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LA ESENCIA DEL BUDISMO

Budismo en cada paso A11

Venerable Maestro Hsing Yun

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Escrito por el Venerable Maestro Hsing Yun
Traducido al inglés y editado por Fo Guang Shan International
Translation Center
Traducido al español y editado por Yerko Isasmendi
Templo Budista Fo Guang Shan – Chile
www.templobudista.fgs.cl

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Tabla de contenido

I. Existencia e inexistencia 7

II. Activo y pasivo 10

III. Práctica y comprensión 13

IV. Pureza e impureza 15

V. La práctica de Chan 17

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La Esencia del Chan

De entre las ochenta y cuatro mil enseñanzas del Budismo, Chan es la más
entusiastamente estudiada y discutida en el mundo de hoy. Aunque una
vez se limitó a Oriente, donde se originó, el estudio de la meditación Chan
ha captado la atención y el interés de Occidente. Por ejemplo, muchas
universidades de Estados Unidos han creado grupos de meditación. Es
alentador ver cómo la meditación se extiende desde los confines de los
monasterios hacia el mundo moderno, donde está desempeñando un
papel muy importante.

Describir el Chan no es una tarea fácil, porque el Chan es algo de lo que no


se puede hablar ni expresar completamente con palabras. En el momento
en que se utiliza el lenguaje para explicar el Chan, ya no estamos tratando
con su verdadero espíritu. Chan está más allá de todas las palabras, pero
no se puede dejar sin expresar.

¿Cuál es el origen de Chan?

Chan es la transliteración china del término sánscrito dhyana; lo que


significa contemplación tranquila. Originario de la India, cuenta la leyenda
que durante una asamblea en la cima del Pico del Buitre, el Buda tomó
una flor y la mostró a la asamblea sin decir una palabra. Los millones de
seres celestiales y humanos que se reunieron en la asamblea no
entendieron lo que quería decir el Buda, excepto Mahakasyapa, que
sonrió. Por lo tanto, el Chan se impartió sin utilizar ningún lenguaje
hablado o escrito: se transmitió directamente de mente a mente. Más
tarde, el Chan fue introducido en China. Durante la época del Sexto

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Patriarca, Huineng, el Chan floreció y se desarrolló en cinco escuelas, que
se convirtieron en la corriente principal del Budismo Chino.

¿Qué es Chan?

El maestro Chan Qingyuan dijo que Chan es la mente. No es la mente que


discrimina y diferencia las cosas. Es nuestra "verdadera mente". Esta
mente verdadera trasciende toda la existencia tangible, sin embargo, se
manifiesta en todas las existencias del universo. Incluso las cosas más
comunes del universo están llenas de las sutilezas del Chan.

El maestro Chan Baizhang dijo que Chan es “la vida cotidiana”. Dijo que
cortar leña, cargar agua, vestirse, comer, estar de pie y caminar son todas
Chan. El Chan no es algo misterioso, porque está estrechamente
relacionado con la vida diaria. Por lo tanto, todos podemos experimentar
el Chan.

Hoy en día, el mundo interno de las personas está a menudo en conflicto


con el mundo externo, y la vida se convierte en una carga y una molestia
para ellos. No pueden deleitarse y aprovechar los momentos oportunos
de Chan en la vida cotidiana. Por el contrario, los maestros Chan son muy
divertidos e interesantes. Con solo unas pocas frases, pueden aliviarnos
de nuestras preocupaciones y problemas, y así guiarnos hacia la
verdadera felicidad. Esta transformación hacia la felicidad es muy similar
a encender una máquina enorme y compleja simplemente presionando el
botón de inicio. No se requieren conocimientos complicados ni
pensamientos repetitivos. El estado mental Chan es muy vivo y vivaz.

¿Cuál es el valor de Chan?

