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SINDROME FEBRIL

Según Jablonski, la fiebre es un aumento anormal de la temperatura corporal,


superior a los 37 °C, que es una manifestación de enfermedades infecciosas,
quemaduras, traumatismos, lesiones cerebrales que afectan al hipotálamo y de la
presencia de agentes piógenos en el organismo, al igual que algunas drogas como
tiroxina. Algunos consideran que la fiebre es un mecanismo protector que destruye
ciertos microorganismos patógenos y eleva el índice metabólico de inmunosustancias.
García, P. Fernández, M. Paredes, F. Definen el síndrome febril como un conjunto
de manifestaciones sistémicas que acompañan a la fiebre, tales como: malestar general,
taquicardia, cefaleas, mialgias, dolores articulares, escalofríos, sudoración y otros.
También destacan que, un síndrome febril prolongado puede presentar fiebre
continua o en meseta, con ligeras oscilaciones menores a 1ºC, fiebres remitentes de
oscilaciones más amplias y fiebres intermitentes, sépticas, en picos o agujas, con fases
de hipertermia y fases afebriles. Vamos a encontrar además, la presencia de fiebres de
origen desconocido (FOD), la cual tiene a durar más de tres semanas y cuya causa es
difícil o imposible de establecer, esto se debe a la dificultad diagnóstica y a presencia de
manifestaciones atípicas o poco comunes en este proceso.
Durante el curso de un síndrome febril, es conveniente descartar ciertas
enfermedades infecciosas, que por lo general tienden a generar repercusiones (muchas
de ellas graves) si no se lleva a cabo un tratamiento inmediato a estos procesos, entre
dichas enfermedades se pueden encontrar las siguientes:
 La tuberculosis
 Sepsis.
 Fiebre tiroidea.
 Brucelosis.
 Endocarditis infecciosa.
 Infecciones localizadas.
 Infecciones del tracto urinario.
 Rekettsiosis.
 Infecciones Víricas.

Temperatura

El organismo en condiciones normales mantiene la temperatura corporal dentro


de un rango estrecho, independientemente de las variaciones del medio ambiente.
Normalmente la temperatura es un poco mayor en la tarde, cerca de las 20 horas, y más
baja en la madrugada. Esta es una variación de tipo circadiano. La temperatura que se
registra en la axila, oscila en el paciente sano entre 36,2ºC y 37ºC.

Los sitios más frecuentemente usados para estos registros son la boca (bajo la
lengua), las axilas, los pliegues inguinales y el recto. Entre ellos existen diferencias. Así,
con respecto a la temperatura axilar, los registros en la boca y en el recto son un poco
más altos (del orden de 0,3ºC a 0,5ºC).

Lugar del registro Límite de lo normal


Boca hasta 37,3 ºC
Axila hasta 37,0 ºC

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Ingle hasta 37 ºC
Recto hasta 37,6 ºC

Cualquier aumento por sobre los límites normales, se considera fiebre.


Diferencias mayores de 1ºC entre la temperatura rectal y la axilar deben hacer plantear
la posibilidad de un proceso inflamatorio a nivel de la pelvis (ej.: apendicitis, anexitis).

+ 1ºC  El pulso sube 10 a 15 latidos por minuto


La respiración también se acelera.

Los niños desarrollan temperaturas elevadas con más facilidad. En cambio, los
ancianos y los pacientes con insuficiencia renal, pueden no presentar fiebre a pesar de
estar con un cuadro infeccioso.

La temperatura se registra con termómetros que usan las propiedades


expansivas del mercurio con el calor, o de tipo electrónicos. Los de mercurio son los más
usados. Es importante que la punta del instrumento tenga buen contacto con la piel o
las mucosas y es necesario esperar unos tres a ocho minutos antes de efectuar la
lectura.

Se considera que una persona presenta:


 un estado subfebril: cuando la temperatura oscila entre 37 y 37,5 ºC.
 hipotermia: cuando la temperatura es menor de 35,0ºC.
 hipertermia: cuando la temperatura es mayor de 41ºC.

¿CUÁL ES LA CAUSA DE LA FIEBRE?

