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Bu ge rs Becerra Gasanúvas

Adiciones Históricas Benianas

1S84
I N D I C E

La historia denuncia ios hechos sin disfraz Pág. 1


En pocas palabras . Pág- 3
Acaso y ocaso de la principal fortuna del Beni Pág. 5
A un iluminado Pág. 19.
A insignes instelectuales benianos Pág. 22
El Colegio Nal. 6 de Agosto a través de sus 75 años ^ Pág. 23
Carmelo'Cuéllar Jiménez, Héroe Nacional Pág. 27
Profesoré Rosa T. Melgar de Ipiña * Pág. 30
A Horacio Rivero Égüez, desde la distancia y el recuerdo Pág, 32
Gil Coímbra Ojopi, era un señor Pág. 35
Maya Tanaka - ; Pág. 38
Saludo a Coehabamba *
Pág. 43
*-

Carta a Raúl Monje Roca Pág. 45


Loma Monji y don Rómulo Suárez Callaá Pág. J 48
Asesinato del Prefecto Pando Pág. 54-
Crímenes y fusilamiento de Julio Coímbra _ Pág. 60
La Noche Hillmann Pág. 66
Consummatun est Pá% 68
LA HISTORIA DENUNCIA
LOS HECHOS SIN DISFRAZ
La historia,que es la interpretación del presente, proyectada
del pasado, no~"puede ser, simplemente una repetidora de hechos
fríos e imágenes de personas, sin definir las consecuencias que
determinan sucesos que conyunturalmente, ejercen modificaciones
del sistema plagado de contrarios, en busca de una acción libe-"
radora y- transformaciones estructurales.
** .El hombre al ser "producto del medio histórico", al actuar
en " el proceso de cambios, deja peculiaridades que determinan, un
estamento en la dinámica de la sociedad, hacia logros que deben
ser tarea de quienes al participar, desde el campo intelectual,
tiesa que definir su compromiso con el pueblo; y, por lo mismo,
denunciar acontecimientos que los escritores serios y enchapadas
a la antigua,'como coabyuvantes de un pasado frustrante, con
fórmulas caducas y alineántes, tratan de disfrazar los hechos co-
mo avergonzándose de los acontecimientos no muy lejanos que
fisonomizaron el existir de nuestras comunidádes.
Este libro —uno más en su largo haber de adiciones - al
Patrimonio culturál beniano— de Rogers Becerra Casanovas, vie-
ne a ser una afirmación de lo expuesto y contribuye a romper
velos que la mentira y convencionalismos parroquiales, desvirtúan
la esencia de los hechos, ocurridos en una etapa, que debe ser
analizada, con todas «us imperfeccione» y secuelas, para buscar
una conciencia social" y dejar un legado a la posteridad, de abier-
to compromiso militante, en la brecha por nuestra propia iden-
tidad, que con hechos fastos o nefastos, no deben ocultarse y
están llamados a forjar una concepción propia de nuestro acer-
vo Histórico.
* Vivimos en una sociedad frustante y convivimos como cóm-
plices de un sistema, al no denunciar las imperfecciones del mis-
mo, que debe ser modificado por el accionar vital de la colectivi-
dad tendente a sacudir las coyundas de la dependencia y
explotación.
Que hay crudeza en estas páginas, es innegable. El investi-
gador, en posesión del documento, no puede reproducir ¡a letra
muerta, y al darle vida, tiene que emitir sus conceptualidades,
máxime, si por no dañar a imágenes estereotipadas "o al no mal-
quistarse con descendientes, no tiene que seguir con la mentira
de los oleados y sacramentados personajes que oficiaron de incen-
siadores de un pretérito que se quiere soslayar ocultando nombres.
Este es otro de los méritos de esta obra, afrontar con co-
raje sin otra arma que la verdadel encuentro del pasado benia-
110, con la hora presente, en qutí el escritor debe ser protagonista
de una pedagogía masiva, en eervicio de su pueblo. '
Leed sin temor ni rubor, este libro, que además de su ame-
nidad, nos adentra al misterio y destruye mitos, diciendo con
palabras apasionadas Ja verdad. Este es t.n glosario histórico,
con perfil netamente humanos que al destruir preconceptos cn-
ducos, sirvfi de pórtico a la tarea de revirón de nuestra historia,
que es ya una necesidad y cuya misión aplaudimos sin reservas.

Antonio Carvalho Urey

Trinidad, Enero de 1984


m ADICIONES HISTORICAS

EN POCAS PALABRAS
Muchos hechos con trascendencia de épocas pasadas sobre los ana-
les del Beni, se escribieron incompletos porque los nombres de q\iienes
fueron actores principales se reservaron^ ocultos hasta iioy por erróneos y
simplistas criterios de nuestros historiadores. A ello Fe sumó la carcoma
incineradora cual torbellino de fuego oculto, que liquidó los legajos de la
Notaría de Hacienda de Trinidad, enemiga mayúscula de la cultura (1).

Ello merecerájin enjuiciamiento especial por parte de lai genera-


ciones.
Pero siguiendo la huella del escritor don Manuel Limpias Saucedo,
hube de acudir a los testigos presenciales como agradables expositores,
que conocieron de cerca aquellos sucesos (2).

Por tanto, mi bibliografía es dejviva^voz y será el aval de lo trans-


crito en estas páginas, recogidas de primera mano:

Mi agradecimiento'por tan útil colaboración.


Los personajes no son ficticios; fincan en la realidad de los hechos-
Mi aporte como recolector, tiene la sana intención de completar las noti.
cias inéditas que forman parte¿de la historia del Beni. Ello me obliga a
pedir la comprensión y la clemencia de los descendientes, si hubieren;
pues mi pensamiento con estos r e l a t ó s j n o j e s ' h e r i r el decoro- de ningún
fimiliar. Difícil por cierto!

La presencia en t érras benianeñas de prófugos de la justicia que


libraron su existencia hospedándose en estos parajes y de confinados polí-
ticos que los gobiernos de entonces deportaban a Moxos para salvarse de
ellos, tuvo como doloroso corolario: sangre, robo, saqueo y convulsiones
que acarrearon desazón y rubor al vecindario.

D e esta manera, la proverbial hospitalidad de los habitantes del


Beni, reconocida por todos los viajeros que tuvieron la ocasión de tratar-
les, se transmutó en fertilizante para regar la semilla putrefacta de los
delincuentes que vinieron a propalar copiosos filones de temas procaces pa-
ra profundas trifulcas, a modo de pertenencias del pueblo.
Sin más preámbulo, he aquí las A D I C I O N E S H I S T O R I C A S B E -
M A N A S complementadas con otras acotaciones de interés bibliográfico.

El autor

Santa Cru«, 1979-


GLOSARIO

fl) Aperlara del fascismo en Rolivia: gobierno del Gra!, René Barrientos
Ürtufto, Prefectura dei Cnl. Juan Ortiz Aubroma, 1968, Y en 1914-75,
el Cnl. Jalio Herrera quemó el saldo, en la dictadora Banzer—FSB,
Recuérdese que en es tu época las Unioersidades fueron cerradas, s todos
los maestros exonerados y los años lectivos escolares incompletos debido
a las permanentes clausuras, justificando su desprécio a la cultura.

(I) Gilberto Terrazas, Dr. Htrnán Gutiérrez Lozano, Prof. Pedro Vargas,
Mariano Méndez Roca. Lola Cesvnooas, Simona Gutiérrez de Gutiérrez,
Sergio Becerra Casanouas, Guillermo Burlón Rodríguez, Nataniel Becerra
fikntelo, [jermógenes Mendoza, José Barberg, Angela Solazar, Gilfredo
Cortés Candia, Virginia Chávez, Dr. Sócrates Parada Suárez. Marías
del Castillo [libro: Bolivia).
ACASO Y OCASO DE LA
PRINCIPAL, F O R T U N A
DEL B E N I

I r ACASO DE UNA FORTUNA


La nómina de hombres que han sancionado su gloria con las penas y
desazones de stí vida, es larga. Y sin liberarse de la ley general, nació
«ion Nicolás Saárex Callaú en quien veremos, repetidas ocasiones, probada
la triste realidad de que la cumbre es,. más da una vez, amargura plena
tejida de maravillosa apariencia de lumbre. . •» *

Empero, "vivir tranquilo y feliz, es el má* grande pecado románti-


co —dice Zum Felde—; el sufrimiento, la desventura, es lo único qoétpue-
d e ennoblecer y justific&r la vida " • v

D e un matrimonio venido de Espafia, radicado en la tierra de Nu-


flo de Chaves, advino don Nicolás Suárez Callaú, el 10 de setiembre d«
1851. Esa unión respondió a los esposos ,don Rafael Suárez y doña D o l o -
ree Callaú, matrimonio que originó la hermandad de ocho miembros, seis
hombres y dos mujeres, terminando con el nacimiento de' don Nicolás.

El hogar Suárez—Callaú sufrió quebranto con el fallecimiento _ de


don Rafael,^que m o t i v ó el viaje a las tierras de Moxos de toda la familia,
a excepción de una de las hijas que permaneció en Santa Cruz. Don Ni-
colás contaba apenas seis años de edad. Fijaron por residencia Iá capi-
tal Trinidad donde establecieron lá empresa de negocios que originó —sin
dada— la gran fortuna con que contó la Firma que llevó el nombre de
estas memorias. Pues, en plenas tierras moxefias adquirieron una estancia
ganadera, precursora del intercambio de productos que realizaran los her-
manos Snárez entre los pueblos del Iténez y Trinidad.

En la capital beniana, don Nicolás cursó sus estudios eon la finali-


dad lógica del hombre que, para emprender negocios en la vida, necesita
nutrirse de conocimientos que le guíen en el desenvolvimiento diario. . Así
fue que quiso intensificar el desarrollo de su comercio, ampliándolo al
tráfico de su firma, llegando hasta el Alto tíeni donde ee dedicara al res-
cate de ia cascarilla que entonces ofrecía promisorias ganancias econó-
micas.

-S-
ADICIONES I1IST05ÍUAS

Hacia el año 1872, encontrándose dor Ticoiás en estas actividades


en el Alto Beni, surgió una nueva e x p l o t a d a {ue despertara la ambición
de propios y extraños: la goma elástica. 1 » Inquietudes del nuevo pri-
vilegiado le impulsaron a dedicarse a dicho? xabajos, ya que la extrac-
ción del látex empezó a cobrar auge e impc-aucia en el morcado extran-
jero,^ gracias al descubrimiento de la mamdsraira de artículos de goma
realizado por la Gooct Year.

Aquí comienza, en forma impetuosa, Tin?, tenaz, perseverante, la


conquista de una fortuna. Así empezó el imuiso de una obra que más
tarde el mismo don Nicolás admirara. I n m su tarea con la fundación
de una barraca que llamó Todosantos y que ¿¿ministró con su hermano
Pedro, situada en un punto abajo de Harrzuzmqne (1), donde ea dedicara
a la "pica" del oro elástico que luego esperaría sobrepasando las innu-
merables dificultades sufridas en el franqtm i o su transporte. Pues, no
sólo los ríos y las cachuelas donde mucho* ardieron la vida, sino tam-
bién la acechanza de los salvajes que poblasat las riberas y selvas, cons-
tituían dichos obstáculos salvados con teBcs..«fuerzo y sacrificio, -para
colocar el fruto del trabajo de muchos dur —quizá meses—, fuera del
territorio patrio. Su hermano Gregorio, par t e m p l o , fue víctima de los
silvícolas en ano de eetos esfuerzos. ,

En el año 1882, o lo que es io misnsL.<ibs años después del descu-


•brimiento de la confluencia del río Beni ( 2 j «m el Mamóte (3), realizado
por el explorador americano don Edivin HcsS^ don Nicolás Suárez utilizó
la nueva ruta animado por el propósito de nmrtar su primer cargamento
de goma, intento en el que pudo soportar m. trágico desastre en sus em-
barcaciones, originado por la colisión de las sismas en las piedras de la
cachuela. Este asolamiento ocasionó la penáis de la mayor ^arte de su
carga. Una fracción fue salvada con riesgo m au propia vida.

A esta altura, podemos obaervar cuán « v i n o es el hado: el rápido


que produce el gran remanso, sepulcro de uarajosos días y vidas extin-
guidas, es el testigo orgulloso de un poder o í a pronto conquistara sus
tierras para entrar en posesión definitiva, ba^a de'sentar las bases como
piedra fundamental de una fortuna.
Un nuevo horizonte despierta al engnmiedor y con la visión del
hombre que medita en-un futuro de felicidad, creyó necesario fundar un
otro puesto en este punto de fatal percance -on la "esperanza" de poíier
recuperar algo de lo perdido. Por su ubicarán: le llamó ;Cachuela Espe-
ranza (antes bautizada así por Heath), p r e c a o r a de muchas otras ba-
rracas y asiento matriz de su prometedora érrana y de una Firma que
se supo vencedora a los caprichos de la nsteaieza Y ante el surgi-
miento de un pueblo muy suyo, pudo ontemplar el deslizamiento
portentoso con el recuerdo del día fatal: " e i - á p i d o " , que fue la prueba
conmovedora de una gran obra labrada con una una existencia.

Por esta misma época, la Sociedad F-nterna de los hermanos Suá-


rez Callaú, instala en Trinidad la primera nnrenta y se edita el inicial
periódico titulado El Eco del Oriente, ccmc isión al progreso cultural én
i
ADICIONES HISTORICAS

que marchaba el Beni.

La ardua e infatigable labor que realizó don Nicolás / Suárez como


industrial y hasta cierto punto de colonizador, es un vivo ejemplo de es-
fuerzo y trabajo productivo, digno de admiración, ya que no vaciló ni un
instante para hacer frente a la gigantesca cruzada civilizadora en la que
le cupo actuar.
Este rasgo particularísimo y excepcional, le singulsriza desde y a
como un idealista, psra quien no importaron ni los efios ni los reveses
de la vida, cuando por encima de ellos la labor de la fe debe trasponerse
cubierta e invulnerable!
r* Y no BÓIO se le vio asistir en la vida cotidiana en favor de sus inte
reses. H a tenido en el aspecto cívico—patriótico, una especial e impor-
tante participación. Es de trascendencia conocer que, con ^brillantez y
valor, luchó con abnegación en la defensa de la causa nacional, haciéndose
acreedor a figurar como destacado soldado en la historia de la patria,
.cuando una turba de brasileños, abusando de la pacífica condición de los
colonos bolivianos, consiguieron internarse p o r la fuerza á nuestro terri-
torio, promoviendo pelea cruenta; ahí fue que don Nicolás, alistó a -la
ciudadanía para resguardar la frontera patria avasallada en Bahia (hoy
(Cobija), barraca de propiedad de don Nicolás, situada en la margen de-
recha del rio Acre. Con tenaz resistencia, obligó el repliegue hacia el
Tahaamana (4) por la carencia de fuerza necesaria y armas para : poder
entablar combate a los invasores. Esto sucedió el 6 de agosto- de 1902.
Don, Nicolás, viendo desorganizado el grupo boliviano, se hizo cargo de la
conducción de la campaña; primero, formando un comité y luego la his-
tórica Columna Porvenir, el 8 de octubre de ese mismo año, ,-con el üni-
c o o b j e t o de asumir, por su cuenta, la protección del Acre, sin dirección
militar (5). La actuación nacional, el 11 de aquel mes, constituyó la
consolidación de nuestra soberanía.

Aquí cabe, por lo hilarante de la anécdota, eata referencia, no con


el ánimo de zaherir el valor combativo del adversario.

V P a s a d o el conflicto que consolidó nuestra frontera, el enemigo de


•tttonces, como homenaje al anónimo actor del raid, hasta no hace
tiempo, en el monumento erigido a sus " b r a v o s " combatientes, colocó la
aigniente inscripción: "Aquí yacen ocho valientes brasileños muertos por
un cobarde boliviano".

¡Magnifico concepto de aquéllos, si hacemos conciencia de que a un


campo de batalla no se asiste a ejercitar cumplidos con ramos de flores!
L a lógica de la guerra es terminante en estos casos.

iUn triunfo más en la vida de don Nicolás! ¡Una nueva conquista!


jUna gloria! Fue el héroe de la defensa acreana; él evitó la desmembra-
ción del Territorio de Colonias del Noroe»íe (Departamento Pando). En
buenahora ese valor; bendito es* sacrificio en pro de nuestra soberanía
ultrajada.

--7-
m ADICIONES HISTORICAS

El concurso de don Nicolás Suárez en la campaña del 'Acre, sabe-


mos que fue una conquista meritoria como soldado; pero olvidamos las
consecuencias que causó a sus intereses. T o d o s sus establecimientos in-
dustriales se mantuvieron improductivos; sufragó con 66 mil bolivianos el
mantenimiento económico de los defensores que le acompañaron; sufrió
gran quebranto en su fortuna, porque facilitó al Bupremo gobierno de la
naeión, diez mit libras esterlinas para ocuparlas en ese conflicto, que j a -
más fueron devueltas. La ' incomprensión y el egoísmo que nos carac-
teriza, se sumó al desconocimiento de esté gesto patriótico de don N i c o -
lás; siempre se dijo que él defendió sus intereses y no la patria, como si
esos intereses no hayan sido la patria misma.

Como amo, D o n Nicolás Suárez, unido a v a ' ' o s terratenientes na-


cionales éolirtáantes, protegiendo sus bienes evidenció ser el. más patrio!*
dé los bqlivianos, porque en lugar de situarse-abuen cuidado, optó enca-
bezar la Columna Poroeñifr para impedir se avasalle nuestra soberanía,
exponiendo su v i d a ,y, dinero. De ahí que. Pjácido Castrp, el fá*tQ£fie
fiel léoanlarrflenlo dtvisichísta del Acre, en él fragmento ;c§nírsl de su
proclama, de fecha 2o d é agosto de 1902, sentencia: " Á | ú m c ó ; q u e d e -
:

claró guerra sin tregua ea a l o s señores Nicolás Suárez y Compañía, por-


qup'Io reputo como" enemigo natural y común.

' gjempré me he príguntado: ¿Por qué está extraña paradoja dé que


Jos políticos en su mal instinto atacaran'con delirante prurito a un hom-
bre y a uijr firma nacional? No- así- á firmas extranjeras que también
amasaron fortuna acá eh él Beni; cón 'el agravante dé qué sacaron cuanto
pudieron al exterior y sólo dejaron oscuros recuerdos, como única herencia
de su p a s o por estas tierras. - - - ••
. c n ' i t - t T O i : '*i-¡ ry í . ' - :*r
J. ; « ^ l ? e r o , cuando el hopabre : está dominado por un carácter emprende-
dor,, de-locha y varonía, nada amilana, nada desalienta. Tan pronto fue
restablecida la situación armamentista don Nicolás emprendió -nuevamen-
te sus negocios, esta vez favorecido cón el nuevo auge dé la goma, de
gran prosperidad por su elevado precio en el mercado extranjero. Supo
¿ambién, con esé espíritu ampliatorio de hombro industrial, explotar un
otro productor la castaña. " '.
•ftr • - í * ; .'*•>«ísi"iv * v• V ' w , - - -jJ-
Siempre han de surgir tropiezos en -la agitada vida de lucha de dbn
Nicolás Suárez. -Ji;» .-, t -r . .1 •
... . sé s ••*- • .•.•••:••
En 1932 tiene que recibir un nuevo golpe a su suerte. Bolioia y
Paragaag explotan en guerra abierta y por segunda vez vemos mejor ex-
presado x¡ sentido a don Nicolás Suárez, manifestando sus virtudes cívicas
.y. patrióticas &1 servicio del. país. Presta todo su apoyo moral y material
en salvaguardia de la integridad de Bolivia. Aquí ya no hubo de echarle
en cára la defensa de sus intereses.
H^IJ^/^ímjv.. ' íf^Cii 'f ; - 1":¡rtáQ ff- : . i ¿. ..- . .':
Al inici.o de la guerra aportó para los preparativos bélicos con
50 mil libras esterlinas, y durante la campaña contribuyó con charqui, man-
teca, abarcas, etc., todas sus lanchas las puso al servicio de la moviliza-
ción. El personal da BU empresa concurrente al conflicto, gozó de su
m ADICIONES HISTORICAS

_»u6ldo duríanta t o d o el tiempo que estuvo bajo bandera, cuyos familiares


percibían, regularmente la remuneración Integra que la Casa Suárez lee
• m°bv. • % ¡ •
pacho, como recompensa a Ios_ servicios prestados a la Nación,
J a n a d o cdíf-las insignias de Valías logradas en largos .años. Una >
.jjíí&fSfJd alrttérho, condecoración de El Cónaot de los Anaes en el Grado *% •¿M
¿ ' d e C ó m e ú i a d a r í y distinciones de alta estimación v El Honorable Senado
' le declaró'Benemérito de la Patria, en ve» de haberle proclamado! Héroe
NacionálW^- - ^ J ^ M ^ g i j
^ . HMpiH^HpMBHpHHMHMIpHpilJijB
El 9 de enero de 1940, el Emblema Boliviano que fue su n o r t e en la
«."del territorio patrio, cubrió su ataúd en un pomposo cortejo " en
l« tierra donde sembrara las bases de su economía:" Ci chuela Esperanza.

'. •;? Por la particular actitud de don Nicolás Suárez que ¿cumuló mu.
una .en este suelo, pero que en contraste con muchos que despa-
aua caudales a buen recaudo en el exterior, .no ' sacó: tus riquezas. aagay
sino que; por el contrario, diversificó-su economía para .beneficio
^ f u n d a n d o pueblos, escudas,-incluso un instituto de profeBiona- m
a agronomía én la Loma " M o n j i " (después Suárez)' y estableci- " V t ' V
por BU organización y confort casi so-diría fueron c i u d j d e - ' . ^ y
las hey en lamentables escombros, nuestro Departamento d o - .. f r f c j
a perpetuidad la memoria de este ilustre cruceño dsl Beni;
don Nicolás n o sólo dio nombre a una Firma, sino qué a través '
iuel emporio, magnificó también el nombre de este jirón patrio; Jal
* r del mar. Así, pues, la ingente riqueza se hizo en el Behi, y
e acabó. ' * / - ¿ .'"S

Valga este otro dato. Cuando alguien le preguntó dónde- había ''
j , don Nicolás respondió: " H a c e tanto tiempo que nací, q u é me he i'p-i !
í" < o ^ t d f f d o " . P a l a b r a s ' q u e encierran la pluralidad del concepto nacional d é -
Í5Í-J
éste hijo nacido, no precisamente en su seno, pero de manifiesta gratitud
" h a c í a l a geografía que le cobijara.

