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¿Dónde está el camino?

SH AN
U ANG
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P LO F
TEM CONCLUSIONES
CUMPLIR LOS VOTOS: EL CAMINO DE LA FELICIDAD

SH AN
ANG
H asta aquí hemos llegado. Como ocurre en el ciclo G

de otro. La información y el conocimiento que E M P LO


nos hallamos en la culminación de un trayecto F
y Oen
deUla vida,
el umbral
T se ofrecen en este libro
son peldaños para la comprensión y la toma de conciencia que podrían
llevarnos a realizar los votos o reforzarlos, y a comprometernos a cum-
plirlos:

Los seres sintientes son ilimitados; me comprometo a liberarlos.


Las aflicciones son interminables; me comprometo a erradicarlas.
Las enseñanzas son infinitas; me comprometo a aprenderlas.
La budidad es suprema; me comprometo a conquistarla.

Por lo tanto, cada momento implica un renacimiento y cada respi-


ro, una nueva oportunidad. Y con cada voto experimentaremos el des-
pliegue continuo de nuestra naturaleza búdica.
El Buda Sakyamuni, fundador del budismo, nació en este planeta,
y en él también efectuó su desarrollo personal, se iluminó y descubrió
las verdades profundas que luego compartió con los demás. Todo lo que
hizo giró siempre en torno del mundo humano.
¿Por qué el Buda alcanzó el despertar de la conciencia como un ser
humano y no comoSun N celestial, un semidiós, un animal, un espectro
H Aser
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O G UA Ndel infierno? O avancemos un paso más y preguntémo-
o una entidad

M LO F¿por qué no lo hizo en el pasado remoto o en un futuro lejano? ¿Por


nos:
Pqué
T E optó por hacerlo en este mundo y en esta era? Sólo puede haber un
motivo: quería que sus enseñanzas fueran útiles para las personas que
habitan este planeta.
La vida del Buda como ser humano constituye una fuente de ins-
piración y un modelo para nuestra propia práctica espiritual. Hemos
denominado “budismo humanitario” al conjunto de sus enseñanzas con
el fin de resaltar que es factible incorporarlas a todos los aspectos de
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SH AN Venerable Maestro Hsing Yun
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E M P LO vida diaria, y los medios para lograrlo se resumen en seis carac-
nuestra
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terísticas de la doctrina que el budismo humanitario propone:

1. Condición humana: El Buda no pasó por el mundo sin dejar


rastro ni fue una especie de figura ilusoria. Fue una persona como cual-
quier otra, con progenitores, una familia y una vida privada. Y durante H A N
su existencia como tal, puso de manifiesto su generosidad y compasión
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inmensas, su integridad y su sabiduría.
L O FO G
P
T E M que debemos apli-
2. Valoración de lo cotidiano: El Buda enseñó
car su doctrina en la vida cotidiana. Estableció pautas sobre el modo de
efectuar todas nuestras acciones diarias: comer, vestirnos, trabajar, des-
cansar, caminar, sentarnos, pararnos, dormir, etc. Dio instrucciones cla-
ras para afrontar cada circunstancia, desde la conservación de los lazos
afectivos hasta la manera de conducirnos en el terreno social y político.
3. Altruismo: El Buda nació en esta Tierra con el fin de adoctrinar,
dar el ejemplo y propagar la alegría por doquier. Enriqueció a todos
los seres porque siempre tuvo en cuenta las necesidades e intereses de
estos. En resumen, cada uno de sus pensamientos, palabras y acciones
derivaban de una profunda preocupación por el bienestar ajeno.
4. Alegría: Las enseñanzas del Buda alegran a las personas que las
practican. Con la compasión ilimitada que albergaba en su corazón, él
se propuso aliviar el sufrimiento de todas ellas para que pudieran ser
felices.
5. Temporalidad: El Buda vino a este mundo con un propósito fun-
damental: entablar una relación especial con todos sus habitantes. Si
bien vivió cerca de dos mil quinientos años atrás e ingresó en el nirvana
final, plantó la semilla de la liberación para todas las generaciones sub-
S A Nactualidad, sus ideales y enseñanzas funcionan
siguientes. Incluso en la
Htemporales
como normasAde N Gvida y oportunas.
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6. Universalidad: Durante toda su vida, el Buda se caracterizó por
P L O F O un espíritu que abogaba por la emancipación de todos los
mantener
T E M seres sin excepciones. Amaba todas las formas de vida, ya fueran ani-
males o personas, hombres o mujeres, jóvenes o viejos, etc., y tanto a
los que profesaban la fe budista como a los que no. Se preocupaba por
todos sin distinciones.

