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VERSION APÓCRIFA

(De Oscar Wilde, a la memoria


de Dulce María Loynaz)

Me sorprende el rosal
con su primera rosa
(la veo desde el cuarto
abierto a la mañana).

luis marré
No me alcanza el olor
y sin embargo siento
que me punza una espina
ignorada mas cierta.
¿Es mi sangre quien da
su color a la rosa?

A PONTY (1)

A Eva Dobos
y Andras Simor

“¿De dónde vienen estos caballeros


tan gentiles? —pregunta la gitana.
La sopa humea y huele a hierbas finas.
La cuchara vacila entre sus dedos.
Ella sólo conoce las caminos
de la Puszta: venimos de otro mundo.
“El Danubio no pasa por La Habana,
por eso estáis sentados a mi mesa””
—advierte o recrimina, no sabemos.
“Ya la sopa de carpa no me sabe;
pero nada me sabe, ni con páprika.
Tampoco tengo gusto por la vida:
gitano solo es nadie” —dice y deja
a un lado la cuchara. “Para otros
aderezada estoy, como la carpa
en el gulyas: la páprika picante
y roja qué le importa. ¡Qué me importa
el nudo de caminos de la Puszta!
Mi gente dice que el Danubio lleva
LUIS MARRÉ (La Habana, 1929). Poeta, a todas partes: si yo fuera carpa,
narrador, periodista. Ha publicado siete
poema de

títulos de poesía y una noveleta. Algunos


iría al mar en busca de la muerte.
poemas suyos han sido vertidos al El Danubio no pasa por La Habana,
inglés, francés, ruso, sueco, finés, polaco por eso estáis sentados a mi mesa.”
y otros idiomas, y aparecido en revistas
de todo el ámbito hispánico.

(1) A ponty: la carpa, en húngaro

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EL RETIRO

A Miguel Barnet

Los reyes de Castilla tienen la nariz rota


A los pies de Don Pedro posan turistas yanquis
y un gusano mendiga tocando la trompeta
El gusano está ciego y en su sombrero cae
luis marré
de vez en cuando una peseta con el rostro
del nuevo rey de España
Toca un bolero ¿Sueña
con La Habana qué lejos o con Toti Lavernia
que cantaba tan bien ese mismo bolero?
No me vayas a engañar
di la verdad di lo justo
¿El sol de primavera te calienta los huesos
cansados? No me vayas a engañar argumentos
te sobran todos falsos
Di la verdad mulato
Darías cualquier cosa
tu trompeta abollada
o el sol de primavera que tanto bien te hace
por oír que alguien dice con acento de Cuba
“Qué bien cantaba Toti Lavernia ese bolero”.

Madrid, junio, 1981

PROPÓSITOS DEL ASNO DE ORO

Voy a decir que no


no tiro más del carro

Voy a lanzar la albarda


no llevo más al amo

Voy a dar un rebuzno


porque ya no me callo

Voy a sacar la verga


cuando pasen las hijas
poema de

de Claudio
y luego me daré
de rosas un hartazgo

¡Fuera la piel de asno!

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ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR (La QUÉ SON LAS ISLAS

roberto fernández retamar


Habana, 1930) es uno de los principales
poetas de la poesía coloquialista de Cu-
ba, con una amplia obra poética y ensa- Esto tienen de bueno los poetas
yística publicada. Su más reciente libro es
Aquí (Venezuela, 1995) Premio Interna- Que han dicho lo que uno quería decir
cional de Poesía Pérez Bonalde. Premio ¿De qué otra manera comunicarle lo que sintió
Nacional de Literatura de 1989 en Cuba.
Al ver desde el aire los islotes verdes
desparramados por el mar
Y cuando ya en el barco contempló a lo lejos el
borde agreste de la isla
Sino como ya lo escribió la poeta:
¿Qué son las Islas si no estás tú?
Eso es lo que grito al aire luminoso de la tarde
Y lo que musitó después en la atormentada noche
Añadiendo un nombre que en la cabina sonaba extraño
Como una flor de otro planeta
¿Y podrá creer que la playa maravillosa
con su cadera de oro mordida por una ávido mar
Y la planicie del centro echada como un manto
No han podido ser gran cosa no estando ella
Que ha dejado despoblada y silenciosa
Esa ciudad ojo de la violencia que ella hechiza
Marcando los lugares de encuentros y despedidas
con una nostalgia como una cicatriz?