Al practicar Chan, damos color a nuestras vidas. Expande nuestras


mentes, enriquece nuestras vidas, eleva nuestro carácter, nos ayuda a
perfeccionar nuestra moralidad y nos lleva a un estado en el que
estaremos perfectamente a gusto, incluso cuando estemos al borde de la
vida o la muerte. ¿Cuáles son, entonces, las maravillosas enseñanzas que
los maestros Chan nos han dejado y transmitido? ¿Cómo podemos
entender el deleite de Chan mediante el uso del lenguaje?

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I. Existencia e inexistencia

Estamos acostumbrados a pensar que todos los fenómenos pueden


diferenciarse por nombres y relacionarse en términos de dualidad. En
realidad, no todas las cosas se pueden dividir en mitades distintas. Por
ejemplo, la mayoría de la gente ve "existencia" y "no existencia" como dos
conceptos opuestos: algo existe o no existe.

Algo es o no es. Parece que los contrarios no pueden unirse.

Pero si miramos el habla y el comportamiento de los maestros Chan,


veremos que ellos trascienden los conceptos ordinarios tales como
existencia y no existencia, y son capaces de abrazar ambos conceptos para
alcanzar un nivel superior. Su punto de vista es diferente al de la gente
común. Si usamos nuestra forma típica de pensar, no lograremos
comprender a los maestros Chan.

Cuando el Quinto Patriarca de la Escuela Chan quiso pasar su túnica y


cuenco, los símbolos del Dharma, a un sucesor, le dijo a cada uno de sus
discípulos que escribieran un verso para poder decidir quién de ellos
había realizado el Camino. La túnica y el cuenco pasarían a la persona con
el mejor entendimiento, y esa persona se convertiría en el Sexto Patriarca.
Su principal discípulo, Shenxiu, escribió el siguiente verso:

«El cuerpo es el árbol Bodhi;


la mente, como un brillante espejo de pie.
Cuida de limpiarlo siempre,
sin dejar que junte polvo»

Muchos leyeron el versículo y elogiaron a Shenxiu por su perspicacia


superior. Pero el Quinto Patriarca leyó el versículo y pensó lo contrario.
Dijo: “Este versículo no es malo, pero su autor aún no ha visto el Camino”.

Huineng, que trabajaba en el molino de arroz, le pidió a alguien esa noche


que también pusiera su verso en la pared:

«Esencialmente, bodhi no es un árbol,

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El espejo brillante tampoco está de pie:
Inherentemente, no hay nada,
¿Dónde puede entonces juntarse el polvo?»

Después de ver este verso, el Quinto Patriarca supo que Huineng había
visto la naturaleza vacía de todos los fenómenos y había entrado en el
camino del Buda. Así que le entrego la túnica y el cuenco del linaje de la
Escuela Chan a Huineng, quien se convirtió en el Sexto Patriarca.

Todos en el monasterio habían esperado que Shenxiu se convirtiera en el


Sexto Patriarca, ya que tenía una buena comprensión de los principios del
Chan, era el discípulo principal del Quinto Patriarca y porque este había
instruido a los otros discípulos a practicar de acuerdo con el verso de
Shenxiu. En cambio, el Quinto Patriarca eligió a Huineng, de quien nadie
había oído hablar antes, como su sucesor. Aunque Shenxiu había
alcanzado un alto estado de conocimiento, su mente todavía estaba
confinada a la existencia y, por lo tanto, no tenía una comprensión
suprema del Chan. El camino supremo es aquel que integra existencia y
vacuidad. Ésta es la diferencia entre la mente Chan y la mente ordinaria.
Solo cuando podamos trascender la distinción entre existencia y no
existencia, podremos alcanzar definitivamente el Chan y experimentar su
maravillosa verdad.

Permítanme ilustrarlos con otros casos muy conocidos en la historia del


Chan. Un día, alguien le preguntó al Maestro Chan Zhaozhou: "¿Qué
significa 'Zhaozhou'?"

Zhaozhou respondió: "Puerta este, puerta sur, puerta oeste y puerta norte".

