Journal of Back and Musculoskeletal Rehabilitation 32 (2019) 671–676 DOI 671

10.3233 / BMR-171006
Prensa IOS

La influencia del trimestre gestacional,

práctica de actividad física y aumento de peso en la
zona lumbar e intensidad del dolor pélvico en mujeres
embarazadas de bajo riesgo

Vanessa Patrícia Soares de Sousa∗, Alethéa Cury, Laiane Santos Eufrásio,

Sara Estéfani Soares de Sousa, Carolina Bezerra Coe y Elizabel de Souza Ramalho Viana
Departamento de Fisioterapia, Universidad Federal de Rio Grande do Norte, Natal, Rio Grande do Norte, RN,
Brasil

Resumen.
ANTECEDENTES: El dolor lumbar y pélvico en mujeres embarazadas es una condición clínica cuya etiología es multifactorial. Por tanto,
varias variables pueden influir en la intensidad del dolor lumbar y pélvico.
OBJETIVO: El propósito de este estudio fue analizar la influencia del trimestre gestacional, la práctica de actividad física y el
aumento de peso sobre la intensidad del dolor lumbar y pélvico en gestantes de bajo riesgo.
MÉTODOS: Doscientas sesenta y siete mujeres embarazadas participaron en este estudio. Se evaluó la edad gestacional, índice de
masa corporal, ganancia de peso, práctica de actividad física y dolor lumbar y pélvico.
RESULTADOS: Encontramos una diferencia significativa (P = 0,02) en la intensidad del dolor, al comparar mujeres embarazadas activas y sedentarias.
No se encontraron diferencias significativas al comparar la intensidad del dolor entre los trimestres gestacionales (2Dakota del Norte versus 3rd;
P = 0,60). No hubo una relación significativa entre el aumento de peso y la intensidad del dolor (r = 0,03 | P = 0,28). El análisis
multivariado indicó que las embarazadas sedentarias tienen un mayor riesgo (P = 0,001) de dolor intenso y el dolor no se ve
influido por el aumento de peso (P = 0,08) y el trimestre gestacional (P = 0,98).
CONCLUSIONES: Las mujeres embarazadas sedentarias tienen un 30% más de posibilidades de tener mayor intensidad de dolor en comparación con las mujeres
activas, independientemente del trimestre gestacional y el aumento de peso.

Palabras clave: embarazo, lumbalgia, edad gestacional, ejercicios, peso corporal

1. Introducción El dolor lumbar y pélvico en mujeres embarazadas es una

condición clínica importante que debe ser considerada, ya que

El dolor lumbar y pélvico (DLP) se considera la principal causa afecta directamente las actividades diarias de estas mujeres [3].

de incapacidad en los seres humanos [1]. Se define como un La etiología del dolor lumbar es multifactorial y con frecuencia

dolor localizado entre las costillas y la zona de los glúteos que está relacionada con cambios biomecánicos, hormonales y

puede irradiarse a las extremidades inferiores [2].
∗Autor para correspondencia: Vanessa Patrícia Soares de Sousa,
Departamento de Fisioterapia, Universidad Federal de Rio Grande do
Norte, Rua Valença, 2826, conj. Santa Catarina. Natal, Rio Grande do
Norte, Brasil. Tel .: +55 8498702 7110; Correo electrónico: vanessa fi sio
@ gmail.com.
vasculares. Además de estas alteraciones, la edad, la situación
económica, los embarazos previos, el índice de masa corporal
(IMC), los antecedentes familiares de dolor lumbar y los
antecedentes de hiperlaxitud son algunos de los factores de
riesgo que pueden estar asociados a esta patología [4,5].
Los estudios sugieren que más del 50% de las mujeres
embarazadas informan dolor lumbar y la intensidad de este

