluirse en la alimentación por el aporte de fibra,
pero no debe excederse tres porciones al día, ya que al consumir mucha fruta el
azúcar natural de éstas, al no ser utilizado en forma de energía, se acumula en for-
ma de grasa de reserva en el organismo (triglicéridos); de preferencia deben
acompañarse durante el almuerzo o el desayuno.
No deben consumirse en forma de jugos. Será preferible evitar uvas y plátanos
muy maduros, así como también pasas, higos y dátiles.
23
24 Diabetes mellitus (Capítulo 8)
Comer carne de origen magro (sin grasa), como el pollo sin la piel, pescado
y pavo, además de frijoles, lentejas y ejotes (en general la mayor parte de todas
las verduras de hoja verde). La dieta siempre debe estar indicada por el médico
o el nutriólogo para obtener una dieta balanceada que beneficiará su salud.
Dentro del tratamiento no farmacológico no debe olvidarse de un plan de ejer-
cicios que, junto con la dieta, podrá conseguir mejorar sus niveles de glucosa de
primera intención y mejorar también su condición cardiovascular.
Ahora bien, el ejercicio baja los niveles de glucosa en sangre porque ayuda a
que las células del organismo utilicen la glucosa más eficientemente; esto sucede
porque durante el ejercicio la glucosa sirve como fuente de energía. Asimismo,
la práctica disciplinada de ejercicio contribuye a eliminar el sobrepeso que sufren
la mayoría de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2.
Es muy importante que las personas con diabetes consulten a su médico antes
de adoptar un plan de ejercicio. El médico debe participar estrechamente en el
diseño y la supervisión del programa de ejercicio. También se debe seleccionar
un ejercicio que se disfrute, ya que es fundamental para practicarlo disciplinada-
mente, sobre todo en el caso de los diabéticos. Entre los ejercicios recomendado,
los aeróbicos representan una excelente alternativa, por su variedad (caminar, co-
rrer a velocidad moderada, andar en bicicleta, nadar, etc.).
Es recomendable adoptar un plan de actividad física por 30 minutos, cinco ve-
ces a la semana, comenzando en días alternos, con sesiones cortas y de baja inten-
sidad. Se debe aumentar gradualmente, a medida que el cuerpo aumente su capa-
cidad para manejar niveles mayores de actividad física. Al hacer ejercicio se debe
tomar en cuenta lo siguiente:
SECRETAGOGOS
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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26 Diabetes mellitus (Capítulo 9)
BIGUANIDAS
GLITAZONAS
INCRETINAS
Las incretinas son una clase terapéutica reciente; se cuenta con dos grupos de fár-
macos pertenecientes a esta denominación: por un lado los inhibidores de la enzi-
ma dipeptidil peptidasa IV (DPP–4), que se administran por vía oral, y los análo-
gos GLP–1, para aplicación subcutánea. Las incretinas son hormonas segregadas
por el aparato digestivo; su secreción es estimulada por los alimentos. La acción
principal de las incretinas es el aumento de la secreción de insulina posprandial.
También actúan disminuyendo la producción de la glucosa hepática.
Su uso se ha asociado con pérdida de peso, que puede ser de utilidad para pa-
cientes diabéticos con sobrepeso u obesidad, si bien en la mayoría de los pacien-
tes su efecto sobre el peso es neutral. Los inhibidores de DPP–4 producen mejoría
en los niveles de HbA1c.
En nuestro país disponemos de varias incretinas orales, como sitagliptina, vil-
dagliptina, saxagliptina, alogliptina y, recientemente, linagliptina.
COMBINACIONES
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
INSULINAS
S Inicio de acción: tiempo que pasa antes de que la insulina alcance la circu-
lación sanguínea e inicie el descenso de la glucosa.
S Máximo efecto o pico de acción: es el momento en que la insulina inyec-
tada alcanza su máxima actividad en términos del descenso en la glucosa
sanguínea (100%).
