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1.

LOS ACCIDENTES OCURRIDOS EN LAS PLANTAS NUCLEARES DE


PENNSYLVANIA (USA), RUSIA, JAPÓN.

PENNSYLVANIA: El accidente de Three Mile Island fue un accidente nuclear que


sufrió la central nuclear del mismo nombre el 28 de marzo de 1979. Ese día el reactor TMI-
2 sufrió una fusión parcial del núcleo del reactor.

CONSECUENCIAS:

En el momento del accidente unas 25.000 personas residían en zonas a menos de ocho
kilómetros de la central. La cantidad de emisión de gases radioactivos hacia la atmósfera
varía entre 2,5 y 15 millones de curios según las fuentes escogidas. La industria pro nuclear
sostiene que "estudios realizados sobre la población demuestran que no hubo daños a las
personas, ni inmediatos ni a largo plazo". No obstante, Greenpeace apoyada en otros
estudios independientes sostiene que existió y existe un aumento claro en los casos de
cáncer y leucemia sobre la zona cercana a la central.
Blaum, Fleming y Singer (1982) mostraron que las personas que vivían cerca del reactor
nuclear de Three Mile Island exhibieron altos niveles de estrés después del accidente
nuclear que ocurrió allí. También mostraron evidencia de una elevación en los niveles de
presión sanguínea, un mayor número de infecciones de las vías respiratorias. Además, los
sistemas inmunológicos de estas personas no funcionaban tan bien como deberían.
Las consecuencias económicas y de relaciones públicas fueron muy importantes, y el
proceso de limpieza largo y costoso.
Limpiar el reactor después del accidente necesitó de un proyecto difícil que duró más de 10
años. Comenzó en agosto de 1979 y no terminó oficialmente hasta diciembre de 1993, con
un coste total de cerca de 975 millones de dólares. Entre 1985 y 1990 se eliminaron del
sitio casi 100 toneladas de combustible radiactivo. Se reinició TMI-1 en 1985.
Además, el accidente redujo notablemente la confianza de la población en las centrales
nucleares, y fue para muchos un presagio de los peores temores asociados a esta tecnología.

RUSIA:

El accidente de Chernóbil es el nombre que recibe el accidente nuclear sucedido en la


central nuclear de Chernóbil (Ucrania) el 26 de abril de 1986. Este suceso ha sido
considerado el accidente nuclear más grave según la Escala Internacional de Accidentes
Nucleares y uno de los mayores desastres medioambientales de la historia.

CONSECUENCIAS:

Aquel día, durante una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico, un
aumento súbito de potencia en el reactor 4 de esta central nuclear, produjo el
sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que terminó provocando la explosión
del hidrógeno acumulado en su interior. La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro,
óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados,[3] materiales
radiactivos y/o tóxicos que se estimó fue unas 500 veces mayor que el liberado por la
bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó directamente la muerte de 31
personas y forzó al gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de 116 000 personas
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provocando una alarma internacional al detectarse radiactividad en, al menos, 13 países de
Europa central y oriental.
Después del accidente, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y
mitigación que desempeñaron aproximadamente 600 000 personas denominadas
liquidadores en las zonas circundantes al lugar del accidente y se aisló un área de 30 km de
radio alrededor de la central nuclear conocida como Zona de alienación, que sigue aún
vigente. Solo una pequeña parte de los liquidadores se vieron expuestos a altos índices de
radiactividad. Los trabajos de contención sobre el reactor afectado evitaron una segunda
explosión de consecuencias dramáticas que podría haber dejado inhabitable a toda Europa.
Dos personas, empleadas de la planta, murieron como consecuencia directa de la explosión
esa misma noche y 31 en los tres meses siguientes. Mil personas recibieron grandes dosis
de radiación durante el primer día después del accidente, 200.000 personas recibieron
alrededor de 100 mSv, 20.000 cerca de 250 mSv y algunos 500 mSv. En total, 600.000
personas recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al
accidente. 5.000.000 de personas vivieron en áreas contaminadas y 400.000 en áreas
gravemente contaminadas, hasta hoy no existen trabajos concluyentes sobre la incidencia
real, y no teórica, de este accidente en la mortalidad poblacional.
Alrededor de 135.000 personas tuvieron que ser evacuadas de los 155.000 km² afectados,
permaneciendo extensas áreas deshabitadas durante muchos años al realizarse la
relocalización posteriormente de otras 215.000 personas. La radiación se extendió a la
mayor parte de Europa, permaneciendo los índices de radiactividad en las zonas cercanas
en niveles peligrosos durante varios días. La estimación de los radionucleidos que se
liberaron a la atmósfera se sitúa en torno al 3,5% del material procedente del combustible
gastado (aproximadamente 6 toneladas de combustible fragmentado) y el 100% de todos
los gases nobles contenidos en el reactor. De los radioisótopos más representativos, la
estimación del vertido es de 85 petabecquerelios de Cs y entre el 50 y el 60% del inventario
total de I, es decir, entre 1600 y 1920 petabecquerelios. Estos dos son los radioisótopos más
importantes desde el punto de vista radiológico, aunque el vertido incluía otros en
proporciones menores, como Sr o Pu.
Después del desastre, un área de 4 kilómetros cuadrados de pinos en las cercanías del
reactor adquirieron un color marrón dorado y murieron, adquiriendo el nombre de "Bosque
Rojo". En un radio de unos 20 o 30 kilómetros alrededor del reactor se produjo un aumento
de la mortalidad de plantas y animales así como pérdidas en su capacidad reproductiva.
En los años posteriores al desastre, en la zona de exclusión abandonada por el ser humano
ha florecido la vida salvaje. Bielorrusia ya ha declarado una reserva natural, y en Ucrania
existe una propuesta similar. Varias especies de animales salvajes y aves que no se habían
visto en la zona antes del desastre, se encuentran ahora en abundancia, debido a la ausencia
de seres humanos en el área.[29]