Estas características nos demuestran que el budismo es una reli-


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gión para todos los individuos, y que se ocupa principalmente de los
N G SHA
F O G UA formó
asuntos humanos. En los sutras, el Buda recalcó que él también
parte de la sangha para dejar en claro que no era un dios.
LO Según el Sutra
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O G UA N
de Vimalakirti, “El reino budista se encuentra entre los seres que sien-
ten. Sin ellos, el Buda no existiría. No es posible hallar el Camino si no
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T E Mse forma parte de la sangha”. Huineng, el sexto patriarca de la escuela
china de budismo Chan, afirmó: “El Dharma está en este mundo. Sólo
aquí alcanzaremos el despertar de la conciencia”. Para transformarnos
en budas, es preciso efectuar nuestra práctica y desarrollo espiritual en
este planeta. Esa es sencillamente la única alternativa. Ya que hemos
sido tan afortunados de renacer como seres humanos, hagamos el es- H A N
fuerzo de integrar la práctica budista a nuestra vida diaria.
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O G A este
Por otra parte, no tenemos que dar nuestra vida por Fsentada.
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laPsiguiente analogía:
respecto, los Discursos relacionados presentan TEM
“Imaginemos que una tortuga ciega nada en la inmensidad del océano.
En la superficie, flota un aro de madera lo bastante grande para que ella
saque su cabeza a través de él. Si ella saliera a tomar aire solamente
una vez cada cien años, la probabilidad de que sacara la cabeza por el
aro sería mayor que la de que renazca como un ser humano”. El Sutra
Agama agrega: “Los seres que pierden la posibilidad de nacer como
personas son tan numerosos como las partículas de polvo que hay en
el suelo. En contraste, los que pueden nacer como tales son tan escasos
como la suciedad que cabe bajo una uña”. Estos ejemplos ilustran cuán
valiosa y poco común es nuestra vida.
En cierta ocasión, fui a la casa de un devoto en San Francisco para
participar de un grupo de estudio. Un profesor que lo integraba me dijo:
“Usted nos pide a los budistas laicos que nos empeñemos en librarnos
del ciclo del renacimiento, pero no tenemos el deseo de hacerlo. Nos
enseña el modo de conquistar la budidad, pero carecemos de la aspira-
ción necesaria para ello. Ambos logros están demasiado lejos de nues-
tro alcance. Sólo queremos saber cómo llevar una vida mejor y mejorar
nuestra conducta”.
Sus palabras meAinquietaron; me recordaron que muchos creen
que el budismo Gse S H N apartado de lo humano. Lo ven como una
encuentra
religión
O G UA N individualista, profesada únicamente por monjes que
aislada,
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Psobreviven en las montañas y los bosques. Consideran que ha perdido
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su carácter humano, a tal punto que varios de los que se interesan por él
no se atreven a estudiarlo. Le echan un vistazo a la doctrina, pero no se
aproximan a ella y, en cambio, andan sin rumbo fijo. De ahí que deba-
mos insistir con ahínco en que esta fe apunta a la liberación de todos los
seres sintientes, a beneficiarlos y a otorgar sentido a su vida. Queremos
demostrar que es posible acercar el budismo a la vida día tras día.
N
La historia de esta religión se caracteriza por el surgimiento, de-
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SH AN Venerable Maestro Hsing Yun
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E M P LO y evolución de diversas escuelas de pensamiento y práctica
sarrollo
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espiritual, entre ellas la Theravada, Mahayana y Vajrayana. Cada una
sostiene una interpretación particular e interesante de la doctrina; no
obstante, el budismo humanitario representa una integración de todas
las enseñanzas que aparecieron desde la época del Buda. Y más allá
de toda tradición, se mantiene siempre enfocado en lo humano para H A N
seguir vigente a lo largo del tiempo. Se adapta a las tendencias contem-
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poráneas, y justamente por eso puede erigirse como unOmodelo
L F O G para el
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futuro. TEM
Nuestra fe es para todas las personas, y su fundamento son las
cuestiones que a estas les conciernen. Los nombres de las cuatro monta-
ñas sagradas de China se vinculan con los cuatro grandes bodhisattvas:
Avalokitesvara, Manjusri, Samantabhadra y Ksitigarbha. Entre ellos,
los tres primeros se manifiestan como laicos, y sólo el último como un
monje. ¿Por qué? Porque la vida de un monje implica tomar distancia
de lo mundano y trascenderlo, mientras que los laicos pueden partici-
par de las actividades mundanas y cumplir los objetivos del budismo
Mahayana si tienen el optimismo y la pujanza necesarios. En cierta
oportunidad, el maestro Taixu confesó: “No soy un bhiksu ni un buda.
Antes bien, prefiero que se me considere un bodhisattva”. Él no osaba
declararse un bhiksu porque es muy difícil observar a rajatabla los pre-
ceptos monásticos. Tampoco había alcanzado aún la condición de un
buda, pero como creía que era un hombre muy servicial, deseaba que se
lo reconociese como un bodhisattva.
El budismo presenta el concepto de “tierra pura”, que alude a un
reino creado mediante el poder de los votos de un buda para mitigar el
padecimiento de los seres sintientes. Es un sitio en el que todos quisiéra-