S Duración de su acción: es el tiempo durante el que la insulina reduce las
concentraciones de glucosa sanguínea (actividad efectiva); también se defi-
ne como el tiempo durante el que persiste más de 25% de la actividad má-
xima.
1. Los pacientes que tienen cifras de glucosa por arriba de 220 mg/dL se consi-
dera que tienen un descontrol severo y que requieren el uso de insulina exó-
gena 24 horas al día. La dosis total es generalmente de 0.5 a 1.2 U/kg/día.
2. Pacientes con cifras de glucosa entre 250 y 300 mg/dL.
No cuentan con respuesta normal de insulina endógena a los alimentos, por lo que
la glucemia posprandial no se restablece a niveles basales cinco horas después;
existe una deficiencia tan profunda de insulina que puede ser difícil distinguir a
Tratamiento farmacológico 29
Acción ultracorta
(análogo)
Acción regular
Acción intermedia
NPH lenta
Acción prolongada
(análogo)
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34
estos pacientes de los que tienen diabetes mellitus tipo 1, aunque generalmente
no presentan cetosis.
En los próximos años contaremos nuevamente con insulinas de aplicación in-
halada y para administración oral, con lo que se facilitará su uso (figura 9–1).
ANÁLOGOS DE GLP–1
COMPLICACIONES AGUDAS
do control de su glucosa.
La hiperosmolaridad es un estado en el cual la sangre tiene concentraciones
altas de glucosa y sodio; el paciente cursa con una deshidratación severa.
Los factores precipitantes son un evento estresante como las infecciones, el
infarto de corazón, cirugías recientes y enfermedades cerebrovasculares, así
como la insuficiencia cardiaca descompensada, la edad avanzada, la enfermedad
renal, la ingesta de bebidas alcohólicas, suspender el tratamiento farmacológico
antidiabético, ya sea la insulina o medicamentos orales.
Los síntomas iniciales son sed intensa, confusión, somnolencia, náuseas, debi-
lidad, alteraciones del habla y, si esto avanza, hasta convulsiones y coma. Los sín-
tomas van empeorando rápidamente si el paciente no se atiende. Los pacientes
31
32 Diabetes mellitus (Capítulo 10)
Cetoacidosis diabética
Afecta más frecuentemente a los diabéticos tipo 1, pero puede afectar a algunos
diabéticos tipo 2; se presenta en general por la falta de insulina, por lo cual el indi-
viduo metaboliza la grasa corporal para obtener energía. Conforme se descompo-
nen las grasas se producen cetonas, que son tóxicas a niveles altos; a este estado
se le llama cetoacidosis.
La cetoacidosis puede ser la forma de presentación de la diabetes mellitus tipo
1, o se puede presentar ante afecciones concomitantes como infecciones, cirugías
o traumatismos. Es bastante frecuente que se desencadene como consecuencia
de que el paciente no se aplique la insulina. Aunque no es lo común, algunos pa-
cientes con diabetes mellitus tipo 2 pueden presentar esta complicación, general-
mente asociada a enfermedades graves.
Los síntomas que se pueden presentar son:
S Respiración acelerada.
S Resequedad de boca.
S Enrojecimiento de la cara.
S Aliento a frutas (dulce).
S Náuseas y vómito.
S Dolor de abdomen.
S Incremento de la orina, en cantidad y frecuencia, durante varios días.
S Alteración de la conciencia, desorientación y, si esto progresa, hasta coma.
Las personas que presentan cetoacidosis diabética tienen niveles elevados de glu-
cosa en sangre y presencia de cetonas, que pueden ser detectadas en orina y en
sangre. Usualmente el paciente requiere manejo en unidades de cuidados intensi-
vos, pero la mortalidad es menos elevada que en el coma hiperosmolar.