II.- OCASO. DE UNA FORTUNA


Ufe'
m ?
• B ..... . • • • V ^ p p p H . , . ^ m
| § ¿ A j la muerte dé don Nicolás Suárez, la sucesión de la Firma a nivel
^p^imStíro" se -mantuvo un tiempo más sin merma aparente de su prestigio
internacional. Pero -como es de imaginar, a la desaparición del amo se pre-
•entaron intereses egoístas que, sumado al descuido e incapacidad admi-
l 1 nistratnras, crearon la peligrosa pendiente del caos, que marcó el comienzo
d e la destrucción d é l a principal fortuna del Bent, forjada cruentamente-
j con m u c h a s v i d a s en su haber.

v Para empezar en el camino del descenso, apuntaremos primero la


L inicial rasgadura en el descalabro a sucederse. _ . W , ' ~ -*'.:'«
- '—. .• . • * * - ' , * I*( - > i - ' ."
- E l Gerente General de la Firma Suárez Hermanos Sucesores, señor
Napoleóh Solares Arlast víctima de au megalomanía y c o m a mayor nsu-
imcwtrafcwwoiiw

fructuario dé la Firma que gprentaba, siempre hajo la égida de Suárez


Hermano*, se hizo nombrar tímbujudor Honorario ttt Lonures, en aquellos
tiempos cuando la Gran Bretaña era p a t r ó n del m n n d o . E s por ello que
es fácil suponer el f a b u l o s o drenaje económico que representaba para
Suárez Hermanee y para el Beni, la mantención de un personaje ambicio-
so, con t o d o s loe gastos que demandan las obligaciones r a c i a l e s emergen-
tes de u n a función diplomática- P e r » antes de ser E m b a j a d o r , haciendo
derroche de los caudales que administraba, ^e dio el l u j o de fundar un
partido políticeT con caris regtonalista, ¡llamado Frente Unico, uniformando
a sus correligionarios con llamativos sombraros de " j i p i j a p a " y haciendo
estruendosas asambleas con profusión de agí/ardiente para la " c a m b a d a " y
wisky con banda de música para loa de " e l e v a d a alcurnia", a fin de lo-
grar un curul en el Senado Nacional ( 6 ) .

El Gerente de marras, en repetidas oportunidades propuso a don


Nicolás la liquidación d e la firma, previa indemnización a los trabajadores.
La respuesta del versado industrial fue tajante: " T o d a la fortuna de la
Casa Suárez ha sido hecha con el concurso de los trabajadores, a quienes
no debo despedir. Cuando se acaben las libras esterlinas que hay en L o n -
dres, sólo entonces se acabará la Casa S u á r e z " . ( H a y firme conocimiento
que el cargo ad honorem c o m o E m b a j a d o r en Londres, lo gestionó para
retirar el millón de libras esterlinas que la Casa Suárez tenía depositadas
allí).

En o t r a ocasión, el mismo señor Solares, cuando el gobierno


concedió a la Casa Suárez un fuerte empréstito de dólares americanos, le
planteó negociar con las divisas, arguyendo pingües ganancias. Al efecto,
le presentó un plan de inversiones bien elaborado por el Economista de la
Firma: Guillermo Gatmán. |EI viejo hacendado escuchó silencioso la pro-
posición de su yerno Napoleón; y después de una prolongada pausa dijo:
" ¡ M u y bonita tu idea!, p e r o ¡qué dice la L e y ! ? " .

Ese empréstito habiá sido obtenido mediante D e c r e t o Supremo y fi-


jaba las inversiones para adquirir plántas frigoríficas y no precisamente
para negociar las divisas. Tal crédito c o b r ó viyencia después de la muer-
te de don Nicolás. El Gerente heredero, Solares Arias, disfiutó a su ma-
nera de esoB recursos.

Los dos breves antecedentes - entre muchos otros - , hace compren-


sible medir la estructura m o r a l de aqnel singular hombre.

Sólo por estos ligeros datos salta pnes a la vista del menos avila-
do, el ladino proceder de Solares en contraposición con el generoso crite-
rio del magnate que, no o b s t a n t e estar el gobierno en deuda con él, ni
siquiera en esta oportunidad en la cual se haya justificado el cobro de
las libras esterlinas, jámas hizo mención alguna.

Perdóneseme la digresión; mas, se hace necesario tocar aquí un


o t r o punto que, aunque no tiene directa relación con la Caea Suárez,
le tiene si con s u . tristemente célebre personaje dilapidador.

•W-
ADICIONES "HISTORICAS

En la Convención Nacional de 1938, loi representantes Crúcenos,


Benianos y del Territorio Nacional de Colonia» (Pando), convinieron el de-
nominado "Pacto de Caballero*", en el cual Napoleón Solares Arias j u g ó
un papel de gran importancia, ftl extremo de ser reconocido Jrfe de la
Brigada Orictital, en dicho Congreso.

El Beni comprometió su voto para la ratificación del Tratado de


Vinculación Ferroviaria suscrito con Brasil el 25 de febrero del mismo
año, a cambio de una participación en las regalías petroleras de Santa
Cruz, en porcentaje equivalente al 27,27%.

La participación reconocida en favor del Beni • significaba, a tenor


de los documentos ratificatorios del Pacto de Caballeros, una compensa-
ción por la pérdida definitiva del millón de libras esterlinas oro que en
forma adicional otorgó Brasil a Bolivia, mediante el Tratado de Natal
(1928) y que se utilizó en el ferrocarril Corambá —Santa Cruz, el que de-
bía beneficiarnos con un ramal hacia la Hoya del Amazonas, proveniente
del ferrocarril Cochabamba—Santa Cruz; suma complementaria que se ori-
ginaba de convenios anteriores que arrancaban del Tratado de Helrópoltt
y que inicialmente estaban referidos a la construcción de la linea férrea
Aladeirc—Mumoré, más un puente sobre este último río.

Se elaboró el correspondiente Proyecto de Ley suscrito por la Briga-


da Oriental en su totalidad y cuya redacción literal declaraba el derecho
de propiedcd del fíeni >ubre el 3% Era de esperar que pea procesádo en
el Congreso para su consiguiente eanción legislativa; sin embargo, miste-
riosamente se sustituyó dicho Proyecto por otro cuya exacta composición
no hace referencia al derecho de propiedad del Beni, sino que simula un
gratuito destino de recursos económicos crucefios para la vinculación cami-
nera y fluvial con el Beni.
¿Qué pesó? Nuestros Convencionales, a cuya cabeza se encontraba
Napoleón Solares Arias, aceptaron la sustitución entre gallos i] ntedin no-
rni'. El Proyecto sustitutivo, que es la Ley del 22 de setiembre de 1938,
sirvió de base para que los crúcenos negaran nuestro derecho de propie-
dad sobre el 3 c ' c .

Cuando el Comité Cluico del Beni planteó al hermano pueblo orien


tal el reconocimiento de ese naest<> derecho, Napoleón Solares Arias,
después de muchas presiones de los dirigentes cívicos del Beni, entregó
los documentos ratificatorios del Pacto de Caballeros, incluyendo el Pro-
yecto original firmado por todos, que tuvo guardado en sus archivos du-
rante más de treinta años ( 7 ) .

Con esta ingrata actuación, se deja firmemente demostrado lo ne.


gativo que fue este hombre para todo el Beni, empezando por la hecatom
be de la principal fortuna del Btni que fue la Casa Suárez y terminando
con su acción del Pacto de Caballeros.

Y c o m o consecuencia de este rosario de desaciertos, me voy a per


mitir sacar a colación una jocosa anécdota que encierra profunda verdad
N o Interesa el autor, aunque «e la «tribuyen a Querubín Justiniano, tantc

.-11-
m ADICIONES HISTORICAS

cerno a Joven Ferrler. Cuando alguien hizo referencia a la fortaleza físi-


ca de Napoleón Solares Arias, uno de lo* doe respondió: " S i . . . i; es tan
inerte, que la Casa Suárez no le aguantó má* que un m a n a z o " .
Ahora, volvame* nuevamente al festín del despilfarro derpué» del
deceso de don Nicolás. Es aqui donde entran en escena los político* de
la época, de cufio leudo—revolucionario: los aociallsta* y piñata* ( 8 ) ,
msíxlstas ayer- y muchos capitalista*"hoy, con idea* conservadora*. De-
magógicamente tuvieron el enorme pecado de haber combatido cop envidia
y hasta con odio, a la Casa Suárez, perjudicando a sus camarada* obre-
ros que vivían trabajando en esta empresa. Por aquel entonces y a pesar
que ya se presentaban algunas desportilladuras en el marco económico y
social de-laB actividades de lá Firma, todavía la empresa se mantenía
incólume.

Coincidente con la época, a la irrupción de la* corrientes universá-


Ies de las izquierdas que, si bien consecuentes con la historia cabalmente
concebida en el plano socio—económico teórico, pero que quizás por la*
inmadurez de sus ejecutores o por un incontenible deseo destructivo o in-
fundada safia a los pocos capitales existente* en nuestro querido pais de
éontrastes, lo cierto es que improvisados caudillejos, desde cómodos escri-
torios, se dieron a la "satisfactoria" tarea de exterminio, soliviantando a
los obreros, sin pensar que aquella errada política fuera un terrible bume-
rang que se volcara hscia quienes precisamente pretendían defender.
Ese fue el triste papel que ejercitaron los opositores a la Casa Suá-
rez, sin considerar el agobiante cúmulo de complejidades que encierra la
problemática social en nuestro medio, cuando equilibrados principios son
desviados intencionadamente al plano de la demagogia, para obtener adhe-
rentes y granjearse apoyo de lo* trabajadores obreroB, que siempre sirven
de escalera.

Otro de los factores que agudizaron la crisis, fue el traslado de la


Matriz desde Cachuela Esperanza a la ciudad de La Paz que' resultó un
tremendo fracaso. Esta grave falla recae directamente sobre el Asesor Ju-
rídico de la firma: Dr Alfredo Jordán y el infaltable versátil Napoleón
Solares Arias. Este último señor reunió a todos los empleados de la Casa
Suárez de la Sucursal Trinidad y les da a conocer esta determinación.
Nadie se atrevió a decirle nada al autoritario jefe. Pero el que nada tie-
ne, nada teme, dice el refrán. El único que tuvo valor civil de rechazar-
le tan absurda idea, fue Sergio Becerra Casanooas- sentó sus puntos de
vista en defensa de los intereses del Beni y vaticinó la destrucción de la
Firma. Solares puso oídos sordos y llevó adelante su plan.

A medida que transcurría la borrasca del tiempo, la Casa Suárez


irremediablemente se iba hundiendo, hasta que por último un grupículo de
" v i v o s " , aprovechándose de sus influencias políticas del M . N R . , a título
de "interventores", le asestaron el golpe de gracia. Tal situación fue el
mejor pretexto para que los enemigos del M . N . R . endilgaran al Partido
toda la culpabilidad de la liquidación de la Casa Suárez Hermanos. ¡Na-
da más falso!, puesto que el M . N . R . en función de gobierno, no gozó ni
ADICIONES "HISTORICAS

la menor migaja de «ata suculento botín- Pero en lo que el estamos de


acuerdo, es en cuanto a leyes sociales dictadas por el M.N.R. que, indis-
cutiblemente, son las más avanzadas de toda la América Latina. Citemos
por ejemplo la Heforma Agraria que afectó duramente no sólo a Suárez
Hermanos. Es evidente que en lo teórico es inobjetable; no asi en la prác-
tica que fue mal ejecutada. Digo asir porque si fuéramos a ce&irnos es-
trictamente a la Ley de referencia, de i n f o r m i d a d a sus disposiciones
pertinentes y tomando fen cuenta la ganadería inventariada de la Casa
Suárez, la Reforma Agraria aplicada en su justa dimensión, debió más
bien beneficiar a esta Firma. Pero por exprofésos deseos de los famosos
"interventores" (9), sus tierras se redujeron a 50 mil hectáreas.
El abuso estaría incompleto si no mencionáramos la confiscación par-
cial de sus bienes que nada tenían que ver con la Ley de Reforma Agraria
dictada por el Movimiento Nacionalista Revolucionario.
También es .posible, que otra de las causas fundamentales para la
definitiva quiebra de la principal fortuna del Benir haya sido la contrae—
ción del mercado mundial de la goma y la castaña después de la teganda
guerra europea por lo que la Firma Suárez Hermanos se vio obligada a
volcar sus actividades empresariales hacia la industria ganadera, promo-
viendo la comercialización de la carne con las poblaciones del interior
del país, previa instalación desde luego, de plsntss frigoríficas, aunque
elementales, de gran utilidad en la época. Para el efecto se construyeron
aeropistas y se compraron aviones. Pero Solares emprende viaje a Londres
a disfrutar de la fortuna de su suegro y deja la nueva empresa en . poder
de gente irresponsable que indiscriminadamente mataba reses y ayudaba
a sus allegados vendiéndoles a precios ínfimos el ganado de la Casa Suá-
rez Hermanos, sin rendir cuenta a nadie del dinero por dicho concepto,
que vico a significar el exterminio de esta ganadería.

Claramente se ve pues, por esa breve información, razones habían


para haber amparado y colaborado con la principal fortuna del fíeni. Pe-
ro, ¿qué ocurrió? En nuestra bendita tierra de insólitos anecdotarios, los
cuervos de la ambición acabaron féstinatoriamente con lo que había en la
maltrecha riqueza de la Casa Suárez, que era la del Beni.

Hay algo más que señalar para justificar la defensa de aquella prin-
cipal fortuna del Beni.

Mucho se ha comentado que Suárez Hermanos explotó a sus traba-


jadores. Yo no discuto lo contrario; es posible que haya habido a'go de
cierto, pues de acuerdo a las estructuras sociales de esa época, la Casa
Suárez constituía una entidad feudal, aunque con muchísimas excepciones.
Acepto el calificativo, pero admitamos que a disimilitud de la mayoría de
los habitantes de la región, el personal de la Casa Suárez, desde el más
alto empleado al humilde peón de estancia, vivía holgadamente porque go-
zaba de pulpería barata y también en cuanto a artículos de tienda se re-
fiere. Nada rare era encontrar en cualquier barraca de Suárez Hermanos,
las mercaderías más finas importadas de Europa, a precios comparativa-
mente bajos, debido al truequé comercial permitido a esta Firma con los

.-13-
ADICIONES "HISTORICAS

países del Viejo Mundo.


Por lo señalado, la Casa Suárez cumplió en su oportunidad una am-
plia e indiscutida función social.

Siempre desmenuzandQ este delicado tema de orden social, en lo que


concretamente se extiende al trabajador benlaneño, yo quiero preguntar:
¿ C ó m o vivían antes nuestros obreros y cómo viven'ahora? ¿Quién explota
a quién en nuestra moderna época eonvulsionada por una amenazante ora-
toria que Bocaba peligrosamente cualquier disciplina empresarial por más
pequeña que sea? ¿Acaso el latifundio y la explotación del hombre por
el hombre no han cobrado actualidad?

Vaya entonces el indulto definitivo de don Nicolás Suárez y su


gran riqueza que fue la principal forlana del Beni.

" A río revuelto, ganancia de pescadores. . . "


Personeros de la Firma, quienes precisamente fueron prohijados dé
la misma y que, por consecuencia, debieron defender esos Intereses, por
extraño contrasentido se embarcaron en el triunfal convoy del asalto, dis-
tribuyéndose lo que aún quedaba, suscitándose así una figura de inversio-
nes; porque mientras Suárez Hermanos dejaba de ser, ellos comenzaban a
serlo. De ahí el germen de los nuevos ricos que en la actualidad no se
cambian por nada ni por nadie (10).
Don Medardo Solares Arias, el proyectista insatisfecho de la Fir-
ma, según su hermano Napoleón a raíz de la extinción de la ganadería de
la principal forl una del Beni, dijo: "Medardo, puso luz a Matucare, pa-
ra destruir la Casa Suárez de día y de noche".

Esta es la triste historia del esfuerzo cotidiano de un pionero que


en el lapso de más de cincuenta años atesoró una fortuna destruida en
tiempo record y que ahora, satisfechos sus destructores, es posible que
sus miles de mixtificados trabajadores, lamenten lo Irremediablemente
perdido.

Pero seamos siucenos. El Beni también ha sentido la desaparición


de esta fuente de trabajo que innegablemente generó recursos que benefi-
ciaron a la región.

Hasta aquí don Nicolás Suárez el Empresario. Ahora conozcamos


al hombre. Antes se hace necesario incursionar en el profuso anecdotaio-
de su vida. Pero para no cansar la atención, me permito contar la que
sigue:

Cierto día don Nicolás estaba sentado, meditabundo, junto a la


tumba de su primera esposa. Alguien se le acerca, y como le viera lloro,
so, trata de consolarle en la creencia de que estaba llorando por su difun-
ta consorte. Don Nicolás fijó su vista en una roca enfrente de la tumba
y apuntándola con el índice, dijo a 6u interlocutor: "Lloro, porque cuanr
do se acabe la Casa Suárez, hasta ahí van a llegar los brasileños" (11).

.-14-
ADICIONES HISTORICAS

A parte de gran visionario de profética concepción, porque aquel


célebre lugar actualmente ya no nos pertenece, el viejo industrial se con-
ceptuaba centinela de la Faina, como que siempre demostró serlo.

Algo más sobre su verticalidad de conducta: Don Nicolás Suárez


Callaú en cuanto a leyes sociales desconocidas en su época, se adelantó
en el ejercicio de las mismas; fue el primero en conceder beneficios socia-
les, aumento de salarios, pago de aguinaldo a todo el personal sin excep-
ción, mucho antes que la Constitución Política y Leyes Secundarias del
Estado dictaran las disposiciones pertinentes.
A don Simón Iturri Patiño se le llamó Rey del Estallo; a don Ni-
colás Suárez Callaú se le calificó Rey de la Goma. Pero el pueblo de Bo-
li\ia, con mayor justicia, debería llamarle "El Centinela permanente de
la inteqridaa Nacional". Este sería el mejor reconocimiento a su labor
patriótica y elevado homenaje a su "titánica Empresa y a su Civismo.

Actualmente en Cachuela Esperanza, la amarga y triste nostalgia


cubierta por un sombrío recuerdo que hiere incesantemente nuestros senti-
mientos, como filosa puñalada que gira cual sortija sin fin, como éT suceso
que subsiste y perece en los demás, se ha acomodado, dando la espalda
al tumbo, una pequeña estatua en bronce, de Don Nicolás Suárez, con
vista a la que en vida fuera confortable ciudad, a modo de que contemple
la destrucción total que hicieron de su sacrificada labor.
Cerrando estas concepciones, con todo respeto solicito que, por la
memoria ds tan ilustre patricio que creó la principal fortuna del beni, se
le guarde reverencial tributo de silencio.

Paraninfo Universitario,
Trinidad, noviembre 30 de 1976.
Publicado en El Diario, La Paz, juevss 3 de febrero de 1S77.

- 0 0 -

•15.
GLOSARIO

(/) Rarrenabaqae - voz tacana, significa lagaña de patos.


(2) Beni - expresa Diento en lengaa tacana, debido a sa correntexa.
(3) Mamori - coz moxetía, qae qaiere decir Uadre rio.
(tj Tahaamana - rio de ambaibc
(5) En Cobija dicen: "La única batalla que ganó Bolivla, por qae no ha-
bía militares".

(6) He aquí algunos nombres del "Frente Unico": Serafín Rivero Car-
valho, Jesús Rioja Aponte, Sócrates Parada Suárez, Juan Manuel
Hurlado Soliz, Gonzalo Suárez Dorado.
(1) Napoleón Solares, en carta dirigida al Comité Cívico del Beni. en te-
cha 18 de setiembre de 1968, en el tercer acápite dice: "SI estamos
ligados por la tradición, la geografía y la sangre, debemos estarlo a
su vez en el propósito indeclinable de integrarnos económica, cultu-
ral y socialmente. Esos ideales hicieren posible la formación del
Sector Oriental en la Convención del 38, que trabajó unido y firme
para lograr la vinculación ferroviaria de Santa Cruz y alcanzar
oíros conquistas en favor de ambos Departamentos". Y en lineas
teguidas, expresa: "Los documentos originales qae entrego al acer-
vo histórico del Beni, evidencia que benianos y craceños fueron siem-
pre solidarios en la defensa de los recíprocos intereses de ambos
pueblos; g qae Sania Cruz hacía causa común con el Beni, no sólo
para compensarlo por los recarsos qae se le privan a éste para des-
liarlos al financiamiento del F.Q. Corambá—Sonta Cruz, sino que
entendí': qae su calidad de hermano mayor lo obligaba a contribuir
al progreso g el desarrollo de nuestro Deparlamento".

En la definición parlamentarla de los representantes del Beni y No-


roeste en la aprobación del Tratado sobre vinculación ferroviario
subscrito con la República del Brasil, en el Considerando 5o. se lee:
" el millón de libras esterlinas qae está obligado a entregar el
Brasil, debía destinarse originariamente (Tratado de Natal) a la
vinculación del Brasil con el Departamento del Beni; " El Con-
siderando 6o. señala: "Que los Representantes Parlamentarios del
Beni y N:0., a fin de no obstaculizar la aprobación del Tratado sus-
crito en Fio de Janeiro el 25 de fedreio de 1938 y con un espíritu
de amplio nacionalismo ", etc.

Esta la nómina de representantes del Beni y N.O. qae se dejaron


sorprender por sus "hermanos mayores": Napoleón Solares Arias,
Jesús Rioja Aponte, Ismael Saazo, Gonzalo Cuéllar Jiménez, Gonza-
lo Suárez Dorado, Sócrates Parada Saárez, Jesús Lijerón'Rodríguez,
Juan Manuel Suárez, Manuel Gregorio Bálcazar, José Chávez Suárez,
Nataniel García Chávez, Juan Manuel Hartado Soliz, Pablo Saucedo
Barbery, Crisanto Valverde.

El acuerdo celebrado por las Representaciones Parlamentarias de

•16-
Santa Craz, Beni g NC., como Sector Oriental, ratiflctnd• el "Pac-
to de Caballeros", en el Inciso a) del panto 2o, la Representación
cruceña se compromete: "A ceder al Departamento del Beni el 3%
(tres por cienl») de la asignación del 11% (once por ciento) de ta
participación que tiene el Departamento de Sánta Crpz en la pro-
ducción petrolífera o sea el 36 6% de las rentas de dicho Departa-
mento para tal concepto. Bste porcentaje será aplicable a la vinca-
Iación de ambos Departamentos g hasta qae el Bent tenga explota-
ción petrolífera g cago rendimiento sea equivalente a la participa-
ción qae recibe de Santa Cruz". Firman: Germán Cháoez, Mario Or-
tlz Suárez, Daniel Antelo, Sixto Montero Hoqos, V/alter Suárez Lan-
dívar, Facundo Flores Jiménez, Fernando justiniano, Napoleón So-
lares Arias, Sócrates Parada Suárez.