JAPON

El accidente nuclear de Fukushima Daiichi o Fukushima I comprende una serie de


incidentes, tales como las explosiones en los edificios que albergan los reactores nucleares,
fallos en los sistemas de refrigeración, liberación de radiación al exterior, que se están
registrando en las instalaciones de la central nuclear Fukushima I en Japón, a consecuencia
de los desperfectos ocasionados por el terremoto, y posterior tsunami, afectando al noreste
de Japón en la jornada del 11 de marzo de 2011.
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Los primeros fallos técnicos se registraron en el mismo día en que se produjo el seísmo, el
11 de marzo, con la parada de los sistemas de refrigeración de dos reactores y de cuatro
generadores de emergencia. A consecuencia de estos incidentes, han surgido evidencias de
una fusión del núcleo parcial en los reactores 1, 2 y 3; explosiones de hidrógeno que
destruyeron el revestimiento superior de los edificios que albergan a los reactores 1,3 y 4;
una explosión dañó el tanque de contención, en el interior del reactor 2 (ver edificio de
contención); han ocurrido múltiples incendios en el reactor 4. Además las barras
almacenadas de combustible nuclear gastado en las piscinas de combustible gastado de las
unidades 1-4, comenzaron a sobrecalentarse cuando los niveles de las piscinas bajaron. El
reactor 3 emplea un combustible denominado "MOX", formado por una mezcla de uranio
más plutonio que lo hace especialmente peligroso. El miedo a filtraciones de radiación
llevó a las autoridades a evacuar un radio de 20 km alrededor de la planta, extendiendo
luego este radio a 30 y posteriormente a 40 km. Los trabajadores de la planta han sufrido
exposiciones a radiación en varias oportunidades y fueron evacuados temporariamente en
varias oportunidades. El 11 de abril el nivel de gravedad del incidente se elevó a 7 para los
reactores 1, 2 y 3, el máximo en la escala INES el mismo nivel que el accidente de
Chernobyl, este fue calificado por Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial (NISA).
Dada la magnitud del incidente, de inmediato las autoridades declararon el «estado de
emergencia nuclear» y procedieron a la adopción de medidas urgentes encaminadas a paliar
los efectos del accidente, como fue la evacuación de la población residente en las zonas
adyacentes (con un aumento progresivo del perímetro de seguridad) o la movilización de
las fuerzas armadas para controlar la situación. Además, en el transcurso de los días se
fueron tomando nuevas decisiones, como inyectar agua marina y ácido bórico en alguno de
los reactores, suministrar yoduro de potasio a la población o desplazar los vuelos de la
aviación civil del entorno de la central afectada. Las medidas adoptadas, tanto las dirigidas
a controlar el accidente nuclear como las enfocadas a garantizar la estabilidad del sistema
financiero nipón, fueron respaldadas por organismos tales como la Organización Mundial
de la Salud o el Fondo Monetario Internacional.