1. Infecciones: Bacterianas, virales, micosis, parasitosis y rikettiosis.


2. Mecanismo inmunológico: Alergias, enfermedades sistémicas del tejido
conectivo autoinmunes.
3. Necrosis tisular: accidentes vasculares, traumatismos mecánicos,
gangrena de una extremidad.
4. Hemopatías: Leucemia, aplasias medulares, crisis hemolíticas,
linfoadenopatia.
5. Neoplasias: Benignas y malignas (carcinomas y linfomas).
6. Enfermedades endocrinas y/o metabólicas: Gota, porfiria.
7. Fiebre facticia y ficticia: Autoinducida, simulada.

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FISIOPATOLOGÍA

Pirógenos PIRÓGENOS
EXÓGENOS Producen fiebre 

Endógenos Exógenos
Respuesta del huesped
Respuesta del huesped Ajenos a la persona

MICROORGANISMOS, PROD. MET. O TOXINAS


CAPA LIPOPOLISACÁRIDA BACT. GRAM -
PIRÓGENOS ENDÓGENOS POLIPÉPTIDOS (MONOCITOS/MACRÓFAGOS)
VÍA SISTÉMICA PROVOCAN FIEBRE

Mecanismos de conservación del calor:


Cuando se enfría el cuerpo por debajo de la temperatura normal, los siguientes
mecanismos reducen la pérdida de calor:

1. Vasoconstricción

Es el estrechamiento de vasos sanguíneos por parte de pequeños músculos en


sus paredes. Cuando los vasos sanguíneos se constriñen, la circulación de sangre se
torna lenta o se bloquea.
Esto ocurre por la estimulación del Hipotálamo posterior, cuando la temperatura
disminuye, se activa y a través del sistema nervioso simpático se produce la disminución
del diámetro de los vasos sanguíneos cutáneos. Este efecto disminuye la conducción de
calor desde el núcleo interno a la piel. En consecuencia, la temperatura cutánea
disminuye y se acerca a la temperatura ambiental, de esta manera se reduce el
gradiente que favorece la pérdida de calor.

2. Intercambio de calor por contracorriente

Es una manera altamente eficiente de minimizar la pérdida de calor por la piel,


debido a que éste se recicla en lugar de disiparse. De esta manera el corazón no tiene
que bombear sangre tan rápido para mantener una temperatura corporal y una tasa
metabólica constante.

Se conoce: ¨Mecanismo intercambiador por contracorriente para conservar


calor¨. En el hombre, las arterias de los brazos y piernas corren paralelas a un conjunto
de venas profundas pero su flujo es opuesto. De manera que el calor de la sangre
arterial que va del núcleo a la periferia, difunde hacia la sangre venosa que fluye de la
periferia al núcleo. De esta forma el calor es regresado a la región central del cuerpo.

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3. Piloerección

La estimulación del sistema nervioso simpático provoca la contracción de los


músculos erectores, ubicados en la base de los folículos pilosos, lo que ocasiona que se
levante el vello. La erección del pelo amplía la capa de aire en contacto con la piel,
disminuyendo los movimientos de convección del aire y, por lo tanto reduciendo la
pérdida de calor. La sensación llamada comúnmente por las personas: “piel de gallina”,
ocurre por el proceso de piloerección.

Mecanismos de producción de calor

El gasto energético puede ser subdividido en dos categorías de termogénesis:


termogénesis obligatoria y termogénesis facultativa. Los procesos termogénicos
obligatorios son esenciales para la vida de todas las células del cuerpo e incluyen los
procesos que mantienen la temperatura del cuerpo constante y normal. El mayor
componente de la termogénesis obligatoria es provisto por la tasa metabólica basal.
También se considera un proceso termogénico obligatorio a la termogénesis inducida
por el alimento y que deriva de la digestión, absorción y metabolismo de los nutrientes
dietarios. A diferencia de la termogénesis obligatoria que ocurre continuamente en
todos los órganos del cuerpo, la termogénesis facultativa puede ser rápidamente
activada o desactivada y tiene lugar sobre todo en dos tejidos, el músculo esquelético y
el tejido adiposo marrón o grasa parda. A temperatura termoneutral la tiroides es el
principal regulador del gasto energético a través de mecanismos que modulan el
consumo de oxígeno en las mitocondrias de diversos tejidos, en particular del músculo
esquelético y el hígado. La tiroides participa además en la regulación de la termogénesis
adaptativa o facultativa, actuando en forma sinérgica con la norepinefrina en situaciones
en las que el organismo requiere calor adicional para mantener la normotermia durante
la exposición al frío.