ESTE ES UNA DÍA FELIZ

Este es un día feliz un día salvado


Un día de campana un día de sol
Porque siento que entre las tinieblas
Está llegando un poema Quizás sea amargo
Quizás sea doloroso Quizás me nuble los ojos
Pero es un poema y siento que está llegando
Que está abriendo sus alas. Este es un día feliz.
poema de

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DUERME SUEÑA HAZ

roberto fernández retamar


Duerme bajo los Angeles, sueña bajo los Santos
Rubén Dario

Echan abajo los muros que nunca debieron existir


Y levantan o refuerzan otros que no deben existir tampoco
Y un día serán a su vez abajados con estruendo
Avanzan tanques en la sombra
Derriban estatuas de gallardos combatientes
Cuyas imágenes verdaderas fueron erigidas para siempre en
/ el alma
Desaparecen o aparecen o se desgarran países
Y otros son invadidos mutilados
Y hay lugares donde se celebra con fiestas de colores el
/ crimen
Que denuncia una vocecita de niña sola entre altos cristales
Cambien de rumbo armas que ahora sólo apuntan al Sur

Y tú
Principe campeón pirata capitán copo de plumas
Robin por ahora de bosques de linos
Tigre rojo
En quien tras muchas décadas han reaparecido enlazados
Los nombres de los hijos mayores
De quienes se alegrarían tanto de saberlo
Sin no fueran ya polvo en el polvo sombra en la sombra

Deseado en las largas noches de Africa
Concebido en Cuba por amor para el amor
Sin saber que en tus hombros hoy de rosa
Debes sostener las constelaciones de fuego y la historia
Más rigurosa más implacable que las constelaciones
Estás cumpliendo tus primeros dos meses de haber venido
A este extraño planeta a esta increíble casa en llamas
Y como naciste águila y no serpiente de cascabel
Potro libre en la llanura y no borrego
Te toca rehacerla y engrandecerla
Palmo a palmo
Trino a trino
Flor a flor

Perdónalos
poema de

Perdónanos
Perdóname
Phocás

Playa de Jibacoa La Habana 28 de agosto de 1991

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MANUEL DÍAZ MARTÍNEZ, (Santa
Clara, 1936). Vivió siempre en La
Habana —con intervalos de un año
en Paris, República Popular de Bul-
garia en la que ejerció como diplomá-
tico—, hasta febrero de 1992, fecha
en que emigra a España por motivos
políticos.

manuel díaz martínez


Ha ejercido el periodismo y la do-
cencia. Durante años desempeñó en
su país labores de investigación en el
Instituto de Literatura y Lingüística de
la Academia de Ciencias y fue Jefe
de Redacción en las publicaciones
Hoy Domingo y La Gaceta de Cuba,
de la Unión de Escritores y Artistas.
En 1995, En las Palmas de G.C. don-
de reside, fundó la revista de Litera-
tura y Arte Espejo de paciencia. Es
miembro correspondiente de la R.A.
Española de la Lengua.
En 1967 obtuvo, por su libro Vivir es
eso, el Premio Nacional de Poesía
“Julián del Casal”, de la U.E.A.C. Su
libro Memorias para el invierno ganó
en 1994 el Premio “Ciudad de las
Palmas de Gran Canaria.

En Noche Insular: Antología de la


poesía cubana (Ed. Lumen, Barce-
lona, 1993), Mihály Dés, en el aparta-
do que dedica a Díaz Martínez, su-
braya que “el característico coloquia-
lismo de muchos de sus contemporá-
neos está en él filtrado por un tono
íntimo y por una contención for-
mal…”. La poesía de Díaz Martínez,
reunida hasta el momento en trece
libros, ha derivado de un intimismo
de matices neorrománticos a un colo-
quialismo entre irónico y sentimental
LES SIGO HABLANDO EN UN MOMENTO
en el que se acentúa la tendencia a
la meditación, que constituye una de Me enamoré de todos los caminos
sus constantes definitorias.
y se me volvieron túneles,
José Lezama Lima dejó escrito que me aventuré por neblinosos puentes
en la poesía de su compatriota y ami-
go “el hueso quevediano se une con que nunca me llevaron al amanecer,
las brisas habaneras”. he caminado a tientas por incontables noches
buscando inútilmente una fuente, una luz,
algo así como una melodía…
He cambiado de cigarros, de sueños,
de sintaxis, de país…
Me aficioné al futuro,
me jugué la esperanza, toda
la esperanza a una profecía
y terminé regresando por mis trajes viejos.
La traición anduvo pisándome la sombra.
poema de

Treinta y cinco años fui casado


y me divorció la Jueza Oscura
en un minuto de ceniza.