ISSN 1053-8127 / 19 / $ 35.00 © c 2019 - IOS Press y los autores. Reservados todos los derechos
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672 VPS de Sousa et al. / Actividad física y gestación de riesgo habitual

el dolor aumenta con el avance de la gestación [4,6,7]. A

pesar de la prevalencia y gravedad de los síntomas, muchas
mujeres embarazadas no buscan tratamiento para el dolor
lumbar, ya sea por desconocimiento sobre posibles
tratamientos o porque lo consideran una patología normal o
inmanejable [4]. Por otro lado, las mujeres que recibieron
tratamiento fisioterapéutico, a través de orientaciones sobre
prevención y tratamiento del dolor lumbar, relacionaron una
mejor calidad de vida en el embarazo [8].
La investigación también revela la importancia de
prescribir ejercicios como tratamiento de primera línea, para
evitar el uso de medicamentos durante el embarazo [4,8]. Sin
embargo, una revisión sistemática sobre el efecto de los
ejercicios durante y después del embarazo, escrita por Sd y
Pennick en 2015 [9], mostró que los resultados de los
ensayos clínicos controlados y aleatorizados son pequeños y
no concluyentes.
El resultado de la investigación ha sugerido que el aumento de Fig. 1. Diagrama de flujo de muestra de búsqueda.

peso durante el embarazo, el avance del embarazo y la práctica

de actividad física, pueden influir en la intensidad del dolor
lumbar [10,11]. La falta de actividad física y el aumento de peso
están relacionados con el dolor de espalda. Un estilo de vida
sedentario unido a una deficiencia del sistema
musculoesquelético y una sobrecarga de la columna hace que la
población sea más propensa a tener dolor lumbar y pélvico [12].
De esta forma, el estudio de las variables que pueden
influir en la intensidad del dolor lumbar y pélvico es un
importante punto orientador de la práctica clínica, ya que se
ha demostrado que este dolor puede persistir durante todo
el embarazo y, a menudo, durante el posparto. -parto [8,13].
Por tanto, el objetivo principal de este estudio fue analizar la
influencia del trimestre gestacional, la práctica de actividad
física y el aumento de peso sobre la intensidad del dolor
lumbar y pélvico en gestantes de bajo riesgo.
siguientes criterios de inclusión: embarazo de bajo
riesgo, nulíparas y feto único. Las actividades realizadas
en el PCPDP fueron: charlas educativas sobre temas
relacionados con la gestación, parto, puerperio y cuidado
del bebé. Además, la práctica de actividad física osciló
entre intensidad leve y moderada.
Para el cálculo de la muestra se consideró el total
de gestantes que asistieron al PCPDP de 2012 a 2015 (
n = 500). Los siguientes datos se incluyeron en el
software G Power (Universidad de Kiel, Alemania,
2014): α = 0,05; β (potencia) = 0,95; tamaño del efecto =
0,5. Según este cálculo, el n ideal para nuestro estudio
fue 218. Al final de la investigación alcanzamos el número
de 267 voluntarios (Fig. 1).

2.2. Herramientas de evaluación

2. Métodos
Las variables fueron recolectadas mediante un formulario
de evaluación, elaborado por los investigadores
Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética para la
responsables, y divididas en los siguientes grupos: datos
Investigación con Humanos de la Universidad Federal de Rio
Grande do Norte (UFRN) con el número de protocolo sociodemográficos (edad, años de educación, ingresos

719.939 y CAAE 30403414.8.0000.5537. Todos los voluntarios familiares, estado civil), datos obstétricos (edad gestacional y

han firmado el Término de Consentimiento Libre y Aclarado trimestre), antropométricos y estilo de vida. datos (peso,

(FCCT). talla, IMC, aumento de peso y práctica de actividad física).

2.1. Participantes y contexto
El proceso de muestreo fue no probabilístico. Los
voluntarios fueron reclutados, de 16th semana de
gestación, al curso preparatorio de embarazo, parto y
posparto - PCPDP, promovido mensualmente por el
Departamento de Terapia Física de la UFRN. Adoptamos el
El cálculo de la ganancia de peso se realizó a partir
de la resta del peso en el momento de la evaluación y
el peso pregestacional. Para el índice de masa
corporal (IMC) pregestacional, se consideró el peso de
la mujer antes del embarazo y se clasificó como: bajo
peso (IMC, 18,5 Kg / m2), rango normal (> 18,5 e 25
Kg / m2), sobrepeso (> 25 e <30 Kg / m2), u obeso (> 30
Kg / m2) [14]. El diagnóstico del estado nutricional fue
 VPS de Sousa et al. / Actividad física y gestación de riesgo habitual 673

tabla 1
Características sociodemográficas, obstétricas, antropométricas y de estilo de vida (n = 267)