CONSECUENCIAS

Radiación

Tras el fallo de los sistemas de refrigeración de los reactores de la central nuclear, se


realizaron emisiones controladas de gases radiactivos al exterior para reducir la presión en
el recinto de contención. Se emitió al exterior una cantidad no determinada de partículas
radiactivas.
Pocos días después del accidente se detectó yodo radiactivo en el agua corriente de Tokio
así como altos niveles de radiactividad en leche producida en la proximidad de la central y
en espinacas producidas en la vecina Prefectura de Ibaraki.
Una semana después del accidente en la central nuclear se pudo detectar en California
partículas radiactivas procedentes de Japón y que habían atravesado el Océano Pacífico.
Algunos días después se detectó yodo radiactivo en Finlandia. Si bien en ambos casos se
descartaba que los niveles de radiación detectados fuesen peligrosos.
El gobierno japonés reconoce que la central nuclear no podrá volver a ser operativa y que
se desmantelará una vez que se haya controlado el accidente.

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El día 27 de marzo se detecta en el agua del interior de las instalaciones niveles de
radiación cien mil veces por encima de lo normal, se sospecha que proceda de una fuga del
reactor número 2. Estos niveles de radiación dificultan las labores de los operarios.
Asimismo los niveles de yodo radiactivo en el agua de mar en las inmediaciones de la
central son 1.850 mayores que los que marcan los límites legales. También se detecta
plutonio fuera de los reactores, procedente posiblemente del reactor número 3 que es el
único que trabaja con ese elemento.
El día 27 de Abril se detecta en España, y en otros países de Europa según el Consejo de
Seguridad Nuclear, un aumento de yodo y cesio en el aire europeo que proviene del
accidente nuclear de Fukushima en Japón. El Consejo de Seguridad Nuclear afirma que no
existen peligros para la salud..

Vertidos radiactivos al mar

Una grieta en la estructura del reactor empezó a liberar material radiactivo al mar, haciendo
que el contenido en yodo radiactivo fuese en algunos momentos en las aguas circundantes
de hasta 7,5 millones de veces superior al límite legal y que el cesio 1,1 millones de veces
por encima de esos límites. Los primeros intentos de sellar la grieta con cemento y otros
métodos fracasaron.
La compañía Tepco a primeros de abril empezó a verter al mar 11.500 toneladas de agua
contaminada radiactivamente para liberar espacio dentro de la central para albergar otras
aguas aún más contaminadas del interior de los reactores.

Daños en las personas

El día 17 de marzo la cifra total de personas afectadas directamente por el incidente en la


central era de 23 personas heridas y más de 20 afectadas por contaminación radiactiva.
Estas cifras están sujetas a cambios. Dos personas que estaban desaparecidas desde el día
del terremoto fueron encontradas muertas el 1 de abril, su muerte parece deberse a heridas
producidas por el maremoto y terremoto no por radiación.
El 1 de abril se comunica que al menos 21 operarios pertenecientes al retén que permanece
en Fukushima para intentar controlar los reactores de la planta ya sufren una aceleración en
el ritmo de alteración del ADN por efecto de la radiación.

b. VALE LA PENA EL RIESGO QUE REPRESENTA LA ENERGÍA NUCLEAR

Jamás puede ser limpia una energía que contamina constantemente el medioambiente
emitiendo humos altamente tóxicos y lo hace a través de chimeneas gigantescas.

Una central nuclear es segura siempre que no pase nada, a saber: maremotos,
terremotos, accidentes, fallos humanos,... Por muy segura que llegue a ser una central, no
dejan de ser auténticas bombas nucleares a gran escala y que un mínimo fallo puede
causar cientos de muertes, malformaciones genéticas y daños irreparables para el
ecosistema.

Deberíamos de preguntarnos si vale la pena correr el riesgo nuclear para conseguir la


energía que producen dichas centrales, sabiendo que los pueblos vecinos pueden
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desaparecer del mapa en el momento que alguna de ellas explote o tenga un fallo de
consideración.

2. LOS EFECTOS QUE PRODUCEN LOS DESECHOS RADIACTIVOS SOBRE


EL AMBIENTE Y LOS SERES HUMANOS

Muy bien empecemos sabiendo que la contaminación radioactiva puede ser natural (radón)
o industrial (industria nuclear por ejemplo).