Bl "Pacto de Caballeros" fue negado por los Convencionales crúce-


nos de 1939, sobrevivientes 30 años después, en los siguientes térmi-
nos: "El "Pacto de Caballeros" propuesto por el Senador Conven-
cional por el Beni, don Napoleón Solares Arias g aceptado por los
convencionales cruceños en Santa Cruz, g luego ratificado en Trini-
dad por los convencionales por el Beni g Noroeste, no fue "suscrito"
como se afirma. Fue sólo la palabra empeñada, la palabra de ho-
nor, la qae se da recíprocamente de contraería p se acepta, por lo
cual quedan normalmente obligados a sn cumplimiento los que la
dan. Por ese ''Pacto de Caballeros" las tres Represntaciones Orien-
tales se comprometieron a defender los intereses comunes de las tres
entidades políticas qae reprsentaban, como si fueran propios".

Cabe preguntar: ¿El cumplimiento concluye con aquellos represen


tantes de pueblo que empeñan su palabra de honor, g no así las ge
neraciones sucesivas, en pactos de tal naturaleza?
La táctica siguió su curso g el 24 de enero de 1914, entre gallos y
media noche, el Dr. Carlos Farah Aquim como Prefecto del Beni,
don Humberto Velarde García en calidad de Alcalde de Trinidad,
Dr. Manfredo Moreno Chávez, Rector de Id Universidad Beniana.
Cnl. Adolfo Velasco Avila Presidente del Comité de Obras Públicas
del Beni, don Alcides Saltorg Gómez, Presidente del Comité C.vico
del Beni, acuerdan con los señores Ing. Mario Foianini Laada g
Rodolfo Dcza, Presidente de O.O.P.P. g Presidente de la Federación
de Profesionales de Santa Cruz, respectivamente, a espaldas del pue-
blo benianeño. entregan el 3% regalías pertenecientes al Be-
ni, en su totalidad para ser reincorporadas al Comité de Obras Pú
blicas de Santa Cruz, a cambió de un ripiado para rodaje que hasta
la fecha no se ha cristalizado ni cumplido el tercer punto de aquel
convenio entre "hermanos".

(8/ Enérgicos antigamonalislas del Partido Socialistas que predicaban


principios de justicia social, mostrándose muy amigos de los pobres
Julio Céspedes Añez, Claudio Muñoz Alarcón, Gilfredo Cortés Candia
Alcides Saltorg Gómez, Horacio Rivero Eguez, Ernesto Monasterio
Miguel Camargo, Ángel Balcázar Ferrier, Miguel Domingo Saucedo

-17-
Sócrates Cháoez Suárez, Robín Vaca Monasterio, Jallj Vargcg Ve-
lasco, Miguel Angel Roca, Carlos Loalza Bellrán. Entre los "pirls-
tas" gamonales liog, figuran: Rigoberlo Suárez Canales, Assob Si-
món, Guillermo Ttneo Leigne, Germán Vargas Marlinez, Félix Pin-
to Saucedo, Pablo Dermizakg, Aldo Bravo Monasterio g otros que
se escapan de la memoria:

(9) Rabén Jallo Castro, Michl Correa, Bertg ürgel.


(10) Juan Manuel Hurtado, Angel Chávez Arza, Miguel Rojas Cronem-
bold, Juan Ardaga Méndez, Carmelo Ogola, Medardo Solares, Gui-
llermo Guzmán. Modesto Balcázar, Cerapio Justiniano, José Ascima-
ní, Felipe Zambrano y tantos más. El mismo caso que ocurrió con
"iiecasa".

(11) En la banda de la Cachuela, arriba del tumbo. El mausoleo de la


primera esposa de don Nicolás, se conserva aún frente al,Hotel, so-
bre un altozano, a orillas de ta Cachuela.

-18-
ADICIONES "HISTORICAS

A UN ILUMINADO
En estas páginas presento a un iluminado, a uno de esos hombres que
cruzaron por la vida derramando el tesoro de sus versos en estrofas aladas
como las mariposas blancas que poblaron el Monte Helicón.
—;—.— -—— : ——MMtlK?
Es de Hormando Orliz Chávez de quien he de referirme.
De origen hidalgo, nació en la ciudad de Trinidad (1) el 4 de octu-
bre de 1896. Fueron sus padres doña Etaín Chávez Vaqueros y don Mi-
guel O/t'Z Roca.

Cuando el pequeño contaba cuatro años de edad, sus padres se


trasladaron con él a Santa Ana del Yacuma, ingresando en ^a Escuela
Parroquial de esta ciudad a cursar sus primarios estudios por espacio
de tres años apenas. Por entonces dirigía esa escuela el Vicario Daniel
Rivero.

Se inició en el magisterio como profesor de escuela a la edad de


quince años, cargo que lo desempeñó hasta 1920. Tal posición le sirvió
para alimentarse con la savia de la belleza telúrica y pronto comenzó a
exaltar en versos la energía misteriosa y la naturaleza apasionada.
Muy joven, Ee radicó en la ciudad de La Paz, haciéndose ami-
go de don Lucio Lanza Solares, eminente hombre público del "Saave-
drismo", quien le brindara la oportunidad de publicar eua poesías en
•'La República". Allí, una noche de bohemia, en casa de meretrices,
escribió su poema "A Margarita Gaatíer".

Desde entonces, la vida de Hormando Ortiz Cháves, fue incesan-


te manantial de poesía. De su imaginación y de su alma, el verso
fluia al ritmo de su cerebro y de su corazón en resplandecientes liris-
mos con estilo inconfundible, arrancado de la naturaleza que él sentía
y que la expresaba en armoniosos cantos.

Alrededor del año 1921, Ortiz Chávez retorna al terrnfio- En la


capital del Beni se desempeña como Secretario de Juzgado y otros
cargos públicos, hasta que en 1930, retorna al magisterio ejerciendo
la cátedra de Gramática en el Colegio Nacional "6 de Agosto" y al
año siguiente la do Literatura, hasta su repentina muerte acaecida en

.-19-
ADICIONES "HISTORICAS

Trinidad el l o . de febrero de 1950, cuando su corazón d e j ó de palpi-


tar abandonando un cuerpo inerte para que el espíritu continúe el vue-
' lo eterno del enigma.

En 1939, le cupo presidir la Delegación del Beni que asistió a los


Juegos Florales convocados por la Liga Filial de Oruro, donde hizo a-
. mistad con don Nicolás Ortiz Pacheco, a raíz de haber obtenido el
Srgafldo Premio entre toda la intelectualidad boliviana, con su canto:
"¡Oraro, yo te saladol"

Mereció varias distinciones de entidades culturales, así c o m o in-


vitaciones para participar en diferentes certámenes, de los cuales inter-
vino en el concurso de homenaje a Ade'a Zamudio.

Hormando Ortiz Chávez -fue, además, excelente declamador, de


memoria asombrosa, improvisador inagotable, ágil, elegante, d o n d e las
musus le ofrecían sus sonrisas para escuchar sus palabras. Así, le can-
t ó ¡a los cabellos sueltos y rizados con los que la brisa mañanera
— se permite jugar cóñ~éIlos, a los o j o s expresivos que irradian emocio-
nes inconfundibles, a los labio3 sensuales e insinuativos color carmín,
a los senos erguidos y turgentes que ofrecen evidencias interiores, a
las caderas ondulantes y rítmicas, a las piernas blasonadas y mara-
villosamente esculpidas, a la naturaleza enmarañada de profundos se-
cretos, al amanecer claro y diáfano que invita a lanzarse espiritualmen-
te hacia nuevos rumbos, a los atardeceres nacarados que envuelven el
alma de placidez superior, a la Patria, Madre de nuestras inquietudes
y objetivo supremo de la vida!

M u c h o se ha diseutido respecto a la autoría de los versos " M i s


H a r a p o s " . En mérito a la verdad y para deslindar esas apreciaciones,
transcribo dos pasajes que le ocurrieron al vate del Beni con unos pri-
mos hermanos suyos, referidos al autor de estos borrones por el mis-
mo protagonista.

En el " C l u b La P a z " de la ciudad del Illimani, se realizaba un bai-


le en honor al 18 de noviembre, conmemorando el aniversario del Beni.
Hormando Ortiz Chávez asistió llevado por su protector y amigo, el ya
c i t a d o señor don Lucio Lanza Solares. En la recepción el profesor don
José Chávez rehuyó alternar con el poeta por su raído traje ( c a -
cáré). Lanza Solares, frente a este insólito desprecio, pregunta a Ortiz
Chávez si no eran amigos; el poeta responde: " E s mi p r i m o " . Pero el
que más se acerca a la evidencia, es esta otra versión: E n Trinidad
se rendfa homenaje a la Madre Boliviana en la persona de doña Etaín
Chávez Vaqueros, en el Teatro Colón, propiedad del D r . Joáquín de Sie-
rra; cuando Hormando Ortiz Chávez se dirigía al escenario para agra-
decer el acto celebrado a su madre, don Javier Chávez se opuso a di-
cha presencia so pretexto de no tener traje de etiqueta.

Al día siguiente, sin comentarios ilustrativos, el d o s veces agra-


viado poeta publica en "El Eco del Beni" la poesía "Mis Harapos",
con este encabezamiento: " H a g o mío estos versos . . . . . . "

.-20-
ADICIONES "HISTORICAS

Por lo expuesto se "deduce, que el gratuito favor que se le


pensa a nuistro impoluto trovador, obedece a la coincidencia de esa
blicación con algunos pasajes de su vida, rizón por la que llore
Ortiz Chávez afirmó que hacia suya la poesía, que después se coq
tiera en la popular caneión argéntica, que conocemos.
Quienes han ignorado los antecedentes, sostuvieron la patera^
de tales versos a Hormando "Ortiz Chávez; pero "ño" es cierto. E l "
qué no escribió algo similar si cuando tomaba el papel produo" '
tanta facilidad, nadie le sabe! Solamente se comprueba que las lal
tablea situaciones en las que casi siempre se vio colocado nufl
poeta—juglar, fueron la realidad en que la pobreza ubicó al genio
tre que todavía no se ha podido vencer.
Las referencias anotadas ojalá no dañen los sentimientos
descendientes de los actores que originaron deplorable desenlace, i
Hormando Ortiz Chávez fue poeta de vasta y sólida cul
grande entre los grandes y consciente de sus actitudes.
H

Santa Cruz, 5 de marzo ds J

(i) No noció en 9anta Ana; tal dato Jo proporcionó el poeta g escri-


tor don Luciano Darán Boger, qae han copiado machos. En el pre-
sente caso, la ciudad de nacimiento poco importa; Hormando Ortiz
Chávez es auténticamente del Beni.

.-21-
ADICIONES "HISTORICAS

A INSIGNES INTELECTUALES BENIANDS


Profesores Jesús Rioja Aponte, José Chávez Suárez, Caflos Rivero
Egüez, Alberto Natusch Velasco y el intelectual Mariano Méndez Roca,
fallecieron inafortunadamente.
Sus vidas fue de verdaderos artífices de la cultura, por la que con-
sagraron sus mayores esfuerzos.
Sobresalieron por su afabilidad y por su espíritu abierto a toda so-
licitud del bien.
Modestos y prudentes, llevaron vida sencilla y diligente.
La desaparición de estos valores culturales causó hondo sentimiento
de pesar.

Demostración elocuente del afecto y simpatía que se leB profesaba,


fueron los sentimientos que suscitaron las relevantes condiciones de su ca-
rácter, puesto en justo relieve durante el acto del sepelio.
El vacío que dejan, ha sido un golpe espantoso para ti Beni, cuya
ausencia de nuestro muodo no se podrá olvidar nunca.
Con la muerte de eetos maestros de la cultura, ya vamos quedando
solos y es mayor el compromiso de todei nosotros en la conducción de
los destinos de nuestro pueblo.

- 0 0 -

.-22-
ADICIONES "HISTORICAS

EL COLEGIO NACIONAL " 6 DE AGOSTO"


A TRAVES DE SÜS 75 AÑOS DÉ E S E N C I A
- - «
ANTECEDENTES — A»1 como la creación del Dfepartafoento,
el 18
de noviembre de 1812, constituyó para nosotros uni" gran conquista en
nuestros derechos ciudadanos y políticos, el 6 de abril de 1888 representa
para el Béni una conquista aún mayor, porque en esta fedhi se inauguró
la institución cultural, cuyo 75° aniversario celebramos hoy. ,

A fines del siglo pasado, en el Beni la adquisición de la cultura y


ríe la Instrucción era algo más que un milagro. La fiera IucHa J>or la exis-
tencia, había tomado características milagrosas y poco se pensaba en la
formación del espíritu y de las disciplinas intelectuales. En eée entonces
el hombre culto podría haberse tomado como venido de otros mundos. La
vida ciudadana tenía que desenvolverse en la rutina diaria o en las renci-
llas casi salvajes en que se debatían los hombres audaces én BU afán do
subsistir.

Por eso es que la fundación del Colegio Nacional "6 de Agosto" de


Trinidad pertenece específicamente a la clase de los acontecimientos casi
románticos y, más que todo, atrevidos. Porque aventurarse a crear edu-
cación y cultura en esa época, resultaba una empresa poco meqos que
arraigada.

Y es por esto también que el gran psso que unos cuantos hombres
animados de espíritu patriótico, habían decidido dar para sustraer a la
juventud beoiana de lás garras inexerables de la ignorancia, adquiere cou
el correr del tiempo mayor magnitud y más honda significación cívica

Don Juan Lorenzo Campero, Secretario de la Prefectura del Depar-


tamento, en el año 1888, sugirió a los personeros del gobierno, la urgen-
cia de abrir una entidad que pueda apartar a los futuros ciudadanos de
las tnalas inclinaciones y les enfile por los derroteros del bien y de la bon-
dad. Este fue, iniciajmente, el único fin rector del pensamiento que «pre-
mió a esos hombres valerosos para emprender la decisión de formar sertS
útiles a la Patria.

Nosotros, que sentimos consuetudinariamente la necesidad de no des-


mayar en la brega de la enseñanza, podemos apreciar cuán . fantástico ha
debido ser ese caudal de ensoñaciones íntimas de que estaban armados los
fundadores de esta empresa, para no cejar ante los innumerables obstácu-
los y continuar en la noble tarea.

De modo, pues que estamos de verdadera fiesta por este fausto a-


contecimiento que ha llenado de alborozo a las olvidadas regiones del
Gran Paititi en una época en que BÓlo se imponía la ley del más fuerte y
del más astuto. .

.-23-
ADICIONES "HISTORICAS

SU C R R A C I O N — Significado muy especial para la enseñanza y la


cultura beniana tiene el acontecimiento de la instalación del Colegio Na-
cional " 6 de Agosto", el 6 d* abril de 1888 Esa fecha maica el comienzo
de la vida civilizada de nuestro Departamento.

Los documentos que existen sobre la fundación, nos informsn que el


" R e c t o r a d o Oficial del Beni creado en cumplimiento de la Ley de 28 de
octubre de 1886, p o r ta necesidad de ta cooperación de los padres de fami-
lia en la penosa labor del profesor» digno de estimación, de respeto y de
gratitud por los servicios que presta a la instrucción pública".

El primer Rector fue el Dr. Ju»r. Lorenzo Campero, que en ese enton-
ce? desempeñaba el importante cargo de Secretario de la Prefectura del
Beni. Los alumnos fundadores del Colegio Oficial fueron 18 en total

Con el correr de los años el Rectorado se convirtió en Colegio Sr.


cundario de Trinidad, según cursa en el libro III de nuestros archivos.
También recibió el nombre de Colegio de Inilracción Secundario, pero la
Dirección estuvo siempre reservada para el nombre de Rector. Posterior-
mente se adoptó el nombre de (,'o/egio Nacional "6 ae Ayosto", que apa-
rece en el año 1029, seguramente como homenaje a la independencia na-
cional.
Desde su fundación, los exámeneaf finales se realizaban con mucha
solemnidad y eran recibidos en la Prefectura, para darle la rigidez del ca-
so. Las Actas de Exámenes dicen a*í: "En Trinidad, capital del Departa-
mento del Beni, a horas 12 del día 16 de noviembre de 1888 reunidos en
el Salón de la Prefectura el Tribunal Examinador", etc.

Los alumnos se presentaban ante el Tribunal —de acuerdo con los


libros— con el siguiente preámbulo: "Llamado por suerte el alumno. . . "
En esos exámenes no se daban calificaciones sino una apreciación global
de las pruebas rendidas. Los libros diceu: "Verificada la votación secreta,
resultó aprobado por aclamación".

También decía: "Plenamente aprobado'con votos de elogio", etc.


Las observaciones estaban llenas de estas frases interesantes y su-
gestivas, hartas de etiqueta.
A pesar de la pompa que revestían las pruebas finales, el Colegio de
1888, como es de suponer, funcionó en un local sumamente incómodo. El
primer edificio fue un caserón que hasta principios de siglo existía en lo
que hoy es la Avenida Busch, en el sitio donde fue la cárcel pública ( t ) .
A los dos años de su fundación, el Colegio, que había sido creado
con la única intención de hacer el bien a la juventud beniana, fue clausu-
rado como tal para dar paso a la creación de un li'sliulo Mercanti', de
acuerdo con las disposiciones de la Ley del 10 de enero de ese año.
c'Qué significación podríamos asignarle a la clausura del Colegio en
esa forma tan expeditiva, para crear en su lugar el Instituto Mercantil?
Recordemos que en esos años vino exactamente la decadencia de la

.-24-
ADICIONES "HISTORICAS

explotación de la quina, la que hsbía determinado en el Beni el lucimien-


to de una burguesía criulla h inmediatamente después del colapso ¿e esa
industria extractiva, surgió el comienzo de la explotación gomera que
constituyó para estas regiones algo así como UD deslumbramiento integral.
Por esto seguramente es que nuestra burguesía criolla, velando por sus ¡ q .
terests, admitió que era mejor, más patriótico y mái provechoso crear pe-
ritos mercantiles, antes que intelectuales hi. .anistas.

La pluma del escritor beniano don Manuel Limpias Saucíd


libro Los Gobernador es de Uojos, nos informa que la Prefectura despótica
de don Samuél González Portal reabrió el Colegio en el año 1891;. En el
informe prefectural dice: "Encontré al Colegio en com] leto receso y al
Rector, don Tomás Villavicencio en Magdalena Reorganicé el Colegio
nombrando profesores interinos, cuya elección satisfizo al se&)t Villa-
vicencio, quien se posesionó de su cargo, mereciendo todo ello Jt^'aproba-.
ción del Supremo Gobierno". En ese año el Colegio fuccionó con"* cuatro
clases y muy pocos alumnos, en un local que estaba situado al- lado del
edificio donde hoy nos encontramos (2), de propiedad de la fanpjia Val-
verde.
Entre los años 1907 y 1909 el brillo y la prestancia que los' funda-
dores habían impreso al Colegio, viéronse. azotados coo nuevas penosas
dausuras. Tanto más dolorosas que los motivos fueron por dssacuerdos
políticos de la época y por la falta, de recursos económicos para su soste-
nimiento. Los ingresos que el Beni recaudaba, por concepto de derechos
aduaneros, eran-enviados al Tesoro de La Paz, de donde se repartía a to-
dos los distritos y de donde volvía la parte de la remeta que le corres-
pondía al Beni.
Como se ve era desconcertante el derroche con que los hombres del
gobierno de entonces disponían de nuestras riquezas, sin permitirnos el go-
ce adecuado de nnestras propias rentas. Conducta dispendiosa que deter-
minó el cierre de nuestras aulas.
Y ahora cabe otra información: ¿Por qué el Colegio, creado b i j o
tan bellos auspicios, no logró incrementar el nümero de sus alumnos, pese
a que la juventud de entonces estaba sedienta de cultura?
Es que estaban en su auge los negocios gomaleros. Se hacía fortuna
en un cerrar y abrir de ojos, con sólo cierto porcentaje de audacia y de
buena suerte, y otro poco de falta de escrúpulo.
¿Quién iba a ser tan tonto de perder el tiempo concurriendo a las
aulas escolares, cuando los caminos de la fortuna estaban abierto* para
los Intrépidos y emprendedores?

Hemos evidenciado que recién desde 1910, el Colegio funcionó nor-


malmente y su reapertura ocurrió en un local perteneciente a don_ Encar-
nación Valverde, en el sitio que ocupa hoy el edificio de la Municipalidad.

Años después funcionó en un local que ahora es la casa dsl Dr. 16-
li\ l'into Saucedo, sobre la calle "Manuel Limpias": y posteriormeato ocu

.-25-
ADICIONES "HISTORICAS

pó lo que hoy ea la escuela "Juan Lorenzo Campero".

En 1926 funcionó en la caaa de la familia Velasco Avile (3); y en


1929 ee trasladó recién al edificio que hby ocupa, que paaó a ser propie-
dad fiscal en 1930, adquirido durante la prefectura del señor Hernán Ve-
larde R o j a s , por compra al D r . José Barrero por la fabulosa suma de
tremía mil bolivianos.

El via crucis material y espiritual que a largas pinceladas he men-


cionado, nos dice las mil peripecias que ha debido atravesar nuestra prin-
cipal casa de estudios.

Felizmente hoy su situación se consolida cada vez más, si bien es


cierto que los exámenes no se realizan con la presencia ineludible del se-
ñor prefecto, del juez, del vicario, del farmacéutico y otras autoridades
ajenas a la educación.

Hasta el afio 1939 nadie podía ser admitido en calidad de alumno


si no pagaba matrícula como estudiante. Esta ha sido la razón principal
para que en tan largo período haya dado relativamente una escasa canti-
dad de profesionales. Hoy los profesionales son más numerosos, porque
no existen esas trabas que eran Insalvables para muchos estudiantes hu-
mildes.

Actualmente el Beni se enorgullece de contar con crecido número de


profesionales en las diversas especialidades.

Hay que hacer una salvedad bastante honesta: en aquella época la


carencia de profesionales, no era por la falta de aspiración progresista de
la juventud estudiosa, sino por el estado de abandono en que los poderes
públicos nos habían mantenido. La terrible falta de vías de comunica-
ción y las enormes distancias que separaban a nuestro distrito de los cen-
tros universitarios, hicieron que muchas generaciones hayan pasado desa-
percibidas. Recordamos con angustia que durante esos años el gobierno
central sólo se acordaba del Beni para deportar hombres de mala ley y
en su gran mayoría reos políticos, que eran enviados a nuestras tierras
para "purgar sus delitos".
Las lanchas a vapor que comenzaron a surcar nuestros ríos trajeron
aparejada una era de esperanza que daba claridad al porvenir de nuestra
juventud. Las lanchas que navegaban el rio Chapare para llegar hasta
Todosantos, conducían a loa estudisntes del Colegio Nacional " 6 de Agos-
t o " para continuar en las capitales del interior su sacrificada formación
profesional, que les aseguraba una vida espiritual mejor y también el sus-
tento para ellos y los suyos.

(1) Dicho local, dorante la contienda chaqaeñi, se convirtió en cuartel,


para posteriormente volver a ser cárcel ¡Oai aberración!
(2) Calles La Paz y Joaquín de Sierra,
(3) Calle Janin.