Variables Segundo trimestre Tercer trimestre Total

(n = 154) (n = 113) (n = 267)
Datos sociodemográficos
Años de edad) 29,83 ± 4,74 29,77 ± 3,72 29,80 ± 4.33
Años de estudio 16.24 ± 3,22 16,62 ± 3,49 16.41 ± 3.34
Estado civil
Con lifepartner 94,1% (145) 92,2% (105) 93,6% (250)
Sin compañero de vida 1,9% (3) 0,9% (1) 1,5% (4)
Datos obstétricos
Edad gestacional (semanas) 20,7 ± 3,49 30.05 ± 2,31 24,68 ± 5.52
Trimestres
Segundo - - 57,7% (154)
Tercero 42,3% (113)
Datos antropométricos y de estilo de vida
Peso pregestacional (kg) 60.04 ± 11.26 65,47 ± 10,65 62,32 ± 11.31
Peso gestacional (kg) Altura 66.05 ± 10,36 71.30 ± 10.25 68,26 ± 10,62
(m) 1,62 ± 0,06 1,62 ± 0,06 1,62 ± 0,06
IMC pregestacional (kg / m2) 22,79 ± 3,91 24,78 ± 3,78 23,62 ± 3,97
IMC gestacional (kg / m2) 24,92 ± 4.09 27.01 ± 3,66 25,79 ± 4.05
Aumento de peso 5,97 ± 4.20 5,86 ± 3,63 5,92 ± 3,96
Actividad física
Activo 35,7% (55) 45,1% (51) 39,7% (106)
Sedentario 63,6% (98) 54% (61) 59,6% (159)
Nota: hubo pérdida de datos para el variable.

