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ETNüHISTÜRIA

VISIÓN ALTERNATIVA DEL TIEMPO


COLECCIÓN CIENTÍFICA
SERIE ETNOHISTORIA
ETNüHISTüRIA
VISIÓN ALTERNATIVA DEL TIEMPO

Luis Baljau
Coordinador

INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA


Etnohistoria : visión alternativa del tiempo / coordinador Luis
Barjau. - México: Instituto Nacional de Antropología e Historia,
2006.224 p. : il. ; 26 cm.- (Colección Científica; 49 J.
Serie Etnohistoria)
ISBN: 968-03-0177-X

l. Etnohistoria - Alocuciones, Ensayos, Conferencias.


2. Etnohistoría - México. 1. Barajau Martinez, Luis Humberto,
coord. II Serie.

LC: GN345.2 E86

Primera edición: 2006

O.R. ©Instituto Nacional de Antropología e Historia


Córdoba 45, col. Roma, c.P. 06700, México, O.F.
sub_fomento.cncpbs@inah.gob.mx

ISBN: 968-03-0 177-X

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Impreso y hecho en México.


INDICE

XXV Ani\"l~rsario de la Dirección de Etnohistoria. Inauguración 9


Sl'Ig;o Raúl Auo\'o
P,dabras sobre el congreso XXV años, fundación de elllohistoria 13
L II;S 8f11j(1I/
La etnohistoria en el instituto N.lcional de Antropología e Historia 17
LII;s 8(".](11/
Visión hispana de la etnohistoria. Reflexiones sobre sus enfoC]ues 21
Allla/;a ..I//olill; Lrrríll
Las ..11l/;glÍrdadrs IIIrximllns de fray Andrés de Olmos 29
Rajad TOla
Notas al manuscrito ele la His/0I7a vadadrm ele Bernal Díaz 39
Rl'lIé Anllia
La etnografía ele los ritos mesoamericanos: una perspectiva 49
etnohistórica interdisciplinaria
Jolwnna 810da
,Trompetas de caracol marino en las fuentes escritas 61
de los siglos XVI Y XVlI
LOllrdes Suáll'Z. Diez
Fuentes y arqueología en la identificación de dos estructuras 77
de Tenochtitlan: propuesta de identificación en la obra del
padre Sahagún
Ber/ina Olmedo Vera
Guerra y significado. La batalla de Centla 89
Luis 8mjau
La defensa de Tenochtitlan 101
Eduardo COlOna Sánrhez
Por obra pública y l'Oater¡lli/l. Mano de obra indígena en códices 117
jurídicos del centro de México en el siglo XVI
Pella Va/le
La reproducción de la comunidad tepaneca a través del 133
servicio personal en Coyoacán
Ernrna Pérez.Rocha
La composición del Coyoacán colonial en los padrones borbónicos. 139
Grupos domésticos y sociales
Gilda Cubillo Moreno
Una planta sagrada en las fuentes de los siglos XVIy XVII. 165
El diálogo con los documentos
Dora Sierra Carrillo
Escisión étnica de la memoria histórica en la sierra de Michoacán 173
Carlos Garda M(Jra
Litigio entre un indígena y un minero español por la posesión 183
de una mina (Nueva Galicia, 1730-1731)
Celia Islas Jiménez.
Zacapexco, Atotoni1co y Coíncho: agua, territorio y costumbres 191
Rosa Brambila Paz
Ecatepec como punto de enlace en las rutas comerciales, 201
siglos XVI y XVII
Matia Teresa Sánchez Valdés
¿ Cal/mlli o teccalli? en el señorío chocho-popoloca de Tzapotitlan 207
de las Salinas en los siglos XVI-XVIII
Hildeberto Martinez.
Los mayas y la Real Hacienda en Yucatán, siglos XVI-XVIII 213
St'lgio Quez.ada
Clausura del congreso. "Etnohistoria: visión anternativa clt.., tiempo" 221
Gloria Artís
XXV ANIVERSARIO DE LA DIRECCIÓN DE ETNOHISTORIA.

INAUGURACIÓN

Pensar que esta celebración de los veinticinco yecto intelectual respaldado por la especificidad
años de la Dirección de Etnohistoria es un fes- de sus frutos, tan viable como necesario; la se-
tejo doméstico sería alimentar un equívoco. Es gunda, la urgencia de recapacitar sobre el ser de
todo 10 con trario: estoy convencido de que este esa disciplina, sobre su pertinencia.
primer cuarto de siglo de vida institucional re- En este sentido, creo entender que la etno-
fleja un exitoso proyecto académico que, por historia nacié de una rebelión saludable. un pe-
encima de limitaciones y asuntos presupuesta- queño grupo de maestros y sus discípulos des-
, les, nos ha brindado a historiadores y antropó- arroHaron, hace poco más de tres décadas, un
logos, dentro y fuera del Instituto Nacional de ejercicio crítico contra las estxecheces de una
Antropología e Historia (IN,-',H), materiales rigu- antropología y una historiografía que se nega-
rosos, propuestas críticas, muchas sorpresas y no ban a ver ciertas particularidades de la realidad
pocas satisfacciones. mexicana, entrecruzamientos espaciales y tem-
Quiero aprovechar este momento para expo- porales que recorrían no sólo senderos poco
ner la reflexión de alguien que siempre ha visto transitados, sino experiencias que tendían puen-
la etnohistoria con interés, pero desde la vecin- tes pa¡'a reconocer con énfasis más definido la
dad disJ=iplinaria. Mi opinión será, pues, la de experiencia cultural pasada y entenderla como
un etnólogo, aunque con el privilegio de haber un hilo conductor de la historia.
mirado la antropología y la historia desde mu- Este distanciamiento separaba las sociedades
chos de sus ángulos, y de haber descubierto indias de la complejidad nacional que las enmar-
buena parte de sus aristas. caba. La apuesta fue, entonces, ver desde aden-
Sin duda, mi primera aproximación a la etno- tro los conglomerados sociales indios y sus diná-
historia'comportó una suerte de extrañamiento. micos mecanismos celulares de relación. Tal vez
Sus rasgos me eran imprecisos, pero muy pronto lo más interesante fue la fuga respecto de las
descub¡-í que se trataba de un prejuicio, produc- descripciones impresionistas fijas en tiempo y
to tanto de rigideces epistemológicas y forma- espacio, siempre pautadas por el ojo observador,
tivas como de una lectura superficial de sus típicas de cierta antropología y, paralelamen-
propuestas. te, un alejamiento de los métodos ortodoxos de
Tener en las manos las publicaciones de los una historiografía que privilegiaba el vocabula-
etnohistoriadores y conocer de cerca sus pro- rio de los grupos en el poder y las razones de Es-
yectos a futuro originaron, de entrada, dos con- tado en sus interpretaciones sobre los sistemas
clusiones: la primera, que se trataba de un pro- pretéritos.

9
SERCIO R;.ül. ARROYO

Asombrosamente, lo que se lograba eran pai- pales y evidentes -la historia y la etnología-
sajes con ritmos cronológicos mensurables des- sin abandonar sus principios propios, singulares.
de un horizonte histórico propio, susceptible de No veo en ello una deficiencia, sino una vir-
ser analizado en sus documentos, producciones tud, ya que la tensión metodológica y la discu-
y símbolos, en sus maneras de apropiarse del sión teórica se han reflejado en los distintos en-
mundo y, sobre todo, en su difícil relación con foques con que se realizan las investigaciones.
los grupos en el poder que los dominaban sin De hecho, creo que son ejemplares: la pluralidad
integrarlos. Esa rebelión disciplinar devino en- de perspectivas es, indudablemente, una riqueza
tonces en importantes descubrimientos para la que debe preservarse y promoverse en cualquier
antropología y la historia. Uno de sus resultados proyecto intelectual.
fue ofrecernos otras perspectivas de la realidad, La etnohistoria es hija de la revuelta que las
mediante eficaces explicaciones sobre continui- disciplinas humanistas vivieron a lo largo del si-
dades, adaptaciones y rupturas de las sociedades glo XX en contra de la ominosa pretensión de
y grupos indios en el contexto mayor de un vi- verdad única, basando su propuesta en la obser-
rreinato y una nación construidas a contrapelo vación cada vez más especializada de los fenó-
de ellas. menos sociales. Si bien por medio de la catego-
Por lo anterior, estos veinticinco años de la ría de tolerancia se aceptaba la existencia de
Dirección de Etnohistoria resultan una marca diferentes discursos, la figura del Otro -el Otro
intelectual ya imposible de hacer a un lado. El indio, el Otro negro- se encontraba subordi-
carácter de la "historia de la etnohistoria" en el nada a los ejes narrativos que dotaban de certe-
INAH fue, desde siempre, el de un gran proyecto za monolítica a nuestra matriz civilizatoria.
dirigido no sólo a la acumulación de saber cier- La etnohistoria es hayal mismo tie{;-¡po obje-
tamente erudito, sino también al desarrollo de to y agente de una transformación radical de
un conocimiento susceptible de aplicarse a la nuestra perspectiva intelectual, y esto es así por
realidad histórica indígena. dos razones. En primer lugar, por la posición
Su signo ha sido el de la vocación humanista privilegiada de su objeto de estudio: la interre~
que suma la curiosidad por el pasado integral lación de las culturas por obra de los grandes
de sociedades indias a la convicción de su utilidad desplazamientos de grupos lejanos hacia deter-
social presente como conocimiento vivo, como minados pueblos y latitudes, que propició la bús-
realidad orgánica. De ello da fe el trabajo cons- queda de vocabularios específicos para explicar
tante, y sobre todo coherente, tanto de los fun- esa articulación.
dadores de la disciplina como de quienes a lo lar- En segundo lugar, porque la última gran in-
go de los años han dado cuerpo y sentido a esta ten'elación civilizatoria fue, sin duda, el encuen-
Dirección y ofrecido persistentemente a la co- tro de Occidente con las civilizaciones indias
munidad académica su trabajo. -mesoamericanas y norteñas-, lo que favore-
En los etnohistoriadores encontramos las se- ció que el desarrollo de la etnohistoria tuviera
millas de una especialidad que, como muchas especial interés en México.
otras al momento de nacer, enfrentó problemas Sin embargo, más allá de este proceso inmer-
prácticos, teóricos y metodológicos, mismos que so en peculiaridades históricas propias de nues-
aún no están del todo saldados. Uno de ellos, sin tro país, la etnohistoria' traza una ruta y consti-
duda, es el de la explicación misma de su perfil. tuye una apuesta que en sí mismas movilizan la
El verdadero reto de la etnohistoria, sin embargo, idea general de la antropología.
se dio ya en su configuración disciplinaria, en las A partir de esos atributos se crearon fuentes
exigencias de erudición de quienes la practican, particulares sólo posibles de consultar y leer me-
que la obligan a mantener prudente y signifi- diante los instrumentos que da la especialización.
cativa distancia respecto de sus orígenes princi- Así lo supieron ver los fundadores de la disciplina.

la
XXV ANIVERSARIO DE lA DIRf:CClÓN m: ETNOHISTORIA

Hagamos aquí en su honor un ejercicio de me- aparecida maestra Barbro Dahlgren, primera di-
moria, tracemos una pequeña genealogía. rectora del Departamento a partir de su consti-
Los nombres de Wigberto jiménez Moreno y tución formal, el 1" de julio de 1977. Son memo-
de Carlos Martínez Marín están en la raíz de la rables las discusiones entre jiménez Moreno y
etnohistoria mexicana. En la década de 1960 dis- la maestra Dahlgren en torno de la génesis del
cutieron con éxito los fundamentos de la espe- proyecto seminal que hoy celebramos. Desde
cialidad en la Escuela Nacional de Antropología entonces, otros proyectos dieron aliento al no-
e Historia (ENAH). Para entonces, ambos estu- vedoso equipo institucional, como el de la et-
diosos gozaban de un bien ganado prestigio en- nohistoria de la Mixteca y el de Occidente, y
tre sus colegas, tanto por la fuerza de sus cono- los de las regiones noreste, noroeste y sureste
cimientos y argumentaciones académicas como del país.
por poseer esa rara cualidad de encontrar las re- No hemos olvidado el proyecto original de la
laciones entre las distintas realidades históricas etnohisLOria del Valle de México, ni el estudio
y plantear proyectos de interpretación general. de sus procesos de cambio. Uno de sus primerós
El maestro jiménez Moreno había dirigido el logros cristalizaría en 1978, al en lazar el Depar-
Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapul- tamento de Etnohistoria con el gran proyecto del
tepec, y fundado la actual Dirección de Estudios Templo Mayor, que culminó con la publicación
Históricos del INAH. El profesor Martínez Marín del entrañable libro Comzón de Cópil que, por
había sido miembro Fundador del Instituto de cierto, pronto será reeditado.
Investigaciones Históricas de la Universidad Na- A raíz de lo anterior, numerosas e importan-
cional Autónoma de México, y sus trabajos alen- tes obras se han publicado durante las gestiones
taban los estudios del pasado indio virreinal. de la maestra Emma Pérez-Rocha,jesús Monjarás
Ambos eran aFamados eruditos y muy que- y Luis Ba¡jau. No es mi intención hacer un re-
ridos proFesores. Tanto el entusiasmo que impri- cuento de todos los logros, pero no puedo sos-
mieron en sus debates como su deFensa de la layar trabajos como la Hist017a general de la AntTo-
singularidad de la etnología histórica, fueron pologia en México, la edición de las obras de Robert
sin duda las claves del éxito que se desdoblaría Barlow y Paul Kirchhoff, o la edición erudita de
en una propuesta institucional. Son principal- diversos códices y fuentes para la historia indíge-
mente ellos dos a quienes con justicia podemos na, como el códice Kingsborough, que se exhi-
reconoce¡- como pilares; sus filiaciones, que hoy bió en Londres en la muestra Aztecas; el de Tlate-
se cuentan por decenas, poblaron de investiga- lolco, la Ordenanza del Señor Cuauhtémoc; o los
dores e investigaciones el INAH y el Centro de papeles de fray Francisco de Burgoa y los escri-
Investigaciones Superiores del INAH (CISINAH), tos completos de Chimalpahin en náhuatl y su
hoy CIESAS, por mencionar tan sólo dos insti- traducción al castellano. Tampoco pueden pa-
tuciones. sarse POl- alto los trabajos de índole interpretati-
Don Carlos Martínez Marín proporcionó los va sobre la religión de los mexicas y los miLOs
cimientos teórico-metodológicos e informativos cosmogónicos del México indígena.
que definieron vocaciones desde la ENAH en los La etnohistoria en México es ya una actividad
años sesenta, y que consolidaron la licenciatura académica de intensa vOClción sociocl!ltural pro-
en etnohistoria en 1977. Don Wigberto jiménez pia, abocada a la reflexión sobre ese mundo fas-
Moreno desdobló su viejo proyecto de estudio cinante que se configuró tanto en Mesoamérica
sobre la Cuenca de México, en un primer inten- y el norte prehispánico como al contacto con es-
to fundacional del Departamento de EtnohisLO- pañoles desde el siglo XVI; universo que duran-
ria en 1976. te el virreinato sumaría a africanos y asiáticos, 10
Un tercer nombre se agrega a la lista primi- mismo que en su no menos dramático ser histó-
genia: el de la muy querida y recientemente des- rico decimonónico y del siglo XX.

II
SERCIO R~(TI. ARROYO

Éstos son tan sólo algunos nombres y hechos Desaprender, reconstruir, enseñar, difundir:
que han enaltecido los primeros veinticinco años éstas son algunas de nuestras tradiciones en el
de la "historia de la etnohistoria" en el INAH. INAH, cuyos signos marcaron los desafíos que en-
Faltarían muchos por nombrar, pero su vocación frentarán nuestras disciplinas en los Ú10S por
y entrega tiene dignos representantes que no venir, más allá de las limitaciones y problemas de
permitirán su olvido. índole presupuestal. Entre los más sentidos efec-
Con motivo del aniversario que marca el tos de la labor de la etnohistoria ha estado el de
cuarto de siglo de su existencia, quiero evocar sacudir la inercia y a veces la arrogancia discipli-
el espíritu de transformación que vivieron la naria que fragmentan nuestra idea de la experien-
filosofía y las disciplinas humanistas de las cuales cia humana, y entre sus mayores virtudes está la de
somos todos herederos, y del que la etnohisto- reconocer los infinitos pliegues que definen nues-
ria es tal vez su más destacado resultado. Uno de tra visión de las cosas, en especial, los innulllera-
los grandes representantes de este cambio radi- bles vasos cOlllunicantes del mundo mexicano.
cal fue Gastan Bachelard, cuyas palabras me Queridos colegas de la Dirección de Etnohis-
parece que prefiguran la renexión para que la toria; maestro Baljau, a cada uno de los investi-
etnohistoria constituya una visión alternativa gadores que dan \'ida a la Dirección de Etnohisto-
de la historia. Bachelard dijo alguna vez, a pro- ria les expreso, en nombre de la comunidad del
pósito de su cruzada contra Jos obstáculos epis- Instituto, nuestro más sincero reconocimiento y
temológicos: el deseo de que su desarrollo profesional siga
agregando para el 1:'\,-\1-1 y para el país, nue\'as
Se confunde casi siempre la acción decisiva de preguntas al mapa nebuloso de la hist)lria, y a la
la razón con el recurso monótono a las certi-
antropología, a veces ensimismada y aislada.
dumbres de la memoria. Lo que se sabe bien, lo
Por su trabajo. por los resultados obtenidos a
que se ha experimentado muchas \'eces [...] da
una impresión de coherencia objetiva y racional. lo largo de todos estos años, muchas felicidades
El racionalismo toma entonces un gustito esco- y gracias a tocios ustedes.
lar [... 1 es acogedor como una tradición [... 1 ¡Y
sin embargo, para pensar, en primer lugar habría Etnólogo Sn¡;;io Raúl .-\1'10.1'0
tantas cosas que desaprender! México, D. F., 2003

12
PALABRAS SOBRE EL CONGRESO XXV AÑOS,

FUNDACIÓN DE ETNOHISTORIA

L 11 is Brllja U 'l,

A la inauguración del congreso acudieron los La etnohistoria es historia y algo m:¡s en el


conductores del Instituto l\'acional de Antropo- contexto del contacto de Occidente con Meso-
logía e Historia (''',-\11), el etnólogo Sergio Raúl américa, en el cual los historiadores tratan de
Arroyo, director general; el doctor Moisés Rosas, narrar el pasado de sociedades que originalmen-
secrelario técnico v Gloria Artís, coordinadora te no registraron sus periIJecias mediante la es-
nacional de antroIJología, ademús de los im'esti- critura alfabética.
gadores del ~írea. a quienes se les dio un recono- Los etnólogos fueron tradicionalmente espe-
cimiento IJor los \'einticinco atlOS de fundación cialistas en sociedades preliterarias. De tal modo
de la investigación etnohistórica en México. Este que en América extendieron el camIJo de la his-
e\'ento fue dedicado a la doctora Barbro Dahl- toria, \'aliéndose de sus IJropios métodos, IJara
gren, IJor que fue la IJrimera directora del enton- IJoder considerar el IJasado de sociedades del
ces DeIJartamento de Etnohistoria del Instituto. que ya tenían comprensión IJor medio de la
Asimismo se invitó al IJrofesor Carlos Martí- etnografía.
nez Marín, fundador e impulsor de los estudios La etnohistoria fue al mismo tiempo exten-
de etnohistoria en la Escuela :\'acional de Antro- sión del camIJo de la antroIJología, para que la
IJología/e Historia (Et\.\H), quien no IJudo asis- historia IJudiera inelagar más allá de sus fronte-
tir, IJero los IJrofesores externos René Acuña, ras. El prurito formal de la historia, que ha sen'i-
Johanna Broda, Hildebeno Martínez y Sergio do ambiguamente IJara IJresumir una definición
Quezada, aceIJtaron gentilmente IJaniciIJar como de su campo de estudio referido a sociedades con
IJonentes. A lo largo del evento se escucharon escritura, nació porque la misma historia cobró
los trabajos de los diversos temas de la eSIJecia- su factura en la propia sociedad que la creara:
lidad, tantos como para reconocer en su con- Grecia. Así, la historia fue un ejercicio sobre todo
junto una muestra significativa de la investiga- de la IJroIJia memoria: Heródoto narraba el pa-
ción etnohistórica que se realiza en México. sado de su IJropia cultura.
La definición de esta eSIJecialidad desIJertó El caso tardío del encuentro de Occidente con
una polémica que aún hoy está abierta, v reIJre- Mesoamérica, creó una problemática distinta a
sentó un reto IJara la investigación antrolJológi- la de la tradición narrativa de la historia griega
ca, el quehacer de los historiadores v la creativi- u occidental.
dad de otros académicos. En la Mesoamérica del siglo X\1 nació el fe-
nómeno de una sociedad cuyo IJasado no fue
* Dirección de Elnohisloria. INAH. narrado con escritura alfabética IJor sus prolJios

13
LUIS BAR/AU

artífices, sino por los españoles; al mismo tiem- Se propugnaba también por descubrir la vi-
po que la lengua náhuatl y otras se fijaban con sión propia del mundo indígena; para intentar
caracteres latinos que permitieron escribir de "corregir la versión, natural y humanamente et-
ese modo por primera vez. El pasado indígena nocentrista, de los españoles", como obse¡'vó un
fue contado por extraños que habían escuchado etnohistoriador peninsular.
narraciones orales en náhuatl, y refirieron así, por En la década de 1960, Richard Adams obser-
primera vez, una historia de pueblos sin escri- vaba que en Estados Unidos las opiniones sobre
tura alfabética, contada con el alfabeto caste- el significado de la etnohistoria se dividía en dos
llano. Al mismo tiempo, indígenas nobles estu- cuestiones fundamentales: una, que la etnohis-
diosos del latín y del castellano, crearon por toria era una historia aparte, de los indios; y dos,
primera vez también, textos de su propia histo- que se distinguía por el uso de materiales docu-
ria en lenguas extranjeras. No podemos olvidar mentales sobre indios y otros pueblos.2
que la historia indígena fue narrada con ante- Charles Hudson observó que el término sig-
rioridad también por tradición oral y con el nifica "la aplicación del método histórico a los
registro pictográfico de los códices. tipos de culturas y sociedades que estudian los an-
Un investigador dijo que los etnohistóricos tropólogos sociales en su trabajo de campo".:1
son "estudios antropológicos hechos con base El resultado escrito del contacto de Occiden-
en documentos históricos", "conceptos sobre su te con Mesoamérica ofrece la posibilidad de es-
propia historia que tiene un grupo dado" y "es- tudiar la interdependencia de los elementos del
tudios sobre la formación y desarrollo de un gru- sistema, de los sistemas completos mismos y, ade-
po étnico". más, su interacción con la ecología cuJtural o el
A la larga estos estudios resultaron ser en medio natural.
México "la parte irriportante del crecimiento de Como es una disciplina moderna, cuyo obje-
la antropología en el último medio siglo". El to de estudio se podría sintetizar como el fenó-
etnohistoriador, pues, resultó ser, simultánea- meno de transformación radical de dos sustratos
mente, una suerte de "antropólogo de archivo"¡ civilizatorios distintos, se distingue la situación
y de historiador de la cultura; y aun recurriendo sociocultural de partida de ambos rllbros, así co-
a las mismas fuentes que el historiador, a las mis- mo la resultante de su interacción.
mas áreas geográficas, a la misma población, al No es que para la historia, o para la antropo-
mismo periodo, e incluso, al mismo tema, con- logía, dicho fenómeno hubiera sido completa-
vierte sin embargo, el material histórico en m'a- mente ajeno y no lo alLldieran en SIlSestudios,
terial etnográfico; esto era lo que se decía hace pero para la etnohistoria representó su propósito
algunas décadas. Es decir, estudia los materiales: central y se abordó con un método interdiscipli-
fenómenos tales como los sistemas de parentes- nario, que contempla dos dimensiones de los
co, el ciclo de vida, la teología imbuida en su reli- grupos sociales: la espacial y la temporal. En di-
giosidad, la mitografía, el análisis del discurso y chos propósitos están presentes, como sustrato
la semiótica, entre otros asuntos que el historia- fenoménico, las peripecias de la construcción
dor no suele estudiar, aunque algunos lo hagan. de una nueva entidad sociocultural; en nuestro
En fin, las fronteras disciplinarias pueden ser tan caso, el surgimiento y la evolución de la concre-
imprecisas como los temas que usualmente abor-
da cada una, pero subsiste una exigencia formal ~ Richard Adams, "Elhnohisloric researeh melhods:
para reconocer los campos de las especialidades, sume Lalin American fealures", I:'thllolú'lory, vol. 9.
núm. 2, J 79·205, ,,/md. Alfredo jiménez Nllliez. '"Sobre el
de otro modo no podríamos describirlas. eoneeplO de etnohistoria", Primera Reunión de Anlro.
pólogos Españoles, Universidad de Sevilla. España. 1975.
I Véase Alfredo jiménez Núilez, "El mélOdu etnuhis- p. 9~.
tórico y su contribución a la antropología atnericana", ("11
" Alfredo jiménez, "Folk histor), and elhnohislOry".
Rrvisla f's/Huiola dI' anlm/JOlogia (unnÚ"atla, núnl. 7, }J. 168. I:'thlloh¡<{ory, vol. I~, núms. 1,2, pp. 1)2·71.

14
PAlABRAS SOBRE EL CONGRESO XXV AÑos

ción cultural nueva que es base de la nacionali- En última instancia, creo que la etnohistoria
dad. La etnohistoria sí estudia problemas histó- puede ser definida como la explicación diacró-
ricos, pero descubre problemas antropológicos nica y sincrónica de la cultura del hombre y de
las sociedades, tratando de comprender mejor
como los sistemas de parentesco, la especifici-
su estructura y su desarrollo histórico. [...] Tie-
dad local de la magia y la religión, el sincretismo ne por objeto la reconstrucción histórico-cultu-
cultural y el contenido ideológico del caciquis- ral de los grupos indígenas autóctonos inde-
mo, para citar pocos ejemplos. pendientes, ele los [...] sometidos al poder
El término,junto con su premisa teórica bási- colonial, ele grupos con cultura tradicional y de
ca, se usó por primera vez en la Viena de 1930 grupos modernos marginales y ele sus relacio-
nes con los demás.
por Fritz Róck, en el grupo de los estudios viene-
ses, para la historia cultural africana, que se cons-
tituyó como una reacción directa hacia la Es- Para terminar, la etnohistoria estudia socieda-
cuela vienesa de cultura y etnología histórica. des autóctonas preliterarias, que fueron permea-
En algunas de las definiciones cobró mucha das política y culturalmente y, por 10 tanto, colo-
relevancia dar a conocer la nec~sidad de la ver- nizadas; pero también sociedades europeas en el
sión de los propios actores de ciertas etnias, aun- momento que han interactuado con las prime-
que la opinión de éstos, inmersos en ciertos ri- ras, y a esa interacción, que generó una secuela
tuales, no nos podrían hablar de sus móviles cultural distinta, creadora de una nueva realidad
psicosociales ni antropológicos. sociocultural de importancia universal.
En todo caso, la visión interna del aspecto ri- Como observación autocrítica final, tendría-
tual muchas veces puede servir también para ilus- mos que aceptar que si bien todas las definicio-
trar una historia de las mentalidades, y no siem- nes conocidas propugnan estudiar la interacción
pre para conocer las causas de dichos fenómenos. cultural, la totalidad de los estudios etnohistóri-
En México, el investigador que hizo un re- cos mexicanos ha atendido un solo polo de esa
cuento importante de las definiciones existentes interacción, puesto que no se ha abordado el
de la etnohistoria, a más de haber discutido el otro polo bajo la óptica del estudio de la cultu-
problema y de haber propuesto una definición ra; si se abordara seguro que nuestros resultados
propia de mucha trascendencia, fue el profesor se enriquecerían.
Carlos Martínez Marín,4 quien observó que el na- En este libro se expone un compendio temá-
cionalismo y el indigenismo contaron con la tico de la importante actividad de los etnohisto-
aportación de la etnohistoria y que así se fundó riadores en México y otros ámbitos. Esta mues-
un "presente en la historia de un pasado propio".5 tra enriquecerá la investigación que desde este
La etnohistoria resultó así una herramienta paradigma se realiza en la actualidad.
académica fundamental para un amplio movi- El lector tiene en sus manos una suerte de
miento político que se propuso la descoloniza- antología de textos que da a conocer las investi-
ción. La liberación desde luego no terminó con gaciones de los estudiosos del área de etnohisto-
la firma de la independencia, pues la domina- ria del Instituto Nacional de Antropología e His-
ción subsistió de manera sutil, enlazada en las toria, además de una muestra representativa de
diversas y profundas ramas de la cultura de he- los temas que se están abordando en otras áreas
gemonía que ejerce el bloque occidental en de estudio.
muchas regiones del mundo.
Dice Martínez Marín:

4 Carlos Martine/., "La etnohistoria: un intento de


explicación ", AjJIIll/rl ,1< I'!lIohislUlirl, Escuela Nacional de
Antropología e Historia, México, 1976, época 1, núm. 1.
" Ibirlflll, p. 1 l.

15
LA ETNOHISTORIA EN EL INSTITUTO NACIONAL

DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA

Luis Ba/jau

La antropología, como ciencia, vino a ocupar un como tierra fértil para el enriquecimiento de la
espacio muy particular entre las humanidades: el etnohistoria. Así se especializaron muchos antro-
que observó al hombre actuar dentro de la his- pólogos locales y fue así también que muchos
toria de la cultura. Ninguna otra disciplina se ha- extranjeros acudieron a la Escuela Nacional de
bía propuesto una tarea tan vasta en lo que se Antropología e Historia (ENAH), tomada como
refiere al ser humano y su huella por c1mundo. trinchera para explorar el amplio mosaico de las
Por su propia amplitud la antropología tam- culturas locales en interacción histórica con
bién se vio forzada a especializarse en disciplinas otras, llegadas de afuera.
que pudieran contemplar de manera concreta los En el Instituto Nacional de Antropología e
grandes ítems que se proponía escudriñar. Para Historia (INAH) esta materia ha permitido exa-
estudiar los vestigios materiales del pasado y sus minar, mediante importantes obras creadas por
interrelaciones culturales se apoyó en la arqueo- nuestros investigadores, el acervo bibliográfico
logía. Para observar sociedades preliterarias en más temprano del país, constituido por las obras
un principio improvisó a la etnología, aunque clásicas del siglo XVI. Ha sido también el auxiliar
ésta después ampliara su margen,justificadamen- más importante, aunado a la arqueología, para la
te, al examen general del fenómeno de la cultu- creación de nuevas obras que pasan, también, a
ra. Con la lingüística pudo abarcar el proceso de formar parte de nuestro patrimonio.
la génesis y la estructura de las lenguas, y co~ la Si bien es cierto que en México se estudiaba,
antropología física abordó la evolución del hom- de tiempo atrás, la historia antigua, la etnografía
bre y las improntas dejadas por éste a su paso. antigua o llamada histórica, no fue sino hasta la
La etnohistoria es la más tardía de las discipli- década de 1950 que se empezó a utilizar el térmi-
nas de que echó mano la antropología con objeto no "etnohistoria" como sustituto de aquella ma-
de estudiar una particularidad ulterior del desa- teria que no acertaba a diferenciarse de la histo-
rrollo de las culturas: la interrelación de éstas ria en sí. Y aunque la polémica se dio aquí por
debido a los grandes desplazamientos de grupos influencia de la antropología estadoLÍnidense,
lejanos hacia determinados pueblos. hoy existe mayor certeza para afirmar que fue en
La última gran interrelación de civilizaciones México donde la disciplina encontró su ambien-
fue sin duda el encuentro de Occidente con Me- te natural debido a la riqueza intercultural que
soamérica. Esto favoreció que el desarrollo de la caracteriza toda la historia del país.
etnohistoria tuviera especial interés en México, Sin mayores riesgos puede afirmarse que, por
al punto de haber fungido esta particularidad ese contexto cultural y la actividad académica

17
que lo estudia, la disciplina fue adoptada en nues- históricas. Por eso fue atendida la propuesta ini-
tro país con el sesgo particular que la considera cial del profesor Wigberto Jiménez :vIoreno que
de procedencia etnológica, pero que también la tuvo un primer intento de instauración en 1976,
considera una amalgama de métodos históricos y otro al año siguiente encabezado por la docto-
y perspectivas teóricas de la antropología. Todo ra Dahlgren, con los planteamientos de Jiménez
ello con objeto de estudiar, simultáneamente con Moreno, quien ya había sugerido varios progra-
dimensión temporal y espacial, las muchas cul- mas. A saber: a)etnohistoria del Valle de México,
turas locales y los diversos grupos que observa la con especial atención a los estudios del cambio;
antropología en el gran proceso de la nación. b) etnohistOlia de la Mixteca; c) del centro y nor-
Los años setenta del siglo xx fueron particu- te del país; d) etnohistoria de Occidente; e) del
larmente importantes para la consolidación de la Noroeste; f) del Noreste y, por último; g) del Sur-
etnohistoria: en 1974 se fundó el Centro de In- este. El 1" de julio de 1977 se crearía, pues, el
vestigaciones Superiores dellNAH (ClSINAH),que Departamento de Etnohistoria con la conducción
después fuera Centro de Investigaciones y Estu- de la maestra Dahlgren.
dios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Al año siguiente, en concordancia con el gran
en el que se llevaron a cabo importantes investi- proyecto del Templo Mayor, el Departamento
gaciones de etnohistoria. Las aportaciones fueron de Etnohistoria contribuyó con sus métodos y
relevantes porque se desarrollaron proyectos so- técnicas ya propios, para enriquecer los plantea-
bre la Cuenca de México, Michoacán y la región mientos derivados de las excavaciones en el cen-
de Puebla-Tlaxcala. Este organismo nació bajo tro mismo de la antigua Tenochtitlan, revisando
la dependencia nominal del INAH, aunque des- veintiún fuentes escritas del periodo colonial
pués se hizo independiente. En 1977 se fundó en temprano. Este proyecto culminó con la edición
el INAHel Departamento de Etnohistoria, dirigi- de un Importante volumen titulado Corazón di'
do entonces por la doctora Barbro Dahlgren, a la CójJiI, que pronto será reeditado, que indaga los
vez que en la ENAHse creaba la licenciatura de datos fundamentales de esta figura histórica y
etnohistoria, que habría de representar la insti- mitológica, en cuyo pecho se puede decir que se
tucionalización de la enseñanza de la materia en erigió el símbolo esencial de la nación mexica-
México. na. Esto porque se dijo que sobre el corazón de
La formalización de la enseñanza también este personaje, hijo de Malinalxóchitl, hermana
tuvo antecedentes importantes desde 1955 en la ésta del numen Huitzilopochtli, creció la plan-
ENAH,sin importar que dicha materia todavía se ta del nopal donde se posara el águila que de-
enseñara dentro de la especialidad de etnología. vora una serpiente, motivo fundamental de la
También, desde 1960 se formuló un programa bandera nacional.
propio de la especialidad, aunque todavía supe- El segundo jefe del Departamento fue la maes-
ditado formalmente a la etnología. tra Emma Pérez-Rocha, quien a partir de 1978
A la par que surgía el CISINAH,cobraba vida continuó el proyecto de Dahlgren y creó el pro-
un movimiento en la ENAHque renovaría y for- grama Cuenca de México. También se creó un
talecería, ya como especialidad independiente, importante curso sobre Mesoamérica que impar-
la etnohistoria. Los planteamientos de entonces tió el profesor William Sanders.
-teóricos, metodológicos e informativos- fue- En octubre de 1983 ocupó el cargo el profesor
ron propuestos por el profesor Carlos Martínez Jesús Monjarás-Ruiz, bajo cuya jefatura se conclu-
Marín y por Barbro Dahlgren. yeron dos proyectos individuales que ampliaron
El INAH,entre otras actividades de su compe- la temática de investigación de la dependen-
tencia, ha jugado un papel crucial tanto en el cia: Los dominios de la plata, de Cilda Cubillo y
estudio, como en la edición y difusión de las el estudio del Códice Kingsborough, de Perla
fuentes primarias que ahora se consideran etno- Valle. Además de los individuales, se crearon los

18
L.-\ t:TNOHISTORIA f:N El. INSTITLITO NACIONAl. !lE ANTROrOl.ocíA E HISTORI.-\

proyectos colectivos Mesomnélica y el centro de Se editó, con la aportación del Gobierno del
¡\!léxico y Mitos cosmogólliros del Méxiro indígena, Distrito Federal, un códice mexicano que res-
ambos resultaron en dos volúmenes. Otros pro- guarda la Universidad de Tulane y que era prác-
yectos adicionales, y en colaboración con otras ticamente desconocido por nuestros nacionales:
instituciones académicas del país fueron la edi- La ordenanza del Sellen·Cuauhtémoc, con traducción
ción de las obras de Paul Kirchhoff, de Robert y paleografía del náhuatl del profesor Rafael Te-
Bario\\', de fray Francisco de Burgoa y de Wig- na Martínez y con importante estudio preliminar
berta Jiménez Moreno. Por último, se creó el de la maestra Perla Valle. Se han editado también
importante proyecto Historia general de la antro- seis libros y siete artículos, todos científicos.
pología en México, coordinado por el maestro Car- A partir de junio de 2002 el seminario perma-
los García Mora, que culminó con la edición de nente de etnohistoria entró en una segunda etapa
doce volúmenes. que se propone, primero, conjuntar y resumir
En 1984 se realizó el primer Congreso de todas las definiciones existentes sobre la etno-
Investigación del Departamento y en 1987 se cele- historia, con fines didácticos y de divulgación.
bró el segundo, que conmemoró los diez años En segundo lugar, abrir una discusión intensa so-
de creación de esta área. bre dichos conceptos, con la expectativa de crear
A partir de agosto de 1998 asumió el cargo el una definición propia del área de la etnohistoria.
maestro Luis Barjau con el propósito de crear un Como resultados, están previstos dos libros, uno
solo seminario colectivo. Este seminario prodl0o por cada instancia de esta segunda etapa del
la obra Integración)' desintegración, la etnohisto-na seminario.
de México, de reciente aparición, que contiene tre- La etnohistoria en México es ya una actividad
ce ensayos derivados de los proyectos personales académica de intensa vocación sociocultural pro-
en curso y que abarcan parle de la etnohistoria de pia, abocada a la reOexión sobre ese mundo fas-
Tacuba, Coyoacán, el Golfo de México, Tenoch- cinante que se configuró en Mesoamerica y que
titlan, Jilotepee, MOI-elOS,Michoacán, Ecatepec, prosiguió por el momento dramático e inédito
Nueva Galicia y Yucatán. del encuentro con Occidente.

19
VISIÓN HISPANA DE LA ETNOHISTORIA.

REFLEXIONES SOBRE SUS ENFOQUES

Anwlia Allohni Lf'cón *

I:-\TRODUCCIÓl\' hacer un recuento de cómo germinó en cada'


uno de estos países la disciplina que hoy nos con-
Desde hace algún tiempo, en la Dirección de Et- grega, cómo se ejerce y quiénes son sus repre-
nohistoria se lleva a cabo el seminario "Conceptos sentantes. Así surgió nuestro interés por las ideas
sobre etnohistoria. Reunión de los martes". El expresadas por los antropólogos españoles, los
objetivo fundamental de este seminario es hacer antecedentes que conformaron su visión sobre la
una revisión crítica de las distintas corrientes de etnohistoria, las investigaciones que han des-
pensamiento, nacionales y extranjeras, que propi- arrollado en América y a quiénes podríamos cón-
ciaron el surgimiento de nuestra disciplina y que sideral' como sus representantes.
han ido conformando su propia estructura.
El análisis de las diversas lecturas realizadas
generaron entre los illl'estigadores de este centro LOS INICIOS
de trabajo una serie de inquiettldes e interrogan-
tes que se han concretado poco a poco en ciertas Es de todos conocido que el descubrimiento y la
facetas de lo que entendemos por etnohistoria: su conquista de América constituyen uno de los ma-
naturaleza, sus categorías y conceptos, el objeto de yores fenómenos de contacto entre culturas de que
estudio, los problemas del conocimiento, la meto- se tenga memoria. Esta fue la premisa que llevó a
dología, y las fuentes para el entendimiento del un grupo de antropólogos, en el Seminario sobre
pasado de los distintos pueblos de América. la Etnología), la Antropología Social de la América
Un primer tema importante para nosotros Media, celebrado en Nueva York en 1949, a refle-
fue el de la definición de Etnohistoria; para este xionar sobre la necesidad de un conocimiento más
fin, nos dimos a la tarea de revisar varios textos y profundo de las transformaciones que las culturas
emprendimos la lectura de diferentes autores que nativas sufrieron a partir del siglo XVI, como con-
se abocan a esta cuestión. De entre todos ellos secuencia de este fenómeno. También se planteó
fuimos reconociendo que había por lo menos la necesidad de una disciplina que se ocupara del
cuatro escuelas donde se estudia, trabaja y con- estudio de ese momento crucial de la historia, con
cibe la Etnohistoria como una disciplina. Las sus propias técnicas, métodos y objetivos. I
mismas se ubican principal mene en México, Es-
tados Unidos, Perú y España. Por ello quisimos I Los plan leanlien los y las propuestas que se derivaron
de este seminario integraron la publicación ''He>i/agr oj"
mm!,,«'. Uhllolog)' oj"Mili,/l, A ml'nm". editada por Sol Tax
* Direcciún de Etnohisloria, IN.-\H. en 19.02.

21
A~IAI.IA ATIOI.INI U:CÓN

Algunos de los participantes en esta reunión, sen tan en aquellas situaciones en las que se les
como WigbertoJiménez Moreno, Paul Kirchhoff, permite la elección.
Pedro Carrasco y otros, destacaron la necesidad El segundo concepto, el de "cristalización cul-
de estudiar el trasfondo colonial de Mesoamé- tural", se ocupa de la dimensión temporal, plan-
rica. Se planteó que había algunos especialistas teando que la secuencia de los factores culturales
dedicados a la investigación arqueológica y otros de la "cultura de conquista", es la que determi-
a la investigación etnológica. Sin embargo, el pe- na las formas finales ya estables de una sociedad
riodo intermedio al que Kirchhoff llamó "la et- aculturada.5
nografía del precontacto", así como la etnografía Con estas afirmaciones, Foster señalaba la
del periodo de contacto, no habían sido conside- necesidad de conocer la cultura específica de los
rados en las investigaciones de aquel momento.~ españoles que llegaron al Nuevo Mundo agre-
Entonces era preciso realizar investigaciones gando que, la cultura hispanoamericana no era
sobre el proceso de aculturación,3 que tuvo lu- en esencia un fiel reflejo de la española, sino una
gar especialmente en las primeras décadas que nueva cultura que surgió como consecuencia de
siguieron al contacto entre las culturas hispana y las condiciones particulares que se dieron en las
mesoamericana. Fue George Foster quien, a par- sociedades conquistadas.
tir de sus observaciones de campo en diversas En los alias siguientes los investigadores más
poblaciones de España, entre 1949 y 1955, desa- experimentados siguieron declarándose en el
rrolló un esquema metodológico sobre la teoría mismo sentido, y distintos especialistas se con-
de la aculturación, en el cual planteaba dos con- centraron en MesoaJllérica a causa de su rique-
ceptos centrales: el de la "cultura de conquista" za arqueológica. histórica y de datos modernos
o "cultura de contacto" y el de la "cristaliza- que ofrecía un terreno ideal para el estudIo del
ción cultural ". cambio cultural a través ele IIna larga secuen-
El concepto de "cultura de conquista" era con- cia temporal. Sin embargo, como lo f'xprr',ara
cebido como "la totalidad de influencias doná- Carrasco, "estos estudios se han llevado a cabo
doras, cualquiera que sea su origen, que se ejer- usualmente por diferentes especialistas centra-
cen sobre una cultura receptora, canal por el cual dos en temas completamente diversos y con po-
las normas dominantes, los valores y las actitudes cos problemas en común"."
del grupo más fuerte se trasmiten al más débil "4 Posteriormente hubo otras oportunidades
como resultado de procesos que tamizan la .cul- para analizar esta problemática, las que delivaron
tura en expansión, seleccionando un alto por- en un encuentro organizado por la American An-
centaje de los ekmentos que se encuentran en thropological Association en Seattle, sobre la
ella y determinando nuevos procesos culturales. América Media y el papel que desempeñaban los
Dentro de este modelo, también se tomaron materiales históricos. Cabe destacar la participa-
en cuenta los mecanismos sociales y psicológicos ción que en aquel momento tuvo Pedro Carras-
con que los pueblos receptores aceptan o recha- co, quien criticó el hecho de que los antropólo-
zan discretamente los elementos que se les pre- gos sociales no tomaran en cuenta el valioso
acervo que representaban los documentos ema-
" I/,úln/l, p. 296. nados de la conquista en toda su extensión.
:~El concepto de aeul turación ha sido cueslionado en
los últimos a"os por la implicación de pasividad de la cul-
tura dominada. En este texLOsólo se incluye para enten-
der el enfoque que tuvieron los estudios de "contacto cul-
tural" realizarlos sobre América en la segunda nlilaci del " !bidnn, 1" 389.
siglo XX. ,; Pedro Carrasco, 'The Ci\;I-Religious Hierarchy' in
.• George M. Foster, Culturfl y fOllqU;.'ilfl. !.fl JWI"I'l1tia I'J!J([- Mesoame,;can CotntnuniLies: Pre-Spanish Background and
,ivla m A ",him, Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Colonial Oe\'t'loptnel1l", en A ",n;mn A/l1hroIJOlogi.\/,vol. 63,
Letras, Uni\'ersidad Veracruzana, México, 1" 36. 1961,1" 494.

22
VISiÓN HISPANA m: L~ ':TNOHISTORIA. REFl.EXIONES SOIIRE SUS ENFOQLIES

LA ETNOHISTORIA EN ESPAÑA En otro sentido, este autor también compar-


tía la preocupación de sus colegas americanos
Estas inquietudes trascendieron hacia el viejo sobre la importancia de estudiar el llamado perio-
continente y fueron la base para que los antro- do colonial como etapa crucial de la historia de
pólogos del Departamento de Antropología y las culturas indígenas de América, y también co-
Etnología de América de la Universidad de Se- mo fuente indirecta de conocimiento para el
villa, a finales de la década de los sesenta, empren- periodo prehispánico e incluso, para el presen-
dieran nuevas investigaciones en este sentido. El te. Jiménez Núñez consideró entonces que com-
más importante difusor y autor de conceptos y pete a una nueva rama de la antropología -la
lineamientos que dieron sustento a la disciplina etnohistoria- la tarea de investigar a través de
etnohistórica en España, fue el doctor Alfredo las fuentes documentales, tanto indígenas como
Jiménez Nluiez. españolas, la problemática de la cultura indíge-
Su primera afirmación fue que el desarrollo na en los tres siglos del dominio hispano.
cultural de América es un proceso continuo y de Entre los conceptos que Jiménez acuñó, uno
naturaleza semejante, que comienza con la lle- que importa destacar es el de la línea base y ex-
gada de los primeros hombres a América y con- plica que en cada área cultural y en la historia
tinúa hasta el presente, y que "debemos intentar de cada grupo de la etapa prehispánica hay un
reconstruir, analizar e interpretar como un todo. momento final que se pone en contacto con la
La diferencia y complemento entre especializa- cultura europea: ese tiempo es esencialmente
ción de áreas, épocas o temas y una interpretación prehispánico y también es comienzo del nue-
general con arreglo a un mismo cuerpo teórico vo periodo, siendo su situación cultural lo que
es una cuestión que representa la clave de una él llama "línea base", sobre la cual se desarro-
auténtica y plena interpretación de ese proceso llará el proceso de contacto y cambio,'l Para el
social".7 establecimiento de la misma resultan indispen-
Desde esta perspectiva, Jiménez Núñez se sables los papl!:les de archivo, con el fin de es-
pronunció por derribar las barreras disciplina- tablecer el estado en que los europeos encon-
rias o cronológicas, integrar esfuerzos y explotar traron la cultura indígena en cada rincón y en
todos los materiales disponibles, cualquiera que cada momento.JO
fuera su naltlraleza. Esta propuesta constituyó uno de sus mayo-
En cuanto a la tarea común de reconstruir e res aportes al pensamiento teórico de la época,
intelVFetar el proceso total del desarrollo cultu- y para llevarla a cabo, profesores y estudiantes
ral de América, subraya la contribución que graduados del Seminario de Antropología Ame-
aporta el método etnohistórico, y nos dice: "Así ricana iniciaron un proyecto de investigación.
como la arqueología es el método fundamental, En una primera fase, se dieron a la tarea de re-
para el largo periodo prehispánico, y la etnolo- copilar y evaluar fuentes publicadas e inéditas
gía entendida en sentido estricto y más tradicio- que contuvieran información de carácter etno-
nal, es la fuente básica pal'a el conocimiento de gráfico correspondiente a las culturas america-
las actuales culturas indígenas de América, la nas en vísperas de su contacto con los españoles,
Etnohistoria es el método más importante para y a la cultura hispana de principios del siglo
los siglos que van desde el contacto con las cul- XVI, más concretamente la relativa al suroeste
turas europeas hasta el pl·esente".H español.lJ

, '\lfredoJiménel. Núñel., "El método etnohistórico )'


Sll contribuciún a la antropología 'llnericana", en Urvi ..•lrt " Ihidnn, pp. 167-168.
¡"-'I)flliol" de Ao/m/}()¡ogifl AlIlnimllfl, pp. 16'\-164. lfI ¡"úlnn, pp. 194-195.
" ¡"idnll, p. 1(;.1. 1I ¡"idnll, p. 1fi7.

23
A~I.~I.I.~ ATTOI.IN' LU:(JN

LA ETNOI--IISTORIA COMO DISCIPLINA y el etnólogo de la observación personal y de


PUENTE ENTRE LA ARQUEOLOGÍA sus informantes.I:1
Y LA ETNOLOGÍA
Para su estudio, este autor clasificó a las fuen-
Desde la perspectiva de los etnohistoriadores his- tes documentales según su origen en indígenas
panos, la antropología y las disciplinas que la y españolas. Dentro de las primeras, consideró
integran han hecho de la reconstrucción, com- las pertenecientes al periodo prehispánico y tam-
prensión e interpretación del proceso del des- bién a las que fueron redactadas después de la
arrollo cultural de América, uno de sus principa- conquista española. Según su criterio "debido al
les objetivos. De acuerdo con la mayoría de los alcance tan limitado que la escritura tuvo en la
antropólogos americanistas, la etnohistoria per- América prehispánica, tanto en sentido geográ-
tenece al campo de la antropología al participar fico como en cuanto al desarrollo de los siste-
de su mismo objeto de estudio, es decir: el hom- mas, las fuentes documentales indígenas de ese
bre americano, su sociedad y su cultura. Esta joven periodo son muy reducidas en número y su con-
disciplina permite completar el panorama univer- tenido se ciñe a aspectos muy concretos".'·1 Más
sal que le interesa a la antropología, ya que al adelante agrega que:
sumarse a la arqueología y a la etnología no deja
fuera, en principio, ningún registro del proceso las fuentes espaliolas, por el contrario, son
cultural continuo. abundantísimas y sus autores y temas lan diver-
A la letra Jiménez Núñez dice: "la etnohistoria sos 'lue prácticamente no queda ninglnl aspec-
to de la cultura indígena n de la organización
es antropología en tanto la investigación proce-
social sin alguna referencia. Por definición, sin
da con arreglo a métodos y técnicas antropológi- embargo, son siempre posteriores al Cotllacto,
GIS y en cuanto que la formulación de hipótesis pero a veces resultan tan inmediatas a los he-
y el planteamiento de los problemas correspon- chos de descubrimicnlo y conquista n recn,g"11
dan a la teoría antropológica".'~ También consi- tanta informaciú'l de boca de los indios () de
documentos indígenas más tarde desaparecidos,
dera al etnohistoriador como un "antropólogo
que es mucho lo que dichas fuentes pucden
de archivo", en tanto que su materia de trabajo
informar sobre la situación prehispánica y, por
la constituyen las fuentes documentales, pero, a supuesto, sobre el fenómeno de acullllración
diferencia del historiador, su tarea consiste en que significó la misma presencia espaiiolal:'.
convertir un material esencialmente histórico.
en material etnográfico. Subraya que ésta es la Respecto a este punto y a la luz del cono-
primera cuestión que realmente separa, en el cimiento que ahora tenemos de la rica cultura
nivel académico y metodológico, a la disciplina indígena, éste no sólo se limita a las fuentes do-
histórica de la etnohistoria, y agrega: cumentales escritas por cronistas, ti-ailes y admi-
nistradores de la corona, sino que incluye otras
el análisis y la interpretación del historiador expresiones culturales como los escritos en len-
serán distintas del análisis )' la interpretación guas indígenas, los mapas, los códices, informa-
del antropólogo porque en una fase crucial del
ción enriquecida con aportes procedentes del
proceso de trabajo de este último habrá de
análisis iconográfico de la escultura, el descifra-
transformar los datos históricos de la documen-
tación, en información etnográfica, de la misma miento de las pinturas murales y la cerámica de-
naturaleza que la información que el arqueólo- corada, junto con las reveladoras tradiciones
go encuentra o infiere de los restos materiales, orales y otros· complejos registros de su propia

1"All'redoJiménezNÚtlez,"Sub re el concepto de eulO- 1:\ [hid/'ll/. p. 176.


historia", en la Primera Reunión de Antropólogos 14.1imént'Z Núnez. "[1 método elnohistúrico" ". p. lliR.
Espatloies,Unil'ersidadde SCl'illa.197'). p. 101. 1', [hidml. pp. Il,R-I()9.

24
VISiÓN HISPANA nr: lA ETNOHISTORIA. REFI.EXIONES SOllR,: SUS ,:NFOQUES

historia, todos ellos fundamentales para la inves- tantes del área, durante los primeros setenta y
tigación antropológica actual. cinco años de presencia española, periodo que
Además, quienes escribieron la historia ofi- abarca desde la conquista del territorio por Pedro
cial de la conquista y la colonización, al ignorar de A1varado en 1524, hasta el final del siglo XVI.
todas estas manifestaciones de la cultura indíge- Los objetivos que Alcina se trazó para este fin
na, y al entender la realidad de acuerdo con sus fueron: en primer lugar, conocer con cierta pre-
propios esquemas culturales, necesariamente die- cisión los índices de mortalidad de la población
ron una interpretación subjetiva de la realidad indígena como consecuencia de la Conquista y
mesoamericana, en función de sus intereses eco- la colonización, y las causas que provocaron tan
nómicos y políticos. alto descenso de la misma. El segundo objetivo
era detectar la política de asimilación impulsada
por las autoridades coloniales entre los indíge-
LAS Il\rvESTIGACIONES nas del área; y en tercer lugar, cómo afectó a la
ETNOHISTÓRICAS EN AMÉRICA cultura de los naturales la explotación económi.-
ca que los colonizadores impusieron.
Para iniciar los estudios sobre el contacto cultural El proyecto se concibió dentro del marco teó-
en América, el grupo del Departamento de An- rico sobre cambio cultural, en el que se rastrea-
tropología y Etnología de América de la Uni- ban las transformaciones y adaptaciones que se
versidad de Sevilla, eligió el área que comprendía prodlueron a lo largo del tiempo de los grupos
la Audiencia de Guatemala. Este enorme plan de étnicos en Guatemala, partiendo desde el mo-
trab<~o se fue articulando en diversos proyectos mento mismo del contacto.
que se realizaban en colaboración con personas El análisis de los cambios culturales se basó en
e instituciones de distintos lugares y orientacio- el patrón de asentamiento y la manera en que
nes dentro del campo de la antropología cultural. éste influyó en la percepción que los indígenas
El proyecto se denominó "Etnohistoria de la tenían de los límites físicos y simbólicos de su
Gobernación de Guatemala". En colaboración propio espacio vital y los cambios experimenta-
con el profesor Rubén Reina del Departamento dos en la organización socio-política indígena.
de Antropología de la Universidad de Pennsylva- Una parte de la investigación se centró en el as-
nia, se formó un equipo de trabajo con los inves- pecto productivo en 10 referente a la adaptación
tigadores: Edward E. O'Flaherty, Pilar Sanchíz y explotación de recursos naturales desde la
Ocho3", Salvador Rodríguez Becerra y Beatriz Su- época prehispánica.
ñe de Jiménez. El proyecto nació con una clara En esta misma corriente de pensamiento, el
tendencia interdisciplinaria, en el cual, cada uno investigador Elías Zamora Acosta centró su aten-
de los departamentos que participaron se inte- ción en el occidente de Guatemala y en su po-
resaban fundamentalmente por un periodo de- blación indígena, en la zona que los españoles
terminado y aplicaban un método de investiga- del siglo XVI conocieron como alcaldía mayor de
ción idóneo. Zapotitlán y los Suchitepéquez. Esta alcaldía cons-
De estudiar el periodo histórico se encar- tituía por sí misma un área cultural y geográfica
gó principalmente el grupo de Sevilla, bajo la di- perfectamente definida. Dentro de sus límites
rección del doctor Alfredo Jiménez Núñez; la eta- se encontraban las tierras donde se' concentra-
pa arqueológica, cuya dirección estuvo a cargo del ba la mayor parte de la población indígena de
doctorJosé A1cina, reunió a los miembros del De- Guatemala, que formaban parte de tres de los
partamento de Antropología y Etnología de Amé- cuatro grandes estados de la Guatemala prehis-
rica de la Universidad Complutense de Madrid. pánica, el quiché, el tZlltlUil y el mam.
Su propósito fundamental fue dar a conocer los El fundamento de la obra fue la descrip-
cambios que experimentó la cultura de los habi- ción y el análisis de los efectos producidos en

25
AMAUA ArrouNI LECÓN

esta población por la presencia y por la acción files propios a lo largo de tres centurias en Amé-
concertada y sistemática de los españoles para rica. Esta línea de investigación fue dirigida por
imponer su cultura. En este sentido, la investiga- la profesora Ma. Justina Sarabia, y dio por resul-
ción se encuadró en el marco de la antropología tado la publicación de la obra Don Luis de Velasco,
del cambio cultural como consecuencia del con- Virrey de la Nueva España. 1550-1564.
tacto entre sociedades distintas marcadas por la Sarabia, después de varios años de investiga-
situación de dominante-dominado. Sin embar- ción documental en el Archivo General de Indias
go, este estudio ofrece diferencias importantes de Sevilla, en el Archivo General de la Nación
que lo distinguen de los trabajos clásicos de diná- en México yen otros archivos y bibliotecas euro-
mica cultural por diversas razones. En primer peas y americanas, analizó la información sobre
lugar, el fenómeno se inserta en la historia de la personalidad y la actuación de Velasco, uno
hace varios siglos y no en un presente observado de los virreyes que dieron fisonomía propia al
por el investigador. En segundo lugar, se mane- virreinato establecido en las tierras conquistadas,
ja un tiempo medio, casi un siglo, muy superior y que contribuyó a la incorporación de sus po-
a la longitud temporal de la mayoría de los estu- bladores y sus tierras a la cultura occidental.
dios etnológicos. En tercer lugar, la fuente del Entre los aspectos más destacados de la ges-
conocimiento fue la documentación de archivo, tión de este personaje tenemos: el interés por la
tan poco utilizada por los etnólogos dedicados a defensa de los derechos de los indígenas, la apli-
este tipo de investigaciones. cación de las normas laborales y sociales en el
Si en este proyecto interdisciplinario, en el régimen de encomiendas, y el impulso que dio al
que trabajaban conjuntamente arqueólogos, et- aspecto cultural con la creación de la Univer-
nohistoriadores y etnólogos, el interés se centra- sidad de México, los colegios para indios y mes-
ba de manera fundamental, aunque no exclusi- tizos, así como el uso de la imprenta para divul-
va, en la población indígena, en otros proyectos gar los conocimientos religiosos, filológicos y
emprendidos por el equipo de la Cátedra de His- literarios del humanismo cristiano de la época.
tmia de rImérica y de la colonización española de la Sarabia se centra en los temas de la Real Ha-
Escuela de Estudios Hispano-Americanos de Se- cienda, la Iglesia, la educación, la aplicación de las
villa, la atención se dirigió hacia la población es- nuevas leyes y los cambios tributarios; las visitas, la
pañola, incluyendo otros tópi'cos indispensables agricultura y la ganadería, el comercio y la mineria
para entender, paso a paso, la secuencia de la y, finalmente, las obras públicas y las expediciones.
colonización en diferentes regiones de América A través de este minucioso estudio, también
como fueron Nueva Granada, Popayán y Santa podemos observar cómo se trasladaron las insti-
Marta en Colombia. tuciones hispanas al Nuevo Mundo, la respon-
Como miembro de este grupo de trabajo e in- sabilidad de los primeros virreyes para mante-
teresada en la búsqueda de instituciones colonia- nerlas y cómo, finalmente, la Corona impuso su
les, la etnohistoriadora Manuela Cristina Garda autoridad para acabar con el poder de los con-
Bernal se encargó de indagar sobre el valor social quistadores y sus descendientes.
de la encomienda y de la política seguida por la Yucatán,justo es decirlo, se ofrece para varios
Corona, de cara a los encomenderos, en la obra de los estudios etnohistóricos en España, como
Población y encomienda en Yucatán bajo los Austrias. campo óptimo de observación para investiga-
Otra de las inquietudes académicas de estos ciones de esta naturaleza. Por su condición de
estudiosos españoles era conocer con mayor pro- península, entre otras razones, funciona como
fundidad el proceso histórico de México, por lo un laboratorio en el que, a salvo de innuencias
que se centraron en el estudio de la institución exteriores, se experimenta y realiza de la forma
virreinal, su fundación en el Nuevo Mundo, y sus más pura la coexistencia de indígenas y españo-
características peculiares desarrolladas con per- les durante casi tres años.