la BienaventuranzaG S H N delreferirnos
mos vivir. Los budistasAsolemos
Suprema, Buda
a la Tierra Pura del Oeste de
Amitabha, o a la Tierra Pura del
G U AN
Este del
O Resplandor Cristalino, del Buda de la Medicina. Pero hay mu-
P L O Fmás
chas “tierras puras” además de estas. El bodhisattva Maitreya, que
T E M será el próximo Buda de este mundo, vive en la Tierra Pura de Tushita, y
en el Sutra de Vimalakirti se hace referencia a la “tierra pura de la men-
te”. Las tierras puras están, pues, en todas partes.
El budismo humanitario tiene como objetivo crear una tierra pura
en nuestro planeta. En lugar de abrigar la esperanza de renacer en una
de ellas en el futuro, debemos aspirar a transformar este mundo en un
N
lugar donde reinen la paz y la bienaventuranza. No depositemos toda
N G SHA
nuestra energía en el porvenir; más bien esforcémonos porUpurificar A
F O G Nuestra
nuestra mente y nuestro cuerpo aquí y ahora, en elLOpresente.
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O G UA N en prestar atención al momento actual antes que serle
fe pone el acento
indiferente, en beneficiar a los demás antes que a nosotros mismos, y en
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T E Mliberar a todos los seres que sienten.
El budismo humanitario, además, reconoce que el aspecto material
y espiritual de la existencia tienen la misma importancia, por lo que
nos insta a hallar un equilibrio entre ambos. Existe el mundo externo
de las acciones y el interno de los pensamientos; el mundo que nos de-
para el futuro y el que dejamos en el pasado. Si apostamos permanen- H A N
temente por lo que vendrá, acabaremos frustrados, porque también
U A N GesS
L O F O Gesta rama
preciso mirar atrás y dentro de nosotros. A modo de práctica,
E M P como la vacuidad;
de nuestra religión insiste en percibir tanto laTforma
experimentar la riqueza y la escasez; vivir en comunidad, pero también
en soledad. Propone entrar en contacto con el Camino del Medio, un
estado en el que todas las cosas están en armonía, y así impulsa a las
personas a desarrollar una existencia bella y satisfactoria.
Creo que las enseñanzas budistas fomentan el deseo de ayudar a
los demás, prestar servicio, entablar lazos de afinidad y propagar la ale-
gría. Dicho de otro modo, su meta es que esta religión ocupe un lugar
importante en el planeta, en nuestra vida y en nuestro corazón. Basta
cerrar los ojos para descubrir que el universo entero está en nuestro
interior. Incluso si todos los que nos rodean nos abandonaran, nuestra
naturaleza búdica permanecería intacta, acompañándonos.
En la sociedad actual, los individuos tienen demasiadas responsa-
bilidades y se encuentran abrumados por las obligaciones domésticas,
laborales y afectivas. ¿Cómo es posible ser felices en estas circunstan-
cias? Si aplicamos la doctrina del Buda en nuestra cotidianidad, estare-
mos en comunión con el universo entero, y nos sentiremos satisfechos
y en paz con todo lo que hagamos. En esto consiste el espíritu del bu-
dismo humanitario.
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