Ahora permítanme fumar, beber algo


y les sigo hablando en un momento.

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APRENDIENDO A VIVIR

Así como me ven,

manuel díaz martínez


canoso y reticente,
propenso a la lágrima más inoportuna,
al sollozo en los sitios más inapropiados,
no hago otra cosa que olvidar:
me paso las mañanas olvidando,
las tardes olvidando,
las noches olvidando.

He alcanzado una cierta maestría en el oficio


y tengo acumulada
una satisfactoria cantidad de olvidos.

Dios no me quite el coraje de olvidar,


Dios no permita que lo odie.

OSCURAMENTE YACEN

Sobre la mesa oscuramente yacen.


¿Son rebujos de polvo, chamuscados
fragmentos de cortezas, renegridas
semillas vanas, pétalos marchitos…?
Son lo que son: minúsculos insectos
quemados por la llama de la lámpara.
Vaciados de apetitos y temores,
descansan, que ya es buena recompensa
por toda la penumbra que esquivaron
y por toda la luz que pretendieron.

Allá arriba, en la lámpara, el enjambre


sigue girando en torno de la llama.
poema de

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RAÚL LUIS CASTILLO (1934) Poeta y EL VERDUGO, EL CABALLO, LA SOMBRA
narrador, ha sido un importante editor de
poesía por más de quince años; entre sus
obras más sobresalientes se encuentran Para Abel E. Prieto
El resplandor de la panadería (La Haba-
na, 1982) y El Cazador (1985), este últi-
mo libro premiado por la crítica, es un El arma resplandeciente del verdugo penetra en la nocturnidad del
interesante conjunto novelesco de poe-
mas, testimonios, fichas biográficas de
caballo, en el instante del galope.
autores, que conforman un grupo ficcional

raúl luis castillo Galope y caballo se reflejan en la mirada del verdugo, en la mano segura,
de poetas en una trama tempoespacial-
mente muy bien elaborada. Se encuentra
actualmente apartado de toda actividad en el arma.
social.
La imagen del verdugo centellea en el ojo del caballo, en los cascos
atroces, en la bestialidad de la sombra.

El ojo del caballo devuelve la imagen del verdugo, el arma, la mano


segura.

La sombra es el ritual establecido. El caballo es el símbolo, el mito que el


verdugo no ampara.

Y el verdugo destruye los atributos del ceremonial.

El ceremonial dentro del círculo de la figura octogonal.

La decapitación en el círculo. Los ojos abiertos.

El verdugo acude desde todos los ámbitos. El caballo viene de los


orígenes.

La animalidad y la sombra en la decapitación, en el arma que otra vez


resplandece.

Las cancelaciones del ser en las crines de la bestia en el viento, el aliento


como inicio y totalidad.

La imagen de la sombra sobre la figura en la octogonal del círculo, las


huellas del caballo en el rumor de las cancelaciones.

Y el arma resplandeciente del verdugo penetra en la nocturnidad del


caballo.
poema de

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LA TORMENTA

Incomparable es el viento que entra por la ventana y pone desorden en mi


casa.

¡Abelón! —Llamo a mi hijo.


raúl luis castillo
Incomparable es el viento que agita su cuerpo, que nubla mis ojos y los
cuadros descienden de la pared.

Una tormenta se abate sobre el niño que camina sobre los / escombros:

vidrios, caracoles, hormigas, duermen como esqueletos enterrados ayer.

Por el corredor de las madreselvas centellea una luz y el monarca proyecta


nuevas insurrecciones.

Sólo que es demasiado tarde, puesto que se cumplieron todas las


profecías, y la lluvia no cesa.

Una oscura niebla desdibuja sus manos y sepulta mis ojos en el tiempo
desaparecido.

Hay un cuadro de Van Gogh al que no escapa la memoria

como aquellos paisajes dolorosos de la fundación

que los desastres recordaban.

La época de las reconstrucciones, de las fábulas, de las expediciones y los


grandes hallazgos, esa aventura no volverá sobre la tierra.

Y es incomparable el viento que entra por la ventana y pone desorden en


mi casa.