Cuando la temperatura ambiente se encuentra por debajo de la temperatura


crítica inferior, los organismos endotérmicos producen calor en el músculo esquelético y
en la grasa y se dan 2 mecanismos:

1. Termogénesis tiritante
El centro motor primario de la termogénesis tiritante está localizado en el
hipotálamo posterior. El estrés por frío estimula y el calor inhibe a este centro nervioso.
Cuando, en respuesta al estrés por frío, aumenta el tono muscular hasta un nivel crítico,
comienza la tiritación. De esta manera, se acrecienta la producción de calor unas 4 a 5
veces sobre la producción normal. La termogénesis tiritante consiste en la contracción
involuntaria, sincrónica y rítmica de las unidades motoras de los músculos opuestos y,
en consecuencia se evitan grandes movimientos y no se realiza trabajo externo. Al no
realizarse trabajo externo, toda la energía liberada al tiritar aparece como calor.

2. Termogénesis no tiritante

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Luego de pocas horas de exposición al frío, la producción de calor en la grasa
parda tiene un rol dominante en el reemplazo de la termogénesis tiritante por la
termogénesis no tiritante como la principal fuente de calor adicional para evitar
la hipotermia.
La oxidación de metabolitos en la respiración mitocondrial y el bombeo de
protones que ello genera no se invierten en la generación de ATP, como en las
mitocondrias normales, sino que se disipa en forma de calor, esto se hace por la
capacidad de la grasa parda para generar calor se debe a la existencia de una proteína
única en las mitocondrias de las células adiposas de este tejido: la proteína desacoplante
UCP1. Esta proteína tiene la capacidad de permeabilizar la membrana mitocondrial a los
protones.
La termogénesis no tiritante es facultativa, solo se activa cuando el organismo
necesita calor adicional, y es adaptativa, en el sentido que se requieren semanas para
reclutar al tejido termogénico.
Aunque la activación de las reacciones de la termogénesis tiritante y no tiritante
no requiere la expresión de genes termogénicos, la exposición crónica al frío activa la
expresión de varios genes importantes en el proceso termorregulatorio.

PATRONES DE FIEBRE

En función del curso que la temperatura sigue a lo largo del tiempo, se pueden
diferenciar una serie de patrones de fiebre que nos pueden ayudar a identificar la causa
de la misma

En lo que respecta a la intensidad, el aumento de la temperatura corporal se


puede clasificar en:

· Febrícula: menos de 37,5ºC


· Fiebre ligera: menos de 38ºC
· Fiebre moderada: 38 – 39ºC
· Fiebre alta: 40ºC
· Hiperpirexia: 41ºC

En términos de frecuencia y oscilaciones de la fiebre se puede clasificar en:


 Fiebre continúa: Las oscilaciones diarias máxima y mínima no llegan a 1 grado;
así ocurre en la neumonía neumocócica, fiebre tifoidea no tratada, etc.
 Fiebre héctica o séptica: Fiebre diaria remitente, acompañada de escalofrío,
sudor profundo, frecuencia y debilidad del pulso, enflaquecimiento y diarrea. Se
presenta con frecuencia en la TBC crónica cavitaria y procesos sépticos.
 Fiebre intermitente: Se encuentra apirexia entre los estados febriles. La
temperatura sube bruscamente después de un escalofrío, y desciende también
rápidamente a lo normal o subnormal, acompañándose de abundante
sudoración. Se observa en las septicemias, sepsis urinaria y biliar, abscesos del
hígado y en el paludismo con accesos cotidianos (fiebre cotidiana), a días
alternos (fiebre terciana), o tras 2 días de apirexia (fiebre cuartana). La fiebre
quintana (llamada también de los 5 días) se observa en la enfermedad
producida por Rickettsia quintana, transmitida por los piojos.