26
VISiÓN HISPANA nE LA ETNOHISTORIA. REFLEXIONES SOI\Rf: sus ENFOQUES

Años más tarde, se iniciaron una serie de el fenómeno del contacto cultural entre España
monografías sobre temas americanistas que inte- y América.
resaban a los miembros de la Escuela de Sevilla, Los primeros estudios en la península ibérica
preocupados por conocer las relaciones del pa- se orientaron hacia el conocimiento de ambas so-
sado con el presente. En esta línea, la doctora ciedades antes del contacto, con el fin de identi-
María Justina Sarabia, que tomó como textos fun- ficar los elementos propios de cada una de ellas,
damentales, informes oficiales, memorias y tra- y observar el proceso de aceptación o rechazo
tados, escribió el libro: La grana y el añil. Técnicas de los elementos de la cultura dominante por
fintÓ1ms en México y América Centml, donde mues- parte de la cultura receptora.
tra el valor socioeconómico que aquellas técni- La etnohistoria nació en España como la disci-
cas tuvieron en España, desde la época colonial plina que vendría a cubrir el vacío de una eta-
hasta bien entrado el siglo XIX. pa histórica que no había sido contemplada por
Por otra parte, en el marco del V Centenario otras disciplinas antropológicas. Se consideró que
de la Conquista de América, se fundó en Madrid sólo a través de estudios interdisciplinarios se pOé
la Sociedad Española de Estudios Mayas (SEEM), dría, realmente, completar el panorama histórico
cuya primera tarea fue la organización de la pri- del proceso cultural de las sociedades americanas.
mera Mesa Redonda de dicha Sociedad. La carac- El referente conceptual que enmarcó los estu-
terística principal de esta reunión internacional, dios de los etnohistoriadores en aquel momento,
celebrada en Toledo en 1985, fue la orientación fue el de la corriente culturalista norteamerica-
interdisciplinaria con representantes de los dis- na, que en sus comienzos abanderó el concepto
tintos campos histó:-icos y antropológicos, nacio- del cambio cultural. Para llevar a cabo esa tarea
nales e internacionales. se acudió a las fuentes documentales emanadas
Lajunta directiva de la Sociedad decidió que de la conquista. Los colegas hispanos enfocaron
el motivo de la mesa redonda sería el quinto cen- su interés fundamentalmente en la documenta-
tenario del nacimiento de Hemán Cortés, ya que ción española y cabe subrayar que la escasa aten-
el conquistador fue el primer europeo en enta- ción que otorgaron a la indígena no les permitió
blar relaciones con el área maya quien redactó profundizar en la cultura nativa, y por 10 tanto
además los primeros escritos considerados como llegaron a conclusiones poco objetivas.
narraciones precursoras de las investigaciones Los investigadores del Departamento de An-
etnológicas y de los libros de viajes posterio- tropología y Etnología de América de la Univer-
res sobre la zona maya. sidad de Sevilla, conciben la etnohistoria como
El título de la Primera Mesa, que posterior- parte de la antropología cultural y sostienen que
mente dio nombre a la primera publicación, fue todo trab~o etnohistórico debe incluir, entre
"Los mayas de los tiempos tardíos". Ésta recogía otros requisitos, una suficiente atención en el
las aportaciones de los profesionales inscritos, nivel etnográfico.
cuyo objetivo era avanzar en los debates sobre la Su propuesta es hacer una etnografía del pasa-
fusión de las culturas maya y española, mestizaje do y del presente, es decir, hacer una etnografía
del cual Hernán Cortés no deja de ser uno de diacrónica; su interés es actuar como etnólogos
los símbolos más controvertidos. de la historia. Su fuente de conocimiento es la do-
cumentación de archivo y se consideran a sí mis-
mos como "antropólogos de archIVO". Pensamos
RECAPITULACIÓN que esta concepción, en su manejo histórico, lo-
gra longitud en el tiempo y nivel creativo, pero
El impulso que dio origen al nacimiento de la le concede un precario lugar a la etnohistoria al
Etnohistoria, tanto en España como en otros tratarla como un método auxiliar. Por otra par-
países, fue la inquietud por conocer y explicar te, al valorarla sólo como un "método" que, ade-

27
AMAl.IAArrOl.lNI LEcóN

más, tiene por límite el que la documentación le nes de la Escuela de Estudios Hispano-America-
impone, restringe la aprehensión objetiva de los nos de Sevilla, CCLII (núm. gen.), Sevilla, 1978.
fenómenos culturales, vistos desde la antropolo- Jiménez Nuñez, Alfredo, "El método etnohistó-
gía concebida como ciencia total. rico y su contribución a la antropología ame-
Por último, su perspectiva inmersa en una vi- ricana", en Revista EsjJañola de Antropología
sión eurocéntrica se reflejó en las obras que pro- Americana, 1972, pp. 163-196.
dujeron durante muchos años, dedicadas casi ----, "Sobre el concepto de etnohistoria",
siempre al estudio de las instituciones impuestas en Primera Reunión de Antropólogos Espa-
por los europeos en el territorio americano, en- ñoles, Universidad de Sevilla, Sevilla, 1975.
tre otras: la encomienda, la evangelización y el Rivera Miguel y Andrés Ciudad (eds.), Los mayas
virreinato. Sólo en algunos casos y en las nuevas de los tiemjJos tatdíos, Sociedad Española de Es-
generaciones se vislumbra interés por los pro- tudios Mayas, Instituto de Cooperación Ibe-
blemas que aquejaron a las comunidades indí- roamericana, Madrid, 1986.
genas, lo que les permite formular planteamien- Romero Frizzi, María de los Ángeles, "Reflexio-
tos más objetivos sobre el impacto que causó la nando una vez más: la etnohistoria y la época
conquista y un largo periodo de colonización en colonial", en Dimensión Antropológica, año 1,
esas culturas. vol. 1, Mayo-Agosto, México, 1994, pp. 37-56.
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28
LAs ANTIGÜEDADES MEXICANAS DE FRAY ANDRÉS DE OLMOS

Rafael Tena*

PresteJuan de las Indias había hallado las alhajas


en el año de Cinco Conejos.
CÓDICETELLERIANO-REMENSIS

Cuando, hace unos cien años, se publicaron por importante. Escribe el franciscano en el prólogo
primera vez la Histlffia de los rnexicanos po'" sus pin- al libro 11de su Historia eclesiástica indiana:
tUTaSy la Histoire du Mechique, sus respectivos edi-
tores sugirieron que ambos textos podrían re- Pues es de saber que en el año de 1533, siendo
montarse a los escritos perdidos de fray Andrés presidente de la Real Audiencia de México don
de Olmos. Desde entonces estas dos fuentes, Sebastián Ramírez de Fuenleal, obispo que a la
aunque breves y fragmentarias, han gozado de sazón era de la isla Española, y siendo custodio
gran aprecio entre los estudiosos, por su antigüe- de la orden de nuestro padre San Francisco en
esta Nueva Espalia el santo varón fray Martín de
dad, por la mencionada atribución -que en tér-
Valencia, por ambos a dos fue encargado el pa-
minos generales ha sido aceptada-, y por la ori- dre fray Andrés de Olmos, de la dicha orden,
ginalidad y riqueza de su contenido. Queremos por ser la mejor lengua mexicana que entonces
ahora detenernos un poco a examinar las cues- había en esta tierra y hombre docto y discreto,
tiones referentes a la autoría y a las interrelacio- que sacase en un libro las antigüedades de estos
nes de los diversos textos involucrados. naturales indios, en especial de México y Tez-
cuco y Tlaxcala, para que de ello hubiese alguna
memoria, y lo malo y fuera de tino se pudiese
mejor refutar, y si algo bueno se hallase se pudie-
EL TRATADO DE LAS se notar, como se notan y tienen en memoria
ANTIGÜEDADES MEXICANAS muchas cosas de otros gentiles. Y el dicho padre
lo hizo así, que habiendo visto todas las pinturas
que los caciques y principales de estas provincias
En 1528, fray Andrés de Olmos llegó como mi-
tenían de sus antiguallas, y habiéndole dado los
sionero a Nueva España en la comitiva encabe-
más ancianos respuesta a todo lo que les quiso
zada por fray Juan de Zumárraga, obispo electo preguntar, hizo de todo ello un libro muy copio-
de la ciudad de México. Nacido en Oña, cerca de so, y de él se sacaron tres o cuatro trasuntos que
Burgos en Castilla la Vieja, Olmos tenía enton- se enviaron a España, y el original dio después a
ces alrededor de treinta y ocho años. En 1531 cierto religioso que también iba a Castilla, de
suerte que no le quedó copia de este libro, aun-
llegó a su vez don Sebastián Ramírez de Fuenleal,
que le quedó memoria de lo principal que en él
para presidir el gobierno de la Segunda Audien- se contenía, por haberlo inquirido por diversas
cia. Después de escasos dos años, según refiere veces con mucho cuidado y atención, y haberlo
Jerónimo de Mendieta, se tomó una decisión escrito y tratado de ello en largo tiempo.l

1 Gelónimo de Mendieta, Histaria ecU!siástica indiana,


* Direcciónde Etnohistoria,lNAH. Porrúa, Méxi'co,1980, p. 75.

29
R-\FAFI. TENA

Fray Andrés se entregó de inmediato a la ta- Ahora bien, según el libro VIII del Códice Floren-
rea encomendada, mas antes de que pudiera ti110,4donjuan Ahuelíttoc, que empezó a gober-
terminarla, en la primavera de 1536 Ramírez de nar en Tlatelolco en 1526, fue padre del también
Fuenleal regresó a España, donde a partir de 1542 gobernador don Juan Cuahuicónoc Mixcoatlai-
y hasta su muerte, acaecida en 1547, fue presiden- lótlac, quien murió hacia 1537. Por estos datos se
te de la Cancillería Real, establecida en la ciudad confirma que entre 1533 y 1537 se estaba redac-
de Valladolid. Suponemos que Olmos concluyó tando el texto original del que luego derivó la
su labor de redacción hacia 1539, dando quizá a su Historia de los rnexicanos Ijar S1.tS pinturas. Leemos
trab~o el título de Tratado de las antigüedades m.exi- también en el capítulo 11lo siguiente: "Y había
canas, u otro semejante, y que envió una de las ochenta años que el señor de Chalco quiso sacri-
varias copias que se hicieron del documento al ficar a estos criados del dios del agua un su cor-
principal promotor de la iniciativa, es decir, a Ra- covado [... J. Yen este año fueron vencidos los
mírez de FuenleaP Posteriormente se perdió todo de Chalco por los mexicanos." La conquista de
rastro de esta obra de fray Andrés de Olmos. Chalco por los mexicas tuvo lugar en el año 1465,
Retomemos la historia siglo y medio después. y si a partir de esa fecha, inclusive, contamos los
En 1702, Manuel Antonio de Lastres Baena y ochenta alias mencionados, llegamos a 1544.
Torres adquirió de Juan Lucas Cortés, librero de No debemos referir esta última fecha a la re-
Madrid, un volumen manuscrito al que impuso el dacción del Tmtado de las antigiiedadps mexicanas,
título con que ahora se conoce: Libro de oro y teso- sino a la elaboración de la Historia de los mexica-
ro indico. El códice, que perteneció luego a Bar- nos por sus jJintums, la cual, con seguridad, no es
toloméJosé Gallardo en España, y aJosé María una copia completa y fiel sino sólo 1111 resl~men
Andrade (1862) Y Joaquín García Icazbalceta o extracto del texto original. En efecto, se lee en
(1879) en México, se custodia desde 1937 en el encabezado del manuscrito de la Histolia:
la Latin Amelican Collection de la Biblioteca de la "Esta relación saqué de la pintura que tr~o don
Universidad de Texas en Austin. Sebast.ián Ramírez, obispo de Cuenca, presiden-
El Libro de oro y tesoro índico consta de 197 te de la Cancillería". Ramírez de Fuenleal fue
hojas y es una antología de trece textos, el sépti- presidente ele la Cancillería de Valladolid de 1542
mo de los cuales, que comprende 23 páginas, a 1547, lapso en el cual queda comprendido el
recibió del mismo Manuel Antonio de Lastres el dicho año de 1544. Por ot.ra parte, algunos folios
título de Histolia de los mexicanos por sus IJintnms. adelante ele la Historia dp los mexica nos por sus jJirl-
García lcazbalceta publicó este texto en 1882 y tu ras, en el mismo Libro de oro y tesoro indico, se
en 1891, relacionándolo con la obra perdida de encuentra un breve texto que lleva por tít.ulo
fray Andrés de Olmos, a sugerencia de Francisco Éstas son leyes que tenían los indios dp la Nueva
del Paso y Troncoso,~ quien a su vez se apoyaba EsjJalla, Anáhuac o México, el cual aparece fecha-
en el testimonio indirecto de Mendieta que cita- do en Valladolid ellO de sept.iembre de 1543 y
mos al principio. firmado pOI' fray Andrés de Alcobiz. Est.e text.o
El examen interno del texto de la Histolia de muest.ra grandes coincidencias y semejanzas, en
los mexicanos por sus IJinturas nos permite precisar cuant.o a contenido y redacción, con los capítu-
algunos detalles con respecto a fechas y autorías. los XXII y XXIV de la Histaria de los mexicanos Ijar
En el capítulo XXIII se menciona al gobernador sus pinturas. Como, aciemás, la caligrafía con que
de Tlatelolco "donjuan, padre del que ahora es". est.án escrit.as est.as leyes es básicament.e la mis-
ma que exhibe la Histolia de los mexicanos por
'1 Véase Ceorges Baudol, Ulo/Jía f' historia rn ,\1;x;"o, sus IJintums, nos parece que puede at.ribuirse a
Espasa Calpe, Madrid, 198~, 1'. 175.
:{Véase Joaquín Carcía Icazbalceta, NllrvrJ ml",-rióu di'
'¡OClIlfWIl((J,\' jJflra la !lis/aria dI' ¡\1ix;ro, Francisco Díaz de -t Véase Bernardino de Sahagún, Córl¡rf' j'lorf'1I1i!lo.
León. México, 1891, lOlllO 111,1'1' XL-XLI. Gillllli Barbera, Florencia, 1979, lOlllO 11,fol. 20,6,'.

30
L.\S !\.\T/(;('/-J).iIH.'S ,I/I·:X/(;.i.\·.i.\ \lE FRAY ANDRI::S m: OI.~IOS

dicho fray Andrés de Alcobiz -del cual sólo Ycomo después de algunos all0s, teniendo noti-
conocemos el nombre- la labor de extractar o cia algunas personas de autoridad en España de
cómo el dicho padre fray Andrés de Olmos ha-
resumir el Tratado rle las rll1tigúedndes mexicanas
bía recopilado estas antiguallas de los indios,
de Olmos. Resulta sugestivo descubrir que los
acudiesen a pedírselas, y entre ellos un cierto
textos de la Historia de los mexicanos y de Éstas son prelado obispo a quien no podía dejar de satis-
leyes..., incluidos ambos en el Li&ro de 01'0, pudie- facer, acordó de recorrer sus memoriales y hacer
ron haber sido copiados por la misma persona, un epílogo o suma de lo que en dicho libro se
en la ciudad de Valladolid, y en fechas tan cer- contenía, como lo hizo. Y yo, que esto escribo,
teniendo algún deseo de saber estas antigua-
canas en tre sí como 1544 y 1543. Precisamente
llas, ha muchos años que acudí al mismo padre
en esa ciudad yen esas fechas Sebastián Ramírez
fray Andrés, como a fuente de donde todos los
de Fuenleal transcurría los últimos años de su arroyos que de esta mat'~ria han tratado emana-
vida. Si los hechos ocurrieron como estamos ban, y él me dijo en cúyo poder hallaría esta su
sugiriendo, Alcobiz bien pudo haber escrito al última recopilación escrita de su propia mano, )'
final de la Historia, como lo hizo al final de las la hube y tuve en mi poder; y de ella y de otros
escritos del padre fray Toribio, uno de los pri-
Ley('s: "Y todo esto sobredicho es verdad, porque
meros doce, saqué lo que en este libro de los
yo las saqué de un libro de sus pinturas, adonde antiguos rilOs de los indios escribo, siguiendo su
por pinturas están escritas estas leyes, en un libro brevedad)' repartiendo la materia por compen-
muy auténtico; y porque es verdad, lo firmé de diosos capítulos en la forma que se sigue."
mi nombre".
Ignoramos si la iniciativa de realizar la copia Se suele identificar al prelado obispo que
libre o extracto que constituye la HistOlia de los menciona Mendieta con fray Bartolomé de las
I/U'ximnos Ijar sus IJintllras fue de Ramírez de Fuen- Casas. En efecto, convocado por el visitador Fran-
leal o del propio fray Andrés de Alcobiz, así co- cisco Tello de Sandoval para asistir a la junta de
mo los motivos específicos que uno u otro pudo prelados y provinciales religiosos, el obispo Las
tener para ello. Finalmente, todo hace suponer Casas residió en la ciudad de México durante va-
que el Tratarlo de las antigü('dades mexicanas era rios meses, a partir de abril de 1546. En tal oca-
una obra, además de extensa, bastante comple- sión, Las Casas habría presentado a Olmos la
ta y bien organizada; contenía incluso pictogra- solicitud que motivó la elaboración dell:-pílogo o
fías de tradición prehispánica. En cambio, el suma, una de cuyas copias fue env,iada al obispo
texto de la Histolia de los mexicanos IJOTsus pintu- por el franciscano, junto con algunos huehuetla-
ras se revela fragmentario, repetitivo, desordena- tolli, cuando el primero ya se hallaba en Castilla.
do, y descuidado en algunos aspectos importan- Las Casas partió para España a principios de 1547,
tes, como la grafía de los numerosos términos yen el mes de octubre se estableció en la ciudad
nahuas. Aun así, debemos considerarlo como de Valladolid, donde apenas el 22 de enero ante-
un verdadero tesoro, por las invaluables noticias rior había muerto Sebastián Ramírez de Fuen-
que contiene relativas al pensamiento, la histo- leal. En su Apologética historia sumaria (escrita
ria y las costumbres de los antiguos pobladores hacia 1558), Las Casas reproduce algunos de los
de México. hnehuetlatolli remitidos por Olmos,6 así como el
texto casi íntegro de Éstas son leyes... ,7 el cual
pudo haber tomado directamente del Tratado de
EL EPÍLOGO O SUMA las antigüedades mexicanas de Olmos o de la copia
realizada por Alcobiz; pero parece que no llegó
En el citado prólogo al libro 1I de su HistoTia ecle-
siástica indiana, redactado hacia 1585, Mendieta, , Gerónimo de Mendieta, o/J. lil., pp. 75-76.
ti Véase Bartolonlé de las Casas, A/JOUJKftiffl his[mia
después de referirse a la elaboración del Tratado sumarifl, UNAM, México, 1967, vol. 11,pp. 4'\7-448,
de las antigúerlades mexicanas, prosigue: , Ib;,I,,", pp. '\98-402.

31
R-\FAEI. TENA

a utilizar el Epílogo o suma de fray Andrés, no obs- junto con el botín capturado, a la ciudad de
tante que lo había solicitado expresamente. París. 10
Sí consta, en cambio, que utilizaron el manus- En esta corte se hallaba el franciscano André
crito original del Epílogo o suma de fray Andrés Thevet, quien, en su calidad de cosmógrafo del
de Olmos el oidor Alonso de Zorita y los cronis- rey Enrique 11, se adjudicó la propiedad del Có-
tas franciscanos Jerónimo de Mendieta y Juan dice Mendocino; así lo demuestran las firmas que
de Torquemada. Nos dice el primero, en su Rela- en él estampó, junto con la fecha de 1553. El
ción de la Nueva España (escrita hacia 1584): "Y virrey Antonio de Mendoza, que en 1550 fue
sobre esto mismo escribió otro libro fray Andrés transferido al Perú, ya no tuvo tiempo de pro-
de Olmos, de la misma orden, y no lo pude ver, mover la preparación de una nueva copia del
porque lo había enviado a España y no le quedó Códice Mendocino para enviar a España. Por eso
traslado de él; y después, a ruego de algunas per- el emperador, en cédula del 20 de diciembre de
sonas, escribió una Breve relación de lo que se pudo 1553, volvió a requelir la información correspon-
acordar, como él lo dice, y parte de ella, aunque diente. Acatando esa cédula, el virrey Luis de Ve-
muy poco, hube yo".8 Ya conocemos el testimo- lasco ordenó que se redactara la llamada "In-
nio de Mendieta: "Y él [fray Andrés] me dijo en formación de 1554 sobre los tributos que los
cúyo poder hallaría esta su última recopilación, indios pagaban a Moctezuma", 11 para cuya elabo-
escrita de su propia mano, y la hube y tuve en mi ración se recurrió a un "libro de pinturas" muy
poder". Finalmente Torquemada, ya sea de ma- semejante al Códice J\!lendocino.12 Treinta años des-
nera directa, ya sea a través de Mendieta, se sir- pués, en respuesta a esa misma cédula, Alonso
vió del Epílogo o suma de Olmos para escribir su de Zorita escribió su Breve y sumalia telación.
Monarquía indiana (publicada en 1615); pues en Del EjJílogo o suma de fray Andrés de Ólmos,
el capítulo 27 del Libro XI reconoce: "Lo dicho una de cuyas copias llegó a París, se hizo, proba-
en este capítulo, demás de lo que tengo exami- blemente entre 1548 y 1553, una traducción al
nado, es colegido de lo que los venerables padres francés, la cual recibió el título de ¡-lis/vire du
fray Toribio Motolinía y fray Jerónimo de Men- Mechique. En el manuscrito original que la con-
dieta tienen en sus libros escritos de mano, que tiene, la Histoire du Mechique ocupa 20 p5ginas,
no están impresos, y son razones también del marcadas con los números de folio del 79r al
bendito padre fray Andrés de Olmos, de cuyos 88v, al final de las cuales el texto queda trunco.
escritos se aprovechó el dicho padre fray JeJ'ó- Ahora bien, en dichos folios primero y último de
nimo para escribir la Hist01ia eclesiástica indiana, la Histoire du Mechique aparece, como lo encon-
que aquí cito".9 tramos asimismo en el Códice J\!lP11docino,la firma
Ahora regresemos un poco en el tiempo. Por de André Thevet. Podemos, entonces, pregun-
las mismas fechas en que fray Andrés de Olmos tarnos: ¿quién elaboró el manuscrito?, y ¿quién
redactaba su epílogo o suma de las Antigiieda- tradl~o al francés el texto español original? Pare-
des mexicanas, en la ciudad de México se termi- ce que la elaboración del manuscrito no puede
naba la elaboración del ahora conocido como atribuirse a Thevet, porque la caligrafía de su
Códice Mendocino. Yes probable que en el año de firma es muy diferente. Caben, pues, dos posibi-
1548 ambos escritos viajaran rumbo a España lidades con respecto al autor de la traducción
en un navío que finalmente no llegó a su desti- francesa, a saber: 1) que Thevet haya traducido
no, porque fue interceptado por piratas france- al francés el texto español primitivo y luego haya
ses, quienes llevaron a los viajeros y tripulantes,
10 Georges Baudol, u/J. rit., p. 209.
x Alonso de Zorita, Rdarióll d, la Nunm I,'s/Hlú", 1/ ACI,de Sevilla: Juslicia, lel{. 20'1, nÍlm. 5.
Conaculla. México, 1999, vol. 1, p. 10'1. 12 Véase José Luis de Rojas, llIjiml/(/(úill d, /554 JObr, los
'. Juan de Torquemada, ¡V/on(lI'{/lIía indirllla, UNAM, trilmtos '1'u los indios /Hlgab(lIl a ¡V/o(/,w1I/a, cn:SAS, México,
México, 1975-198'1,vol. IV, p. 74. 1997, pp. 113 Y206.

32
LAS AXT/(;C!';¡¡A/)/':S ,1Ir:XJr:AXAS IH: FRAYAJ'illR~:S llE OI.~IOS

mandado escribir en limpio la traducción; o bien, pobladores de la Cuenca de México; nacimiento


2) que Thevet haya adquirido el manuscrito que de la primera pareja humana del hoyo de una
conocemos y se haya limitado a estampar en él flecha; vida "chichimeca" de los primeros habi-
su firma para acreditar la propiedad, como lo tantes de Tetzcoco; sembrados de flores en los
hizo con el Códice i\!lendocino. Me adhiero a la se- templos; pena de muerte para los sodomitas en
gunda alternativa, por la siguiente razón: Thevet Tetzcoco; los colhuas y los mexicas, civilizadores
asentó su firma en los folios 791' Y 88v, precisa- de los tetzcocanos; búsqueda de huesos y cenizas
mente porque tales folios correspondían, en el en el Mictlan para crear al hombre; Xólotl cría
momento de adquirir el manuscrito, al primero a los primeros hombres; Citlalinicue, madre de
y al último del texto de la Hisloire du Mechique; 1 600 hijos; Tezcatlipoca envía a buscar músicos
sin embargo, dicho texto queda trunco y se re- e instrumentos a la casa del Sol; Tezcatlipoca
vela manifiestamente incompleto. Si Thevet hu- persigue a Quetzalcóat.l; origen de la costumbre
biera sido el traductor, no se explica por qué el de quemar los cadáveres; al morir, Quetzalcóatl
texto completo no habría llegado hasta nosotros, se convierte en estrella, et.c. Algo semejante se
o por qué Thevet, además de asentar su firma en encuentra al comparar el texto de la Hisloire d1l
el folio 791'del manuscrito, lo hizo también en el Mechique con la Relación de la Nueva Espmia de
8Sv si éste no era el último, Así, pues, podemos Alonso de Zorita. Queda así confirmado que la
concluir que t.anto la traducción como la escritu- J-Jisloi're du Mechique se remonta a las recopilacio-
ra de la Hisloirl' du Ml'Chiq1le son anónimas. nes de fray Andrés de Olmos, y que, en defini-
André Thevet conservó en su poder el Códicl' tiva, no es sino una traducción, por lo menos
Mendocino hasta 1587, allO en que lo vendió al parcial, del llamado EjJilogo, lurna o última 1HOIJi-
geógrafo inglés Richard Hakluyt, capellán del lación. Por si quedara alguna duda, en el manus-
embajador británico en París. Por lo que se re- crito de la Hisloire,du Mechique, a continuación
fiere a la Hisloirl' d1l Merhiqul', Thevet utilizó par- del título puede verse la anotación tachada: "tra-
cialmente dicho texto en su obra CosmogralJhie duicte de spannol", "traducida del español";
1lnivl'rselle,1:1 publicada en París en 1571; el ma- además, no pocos errores del texto francés se
nuscrito permaneció en poder de Thevet hasta explican mejor si se supone que el traductor te-
la muerte de éste, y posteriormente formó parte nía a la vista un original en lengua hispana, Ha-
de la colección Séguier-Coislin y de los fondos biéndose perdido el texto español primitivo, su
de Saint-Germain-des-Prés, antes de ingresar a la traducción francesa hace las veces de original.
Biblioteca Nacional de Francia, donde se encuen- Examinemos ahora el texto de la J-Jisloi'l'e du
tra hasta la fecha. Ml'chiq1le, a fin de confirmar los datos apuntados
Dentro del J01lmnl de la Société des A mélicanisles en relación con la fecha de composición y con el
de Pmis, Édouard
de Jonghe publicó en 1905 la autor del manuscrito original. En el capítulo III
Hisloil'e atribuyendo a fray Andrés
d1l Mechiqul', se dice que la ciudad de México es sede de arzo-
de Olmos la autoría del texto 'original en espa- bispado, y dicha erección tuvo lugar el II de
ñol. Ahora bien, si comparamos la Hisloire du febrero de 1546;14 por lo tanto, la redacción del
Mechique con el libro 1I de la Hisloria eclesiástica texto debe ser posterior a esa fecha. Además, el
indiana de Mendieta, hallamos que no son pocos capítulo V registra que la ciudad de M~xico Te-
los temas comunes, los cuales se tratan muchas nochtitlan fue fundada en el año 2 Calli, al cual
veces con expresiones casi idénticas. He aquí una se le asigna la correspondencia con 1321, Y se
lista de tales temas: los tet.zcocanos, primeros dice que desde esa fecha han pasado 222 años.
Dicho año 2 Calli correspondió en realidad a
J:\ En los capítulos 15-17 c1e1libro XXII, según Éclollarcl
c1eJonghe, "I-/istoyre c111Mechique", en./ollmal r/, la Soci';¡';
dn Amhicaui\'ll'\' dI' Pan's, París, 1905, Nueva Serie. lonlo 11, l-t Véase Joaquín Carcía Icazbalceta, Don .fin)!Juan ,11>
l' ~~3, '!.lIl1uirmga, Ponúa, México, 1988, vol. 1, PI" ~fi2-~fi3,

33
RAFAEL TENA

1325, Ysi a este número sumamos -a la manera insuficiente de la lectura paleográfica, a sus es-
indígena- los 222 años señalados, llegamos al casos conocimientos del náhuatl y de la cultu-
año 1546, fecha en que probablemente se re- ra indígena; de manera análoga fray Andrés de
dactó el texto original español de la Histoire du Alcobiz, que contaba quizá con una mejor pre-
Mechique, o sea, el Epílogo o suma de que venimos paración, incurrió en parecidos tropiezos al co-
tratando. piar o extractar el "libro muy copioso" de Olmos,
La atribución a fray Andrés de Olmos del en lo que ahora se conoce como Historia de los
texto español de la Histoire du Mechique se con- mexicanos por sus pinturas. Por otro lado, aunque
firma también porque en el capítulo II hallamos no exista de ello constancia específica, no puede
la narración de un mito de los popolocas, "gente descartarse que Olmos haya visitado alguna vez
que vivía hacia la Mixteca", es decir, en las inme- las regiones del Occidente y del Noroeste, pues
diaciones del pueblo de Tecamachalco, de cuyo Mendieta afirma que fray Andrés "corrió las más
convento franciscano fray Andrés fue el primer provincias de esta Nueva España ".17
guardián durante el año 1543.15 Luego, en el ca- No obstante, en general se tiende a aceptar
píado I1I, se advierte que "la palabra Mexico no que, aunque la mayor parte de la Histoiu du
es la palabra propia de los indios, pues los natu- Mechique puede remontarse a los escritos perso-
rales del pueblo y [aun] los cortesanos dicen nales de fray Andrés de Olmos, porciones me-
solamente 'Exic' o 'Echic"'; y en el capítulo VI nores de la obra, como el capítulo I1I, deben
de la tercera parte de su A,'te de la lengua mexi- atribuirse a un autor distinto. Por ejemplo, Án-
cana (escrito en 1547), Olmos señala: ''Ypuesto gel María Garibay, IH siguiendo a Ramón Rosales
caso que cuanto a la congruidad de la lengua Munguía, supone que dicho autor secundario
los mexicanos y tetzcocanos hagan ventaja a podría ser fray Marcos de Niza. Por su parte,
otras provincias, pero Mexico no la hace en la Wigberto Jiménez Morenol9 considera probable
pronunciación, porque los mexicanos no pro- coautor del texto original a fray Juan de Padi-
nuncian la m ni la p, y así por decir 'Mexico' lla, argumentando que este religioso, además
dicen 'Exico'''.16 de haber estado en Sinaloa y Zacatecas, fundó el
Pero la atribución de la Histoire du Mechique convento de Hueytlalpan, donde luego estuvo
a fray Andrés de Olmos se enfrenta a serias ob- fray Andrés de Olmos.
jeciones. ¿Cómo explicar, por ejemplo, el uso Pueden aducirse varios datos en apoyo de
defectuoso del náhuatl por parte de la "mejor la hipótesis de Wigberto Jiménez Moreno. Ha-
lengua mexicana que entonces había en esta biendo llegado a Nueva España a principios de
tierra", y la interpretación a veces errónea del 1525,2° fray Juan de Padilla se incorporó casi
calendario indígena por quien se supone estaba de inmediato a la comitiva del capitán Francisco
bien informado? Además, el autor de la Histoire Cortés de San Buenaventura, quien andaba por
du Mechique, hablando en primera persona, ma- las regiones de Occidente desde 1524. Volvió fray
nifiesta haberse hallado en varios sitios de los Juan a esas tierras con la expedición que a par-
actuales estados de Sinaloa y Zacatecas, y no tir de 1529 condl~o Nuño de Guzmán, y en 1531
consta que Olmos haya viajado por esas regio-
nes. Tratemos de resolver tales reparos. Por un
17 Gerónimo de Mendiela, Hi'iloria fflf'sirlslica indiana,
lado, habría que responsabilizar al anónimo tra- Porrúa, México, 1980, p. 645.
ductor francés de los errores textuales, los cua- 18 Ángel María Gariba)', Historia d" la litnalum nríhuail,
Porrúa, México, 1971, vol.!I, p. 47.
les podrían deberse, además de a una práctica
19 Wigberto Jiménez Moreno, "Epílogo", en José
Tudela de la Orden, Códiu Tlld"la, Ediciones Cultura
I!, Véase Anales d" Tecamachalev, Fondo de Cultura Hispánica, Madrid, 1980, p. 214.
Económica, México, 1992, fol. 6r. 20 Véase Vicente de Paula Andrade, Primn fStudio so/n'"
lO Andrés de Olmos, Arte de la lengua ",exicana, UNAM, los conquistadorEs espiritual!'" d" la Nw'va "-'/)(l1¡a, La
México, 2002, p. ]67. Europea, México, 1896, pp. 21-26.

34
LAs ANTIGÜEDADES MEXiCANAS DE FRAY ANDRÉS DE OLMOS

se halló presente en la fundación de la villa de mexicanas; en 1540 envió una copia a Sebastián
San Miguel de Culiacán.21 Refiriéndose al some- Ramírez de Fuenleal; hacia 1544 fray Andrés de
timiento de los indios caxcanes en 1531-1532, A1cobiz realizó una copia libre o extracto, al que,
Antonio Tello señala: ''Y los venerables padres ya encuadernado dentro del Libro de oro y tesoro
fray Antonio de Segovia [...] y fray Juan de índico, Manuel Antonio de Lastres impuso des-
Padilla bautizaban y administraban las provin- pués de 1702 el título de Historia de los mexicanos
cias de Tonalan, Tlaxomu1co, Ocotlan, Atema- por sus pinturas. Por otra parte, en 1546 y a soli-
xac, y entraron por la Tecuexa de Mitic, Xa- citud del obispo fray Bartolomé de las Casas,
loxtotitlan, Tecpatitlan y toda la Caxcana, que fray Andrés de Olmos redactó su Epílogo o suma;
son los pueblos y cabeceras de Xuchipila, Tlal- una copia que en 1548 era llevada a España fue
tenango, Teul, Mecatabasco, Nochichtlan y Teo- a parar a París; de esa copia, antes de 1553, se
caltech, y volvían a asistir en su convento, sin hizo una traducción al francés, la cual recibió el
descansar en el oficio heroico de la predica- título de Histoire du Mechique.
ción ".22 A fines de 1533, fray Juan de Padilla fun- Surge aquí una pregunta pertinente: si la His:
dó el convento de Hueytlalpan, donde luego fl-ay toria de los mexicanos por sus pinturas y la Histoire du
Andrés de Olmos se hallaría en diversas fechas Mechique se remontan respectivamente al Tratado
comprendidas entre 1539 y 1547.23 En 1540, fray de las antigüedades mexicanas y a su Epílogo o suma,
Juan de Padilla acompañó al provincial fray Mar- obras originales de fray Andrés de Olmos, ¿cómo
cos de Niza en la expedición que Francisco Váz- se explica que sus textos sean tan diferentes? Ante
quez de Coronado condlUo a Cíbola; fue uno de todo, conviene señalar que ambos textos coinci-
los dos religiosos que se quedaron allá, y murió den por lo menos en tratar sobre los mitos, las
a manos de los indios por el año de 1543.24 Así, historias y las costumbres de los antiguos pobla-
pues, fray Juan de Padilla pudo c~mvertir algu- dores del centro de México. Una vez aceptado
nas experiencias personales en noticias escritas, este dato fundamental, podemos formular las
que luego fray Andrés de Olmos utilizó en su siguientes precisiones.
Epílogo o suma y quedaron finalmente plasmadas Cuando Olmos envió a España las tres o cua-
en el capítulo III de la Histoire du Mechique, pero tro copias que se habían hecho del libro sobre
no pudo participar en la redacción definitiva del Las antigüedades mexicanas, conservó únicamen-
texto original en 1546, por haber muerto antes. te, como apunta Mendieta, una "memoria de
lo principal que en él se contenía"; y aunque
Zorita piensa en aquello de que fray Andrés
CONCLUSIONES "se pudo acordar", también es posible dar al
vocablo "memoria" el sentido de "memorial es-
Podemos resumir lo dicho hasta aquí, de la ma- crito o borrador", como 10 hace Mendieta al
nera siguiente: Fray Andrés de Olmos compuso, señalar que Olmos, en cierto momento, "acordó
entre 1533 y 1539, su Tratado de las antigüedades de recorrer sus memoriales". Además, es proba-
ble que fray Andrés, luego de 1540, haya conti-
nuado recolectando datos que le seguían intere-
2] Véase Antonio Tello, Libro s.gundo de lo Cránim mis-

celánffl de lo /rrovincio df Jolisco, La República Literaria, sando, en esta ocasión quizá más enfo~ados a las
Guadalajara, 1891, pp. 26, 66-67 Y 136. tradiciones de Tetzcoco que a las de la ciudad
n ¡birlem., p. 151.
capital de Tenochtitlan. Y no se excluye que Ol-
2:< Véase Andrés de Olmos, "Proceso seguido por fray
Andrés de Olmos en contra del cacique de Matlatlan", en mos haya recogido o recibido entonces algunas
Luis González Obregón (ed.), Pro¡:esosde indios idówlms y relaciones escritas o ciertos testimonios relati-
hnhúnos, AGN, México, 1912, pp. 205-215; Y Andrés de
vos a las experiencias misioneras de otros religio-
Olmos, Arlf de la lmglto meximna, UNAM, México, 2002,
p. [[1. sos franciscanos. A todos estos materiales reuni-
24 Gerónimo de Mendieta, o/J. fil. , pp. 742-744. dos recurrió fray Andrés cuando, al cab'o de seis

35
RAFAEL TENA

años, elaboró su Epílogo o suma "de lo que en ---, "Historia de los mexicanos por sus pin-
dicho libro se contenía", para el obispo innomi- turas", edición de JGI, en Nueva colección de
nado "a quien no podía dejar de satisfacer". Más documentos para la Historia de México, tomo 1II,
que repetir en forma resumida lo que ya una vez Francisco Díaz de León, México, 1891, pp.
había escrito, fray Andrés se propuso quizá comu- XXXIX-XLVY228-263.
nicar, acerca del mismo tema central, los datos Garibay, Ángel María, Teogonía e historia de los
novedosos que recientemente había recabado. mexicanos, tres opúsculos del siglo XVI, edición
Debemos, pues, considerar la Historia de los de AMG de la "Historia de los mexicanos por
mexicanos por sus pinturas y la Histoire du Mechique sus pinturas" y de la "Histoire du Mechique",
como auténticas joyas o alhajas del misterioso trad. de la "Histoire du Mechique" de Ramón
"tesoro índico", no sólo por la singular informa- Rosales Munguía, Porrúa, México, 1965.
ción que nos ofrecen sobre los mitos, las histo- ---, Historia de la literatura náhuatl, 2 vals.,
rias y las costumbres de los antiguos nahuas, Porrúa, México, 1971.
sino también porque se remontan, según nos Jiménez Moreno, Wigberto, "I-listoyre du Mechi-
hemos esforzado en probar, a los trabajos pio- que~, edición de \\JM, traducción deJoaquín
neros y meritorios de fray Andrés de Olmos. Le- Meade, en Memorias de la Academia Mexicana
yendo los textos tempranamente derivados y que de la Historia, tomo XX, núm. 2, México, 1961,
han llegado hasta nosotros, nos consolamos, al pp. 183-210.
menos en parte, por la pérdida tal vez definitiva ---, "Epílogo", en José Tudela de la Orden,
del Tratado de las antigüedades mexicanas y de su Códice Tudela, Ediciones Cultura Hispánica,
EjJílogo, suma o última recopilación. Madrid, 1980, pp. 207-229.
Jonghe, Édouard de, "Histoyre du Mechique",
México, noviembre de 2002 Edición de ÉdJ, en Journal de la Société des
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García Icazbalceta, Joaquín, Don fray Juan de (1870), Porrúa, México, 1980.
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rrúa, México, 1988. des 25 jiihrigen Bestandes des Institutes fiir
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turas", edición de JGI, en Anales del Museo Na- pp. 477-491.
cional de México, tomo 11, época 1, pp. 83-106, Olmos, Andrés de, "Proceso seguido por fray
Ignacio Escalante, México, 1882. Andrés de Olmos en contra del cacique de

36
LAs AIVTIGLTI:JJA/JES Mf;X/CANAS DE FRAY ANDIÜ:S DE Ol.MOS

Matlatlan", en Luis González Obregón (ed.), Tello, Antonio, Libro segundo de la Crónica misce-
Procesos de indios idólatms y hechiceros, AGN, lánea de la provincia de Jalisco, edición de José
México, 1912, pp. 205-215. López Portillo y Rojas, La República Litera-
---, Arte de la lengua mexicana (1547), edición ria, Guadalajara, 1891.
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León-Portilla, UNAM, México, 2002. paleografía y traducción de Rafael Tena,
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Silveira Cardozo, Manoe1 da, "Sorne Remarks edición de Ethelia Ruiz Medrano, Wiebke
concerning André Thevet", en The Amn1cas, Ahrndt y José Mariano Leyva, 2 vols.,
vol. I,julio, núm. 1, 1944, pp. 15-36. Conaculta, México, 1999 (Cien de México).

37
NOTAS AL MANUSCRITO

DE LA HISTORIA VERDADERA DE BERNAL DÍAz

René ACU1ia*

La de los manuscritos de Bernal es una historia ende, las de venderla "a qualesquier ympresores
de apariciones y desapariciones, todas ellas inex- y otras personas y por el precio ... que le parecie-
plicables o no explicadas. En 1575, el presiden- re y concertare".2 Los aparentes efectos sugieren
te de la Audiencia de Guatemala, Pedro de Vi- que esta misión resultó un fracaso.'¡ Bueno esta-
lIalobos, envió a España una copia manuscrita ría entonces Felipe II para buscar o pensar en
de la Ilistoria de Bernal, por la misma razón, sin libros, cuando acababa de perder una parte sig-
duda, que tuvieron entonces igual destino tan- nificativa de los Países Bajos y estaba a punto de
tos escritos, papeles), relaciones de funcionarios perder su Armada Invencible.
e historiadores que residían en Indias. La mane- En cualquier caso, a principios del siglo XVII
ra más socorrida para persuadir a un autor de el licenciado Antonio de León Pinelo declaró
que entregara su obra era prometerle que ésta haber visto la copia "corregida" por el padre Re-
habría de publicarse. Así debió creerlo Bernal y, món de "la Hist01ia para imprimir ..., sacada de la
con él, su familia y otros contemporáneos. Muñoz origina1. .." Estas son sus palabras: "Manuscrito
Clmargo, por ejemplo, al referirse en 1584 a en gran volumen que se halla en esta corte,
"los que han escrito de las conquistas desta tie- don [de] el M[aestro] fray Alonso Remón la
rra" y)lan "tratado largamente dello", hace es- tiene corregida la Histolia para imprimir, y es de
pecial mención de Bernal y se remite a su obra.1 300 folios, sacada de la original que vi en poder
En enero de ese mismo año había fallecido el de D. Lorenzo Ramírez de Prado, del real con-
autor, y en 1586 Teresa Becerra, su viuda, otor- sejo de Indias."
gaba un amplio poder a Álvaro de Lugo para que Infolio muy parecido, entonces, al Códice autó-
fuera a España a recuperar, "de qualesquier grafo de Guatemala, Glyas casi 300 hojas de pa-
personas y doquier que estuviere, una ystoria y pel de tina (43 x 29.5 cm.) fueron pegadas una
coronica" escrita por su difunto marido. Las fa- por una para formar el volumen. Método y
cultades de Lugo eran también las de suplicar tamaño de papel similares a los usados por Nico-
autorización del rey para imprimir la obra y, por lásJensen en la edición veneciana (1476) de la

* Institllto de Inl'estigaciones Filológicas, lINAM. 2 Véase el "Apéndice" a la /-fistOl?" de Bernal en la edi-


I Diego ~ltlliol. Call1argo. f)rscrijllúJ/l tlr 1" l'illtlrul y ción de Ramírez Cabañas, 1962, pp. 607-608.
jJruvinf";a rlr T/axa¡/a, en Nrl(l{";on"," gfugrrYi('(l,\' ti"l siglo XVI: :1 La pregunta inevitable es ¿por qué, si la f~11l1ilia(011-

'/lflx("(t/fl, edición de Renc' ACUlla, UNAt\I, InstiullO de In- sen·aba el prototipo, Lugo no llevó consigo a Espaiia una
"estigaciones Antropolúgicas, Etnohistoria, México 1984, copia? Los gastos dell'iaje debieron ser considerables y, el
p. 2'11 (Serie Antropológica, 5'1). I'iaje, toda lIna hazaña.

39
primera versión italiana de la Hisloria nalural de it;11 the Archives of lhe Municipality 01' Gua-
"linio. Es lamentable para el bibliógrafo y papi- lemala, where il remained unlil il IVas lral1sfc-
rólogo que el manuscrito corregido por Remón rred lo lhe Archivo General 01' Gualemala In
1948. (lnformalion from Dr. Pardo.)
y el que había estado en poder de Ramírez de
Prado,4 hayan desaparecido.
Además, hacia fines del siglo XV!I y en el Por fin, a principios de la década de los trein-
correr del XV!Il, desaparecieron dos manuscri- ta del siglo XX, bien peinadito y formal, apare-
tos de Guatemala. "A fines del siglo XV!Il", dice ció en Murcia el llamado ahora Ma17usrrilo
Sáenz de Santa María, "no se sabía nada en Gua- Alegria. Recibió ese nombre por el apellido del
temala sobre los manuscritos de Bernal". Pero bibliófilo murciano don José María Alegría,
en su ciclo, que parece normal, de muerte y re- quien lo adquirió de los herederos del párroco
surrección, ambos reaparecieron. Dice el autor de Torreagüera (Murcia), mientras los suyos, a
citado: "En 1840, sale de su escondite el ma- su vez, lo traspasarían a la Biblioteca Nacional
nuscrito Guatemala. Y el corregidor José Antonio de Madrid en 1949-' El volumen no tiene título
Larrave presenta solemnemente el voluminoso y consta de 324 folios, siendo de índices los que
infolio al ayuntamiento reunido en pleno. Es un corren hasla el 330. Esta versión comprende 21 I
obsequio que él hace a la ciudad en nombre y capítlllos y, al final, una "Memoria de las batallas
como testamen tario de San tiago Machado." y reencuentros en que se hallo el auetor desta
Nada más que esos datos, según aclara en historia", que es la que ocupa los folios 2871' a
la confidencialidad de la nota 47 al pie, le fueron 2891' del Crídirp Gualnl/ala. El capítulo I 10. tes-
comunicados al estudioso editor por don José lado en el Gllaln7la{a, v los dos que corren ~('srle
Joaquín Pardo, di[l1 1110. Lo expuesto por don el folio 2901' hasta el final, son omitidos en el
Carmelo resulta conmovedor, patético casi, pero Alegria, en cuyos folios 324v Y 330v se encuen-
no admisible. Stella R. Clemence, la principal tran sendas firmas, que parecen autógrafas. dr
bibliotecaria asistente de la Library 01 C017gress, Ambrosio del Castillo. El papel, car;¡clerístiu)
quien recibió el encargo de redactar el informe de principios del siglo XV!I, carece de marcas de
concerniente a la restauración del Códirt' Criwle- agua. Sáenz de Santa María da las siguieÍltrs
mala, dice lo siguiente:" apreciaciones: "Buena caligrafía [... ] de h se-
gunda mitad del siglo XV! y no muy diferente de
Linle seems lO be known ofthe manuscript from la que hemos clasificado como A 1 en el manus-
that time [1700] ulHil about the year 1840 when crito vl/.alemala [... ] Tamo los criterios internos
lhe Mayor of Guatemala, Mariano Larrave,h c1is- como los externos convergen hacia la fecha
covered il in leslamenlary papers ancl c1eposilecl señalada en el último folio del manuscrilo Gua-
lemala,K identificando el manuscrito Alf!gtin con
.• Es obvio que León Pindo, en esta llueva OG1SIÓn, \'10

el tnanuscrito "en esta corte", aunque antes lo había visto


"en poder de D. Lorenzo Ramírez de Prado". del Castillo y sus descendientcs", fli\lor;a d" la (:ou,/u;.\la di'
;, Este informe, que se intitula "Resloralion 01' the ori- /fl /V"I'l'fl /·.'¡/)(/I;fl, Estudios Críticos. 1992,pp. 2R-29.Obsér-
f:inalmanuscripl of Bernal Díaz del Castillo's 'Hislory of vese que la scñora Clelllence habla del alrald" ¡"Jan'aJlo
the Conquest of New Spain and Guatemala'".", puede ser 't.arra\·e, miSTllO al que don Cannelo llalna ("orrlg;dorjo\¡;
consultado en la ediciún facsinlilar de Miguel Ángel Anlon;o Llrra\'e. Sohre los antecedentes de ese ¡il¡rulO Ma-
Pon"a, 1992, p. XVII-LVIII.Publicado, también, por el chado y la papeleta que juega en el sainete de la apariciún
QU(lI'/rrly .Iounwl o! r:urrm/ Au/uisi/ioll.\. 19')2, p. X. de la y traspaso del 111anuscrito. ni una palabra.
Biblioteca del Conf:reso bajo el tílUlo de "Restoration of 7 Véase el Cfl/rílo,WJ actllalizado de Paz 1992. p. 226,

an Ancient Manllscript". 762bis. La Biblioteca Nacional de Madrid f:lIarda el ma-


li La bmilia Larrave entroncú con la línea prllleipal de nuscrito en la "itrina 26-12.
Bernal, clIando Ignacia Jusefa de Llrra\'e y Loaisa case'> H Esta referencia al "últinlo folio" es totaltnente inexac-
con Manllel.José Díaz del Castillo y Pimenlel (t IRI,), ta. Se trata del folio 2H9r, dOllde aparece lllla finlla de
éste en sef:ul1dasnupcias, heredero directo de Bernal, el Bernal de dlldosa autenticidad, ,,1 cual lúe remitido al
16 de mayo de 17'14.Edf:ar .Juan ...•.
paricio, "Bernal Díaz final del tOl110 con maliciosa intención. El facsílnil del

40
'\01.1' 11111'1'11(11'1) Il\' I1 11/1/1J/1/11'1','I!Ji.\IJUI,lllF. BI'I(:\,II DI.I/

el que ',l' 'acabl') de 'iaclr' el 1-+ de nOl'ieJl1bre de COllquista por 1'\ Padre Fral' Bartololllt' de 01-
1 (íO!) ~lIlO'i, " Illedo, religioso dt' la diclla 01'<11'11,de qut' ceni-
líca Bernal Dial. d('\ CaSlillo, cOllqllistador (11Il'
Como "criterio externo", don C~lrmelo trae
lúe destas Prm'illcias, para qlle '" pOllga ('11 la
e] de Fuente'i y (;uzm:ln: ¡Jero habrí,\ 'iido nú'i
diclla illformaci')11.
oportllno citar la infonll,\ci()I1 de mérito'i \' 'iCT-
\'iciO'i que a in'itancia'i de fray Franci,co Xim('- Don :'vIarcos de Estu¡Jillán, a 18 de abril de
ne/., PrOl'incial y \,icario Cenera] de 1m mlT- 1(j 19, mandó qllese procediera conforme a la
cedario'i, !c\'antó en (;uateJl1ab el c,pit:1l1 don pl'lición y, dos días de'ipllé's, Alonso Rodríguez.
\Lu'Co'i de E'itu¡Jill:lIl. alctlde ordinario de esa e'icribano de su majestad ;' ma\'or del Cabildo
ciudad. a partir del 9 de abril de I (j19, Fueron Público, daba fe de haber examinado "un li-
te'itig-os. entre otrO'i. Pedro del C~lstiJ1o. hijo. \' bro de mano enclladernado, ICcllO or B('JI1~u
.\mbro'iio del C,ls¡illo, nieto de Benlal, quien Día/. del Castillo [, .. 1, el Cl"tI libro para este e/cc-
declarú tener entoncc's en 'ill poder "una hi'ito- to me l'ntlTg'ó ,\mbrosio Oía? del Ca'ilillo, ¡Jres-
rt~1 orig-inal" de 'iU abuelo." .\jll/g<lr por el ¡U10 bítero 1 ... 1, en CU\'O ¡Joder está ¡Jor ser nieto del
de b inlúnnaci"J\l ml'ncion,J(LI, 1(1I ~), (''ila po- dicho Bern,tI nía/..., "11

drí~1 haber sido pn)\'()clda por la,'i pasiones qlll' Tal parece, entonces, que 'l mediados ¡le 1() I ~
dl'S<II() entonces la inminente }-)\\blic<lci")I1 de b exi'itían en C:uatemaLt dos manuscritos ele Lt
lIilllJlirt de fr<ll' :\ntonio de Remesal. ¡Jrob<lb1e ¡{illori(( de Berna]: lino, en m,mos de ,Juan JOS('
detonador de 1<1de Bern,tI por los Jl1ITced<lrios Díaz del Castillo v C~írclIl1o: el otro, en manos
fL\\' ,\Ion'io Rellll')I1 \' fray C<lbriel de ¡\cbl'/o y de Sil herm~lIlo I1l,lvor ,\mbro'iio, CJlle file el exa-
S'lnl<lnde!". minado por el not,tri') Rodríg-lIez. l'an'Ce Icg-í-
Ik hecho. allin.tI de 1<1inform<lciún de 1(11~). ¡illIO pn''illmir CJlle el I'(lhlll1e!l cllstoeli.((!o lJor
,\ntonio Cait:lIl. en nombre del Jl1al''itn) eral' .111'111JO'ié l''i el ahora 11;lInado e,idir'(' (I/tllíl!;m(o di'
Fr,lnci'ico "im('nl'/.. m<lniliesta qlle (;//({I('){{({!({ y, el qlle eS(;lb,: cn poder de ,\mbro-
'iio. el cono( ido a hor~1 com() ,\ Irt 1/ // Inir" . I!f'grin,
,11 derecho de dicho con\'l'llIo I dl'
b \krced I E'ite últil!1o. en elCcto. tiene ILtm,J(Lts almarg-en.
('oll\"jcIH' '-¡l' •.•
~lqll(' l('~(illl()lli() ('11 rclaciúll de L\....
hechas 'iin dllcb ¡Jor ,\Ionso Rodríglle;'. en los
C1;"""I1;1'i l¡t"' l''iI:lIl l'll el Libro de la 1ji'il'" ia
h¡g-ares donde alJ,II'l'Ce el nomllre de fray Barto-
de h COJ)qlli'ila, <¡lIe 1"1:1 en poder de .10'11 1 del
(:'l'ilillo \ (:,í, CIIlW. H'cino : Regidor dl'S"1 cill- lom(' ele Olmedo.l~ C0l!10 opina elon Clrmelo.
dad,11I de lo, "'I'\'icio'i : h.v'\I·l~1'i kcho'i en \a }¡¡ cOlJia en lim¡Jio de e,te d,dice debió efeClllar-
se en 1 (jO!), Veamo,'i, ahora, <¡lIé es lo qlle pasa con
el manuscrito qlle lJoseid el heredero directo de
{,'nd/ff (//(!OgUf/O (I~l~)~) no rq.J1utillu' (.''''1.1 pl;lI1a .. \1 ¡Jit' dl'
Ll Illi"'III,\ "l' !l-t': ",\C;!IH)"l' <Iv •...ll.\I· ('•.•
{.l iJi..;(llri..t En gll<lll'- Bernal, JU~1Il JOS(' Oía/ del Castillo y CÚrCII110,
111,11.\ \ I I <k 110\'il'11l1)J l' I ()O.p) .1110"" :'\aciit' ...(' 11;\ ¡.;rq~lln- S:lenz ele Santa \Ltría, haciendo suya 1<1obser-
I.ld() 11,1"'1.1aiJora lll;'d lJudo :-ocr la 1~1/")J1 qlll,: moti"(') e"ta \'ación de 5\ell<1 Clel!1cnce, cla,ificl Lt caligrafía
(Opi.l \ lJOI Cjllt' ('11 diciJo alio,

'1 \'':',1'';(' (,'(I/(i/OgO d(' la COllTciún .\tUIlO/, 11),-),-),~: dcl Cridirf' C//nfp{{w!({ en tres li¡Jos convenciona-
1,:'1{)li, nÚlll. 7. El dOClIIIIl'1l10 qUl' "t' (011Q'n'c') ('n CUillt'- les: A. By C. los cll,tles (,1 subdi\'icle en ,\ 1 v XZ.
IIla!.t. \ qllt' (ilO ~\(Plí...;t' lJllblicú en lo..; ,\II{/I", d,)!a ,\o('/f'f!m!
ven Bl, B2 v BSl, r\to es, en ¡('rminos específi-
(1r-(;I'()g'a/l(f,'III\/(JJI(I,I~lt)H,\'()I, II,JlÚlll,,;,I-'I.pp, !:")/-,lHO.
:\1111<.'(llll"'lill.Hlo aún la COpid <1(' .\b<1lid 11i lo..; lOllleIHi\-
lio..; il de.: don.Juan
{'..;Id Ballti la \I\lJlo/, cilh;dklO, quien fa!kci(', en Cllall'lllil!a l'] ~l) de khn'l () de.:
In .\.Itl•U1,lo:-.{' Dí~1/ cid <:a tillo, (:;lIC\lllO, nil'to dl' Bl'r- 111:\'1.
n.tI, llijo dl' Flanci..;("o Dí.l/ dd (:,l .... tillo \' lkcl'I'LI e I..;ahd 11 "Inforlll~l("iún dI' llls IIIt-TillJ' y '\lT\'icill, de la
dt' (,jl'LllIlO \' \';11<1<.',..;.("Clnl',,;polHliú Ll llllea (k sllct'siún, Rt'ligiún .\lercedaria, ,\110 dt' I td q, {)onlllll'll tu :r', ,\ I/(¡/{,\
plll· ...."liS hl'llll~m()..; lIl~ty()n·..;:\mh, (l..;io, T0111i'IS y.lacinlo, dI' 1(/ _,'oon/fu! di' (;f"ogJ({j/o l' 1!"I(ma, \'nl. ·11. núll\";, 1-,1,
.dJI.I/;\!O!1 l'il''';[ilcio l'(il'si,'¡:-.tico. \' I.)l'ln,,1>':· \' Fl~lIlci..;(() Cll"I~1l1"Ia, 1~1i;~, pp, 171;.. 177,
I.l1kcil'10n en l'dilel 11'lllpl~l1la, Edgar jlli\ll ..\p'lI icio, o/J. ).! Rcl'l'n ..'Tlcia....al I1Il'l (l,<I;\I io plleden l1atLIJ"";<' l'n lo..;
/tl .• pp, ~ I-~:-), De lllodo qlll' l'1 lH'rl'dl'lo dl~llll;\IlllSlTito cqJíttllo'\ 1, :t~.:\0, :~H.,-)~, 1)1, ~)~, ~I:, y ~():-), folios ~~r. ~~lr.
~
d(' Bl'lll~d, ("OIlH) dic(' la pt'ticiún de (~~liLITl, dt'hi(') "l'l l"t(· :\1\', :):h'. 1/\', :-),-)1, ,""i~h, ql\ \' :'¡Orh' cid ,\/rullf\rrllo.\/Igr(({.