Esta respuesta parecía ser totalmente irrelevante, pero de hecho, esta


respuesta sobre las cuatro puertas tenía un significado oculto. Significaba
que el Chan de Zhaozhou estaba abierto de par en par como una ciudad, y
no se limitaba a ninguna escuela en particular. El Chan no está en
absoluto restringido por el espacio.

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Alguien le preguntó una vez a Zhaozhou: "¿Los perros tienen naturaleza
Búdica?"

Zhaozhou respondió: "Sí".

Otra persona le hizo la misma pregunta:

"¿Los perros tienen la naturaleza de Buda?"

Esta vez Zhaozhou respondió: "No".

¿Por qué el Maestro Chan Zhaozhou dio dos respuestas diferentes a la


misma pregunta? Desde el punto de vista mundano, esto era bastante
contradictorio, pero para el Maestro Chan Zhaozhou, esta era una forma
viva de enseñar. Cuando dijo "sí", quiso decir que los perros tienen el
potencial de convertirse en Budas. Cuando dijo "no", quiso decir que los
perros aún no se han convertido en Budas. Al responder una pregunta, los
maestros Chan tienen cuidado de determinar la intención y el estado
mental de la persona que hace la pregunta antes de dar la respuesta
adecuada.

El emperador Wu de la dinastía Liang fue uno de los Budistas más


devotos de la historia de China. Durante su reinado, construyó muchos
templos, erigió estatuas de Buda, construyó carreteras y puentes. Fue
durante este tiempo que Bodhidharma vino de la India a China para
difundir el Dharma. El emperador Wu le preguntó: “He hecho tantas
buenas obras. ¿Qué méritos he acumulado?"

Bodhidharma respondió con frialdad: "No hay méritos en absoluto". El


emperador Wu no estaba muy satisfecho con esta respuesta. Presionó de
nuevo, pero Bodhidharma no le dio más explicaciones. Finalmente,
Bodhidharma se fue porque no pudo comunicarse con el emperador Wu.
¿Cómo era posible que las buenas acciones del emperador Wu no
hubieran producido ningún mérito? Cuando Bodhidharma dijo: "No hay
méritos en absoluto", quiso decir que en la mente de un maestro Chan, no
existe un concepto dualista como "tener" y "no tener", como lo
experimenta la mente ordinaria.

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Por lo general, percibimos y diferenciamos las cosas a través de nuestros
sentidos. Por ejemplo, cuando miramos una montaña o un río, lo vemos
solo como una montaña o un río. Después de comenzar a practicar Chan,
comenzamos a darnos cuenta de que toda la existencia es ilusoria. En este
punto, la montaña ya no es una montaña y el río ya no es un río. Cuando
hemos alcanzado la realización completa, todos los conceptos relativos de
"es" y "no es", "mente" y "materia", se han integrado. En este punto, la
montaña vuelve a ser una montaña y el río vuelve a ser un río. La mente
de Chan se ha unificado con el entorno externo. El sonido que fluye de los
ríos se convierte en el maravilloso Dharma. Las montañas verdes se
convierten en los cuerpos puros de los Budas. El mundo de Chan es
ilimitado cuando se destruye el límite entre la existencia y la no
existencia.

II. Activo y pasivo

Una de las doctrinas esenciales del Budismo es un grupo de enseñanzas


llamadas los "tres sellos del Dharma". Los tres sellos del Dharma son tres
verdades absolutas y universales que pueden usarse en comparación con
otras filosofías e ideas para certificar si estas son verdaderas o no. Los
tres sellos del Dharma son: "todos los fenómenos condicionados son
impermanentes", "todos los fenómenos carecen de un yo independiente" y
"el nirvana es la tranquilidad perfecta". El último de los tres sellos del
Dharma describe el objetivo final del estudio del Budismo: alcanzar la
perfecta tranquilidad del nirvana.

