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Los abonos líquidos orgánicos son potentes biofertilizantes que ayudaran a nuestros cultivos o
cosechas a desarrollarse plenamente. Obteniendo cosechas abundantes, sanas y mucho más nutritivas
que si hubiésemos abonado con fertilizantes químicos.
El abono líquido actúa no solamente como un abono sino también como fumigador foliar, fungicida e
insecticida suave. Tiene las propiedades de las hormonas del crecimiento vegetal y mejora la vida en el
suelo. Además de todos estos efectos, los cultivos tratados con este abono líquido también desarrollan
resistencia a las enfermedades de origen viral.
Se aplica 3 a 4 veces dependiendo del ciclo del cultivo. Para hortalizas de ciclo corto: en el almácigo,
transplante y mayor crecimiento inicial. Para frutales: en el vivero, después del plantío, en periodo de
crecimiento cuando el árbol es joven, cuando el árbol está en producción aplicar después de pasar el
periodo de dormencia o cosecha; pero nunca durante el periodo de floración. Las aplicaciones deben
acompañar el desarrollo del fruto hasta pocas semanas antes de la maduración.
ABONOS DE FRUTAS:
El abono de frutas tiene en su composición química aminoácidos y elementos nutrimentales menores
que son proporcionados por las frutas, la melaza y las hierbas.
Ingredientes y Materiales necesarios. Para la elaboración del abono de frutas se requieren los
siguientes materiales:
Recipiente de plástico (1 unidad) o cerámica de boca ancha (tipo barril) con capacidad para 10
litros.
Tapa de madera que calce dentro del recipiente (prensa).
Piedra de 5 kg o 2 ladrillos grandes (prensa) –
1 unidad 5 kg de frutas variadas (banano, melón, manzana, uva, guayaba, papaya, mango, etc.)
4 litros de melaza o miel de panela.