-JI
RENf:Anr:\iA

CUADRO1
CALIGRAFÍAS DEL CÓDICE GUATEMllLA

Al A2 Bl . B2 B3 C
1-17 279 18-64 65-9013 271-274 269-270
98-101 284 91-97r 280-283 271
115-117 285r 102-114 295v-296 274-278
266-267 293-295 118-265 285v
268-288 268 289-292
298-299 295r
48 folios 5.5 folios 211.5 folios 25 folios 9.5 folios 13 folios Total: 312.5 ff.

cos, que distingue seis caligrafías, aunque el cri- ne un total de 36 folios", mientras "la sección
terio que emplea para identificarlas no parece B, la más extensa, ocupa un total de 253 folios".
bien definido. En su opinión (p. XVI), "son cla- Y, en la página XV, nos declara que "la sección C
ramente de Bernal Díaz las páginas que corres- comprende once folios ... " Cifras que, aun adel-
ponden a la sección C, y la mayor parte de los gazadas así, suman 300 folios. Por lo demás, ob-
interlineados en el cuerpo de la obra", y "pue- sérvese que los números que en el cuadro tie-
den ser de mano de Bernallas secciones A2 y B"; nen cursiva están traslapados en l<js columnas.
pero "no parecen de Bernal los folios compren- La caligrafía tipo A 1 de los folios 268 al 288, se
didos en la sección Al ". Como la identificación transformaría en A2 en los folios 279, 284 Y 285r,
de los lugares en que se distribuyen esas caligra- mientras sería también Bly B3 en los folio; 268,
fías es importante, ofrezco a continuación un 271-274 Y 280-283. Y, por si eso no bastara, la
cuadro esquemático de los tipos y folios que camaleónica caligrafía se torna del tipo e en los
Sáenz de Santa María ha reconocido, y que el folios 269-270, 271, 274-278 Y 285v; la tipo .-\2 en
profesor michoacano Pérez Martínez admite y el folio 295, es B3 en el 295v y e en el 295r. Un
comparte (Cuadro 1). autén tico en redo.
Lo bizarro de este asombroso cuadro, que des- La primera nota que se le puede poner al CÚ-
cribe la distribución delas caligrafías en el Códice dice Guatemala es, entonces, que se está por hacer
Guatemala, es que arroja 312.5 folios en total, aún el estudio responsable de su caligrafía y, con-
cuando el facsímil (1992) y la misma transcrip- secuentemente, del número de amanuenses que
ción de don Carmelo contabilizan únicamente intervinieron en su redacción y en qué lugares
296.14 Entretanto, los números del experto son del manuscrito. Y, en la línea de lo que falta, ha-
curiosamente inexactos. En la página XIV de su brá que hacer asimismo el estudio del papel, sus
introducción, después de sumar los folios en filigranas y tinta. Stella R. Clemence, principal
que aparecen las letras tipo Al y tipo A2, obtie- bibliotecaria asistente de la Biblioteca del Con-
greso, en su informe "Restoration of the original
I:l "Con excelJción del 72 bis", aclara don Carmelo.

Sólo que el manuscrito (;ufllmudll no tiene folio 72 bis,


manuscript of Bernal Díaz ... " al referirse a las
aunque sí 65 bis. Como "65a" lo identifica el facsímil filigranas o marcas de agua, dice: "Several diffe-
(1992) editado IJar Miguel Ángel Porrúa. rent watermarks are distinguishable (See ff. 117,
14 Hútoria vfTdrulf:ul df la conquista ({¡1 la NUnJa J"'\/J(Últl.,
172, 174) y; 1 have not noted any that are not
edición crítica por Carmelo Sáenz de Santa María, Insti-
tuto "Gonzalo Fernández de Oviedo", e.S.I.e. Monu-
menta Hispano-Indiana, V Centenario del Descubrimiento 1', Claras y distintas en el facsímil (1992). aunque no
de América, Madrid, 1982, p. 675. En absoluto rigor, el siempre completas, hay también en los folios 211'.60r, 6'\r,
manuscrito consta de 298 folios, esto es. 596 planas, 9 3;4 64r. 65, 65a, 721',75r, 76r-v, 77r, 78r, 79r, 81r, 87r, 91 r, 92r,
de las cuales están en blanco, lo que resulta en 587 planas 97v, 2 J 61',2651', 2701', 276, 278v, 290v Y 296. Algunas han '
1/4 con escritura (que da 294 folios).
sido dibujadas por Moisés Aguirre. Todas, absolutamente

42
NOTAS Al. MANUSCRITO DE lA HISTOHlA \'¡';¡ilJA¡¡¡';II., Dr~ BERNAI. DL~z

commonly found in paper of the 16'h century. manuscrito, Asociadas a distintas caligrafías, una
However, since Mr, Frohner assures me that they de las cuales podría ser de Bernal,19 hay varias,
will be as cleady visible after lamination, as be- que he enumerado ya en la nota 15, perfecta-
fare, I heme made no Slttdy of them. "16 mente visibles en el facsímil. Todas iguales y
y más abajo, refiriéndose a chorreaduras y la misma, como se puede apreciar en los dibu-
manchas: "There are ink spots and ink smudges jos adjuntos, son las que reciben el nombre de
too numerous to list, of brown or yellowish iron armomies, coat of arrns o escudo de armas. Muy
gall and a black that Dr. Pardo referred to as especial atención merecen las que resultan visi-
indigo and that varies from a heavy black to Iigh- bles en los folios 216v, 270v, 276v Y 278v, porque,
ter grayish black or bluish gray ... " aunque Heawood no reconoce filigranas de esta
Sáenz de Santa Maríal7 entretanto, tras "es- especie anteriores a la segunda mitad del siglo
tudiar" el papel y tinta del manuscrito, decla- XVlI,20 el que aparezcan en planas donde hay
ra que: caligrafía atribuible a Bernal Díaz (ff. 216v,
269r-270v, 274r-278v) deja malparado al célebre
No se ha hecho estudio especial sobre el papel sigilógrafo.21
empleado en el manuscrito Guatemala; sin em- Otra nota que desearía proponer a la refle-
bargo, tanto la calidad del papel como sus fili- xión de mi amable audiencia tiene que ver con
granas son las usuales en los documentos guate-
la edición de Remón en España. Uno puede
maltecos de la época, La tinta, en cambio, fue
aceptar el testimonio de León Pinel022 de que
sometida a detallado examen quím-ico [.,,] El
experto Barrow describe las calidades de las dos existían en la Península dos manuscritos alltó-
tintas usadas en el manuscrito: IH una elaborada nomos de la Histolia de Bernal C¡~,z: uno, la ver-
COIl saJes de hierro y negro de humo, y la otra con
una solución de índigo, Estas dos tintas se dife-
rencian a lo largo del manuscrito por su colora- ¡" La caligratía que opino es de Bernal está en los ff.

ción negra o rojo pardo. La segunda, que es la 2lov, 269r-27(h', 274v-~78v. Varias correcciones interlinea-
das y algunas testaduras podrían ser suyas. Las clenlás cali-
más utilizada, varía de tonalidad desde el ama-
grafías no pueden ser de Berna!.
rillo pálido hasta un pardo saturado, ~o Por lo que <:ltat;e a Briquet (1~f'.\Jiligr(/.nl"i. IJirlionnairr
Hi'i(ori'lllf' rlr-J ¡\!/arq/lf',\ rI/l Pa/Jif'I; 4 l011105, Georg Oll11s

Lo que esto significa en román paladino es Verlag, Hildesheim-Zürich-New York, 1991), cuyo cat,t1o-
go comprende marcas de agua que llegan hasta 1000, ni
que nadie se ha tomado el trab~o de examinar "iiquiera registra figura alguna que se acerque a las Hligra-
e ide~tificar las filigranas o marcas de agua del nas del (;ódia fWlógmjú. El escudo de armas es propio del
papel producido en Génova y, en Guatemala, es común en
obras impresas a partir de 1063 (Véase Cecilia Fryer,
todas, son ("Oal o/flrm.\", lo cual no apoya la apreciación de "Spanish and Italian Watermarks in Colonial Guatemalan
la señora Clemence de que haya "several different water- Books", Puu.ll'.'l in Pa/Jf'1: COllff'jJIJ in Hi\,toric(J/ \VflItTU/arb,
Illarks", Hay que a"adir, empero, que una reproducciún 2000,1'1" 37-55). El licenciado Ramón Mena (hligmufl-l" o
facsilllilar o una fotocopia no son el 111ejor lugar para !Urffr(l-\" IranS/Hlrf'lIlf's nI !)(/IJf'If'S dI' /'\'Uel)([ J~.'iI)(lIl(l df'lsiglo XVI,
observar filigranas. Secretaría de Relaciones Exteriores, México, 1926,1'1" 11-
Iti Cursivas Inías. 13 [Monograllas Bibliográticas Mexicanas, 5]) registra esta
li Cannefo Sáenz de Santa María, J-Iüloria vrrdadnn marca en documentos de Nueva España fechados en 1521;
p, XIV, aunque, C01no es natural, hab1ía que cOlllprobar si se trata
IH En la nota 2 al pie de la página, Sáenz de Santa de dOClunentos originales 0, sinlplenu>nte, de tlleraS copias
María cita: "R"s(ot"(J(ion (J! aH aucil'ltl 17/fl111.1.'if17j)/. T!tl' l.ilnnr.v tardías.
~lCongrf\.\'. JOlirllfll of f'Un1'l1/ (u:qllisi.tinns, X, 1, nov. 1952. 21 Para que los interesados hagan su propio cotejo y
Washington." Se trata del QILartnlyjounwl 0/(;111'1''''1 Ar- saquen sus conclusiones, se adjuntan dos láminas que
'1l/i"lio", de la Biblioteca del Congreso, donde se publicó reproducen sendas planas de cartas enviadas a don Felipe
el informe de la señora Clemence ya mencionado. El 11por Bernal en 1552 y 1558. Su respectivo traslaclo pale-
"experto Mr. Barrow", perito en procesos de laminación ogrático puede verse en la edición bernaldiana de Ra-
de tnanuscrilos, panicipó solanlente C0l110 consultor invi- tllÍrez Cabaiias (HiJlmia Twrr/(((Irra dI" la ("()1U/U;Jlfl dI' la Nut'-

tado por la Biblioteca clel Congreso el 5 de abril de 1951, Vft b/Hl-lift,. Porrúa, México, 1902,1'1" 589-594).
como se puede "er en los documentos preliminares cle la "" Antonio de León Pinelo, I:jJilolll' di' 1ft bibliol"'ft o"m-
edición facsimilar (199~: XLV) del Códir" fluló.',m!ú. Iftl i oláriml([.l, llrílllicft y gNJ,I,'1áfim, Madrid, 1629, p. 75.

43
slOn corregida, "para imprimir", de fray Alonso encol1trú \' recup'Tú el manllscrito de !:i7r" \' lo
Remón y, otro, el "original" que el propio biblió- \'endió a Ibll1írez de Prado con todos los ele-
grafo había \-isto "en poder" de Ramírez de Pra- recl1<1S .~enos, El \'(llllminoso inrolio, al11es de
do.~:\ Remón mismo, en su dedicatoria a dicho lIeg~lr a las manos del maestro Relll,')Jl, habrí~1
funcionario, le dice: p~lSado por las del cronisla Antonio de 1 !errera
U 1(25). Las palabras de Remón, en fin, "bllel-
A su libreria de V.S. tan grande en numero,)' tú \'0 a \'.S, impresso, lo qlle nos cOllltlllicó Ill~U1US-
rara en elecion, apenas se puede '1I1adir libro nito", no implican t¡lIe los padres de la \lerccd
que no tellga: y a la liberalidacl de su duello
hayan retornado a Ramírel. de Prado otra cosa
nada se le puede dar que no aya dado; y assi
buelvo a V.S. impresso, lo que nos comunicó qlle material illlpreso. Desp"t's de l ():~2, el par~l-
manuscrito, en hóra de los piadosos Oficios de dero del manll,critü de 1575 reslllta il1cierto.
mis sagrada Religion, y noticias ciertas de los El C,idirr (;/lo!ell/({/({, el1tretanto, antes )' des-
notables hechos, y de no pensados acaecimiclos pués ele haberse sacado el1 limpio la copia de
que se \'ieron ell las primeras conquistas de 1(iO:i o ¡\f({lI/lsai!o ,I/f'gri({, sigllió creciendo, ;\11-
:--Jue\'aEsp'1I1a.
tes de 1605, se adicionó la ":Vlellloria de las bata-
llas y enclIentro.s en t¡lle me E hallado", al final
Muy bien. Pero la nota a este punto es, ¿tenía de la cllal ha\' est'lIn!Jada lIna firma quC' podrí;1
Ramírez de Prado, amén del manuscrito, la ca- ser de Berna!. j)esp"¿'s de lli05, llll suplantador
pacidad legal para 'publicarlo por sí o por otros~ de Bern;11. presllmiblcmenle ,Sil hijo m;l\'(lr
¿Pudo, legítimamente hablando, transferir a los Francisco (t 1(12), adicionú los capítulos 21:~ \'
mercedarios el USllfruClO de la publicación de esa 214, qlle ~lpareCel1 el1 los rolios ~lJ()r \ siguientes
\lbra~ Porque los señores del Real Consejo tasa- del Cú/irr (;¡¡({!I'II/(//O y que, por :>upllesl;;. no
ron "a qu.uro mara\'edís \' medio cada pliego de existen en el .1/('gri({.~1 El capítulo 21') podría
la 1 listoria" v ésta tll\'O dos ediciones. Remón pasar !Jor lIna imitación a, eptclhl " pero el 21 ·1
habla de "la liberalidad de su dneño"; pero, ¿se reslllta un;1 ralsific;\ción delllasiado bllrt!;, par~1
habí,lIl muerto )'a, acaso, los legítimos herederos ser admisible. El sllplantador insistió en la fic-
de Bernal~ Y, si habían éstos rellllllciado a toda ción de que [krn<ll escribí<l eS<lSlíne,\s en l:l(;K
reclamación, ¿no tendrían que haberlo hecho (Facsímil de 1~)92, 295\'): "Digo que en el <lño de
mediante una escritura pública de cesión de de- beynte y ,inco estllbt, En el:a I prO\'in("i~1 de
rechos) Una respuesta probable a estas interro- Soconllsco I de p~lSada, ocho o diez días, \' solía
gantes podría ser que Alvaro de Lugo, el apode- ser !Joblada de m~is de qllinze mili \'ezil1os ... y
rado de Teresa Becerra, cumplió en España con agora en eSle ~\ño de qlli"s y sesenta y ocho eSl.i
la misión que la viuda le había encomendado:
:!l El suplantador en Clll'stiún t'scribiú tanlbil'n tina
:.!:~ Este personaje es dig-n o de aten ciún. Ya. desde Itl2(l, carla, de la cual Sl' COnSlT\";t sú\o un fi"aglllenICJ" \'l~'ast' Rento
t'ra c()ns~jtTO de Indias y en ) ();):> , tenía encoJllien(bs o :\Clll;;l, "Fraglllenle> ini'dito de una cana aLJibuibk a Ber-
iJellsiolll'S y rentas sobre ellCotllil'ndas en Cuatemala. La nal Díal del Caslillo", l:\(IIt1i()\ dI' /-/i,(orio .Yoll()!Li,/){f}/o, I ~}~17,
~'}J()ra literaria en 1;\que It: locú panicipar y ser testigo se 17, p~" ~tl~~71) Cuando el cronista dOlllinico fray Fran-
GlraCleri/a, en Espaúa, por la aparición de figuras COT110 cisco Xillll'nl'z escribía su ¡¡¡,(orlo (t'. 171~), luvo a la \"ista
Calderún de la Barca, CtT\'antes, Cúngora, Craci;'m, Lope el (,úli,.,.' Cuo(nllolo, cuyo capílulo 21·1 cila amplialllt'nte
de Vega. QUt:'\'edo y tan los utros; en Franci;l, ante cuya (Francisco Xillll'nl'/., / !i\(oriu ti" lo /)ro7li1/(';'1 d,' Sf(JI \ ';(nl(,'
(orte Júngiú etmlo ell11)(~jador, por el eSlablecimienlo dt" d,' Cilio/m." Cflfl(f'fllfllfl ti" lu Ortlf'f/ ti" Prnli("(/f!o,-n. \"01. ~ 1,
la .\cademia Francesa, Corneille, Descartes, y la obra n'li- Pril11(T~1 ediciún del lll¡lIlllscrito original de Cúrdoba, pa-
gios<I de los s~ml()S Francisco de Sales :' Vicente de Pau!; leogT.dLI y anotaciones del doctor Canndo S"len/. de Santa
pero lo que nos il11portaJía indagar en la \ida de este sl~je- ~Jaría. C,,\ .. Tipo¡.( •.alía '-laciona!. Sociedad de Geowa/ía e
lo es CÚ1ll0, desde cu~-mdo, por qué y por e¡uit'n lIegú a Il1sloria de Cllatt'lllala, Biblioteca "Cu~lthelllala", CU;\le·
teller posesiúll del Tnanuscrilo de Berna!. Sobre RamÍrel de Illala, Esp,",a, 1977, PI" l~h·I:¿7), El hereden> de Bernal
Prado, para elnpezar, \'t~'anse índices en '1'((1110"\ di' /mlif/\, en línea dircct;l, ~ probahle post't:'c1or del Cúrliu', era enton-
Catúlo¡.(o XX ,"'1 c\rchi\'O Ceneral de Simancas, Valladolid, ces José Dial dd Castillo y S'lI1Chel Prielo (t. 17114-t 1T.:\).
1%-1. Vt:'ase Ed¡.(ar/1I'"1 "\paricio, O/i, ,';1.. 1" ~:-;,

44
:\, 11" \1 \1\'1" fUI l) Ill' 1.\ !!/\lIJ!!/.1 lIlUil/!/./!.1 m. 131- '" \1 DI.\/.

lan [alig;le];¡ \' dc'pobLIlI;1 r¡uc no a\' l' cll;, mili \' (;OIl/ÚIc:I en 1111p'lriente suyo ~' del ubispo de
dO/i(,llto"\ \'c/ino" .. :.!~l" ChiafJ;¡. Fnl\os C")lIlCI Chillas, de "teniell',e ge-
Sin cmb;¡rgo. b, 1'\ idellci;¡, inlern;" no abo- 1l1'l';tI dc gobernador" en El S()('OIlUSCO. oficio
1l;¡1l LtI pn',uplle'lo ,ino. ;tI cl"llr;,rio. delat;1Il ille,i.,¡cnte en la legislación de ,¡I real COll'iejo,
!jlle la redacción de e,;¡, lille;¡, IUl' po.,tei'ior ;, el Cllal ;lIl1daba las facultades y nOlllbrallliento
l"a ll'cha. Sin e11lr;¡r ('11 detalle'. l);l'le citar lo, realc, qlle tenia P;¡checo.
rcieric!o' al gobern;ldor de El Soconu.,e o, dOI} y para concluir éstas !jue aSfJiran a ser ,im-
Pedro p;¡c!H'CO .\1\';11'1'/. de quien 'e afirJ11a !jIIC fJlc, notas, fJlTlIlitallllle ustedes ohsen'ar r¡ue
..... Ie lllandarOIl \'l'llir pn'''' ;) C,I;I tiueL¡d I dc \'arios capitldos de I;¡ Ili"folia ¡'(,Iriar/nll no caben
CllalC¡lIab I \'. de tiert;¡ dolell('id \ enojo'. di- en el pro\'l'Clu de relalar s{Jlu los hechos \'i\'idos
len qlle mllri(," (Llc,imi1 de Illl)~: ~')(ir). '\.¡da fJor Ikrn;¡l. ni corrlspollden a la idea IC'lilllO-
m:l' !jlle ("1;1, \' b hi'lori;¡ pl'l'\ i;¡ de On!l'"iel dc nial que presidió suesnitura. Conforllle el libro
\'iILI!juir:lIl. ",n pllro' Cmhll'le'. '\i Onl("iel lTeci{, h~ht;1 alclnz;¡r b Illa~'oria de edad, fue
de \'i1laejllir:1Il "", IUI\'()" cU;¡lldo le l"wh;11l 10- fJcrdiendo su inocellcia original hasta dejar
m;lndo la n"idl'ncia.:.''' ni 1';,clll'CO !tI(' 11,'\'ado IL"lucir lo., pocos escrúfJttlos de un historiador
fJJ'('" , a LI cillcL,d ek (;I¡;1I1'IIl;tla, ,\1 ConIL¡rio. sin e'Cllela, Si era ciego () nu cualldo se redactó
1I1ientr;¡, P;¡chcco tom;lb;¡ la rl',iclene ia ;¡ Ord(l- el fJr(,logo de b copia em'iada a :Ylac!rid ell
lil'l. b rcal .\udienci;1 de \I(-,ico ordelló !jlle cl 1575,"" es ob\'io que par;¡ enlonces Bernal ha-
Illnciollario dCpIIC'JO [llcr;1 11,'\';¡do pn'''' a dichd bi;¡ dej:ldo de ser 1111escrilor hone.,lo o,. lo quc
ciudad,:." P;¡checo. "'gúll eLllo, I'('cogido, por '" lo lIlislll", se h;¡hía cOITolllfJido, tstas ~on sus
l'do CrJlh.:2K Ltlkció en b 'l'CIe de '11 gohinllo paL¡bra.,:
;el ;\1'10 de FJ71 ~ [k hecho I;tlkci(, ;IIlIC' dc ejlll'
el doClor .\nlonio (;OIl/;il,'I. fJn',iclenll' de la Yo. 1\"IIl;1I Díal <1('1(:a"tillo, regidor dl'Sla cill'
cLleI de Santi;¡go de ClIal"lllala, alltor desta
:'('cit'll repuesl;¡ .\lldienci;1 de (;IJ;ltelllala, reci-
mll~' \'('rcladna y cl;lra lIi,/orio [digo qlll' \'dsl
Ili('L' la el'dub re;tI ll'chad;1 en \Ltdrid ;1 OCII¡-
r ... J l1allar;'\ll lell elb I cosas 1ll1I) Ilolabl,'s e digo
hn' ~ 1 de 1;,71 (\L("\. ,\l.~~\. 151 ~-~\~)')). cn !jlle Ilas de saber, l' t;¡lllbil'n \'all decbr;ldos los bo-
Fl'lipe II (Ie.,c;tlific¡ elllombramienlo hecho fJor rrolH'~ (' CO~~l~l'\Crila~ \'icio"a" ell \'11 libro ele
Fr;lIlCisco Lóp"1 de Cúmara. qlle ¡lO solalllellte
\';1 errado ell lo '111<' l'S'Ti\'i,', de la ;'\ue\'a Espalia
2-' El intlTl':-;acio 11;\I;ibil'll t'n «(l(('j.ll ('"¡;t,, Ci!J.h con 1.1"; ,ino 'lIle, lalllbi"Il, l1i/o err;lI ;¡ do, E-tmosos l1is-
dl' b "Rdacitm <Id ol>i"'pa<!ll dt' (;\I;I(l'1I1:11;1" (N.dr/{i(lIl1\ Iuri;¡d"rl" '1"C ,igllieroll Sil l!i,l/olia, que se
,J.!l'ogf(i/fl d,'1 ,ig/o X\ '/: (;/lfI/I'IIltflfl.
fI\ ('diciún de Reni' .\cuJla.
di/"11 el doclur lllcscas y el obispo Paltlo [obio.
l '\. \.\1. 11l,,¡itllHl ele Inn·"tiga<..i(ll1l· ..• \lllllll_H'lúgica ..•. Etllo-
\'. ;1 l'sl;1 (;lIh;¡, digo e alirlllO '1ue lo que en este
i.!. \Iéxico, 1~H~:!.}-lIJ' 17H-17~l), (Sl'1 il' ,\ntllpolúgka).
lli,,[tll
Sl'gún dicho dOClllnento, en 1:)7~ li;d>ia ('n El S()C(lnu~c() libro se COlllienl' \'a nlll\' \Trdaekro, ¡ya I CJue,
:-) C<ll>l'll'T'a~. ,ujdO";. ~~()pueblo..;. ~ ~N.s\'tTino~ ~' do..;
~,p)
COIllO lestigo de vi'I;¡. 11l" l1alll' ,'n ludas las bata-
nll ~I";,·iLlrio..;, Pero n:',lse, t~llllbil'n, la "Llrta-rl:'1aciún del lbs e rellCllelllros de guelT;1. lo: no SOIl ClIl'lllos
golH'rn.l(lof Ponce de Ll'ún" ft'ch;ld~I;\ El (it- l'lHTO de 1.-)/'\ \'iejos Ili historias de rOln;lIlll, de m;1S de sele-
(Fr~lIl(i..;co ,-\nlonio de FU(~ntl'~ \' (;U/I11;-Ill. /li\/oria dI' (;1/0- cielltos ailos, porqlll', a mallera de dezir, ayer
/I'}l/O/O (} N/'('ordourJ/I F/ruido. tOIllO 1. Lui ....~;I'·;¡rr() Editor.
pass,) lo que \'l'l';ín 1'11 mi I¡¡,/oria, e CÚlllO e
\f;¡dr¡d. I HH2, p. ·121;), \' I"s c,n;!., del ""¡'p" \f;¡n r"'1uin
qllándo e de 'lul' manera. \. dello era buC'n tes-
(,;u'lllelo S;'tt'lll de Sallta ]\I;uía, /j !if('!/(/r((Io l/flJI hrllltl\IO
tigo el mu)- l'sforcado y \'aleroso capit;1n don
j\!mm,/I//", /Iri}l/I-" ohi\/HI di' (;I/fl/,'II/O/o (/-IC)l)-/5rSJ). Sil 1'/do.
S/" I'\tri/m, Ediciollt's Cultllr;l Ili..;p;'mira. ~Iadrid. I~ll)·t) l-lernando Cunés [, .. ] y dem;1s desto, desque
:.!l' \'['asl' la carta dl' ()¡dÚtll'/ (it- \'il1ae¡llir~in dirigida ti mi Ili.lforia se \'ea, dará fee e clariebd dello, La
don Fl'li~l' 11 <..:onfc:ch;\ (it- agel .... to :~I, i:-'(;I (J-."jJi\/o/rlllll dI' cual se acabó de sacar en limpio de Illi melllO-
SlIf'l'fI F\/Hlfifl, I~¡'¡~, :\: ~()I, :PI,~/). El funcionario l'swha ria e borradl les, ell esta muy leal ci udad de
('spl'LlI1do a Pedro I\lclleco. 'ill 'illCt''i(Ir.
ClIalilllala. dOllde reside la Real Audiellcia, ell
:!; \'l';\";l' la LI! (.\ dt' Pa( lleco al IT\' ft'chada l'll el
SOCOllllS(() ;1 ()( tubll' I de 1.-)n~l. ¡hidoll. }Jp. :~()~)-:~I o.
:!,o..: L'do (;rub Llld,\·ing. "Ll (:olullia ". /Jif (io!lmio gf'llf'fl- :lO¡ Estl' prúlogu, ,í aparl'ce l'il la ecliciún de Remún
-'"¡lit'

/¡iglfo, tOlllo pl'illll'rO, l'dicie'1I1 pri\';Hb, s f. p. ~:~~. (Ií-):~~). hlt'Olllitidl t'n 1:'1,\J¡II/Il\n-i/o.\/,',I!."'¡(( (It)()!í)
REN~:ACUÑA

veinte y seis días del mes de febrero de mil y qui- fice". Al levantar ahora la mano del teclado, lo
nientos y sesenta y ocho años [... ]30 hago con la punzante duda de cuánto, en la
Historia verdadera, salió de la pluma de Bernal y
Lo patético de estas líneas, que sin disputa cuánto de la de su alter ego.
fueron escritas en vida de Bernal, es que son
tanto o más anacrónicas que el capítulo 214 que Beltenebros,
acabo de comentar. Con una buena dosis de noviembre 7 de 2002
tolerancia, uno podría admitir que en 1568, el
autor cite la traducción española de los Elogios
de Giovio, aparecidos en Granada ese mismo BIBLIOGRAFÍA
año pero hasta allí. Porque aceptar que en 1568
se cite la Historia Pontifical de Gonzalo de IlIes- Acuña, René, "Fragmento inédito de una carta
cas sería de una credulidad prehispánica. Yes atribuible a Bernal Díaz del Castillo", Estudios
que, si bien la primera edición de esa obra apa- de Historia Novohispana, 1997, 17, pp. 263-271.
reció en Dueñas en 1565, como señala Sáenz de Aldea Vaquero, Quintín, "IlIescas, Gonzalo de,
Santa María, dicha publicación únicamente con- (Dueñas [Palencia] c. 1518-tc. 1583)", Diccio-
tiene los cinco primeros libros, desde san Pedro nmio de Historia Eclesiástica de Espmia, Consejo
hasta Benedicto XI (t 1304). La citada en el pró- Superior de Investigaciones Científicas, Insti-
logo de Bernal es, sin embargo, la edición de Sa- tuto Enrique Florez, volumen segundo, Ma-
lamanca (1573),31 que contiene el libro sexto, dl'id, 1972, pp. 1190-1191.
desde Clemente V (t 1314) hasta comienzos del Anales, "Información de méritos y servicios del
pontificado de Gregario XIII (1573). Imposible convento de Nuestra Señora de la /Mer-
es, entonces, que Bernal haya tenido conoci- ced de la ciudad de Santiago de Guatemala.
miento de dicha obra antes de 1574, e imposible Año de 1619", Anales dr la Sociedad dr (;rngJ(:
que la leyera, porque ya estaba ciego. Es obvio, fía e Historia, v. 41, núms. 1-4, documento 3,
por ende, que la fecha de ese prólogo es inexac- 1968, pp. 457-480.
ta, como es inexacto que la Real Audiencia resi- Aparicio, Edgar Juan, Marqués de Vistabeila,
diera entonces "en la muy leal ciudad de Guati- "Bernal Díaz del Castillo y sus descendientes",
mala". Dicha institución había sido suprimida Historia verdadera de la conquista de la Nurva
en 1564 y, hasta finalizar el gobierno del licen-. Espa'ña, Estudios Críticos, 1992, pp. 19-51.
ciado Francisco Briceño (1569), no volvió a resta- Briquet, Charles-Molse, Les filigmnes. Dictiol1naiTe
blecerse en aquella ciudad.32 Historique des Marques d11 PajJirr; 4 tomos,
Si la manera de equivocane del prólogo de Georg Olms Verlag, Hildesheim-Zürich-New
1575 se compara con la misma del capítulo 214, York,1991.
saltarán a la vista varias similitudes. Ambas pie- Clcmence, Stella R., "Restoration of the original
zas, podría concluirse, son obra del mismo "aní- manuscript of Bernal Diaz del Castillo 's
'History of the Conquest of New Spain and
Guatemala', brollght LO the Library of Con-
~IJ Historia vnt!rulrra di' la tonr¡uisla rlf' la Nueva I'..s/)(ula,
gress for this purpose by Dr. Joaquin Pardo,
vol. 11,coedición del gobierno del estado de Chiapas, del
gobierno de Guatemala-Ministerio de Cultura y Deportes- Archivist of Guatemala (abril 19, 1951)", en
Archivo General de Centroamérica y Miguel Ángel Porrúa, Histolia verdadera de la Conquista de la Nueva
México, 1992.
EsjJmia. Códice autógmfo, 1568, edición facsi-
:\1 Mi información sobre lIIescas procede del artículo de
Quintín Aldea en el f)in;onm;o dI' I-lislOl;a Fcll'sirí.,-¡im dI' milar: "Documentos sobre la restauración al
b/JllIia, vol. 2. Consejo SupeJior de Investigaciones Cientí· Códice autógrafo, 1568", Biblioteca del Con-
ficas, Instituto Enrique Flores, Madlid, 1972, pp. 1190-1191.
greso, Washington, D. c., 1992, pp. 1951-1952
:<~ Véase Lenkersdorf, Rl'lJlíblitm dI' !ndios, l'NA~I,
México, 2001, pp. 161-164. Y XV-LVIII.

46
NOTAS AL MANUSCRITO DE LA HISTORIA VUilJADf:/V\ DE BERNAL DíAZ

Díaz del Castillo, Bernal Historia verdadera de la Heawood, Edward, Watermar/¡s, mainly 01 the 17th
conquista de la Nueva-España, sacada a luz por and 18th Centuries, vol. 1, general editor E. J.
el padre maestro fray Alonso Remón, Im- Labarre, The Paper Publication Society. M(}-
prenta del Reyno, Madrid, 1632. numenta Chartae Papyraceae Historiam Illustran-
Díaz del Castillo, Bernal, Historia verdadera de la tia, or Collection of Works and Documents
conquista de la Nueva España, 2 tomos, única I1lustrating the History of Paper. Hirversum
edición hecha según el Códice Autógrafo, (Holland), 1950.
publicación de Genaro García, Oficina IIlescas, Gonzalo de, Historia Pontifical y Católica,
Tipográfica de la Secretaría de Fomento, contiene los cinco primeros libros y llega
México, 1904. hasta el año de 1304, Dueñas, 1565.
---, Historia verdadera de la conquista de la ---, Historia Pontificr:l y Católica, contiene seis
Nueva España, 2' edición, introducción y libros y llega hasta el año de 1573, Salamanca,
notas de Joaquín Ramírez Cabañas, Porrúa, 1573.
México, 1962. León Pinelo, Antonio de, EjJitome de la biblioteca
--~, Historia verdadera de la conquista de la oriental i occidental, náutica y geográfica, Ma-
Nueva EsjJaiia, edición crítica por Carme- drid, 1629.
lo Sáenz de Santa María, Instituto "Gonzalo Mena, Ramón, Filigranas o marcas transparentes en
Fernández de Oviedo", CSIC Monumenta His- papeles de Nueva España, del siglo XVI, Secre-
pano-Indiana, V Centenario del Descubri- taría de Relaciones Exteriores, México, 1926
miento de América, Madrid, 1982 (encuader- (Monografías Bibliográficas Mexicanas, 5).
nado aparte, tiene un suplemento). Mooser, Daniel W., Michael Saffle and Ernest W.
---, Historia verdadera de la conquista de la Nueva Sullivan Il (eds.), Puzzles in Paper: Concepts in
España, 3 vols., coedición del gobierno del Historical WatermmJ¡s, Oak Knoll Press-The
estado de Chiapas, del Gobierno de Guatema- British Library, Delaware-London, 2000. Este
la-Ministerio de Cultura y Deportes-Archivo volumen recoge ponencias presentadas en la
General de Centroamérica y Miguel Ángel International Conference on the History,
Porrúa, México, 1992 (1. Estudios críticos; Il. Function and Study of Watermarks, celebra-
Texto comparado: edición de Alonso Remón, da en Roanoke, Virginia, 1996.
1632, paleografía de Genaro Garda, 1904, Y IlI. Muñoz Camargo, Diego, Descripción de la ciudad
Códice autógrafo, 1568, edición facsimilar). y provincia de Tlaxcala, en Relaciones geográficas
Fryer,-Celia A., "Spanish and Italian Watermarks del siglo XVI: Tlaxcala, edición de René Acuña,
in Colonial Guatemalan Books", Puzzles in UNAM, Instituto de Investigaciones Antropo-
Paper. Concepts in Historical Watennarks, 2000, lógicas, Etnohistoria, México 1984 (Serie An-
pp. 37-55. tropológica, 53).
Fuentes y Guzmán, Francisco Antonio de, Hist(}- Paso y Troncoso, Francisco del, Epistolario de
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notas e ilustraciones D. Justo Zaragoza, Luis blioteca Histórica Mexicana de Obras Iné-
Navarro editor, Biblioteca de los Americanis- ditas, México, 1942.
tas, Madrid, 1882. Paz, Julián, Catálogo de Manuscritos de América
---, Obras históricas, tomos 230, 251 y 259, edi- existentes en la. Biblioteca Nacional, edición ac-
ción y estudio preliminar de Carmelo Sáenz tualizada, Tipografía de Archivos, Madrid,
de Santa María, Ediciones Atlas, Madrid, 1992.
1969-1972 (Biblioteca de Autores Españoles). Pérez Martínez, Herón, "Autógrafos y apógrafos:
Garda, Genaro, véase Díaz del Castillo, 1904. el texto de la Historia verdadera", en Bernal
Grub Ludwig, Vdo, "La Colonia", Diccionario Díaz del Castillo, Historia verdadera de la con-
genealógico, tomo 1, edición privada, s/f. quista de la Nueva España, vol l. Estudios

47
Críticos, coedición del g( bierno del estado Remesal, Antonio de, j fi,/orin gpnnnl r/p las Inr/im
de Chiapas, del Gobiemo de Guatemala- Orcir/enla/p5 y /Jal/irll/ar r/p /a Gobenwrió'// r/p
:\1inisterio de Cultura y Deportes-Archivo Chia/J(I)' Madrid, 1620, Infolio.
Glla/nllala,
General de Centroaméri( a y :Yliguel Angel S:¡enz de Santa María, Carmclo, Ellirf'l)riar/o r/on
Porrúa, México, 1992, pp. 99-120. Fmllrisro ¡\lanol'fllin, /Jlillll'l' obil/){) r/e Glla/nllala
Ponce de León, Luis, "Carta)' Relación dirigidas (1499-1563). Su vir/a. Sil 5 plrri/o\', Ediciones
al Rey Felipe 11, enero 19 de 1574", en Fran- Cultura Hispánica, Madrid, 1964.
cisco Antonio de Fuentes y Guzmán, llis/oria Saf'ne, Michael, Vpa51' \1osser.
dI' Gua/nnala o Rpcolf/aúól/ Florir/a, tomo 1, no- Sullivan 11, Ernest W, vpase Mosser.
tas e ilustraciones D. Justo Zaragoz'l, Luis ;\Ia- Títulos de Indias, Tí/n/os dI' 1l/dia5. Catálogo X.\'
"arro editor, Biblioteca de los Americanistas, r/p/ Arrhivo (;pnl'm/ r/e Simanml, terminado de
Madrid, 1882, pp. 423-42i'. redactar, ordenado y clasificado por D. Ricar-
Ramírez Caballas, Joaquín, OPUS!' Díaz del Cas- do Magdaleno, y en cuva redacción inter-
tillo, Ilis/olia vt'lr/ar/I'm dI' /a l'!J1lr¡lIis/a r/p /0 NlIp- vinieron sucesivamente D. José María de la
va l:s/J(/lln, 2" edición, Porrúd, \Ié'xico, 1962. Peña, D. i\liguel Bordonau )' D. Angel de
Real Academia de la Ilistoria, Catálogo r/p /a Co- la Plaza, Patronato ;-\acional de Archivos Ilis-
/prción r/p r/on jll(m 8(III/is/o MIlI/OZ, 3 tomos, in- tóricos, Valladolid, 1~)5-J..
trod. de Antonio Ballesteros Beretta, impren- Ximé~nez, Francisco, j 1il/IJlia r/I' /a Provillcia r/e Sall
ta ) editori.tJ Mestre, Madrid, 1954-1956. \ ';1'1'11/1'r/,' Chia/m y (;lIn/!'I1/{//a r/I' /0 Orr/I'II r/e j'/,p-
Rp/aciollPl gpoglfíjims riel siglo XI'I: (:lIa/elllala, edi- dimr/o/'l'5, vo!. 21. primera edición del m'II1II"-
ción de René Acuña, l':'\A~I, Instituto de In- crito original ele Córdoba, paleografía ',>Ino-
\'est igaciones Antropológicas, Etnohistoria, t<\ciones de! doctor Carmelo Sáenl de Santa
México, 1982 (Serie AntlOpológica, 45). :\laría, TipogTafJa :\acional, Sociedad de Geo-
Rdariollp.1 gmgráfims r/d .Iiglo XI '1: Tlaxm/a, edi- grafía e 1 [i'foria de CllatemaLI, Rih!i, ',LCI
ción de René Acuña, UN,\,\I, Instituto de In- "Coathemal;¡", Guatemala, España, 1977.
vestigaciones Antropológicas, El nohistoria,
:Yléxico, 1984 (Serie Antropológica, 5:~).

-1S
LA ETNOGRAFÍA DE LOS RITOS MESOAMERICANOS:

UNA PERSPECTIVA ETNOHISTÓRICA INTERDISCIPLINARIA

Johanna Broda*

En concordancia con el motivo de esta publica- nes materiales de existencia de aquella sociedad.
ción,l que conmemora el vigésimo quinto año Por azares del destino escogí a los aztecas cdmo
de labor fructífera de la Dirección de Etnohisto- objeto de estudio, y mis primeros trabajos sobre
ria,2 en este ensayo plantearé cómo han evolu- ellos fueran, ya en aquel entonces, acerca del
cionado mis propias investigaciones y mi enten- calendario mesoamericano, el ritual mexica y
dimiento de la investigación etnohistórica a lo específicamente acerca de las fiestas de los dio-
largo de este periodo. Si bien las consideracio- ses de la lluvia.
nes que voy a presentar contienen elementos Entonces descubrí las descripcic;mes de las fies-
"autobiográficos" -al igual que el evento que tas aztecas de fray Bernardino de Sahagún y fray
nos reúne-, pretendo reflexionar, sin embargo, Diego Durán, así como las de otros cronistas del
en términos más amplios acerca de la metodo- siglo XVI. Entre ellos encontré algunos autores
logía etnohistórica y, específicamente, del enfo- anónimos y códices que, en conjunto, constitu-
que interdisciplinario, aplicando este enfoque a yen un material excepcional por el detalle y el
temas concretos del estudio de la religión meso- poder de evocación, muy útiles para el estudio
americana. de la ritualidad prehispánica. Me di cuenta de
Cliando inicié mis investigaciones, hace mu- que estos textos históricos eran de una riqueza
chos años, y tras haberme formado como etnó- tal que permitían elaborar una verdadera etno-
loga, tenía el interés de estudiar la religión de grafía de los ritos prehispánicos y explorar las
una civilización antigua haciendo énfasis en un estrechas interrelaciones que existían entre el
enfoque que combinara el análisis de la religión culto y la sociedad mexicas, la estratificación
con el de la organización social y de las condicio- social, y las relaciones socio-económicas y políti-
cas existentes en Mesoamérica en el momento
• InstituLOde Investigaciones Históricas, UNAM. de la conquista. La actividad económica funda-
I Quiero agradecer al maestro Luis Barjau, a los orga-
mental era la agricultura del maíz, que d~pendía
nizadores y a los colegas de la Dirección de Etnohistoria
-todos ellos amigos y compañeros desde hace muchos estrechamente de los ciclos climáticos y del me-
años-, la invitación para participar en este congreso. dio ambiente, de la geografía de Mesoamérica.
2 A Emma Pérez Rocha y a otros colegas de la Di-
Estas condiciones naturales y económicas de las
rección de EtnohisLOria los conozco desde hace ya casi
treinta años, cuando éramos compañeros en el recién fun- sociedades prehispánicas habían incidido de una
dado CIE5A5-C151NAH, y de esta manera, en 1977, fui testi- manera determinante en la conformación de su
go de la fundación de la Dirección de EtnohisLOria bajo la
dirección de la maestra Barbro Dahlgren a quien todos
ideología y cosmovisión a 10largo de siglos, si no
recordamos con mucho aprecio y cariño. de milenios.

49
JOHANNA BRODA

De acuerdo con estos intereses teóricos, rea- día además al momento de la cosecha. El maíz
licé en los años setenta -cuando colaboraba en y las otras riquezas agrícolas se guardaban, jun-
el CIESAS con Pedro Carrasco, Ángel Palerm y to con el agua, en el interior de los cerros, y el
algunos colegas que laboran hoy en la Dirección hombre adquiría acceso a ellos a través del cuI-
de Etnohistoria- una selie de estudios acerca de ta a los tlaloque. Las fiestas de la lluvia y del maíz
esta interrelación entre el ritual, la estructura estaban estrechamente vinculadas con la cosmo-
socio-económica y el poder político del Estado visión prehispánica y la base ideológica de los
mexica. Sin embargo, aquí no profundizaré en conceptos acerca del sustento humano y del
estos temas y las importantes aportaciones que bienestar social.
hicieron Pedro Carrasco y Ángel Palerm al estu- Según he señalado arriba, desarrollé inicial-
dio de las sociedades prehispánicas del Centro mente esta interpretación del culto mexica sólo
de México, aportaciones que veinticinco años con base en los escritos de los cronistas y otros
más tarde siguen siendo válidas. En este ensayo textos del siglo XVI. Estas fuentes son tan de-
me interesa más bien el tema de la religión, en talladas, que es posible elaborar una verdadera
especial el del culto agrícola y su relación con el etnografía de los ritos frrehispánicos. Se trata de una
medio ambiente y los ciclos de la naturaleza. En situación privilegiada en el estudio comparado
un primer estudio monográfico sobre estos temas de las religiones: pocos textos de las civilizacio-
reconstruí el conjunto de las fiestas aztecas de nes antiguas son tan explícitos y abundantes en
los dioses de la lluvia que se extendían a lo largo sus descripciones de los rituales.
del año y estaban estrechamente vinculados con Sin embargo, este estudio de las fuentes etno-
el ciclo de las estaciones. En un principio me basé históricas constituye sólo el punto de partida para
sólo en la información de los cronistas, y fue más desarrollar una interpretación más compleja.
tarde (1983) que intenté confrontar y correla- Me refiero al enfoque y a la metodología inter-
cionar esta información con datos etnográficos disciplinarias. A partir del estudio de un tema
modernos. Mi interpretación fue que 1) El pri- constante: el culto mexica de la lluvia y del maíz,
mer ciclo de rituales agrícolas mexicas abarcaba he ampliado, a lo largo de los años, la documen-
la petición de lluvias en la época más seca del tación y las posibilidades de su interpretación
año, mediante los sacrificios de niños (febrero- mediante la aplicación de un enfoque interdis-
abril), y los ritos de la siembra (mayojunio). ciplinario. Este enfoque se ha ido concretizando
2) En junio, los mexicas celebraban con rituales mediante la incorporación de otras disciplinas
el inicio de la estación de lluvias -era la gran antropológicas que complementan la etnohisto-
fiesta del dios Tlaloc y de su consorte Chalchiuh- ria. Haré primero un recuento cronológico acerca
tlicue, la diosa de la laguna. 3) Al concluirse el de cómo fui incorporando estos otros plantea-
ciclo de las lluvias en noviembre, los mexicas de mientos, para sacar posteriormente unas con-
nuevo le ofrecían culto a Tlaloc y a los múltiples clusiones más generales acerca de este enfoque.
tlaloque o dioses de lbs cerros de la Cuenca de
México. Según la cosmovisión mexica, en ese
momento las aguas se retiraban al interior de los ETNOHISTORIA y ARQUEOLOGÍA
cerros, donde se quedaban hasta que se iniciaba
nuevamente el ciclo de lluvias en el verano. La excavación del Templo Mayor y sus descubri-
La celebración de los tlaloque en Tepeilhuitl mientos a principios de los años ochenta del
(octubre) y Atemoztli (diciembre)3 correspon- siglo XX, naturalmente fueron de gran interés
para las investigaciones sobre el culto mexica.
~ En la correlación de las fechas de los meses mexicas
sigo a Sahagún, añadiendo diez días para la corrección de
También en esos años se cristalizó el concepto
la Reforma Gregoriana de 1582 (véase Johanna Broda de cosmovisián, que Alfredo López-Austin, David
1983, Franz Tichy 1991). Carrasco, Eduardo Matos, Franz TicÍ1y, algunos

50
LA ETNOGRAFíA DE LOS RITOS MESOAMERlCANOS

otros investigadores y yo, autora, empezamos ETNOHISTORIA y ARQUEOASTRONOMÍA


a emplear sistemáticamente como concepto de
análisis.4 En la aplicación de una metodología interdisci-
El estudio de las ofrendas enterradas en el plinaria, hay otro campo interesante: es el de la
Templo Mayor revelaba aspectos desconocidos arqueoastronomía, estudio especializado de la as-
de la cosmovisión mexica. Este tipo de eviden- tronomía y cosmología prehispánicas, que aporta
cias arqueológicas deben confrontarse con los datos novedosos acerca de los conocimientos
datos etnohistóricos, y no sólo combinarse ecléc- científicos, los calendarios y la cosmovisión. Su
ticamente con ellos. relevancia consiste en mostrar la importancia de
Al plantearme una interpretación del simbo- la observación precisa de la naturaleza en el Mé-
lismo de las ofrendas, al inicio de la excavación," xico prehispánico. Los dirigentes políticos busca-
llegué a la conclusión de que el omnipresente ban crear un orden armónico en la arquitectura
culto a Tlaloc en el Templo Mayor denotaba una de los templos y en los asentamientos enteros, de
estrecha relación con el culto a la tierra -las acuerdo con los cánones de la cosmovisión.
ofrendas estaban destinadas a la tierra- y con En el calendario mesoamericano había cier-
el culto a los cerros y al mar. Tlaloc se manifes- tas fechas que correspondían a momentos cru-
taba como dios de los cerros que guardaban en ciales del ciclo agrícola y estacional, y constituían
su interior el agua, el maíz y las riquezas; mien- la estructuración básica de este calendario. Por
tras los animales marinos, que conformaban la ejemplo, vinculaban la observación del sol con
mayor parte de las ofrendas y que habían sido la celebración de las fiestas y la cosmovisión.
traídos de las lejanas costas del Atlántico, Cari- Según han demostrado varias investigaciones
be y Pacífico, simbolizaban la fertilidad absoluta arqueoastronómicas de años recientes, estas fe-
del mar. chas no eran los solsticios y los equinoccios, sino
De esta manera, la exploración arqueológica más bien eran momentos claves del ciclo agríco-
del Templo Mayor aportó importantísimos datos la: se trataba del 12 de febrero, 30 de abril, 13 de
acerca de la cosmovisión mexica que comple- agosto y 30 de octubre, que corresponden a la
mentan y amplían sustancialmente la evidencia orientación de 15.5°. Esta orientación se encuen-
etnohistórica. En este sentido quiero argumen- tra en muchos sitios desde el periodo Clásico,
tar sobre la importancia, en los casos en que las entre ellos destaca la Avenida de los Muertos en
fuentes lo permiten, de combinar la informa- Teotihuacan. En una serie de publicaciones ante-
ción étnohistórica con aquella que nos propor- riores, afirmé que estas fechas correspondían a
ciona la arqueología. Sin embargo, no se trata fiestas del calendario mexica: estaban dedicadas
de mezclar ambos tipos de información, sino de a las deidades de la lluvia, de los cerros y del maíz.
confrontar las interpretaciones surgidas inde- De esta manera puede afirmarse que la ar-
pendientemente de ambos análisis. queoastronomía contribuye a reconstruir los pro-
cesos rituales prehispánicos en su íntima vincu-
lación con los ciclos de la naturaleza. Lamenta-
blemente es un campo poco aprovechado para
• Véanse López-Austin 1980, 1994; Brada, Carrasco y
Matos 1987; Carrasco (ed.) 1991; Tichy 1991; Broda 1982, la investígación antropológica, arqtleológica
1991; Brada, Iwaniszewski y Montera (coords.) 2001. y etnohistórica, pues requiere de mucha espe-
5 Llevé esta investigación a cabo entre 1979 y 1983 cialización. Lo más recomendable en este caso
(véase Brada 1982, 1987), antes de que Leonardo López
Luján emprendiera una investigación ~xhaustiva de todas es el trabajo en equipo, ya que un solo investi-
las ofrendas del Templo Mayor (1993, 1997). Las conclu- gador difícilmente puede manejar todos estos
siones de ambos estudios se complementan y no se con- campos, que como en el caso de la arqueoastro-
tradicen. Otra investigación interesante sobre ofrendas
mexicas es la de Debra Nagao (1985), que se elaboró si- nomía se complican cada vez más con el avance
Illultánemnenle a la nlÍa. tecnológico.

51
----------------- JOHANNA BRODA

ETNOHISTORIA y ETNOGRAFÍA sociedad mayor que se produjo a partir de la Con-


quista. Las expresiones religiosas indígenas deja-
Dentro del campo de la antropología mexicana ron de formar parte del culto estatal impulsado
hay la posibilidad de establecer comparaciones por la clase dominante prehispánica y se convir-
sistemáticas entre la ritualidad y la cosmovisión tieron en cultos campesinos locales. La nueva
prehispánicas con la etnografía de las fiestas in- religión de estado fue impuesta por la Iglesia
dígenas de la actualidad. El interés por estos te- Católica, mientras que los ritos indígenas se des-
mas fue mi punto de partida al iniciar el estudio arrollaron al margen de ella: algunas ceremo-
del culto prehispánico hace muchos años, pero nias se practicaban clandestinamente, otras con-
dada la gran cantidad de datos etnográficos, tinuaban celebrándose como rituales públicos
me perdía en los detalles, y los trabajos sobre "sin- en un ámbito sincrético, y de esta manera han
cretismo" y "aculturación" de entonces, no me constituido mecanismos de resistencia étnica y
satisfacían. En años recientes, se han hecho avan- de reproducción de las identidades locales hasta
ces importantes en esos campos y se ha acumu- nuestros días.9
lado abundante información etnográfica acerca Con estos planteamientos teóricos he llevado
de esos temas.6 También se ha avanzado en la a cabo estudios acerca de la ritualidad indígena,
investigación de las instituciones religiosas y las en colaboración con varios colegas y estudiantes
creencias indígenas durante la Colonia, la labor de posgrado de la ENAH y de la UNAM.\OCuan-
de las órdenes, la creación de las cofradías, las do se aplica una estrategia coherente de investi-
jerarquías de cargos, etcétera.7 Además, se han gación, los resultados que se obtienen son sor-
propuesto nuevos planteamientos teóricos y es- prendentes. Dentro de los complejos procesos
tudios concretos sobre el sincretismo religioso, la de cambio y continuidad, me he limitado/a in-
reelaboración simbólica de creencias y práctIcas vestigar el tema del culto a la lluvia, a los cerros
y del culto a los santos católicos, como expresión y al maíz, es decir los ritos del ciclo agrícola. En
del sincretismo.8 Es fundamental recuperar más este aspecto de la vida de las comunidades, ínti-
información de los complejos procesos históri- mamente vinculado con su entorno geográfico,
cos en los cuales las comunidades indígenas se el clima, las estaciones y las prácticas agrícolas de
vieron envueltas después de la Conquista, pero si subsistencia, hay una continuidad notable con
bien la influencia española fue determinante, los ritos y la cosmovisión prehispánicos.
los indígenas no deben ser vistos sólo como re- Los cerros siguen siendo los contenedores
. ceptores pasivos de estos procesos de imposición, del agua, de las riquezas y del maíz; en ellos se
pues ellos reelaboraron creativamente sus formas hacen las espectaculares peticiones de lluvias
de vida, cultura y religión, integrando elemen- que se siguen practicando en muchas regiones
tos de ambas tradiciones culturales en una nueva indígenas de México. Hoy los ritos se dirigen a
forma de religiosidad popular. la Santa Cruz, que sin embargo, reúne caracte-
Una diferencia fundamental respecto del pe- rísticas de las deidades prehispánicas de la tierra
riodo prehispánico fue la articulación con la y del maíz, y muchos elementos estructurales de
estos rituales reproducen de forma sincrética es-
6YéaseMedina1989,2000;Good 1988,2oola, b;Albo- tas tradiciones ancestrales. La etnohistoria pue-
res y Brodacoords. 1997;Broda y Báez:Jorgecoords. 2001; de hacer una relevante aportación a la investiga-
Dehouve 1995,2001; Florescano 1995, 1999;Maldonado
1998; Gómez 2002; Sandstrom 1991; Galinier 1990; ción antropológica al documentar esta herencia
Aramoni 1990;Lupo 19?5;Monaghan 1995;Sierra 2000;y
otros. 9 Báez:Jorge1996,1998;Gruzinski 1988;Farriss 1984;
7 Farriss 1984;Chance y Taylor 1985;Taylor 1999; Good 2001.
Dehouve2001. 10 Se trata de los programas de maestría y doctorado
R Báez:Jorge1988, 1994, 1998;Bartolomé y Barabás
en Historiay Etnohistoria de la ENAH, y del doctorado en
1990. Antropologíade la ENAH y de la UNAM.

52
LA ETNOGRAFÍA DE LOS RITOS M¡':SOAMERlCANOS

histórica vigente en muchas de las fiestas indí- "núcleo duro" de esta tradición. Me adhiero a
genas actuales. la posición de muchos investigadores que pien-
Ciertas fechas cruciales del ciclo agrícola, que san que el concepto de Mesoamérica, propuesto
tenían importancia desde la época prehispá- por Paul Kirchhoff, sigue teniendo validez como
nica, se han fusionado con fiestas del Santoral herramienta metodológica.12
Católico, son precisamente las fechas arriba men- Los temas de investigación que he reseñado
cionadas: la Virgen de la Candelaria el 2 de fe- en esta ponencia se prestan particularmente para
brero (o más bien el 12 de febrero), San Marcos comparar diferentes regiones. México tiene una
el 25 de abril y la Santa Cruz el 3 de mayo, la gran complejidad geográfica, de altitudes y cli-
Asunción de María el 15 de agosto y el Día de mas. Sin embargo, el agua sigue siendo funda-
Muertos el 1" de noviembre. He argumentado mental en todas sus regiones, sea por su escasez
detalladamente en otro estudio que la secuen- en algunas, o por su exceso y fuerza destructi-
cia de estas fiestas católicas actuales continúa va en otras. La agricultura de temporal depende
reproduciendo una estructuración antigua del de las lluvias estacionales. Este complejo agríco-
calendario prehispánico, división en cuatro par- la, tanto en sus aspectos materiales como simbó-
tes basada en fechas claves del ciclo agrícola. licos, tiene vigencia más allá de los límites de
Esta hipótesis que he propuesto en varias publi- Mesoamérica. Al norte de la antigua Mesoamé-
caciones está abierta a la discusión académica.JI rica se extendía Aridoamérica: altiplanos secos
que llegaban hasta el suroeste de Estados Uni-
dos. Los indios pueblo habitan desde tiempos
ETNOHISTORIA y antiguos la región de los actuales estados de
ESTUDIOS COMPARATIVOS Nuevo México y Arizona. Su riqueza cultural se
basa en una tenaz adaptación de la agricultura a
Sin lugar a dudas, los procesos históricos no han estas regiones semi desérticas.
sido homogéneos y existen grandes diferencias Entre los indios pueblo (hopi, zuñi, acoma,
regionales en ellos. Mesoamérica siempre ha y otros) encontramos muchos rasgos del culto
sido un mosaico de culturas y las variaciones mesoamericano de la lluvia y del maíz: semejan-
regionales constituyen un rasgo característico zas sorprendentes en cuanto a sus conceptos
hasta la actualidad. A este respecto, López-Austin de la cosmovisión y sus prácticas rituales que, al
señala que Mesoamérica no ha sido un área cul- parecer, tienen raíces históricas muy antiguas.
tural )'uniforme y permanente de estructuras Entre estos elementos podemos citar el culto a
cohesivas", sino que es producto de una comple- las montañas sagradas, las cuevas, las piedras
ja y heterogénea dinámica dé'ielaciones socia- y la tierra en general. El mar era y sigue siendo
les. Este proceso, apunta López-Austin, hizo para los indios pueblo el símbolo absoluto de
posible que "la historia común y las historias par- la fertilidad.
ticulares de cada uno de los pueblos mesoame- El tema de la comparación entre los aztecas
ricanos [actuaran] dialécticamente para formar y los indios pueblo se ha discutido desde el si-
una cosmovisión mesoamericana rica en expre- glo XIX; sin embargo, nunca se ha estudiado de
siones regionales y locales". Sin embargo, tam- manera exhaustiva. En años recientes las nuevas
bién se reconocen grandes temas comunes de la investigaciones arqueológicas permiten docu-
cosmovisión como par-te de la tradición meso- mentar más firmemente las relaciones históricas
americana, lo que López-Austin ha llamado el
12 Mediante la publicación de los papeles inéditos de

11 Véase Broda (1995, 2000a, b, 2001). Otros autores Paul Kirchhoff (2002) -se trata de una publicación
que han hecho referencia a estas cuatro fechas son Iwanis- reciente coeditada por el lIA de la UNAM conjuntamente
zewski (1991). Calindo 1990, 1994; Morante (1993, 1995, con la Dirección de Etnohistoria-, resulta posible acer-
1996); )' Sprajc (2001). carse más a la obra inédita de este gran investigador.