1969-1979.
poema de

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CESAR LÓPEZ (Santiago de Cuba, AQUÍ HA VIVIDO SIEMPRE, EN ESTA CALLE
1933). Doctor en Medicina, estudió
en La Habana, Salamanca y Madrid.
Fue cónsul de Cuba en Escocia. Ha Para Mario, Mireya, Miguel, primeros sobrinos,
sido profesor de literatura y secreta- y para todos los otros de la tribu que
rio de la UNEAC. Colaboró en la míti-
ca revista Ciclón, dirigida por Virgilio entronizara a la Tía en vida y confianza
Piñera y José Rodríguez Feo. Es y hoy andan dispersos por el mundo, su mundo.
autor del libro de cuentos Circulando
el cuadrado (1963) y de los poema-
rios Silencio en voz de muerte (1963), El viaje más lejano se acerca a la memoria,
Apuntes para un pequeño viaje (1966), la abarca, la asedia, la penetra un tanto;
Primer libro de la ciudad (1967),
Segundo libro de la ciudad (1971), La ¡Ah, Doña Micaela, querida y noble anciana!
césar lópez
busqueda y su signo (1971), Quiebra si acaso se deslizara el tiempo por el tiempo,
de la perfección (1983), Ceremonias y
ceremoniales (1988) y Tercer libro de
perpetuamente joven, como la vez primera
la ciudad, recientemente publicado en cuando buscaba en la ventana apenas entreabierta
España. un signo que anunciara el fin de muchas cosas
de olvido, exilio, muerte.

Así la vimos todos por siempre en esta calle!

Como un lugar alegre que persiste en la historia


y la llena perenne de historietas,
o como la sonrisa de los años
proyectada en los labios gordezuelos
y un poco temblorosos,
más allá del odio y la rencilla
y mucho más allá de algún resentimiento,
hizo usted trazo cierto a la ruta inefable
sobre el suelo, en la brisa,
al aire de su vuelo, en el agua,
edificando un puente,
un puente, un gran puente, tan grande que no se le ve.

¿Por qué no esperó entonces como nos prometiera


—o como la forzábamos a prometer—
unos poquitos años para haber transitado
por tres siglos y haber desbaratado
con su misma presencia mantenida
un mito más y unos lugares obviamente comunes?
Pero no crea que importa demasiado;
una reconvención es sólo prueba
de familiaridad y de elegancia irónica
poema inédito de

para ocultar la lágrima y llenar el vacío.


Es bueno que se haga en voz muy queda,
o a gritos, a veces en silencio.
Es bueno, es bueno, es bueno o es mejor
como es mejor el verso aquel que no podemos recordar…

César López
La Habana-Madrid. Verano/Otoño 1992

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VARIACIONES COTIDIANAS SOBRE
UN TEMA DEL TIEMPO

ELLA SABE QUE el patio de su casa


es particular y si llueve
se moja como los demás:
la pregunta obligada sería entonces
indagar en qué consiste esa supuesta
particularidad del patio…
Si no lloviera, si no se mojara,
césar lópez

si no fuera precisamente como los demás…


Pero resulta que sí. Sucede, acontece, ocurre.
Olvida al punto, muy interesada, tantas disquisiciones.
Abre la puerta trasera, sale al patio y riega la albahaca.

¡Tantas cosas conoce! Por encargo, por citas repetidas


y hasta por la carencia de algunos elementos matutinos
—a saber, frutas frescas, mantequilla, leche,
café, una viola, pero una sola, y su consabida
muchacha que la toque con amapola—,
la invocación del agua,
perturba un poco, si no su espíritu,
su paso algo ya titubeante.

Señorita que riega la albahaca


cuántas hojitas tiene la mata.
No es una voz que surge solamente,
es el pasado que se aleja y tiembla,
que busca o halla su rincón
y despeina la brisa en la mañana
no son años contados ni cantados,
perseverancia o señalado nombre. Escucha.

Tal parece que pasan de ciento,


como las plumas de su sombrero.
El ruido de las calles viene
de lejos hasta su mismo patio, las gotitas
de agua extraviadas titilan
burlando en verde el azul de los astros nerudianos.
Deja pasar, romanza y dúo,
a una voz ya rajada y solitaria. Su pelo
escaso y blanco, el batón raído,
se mueven tercos en el viento fuerte,
poema de

casi desaparecen con himnos apagados;


sin embargo sonríe,
se acerca a un floripondio amarillento
que revela recuerdos provincianos, esperanzas.

24
césar lópez

Lo toma; sin olor o perfume lo acaricia.


Dice, quiere decir buscando algún espejo.
Tararea en su perpetua y renovada soledad.
Duda si se confunde o salta las palabras
de un discurso claramente distinto y deformado.
Va balbuceando varias variaciones.

No importa, el mar no está tan lejos


y quizás sea
particular en aguas como su mismo patio.
poema de

Señora del fracaso y de la espera;


resistencia triunfante, paradoja viviente.
Desentona en el canto, pero insiste.

Una flor es el comienzo


de un capítulo de amor.

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