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LA

RESILIENCI
A
¿Cómo enfrenta la gente los eventos difíciles que
cambian su vida? ¿Cómo reacciona a eventos
traumáticos como la muerte de un ser querido, la
pérdida del trabajo, una enfermedad difícil, un
ataque terrorista y otras situaciones
catastróficas?
Generalmente, las personas logran adaptarse
con el tiempo a las situaciones que cambian
dramáticamente su vida y que aumentan su
estado de tensión. ¿Qué les permite adaptarse?
Es importante haber desarrollado resiliencia, la
capacidad para adaptarse y superar la
adversidad. Ésta se aprende en un proceso que
requiere tiempo y esfuerzo y que compromete a
las personas a tomar una serie de pasos.
Este ensayo tiene el propósito de ayudar a los
lectores a tomar su propio camino hacia la
resiliencia. Provee información sobre la
resiliencia y algunos factores que afectan a la
gente a enfrentar sus problemas. Gran parte de
la información ofrecida se enfoca en el desarrollo
y el uso de una estrategia personal para mejorar
la resiliencia.

En Ecoembes pensamos que  una persona


resiliente o personas resilientes como
aquellas que son capaces de
afrontar situaciones adversas y de, incluso,
salir beneficiado de ellas. Las personas que
encajan en esta descripción tienen mucho
camino avanzado tanto a nivel personal como
profesional. Como Nelson Mandela cuando
decía «yo nunca pierdo; o gano o aprendo», las
personas resilientes muestran que pueden
salir ilesos de momentos difíciles y además
poner en valor el aprendizaje de las malas
experiencias.
Pero ¿cómo saber si uno mismo es
resiliente? ¿qué lo caracteriza? Para este post
hemos recogido 10 habilidades de las
personas que aprendieron a ser resilientes.

Adoptar una actitud positiva

Saber gestionar las emociones es clave para


enfrentarse a cualquier obstáculo que se
interponga en el camino. Tal como sugiere la
teoría ABC de Ellis -en que «A» representa los
hechos, «B» a los pensamientos y «C» a las
emociones- lo que condiciona cómo nos
sentimos (C) no son las cosas que nos pasan
(A), sino nuestra forma de percibirlas (B). Por
tanto, tenemos una alta capacidad para
determinar cómo nos sentimos, sólo
atendiendo a la manera en que entendemos lo
que ocurre.

Ser realista

Actuar como una persona positiva no implica


pasarse de optimista. A veces, hay situaciones
difíciles o situaciones límite que no pueden
contemplarse de una manera naif, pues son
dolorosas, y aceptar la dificultad de esos
momentos puede servir para saber actuar en
consecuencia. Se trata simplemente de
relativizar y tratar de pensar en las soluciones,
y no en los problemas.

Enfoques
Cabe mencionar dos enfoques complementarios al
respecto, ya que es conveniente diferenciar entre el
enfoque de Resiliencia y el Enfoque de Riesgo. Ambos
son consecuencia de la aplicación del método
epidemiológico a los fenómenos sociales. Sin
embargo, se refiere a aspectos diferentes pero
complementarios. Considerarlos en forma conjunta
proporciona una máxima flexibilidad, genera un
enfoque global y fortalece su aplicación en la
promoción de un desarrollo sano.

El Enfoque de Riesgo
Se centra en la enfermedad, en el síntoma y en
aquellas características que se asocian con una elevada
probabilidad de daño biológico o social.
El enfoque de
Resiliencia
Se explica a través de lo que se ha llamado el «Modelo
del Desafío» o de la Resiliencia. El modelo muestra
que las fuerzas negativas, expresadas en términos de
daños o riesgo, no encuentran a una persona inerme en
el cual se producirán, inevitablemente, daños
permanentes. Describe la existencia de verdaderos
escudos protectores que harán que dichas fuerzas no
actúen linealmente atenuando así sus efectos
negativos, y a veces transformándolos en un factor de
superación de la situación difícil. (Munist, Santos, y
col., 1998).

¿ Qué es la Resiliencia?
La Resiliencia es un instrumento clínico que exige un
cuadro de referencia moral. Esto implica que un
individuo debe superar la situación de adversidad
dentro de las normas culturales en las que él se
desenvuelve, es decir que deberá desarrollar alguna
idea de lo que es aconsejable y aceptable.

La Resiliencia se sustenta en la interacción entre la


persona y el entorno, ya que ambos niveles necesitan
crecer juntos; por lo tanto, es importante revisar desde
el punto de vista psicológico, cuál es el rol que juega
la relación con el otro en su desarrollo.

La Resiliencia no debe considerarse como una


capacidad fija, sino que puede variar a través del
tiempo y de las circunstancias. (Suárez Ojeda, 1993).
No debe olvidarse que la vida presenta situaciones
traumáticas como muerte de un familiar, divorcio,
corrupción social, etc.; entonces, cualquier actitud que
se adopte deberá estar nutrida por un contexto
alentador. (Parral, Contreras, 1999).

Si se piensa que la Resiliencia del individuo influye en


el grupo, generando conductas resilientes colectivas,
por qué no considerar que la Resiliencia del grupo
también impacta en el individuo y, por qué no hablar
de grupos resilientes que no necesariamente están
compuestos por individuos resilientes, y que expresan
en sí mismos estas conductas sólo de manera colectiva.

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