53
JOHANNA BRODA

que han existido entre Mesoamérica y los exten- como la fuente de todas las aguas, y una de las
sos territorios del Norte. Sólo he mencionado ofrendas predilectas era la de conchas de mar
este ejemplo para señalar las posibilidades de es- (mullu), sobre todo Spondylus, además de arena,
tudios comparativos sobre ritualidad indígena y que se han encontrado en lugares distantes de la
cosmovisión, que es posible hacer a partir de la costa, en las montañas del Altiplano y en el Cuzco
investigación etnohistórica aquí planteada. mismo.lo
. Tanto los mexicas como los indios pueblo Los lugares sagrados de la cosmovisión incai-
pertenecen a lo que Gs:>rdonBrotherston (1998) ca eran conocidos como huacas y eran cerros, ro-
ha llamado "la tradición del Cuarto Mundo", es cas y manantiales en los alrededores del Cuzco.
decir la tradición autóctona de los indios de La importancia cosmológica de las huacas, el uso
Norte, Meso y Sudamérica', cuyos brillantes lo- de algunas de ellas como marcadores astronó-
gros culturales han sido destruidos o minimiza- micos y su sistematización bajo el Estado inca,
dos por los colonizadores europeos. Uno de los son temas que han sido señalados por Tom
grandes retos para la Etnohistoria de hoyes con- Zuidema en numerosas publicaciones. El paisa-
tribuir al registro y rescate de esas tradiciones je ritual incaico incluía además lugares sagrados
culturales brutalmente suprimidas. tallados en la roca viva, que eran la manifesta-
La compal-ación entre Mesoamérica y los An- ción de un importante culto a la piedra en el
des es otroJructífero campo de estudio. Si bien mundo andino: este culto incluía, desde las altas
existen pocos estudios comparativos serios, esto cumbres de los Andes hasta las rocas naturales
se debe a la dificultad de manejar la amplia bi- conservadas en los centros ceremoniales, répli-
bliografía especializada que existe sobre ambas cas de piedra de las montañas, pequeñas tallas
regiones. En cuanto a la temática del culto al agua en piedra, etcétera.
y la tierra y los paisajes rituales señalados en el En el mundo andino, este culto a la piedra
presente trabajo, ésta parece estar mejor docu- estaba estrechamente relacionado con el culto a
mentada en las crónicas andinas del siglo XVI los ancestros.
que en Mesoamérica, y ha sido analizada con El paisaje ritual mexica que se puede recons-
gran lucidez por varios autores. 13 Por lo tanto, la truir en el caso de la Cuenca de Méxicol6 se
comparación sistemática resulta sumamente asemeja e'n muchos aspectos, hasta en peque-
interesante para los estudios mesoamericanos. ños detalles, a la situación andina. Dejo de lado
Según afirman varios autores apoyados en la la intrincada cuestión de las causas de estas
información de los cronistas y en datos arqueo- semejanzas que, sin duda, tienen que ver con
lógicos, el culto a los cerros tenía gran im- antiguas, múltiples y complejas relaciones históri-
portancia para los incas, sobre todo en las altas cas comunes. En Mesoamérica y en los Andes hay
cumbres de los Andes.14 Según Mariscotti, estos tradiciones culturales que empiezan a perfilarse a
ritos incaicos tenían antecedentes locales y se ins- fines del horizonte preclásico o formativo en am-
criben dentro del culto más amplio a Pacha- bas áreas, florecimi.ento cultural del cual se nu-
mama, la tierra, los cerros, y las deidades andinas tren todos los desarrollos posteriores. Surge el
del rayo y la tormenta. El mar se consideraba culto a las montañas y otros accidentes geográfi-
cos, la tierra, los fenómenos meteorológicos, cul-

13 Véase Carrión (1955), Mariscotti (1978), Zuidema


(1989, 1995), McEwan y Van de Guchte (1993), Niles 1; En varias de las ofrendas más importantes del
(1993), AJcina (1997, si!) y Thiemer Sachse (si!). Templo Mayor de Tenochtitlan se encuentra también una
14 Reinhard (1985, 1987); Niles (1993); McEwan y Van capa inferior de arena de mar, circunslancia que lne llamó
de Guchte (1993). Los estudios más antiguos de Carrión la atención años atrás (Broda 1987; véase también López
(1955) y Mariscotti (1978) aportan un cúmulo de datos Luján 1993).
sumamente interesantes sobre el culto al agua y a la tierra 16 Broda (1996, 1997a, b); Tichy (199Ia, b); Broda,
en las culturas andinas. Iwaniszewski y Montero (coords.) 2001.

54
LA ETNOGRAFíA DE LOS RITOS MESOAMERICANOS

tos que abarcan el mar como la fuente absoluta grafía cultural y la arqueoastronomía, a las que
de la fertilidad. Estas tradiciones ancestrales que también puede recurrir el enfoque interdiscipli-
retoman los incas y los aztecas en el siglo XV, nario. Por lo menos en el caso de mis propias in-
incluyen un importante culto a la piedra como vestigaciones, este enfoque ha resultado ser una
algo vivo, expresión de las fuerzas del interior de herramienta sumamente estimulante para plan-
la tierra; para los mexicas, el glifo para piedra era tear procesos culturales más amplios y obtener ex-
un corazón; mientras que para los incas las pie- plicaciones más profundas. En este sentido podrí-
dras eran ancestros petrificados. Esta última tra- amos decir que la etnohistoria, como campo de
d¡"ción también existe en Mesoamérica y se con- estudio que combina la antropología con la his-
serva hasta la actualidad entre los huicholes. toria, tiene uno de sus mayores retos y logros en
Para entender estos fenómenos, hace falta ma- la interdisciplinariedad.
nejar una visión de conjunto que ligue los aspec-
tos materiales con los sociales y religiosos. Si par-
timos de esta perspectiva holística, resulta muy BIBLIOGRAFÍA
interesante llevar a cabo las comparaciones plan-
teadas, que demuestran el bagaje cultural com- Albores, Beatriz yJohanna Broda (eds.), Granice-
partido de las antiguas culturas americanas, lo ros: Cosmovisión y meteorología indígenas de Me-
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He querido demostrar en esta ponencia que la Aramoni Buxguete, Ma. Elena, Talokan tata, tall}-
etnohistoria hace una aportación relevante al kan nana: nuestras raíces, Conaculta, México,
estudio antropológico de la religión. Investigar 1990.
la historicidad de las tradiciones religiosas, la cos- Aveni, Anthony F., Observadores del cielo en el Mé-
movisión y la ritualidad indígenas de América, xico Antiguo, Fondo de Cultura Económca,
contribuye a documentar la enorme riqueza cul- México, 1991.
tural de los pueblos que habitaron este continen- Báez:Jorge, Félix, Los oficios de las diosas, Univer-
te antes de la llegada de los europeos. Después sidad Veracruzana, Xalapa, 1988.
de la conquista española se produjeron procesos ---, La parentela de María, Universidad Vera-
sincréticos y de reelaboración simbólica cuyo re- cruzana, Xalapa, 1994.
sultado son las fiestas indígenas actuales; sin em- ---, Entu los naguales y los santos, Universidad
bargo, se observa la permanencia de muchos Veracruzana, Xalapa, 1998.
aspectos de una visión del mundo propia. Cono- Bartolomé, Miguel Alberto y Alicia Barabás, La
cer mejor esta herencia histórica de México es presa Cerro de Oro y el Ingeniero El Gran Dios.
fundamental para entender la etnografía actual y Relocaliwción y etnocidio chinanteco en México,
hacer un estudio antropológico adecuado. tomo I1, INAH-Conaculta, México, 1990.
En esta perspectiva, la etnohistoria rebasa sus Broda, Johanna, "Las fiestas aztecas de los dio-
estrechos límites monográficos e incorpora re- ses de la lluvia", en Revista Española de An-
sultados, planteamientos y metodologías de la tropología Americana, vol. 6, Madrid, 1971,
arqueología, la historia y la etnografía en un pp. 245-327.
solo enfoque. Podríamos mencionar otras disci- ---, "Estratificación social y ritual mexica",
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59
TROMPETAS DE CARACOL MARINO

EN LAS FUENTES ESCRITAS DE LOS SIGLOS XVI Y XVII

Lourdes Suárez Diez*

La trompeta de caracol marino es, sin lugar a pero indiscutiblemente para los pueblos indíge-
dudas, el instrumento musical más usado por nas era, además de importante, muy agradable.
los pueblos mesoamericanos durante todas las Clavijero nos dice: "[ ...] No tenían instrumento
épocas. Tiene una fuerte relevancia entre los alguno de cuerda; toda su música se reducía al
grupos del final del Postclásico, especialmente huéhuetl, al teponaztli, a bocinas y caracoles mari-
en el mexica. Los cronistas de los siglos XVI y nos [...] el canto era duro y molesto a los oidos
principios del XVII han registrado en esta cul- europeos, pero ellos percibían tanto placer, que
tura sus diferentes usos, en forma tan acuciosa pasaban a veces en sus fiestas cantando todo
que da idea no sólo de la importancia que el el día [...] "\
instrumento tenía sino del impacto que causó La manufactura de una trompeta es bastante
entre los españoles, que aunque conocían el simple. Se inicia con la selección cuidadosa del
caracol, o caracola, como le llamaban, estaban espécimen biológico, pues depende del tamaño
lejos de imaginar la utilidad que estos pueblos o la complejidad de la forma que se requiera para
le daban. una determinada trompeta, así será la especie
No se sabe cómo era la música que en cada biológica que se necesite. En general, las trom-
acontecimiento se tocaba, ni si había variedades petas mesoamericanas son grandes por lo que
de tono o amplitud de tiempos o intervalos. requieren de géneros y especies también gran-
Aunque en algunos contextos arqueológicos des como Stromúus gigas, Fascilaria tulipa, o Busycon
de Mesoamérica se han encontrado trompetas de perversus. Aunque también se presentan, en me-
diferentes tamaños y de distintas especies que nor cantidad, trompetas medianas y pequeñas
indudablemente producían sonidos diferentes, para las que se requiere turbinella o Murex.
tampoco sabemos si se tocaban al mismo tiem- Al especimen biológico seleccionado se le su-
po combinando los sonidos o si se utilizaban en primía el ápex, la punta más aguda del caracol,
distintos momentos. En cambio, sabemos que se mediante la técnica del desgaste, conservando
combinaba su música con la de otros instrumen- el resto de la espira del mismo. Se friccionaba el
tos como el ataval, el huéhuetl y el teponaztli pero caracol con o contra el desgastador poroso y
desconocemos cuál era su combinación. Según más duro que la materia prima, hasta obtener
algunos cronistas, el sonido del caracol no pa-
rece haber sido del gusto de los conquistadores
I Francisco Javier Clavijero, Histaria antigua de México,
t. 11. libro VII, Porrúa. México. 1945. p. 30\. (Colección
* Dirección de Etnohistoria. INAH. escritores mexicanos).

61
LOURDES SUÁREZ DIEZ

un orificio que se pulía cuidadosamente para 3. En la derrota


formar o insertar la boquilla que el músico po- a. De los vencidos
nía sobre sus labios y por donde soplaba para 4. En el acompañamiento de los grandes se-
producir el sonido. A veces se utilizaba otra téc- ñores
nica de manufactura que consistía en cortar el a. En las ceremonias
ápex con una tira de piel tensada a la que se apli- b. En las procesiones
caba el movimiento de vaivén, usando un abra- c. En las comidas
sivo yagua. La boquilla podía ser parte del mismo 5. En los funerales
caracol o de otros materiales como cáñamo, ma- a. De los tlatoanis
dera o cerámica. Generalmente, una vez lograda 6. En los sacrificios
la trompeta se pulía también por desgaste y a. De los cautivos
a veces se decoraba en alto o bajo relieve utili- b. De los sacrificados
zando la técnica del esgrafiado, el calado, la pin- c. Del autosacrificio
tura o el cloisoné.2 d. Del ayuno
Hay bastante conocimiento sobre las funcio- e. Del baño ritual
nes de la música del caracol marino, gracias a la f De las penitencias
información que proporcionan los distintos con- 7. En las ceremonias
textos arqueológicos de Mesoamérica y las pin- a. A los dioses
turas en los edificios, palacios y templos, además b. En los templos
de las representaciones en los códices. Sin em- c. En las fiestas
bargo, son las fuentes escritas de los cronistas de d. En las procesiones
los siglos XVI y XVII las que dan mayor cantidad 8. En los grandes acontecimientos
de noticias, especialmente de sus funciones. De a. De la entrada del agua a Tenochtitlan
esas crónicas me ocuparé en este trabajo. b. De la consagración de la piedra de sacri-
La trompeta qe caracol entre los mexicas, se- ficio
gún las crónicas escritas del siglo XVI, tuvo 11 9. En las velaciones
funciones específicas que fueron registradas por a. De los templos
uno o varios cronistas. Cada una de estas funcio- b. De los dioses
nes tenía variantes, que también fueron meticu- 10. En las horas
losa,mente registradas. La trompeta de caracol a. Del día y de la noche
marino se tocaba: 11. En la enseñanza
a. De los alumnos del Calmecac
1. En la guerra
a. Iniciaba el combate

b. Detenía la batalla LA TROMPETA DE CARACOL


c. Daba el toque de guerra SE TOCABA EN LA GUERRA
d. Terminaba el saqueo
2. En la bienvenida triunfal INICIABA EL COMBATE
a. A los guerreros Tezozómoc nos dice:
b. A los grandes señores
c. Al senado ...volvieron los mexicanos a la guerra de Chalco, y
d. A la victoria ...con grandísimo ánimo y estruendo de vocería
de cornetas, bocinas [de caracol) y atabales re-
sonando: éstos arremeten a los chalcas ...3
2 Lourdes Suárez Diez, Conchas prehisj){inicas en México,
Oxford, Inglaterra, 1989, pp. 94-95 (BAR International , Fernando A1varado Tezozómoc, C7úniw Mexiwna,
Series, 514). trad. de Adrián León, UNAM,México, 1975, cap. XXVI, p. 97.

62
TROMPETASDE CARACOLMARINOEN LASFUENTESESCRITASor: LOS SIGLOSXVI Y XVII

... Luego de [ganada la provincia de Coayx- Usaban también llevar en la guerra unos cara-
tlahuacan] se publicó en todos los pueblos ...y coles mariscos, para tocar alarma ... 1O
comenzaron ... a limpiar bocinas de caracol
y concha .. 4
Fray Juan de Torquemada dice:
... ya han comenzado los llalelulcas, [la gue-
rra] ... Ea, mexicanos, toquen las bocinas de
caracol ... 5 Que los indios tlaxcaltecas dieron también su
...Al alba se tocó la corneta que era de cara- muestra ... y que Cortés con el ejército comen-
col de concha, grande, y al sonido acometieron zó a caminar ... [los indios] primeramente iban
tan valerosamente los mexicanos, [a los de Me- delante tocando muchos caracoles, bocinas de
choacan] .. 6 huesos y otros instrumen tos. II
... y así ... antes del alba, el primer repique de Cuando se admitía la batalla y venían los
la caja que era el atamborcillo dorado de unos contra los otros ... El rey Tazcucu llevaba un
Moctezuma y bocinas o cornetas de los caraco- atabalejo ... que tocaba al principio de la batalla,
les, ... arremetieron tan valerosamente, [contra otros usaban unos caracoles grandes, que sona-
los de Tututepec y Quetzaltepec] que antes ban a manera de cornetas ... 12
que fueran las siete tenían entradas de la for- Los indios de México que se concertaron
taleza .. 7 para en viendo descuidados ... a los españoles,
acometerlos, ... hacían de noche gran ruido con
sus atabales, huesos, caracoles y bocinas .. 13
Muñoz Camargo dice:
DETENíA LA BATALLA
... cuando iban a ganar o conquistar algunas pro- Alvarado Tezozómoc nos dice:
vincias [los de Tlaxcala] ... haciendo gran alari-
do los escuadrones ... en el tiempo en que se
...visto por los naturales de Coayxtlahuacan la
daba el combate, tocando sus atambores y ca,'a-
gran destrucción, comenzaron a vocear desde
coles ... que hacían extraño ruido ... 8
los altos montes, y con bocinas de Texixtli [ca-
racol grande] a cesar el combate ... diciendo:
Fray Diego Durán dice:
señores mexicanos, cesen ya vuestras armas, ...
oigáis lo que prometemos de tributo y vasallaje:
y queriendo volver sobre ellos, ... el Marqués con esto tocaron los mexicanos sus bocinas, [de
hizo ... [matar a] todos los indios que cogió caracol] y cesó la guerra ... 14
por delante, ... y así se apartaron y dieron lugar
para que los caídos se levantasen y echasen
DABA EL TOQUE DE GUERRA
mano a sus espadas y se empezasen a defender
Fray Diego Durán dice:
de/los indios, que, con vocería y sonido de bo-
cinas y atabales y de caracoles y otros instru-
mentos, les daban gran batería con las piedras Tlacaélel tomó una espada y una rodela ... y
y flechas ... que con hondas y otros artificios mandó tocar los atambores y bocinas [de cara-
arrojaban9 col]; al son de las cuales, se recogieron gran
número de soldados y gente de guerra; ... Tla-
caélel, desde lo alto del templo, mandó tocar ...
Fray Bernardino de Sahagún dice:

10 Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las


4 Ibidem, p. 133. cosas d, Nueva ¡';sfl",¡a, v. 11, libro octavo, anotaciones y
5 Ibidf1n, p. 195. apéndices de Ángel Ma. Garibay, Porrúa, México, 1969,
6 lbidem, p. 227. p.304.
7 lbidem, p. 435. 11 Fray Juan de Torquemada, Monarquía Indiana, t. 11,
R Diego Muñoz Camargo, Historia de T/axcala, edición UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, México,
de René Acuña, Talleres Gráficos Laguna, México, 1948, 1975, p. 250 (Serie HistOJiadores y Cronistas de Indias, 5).
1'.32. 12 IlJidem,p. 324.

9 Fray Diego de Durán, Historia de las Indias de Nueva 13lbidem, p. 315.


Est)(jña e islas d, la tit,rm firme, t. 11, Porrúa, México, 1967, 14 Fernando A1varado Tezozómoc, '1', cit., cap. XXXlII,

P 530. 1'.135.

63
LOURDES SUÁREZ DIEZ

bocinas, caracoles y otros instrumentos que ...y caminaron [los guerreros] la vía de Mé-
ellos tocaban en las batallas ... 15 xico Tenuchtitlan a dar cuenta al rey Moctezu-
ma de lo procedido en esta guerra, [de Zazo-
tlan] ... y así fue luego mensajero a México a dar
Fray Bernardino de Sahagún dice:
aviso a Moctezuma, ... habiéndolos recibido, to-
caron luego las cornetas de caracoles y atabales,
Usaban también llevar en la guerra unos cal-a-
de encima de las casas de los templos de los dio-
coles mariscos, para tocar alarma ... 16
ses, en señal de alegría grande ... 21
...antes que comenzasen a combatir, espera-
ban a que los sátrapas hiciesen señal sacando
fuego nuevo, y que tocasen las bocinas [de cara- A LOS GRANDES SEÑORES
col] ... 17
Alvarado Tezozómoc dice:

Fray Juan de Torquemada dice:


...Cihuacóatl Tlacaeleltzin, ... mandó que se hi-
... Los que velaban ... desde encima del monte ciese muy gran recibimiento, [al rey AxayacaJ, ...
comenzaron a dar voces llamando a los mexica- y que diesen luego aviso a los tlamacazques
nos, dieciendo: ... qué hacéis, que ya vuestros sacerdotes para que se subiesen a la casa y torre
enemigos se van huyendo; los cuales acudie- de Huitzilopochtli y golpeasen recio los atabales
ron a las voces ... con ruido de bocinas [de ca- y resonasen con grandes sonidos las bocinas y
racoles] ... I~ caracoles ... n
... llamó asimismo Cihuacóatl a los tlama-
TERMINABA EL SAQUEO
cazques, ... que subiesen, ... y que así que entrase
el rey Tizoczic ... que tocasen de sus azoteas los
Alvarado Tezozómoc dice:
caracoles y atabales de alegría, y tuviesen ~mpia
la casa de tristeza ... n
Llegados todos los ... valientes soldados, dieron Los cautivos venían bailando y cantando y...
saco mano a las cosas presentadas ... todo lo subidos [al] templo de ... Huitzilopochlli rc'dea-
demás se repartió entre ellos: acabado esto, los ron su casa, y la gran piedra del Cuauhxicalli, ...
demás soldados dieron saco mano en las casas, hecho esto se bajaron al palacio de Ahuízotl, y
y robaron cuanto hallaron en ellas: tocada la antes que bajasen, comenzaron a tocar las' boci-
bocina (Iel caracola concha, cesó el robo ... 19 nas [de caracol] en todos los templos, ... y con
esto hicieron reverencia a Cihuacóatl, quien les
agradeció su venida ... 24
...Ies avisaron para el solemne recibimien-
EL SONIDO DE lA TROMPETA to del rey [Ahuízotl] se mandó a los sacerdotes
de todos los templos, que encima del templo
DABA lA BIENVENIDA TRIUNFAL
estuviesen las bocinas [de caracol] y atabales, y
que fuesen muy golpeados, haciendo I-esonido
A LOS GUERREROS
grande de alegría, señal de que venían el rey y
Alvarado Tezozómoc dice: capitanes valerosos mexicanos, ... Al entrar a la
ciudad ... el rey ... tocaron luego los que estaban
Antes ... que llegal-an a México, fueron enviados encima de las azoteas de los templos, las bocinas,
mensajeros a ... todos los pueblos, que viniesen caracoles y atabales ... 25
al recibimiento del rey ... y que se sonasen boci- ... Recibido Moctezuma ... traían lo hasta la
nas [de caracol] yatabales20 gran plaza: llegando allí comenzaron a tocar
mucho número de cornetas y caracoles: ... 26

1; Fray Diego de Durán, '1" cil., pp. 261-262.


16 Fray Bernardino de Sahagún, o/" cil., cap. XII, 21 {&idnn, p. 448.
p.304. 22 I/lid.m, p. 211.
17 {bidnn, cap. XVI, p. 316. 23 I/lid.m, p. 253.
IX Fray Juan Torquemada, o/" ál., p. 227 24 {&id.m, p. 347
19 Fernando A1varado Tezozómoc, o/'. cil., p. 281. 2; {bid.m, p. 367.
20 lllidnn, p. 231. 26 I/lidnn, p. 4 10.

64
TROMPfT\S DE CARACOL MARINO EN lAS FUENTES ESCRITAS DE LOS SIGLOS XVI Y XVlI

...caminaron la vía de México Tenuchtitlan, ... Huitzilopochtli con muchas cornetas de los
al recibimiento del rey Moctezuma ... y los sacer- caracoles ... 32
dotes partieron la mitad al recibimiento y la otra
mitad para tocar las bocinas de caracol y atabales
A L\ VICTORIA
encima del templo de Huitzilopochtli, ... partió
Alvarado Tezozómoc dice:
Moctezuma para la gran ciudad de México y al
enu-ar ... comenzal-on luego a tocar las bocinas
los sacerdotes, que eran caracoles grandes que
... Ios señores de Tepeaca, ... dijeron: senores
daban espanto y no alegría ... 2i
mexicanos, sosieguen vuestros corazones... y
descansen vuestras armas ... como premio de
La Historia de los Mexicanos dice: "El año desta guerra ... nos ofrecemos con tributo.. y
a la vuelta de los mexicanos les vinieron a
197 vino el Marqués a la Nueva España y Mote-
recibir con triunfo de victoria, bocinas [de
cuzoma le envió un mensajero a Veracruz ... des-
caracoles] ... ~3
pués vino el Marqués a Cempoal y recibiéronle Habiendo oído las buenas nuevas de la vic-
con trompetas [de caracol] ... "2H toria del rey Ahuízotl, ... el Cihuacóatl. .. hizo
Fray Diego Durán dice: poner en la torre de Huitzilopochtli muchas
guardas con muchas luminarias, y bocinas de
Tnziztli, caracoles, atabales .... 34
Partió el Rey Ahuízotl. .. de aquella provincia
Partidos los mens~eros, y llegados a la pre-
[de Teloloapan] .. y... Sabido en la ciudad de
sencia de Moctezuma y de Cihuacóatl, y el Se-
México cómo se acercaba a ella, empezaron
nado mexicano, quedaron muy contentos con
las ... bocinas y caracoles ... todos salieron a reci-
tal victoria, ...y ya cerca de la ciudad de México
bir a su Rey. .. 2"
Tenuchtitlan [empezó] ... la mÍlsica de los tem-
Después de haber descansado ... Ah uízotl del
plos de cornetas, bocinas de caracoles y atabales
trabajo de la guerra y conquista [de Tehuan-
que hacían gran ruido ...~"
tepec] determinó ... dar gracias a sus dioses ..
llegó al templo [de la ciudad de México] y... em-
pezaron a tocar atambores y caracoles ... ~(l
Fray Diego durán dice:

Fray Juan de Torquemada dice: Ganadas estas siete ciudades ... trajeron grandes
presentes al Rey Ahuízotl... y luego t"lViaron a
sus mensajeros ... diesen cuenta a Tlacaélel. .
...cuando la primera vez el rey o señor pren-
El cual, luego que lo supo, mandó taiier boci-
día alguno en la guerra ... los del pueblo sa-
lí~..n a recibirlos con trompetas y bocinas [de nas y caracoles.. y mostrar el regocijo de la
caracoles] 31 victoria.30

Fray Juan ele Torquemada dice:


AL SEN.-illO
Alvarado Tezozómoc dice: ...Comenzó la batalla ... el cempolteca mató al
tlaxcal teca ... festejando la victoria ... con grandí-
...Hizo este viaje Moetezuma por la laguna ... y sima vocería y ruido y con sus caracoles y bo-
envió mensajeros a la ciudad para que hicie- cinas el gran ejército iba no en hileras orde-
sen recibimiento al senado mexicano e hiciesen nadas sino apeñuscados y... sonaban muchos
gran sonido de atabales encima del templo de caracoles ... ~i

"i Ibid"u, p. 435.


2HAnónilTIO, "Historia de los Tllexicanos", en Trugonía
r tres opúsculos del siglo XVI, pre-
hi,tOlia dr /0\: mrximuus, :'2 Fernando Ah·arado Tezozómoc, U/l. rit., p. 425.
parado por Angel Ma. Garibay, Porrúa, México, 197'\, :1:1Ibidf1/1, p. 102.
pp. 63-64. :H Ibidf1/1, p. 298.
"" Fray Diego Durán, U/l. lit., p. 346. :<; Ibid,m, p. 466.
:lO Ibid"u, p. 364. Fray Diego Durún, O/l. ,.it., p. 321.
:ltl

:11 Fray.Juan de Torquemada, U/l. ril., p. 327. " Fray.Juan de Torquemacla, O/l. ,.it., pp. 115-117.

65
LOURDES SUÁREZ DIEZ

LA TROMPETA DE CARACOL LA TROMPETA DE CARACOL


SE TOCABA EN LA DERROTA SE TOCABA
EN LOS SACRIFICIOS
DE LOS VENCIDOS

Fray Diego Durán dice: DE LOS INOCENTES

Alvarado Tezozómoc dice:


...enviaron a Tlacaélel al mensajero ... el cual
dio su embajada ... dUo: "Callad ... que el sol es
[De] ... las cmeldades ... contra los inocentes ...
que ha querido comer de ambas partes, ya eso
Subieron los sacerdotes que tenían la figura de
fueron los mexicanos ..." y mandó luego tañer
los dioses con sus navajones ...estando cada uno
los atambores y los caracoles y bocinas, ... en
en sus lugares ... comenzaron los sacerdotes a
señal de luto por haber perdido aquellos cua-
tocar las cornetas, que era ...el tecziztli, un cara-
trocientos y veinte hombres.3~
col grande o bocina de hueso blanco en torios
los templos donde habían de degollar "41

EL SONIDO DEL CARACOL DE LOS CAUTIVOS Y ESCL\VOS


ACOMPAÑABA Alvarado Tezozómoc dice:
A LOS GRANDES SEÑORES

Axayaca... hizo sacrificio... luego los esclavos


EN L\S COMIDAS
rodearon la gran piedra, y fueron ... al templo ..
Fray Juan de Torquemada dice: con mucha música de caracoles leziztli y atam-
bores ...4~
...y en lo que mostraba mucha de su autoridad De como recibieron al rey Moclezuma én los
[el rey Moctecuhzuma] era en el aeta de comer ... pueblos comarcanos ... ya los esclavos presos
Servíase siempre con mucha música de flautas, y cautivos estaban puestos en dos ringleras; ... re-
zampoñas, caracoles, huesos, atabales y otros cibido Moctezuma ... traíanlo hasta la gran pla-
instrumen tos...39 za: llegando allí comenzaron a tocar mucho
número de cornetas y caracoles: subido Moc-
tezuma al templo de Huitzilopochtli, hi'zo luego
sacrificio ...43
EL CARACOL SE TOCABA
...fueron luego los que llamaban Cuau/¡ l1.1le-
EN LOS FUNERALES hueteques, con dos navajones para abrir y dego-
llar a los miserables cautivos ... y subidos al tem-
DE LOS TL\TOANIS plo de Coatlan, tocaron luego los sacerdotes las
Alvarado Tezozómoc dice: cornetas de caracoles ...H

...a pocos días ... de la muerte del rey Ahuízotl ... Muñoz Camargo dice:
Tomaron y llevaron el cuerpo y lo pusieron en
el Tzihuaccalli y Tlacochcalli y comenzaron ...prendieron a uno de los contrarios y lo lleva-
luego los sacerdotes a cantar un canto triste ron a sacrificar ante el ídolo Camaxtli ... y fue
sin teponaztli, ... y fuéronlo a poner a los pies degollado ... quitando el cuero y puesto sobre
de Huitzilopochtli: tocaron luego los sacer- uno de ellos ... ya este tiempo tocaban sus atam-
dotes las bocinas de caracoles ... y pegáronle bares, bocinas y caracoles marinos ... y otros ins-
fuego .. 40
trumentos de guerra ...45

41 ¡iJid.m, p. 331.
42 !lnd.m, p. 21 1.
"" Fray Diego Durán, o/" ál., p. 291. 4" !lnd.m, p. 410.
"" FrayJuan de Torquemada, 01'ál., p. 314. 44 !lnrl.m, p. 460.
-HJ Fernando A1varado Tezozómoc, (J/' ál., p. 389.
4'> Diego Muñoz Camargo, o/, ";1., p. 75.

66
TROMPETAS DE CARACOL MARINO EN lAS FUENTES ESCRITAS DE LOS SIGLOS XVI Y XVII

Fray Diego Durán dice: los ídolos iban bailando y danzando al son del
mismo /ejJonaztli, iban taliendo sus cornetas y
caracoles ... 51
A viente de marzo celebraban ... una fiesta ...
...ponía la culebra sobre el papel que estaba
Tlacaxipehualiztli sacaban [al indio] ... subían-
tendido en el apétlatl o mesa. y luego ... llegando
lo a la piedra temalácatl ... lo ataban por un pie y
arriba, luego comenzaban a tocar caracoles y
dábanle una rodela y una espada emplumada ...
trompetas los sátrapas en lo alto del cu ... Paynal-
y [con ello debía defenderse] del gran [hom-
ton ... tomaba a todos los esclavos que habían
bre] tigre ... como el uno estaba armado y el otro
de morir, ... y llevábalos por las gradas del cu arri-
desnudo, a pocas vueltas le hería, y en hirién-
ba ... para matarlos en lo alto del cu de Huitzilo-
dole ... taliían las bocinas y caracoles .. 46
pochitli ... 52
... Ia fiesta de los caballeros ... a la cual llama-
ban Nauholin ... al mesmo sonido de aquellos
caracoles y bocinas sacaban un indio de los pre-
DURANTE EL AUTOSACRIFICIO
sos en la guerra ... y subía el principal sacrifica-
dor ... y degollábanlo ... en acabándole de dego- Bernardino de Sahagún dice:
llar tocaban las bocinas y caracoles los ministros
del templo .. 4i ...en las calendas del sexto mes que se llamaba
Etzalqualiztli ... En habiendo taliido a maitines,
luego todos se levantaban, ... iban a donde esta-
Fray Bernardino de Sahagún dice: ban las puntas de maguey, luego con unas na-
vajitas de piedra se cortaban las orejas. y con la
De la fiesta ... Panquetzaliztli ... luego ...mataban sangre que de ellas salía ensangretaban las pun-
primero a los cautivos, para que fuesen delante tas de maguey ... y... se ensangretaban los ros--
de los esclavos. y luego mataban a los esclavos; tras ... luego todos los sátrapas y ministros ... iban
en matando a uno luego tocaban las cornetas a baliarse, ... y yendo iban taliendo caracoles
y caracoles ... 4M marinos ... y... en acabando de baliar salíanse del
agua ... volvían a su monasterio. desnudos y
Fray Juan de Torquemada dice: taliendo con sus pitos y caracoles ... 53
Todas las noches. un poco antes de la media
... prendieron los texcalteras a uno de los del noche. los ministros de los ídolos ... LOcaban los
campo conu·ario y... lo llevaron ... a sacrificar al caracoles y cornetas y trompetas. y luego se le-
ídolo Camaxtle; al cual abrieron por el pecho y vantaban todos a ofrecer sangre e incienso a los
le sacaron el corazón ... A éste tiempo tocaban ídolos ... 54
sus atambores y bocinas y caracoles marinos ... y La fiesta de este Yoaltecutli ... cuatro días ayu-
otros instrumentos de guerra:l'! naban antes de la fiesta. y al mediodía de esta
/
fiesta tocaban los caracoles y pitos y trompetas ..
y pasaban mimbres por las lenguas ... "5
DE LOS SACRIFICADOS
De las costumbres que guardaba en la casa
Fray Bernardino de Sahagún dice: que se llamaba Calmecac. .. los muchachos ya
grandecillos ... [iban al lugar de su devoción] to-
... Iuego subían a la mujer que iban a matar, que maban el camino llevando consigo las puntas de
decían ser imagen de la diosa Uixtocíhuatl. a maguey; cada uno. a solas. iban llevando un ca-
lo alto del cu de Tláloc. .. cuando hacían ... la racol para taller en el camino ... [a] hacer peni-
36
muerte de esta mujer, tocaban muchas cornetas tenoa ...
o

y caracoles.5o Tenían [los náhuas] un dios a quien adora-


... celebraban la fiesta de Uey TeC1tílhnitl ... a ban ... y le llamaban Yoalli Ehécatl, .... y la noche
honra de la diosa ... Xilonen ... y mataban a una
mujer .... antes que la matasen los ministros de
'01 ¡hÚ/'IIl, pp. 179, 181.
." Fray Diego Durán. DI', ál., p. 98. ',2 ¡bid"", p. 54 .
•, ¡bid"n, pp. 105-107. ,,~ l/rú/"n. pp. 16~165 .
• H Fray Bernardino de Sahagún, '1" ál., p. 212. ,•• ¡bid"". p. 248 .
•" FrayJuan de Torquemada, 0/1 ril., p. 367. "., ¡bid"", p. 253
,,o Fray Bernardino de Sahagún, O/,. ril., pp. 173-174. 50 l/rid"". p. 30().

67
LOURDES SUÁREZ DIEZ

que lo velaban ... hacíanle sacrificio, punzando y luego con gran regocijo ... haciendo gran
cortando con espinas o puntas de maguey, con ruido .. de bocinas y caracoles ... "ti 1
que se sangraban, y para ello tocaban un cara-
col grande ... porque sonaba muy lejos ... 57
Fray Diego Durán dice:

Acabado de llegar [el ídolo Huitzilopochtli] al


DURANTE EL AYUNO
pie de las gradas del templo ... subían las andas
Fray Diego Durán dice:
con el ídolo a la cumbre ... con mucho sonido
de bocinas y flautillas y clamor de caracoles .. 62
...solemnizaban esta fiesta [Nauholin)] ... que Del culto y servicio que hacían al ídolo
este día había que ayunar... hasta... que el [Tezcatlipoca] cada día, y de su áspera peniten-
sol...llegaba al medio día, en el cual punto cia ... a media noche ... a decir maitines ... se levan-
tomaban los sacerdotes y ministros de aquel taban todas las dignidades ... de aquel templo y
templo unos caracoles y bocinas y hacían señal en lugar de campanas, tomaban los que llama-
para que la gente acudiese al templo ... 5~ mos tlamacazque unos caracoles grandes ... y talií-
an gran rato un sonido triste ... después de haber
Fray Bernardino de Sahagún dice: tañido salía el semanero ... entraba al ídolo e in-
censaba ... Estando la pieza bien llena de humo, ...
...era la costumbre ... [en las calendas del sexto salían se a su recojimiento. Lo mesmo hacían en
mes ... Etzalqualiztli] ... de todos los sátrapas, y amaneciendo, con el mesmo sonido de caraco-
de todos los cúes ... cuando ayunaban cuatro les, y a medio día, ya la oración sin faltar un día
días antes de la media noche ... y tañían corne- tal sol063
tas y caracoles ... como taliendo a maitines.59 Entre las ... fiestas celebraban.. una a la
diosa ... Xochiquetzalli hacían ulla gran pella
de masa ... y dejaban allí aquella batea de masa ...
hasta que hallaban un pie de niño recién naci-
LA TROMPETA DE CARACOL
do impreso en ella En hallando aquel vestigio ..
SE TOCABA
tocaban las bocinas y caracoles.. anunciando
EN LAS CEREMONIAS que ya era llegado ei guelTeador .. ';'¡

DE LOS DIOSES Y SUS FIESTAS Fray Bernardino de Sahagún dice:


Chimalpahin dice:
... Ios sátrapas que estaban diputados al servi-
... encontraron un río ... y cruzándolo saliel'on cio de este dios [Xiuhtecutli], ... todo el día ha-
nuevamente al mar, pues traían el propósito de cían areito o danza en su presencia, cantando y
visitar y ver la isla de Acihuatlmichintlaco ...en bailando a su modo, v taliían caracoles como
cuyo lugar y por medio de ... carapachos de tor- cuernos ... !):') ,

tugas y caracoles marinos que habían traído ... llegados al lugar donde avyía de hacer la
consigo hicieron a la deidad de la isla una músi- ofrenda [en la fiesta de Etzalcualiztli] el cual se
ca delgada o aguda .. 60 llamaba Pan/itlan, metían la canoa, entre mu-
chos maderos, que allí estaban hincados, en cer-
co de un sumidero ... que llamavan Aoztoc: en-
Diego Muñoz Camargo, dice:
u'ando entre los maderos, luego los sátrapas
comenzaval1' a tocar sus cornetas y caracoles,
"... Entre muchas celebraciones de fiestas que puestos los pies en la proa de la canoa, luego
hacían a sus ídolos, celebraban la de Tláloc. .. y davan al principal dellos la olla con los caraco-
les, luego los echavan en medio de aquel espa-
',7 Ibit/m" 1" 194.
,,x Fray Diego Durán, O/, cit., 1" 98.
','1 Fray Bernardino de Sahagún, al'. cit. 1" 163. 61 Diego Muñoz Camargo, o/" ril., 1" 171.
m Domingo de San Antón Muñón, Chimall'ahin ';2 Fray Diego Durán, o/" lit., 1" 29
CuauhtlehuanilZin, Llls m:ho "/ruia,,fS de Chll/co y el /l/emir ,;, Ibidem, 1'1" 53-54.
,;,,/ d_ e'll/hullu;", l. 11, paleografía y traducción de Rafael 6~ I/lidem, 1" 1.~3.
Tena, Séptima Relación, 1'. 23. 6.' Fray Bernardino de Sahagún, "/" lil., 1'1" 56-.~7.

68
TROMPfT".S DE CARACOl. MARINO EN LAS FUf:Nn:S f:SCRITAS DE LOS SICI.OS XVI y XVII

cia ... dizen que se alborotava el agua, y hazia luego se levantaban y tocaban sus caracoles y
olas, y espumas "'; cornetas en todos los cúes, y en todos los barrios
i3
Todos los montes.. imaginaban que eran yen todos los pueblos
dioses ... ya cada uno de ellos hacían su imagen ... La vigilia de esta fiesta [Tepeílhuitl] ... lleva-
después de hechas las imágenes, ... convidaban a ban a lavar ... roscas [de bledos] al río ... y cuando
los sátrapas ... a todos daban com ida cuatro veces las llevaban íbanles tañendo ... con unos caraco-
en aquella noche y todas cuatro veces tocaban ¡es mariscos .. 74
instrumentos musicales,... tocando caracoles ... Al mes décimo cuarto llamaban Quecholli ...
que ellos usaban'"' los que tenían cargo en los barrios; mandaban
Al duodécimo mes llamaban Teotleco ... ce- que se buscasen callas para hacer saetas ... volví-
lebraban esta fiesta a honra de [la llegada] an con ellas al patio de Huitzilopochtli ... y a
de los dioses ... el postrero día de este mes . todos los muchachos subíanlos al cu de Huit-
todos los dioses llegaban ... entonces hacían . zilopochtli; allí los hacían tañer con los cara-
un montoncillo [de harina donde] imprimían coles ... y les hacían cortar las orejas y sacaban
los dioses la pisada de un pie ... y comenza- sangre ... "73
ban los ministros del cu a tañer cornetas y ca- ...antes de llegar a este mes ... [que se decía
racoles .. hH Panquetzaliztli] ... los sátrapas y ministros iban a
... hacían una fiesta a honra del dios ... Xipe enramar los altares y oratorios ... de los montes ..
Totec. .. El principal sacerdote de aquella fies- iban tallendo con su caracol. .. después des-
ta, que se llamaba Ioallaoa ... se asentaba en el cendía otro sátrapa que traía un hachón de teas
más honrado lugar, ... y en estando sentados muy largo, que llaman xuihcóatl ... e íbase al
comenzaban luego a tocar flautas, trompetas, pilón donde estaba el papel. .. luego ... arrojaba
y caracoles .. h~' sobre ello la culebra ardiendo; allí se quemaba
De la fiesta y sacrificios que hacían en las ca- todo jUlllo y el sátrapa tornábase a subir al cu y
lendas del sexto mes que se llamaba Etzalqualiz- llegando arriba comenzaban a tocar las corne-
tli ... era la costumbre de todos los sátrapas ... que tas y caracoles ... 7ti
cllando ayunaban cuatro días antes [de la fiesta]
despertaban y tallían cornetas y caracoles ... ta- DE LOS THIPLOS
ñendo a maitines ... 7t• otros ministros iban delante Fray Diego Durán dice:
"...Ilevaban en brazos unas imágenes de dioses ...
esta.ndo ordenados de esta manera, tocaban las ... todas las ceremonias y ritos, el edificar tem-
cornetas y caracoles ... esta procesión se hacía plos, y el taller bocinas y caracoles ... todo fue
para llevar los que habían hecho algún defecto ... remedar a aquel santo varón [Topiltzin-Quet-
acabando [el castigo] ... volvíanse todos por el zalcóatl] ... ii
mismo camino, e iban tallendo sus caracoles ... ",1 Parecióle [a Moctecuhzoma] ... que faltaba
rcomienza luego la fiesta; iban en procesión
..
un templo de todos los ídolos que en esta tierra
al cu, iba delante de todos el sátrapa de Tláloc. .. adoraban y mandó que se edificase ... llámanle
y luego a la noche comenzaban la fiesta, toca- Coateocalli ... [y para la insigne fiesta] salieron a
ban sus ... caracoles ... sobre el cu de Tláloc. .. i2 recibirlo ... sacerdotes y ministros de los templos
Al duodécimo mes llamaban Teotleco ... en con ... bocinas y caracoles .. 78
este mes ... hacían ... un montoncillo de harina ...
[en él] veían cuando habían llegado ... los dio-
Fray Bernardino de Sahagún dice:
ses, porq ue aparecía una pisada de un pie pe-
'luellO ... y los sátrapas y ministros de los ídolos ...
Los sátrapas llevaban incienso y otros perfu-
,<; Códirr Flmnllino, t. 1, libro segundo, edición facsi- mes ... también llevaban caracoles que usaban
milar del manuscrito 218-220 de la Colección Palatina de tocar en los templos .. 79
la Biblioteca Medicea Laurenziana, Archivo General de la
Nación, Giunti Barbeha, Florencia, Italia, 1979,1" 98. 70' Ibirlrm, 1'1" 197-198.
,¡7 Fray Bernardino de Sahagún, o/J. I'i/., 1'1" 72-74. 74 I/lidP.ln, 1" 200.
liI< Ibid,,", 1'1" 12'1-124. 7'> Ibid,,", 1" 202.
,;<) Ibidml, 1" 144. 76 Ibirlem, 1'1" 20&-207.
711 Ibidrm, 1'. 16'1. 77 Fray Diego Durán, al'. ál., 1" .1'l.
71 IbidP.lIl, 1'1" 167-169. 7R Ibidrm, 1'1" 439-44'1.
72Ir/nl/. 79 Fray Bernardino de Sahagún, o/J. ál., 1" 18.

69
LOURDES SUAREZ DIEZ

Fray Juan de Torquemada dice: de la casa alta del Huitzilopochtli, y asimismo la


música de los caracoles ... H2
Había otra sala que se llamaba Quauhxicalco, ..
en la cual, como en lugar escogido de hombres
Fray Diego Durán dice:
sacrificados se oía una bocina [de caracol) algu-
nas veces y a deshoras; y era opinión ... que la
taliía el dios Titlacahua, y no era siempre a un Axayácatl, rey de México, mandó que trajesen el
tiempo, sino unas veces de día y unas de noche; recaudo de piedra, cal y arena para el edificio ...
y luego que se oía ... entraba dentro el sacerdote yen un sólo día fue puesta la piedra encima ... al
dedicado al servicio y culto de aquel lugar que poner la cual se tocaron en los templos muchos
se llamaba YÓpoch ... HO atambores y bocinas y caracoles ... en alabanza
de la piedra del Sol.H3

LA TROMPETA DE CARACOL LA TROMPETA DE CARACOL


SE TOCABA EN LOS ACONTECIMIENTOS SE TOCABA EN LAS VELACIONES

EN L\ ENTRADA DEL AGUA DE LOS MESES


DEL ACUEDUCTO A TENOCHTITL\N Fray Juan de Torquemada nos dice:
Alvarado Tezozómoc dice:
Al tercer mes llamaban Tozoztontli ... todos
...Tlamacazqui [fue a recibir el agua de Cuecue- estos vein te días.. velaban los servidores.. que
xatl en figura de Chalchiuhtlicue) ... y tomó su se llamaban tlamacazquf ... ayunaban ... no dor-
bocina o corneta de caracol y le tocó recio, luego mían de noche, sino que la velaban todá con
se hincó ... y bebió el agua ... luego comenzaron muchas hoguer'as de fuego y bocinas [de cara-
todos los demás sacerdotes a tocar sus bocinas coIeS) ... H4
[de caracol) ...HI

Fray Diego Durán dice: LA TROMPETA DE CARACOL


SE TOCABA EN LAS HORAS
...el Rey [Ahuizotl) mandó se soltase el agua
[que venía de Acuecuexeo) la cual, [cuando)
DEL DíA Y L\ NOCHE
empezó a correr hacia la ciudad de MéxicQ ..
salieron todos los ministros de los templos Muñoz Camargo dice:
[con) unos caracoles grandes, con que iban ta-
liendo ... echaban encima del agua ... tajadas de Las horas y momentos para el Gobierno de la
copal y pedazos de hule, ... al son de aquellas República era desde la primera noche en que
flautillas y caracoles que, con gran ruido, vení- tocaban desde los templos grandes bocinas y
an delante tariendo. caracoles ... siendo media noche tornaban a to-
car las bocinas .. y caracoles marinos ... lo propio
se hacía al cuarto del alba y al salir el lucero, )'
EN L\ CONSAGRACIÓN DE L\ PIEDRA DE SACRJFIClO a las ocho "del día" al medio día)' a la tarde ... H5
Alvarado Tezozómoc dice:

Fray Bernardino de Sahagún dice:


Luego que acabaron de subir y asentar la piedra
[llamada Cuauhxicalli) comenzó la música de
los caracoles... los tlamacazque todas las tres Velaban también los mancebos ... por si algunos
noches y días hicieron grandes hogueras encima enemigos venían de noche ...y los sátrapas vela-

"" l/lid"", p. 224.


"" Fray Diego Durán, o/J. ril., p. 279.
"O Fray Juan de Torquemada, o/J. ril., p. 223. "4 Fray Juan de Torquemacla. u/J. ril., p. 423.
"1 Fernando A1\'araclo Temzómoc, u/J. cil., p. 383. xc, Diego Mllll0Z Camargo, u/J. ril., p. 171.

70
TROMPETAS DE CARACOL MARINO EN lAS FLTENTES f:5CRITAS DE LOS SICLOS XVI y XVII

ban de noche, tocando sus bocinas [de caracol] Los muchachos que se llamaban tlamacazque,
y respondíanles en todas partes, ... tocando las que vivían en el templo, tenían cargo de tañer
bocinas [de caracol] ... muchas veces hasta la los caracoles ..89
-
manana ... "~6 Yasí todos los mancebos que se criaban en la
casa de telpochcalli, iban a bailar cada noche ...
y luego los sacerdotes ...comenzaban a tañer a
Fray Juan de Torquemada dice: maitines con unos caracoles mariscos grandes,
por razón que era hora de salir a hacer peni-
De los instrumentos que sabemos haber usado, tencia ..9o
fueron ... unos caracoles que sonaban como boci-
nas. Con esto llamaban para las horas que se Fray Juan de Torquemada dice:
cantaban en el templo de día y de noche, como
si dijéramos a maitines, a prima, a vísperas ¡las
Había otra casa... que era como escuela a don-
demás horas ... tañían de noche estos instrumen-
de aprendían a tañer diversos géneros de ins-
tos o campanas ... para despertar a las horas de su
trumentos musicales, en especial trompetas [de
rezado, y esto hacían a honra de la noche ..8i
caracol] ... y lIamábase esta casa Mecatlan ..91
...Ios mancebos que servían y se criaban en el
interior de los templos ... enseñábanles como ...
EL SONIDO DE LA TROMPETA habían de tratar el fuego ... y tañer los cara-
coles ...\12
DE CARACOL SE USABA
EN LA ENSEÑANZA
Las fuentes escritas, especialmente las propor-
DE LOS ALUMNOS cionadas por Tezozómoc, Durán, Sahagún )' Tor-
Fray Diego Durán dice: quemada, muestran claramente que la trompeta
de caracol marino era un instrumento de gran
Había otros muchachos, que eran como mona- relevancia con una indiscutible asociación mili-
cillos que servían en el templo .. el ejercicio de
tar, religiosa, ritual, funeraria, sacrificifial, políti-
los cuales era ... levantarse a media noche a ta-
ca, ceremonial y social que además de cumplir
ller unos cal-acoles con que despertaban a la
gel1le [para] velar al ídolo [HuitzilopochL1i] por su función musical que le era innata, represen-
sus cuartos de noche .. 8H taba toda la magia del agua, fuente de la crea-
ción de alimento, cosechas y vida. Inmersa en
Fray Bemardino de Sahagún dice: todo el misterio del mar de donde procedía.

R" Fray Bernardino de Sahagún, u/J. rit., 1" 254.


"'; Fray Bernardino de Sahagún, u/J. ril., 1'. 320. '10 'bidflll, 1" 311.
"' Fray Juan de Torquemada, u/J. ril., 1'. 329. "1 Fray Juan de Torquemada, '1J. cit., 1'. 227.
"" Fray Diego Durán, o/J. rit., 1'1" 21-25. ,,~ 'birt,m. 1" 275.

71
LOURIH~~ Sl'ÁRF:Z DIEZ

Trompeta de caracol marino procedente del género Trompeta de caracol decorada al clnisrmé en tonos
7'unbi1lWlla angulata recuperada en las excavaciones verdes, rojos, amarillos, blancos y naranjas. Cultura
del Templo Mayor de Tenochtitlan. Cultura mexica. teotihuacana. Época clásica.
Época postclásica.

(
\
(
I

Músicos tocando sendos caracoles durante


Músico tocando una trompeta de caracol del género la fiesta de los tlaloqUi! pintados en los
Busyam pintado en la fiesta de Ochpaniztli en el Primero.! Memoriales de fray Bernardino de
Códi¡:e Barbónico. Cultura mexica. Época postclásica. Sahagún. Cultura mexica. Época colonial.

72
TROMPETAS DE CARACOL MARINO EN IA~ FU[NTK~ K~CRITA~ DE LOS SIGLOS XVI Y XVII

Danzante tocando una enorme caracola de color verde pintada en una jamba del palacio de Cacaxtla. Cultura
olmeca-xicalanga. Época epi clásica.

73
LOURDES SUÁREZ DIEZ

,.1'

Músico tocando una enorme trompeta pintada de


verde, procedente del género Strombus y la especie
gigas pintada en la fiesta de Tecuílhuitl en el Códice
Magliabl'rhi. Cultura mexica. Época colonial.
Músicos tocando sendas trompetas de caracol
del género Fasciolmia y la especie tulipa durante
un sacrificio en el Templo de Cha1chiuhtlicue.
Pintado en el Códit:eFúmmtino de fray Bemardino
de Sahagún. Cultura mexica. Época colonial.

Jaguar tocando una caracola del género Strombu.~y la especie gigas de donde sale la vírgula de la música,
bellamente decorada de plumas. Pintada en el palacio de Quetzalpapálotl. Cultura teotihuacana.
Época clásica.

74
TROMPETAS DE C-\RACO\. MARINO EN lAS FUENTES ESCRITAS DE \.OS SIG\.OS XVI y XVII

BIBLIOGRAFÍA Durán, fray Diego, Historia de las Indias de Nueva


España e islas de la tierra firme, Porrúa, México,
Anónimo, "Historia de los mexicanos por sus pin- 1967.
turas", en Teogonía e historia de los mexicanos, tres Muñoz Camargo, Diego, Historia de Tlaxcala, edi-
opúsculos del siglo XVI, edición de Ángel María ción de René Acuña, Talleres Gráficos Lagu-
Garibay, Porrúa, México, 1985. na, México, 1948.
Alvarado Tezozómoc, Fernando, Crónica Mexicana, Sahagún, fray Bernardino de, Historia gmeral de
traduccción de Adrián León, UNAM,México, 1975. las cosas de Nueva España, 4 vols., anotaciones
Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin, Domingo de y apéndices de Ángel María Garibay, Porrúa,
San Antón Muñón, Las ocho relaciones originales México, 1969.
de Chaleo y el Mlmwrial de Culhuacán, paleografía Suárez Diez, Lourdes, Conchas Prehispánicas en
y traducción de Rafael Tena, Conaculta-INAH, México, Oxford, Inglaterra, 1989 (BARInter-
México, 1998. national Series, 5 I 4).
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xico, Porrúa, México, 1945 (Colección escri- en Homenaje a Isabel Kelly, edición de Yólotl
tores mexicanos). González, INAH, México, 1989, pp. 137-148.
Códice Florentino, edición facsimilar del manuscri- Torquemada, fray Juan de, Monarquía Indiana,
to 218-220 de la Colección Palatina de la UNAM, Instituto de Investigaciones Históri-
Biblioteca Medicea LaUl-eziana, Archivo Ge- cas, México, 1975 (Serie Historiadores y cro-
neral de la Nación, Giunti Barbeha, 3v, Flo- nistas de Indias, 5).
rencia, Italia, 1979.

75
FUENTES y ARQUEOLOGÍA EN LJ\ IDENTIFICACIÓN

DE DOS ESTRUCTURAS DE TENOCHTITLAN: PROPUESTA DE

IDENTIFICACIÓN EN LA OBRA DEL PADRE SAHAGÚN

Bertina Olmedo Vera*

En el presente artículo se describen, a grandes dad mexica, investigando cuál pudo haber sido
rasgos, los antecedentes de la investigación que su significado y función. A este respecto, la pro-
actualmente estoy llevando a cabo en la Direc- puesta de trabajo fue que existen suficientes in-
ción de Etnohistoria, la cual se refiere al estudio dicios arqueológicos, pictográficos y documen-
de una importante deidad del panteón mexica, tales para hacer viable la hipótesis que afirma que
Macuilxóchitl-Xochipilli, en las fuentes escri- estos dos templos fueron erigidos en honor del
tas y documentos iconográficos de los siglos XVI dios solar Macuilxóchitl-Xochipilli, patrón de la
YXVII. La siguiente es una breve exposición de nobleza, la música, las flores y el juego.
los aspectos principales contenidos en el libro Las estructuras objeto de este trabajo fueron
publicado recientemente por el INAH que lleva denominadas por los arqueólogos Templo Rojo
por título Los templos rojos del recinto sagrado de Norte y Templo Rojo Sur, con base en el color
Tenochtitlan. predominante de la pintura con que están deco-
Durante la primera etapa de excavaciones rados y en su posición con respecto al Templo
del Proyecto Te'!lplo Mayor realizada de 1978 Mayor (Figura 1).
a 1982 en el Cen tro Histórico de la Ciudad de
Méxíco, fueron descubiertos dos pequeños tem-
plos de estilo teotihuacano flanqueando el gran ENFOQUE DE LA
basamento del Templo Mayor de Tenochtitlan, INVESTIGACIÓN
dedicado a Tláloc y a Huitzilopochtli. Ambos
templos tienen dimensiones, formas y decora- El Templo Mayor fue descrito y representado en
ciones muy similares. gran cantidad de documentos y pictografías de
Debido a su importante ubicación con res- los siglos XVI Y XVII principalmente. Las repre-
pecto al edificio principal del recinto sagrado, sentaciones en códices y los relatos indígenas, así
a lo inusitado de sus formas y decorado, y a la ri- como las crónicas de los soldados y frailes que par-
queza de los elementos que fueron depositados ticiparon en la conquista militar e ideológica del
en su interior como ofrenda, consideré de gran pueblo mexica, forman un cuerpo de información
interés realizar el estudio de estos templos con invaluable sobre el aspecto formal y las activida-
el propósito de entender las implicaciones reli- des rituales que se llevaban a cabo en el edificio
giosas de estas estructuras en la vida de la socie- principal del recinto sagrado de Tenochtitlan. Es-
ta situación privilegiada permitió que, durante
* Dirección de Etnohistoria, INAH. mucho tiempo, los investigad~es de la cultura

77
BERTINA OLMEDO VERA

mexica plantearan hipótesis sobre la fisonomía, dizar en el conocimiento del templo principal
dimensiones, ubicación y orientación de este de los mexicas y de las actividades de culto que
edificio, así como sobre su posible significado se realizaban en dicho lugar sagrado.
simbólico. La liberación total del Templo Mayor, Sin embargo, la situación es diferente con
concluida en 1982, brindó la oportunidad de respecto a los edificios aledaños al Templo Mayor
poder confrontar estas hipótesis con el dato que fueron descubiertos en el pasado siglo XX,
real, confirmando en muchos casos, rechazando entre los cuales se encuentran los pequeños
en otros, o descubriendo elementos que no templos objeto de este estudio, debido a que las
habían sido registrados en ningún documento. descripciones en las fuentes son muy generales.
En este sentido, los estudios que se han derivado En esta ocasión nos encontramos ante la eviden-
de este proyecto arqueológico son un ejemplo cia arqueológica de unas estructuras de marca-
de cómo las fuentes históricas y la arqueología se do perfil teotihuacano de las que no conocíamos
complementan y apoyan mutuamente en el pro- su existencia, ya que aparentemente no fueron
ceso de investigación, permitiéndonos profun- representadas en las pictografías indígenas ni

-$-1
JI Luis González Obregón
II L
] I Donceles
I Num. 15·' I
Templo
E. Matos

Justo Sierra
excavado
en 1964
por

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Metropolitana Moneda
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Palacio Nacional

Figura 1. Ubicación de los dos templos de estilo teotihuacano que Oanquean,


al norte y al sur, al Templo Mayor del recinto sagrado de Tenochtitlan.