.-26-
m ADICIONES HISTORICAS

CARMELO CUELLAR JIMENEZ


Héroe Nacional
El prólogo de mi presencia en este acto de clausura del Ciclo < de
Conferencias que la Universidad del Beni, la Honorable Alcaldía Munici-
pal y la Casa de la Cultura del Beni auspiciaran para dar a conocer la
participación y contribución de nuestro Departamento a la guerta__d«|
Chaco, lo hago con viva complacencia. Porque siendo yo niño y coindo
deambulaba laa callea de Trinidad, escuchaba el nombre de Carmelo Cué-
llar Jiménez como el de un titán, a quien por sus temerarias acciones en
campaña, yo admiraba. Y al concluir la guerra del Chaco, mis ojo» cu-
riosos buscaban inquietos la egregia figura del Héroe Nacional qae, para
suerte mía, pasado algún tiempo, tuve el privilegio de su amistad-

Repito, es un alto honor para mí hacer la repre.-entación de este


grande hombre que, como pocos, dará a conocer a ustedes pasajes heroicos
y tal vez dolorosos de la contienda chaqneña Pues el Héroe, actor de bri-
llantes epepeyas, estuvo »n la línea de fuego desde el comienzo mismo de
la guerra (1932) hasta el final (11)35). Y debió ser muy grande tu acclÓD,
porque de entre cincuentamil combatientes, Carmelo salió y fue reconocido
por los dos ejércitos en lucha

Como un paréntesis, quiero dejar establecido que no be de hacer


ninguna reíerereia histórica sobre la "Guerra Estúpida" —como bien la
calificara el escritor boliviano don Augusto Céspedes al relítsr los aconte-
cimientos de la contienda de hace más de cuarenta años—, pues esa no ha
sido la intención ni tampoco ese es el etpíritu de nuestras charlas. El
propósito sera dar a conocer a las nuevas generaciones y dejsr escrito pa-
ra las futuras, que el Departamento Beni supo cumplir con sq patriótica
obligación de asistir a la campaña del Chaco para defender I» soberanía
del país, api los móviles de aquella guerra hayan sido de interés netamen-
te económicos para los grandes truft imperialistas europeos y americanos
especialmente. Pues slpunos hermanos orientales mal informados e inten-
cionadamente dañinos, cínicamente manifiestan que los beniano» "llegaron
tarde" a los campos de batalla, sin considerar que fueron los contingen-
tes del Reni los que desalojaron a las fuerzas invasoras paraguaya» de
las mismas puertas de Santa Cruz.

Es así que con este Ciclo de Conferencias quedará inobjetablemente


demostrada la eficaz participación de los benianos en la defensa del pe-
ADICIONES "HISTORICAS

tróleo, y consiguientemente da nuestra soberanía.

Los conferencistas anteriores ya han citado —aunque muy a la lige-


ra— las causas políticas e intereses ecoiómicos que incidieron en el con-
flicto de los dos pusblos que se dejaron arrastrar inocentemente a un infa-
me fatricidio. Y si los bolivianos perdimos la guerra, no fue incapacidad
de sus combatientes, sino por muchísimos otros 'actores coercitivos de
nuestra fementida diplomacia occidental. - "*' '
Cábeme la presente aclaración en lo referente al Cnl. Carmelo Cué-
llar Jiménez. Hago la presentación de este personaje, no en mi condición
de auspiciador y Director del Departamento de Cultura de la Municipali-
dad, sino a título muy perioual; porque particularmente me une a este
iluttre amigo profunda admiración, respeto y consecuencia política como
compañero de partido, marginado ahora injustamente. Pero es hoy, cuan-
do carsnte del poder político en las manos, demostramos los hombres sin-
ceros nuestra convicción partidaria.

Si bien el profesor Emilio Campos Perdriel en su acertada diserta-


ción de anoche esbozó algunos pasajes de las ya legendarias actuaciones
del Cnl. Cuéllar Jiménez, como de sus múltiples y merecidas condecoracio-
nes, esta noche quiero resaltar una que la considero de las más importan-
tes y emotivas. Terminada la guerra a las 12 en punto del meridiano, el
14 de junio de 1935, al día siguiente en el sector central, en el campo
denominado " d e nadie", se hizo un acto especial de confraternidad para-
guayo—boliviana en el cual, después de la Misa de rigor, se intercambia-
ron obsequios. El Comandante del Segundo Cuerpo de Ejército Paraguayo,
el famoso Cnl. Rafael Franco con su huésped de Estado Mayor, Tcnl.
Endara y algunos comandantes de regimiento, tales como el Cap. Bóveda
y otros oficiales "pilas", solicitaron la presencia del Tte. Carmelo Cuéllar
Jiménez. Primero, porque querían conocer al valiente y luego, porque a
pedido de un grupo de oficiales de ese cuerpo de ejército, pe le quería en-
tregar un pergamino de recuerdo. El Tte. Cuéllar Jiménez se presentó y
en sencillo acto conmovedor, le hicieron entrega de esta leyenda: "¡emen-
te Cuéllar, nfcalguria vez en su Huiría Olvidaran los méritos ycnadcs por
usted en >n garrra del t.haco, el Paraguna, noble enrmigo de n^er. no
olvidará jamás". Y en 1958, los sobrevivientes paraguayos a raíz de la
visita que hijo el Cnl. Cuéllar Jiménez a Asunción, solicitaron al gobierno
paraguayo oficializar'aquella condecoración Fue así que el 15 de agosto
del referido año, el presidente paraguayo refrendó tan insigne distinción.

Don Carmelo Cuéllar Jiménez no fué a la guerra, ni tampoco le lle-


varon. En 1932, fecha que marca el comienzo del fuego, ya él se encon-
traba en el campo de operaciones, para ser desmovilizado sólo a la con-
clusión de la campaña. Lo que quiere decir que en niuguna de las tres
faces da la que fue calificada la guerra, «ste héroe estuvo ausente y en
aquellos tres fatídicos años, le cupo pelearle de frente a la muerte en las
más peligrosas como arriesgadas incursiones a los mismos campos enemi-
gos, de donde afortunadamente volvía triunfante, no sin antes haber he-
obs estragos en las líntas paraguayas para vergüenza de los "pilas" y glo-
ria del soldado boliviano.

.-28-
ADICIONES "HISTORICAS

• •• ¡

En el anerdotario de la vida en campaña del Cnl. Carmelo Cuéllar


Jiménez, e» de notar los tremendos altibajos surgidos en Jos c a m p o s de
batalla.
< :¿ •

Fue rebelde, por temperamento c o m o era. Súmese a eso, la animad-


versión de algunos j^fes oficiales por no ser militar de carrera! A c t o s d e
indisciplina t u v o , por los cuales en dos oportunidades f u e : degradado. de
subteniente a soldado raso; pero pasados algunos días, r.nt?»m«uite' le a -
tignaban el grado c o r r e s p o n d i e n t e en premio a las peligrosas misiones que
cumplía con éxito y que, a d e m é s los soldados que comandaba no se .sen-
tían jamás mejor ni menos valientes, sino a las órdenes de su audaz c o -
mandante Cuéllar Jiménez. . ' V ^
M u c h o se ha hablado de dos gigantes cambas en la guerra del Cha-
c o : el ya desaparecido Grol. Germán Busch Becerra y don Carmelo Cué-
llar Jiménez. ../ta;;.-: fcw .

Al respecto, y no obstante ser y o fumiliar de Busch, quiero hacer


esta j u s t a diferenciación: Busch, como militar de carrera imbuido de la
disciplina castrense, hasta c i e r t o p u n t o el ejército en campaña cuidaba de
su vida por tratarte de un alto valor militar. Lo que así no se daba con
el Boldado Cuéllar Jiménez, hecho a t o d o dar ca los candentes bosques del
Chaco, para quien tal vez el "infierno v e r d e " (1) no era tan infierno ni
tan verde como las montañas del norte del país donde el hombre benia-
neño templa su espíritu con la constante acechanza de la selva. D e ahí
se arranca, lógicamente, la temeridad del hombre del Beni en los c h a p a -
rrales del Chaco Boreul. i •. .

He aquí al hombre curtido en el fragor de la metralla. En lenguaje


sencillo y con la modestia que le curncteriza, disertará para ustedes enio-
livts pts.ijeB de la infausta conflagración. Lo tenemos dicho, se trata drl
coronel en retiro, don Carmelo Cuéllar Jiménez. La posteridad debe re-
servarle un sitio de hono'r dentro de los v . l o r e s nacionales, porque hablar
de la guerra dtl Chaco y de la participación beniana en ella, ee mencionar
y recordar las hazañas del coronel Carmelo Cuéllar Jiménez.

Su conferencia constará de las siguientes partes:


a) Introducción, con tres capítulos.
b) Trabajo de fondo, con cinco capítulos.
c) Nota aclaratoria, con sus anexos.

C e d o la tribuna al coronel Carmelo Cuéllar Jiménes, con un aplauso


de ustedes. * , ./ .
T r i n i d a d , 10 de octubre de 1975
Salón de Actos de la H . Alcaldía Municipal.

(!) Sombre dado al Qhaco Boreal por la inmensidad de irbotu espina-


dos que forman selvas impenetrables. .. >

.-29-
m ADICIONES HISTORICAS

PROFESORA ROSA IEOLINOA MELGAR DEIPIÑA


Mujer del Beni 1975
I-A Univeraidad Boliviana Gral. Jtsé Ballivián, la Casa de la Cultu-
ra del Beiii y el Departamento Municipal de Cultura, han auspiciado la
presentación de una de las figuras más altas de las letras bolivianas y or-
gullo del pensamiento beniano. Toda exageración es poca para calificar
los méritos de tan dignísima hija de este pueblo.

Particularmente me siento honrado al presentar ante ustedes a una


escritora de tan elevado nivel, como lo es la profesora llosa T. Melgar de
Ipiña, quien con la erudicción que la caracteriza, disertará esta noche so-
bre el tema: La mujer en la educación y/ta cultura.

La profesora Rosa Melgar de Ipiña, aunque es muy conocida en los


circuios intelectuales del Beni, no estaría demás, pues, exponer en detalles
el kárdex de sus merecimiento! acumulados a través de tantos años de
ininterrumpida dedicación en los campos del saber. Conozcamos el pro-
ducto de su proficua labor: Maestra Normal de Educación Primaria y
profesora de gramática castellana; autora de textos escolares, artículos
sobre educación, ensayos sobre historia, tenias sociales y culturales, nove-
las, cuentos, poemas, reportajes; Presidenta "de la Mesa Redonda Pansme-
rioena de la Paz; Historiadora de la Alianza de Mesas Redondas con sede
en Managua y Nicaragua: Presidenta de la Comisión Interamericana de
Mujeres ( C I M ) ; Presidenta de la Mesa Redonda Panamericana de Sucrs:
Coordinadora de las Escuelas Asociadas de la UNESCO; Representante de
la Unión de Escritores de Boüvia en Sucre; Mujer del Beni 1975; y por
Resolución Suprema, el Gobierno Boliviano la condecoró el año 1972, con
la Gran Orden de la Educación.

Sincero en la amplitud del concepto, a veces me conduzco agudo en


la crítica. Es por eita razón que ahora, calificando intrínsecoa valores,
juzgo pues con justeza el provechoso aporte a la cultura de nuestra tierra
y de la patria toda, que esta dignísima dama ha sabido con claridad y e-
quilibrio, mostrar el sabor telúrico del solar donde naciera. Siento orgullo
en que una persona procedente de mi patria signifique tanto para la cultu-
ra universal, y me gustaría imitarla. Pero con tristeza tengo que aceptar
no haber podido llegar a los ribetes de ese sublime campo alcanzado pa-
cientemente y con empeño, por esta honorable maestra. Y lo que Aún
ADICIONES "HISTORICAS

n ) ¡ i 8 tne angustia, anón, en la larue ae raí viaa, conscientfc-'ye q u c mafia-


„ a hc me liará de noche sin haber satufecho mis fcmbicioüM. de supera-
ción; P e r 0 h e at l uí > c o m " u n p a | ¡ , t i v 0 tiempo no repisado, veo surgir a
esta figura gigante qile quizá» por siempre, con el legado ile' l u a obras,
seguirá alumbrándonos eu esta nuestra oscura y agitada existencia.

¿Motivos para mi piafunda emotividad? Suficiente^-^gj recuerdo


con presta claridad los años infantiles, cuando Rosa T. Melgar, flamante
Matstra Normal, c i n dedicación apostólica nos enseñaba, tratando de cin-
celar en la forma más pura, mi espíritu de niño inquieto con sus puerllei
arranques da violencia y travesuras. ¡Cómo no admirar a quien me sefia-
1 ó el camino de la dignidad con el don inviolable en estaVsonvulJonada
sociedad!

No concluida su ensefianza, la vida me empujó a cobrar- un salario


más de sus bondades, cuando muy humildemente y para lolai de los ni-
ños, le pedí que me escribiera algunos versos para ellos. '
Por eso esta noche, con el cariño y el respeto más profundo, le rindo
mi homenaje de gratitud a dofia Rosa Melgar de Ipiña.

Respetable auditorio: Para terminar — m n q u e es de conocimiento ge-


neral—, perdóneseme la redundancia. Pero debo recalcar una vez más. que
la señora Rosa T . Melgar de Ipiña siempre ha sido de. sinceridad espon-
tánea, tener loe puertas de su casa abiartas para todos loe beoianoi e in-
telectuilcs d« donde quiera que hhjan venido a ella.

So multiplican las razones para que ahora nosotros recibamos, pues,


con un cálido acercamiento a doña Rosa T. Melgar da Ipifis, por lo que
pido un fervoroso aplauso.

Paraninfo Universitario,
Triaidad, 14 de julio de 1976.

.-31-
ADICIONES "HISTORICAS

A HORACIO RIVERO EGUEZ


iOesde la distancia y el recuerdo;
Poco a poco el Beni viene privándose de sus grandes valo'res cultu-
rales que en vida de ellos —salvando algunas excepciones—, no se les supo
brindar el respeto y el sitial a que eran merecedores. Raras veces nues-
tros cultores se libraron de ser'víctimag de saborear las amarguras que
proporcionan las adversidades del medio circundante. ¡Pero la mezquindad
trae consigo su propio castigo!

El profesor Horacio Rivero Egüez no estuvo del todo exento de a-


quella máscara " s o c i a l " que atenta prescindir de los apellidos para susti-
tuirlos por apodos.

Y Horacio Rivero Egüez, como valor intelectual, no gozó en su tie-


rra, de los atributos que les asigna a los poseedores innatos del auténtico
intelecto.
Por eso, me asiste el deber respetuoso, de rendirle en exj. resiones re-
v e r e n c i a l e s , mi homenaje póstumo a través de estos niodestísimos borrones.

Mi propósito no es escribir una biografía, sino pintar rápidamente y


sin determe en consideraciones profundas, características generales sobra
la personalidad de Horacio Rivero Egüez, apartándome de t o d o orden
cronológico referente a sus largos y fatigados años que le sucedieron du-
rante su existencia. Ese es mi ánimo.

Estos apuntes son, pues, la sentida prueba de amistad y admira-


ción que profesaba a la labor cultural de Horacio Rivero Egüez; labor que
no la conquistó por casualidad, sino por su eápacidad y enérgico empeño
en favor de la juventud a la que educaba e inculcaba la ética al estudio.

El espíritu bohemio que espontáneamente lleva dentro de sí todo in-


telectual, ubica a Horacio Rivero Egüez departir cotidianamente en las
reuniones de amigos donde, con alegrías muy propias de él, iluminaba a-
quellos smenos y fugaces esparcimientos. Sus ' debates de "sobremesa"
eran animados del más original humorismo.

Pero por lo genera!, su máxima preocupación la entregaba al trabajo


intelectual. Algunas veces, bajo la vacilante luz de una lámpara a kero-

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ADICIONES "HISTORICAS

sene, se pasaba las noches enriqueciendo el acervo cultural del terrufiodon


una sentida profundidad de au vocación para interpretar la poesía y
cribirla. j J E -
Siento no poder apuntar aquí algunos de sus invalorables poema» y
sólo ine limitaré a expresar mi opinión personal.

Sus versos eren ciuno él mismo: dolidos, por penas y filegríi


puestas por el sufrimiento interior que guarda misteriosamente, muy-ettel
fondo de su espíritu, todo poeta. Pero sin<embargo, nos transmití^,'tor-
nos, amorosos, apasionados y a veces hasta terribles cóleras inexplieejtlei.
Jamás expresó sentimientos pequeños, y su poesía nunca lo seeptabs.
. J.V
Su sentir era la Ííansformación de la vida hecha poema. Escribió
al paisaje más bello que a Bolivia impuso la naturaleza: E L ]
también al humilde campesino. Cantó al panorama de la selva
al majestuoso
, Msmoré,
. - y a la mujer amfida. . . . -
La ternura de sus versos sencillos, buscando una flor o un paisaje
que llenaran su inagotable fuente de inspiración, la entregaba hecha le-
tras, porque él no sabía amar de otra manera.

Su obra es la historia viva del hombre que amó entrañablemente a


su tierra. Le dolió el sufrimiento y la miseria de tu pueblo y,partió, tal
vez, angustiadamente a buscar otra poesía. . . !
El valor poético de Horacio Rivero Epüez lo sintieron todos; pero
m¿ ufano al expresar que sólo sus amigos más allrgados, supimos intér-
pretar al artista.
Horacio Rivero, Egiiez c o sólo fue un talentoso poeta y prof. sor
excelente, sino que también fue un orador brillante. Al escuchársele, es-
pecialmente cuando no escribía sus exposiciones, m<straba con la elegante
sencllcz de fu apostura, una esp cié de magnetismo avasallador; pues lo-
graba que el auditorio sea arrastrado por esa suprema cualidad de victoria.
Su presencia deja definitivamente huellas en el Beni, sobre todo en
Trinidad, terruño que amó con profunda energía desde el fondo secreto de
su sensibilidad, donde desnudó la intimidad i e sus hondos sentimientos o
través de sus pcernas. (

Nadie cegará jsmás ese amor al Beni: nadie podrá borrsr su nombre
ligado como a su propio aliento, inspirado en su sentir hecbo canción.
Horacio Rivero Egüez enfrentó larga enfermedad y al cabo de mu-
chos afios, falleció el 19 de agosto de 1973. Los suyos lloraron su muerte.
Y la lloraron también de todo corazón, todos sus amigis. •

El 20 de agosto, día de sus funerales, fue de luto. Todo estaba lle-


no de tristeza. El sepelio comenzó bajo un cielo luminoso. Cada ciuda-
dano. no sólo acompañó las exequias, sino que lágrimas msnsbac de sus
ojos por la eterna partida del profesor, posta y orador. Los disertantes

.-33-
ADICIONES "HISTORICAS

que le despedían, enriquecían sus pesares leyendo estrofas de los distintos


verso* qu« legara el poeta, con los cuales bañaban sus emociones de una
atmósfera de amistad adolorida. Estos gestos vienen a constituir una
magnífica página en los anales del reconocimiento de un pueblo hacia uno
de sus hijo* que supo mantener en alto el nombre de su tierra.

La desaparición física de Horacio Rivero Egüez, que entregó sus ver-


sos en Trinidad, crece con su ausencia, por ese ingrato sentir de un pue-
blo que-recién ahora reconocerá que ha perdido la expresión de su propio
sentir a través de un hombre que lo comprendía sin explicaciones ni falsa
fraseología lírica.

El pueblo trinideño convirtió en realidad los deseos de nuestro in-


telectual. Sus restos, que deberían descanzar en Reyes, cuna de su naci-
miento, duermen apaciblemente en la capital beniaña dando cumplimiento
al siguiente pedido escrito en Cobija, lleno de inmensa nostalgia:

" Y si la muerte siempre traidora,


me encuentre lejos de mi ciudad,
suplico a todos mis compañeros
lleven mis huesos a Trinidad".

Este es Horacio Rivero Egüez, el que queda prendido a sus versos


en la memoria del pueblo beniano, del que marchó pidiendo que le acompa-
ñe hasta su " N u e v o Destino", la ejecución del taquirari "¡Viva Trinidad! ',

En el momento final del más sentido de mis homenajes, al profesor,


al poeta, al orador, y sobre todo al amigo hago un paréntesis de gratitud
y del honor que me asiste al haber acompañado hasta el "Pozo del Silen-
c i o " con mi composición musical ¡Viva Trinidad!

[Desde la distancia y el recuerdo. . . !

Santiago de Chile, (exilio)


16 de setiembre de 1973.
Publicado en El Diario, La Paz 7 de abril de 1974

- 0 0 -

.-34-
ADICIONES HISTORIO^*

GIL COIMBRA OJOPI.


¡Era un señori
Ocupo esta alta tribuna del pueblo trinidcfio en .representación de la
Honorable Alcaldfa Municipal en mi calidad de Director del Departamento
de Cultura como entidad coauspiciadora de esta velada iltaaria de home-
naje postumo a nuestros intelectuales recientemente desaparecidos. Y lo
hago con el mayor sentimiento, porque el doloroso tema que se me ha en*
ccmendado se refiere al hombre que tuvo conmigo manifestaciones de ver-
dadera amistad. Se trata del polifacético, intelectual y artista del Beni,
don Gil Coímbra Ojopi, fallecido el 15 de marzo último, en la ciudad de
Río de Janeiro—Brasil.

Era y o aún muy niño cuando concci a Gil Coímbra, por cao no pue-
do precisar el año en que iniciamos nuestra amistsd." Recuerdo sí, c o m o
si estuviera sucediendo en este momento, que la familia Coímbra Ojopi
llegó a Trinidad 8 vivir al lado de la casa que alquilaba mi madre, situa-
da sobre la calle 18 de Noviembre, exactamente la que ahora lleva el nú-
mero 556. A. pesar de llevarme con algunos años de edad, la veocidad du
su familia con la mía hizo que nos uniéramos como si fuésemos coetáneos.

Con el correr del tiempo, cuando mi nombre tuvo la suerle de as-


cender un poquito gracias a mis composiciones y mis eropefioe investigati-
vos, y cuando ya Gil era famoso en Bolivia, nos acercamos mucbo mis,
tal vez movidos por una causa común, como es'el arte que no contempla
fronteras.

Esta amistad la supimos conservar basta el último día que la celosa


de sus atributos se lo arrancó de este mundo de los presentes.