HIPOGLUCEMIA
Entre las principales causas la transgresión dietética es muy común, ya sea que
el paciente tenga periodos de ayuno prolongados, que omita alguna comida o bien
que coma menos de lo habitual, sumado al hecho de que mantenga la aplicación
de insulina o la toma de sus medicamentos. También tienen mayor riesgo los pa-
cientes ancianos, los que presenten ya daño de la función renal o que tengan al-
guna enfermedad hepática concomitante.
Es común que los síntomas se presenten cuando la glucosa es menor de 70 mg/
dL.
Los síntomas de hipoglucemia son dolor de cabeza, nerviosismo, sensación de
hambre, temblor, sudoración excesiva, sensación de frío y debilidad; si la glucosa
desciende de forma muy rápida o si no se corrige de forma oportuna el paciente
presentará alteraciones de la conciencia y hasta coma. Esto puede ser tan grave
que el paciente puede presentar daño neurológico permanente y hasta la muerte.
REFERENCIAS
1. American Diabetes Association: Standards of medical care in diabetes, 2008. Diabetes Care
2009;32:S13–S61.
2. Eisenbarth GS, Polonsky KS, Buse JB: Type 1dDiabetes mellitus. En: Kronenberg HM,
Melmed S, Polonsky KS, Larsen PR: Kronenberg: Williams textbook of endocrinology. 11ª
ed. Philadelphia, Saunders Elsevier ,2008:cap. 31.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
34 Diabetes mellitus (Capítulo 10)
11
Complicaciones tardías
de la diabetes mellitus
Edith Flores Hernández
ocasionadas por la diabetes, se calcula en algunos estudios que al menos una com-
plicación crónica está presente en 50% de las personas que viven con diabetes,
y en algunas series se han determinado mayores porcentajes. La figura 11–1
muestra el porcentaje de estas complicaciones en diferentes regiones del mundo.
Estas complicaciones crónicas son consecuencia de la elevación crónica de la
glucosa (hiperglucemia crónica), pero influyen también los factores genéticos,
la predisposición individual y algunos otros factores que pueden acelerar el daño
crónico a los órganos mencionados, entre ellos la hipertensión arterial y la dislipi-
demia. La hiperglucemia crónica ocasiona alteraciones en algunas funciones bá-
sicas de las células, lo que origina la producción de sustancias tóxicas que alteran
la función y la estructura de las mismas, dando como resultado las complicacio-
35
36 Diabetes mellitus (Capítulo 11)
AFR AFR
EUR EUR
MENA MENA
NAC NAC
SACA SACA
SEA SEA
WP WP
0 10 20 30 40 50 60 0 10 20 30 40 50 60
Retinopatía Enfermedad coronaria
AFR AFR
EUR EUR
MENA MENA
NAC NAC
SACA SACA
SEA SEA
WP WP
0 10 20 30 40 50 60 70 80 0 10 20 30 40 50
Figura 11–1. Prevalencia de las complicaciones de la diabetes (de todos los tipos) en-
contrada en diferentes estudios. AFR: África; EUR: Europa; MENA: Medio Oriente y nor-
te de África; NAC: América del Norte y Caribe; SACA: América del Sur y Centroaméric;.
SEA: Sureste de Asia; WP: Pacífico Oriente. Fuente: Diabetes atlas. 3ª ed., 2006.
diovasculares, además de ser una complicación con elevados costos para las insti-
tuciones de salud y la familia. La predisposición genética y la hiperglucemia
crónica son factores de riesgo, pero el descontrol de la presión arterial, la dislipi-
demia, la dieta y el tabaquismo favorecen la progresión de la nefropatía diabética.