78
Fl1f:NTES y .-\RQUEOLOCí.-\ EN lA IDENTIFIC-\CIÓN Df: DOS ESTRL'CTL'R.-\S DE TENOCHTITL-\N

descritas en las fuentes documentales en térmi- ños verticales en una proporción aproximada de
nos de sus características formales. 1:2. La fachada principal de la plataforma está
Afortunadamente, algunos elementos arqui- orientada al este y frente a ella se encuentra una
tectónicos y decorativos de los templos rojos especie de vestíbulo o pequeño atrio, delimitado
nos pueden ayudar a entender su significado en los extremos por un pretil de baja altura que
si nos apoyamos en el estudio de las concepcio- soporta un marco o tablero calado adornado con
nes cosmogónicas del pueblo mexica contenidas grandes anillos de piedra pintados de rojo. So-
en su mitología. Como se dijo anteriormente, bre {"steatrio construyeron un altar redondo. En
los mexicas construyeron estas pequeñas estruc- el interior y al centro de cada plataforma, fue
turas imitando patrones estilísticos que preva- construida una gran caja de sillares y bajo ésta se
lecieron siglos atrás en Teotihuacan, lo cual encontró, en ambos caS0S, otra caja más peque-
nos habla de la necesidad de recrear en Te- ña hecha con lajas de piedra. Dentro de estos
nochtitlan un lugar sagrado directamente conec- receptáculos los sacerdotes mexicas depositaron
tado con un pasado mítico al que los mexicas que- las ofrendas para consagrar y dedicar los tem-
rían afiliarse; el estudio de la mitología mexica plos rojos. Finalmente, otro detalle que com-
es, pues, necesario para entender esta conexión parten las dos estructuras es que en la esquina
simbólica, pero, además, depositaron ofrendas noreste de cada uno hay un hoyo circular prac-
en el interior de estos templos y pintaron dise- ticado sobre el piso del patio, donde proba-
ños en sus muros. El estudio iconográfico de los blemente encajaban el asta de un estandarte
objetos que los sacerdotes escogieron cuidadosa- o bandera.
mente para consagrar estos edificios y el análisis
de la distribución de los mismos dentro de las
ofrendas, así como el estudio de los diseños pin- ADVOCAClÓ:\i
tados en los muros y su comparación con las DE LOS TEMPLOS ROJOS
representaciones visuales en los códices picto-
gráficos y otros ejemplos de pintura mural, Vanos elementos iconográficos asociados a estos
nos deben orienlar en el camino de la inter- edificios indican que estaban dedicados al culto
pretación de la función de estos pequeños tem- del dios Macuilxóchitl-Xochipilh. Este dios, con-
plos. El presente trab'00 forma parte de la in- siderado por los mexicas como una deidad solar,
vestigación que realicé correlacionando estos era patrono de la nobleza y numen de la música,
aspectos. de las nares y del juego. Su nombre calendárico,
Macuilxóchitl (5 Flor), lo designa como uno de
los dioses relacionados a las fechas del Ion al/JO-
CARACTERÍ STl CAS Fa R,\1ALES hualli con el numeral cinco asociado con el rum-
DE LOS TEMPLOS ROJOS bo del sur: Macuiltochtli (5 Conejo), Macuilcozca-
cuauhtli (5 Buitre), Macuilmalinalli (5 Hierba),
Los templos rojos fueron construidos cerca de las Macuilcuetzpalin (5 Lagartija) y el mismo Ma-
esquinas noreste y sureste del Templo :vtayor. cuilxóchitl, forman este grupo. El otro nombre
Los dos son casi idénticos en forma, medidas y con el que se le conoce, Xochipilli (Príncipe de
orientación; lo único que varía son los diseños las nares), lo identifica precisamente como el
pintados en cada caso. Ambos templos fueron numen de las nares ligado a la nobleza. A este
construidos de la siguiente manera: sobre un respecto, un pas'0e de la obra de Sahagún:
zócalo o plantilla rectangular se levanta la plata-
forma del templo formada por el típico perfil Habla cerca de un dios que se llamaba Macuil-
teotihuacano que consiste en pequeños muros xóchill, que quiere decir "cinco flores", y tam-
en talud que soportan grandes tableros de pa- bién se llamaba Xochipilli, que quiere decir "el

79
BERTINA ÜI.W:1l0 VUt~

principal que da nares" o "que tiene cargo de con cuatro círculos que representan el símbolo
dar nares". del calor del sol (tonn.llo) o con una nor pintada
A este dios llamado Macuilxóchitl teníanle en el centro:' y en la otra un cetro en forma de
por dios, como el arriba dicho, que es el dios
corazón (yollotojJilli); en otras ocasiones se le re-
del fuego. Era más particular dios de los que
moraban en las casas de los sCl'10reso en los presentó llevando en las manos abanicos y so-
palacios de los principales. A honra de este dios najas, y en otras más el dios aparece disfrazado
hacían fiesta, y su fiesta se llamaba xochílh.l1itl, la como ave, ya fuera como águila de plumas roji-
cual fiesta se contaba entre las fiestas movibles zas, como un ave de plumaje negro que canta al
que están en el Cuarto Libro, que trata del arte
amanecer llamada cojolita (quetzalcoxcoxtli), o
adivinatoria.1
como una mezcla de las dos (Figura 2).
Ahora bien, el pretil del atrio del Templo Rojo
Los rasgos y atributos que caracterizan a esta Norte y casi todo el Templo Rojo Sur, están deco-
deidad en la escultura, en las pictografías y en rados con cintas blancas y rojas que se entrete-
las fuentes escritas varían en muchos casos, pero jen y se anudan a intervalos iguales para formar
los más comúnmente representados o descritos moños cuyos listones caen sobre los muros infe-
son: rostro pintado de rojo con un diseño blanco riores (Figura ;:1). Este diseño predomina en la
alrededor de la boca que en algunos casos simula decoración y remite visualmente a la imagen de
una mariposa estilizada, en otros un diseño lobu- Macuilxóchitl- Xochipilli y de algunos dioses
lado, o bien una mano humana la cual podría asociados a él que también portan estos mofios
hacer referencia a Macuilxóchitl (5 Flor) ya que, como parte de su atavío, como los nÍtmenes de
evidentemente, hav una rclación entre el número la danza IIuehllccóyotl, Ixtlilton y uzomnlli, el
cinco que forma parte de su nombre y los dedos mono. En las albrdas del templo del sur pinta-
de la mano;~ un tocado de plumas amarrado con ron lIn diseño que apellas es perceptible aclttal-
Ul1'l cinta blanca y otra roja que se entretejen v mente, el cual representa dos flores qlll:" (,ICn
se amarran al frente formando un moño bico- entre los listones bicolores; este detalle refuerza
lor y tres discos o rosetones (dos laterales y uno la idea que relaciona estos templos con el culto
en la parte posterior de la cabeza), de los cuales a Xochipilli.
cuelgan cintas; ¡leva joyas dejade, oro y concha, Sin embaq:?;o, los elementos contenidos en
siendo lo más característico del dios el adonlo las ofrendas son los que confirman la advoca-
ovalado de este último material que lleva a vf';ces ción de estos templos al dios solar de la música.
sobre el pecho (xojJilcózcatl) o pendiendo de sus En la gran caja de piedra construida en el inte-
orejas;:; a veces lleva en una mano un escudo rior de la plataforma del Tcmplo Rojo Sur se
encontró una ofrenda. En el fondo de la misma,
los sacerdotes mexicas depositaron dos enormes
I Bcrnardino de Sahagún, Historia gl'twr"l dI' la", ('()"l\ dI' representaciones en piedra del cuchillo de sacri-
la ,VlIl"l.l(l 1:',!){I1;fI, YO!. 1, libro prinlero, capítulo XI\', pp.
49-'jO.
ficio o tkjJnt/ sobre un piso pintado de rojo y un
2 Se¡;ún Doris I-Ieyden (Milolog;rI y rilll!Jo!i.\IIIO r/, tri
jlom ... , 1" 111), el diseño de la mano illlpresa alrededor de
la boca significa "cinco", es decir, t'S un glifo eliJnolúgico:
1Ilftill = mano, cinco dedos. de dedo del pie) cllando el personaje, en esle caso Ma-
:1 Desde que Eduard Seler (nu' '/{!IIft/fIlOrlll o/Ih/' A 11 !Ji11 cuilLOchtli, lo lIeya en el pecho (Bernardino de Saha¡;ún,
(;ollf'(fjo1/ ... , p. ;'4) bautizó el ornalnenlo ovalado de con- jJnllll'f()\ ,'vI,.,llImifJl",\", edición f~lcsinlilar, fol. 265\·).
cha que ponan los dioses de la tnúsic.l y la danza COIllO La nor puede tener también un Si¡"'lliticadosoiar, ya
1

oyohllfllli, se ha utilizado este lérn1ino para designarlo, lo que se¡;ún I-Ieyden (,Hilologirl y ,illliJo/iwlO di' la jlom ... ,
cual parece constituir un error. En un breve artículo, "Los 1" 112) el componente "nur" en los dos nombres del dios
lllúsicos )' sus inSlfu.llle11tos", José Luis Franco aborda y aquÍ estudiado 110 se refiere a flores !Jrf ,\1', sino fJlIe son
aclara este problema. La única infonnacián sobre el nom- 1l1eláforas. Puede Sil11bolizar el canto, y la nota
la palabra
bre en 11..í.huatl de este orní:11l1enlO la dan los informantes dellambor.pero también el amor, eljuep;o, el sol, y' tal \'el
de Saha¡;ún 'luienes lo llaman xlI/Jitnízmlt (collar en forma el baile.

80
FL1l':NTES y ARQL'¡':¡lI.OciA EN L-\ IDENTIFICACiÓN DE DOS f:STRLICTl'RAS m: TEN()CHTITI~\N

Figura 2. Representaciones de Macuilxóchitl-Xochipilli. a) y !J) diseilo de mariposa estilizada en el área de la


hoca, Códir"P13mg-irt; f:) diseilO lobulado alrededor de la boca, penacho amarrado con cintas roja y blanca,
pendientes y pectoral de concha en forma de gota (xo!Jilfózmll), cetro en forma de corazón (yoll%!Jilli), y
cintas roja y blanca entrelazadas alrededor del cuello con remate de flores, Códiff 'Jiulda; d) disei10 de mano
humana en el área de la boca, Códiff B01gia. '

lecho de arena, peces, conchas y caracoles, meta- rojo excepto en una franja que descu.bre los ojos
les, cuchillos de sacrificio y pedazos de roca. Los y la parte superior de la nariz, como aparece este
cuchillos, de aproximadamente 80 cm de largo, dios en algunas láminas del Códire Borgia; pre-
se encontraron uno junto al otro y ambos pre- senta un diseño lobulado en color blanco al-
sentan el rostro pintado de un personaje viendo rededor de la zona de la boca y su tocado está
hacia arriba. Este personaje fue identificado co- formado por dos cintas, una roja y una blanca,
mo Macuilxóchitl-Xochipilli con base en los atri- unidas en un moño en la f¡-ente de la imagen,
butos iconográficos que presenta: el rostro es atributo característico de este dios. El diseño de la

81
BERTINA OI.MEDO VERA

Figura 3. Detalle del pretil del Templo Rojo Norte en el que se aprecian las cintas entrelazadas
en el borde inferior del marco calado y los pares de listones que cuelgan sobre el muro inferior.
Este diseJ'lO es idéntico en el Templo Rojo Sur (Basado en Leonardo López Ll~án, I.({ IH1t!)('mriólI
IIlPxim r/Pl !msrul" {mlilllUU;rIl10, INAH-GV Editores, México, 1989, p. 130).

mano humana lo lleva en esta ocasión a manera dican que la escultura representa el alln rgo de
de aretes y no alrededor de la boca como es más Xochipilli. El hecho de que esta ave, símbolo solar
usual (Figura 4). ¡Jor excelencia según el pensamiento mexica,
Encima de los dos cuchillos que estaban so- lleve los atributos de Xochipilli en ésta y otras
bre el piso se encontraban distribuidos en mon- re¡Jresentaciones, nos indica que el águila era la
tones irregulares los otros materiales de la ofren- encarnación del dios y que, ¡Jor lo tanro, éste era
da, entre los que predominaban miniaturas de considerado como el astro mismo. Como último
piedra verde que representan instrumentos musi- nivel de la ofrenda, los sacerdotes eS¡Jarcieron
cales y la escultura de un ave en el nivel superior cuchillos de ¡Jedemal, nav<0illas de obsidiana y
(Figura 5). objetos rotos de barro relacionados con el culto
Esta escultura también fue un elemento im- a Xochi¡Jilli.
portante para establecer la asociación de los El estilo teotihuacano de los tem¡Jlos fue ele-
templos rojos con el dios solar de la música, ya gido por los mexicas de manera intencional, ya
que el animal representado porta a ambos lados que aun a sim¡Jle vista y sin necesidad de cono-
de la cabeza los adornos de discos con cintas col- cer el contenido simbólico que la élite sacerdo-
gantes, característicos de Macuilxóchitl-Xochipi- talles confirió, evocan el lugar sagrado donde se
Ih; por otro lado, el canto al dio~5 y algunas re- creó el Quinto Sol; el lugar del amanecer arque-
presentaciones del mismo en códices, cerámica típico según su mitología,o Esto fue indicado
y escultura, indican que en ocasiones el numen además por la intencional orientación de los
se vestfa con el disfraz de un ave tocada con un
penacho amarrado con cintas bl~nca y roja co-
f; "Leyenda de los Soles", en Rafael Tena, ,lIilo\ ,/,;\Ir>-
mo el que lleva la pieza. Estas características in- ';({L., pp. 181-185; Bernardino de Sahagún, Hi.\/rJ/;f/ grllr-
ml. .., \"01. 2, libro s"",timo, capítulo 11, pp. 479-"'182; testimo-
nio de los informantes de Sahagún en el Cúdi('f' ,\{(flrilt'l1V
,; Ángel Ma. Garibay, Vrinlr himno.," JflCmJ di' ÚJJ I/.rt!lIlfl.\", rM Rml "({Imio, en Miguel León-Portilla, iJ, 'Ii'olillll({mll ({ 10\
!-'P.9R-IO!. rdI'!ILI"..., pp. 57-fi'\.

82
FUENTES y ARQUEOI.O(;iA EN lA IDENTIFICACIÓN DE DOS ESTRUCTURAS m: TENOCHTITIAN

Figura 4. Representación de un gran Figura 5. Dibujo de la escultura de piedra que representa la cabeza
cuchillo de piedra (IirpaLl) pintado de de un ave identificada como águila dorada (Aquila rhrysaelos).
rojo, con el rostro de frente del dios Xochipilli disfraz:>do de ave en un ritual de la veintena Tecuílhuitl
Macuilxóchitl-Xochipilli. Se aprecian (C;ódia Magliaberhirmo, lámina 35).
la cinta bicolor sobre la frente, el
diseño lobulado alrededor de la boca
y los aretes en forma de mano. (Foto
de Germán Zúñiga, Museo del
Templo Mayor).

En el presente artículo se describen, a grandes basamento del Templo Mayor de Tenochtitlan,


rasgos, los antecedentes de la investigación que dedicado a Tláloc y a Huitzilopochtli. Ambos
actualmente estoy llevando a cabo en la Direc- templos tienen dimensiones, formas y decora-
ción de Etnohistoria, la cual se refiere al estudio ciones muy similares.
de una importante deidad del panteón mexica, Debido a su importante ubica.ción con res-
Macuilxóchitl-Xochipilli, en las fuentes escri- pecto al edificio principal del recinto sagrado,
tas y documentos iconográficos de los siglos XVI a lo inusitado de sus formas y decorado, ya la ri-
y XVII. La siguiente es una breve exposición de queza de los elementos que fueron depositados
los aspectos principales contenidos en el libro en su interior como ofrenda, consideré de gran
publicado recientemente por el INAH que lleva interés realizar el estudio de estos templos con
por título Los templos TOjOS dRl recinto sagradu de el propósito de entender las implicaciones reli-
Tenuchtitlan. giosas de estas estructuras en la vida de la socie-
Durante la primera etapa de excavaciones dad mexica, investigando cuál pudo haber sido
del Proyecto Templo Mayor realizada de 1978
a 1982 en el Centro Histórico de la Ciudad de 7 Sobre la asociación de Macuilxóchitl-Xochipilli
con el sol, véase Bertina Olmedo, /.0.1 lfln/Jlo.l mjm ... ,
México, fueron descubiertos dos pequeños tem-
pp. 247·2.~3,donde se resumen interpretaciones de diver-
plos de estilo teotihuacano flanqueando el gran sos investiKadores.

83
BERTINA OI.MEDO VERA

El tercero cu se llamaba Macuilcalli o Macuil- atribuyen al de la ciudad de Tenochtitlan (Fi-


quiáhuitl. En este cu mataban a los espías de los gura 6). El investigador alemán Eduard Seler
contrarios que prendían, cuando estaban en la
publicó esta ilustración a principios del siglo pa-
guerra o contra los de HuexolZinco, o contra
los de Tlaxcalla, etcétera.H sado e hizo una interpretación de la misma, asig-
nando las estructuras representadas con los
A continuación describe otros templos y es- nombres de los edificios que acompañan al dia-
tructuras hasta llegar a: grama en el códice, con base en las descripcio-
nes de Sahagún, Durán y Tezozómoc.
El quincagesimoséptimo edificio se llamaba Ma-
En el diagrama destacan por su tamaño y po-
cuilmalinaliteupan. Era un cu donde estaban dos
estatuas, una de Macuilmalínal y otra de Topan- sición, las dos imágenes de dioses que flanquean
tlacaqui. Yen este signo hacían fiesta en este cu el Templo Mayor. Se trata de portaestandartes que
cada doscientos y tres días. Ytambién hacían fies- representan a personajes con atributos de Macuil-
ta a honra del signo que se llamaba xllchilhllil19 xóchitl-Xochipilli,IO pero que llevan los nombres
de Macuilcalli (Cinco Casa, al sur del Templo Ma-
En el primer caso el nombre del templo podría yor) y Macuilcuetzpalin (Cinco Lagartija, al norte
referirse a la quinta casa del signo ce quiáhuill del Templo Mayor). Los comentaristas a la versión
que se llamaba precisamente Macuilcalli y que, paleografiada del náhuatl y traducida al inglés
como nos dice Sahagún en otra parte, era casa por Thelma D. Sullivan de los Primeros Memoriales
del dios Macuilxóchitl. Pienso que corresponde de Sahagún, entre los que se encuentran Nichol-
al Templo Rojo Sur del recinto sagrado. son, Anderson y Dibble, nos dicen:
Resulta muy interesante que la fiesta que se
celebraba en el templo Macuilmalinal1i era Xo- Macuilcuelz/;nlli l...
],iHnmilcnlli l...]:erán dos
chílhuitl, es decir la "fiesta de las Oores", que se de los Macuiltonalequc. los jóvenes dioses
dedicaba a Xochipilli. Por otro lado, la quinta solares que encarnaban los placeres sensua·
les y estéticos, encabezados por YIacllilxó-
casa del signo ce xóchit~ día en el que se celebraba
chitl/Xochipilli. Cada uno porta el yO/Olo/JiUi,
la fiesta, era la casa de Macuilcuetzpalin, el dios o "cetro de corazón ", diagnóstico dc estas dei-
Cinco Lagartija, otro de los cinco dioses del sur dades. Seler interpretó que estas figuras re-
cuyo prototipo era Macuilxóchitl. La escultura presentan a las dos esculturas de piedra que,
de piedra que representa a este dios fue loca- 'de acuerdo a Durán l... ] estaban colocadas
sobre las rampas que Oanqueaban la escali-
lizada en el relleno constructivo del lado norte
nata del Templo Mayor de Tenochtitlan y
del Templo Mayor. No sabemos su colocación
que servían como "portaestandartes" va que
original pero es probable que, dada su cercanía, llevaban astas de madera rematadas con ban-
se asociara al Templo Rojo Norte y que en el dia- deras que indicaban las diferentes ceremo-
grama del recinto mexica de los P,irneros Memo- nias (... ] Aun cuando el exagerado énfasis
liales de Sahagún, esta imagen sustituya al templo que se da a estas imágenes en el diagrama es
ciertamente enigmático, la interpretación de
mismo. Mi propuesta es que el Macuilmalinali-
Seler -que también parece aplicarse al
teupan corresponde al Templo Rojo Norte de la Templo Mayor de Tepepolco- se ha acepta-
zona arqueológica del Templo Mayor. do de manera general.11
El folio 269r del Códice MaNilense del Palacio
Real, correspondiente a los P1i1neros MernOliales,
es un diagrama de un recinto ceremonial del 10 Estosatributos serían: el diseño lobulado alrededor

de la boca; el tocado que consiste en un penacho de plu-


Centro de México que muchos investigadores
mas en lo alto de la cabeza y adornos laterales en forma
de flor de los que se desprenden cintas;el escudo con flor
y el yollo/ofjilli o cetro de corazón.
R Bernardino de Sahagún, His/OIi" grnrrat .., vo!. 1, 11 Traducción mía. Bernardino de Sahagún, Pri",,,,-m-
apéndice del libro segundo, p. 182. lVlnnoriat'J, paleografía del texto náhuatl y traducción al
'1 lhirtrm, p. 186. inglés de Thelma D. Sulli\'an,nota 9, p. 120.

84
FL'ENTES y ARQllHJI.OCiA F:N 1.\ IIlENTIFIC.-\CI()~ IlE DOS FSrRll(TliRAS IlE TEi\OCHTITI.-\N

I /

I
rl
I •••••

,~....:-_
~_- _-_------1
1
Figura 6. Diagrama de los !',,,nnos MPl/wriali's de Sahagún (fo\. 2691') en el que se representan algunos edificios
contenidos en un recinto sagrado mexica. Al sur del Templo Mayor se encuentra la imagen de un dios con los
rasgos de Macuilxóchitl-Xochipilli asociado al signo lIlaruilmlli (cinco casa); al norte se encuentra una imagen
similar, dibujada junto al nombre lIIauúlrui'l:/Jalin (cinco lagartija),

85
BERTINA OI.W:IJOVfX-\

Ahora bien, las esculturas representadas en Cabe mencionar que en otros centros im-
el plano de los informantes de Sahagún parecen portantes del posclásico tardío del Centro de
haber existido como tales ya que, como lo men- México, como Tlatelolco y Tenayuca, se repitió
cionamos anteriormente, por lo menos la ima- este mismo patrón de los dos pequeños tem-
gen de Macuilcuetzpalin fue encontrada duran- plos nanqueando el templo principal cerca de
te las excavaciones muy cerca del Templo Rojo las esquinas posteriores. En el primer caso, J~
Norte. Se podría pensar que, aun cuando no se incluso el estilo y la pintura mural son semejan-
encontró, existió otra similar en el lado sur. La tes a los templos rojos de Tenochtitlan. En Te-
escultura de 5 Lagartija, en cambio, no es un por- nayuca las dos estructuras están asociadas a sen-
taestandarte, ya que no tiene ningún orificio en das esculturas que representan a la xi1thcón/~ la
donde encajar el asta de la bandera, por 10 que no serpiente de fuego que simbolizaba los rayos del
parece corresponder a la función de los que esta- sol y que era el arma del dios solar de los mexi-
ban colocados arriba del Templo Mayor, según cas, Huitzilopochtli.
la descripción de Durán. Este hecho y el lugar
donde fue encomrada la escultura, sugieren que
las imágenes de dioses representadas en el dia- BIBLIOGRAFÍA
grama de los Pli metOs /Vlenwrinles estaban asocia-
das a dos templos muy similares entre sí y de Codex lvlngliabf'Chin.llo. The 13001<oj Ihe Lije oj Ihr'
gran importancia simbólica dentro del recinto Ancienl ,V1r'ximns mlllrúning nn nccollnl oj Iheir
sagrado. Pienso que estas imág-enes se asociaban 2 vals., introducci,'lI1. tra-
Rilf'S ami SII/mslilio!/.5,
directameme a los templos rojos y que quizá en ducción y cOlllentarios ele Zelia :\litlall. estu-
el plano se utilizaron para indicar la posición de dio de Eli/~lbeth Hill Boone, LJni\u-sin' of
estos pequeños edificios designados con nom- California Press, Berkeley, I ~H3.
bres correspondiellles a los mnrnillonaleqlle y de- Códice Borgin, 3 y' "s., comentarios de L;li,illl ::>e-
dicados a Macuilxóchitl-Xochipilli como repre- ler y tradUCCión de Mariana Fn:nk, Fondo de
semante de este g-rupo de deidades. Como dato Cultma Económica, México, 1963 (Sección
interesante, entre todas las estruclllras descu- de Obras de Amropolog-ía).
biertas hasta la fecha, estos templos son los úni- Códire FrJéI'váry-Mflyn Tonnlálfl,711 de los /}Orhlf'C{/~,
cos que presentan un ag-tijero circular en el piso edición, est ud io illtroc\uctori" y comen tarios
de una de sus esquinas, en los que muy segura- de Miguel León-Portilla, Cebnesc Mexicana,
meme enc<ijaban palos con insignias o banderas. México. 1985.
Esto sugiere también que las imágenes del dios Códice Tlldela, edición facsimilar con estudio de
que lleva su cetro insignia en la mano, suplantan José Tudela de la Orden, prólogo de Donald
en el plano a los templos rojos que nanquean el Robertson, epílogo de WigbertoJiménez Mo-
Templo MaYaL reno, Instituto de Cooperación Iberoameri-
Resumiendo, mi propuesta es que, de acuer- cana, Madrid, 1980 (Ediciones de Cultura
do con los elementos asociados a los templos Hispánica).
rojos del recinto ceremonial de Tenochtitlan, en Franco,José Luis, "Los músicos y sus instrumen-
ellos se rendía culto al sol del amanecer repre- tos", en El Mrixico Anligllo, Revisla Inlernacional
sentado en la religión mexica por el dios Ma-
cuilxóchitl-Xochipilli. Que estos templos fueron
I~ Templo de las Pinturas o Estructura L, al sur c1~1
Tem-
construidos con toda intención en un estilo que plo Mamr de Tlatelo1co, IllU\' cercano a la esquina sures-
evoca el lugar del nacimiento del Quinto Sol, te del miStllO, El edificio silnétrico (costado noreste del
Teotihuacan, y que estas pequeñas estructuras Tenlplo J\Jayor) fue arrasado durante obras de (o!lslruc·
cilm realizadas el si~lo pasado (Sa!vador Guilliem. jefe
fueron descritas y representadas en la obra del
de la Zona Arqueoló~ica de TI;ucio1co, comunicación
padre Sahagún. personal) .

86
FU':Nn:s \' ..\I{QL'f'.(JI.O(;i.\ 1':;-;1.-\ IIH:NTIFICAClÓN m: DOS ESTl{l'CTl'l{.\S m: Tr:~OCHTITI..\N

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R7
GUERRA y SIGNIFICADO.

LA BATALLA DE CENTLA

Luis Barjau*

CUÁNTOS COMBATIERON vinieran indios cubanos en el viaje; sin embargo,


se embarcaron "200 isleños de Cuba, [..,] ciertos
No es posible precisar el número de soldados que negros y algunas indias",4 pero después se asien-
vinieron con Cortés de Cuba en 1519, ni el nú- ta que había "cerca de 500 españoles en Centla".;
mero de guerreros indígenas en la batalla de Ce n- y todavía más, López de Gómara refiere que
tIa; mucho menos la población de los primeros Cortés, al enviar carta a Gerónimo de Aguilar ya
sitios tocados por los castellanos a su llegada. Gonzalo Guerrero, los españoles rezagados en
Respecto de los españoles los señalamientos tierras mayas desde 1511, dice haber partido de
son siempre distintos. Cortés habla de "400 hom- Cuba con 550 españoles,ti
bres de guerra", entre ellos "muchos caballeros ¿Cuánto pesó también, en esta indefinición,
y fidalgos" y "16 de a caballo";' López de Gó- la leyenda posterior justificadora de la Conquis-
mara de más de 300 que salieran de Santiago de ta, ante España y ante el mundo, de que un pu-
Barucoa, más 50 que después se unieran en ñado de bravos españoles al mando del gran Ca-
Guaniguanigo donde se hace escala;2 Bernal pitán habían sluetado todo un imperio?, es una
Díaz del Castillo de "sobre 400 soldados".3 Pa- pregunta que hoy se formula con facilidad,
rece -que no existió una preocupación expresa De manera formal, entonces se debe aceptar
por el cómputo riguroso de quienes participa- que la cifra aproximada fue de 750 hombres, 550
ron en la Conquista, cuando era muy fácil hacer- españoles, 200 cubanos y algunos negros,
lo, mucho más porque Cortés, por instrucciones Respecto de los indígenas todavía hay mayor
de Velázquez, estuvo acompañado siempre por el confusión, Cortés,' López de Gómaf'a,8 Alva Ix-
notario Pedro Gutiérrez, quien asentaba testi- tlilxóchitl9 y Antonio de Herrera'o apuntan que
monio de todo lo ocurrido durante el viaje.
Hubo ciertos contratiempos también, adhoc
.¡ López de Cómara, o/J. f.il., p. 18.
para perturbar la consideración de una cifra '> !bid, p. 33.
precisa. Por ejemplo, Velázquez prohibió que 6 IlJitl, p. 22.
, Conés, O/J. ril., p. 24.
* Dirección de Etnohistoria, INAH. " López de Cómara, o/J. ril., p. 34.
I Hernán Canés, Car!us tlr rrlució7l tlf' la to7l'!";"!U tlr ., Fernando de Alva lxtlilxóchitl, Obrm'his/¡;,ims, l'NAM,
i\!It'xiro, Espasa Calpe, México, 1983, p. 18. México, 1977, p. 197.
:! Francisco López de GÓrnara. Historia d" la cOllr{llisla dI': 10 Antonio de Herrera, HüllJli" grnrml ti, ws hnhOl fif los
l\!lt'xito, Porrúa, México, 1982, pp 16-17. raslellanos ~n las isla ..\' y lierra jirme dd mar orhulO, prólogo y
" Bernal Diaz del Castillo, Húl",iu vmlrulna ti, la 1D7l- notas del académico de número Antonio Ballesteros-Bere-
,!uisl" tlr
Irl NllI'lHl L¡/m,ia, Patria, México, 1983, p. 83. na, publicada por acuerdo de la Academia de la Historia,

89
LUIS BARJAU

en la batalla de Centla participaron 40000 gue- enseguida expresa irónicamente "y esta fue la pri-
rreros, cifra muy exagerada. Bernal Díaz refiere mera predicación del Evangelio que Cortés
12000.11 Diego de Ordaz, entusiasmado, llega a introdujo en la Nueva España".19 Herrera por su
exclamar que por cada español peleaban 300 parte reporta más de 1 000 muertos.20
indios, y si los primeros hubieran sido sólo 400,
¡los segundos resultarían ser más de 120 OOO!12
Antonio de Herrera reportó que cuando los EXPECTATIVAS Y PREVISIONES
maya-chontales trataron de disuadir a Cortés DE AMBOS BANDOS
para que no entrara en Centla, asimismo le ad-
virtieron que ellos contaban con "3 xiquipiles de Del viaje de Grijalva en 1518 a las costas del Golfo,
gente"I~. Sin embargo, no es improbable que exa- Moctezuma había sido informado oportunamen-
geraran como una táctica intimidante, tampoco, te, por sus enviados, desde Xicalango. Observó
que quizá contando con ese potencial reunido al respecto las pinturas y relatos de sus tlacuilos.
de varios pueblos circunvecinos, todos ellos par- Volvió a observar el casco de hierro con que se
ticipasen a la hora de la batalla. Si los indios exa- tocaban los españoles, no había duda, era como
geraban con sus 24000 hombres, los españoles el que años atrás le habían traído de la costa (del
mucho más con sus 40 000. Cada bando, esgrimía viaje de Hernández de Córdoba en 1517) y que
sus propias razones. él, premonitoriamente, había ordenado que co-
López de Gómara calculó que en la isla de locaran sobre la cabeza de la representación de
Cozumel, que constaba de tres pueblos, había Huitzilopochtli.
2000 hombres,14 pero que en Centla (que con- Moctezuma está ante la disyuntiva de IaS)..>ro-
funde con Potonchán) había "menos de 25000 fecías, tradiciones antiguas que inculcaban el re-
casas",¡;:)
torno de Quetzalcóatl, for:iadas desde el reinado
Si en Centla había 25000 casas y calculamos de Acamapichtli, primer tlatoani de Mexico. Di-
el estándar de 5 personas por cada una (125 000 chas profecías eran razón de estado teocrático,
habitantes) puede pensarse aun exageradamen- pero aceptarlas equivaldría a una especie de capi-
te que si participaba una persona de cada dos tulación ingenua ante los invasores, y rechazarlas
casas, habría 12500, cifra cercana a la de Berna!. era prácticamente volverse contra todos los fun-
Considerar el 10% de guerreros en cualquier po- damentos religiosos e ideológicos del estado. Este
blación es exagerado. fue el meollo de la célebre incertidumbre moete-
En cuanto a las bajas, dice Bernal que fueron zumana, que se ha convertido en una leyenda.
más de 800 indios muertos;16 López de Gómara Cuando Grijalva se encontró con el Señor
señala más de 300.17 Cortés -en carta al Rey- de Tabasco en Centla, éste lo recibió con una
200.18 Las Casas, en cambio, refirió que en la curiosa e improvisada prenda. El cacique había
batalla murieron 30000 "ánimas" pero ello está mandado confeccionar maderas recubiertas de
influido por el afán salvífica de este autor quien oro, que simulaban una suerte de armadura
para el español, quizá buscaba imitar las de hie-
rro que los mismos portaban. El cacique ya era
en Madrid en la oficina Real de Nicolás Rodríguez Fran-
co, año de 1730. Madrid, 1934, p. 346. consciente de la fiebre por ese metal que em-
11 Díaz del Castillo, Of}. ril., p. 73. bargaba a los castellanos, aunque no la enten-
1" Ibúle"" p. 81.
diera, puesto que para ellos el oro estaba lejos
1" 1 xiquipil equivale a 8 000, por lo tanto, 3 xiquipiles
de gente = 3 X 8000 = 24000 gen tes. Ibúlelll, p. 209. de ser moneda.
14 Lápez de Cámara, '1}. cil., p. 26.
,', Ibúlelll, p. 38.
1" Díaz del Castillo, Of}. fil., p. 82. I~'Fray Bartololl1é de las Casas, Hú/uria de las Indirls, :1
17 Lápez de Cámara, af}. cil., p. 35. vals., Fondo de Cultura Económica, México, 1981, p. 241.
IS Canés, ot:o fil., p. 24. 20 Herrera, Of}. ál., vol. 4, p. 347.

90
GUf:RRA v SIGNIFICADO. LA II,.\TAIL\ DE CENTL\

Es muy probable que esa prenda haya sido Lo mismo ocurre en cuanto a la situación geo-
observada por Corté's en la isla de Cuba, pues- política de la entidad, la misma fuente reporta
to que el regreso de Grijalva había creado gran que "Tabasco anda con la gobernación de Yu-
expectativa. catán".24 Ixtlilxóchitl en cambio asienta que era
Grijalva y Tabasco habían cambiado prendas. sujeto de Texcoco, México y Tacuba,2'; incluso
El primero recibió la armadura dorada entre Herrera especifica un tributo en cacao: "dos mil
otros muchos ricos regalos. Tabasco recibió "una xiquipiles de cacao, y cada xiquipil son ocho
camisa rica" y el "sayón de terciopelo carmesí" y mil almendras y una carga hace tres xiquipiles o
"la gorra de lo mismo" que vestía Grijalva, y "za- tercios".2b Sin embargo los chontales, frente a
patos colorados de cuero, nuevos".21 un Cortés que ofrecía la tutela de Carlos V, habí-
Como resultado del paso de Grijalva por Po- an expresado orgullosamente que ellos "a nadie
tonchán, donde hubo una escaramuza, el caci- reconocían señorío".27 Había ya muchos nahua-
que de ese lugar, hermano del señor de Tabas- tlismos en el habla cotidiana de los chontales,
co, había criticado después ásperamente a éste pero se ha dicho que el náhuatl, para la época',
por no haber hostilizado al invasor, como ha- ya era lingua franca hasta Guatemala.28 Hay tam-
bían hecho ellos. bién la evidencia de que Moctezuma no toma
Por eso, cuando llegó Cortés y navegaba en disposiciones importantes acerca de la llegada
sus bateles río arriba de la desembocadura de de los españoles, sino hasta que están en San
los ríos GrUalva y Usumacinta, escuchó que los Juan de Ulúa, acaso porque el chontal no fuera
indios cortaban madera tierra adentro. Con esa considerado bajo su dominio. Por lo demás, si
madera, acabarían de amurallar Centla. Como Tabasco hubiera estado decididamente vinculado
~;o después la hueste de Cortés al invadirla, ha- a Yucatán o a la Triple Alianza, hubo mucho tiem-
bían construido una muralla nueva contra los po para que SU5 tutores hubieran previsto estar
enemigos que llegaran por el mar. presentes en la batalla de Centla. Lo que ocurría,
Dice Bernal que cuando Conés estuvo frente en cambio. era que había un enclave nahua re-
a Potonchán, quería entrar para "darles una ciente hacia Hueymango, que no incluía Centla.
buena mano por el desbarate de 10 de Francis-
co Hemández de Córdoba e GrUalva".22 Ya
había visto en Cozumel e Isla Mujeres cómo PALABRAS, SEÑAS Y MENEOS
huían los indios ante su presencia, aunque
Centla resultó ser mucho más populosa que En la actualidad, nuestro asombro por lo suce-
Cozumel y Potonchán. dido en la conquista, no hace sino revelar un
La situación de la región de Tabasco, en esa gran desconocimiento de las mentalidades nati-
época, sigue siendo incierta. Herrera dice que vas, su religiosidad, su particularidad militar y su
Tabasco iba de Yucatán a Coatzacoalco, hacia el organización sociopolítica. por ló menos. Y no
sur colindaba -como ahora- con Chiapas, sólo al principio del encuentro en Cozumel y Ta-
pero había un solo pueblo.2:\ basco, sino a lo largo de toda aquella empresa.
Es probable que su extensión fuera la dicha, Es bajo este tenor que debemos preguntamos
ya que en Potonchán, de menor importancia, cómo fue posible que los chontales.de Centla
reinaba el hermano del cacique de Tabasco. Es
inverosímil, entonces, que en tal extensión hu-
2-1 ¡dem.
biera un solo pueblo. 2', Alva IXllilxóchitl, O/J. ál., p. 197.
26 Herrera, '1J. ál., vol. 1, p. 76.
27 lbit!,,", vol. 4, p. 352.
"1 /lnd"'/I, cap. 11,p. 210. "" Alfredo Jiménez Núñez, "El mélodo emohislórico y
"" Díaz del Castillo, o/J. ('il., p. 73. su contribución a la antropología alnericana", en RrviJ/a
2:1 Herrera, o/J. ril., vol. 1, p. 76. "/HlIio!" dI' "/llro/JO!o.r.,';" (/1IIP1ÚWU', núm. 7, Madrid, p. 183.

91
LUIS BAR)ALI

hubieran podido enfrentar solos, se puede decir, garon a saber, no sin gustoso asombro, cómo los
a los extraños, cuando no sólamente había otros naturales estaban divididos profundamente por
reinos, ligados por el parentesco, que como el sistema tributario que era secuela de la impo-
Potonchán conocíañ muy bien las pretensiones sición militar, y que el imperi<3 tenochca estaba
de los extraños, o el cacique de Campeche bau- rodeado de regiones enemigas hacia los cuatro
tizado después como Lázaro, sino que también vientos. También supieron en Cempoala, acerca
estaban avisados los mayas de Yucatán y los diver- del servicio obligatorio de los tamemes para los
sos grupos de Chiapas, todos ellos vecinos y en visitantes vencedores, lo que aligeró su pesada
comunicación permanente con los chonta1es. carga en el transpone.
Aun más misterioso resulta que los "cimata- Cuando Grijalva regresaba a Cuba y pasó por
nes" que eran chontales penneados por encla- Yucatán, tomó de allí (Santa María de los Reme-
ves militares mexicas, ya instalados en sitios dios) dos rehenes de mucha imponancia, uno
como Cunduacán, Jalpa, Hueymango y Amati- de ellos entendía la lengua de los nativos de Cuba
tán, no acudieran a Centla. Pues a ellos les co- y comenzó después a entender rudimentos del
rrespondió después -cuando los adelantados castellano. Fue bautizado como Melchor, Ber-
Luis Marín, Juan Vallecillo, Baltasar Osorio y nal lo motejaba como Melchorejo. El segundo,
Francisco de Montejo propugnaron por pacifi- de quien se ignoran detalles, pero que también
car la zona desde 1523- la honra de una resis- funcionaba como "lengua", se llamó Julián y le
tencia prolongada y difícil pero exitosa, que decían Julianillo. Todavía se habló de un One-
duró hasta 1556, cuando el franciscano fray Die- guilla, quien sería, después, si bien por poco
go de Pesquera trasladó a los chontales-acalanes tiempo, criado asignado por Conés a :v!octezu-
a su ulterior morada en TixcheV9 hecho que ma, lo cual hace creer que había aprendido/algo
marcó el fin de la resistencia. .de náhuatl.:'o
Nos hemos de conformar pues, con la idea Las Casas apunta, en cambio. que Grijalva ha-
vaga por insuficiente, de que se trataba de reinos bía aprisionado cuatro indios para "Iengua" en
separados, con poca o nula cohesión sociopolí- Puerto Deseado, Campeche.
tica, como para que fueran capaces de tipificar Hasta Centla pues, Melchor había fungido
una invasión externa al continente o a su entor- como "lengua" en estrecha colaboración con
no territorial. La otra explicación, ya insosteni- Gerónimo de Aguilar, rescatado en Cozumel, y
ble, fue la de los propios españoles de la época, entrambos triangulaban la comunicación de ha-
que insistieron en el atraso, la cobardía y la infi- blantes del maya-yucateco al maya-chontal y al
delidad, como respuesta al problema. castellano. Se entiende que de un modo pre-
La comunicación entre españoles e indios fue cario y rudimentario, aunque no al extremo de
una herramienta natural, pero también militar, fray Banolomé de las Casas, quien afirmó que
de extrema imponancia. Con la traducción, los en los diálogos sostenidos por Jos españoles y
españoles obtuvieron información de vital im- los chontaJes, nadie había entendido nada, "por
portancia. Amén de la cOHlul'licación general, diez palabras que Cortés les dijese mascadas y
gracias a la ~raducción simultánea kls españo- mal pronunciadas".~l·
les conocieron los fundamentos generales- de la Aunque los nativos de Cozumel o Acuzamil,
religiosidad de estado de sus sentencias mitoló- por señas hechas hacia las propias barbas de los es-
gicas, ~on el documento que dos principales me- pañoles, habían dado a entender que había otros
xicas le enseñaran en San Juan de Ulúa a Hernán como ellos en estas tierras, Melchor, quien cono-
Cortés. En Cempoala, los españoles también lIe- cía a los caciques que slijetaban a dos de ellos,

e Dante Andrés Ruggeroni López, I.a !JOblal'Íóll d.


K
) 7,,· :<" Las Casas, al'. ril., p. 208.
b"'fII fII "'iglo XVI, C1C.OM, Villahermosa, 1982, pp. 44-45. :<1 Ibid'lII, p. 242.

92
GUt:ltRA y SI(;NIFlCADO. L-\ I\.-\T.·\I.L-\ m: CrNTL-\

había completado esa comunicación. Dichos re- mándo1es que los españoles eran muy pocos y
henes eran los célebres Gerónimo de Aguilar y podían vencerlos fácilmente.
Gonzalo Guerrero, ambos rezagados en tierra Después de la caída de Centla, Melchorejo
maya desde 1510 ó 1511, así que cumplieron ocho desapareció, luego de dejar colgadas de unas ra-
años ahí, como para aprender muy bien la leng-ua mas las ropas españolas con que había sido reves-
maya. Habían naufragado, luego de salir de Santo tido. Y más tarde, cuando los españoles lo recla-
Domingo en noviembre de 1509 en dirección a maran para ajusticiarlo, los indios dijeron que
Cartagena y el Darién, ya la costa de Veragua en ya Jo habían hecho el1os, sacrificándolo a los dio-
Panamá, por mandato de Don Fernando el Cató- ses por sus malos consejos. Sin embargo, al1í en
lico, y b~o la capitanía de Diego de NiC\lesa.:\~ Centla, ya lo substituía La Malinche políglota,
De ese naufragio, obra de una gran tormen- quien en colaboración con AguiJar tradujo las
ta que rompió las carabelas de Nicuesa, sobrevi- areng-as posteriores que fueron las primeras ra-
vieron veinte marinos apretados en un buen zones de la evangelización y de! sometimiento al
batel que los empujaría hasta Yucatán. De esos gran rey ubicuo de los españoles. A este punto
veinte extraviados sólo quedaron seis, y se dice también Las Casas expresó sus, esta vez, muy
que entre éstos iba el mismo Nicuesa, pero que verosímiles dudas.o:1
todos, menos dos, habían sido sacrificados y co-
midos por los nativos.
Gonzalo Guerrero, como se sabe, fue tomado LA BATALLA
por Nachancán, el cacique de Cheturnal, quien
lo hiciera principal casándolo con una de sus Revisemos a grandes trazos la batal1a de Centla.
hijas, al haber quedado descubiertas sus dotes no El 12 de marzo de 1519.14 aparecieron, ante el
sólo de marinero sino también de militar, que asombro de los chontales de Centla, los once bar-
hacía honor a su apellido. cos de Cortés con iguales capitanes yal mando del
En cambio, tenemos a Aguilar quien protago- piloto Antón de Alaminos,:\" v sus 750 hombres,
nizó el viejo género literario del idilio en aque- que l1egaron hasta la desembocadura de los dos
110svehementes pasajes que Bernal escribió sobre grandes ríos del Sllfeste, el Grijah'a y el Usuma-
el momento célebre de su abstinencia canóniga cinta, que se juntan antes de terminar en el mar.
en la playa con la amorosa adolescente maya que Ahora el asombro de los indios fue mayor
lo requería desde su hamaca. Fanático ante el por el número de naves y hombres, puesto que
fuegáde una hoguera en la oril1a, Aguijar, como antes habían visto las expediciones de Francisco
Odisea, había aguantado el rigor de los cantos Hernández de Córdoba, en 1517, con sólo tres
sirenaicos, según refiriera el soldado-cronista. Su navíos y la de Juan de Grijalva al año siguiente
contrita abstinencia le había salvado la vida. con 200 hombres y cuatro navíos. El asombro
Después de la primera refriega con los de pues, más que nada, debió ser por el regreso y
Centla, Melchor fue enviado por Cortés (no así los motivos de los extraños.
Aguilar para no arriesgar su vida), para que con- Esta vez, y como los de Potonchán recrimina-
venciese a los principales de no hacerles más la ran ásperamente a los tabasqueños por no haber
guerra y permitirles entrar en su pueblo por bas- guerreado como ellos hicieran con éxito contra
timentos, sin mencionar el oro que codiciaban. Grijalva, estaban prevenidos contra Cortés. A su
Melchor no sólo fracasó en su embajada, sino se vez, el capitán iba dispuesto a "darles una buena
cuenta que dijeron los chontales que los acon- mano", como dijo BernaJ,'lli que vindicara aquella
sejó para que mataran a los advenedizos infor-
:·t~Irlflll.
:14 Díaz del Castillo, o/J. ('¡l .• p. 7~.
:~~ /)()(,IlU/f'nlm COI"lf-sirl1los, "01. 1, recopilación de José :F>López de Cómara, o/'. cil., p. 17.
Luis ~lartínez, Fcr·L·NAM, México, 1990, p. 48. "" Díaz del Castillo. o/J. cil., p. 7~.

93
LUIS B.~R¡AL'

afrenta anterior. La batalla, inminente entonces, no fueron sentidos".~o Se aferraron al argumento


había madurado sus ánimos con anterioridad. del agua fingiendo, mientras que empezaron a
"Ycuando los indios vieran tanta gente y na- exponer otras causas de su visita, como la in-
víos que saltaban en tierra, salieron de un pue- creíble oferta primero de protección, después de
blo grande que allí Cel"ca estaba, armados de tutoría de un tan excelso cuanto ubicuo señor, el
arcos, y flechas y rodelas, muy empenachados y suyo, que habita después del océano. Para los
pintados, que para ellos es gran ferocidad y gala, indios dicho lugar, de acuerdo con su concepción
para saber quién eran y qué querían ".37 suponía la unión sagrada de cielo y tierra en
Las naves mayores no pueden avanzar río dicho confín, lugar de destino y partida de algu-
arriba sin encallar, pero sí los bergantines y los nas deidades. Al mismo tiempo los españoles pro-
bajeles, y de esta manera los españoles se acercan ponen la peregrina oferta de los consejos de los
hasta la punta Este de la desembocadura, llama- navegantes los cuales les habrían de redituar "mu-
da el islote de El Palmar. Allí van a encontrar cho bien y provecho" al ser escuchados. Ofrecían
"muchos barquillos" o tahucup de indígenas, "con "buen tratamiento y libertad ofreciéndoles la no-
hombres armados mostrándose muy feroces y ticia de cosas tan provechosas para sus cuerpos y
ganosos de pelear".3H Sin embargo, se apaciguan almas",~1 estas promesas eran registradas por el
los ánimos quizá por la actitud española y los escribano Diego de Godoy para tener constancia
indios preguntan el motivo del desembarco. Y a ante Diego Velazquez, el rey y en fin, el mundo,
señas más que a voces, porque la traducción pro- sobre los primeros sucesos del encuen tro.
piamente es escasa y rudimentaria, a pesar de La respuesta indígena, a fuerzas irónica, no
algún cubano que entendía algo de maya de Yu- se hizo esperar, ironía sin embargo ominosJl, por
catán, del yucateco Me1chor y del propio Geró- los sucesos que en adelante habrían de ocurrir.
nimo de Aguilar, se expone la demanda de los Los indios hicieron notar que no acababan de
visitantes, que no el objeto de su arribo: tienen llegar y ya les andaban ofreciendo sei".Jr. Nada
gran necesidad de agua y comida. Los indios dan menos que a quienes, se dijo después en las cró-
marcha atrás diciendo que irían a consultar a los nicas, no reconocían ningún señorío puesto que
principales para exponer la petición de los recién eran libres e independientes.
llegados; en tanto, anochece, y Cortés aprove- Cortés "vuelve a ofrecer la paz muchas veces,
cha para desembarcar a otros soldados, mientras a usanza castellana".-I~ Los indios observan que
que los de Tabasco conjeturan qué es convenien- "no querían consejo de extratlos" quienes "les
te hacer y resuelven llevar al día siguiente algo parecían hombres terribles y mandones".~3 Cor-
de comida compuesta básicamente de tortillas y tés entonces subrayó que de todas formas entra-
pescado seco. rían al pueblo mientras los tabasqueños pidie-
Se da un diálogo parecido al del día anterior, ron "que se fuesen y no curasen de bravear en
aunque entonces el pretexto de Cortés era el tierra ajena" puesto que "los matarían a todos"""
agua, que los nativos habían omitido. y es aquí donde el capitán pone un ultimátum:
Los chontales recomendaron a los españoles que los emplazaba para la tarde, pues él dormi-
tomar agua del río "y que si les pareciese algo ría en el pueblo. Dice López de Gómara que los
salada, que cavaran en la isleta cercana".:l9 Cor- indios "desto se rieron mucho, que les paresció
tés fingió ir a la isleta para tomar agua, pero en soberbia y locura".4;
la noche "echó en tierra, secretamente, cuatro-
cientos hombres, y los metió en un monte, que ~" /iJidml, párr. SS.
~I López de Cómara, o/). rit., p. 'lO.
'" Herrera, o/). rit., \'01. 4, cap. XI, p. '142. "''1Ir/rm.
,," López de Cómara, o/). I'it., p. 'lO. ..u lr/rUl.
:\1] DOnUnfJ1/0!i Cfl,.lnirulOJ, \'01. 11, recopilación de José oH Idnn.

Luis Martillez, FCE"L'NA~l, México, 1990, p. '1'1, párr .. ">7. ..•:. Idrm.

94
CUERRA y SI(;NIFICADO. L-\ II.-\TAI.L·\ DE Ci·:NTI.A

Diego Velázquez, en efecto, antes del viaje de enfiló hacia el desembarcadero del plleblo en
Cortés, lo había instruido al respecto: "que les donde halló mucha gente en defensa.,,4
habléis y requiráis se sometan debajo de su yugo Como se dijo, Centla estaba fortificada desde
[de Carlos V] e servidumbre e amparo real",4h que sus habitantes supieron de la escaramuza
pero a este respecto el padre Las Casas había de CrUalva con los de Potonchán.
hecho la irónica observación de que en Centla Los indios habían sacado "sus haciendas, mu-
españoles e indios no pudieron haberse enten- jeres e hijos" y se alistaban para resistirlos. Cuan-
dido una sola palabra entre sí, y que en verdad do Cortés llega al desembarcadero, encuentra
Cortés hubo atacado sin conmiseración, sino que a los guerreros ocupando un buen tramo de la
López de Cómara, su criado, había inventado ribera, pintados del rostro en blanco y negro,
todo como una justificación.4! empenachados y en un griterío permanente y
"Aquella noche los naturales tovieron muy ensordecedor pues iban acompañados de tam-
gran guarda de velar, con muchas bocinas e fue- bores y atabales, "Yviendo los indios que los cas-
gos, guardando su pueblo".4H tellanos no se iban, comenzaron a descargar sus
Al siguiente día, van muchas canoas y gente nechas". Dice Herrera que aún Cortés los reque-
por tierra hasta la isleta donde estaba Cortés ría de paz pero que quería entrar al pueblo
y saltaron los indios a tierra "con seguro que se cuando empezaron a necharlos,5ó y que fue en-
les dio" ..I'! tonces también cuando Cortés "soltó la pieza de
Cortés volvió a rogar por ir al pueblo y los la señal", es decir, que accionó todas sus armas
indios vuelven a pedir que se vayan o que de fuego para que Alonso Dávila acometiera
"les echarían como a otro que allí había ve- Centla por la parte posterior y él pudiera entrar
nido",'>" pero ante la sorpresa de los nativos libremente. "Soltáronse tras él los otros tiros; y
Cortés dUo que entraría a fuerzas. Y aquellos "se los indios que nunca tal habían oído ni visto,
rieron mucho, e ficieron burla, e se fueron ".,;1 creyendo que venía fuego del cielo, se asombra-
Si cuando llegue el sol a tal parte no había una ron y atemorizaron, pero no por eso dejaron de
respuesta favorable, él entraría, había dicho pelear con mucho ánimo; pero el pueblo fue
el altanero español antes de que los indios entrado con muerte de muchos indios".""
partiesen."2 Los españoles "vieron un gran pueblo [oo.]
Es entonces que Cortés envía a Alonso Dávila con casas de adobe [oo.] y tejados de paja [oo.]
con un fornido escuadrón para que rodee el cercado de madera con bien gruesa pared y
pueblg por un camino descubierto que iba des- almenas y troneras para nechar y tirar piedras
de el islote, "e se posiese por las espaldas", que y varas", como observó López de Cómara.';!
permaneciese así escondido hasta que oyera la Los tabasqueños comienzan a tirar nechas "e
señal de ataque que enviaría haciendo resonar hacer sus señas con sus atambores para que to-
la artillería.-'~ Mientras, el mismo Cortés y SOsol- dos sus escuadrones apechugasen con nosotros,
dados iría en barcas pequeñas río arriba hasta e como esforzados hombres vinieron e nos cer-
Centla que estaba a un poco más de una legua caron" dijo el testigo Díaz del Castillo por su
desde el islote. En cada una de las proas de esas parte,58 en tanto que los españoles tienen que
barcas llevaba una o dos piezas de artillería y se bajar de los bateles con el agua al pecho y no
pueden subir a tierra y se desesperan porque
..Jli J)o("'/ullflnlm (;orl"sútl/()\, o/J. ril .. \'01. 1, p. 51.
hay exceso de lama en la subida, que los hace
~7 Las Casas, Of). ril., 1'. 242.
~" DOl:1l1ntmlol' (;orll''¡(//lo" Of). ril., \'01. 11, párr. 59.
~" Ibit/nn, párr. nO. ,,~ Ibid'lJI, párr. 65.
~IO ¡hit/rm, párr. 61. "~O I/Jirlml, 1'. '144.
'" I&úln/l, 1" 2'14. párr. 61. :lli ¡firm.
'," Ibit/n/l, párr. 6'1. ',7 López de Cómara, Of). lil., 1" 29.
',:< Ibirll'lIl, párr. 04. .," Diaz del Castillo, Of). ril., 1" 75.

95
LUIS BARJA~

resbalar; Cortés mismo, por un momento, está ciera el perdón o de lo contrario arrasaría al
enterrado en el fango y deja un alpargate al salir pueblo.61
y "salió a tierra descalzo de un pie" mientras que En este trance también ocurre el gesto del
"otros le sacaron el alpargate y se lo calzó". Al traductor yucateco Melchorejo, que antes quedó
tocar tierra los españoles también irrumpieron referido y que no es un significado equívoco del
en un ~riterío diciendo a voces el nombre del ánimo de los nativos en lo sucesivo: que se des-
Señor Santiago, como ímpetu de triunfo, y em- poja de las ropas hispanas con que ya iba vesti-
pluaron a los indios hasta las albarrsadas y cercas do, las deja colgadas de una rama de El Palmar,
con que protegían el pueblo. Bajo una lluvia y huye por la selva.
tupida de flechas, lanzas y pedradas, los españo- Al día siguiente y desde los principales tem-
les desportillan un punto de la muralla y co- plos de Centla donde los castellanos se han
mienzan a entrar entre el fragor de la batalla; los atrincherado, Cortés envía sus comandos a ex-
indios, que peleaban "muy valientemente" indi- plorar en los alrededores en busca de comida,
caban a gritos que matasen al "calachon i", a Cor- no más lejos de una legua. Bernal señala que
tés. A ese punto había entrado también por la son Pedro de Alvarado con 100 soldados y 15 ba-
parte opuesta la escuadra de Alonso de Ávila y llesteros y escopeteros, y Francisco de Lugo tam-
entrambos bandos se redoblaron esfuerzos y áni- bién con 100 soldados y con 12 ballesteros y
mos contra la multitud de guerreros que los ro- escopeteros. En el documento llamado "Interro-
deaban y que combatían duramente en el inte- gatorio general presentado por Hernando Cor-
rior. Los indios "rociaban flechas y varas tostadas tés para el examen de los testigos de su descar-
mientras se retiraban hacia un gran patio" que go"ti~ se asienta que fueron tres compañ~as al
tenía aposentos y enormes salas con "tres casas de mando de Gonzalo de Sandova~, Pedro de AI-
ídolos" y al retirarse aún más la multitud, Cortés varado y Domingo García de Alburquerque y
manda "que no fuésemos más en su seguimiento que hizo un total ele 2S0 hombres que pani~rr'L
del alcance, pues iban huyendo".:;') Y al verse "a hora de vísperas" (por la tarde, antes del cre-
dueño y señor de Centla, en apariencia, Cor- púsculo). Herrera en cambio menciona (quizá
tés echa las campanas a vuelo simbólicamente, de Jr.odo equívoco pues Dávila había combatido
pues desenvaina y da tres cuchilladas "en un ár- el día anterior) a Pedro de Alvarado, Gonzalo de
bol grande que se dice ceiba", y se hace auto Sandoval y Alonso Dávila, y Cortés por último
ante el escribano. Hay un saldo de 14 soldado~ refil'ió cuatro escuadrones.
heridos y Bernal mismo recibe un flechazo en el Uno de ellos,li:l señala a Francisco de Lugo,
muslo,tiIJ mientras que del lado contrario están caminando por unos cacaotalcs y lodazalesli4
tendidos 18 indios muertos. pronto se encontró "con grandes capitanías y
Esas espadadas que da Cortés en el árbol escuadrones de indios, todos flecheros y con
habrían de permanecer durante la conquista de lanzas y rodelas y atambores y penachos y espa-
otros terri torios, como sím bolo y protocolo das de navajas de a dos manos"Y:; Son estos
de triunfo de los españoles en América. escuadrones de chonta1es los que fueron calcu-
El mensaje de Cortés al cacique fue: que ellos lados en 40 milo en 12 milo en 6 mil, los
tuvieron la culpa de la batalla pero que aun que avanzan cercando al enemigo con "gran
así ofrece perdonarlos. A juicio de fray Barto- ruido de atambores y trompetillas y voces e
lomé de Las Casas, el mayor escarnio ocurrido
h' ¡bidrll!, p. 241.
en este pasaje fue precisamente que Cortés ofre- h~ f)ocuml'l1/0J (;or/rJú/1/oJ, o/J. ril., vol. 11, p. 2~4,
párr. 72.
1;:\ Bernal Díal. riel Castillo señala a Francisco de Lll~O.

,," ¡bidrll!, p. 76. Díal. del Castillo, o/J. lit., p. 78.


1,0 Lópel. de GÚlnara seiiala veinte soldados heridos. h. Herrera, o/J. ';/., vol. 4, cap. Xl, p. 346.
Lúpel. de Cúmara, o/J. ¡j/., p. ~l. h', Díal. elel Castillo, o/J. ';1., p. 77.