elaborado según la edad gestacional, utilizando la
curva de Atalah (1997). Usamos los valores límite del
IMC, por semana de gestación, para clasificarlos en:
bajo peso, rango normal, sobrepeso y obesidad [15].
Respecto a la práctica de actividad física, se preguntó a
los voluntarios: “¿Practicas actividad física (intensidad
baja a moderada), al menos dos veces por semana, con
una duración mínima de 50 minutos (por episodio)?”. Si la
respuesta fue “sí”, la mujer se consideró activa; de lo
contrario, sedentario [16].
La evaluación del dolor lumbar y pélvico se realizó
preguntando al voluntario inicialmente “¿Siente dolor
lumbar y / o pélvico?”. Si la respuesta fuera positiva, la
embarazada indicaría la intensidad del dolor utilizando la
Escala Visual Analógica (EVA) para localizar el dolor en la
figura humana [17].
2.3. análisis estadístico
Para caracterizar la muestra se utilizó un análisis
descriptivo (media, desviación estándar, frecuencias
absolutas y relativas). Para probar la normalidad de las
variables cuantitativas utilizamos la prueba de Shapiro-Wilk.
La comparación de la intensidad del dolor entre las mujeres
embarazadas activas y sedentarias y entre las del segundo y
tercer trimestre gestacional se evaluó mediante la prueba U
de Mann-Whitney. Se utilizó la prueba de correlación de
Spearman para identificar la relación entre el aumento de
peso y la intensidad del dolor.
Analizar la influencia de la práctica de actividad física
(variable categórica: activa versus sedentario), trimestre
gestacional (variable categórica: segundo versus
tercero) y aumento de peso (variable numérica) sobre la
intensidad del dolor lumbar y pélvico (variable numérica),
utilizamos la regresión de Poisson. PAG un valor por debajo de
0,05 se consideró significativo.
3. Resultados
La caracterización sociodemográfica y obstétrica de las
participantes mostró que el 61,8% (n = 165) tenían
ingresos superiores a 4 sueldos, 71,9% (n = 192) estaban
casados y el 57,7% (n = 154) estaban en el tercer
trimestre. En la Tabla 1 se muestra más información.
El análisis bivariado mostró una diferencia significativa
(P = 0,02 | U = 5106,00 | IC95% = 0.01-0.05) en la
intensidad del dolor, al comparar activos (mediana =
3,0 | cuartil 25 = 0,0 | cuartil 75 = 5.0) y sedentario
(mediana = 4.0 | cuartil 25 = 1.0 | cuartil 75 =
6.0) mujeres embarazadas. Sin embargo, al comparar la
intensidad del dolor entre los trimestres gestacionales, no se
encontraron diferencias significativas (P = 0,60 | U = 6150,50
| IC95% = 0,56-0,68). No hubo una relación significativa entre
el aumento de peso y la intensidad del dolor (r = 0,03
| P = 0,28).
El análisis multivariado indicó que las embarazadas
sedentarias tienen un 30% más de posibilidades (P = 0,001)
674 VPS de Sousa et al. / Actividad física y gestación de riesgo habitual
Tabla 2
Análisis multivariado de la relación entre la práctica de actividad física,
trimestre gestacional, aumento de peso e intensidad del dolor
Chi-cuadrado PAG Exp (B)
prueba
Inferior superior
Sedentario 12.44 0,001 1,30
Activo - - 1 -
Segundo trimestre 1,54 0,21 0,91
Tercer trimestre - - 1 -
Aumento de peso 3,06 0,08 0,98
tener dolores más intensos, en comparación con las
mujeres activas. El dolor no se ve influido por el aumento
de peso (P = 0,08) y el trimestre gestacional (P = 0,98)
(Tabla 2).
4. Discusión
El objetivo de este estudio fue analizar la influencia de la
práctica de actividad física, el trimestre gestacional y la
influencia del aumento de peso en la intensidad del dolor
lumbar y pélvico. El resultado principal sugiere que las
mujeres embarazadas sedentarias tienen un 30% más de
posibilidades de sentir un dolor más severo, en comparación
con las mujeres activas (OR = 1,30;P = 0,001),
independientemente del trimestre gestacional (OR = 0,91; P =
0,21) y aumento de peso (r2 = 0,98; P = 0,08).
La actividad física durante el embarazo ofrece muchos
bene fi cios, tales como: reducir el riesgo de sobrepeso,
diabetes gestacional, preeclampsia, parto prematuro, venas
varicosas y trombosis venosa profunda [18]. Estos beneficios
también incluyen la disminución de la intensidad del dolor
lumbar y pélvico, como lo demuestra el estudio de Da Silva et
al. [17], en el que sometieron a 26 gestantes a un protocolo
de actividad física durante 1 mes. Los resultados de esta
investigación mostraron una disminución significativa en el
LBPP, medido por la Escala Analógica Visual (EVA), al
comparar los valores antes y después de la intervención. Un
ensayo clínico controlado aleatorizado con 45 voluntarios (20
en el grupo experimental y 22 en el grupo control), también
mostró resultados similares: mujeres embarazadas
sometidas a un protocolo de actividad física, que incluía
actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular,
presentó menor intensidad del dolor en comparación con el
grupo de control [19]. Estos hallazgos corroboran con los
resultados de nuestro estudio.
Fisiológicamente, durante el embarazo, los músculos
lumbares y pélvicos se sobrecargan gradualmente, debido al
aumento de la masa corporal total y del tamaño del útero [20].
Estos factores llevan los músculos abdominales a su máximo
estiramiento, lo que resulta en una longitud desfavorable diez-
relación de sión con la generación de fuerza, que provoca una
disminución de la estabilidad lumbar y pélvica [21,22]. Así,
aunque los músculos paravertebrales están compuestos
Confianza
intervalo 95% principalmente por fibras musculares tipo I, la sobrecarga y el