En condiciones normales las nefronas (unidades funcionales de los riñones)
impiden el paso de ciertas moléculas, entre ellas las proteínas, y filtran las sustan-
cias de desecho del cuerpo (como la urea y la creatinina); la glucosa elevada en
sangre lesiona las células renales (nefronas), disminuyendo su número y alteran-
do la función de filtración. Cuando las proteínas empiezan a ser filtradas por la
nefrona (el riñón) y no se eliminan adecuadamente las sustancias de desecho se
habla de daño renal; el principal indicador de lesión renal debida a la diabetes es
la albuminuria (proteínas en orina). La detección oportuna de la proteinuria (o
albuminuria) y el control adecuado de la glucosa en etapas iniciales de daño renal,
38 Diabetes mellitus (Capítulo 11)
así como de la presión arterial y del colesterol, puede revertir el daño y retrasar
el deterioro de la función de los riñones. La enfermedad renal crónica se clasifica
en etapas, de acuerdo al daño renal ocasionado, lo cual se determina mediante
cuantificación de proteínas en orina y evaluación de la filtración renal; de
acuerdo a la etapa son las intervenciones de tratamiento, pero es en la etapa V (la
etapa final) en la que el tratamiento es con hemodiálisis o diálisis peritoneal.
Debido al alto impacto económico, psicológico y social de esta complicación
crónica en el paciente y en la familia, es necesario insistir en la detección tem-
prana del daño renal (albuminuria) y en el estricto control de la glucosa.
La neuropatía diabética es una complicación muy frecuente en México; cerca
de 60% de los pacientes con diabetes tipo 2 tienen algún tipo de neuropatía, y la
frecuencia depende de la duración de la enfermedad. Al igual que en las compli-
caciones mencionadas previamente, otros factores predisponen a padecer esta
complicación, entre ellos hipertensión arterial, tabaquismo, insuficiencia renal,
dislipidemia, edad, obesidad y duración de la enfermedad.
En mayor o menor grado la elevación crónica de la glucosa afecta a casi todos
los nervios del cuerpo, por ello las manifestaciones de la neuropatía son muy va-
riadas, y según los nervios y órganos afectados serán los síntomas del paciente;
los más frecuentes son sensación de adormecimiento, disminución de la sensibi-
lidad en manos y pies o bien respuestas dolorosas excesivas a estímulos no dolo-
rosos (por ejemplo, el roce de la ropa), en ocasiones debilidad muscular, altera-
ciones oculares, trastornos de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial,
estreñimiento, diarrea, incontinencia o retención urinaria, impotencia, sequedad
vaginal y percepción de la hipoglucemia disminuida.
Es necesario conocer las complicaciones a largo plazo que ocasiona la diabe-
tes; la duración de la enfermedad es uno de los factores de riesgo más importantes
en el desarrollo de ellas. La aparición de estas complicaciones puede retrasarse
con adecuado control de la glucosa y los factores relacionados, los hallazgos ne-
gativos o el inicio de complicaciones no son una falla del tratamiento; si el pa-
ciente y el médico las consideran como oportunidades podrán implementarse es-
trategias que reviertan y retrasen la progresión de las complicaciones.
REFERENCIAS
1. International Diabetes Federation: Diabetes atlas. 4ª ed. Canadá, 2009.
2. McGill M: The need for tact, openness and honesty. Diabetes Voice 2007;57:29–32.
3. Instituto Nacional de Salud Pública de México: Encuesta Nacional de Salud. México, 2006.
4. Expert Committee on the Diagnosis and Classification of Diabetes Mellitus. Diabetes Care
2003;26:S5–S20.
5. Brownlee M: Banting lecture 2004. Diabetes 2005;54:1615–1625.
6. Sheets MJ: Molecular understanding of hyperglicemia’s adverse effects for diabetic com-
plications, 2002;288:2579–2588.
12
Monitoreo del control metabólico
Martín Alberto Herrera Cornejo
39
40 Diabetes mellitus (Capítulo 12)
DETERMINACIÓN DE GLUCEMIA
PROCEDIMIENTO
La mayoría de los nuevos glucómetros pueden brindar los resultados en unos se-
gundos (menos de 10) y se pueden conectar con computadoras, lo cual permite
tener un registro de los niveles obtenidos en determinadas horas e inclusive con-
tar con gráficas de esos resultados.