96
CUERRA y SIGNIFICADO. LA BATALLA DE CENTIA

silbos"66 con "grandes penachos [...] e las caras lejos, y daba en ellos a su placer y con todos los
enalmagradas e blancas e prietas e con grandes males y heridos que les hacíamos, no los podía-
mos apartar.72
arcos e flechas e lanzas e rodelas [...] e mucha
onda e piedra, e varas tostadas, e cada uno sus
armas colchadas de algodón ".67 Los guerreros La batalla encarnizada duró dos horas y una
nativos acometieron "con terrible furia [...] y más a partir de que el propio Cortés, quien hu-
aunque las escopetas y ballestas les ofendían biera sido sitiado en un pantano -o una hoya
mucho y caían muertos infinitos, con la rabia en forma de herradura- como dijo Herrera,73
del pelear y la esperanza del vencer, que les daba llega por la retaguardia.74 Y con él, a la distan-
el poco número de los Castellanos, como eran cia de un claro de selva arriban a carrera tendi-
tantos y se mudaban de refresco [...] no sentían da los de a caballo, esgrimiendo sus espadas. Era
ni hacían caso del daño que recibían ";68"y aun- la primera vez que los mesoamericanos veían a
que los tiros [...] mataban infinitos, combatien- estos animales y los cronistas después habrían de
do porfiadamente los arremolinaron en poco recuperar y acaso de configurar la idea de que
sitio y rodeándolos por todas partes y flechán- los indios creyeron entonces que "caballo y
dolos y fatigándolos con las hondas, les convino caballero era todo un cuerpo".75 "Les poso tanto
[...] volverse de espaldas unos a otros".69 temor, como no hobieron visto semejantes ani-
Algunos indios cubanos integrantes de la ex- males" quedó apuntado en un documento!6
pedición fueron a dar aviso a Cortés sobre la Fue la ocasión también para reinstalar, en esa
emboscada tendida a los escuadrones.iO Resue- situación desesperada, la leyenda aparicionista
na el ataque con las armas de tiro y cuerpo a de Santiago. Si el día anterior habían entrado a
cuerpo con las espadas, y eran tantos los indios, Centla con las manos alzadas al cielo y dando
que los rodearon obligándolos a pelear "vueltas a gritos el nombre del santo, ahora en medio de
las espaldas unos a otros",71 lo que también la infausta batalla se dice que los aterrados cas-
impedía el uso de las armas de fuego. Y a este tellanos vieron arribar en su ayuda, en un caba-
punto dejemos libre el relato de Bernal Díaz llo rucio picado, una visión legendaria: Santiago
del Castillo: enarbolando la espada contra los infieles. Ber-
nal atribuyó a López de Cómara la invención de
Se vienen como perros rabiosos e nos cercan este suceso e ironizó la mentira con dos pruebas
por todas partes e tiran tan ta flecha e vara y pie- contundentes que habrían de correr por los rela-
dr4-["'] que hirieron más de setenta de los nues- tos posteriores como una suerte de herejía. Pri-
tros, e con las lanzas pie con pie nos hacían
mero advierte que ninguno de los "sobre 400
mucho daño, e un soldado murió luego de un
flechazo que le dio por el oído, el cual se llama- soldados" presentes habían visto nada. Acaso Ber-
ba Saldaña [...]. E nosotros con los tiros y esco- nal tuviera la oportunidad, después de difundi-
petas, e ballestas e grandes estocadas no perdía- da la obra de López de Cómara, de entrevistar a
mos punto de buen pelear; y como conocieron dichos soldados. La segunda, en cambio, es con-
las estocadas y el mal que les hacíamos, poco a tundente: que si hubiera existido la convicción
poco se apartaban de nosotros, mas era para fle-
de dicha visión en aquellos momentos, Centla
char más a su salvo, puesto que Mesa, nuestro
artillero, con los tiros mataba muchos dellos, por- hubiera sido nombrada por los castellanos como
que eran grandes escuadrones y no se apartaban Villa de Santiago, o en todo caso, de San Pedro
de la Victoria, y no Santa María de la Victoria
"'; /llid,m. p. 78.
,;, ¡bid,m, p. 81. ," Díazdel Castillo,ofi. ril., p. 82.
,,. Herrera. o/,. ril., vol. 4, cap. XI, p. 346. ,:1 Herrera, O/i. ál., vol. 4, cap. XI, p. 346.
6" ¡búlm" p. 347. i4 Canés, O/i. lil:. p. 24.
it' ¡bideln, p. 345. ;; Díazdel Castillo,of!. ál., p. 82.
iI Lópezde Cómara, O/i. I'il., p. 34. ,ti Doculllmlos (;orlf,'úlllOJ, O/i. ril.,vol. 11. p. 234, párr. 73.

97
LUIS BAR/AU

como quedó bautizada porque los indios se rin- mero a oídos de los totonacas de Cempoala, des-
dieron el día de la virgen en marzo, que cayó el pués a los del mismo Moctezuma, fama de inven-
viernes 25 de ese año de 1519. n. 78 "Lo que yo cibles, ya que el innumerable ejército de Centla
entonces vi y conocí -dice el soldado-cronista79 no era "bárbaro ni malentendido en guerra".s:;
fue a- Francisco de Morla en un caballo casta- Curaron a los setenta heridos españoles, a los
ño, que venía juntamente con Cortés".80 La fan- caballos con "unto de un indio muerto"; se dice
tasmagoría pues, monta un corcel variopinto y que en el campo de batalla habían quedado ten-
oscila tenebrosamente, aunque también como didos más de mil guerreros chontales.86 Que
un sueño salvífico, en una imagen múltiple he- Cortés liberó a los cautivos habiéndoles curado
cha de Cortés, San Pedro y Morla. San Pedro las heridas. Y después de 23 días de descanso,
también porque cuando al capitán le narraran celebra la fiesta del Domingo de Ramos (17 de
el acontecimiento, había opinado, para no hacer abril) a que invita al señor de Tabasco y los de-
burla inconveniente de dicha ingenuidad, que más principales y el cacique llega entre dos prin-
quizá fuera San Pedro, "su especial abogado"SI cipales y en andas, "ricamente vestido a su mo-
Cortés no pudo acudir en aquel trance pues- do", y con "mucha cantidad de vitualla". Puso
to que lo habían sitiado en un pantano como delante de Cortés un presente calculado en 400
afirmó Bernal8~ cuando fueran desbaratados los pesos de oro. Y las veinte doncellas donde iba la
indios y huyeran abandonando la plaza. Como célebre Malintzin. Permanece a distancia y un
no es posible saber si realmente Cortés acudiera portavoz dialoga con los intérpretes como si fue-
o no en auxilio de los sitiados, López de Cóma- ran los protagonistas del encuentro pues se
ra lo consignó en esta forma: que estando caídos usaba así cuando los señores no hablab~n la
los escuadrones, y para huir, apareció Francisco misma lengua. Cortés, como antes hiciera, había
Morla yeso hace cambiar la relación de fuerzas inculpado al cacique, con mensajeros enviados,
para que empezaran a dominar los españoles. de la masacre; manifestaba su pesar, y ofrecía
Que Morla a caballo "fue creído centauro por amistad. Yhabía preparado el ardid de disponer
los indios". Desaparece, y dominan los indios. una yegua en celo cercana al encuentro, yama-
Vuelve el caballero y se invierte el dominio. "En- rrar un garañón a cierta distancia, con objeto de
tonces llegó Cortés con los otros de a caballo". escuchar los relinchos. Fingió también ir a apa-
"Al principio los españoles habían creído que ciguar a la bestia diciendo que estaba enojada
Morla era Cortés, aún más: llegaron a pregun- por la guerra que habían hecho los indios. Se
tarle a Morla si era de los de Cortés y aquél lo dijo también que el cacique había llevado galli-
niega".8~ "Que se apareció el apostol Santiago nas asadas para alimento de los caballos y que
en un caballo blanco" habría de decir muchos después del ardid de Cortés "manda traer mu-
años más tarde el converso Fernando de Alva chas mantas adonde se echasen los caballos".87
Ixtlilxóchitl.84 Hubo gran procesión y esmero para ellucimien-
Hubo gran regocijo de los vencedores, que to de una misa oficiada por fray Bartolomé de
habría de darles en lo sucesivo, hasta llegar pri- Olmedo, con el mayor rigor protocolario que
era posible y donde se bautizara a Doña Marina
77 Correlación hecha por el profesor Rafael Tena, entre las veinte doncellas.
basado en A. Cappelli, Cronologia, rronogrrtjia e wlwriario Antes de partir de Centla, donde los españo-
I""/Je/uo, Ulrico Hoepli, Milano, 1960 (Manuali Hoepli).
les hubieron permanecido cuarenta días, Cortés
7" Diaz del Castillo, OIJ. ril., p. 82.
7R IlJirin", p. 83. ofreció una imagen de María con el niño. Ade-
HO Idon.
RI López de Cómara, o/J. til., p. 35.
"2 Diaz del Castillo, o/J. ril., p. 82. R.; López de Cómara, O/J. ál., p. 34.
"" López de Cómara, 0IJ. ril., p. 35. "" Herrera, o/J. ril., vol. 4, cap. XI, p. 347.
"4 Alva Ixtlilxóchitl, O/J. di., p. 197. "7 {bitlem, p. 35l.

98
ClIf:RRA y SICNIFICADO. L-\ BATALLA DE CENTL-\

más, con los carpinteros Alonso Yáñez y Álvaro la ironía discriminatoria de la ingenuidad ex-
López, amén de algunos indígenas, mandó ade- trema del aborigen, que se dejaba engañar des-
cuar una enorme cruz hecha de una ceiba viva, ventajosamente.
como emblema de la sumisión y de la conversión. Las armas desconocidas de los españoles y su
Que el señor de Tabasco juró obediencia al superioridad técnica, más el uso de grandes em-
gran señor de los castellanos, fue lo que sostuvie- barcaciones, caballos, perros y métodos milita-
ron todos los cronistas excepción hecha de fray res disti n tos.
Bartolomé de las Casas quien negó todos estos La conversión de infieles, acorde a la extir-
hechos. Ya favor de él está la certeza, pues des- pación de idolatrías, fue un paradigma religioso
pués y a raíz de 1523, la resistencia chontal ante inflexible que conservó, todavía en la empresa
la pacificación española duró todavía 33 años. conquistadora, el tinte de las cruzadas medievales.
Del diálogo final con el señor de Tabasco y Una sujeción inicial a medias, como la que
los demás principales, López de Cómara repor- resultó en Centla por la ausencia de oro y como
tó una lista de preguntas y respuestas, entre las quedó demostrada por el largo periodo poste-
que sobresale la que planteó para saber si había rior de la resistencia, fue un factor que minó la
minas de oro en dicha tierra. La respuesta tam- unidad indígena y puso las bases para la coloni-
bién fue reveladora: que oro había más "hacia zación ulterior.
donde el sol se cubría" y que ellos no valoraban La fama de invencibles de los castellanos sur-
el oro.H5 gió a partir de Centla y fue un factor de apoyo a
la alianza indígena en contra de la dominación
mexica.
PALABRAS FINALES Las cuchilladas sobre un árbol, a la caída de
la resistencia guerrera de los indígenas, más la
La batalla de Centla es el primer capítulo de la dotación de una cruz y otras imágenes católicas,
Conquista. En éste se habrían de dar, de mane- se estableció como un ceremonial protocolario
ra incipiente, todos los primeros efectos del en- del vencedor.
cuentro de Occidente con Mesoamérica. De un La circunstancia de las repetidas pestes, que
modo compulsivo y embrionario, pero allí se como nuevas enfermedades mermara en altísi-
enunciarían todos los patrones de la domina- mo porcentaje a la población indígena, culminó
ción española, como son: los requerimientos de con el derrumbe de la cultura y la organización
paz en modo insistente con la oferta de noticias política de los señoríos locales.
convenientes a los indios, previos al ataque, y la Todas estas fueron las formas y procedimien-
oferta del perdón inculpando a los nativos de tos de la abolición del antiguo régimen indí-
la violencia, que fue una medida recurrente. gena, y de una pl'Ogresiva mutilación de la cul-
La obtención del oro fue el móvil fundamen- tura antigua local, a la vez que sentó Íil.sbases
tal de los castellanos. El hecho de que para los para el desarrollo de la nación moderna occi-
mesoamericanos este metal careciera de un valor dental izada.
económico de cambio bajo rigor monetario, im-
pidió que los aborígenes se organizaran militar-
mente en torno a la defensa del mismo. BIBLIOGRAFÍA
El trueque de espejos, tijeras, cuentas de
vidrio y otras baratijas, sirvió desde un principio Cortés, Hernán, Cartas de relación de la conquista
como pretexto de posposición del conflicto. A de México, Espasa Calpe, México, 1983.
propósito de este fenómeno se creó y fomentó Cappelli, A., Cmnologia, CTonogmfia e calendmio
Im/letuo, Ulrico Hoepli, Milano, 1960 (Ma-
"" López de Cómara, o/" ril., p. '\7. nuali Hoepli).

99
LUIS BAR/AU

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de los castellanos en las islas y tierrafirme del mar bajas de Tabasco en el sunste de México, Go-
océano, prólogo y notas del académico de nú- bierno del Estado de Tabasco. México. 1~76.

]00
LA DEFENSA DE TENOCHTITLAN

Eduardo C010na Sánrhez*

SOBRE EL PROYECTO: versal, y el que parte de clanes cónicos de iden-


LA DEFENSA DE TENOCHTITLAN tidad estratificada, agraria y comunitaria, para
dar lugar a la forinación de sociedades civiles
Me involucré como protagonista en la historia clasistas y estados o imperios que desarrollan
de la etnohistoria en el INAH, con un problema áreas de alta cultura como la mesoamericana y
bosquejado en mi tesis de maestría sobre la carac- la andina.'
terización de una formación socioeconómica del Sabemos que a partir de las empresas mercan-
Estado de la Cuenca de México: el Acolhuacan, tilistas de conquista hispana, las formaciones so-
a través del análisis testimonial de documentos ciales correspondientes al modo de producción
referentes a sus fuerzas productivas, relaciones americano se disuelven o subsumen en la histo-
sociales de producción y superestructura. Esta ria del capitalismo universal, como consecuencia
investigación condl~o a buscar la definición del de una articulación asimétrica de modos de pro-
modo de producción que identifica a Mesoamé- ducción. Para caracterizar este acontecimiento
rica' y, posteriormente, a la de los modos de histórico decidí plantear una segunda fase de
producción desarrollados en el continente ame- mi programa de investigación: analizar tanto la
ricano~ que considero correspondieron a un de- conquista como la c~lonización hispana de Meso-
sarrollo histórico y social distinto al que dio américa, estableciendo como paradigma la con-
lugar, en otros continentes, a los modos de pro- quista de Tenochtitlan.
ducción asiático, romano o clásico y germánico o Partí, también, en términos teóricos, de que
feudal. son empresas mercantilistas de corte colonialis-
Propongo que la historia en el continente ta -las que logran la disolución de los estados
americano, antes de su conquista por empresas antiguos en América- insertas en la reproduc-
hispanas, se define por el desarrollo y la evolu- ción ampliada del capital que, en el nivel mun-
ción de dos modos de producción, dos historias dial da lugar al capitalismo.
diferentes que se conjugan o articulan constan- Ahora bien, ese proceso de integración y sub-
temente: el que tiene por base clanes igualita- sunción de la historia de América al desarrollo
rios de cazadores y recolectores, que da lugar a europeo se ha desvirtuado, al minimizarlo como
formulas étnicas insertas en el modo correspon-
I Eduardo Corona Sánchez, "La integración de
diente a la sociedad primitiva de identidad uni-
Mesoamérica al modo de producción americano", en
/ntegmárín de los Imeblos, ftnohistm;f/ (iR l'I'fhiw, México,
* Dirección de Elnohistoria, INAH. INAH, 2003 (en prensa).

101
EDL'ARDO CORONA SANCHFZ

encuentro o contacto y al interpretarlo en tér- llamarse la Nueva Espalia del Mar Océano yasí
minos literarios como una historia de vencedo- en nombre de vuestra majestad se le puso aques-
res y vencidos, resultado de aventuras y hazañas te nombre. Humildemente suplico a vuestra alte-
za lo tenga por bien y mande que se nombre así.~
que transforman a Cortés en un héroe épico y
dan lugar a mitos, o bien a tragedias, cuyos pro-
tagonistas son Cortés, Moctezuma, Cuauhtémoc Para la época colonial, en cambio, es acepta-
y la Malinche. ble una historia articulada, como lo plantea José
Con este criterio, se llega incluso a plantear Luis Camellas en su Historia de España mode17la y
que la historia de Mésoamérica es parte de la contemtJoránea:
historia de España. Así, se define que la evolu-
ción de las sociedades anteriores a la Conquista Necesitamos dejar aquí constancia, siquiera su-
corresponde al periodo "prehispánico", como si maria, de una realidad de la que no podemos
éste precediera el desarrollo o la formación de prescindir en absoluto si queremos conocer el
pasado espalio!. La historia de América no pue-
lo "hispánico" que sabemos ocurre en la penín-
de explicarse desvinculada de la historia de
sula ibérica. Y si no es así, no somos el antece- Espa,ia, pero tampoco puede explicarse la his-
dente de esa historia. toria de Espalia desvinculada de la historia de
Por lo anterior, considero que Juan Millares América.3
se equivoca al definir, en su biografía, a Hernán
Cortés como "inventor de México" ya que, obvia- En este sentido, considero que para caracte-
mente, Cortés no inventa el México de Tenoch- rizar y definir etnohistóricamente el proceso
titlan, de identidad mesoamericana, ni tampoco colonial hispano o novohispano, se hace nesesa-
el México contempor:lIleo. Si algo inventa es la rio no sólo particu!<lrizar el proceso de evolu-
imposición de sistemas feudales y mercantilistas ción de las sociedades mesoamericanas con refe-
en el proceso de la formación social nm'ohis- rencia al desarrollo del modo de producción del
pana, situación que es también produClo histó- que formaban parte, sino también caracterizar
rico de la articulación de varios modos de pro- el proceso histórico de articulación de varios
ducción en España. modos de producción que dio lu~ar a la forma-
Recordemos que Cunés, en su tercera carta ción novohispana. Esto con la finalidad de cono-
de relación a Carlos Y, como testigo del nivel cer tanto el origen de las instancias políticas y ju-
especialmente civil y tu'bano alcanzado por las rí.dico militares que se aplicaron en la empre-
sociedades mesoamericanas, solicita al empera- sa mercantilista de colonización del continente
dor que se denomine ese territorio como Nueva americano, como definir en este contexto la res-
EspaJia, como si pudiera aquí establecerse una puesta histórica de los pueblos mesoamericanos
nueva alternativa de su propia historia. a esa empresa.
Así, en la carta que I-Icrnán Cortés escribe a Me propongo, pues, en términos metodoló-
Carlos V, desde Segura de la Frontera, el 30 de gicos, por un lado, contrastar los procesos de des-
octubre de 1520, plantea: arrollo que dan lugar a la formación de reinos
hispanos en Europa con la formación del Cem
son cosas grandes y extralias, y es otro mundo Anahuac en América, a fin de entender el carác-
sin duda, que de solo verlos tenemos harta codi- ter y las estrategias de la empresa de conquista
cia los que a los confines de él estamos. [...] que implicó la desarticulación del territol'io esta-
Por lo que yo he visto y comprendido cerca tal azteca y la destrucción de Tenochtitlan. Ana-
de la similitud que toda esta tierra tiene a Es-
paria, así en la fertilidad como en la grandeza y
~ Hernán Canés, Carlas de Rl'la(iólI, México.
fríos que en ella hace, y en otras muchas cosas Porrúa. 1973, p. 76.
que la equiparan a ella, me pareció que el más :1José Luis Camellas, Hisl0l7a de /'.\/)(/111/ IIwr!eflll/ .l'
conveniente nombre para esta dicha tierra era I'OlItellL/)(),ríllm, Rjalp. Madrid, 1999. p. 53.

102
L-\ DHENS.\ DE TENOCHTITL\N

lizar la respuesta que el estado tenochca da a esa derecho a un futuro que le sea propio. Un futu-
invasión en defensa de sus provincias y de su ciu- ro que no esté, por lo tanto definido desde el
dad. Por lo tanto, decidí titular este programa de exterior, por otros a trm'és de nociones trampas
como la aculturación o el subdesarrollo, carga-
investigación como: "La defensa de Tenochti-
das todas ellas de imperialismo económico y cul-
tlan". Este proyecto no implica una visión de la tural. Para definir este futuro, cada pueblo tiene
conquista de Tenochtitlan que califica o descali- derecho a definir un pasado realmente suyo, y lo
fica a los pueblos hispanos o mesoamericanos necesita. Pero ¿quién ejerce este derecho y
como vencedores o vencidos. Se ubica, más bien, quien afirma esta necesidad, en el futuro y en el
en los estudios procesales que realiza la etnohis- pasado a la vez? El antropólogo incluso conver-
tido a la Etnohistoria, incluso comprometido."
toria tanto de los pueblos indígenas mesoameri-
canos como de los de identidad hispana, ya sea En cuanto a lo~ tiempos y espacios de este
para explicar la reproducción de las fórmulas programa, me encuentro en la etapa de investi-
europeas en América durante la Colonia, o bien gación que definirá el primer capítulo, por lo
para reforzar la identidad contemporánea de los cual presentaré, como contribución a la conme-
pueblos indios, ante la designación y situación moración de los veinticinco años de la Dirección
neocolonial que minimiza su historia y su cultura. de Etnohistoria en el INAH, un ejercicio de avan-
En términos teórico metodológicos se trata ce, a manera de ensayo, sobre la conquista de
de proponer el análisis materialista de las con- Tenochtitlan con base en tres temas:
tradicciones sociales e históricas que acarrea la La caracterización histórica de la península
reproducción ampliada del capital, generada por hispana, tratando de hacer énfasis en las institil-
la expansión del sistema capitalista, mediante ciones que se desarrollan en la península ibérica
empresas de conquista y colonización de otros y que Cortés aplica en la empresa de conquista
continentes para apropiarse de sus recursos, con de Tenochtitlan.
base en un esquema mercantilista que transfor- La formación novohispana, mediante el análi-
ma las agrupaciones sociales de tradición histó- sis del cambio y la continuidad de la experiencia
rica y cultural diferente en colonias, para inser- antillana de los colonizadores hispanos en Me-
tarlas en un sistema político asimétrico dentro soamérica, respecto del papel que juega esta área
de la historia de Europa y del desarrollo del en el desarrollo de empresas mercantilistas.
capitalismo. La Conquista de Tenochtitlan, en relación con
Como programa de investigación se pretende, el enlace de la empresa hispana de colonización y
además, en términos etnohistóricos, articular y la rebelión de los pueblos del Cem Anahuac.
contrastar metodológicamente distintas discipli-
nas antropológicas, para caracterizar los hechos
históricos, fuera de los modelos colonialistas y SOBRE LA CARACTERIZACIÓN HISTÓRICA
culturalistas desarrollados por la etnohistoria de DE LA FORMACIÓN HISPANA
Viena y de Estados Unidos. En ese sentido, coin-
cido con Jean Chesneaux cuando plantea que, En principio, debemos subrayar, en términos de
en los países que han dejado de ser colonias, geografía política, la posición estratégica que
surge y se expresa la etnohistoria como respues- juega la península ibérica como punto de articu-
ta a la visión unilateral del colonialismo euro- lación del Atlántico, el Mediterráneo y el espa-
peo, buscando la fOlja de sus propios modelos: cio continental europeo, circunstancia que de-
fine su población y sus etapas de desarrollo, y le
imprimen su identidad histórica.
[...] invertir una vez más la relación pasado pre-
sente. Afirmar que ningún pueblo está excluido " .lean Chesnaux, ¿HarmUl.\' taúta Ifl.\'a dpl !)({s(uLo?
de la historia, lo cual es una de las bases de la A jJropósito dI' la historia )' di! los histOli(uLol'ps, Siglo XXI
etnohistoria, es afirmar que cada pueblo tiene Editores, México, 1981, p. 198.

103
EDUARDO CORONA SANCHEZ

Así, parece que las primeras fases de desarro- nadares, pretores, cuestores, procuradores y con-
llo civil en la península se generan en relación des romanos6 que, desde 212 d. C. y gracias al
con la población europea y se las define en tér- 'Jus romanum" concedido por Caracalla, obtie-
minos étnicos como iberos, ligures, ilirios, celtas nen la ciudadanía romana.
o celtíberos y tartesios, establecidos en diferen- Es decir, la ocupación romana de la penínsu-
tes sectores de la península. Sin embargo, por el la implica más una época del Imperio Romano
800 a. C. ocurre una fase de ocupación fenicia que un periodo de la historia de España, que se
de identidad histórica mediterránea, evidenciada extiende entre el 218 a. C. y el 409 d. C.; más o
por factorías coloniales en Gádiz, Málaga, Alge- menos setecientos años, durante los cuales se
ra, Huelva, Cáceres, entre otras, como resultado tiende a convertir las ciudades indígenas en ro-
de empresas de navegación, minería y comercio. manas, o surgen colonias formadas por soldados
A esta fase le sigue una ocupación helénica veteranos, en las que reproducen su forma de
(500-300 d. C.) de mayor trascendencia cultu- vida y su cultura.'
ral, que da lugar a manifestaciones de arte e ide- Poco a poco, en quinientos años de ocupa-
ología que, al parecer influyen en la referencia ción y colonización, la península ibérica se va
mítica de una ciudad celtíbera denominada transformando en "Hispania" como provincia del
"Tartessos" en la que reinaba Argantonio, "el Imperio Romano, y se implantan en ella las for-
hombre de la plata".; mas romanas de producción (minas, latifundios,
Poco después, como expresión de la rivalidad y demás); las ciudades se rigen con organización
entre Cártago y Roma, se introduce población car- política senatorial o imperial en las que se des-
taginense en la península (237 a. C.). Ésta reali- arrollan manifestaciones culturales de ~rqui-
za alianzas e intensas empresas de explotación de tectura, escultura, mosaicos, teatros y coliseos al
los recursos minerales, dando lugar a asentamien- estilo romano, con base en sistemas de organi-
tos de identidad administrativa, militar y comer- zación social esclavista; situación qm' ('n algunos
cial, como Cartagena, Huelva, Córdoba y Gádiz; casos provocó el levantamiento de la población
lugares que, como consecuencia de las guerras original, como sucedió en Numancia, <,lue fue
púnicas, son retomados por los romanos para es- ,itiada por el general romano Escipión el africa-
tructurar una provincia del Imperio, dividida ini- no y cuya resistencia se considera heroica, pero
cialmente en dos circunscripciones: Ulterior, con en otros casos las comunidades se adscribieron
sede en Córdoba, y Citerior, con capital en Carta- al Imperio. Así, celtiberos v lusitanos conforma-
gena. Al expandirse aquéllas durante el bajo im- ron ejércitos romanos y se incorporaron a sus
perio (212 al 20 a. C.) dan lugar a seis circunscrip- campañas, o bien fueron integrados a través de
ciones: Baética, Lusitana, Citerior, Tarraconensis, una política de acultlll-ación dirigida, median-
Gallaecia y Cartaginense, subdivididas a su vez en te la fundación de escuelas de letras griegas y
distritos llamados conventos, administrados por latinas para la nobleza local, como la de Hosca
el senado o por el emperador, las cuales se in- (Huesca), creada a iniciativa del cónsul Quinto
tegraron posteriormente (293 d. C.) en una cir- Sartorio (83-73 a. c.).H
cunscripción más amplia conformando la "dió- Al pasar a ser Hispania provincia romana, las
cesis Hispaniarum" del Imperio Romano. Esta ciudades de la península se convirtieron en mu-
diócesis que comprendía ocho provincias que se
integraban en distritos compuestos por colonias,
1; Fe Bajo Álvarez, Los úlLimos hislHl os. 1:'1
11 o-mmall
municipios, ciudades federas, libres y estipendia-
bajo imlmio m lalJmínsula ibhira, Historia 16, Madrid,
rías, mismos que eran administrados por gober- 1995. p. 14 (HislO1ia dr 1:'.>I)(l1la,5).
i José María
Blázquez, l.a Romal1iwriáll, (ir/m )'
dr I:SfJ(lI7a, Ediciones Istmo. Madrid.
Lelnas de la hisLoria
Joseph M. Walker, HisLoria de l~sj)(/lla, Edimat 1986, p. 49 (Colección fundamentos, 43).
Libros. Madrid. 1999, pp. 22-24.48. H Walker. OIJ. ál., p. 47.

104
L\ DEFENS.\ DE TF:NOCHTITI.\N

nicipios y los habitantes libres pudieron ser ciu- Posteriormente, durante el final del siglo IVy
dadanos según el sistema republicano; se dismi- principios del v, el desarrollo del cristianismo
nuyó el número de esclavos y se acentuaron las y la división del Imperio Romano por Teodosio
diferencias sociales entre latifundistas y plebe- en Oriente, con capital en Bizancio, y Occiden-
yos. Posteriormente Diocesano, en 293 d. c., in- te, con Capital en Roma, facilita la presión de
corporó la península en la diócesis Hispana, que los hunos sobre los ostrogodos y visigodos que
formaba parte de la prefectura de las Galias y conquistan Roma (Alarico, 410 d. C.) Ysaquean
comprendía las provincias de Bética, Lusitana, la ciudad. Así se inicia la disolución del Imperio
Gallaecia, Tarraconense, Cartaginense y Mauri- Romano y ello se refleja en sus provincias, de tal
tana (al Norte de África), a la que se agregó la manera que, en el caso de Hispania, entre 409
Baleárica," que contenían varias capitales o ciu- y 410 d. C. suevos y vándalos, asdingos se apro-
dades "civitates", organizadas en distritos admi- pian de GallaeCla; alanos ocupan parte de la
nistrativos "diócesis", cuyo gobierno corría a car- Lusitania y Cartaginense, y los vándalos silingas,
go del consejos "curia", precedentes del consejo la Bética, transformando las diferentes diócesis
medieval y del ayuntamiento. de la provincia romana en territorios étnicos dis-
De hecho, lo que se produce como fase histó- tintivos que conforman la etapa correspondien-
rica es el traspaso a la península de la civiliza- te a la Hispania visigoda.lo
ción romana, el desarrollo de varias institucio- Si bien los romanos contraatacan con mer-
nes de identidad civil que generan una etapa de cenalios visigodos, éstos se establecen en el sector
desarrollo urbano que corresponden a fórmulas tarraconense, pero no se trata de una invasión
políticas de Roma. Así, hispano significa romano, temporal, ya que Wala, uno de sus caudillos, rea-
no sólo en ténninos civiles o estatales, sino cul- liza con Honorio, emperador romano de Oc-
turales, ya que reproduce casi integt-almente las cidente, un pacto qlle amplía sus dominios y
formas de vida romana, expresadas en sus formas cede soberanía sobre territorio galo hispano
de producción, urbanismo y vías de comunica- dominado.
ción, teatro, arte, legislación, guerra, religión, Se vence así a los silingos y a los alanos, y se
etcétera; aunque más que rasgos o influencias, presiona a los asdingos que se trasladan al norte
se convierten en un fundamento histórico de de África. Es decir, los visigodos, más que recu-
identidad cultural, de sostenimiento y tradición perar se apropian de gran parte del espacio pe-
de raigambre para las poblaciones posteriores. ninsular que correspondía a la provincia romana
Algunas de ellas se aplicarían o reproducirían de I-lispania en donde, aprovechando sus sec-
en la conquista y colonización de América, y en tores los linajes o familias reales de clanes, con-
el proceso adquirirán especial importancia el forman algunos "regnun" o reinos de corte me-
derecho romano, las fórmulas políticas como dieval que, alrededor de "foeudos" como Toledo,
el ayuntamiento, la planificación de las formas sirven de base para el desarrollo de una nueva
residenciales alrededor de patios, la estructura fórmula o etapa histórica de la península, mar-
de diócesis y conventos, la planificación urba- cada ahora por la ocupación visigoda dominan-
na, las vías de comunicación, la fabricación de te, cuyas dinastías luchan entre sí por lograr la
puentes y cierto armamento, como la catapulta, integración territorial de la exprovincia ~omana,
y algunas estrategias como las alianzas con pro- rechazando las rebeliones continuas de los vas-
mesas incumplidas y cercos o sitios de ciudades, a cos y las empresas de expansión de los francos
más de la enseñanza del latín como instancia y de los bizantinos que ocupan y colonizan parte
educativa y la aculturación dirigida de la noble-
za dominada.
Gisela Ripoll e Isabel Velázquez. /'a His/Hlna visi-
lo
goda: dpi''J' AlllúijiJ Il Don /?o(ltigo, Historia 16. Madrid,
'1 ¡hidml, p. 50. 1995 (Historia Viva. 6).

105
EDUARDO CORONA SÁNCHEZ

de su territorio, aunque posteriormente son ex- Sin embargo, se logró el establecimiento de un


pulsados de él, generando con ello cierta auto- sistema feudal, con referencia al modo de pro-
nomía respecto a galos y ostrogodos que tam- ducción germánico, que conducía al creciente
bién se erlcuentran en la etapa de formación de aumento del poder nobiliario ante la autoridad
reinos en el resto de Europa. real, y que sirvió de base para enfrentarse gra-
Durante los 300 años (de 409 a 710 d. C.) que dualmente a los moros, ya que no se fincaban en
significan la fase histórica de ocupación germá- la propiedad de la tierra y del hombre como las
nica de la península, los visigodos intentan re- fórmulas romanas, sino en la cesión de la pose-
construir la geografía política del territorio his- sión o la renta de la tierra a cambio de servi-
pano romano para con~truir un estado propio a dumbre.
través de la instauración de una monarquía here- Las fórmulas políticas, descritas para definir
ditaria basada en una economía rural de apro- la historia de la península en sus fases romana y
piación intensiva de la tierra, pero con poco germánica, se reproducen en América.
manejo del mercado al interior y exterior de la En ese sentido quiero hacer notar que, si
península. Además, su reconocimiento político bien son los modelos jurídicos del derecho ro-
se encuentra basado en alianzas con los pueblos manol210s que se aplican en la conquista y colo-
hispano-romanos que continúan sus tradiciones nización de las Antillas y de Mesoamérica, las
culturales. También la Iglesia colaboró en la sus- fórmulas políticas de propiedad de la tierra y
titución de las autoridades romanas por los jefes de encomendar el territorio en términos indi-
bárbaros.JI Debido a lo anterior sus reyes adop- viduales y colectivos corresponden al modo feu-
tan el cristianismo como religión oficial, hecho dal germano que, entre otros aspectos, sonce-
que acarreó más la unificación de los nobles con día en el ámbito social un mayor peso a los
el poder de los obispos cristianos, que políti- pequeños propietarios frente a los grandes lati-
camente acabaron por imponerse con base en fundistas.
decisiones de concilios, como los realizados en To- Otro aspecto importante que se desarrolla en
ledo, que inciden en la administración y la elec- estos momentos es el cristianismo, que adquiere
ción de los reyes, situación que los divide y da una importancia política tardo romana y se arti-
lugar a alianzas con los musulmanes, quienes cula al feudalismo para expandirse, con el mer-
ya para esos momentos en pos de una guerra cantilismo, sistema ideológico que también se va
santa se habían extendido desde la Meca has- a reproducir en la conquista y colonización de
ta Gibraltar y amenazaban con invadir la Hispa- México.
nia visigoda. Sucede, sin embargo, que para el siglo VI d. c.,
Podemos plantear que en tres siglos de ocu- en pleno proceso de crisis entre la monarquía
pación, los visigodos no lograron la consolida- visigoda y la nobleza cristiana en la península, se
ción de una identidad nacional en la penínsu- conforma en la región del Mediterráneo un mo-
la ibérica -aunque trataran de recuperar la vimiento de identidad cultural mesiánica, inicia-
estructura político-territorial de la Hispania do por Mahoma e impulsado por los árabes de
Romana y de traducir o adaptar las leyes y códi- identidad dinástica Banu Vmayya (Omeya) de la
gos del Imperio--, sino que conformaron un tribu de los Qurays, que tenían como sede el ca-
mapa político sectorizado, debido a distinciones lifato de Damasco. Éstos dominan en poco tiem-
étnicas (suevos, visigodos, hispano romanos, po casi toda el área mediterránea y se introdu-
bizantinos) y diferencias ideológicas de su pobla- cen en la península y en tres años conquistan los
ción (cristianos, arrianos yjudíos) que continua-
mente se enfrentaban en luchas por el poder.
12 Teresita Rendón Huerta, Derecho Romano, primer
curso, Universidad de Guanajuato, Facultad de Dere-
11 Bajo Álvarez, op. cil., p. 138. cho, Guanajuato, 1999.

106
LA DEFENSA DE TENOCHTITlAN

diferentes reinos desarrollados en la península y fueron el cabildo y la alcaldía que nombró a


la ocupan por un periodo de 780 años. Cortés como capitán general para realizar la em-
Así se inicia otra etapa cultural de sobreposi- presa comunera de conquista' en nombre de
ción de poblaciones de identidad étnica y tra- Carlos V.
dición histórica distinta a la europea. Toca su Además, en cuanto a tácticas y estrategias de
turno ahora a la mediterránea, de tradición cul- conquista, es interesante recordar las alianzas
tural diferente a la romana y visigoda, la cual se políticas que Tarik y Muza, comandantes del Ca-
expande con base en una política de tolerancia lifato de Damasco, establecieron con sectores
mahometana respecto a sus diferencias cultura- semi- independientes, facciones y linajes disiden-
les e ideológicas de identidad cristiana yjudía. tes del reino godo de Toledo, las cuales facilita-
La presencia de los musulmanes vuelve a ron que la conquista de la península ibérica se
recuperar la identidad histórica mediterránea realizara en tres años. Esta estrategia política la
de la península y así se introducen nuevas etnias utilizaría posteriormente Cortés en Cempoala,
(omeya, berebére, almohade, al moharavide, et- Tlaxcala y otros altepetl para abrir espacios que
cétera) y se establece otro mapa político territo- dividirían e! territorio mexica y desintegrarían
rial que reproduce las fórmulas políticas árabes e! Cem Anahuac, también en tres años.
de emirato y califato que estaba dividida en pro- Volvamos al impacto árabe en la conforma-
vincias políticas o taifas que correspondían a las ción de la identidad hispana, que después se
sedes romanas o con territorios o marcas distin- introduce en América. Se sabe que su identidad
tas que conformaban provincias o coras que te- cultural se irradió mediante la conformación de
nían capitales religiosas como Sevilla, Granada mezquitas, universidades, centros de estudio, bi-
y otras, regidas todas ellas en un principio desde bliotecas, reproducción de libros históricos, cien-
Córdoba donde el califa -príncipe de los cre- tíficos y literarios en los que se perfeccionaba el
yentes- ejercía un poder soberano, asesorado alfabeto y se propiciaba la poesía, la medicina,
por un cuerpo consultivo, e! "Mexuar" o Diván, las matemáticas y otras formas de conocimiento
y un primer ministro Hachib, que administraba que reproducían la cultura árabe en la penínsu-
la justicia de las taifas a través de gobernadores y la. A lo anterior habría que agregar la introduc-
caídes o consejeros, alcaldes y alguaciles que man- ción de elementos de identidad china como la
tenían e! orden público y controlaban la pro- seda, la pólvora, la brújula, el astrolabio y la nao,
ducción mediante e! azaque o diezmo sobre los conocimientos que fueron básicos en las empre-
frutos y el almojarifazgo de aduana y de una es- sas de navegación que permitieron el descubri-
pecie de quinto real de identidad coránica.13 miento y la colonización de América. De igual
Es interesante hacer notar que también mu- manera, cobrarían importancia bélica los ber-
chos de estos aspectos administrativos de identi- gantines y los ataques de caballería de identidad
dad AI-Andalus no sólo se reprodujeron en Amé- morisca para asediar, por e! lago, la ciudad de
rica, sino que facilitaron su conquista y coloni- Tenochtitlan.
zación, al aplicarse en las sociedades antillanas y Habría que señalar, además, que al separarse
mesoamericanas, como parte de la organización la dinastía Omeya del califato de Damasco y con-
política de las provincias conquistadas para la formar el Califato A1-Andalus, se llegó a la in-
apropiación de sus recursos y su control político. tegración histórico cultural de la península a la
No olvidemos que dos de las instancias básicas cultura árabe, no tanto por el dominio militar,
para iniciar el sometimiento de! Cem Anahuac sino por el económico: se introdujeron y arrai-
garon productos y formas de producción que
13 Walker, op. cit., pp. 75-77; María Jesús, Viguera
ampliaron las áreas de cultivo como la morera
Molins, "De las Taifas al reino de Granada. AJ-Andalus,
siglos XI-XV", Histaria M España, Historia 16, Madrid, y la caña de azúcar que implicaron el desarro-
1995. llo de técnicas de riego y drenaje, aljibes, pozos

107
EDUARDO CORON.-\ S.-í.NCHD~

artesianos, etcétera, así como el cultivo de algo- tiano. Dicha población se incorporaba a la con-
dón, arroz, azafrán, y árboles frutales como el formación de los nuevos reinos y de su doctrina.
naranjo y el limonero. Además del beneficio de Deseo aclarar, históricamente, que, más que
la morera y del gusano de seda, por la imple- una reconquista, se trata de empresas de con-
mentación de sistemas de trabajo de identidad quista e invasión del territorio AI-Andalus, que
gremial, en los que se experimentan nuevos prin- tienen como objetivo conformar nuevos reinos
cipios constructivos y fórmulas de planeación ur- feudales como los de León, Navarra, Castilla,
bana de ciudades, que articulan lo religioso y lo Aragón y Portugal, y no pocas veces hay disputas
político con lo social a través de mezquitas, mer- entre ellos por el predominio. Sin embargo, en
cados (alhóndigas) y arrabales, unidos a formas términos ideológicos existía una especie de lu-
colectivas de uso de espacios y prestación de ser- cha mesiánica que los unía en su pelea contra
vicios públicos por parte del estado, amén de los moros, o una vuelta al cristianismo que, uti-
otros elementos y costumbres. lizando de bandera del Apóstol Santiago, plan-
Muchos de éstos se expresan en conceptos o teaba una política poco tolerante respecto de la
palabras árabes que identifican instancias o ras- cultura árabe, disolviendo sus estados, aniquilan-
gos culturales que, a través de la tradición oral, se do sus dinastías, persiguiendo a su población y
integron al idioma castellano, como adobe, acel- enajenándola de sus bienes, además de destruir
ga, acequia, albahaca, alberca, alcalde, alcohol, sus ciudades y construir otras encima ele ellas, lo
alfarero, alfiler, alquitrán, ataúd, azotea, azucena, que significa no apropiarse ele sus edificios o ele
balde, barrio, café, chaleco, espinaca, gabán, ga- sus obras, sino de sus estructuras socioeconómi-
ñán, garrafa, guitarra, jarro, máscara, mazorca, cas, como sucederá también en Mesoamérica.
noria, tarima, taza, zaguán, zanahoria y zurrón, Resulta significativo que, en 1492, coincicL'\J1 la
entre otros,I4 palabras que se reprodlueron en conquista de Granada, último baluarte de la cul-
México. tura e historia en la península del Al-Anclalus, el
Por su parte, las nuevas formas de producción inicio de la inquisición y el vi~e de Colón en bus-
y de mercado que conducen a la acumulación de ca de una nueva ruta para el mercado de las espe-
riqueza y capital en las ciudades Al-Andaluces y cias, porque el Mediterráneo estaba bloqueado
al desarrollo de centros culturales, provocaron, por los turcos. Al descubrir, sin saberlo Cristóbal
entre los resabios de los reinos visigodos, un in- Colón, América, se continúa la política etnocida
terés económico por su invasión, conquista y de la lucha mesiánica de cristianos contra los in-
colonización, que se propició con la formación fieles, berebéres o judíos, con los indios de las cul-
y el reconocimiento de nuevos linajes de identi- turas caribe y se apropian también de sus tierras y
dad militar, legitimados a través de relaciones de de su población, cuya organización aldeana fue
parentesco, tanto entre sus propios linajes como disuelta y su población aniquilada o perseguida.15
entre aquellos de los países francos e ingleses, En ese sentido, nos llama la atención que, a
para validar alianzas, que también se dieron con pesar de la introducción en la península de mo-
los gobernadores de taifas Al-Andaluces y jefes dos de producción históricamente diferentes, el
de las diferentes etnias de identidad berebére, cristianismo siga siendo la alternativa ideológica
almorabide, almohade y beremine que, por con- dominante, que no sólo convalida los cambios
flictos internos entre los taifas, se introdlueron sucedidos en las relaciones sociales de produc-
en la península. También se establecieron alian- ción a la caída del Imperio Romano, sino que,
zas con la población mozárabe y mudéjar, como además, aporta el respaldo ideológico que se
resultado del mestizaje árabe con hispano cris-

1:, Cristóbal Colón, !-lIS rIlalro


l.illjfS "fl almimn!f y
HJesús Greus, Asív¡vínn fI1 fl Al-A ndalus, Biblioteca Sil !fs!ammlo, Espasa Calpe, México, 1994 (Colección
el Sol, Madrid, 1988, p. 91. Austral).

lOS
L.-\ llUTNS.-\ llE TENOCHTITL\N

requiere para sustentar tanto el poder de los 400 años de duración, generando así un nuevo
nuevos linajes godos dominantes como para con- mapa político de reinos diferenciados, cuyas
formar nuevos reinos hispano cristianos. Ade- luchas de preponderancia sobre los demás va a
más, sirve de articulador de la historia política marcar otra etapa histórica del territorio penin-
de la península con el resto de Europa, en tér- sular denominada hispano cristiana.
minos de su identidad histórico cultural e ideo- Así. en términos históricos, la etapa de "Re-
lógica a través de la generación de distintas órde- conquista" significa, de hecho, tanto la disolución
nes monásticas. En consecuencia, se incorporan del Estado Al-Andalus como la generación de un
a la producción artística de la península ma- conjunto de reinos hispano cristianos: Asturias,
nifestaciones de estilos religiosos, artistas y gre- León, Navarra, Castilla y Aragón, que remem-
mios que siguen los cánones y estilos desarrolla- brando la identidad visigoda, compiten entre sí
dos por los francos y los italianos, en sus formas por su predominio político y militar en la penín-
arquitectónicas de escultura, pinlllra y escritura, sula, de entre los que destaca Castilla que preten-
mismos que en esos momentos adquieren rele- de fungir como un estado rector integrador. Sin
vancia artística en la península.1fi embargo, debido a la situación política señorial
Es entonces con la reconquista del territo- de autonomía territorial, convalidada por distin-
rio AI-Andalus cuando se define la importancia ciones étnicas. Se genera más bien una historia
de los monasterios como centros de identidad regional, que mejor corresponde a una histo-
política y cultural, en relación con la función ria de reinos que a una historia de España como
religiosa y evangélica que respalda o justifica nación.
las empresas de conquista. En consecuencia, se Así, la esperada fusión entre Castilla y Ara-
reproducirán en América al plantearse, con las gón, que se creía integraría a España, implicó un
bl!las alejandrinas, la cvangelización como el pacto entre Isabel y Fernando, conocido como
pretexto que justificaría las empresas de su con- "Concordia de Scgovia", que le confería a Fer-
quista y colonización, lo cual da lugar a otra fase nando la participación en el gobierno, pero no
de expansión religiosa y militar del cristianismo. la administración ni el derecho sucesorio, que
No olvidemos en este proceso el desarrollo tenía como titular propietaria a la reina Isabel
en la península de la identidad judía, asociada a o bien a Castilla. Esta situación jurídica, según
fórmulas de identidad comercial y cultural me- autores a¡'agoneses, fue factor fundamental en
diterránea, cuyas manifestaciones se ocultan para la no unificación de España.J7 En cambio, la fór-
esos/momentos, por el desarrollo de la inquisi- mula política de reinos autónomos se reproduce
ción, pero sabemos que se hacen presentes en o pre"alece sobre los territorios de los Taifas an-
América. daluces ocupados y sobre los reinos de Portugal,
Ahora bien, en cuanto al surgimiento y des- Galicia, Asturias, Navarra y Cataluña, e incluso
arrollo de los reinos feudales de identidad me- en la administración de las colonias americanas
dieval en territorio Al-Andalus, que constituirán qne, como sabemos, formaban parte del reino
la siguiente fase de formación de lo hispánico, de Castilla.
podemos decir que se trata de una conquista La idea, pues, de conformar la península co-
gradual que va tomando como frontera los ríos mo el espacio de un estado nación, se enfrentó
del territorio peninsular, de aproximadamente con una política feudaJ'8 que prevaleció y rivalizó

Manuel Nluiez Rodríguez, 1.0 IIlfjor dfl flrlf dI" lfl


lb 17 Comellas, O/J. til, p. 35.
Altfl lellful
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mas". eu Hi.l/m7fl dI" I':I/)(I/Irt, Historia 16. Madrid. 1995. f((Jmílllim J s()(7rtl dI" lfl 6lrtd Mnlifl, Fondo de Cultura

109
EDUARDO CORONA SÁNCHEZ

con el centralismo monárquico que, en su Nueva España, cuando aún no se fundaba Ma-
defensa, se apoyó en la creciente fuerza de las drid como capital peninsular. Aquí se generó el
comunidades de corte republicano, sin lograr papel del estado sobre la nobleza y el clero,
para esos momentos, culturalmente una nación, y adquirieron importancia la oligarquía muni-
propuesta que considero se desarrolla en Amé- cipal, el ayuntamiento, los regidores y corre-
rica. Aquí se generó la identidad española que gidores. Aquí se uso, con el cristianismo, una
en la península se encontraba en proceso de for: unidad religiosa que retroalimentaba al Estado.
mación, proyecto que correspondió a los emi- Aquí la sociedad hispana reprodujo su carácter
grantes, que aun siendo oriundos de distintos mestizo.
reinos establecieron una identificación con la Al respecto, es importante subrayar que la
política absolutista de los reyes en contra de las conquista y la colonización hispanas de América
formas medievales y a favor de las fórmulas repu- son resultado de una empresa económica y polí-
blicanas, comuneras y mercantilistas que encon- tica de identidad mercantilista más que feudal,
traron en América condiciones civiles e históri- misma que tiene sus antecedentes en la forma-
cas favorables para su reproducción y desarrollo. ción de empresas de navegación impulsadas ini-
cialmente por el califato A1-Andalus.19 Éstas se
ampliaron por la formación de instancias mer-
SOBRE LA FORMACIÓN NOVOHISPANA cantiles de identidad catalana que competía con
los turcos por el control del Mediterráneo, ocu-
Es aquí, en Mesoamérica, donde se realiza no paron el sur de Italia, Grecia y fundaron facto-
una empresa imperial o de la nobleza, sino co- rías en el mar de Azof, aparte de conquistar Sici-
munal y mercantilista. Aquí es donde se contras- Iia y Cerdeña,2o y posteriormente, mientr;s los
ta la experiencia de tantas conquistas interétni- portugueses realizaban expediciones marítimas
cas sufridas en la península con una empresa de y fundaban factorías y empresas de rescate en
conquista hispano continental. Aquí continúa la África --que serían la base para empresas de cir-
idea mesiánica de la reconquista hispano cris- cunnavegación mundial-, los castellanos colo-
tiana de territorios de infieles. Aquí se articula- nizaban las Islas Canarias y las Azores que serían
ron los sistemas feudales con los mercantilistas. el paso para la búsqueda de una ruta alternativa
Aquí, en las iglesias novohispanas del siglo XVI, hacia India y China, y que conducirían al descu-
se conjugaron los estilos gótico y mudéjar como brimiento de América.
producto de las tradiciones religiosas de la pe- La concreción de esa política mercantilista se
nínsula ibérica, y se transitó del románico al gó- realizó en Mesoamérica al apropiarse los hispa-
tico y de éste al renacentista. Aquí se impuso el nos de las formas productivas mesoamericanas,
castellano como lengua oficial. Aquí es donde se de sus unidades civiles al sobreponer la institu-
desarrollaron técnicas en la minería con el azo- ción de la encomienda a la estructura política de
gue, distintas a las romanas y árabes. Aquí surgió sus ciudades y estados, pues funcionaba como
la estancia de ganado menor como fórmula de una especie de renta de la fuerza de trabajo por
pastoreo. Aquí se estableció la red mercantil que parte del rey, que por esta condición se utilizó in-
articula España con Asia. Aquí se fortaleció el discriminadamente hasta agotarse. Dicha sobre-
papel del cabildo y se desarrollaron otras insti- explotación implicó la acumulación de capital,
tuciones hispanas que privilegiaron a la clase misma que fue invertida en el desarrollo de em-
media y artesana. Aquí se fundó la capital de

19 Carlos Bosch Carcía, Tres ciclos rk navegación mun-


Económica, México, 1975; Roben Fossier, Histtnia rkl dial se concentraron en América, UNAM, México, 1985,
campesintulo en el Occidente Mediroal, Crítica, Barcelona, pp. 14-16.
1985. 20 lbirkm, pp. 75-107.

llD
LA DHENSA DE TENOCHTITLAN

presas de transformación y de producción de un sistema de encomiendas, que más que resa-


bienes con valor de cambio, expresada en la bios feudales resultaban instancias de corte capi-
instalación de ingenios, batanes, minas, obrajes, talista, basadas en la renta más que en la ena-
fábricas, gremios, haciendas, empresas de gana- jenación de la fuerza de trabajo y la posterior
deria y haciendas de beneficio de la plata, articu- apropiación de la tierra. Estos aspectos generan
lados tanto al comercio interno como al externo en el continente la reproducción ampliada de
al realizarse la apertura de nuevas rutas de iden- cap.ital, especialmente en plata, capaz de operar
tidad mercantil o de mercado con Filipinas, que una verdadera revolución en la economía del
transformaron Nueva España en un verdadero mundo europeo, al impulsar el desarrollo del ca-
puente de transacción mercantil entre Asia y pitalismo. Si bien para España este capital signi-
Europa. ficó el aumento de los recursos del país (riqueza
Es importante destacar que esas instancias acumulada) dio lugar al denominado "Siglo de
mercantiles, que condujeron a la reproducción oro Español", acorde a la política económica
ampliada del capital en América, se dieron a pe- de los Austria, los desperdició y agotó.22
sar de la política antiempresarial prevaleciente En este sentido debemos subrayar además,
en la península, donde continuaba la estructu- que las tradiciones civiles mesoamericanas no
ra político territorial de un reino absolutista de sólo fueron la base económica y social para el
identidad señorial, y no de un imperio, que lo desarrollo de las empresas mercantiles, sino tam-
fue ocasionalmente con la presencia en España bién para la formación de 10 novohispano. Así,
de Carlos V, Archiduque de Flandes, hijo de Fe- sabemos que sus formas de producción agrícola
lipe el Hermoso yJuana la Loca, nieto de Maxi- de chinampería continúan, que sus tradiciones
miliano de Habsburgo y emperador del Sacro urbanas se reproducen tanto en la traza reticu-
Imperio Romano Germánico. De esta manera la lar de carácter astronómico y en su división en
corona española fue a parar a la casa de Austria, cuatro campa o parcialidades como en la cons-
vinculándose más a los intereses de identidad trucción de calzadas hacia los santuarios dedica-
cultural europea;21 mientras que los reinos de dos a deidades femeninas, sin olvidar la continui-
España pasaron a ser parte de un imperio con- dad de sus expresiones de trabajo en escultura,
formado por un conglomerado de países, prin- pintura, plumaria, enconchado, bagazo de caña
cipados y ducados independientes, que después de maíz, y en la reinterpretación de las fórmulas
de Carlos V se dividieron, predominando en la cerámicas con estilos europeos que adquieren
península la política del reino de Castilla, que fama en el mercado circuncaribe, además de que
constituiría en América virreinatos sobrepues- algunos productos como el palo de tinte, la co-
tos a la estructura política de los imperios mexi- chinilla, el tabaco y el cacao se inscriben en las
ca e inca. relaciones mercantiles en el nivel mundial.
En ese sentido, quiero resaltar el papel que Pareciera que aquí, en Mesoamérica, se con-
juegan los avances logrados por las formaciones tinuara esa historia de sincretismos que dio lugar
sociales mesoamericanas, tanto respecto de su en la península a la formación hispana, resul-
capacidad productiva con base en instituciones tado ahora de la articulación e imposición de dis-
comunitarias subordinadas a linajes como de tintas formas de desarrollo que corresponden
la conformación de un complejo sistema de tra- tanto a la historia del Mediterráneo como a la del
bajo tributario, tequitl, que resultó básico para la continente europeo y americano, dando lugar a
introducción y el desarrollo de empresas mer- una población culturalmente mestiza.
cantilistas de transformación de materia prima Es decir, como resultado de las empresas de
en productos con valor de cambio, con base en conquista y colonización hispana, en el continente

21Camellas, op.cit., p. 65. 22liJidem, p. 67.

111
americano se conjugaron, como sucedió en la ejército formado por trece bergantines con ma-
península, historias de evolución diferentes, que rinos, escopeteros y ballesteros originarios de
si bien se contrastan o articulan asimétricamen- varios estados europeos, más 1 500 peones y 500
te, conducen por una parte a que el proceso de de a caballo fuertemente armados, no debemos
formación de lo hispano en el nivel cultural, olvidar los más de 100 000 guerreros~'¡ con ar-
mestizo, se reproduzca en América y que la his- mamento y táctica mesoamericana de diferentes
toria del desarrollo civil de Mesoamérica se sub- etnias y estados. Todo esto expresa la verdadera
suma al mercantilismo~~ y sirva de base para la dimensión de la conquista armada, ya que, en
conformación de una socio-economía diferente: conjunción de fórmulas culturales europeas y
la del México novohispano. mesoamericanas, amplió la capacidad militar de
la empresa hispana de conquista.
Debemos aceptar que Cortés encabezó o pro-
SOBRE LA .cONQUISTA vocó una rebelión de los estados étnicos que
DE TENOCHTITLAJ'oJ conformaban el Cem Anahuac y no un alianza,
pues aquellos vieron en la presencia hispana
En ese contexto de conformación de lo novo- la posibilidad de liberarse de su sometimiento,
hispano, es preciso señalar que, en las batallas aunque significara someterse a un estado desco-
realizadas por los hispanos durante la conq1llsta nocido, aparentemente representado por pocos
de Tenochtitlan, se reproducen tant,) estrategias hispanos, continuando con ello no sólo sus fór-
militares con base en fÓFT1lulasbélicas de iden- mulas de subordinación, sino también sus siste-
tidad romana -como las catapult,ls, el despla- mas de confederaciones.
zamiento de la caballería, el uso del terror a Lo importantt>, sin embargo, es que esas alian-
la manera visigoda-, estrategias árabes, como la zas de pueblos sujetos al Cem Anahnac que se
utilización de bergantines, o tácticas de carácter apropiaron de la presencia de Cortés lo;:r:u vi,
medieval -la sorpresa y matanza masiva con articular varios tlnhlornyotl y nlte/Jftl de importan-
artillería utilizada pOI' vez primera en la penín- cia política -como los totonaca, los tlaxcalteca,
sula durante la toma de Granada, al igual que la los hilexotzinca, los acolhua, chalea y xochimil-
infantería con equipo metálico, armaduras, lan- ca-, conformando un ejército de más de 50 000
zas, espadas, nuevas armas como ballestas, caño- guerreros que ampliaban a límites insospechados
nes y culebrinas-, además de una serie de ma-. la hueste militar organizada. Otro tanto se tra-
niobras que formaban parte de la memoria dujo en la mano de obra necesaria para la infra-
histórica de la gente de la península, como la de estructura de las batallas, como el transporte del
sitiar Tenochtitlan de manera similar a como lo material bélico, la construcción de los bergan-
hicieron los romanos en Numancia, o como esti- tines, los zapadores para destruir las casas de
mular sistemas de alianza que multiplicaron el la ciudad de Tenochtitlan y anegar los puentes
número de guerreros en una lucha fratricida, de acceso, además de bastimentos necesarios
producto de una rebelión que sucedió enrtre los y de gente para enfrentar al pueblo mexica.
pueblos sl~etos al Cem Anahuac que veían en la Por otra parte, en términos políticos e histó-
empresa hispana el momento de liberarse de ricos, la concertación de alianzas y el avance de
la opresión mexica. la coalición encabezada por Cortés habían des-
Si bien se trataba de una empresa social de estructurado el territorio base del Cem Anahuac,
identidad renacentista que permitió armar un no sólo en cuanto a su sistema de fortalezas, sus
cabeceras de control y su expansión político es-
tatal, sino también en cuanto al acceso a recur-
~" Karl Marx, Fl m/Ji/Ill. I.ibro l. FI/m¡l'!'so ti_ /,mtl"I'·
(ilín ti_ m/Ji/Ill, 3 vols., Si¡(lo XXI Editores, México, 1985.
pp. 53·58 (Biblioteca del pensamiento socialista). ~4 Hernan Cortés. o/J. (i/., p. 96.