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 Fiebre ondulante: Se caracteriza por el ascenso progresivo o brusco de la
temperatura, que se mantiene elevada con ciertas oscilaciones durante días o
semanas; desciende posteriormente en forma gradual (lisis), hasta normalizarse,
y tras un período de días o semanas se produce un nuevo brote febril de rasgos
similares. Ejemplos son la fiebre de la brucelosis y de la enfermedad de Hodgkin.
 Fiebre recurrente: caracterizada por la alternancia de períodos de fiebre
continua en meseta, que duran 2, 5 o más días, seguidos de una fase apirética
que persistente otros tantos o más días. Se acompañan de escalofríos, cefalalgia
y dolores en el cuerpo. Se presenta en las enfermedades causadas por Borrelia
recurrentis o duttoni y también en meningococemias crónicas.
 Fiebre remitente: Oscilaciones diarias superiores a 1 grado, sin alcanzar en
ningún momento lo normal. Se encuentra este patrón en las supuraciones,
bronconeumonía, etc.

DIAGNOSTICO DEL SINDROME FEBRIL

Se deben indicar recuentos sanguíneos completos con fórmula leucocitaria y un


estudio de cualquier líquido corporal (articular, pleural) en caso de requerir análisis más
específicos. Otras pruebas a tener en cuentan son: velocidad de sedimentación globular
(VSG), análisis de orina, pruebas funcionales hepáticas y cultivos sanguíneos, de orina,
esputos o heces.

El síndrome febril es caracterizado por la elevación de la temperatura corporal y


va a su vez a tener signos y síntomas.

Entre los signos y síntomas que puede presentar un paciente, se encuentran:


 El malestar general.
 Mialgias.
 Anorexia.
 Cefalea.
 Facie febril: ojos brillosos, mejillas eritematosas.
 Taquicardia.
 Taquipnea.
 Postración.
 Sudoración.
 Escalofríos.
 La orina más oscura/concentrada.
 Dolores articulares.
 Hipertensión.
 Soplos cardíacos sistolicos.
 Lengua saburral.
 Sed excesiva.
 Delirios.
 Albuminuria.

En algunos casos también se pueden ver incluidos las convulsiones y el herpes labial.
Hay enfermedades asociadas al síndrome febril, es decir, durante estas se tendrá como
síntoma.

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Cuando la fiebre tiene corta duración, es decir, menos de dos semanas, con
frecuencia estaremos en presencia de algún proceso vírico autolimitado o a
enfermedades no infecciosas.

APROXIMACIÓN INICIAL

Pacientes con signos de alarma

Se buscarán signos de inestabilidad hemodinámica y mala perfusión periférica


que hagan sospechar la presencia de shock séptico, signos de CID (petequias), signos
meníngeos, signos de abdomen agudo, signos de insuficiencia respiratoria, o la
presencia de hiperpirexia (temperatura mayor de 41,1 ºC). Todos estos pacientes
requieren ingreso rápido en una Unidad de Observación para su estabilización e iniciar
las maniobras diagnósticas y terapéuticas oportunas. 

Pacientes sin signos de alarma

En el paciente sin signos de alarma se procederá, tras la historia clínica y la


exploración, a identificar aquellos signos de focalidad que orienten a la localización de la
causa del proceso febril.
En la anamnesis se preguntará por el tiempo de evolución de la fiebre, su
intensidad y su ritmo; la presencia de síntomas acompañantes (mialgias, artralgias,
cefalea, escalofríos, exantemas); tratamientos realizados y respuesta a los mismos;
enfermedades previas; consumo de alimentos no higienizados; contacto con animales;
picaduras de insectos; consumo de drogas o fármacos; hospitalización reciente; hábitos
sexuales; viajes recientes; enfermedades febriles en su entorno familiar; e interrogatorio
completo de síntomas por aparatos.

TRATAMIENTO DE LA FIEBRE
Tratamiento inicial

 Etiológico, si se conoce la causa


 Paracetamol 500 mg/6 h (preferentemente acompañado de baños de agua tibia)
si existen complicaciones, enfermedad previa que pueda empeorar con la fiebre,
edades extremas de la vida, fiebre prolongada o temperatura mayor a 40°C.

Aparte del tratamiento etiológico y de las complicaciones hay una serie de medidas
generales que incluyen el mantenimiento de piel y de mucosas húmedas y limpias,
abundante ingesta de líquidos o fluidoterapia intravenosa, si no es suficiente la vía oral,
dieta apetecible y evitar el exceso de abrigo (mantas/cobijas).

