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INSTITUTO TECNOLÓGICO

SUPERIOR DE SINALOA A.C.

LIC. CRIMINALÍSTICA-
SABATINO

TRAUMATOLOGÍA FORENSE

FRAIRE VALLES SAMUEL

MARTÍNEZ VIZCARRA
YÁSKARA DE JESÚS
TRAUMAS POR HELADURAS Y
ELECTRICIDAD

Trauma Eléctrico

El trauma eléctrico puede ocurrir por contacto con un cable eléctricamente activo o
con un rayo, clasificándose el mismo en lesiones por bajo voltaje para aquellas de
menos de 1000V y lesiones por alto voltaje para aquellas de más de 1000V.
Posee una incidencia poco despreciable siendo una causa frecuente de lesión por
un fenómeno natural. Diferentes factores entre ellos el tipo de corriente, la
resistencia de los tejidos, la duración del contacto, el voltaje, y los factores
ambientales definen la gravedad y extensión de las lesiones que produce. Los
tejidos afectados con mayor frecuencia son los nervios, vasos, hueso, músculo y
piel siendo prevalentes las quemaduras, arritmias, parestesias y otros daños a los
sistemas nervioso y cardiovascular. A pesar de tener una mortalidad baja, la lesión
difusa causada por el trauma eléctrico deriva en una importante cantidad de
secuelas a corto y largo plazo que se presenta en un alto porcentaje de los
sobrevivientes y que, debido a su sintomatología inespecífica podría resultar difícil
de identificar y diagnosticar.

LESIONES EXTERNAS E INTERNA


PORDUCIDA POR UN RAYO

LESION por
electrocución

Trauma por heladuras

Las lesiones por congelación aparecen cuando los tejidos se congelan por
exposición al aire, líquidos o metales extremadamente fríos. Tras una sensación
inicial de dolor o quemazón, la zona afectada se torna insensible, y adopta una
coloración pálida-cérea que persistirá hasta ser calentada de nuevo. La gravedad
y la extensión del daño producido no será evidente hasta después de recalentar la
zona.
Las lesiones por congelación se dividen en cuatro categorías, de forma similar a
las quemaduras térmicas. Las lesiones de primer grado presentan palidez
o eritema, edema y anestesia, o dolor transitorio, que se resuelve en pocas horas
sin secuelas. Las lesiones de segundo grado se caracterizan por la formación de
ampollas de contenido claro sobre áreas de eritema y edema intenso. La curación
habitualmente es completa, pero puede persistir una cierta neuropatía periférica
con hipersensibilidad posterior al frío. En las lesiones de tercer grado se observa
la aparición de ampollas hemorrágicas sobre piel seca de aspecto céreo, lo que se
considera un signo de mal pronóstico. Las lesiones de cuarto grado se producen
por la afectación de tejidos blandos en profundidad con necrosis de la piel, los
músculos, los tendones e incluso el hueso, que por su gravedad son
irrecuperables y requieren generalmente su amputación.

LESIONES POR FRIO

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