Hay dos formas de introducirlos a nuestro cuerpo:

- Por la respiración: si las partículas de gas radón se desintegran mientras están en los
pulmones, se transforman en elementos pesados que se fijan fuertemente al pulmón, y
continúan su "vida radioactiva" y sus emisiones nocivas hasta el fin de su vida.

- Por la alimentación: si un suelo está contaminado por contaminación radioactiva, las


plantas, y los animales que comen estas plantas, corren el riesgo de una contaminación
radioactiva. Ciertos organismos son particularmente radioacu mulantes, por ejemplo,
las setas. Ciertos órganos corporales son también muy sensibles: por ejemplo, la
tiroides fija el yodo, es por ello que en caso de contaminación radioactiva, se
distribuyen pastillas de yodo no contaminado a los lugareños con el fin de saturar la
tiroides de yodo "sano" y de evitar su contaminación por yodo radiactivo.

Y los efectos que pueden causar en el cuerpo son variados: algunos radioisótopos pueden
estar distribuidos uniformemente por todo el cuerpo y eliminados rápidamente, como es el
caso del agua con tritio. Algunos radioisótopos pueden atacar órganos específicos y tener
tasas de eliminación mucho más bajas. Por ejemplo, la glándula tiroides absorbe un gran
porcentaje de cualquier compuesto yodado que entre en el cuerpo. Si se inhalan o ingieren
grandes cantidades de compuestos yodados radioactivos, el tiroides puede ser inutilizado o
destruido, mientras que otros tejidos estarían afectados en menor grado.

La contaminación radioactiva puede entrar en el cuerpo a través de su ingestión, inhalación,


absorción, o inyección. Por este motivo, es importante utilizar equipos de protección
personal cuando se trabaja con materiales radiactivos. La contaminación radioactiva
también puede ingerirse como consecuencia de comer animales o plantas contaminadas o
beber agua contaminada o leche de animales afectados. Cuando se trata de un incidente de
contaminación importante, todas las vías de entrada potenciales deben ser tomadas en
consideración. La descontaminación de la contaminación externa es frecuentemente tan
sencilla como eliminar las ropas contaminadas y limpiar la piel contaminada. La
descontaminación interna puede ser mucho más difícil, dependiendo de los núcleos de
radiación de que se trate. Y eso es lo básico acerca de los desechos radioactivos en el
cuerpo.

a. METODOS SE UTILIZAN HOY PARA ELIMINAR LOS DESECHOS


NUCLEARES

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Los residuos radiactivos de baja y media actividad procedentes de centrales nucleares y de
centros médicos y de investigación no son tan peligrosos a corto plazo como los residuos de
alta actividad. Pero también suponen una amenaza para la salud. En los primeros años de la
era nuclear se enterraban o se vertían al mar. Actualmente esta situación ha cambiado
gracias a la presión ejercida por la opinión pública y al mayor conocimiento de los peligros
que entrañan los residuos radiactivos. La industria nuclear ha comprendido finalmente que
debe tomar mayores precauciones para deshacerse de estos residuos, o que debe
confinarlos.

La forma habitual de deshacerse de estos residuos es enterrándolos. Los residuos de baja


actividad se encierran en recipientes metálicos y luego se introducen en zanjas de poca
profundidad. Los residuos más radiactivos se entierran a mayores profundidades. Cada país
dispone de diferentes emplazamientos a este fin, como, por ejemplo, antiguas minas de sal
o hierro, galerías horadadas en laderas de colinas o confinamientos subterráneos a grandes
profundidades especialmente construidos para enterrarlos.

Se han propuesto muchos métodos para confinar los residuos radiactivos, pero todos
presentan riesgos. Su enterramiento en los helados casquetes polares supondría alejarlos de
la población, pero los residuos de alta actividad, de elevada temperatura, fundirían el hielo,
y el agua radiactiva pasaría la mar. Lanzar los residuos al espacio sería muy costoso, y,
además, si ocurriese una explosión en la plataforma de lanzamiento o un accidente, las
consecuencias serían muy graves. Una solución sería enterrarlos en fosas marinas muy
profundas, pues permitiría que, con el tiempo, los residuos llegasen al núcleo de la Tierra
como consecuencia de los movimientos naturales de la corteza terrestre. Pero esto
contamina al mar y actualmente está prohibido. El enterramiento subterráneo es, de
momento, la opción preferida. Sin embargo, si ocurren terremotos, erosión del suelo o
corrosión de los contenedores, existe el riesgo de que se produzcan fugas radiactivas.

b. ESTA DE ACUERDO CON EL PASO DE BARCOS CON DESECHOS


NUCLEARES POR EL CANAL

Se debería prohibir el paso de barcos con material radiactivo por la vía interoceánica, ante
la posibilidad del tránsito esta semana de un buque con desechos nucleares, ya que Panamá
no esta preparado para manejar un accidente de esta naturaleza.