Este tipo de "tranquilidad perfecta" no es lo mismo que la inmovilidad o


pasividad ordinarias. En nuestra vida cotidiana, cuando decimos que un
determinado objeto está activo y otro objeto es pasivo, se debe a la acción
de la mente. Todos los fenómenos son creados por la mente. En realidad,
los fenómenos en sí mismos no distinguen entre ser activos o pasivos. Lo
que hace la distinción es el apego en la mente causado por el engaño. Si
podemos liberarnos de este apego, la mente estará en paz y todo estará en
armonía.

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Después de que Huineng, el Sexto Patriarca, recibió la túnica y el cuenco
del Quinto Patriarca, se recluyó durante quince años antes de comenzar a
enseñar. Un día, cuando llegó a un templo, vio a dos personas discutiendo
frente a una pancarta. Discutían sobre por qué se movía la pancarta. Uno
dijo: “Si no hay viento, ¿cómo se puede mover la pancarta? Por lo tanto, es
el viento el que se mueve”.

El otro dijo: “Si la pancarta no se mueve, ¿cómo sabes que sopla el viento?
Por lo tanto, es la pancarta la que se mueve”.

Huineng escuchó pacientemente el argumento. Finalmente les dijo: "Por


favor, no discutan más. Ni el viento ni la pancarta se mueven. Son sus
mentes las que se mueven".

A partir de este relato, podemos ver cómo los maestros Chan miran el
mundo: miran dentro de sí mismos en lugar de detenerse en la apariencia
superficial de los fenómenos. Después de todo, los fenómenos existen de
manera transitoria y fragmentada. La diferenciación surge en la mente
debido a la agitación de nuestros pensamientos. Cuando la mente está
tranquila, los objetos no son capaces de hacer distinciones por sí mismos.
Sin embargo, cuando la mente se agita, diferenciamos los fenómenos,
provocando distinción y separación entre los demás y nosotros mismos.
Por lo tanto, la clave para darse cuenta del estado en el que lo activo y lo
pasivo están en armonía, y ya no se diferencian, radica en si realmente
hemos eliminado toda la discriminación que surge de las diferentes
percepciones. De esta manera podemos alcanzar la paz perfecta.

El emperador Xianzong de la dinastía Tang era un Budista muy devoto y


quería enviar a alguien de viaje a Fengxiang para que trajera algunas de
las reliquias de Buda. Han Yu, un funcionario del gobierno, intentó
disuadir al emperador de tal empresa. El emperador estaba muy enojado
con Han Yu y lo degradó al puesto de gobernador provincial de Zhaozhou.

Zhaozhou estaba ubicada en la parte sur de China, que en ese momento


no era muy civilizada. Sin embargo, un monje Chan bien educado y

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cultivado, el Maestro Dadian vivía allí. Este monje era muy respetado por
la población local.

Siendo un educado erudito confuciano, Han Yu estaba orgulloso y


despreciaba al maestro Chan. Sin embargo, dado que no había nadie más
viviendo alrededor de Zhaozhou con quien pudiera tener un discurso
inteligente, de mala gana fue a visitar al maestro Chan.

Cuando Han Yu llegó al templo, el maestro Chan estaba meditando. Han


Yu no quería molestarlo, por lo que decidió pararse a un lado y esperar.
Después de mucho tiempo, el maestro Chan seguía inmóvil. Han Yu
comenzó a impacientarse. Al ver esto, el discípulo del maestro Chan le
susurró a su maestro: "Primero, influir a través de la concentración
meditativa, luego erradicar la arrogancia a través de la sabiduría".

Esto se le dijo al maestro Chan pero, de hecho, en realidad estaba


destinado a ser escuchado por Han Yu. Lo que el discípulo le estaba
diciendo indirectamente a Han Yu era: La meditación del maestro es una
enseñanza sin palabras para ti; está poniendo a prueba tu paciencia. En el
momento en que logres pasar su prueba, usará sus sabias palabras para
librarte de tu arrogancia. En este punto, Han Yu estaba convencido de que
la erudición y el cultivo del maestro Chan eran realmente profundos.
Eventualmente se hicieron muy buenos amigos.