Debo confesar sin pretensión alguna, que siempre mantuvimos co-


rrespondencia desde todos los lugares por donder ¿embalamos; la última,
cuando Gil buscó su propio exilio en Brasil a rafí de los altibajos de
nueetra raída política criolla. Su postrera carta fechad» « 1 2 de m o r o del
año en curso que la tuve a mano con el vehemente deseo de darlo re»-
puesta y que su muerte me privó de cumplir esta privilegiada satisfac-
ción —permítaseme la expansión en el concepto—, porquera derir verdad,
la sonsidero un mensaje de despedida hacia todos los amigos que, aún u
través de la adversidad, él les consideraba como tales, pues claramente se
manifiesta cuando me encarga, textual: " T e ruego que, a medida que va-

-35-
ADICIONES "HISTORICAS

yas encontrándote en la calle y en el correr de esto» días, transmitas a


los amigos D r . Antonio Velasco Avila, Guillermo Tineo Leigue, Gilfredo
Cortés Candia, José Natusch Velasco, E d m u n d o Farah, Angel Chávez Ar-
za, mis afectuosos recuerdos. También a los amigoB que se me escapan
de esta pequeña lista. Y recibe el abrazo fraternal de tu v i e j o c o m p a ñ e -
ro, Gil".

Incursiono en el detalle para que el público aquí presente', y t o d o s ,


sepan que al genio siempre le unió un genuino afecto de sencillas remem-
branzas hacia los suyos; y a este pedacito de o l v i d o : el Beni, que j a m á s
olvidó, ¡Clara demostración de su grandeza espiritual!

¿ P o r qué paradójica razón, los hombres superados, de vigente activi-


dad, apagan su voz para perderse en la dimensión silente de la muerte?
¿Por qué esta crueldad, por qué tan apresuradamente, esta injusticia,
Señor?

A c a s o , tal vez no sea todo o s c u r i d a d . Es posible ^ u e . desde los rin-


cones del recusrdo, Gil Coímbra, ese gigante del saber, nos siga irradian-
do alguna luz.

Gil Coímbra ha muerto; inexorable ley de la existencia, pues nada


es inmarcesible. Pero tu obra n o desaparecerá del escenario cultural,
porque su pensamiento hará fortalecer al hombre para abrir el rosal de
las ideas.

Nació en Magdalena, capital de la provincia Iténez, el año 1914;


hizo SUB estudios secundarios en el Colegio Nacional " 6 de A g o s t o " de la
capital del Beni. Apenas egresado de bachiller, marchó a la guei*ra del
Chaco. La cruenta contienda d e j ó profundadas huellas en su espíritu, hecho
que determinó una profusión plástica sobre la infausta conflagración.
/
La vida de Gil se debatió entre la actividad cultural y política. D i -
fícil es destacar en cual de ellas rindió más en servicio de la patria. Por-
que si en política su carrera fue descollante y como pocos merituada, su
labor cultural ha resultado más brillante aún. Pero d o n d e su vigencia
cobrará interés permanente, será en la pintura.

C o m o político, fue Diputado por nuestro Departamento. En el c a m -


po diplomático supo desempeñarse con altura elevando al país al digno
plano del merecimiento.

En 1952, fue miembro de nuestra E m b a j a d a en M é x i c o . Durante


su permanencia en la capital azteca, se ganó el aprecio d* D a v i d Alfaro
Sequeiros y Diego de Rivera, muralistas de renombre universal. En 1959,
le cupo representar a Bolivia como E m b a j a d o r ante la Organización de las
Naciones Unidas.

C o m o pintor, supo arrancarle a su tierra la inefable policromía de


BU belleza aborigen. Plural en la percepción, pinta el altiplano con asom-
brosa fidelidad. ¡Qué gran boliviano para interpretar la nacionalidad!

.-36-
ADICIONES "HISTORICAS

_ Acertada serla la recolección de sus cuadros para uba galería perma-


nente de la Casa de la Cultura del Beni.

Fruto de sus investigaciones del Ande « s el libro titulado: "Onda g


Arado", intento de interpretación de la cultura Tiawanacu—Machupicchu.
A. su muerte, deja en impresión dos obras literaria»: '-'Aulisayu, ir fionte
ra virgto'L ensayo de cultura tropical; y "Charada del luto bermejo",
novela de temática política.
Unido a esta biografía de hombre político y ' artista, vayan estas
palabras sobre su personalidad. Gil era sencillo aunque artificiosamente
elegante, ameno en el trato y oportuno en el cumplido. Podria decirse que
la desaparición de este gran valor boliviano, uno de ios más ilustres expo-
nentes del intelecto camba, nos priva de la modestia que siempre tuvo en
sus .manifestaciones de verdadero amigo. •
~ • - V ' t
Quiera el destino que el Beni produzca como Gil Coímbra Ojopi, una
legión de-hombres superiores.- --• ""'"'.'•' '""'•—* —V
El pueblo del Beni con amarga congoja, se pone de pie para decirle
;adiós!; yo, en epitafio de honor diría: ¡tíil Coímbra era un se fío !

Alcaldía Municipal, Salón de Actos,


Trinidad, abril 2 de 1976

.-37-
ADICIONES "HISTORICAS

MAYA TANAKA
Muy breve será lo que tenga que escribir sobre la calidad artística
del solista más activo y delicado del conjunto vocal "Los Taitas" de la
capital beniana. Y con estos apuntes no guardo la pretensión de que mi
relato sed inobjetable. Por tanto, lo que anote enseguida, no es novela,
sino bocetos biográficos del sendero que, como cantante abrió Maya Ta
naka, destinados a perpetuar algunos recuerdos, simplificando tanto como
sea posible, todos los triunfos y los goces, así como también el acabado
cortejo de sufrimientos, dolores irradiantes y desgarradores de sste sobre-
saliente personaje.
He aquí el cuadro a tratarse:
Silvio Tanr.ko, era su nombre. Le llamabamos Maga.
Nació en Trinidad (Beni-Bolivia) el 30 de abril de 1932.
Como cantor, Maya fue p»ra nosotros los benlanos, el intérprete
criollo de mayor jerarquía. Sus méritos fueron brillantes, realzados y
prestigiados. En el cancionero benianeño (taquirari), pleno de calor, vis-
lumbró su renglón de exegético remarcable.
Su promoción y tu contacto de acercamiento con el público, ee pro-
yectaron en forma excepcional, porquo sus interpretaciones jamás cansaron
a sus admiradores.
Advino como cantor en las reuniones nocturnas que solía efectuar
con sus inseparables amigos Naco Kim, Oscar Velarde, Carlos Pérez, Chan-
go Chévez y otros, en casa de los hermanos Lacoa y donde doña Severa,
allá en la calle " S u c r e " , de Trinidad- Y esa inquietud y amor al canto,
casi a diario, le indujeron a organizar conjuntos de vocalistas.
El primer intento de estos inicios que, si bien no participó como
cantante en el conjunto, más sí lo dirigía, fue "Li'S darlos". Con este
éxito, organizó el cuarteto " irienlai", de breve existencia, integrado por
Sergio Suárez, Hugo Mercado y Oscar Rivero; él como figura central.
En 1952, funda el trío " Voces del Oriente": Maya, Abel (hoy Artu-
ro) Sobsnes y Oscar Velarde. Al retirarse Velarde, ingresó Ignacio Kim.
Este mismo año (1952), en la ciudad de La Paz, con Rubén Tudor y Car-
melo Guzmán crea el "Tilo Tropicui.".
El año 1960, el conjunto "'Mojos", integrado por Carlos Parada,
Chacho Viruez, Carmelo Guzmán y Maya como Bolista principal.
Después, en 1961, formó otro cuarteto: "Los Trinitarios", actuando
como esencial vocalista. Lo compusieron: Carlos Parada, Viruez, Maese,
Jesús Mansilla.

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ADICIONES "HISTORICAS

Finalmente en baso a "Lo% T< ¡ni/arios", vitalizó el plausible cuar-


teto "/-OÍ Taitas" que con bastante decisión tomó bajo su responsabilidad.
Maya no era músico profesional; sin embargo Ios-arreglos que bacía
a la*h composiciones de su repertorio, tuvieron notable éxito en la expresión
v efectos sonoros: dulzura v sentimiento.
J • , i
Podríamos decir que su incorporación al cultivo del canto, tuvo sus
orígenes donde los Lacoa y Severa, porque desde allí empezó a emprender
uua obra tesonera en el campo del folklore nacional e internacional. Pero
antea, siendo aún discípulo, le hubimos descubierto cus profesores de
Educación Musical brindándole oportunidades para que sus notables c o n -
diciones de cantor, sesn demostradas en más de uos ocasión.
La calidad de su voz era original, potente, varoDil, timbrada y deli-
cada, sin escuela ni academismo; acaso la más personal de todos los c a n -
tantes de acendrada trayectoria. N o era grandiosa, pero muy a g r a d a b l e ,
que se prestó para sobresalir c o m o solista. Además, tenía el don de pul-
sar la guitarra y acompañar con delicadeza sus melifluas canciones.
M a y a Tanaka fue cordial y modesto con todos. Esa su naturaleza
!e llevó a gustar de las fiestas que él las llamara "chuping Club" para
disfrutar y exteriorizar sus sentimientos con los de la colectividad, d o n d e
sobresalía por su brillante inspiración festiva que siempre era celebrada
por t o d o s .
Bajo el dorado sol, con brisa, desde esas reuniones llegaba hasta
m u y lejos la melódica voz de M a y a .
Luego de departir emociones con sus amigo», ora en el "chuping
r l u b " , ora en laa serenatas que eran su deleite, bajo la claridad roetálicu
de la luz de la. luna o en el silencio de la oscuridad de la noche, ora
r-n las sabatinas donde llenaba de emoción apasionante a los amigos, satis-
fecho se retiraba a su casa. Al día siguiente salía al enmpo. Parecía que
contacto con el arto y el deporte de la pesca que tanto le g u s t a r a ,
brindábanle nuevas pujanzas para proseguir en el tren del cultivo musical.
Las canciones grabadas en discos por él y su conjunto, ahora reco-
rren montañas, valles y llanos de todo el ámbito patrio, como testimonio
de su vigente calidad que legara este cantor. Y a su recuerdo el pueblo
llora sus melodías que en vida del artista se aplaudían alegremente
Pero mejor no anticipar los sucesos para continuar el orden impues-
to por este capítulo. M á s adelante explicaré lo sucedido, cuando asista
a! misterio de su muerte, que será descrito brevemente.
El conjunto "Los Taitas" primeramente lo conformaron R o l a n d o Yi-
ruez, H u g o M e r c a d o , O í c a r Rivero y Maya. Ellos llevaren al surco de la
fonografía, su , r i m e r disco (1967) con los temas: Titrres del aillti, Ri-
tornelo en el mente, P a ' el camba ts qü»nc. Brindis de amorque fue
bien recibido por los smantes de la música lugareña. Este éxito señaló
el camino seguro de una trayectoria sólida, al menos si todos sus amigos
pusimos fe en su carrero y le alentamos: y siguió adelante, con t o d o su
atractivo para la juventud.
Sucedieron nuevos programas y actuaciones de "Loi Taitas", así

.-39-
ADICIONES "HISTORICAS

como otras grabaciones; esta vez con los siguientes integrantes: Pepe Mae-
se, Hugo Mercado, Alfredo Aukel y Maya, que marcaron el sendero fy-rue
del prestigio, convirtiendo al conjunto en el exponente artístico de mayor
aceptación nacional.
Aparecen otros discos con versiones originales de Maya y de auto-
res locales, cuyas melodías ejecutadas con sentimiento profunda, señalan
«1 senoillo estilo del cancionero benianeño.
Cuando se escuchan los discos de Maya con su conjunto, ts inevi-
table recordar su afabilidad personal relacionada con su actividad de artis-
ta bohemio, poseído de un gran sentido dsl humor. Fue el cantor mas
apreciado por todo su pueblo.
Su vida, tempranamente truncada, perdurará en el recuerdo de sus
amigos. Su voz se apagó, pero sus canciones y su memoria no desapare-
cerán; seguirán viviendo en cada hogar que reponga eus discos y en cada
radiodifusora que repita estos surcos. Su figura queda ligada a la histo-
ria del sentimiento de su Hem amado, como un legado magnífico de tan-
tas penas, alegrías y esperanzas que supo proporcionarnos.'
Maya marchó hacia las multitudes cuando estaba en la plenitud de
su capacidad artística. Sus méritos suficientes de cantante exquisito, el
Beni los supo valorar. Por eso su temprana partida puso un manto os-
curo de profunda nostalgia. Su nombre es recordado con hondo penar y
sus canciones, conservadas como tesoros imborrables, evocadas con calor
y reparo.
El sábado 28 de de noviembre de 1979, Maya y "Los Taitaasis-
tieron invitados a la casa del entonces Agente del Lloyd Aéroo Boliviano
de Trinidad. Allí el cantor de los barrios populares de su ciudad de na-
cimiento eantó y chisteó gozosamente. Todos los asistentes al ágape,
reían y aplaudían también sus canciones que las ejecutaba con su estilo
inconfundible.
Cuando el sol había ya dejado de iluminar sus cálidos resplandores
y lá noche lanzaba radiante claridad, Maya aquel eábado 28 de noviem-
bre, abandona el festín y se dirige a su hogar.
Allí, ¿qué ocurriría. . . ? Lo evidente es que el artista retorna pavo-
rosamente al lugar de la fiesta para reagruparse con sus amigos, pero és-
tos ya no se encontraban ahí; estaban donde la amiga Chon Hurtado.
Maya acudió hasta ellos; su semblante reflejaba extrañas manifestaciones.
Sin exteriorizar lo que sentía, ocultando su dolor, bordonea su guitarra y
dice: "Paru despedirme de ustedes, uoy a ejecutar mi última canción"
(1). Al concluir sale violentamente del local con pasos desesperados, que-
dando el grupo de amigos con un interrogante; aunque esa actitud no era
sorpresiva, pues Maya acostumbraba retirarse "sin vísperas".
Pasaron pocos minutos. Una noticia venida como vendaval, llegó al
punto dejado antes por el cantor, con el triste e insubsanable mensaje de
que Maya habíase suicidado. El reloj marcaba las 22:00 horas. Un bala-
zo disparado en la boca truncó su existencia, dejándole tendido en el suelo.
Conjeturas y comentarios en todos los tonos, se pronunciaron desde
ese instante durante todo su velorio.

.-40-
ADICIONES "HISTORICAS

Tal vez un arrebato de su habitual carácter eclipsó iu vida; porque


sencillamente Maya murió sin dejar mensaje alguno que ilustre' aquella
tenaz decisión; o probablemente experimentado profunda desilusión, pues
era muy sensible.
Al día siguiente, por la ancha avenida de la calma, todos los habi-
tantes de Trinidad desfilaban acompañando el cuerpo yacente de Maya,
tributándole el merecido homenaje de despedida, llorando su postrer adiós.
La banda musical de Luciano Pinto ( S a p o ) , uno de sus considerables ami-
gos, tras la marcha del ataúd estremecía a los asistentes tocándole su " ú l -
tima canción"; y en el cementerio, cuando el féretro ingresaba a su morada
eterna, los concurrentes no pudieron contener el llanto convulsivo, cusndo
Los Taitas, el conjunto que Maya amara tanto, cumplían la tristp tarea
de despedir a su solista con la canción "Te quiero más qae a mi uida"-,..
Fueron los momentos más emotivos que vivió el pueblo trinitario a-
quel día de doloroso agur.
A los nueve días de su deceso, en la iglesia_catedral, nuevamente el
pueblo de Trinidad rendía a Maya su respeto. Otra vez Luciano Pinto y
Los Taitas, durante el evangelio de la misa, conmueven a los presentes con
aquella "última canción". Freddy Becerra Claros (Feyi), que cuando niño
se deleitaba escuchándole cantar a Maya, cerró este piadoso acto con el
Ave María, de Schubert, que era el tema predilecto de Maya en todas las
misas de difuntos donde participaba.
Las radioemisoras do Santa Cruz de la Sierra y también el conjunto
vocal ' Los cual'-n de Santa Cruz", le rindieron su veneración a tfavés do
las canciones grabadas por Maya.
Así terminó la trayectoria musical de un muchacho lleno de vida. Su
repentino alejamiento de este mundo fue tan sentido, como dolorosamente
llorado, que jamás ha de caer en el olvido. La tierra le abrió en su seno un
corazón de sepulcro para que en él duerma hasta el desenlace de los siglos.
El infortunado fallecimiento de Maya constituyó una gran pérdida pa-
ra el Beni. Este pueblo tiene que sentir profundo dolor por ello, y para
siempre.
Oscar Velarde, otro de los grandes amigos de Moya, quiso perennizar
su memoria por medio de un tnquirari bien concebido. Su admiración la sin-
tetiza en sentimentales estrofas con el título: "Sieivp t", en cuya pregunta
surge de modo espontáneo una respuesta cronológica de recuerdos interesan-
tes.
Los Taitas, aquel conjunto vocal que Maya mantuvo en permanente
empeño de superación, hace poco siguieron ocupando un lugar preferencial
en el ambiente artístico del país, con la misma aceptación que tuvo en vida
del fundador. F1 lugar dejado por Maya vino a cubrirlo Carlos Parada R e a ,
de muy agradable voz.
Es de desear qué con las silenciosas alas de la muerte y las profundas
sombras de esas regiones inferiores de la nada que custodian el cuerpo de
Maya, no seau motivo para que el conjunto desaparezca. Debe conseivarse
por encima de todas las adversidades, como justa recompensa a la memo-
ria de Maya. Va es conocido y el prestigio ganado en vida de su primer
solista, hay que mantenerlo.

.-41-
ADICIONES "HISTORICAS

He de justificar los méritos bien logrados de "Los Taitas", anotando


estos comentarios:
Jorge Cafrune, prestigioso folklorista argentino, de visita en Santa
Cruz, ál ser entrevistado por los locutores de R a d i o " P i r a l " manifestó lo
siguiente: " E s t u v e primeramente en La Paz; luego pasé a Trinidad y c o -
nocí a Los Taitas, un conjunto m u y bueno, lo mejor que h a ; en Bolivia en-
tre los conjuntos f o l k l ó r i c o s " , r—
Y el renombrado trío Los Panchos, cuando su última estada en B o -
livia, de paso por Trinidad tuvo expresiones dignas de ser tomadas en cuen-
ta. Previa a la presentación de Los Ponchos en el Cine-Teatro " T r i n i d a d "
se había pedido la actuación de Lo< Tiitm. Sale al escenario M a y a y su
conjunto cantando uuo de los famosos boleros de Los Panchos: '.ontigo. En
el Ínterin el D r . Gil exclama: " ¡ D h s t e , que me gustan Los T a i t a s ! " (2)
Y merecieron la invitación de salir hacia otros públicos.
¡.os Taitas fueron acreedores a la Medalla de Oro conquistada en
Salta (Argentina), en el Festival tie la Canción Latinoamericana.
A la muerte de M a y a , Guillermo Burton Rodríguez publicó en su h o -
nor, sentida semblanza literaria acompañada de un delicado poema intitu-
lado: ' Guitarra enlutada".
Este es un homenaje que rindo c o m o beniano a un artista de mi tie-
rra y muy estimado amigo, en su corta pero exitosa disciplina artística de
honda repercusión.

Santiago de Chile f e x i l i o ) ,
m a y o de 1973.

MiiiMaat(aM*«**steMi(ii(M»«MM**»isiii*iiiii*i»*iiiiitiittiiiiiiii(isiei*iiii*i<«t«i>«iiiiiii«ii*i<tiissstii«iiiiiii(iiiiit«iiiti***4iiiiiiilisiiu»

GLOSARIO

(/) Te quiero más que a mi vida.


(?) P.D. En abril de 1915. LO¡ TMTAS ganaron el Primer Premio en el
Vil Festival Nacional de la Canción Boliviana, realizado en la ciudad de
Oraro. Fue el último año de existencia de este cuarte'o Disaoeniencias en-
tre ellos, liquidaron su trayectoria. ¡Verdadera pena'
Ultimamente (1983) ha resucitado; se llama Trio Los Taitas, compuesto
por Hug j Mercado, José Luis Maest(Pepe) g José Sixto Hernández.

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ADICIONES "HISTORICAS

SALUDO A COCHABAMBA
Henos squí presentes por haber sido hoDradoe con la gentil invita-
ción formulada por la primera autoridad edilicia de la capital del Tunari
para estrechar el abrazo fraterno entre todos los Alcaldes de los Departa-
mentos de nuestra amada Bolivia y para celebrar dos magnos aconteci-
mientos históricos: el setquicenlenuno de nuestra creación de Estado
Soberano y la conmemoración de una fecha particularmente importante:
el 74 fie Stpnemb-r, que trasluce el profundo sentimiento de aquellas
almas grapdcs hacia el plano sublime de la libertad.

Por eso. aprocimando ese común espíritu de civismo para admirar los
festejos de tan excelsa fecha que justifican el permanente esfuerzo de un
pueblo que lucha con denuedo por^un integral desarrollo, hemos venido
v e n c e n d o barreras geográficas para traerles el efusivo saludo del alma
trinideña.
La institución de los pueblos es factura privilegiada de sus hoúibres
insignes que, rompiendo incomprensiones coetáneas, supieron audazmente
consolidar el prestigio solar para gloria, no únicamente del terruño, sino
de trancendencia Nacional.
Así perpetuarán en la memoria popular, omnipresente en la historia,
hombres de IB estructura moral de un Francisco del Rivero, Esteb' n Ar-
re y Melchor Villa de Guzrnán Quitón, genuinos forjadores de la libertad
de América.

M a s , no sólo se perfilan los pueblos por su empeño épico; Inciden


también en su ascendente fisonomía, valores del pensamiento que confor-
man el plano definitivo de su grandeza. En este dorado sitial fulguran ori-
ginales de las estampas de doña Adela Zamudio, don Nataniel Aguirre, don
José Aguirre Achá, don Martín Cárdenas, y muchos otros más que la in-
grata memoria no precisa a veces con fidelidad.
Cochabamba tuvo el privilegio geográfico de su ubicación central"
Accidenies topográficos completaron este edénico suelo de generosa fecun-
didad, patrimonio exclusivo de sus lujuriantes valles. Esto regalo de la
naturaleza conjunciona al hombre en una simbiosis fructífera con la madre
tierra, de incalculables beneficios.

Cochabamba, predio de bonanza, emporio de riquezas para propio*


y extraños, engalanada, ¡albricias!

Perdóneseme aquí una digresión al asociar los nombres de insignes


hijos de Cochabamba, con mi tierra de origen.

El Beni, por voluntarias cábalaa de poder e inexcusable descuido de

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ADICIONES "HISTORICAS

oscuros gobernantes en nuestra convulsionada vida republicana, fue tanta-


veces convertido en lugar de residencia punitiva de ilustres políticos disis
dente». Es así que tuvimos la suerte de conocernos con personajes, tales
como don Esteban Arce que terminó su preciosa existencia en Santa Ana
del Yacuma. Por los mismos motivos, llegó basta nosotros el esclarecido
hombre de Estado: don Juan de la Cruz Méndez, quien inspirara al Ven-
cedor de Ingavi crear la Provincia Moxos en Departamento Beni.