112
LA DEFENSA DE TENOCHTITLAN

sos de identidad tributaria para sostener la es- iY aún para aquel efecto tenían apercibidos mu-
tructura política del estado mexica. Es decir, se chos escuadrones de guerreros con esforzados
había abierto un compás que fraccionaba el terri- capitanes y muchas canoas en la laguna en parte
que nuestros bergantines no les podían hacer
torio del Cem Anahuac, que a manera de abani-
daño ninguno, con las grandes estacadas que le
co significaba la pérdida del control de más de tenían puestas en que zabordasen, vuelven so-
un tercio del territorio dominado y de los recur- bre Cortés y contra todos sus soldados tan gran
sos básicos, así como de una entrada libre de furia de escuadrones mexicanos y con tales ala-
recursos y alianzas. Todo ello sin contar la con- ridos y gritos y silbos, que los nuestros no pudie-
ron defender su gran impetu y fortaleza con que
sabida disminución de la población de Tenoch-
vinieron a pelear contra Cortés, y acordaron
titlan que ocasionó la viruela introducida por el
todos los soldados con sus capitanes y banderas
esclavo negro de Cortés y la pérdida de los cua- de volverse retrayendo con gran concierto; mas
dros políticos y militares de linaje, debido a las como venían contra ellos tan rabiosos contra-
matanzas realizadas por Cortés y Alvarado. rios hasta que los metieron en aquel mal paso y
Con todo, se realizaron campañas de desacre- con los amigos que traían, que eran muchos, se
desconcerL'lron de arte que vuelven sin hacer
ditación de la armada hispana; se denunciaron
resistencia, vueltas las espaldas; y Cortés desde
sus verdaderas intenciones de contrarrestar los que así los vio que volvían y vio desbaratados les
mitos con que se habían envestido y se amenazó esforzaba y decía "¡Tened, tened, seI'iores, tened
a los que se aliaran con ellos; se solicitó apoyo de recio! ¿Que es esto que así habéis de volver las
los tarascas, se prepararon las armas para la espaldas?" No los pudo detener. Yen aquel paso
defensa y se concertaron los bastimentas para que dejaron de cegar en la calzadilla, que era
angosta y mala, y con las canoas le desbarat.aron
preparar la defensa de la ciudad.
e hirieron en una pierna Y' le llevaron vivos so-
En términos de la defensa militar de Tenoch- bre sesen L'l y seis soldados y le mat.aron ocho
titlan, debemos también resaltar las formas en caballos y a Cortés ya le tenían engarrafado seis
que los mexica fueron implementando una es- o siet.ecapiL'lnes mexicanos; quiso Nuest.ro Sellar
trategia de defensa y resistencia fl'ente a una coa- Dios ayudarle y poner esfuerzo para defender-
se, puesto que herido de una pierna, porque en
lición a la que se sumaba una invasión extranjera
aquel instante luego llegó a él un muy esfor-
con armamento y tácticas militares desconocidas
zado soldado que se decía Cristobal de Olea,
en Mesoamérica: el uso de sus técnicas hidráu- nal.Ural de Castilla la Vieja; y desde que así le
licas para controlar los niveles de los lagos de vió asido de t.anto indio, peleo t.an brm'osamen-
Zumpanco, Texcoco y Xochimilco para anegar e t.eel soldado que mató luego de estocadas a cua-
impedir el acoso de la caballería, el uso de em- t.ro de los capit.anes que le tenían engarrafado
a Cortés, y t.ambién le ayudó ot.ro muy valient.e
palizadas para atascar los navíos y capturarlos, el
soldado que se decía Lerma; e hicieron t.ant.o
ataque a la caballería con grandes lanzas o con por sus personas, que lo dejan y por defender-
flechas desde las azoteas de las casas, el despla- le, allí perdió la vida Olea y aún Lerma estuvo
zamiento en canoas a zapadores para aislar y di- a punt.o de muerte; luego acudieron muchos
vidir los contingentes de aliados rebeldes que soldados, y aunque bien heridos echan mano
atacaban por las cuatro calzadas de la ciudad, la a Canés y le ayudan a salir de aquel peligro y
lodo en que est.aba. Y entonces también vino
limpieza de las acequias tapadas por éstos para
con mucha prest.eza el maestre de campo Cris-
recuperar las calzadas, logrando con ello captu- tobal de Olid, y le tomaron por lo~ brazos y le
rar varias veces a Cortés y poner en jaque la em- ayudaron a salir del agua y lodo, y le trajeron
presa de conquista.2" Así, Bernal Díaz del Castillo, un caballo en que se escapó de la muerte, y en
en su Verdadera Historia de la Conquista de la aquel instante también venía un su mayordo-
Nueva España, comenta: mo que se decía Cristobal de Guzmán, y le traía
otro caballo, y desde las azoteas los mexicanos
guerreros, que andaban muy bravosos y victo-
~~,Bernal Díaz del Castillo. Hi.l'/mia rl, la ml1r¡ui.l'la ti, riosos y muy malamente de manera que pren-
Mm'" /~sl)({l¡a, Por rúa, México, 1974. pp. 254-385. dieron a Cristobal de Guzmán, y vivo le llevaron

113
EDUARDO CORONA SÁNCHEZ

a Cuatemuz; y todavía los mexicanos iban si- Bosh Carcía, Carlos, Tres ciclosde navegación mundial
guiendo a Cortés hasta que llegaron a su real.26 se concentraron en América, UNAM, México, 1985.
---, El descubrimiento y la integración iberoame-
Podemos plantear que el sitio militar, la falta de ricana, 500 años después, UNAM, México, 1991.
recursos vitales, las epidemia de viruela, el aumen- Belli, Cioconda, et al., 1492-1992: La interminable
to de los contingentes aliados y de tropas descan- conquista, Editorial el Buho-Joaquín Mortiz-
sadas aportadas por la rebelión de los pueblos del Planeta, México, 1992.
Cem Anahuac, la pérdida de buena parte de su Bermudez Albert, Salvador, Las aventuras de lo
territorio tributario, el asedio a sus áreas de recur- imposible. Expediciones maritimas españolas,
sos, el corte de los caminos de abastecimiento y de Lunwerg Editores, Barcelona, 2000 (Colec-
acceso al agua potable, desgastó la resistencia ción Ciencia y Mar).
y conllevó a la estrategia de buscar alianzas con Careto Jiménez, Anselmo, Los Pueblos de España,
otros estados como los tarascos, o bien de lu- UNAM, México, 1980.
char fuera de la ciudad. Por ello fue capturado Comellas, José Luis, Historia de España moderna y
Cuauhtémoc, quien ya prisionero pidió que la contemporánea, Rjalp, Madrid, 1999.
población que defendía Tenochtitlán se rindiera, Corona Sánchez, Eduardo, "La integración de Me-
sin que se diera una verdadera batalla final, de tal soamérica en la conformación del modo de pro-
manera que Cortés escribe en una de sus cartas: ducción americano", en La integración de lospue-
"Hay vencedores ..., pero no hay vencidos". blos, INAH, 2002, (Etnohistoria de México).
Se sabe, sin embargo, que el verdadero sig- Chesneaux, Jean, ¿Hacemos tabla rasa del pasado?
nificado de la conquista de Tenochtitlan fue A propósito de la Historia y de los histori~dom,
eliminar y disolver el estado mexica, es decir, la Siglo XXI Editores, México, 1981.
resistencia de ese estado frente a la empresa mer- Frey, Herbert, El otro en la mirada. Europa frente al
cantilista, que como fórmula de colonización sig- universo américo-indígena, Porrúa, México, 2000.
nificaba la apropiación de sus formas de organi- Figueroa Serrano, Adrián, El quinto centenario de
zación civil, económica y urbana, para reproducir la conquista española, Talleres Pantigozo, Perú,
las nuevas formas económicas de identidad his- 1992.
pana y, por lo tanto, reproducir y continuar la Fossier, Robert, Historia del campesinado en elocci-
historia de la península sobre el proceso de des- dente medieval, Crítica, Barcelona, 1985.
arrollo y evolución alcanzado por las socieda- Cuichard, Pierre, Pierre Bonnassie y Marie-
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LA DEFENSA DE TENOCHTITlAN

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115
POR OBRA PÚBLICA Y COATEQUITL.

MANO DE OBRA INDÍGENA EN CÓDICES JURÍDICOS

DEL CENTRO DE MÉXICO EN EL SIGLO XVI

Perla Vallé'

Entre conquistadores y conquistados las relacio- Las faenas que se consideraban como obra
nes de dominio se basaron con frecuencia en pública eran de varios géneros: trazo y manteni-
antecedentes prehispánicos, como puede perci- miento de calzadas, calles)' canales, así como lim-
birse en la organización del ti-abajo indígena en pieza)' reparación de caminos y puentes, pero
sus diversas modalidades. Una de ellas fue el (oa- en particular, la construcción de grandes obras
tequitlo trabajo comunal, utilizado en las obras civiles y religiosas de beneficio general para la
públicas de México Tenochtitlan. Esta forma de población.
explotación fue parte del botín ele la conquista, El término roatequitl significa trabajo comu-
ya la vez, la aportación de una institución de tra- nal, según el Vorabulmio dp Molina (de coa-ti,
dición indígena al cambio social iniciado en la serpiente o gemelo y tequi-Il, trabajo); a m vez,
etapa colonial temprana que actuó como un fac- Luis Reyes en su estudio de los Anales de Juan
tor determinante en la construcción de la capi- Bautista, aporta otra variante del término, cohlla-
tal sobre los restos de la ciudad prehispánica. tequitl (con hu), que traduce como trabajo por
Es sabido que los habitantes indígenas de las convite.2 Esta forma de repartimiento laboral
parcialidades de San Juan Tenochtitlan y de tradicional era controlada por las autoridades
SantIago Tlatelolco, que integraban la metró- del cabildo indígena con base en la relación del
poli desde 1522 hasta 1564, estuvieron exentos alte/JPIl, o cabecera, con sus pueblos o barrios
del pago de tributo en especie a la Corona por sujetos y sus posibles subdivisiones. En este caso,
ser pobladores de la cabecera conquistada. Sin se trataba del coatequill destinádo a las obras
embargo su condición de vasallaje los obligaba públicas de la ciudad, pero también se aplica-
a cumplir con la aportación de mano de obra ba a labores agrícolas, a obras hidráulicas y
para las construcciones públicas de la ciudad, a diversos servicios prestados a funcionarios
además de los tributos al interior de sus co- españoles.3
munidades.1
Ba1lIi.<la, CIESAS-Biblioteca Lorenzo BOlllrini-lnsigne y Na-
* Dirección de EtnohislOria, INAH. cional Basílica de Cuadalupe, 2001, p. 29.
1 Charles CibsOll, Lu. a:lnm bajo rI duminio "/)(lúol, " Reyes Carda, O/l. ";1., p. 34; Fray Alonso de Molina,
(/519-lílIO), Siglo XXI Editores, México, 1967, p. 393; VoralJlIlan'o fH lrngllfl rflJ/r.llrtll(J,)' lw:xirana)' Jlu'xioma J rtL,"If.-
Francisco del Paso \' Troncoso, "Cana al Rey de Gonzalo Ua/1a, Porrúa, México, 1970 (Biblioteca Porrúa, 44).
de Aranda dando noticia de su viaje, 1,,44", en t:jlúlolorio "Justino Fernández \' Hugo Leicht, Códia d,l 'Ji-I/)(l/1 d,
d, ta Mm'o E./lfll;a, nll. I\', Antigua Librería Robredo, San/iago naMolm, 1576-1581, l'Nr\¡\HIH, 1939; Cibson.
México, 1939-1942, pp. 82-94; Luis Reyes Garda, ¿Cómo U/l. ti/.;James Lockhan, Lo .• nohulI' d,,/m;., dI' la Cunl!',ú!a.
11' HJ11jiuulf'''? ¿.-\(,(HO l/O Wu/O,'i ('OIu¡-ui.'i/m/os? Anal~.\' ti,., Jllfln Historia mcia! J nd/lifal dI' la jJO!Jlflúón illfl(~nlfl "Pi ,\I';x;m

117
PERLA VALLE

La obra pública requería de la participación El documento del Archivo General de la


de varios sectores sociales; con frecuencia el virrey Nación, Civil, vol. 644, y la Pintura de Gobernador;
ordenaba la empresa por realizar con el apoyo Alcaldes y Regidores de México, más conocida como
del "obrero mayor", responsable de edificar el Códice Osuna, son expedientes jurídicos referen-
área urbana, pero la organización del trabajo de- tes a dos litigios promovidos en México Tenoch-
pendía de un juez repartidor y en especial de la titlan durante 1564 y 1565, en parte relaciona-
participación del cabildo indígena, órgano de dos con las mismas instituciones y personajes a
gobierno de la República de indios o Común partir de conflictos diferentes.6
de Naturales. Este sistema laboral, llamado repar- El historiador mexicano Luis Chávez Orozco,
timiento, funcionó con base en el patrón pre- en una investigación que publicó en 1947, plan-
hispánico de la división de los barrios y un siste- teó que ambos documentos pertenecieron al
ma rotativo de participación semanal, adaptado a mismo proceso y formaron parte del expediente
las nuevas condiciones sociales de la época que de la visita real efectuada por el licenciado Je-
nos ocupa.4 rónimo de Valderrama a la Nueva España, de
Desde un principio se consideraron tres áreas 1563 a 1566. En la actualidad se desconoce el
de repartimiento basadas en las divisiones terri- paradero del expediente de la visita real y Chá-
toriales de las tres cabeceras: Tenochtitlan, Tla- vez Orozco estimó que el documento de lo Civil
copan y Tetzcoco con sus pueblos sluetos, y en 644 era esa parte de escritura alfabética que fal-
casos particulares o estrictamente urbanos, sólo taba al códice.
a Tenochtitlan y a Tlatelolco, con la participa- Al analizar y comparar las dos fuentes aclara-
ción de alguaciles o funcionarios indígenas de mos que se trata de dos litigios diferente~: el
menor jerarquía. expediente 644 del ACN inicia con la demanda
Con base en esta distribución, el tlatoani o de los oficiales, es decir los trabajadores califica-
gobernador convocaba en cada cabecera a los dos o con oficio, de los cuatro barrios de México
trabajadores de las entidades sujetas por medio Tenochtitlan, en contra de los funcionarios del
del "llamamiento", como primer paso para la cabildo indígena de la capital por corrupóón y
organización de la mano de obra; mecanismo adeudo de sueldos devengados, a diferencia del
semejante al que se seguía para repartimientos Códice Osuna en el que los demandantes son los
aplicados a otros fines. El número de trabajado- funcionarios de los cabildos indígenas de Méxi-
res que debía aportar cada cabecera, se basaDa co, T1atelolco, Tula y Tetepango, contra el virrey
en las relaciones o censos de población previos y los oidores de la Real Audiencia; esta percep-
que presentaban. Bajo estas condiciones, Te- ción permite considerar dos aspectos diferentes
nochtitlan y Tlatelolco contribuyeron con un de la misma problemática jurídica del trabajo
número variable de peones y oficiales, durante comunal en obras públicas, en otros servicios y tri·
varias épocas.5 butos indígenas, que difiere de la afirmación de
Chávez Orozco, quien tal vez se basó en una lec-
tura apresurada del Códice Osuna. 7
central, siglos XVI-XVllJ, Fondo de Cultura Económica,
México, 1999,pp. 193, 495 Y610; ReyesCarda, '1). cit.,
p.34. 6 ArchivoCeneral de la Nación, Civil, Expediente 1:
4 Hernando AlvaradoTezozomoc, Crónica Mexicana, Pintura del Gobernador, Alcaúles y Regidores de México, 2 vals.,
Porrúa, 1980,pp. 460, 535, 578, 582; AlfonsoCaso, "Los edición facsimilar, Madrid, 1976; Luis Chávez Orozco,
barrios antiguos de Tenochtitlan y Tlatelolco", en Mema- Códice Osuna, Instituto Indigenista Interamericano, Mé·
rias de Úl Academia Mexicana de Historia, t. XV, Méxi- xico, 1947.
co, 1956;Cibson, op. cit., pp. 379-381;Lockhart, op. cit., 7 Luis Chávez Orozco afirmó que el texto del do-
pp. 29, 39. cumento del AGN, Civil, 644, formó parte del expediente
5 ArchivoCeneral de la Nación, Mercedes, volumen 4, de la visita del Lic. Valderrama, junto con las 38 fojas
folio 25; volumen 7, folio 350v.;Civil, volumen 644, expe- del Códice Osuna, pero el expediente se refiere a otro
diente 1;Cibson, '1). cit., p. 397. proceso.

118
POR OBRA PÚBLICA Y COATEQUITL

Sin embargo, el expediente 644 y el códice puló que en cualquier forma de trabajo masivo
coinciden en que se refieren a conflictos seme- se debían pagar salarios a peones y a oficiales.8
jantes, ocasionados por la construcción de las Estas disposiciones no fueron acatadas de in-
obras públicas realizadas en la ciudad y a la orga- mediato, como se percibe en la relación de los
nización del trabajo comunal o coatequitl que mo- gastos del cabildo registradas en el expediente
tivaron la presentación de algunas denuncias con 644 del AGN, donde además del registro del coa-
diversos litigantes. tequitl aportado, se especificó el costo de los ma-
El expediente del AGN reúne el proceso en teriales empleados en obra pública que la comu-
sus diferentes etapas: se inicia con la presenta- nidad y el cabildo habían costeado durante varios
ción de la denuncia de los oficiales de los cuatro años; por ejemplo, en 1563 aparecen cargas de
barrios, continúa con la participación de los tes- cal para restaurar el local de la Audiencia; en
tigos sujetos a interrogatorios basados en cuestio- 1564 cantidades importantes de piedras, pila-
narios previos, a la manera de las probanzas, para res, vigas y tenayucas (piedras esféricas de río)
terminar con la ratificación de la denuncia, se- destinadas al trazo y empedrado del camino a
guida de la validación oficial y la aceptación de Coyoacán.9
denunciantes y acusados. Es evidente que para 1564, cuando se inició
En este caso la defensa presentada después, el litigio se conocía la ley pero no se aplicaba en
por el gobernador don Luis de Santa María Cipac todas las variantes del trabajo comunal de la ciu-
y los funcionarios del cabildo indígena, puede dad de México.
considerarse como una segunda parte del pro- Por el contrario, en la Pintura del Gobernador,
ceso, en el que los acusados negaron parte de la Alcaldes y Regidores, las denuncias presentadas en
demanda y en su descargo entregaron una re- 1565 por las comunidades contra las autorida-
lación de los gastos anuales del cabildo desde des coloniales son en su mayoría reclamos de
1556 hasta 1564, documentación que justificó pagos que les debían de la mano de obra apor-
los presupuestos ejercidos por el cabildo duran- tada por los cuatro barrios de México; otras de-
te nueve años y comprobó la buena administra- mandaban el pago completo de los llamados "ser-
ción de las finanzas en ese lapso. vicio de la cal" y "servicio de la hierba" costeado
Se explicó también en la defensa, que la por los indígenas en beneficio del virrey y de los
mano de obra y parte de los productos y mate- oidores, pero que estos funcionarios sólo habían
riales de construcción aportados por los cuatro pagado en parte, sin intenciones de saldar la
barrios durante esos años, se consideraron como deuda acumulada. 10
"obra pública y coatequitl", trabajo que los indios En el Códice Osuna se pintó la participación
estaban obligados a realizar sin recibir ninguna de los cuatro barrios de México y los de Tlate-
remuneración. lolco, en la reconstrucción de la albarrada de
El coatequitl era un sistema de trabajo comunal San Lázaro; también en las obras del canal
gratuito organizado en grupos de veinte traba-
jadores que cambiaban cada semana, estable-
ciendo una rotación constante de los tributarios 8 Vasco de Puga, Cedulario de la Nueva t.spmia. estudio
de Maria del Refugio González, Condumex, México, 1985,
pertenecientes a los pueblos de las cabeceras pp. 172-173. Incluyen información sobre la legislación
mencionadas de la Cuenca de México. Así, el tra- de 1549.
9 AGN, Civil, 644, Expediente 1, relación de las obras
bajador no abandonaba sus labores del campo o
públicas realizadas por el cabildo indígena. Se llamaban
las actividades propias de cada oficio, por cum- lenayucas, las piedras redondeadas del fondo del río Tacu-
plir con este servicio. baya, que se usaron en el empedrado de las calles de la
No obstante, como es bien sabido, el trabajo ciudad de México. Gibson, '1" cit., p. 395.
10 ?inluTa del Cobernador... ejemplos del servicio de la
gratuito se había prohibido en las Leyes Nuevas cal en las láminas: 3v,Sr y 6r; además del servicio de la hier-
de 1542, yen especial en las leyes de 1549 se esti- ba en las láminas: 14v, 15r y 22v.

119
PERL\ V-\I.l.F

de Iztapalapa que llegaba hasta la ciudad para o cabecera, y en proporción al número de ha-
el transporte de piedra; además en la edifica- bitantes.
ción del Hospital de los Indios, y en la primera En México Tenochtitlan los miembros del ca-
etapa de la construcción de la Iglesia Mayor o bildo debían de elegirse cada año entre la pobla-
catedra1.11 ción del mismo origen, casi siempre entre pipiltin
Para estos años de 1564 y 1565, la organiza- o nobles, tradición generalizada en la mayoría de
ción del cabildo indígena ya se había generali- los pueblos. Por el contrario, el número de fun-
zado en la Cuenca de México. El proyecto de cionarios, y su particular desempeño, variaba de
hispanización de la Corona le dio la mayor aten- una cabecera a otra; desde luego el gobernador o
ción al establecimiento del cabildo o ayunta- cacique, perteneciente a la descendencia de los
miento indígena, imponiendo el modelo español Ilaloque rnexica gobernaba hasta su muerte, como
desde las primeras décadas del establecimien- don Luis de Santa María Cipac, último señor de la
to de la Colonia, que sin embargo, adoptó algu- genealogía local que gobernó hasta fines de 1565
nos elementos de la organización política indí- y, por lo tanto, desempeñaba este cargo cuando
gena, estableciendo ¡as bases de la república de se llevó a cabo el litigio promovido por la deman-
indios paralela a la república de españoles. da de los oficiales ele los cuatro barrios y cuando
Había sido lugar común considerar que el se pintaron las denuncias del Códice Omna.I:\
cabildo indígena como gobierno local fue una En 1565 formaban parte del cabildo: un go-
institución política que contribuyó a la destruc- bernador o cacique, dos alcaldes y doce regido-
ción radical del señorío de tradición prehispáni- res, además de funciuna¡-ios de menor rango en
ca, pero poco se ha señalado que, en algunos México Tenochtitlan. En general desemeeña-
casos, generó la adaptación de organizaciones ya ban labores de gobierno, de procuración de jus-
existentes a las demandas del proyecto colonial, ticia y de regimiento y administración.14
dando por resultado la creación de nuevas rela- El cacique tcnía a su cargo el buen g'nh;"·.:lo
ciones políticas y económicas que fortalecieron Y la impartición de justicia en la comunidad,.jlm-
las cabeceras indígenas y sus pueblos sujetos, to con los alcaldes integraban tribunales locales
como lo ha demostrado Hildeberto Martínez en pe.ra atender los procesos legales de delitos que
el caso de Tepeaca y que puede haberse dado se consideraban menores. Cuando las sentencias
en cierto modo en el centro de México, desde lo requerían se detenía al culpable en la cárcel
luego, en diferentes aspectos de la organizaci.ón que generalmente se mantenía en cada cabecera.
y funcionamiento del cabildo.12 Los casos de delitos en los que se im'olucraban
Entre la multitud de modalidades de esta ins- indígenas, eran presentados ante alcaldes tam-
titución indígena, se han observado algunas va- bién indios en sesiones regulares, sin embargo
riantes de temporalidad en la realización de las había excepciones y entonces podían acudir
elecciones y en el número de miembros del ca- ante alcaldes españoles.
bildo en función de las dimensiones del alfe/Jell
1:1 Puede consultarse infonnación sobre genealohJÍas
1I Ibidl'1ll, denuncias sobre deudas de salarios a los lra- prehisp,inicas y coloniales de México Tenochlillan y Tla-
b~jadores que construyeron la albarrada y
de San Lázaro telolco en Gj¡liu' }-[01"1'11IiI10, ~ vols., edición f~lcsinlilar, Giunti
la acequia de IZlapalapa, pintadas en la Lámina 7r y en la Barberá·Archivo General de la Nación, México, 1979;
Limina 'I9r; les debían lambién la cantidad de carp;as de Códú"f A.,,/,i1l, /556, Gebr. Mann VerlaR' Berlin, 19t1l; Córliu'
cal. en la Lúmina 6,' que el virrey mandó a los indios que (;oZl'fllzill, edición facsitnilar, INAI-I-BenetTlérita Universidad
llevaran para el Hospital de los Indios. Yen la Lámina 'I9v de Puebla, México, 1994; Códiu 7'rhialo)"/.II Carda Cm.1l(l(/rIl,
se pintaron los primeros lrabajos de albaúileJÍa de la Iglesia 2 vols., edición ¡'Icsimilar, ESlado de México-El C:oleh';o
Mayor de México que las autoridades debían a los inclios Mexiquense, México, 1992; así como en, E1I1maPérez Ro-
de la ciudad de México. cha y Rafael Tena, lJfl ,\/ohinfl Inrl~f!;n1fl "" 1,1 antro dI' ¡\.;(h.~iro
I~ Hildeberw Manínez, ·/'/Jm,.a m fl siglo XVI. 7,,,ml'ifl rlfs/Jltli, df la COllqui,ta, INAH,México, 2000.
dr /(( linfa J mgftJ1iuu-;ón rlr 11n o;niOlúJ, ClESAS, i\1éxico, 14 AGN, Civil, 644. Expedielllt' l. FUllcionarios del
19tH. 1'1'. 125·16" (Ediciones Casa de la Chala, 21). cabildo indíRt'na en 1.,6".

120
POR OBRA PÚBLICA Y COATEQUrrL ---------------

No obstante, cuando se trataba de procesos bres de los funcionarios del cabildo elegido para
mayores donde el cabildo estaba involucrado cada etapa de gobierno.15
como acusado o como denunciante, los funcio- En el Códice Osuna se presentaron denuncias
narios del gobierno indígena recurrían al tribu- contra el virrey y los oidores por falta de pagos
·nal de la Real Audiencia. A esta clase de litigios de salarios y de materiales empleados en el ser-
corresponden los dos casos a que nos referimos: vicio de la cal y el servicio de la hierba; por ejem-
el expediente del AGN 644 donde el cabildo in- plo en la primera lámina del códice se pintaron
dígena es el acusado y las denuncias pintadas en 1615 cargas de cal para reparaciones de la Casa
el Códice Osuna donde el cabildo es el acusador. Real y las obras de Chapultepec, por disposición
El motivo central se relaciona, en ambos do- del virrey Luis de Velasco. (Figura 1. Lámina Iv.)
cumentos, con infracciones cometidas en la rea- También se registró la denuncia de falta de
lización del trabajo comunal, aun cuando se pago del matalotaje o transporte por "indios car-
trate de otras faltas derivadas de la misma rela- gados" de la cal, desde los pueblos lejanos de
ción. En el expediente del AGN 644, la lista de Citlaltepetl y de Zumpango localizados en la Teo-
los cargos presentada por los cuatro barrios con- tlalpan, hasta la ciudad de México Tenochtitlan.
tra su propio cabildo, menciona que los funcio- (Figura 2. Lámina 2r.)
narios no sabían leer ni escribir, también eran Respecto a otro registro de 600 cargas de cal
corruptos y con frecuencia se valían de su pues- para las reparaciones de la Cárcel de Corte, se
to para cobrar por servicios gratuitos; en repe- registra que las autoridades tampoco habían pa-
tidos casos habían manipulado las elecciones, gado el producto. (Figura 3. Lámina 6r. ) Yen la
y era sabido que usaban con cierta frecuencia siguiente lámina se pintaron las 350 cargas de cal
prendas con plumas y portaban escudos anti- destinadas a los arreglos necesarios del Hospital
guos. Además se subrayó que les cobraron los de los Indios. (Figura 4. Lámina 5v.)
materiales de construcción, con el pretexto de Para continuar con la participacióll de Mé-
que se destinaron a bienes de comunidad y para xico Tenochtitlan, así como de todos los pueblos
la obra pública. Estas son sólo algunas de las de la cuenca, en la reconstrucción de la Alba-
demandas de los oficiales de los cuatro barrios a rrada de San Lázaro con el fin de detener las
las que se fueron agregando otras en el trans- inundaciones ocasionadas por el lago de Tetz-
curso del proceso. coco (Figura 5. Lámina 7r). En concreto, denun-
En la siguiente etapa del expediente se inicia cian que las autoridades españolas no cumplie-
la défensa del gobernador, don Luis de Santa ron el compromiso de darles de comer durante
María Cipac (llamado también Nanacacipactzin), los tres meses que trabajaron en esa obra pública.
de los alcaldes y regidores, presentada ante el Asimismo el cabildo indígena demandaba el
oidor Villalobos, con la asistencia de un defen- pago de los sueldos convenidos a los trabajado-
sor. Los acusados negaron los cargos menores res que participaron como peones asalariados de
para dedicar la mayor atención a justificar los de la capital, en la construcción de la acequia que
mayor importancia, como eran las comproba- se hizo para transportar piedras de Iztapalapa
ciones de los gastos y la justificación de las can- a la ciudad de México, destinadas a la construc-
tidades invertidas en Obra Pública pagadas por ción de la Iglesia Mayor, que las autoridades no
la comunidad. habían cumplido (Figura 5. Lámina 39r).
El gobernador entregó, como prueba c;n su En la última lámina del Códice Osuna se pintó
favor, la relación de los gastos del cabildo desde una escena múltiple formada por diversos grupos
1555 hasta 1565, puntualizando costos y produc-
tos con el fin de comprobar los gastos del cabil-
15 lbidem. Relación de gastos del cabildo indígena de
do durante esos diez años; además al principio México Tenochtitlan, de 1555 a 1565, con listas de los fun-
de cada informe anual se registraron los nom- cionarios en turno.

121
PERlA VAI.l.E

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Figura 1. Códire Osuna. Lámina Iv.

Figura 2. Códice o.mna. Lámina 2r.

122
POR OBRA PlrBI.ICA y (JJMFQUlTI.

, ,
'c.or~

Figura 3, {,Mire Osuna, Lámina 6r.

de trabajadores ocupados en labores diferen- del servicio personal en el mantenimiento y la


tes de la construcción de la Iglesia Mayor o cate- limpieza del palacio de gobierno, El virrey recla-
dral, desde el acarreo de materiales valiéndo- mó que el servicio ya no se hacía como antes, a lo
se de la acequia de Iztapalapa y de carretillas con que el gobernador indio, don Esteban de Guz-
ruedas, hasta inicios de la construcción sin que el mán, respondió que no cumplen con el servicio
mayordomo de la obra les haya pagado, En una porque no les pagan (Figura 8. Lámina 38r).
de las glosas dice: "...Allí cuando se amontonó, En otros códices contemporáneos ~e han pin-
cuando fue ejecutado el trabajo, allí [donde] se tado denuncias semejantes relacionadas con
levantará la casa de Nuestro Señor Dios, la Iglesia varias obras públicas también señaladas en el
Mayor, nada es el pago ..." (Figura 7. Lá- Códice Osuna, no obstante que se trata de docu-
mina 39v). mentos de temáticas diferentes coinciden en esos
Es interesante señalar el caso del palacio de puntos, Por ejemplo, en el Códice de Tlatelulcu se
gobierno de la ciudad de México pintado en la pintaron eventos de la historia local y de la Nue-
Lámina 38 r, donde se denuncia la falta de pago va España, y aun siendo su temática histórica, es

123
PERlA VAl.l.E

)
-
.1,

Figura 4. Códi"" Osuna. Lámina 6v.

posible proponer, con base en datos del propio Imperial o cenotafio a la memoria de Carlos V,
códice, que también se haya utilizado como do- muerto un año antes. Este monumento tempo-
cumento jurídico. ral se levantó en el patio del convento Grande
En la Lámina VI del códice t1ateloIca, se tra- de San Francisco y en la construcción participa-
zaron imágenes del Tecpan y de la albarrada de ron trabajadores de los barrios de la ciudad de
San Lázaro. En el primer caso el edificio está México (Figura 10. Lámina IX).16
relacionado con un conflicto político del cabil- En el Códice de San Juan Teotihuacan, contem-
do; en el segundo se integró la imagen con un poráneo de los códices anteriores, se registró la
fragmento de la albarrada y un indígena en pre-
sencia del virrey, celebrando el feliz término de
16 Códia ¡J, Tlateloú:o, estudio de Perla Valle, edición
esa obra pública (Figura 9. Lámina VI). En la
facsimilar, INAH-Benemérita Universidad de Puebla,
Lámina IX fechada en 1559, se pintó el Túmulo México, 1994.

124
POR OllRA rÚlll.lCA y (;()AmQUITl .

.
I
-..
.,

Figura 5. 05dice Osun/l. Lámina 7r.

denuncia de las autoridades indígenas y común Fray Jerónimo de Mendieta se refiere a este
del pueblo contra los frailes agustinos que susti- suceso y destaca la lealtad de autoridades y co-
tuyeron a los franciscanos en la misión evangeli- munidad indígenas hacia los franciscanos, y su
zadora de esa cabecera, acusando a los religiosos rebeldía ante la imposición de la orden Agus-
de someterlos a castigos crueles y malos tratos, tina, perseverando en su actitud hasta llegar al
de exigirles pagos excesivos de tributos en ma- extremo de abandonar el pueblo por varios me-
teriales de construcción y de forzarlos a partici- ses, privando a los frailes de tributos y servicios
par en el trabaJo comunal obligatorio, para la personales.
construcción del convento agustino en San Juan El códice teotihuacano de una sola lámina
Teotihuacan.17 está muy deteriorado, en varias partes muestra
pérdidas considerables del soporte de amate y
por consiguiente de las imágenes. Sin embargo,
17 Códia lit .)anJuan '1polihua((ln, oriKinal del siKlo XVI,
repositorio de Testimonios PictoKráticos, Biblioteca Na- es posible apreciar en los planos horizontales de
cional de AntropoloKía e Historia. la mitad superior del códice, algunas escenas

125
PERlA VALLE

..
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Figura 6. elidía Omna. Lámina 39r.

126
POR OBRA PÚBLICA Y (;OAn:QUrn.

Figura 7. C6tlirP Osuna. Lámina 39v.

fragmentadas en las que partiCipan personajes ciscan os a la parroquia de San Juan Teotihuacan
indígenas y varios frailes; en otras figuran cuen- (Figura 11. Fragmento del Códice de SanJuan Teuti-
tas de tributos en dinero, diversos alimentos y huacan).IH
materiales de construcción. Se destacan algunas Al compararse los datos pintados en estos có-
escenas donde los frailes castigan a los tributa- dices con el expediente 644 del AGN acerca de los
rios, otros van atados en cuerdas de prisioneros a casos demandados, se amplía la percepción de
semejanza de los reos, cuando eran trabajadores las variantes del trabajo comunal. En la relación
de la comunidad. Según afirma Mendieta, des-
pués de una campaña de resistencia, el altepetl y 1M Fray .Ienínimo de Mendieta, Hi.,taria 1,·rÚ'silÍ.,tim
sus sujetos consiguieron que regresaran los fran- Indiana, capítulo LlX, Porrúa, México. 19RO,pp. ~47-~;;2.

127
PERlA VAI.I.E

Figura 8. Códia Osuna. Lámina 38r.

de Obra Pública y Coatequitl, de 1555 a 1565, se mano de obra necesaria, figuran en la mayor
subrayaron las partidas consideradas obligatorias parte de los cuatro documentos aquí revisados:
para la comunidad debido a que en estos casos la albarrada de San Lázaro, la acequia de Izta-
los pueblos costeaban todos los gastos. Antes de palapa, el Hospital de los Indios, construcción y
la legislación sobre el trabajo no se pagaban sala- reparación de iglesias, la cárcel de la Corte y el
rios ni gastos relacionados con alimentos, mata- Túmulo Imperial.
lotaje e instrumentos de trabajo, pero aun des- El expediente del AGN Civil 644, carece de la
pués de dar a conocer estas leyes con frecuencia sentencia del proceso, posiblemente debido a
se transgredieron, como puede comprobarse en que esa parte final se haya perdido, también es
los códices y documentos. posible que se encuentre en un documento apar-
En particular, las grandes obras que requirie- te, o que el litigio hubiera quedado inconcluso
ron de "llamamientos generales" para reunir la debido a las circunstancias que lo rodearon. Al

128
POR OBRA PÚBI.ICA y COATEQUrn

final del expediente, el oidor Villalobos a cargo


del caso, recibió al parecer en actitud aprobatoria,
las últimas pruebas presentadas por el cacique y
funcionarios del cabildo y además les solicitó que
de obtener otros testimonios documentales los
aportaran en su beneficio. Sin embargo, el caci-
que don Luis de Santa María Cipac, principal
acusado, falleció en 1565, dando fin a la genea-
logía mexica gobernante iniciada desde época
prehispánica. Por lo que se refiere a las deman-
das registradas en el Códice Osuna, agregadas a
Figura 9. Códice de TlntelnÚ:o.Lámina VI. otros testimonios probatorios, es probable que
el licenciado Valderrama les haya dado segui-
miento a los procesos de los funcionarios acusa-
dos, pues en el Consejo de Indias se pronuncia-
ron las sentencias a que fueron acreedores en
1571 y 1572. Entre ellos los más afectados fue-
ron los oidores Luis Villanueva y Vasco de Puga
sentenciados a la suspensión temporal de su ofi-
cio y al pago de diversas multas.19
Para concluir considero que esta forma de ex-
plotación, que tanto afligiera a la sociedad indíge-
na, en cierto modo reforzó la cohesión social de
cada altepetly de sus pueblos sujetos, localizados
en el centro de México, y fue un incentivo para
adaptar las formas tradicionales de la organiza-
ción del trab~o al proyecto colonial. El cabildo
indígena tendió a consolidarse como órgano de
gobierno local, bajo la tutela de las autoridades
españolas, y mostró su capacidad operativa al
resolver la exigencia continua de mano de obra,
no obstante la dramática disminución de la po-
blación en esta etapa del siglo XVI, y al partici-
par en los conflictos jurídicos originados por
relaciones de trabajo desiguales entre sectores
sociales indígenas y autoridades virreinales.

19 France V. Scholes y Eleanor Adams (eds.). Cartas dRl


Licmciruio Jl'TÓnimo dR VaútRrrama y otros dorummtoJ Jobrf JU

df Nuroa España. 1563-1565.José Porrúa e


vi~ita algobifrno
Hijos, México. 1961 (Documentos para la Historia dfl México
Coúmia~ vol. VII). El autor incluye las sentencias emitidas
por el Cons~jo de Indias, después de los procesos se¡:(uidos
contra al¡:(unos funcionarios novohispanos acusados
Figura 10. Códiu de Tlntelnlco. Lámina IX. durante su visita.

129
PERlA VALU:

Figura 11. Códire de Sanjuan 'leotihuamn.

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644, Expediente 1; Mercedes, volumen 4, folio Barberá-Archivo General de la Nación, Italia-
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130
POR OI~RA PÚBLICA y COAT¡';QUITl.

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quista. Historia social y cultural de la población tudio de María del Refugio González, edición
indígena del México central, siglos XVI-XVIII, Fon- facsimilar, Centro de Estudios de Historia de
do de Cultura Económica, México, 1999. México-Condumex, México, 1985.
Martínez, Hildeberto, Tepeaca en el siglo XVI. Te- Reyes Garda, Luis, ¿ Cómo te confundes? ¿Acasó
nencia de la tierra y organización de un señorio, no somos conquistados? Anales de Juan Bautista,
CIESAS,México, 1984 (Ediciones de la Casa CIESAS-Biblioteca Lorenzo Boturini-Insigne y
Chata, 21). Nacional Basílica de Guadalupe, México, 2001.
Mendieta, Fray Gerónimo de, Historia Eclesiásti- Scholes, France V y Eleanor Adams (eds.), Car-
ca Indiana, Porrúa, México, 1980 (Biblioteca tas del Licenciado Jerónimo Valderrama y otros
Porrúa, 46). documentos sobre su visita al Gobierno de Nueva
Molina, Fray Alonso de, Vocabulario en lengua cas- España, 1563-1565, José Porrúa e hUos, Méxi-
tellana y 11I.lixicanay mexicana y castellana, Po- co, 1961 (Documentos jJara la Historia del México
rrúa, México, 1970 (Biblioteca Porrúa, 44). Colonial, voL VII).

131
LA REPRODUCCIÓN DE LA COMUNIDAD TEPANECA

A TRAVÉS DEL SERVICIO PERSONAL EN COYOACÁN

Emma Pérez Rocha *

Varios trabajos han señalado la función del tri- VaJle de Oaxaca, el cual estaba integrado por
buto y el servicio personal en las empresas espa- una serie de pueblos entre los que se encontraba
ñolas.1 Sin embargo, sabemos poco de la función Coyoacán. A Hernán Cortés, primer marqués,
económica que tuvieron en la comunidad indí- le fueron cedidos los pueblos que componían el
gena. Esto debido en gran parte a la falta de marquesado como retribución a su papel en la
fuentes documentales que señalen cómo se des- conquista, donde ejerció el dominio eminente o
arroJlaban de manera integral y en periodos de señorío, mismo que en la práctica estuvo dismi-
duración lo suficientemente amplios, para hacer . nuido por las intervenciones del virrey, quien en
un análisis profundo de la situación de la comu- determinados momentos no reconocía los dere-
nidad en cuanto al funcionamiento de ambas chos del marqués sobre prados, baldíos y bienes
instituciones. mostrencos, lo cual no sucedió en lajurisdicción
Sobre Coyoacán y su slueto Tacubaya se dis- civil y criminal que sí le fue reconocida y pudo
pone de la ''Visita del oidor Gómez de San ti- ejercer, salvo cuando el marquesado fue secues-
Jlán "2 que ha servido para estructurar el presente trado, es decir confiscado por la Corona.
trabajo. Dicha visita fue realizada del 8 de mayo En la realización de la visita intervinieron,
al 17/de agosto de 1553, para informar sobre lo además del oidor Gómez de Santillán, una serie
acontecido en el lapso que va de septiembre de de autoridades indígenas, entre eJlas el goberna-
1551 a agosto de 1553. La visita se realizó a peti- dor de Coyoacán y los alcaldes, regidores y al-
ción de los habitantes indígenas de Coyoacán, guaciles de este pueblo y del de Tacubaya. Por lo
quienes se quejaban del exceso de tributo y ser- que respecta a los españoles, estuvieron presen-
vicio personal que debían dar a diversas instancias tes, además del oidor, el intérprete, el escribano
en las que se incluye a Martín Cortés, marqués y un representante de don Martín Cortés. La vi-
del VaJle, encomendero del Marquesado del sita nos proporciona una información integral
del funcionamiento de ambas instituciones tri-
* Dirección de ElnohisLOria, INAH. butarias, esto debido a que, en su aspecto for-
I José Miranda, El 1"&"10 indí!5"na en la Nueva f:s!Htña mal, la visita es un juicio sumario dirigido por el
duranle el siglo XVI, El Colegio de México, México, 1952;
Silvio Zavala yJosé Miranda, "Instituciones indígenas en la
oidor, cuyas partes son las personas involucradas
colonia", en Métodos y resul/ados de la !JolÍ/iea indigenista en en la averiguación. La visita presenta como eje
M,xit:o, INI, México, 1954. un interrogatorio a partir del cual se realizan las
2 Pedro Carrasco y Jesús Monjarás-Ruiz, Coleaión de
documentos so/n" CoyoaClín, vol. 1, INAH, México, 1976 (Co-
declaraciones seguidas de los cargos y descargos,
lección científica, 39). y por último aparecen las disposiciones del oidor

133
EM~¡A P¡::REZRonlA

, para el correcto funcionamiento del tributo, una prohibía dar indios al marqués del Valle, a me-
vez terminada su visita a Coyoacán. nos que el indígena quisiera alquilarse y trabajar
Como inicio de la averiguación se partió de por su voluntad, debiendo pagáJ-sele en su pro-
la previa existencia de tasaciones tributarias. Co- pia mano.
yoacán y Tacubaya contaban con la visita y tasa- A través de las averiguaciones, el oidor Gómez
ción realizada en 1551 por el oidor Rodríguez de de Santillán encontró que el servicio personal
Quesada,3 que fue punto de comparación con la seguía funcionando en las obras públicas, a fa-
circunstancia existente en Coyoacán y su sujeto vor del monasterio, la comunidad y algunas auto-
Tacubaya, al momento de la visita en cuanto a los ridades indígenas, como el gobernador donjuan
montos del tributo, en sus dos acepciones, esta- de Guzmán y el alcalde. Los indígenas debían
blecidos en la tasación. Las acusaciones de exceso prestar servicio una semana de cada cuatro y
que conforman el cargo, iban directamente con- turnarse por barrio, a excepción de la dedica-
tra las autoridades indígenas, quienes al momen- da a las obras públicas, a las que debían acudir
to de su declaración indicaban el uso que se ha- cada vez que se ofrecía y hacía el "llamamiento"
bía hecho del tributo y cómo y para quién se correspondiente el gobernador de Tacuba, don
había realizado el servicio personal, 10 que a su Antonio Cortés Totoquihuaztli,1i por razón de
vez integra el descargo. Esas declaraciones pos- ser "desde antiguo" una obligación el asistir al
teriormente eran corroboradas o ampliadas por trabajo de construcción de casas para uso pú-
los mayordomos. blico, calzadas, puentes y demás. Aparecen ade-
En el caso de Coyoacán, a diferencia del de más algunas personas, autoridades y particulares
Tacubaya, la información obtenida por medio a quienes aparentemente también se les propor-
de la visita es más abundante y completa, por lo cionaba. /
que se puede seguir un hecho determinado hasta El oidor Rodríguez de Quesada en su visita
su desenlace. había determinado que el número de p<.:rsullas
La visita del oidor Gómez de Santillán se rea- para el servicio personal debía de ser de 200
lizó poco después de la promulgación de una hombres, no obstante el oidor Gómez de ~anti-
serie de leyes que cambiaban la forma de tribu- lIán encontró que la cifra real de personas ascen-
tación y que, en 1549 anularon el servicio per- día a 344 y de ellas 72 eran mlUeres.7 A la vez, en
sonal en Nueva España,4 debido a los excesos la tasación se indicaba que la mano de obra de-
cometidos por los encomenderos y funcionarios bía ser utilizada sólo en la construcción de la
reales, pese a las moderaciones que empezaron iglesia del monasterio, el servicio doméstico del
a surgir entre 1530 y 1540 que no significaron convento y de la casa de comunidad, en aten-
ningún alivio para los pueblos de los naturales. der algunos trab<u0s del hospital, en recoger el
Además, poco antes de la llegada del oidor, el tributo para el monasterio, en la doctrina y
servicio personal prestado a Martín Cortés en como cantores en los servicios religiosos.
Coyoacán había sido conmutado por el oidor Ro- Como se ve las actividades originales al servi-
dríguez de Quesada por el pago de 1 350 pesos cio personal se habían ampliado añadiendo car-
de oro común al año.5 A raíz de esta conmuta- gas adicionales a los indígenas. Además, si bien
ción, se emitió una tasación mediante la cual se ya no se daba servicio al marqués del Valle, se-
guía funcionando en otras instancias. Al analizar
paso a paso el funcionamiento del servicio per-
" ¡bidon, pp. 15-16; Silvia Zavala, 7iilJUlos y wrvilios /wr-
s01udeJ de indios !mTa Henuí:n Cortés ~v su ja:milia, AGN,
México, 1984, 1'1'.213-214,231- 234. AeN, Mercedes, vol. 5; l' parte, ff. 5v a 6r.
¡;

4 Ernesto de la Torre, "Época colonial. Siglos XVI- , Carrasco o/, li/., p. 88. No se precisa con exactitud el
XVII", en Hú/m';a documental de Méxim, vol. 1, UNAM, servicio prestado, pero se puede inferir que se dedicaban
México, 1974, p. 220. al sef';cio doméstico ya la elaboración de la comida, pues
5 Carrasco, O/" cit., p. 16. enlre ellas había especialisu'1s, (01110 la panadera.

134
--- L\ REPRODL'CCIÓN DI·: L-\ COML'NIDAD TUANf:CA A TR.Wf:S DE!. SERVICIO PERSON.-\!. EN COYOAC..\N ---

sonal, se vio que en el tiempo dedicado a servir en mercancía era vendido por los mayordomos.
en la construcción de la iglesia del monasterio Salía como tributo para el gobernador y para
franciscano, la mano de obra se ocupaba ade- algunas autoridades indígenas fuera de tasación,
más en realizar una serie de trabajos especializa- y para el hospital. Se utilizaba para solventar gas-
dos relacionados con la madera; primeramente, tos de la comunidad los domingos y días de fiesta.
su cone y acarreo por medio de tamemes o en A través de las declaraciones de los mayordo-
carretas y poste¡iormente, en la manufactura de mos, en el rubro de descargo podemos ver en
rodrigones, tejamaniles, tablas y demás. Estos tra- qué seClOres se utilizó el producto o el dinero
bajos fueron controlados por el vicario del monas- generado por el servicio personal, mismos que a
terio, con la amplia panicipación de las autOli- continuación se enumeran:
dad es nativas, quienes por una parte organizaban En el ceremonial religioso: en el pago a can-
a los indígenas y veían de su eficaz desempeño en tores y bailadores, en la compra de copal, in-
el senicio requerido; por otra pane, en algunos cienso, cera, flores y demás.
casos, recibían el pago monetario de dichos ser- En la comida de las autoridades indígenas
vicios. Pero el indígena que realizaba el trabajo que fueron a arreglar asuntos administrativos a
nunca era reu-ibuido con salario alguno. Debe- la ciudad de México, en la del virrey cuando vi-
mos aclarar que las autoridades indígenas tampo- sitó Coyoacán y en la de las fiestas religiosas
co se beneficiaron directamente con el producto de Pascuas 'de Resurrección, Navidad, Corpus,
del servicio personal relacionado con la madera. Purificación de María, Ascensión y San Juan
Tanto la leña y el carbón como los productos Bautista.
elaborados se entregaban a paniculares en la En el rubro de gastos de la comunidad, espe-
ciudad de México, a manera de pago en especie cíficamente la compra de los granos utilizados
por algún servicio otorgado al monasterio o por como simiente, en los utensilios para la "casa
algún bien proporcionado al mismo, por ejem- de comunidad" sobre todo "en muchos domin-
plo: a Pedro Cuadros por el vino y el aceite que gos y fiestas". En la compra de bueyes y novillos
envió a los frailes; al panadero, por el pan que ela- para arrastrar las carretas del común que lleva-
boró; al barbero Segovia por haberlos afeitado, y ban la leña y el carbón a sus destinatarios, así
así podríamos continuar la lista. A la vez, hubo como el sebo, los pernos y el mecate para las
casos en los que sí se dio pago monetario por los mismas.
productos confeccionados en madera. En gastos eventllales: como por ejemplo en la
Se fiene, así, que la producción obtenida me- indemnización a una viuda debido a que su espo-
diante el sen~cio pe¡-sonal, ya fuese por el trabajo so fue aplastado por una piedra que era trans-
en los montes o por las manufacturas de madera; ponada a Cuernavaca, o para el vino y la comida
o bien de la producción obtenida en forma de de algunos principales que vinieron de \~sita a
sob¡-as de tributo del cultivo en las sementeras, Coyoacán.
seguía diferentes canales de distribución: En la iglesia, para la obra de la capilla, espe-
Tomaba la forma de pago por un servicio o cíficamente en la obtención de los materiales
por un bien material otorgado al monasterio. requeridos y en el pago a dos albañiles encarga-
Se lo consideraba una mercancía y por lo dos de su construcción, yen la compra de imá-
tanto generaba dinero a la comunidad. genes y de una lámpara de plata.
Se concentraba en la casa de comunidadH y En la manutención de los frailes, concreta-
seguía las siguientes vías: El producto convenido mente en la compra de ingredientes para las

H Casa de eonlunidad: sitio donde se concentraban


las sobras de tribuLO, la hierba, el zacate, la leña, las la, )' otros en la manutención de los anilnales de la comu-
gallinas y el trigo, productos, unos, que se utilizaban en nidad. Además, allí debió estar depositada la caja de
la elaboración de las comidas los domingos y días de Iles- comunidad.

135
EMMA P~:REZ ROCHA

comidas y de vino; en el pago a la panadera, en rio y, por otra, del ceremonial religioso con 10
la jerga y para los hábitos. que implicaba en festividades, comidas, cera, flo-
En salarios de autoridades indígenas y'españo- res, salarios para cantores y demás, con 10 cual se
las, como fueron jueces, alcaldes, alguaciles, regi- inició el afianzamiento del clero como fuerza so-
dores y el procurador; al escribano, a los carrete- cial y económica en las comunidades indígenas.
ros, al pastor y al indio que cuidaba los bueyes. Por lo que se refiere a las autoridades nativas,
Para la compra del cacao, destinado al tribu- sobre todo en el caso del gobernador que aún
to del gobernador don Juan de Guzmán. era el cacique, también se beneficiaron de la
El total del dinero gastado ascendió a 3077 comercialización del producto del servicio per-
pesos, 6 tomínes y 6 granos. De ellos: 1 226 pe- sonal para el pago del tributo, como un recono-
sos y 1 tomín se utilizaron para los gastos del cimiento a sus privilegios, hecho que perduró
clero, en los siguientes conceptos: en la manu- hasta más o menos la segunda mitad del siglo
tención de frailes, ceremonial religioso y gastos XVI. Pero donde incidió con más fuerza el be-
varios. 754 pesos 2 tomínes en salarios a autori- neficio del producto del servicio personal fue en
dades indígenas y españolas, y en el pago a tra- la comunidad misma. Por una parte, se dieron
bajadores de la comunidad. 492 pesos 4 tomínes cambios ostensibles, entre los que destaca la co-
en los gastos de la comunidad. 287 pesos 4 tomí- me¡-cialización del tributo en sus dos acepciones:
nes 6 granos en comidas. 216 pesos en el tribu- especie y servicio. Además, se propició la repro-
to al gobernador. 101 pesos 1 tomín en gastos ducción de la comunidad por medio del mante-
eventuales. nimiento de sus incipientes actividades econó-
Por 10 anterior se puede indicar que la distri- micas y de la persistencia del estamento ~oble
bución del producto del servicio personal, fun- que le dio cohesión.
damentalmente, y de las sobras de tributo, en ¿Por cuánto tiempo duró esta situación en
menor grado, se canalizaban en su mayoría al Coyoacán? Aún no 10 sé con exactitud, pno no
sostenimiento del clero y de la comunidad indí- debió persistir por mucho tiempo, debido a la
gena y sus autoridades propias. emisión de las disposiciones del oidor Gómez
A panir de estos hechos podemos concluir de Santillán, que corroboraron las del Oidor Ro-
que estamos ante una comunidad dinámica con dríguez de Quesada, en cuanto a la abolición del
diferentes concepciones de 10 social y, conse- servicio personal y del mandamiento que deter-
cuentemente cón nuevas relaciones sociales. que minaba que se pagara a los indígenas un salario
hizo funcionar el servicio personal de manera si éstos realizaban algún servicio.'1 Así se dio paso
distinta a como se hacia en la época prehispáni- al repartimiento, forma compulsiva de trabajo
ca; pero, con reminiscencias estructurales como que alejaba a los indígenas de sus comunidades
fue el pago de un servicio en especie, uso que por largos periodos. No debemos olvidar que
continuó hasta 1560 más o menos. estamos en el umbral de transformaciones fun-
No podemos hablar de una acumulación de damentales en la institución tributaria, debido
capital a panir de l~ nueva forma de funciona- a las reformas promovidas por el visitador Val-
miento del servicio personal; pero, sí de que se derrama, III de las cuales podemos señalar como
permitió el paso al desarrollo de incipientes acti- antecedentes algunos de los cambios que ya se
vidades económicas basadas en bienes de comu- estaban dando en Coyoacán, entre ellos el que
nidad y por medio de las cuales pudo ir más allá
de una economía de subsistencia, al grado que '1 De la Torre, o/" ri/. p, 221: Carrasco, o/" ri/., p, I fi,
pudo mantener ampliamente al clero asentado lO France V. Scholes y Eleanor Adams (eds.), Car/al dd
en Coyoacán, en cuanto a la manutención de los /.irencúulo .Invllimo VauJ¡'rrruna y olrm dOll11tUmlo\' M)hn' \11
vili/a al (;o/Jirrno de Nl/PVa lo's/)(",a, 1563-1565, .losé PorrÍla
frailes; al pago, por una pane, de la mano de e hijos, México, 1961 (DOl1llllm!o,1 /mm la His!oria ,lr/
obra en la construcción de la iglesia del monaste- ¡\!léxico Colonial, vol. VII).

136
___ L\ REPRODUCCIÓN DE lA COMUNIDAD TEPANECA A TRAVf:S DEI. SERVICIO PERSONAl. EN COYOAC.-\N --

la base tributaria ya no fuese la tierra, sino el nú- Miranda, José, El tributo indígena en la Nueva Es-
mero de habitantes y el hecho de que los princi- paña durante el siglo XVI, El Colegio de Méxi-
pales ya tI-ibutaban. co, México, 1952.
Sin embargo, la comunidad indígena, con Pérez Rocha, Emma, Servicio personal y tlibuto en
cambios estructurales significativos, continuó re- Coyoacán: 1551-1553, Centro de Investigacio-
produciéndose y manteniendo vigentes sus fies- nes Superiores del INAH, México, 1978 (Edi-
tas y ciertas actividades económicas, siempre y ciones de la Casa Chata, 8).
cuando estuviesen sostenidas por algún bien co- Scholes, France V. y Eleanor Adams (eds.), Car-
munal, específicamente por la tierra, temas en tas del Licenciado Jerónimo Valderrama y otros
los que hay que profundizar todavía. dommentos soiTresu visita al Gobierno de Nueva
España, 1563-1565, José Porrúa e hijos, Méxi-
co, 1961 (Dommentos para la Historia del México
BIBLIOGRAFÍA Colonial, vol. VI 1) .
Torre, Ernesto de la, "Época colonial. Siglos XVI-'
Carrasco, Pedro yJesús Monjarás-Ruiz, Colección XVI!', en Historia dommental de México, UNAM,
de domrnentos soiTreCoyoacán, vol. 1, INAH, Mé- México, 1974.
xico, 1976 (Colección científica, 39). Zavala, Silvio, Tributos y servicios personales de in-
Docmnentos inéditos relativos a Hernán Cortés y su dios para Hernán Cortés y su familia, AGN, Mé-
familia, AGN, México, 1935. xico,1984.
García Martínez, Bernardo, El marquesado del Zavala, Silvia y José Miranda, "Instituciones indí-
Valle. Tres siglos de régimen señorial en Nueva genas en la colonia", en Métodos y resultados de la
ESf)Q.1ia,El Colegio de México, México, 1969. política indigenista en México, INI, México, 1954.

137
LA COMPOSICIÓN DEL COYOACÁN COLONIAL

EN LOS PADRONES BORBÓNICOS.

GRUPOS DOMÉSTICOS Y SOCIALES

Gilda Cubillo MOTeno*

En el régimen borbónico se ordenó el levanta- LA NATURALEZA DE LOS PADRONES


miento de padrones entre las poblaciones de los MILITARES DEL PERIODO BORBÓNICO
dominios coloniales. Uno de los objetivos de la
Corona era la detección de los civiles aptos para Sin una información básica de los motivos, apli-
la milicia, con el fin de reclutarlos y formar el caciones y efectos de la política borbónica,
primer ejército oficia!. Mediante el análisis de ta- se tendría una visión parcial del sentido de
les padrones, el conocimiento de aspectos fun- las interpretaciones obtenidas a partir de estos
damentales y diversos del siglo XVIII y los albores padrones.
del XIX en toda Nueva España tiene considera- Sabemos que hacia 1740 terminó el designa-
bles oportunidades de ensanchar su horizonte. do "siglo de la depresión económica",l época
Su naturaleza, las posibilidades que ofrecen a la sobre la que aún tenemos gran desconocimien-
investigación y ciertos procedimientos utilizados to, a pesar de que entre sus sombras reside la ex-
en el aprovechamiento de esta clase de testimo- plicación del auge posterior: entre 1750 y 1821
nios, serán asuntos que nos ocupen aquí en pri- se verificaron las mayores transformaciones y el
mera instancia. En un segundo momento se más importante crecimiento económico de los
prese~tarán, a manera de primicias y muestras, tiempos virreinales.2 Con todo su brillo, ánimo
algunos de los resultados obtenidos en el estu- de transformación y apertura a las ideas de la
dio de la composición social y familiar de Coyoa- /lustración, la sociedad colonial padeció "desajus-
cán en esa época. tes y desgarramientos internos". Sobre los mo-
Estos censos proporcionaron la información tivos y efectos de ese periodo queda también
poblacional de las distintas jurisdicciones que mucho por entender, en lo particular, la historia
constituían el territorio geopolítico de la colo-
I vVoodrow Borah, 1:.'[sif:,flo dI' la (hjJrf'.'iiún Nllvu{l ¡..~~-
nia en sus tiempos postreros. A pesar de sus limi- I"n

¡Hl/la, Secretaría de Educación Pública, i\léxico, 1975 (Co-


taciones, representan una veta promisoria ya lección SepSetentas, 221). .
que con base en ellos se puede responder a pre- 1 Enrique Florescano e Isabel Gil S;mchez. "La época

guntas de diversa índole formuladas en estudios de las refornlas borbónicas y el crecirnienlo econólllico,
1750-1808", en Daniel Cosío Villegas (comp.), l-!i,tOlia G,-
regionales y locales. I/nat d, Mfxil"O, \"01. 1, El Colegio de México-Centro de
Estudios Históricos, México, 1997, pp. 47'\-474. Los auto-
res coinciden con otros estudiosos en qne en esa época se
experinlenta "la refOfIntl política y adlninistrati\'<l lnás radi-
cal que enlprenclió España en SllS colonias, y ocurre el auge
* Dirección de EmohisLOria. lNAH. económico lnás ilnponanle que registra Nueva España".

