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Sistema Neuroendocrino
La Psicoendocrinología es la disciplina de la
Psicobiología que tiene como objetivo conocer los mecanismos por los que las hormonas afectan a
la conducta y los procesos psicológicos, y cómo éstos a su vez pueden influir en la liberación y
funcionamiento de las hormonas.
Las hormonas son moléculas orgánicas producidas y liberadas fundamentalmente por las
glándulas endocrinas. Las glándulas endocrinas liberan las hormonas en sangre y a través de la
circulación sanguínea se difunden hacia otras zonas del cuerpo donde actúan sobre determinados
órganos o tejidos diana. Sus efectos se producen únicamente en aquellas células (denominadas
células blanco) que disponen de receptores a los que las hormonas se unen de forma específica
para realizar su función.
1. hormonas esteroides
2. hormonas peptídicas, y
3. hormonas monoamínicas
Glándulas endocrinas
Son los órganos cuya función principal es la liberación de hormonas en la circulación sanguínea
para actuar sobre células y órganos situados en otra parte del organismo. Están repartidas por
todo el cuerpo.
El hipotálamo ejerce la coordinación de muchos tejidos que segregan hormonas. Las hormonas
que produce llegan a la hipófisis, que es una estructura que consta de dos partes: el lóbulo
posterior o neurohipófisis, que almacena y libera a la circulación general dos hormonas
sintetizadas en el hipotálamo, y el lóbulo anterior o adenohipófisis, que segrega numerosas
hormonas que tienen como diana otras glándulas endocrinas u otros tejidos del organismo.
La adenohipófisis libera cuatro hormonas trópicas, esto es, hormonas que tienen como diana otra
glándula sobre la que actúan para regular su producción hormonal. Es el caso de la hormona
estimulante del tiroides (TSH), la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) y las gonadotropinas, que
incluyen la hormona foliculoestimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH). Además de estas
hormonas trópicas, la adenohipófisis segrega la hormona del crecimiento (GH) y la prolactina.
La hormona del crecimiento (GH), llamada también somatotropina, estimula el crecimiento del
cuerpo mediante la producción hepática de diferentes sustancias, las somatomedinas, que regulan
el crecimiento de los huesos.
La secreción de GH está regulada por dos hormonas hipotalámicas, una que facilita su liberación,
la hormona liberadora de hormona del crecimiento (GHRH), y otra que la inhibe, la hormona
inhibidora de hormona del crecimiento o somatostatina.
Las hormonas gonadales, andrógenos y los estrógenos, son esteroides sintetizados en los
órganos reproductores. Los testículos tienen dos funciones principales: la espermatogénesis y la
producción de andrógenos, siendo la testosterona uno de los principales.
Los andrógenos son los responsables de la inducción del fenotipo masculino durante la
embriogénesis. En estas primeras etapas de la vida no solo masculinizan los genitales, sino
también organizan los circuitos del SN que generan los patrones conductuales típicos del macho.
Los androgenos inducen los cambios anatómicos y funcionales que se producen en la pubertad y
regulan en adultos la función reproductora masculina.
Los ovarios también tienen dos funciones distintas pero relacionadas, la producción de gametos y
la síntesis de hormonas esteroides. Las hormonas ováricas son los estrógenos, principalmente el
estradiol, y la progesterona.
La cantidad relativa de cada una de las hormonas ováricas varía a lo largo del ciclo menstrual y
durante la gestación. En la primera fase del ciclo menstrual (fase folicular), la secreción de
gonadotropinas promueve el crecimiento del folículo ovárico y la liberación de estrógenos. La
elevada secreción de estrogenos dispara la secreción de la LH, la cual produce la rotura del
folículo y la ovulación. Después de la ovulación, el folículo se convierte por acción de la LH en
cuerpo lúteo (fase luteínica). El cuerpo lúteo libera gran cantidad de progesterona, hormona que
tiene una función favorecedora de la gestación. Los estrógenos también intervienen en el
desarrollo temprano del fenotipo femenino.
La variación cíclica en el nivel de estrógenos que se produce durante los ciclos menstruales
continúa con una disminución progresiva hacia el final de la vida reproductora, no existiendo
apenas secreción después de la menopausia.
Los estrógenos también actúan sobre estructuras del SN donde intervienen en su organización
específica según el sexo y afectan a su actividad neural.
La región interna de las glándulas adrenales, la médula adrenal, libera adrenalina y noradrenalina.
Estas hormonas afectan a la mayoría de los tejidos e influyen en muchas funciones. La finalidad
de sus efectos es preparar nuestro organismo para un esfuerzo importante.
La médula adrenal está inervada por el SN simpático y es en respuesta a estas señales cuando
libera sus hormonas a la circulación general.
La médula adrenal y el SN simpático forman una unidad fisiológica y funcional conocida como
sistema simpaticoadrenal que se halla bajo el control del SNC.
La adrenalina y la noradrenalina, junto con los glucocorticoides, son las hormonas que se liberan
en situaciones de estrés. Los rápidos efectos que las catecolaminas producen preparan al
organismo para el aumento de actividad requerido ante una situación de tensión.
La insulina y el glucagón ejercen acciones recíprocas que contribuyen a que el nivel de glucosa en
sangre sea el adecuado para un correcto funcionamiento del cerebro y de los demás órganos de
nuestro cuerpo.
La insulina se libera como consecuencia de una elevación de los niveles de azúcar en sangre y su
función consiste en estimular la captación de glucosa por los tejidos y transformar el exceso tanto
en glucógeno, en el hígado y en el
músculo, como en grasa.
La glándula pineal interviene en el control de los ritmos biológicos. La melatonina parece estar
implicada en la regulación de los ciclos circadianos y en el inicio del sueño.
Interacciones entre el
sistema neuroendocrino y la
conducta
Los humanos, como muchas otras especies,
muestran diferencias en función del sexo en
cuanto a sus características fisiológicas y al
tamaño y a la forma de su cuerpo. Estas
diferencias también se manifiestan a nivel
conductual, por lo que se ha planteado que las
hormonas sexuales pueden desempeñar un
importante papel en la regulación de diferentes
aspectos de la conducta.
En lo que se refiere a la conducta sexual, los estudios realizados con animales han puesto de
manifiesto que, con una adecuada manipulación hormonal en fases tempranas del desarrollo, los
machos pueden expresar conductas normalmente manifestadas por las hembras y, viceversa.
En otros tipos de conductas, como las agresivas, también se ha comprobado el papel regulador de
las hormonas.
Algunos estudios han puesto de manifiesto la relación entre las hormonas y el estado de ánimo.
Así mismo, numerosos estudios han puesto de manifiesto el papel regulador que las hormonas
ejercen sobre los procesos de aprendizaje y memoria.