Si ese fue el precio de una imagen deformada de nuestro querido


Moxos, ¡sea!
Luego, a raíz de los infaustos episodios del Acre, otro gigante de
lai letras cochabambinas: don José Aguirre Acliá, absorto en la magnifi-
cencia de las cachuelas imponentes del Beni, desgranólas más delicadas per-
las de su intelecto en sentimentales versos a nuestra romántica belleza
telúrica y a su onírica amada, con su clásico tema En las playas del He-
ñí.
Que el recuerdo de las glorias del valeroso pueblo cochabambino sea
¡inmarcesible. Porque sincero es el liomsnaje de admiraciéa, de respeto y
de fraternidad del camba beniantño.

Teatro Achá, Velada de Gala,

Sábado 13 de Septiembre de 1975.

-oo<><>

.-46-
m ADICIONES HISTORICAS

CARIA A RAUL MONJE ROCA


Raúl:
Gracias por el halago y el privilegio que me brindaste depositando
en mis manos el volumen inédito de tu libro que en singular acertó has
titulado El tiio Mumoré.
*.
Como beniano que soy y un apasionado devoto del contenido históri-
co ds nuestra tierra, c o n - s u m o - interés he leíthr (en mi-prisión), las refe-
rencias que presen'aa sobre la historia, geografía, leyendas, paisajes, funda-
ciones de pueblos, botánica, zooldgía y basta la grandeza de los moradores
del pueblo beniano, bajo el natural adjetivo de nuestro borrascoso río.
Sin embargo, bueno es advertir que sobre la historia de nuestra tie-
rra no siempre los libros que se han escrito guardan confromidad y cote-
jando unos con otros, ee descubren contradicciones. Tal el caso que, eon
tu venia quiero señalar, no sin antes pedirte disculpas y jainás conside-
rar mi desacuerdo como una refutc.ción, sino más Bien aceptarla a modo
de preconición de la cultura nativa moxeña,
Me refiero al germen nativo o castizo dpi vocablo Maniere que tú
arrancas de la vez moxa " h i m a n a " (1). por significar rio midre o madre
ríe las nquvs; señalando en seguida que este nombre " n o ee sabe cuando
se cambió por el actual de Mamoré, término de otro idioma que los cono-
cimientos de la historia no concretan pero que también significa Río Ma-
dre o Madre de las aguas".'

De mis modestas investigaciones y sin desechar tu apreciación, he


verificado un origen más lógico y concreto al que tú dices que tambjén
significa " R i o Madre" o "Madre de las ayaas" (2).

Me atengo aquí a la luz prístina del documento del padre Pedro


Marbán, por ser de procedencia prioritaria y al mismo tiempo sin censura
en lo correspondiente a dicha raíz.

Históricamente, el padre Marbán en su H elación de la Virgen del


l'ilar ae Moxos, dice: " . . Está situada (la provincia Moxos) en la ribera
de un caudaloso río a quien los españoles que lo han usado muchas veces
en demanda de nuevas provincias, han puesto por nombre Mamuré, de cu-
ya hermosura y abundancia de pescados se hacen lengua los españoles. Es
este río la junta de muchos ríos tan grandes que cada uno por sí, mereae
muy bien el nombre de grande; por aquí lleva una madre de más de cua-
tro cuadras y es tanto el caudal de agua que encierra, que en el estado
que ahora está, le sobrarán algunos brazos de navio de más alto b o r d o " .
ADICIONES "HISTORICAS

(Moxos a 20 de abril de 1676).

Los párrafos precedentes nos demuestran que los espadóles debieron


oír esta palabra Manturé a loa nativos moxeños que poblaban las riberas
de este río. Jamás invento d« los blancos. Es probable que originariamente
los primitivos moradores lo hayan nominado iiernwe y no Mamuré; por-
que en la lengua moxeña no existen voces de acento agudo.

Si analizamos la palabra y arrimándonos al Diccionario de la Len-


gua Moxa del mismo pudre Marbán, encentramos que: Mudre se decía (y
se dice en moxeQo) " m e m e " ; rio: " K a j á k u r e " .

Si es evidente que agua se dice " u n e " cuando se trata de designar


a este líquido propiamente dicho, en cambio se puede comprobar que, tra-
tándose de las aguas en correnteza, o sea la de los ríos, nuestros indíge-
nas pronuncian "ore" en los finales de estas t e r m i n o l o g í a Así tenemos:
Chímore, Ivore (Ibare actualmente), etc.

Con pruebas ambiciosas, tenemos entonces U. siguiente deducción:


Man de " m e m e " -mauri ; Ure final de "Kajákure" -ríoí o sea la conjunción
de dos vocablos, a modo de sigla; así: Mamuré, que fue la palabra qus
los españoles lo nominaban Mamuré, al decir del padre Marbán, que viene
a expresar Madre hio.

La palabra, como se va, tiene fuente más aproximada que a Himaca.


L o q u e nos llama a reflexionar que la actual pronunciación data del período
colonial por evolución de la lengua, para hacer la palabra fonéticamente
agradable, forma como se ba venido pronunciando hasta ahora.

Dicha apreciación mía reposa sobre indagaciones que resultan,^ en lí-


nea directa, d« la traducción proporcionada por los indígenas que aún no»
quedan. En consecuencia, es un balance de profundo aliento, al cual hsy
que concederle, nomás, un valor concreto y meritorio.
Nuestros actuales indígenas en su escaso modo de expresarse, dicen
que el Mamoré es madre (meme) porque es el jefe de todos los ríos. Des-
componen el vocablo del siguiente modo: Mamo- madre; jocre -río, entre
los trinitarios.

Veamos el por qué de este desenlace: Tú detcribes de manera clara


y muy cabal que nuestros principales ríos (Beni, Madre de Dios y Mamo-
ré) se forman de los torrentes que nacen de la cordillera- y llegan hasta el
Atlántico, constituyendo lss vías cardinales de navegación en la Cuenca del
Amazonas; aná ¡sis éste que asienta, sin dubitaciones, mi tesis sobre el
origen de este nombre nativo. I señalas, asimismo, que hacia la hoya ma-
moreña es a donde se dirigen las innumerables corrientes de agua de to-
do el territorio que hoy conforma el Departamento Beni.

A ello se podría agregar que durante la época lluviosa, la maravilla


del gigante de nuestros ríos: el blomuré, abraza estrechamente todoa los
campos moxeños como un caudal én celo.
Por aso yo, modestamente, llame a este majestuoso y soberano río,

.-46-
ADICIONES "HISTORICAS

la divita del Ben'\ porque él, en sua 1.931 km. de recorrido navegable, es
un vitul itinerario de conexión interpartamental, además de ser pintoresco
por su abundancia de olas erizadas, siempre cubiertas de espuma, presen-
tando en todo su trayecto a ambos contornos de sus riberas, un copioso
bosque tropical de riquezas inexploradas; 1 y en aquella vegetación salvaje y
colosal que es excelente c o b i j o de fieras, mamíferos, reptiles, aves e insec-
tos, corno tú describes, se modela un enredo tétrico por el pleonasmo m i s -
terioso de "murmullos y gritos de animales invisibles..."
T e repito que no vayas a considerar como una destrucción crítica a
tu libro esta sugestión; al contrario debes tomarla c o m o una colaboración
honenta con que te aporta un pariente, un exalumuo y colega, además.
Creo, con sinceridad, que si tienes presente mi observación y apuntas las
reflexiones c o m o un complemento para tu importante historia sobre el Be-
ni, tu libro cumpliría un mejor contenido cultural para alilftjbrarle m e j o r
el camino al lector ávido de datos. Y o solamente espero haber hecho un
cumplido en esta tarea, c o m o beniano, al contribuir a que la palabra
Mniiwéee unlversalice c o m o expresión nativa de nuestra raza m a d r e . T e -
nemos que dar a la palabra una raíz moxeña pura, surgida del idioma de
los verdaderamente llamados M o x o s , o sean aquellos que habitaban la
parte media del Mamoré, para hacerla vernacular, propia de nosotros. Los
de más arriba y los de más abajo de este río pertenecieron a la misma
provincia, recién cuando la reducción por misioneros de la Compañía de
Jesús.
P o r lo demás, en mi sencilla manera de ¡.preciar y aún con ceñida
inteligencia sobre el panorama mamorefto, el contenido de tu paciente es-
tudio es muy luminoso y su esencia una invalorable contribución al conoci-
miento de nuestras riquezas y heredad nacionales.
Ilay además do» cualidades que distinguen a la obra y a tu estilo:
elegancia iitereria alejada del academismo vulgar y amenidad precisa en
el relato. Pintas con viveza lo profundo de lo que no debo imaginarse el
lector: la sencillez aterradora de nuestra exuberante naturaleza sintetiza-
da en una exacta expresión que los primitivos moxeños, en profunda de-
voción y admiración telúrica, férvidamente dijeron, " ¡ M é m u r e l "

Trinidad, 5 de enero de 1972. .

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,'+) Durante el fascismo, prefectura de Carlos Farah Aqaim.

(!) FA vccablo es jimena. La consonante "h" sonaba "j". Jima peí, na


-plural. Constyuitnltmenle no expresa rio ni madre en ninguna de sus
silabas.

Ver Reliquias de Moxos. y Diccionario De Ayer y de Hoy; más Mono-


grafía de Bolivia-Tomo IV (Sesquicentenario). Se publicó, primero, en
Presencia, La Paz, 18- XI-1912)

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ADICIONES "HISTORICAS

Loma Monji y Don Rfimuto Suárez Gallaú


La historia ha recogido estos hechos:
Comarca muy hermosa; las chozas se acomodaban en hileras. El
tintineo chirriante y fuerte de millares de insectos embelece las noches se-
ñeras de la región> Los obreros eran brutalmente tiranizados; su existen-
cia, desdichada, distante a su suerte, sin esperanzas de alivio. Semblantes
pálidos, compuugidos, se aliviaban ingiriendo bebidas fermentadas.
Cuando el sol se escondía y la noche asomaba, a su media luz pa-
seaban soportando el aburrido canto de tantas especies, caminando sobra
las playas de ilusión sombreadas de palmeras, con abundantes flores silves-
tres que inundan el ambiente de un perfume embriagador.
Admiraban la luminosidad del anochecer y las alboradas, ante las
tranquilas viviendas de las orillas alumbradas, algunis veces, por la clari-
dad de la luna; el saltar de las ondas del río, el piar de las avecillas, el
ruido de la brisa, el centelleo de la aurora.
En el sosiego de la lobreguez de las taperas, ocurríanse cosas raras
e increíbles. El impulso de engendrar sus propias versiones de fábulas fan-
tásticas, componían series amenas de mitos infantiles, como también ino-
centes relatos de coloquios lugareños
El Ivare (1) en su augusto desliz, anima la delirante música maña-
nera repentina, que dialoga con el murmullo de lo fronda ribereña.
Ojos adormilados y serenos centelleaban enigmáticamente...
Danzas, cánticos y bailes, hubiesen sido la única demostración del
deseo de existir, en el comarcano paraje lomeño.
En tanto el acaudalado, alardeando opulencia, seguía incrementando
su fortuna con 'as exorbitantes imposiciones a los trabajadores, a la vez
que les dejaba impresa en sus espaldas las huellas del látigo, que hubo
instituido como exultante ajusticiamiento esclavista.
La loma " m o n j i " fue adquirida en propiedad por don Rómulo Suá-
rez Callaú allá por el año 1880. Este promontorio después se llamó Loma
de Auncncho en homenaje a esa batalla ganada por el Mariscal Antonio
José de Sucre. Su precio de compra fue de ocho bolivianos, al indígena mo-
rador del lugar.
Don Rómulo Suárez tomó posesión el 9 de diciembre del citado a-

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m ADICIONES HISTORICAS

ño, desde donde vigilaba lúa oficinas de Trinidad, las estancias ganaderás
de Moxos y el tráfico fluvial entre Santa Cruz y el Beni.
Este sátrapa, dueño y señor" de vidas, fue muy indolente con los
trabajadores a sus órdenes. La esclavitud era brutal. Se solazaba con el
espectáculo resignado de la gente. Constituido en propietario absoluto de
las familias del lugar que perdieron la alegría d« vivir, convirtió su villa en
úña cavérna tenebrosa plagada de angustia y de muerte, poblada de es-
panto, donde la ponzoña del sadismo crecía como herbazal malsano. A b u -
saba de las hijas de los obreros. Todas las chicas de buen talante, desde
la edad de 12 a 14 años, las quitaba a sus padres para engrosar el harén
que el canalla creara para sus placeres infames; y cuando las renovaba por
otras mozas vírgenes, lus anteriores las despachaba a los siringales para
mujeres de los fregueses. A loa jovenzuelos les castraba, de cuya "opera-
c i ó n " muchos morían.
Ccntaba con una serie de calabozos que la bárbara imaginación del
opresor inventara para castigar a hombres > mujeres, torturándoles a mo-
do de sujetarles a su funesto yugo.
Don Félix Jiménez que fuera muchacho de mano y criado desde
niño por duu Rómulo, siendo el amnuense de su confianza, según declara-
ciones del mismo qu« v i v i ó , y murió ya centenario en esta quinta a fines
de la década de 19fi0 ó principios de 1970, refirió que su patrón llevó
desde Santa Cruz, con engaño, a una joven mujer muy bellá, llamada El-
vira M-.rcó, con la promesa de matrimoniarse. Pero llegada a la Loma,
fue una más da las domésticas incorporados al serrallo de aquel ser
inhumano.
Una mañana que don Félix conversaba sin ninguna malicia con la
hormona rhiq iilla, fue sorprendido por don Rómulo. Al instante le hizo
.'itirantíir sujeto a una escalera, descargándole cien azotes a "nalga pelada"
> seguidamente, con l..s posaderas chorreando sangre, le mandó componer
poteras en el techado dt; fedificio principal, en pleno sol abrasador, que
aíectó las heridas, cuyas huellas quedaron pintadas hasta su muerte.
Este mismo informante fue testigo de varios crímenes ocurridos en
I.omii Suárez. Los muertos -decía- eran arrojados a la laguna donde resi-
día el "presidente" (caimán), para su cernida.
Dicha fermentación en los ánimos de los indígenas ebferos, indicaba
ya prepararse un gran golpe, fruto de la indignación, largo tiempo compri-
mida, a semejanza de un río que aumenta do caudal a medida que se aleja
uo sus nacientes.
Era semana santa cuando don Rómulo se encofraba en Trinidad. El
jueves, en vez de ir a misa, ensilla su caballo y presurosamente viaja a la
Loma, donde tenía sentenciadas a muerte a varias mujeres que dejó engri-
lladas en las ctldas. La señora Baibiuá Lozano vda. de Gutiérrez fue la
última con quien charló ese día don Rómulo, en Trinidad, cuando viajaba
tras sus presas...
Vino la quieta noche de ese estío ardientemente pro'metedor. Nada
alteraba aquel silencio. El tiempo se mostraba amigo de la soledad. Ni un
ADICIONES "HISTORICAS

hálito de brisa entorpecía la calma del ambiente. Todo vivió ds acuerdo a


los deseos. El escenario del paisaje maravilloso y apacible, corrió su telón
opaco para dar paso a la .claridad que serviría para sugerir una idea...

La madrugada era clara, con cielo estrellado, palpitante de luces que


musitaban un lenguaje parpadeante y misterioso, extendido por todas di-
recciane9 can)Q jíi.quj8Íertt íacllitar ja. solución «Jel aciago intento Sin sm-
bargo, a través de las sombras del potente edificio señoril, se llevaría a
cabo el plan. T o d o iba señalado como enviado del destino. ¡Llegó el
instante decisivo! v

La prisión de las mujeres fue, naturalmente, la gota de agua que


hace derramar el vaso.

Acuciado por el calor, en la madrugada del viernes, don Rómu-


lo sale en busca de viento al corredor del altillo de su palacete; y
cuando su silueta traspuso el umbral del dormitorio, de entré los
gruesos pilares, como un fantasma brota la figura humana deLautor ma-
terial, de nombre Benito Nokopuyero. Con ánimo templado, cae sobre
don Rómulo y con presteza certera, de atrás le acesta un contundente
golpe de palo en el parietal deretho, desplomándose el desprevenido ver-
dugo al lado del caDchón, desde el primer piso, donde otro mozo le des-
carga un diluvio de duros garrotazos. ¡Ni un lamento más!
./

La hora suprema del desenlace del drama final, había llegado.


El yugo opresor hízose trizas y el occiso fue trasladado a Trinidad el
día de viernes santo.

Las mujeres presas eran once y fueron libertadas por la Policía


al día eiguiente.
En ¡a pared de la celda donde estaban los once mujeres sujetas con
cadenas, se encontró clavado un labio de vulva.
Los " m o p e r o n o " (2), autores del crimen permanecieron ignorados
durante largo tiempo, sin conocerse los nombres de quienes dieron fin a
las atrocidades del deshumauizado y detestable malhechor, que había ins-
tituido su superestado en la loma Monji.

El Dr. Demetrio Callaú, en calidad de Fiscal, se trasadó a la Loma


al reconocimieto y reconstrucción, apresando a las mujeres que hubieron
asumido la responsabilidad del delito, según resulta del proceeo que se
formó.
/
El interrogatorio comenzó
Con aplomo impresionante^ las mujeres procesadas, mostrando las
huellas de las cadenas impresas en sus piernas, hundidas en un baño de
impavidez, germinadas de resistente smpuje como si fueran a empezar
enconada refriega, hicieron fluir el manantial de escenas ocurridas copiosa-
mente en el teatro de las monstruosidades: " C a d a vez que pelábamos arroz,
el patrón afilada su puñal junto a nosotras y nos decía : pa' cortar
vosotros panes" (3). v

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ADICIONES "HISTORICAS

' Por tratarse de un acto en defensa propia, el Juez falló a favor de


las indígenas y cerrada la causa en primera instancia, c o m o "accidenlt",
quedando en libertad para trabajar en casas particulares.
Una de esas indígenas, de nombre Loreto, trabajó como doméstica
donde la mamá del autor de esta compilaoióti.' a donde acudía la gente para
escuchar a la infortunada mujer, contar su calvario.
Mama Ascensio, fue otra de las indígenas que mostraba los recuer-
dos del sadismo de don Rómulo Suárez: orrancado el pezón de uno de sus
ajados senos y señales profundas marcadas en sus piernas, que sellaron las
cadenas-que la sujetaban en su prisión.
Así las indias mojeñas ingresaron una vez más a la historia de las
luchas por la emancipación contra el despotismo feudal.
Actuó como protector de las acusadas, el Dr. Serafín Castedo. A c o n -
secuencia de ello, al poco tiempo éste apareció muerto en una fiesta social
con motivo de año nuevo. Unos dicen que envenenado; pero el certificado
médico de defunción, acusó "infarto".
Un policía colla, de apellido Erquizaletti, siguió por su cuenta la in-
vestigación de la muerte de don Rómulo, quizá pagado por la Casa Suárez.
Valiéndose de una borrachera de los ex-empleados de la Loma, obtuvo de
uno de los autores del crimen, el dato real. A raíz de las denuncias del poli-
cía, 6e abrió nuevamente la causa, terminando el proceso el Dr. M a í i m i a n o
\rce, pero sin mayores consecuencias contra los autores.
Estos hechos son fiel relato de los sucesos contra el tiranicidio, ene-
migo de la piedad humana.
¿Qué año aconteció aquel trágico suceso? La cronología registra el 17
de abril de 1908, según la lápida colocada en el mausoleo que su hermano
Nicolás levantó sobre la cúspide del promontorio de la ciudadela " M o n j i " '
donde a la fecha se guardan los huesos de la víctima de ese viernes sant o'
La inscripción dice: Los hermanos y sobrinos del que fue Hómu'o Suárez
fallecido el 17 de abril de 1908 le dedican este recuerdo.

Así quiso don Nicolás Suárez conservar el polvo frío de la memoria de


su hermano, que fuera desafortunado tirano y el más grande criminal de la
época feudal terrateniente, en el Beni.
Nokopuyero radicó por muchos años en San Ignacio de Moxos, y fa-
lleció en Santa Ana del Yacuma, en edad avanzada, donde recibió el apodo
de "mata Suárez".
En la época a que esta leyenda se refiere, el poder de los Suárez era
inmenso, no solamente por la fortuna que poseían, sino en la política,
aunque sin dar la cara. lie aquí este singular caso:
El Dr. Eulogio Cortés (padre de.Gilfredo), presentó una importante de-
nuncia seguido contra la Casa Suárez por defraudación de impuestos fiscales
al Beni. La Casa Suárez obtiene, en fecha 20 de mayo de 1938. una Resolu-
ción Suprema que encubre esa defraudación y conduce, consiguientemente, al
Dr. Cortés, preso a la cárcel pública, ofuscándose así el brillo de la Justicia

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ADICIONES "HISTORICAS

Boliviana con que agarganta a los pueblos la influencia de lo» millones, al


conseguir fallos de favor...
Para conocimiento del pueblo beniaueño, especialmente su juventud, se
citan aquí los nombres de los defensores de la Casa Suárez en contra del pue-
JiLo;.EilnaidaIloca.Fi»caljle D i s y i t o , Modesto Balcázar legisla de la firma
Suárez Hermanos, 1 (erodio Melgar en calidad de Prefecto del Beni, José Méu-
dez Roca Intendente de la Policía de Trinidad.
Posteriormente, Balcázar actuó contra los abigeatistas que robaban
ganado a la Casa Suárez. El año 1913, Oilfredo Cortés Candía, hijo de don
Eulogio, en su condición de Senador Nacional por el Beni, consiguió la revi-
sión de los procesos sucesorios de las testamentarías de don Bóinulo y de don
Nicolás Suárez. estableciéndose defraudación de impuestos en ambas sucesio-
nes. De 1.700.000 bolivianos en que se había liquidado el impuesto, la
Casa Suárez tuvo que pagar 13.300.000 Bs. ¡vana lucha! cumo siempre, el
Beni-no se benefició c o n d a l suma de dinero; otros más " v i v o s " que los
Suarez, le dio su curso " l e g a l " . . .
El 23 de febrero de 1029, se promulgó la Ley autorizando comprar
la Loma a la firma Suárez Hermanos para instilar aquí el Puerto Oficial
de ''Ballivián"; y timbién se destinaba para local escolar y de experimen-
tación del establecimiento de agronomía y veterinaria. Esta compra no se
cristalizó.
Por Ley del 5 de diciembre de 1945, Loma Suárez fue declarada
l'utrlo Oficial RF" .VÜUIOX, con la denominación Huerto fricólas Suárez, en
memoria a su último du'ño.
A la muerte de don Nicolás, eu hija Esperanza llega de Europa con
su primer esposo Eu la Loma se encentró un derrotero eutre los papeles,
que señalaba alguna existencia en el jardín. A raíz de ésto dieron a todo
el personal una vacación aprovechando la fiesta de la Santísima Trinidad,
creyendo encontrar fortuna. Cavaron el sitio que señalaba el mapa o plano
y solamente decubrieron cadáveres.
«'.Acaso esoi cadáveres representaron para don Rómulo personajes
de su "simpatía"?
El 3 de mayo de 1933, durante la Gerencia del señor Juan Manuel
Hurtado $oliz, de la Sucursal Trinidad Suáiez Hermanos Limitada, y Ad-
ministración del señor Guillermo Burton Rodríguez, se erigió su capilla,
organizando varias instituciones religiosas, cabildo indigenal, etc. A par-
tir de esta época, Loma Suárez comenzó a tener semi independiencia civil.
La capilla fue bendecida por Monesñor Carlos Anasjgasti y el Supervisor
de la Orden Franciscana de la Provincia de Cantabria, en ceremonia espe-
cial. Previamente, el señor Burton mandó fabricar una cruz de palo que
hizo Bernabé Varena, colocada en el atrio de la capilla.
Loma Suárez celebra su fiesta patronal el {) de diciembre, día de la
Inmaculada, así como el 3 de mayo. Ambas festividades las instituyó el
Administrador señor Burton Rodríguez.