De los ejemplos anteriores, podemos ver que en las mentes de los


maestros Chan, lo activo y lo pasivo están unidos como una unidad. Esta
comprensión se refleja en la forma en que enseñan. En el curso de su
enseñanza, los maestros Chan a veces instruyen a través del silencio y
otras veces a través de una poderosa predicación, como el rugido de un
león. Cada movimiento de un maestro Chan está lleno de las sutilezas del
Chan, ya sea un recordatorio breve y suave o una reprimenda
contundente; un avance o una retirada de posición; una pregunta o una
respuesta; un ceño fruncido o una sonrisa; beber té o comer arroz. Para la
mayoría de nosotros, nuestras experiencias de la vida diaria tienden a
convencernos de que la actividad y la pasividad son dos estados distintos.
Sin embargo, la actividad y la pasividad, tal como se manifiestan a través

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de la concentración meditativa del Chan, están unificadas, son
perfectamente libres y naturales.

III. Práctica y Comprensión

Algunas personas dicen que el Budismo es una filosofía. Desde un punto


de vista intelectual, esta es una evaluación correcta; sin embargo, la
verdadera esencia del Budismo es la práctica. La verdad solo se puede
alcanzar mediante la práctica.

El verdadero espíritu del Budismo se perderá si nos limitamos al estudio


de las doctrinas y descuidamos la práctica del Budismo. Entregarse a
discusiones intelectuales sobre el Budismo sin práctica es una forma de
debate frívolo y debe evitarse. Si uno trata al Budismo simplemente como
una filosofía, nunca experimentará su esencia. Esto se debe a que en el
Budismo, la comprensión y la práctica son igualmente importantes,
especialmente en la escuela Chan. Lo más importante es la experiencia
que se deriva de la práctica que no depende del lenguaje escrito o
hablado.

En la Escuela Chan, el cultivo y la realización del Camino son esfuerzos


personales. En cualquier medida que uno se cultive, estará mucho más
cerca del despertar. Si uno se detiene solo en la teoría o simplemente
repite lo que ha escuchado, entonces no notará ningún resultado. Es como
llevar al agua a un caballo sediento; si el caballo se niega a beber,
eventualmente morirá de sed. De manera similar, todas las enseñanzas de
los sutras Budistas sirven como brújula para guiarnos hacia la verdad.
Una vez que los comprendamos, debemos practicar en consecuencia para
saborear el dulce rocío del Dharma. Se dice que la práctica del Budista es
como beber agua: sólo la persona que bebe el agua sabe realmente si está
fría o caliente. Si queremos comprender verdaderamente el Budismo y el
Chan, depende de nosotros practicar y alcanzar la realización. Nadie más
puede decirnos qué son realmente el Budismo y el Chan.

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¿Cómo practican y alcanzan la realización los maestros Chan? Alcanzan la
realización viviendo en la comunidad monástica y practicando en cada
momento de su vida diaria. Los virtuosos del pasado siempre decían:
“Recoger leña y llevar agua es Chan”. En nuestra vida diaria, podemos
practicar mientras nos vestimos, comemos, caminamos, dormimos e
incluso vamos al baño.

El comienzo del Sutra del Diamante describe cómo era la rutina diaria del
Buda, como se ponía su túnica, cargaba su cuenco y hacía sus rondas de
limosna. Como todos nosotros, las personas iluminadas tienen que
vestirse y comer; sin embargo, lo hacen de una manera marcadamente
diferente al resto de nosotros. Por lo tanto, se dice que el Budismo no se
encuentra fuera del mundo profano.

A menudo fomentamos la idea errónea de que tenemos que adentrarnos


en las montañas o en el desierto para practicar y alcanzar la realización.
En realidad, no necesitamos aislarnos de la comunidad para poder
practicar. Si podemos apagar el fuego de la ira en nuestros corazones y
mentes, entonces cada entorno en el que nos encontremos será un lugar
fresco y cómodo. Incluso podemos practicar en medio del mercado más
ruidoso.