desequilibrio muscular, características de los cambios
1,12 1,50 biomecánicos debidos al embarazo, pueden dar lugar a un dolor
- lumbar [22]. Contrariamente a las adaptaciones corporales de las
0,79 1,05 embarazadas, la práctica regular de actividad física da como
-
resultado una mejora de la aptitud cardiorrespiratoria, la
0,96 1,00
resistencia y la fuerza muscular y, en consecuencia, disminuye la
intensidad del dolor lumbar y pélvico [23].
Además, la práctica regular de actividad física es opuesta a un
estilo de vida sedentario, que se define como la ejecución de
actividades que gastan poca energía metabólica y están
conectadas a condiciones de salud desfavorables [24]. Este
concepto se corrobora con nuestros hallazgos, ya que las mujeres
sedentarias presentaron un 30% más de posibilidades de
reportar mayores intensidades de dolor que las mujeres activas
de nuestro estudio.
De esta forma, los profesionales encargados de atender a
la gestante deben alentarla a mantenerse activa durante el
embarazo, prescribiendo actividades físicas que respeten los
principios de modalidad, duración, frecuencia, intensidad y
modo de progresión [25].
No observamos la influencia de la variable del tercer trimestre
gestacional sobre la intensidad del dolor lumbar (OR =
0,91; P = 0,21). Un estudio transversal [26], similar al nuestro, con
235 mujeres embarazadas, encontró que los principales factores
relacionados con el dolor lumbar son: satisfacción con el trabajo,
IMC, calidad de vida y dolor lumbar previo. No hubo asociación
entre el trimestre gestacional y el dolor lumbar, lo que corrobora
con nuestros hallazgos. Por otro lado, la investigación realizada
por Mota et al. [4] con 105 voluntarios, encontró que la intensidad
del dolor lumbar aumentaba con el avance del embarazo. Sin
embargo, es importante considerar las siguientes diferencias
entre nuestro estudio y el de Mota. En el presente estudio, las
entrevistas se realizaron con las gestantes que experimentaron
dolor durante la recolección de datos, incluyendo datos de
práctica de actividad física, mientras que en el estudio de Mota
las entrevistas se realizaron durante el posparto, con preguntas
sobre su embarazo pero sin informes sobre la calidad de vida
durante el embarazo. Un posible argumento de la falta de
influencia del trimestre gestacional en el dolor lumbar se refiere a
esta característica de estilo de vida de nuestra muestra.
Proporcionalmente, las embarazadas en el tercer trimestre
fueron más activas (45,1%) que las mujeres en el segundo
trimestre (35,7%). Considerando que la práctica de actividad física
disminuye el riesgo de intensidades elevadas de dolor, esta
puede ser una posible explicación de este hallazgo.
Por último, encontramos que el aumento de peso no
influyó en la intensidad del dolor lumbar (r2 = 0,98; P = 0,08).
 VPS de Sousa et al. / Actividad física y gestación de riesgo habitual
Esto se justifica por las características antropométricas de la
muestra. Según los valores estandarizados por la OMS (1995)
para definir el estado nutricional pregestacional, nuestra
muestra se encontraba en el rango normal (IMC
pregestacional:> 18,5 e <25 kg / m2) [14]. Aparte de eso, el
principal aumento de peso en este estudio no fue
significativo (5.97± 4,20 y 5,86 ± 3,63, en el segundo y tercer
trimestre, respectivamente). El Instituto de Medicina de la
Academia Nacional de Ciencias (1990) aboga por un aumento
de peso de 1,6 kg / semana en el primer trimestre y
0,4 kg / semana en el segundo y tercer trimestre. El aumento
de peso en este estudio fue de 4,4 a 5,6 kg y de 8,4 a 9,2 kg
(segundo y tercer trimestre, respectivamente). Por lo tanto, el
aumento de peso en este estudio no superó el rango de
normalidad, y este hecho puede justificar la falta de
influencia del aumento de peso en la intensidad del dolor
lumbar. En 2016, Bliddal et al. [27] realizaron un estudio para
identificar los factores asociados con los trastornos
musculoesqueléticos en mujeres embarazadas y encontraron
un aumento en el dolor lumbar asociado con un IMC
pregestacional alto (sobrepeso / obesidad) y un aumento de
peso superior a 15 kg. Los hallazgos de Bliddal et al. [27]
corroboran nuestra hipótesis para explicar la ausencia de
relación entre el aumento de peso y la intensidad del dolor.
4.1. Importancia clínica y limitaciones del estudio
Este estudio es importante clínicamente para incitar a los
profesionales de la salud a animar a las mujeres embarazadas a
adoptar un estilo de vida saludable, practicando actividades
físicas de forma regular como forma de prevenir el dolor lumbar
y pélvico o el aumento de su intensidad. Sin embargo,
destacamos que la actividad física debe respetar las
características específicas de cada embarazo, así como los
parámetros de entrenamiento muscular y cardiorrespiratorio.
Las limitaciones de este estudio fueron la falta de un
cuestionario específico para evaluar el nivel de actividad física de
las voluntarias y la no inclusión de mujeres embarazadas en el
primer trimestre gestacional. Así, sugerimos nuevos estudios
longitudinales para determinar los factores de riesgo o
protectores relacionados con la ocurrencia e intensidad del dolor
lumbar en gestantes.
5. Conclusión
Las mujeres embarazadas sedentarias tienen un 30% más de
posibilidades de tener mayor intensidad de dolor en comparación con
las mujeres activas, independientemente del trimestre gestacional y el
aumento de peso.
675
Conflicto de interés
Ninguno para informar.
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