En 1956, pasó a dominio del Estado, convirtiéndose en población mix-

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ADICIONES HISTORICAS

ta civil-militar; pues aquí tiene asiento una guarnición del Distrito Naval
ÍVo. 2, y también funciona la Escuela de Marinería " L i t o r a l " , astillero,
etc. . ^ .
El magisterio rural cuenta en ceta cindadela con una eseuela'prima-
mafir completa, ciclo imtermedio, cuyo edificio fue gestionado por el se-
ñor Guillermo Burton Rodríguez, como asesor de la Junta Vecinal de la
Loma Suárez.
La pi-blaclón se halla ubicada en una altura artificial y el nombre
de " l o m a " se origina de tal cima.
Loma Monji parece haber sido algún cementeaio de los antiguos
estantes nativos Existen muchos restos humanos sepultados en cántaros
que, por el desvastamieuto a través del tiempo, sueleo asomar cráneos a
flor de tierra.
Loma Suárez ha sido declarada Monumento Histórico por la Casa
~de la Cultura clel Beni.
A la fecha tiene rango de cantón. Existe Alcaldía Municipal, Gobier-
no Civil, en caso de ape'ación, para hacer cumplir las órdenes del Corregi-
dor. También funciona la Cooperativa de Luz Eléctrica y un Club de
.Madres.
Algunos ambiciosos por la fortuna, pusieron en peligro de destruc-
ción esta hermosa y panorámica altura de tantas tradiciones, en procura
de entierros ricos. I'ues existe la torpe creencia que don Rómulo enterró
muchos miles de libras esterlinas remesadas desde Cachuela Esperanza.

Loma Suárez se sitúa hacia el noroeste de Trinidad, a 15 kilómetros,


sobre el río Ivare.

En vida de don Nicaláe, fue cindadela industrial y al mismo tiempo


de formación profesional; allí funcionó una Escuela de Peritos Agrónomos.

Sensiblemente Loma Suárez perdió su atractivo turístico, a pesar de


la bella e impouente vista que desde aquella eminente altura se observa.

-
GLOSARIO

(o ) Monji, Monjío, Monchi, nombres que registran algunos mapas, co-


rresponden al apellido del cacique que ddopló el vocablo mojtño
del árbol "alcornoque"
(1) Iiforr, es la correcta ortografía indígena que viene a significar "rio
dcnde abundan paró is, loros" La "b" no existe en el idioma mo-
jeño; por tanto hay que propender deooloer la legitima escritura a
este vocablo.

(2) Moperono • jóvenes.


(3) Pnn, denomínase en el Oriente lio liviano, al órgano genital femeni-
no.
(í) De hiber sido cierto, Solares las hubiese utilizado y la Casa Suárez
no sucumbió,
ADICIONES "HISTORICAS

Asesinato del Prefecto Pando


Después de veinte años de régimen político que registra la historia
nacional, el 12 de julio de 1920, el partido Liberal cae del poder a raíz
de un golpe encabezado por el Dr. Bautista Saavedra, prominente hombre
del partido Republicano.
Tras constituirse una junta de gobieYno, como medida previa y com-
plementaria, el nuevo gobierno dictó el Reglamento Electoral y convoca a
elecciones de Convencionales para nominar al Presidente Constitucional de
la República.
Se designó eomo Prefecto del Beni al ilustre patricio Dr. Juan Fran-
cisco Velarde quien, por su delicado estado de salud a causa de su avan-
zada edad, en noviembre de 1920 fue sustituido por el señor Bernardo
Pando, hombre de relieve en la£ altas esferas oficiales, a quien infortuna-
damente le correspondió presidir el problema de las elecciones en el Beni.
En aquella oportunidad política, intervinieron como candidatos por
el llamado 'pariiao de gobierno". los señores Dr. Maximiano'Arze, Anto-
nio López Yelisco y Dr. Juan E. Daza Palmero.
El partido Liberal se lanzó a la lucha eleccionaria con el nombre de
"piir/lrto rrphb'.rca,io popular", llevando como candidato al conocido hom-
bre público Dr. Carlos Melquíades Barbery, que llegó a Trinidad juntamen-
te con el prefecto Pando.
La campaña electoral fue violenta signada por el agravio y la ofen-
sa, tanto en los discursos, como en los escritos de la prensa, más los cho-
ques diarios entre los grupos contendores de ambos frentes políticos.
Como consecuencia de esto, faltando poco para el día de las elecciones
señaladas para el 13 de noviembre de 1920, una noche el candidato por el
partido de gobierno, Dr. Juan Daza Palmero, cuñado del D r . - A b d ó n Saa-
vedra, Ministro de Gobierno del caudillo Saavedra, en compañía de su
hija Sarah, irrumpió en la asamblea de su adversario Dr. Melquíades
Barbery. Ante el estupor y sorpresa consiguientes, usó de la palabra para
manifestar que su presencia era "en son ¡te p>z", pues su propósito no
perseguía más objetivo que el de ofrecer al Dr. Domingo Leigue, jefe libe-
ral, un acuerdo b a j o la "fe de yenuirios caballeros" en el cual se compro-
metían recíprocamente a responder con su cabeza, en media plaza (Balli-
vián), por cualquier desmán o provocsción que cometiere alguno de los
partidarios.
Tal proposición fue aceptada sobre tablas por el Dr. Leigue (1),

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ADICIONES "HISTORICAS

firmando en tal virtud, ambos personajes, con "fuerte apretón de manos",


este singularísimo pacto; al que podríamos llamarlo, muy bien, "pacto de
sangre".
Desde aquella noche cesaron los insultos y los choques entre ambas
fracciones contendoras, en vista de la gravedad y seriedad que revestía el
acuerdo ofrecido por Daza.
Sin embargo, el clima de tranquilidad no duró mucho.
La víspera de las elecciones, intempestivamente el prefeato Pando
destituye del cargo como Inter dente de Policía, al señor Ladislao Llanos,
connotado adherente de Daza Palmero.
Inmediatamente Daza moviliza a sus partidarios y se*dirige a la
Prefectura a imponerle a Pando la restitución de Llanos en el perentorio
término de c i n c » minutos. En caso de negativa, fusilaría a dicha autori-
dad, como "precedente saludable eonlra autoridades arbitrarias".
Para el efecto de tal amenaza, como ejecutor de la sentenoia Daza
llevaba entre su gente a un relojero de nombre Demetrio Argote portando
un winchester calibre 41, y a un sastre llamado Ismael Nogales que
transportaba una silla que serviría de banquillo para el presunto ajusti-
ciado.
Eran más o menos las cuatro de la tarde cuando Daza con sus co-
rreligionarios hacía su aparición en la esquiua de la plaza. Ubica a Argo-
te echado de bruces con rifle en mano, eu media calle. Nogales con la
silla junto al alambrado (o-) de la plaza. Todo este aparato de muer-
te, frente a la Prefectura.
El gentío que había acudido presto a la curiosidad por conocer los
móviles de todo lo que estaba ocurriendo, era ya numeroso.
Daza pide hablar con el prefecto Pando.
Accediendo al pedido, el prefecto sale de su despacho. Fue intima-
do por Daza en "nombre del público" que presenciaba la insólita escena,
para restituir de inmediato en el cargo de Intendente, al Sr. Llanos, por ha-
ber sido destituido sin justificativo alguno, "so pena de ser ajusticiado
por el pueblo para ejemplo de autoridades desaprensivas.."; y para
tal efecto le daba nada más que cinco minutos.
Por el tono y los gestos de Daza, el prefecto advirtió que la cosa iba
en serio; y aun cuando quiso mostrar apresto de hombre valeroso, se some-
tió a la intimación
Juntamente con Daza y algunas otras pereonss importantes o princi-
pales, Pando se dirigió a la Policía (2), desde donde hicieron buscar a
Llanos para restituirle en su cargo de Intendente. Pero este señor, cuando
se le hubo encontrado, rehusó firmemente aceptar, aduciendo razones
que pesaban eu su ánimo.

Así se dio por resuelto el conflicto y el cargo de Intendente quedó


en manos del Mayor de Plaza, Tcnl. José Aparicio Morales, conforme lo
había dispuesto el prefecto al exonerar a Llanos.

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ADICIONES "HISTORICAS

Eea misma noche se supo que algunas personas de la intimidad de


Daza; preguntaron a éste si era cierto que fusilaría a Pando. Fríumente
Daza les manifestó la verdad de su determinación. —

Llega el 13 de noviembre, señalado para el verificativo de las


elecciones que_ tuvieron lugar en un ambiente de absoluta calma. El
partido de gobierno obtiene el triunfo con muy escaso margen; esto es,
favorable a los candidatos Maximiano Arze, Antonio L. Velasco y Juan
D a z i Palmero.

Concluido el escrutinio, Daza Palmero se dirigió a sus amigos y


partidarios en elocuentes frases, agradeciéndoles por el apoyo firme que
le brindaron, reconociendo al mismo tiempo las brillantes cualidades
cívicas que exhortaban las personas de sus ilustres rivales, y que era de
justicia que en próximos comieios se les tome en cuenta como candidatos
del partido. Asimismo, recomendaba' a todos y cada uno de sus adeptos,
que no empañen la prepotencia con insultos o agresiones de hecho contra
los adversarios. Expresó: "Terminada la lucha polUica. no eran sino
hermana* <ic. terruño". Seguidamente rogó le acompañen a trasladarse a
la orilla del arroyo (donde hoy es el Liceo Saielli) para dar la bienvenida
al Dr. Maximiano Arze que debía llegar en esos momentos a bordo de la
Canoa de Correos (3).

Llegados que fueron al lugar indicado, Daza pidió que le perdonasen


la mentira, pues el viajero esperado no llegaría sino en pocos días más.
Manifestó que su embuste obedecía al "Jesjo de royarles, se reliren a
sus casas a descansar da los afanes de la jirnadi) pnsada y lasque quisieran
celebrar el triunfo merecido, lo hagan en el cuartel general, domicilio del se-
ñor Rosendo fíulderrama, pero con la mayor mesura y corrscc ón".

La calma y tranquilidad con que se estaba cerrando aquel 13 de


noviembre de 1920, cuando el sol abandonaba el día dando paso a las som-
bras de la noche, fueron sin embargo condenadas a ser rotas por una te-
rrible tragedia gestada por obra de la paeión política, acuciada por el des-
pecho de la derrota en la que jugaba papel principal una indigna traición.

El caso es que se hubo preparado conjura por el partido Liberal,


consiste en que esa misma noche se asaltaría el domicilio del Notario Elec-
toral, Dr. Angel Lara (4), para arrebatarle las ánforas que contenían la
votación emitida, anulando el cómputo a verificarse en fecha que estable-
cía el Reglamento pertinente.

Por otra parte, Daza Palmero debía ser eliminado, dándole muerte,
siendo esta la base para el éxito del plan que perseguía el objeto de
tomar el control de la capital beniant, con anuencia, complicidad y
aprobación del prefecto Pando, que en tal forma traicionaba la confianza
que la junta de gobierno había depositado en su persona al designarle
prefecto del Beni.

Otro detalle del plan era la cooperación que prestaría el Adminis-


trador General de Ganadería de la Casa Suárez Hermanos: don Manuel
Limpias Saucedo consistente en ochenta hombres armados que debían

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m ADICIONES HISTORICAS

venir de Loma Suárez, más un motor que entrarla a la ciudad por el


arroyo "San Juan", para llevarte desterrados a los sefiores Antonio L.
Velaeco, Ernesto Monasterio, Francisco de Paula Vargas y otros distin-
guidos ciudadanos.
Para ejecutar la eliminación del Dr. Daza Palmero, se designó una
comisión integrada por el secretario de la Prefectura, Dr. Eduardo Lizón,
más un sobrino del prefecto Pando, jovenzuelo de apellido Bilbao y otros,
quienes para el efecto escogieron como lugar apropiado el alojamiento del
prefecto Pando (5).
Esa noche Pando fué a dormir a la casa del señor Alfredo Alarcón
Muñoz, Administrador del Banco de la Nación Boliviana (6Ítio donde
funciona el Banco del Estado), para dejarles entera libertad de acción.

Los ejecutores hicieron venir a Daza Palmero, a nombre del prefecto,


al domicilio de éste. Cuando Daza acudió al llamado, te le introdujo, por
la fuerza al interior de la habitación que loe conjurados mantenían a os-
curas, y por sorpresa le atacaron a tiros exponiéndose a matarse entre
ellos miemos, que se salvaron de tal peligro por pura suerte, no sin que
uno de ellos haya resultado herido en una axila.

La victima de tan cobarde como ruin emboscada, que como se decía


siempre andaba desarmado, no tuvo más recurso que defenderse a golpes
de puños. Como llevaba las de perder de continuar en ese tren de lucha,
optó qor hacerse el "zorro muerto". Sus atacantes cayeron en el engaño,
abandonando el teatro de la gloriosa hazaña.
Dos de ellos, entre el que se encontraba el herido en la axila, se
encaminaron a despertar al prefecto Pando paro que cumpliera su parte
en el complot subversivo: entregar a los revoltosos el dominio de la ciu-
dad, con las fuerzas de policía.

Era pasada la media noche. Loe dos hombres emprendieron' su marcha


a Loma Suárez para traer los ochenta hombres armados que había prome-
tido dar don Manuel Limpias Saucedo y así "asegurar el poder del nuevo
orden de cosas" a establecerse con el golpe de marras.
Pero la idea no rodó a gusto y sabor de los conspiradores. Daza
Palmero al ver el éxito de su estratagema quedándose solo en el lugar de
los sucesos, se incorporó para salir a la calis donde llamó de un pitazo a
uno de sus amigos, según consigna entre ellos. Acudieron varios, les mos-
tró su cabeza con heridas superficiales que le produjeron con disparos y
de ahí resolvió tomar la Policía, que de inmediato puso en obra, lle-
vando el armamento a su domicilio particular, ubicado donde es ahora la
casa de la familia Adad Chávez, esquina Junín y La Paz.
Daza, que estaba indignado por la traición del prefecto y el atentado
que terminaba de sostener contra eu vida, con una cuadrilla capitaneada
por él, se propuso ir al domicilio del Dr. Domingo Leigue, situado en la
acera oeste de la Plaza Ballivián, hoy No- 28, a cobrarle el cumplimiento
del "pació de sangre" que habían Gonvenido mediante "palabra de caba-
lleros".
ADICIONES HISTORICAS

Entre tanto, Pando salió de su cata rumbo a la Policía para pedir


a p o y o . Las tinieblas entorpecieron funestas calamidades... (Mala suerte del
prefecto Pandol Porque cuando Daza te dirigía donde él D r . Leigue, a
esá hora y en tal estado, se encuentran los dos a la altura de la cate-
dral (6). Al preguntarle Daza a dónde iba, Pando le respondió " o pa
sear". Inmediatamente es aprehendido por la gente de D a z a llevado preso
hasta la casa de éste, cun centinela de v i s t a .

Siempre con la idea de exigir a Leigue el cumplimiento del pacto da


sangre, Daza vuelve a salir da su residencia. Al no e n c o n t r a r l e ^ Leigue
-que había escapado por el c i n c h ó n de don N é s t o r Suárez Mudante con su
casa ( ? ) - , abrió la puerta a hachazo limpio; ordena a D e m e t r i o A r g o t e y
a Gregorio Góngora que trasladasen a Pando al domicilio de Leigue. Allí
Pando fue victimado después de sufrir inhumanos ultrajes de hecho
El ca láver presentaba una horrible herida de bala y de hacha en la
cabeza que hicieron regar la masa encefálica. A d e m á s tenía huellas de ha-
ber sido flagelado y e s U b a atado de pies y manos.
E l «utor^-del-cj-imen, abusando de su '/linajuda a l c u r n i a " , estando
en la prisión confesó jactanciosamente haber dado muerte a Pando "¿¡tr
orden del Dr. Bautista Saavedra".
L ' s victimarios envolvieron a l - p r e f e c t o en una hamaca de la misma
casa de Leigue, para sepultarle a una cuadra de la plaza, hacia el norte,
sobre la actual calle " N i c o l á s Suárez", cerca doDde funciona la Escuela
Normal Integrada, en las primeras horas de la mañana del lunes 14 ü j
noviembre.
A n o t i c i a i o dun Antonio L Velasco del tremendo crimen, se presenté
en el lugar donde se pretendía dar sepultura a Pando, haciendo recoger
el infortunado cadáver para llevarlo a d o n d e fuera su domicilio particular
del prefecto.
Mientras tanto, D . z a completamente turbado de la razón, se a p o d e -
raba d i la Estación de R a d i o del Eí-tado que funcionaba en la zrna c o n o
cid» con el nombre "L<¡ Unrconi". Allí, en un arranque de audacia y
coraje, don José Barbery que fue nombrado j e f e de patrulla de !a policía
civil organizada por el Dr. Juan Francisco Velarde, toma preso a Jiszn
"a nombre de l<i leí/", conduciéndole a la cárcel pública (8) donde Daza
enfáticamente decía; " m i prisión será de pocos d í a s " . C c m o que efectiva-
mente así sucedió; pues el desdichado comandante de la improvisada guar-
dia cívica, tuvo que liar maletas en vista que el Gral. Federico Román fue
sustituido por don Ang^l Bello, cuñ ido de D a z a , trasladándose a Sucre
al Manicomio Pacheco por disposición del gobierno central, en virtud de
su e s t a d ) de "enajenación mentnl". De aquí emprende viaje a Buenos
Aires (Argentina) donde se radicó definitivamente hasta su muerte.

El Dr. José L. Guzmán que a I» sazón desempeñaba las funciones de


Juez, se hizo cargo de la autoridad prefectural, mientras el gobierno na-
cional disponía las provisiones del caso.

Cuando se realizaban los funerales del p r e f e c t o Pando y encontrán-


dose todavía el c o r t e j o mortuorio en el atrio de la Iglesia, hace su

-58-
ADICIONES "HISTORICAS

entrada a la plaza, de-ide la esquina donde actualmente e< «1 Club 18 <le


Noi) embrr, el piquete de ochenta ciudadanos armados que facilitó el Ad-
ministrador de Ganadería de Suárez Hermanos, conducido por don Ovi-
dio Barbery Ibáñez y el joven Bilbao. La gente que acompañ .da el entierro,
comenzó a dispersarse presa de terror; pero de inmediato vino la guardia
civil organizada por las autoridades pira resguardar el orden público.
La Fuerza que llegaba desde Loma Suárez levantó bandera blanca,
con la que volvió la calma. El entierro prosiguió! —•— -
Es que los conductores de esa tropa creyeron que el muerto era
Daza. Sin embirgo, cuando supieron que fue Pando, depusieron nomás su
actitud. De este modo, la gente que traían, hubo de regresar a la Loma.
Argote y (¡óngora cayeron en manos de la ley acunados de ser los
autores del crimen, después du varios días de intensas pesquizas.
La edad de esos acontecimientos permaneció en estado de fermenta-
ción por mucho tiempo, fijado con una aureola de lo más brillante para la
depravación criolla. Quienes la poseían no se atemorizaban.
En los sucesos aquellos, al parecer, el rencor rebasaba de total ani-
quilamiento. Conmemorábanse actos de amotinamientos y discordias. La
trauquilidad no se conoció.
Al crepúsculo de aquel dia 11 de noviembre, la gente del pueblo se
adormiló eu torno al acaecimiento y la tradición de este hecho tuvo tanto
que decir sobre los cuadros terribles de dolor y sangre expresados tal vez
en motivos demenciales. La imaginación encuentra un amplio campo.
Así arabó la lucha de la pasión política que se había encendido en
la capital del Beni, donde se quiso instituir una tiranía para todo el ve-
cindario. Pero aquella pestilencia felizmente fue frenada.
Se hace necesario aclarar que el Dr. Daza Palmero era un cirujano
dentista natural de Potosí, avecinado en Trinidad donde formó su hogsr,
habiendo contraído matrimonio con doña Justa Bello Suárez, de cuya unión
hubieron \ arias hijas. Asimismo, Argote, Nogales y Góngora, eran oriundos
de Cochabamba, vecinos de Trinidad desde muchos años atrás.
Por tanto, los actores principales de este alevoso crimen, no eran
hijos del Beni, como también varios acompañantes.

-<>ooo-

.-62-
GLOSARIO

fin 1930, es/e personaje fue Munlclpe en fíiberatta.


io) Li plaza era resguardada por alambrado para evitar el Ingreso del
ganado.

(?) Donde hoy ei Inmigración, Avenida Hasch.


(3) Sistema de distribución de correspondencia por los ríos,
(k) Caite 18 de Noviembre, lo que es la Esc, Fabián Vaca Cháoez.
(oo) Autor del libro Los Gobernadores de Mojos.

(5) Calle La Paz, exactamente donde es la tienda de Muficca Brava.

(6) Lo que ei el Cine-Teatro "Trinidad", calle Junin.

(7) Almácén "San José", contigua a la casa de Jorge Velasco.


(8) Donde comienza la propiedad del Liceo Saielli,
ADICIONES "HISTORICAS

Crímenes y Fusilamiento
de Julio Coímbra
La hifltoria dramática d i la vida departamental desde los primeros
años de la creación del Beni, siguió debatiéndose con otros lamentables
,aconteceres. Esa tranquila alegría y sencillez de su gente, "producto de
la naturaleza pampeana", fue afteruda sin interrupción; pues con dema-
siada frecuencia el genio del mal parece .detenerse pera adquirir nuevas
tuerzas e inferir duros golpes Por tanto, transmitir episodios para reco-
nocer con claridad y sin ambages su exacto contenido, se torna algo
escabroso.

Resumiendo glosas, a la luz de lo ocurrido despiértanse las pirtes


más adormecidas de esta referencia; y por más insignificante que ella
pareciera, el suceso estremecedor fus obra de escenas espantosas. Esta
narración registra en su seno el paso fulgurante de extraños aconteceres.