Si tenemos un conocimiento profundo de las enseñanzas del Budismo y si


las practicamos en consecuencia, seremos capaces de hacer el doble de
progreso con la mitad del esfuerzo. Por ejemplo, una enseñanza básica del
Budismo es el origen dependiente, lo que significa que todos los
fenómenos del universo surgen debido a la unión de las causas y
condiciones apropiadas, y dejarán de existir cuando las causas y
condiciones necesarias ya no estén presentes.. No existe un creador del
universo; por lo que dar forma a los eventos en nuestras vidas, es nuestra
responsabilidad y requiere que hagamos el esfuerzo necesario.

De la enseñanza del origen dependiente, podemos inferir que todos los


seres son iguales y tienen la naturaleza de Buda. Todos los seres tienen el
potencial de convertirse en Budas. El proceso que conduce a la realización
de este potencial depende de la determinación y práctica de cada uno.

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Nuestras propias acciones determinan nuestro futuro. Por lo tanto, la
comprensión correcta y la práctica diligente de esta enseñanza Budista
nos ayudarán a desarrollar una perspectiva progresiva y positiva de la
vida.

De la enseñanza del origen dependiente, también podemos inferir que


este universo está en una armoniosa unidad. Todos los fenómenos y todos
los seres son interdependientes. Con esta comprensión, podemos ver
fácilmente cómo el egocentrismo es contradictorio con la armonía y por
qué debería abolirse la distinción entre uno mismo y los demás. Para vivir
en armonía con los demás, debemos dirigir nuestro cuidado y ayuda hacia
los demás, esforzándonos por no centrarnos en nosotros mismos.

IV. Pureza e Impureza

La naturaleza misma no distingue entre pureza e impureza, o belleza y


fealdad. Son nuestros ‘’me gusta’’ y ‘’no me gusta’’ subjetivos los que
hacen la distinción. Dice en el Sutra Vimalakirti : "Cuando nuestra mente es
pura, la tierra será pura". Las mentes comunes, sin embargo, están
nubladas por los cinco sentidos: visión, sonido, olores, gusto y tacto; y
engañadas por la apariencia externa, lo que les impide que vean la
naturaleza pura de todos los fenómenos.

Las mentes de los maestros Chan iluminados son puras y sin


obstrucciones. Sus mentes son como la mente del Buda y pueden ver la
naturaleza real de todas las cosas. Para ellos, no hay diferencia entre el
bien y el mal, la belleza y la fealdad, o lo correcto y lo incorrecto. Mientras
que un ser común ve el mundo como corrupto e impuro, los maestros
Chan ven el mundo como una pura Tierra de Buda.

El estado mental Chan no es algo sobre lo que uno pueda fingir o discutir.
Una vez, el Maestro Chan Zhaozhou hizo una apuesta con su discípulo,
Wenyan. Quien pudiera declararse a sí mismo como la cosa más baja e
inútil sería el ganador.

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El Maestro Chan Zhaozhou dijo: "Soy un burro".

Wenyan dijo: "Yo soy el trasero del burro".

Zhaozhou dijo: "Soy el excremento del burro".

Wenyan dijo: "Yo soy el gusano dentro del excremento".

El Maestro Chan Zhaozhou estaba perplejo y no podía continuar, pero


preguntó: "¿Qué estás haciendo en el excremento?"

Wenyan respondió: "¡Me estoy refrescando del calor del verano!"

Como las mentes de los maestros Chan son puras, se sienten a gusto
incluso en los lugares que consideramos los más sucios.

Para ellos, todo es una tierra pura; por lo tanto, pueden sentirse libres
dondequiera que vayan.

Un día, el Maestro Chan Ikkyu salió con su discípulo. Llegaron a la orilla


de un río donde estaba una mujer, que dudaba de cruzar el agua que fluía
rápidamente. Por compasión, el Maestro Chan Ikkyu cruzo a la mujer a
través del río en su espalda. Habiendo hecho eso, eventualmente se olvidó
del asunto. A su discípulo, sin embargo, le molestó el hecho de que su
maestro cargara a una mujer en la espalda. Un día, el discípulo le dijo al
Maestro Chan Ikkyu: “Maestro, algo me ha estado molestando durante
varios meses. ¿Puedes ayudarme a resolver este problema?"