GLUCOSURIA
CETONURIA
Las personas con diabetes que diariamente en su casa miden y registran sus nive-
les de azúcar perciben con prontitud y precisión un aumento (hiperglucemia) o
una disminución (hipoglucemia) de glucosa en su organismo. Con ello toman ac-
ciones inmediatas tendientes a estabilizarla, lo que les sirve para prevenir e inclu-
so aplazar las complicaciones de dicha enfermedad. La práctica constante del
42 Diabetes mellitus (Capítulo 12)
43
44 Diabetes mellitus (Capítulo 13)
siderarlo como una rehabilitación, ya que en algunos casos son pacientes con nula
actividad, actual o de toda su vida.
Otra ventaja para el paciente diabético actual es el automonitoreo de la glucosa
capilar, anteriormente realizado con tira reactiva graduada en escala de colores
y ahora con diversos sistemas electrónicos que facilitan la realización de contro-
les por el mismo paciente y familiares entrenados o con una capacitación básica,
disminuyendo la dependencia del personal de salud, apoyando al profesional de
la salud en la precisión del control de la glucosa, con ajustes en su tratamiento más
apegados a la vida diaria del paciente, con respecto a sus actividades y mejorando
considerablemente la sobrevida y disminuyendo las complicaciones crónicas y
agudas de los pacientes.
47
48 Diabetes mellitus (Capítulo 14)
Debemos intentar realizar al menos una actividad física, entendiendo esta dife-
rente a un deporte formal, y que en caso de presentar alguna limitante física, eco-
nómica o de tiempo no se tengan excusas para poder adecuar nuestra vida diaria.
En el tiempo de realización, cuando menos 20 minutos diarios, continuos y de
ser posible aumentar progresivamente la duración, combinando la actividad ae-
róbica (con movimientos y respiraciones constantes) y la anaeróbica (para incre-
mentar fuerza y volumen muscular).
Otro factor importante, sin duda, es el genético (el de nuestras familias), por-
que no sólo heredamos la predisposición a las enfermedades, sino también las
costumbres de la alimentación, ya que aprendemos del ejemplo en el comporta-
miento de nuestros padres, abuelos y demás educadores que nos rodean. Desde
nuestra infancia aprendemos conductas que pueden ser propicias para desarrollar
obesidad, como el reflejo de salud del niño rozagante (gordito o cachetón), y era
frecuente escuchar durante la comida palabras motivadoras como “¿ya te llenas-
te?”, cuando lo correcto sería enseñar a comer para satisfacernos, no hasta llenar-
nos.
En contraparte, la dieta profesada desde nuestros inicios culturales es a base
de maíz y ha sido modificada recientemente con las variantes de la comida rápida
rica en carbohidratos (azúcares). Es, sin duda, un detonante la combinación con
el consumo de bebidas azucaradas, como son los refrescos o jugos, ya que contie-
nen casi la misma cantidad de azúcar. Debemos intentar aprender a leer e inter-
pretar las recomendaciones que por ley se encuentran en los alimentos industria-
lizados para la moderación o eliminación de su consumo.
Deberíamos poder adecuar los cambios en el estilo de vida a toda la familia,
llamándole medidas de contingencia, para evitar así la reproducción del mismo
fenómeno en el resto de sus integrantes. Como anécdota, una paciente, ama de
casa, me comentó que por su culpa todos en su familia comían de forma similar
a la de ella desde que estaba enferma; yo lo llamaría por solidaridad, ya que tam-
bién su familia se había mantenido más saludable durante esos 15 años; es más
fácil modificar estos hábitos en los integrantes jóvenes.
Podemos decir, entonces, que evitar el sedentarismo y el sobrepeso son accio-
nes fundamentales para la prevención de la diabetes, pero también debemos men-
cionar la educación del paciente no sólo para el tratamiento, sino también en la
prevención de la enfermedad para el resto de los familiares.