Transcurría el año 1018, cuando un mozuelo, delgado, do regular


estatura, ojos negros, pestañas crespis, cejas pronunciadas y negras, tez
pálida, cabello oscuro y ondulado, apareció por estos lares escapando de la
Justicia de su pueblo de origen.
Su primer año de asiento en Trinidad, fue plac'ntero Sus actos,
desconocidos... '
En el mes d^ agosto de 1019, circuló por la capital beniana la te-
rrible noticia de unos crímenes cometidos en la estancia ganadera "Santa
María", situada a orillas de una hermosa laguna, en la jurisdicción de la
provincia Marbán, cerca a Loreto. Y la novedad hubo que causar aún
mayor sensación, cuando se supo q i e una de las infortunadas víctimas
había sido la señora Domitila Camargo, propietaria de la hacienda y ma-
dre de Miguel Camargo que, por entonces, trabajaba en la Policía.

Haciendo recuerdos, se llegó a la conclusión de que el asesino era un


joven cruceño, de nombre Julio Coímbra, llegado a Trinidad el año ante-
rior, quien había contraído matrimonio c"n la señorita Casta Echegaray,
de aquel mundo social (1). Luego da tom»r estado Coímbra desapareció
de la capital y en su inquieto deambular por estas tierras, fue a parar a
la mencionada estancia. El forastero llegó illi -se dice- ea busca de traba-
jo y, desde ya, con respeto y comedimiento, se captó lo confianza y estima-
ción de la señora propietaria.

.-64-
m ADICIONES HISTORICAS

Así fue andando el tiempo, hasta que un mal día Coímbra amaneció
con el signo de matar. Invita al hijo de la señora Carnargo, de nombro
Antonio Arteaga que era el Administrador de los trabajos de la tatancia,
para ir de cacería; se embarcan en una canoa y cruzan la laguna. Solo»
los dos, Coímbra le dispard*un tiro de fusil n su compañ-ro y le arroja al
agua. Regresa y con engaño lie va al hermano Fabriciano, haciendo con és-
te lo propio. Nuevamente retorna «1 "iiesto ganadero en procura de otras
presas pero esta vez doña Dcmitila tuvo malos presentimientos al verle a
Coímbra bajar de la canoa manchado de sangre y sin sus familiares. Corre ha-
cia él y se abraza de sus.piernis; le suplica que no la mate. Por trágico
capricho del destino, da muerte a In esposa de Fabriciano para culminar
la hazaña con su protectora,, a pesar do los ruegos de su consorte, a quien
Coímbra respetó mucho.

No se detallan las circunstancias y pormenores do estos horribles


asesinatos, porque están envueltos entre diversas versiones que, sobre los
hechos, hizo circular la iinaginaeión de la gsnte, toda vez que -por otra
parte- nadie fue testigo de tales crímenes, a excepción de los dos últimcs.
Pero la verdad es que las víctimas de ese demente, fueron cuatro
en el Beni, ocurridos en menos de una hora con toda una familia.
El pasaje más hórrido, tuvo el siguiente transcurso: Prasenciaron el
último cuadro, la esposa del insano malhechor y doña Virgin'a Chávez,
doméstica de la familia Camargo, que logró salvarse con los dos hijitos de
Fabriciano ocultándose entre unas inmensas hormas conteniendo azúcar,
desde donde especiaba azorada de pánico. El destino quiso que los niños
no lloraran.
En ocasión de dicha masacre a la familia Camargo, el homicida obró
sádicamente con su protectora, extirpándole el genital para colocarlo a la
interperie ensartado en un g s o . Luego l h m a a su esposa para que le ayu-
de a concluir su obra. Con un cuchillo arranca Ihs extremidades y la ca-
beza de la occisa; asistido por 611 señora se encamina a la laguna para
botarlas. Vuelve hacia el cuerpo descuartizado y le amarra un hacha que
serviría de peeo para que se sumerja en el lago, testigo silencioso de to-
dos esos crímenes.

En el Ínterin que los esposos Coímbra traeladsban el cuerpo, la in-


feliz señora Virginia Chávez, }ue por designio providencial se salvó de la
matanza con los dos pequeñkos, fugó haciendo verdadera proeza por un
camino cualquiera. Corriendo al rumbo, llegó a la propiedad llamada
Torno Largo, eu momentos que los trabajadores se bañaban a la hora del
o : s s o . Al ser divisados casi desnudos porque las ramas de los arbustos
despedazaron las ropas en cada jalón de su desesperada fuga, hubo alar-
ma entre el personal de la hacienda. Doña Virginia grita y pide auxilio.
Asistida, relata al patrón lo que acababa de presenciar.
Coímbra y su esposa quedaron desdé ese momento dueños absolutos
de la estancia ganadera "Santa M a r í a " .
En Loreto se supo la terrible noticia y de allí se organizó 1& comí-
ADICIONES "HISTORICAS

sión que capturarla al asesino para conducirle a Trinidad % Se preparó un


carretón con camarote de cueros, cubierto adelante y atrás con sábanas
blancas, que por entonces representaba "signo da huéspedes distinguidos",
Coímbra cayó en el engaño y sin ninguna precaución, salió al encuentro de
sus "visitas"...., siendo al instante aprehendido.
Abierto el proceso, Coímbra' es condenado a muerte por el Juez de
"PartidorDr^Enrique-Palma La-sentencia fue confirmada por iu Corte
Suprema y el Presidente Saavedra dicta el "cúmplase la L e y " ,
En la celda, 21 horas después de hacerle cononcer a Coímbra su
sentencia, éste se veló en Capilla y luego manifiesta: " N o he cometido
ningún delito, porque soy enfermo; moto a mi mejor amigo cuando me
llega el ataque",
Viene la madmgada del 11 de abril de 1921. Coímbra, con grillos en
los pies, es conducido Insta el teatro donde se produjo el papel protagóni-
co. al compás de un tambor qua conmovía el ánimo. A la altura del doraici--
lie de la -familia I.aime Becerra, pide apua l y bebe (•>). f

Estos versos escritos por el Dr. Eulogio Cortés E , ahorran algu-


nos detalles: •
EL AJUtTiCl \ DO: Al compás del tambor que destemplado/ de congojas
y espanto el almo llena./ con semblante sombrío y demacrado/ marcha
el reo arrastrando su cadena / / Y ante la faz del mundo que predica/'
respeto y compasión al delicuente,/ en medio del terror se sacrifica/ a un
hombre que, tal vez, es inocente.//' La Ley de Moicéfl, la Ley Sagrada/
que Dios en el Sioaí reveló un día,/ queda sobre el p'atíbulo violada,/
queda en el cadalzo en agonía / / ¡Qué cuadro tan penoso y tan sombrío!/
T o d o un hogar que transparenta angustia./ muchos niños que sienten ham-
bre, frío / y una pobre mujer lloro-sa y mustia / / Estos seres que gimen
sin abriga/ y que heredan un nombre deshonrado,/ ven en la Sociedad un
enemigo/ que le quitó a s j padre idolatrado / / Pero, ¿qué importa la mi-
serie el ll<n r o / de la orfandad horrible y desvalida?/ ¿ Q l é el dolor, la
miseria y el quebranto/ si la vindicta human» está cumplida?/'/ Y la
vindicta Ilumina es un enigma/ que fluctúa en el mar de la conciencia;/
para unos es castigo y es estigma,/ pira otros es perdón, rs indulgen-
c i a . / / ¡Cuántas v ees el mundo indiferente/ convierte en criminal al hom-
bre bueno!/ Culpa tiene el que pone a la serpiente/ colmillos inyectados
de veneno. . / / El Bien con la Muerto,/ ¿quién queda satisfecho?/ ¡El
Criminal no sa borra con el Crimen!/ Derecho no hay jamás contra el
Derecho!// Si es nato el criminal, ¿por qué se arguye/ que tiene libertad
y es culpable?/ ¿Delinque acaso el rayo que destruye ? / ¿El fuego que
devora es responsable?// De la Justicia y del Derecho en nombre/ tiene
igual culpa ante la humana grey/ aquel que mata sin piedad a un hom-
bre,/ como el que mata en nombre de la Ley / / /

En el banquillo del fusilamiento se le acerca el Fiscal para vendar-


le los ojos. No se deja; manisfestó: "Quiero saber cómo se mata a una
persona, y 6¡ saben tirar".
- Finalmente solicita le dejen pronunciar sus últimas expresiones a

.-66-
ADICIONES HISTORICAS

las madrea para que "sepan educar .a sus hijos desde temprana e d a d " , po-
niéndose él como ejemplo y culpando a sus padrea que no le castigaron u
orientaron desde su primera aventura criminal, cometida a los siete años
utilizando una tijera, con el hijito de la doméstica de su caca mientras el
pequeño dormfa en una hamaca. ' _
Fue complacido. Leamos y reflexionemos serenamente el testimonio de
^¿te singular mensaje:

Señores:

¿Por qué me micAis con tanta compasión?


Sabéis quién soy, ¡oh!, pues entonces, ¿qué diablos os manda
tenerme lástima, si vuestra conciencia reconoce que soy un criminal?
, Entonces' esto nada os importa, ni tengáis compasión para
qne me miréis así.

Señores:
ña llegado el momento en qae la susciila v!clim&, se honre
en dirigirles las últimas expresiones de un alma: No me juzguéis, her-
manos míos, porque el juicio que vosotros, formáis de mi persona, os
será aplicado con más severidad a vosotros, qqe creéis ser humilde cor-
dero de este mundo, y tal vez tenéis necesidad de indulgencia por los
pecados qae cometéis sin cesar. No sabéis pues hay muchas acciones, que
no son crímenes ante los ojos de Dios, y que el mundo considera como
fallas ligeras. Se acercarán, hermanos míos, los, tiempos en que la gran
fraternidad reinará en este globo; la ley de Cristo es la que regirá a
los hombres y yo os pido, procurad el senderomque yo he emprendido:
amaos como hijos de un mismo padre• no hagáis diferencia entre los
desgraciados porque he comprendido que Dios es quien a cada uno defi
ne su destino, para tener igualdad de derecho en la vida; pnes a nadie es
permitido quitar la vida a otro, y los criminales di'.ben tener sanción
para que sirva de ejemplo en la posteridad.

La sangre que voy a derramar es nada: las lágrimas] ami-


gos mios, son menos todavía. Qué importa morir. Yo creo que debe
ser un placer inmenso descancar en el seno de la naturaleza Qué segu-
ro es dormir bajo unas paletadas de tierra. La muerte, amigos mios,
no se extingue en cac'a uno de nosotros Los grandes mares, los hom-
bres, los animales, los inumerables asiros qae brillan en el cielo, todo lo
qae se mueve y respira, lodo nace y todo maere, lodo cae y todo re-
nace. Sólo el gran poderlo de la naturaleza no se extingue jamás Sólo
ella es inmorta1 ¿Por qué os horrorizáis por la muerte de un ser huma-
no?: esto no es más que una apariencia; jamás este deslino nos podrá
privar de este regazo natural. Los limites señalados para este mundo g
la o/da son imaginarios. Consuélense, amos mios; la muerte no es ana
paerta de honor y tinieblas, para nadie; al contrario, es el pase de ana
hora sombría a otra más clara; sometámonos alegremente a la voluntad
de la naturaliza y no veamos a una enemiga, sino a ana tierna aliada
qae nos emancipa de la insafrible Urania de la vida. Debéis pues, her-
manos míos, socorrer a nosotros los desgraciados con vuestras oraciones,

•67.
ADICIONES "HISTORICAS

ga qae de otro modo no podéis, no es necesario qae digáis a nosotros


los criminales: es un miserable, es an bandido, es azá, ele. Es menester
que /a tierra purgue todavía. El criminal debe ser castigado sin perdón
por su edad, porque no es a la edad la que se castiga, sino el crimen:
la muerte que se me impone es demasiado benigna para un ser de mi
especie. Siento romperse los lazos que untn mi Olma 'al cuerpo y que muy
pronto vog a dar cuenta del empleo hecho de ta Di Ji qae dejo.
Sé, amigos míos, qae mi hora ha llegado¡ llevo conmigo Id
idet consagrada que me será permitido ti perdón de mis ofendidos, que
al fin he de merecer algún día la felicidad de los elegidos.
Si no me es permitido gozar inmediatamente de la felicidad
Suprema, sé que no está negado culturalmente la esperanza, y esta lección
sirva de ejemplo para el mañana Sé también que mi Angel de Custodia
está cerca de mi pira recibirme Dentro de poco lo veré, orno él me ve.
Sé que vo'verea encontrar a tos que. hs amado en la tierra y que muy pronto
vendrán conmigo a unirse para siempre. Sé también que voy a encontrar
a los qae he ofeniido Les ruego qae me perdonen; los que puedan reprocharme,
mi orgullo, mi dureza en los crímenes, mi injusticia cometida en este
mundo, merecen la pena presente.

V no olvidéis, señores Magistrados, qne el crimen debe ser


castigado, sin perdón per su edad.
Perdono a todos los que me han hecho o han querido ha-
cerme mal en la tierra. No le conservo mala voluntad y ruego a Dios
les perdone.
Señor: dame fuerza para dejar sin pesar los goces groseros
de este mundo, que nada son al lado de los goces paros del munao al que
ve y a entrar Solo, sufre el cu pable

A vos, mi Angel de custodia, huced que resplandezcan mis


ojos de la luz divina, para que reine mi fe, si llegare-a vacilar.
¡Viva el presidente de la república por haber cumplido con
la ley!
Jutio Coímbra
Trinidad, 11 . IV 1921.
El público concurrente arrodillado sin poder contener las lágrimas,
elevó sus oraciones.
Luego llama a la señora I.cla Casanovas, prima de su esposa, para
encomendarle a su futuro hijo.
De pronto el redoble del tambor que le acompañó hasta su patíbulo,
prepara la orden de apronte y los disparos sonaron. El eco reconstruyó el
estampido con fragor horrísono y el cuerpo aún con vida, desplómase so-
bre la silla. El moribundo pide le liquiden. Un paisano suyo, de nombre
Abraham Hurtado, le da el tiro de gracia "para no ver sufrir a un
amigo".

.-68-
ADICIONES "HISTORICAS

A m o d o de anécdota, podemos decir con evidencia,- de que la


gente que presenció el fusilamiento de Coímbra, por la superstición
de que las prendas de un ajusticiado traen buena suerte, dejaron a don
Julio prácticamente desnudo, ya que cada cual arrancaba un pedazo de
sus ropas (2). \

Habría que dominar toda la escena para poder evocar el episodio


en su integridad, ejecutado en la avenida M-arbán de T r i n i d a d . Lo evi-
dente es que el acto c a u s ó espanto en la agitada población que nunca
había presenciado una aventura semejante. Y cerrábase toda una Vida de
sucesos emotivos; así lo testifica este documento que formaba parte de
los AnaleB del pueblo.
La espora de Coímbra quedó detenida por cómplice, siendo puesta
en libertad para desembarazar. N o presenció el fusilamiento de su marido
porque las autoridades dispusieron el traslado de ella a Santa Cruz, en
estado muy avanzado de gravidez.
L o s restos mortales de don Julio C o í m b r a fueron enterrados afuera
del cementerio general que por aquel tiempo dependía del Vicariato A p o s -
tólico del Beni, junto a los de Birtucci, otro reo venido de Santa Cruz
huyendo de la justicia y fusilado en Trinidad por símiles delitos.
Según la costumbre o legislación de la época, la iglesia católica no
permitía que los delincuentes fuesen sepultados en los límites de su
administración,
Hasta hace pocos años, los dos ajusticiados tenían como señal de su
sepultura, un f ondoso guapomó; pero al urbanizarse la zona del panteón
viejo en lo que ahora es el Barrio San Antonio, antes " R a n c h o C h i c o " , el
árbol fue derril a j o y asentado sobre esas tumbas, casas de viviendas,
aproximadamente donde es el domicilio de "la c o n d e s a " (señora Emilia
Ruíz).
El hijo de don Julio Coímbra vino al mundo en la ciudad de Santa
Cruz, y el encargo que hiciera antes de su fusilamiento fue cumplido.

niiiiiiii:iiiiiiiiiiiiiiiiiiiMiiiiiiiitHiiMtiiiiiit(iMiiiiiiiiiiiiitliiliiitiiiiiniiiiiiiiiiiMiniiiiiiiiiiiiilitli>iifitliittiiiiiiiiiiiiliiiitiit

GLOSARIO

(1) Mi madre st opuso a este matrimonio porqae conocía las referen-


cias nada dignas de Coímbra qae negaba sus ertmenes pretextando
ser otro señor llomido Jnlián. El matrimonio se realizó en la ca-
sa del Dr. jocquin de Sierra, lo qae es ahora la Corporación de
Desarrollo del Beni (COUDEBESl). De mi familia nadie asistió,
i,a esposa dj t'o mbra oiuia en cosa de nosotros.

(o) Av.nidá "6 de agosto", casi esquina ".sania Qraz".

(2) Mi mamá gia-daba un bolón del abrigo de don Julio, sacado en el


tráaico momento de su muerte.

.-69-
ADICIONES "HISTORICAS

La Noche Hillmann
Bien conocidas son las hazañas de Adolfo Hillmann, de quien deli-
nearemos en seguida. Ya, en forma novelada, sus acontecimientos fue-
ron relatados por el Cnl. Alfredo Vaca Medrano, con el título: "Olien-
do Pedraza".
En estas líneas a modo de complemento y siguiendo la huella de
provisión de apuntes en probanza, sin salimos de la esfera del testimonio
oral de la señora Virginia Chávez, la misma que PII BU juventud presencia^
ra los crímenes de don Julio Coímbra (¡qué sino!), fe pone de relieve la
exactitud con que se produjo el epílogo concatenado del hecho de este pro-
tagonista, de manera que no quede grieta donde pueda guarnecerse la
incertidumbre.
Lob resultados que se extraen de tales informaciones, no pueden ser
más terminantes y autorizados. La señora Chávez fue vecina de un busca-
dor de fortuna y de aventuras que fuera el armazón definitivo del futuro
plan.
La relación es estimable por proceder de fuentes allegadas espiri-
tualmente Doña Virginia era comadre de los asesinados. Consiguientemen-
te. no quepa ninguna duda, constituyendo perfecta demostración del conoci-
miento de aquellos actos vigorosamente veraces, prueba de alta valía, alejado
de las imaginaciones fantásticas o suposiciones ficticias.
Así, con el acopio de elementos de convicción, concebido en los térmi-
nos de que hace crédito lo aseverado por la señora Virginia Chávez, se
relatan esos antecedentes y consecuentes más o menos prolijos, recoi'iiendo
brevemente el marco de la configuración geográfica que da mayor luz y
refuerza el tema sobre lo ocurrido en el período que estos crímenes germi-
naron.
Cualesquiera hayan sido los motivos, lo cierto es que el principal ac-
tor fue un cochabanibino. falsificador de billetes que pronto fuera descubierto
por la policía, allá por el año 1931-52. Este maleante alquiló al señor Lucas
Terrazas una habitación sobre la calle " h o n d a " o "Portachuelo", llamada
así por la profundidad, una, y por residir sobre el barrio muchos porta-
chueleños, casi final de la avenida Santa Cruz, enfrente de la familia de
doña Virginia Chávez.
Hillmann hizo amistad con el falsificador de billetes y a m ' o s , a la
vez. se acercaron a la familia del señor Terrazas, poseedor de uní tejería.
Los Terrazas acostumbraban celebrar el fin de semana con picantes y
chicha ' colla", fuente propicia, para la intimidad de llillma ui y el falsifica-
dor de billetes.

.-68-
ADICIONES "HISTORICAS

Con el correr del cuadrante, Hillmann conoció la casa de Terrazas en


su integridad; observó todo el movimiento interno de los propietarios, hasta
llegar a descubrir el lugar donde la infortunada familia guardaba las joyas y
el dinero.
Comentando antecedentes, don Lucas Terrazas había efectuado una
quema de ladrillos que le procuró bastante dinero. Por la noche se produjo
el crimen que fuera "incitado" por una torrencial lluvia y fuertes descargas
de truenos aprovechando, además, la falta de luz eléctrica del nefasto barrio.
A las sombras de esa tormentosa noche, Hillmann ingresa al domicilio
de los Terrazas utilizando la inseguridad del canchón, según delataron las
huellas de sus zapatos impresos en el barro. El asesino no vaciló en come-
ter su despiadada cacería humana para apoderarse de las joyas y el dinero.
En posesión de lo substraído, abandona a sus víctimas y toma nuevamente la
vía de acceso, dejando tras su paso señales de sus pisadas y derramado por
el suelo fajos de billetes.
La borrasca de la noche impidió se escucharan con precisión los dispa-
ros del revólver de Hillmann, lo que hace difícil reconstruir la escena de
modo esencial.
Al día siguiente los vecinos se extrañaron no ver sentados en la puerta
de calle a la familia Terrazas, como era su costumbre. A raíz de ello, doña
Virginia apenada, va a la casa en procura de datos; golpea repetidas veces la
puerta sin obtener respuesta. Se dirige al portón y desde allí oye quejidos de
su comadre, esposa de don Máximo Lucas Terrazas. Solicita auxilio de la
vecindad y entre varias personas forcejean la puerta e irrumpen en el domi-
cilio donde encuentran a doña Lucinda empapada en sangre, con un disparo
en la frente, sin conocimiento y pronunciando palabras incoherentes; a poca
distancia estaba el cadáver de don Máximo Lucas que al parecer, luchó cuerpo
a cuerpo con el criminal, y más allá, en uu cama, la hijita muerta por
varios balazos.
Inmediatamente dieron aviso a la policía, entre tanto trasladan a
la señora Lucinda al hospital, donde falleció días después.
Hillmann desapareció de Trinidad a partir de entonces, lo que hizo
asegurar que el autor de tal mortandad y robo, fue él.
La policía le buscó intensamente (?) sin lograr su captura.
Así cayó el lienzo de una amistad abierta, sin recompensa, brindada
por la familia Terrazas a un individuo despiadado.
Pero el tiempo vengador se encargó de ajusticiarle con la misma
vara. Lorenzo Paz, alias " B o c h i " , en venganza le dio muerte, pues Hill-
mann le había quitado a su esposa, se dice abusivamente... Tal hecho de
sangre se produjo en la estancia " T o d o s a n t o s " de propiedad de los her-
manos Abularach, lituada en la provincia Yacuma del Departamento
Beni.

.-67-
ADICIONES HISTORICAS

CONSUMMATUN EST
Podrían aún ¡asertarse muchas huellas de distintos colores originales
sobre tantos sucesos ocurridos en tiempos lejanos; verídicos unos y nove-
lescos otros.

Mas, mi intención está cumplida y, por lo demás, mis Adiciones


Históricas concluidas.

FIN

-58-
Esta edición de 300 ejemplares de
ADICIONES HISTORICAS BE-
N I A N A S , se terminó de imprimir el
30 de octubre de 1984, en los Talle-
res Tipográficos de "Imprenta San An-
tonio", de los hermano Vélez Chávez.
Trinidad, Beni, Bolivia.

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