El Maestro Chan Ikkyu preguntó: “¡Oh! ¿Qué es?" El discípulo dijo:


“Siempre nos ha enseñado a mantenernos alejados de las mujeres. Pero
hace varios meses, cargo a una mujer al otro lado del río. ¿No contradice
esto su enseñanza?"

Después de escuchar esto, el Maestro Chan Ikkyu exclamó: “¡Ah! Solo llevé
a esa mujer de un lado del río a otro y la dejé allí, pero tú, pobrecito, ¡la has
estado cargando en tu mente durante varios meses!"

A partir de esta historia, podemos ver que el estado mental de los


maestros Chan es abierto y no discrimina. Los maestros Chan no

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discriminan entre lo puro y lo impuro, o entre hombres y mujeres.
Entienden que la mente, el Buda y todos los seres son iguales.

V. La Práctica del Chan

Ahora que hemos hablado extensamente del Chan, espero que hayas
podido probar un poco de su maravilloso sabor. Sin embargo, el Chan no
es algo que se pueda experimentar con meras palabras; necesita ser
practicado. Me gustaría ofrecer algunas sugerencias sobre cómo practicar
Chan.

A. Investigar a Chan a través de dudas

En otras religiones, no hay lugar a dudas; hay que creer


incondicionalmente. Pero el Chan anima a empezar con dudas. Una
pequeña duda conducirá a una pequeña comprensión. Una gran duda
conducirá a una gran comprensión.

Sin dudas, no habrá realización.

B. Buscar la realización a través de la contemplación

Una vez que se despiertan las dudas, es necesario contemplarlas para


alcanzar la realización. Gongan y huatou, historias y frases para
contemplar durante la meditación, están ideadas para despertar las dudas
del practicante Chan. Algunos ejemplos incluyen: "¿Cuál era nuestro rostro
original antes de nuestros padres nos dieran a luz?", "¿Los perros tienen la
naturaleza de Buda?" y "¿Quién está recitando el nombre de Buda?" La
contemplación diligente de gongan y huatou eventualmente conducirá a
la realización.

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C. Estudiar Chan cuestionando

Al contemplar el huatou, lo más importante es continuar cuestionando


hasta lograr la realización. Es como intentar atrapar a un ladrón; hay que
seguir incansablemente la persecución hasta que este se detenga. Por
ejemplo, al contemplar "¿Quién está recitando el nombre del Buda?"
podemos responder con una gran cantidad de preguntas:

"¿Es la mente la que está recitando?"

"¿Quién es la mente?"

"Si la mente soy yo, entonces es la boca la que recitando el nombre del Buda,
y no yo?"

"Si la boca soy yo, entonces es el cuerpo el que se inclina ante el Buda, y no
yo?"

"Si el cuerpo soy yo, ¿los ojos que rinden homenaje a la estatua del Buda no
soy yo?"

La realización completa se logrará si uno persigue tal investigación.

D. Darse cuenta del Chan a través de la experiencia personal

Para practicar Chan, uno tiene que comenzar con dudar, contemplar y
cuestionar. Sin embargo, la etapa final y más importante es la experiencia
personal del Chan. Chan no es algo que se exprese con palabras ni se
contemple con nuestro corazón y nuestra mente. De hecho, debemos
dejar de lado todos esto para experimentar el Chan. La realización es un
estado mental que no se puede describir con palabras. El Chan solo puede
ser experimentado por aquellos que lo han alcanzado.

¿Alguna vez has escuchado el rumor de un arroyo? ¡Ese es el sonido del


Chan! ¿Alguna vez has mirado las hojas verdes de un sauce? ¡Ese es el
color del Chan! ¿Alguna vez has visto el corazón de una flor de loto? ¡Esa
es la mente del Chan!

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