3. LAS CONSECUENCIAS DE LA ENERGIA ATOMICA UTILIZADA COMO


ARMAS DE GUERRA EN LAS CIUDADES DE NAGASAKI E HIROSHIMA
JAPÓN.

Hiroshima y Nagasaki

Los días 6 y 9 de agosto de 1945, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos lanzó desde
bombarderos B-29 sendas bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y
Nagasaki. La primera era una bomba por disparo de uranio de unos 15 kt, llamada Little
Boy, y la segunda funcionaba por implosión de plutonio bajo el nombre Fat Man, con unos
25 kt de potencia. Esto equivale a la vigésima parte de la potencia de las armas nucleares
actuales, y una milésima de las más potentes desarrolladas durante la Guerra Fría. Ambas
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ciudades resultaron aniquiladas instantáneamente, con un saldo aproximado de entre
150.000 y 220.000 muertos, la gran mayoría civiles. Un número indeterminado de personas
fallecieron con posterioridad debido a sus heridas y a los efectos de la radiación. Se ha
producido un elevado número de mutaciones en bebés, durante varias generaciones. Estos
hechos, que constituyen el primer y hasta ahora único uso de armas nucleares en un
conflicto real, precipitaron la capitulación de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.

a. CUALES SON LAS CONSECUENCIS DE UNA GUERRA MUNDIAL


NUCLEAR SOBREVIVIRA LA ESPECIE HUMANA

Los efectos globales de una guerra nuclear establecen un conjunto de hipotéticos


escenarios ambientales y humanitarios producidos por una guerra nuclear masiva, de gran
escala, o los escenarios ambientales consecuentes del uso limitado de armas nucleares en
una guerra nuclear limitada a un región geográfica del planeta.

En el caso de una guerra nuclear de gran escala que abarcase a casi todas las regiones del
planeta, el más probable de los escenarios (véase estrategia de las armas nucleares) las
consecuencias ambientales podrían producir una extinción masiva del ser humano en el
planeta. En el hipotético escenario de menor destrucción masiva, se podría tener una
contaminación radiactiva y consecuencias climáticas de efectos globales, pero no de
aniquilación completa. La ubicación geográfica y la cantidad y potencia del armamento
nuclear usado, determinarán la intensidad y prolongación de los efectos globales de la
guerra nuclear regional; por lo cual cada posible escenario regional de conflicto es
mundialmente relevante.

En las primeras 48 horas, se produciría la lluvia radiactiva que acabaría con el 50% de los
adultos sanos. Hasta un 30% de las tierras del hemisferio norte recibirían más de 500 rems,
lo cual implica un alto nivel de envenenamiento radiactivo.

La radiación media de fondo en todo el planeta sería superior a 100 rems y en el hemisferio
norte mayor a 200 rems. De esta manera, difícilmente quedaría un ser humano vivo en el
hemisferio norte y en el hemisferio sur la vida de los pocos supervivientes no sería mucho
mejor.

Una guerra nuclear masiva significa literalmente el fin de la civilización y posiblemente la


extinción de la humanidad y de todos los seres vivos en

Una guerra nuclear de gran escala no solo significaría el fin de la civilización, sino la
aniquilación de la mayoría de la humanidad. La cantidad de muertos por un ataque nuclear
masivo depende de la densidad poblacional en las zonas urbanas. Si se estima que la
mayoría de las grandes ciudades del hemisferio norte serían bombardeadas, se puede prever
por lo menos 1.100 millones de muertos en forma inmediata al ataque nuclear masivo.

La mitad de la población mundial moriría en pocos días luego de la devastadora explosión.


Con este grado de destrucción no existiría plan de socorro alguno que pudiese atender a los
innumerables heridos y enfermos. Además, no existiría casi ninguna infraestructura para
ayudar a la población, quedando los sobrevivientes en el caos y el abandono total.[
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