Medidas farmacológicas

Su objetivo es la inhibición de la enzima ciclooxigenasa causante de la


producción de la prostaglandinas (PGE2) que modifican el centro termorregulador
elevando su funcionamiento con el consiguiente aumento de la temperatura corporal. Al
mismo tiempo estos fármacos antitérmicos producen una mejoría general en el enfermo
ya que poseen acciones antiinflamatorias y analgésicas. Para su elección se intentará
elegir el que consiga la máxima eficacia con la mínima toxicidad.

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 Paracetamol: Inhibe la síntesis de prostaglandina a nivel cerebral, no siendo
eficaz a nivel periférico (plaquetas, mucosa gástrica, pulmón) su efecto se inicia
a los 30-60 minutos y a las 3 horas alcanza su efecto máximo. En niños
10mg/Kg/6h.

 Otros AINES: Entre ellos destacamos el ibuprofeno. Su mecanismo de acción se


basa en la inhibición de la síntesis de prostaglandinas. Produce un descenso más
pronunciado de la temperatura y mantiene el efecto antitérmico más tiempo (6-
8 horas) tiene acción antipirética, analgésica y antiinflamatoria. Se recomienda
su empleo en niños. La dosis en adultos es de 400-600mg/6-8 horas. En niños 5-
10mg/kg/6-8 horas.

FIEBRE, HIPERPIREXIA E HIPERTERMIA

La fiebre y la hipertermia son fisiopatológicamente dos procesos distintos. En la


fiebre y en la hiperpirexia (término éste que suele reservarse para fiebres muy elevadas,
superiores a 41,1 ºC) el punto de ajuste de la temperatura interna a nivel hipotalámico
está elevado, conservándose los mecanismos del control de la temperatura. En la
hipertermia, en cambio, fallan los mecanismos de control de la temperatura, de manera
que la producción de calor excede a la pérdida de éste, estando el punto de ajuste
hipotalámico en niveles normotérmicos. 

Los cuatro síndromes hipertérmicos mayores son el golpe de calor, la


hipertermia maligna por anestésicos, el síndrome neuroléptico maligno y la hipertermia
inducida por drogas. El reconocimiento precoz de estos síndromes es de capital
importancia puesto que un retraso diagnóstico implica un notable incremento de la
mortalidad. La historia clínica juega habitualmente un papel importante, pero además
existen algunos aspectos que pueden alertar al clínico. De forma característica la
hipertermia no responde a los antipiréticos (fármacos que disminuyen el punto de ajuste
hipotalámico de la temperatura), mientras que hay cierta disminución de la temperatura
corporal en los pacientes febriles luego de dosis adecuadas. Otros aspectos que orientan
a hipertermia son la falta de sudoración en un paciente con temperatura elevada y la
ausencia de variación circadiana de la temperatura. La presencia de hipertermia en un
paciente joven sin antecedentes de ejercicio físico intenso debe hacer sospechar la
existencia de consumo de drogas, como anfetaminas, cocaína, fenciclidina o derivados
del ácido lisérgico (LSD).

Los inhibidores de la monoaminoxidasa pueden producir hipertermia,


especialmente cuando se asocian a meperidina, dextrometorfano o antidepresivos
tricíclicos. En menor medida que los cuatro síndromes hipertérmicos mayores, el
hipertiroidismo, los agentes farmacológicos que bloquean la sudoración o la
vasodilatación como los fármacos anticolinérgicos, incluso el abrigo excesivo de los
niños o ancianos, también pueden elevar la temperatura central en presencia de un
punto de equilibrio hipotalámico normal, por lo que serían formas menores de
hipertermia. 

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Consideración aparte merece la fiebre hipotalámica o central. La mayoría de los
pacientes con daño hipotalámico tienen hipotermia o no responden adecuadamente a
cambios térmicos ambientales leves; pero es posible que en algunos pacientes, el punto
de equilibrio hipotalámico esté elevado debido a un traumatismo local, hemorragia,
infarto, tumor, enfermedades degenerativas o encefalitis. La fiebre hipotalámica se
caracteriza por la ausencia de variación circadiana, anhidrosis (que puede ser unilateral),
resistencia a los antipiréticos con respuesta exacerbada ante las medidas de
enfriamiento externo y disminución del nivel de consciencia. En los pocos pacientes en
los que se sospeche fiebre hipotalámica, el diagnóstico dependerá de demostrar otras
funciones hipotalámicas anormales, como la presencia de diabetes insípida.  

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