139
GII.DA CUBILLO MORENO

de la década de 1790 está cubierta de oscuridad cia, y más aún, las prácticas de reclutamiento
y de clichés que deben ser despejados.3 adoptadas para la creación de lo que fueran los
En torno a las condiciones que les dieron ori- primeros cuerpos del ejército formal, tuvieron
gen, los padrones fueron reflejo de las políticas efectos nocivos entre los distintos grupos socia-
reformistas de aquel régimen de corte ilustra- les. Así, por ejemplo, un buen número de hom-
do, conocido por el ejercicio de prácticas cien- bres huyó de sus casas y localidades para evitar
tíficas modernas que trastocaron la vida colo- su registro y enlistamiento, provocando la deses-
nial. Específicamente, los padrones se levanta- tablización de sus familias.
ron con el afán de proporcionar información Aunque en un principio las órdenes virrei-
al gobierno virreinal del siglo XVIII, mediante nales marcaban que sólo debía reclutarse a los
un método sistemático que facilitaría el recluta- hombres que se consideraban de castas "limpias"
miento de varones aptos para la milicia, según (españoles peninsulares y criollos, en primer tér-
determinados criterios preestablecidos. Con ello, mino, castizos y mestizos, en segundo) el go-
se deseaba conformar el primer ejército oficial- bierno pronto se vio obligado a romper con las
mente constituido en los territorios sujetos a normas raciales establecidas, lo que fue causa de
lacorona española. trastornos de distinto alcance entre los sectores
En ese tiempo el poder real sintió amenaza- menos privilegiados, incluidos los criollos y los
dos sus dominios por los intereses de agentes españoles peninsulares más modestos.
enemigos, en especial por la monarquía inglesa Tal desajuste interno se debió a que al des-
que merodeaba por medio de piratería las em- arraigar de sus hogares a los hombres en edad
barcaciones transoceánicas y las fortalezas coste- productiva, para su incorporación al ejército. o al
ras de Hispanoamérica. Por otro lado, estaba la huir éstos para evitarlo, e incluso evadir el empa-
incertidumbre que experimentaba España ante dronamiento, las familias perdían, aunque fuese
las guerras europeas y de África del Norte.4 Pa- en parte y temporalmente, las fuentes de ingre-
ralelamente, la necesidad de conformar un ejér- sos habituales, lo que sumergió a muchas en cri-
cito respondía a los planes reales de expandir y sis económicas. Su seguridad se vio amenazada
reforzar sus dominios en los amplios territorios ante la ausencia del varón cabeza de familia: y de
de las tierras áridas del norte de Nueva España, los hijos mayores prófugos o alistados, lo que ge-
allende las fronteras de lo que fuera Mesoamé- neró conflictos de diferente índole en los núcleos
rica. Para cumplir sus metas, a costa del riesgo que familiares. Esta situación provocó una reacción
le significaba armar a sus pobladores, la corona de particular animadversión por parte de los crio-
no encontró otra solución que enviar tropas pe- llos, lo que se tornó en uno más de los factores
ninsulares como refuerzo y cuadros de oficiales, que condujeron al movimiento de independen-
cuya misión sería entrenar a los varones que ha- cia. Además contribuyó a agudizar los ya consa-
bitaban en las colonias para que se encargaran bidos conflictos de los criollos con los españoles
de su propia defensa. nacidos en la península ibérica debido, entre las
Paradójicamente, los procedimientos de le- principales causas, a la exclusividad otorgada a
vantamiento de datos de esos padrones destina- estos últimos para acceder a los cargos y posicio-
dos a identificar quiénes eran aptos para la mili- nes de mayor jerarquía.
Si bien el gobierno colonial daba a los espa-
ñoles peninsulares la prioridad para incorporar-
" Según afirmación de Christon 1. Archer, El ejército en
el Méxit:o borbónico, 1760-1810, Fondo de Cultura Econó- se al ejército, por considerar que era un honor y
mica, México, 1983, p. 12. un privilegio servir de esta forma al rey, no fal-
4 Véanse, por ejemplo, María del Carmen Velásquez,
taron quienes recurrieron a sus influencias y
El e,-tado de guerra en NUtroa 1:.'/)(lIia, 1760-1808, El Colegio
de México-Centro de Estudios Históricos, México, 1997; artimañas para eludir su adhesión; por ejemplo,
Archer, {fIJ. át. quienes contaban con metálico conseguían com-

140
L-\ COMPOSICiÓN DEl. COYOACÁN COl.ONIAl. f:N l.OS PADRONES BORBÓNICOS

probantes de médicos corruptos, aduciendo fal- pertenece al grupo de los más detallados de su
sas enfermedades crónicas." Otros más contaron género.
con la exención de antemano, pues entre los Como para las nóminas de otras regiones, en
criterios aplicados para su efecto estaba el de esa área se levantó información de los morado-
dedícarse al comercio transoceánico o ejercer un res de todos los pueblos, barrios, obrajes, moli-
cargo público. La gente de los otros grupos so- nos, estancias, ranchos, haciendas y cabeceras
ciales buscó también motivos o pretextos para jurisdiccionales; a partir de la información obte-
evitar su clasificación en la categoría de primera nida de los residentes desde sus casas, accesorias,
clase y evitar así el reclutamiento. De una u otra oficinas, comercios o centros de producción.
forma, esta evasión lesionaba los intereses reales, Así, podemos acceder a datos que trascienden a
motivo por el cual se recurrió a la leva. La vía for- la población masculina en edad productiva sus-
zada propició la huida y acentuó los conflictos. ceptibles de ser reclutados: de ellos se cuenta
con sus nombres y apellidos, edades, ocupacio-
nes o cargos, procedencias y calidades o grupos
POTENCIAL DE LOS PADRONES sociales de pertenencia,7 lo mismo que las enfer-
BORBÓNICOS. EL CASO DE COYOACÁJ"l medades o discapacidades declaradas. Los gru-
pos sociales a los que pertenecían todos y cada
El Padrón de Familias Españolas, Castizas y Mestizas, uno de los habitantes de ambos géneros fueron
que incluye el de Familias Pardas de laJurisdicción diferenciados con el término de calidad emplea-
de Coyoacán, levantado entre 1791 y 1792,6 es do en este padrón. Bajo este concepto, lo mismo
pues un recurso primario básico del proyecto eran identificados como españoles los peninsula-
que nos ocupa titulado Familias, culturas y gntjJos res que los oriundos de las tierras coloniales (sin
sociales en Coyoacán y San Ángel, en los posl'rimelias mencionar jamás en dicha fuente el término
del siglo XVIII. Con la descripción de la fuente y la criollo, el investigador puede reconocer a tales,
presentación de algunas experiencias propias en por las referencias a sus lugares de nacimiento).
el proceso de investigación, se quiere responder Respecto a las otras calidades de menor rango, en
al interés de mostrar algunas de las maneras en cada caso, los sujetos fueron clasificados como
que técnicamente es posible abordar un testi- castizos, mestizos, indios, negros o pardos.M
monio de esta especie. Datos menos específicos merecieron la aten-
Los contenidos de los padrones, en diversos ción hacia los niños y las mlueres, empero, de
casos; rebasan sus propósitos originales, pues ellos también se nos brinda información de uti-
ofrecen cifras y ricas informaciones, cuya pro- lidad. De señoras casadas, viudas y doncellas no
fundidad varió según la personalidad que im- se ofrece más que su estado civil, el nombre y la
primiera cada censor, pues si bien estos comi- calidad, mientras que de los menores sólo sabe-
sionados contaban con una especie de formato mos esta última denominación y su género. De
y de rubros básicos por responder, las variables todos los miembros, sin distinción, brinda indi-
se ampliaron gracias a los encargados más acu- cadores directos o indirectos acerca de su posi-
ciosos. De suerte que el padrón de Coyoacán ción dentro del núcleo familiar.
De manera general, estos registros nos han
" Archer, (jI). cil, pp. 12-21. permitido precisar datos cuantitativos y cualita-
ti Archivo General de la Nación, Serie Padron"" vol. 6,
l' Y 2' parte, fojas 1 a 145 (r. y v.), "Padrón de Familias
Españolas, Castizas y Meztizas [y] Pardas de Coyoacán, 7 Más adelante se precisarán los conceptos elegidos y
año de 1792", Coyoacán, México, 1792. (En adelante se la definición de términos como calidad o grupo social.
hará referencia a esta fuente con la forma abreviada: AGN, " El padrón de Coyoacán (AGN, Padrón de Coyoacán,
Padrón de Coyoacán, 1792). Mediante este censo, se han 1792), no emplea tampoco, en ningún momento, el tér-
podido identificar, entre otras tantas informaciones, los mino de casla ni el de raza, que sí aparecen en otros testi-
diferentes motivos de exención antes mencionados. monios de la época.

141
GILlJ.\ ClIl\Il.l.O MORENO

tivos, entre otros, el número de los miembros y de las diferencias o convergencias en las condi-
composición de cada grupo doméstico, de cada ciones económicas y campos laborales entre las
calidad o grupo social y de la sociedad local en llamadas calidades sociales. Un padrón se nos re-
su conjunto, permitiendo obtener con ello los vela como una especie de retrato y aunque de
índices demográficos, tanto generales como por alguna suerte es así, también es cierto que, a
grupo. Los padrones nos brindan otras tantas pesar del aspecto estático que el padrón refleja
posibilidades de lecturas entre líneas que depen- de la población, ha sido posible desentrañar de
derán de la orientación del problema de estu- él, no nada más parte de las semejanzas y las
dio, de los objetivos que se persigan y de los re- diferencias estructurales de la sociedad local,
cursos técnicos y metodológicos aplicados en su sino algunos indicadores de las relaciones entre
análisis cuantitativo y cualitativo. Los resultados las distintas identidades socioculturales y, hasta
dependerán también de las relaciones que el cierto punto, la dinámica de la interacción hu-
investigador decida establecer acerca del mismo mana. Desde otro ángulo, al dar cuenta porme-
momento y espacio, o entre diferentes lugares o norizada de cada una de las casas, sus familias
tiempos, y en los casos en que existan censos de y sus miembros, es perfectamente posible la di-
años distintos sobre un mismo lugar de la vincu- ferenciación de los grupos domésticos, según su
lación sincrónica que sea posible establecer entre tamaño, conformación parental, étnica, por ca-
los censos con otra clase de fuentes históricas. lidades, por situación laboral, por géneros y eda-
La serie de padrones producidos en aquellos des. Con ello es posible distinguir, por ejemplo,
años pueden ser, insistimos, uno de los ¡-ecur- las estructuras mínimas de parentesco de dichas
sos clave para contribuir al esclarecimiento de unidades domésticas. Buena pane de los .!.Sun-
diversas cuestiones, y nos permiten ubicar el es- tos enunciados en las líneas precedentes han
cenario geográfico y poblacional de los paisajes sido desarrollados con mayor o menor medida
urbanos y rurales en los planos más generales y en el proyecto sobre Coyoacán. poniendo pnf';,
descriptivos. En su sentido más amplio, abren el sis en este último campo temático.
acceso para la reconstrucción global de los con- Sobre sus limitaciones, uno de los grandes
glomerados que abordan, de sus componentes vacíos de los que adolecen los padrones está' en
demográficos, socioculturales y económicos; dan la población indígena, pues la política del go-
cuenta, paralelamente, de la diferenciación en- bierno colonial excluyó del reclutamiento a sus
tre los asentamientos congregados o dispersos;. hombres, por considerarlos indispensables para
ofrecen así la configuración territorial de las la producción agrícola y también por razones de
jurisdicciones, ya que no es raro que hayan sido seguridad de estado. Si bien su ausencia no es
acompañados de algún mapa, como del que está absoluta, de los casos aislados de varones indios
dotado nuestro padrón de Coyoacán. Son un casados con mujeres de mayor estauls racial, en
medio útil para el análisis comparado de las ten- los dos pueblos en cuestión sólo se menciona el
dencias demográficas de los grupos sociales, por nombre de pila (aunque sabemos que desde tiem-
edades y género, desde distintos ángulos, lo que po atrás, por lo menos los indios nobles ya usaban
permite aproximarnos a los grados de mestizaje apellidos); mientras que de las mujeres naturales
entre la población de su momento. Permiten asi- casadas con españoles, castizos o mestizos, no se
mismo reconstruir la distribución y apropiación da más que el apelativo de "indias", a diferencia
espacial de los grupos domésticos y sociales, en- de las señoras de otros rangos de quienes, como
tre sus principales posibilidades. se dijo, se ofrece nombres y apellidos.
Como dichos censos allanan el camino para Las familias enteras de indios que residían
responder a cuestiones tales como la composi- entreveradas en el centro de estos dos pueblos
ción sociocultural y las condiciones económicas aparecen referidas en el padrón tan sólo como
locales y regionales, facilitan el establecimiento "casa de indios", con su ubicación domiciliaria

142
L-\ C()~IPOSICI(¡N DEl. COYO.-\C,·\N COl.ONIAl. EN l.OS PADRONES IIORIIÓNICOS

en los asentamientos censados, pero sin ofrecer tares como lo fueron los españoles, los castizos o
ningún otro dato más, ni siquiera el número de los mestizos. Al expirar el siglo XVIII, la pobla-
sus integrantes. Por otra parte, la información ción jlan/a de la jurisdicción de Coyoacán sufría
poblacional de las rancherías, barrios o pueblos todavía condiciones muy poco distintas a las de
habitados exclusivamente por indios fue omiti- la esclavitud; hacinados en los obrajes o en asen-
da por completo. A pesar de los silencios, en tamientos próximos, como da cuenta el padrón;
estos mutismos pueden reconocerse e interpre- linos habitaban confinados en el obraje textil de
tarse algunos de sus significados con el apoyo de Posadas (perteneciente a San Ángel) y otros más
otros estudios y de testimonios de otra especie. segregados en un domicilio anexo a un obraje
Sabemos por otras fuentes primarias, por ejem- dentro de los límites de la cabecera de Coyoacán.
plo, que entre las veintisiete familias indias que
habitaban en el corazón de Coyoacán y entre
las tres de San Ángel, persistían los descendien- RECURSOS OPERATIVOS APLICADOS
tes empobrecidos de los antiguos caciques no-
bles tecpanecas de apellido Istolinque (cuyo aná- Si bien el censo de Coyoacán posee en sí mismo
lisis constituye la meta de otra línea de nuestra todas las cualidades enunciadas, fue necesario
investigación) .9 elegir y aplicar una serie de criterios conceptuales
En cuanto a los habitantes de origen africano y de técnicas ajustadas a nuestras propias nece-
(producto de la mezcla de negros con indios), sidades para su análisis, con base en los objetivos
también da testimonio el padrón de Coyoacán. e interrogantes de esta investigación. Al respec-
La administración virreinal del segundo conde to, sostenemos que en la manera de seleccionar
de Revillagigedo (1789-1794) si bien aliada a las y organizar la información empírica van, implí-
ideas de la ilustración y a las prácticas reformis- citamente, las hipótesis y problemas de investi-
tas borbónicas, tenía una posición particular- gación propuestos. En el apartado anterior, al
mente discriminatoria hacia los afro-indios, y una describir el padrón de Coyoacán, hemos adelan-
animadversión más o menos pronunciada ha- tado en cierta medida la exposición de algunas
cia todos aquellos que no fueran de origen pe- técnicas y conceptos básicos aplicados. En cuan-
ninsular. Es interesante hacer notar que, a falta to a los medios operativos, se configuró prime-
de hombres suficientes causada por los españo- ramente una base de datos en la que se capturó
les que evadieron ese supuesto honor, el virrey casi toda la información sobre los pueblos de
tuvo que incorporar a la milicia a los negros, mu- Coyoacán y San Ángel que del padrón fue selec-
latos, coyotes o ¡mrdos, a pesar del desprecio que cionada.lo A esta base se le dotó de una serie de
por ellos sentía, ya que estaban colocados por la rubros de acuerdo, en parte, con sus contenidos
sociedad dominante en las calidades más ínfimas.
lO El padrón de Coyoacán posee, como se ha dicho, el
Debido a la suerte que corrieron los grupos
registro de todos los pueblos, haciendas, ranchos y obra-
afro-indios, semejante al color de su oscura piel, jes de la jurisdicción del mismo nombre, debido a la com-
los etnohistoriadores podemos tener ahora la plejidad y tiempo que hubiese representado incluirlos a
ingrata fortuna de encontrarlos tan minuciosa- todos en un proyecto individual, se optó por elegir exclu-
si\,¡unente para este estudio a la cabecera de Coyoacán yal
mente registrados en los padrones con fines mili- pueblo de San Angel. De cualquier forma, siempre que
fue necesario, en el texto atnplio se presentan diversas re-
!, Entre las principales fuentes ernpíricas para el análisis ferencias alusivas a distintos puntos de la jurisdicción.
del linaje Istolinque están: AGN, serie Timas, \'01. 2687: 672 Para la base de datos levantada de los pueblos de Coyoa-
f(~as (r. Y".), "Litigios de la (,"nilia Istolinque", (información cán y San Ángel, se excluyeron, tan sólo, los rubros que el
que abarca desde el siglo XVI hasta 1811), Coyoacán, Méxi- padrón refiere acerca de los criterios para clasificar a cada
co; Pedro Carrasco "Jesús Monjarás-Ruiz (comps.), Colección uno de los varones susceptibles de ser reclutados en ¡as
rlr dorlillll'1llo!J .\OÚrf CO)'()(J.('rin (Au/os r1nrnlps al ('(uifll1.go de lilas del ejército (como de 1',2' o 3' da.," o dis/}()siáón),
Co)'owún '/1/{',IR/ .1GN), SEP-INAH, México, 1.978 (Co-
/milnlrn según sus condiciones personales en función de los requi-
lección Científica Historia Social). sitos fijados; aspectos excluidos por ser muy paniculares a

143
GIl.DA CUBII.I.O MORf:No

.originales, a la vez que de otras variables creadas de familias concretas penenecientes a distintos
en función de los requerimientos del estudio. En grupos sociales.
consecuencia, de dicha base de datos se deriva- El problema de investigación apunta, en pri-
ron cuadros y gráficas que ya poseen en sí cierto mera instancia, a reconocer cuál era la composi-
grado de interpretación. Los resultados cuantita- ción demográfica y social de ese universo. En se-
tivos de éstas fueron sustanciales para el análisis gunda, y no menos importante, nos propusimos
cualitativo. dilucidar cuáles fueron las estructuras de paren-
tesco y los mecanismos de reproducción de los
grupos sociales, su organización y sus relaciones,
LA RELACIÓN DE LA FUENTE partiendo de los grupos domésticos entendidos
CON LOS OBJETIVOS Y ALGUNOS como las formas básicas de los modelos de pa-
RESULTADOS DEL PROYECTO rentesco, ya fuesen de origen mesoamericano o
peninsular. Se pretende entenderlos en diferen-
Con el afán de hacer más ilustrativo el potencial tes planos de integración, mediante el método
de esta fuente, expondré a continuación un po- comparativo.
sible enfoque y algunos de los resultados obte- Para estos fines, el objetivo más general fue
nidos para el proyecto en curso sobre Coyoacán reconstruir y comparar la composición demo-
y San Ángel. A diferencia de otras regiones gráfica y sociocultural del conjunto de cada pue-
(para las que existen padrones semejantes levan- blo (Coyoacán y San Ángel). Al respecto, hemos
tados en diferentes años de ese siglo), de lajuris- de presentar a continuación algunos resultados.
dicción de Coyoacán no fue ubicado más que el Más allá de los índices demográficos gene~ales,
padrón de 1792, y tampoco se localizó otra fuen- de esta fuente primaria se desprenden las ten-
te análoga comparable diacrónicamente.11 En dencias poblacionales generales y por calidades,
tales circunstancias, se optó por llevar a cabo un obteniendo, asimismo la composición social de
análisis comparativo sincrónico y estructural de estos pueblos; esto nos ha permitido aproximar-
los grupos domésticos y sociales entre sí, y entre nos también a las condiciones socioeconónlicas
ambas localidades de aquel año. Si bien, por de los diferentes grupos. Al mismo tiempo, se
otro lado, la visión más dinámica de ese momen- vislumbraron algunas pautas sobre los grados de
to y la comparación de procesos en el tiempo se mestizaje existentes y la movilidad social. Como
ha efectuado basándonos en otro tipo de tes- se verá, más allá de las proporciones numéricas
timonios, a través de los cuales se ilustran casos de cada grupo o calidad, inherentes al plano de-
mográfico, se ha logrado obtenet- una visión de las
los fines nlilitares, y que consideramos menos relevantes estructuras domésticas y sociales.
para nuestros fines. En los dos pueblos destacaba tanto la preemi-
11 En cuanto a fuentes complementarias como podrí-
nencia numérica como el poder social y político
an ser los registros de tri bUlarios del siglo XVIII:en la revi-
sión de los acervos y fuentes publicadas 110 se encontró español-criollo que imperó hasta las postrime-
ninguno acerca de los pueblos de la jurisdicción de Co- rías coloniales.'2 La concentración y mayoría de
yoacán. Los archivos parroquiales poseen información
españoles criollos en ambas localidades se ex-
que es posible complementar, hasta cieno punto, con la
de los padrones; en sus libros de bautizos, matrimonios, plica, en buena medida, por el origen de Co-
defunciones, y sus registros de feligreses aparece mucha yoacán. Si bien en la época prehispánica era el
más información de los habitantes indígenas. Sin embar-
centro de un importante señorío que formaba
go, los archivos parroquiales requieren de otros métodos y
técnlcas indirectas que. brinda la demografía histórica. parte de la Tepanecapan, como estaba subordi-
Véase, por ejemplo, el estudio de Juan Javier Pescador, f)f
bauliz.rulos (l jipies rlUúnlos. FrunilittJ y 11lenlalirlrules en una 12 Cotéjense los datos y resultados que se exponen en
parroquia urhana; Santa Catmina ti. Mtixico, 1568-IS20, El este apanado con ¡as cifras de los Cuadros I.A. (Coyoa-
Cole¡,';o de México-Centro de Estudios Demográficos y de cán), l.B. (San Ángel): Índices demográlicos por calida-
Desarrollo Urbano, México, 1992. des, géneros y grupos de edades ..

144
L••COMPOSICiÓN DEL COYOACÁN COLONIAL EN LOS PADRONf:5 BORBÓNICOS

nado al imperio mexica, ese señorío decidió apo- La supremacía numérica criolla reforzó su
yar la empresa de la conquista española. Consu- poder político y social en estos universos locales.
mada ésta, su cabecera se convirtió en la primera Reiteramos que en el sistema de dominio colo-
capital de Nueva España y rejJÚblica de espmioles; nial, los criollos tenían desventajas patentes res-
fue así que el pueblo cabecera de Coyoacán sería pecto a los peninsulares; en tales circunstancias,
durante cuatro años el centro de las acciones po- la denominación de "españoles" revela el lugar
líticas y pacificadoras de la colonia recién fun- que se les concedió de supuesta pertenencia al
dada y el lugar donde se instaló la sede del gran estatus racial más alto. Clasificación que logra-
marquesado del valle de Hernán Cortés.13 ron incluso los hijos nacidos de un padre espa-
Aunque ya en 1792 los españoles peninsulares ñol y una madre castiza o mestiza, o de una
radicados en estas localidades eran solamente madre española y un padre mestizo, como se
un puñado, sumados a los españoles criollos desprende de la descripción que hace el censo
conformaban una mayoría (47% en la cabecera de cada uno de los miembros de las familias.
y pueblo de Coyoacán, y 61 % en San Ángel) .14 Esto implica la relatividad de los datos para
El corregidor de la jurisdicción de Coyoacán agrupar a la gente por calidades, pues una cosa
era el único peninsular con el más alto cargo era el ideal social expresado en función del cri-
asentado en la cabecera. Los criollos fueron lla- terio con que se colocó a cada individuo en una
mados "españoles" por el censor; algunos pro- determinada calidad, y otra la realidad en los
cedían de pueblos y ciudades del centro de grados de "pureza de sangre", según el concepto
México, no obstante, la gran mayoría habían de la época, o el mestizaje biológico real (que en
nacido en estos mismos pueblos. Les seguían mayor o menor medida era·también cultural).
en cantidad los mestizos (21 % en el pueblo- De manera contradictoria, los números muestran
cabecera y 22% en San Ángel); luego los indios, que la proporción de castizos era menor que la
que conformaban el 4% de los estrictamente de los mestizos; si bien los primeros tenían
identificados y un aproximado del 16% de la supuestamente mayor "pureza racial", la lógica
población indígena calculada en Coyoacán (sin nos llevaría a pensar que los castizos podrían ser
embargo, no eran más del 5.5% en San Ángel), más numerosos que los mestizos, puesto que en
los castizos ocupaban un 9% en el primero y un
cada 11110 de los habitantes, refiriendo los lugares de naci-
11 % en el segundo). Los "pardos"(población
lniento particulares, ya fuera en la península ibérica o en
afroindia) de la cabecera representaban el 7% territorio colonial. Por ejemplo, el comerciante transoce-
y los escasos asentados en San Ángel, poco más ánico Francisco Xavier Adalid originario de Rioja; o el
del 1%.10; corregidor, procedente de Castilla la Vieja. La mayoría de
los habitantes habían nacido en el mismo pueblo de Co-
yoacán o en San Ángel. Los pocos inmigrados procedían
1:< Charles Gibson, /.os az/nr/J bajo rl dominio r.llHl/iol de las ciudades de México, Puebla y Tlaxcala, o de algunos
(/5/9-/8/0), Siglo XXI Editores, México, 1980 (Colección otros pueblos, algunos sujetos de la propia jurisdicción de
Amércia Nuestra); Rebecca Horn, I'OJ/wnqurs/ Co)'oacan. Coyoacán. En los cuadros l.A. y I.B., se presentan dos
i\'(/hu(/-S/m/1úh RPlttlionJ i/1 Cm/mI Mexim, /5/9-/650, Stan- totales: uno es el de la población estrictamente identifica-
ford University Press, California, 1997; Francisco Fernán- da en el padrón de 1792, en que solamente se cuentan a
dez del Castillo, A/Jlln/es /mm lt, his/m;" de San Ángel (Smz los indios registrados en el censo por ser cónyuges de
.Iaril1Lo Tfnflnlilla) )' sus alrrrinlarfs, Editada! Innovación, gente de otras calidades o por habitar en casas de espa-
México, 1981. ñoles, castizos o mestizos; el otro, es el total calculado, que
14 De entre éstos, sólo residían seis peninsulares en el incluye a los habitantes de las "casas de indios", de cuyos
pueblo de Coyoacán y tres en el de San Ángel, predomi- miembros y números el padrón de Coyoacán no aporLó
nando, en el conjunto de la población, los criollos llama- ningún dato. El criterio para dicho cálculo se basó en
dos en el censo "españoles". Charles Gibson, 1980, y sus parámetros se setialan en las
15 Como puede observarse en los Cuadros I.A. y I.B., notas al pie de esos cuadros.
que sobre índices demográficos se presentan. Aunque el En Coyoacán, había 27 "casas de indios". En San Ángel,
padrón de Coyoacán (AGN, Padrón de Coyoacán, 1792) en cambio. solatnente se reportaron 3 "casas de indios",
no hace b diferencia entre españoles y criollos, es posible donde, con los indios identificados (3%) calculamos que
reconocerlos y agruparlos, porque registra el origen de no rebasaban al 5.5% de su población.

145
GILDA CUBII.I.O MORENO

CUADRO l. A
ÍNDICES DEMOGRÁFICOS POR CALIDADES, GÉNEROS Y GRUPOS DE EDADES.
PUEBLO DE COYOACÁN, 1792
Erpañoles
% IÚtolal % nelotal % IÚlotal %delolal 'lotal por % dL total
Hombm indmlif Mujere .• iadmlir. Niño .• in!Untif Niñas in!Unlir. calidad wú:ulndo
16~ 21.0% 134 17.2% 64 8.2% 56 7.2% 417 47.1%

C'flstiWJ

% dPlotal % IÚlolal %d.l'lotal % dPtolal 'lotallJO' % ,I.Ptotal


Homl,m indmlif. Mujm .• iadmtif Niño .• irulmtif NirlfU in!Unlif wlidad mi<ulndo
29 U% 24 ~.I% I~ 1.7% 12 1.5% 7R R.8%

MestizOJ
%delotal % 'ú> tolal % 'ú> tolal % dPtolal Total por % ,/Llotal
Hombres in!Untif Mujms iru1mtif Niños in!Unlif NiwlS in!Unlif calidad mi<u/¡¡do

li8 8.R% 50 6.4% 32 4% ~7 4.8% 187 21.1%

Indios *
'lolal por % dL total
Hombrp..• wlitÚ,d caú:u/¡ldo

144 16.2%

I'mrlm
% IÚlolal % áP.lolal % ,"'lotal %áP.lotal 'I"lal por % dL tolal
Hombre .• indmtif. Mujere .• iruimtif Niños intimtif Niñas indPnJif ((llidad mi<ulndo

31 4% 10 1.3% 17 2.2% 2 03% 60 6.8%

Tolal por % dL lotal


Niño .• calidad raú:u/¡ldo

2 2 0.2%

Totales I)or gl:nero (porcmtajes hasados m Ttilnáón a In poblaátÍn lolal idmliflcada)


%áP.lolal % delolal % áP.lotal % IÚ lotal Total % delolal
Hombrp.s in!Unlir Mujeres irulmlir. Niños in!Unlif Niña, irulentif wú:ulndo ra!<u/¡,do

297 ~8.2% 241 ~1.0% I~O 16.7% 109 14% 888 100%

I POHIACIÓN TOTAl. J1)EI'>TIFllAOA 777

*En las cifras por géneros y grupos ck edaqes sólo aparecen los escasos indios vinculados a familias de otras cali-
dades·, únicos de los que el padrón il;lformó. En el total por calidad de indios y en el total calculado, se incluyó
el aproximado de los habitantes de las 27 familia5 que residían en las "ca~as de indios" que el censor no descri-
bió (~7 x 4.1 + los 33 identificados). La población total identificáda es de 777; la ~alculada es de 888 habitantes.
Los porcientos de género y calidad y ta gráfica se basan en-Ia población identificada; los porcentajes finales por
calidad, en 4l.calculada-, Fuente: AGN.? Padrones, vol. 6, la. Pte., Padrón de Familias españolas, castizas, mesti-
za~.y pardas de la viUa de Coyoacán, )792. (Se abreviará: AGN. Padrón de Coyoacán, 1792).

146
L\ COMPOSICiÓN DEI. COYOAC.~ COLONIAL EN LOS PADRONES BORBÓNICOS

GRÁFICA. 1. A
ÍNDICES DEMOGRÁFICOS POR CALIDADES, GÉNEROS Y GRUPOS DE EDADES.
PUEBLO DE COYOACÁN

200,-----------------------,200

150 150

• Niñas

100 100
111 Niños
DMujeres

• Hombres

50

O
Españoles Castizos Mestizos Indios Pardos

De acuerdo al Padrón de Co)'oacán, los homiJres se contaron a partir de los 12 ÚIOS (considerado el inicio de la
edad productiva en la época); por tanto, la edad de los nill0s (llamados mPnores) se ubica de los O a los 11 allos.
La fuente no especificó las edades de las mltjnes, a las que solamente distinguió por estado civil o menores.
Fuente: A.GN.Padrón de Co)'oacán.

los pueblos en cuestión imperaba la población españoles, ocho por españoles con castizas, cin-
española, donde se procuraba conservar o ascen- co por españoles con mestizas; cuaa"o parejas
der al rango de español; sin embargo, aún no de españolas con castizos, seis de españolas con
contamos con una respuesta que ofrezca plena mestizos y tres de españolas con indios. En San
certeza a esta cuestión. Una probable explicación Ángel, de las 88 parejas existentes, 40 eran de es-
reside en que, no obstante que los españoles pañoles con españolas, sólo una de español con
tendieron siempre a casarse entre gente de su castiza, ocho de español con mestiza, una con in-
propio grupo social, desde épocas coloniales tem- dia, ocho de española con castizo, una sola con
pranas tuviemn también más disposición a unir- mestizo y tres con indios. Las demás llniones se
se con los indios e indias nobles que conservaron estableciemn entre gente castiza, mestiza e india.
su residencia en estos pueblos, y también con sus Por su parte, únicamente 4 parejas de pardos
descendientes mestizos. Ya para 1792, el mayor vivían en Coyoacán y una en San Ángel. Los
número de uniones se seguía registrando entre demás habitantes pardos se encontraban reclui-
mlueres y hombres españoles: de las 145 parejas dos y segregados en el galerón anexo del obraje
que había en la cabecera de Coyoacán por aquel textil de Coyoacán yen el obr~e de Posadas (es-
año, 59 matrimonios estaban constituidos por te último, dentro de los límites del pueblo de

147
GILDA CUBILLO MORENO

CUADRO l. B. A
ÍNDICES DEMOGRÁFICOS POR CALIDADES, GÉNEROS Y GRUPOS DE EDADES.
PUEBLO DE SAN ÁNGEL, 1792
/0;I)(Iñol"
%túlnlt¡1 % de total % de lolfll % de lolal Tolal por % M lolal
HomJm .• indmtif Mui"" indt<ntif Niños infÚnlif Niña.< indt<nlif calidad mlrultulo
91l 19.6% 124 24.R% 45 9% :18 7.6% :105 61.1%
..
Ca~lizo{
%delotal % túlolal % delolal % de lolal Tolal por % Mlolal
Hombre .• int1.Pnlif Mui"" intlPnlif Niños intlPnlif Niñas intlPnlif calidad mlrultulo
24 4.R% 19 :1.8% 6 1.2% 4 0.8% 5:1 10.6%
Mp,¡lizos
% de lolfll % de lota/ % de lotal % de lola/ Tolfll por % de lolfll
Hombre .• intlPnlif Muier" indt<ntif Niños intlPnlif Niñas indenli{ calidad caltultulo
24 4.8% 61 12.2% 11 2.2% 12 2.4% 108 21.6%
Indio,
% detnlal % delolal % de lolfl/ % detolal 70lfll por % de lolal
Hombre.' intlPnlif Mui"" indt<nli{ NifioJ indenti{ Niñfl.l infÚnlif calidad calrultltlo
9 1.8% 5 1% O 0% O 0% 26 5.2%

% detolal % tÚlolal % de lola/ % delotal Tola/por % de lolal


Hombres intlPnlif Muiere.' intlPnlif Niño.' indenli{ Niñfl.l indenlif calidad caÚ'ultulo
:1 05% 1 0.2% 2 0.4% 1 0.2% 7 1%
701al" por g/mero (oosat1oSIm In pnhltu:ión idenliflCada)
% tÚ lotal % de tolal % de lolfll
Hombr" intlPnti . indt<nti . Niños infÚnli. Niñas
158 :125% 64 1:1% 55

POBLACIÓN TOTAL ,ALCUIAI)A 499

POBI ACI<lN TOTAl. IDF.NTIFIGAllA 487

CUADRO LB. B
ÍNDICES DE PARDOS POR GÉNEROS Y GRUPOS DE EDADES EN EL OBRAJE DE POSADAS
% de lolal % de lotal % delotal % de lolal Tolal por
Homlm.' int1.Pnli{ Muif'Tf,S intlPnlif Niñ"s intlPnlif Niñas indenli{ calidad
98 52% :13 17.5% 28 14.8% 28 12.2% 188

FRAILF$ DF.L ,l>NVENTO DEL CARMFN llE CAI.IIlAll 1"0 IDENTIFI(J\DA 55 I

Se aplicaron los mismos criterios que en el Cuadro y Gráfica 1. A de Coyoacán. Para obtener el total calculado,
a la población indígena identificada en el padrón se sumó un aproximado de los que habitaban en las tres "casas
de indios" (los 14 registrados en el padrón + 3 x 4.1 = 26). Los pocentajes por género y edad se basan en el total
identificado; los porcentajes finales por cada calidad, en el calculado. En el Cuadro l. B. A, sólo aparecen los par-
dos que vivían en el pueblo vínculados a familias de otras calidades. Dada su segregación, los pardos recluidos
en el obraje de Posadas (en los linderos de San Jacinto) , no fueron sumados a los totales de San Ángel; no obs-
tante, aparecen en la Gráfica 1. B para su comparación (véase Cuadro 1. C). Por su parte los 55 frailes del con-
vento del Carmen tampoco se sumaron al total de San Ángel, por no estar integrados a los habitantes del pue-
blo (también en los límites del pueblo de SanJacinto). El único dato que el padrón ofrece de dichos frailes es
su nombre religioso. Al igual que en la cabecera y los otros pueblos de la jurisdicción, el padrón contó a los hom-
bres a partir de los 12 años (edad en que formalmente se iniciaba la vída productiva), de quienes precisa la edad
de cada indivíduo; sin embargo, las edades de los menores (de O a 11 años) no fueron especificadas para cada
niño (a). El censo no indica tampoco las edades de la mujeres, a las que en cada caso distingue con las catego-
rías de menores, doncellas, casadas o viudas. Fuente: AGN. Padrón de Coyoacán, 1792.

148
LA COMPOSICIÓN DEl. COYOACÁN COLONIAl. EN l.OS PADRONES BORBÓNICOS

GRÁFICA l. B
ÍNDICES DEMOGRÁFICOS POR CALIDADES, GÉNEROS Y GRUPOS DE EDADES.
PUEBLO DE SAN ÁNGEL, 1792

150
r--------------------------,150

120 120

.Niñas
111Niños
LJMujeres
.Hombres

Españoles Castizos Mestizos Indios Pardos Pardos en


vinculados obraje de
Posadas

Fuente: AGN. Padrón de Coyoacán, 1972.

San Jacinto, colindante a San Ángel y slUeto al yoría no pasaron de tener una condición econó-
mism6). mica media o modesta, fueron más proclives a
Los datos expuestos son, a su vez, indicadores unirse con gente perteneciente a otras calidades
de los polos existentes entre la dureza y flexibili- de menor rango, pero sin perder la aspiración de
dad de! sistema de dominio. Al respecto, nos atre- que la mezcla con sangre india fuera difuminán-
vemos a decir que su dureza estaba vinculada al dose en las generaciones venideras con el apoyo
ideal emanado de! grupo de poder del sistema co- de los mecanismos de movilidad que permitieron
lonial y a sus valores discriminatorios intrínse- recuperar e! ascenso a la calidad española.16
cos: e! ideal de ser y permanecer español. La flexi- Así pues en cuanto a la composición socio-
bilidad del sistema, por su parte, se manifestaba económica, algunos de los resultados impor-
en las posibilidades relativas de movilidad social
para acceder al ascenso de calidad entre una ge-
16 Muchos de los cuadros y gráficas elaborados para el
neración y la subsiguiente; lo cual era posible me- estudio no se anexan a este artículo por razones de espacio,
diante e! acceso a un mercado matrimonial pro- por ejemplo, sobre los tipos de uniones de parejas según las
wlirlades de los cónyuges o sobre la distribución de la pobla-
picio hasta cierto punto. Su flexibilidad estribaba
ción por calles, según wlidarÚ's (para ayudar a entender la
también, y paradójicamente, en que los españo- apropiación del espacio de las mismas), o bien, sobre la com-
les, de estos pueblos, los cuales en su gran ma- posición étnica y laboral en los obrajes textiles, etcétera.

149
GII.lM CL1lIII.1.0 MORENO

tantes muestran que (con excepción del corre- De los pardos tenemos que, recluidos en el
gidor, el cura, tres comerciantes y un par de obraje textil de Posadas habitaban un total de
nobles nacidos en distintos lugares de la penín- 188 pardos, entre hombres, Int~eres y niños. 98
sula ibérica) era notoria -como anticipamos en hombres laboraban como cardadores, tejedores
las líneas precedentes- la mayor proporción de o hiladores, entre los cuales, 30 vivían con sus
españoles criollos pertenecientes a los estratos mujeres y sus hijos, Y 4 viudos; los demás eran
populares. muchachos u hombres solteros sin sus familias,
Del registro de ocupacionesl7 se desprende de edades que oscilaban entre los 13 y los cua-
que el porcentaje más elevado de españoles crio- renta y tantos años. Si bien Posadas era un obraje
llos, lo mismo que de castizos y mestizos, era el perteneciente a San Ángel, todos estos afroín-
de labriegos en ambos pueblos (la mayoría de dios estaban confinados en dicha unidad produc-
ellos propietarios de pequeños o medianos terre- tiva. Mientras que, en el galerón anexo al obraje
nos de cultivo), seguidos en número por sastres y del pueblo de Coyoacán, vivían 46 pardos varo-
herreros en Coyoacán, y por sastres también, en nes hacinados, ninguno con pareja; entre los de
San Án'gel. Los había, en los dos pueblos, ejer- mayor edad estaba el único viudo de 44 aúos con
ciendo oficios artesanales de diversa índole, con un hijo, y entre los más jóvenes se encontraba una
talleres y expendios domésticos dedicados a la docena de niños aprendices.l,) Como en otros
carpintería, la sombrerería o la panadería, por obrajes, la población afroindia vivía en condicio-
ejemplo, que prestaban algún servicio, o tenían nes deplorables, sl~etos a una explotación ex-
pequeños negocios: correo, barberos, tocineros, trema y a tratos inhumanos. Sobre ellos recaía la
algunos tenderos, entre otros. Un par de españo- mayor discriminación y segregación impuesta
les criollos compartían oficios propios de indios, por el poder colonial. /
como IIn pulquero (que distaba mucho de ser
dueño de hacienda magueyera) y algún español
tlachiqllf'ro.IH Otros españoles, castizos y mestizos, LOS MODELOS DE PARENTESCO
trabajaban como sirvientes en casas ajenas (con Y SUS ESTRUCTURAS MÍNIMAS.
más de una treintena de nll~eres que también se LOS TIPOS DE GRUPOS DOMÉSTICÓS
dedicaban al sen~cio doméstico); había también
españoles trabajando en el obraje textil o tejedo- En relación con los otros dos objetivos sustantivos
res con talleres familiares. Estos datos revelan del estudio, estrechamente relacionados entre
que existían estratos bajos y medios formados sí, tenemos que se ha buscado identificar algunas
por españoles, castizos y mestizos, en que se com- divergencias, convergencias o fusiones entre tres
binaban y compartían, sin distinción, la misma modelos de parentesco básicos, dos de ellos de
clase de ocupaciones. procedencia hispana. El primer modelo de filia-
Por su parte, puede estimarse que, en propor- ción, y el más difundido, es de carácter bilateral o
ción, el número de indios registrados que se habí- cagnaticia en relación con la herencia de los bien-
an unido en pareja con gente española, castiza o es, de patrón de residencia neoloml y de grupos
mestiza, constituían una minoría entre la pobla- domésticos nlldeaTes.~1I El segundo modelo penin-
ción indígena que habitaba estos pueblos.
I!) Fornla existente latllbién en los trapiches de las
17 Coléjense los dalos que si~uen con los Cuadros 2.A. plantaciones Güieras del golfo donde, hoy aún pueden
(Coyoacán) y 2.B. (San Án~el): Relación entre calidades y encontrarse tralx~jadores en condiciones senlejantes.
tipos de ocupaciones .. ~o Bila/Pral: con herencia de bienes por vía tanto pater-
1.'1 Humilde labor de origen prehispánieo que consistía na C01110 nl<:lterna a los hijos de ambos géneros por igual.
en recolectar el agu¡:lIniel, succionandu COIl apoyo de un Alf'%uti: los hOos, al casarse, van a residir fuera de la casa
fU"omlr o calabazo seco, elel corazón de los magueyes pro- paterna; mislno que ilnpera entre las amplias capas urba-
pios o ajenos, y de allí lIel'arlo al linacal para su fermenla- nas mestizas del México actual. Véanse y las
los conceptos
ción que da lu~ar al pulque. definiciones aplicadas a los lipos de grupos doméslicos, lo

150
L-\ COMPOSICiÓN DEI. COYOACAN COLONIAL EN LOS PADRONES BORBÓNICOS

CUADRO 2. A
RELACIÓN ENTRE CALIDADES Y TIPOS DE OCUPACIONES
DE TODOS LOS VARONES.
PUEBLO DE COYOACÁN, 1792

·/ulaIIJor
I
Orul}(lÓÓIl /:sl}(lIiolfJ Cfl.'iliz.OJ I ¡vlfJ!áos Inrlios Parrlos oruj)(lrlÓlt

corregidor I 1

alguacil mayor l 1

cura (párroco) 1 1

adminislrador de alcabala 1 1

adminislrador de obraje I 1

adminislrador del labaco 1 1

alguacil ~ ~
teniente de alguacil tnayof l 1

guarda de rentas ~ ~
recaudador de ren las 1 1

traficante (comerciante) 6 1 7
\'icario 1 1

noble 4 4
cin~jan() l 1

obligado l I
--
lnancialario I I

1l1ayordolllo de obr~~je 1 l
ayudante de obr,~je l I

Inaeslro de escuela 1 l
agrinlenzor ~ ~
bachiller 1 I

albatiil I 1 ~ 4
arriero 2 2
aprendiz de lejedor l 12 I~

vaquero ~ ~
barbero 6 6
boticario 1 1

cabrero 4 4
cardador I 1 1 6 9
cantero 1 I

caporal 1 1

carpintero 1 I 2 4
cochero (carrocero) 1 I 1 3
coleCLOr I 1

correo 1 1
curtidor 1 1

escullor l I

frulero 1 1 2
gallero 1 1

151
GILDA CUBILLO MORENO

CUADRO 2. A (continuación)

Tolal/JtYr
Oru/Jación F:;jimioles Caslizos Meslizos Indios Pardos ocu/mción
herrero 8 3 4 15
hortelano O 1 2
leñero 2 2 4
músico 1 1
panadero 7 2 9
pasamanero 1 1
practicante 1 I
platero 1 1
pulquero I 1
sastre 10 2 4 16
sirviente 5 3 3 I 5 17
SOITI brerero 2 2 4
tejedor 14 4 7 19 44
tendero I I 2
tintorero I I
tocinero 2 2
trabajadordel campoo labrador 30 7 19
-- _. 56
~-
zapatero 2 1 I 4
sin oficio 12 4 16
no identificado 5 I 5 4 1 IG
en presidio 1 I
-~
Discapacitados 3 I 1 ::;
TOT.\LES POR C·\UDAD 163 29 68 6 44 310

En las primeras veintiún filas están los cargos y ocupaciones de mayor jerarquía. De los pardos. los 12 aprendi-
ces de tejedores eran menores de once años; 9 de los que ya eran tejedores oscilaban entre 12 y 15 aJ'ios. Fuente:
AGN. Padrón de Coyoacán, 1792.

sular es patrilineal o agnático,21 con residencia pa- tema, los hijos subsecuentes se ajustan, como en
tri local para el primogénito, a quien corresponde el primer modelo, al patrón de residencia neolo-
la mayor parte de la herencia patrimonial inclui- cal con grupos domésticos nucleares, a quienes han
da la casa paterna, herencia de carácter in- de corresponder proporciones menores de la he-
divisible o "vinculada" (sujeta a la prohibición rencia paterna. Este segundo sistema, ha sido
de dividirse o venderse); no obstante, en este sis- afín a la tradición de la Casa Real, también pro-
pio de pueblos y grupos sociales ubicados en
mismo que sus proporciones en ambos pueblos, en los regiones culturales específicas más constreñidas
Cuadros 'lA, 3.B., 3.C. Y 3.D. -como Cataluña- a la aristocracia, a las más
21 Pallilinetll (o unilineat) por vía paterna: preferencia
altas esferas de las élites de poder de la penínsu-
a heredar a los hijos varones o al primogénito la casa
paterna y la mayoría de los bienes. Pal7itowt: al casarse, la ibérica22 y de Nueva España.
los hijos varones o el hijo mayor se quedan a vivir en la
casa paterna. Sus lnayorazgos constituían el conjunto de
bienes, indivisibles y enajenables, heredados fundamen-
talmente al primogénito (herencia Iml/ud, vinl"ulada o en 22 David S. Reher, I.afmnilia ni l'\jltllia, ¡mirilla)' lffrsw-
lIla)'omzgo). le, Alianza Editorial, Madrid, 1996.

152
LA COMPOSICIÓN DEL COYOACÁN COl.ONIAl. EN LOS PADRON[S BORBÓNICOS

CUADRO 2. B
RELACIÓN ENTRE CALIDADES YTIPOS DE OCUPACIONES
DE TODOS LOS VARONES.
PUEBLO DE SAN ÁNGEL, 1792
TotaZ/)()r
Ocu/Jaóón FS/JañoZ" Castizos Mestizos Indios Pw·dos ocujmción

cura 1 I
vicario y bachiller 1 I
conlercianle 5 5
noble 1 I
maestro de escuela 2 2
ayudante 1 1
cochero I 1
dorador I 1
albañil 2 2
arriero 2 1 3
barbero 2 2
batanero I 1 2
carpintero 5 2 I 8
hilador 1 1 1 3
hortelano 3 3
mayordOtllO 2 2
tnúsico 1 I
panadero 2 2 I 5
perchero 1 1 2
pulguera 1 1 1
sastre 10 2 1 13
sirviente 5 I 2 2 10
SOI11 brerero I
tejedor 3 I 4
tendero 4 4
tlachiguero 1 I 2
trabajador del campo 35 2 8 45
zapatero 3 4 7
ocupación no identificada 2 2 2 9 15
sin oficio 2 2 4
TOTALES POR CALIDAD 98 24 19 9 3 153
TOTAL GE:\ERAL 153

En las primeras 5 filas están los de mayor jerarquía social. Dado su aislamiento, no se incluyeron en este cuadro
a los 98 trabajadores pardos del obraje de Posadas (39 tejedores, 51 cardadores, 6 hiladores y 3 sirvientes).
Tampoco se sumaron a esta relación los 55 frailes del Convento del Carmen. Fuente;; AGN. Padrón de Coyoa-
cán, 1792.

153
GILDA CUBILLO MORENO

CUADRO 3. A
TIPOS PARTICULARES DE GRUPOS DOMÉSTICOS (SIN DISTINCIÓN DE CALIDADES).
PUEBLO DE COYOACÁN, 1792
Tipo de glll!JO doméstico (con definición) Núm. %
Nuclear simple (pareja, célula elemental, básica o conyugal, sin hijos) 17 9%
Nuclear (pareja con hijos: célula elemental, básica o conyugal completa) 85 45%
Nuclear+ (con 1 o más familiares, ya sean solteros, viudos o menores, emparentados
con la célula elemental en línea ascendente, consaguínea o colateral; entiéndase
madre o madre política, hermanos, sobrinos) 6 3%
Nuclear parcial (célula conyugal incompleta: viudo (a) con o sin hijos; o, soltero (a)
a la cabeza de hermanos) 16 9%
Nuclear parcial+ (célula conyugal incompleta: viudo (a) con o sin hijos; o, soltero (a)
a la cabeza de hermanos, más algún familiar unido a la célula elemental) 2 1%
Conjunto (familia extensa o patrilínea limitada localizada: dos o más parejas,
con o sin hijos, emparentadas entre sí en por filiación o consaguinidad) 8 4%
Compuesto (dos o más parejas, viudos o solteros, con o sin hijos,
no emparentados entre sí) 13 7%
Conjunto/compuesto (ambos tipos combinados: conjunto y compuesto) 3 2%
Unipersonal (donde habita un sujeto solo) 9 5%
"Casas de indios" (el padrón no numera ni da descripción alguna de sus illlegrantes,
por tanto, es imposible definir sus estructuras domésticas) 27 15%
TOT\1. DE c;iu;pos DO>lfsnc:os 186 100%

Respecto a los indios, este cuadro solamente presenta la tipificación de aquellos grupos domésticos con varo-
nes o mujeres indígenas unidos a personas de otra calidad social (pues el padrón no ofrece descripción alguna
de las "casas de indios", donde vivían exclusivamente naturales). Fuente: AGN. Padrón de Coyoacán, 1792.

GRÁFICA 3. A
TIPOS PARTICULARES DE GRUPOS DOMÉSTICOS (SIN DISTINCIÓN DE CALIDADES)
PUEBLO DE COYOACÁN, 1792

liI "Casasde indios"


~ Unipersonal
• Conjunto/compuesto
DCompuesto
DConjunto
D Nuclear parcial +
O Nuclear parcial
111 Nuclear +
• Nuclear
~ Nuclear simple

Fuente: AGN. Padrón de Coyoacán, 1972.

154
LA COMPOSICIÓN DEL COYOACÁN COLONIAL EN LOS PADRONES BORBÓNICOS

CUADRO 3. B
TIPOS GENERALES DE GRUPOS DOMÉSTICOS (SIN DISTINCIÓN DE CALIDADES).
PUEBLO DE COYOACÁN, 1792
Ti/JO d'f!T1t/JO domes/ico Núm. %
Nucleares (de todos los tipos) 126 67%
Coniuntos 8 4%
Compuesto 13 7%
Conjun to/ compuesto 3 2%
Unipersonal 9 5%
"Casas de indios" (de tipos no identificados) 27 15%
TOTAL 186 100%

Son aplicados los mismos criterios que en el Cuadro 3. A. Fuente: AGN. Padrón de Coyoacán, 1792.

GRÁFICA 3. B
TIPOS GENERALES DE GRUPOS DOMÉSTICOS (SIN DISTINCIÓN DE CALIDADES)
PUEBLO DE COYOACÁN, 1792

• Nuclear (de todos los tipos)

o Conjunto

• Compuesto

~ Conjunto/compuesto

D Unipersonal
• "Casas de indios"
(de tipos no identificados)

Fuente: AGN. Padrón de Coyoacán, 1972.

155
GILDA CUBILLO MORENO

CUADRO 3. C
TIPOS PARTICULARES DE GRUPOS DOMÉSTICOS (SIN DISTINCIÓN).
SAN ÁNGEL, 1792

Tipo de grullo doméstico Núm. %


Nuclear (una célula conyugal con hijos) 37 37%
Nuclear+ (una célula conyugal completa, con 1 o más familiares
solteros, viudos o menores ...) 5 5%
Nuclear simple (parejas sin hijos) lO 10%
Nuclear simple+ (parejas sin hijos, con uno o más familiares solteros,
viudos o menores ...) 2 2%
Nuclear parcial (célula conyugal incompleta ... (soltero (a), viudo (a) .. ) 8 8%
Nuclear parcial+ (célula conyugal incompleta ... más algún familiar. .) 10 10%
Conjunto (2 o más parejas emparentadas ...) 6 6%
Compuesto (2 o más parejas, con o sin hijos, no emparentadas. .) 12 12%
Conjunto/compuesto (combinación de ambos) 5 5%
Unipersonal (de un sujeto solo) 2 2%
"Casa de indios" (tipos no identificados) 3 3%
TOTAL DE CRLPOS DO~lf:STf(:OS lOO 100%

Fuente: AGN, Padrón de Coyoacán, 1792.

GRÁFICA 3. C
TIPOS PARTICULARES DE GRUPOS DOMÉSTICOS (SIN DISTINCIÓN DE CALIDADES)
SAN ÁNGEL, 1792

o "Casade indios" (tipos no identificados"

o Unipers.onal (de un sujeto solo)

111 Conjunto/compuesto (combinación de


ambos)

o Compuesto (dos o más parejas,


con o sin hijos, no emparentadas.

11 Conjunto (2 o más parejas


emparentadas ...)

I:J Nuclear parcial (célula conyugal


incompleta ...(soltero (a),viudo (a))

• Nuclear simple (pareja sin hijos)

~ Nuclear+ (una célula conyugal, más 1 a 3


individuos solteros, viudos o menores,
emprendedores ...)

• Nuclear (una célula conyugal con hijos)

Fuente: .'leN. Padrón de Coyoacán, 1972.

156
LA COMPOSICiÓN DEI. COYOACÁN COLONIAl. EN LOS PADRONES BORBÓNICOS

CUADRO 3. D
TIPOS GENERALES DE GRUPOS DOMÉSTICOS (SIN DISTINCIÓN).
SAN ÁNGEL, 1792
'/;:/10 ti, trru/JO tlollu!Jlico Núm. %
Nuclear 72 72%
Conjunto 6 6%
Compuesto 12 12%
Conjunto/compuesto 5 5%
Unipersonal 2 2%
"Casas de indios" 3 3%
TOT\1. m: CRLPOS l)o\lf:STICOS lOO 100%

Fuente: AGN. Padrón de Coyoacán, 1972.

GRÁFICA 3. D
TIPOS GENERALES DE GRUPOS DOMÉSTICOS (SIN DISTINCIÓN DE CALIDADES)
PUEBLO DE SAN ÁNGEL. 1792

11 "Casade indios"
O Unipersonal
• Conjunto/compuesto
6%
D Compuesto
D Conjunto
• Nuclear

Fuente: AGN. Padrón de Coyoacán, 1972.

157
GIl.DA CUBILLO MORENO

El tercer modelo es el que responde a la tra- cie de ideología" que postulaba la preponderan-
dición mesoamericana más difundida, con ten- cia del modelo bilateral en la Mesoamérica pre-
dencia predominantemente patrilineal si bien hispánica con la que se conjugó la española.
con sesgo bilateral, con patrón de residencia Todos estos autores han privilegiado en sus
pat1ilocal (temporal o definitivo) para los hijos interpretaciones el estudio de la terminología
de ambos géneros y con grupos domésticos conjun- del parentesco y su clasificación, influidos, a su
tos (patrilíneas limitadas localizadas o no localiza- vez, por Kroeber (1952), W. H. R. Rivers (1914)
das); empero quien hereda la casa del padre es y A. R. Radcliffe-Brown (1935) que, sobre tal
el hijo menor o xocoyote, encargado del cuidado criterio, poco pueden aportar respecto a la
de sus padres ancianos.2:1 estructUTa y organización social del parentesco
Robichaux ha probado que el modelo jJatri- en la Mesoamérica antigua y moderna (sin que
lineal con sesgo bilateml de la familia extensa no esto descarte sus importantes contribuciones en
residencial -concepto de Nutini, 'que el mismo otros aspectos). La postura de Robichaux se
Robichaux define con el concepto más preci- acerca más a la de Nutini (1968, 1976), aunque
so y acabado de patrilínea limitada localizada o no también hace serias críticas a las limitaciones
localizadOr--, es la instancia más importante de de que adolece su inteqJretación. De su estudio
filiación del parentesco mesoamericano (que exhaustivo de años sobre la estructura y orga-
nos parece la más convincente, basada en su nización del parentesco en la región de Pue-
profunda y amplia investigación). Esta tesis de bla-Tlaxcala, tanto en el pasado como en el
Robichaux se contrapone a varias interpretacio- presente, y en la comparación basada en diver-
nes de autores anteriores tan reconocidos como sos estudios de las distintas regiones mesoaJneri-
E. Wolf (1955, 1957), G. Foster (1946, 1961), canas, Robichaux sostiene la tesis -a la que nos
R. Redfield (1928, 1930), Villa Rojas (1934), R. adherimos pues coincide con los resltltados de
Beals (1932, 1945), F. Eggan (1934),]. Steward nuestras propias investigaciones- de (!lit' r\
(1960), L. Arizpe (1973) y A. Medina (1975, modelo de parentesco en esta gran zona cultu-
1991), quienes, en una cadena de influencias, ral es, fundamentalmente, de tipo patlilineal
han sostenido, de una u otra forma, que en los con sesgo bilateral. Este modelo aún persiste
pueblos indios de México prevalecía un modelo hasta nuestros días entre los pueblos indios y
de parentesco bilateral. Como los sistemas bilate- campesinos de México, considerando las varia-
rales de herencia han despertado menos inter~s ciones sufridas en el devenir del tiempo.
que los unilineales, por los aspectos difusos y Mientras el xocoyole (el benjamín) hereda y
diluibles de la bilateralidad, los estudios poste- habita la casa paterna, los otros hijos casados de
riores sobre el parentesco en Mesoamérica han ambos géneros construyen y residen en terre-
sido escasos. Robichaux critica a todos ellos por nos heredados por el padre, contiguos o cer-
haber caído, en mayor o menor medida, en un canos a la casa de éste. Si bien este es el modelo
análisis mecánico heredado, de una u otra ma- más generalizado, existen variaciones locales ais-
nera, de la tradición formalista y taxonomista ladas en que la herencia es matrilineal o total-
del parentesco, proveniente. del evolucionista mente bilateral.
unilineal de L. H. Morgan y su discípulo A. Nuestro cometido en la identificación de
Bandelier, de quienes se desp¡-endió una "espe- sus rasgos ha sido detectar los elementos cultu-
rales adoptados o compartidos y las tendencias
2' David Robichaux, EL moddo de re/"'odurrión so";al hacia uno u otro de esos modelos de parentes-
de los l.,rru!JOJ d,- tJarf,nlp-sco. Un mor/do IJara iVll1Joamhú:a bu- co, para intentar contribuir a la comprensión
'imio rn un "sludio dI' hnn¡.ritt en Tlax("fi.[a, tesis doctoral,
Laboratoire d'Elhnologie el Sociologie Comparative, Uni-
de los procesos de aculturación, resistencia y
versilé de Paris X, París, 1996, pp. 1-, 37-44, 54, 61-136, reproducción de los grupos de paren tesco y de
707-711.
los grupos socioculturales en su conjunto en

158
L\ COMPOSICIÓN DU. COYOACÁN COLONIAL EN LOS PADRONES BORBÓNICOS

aquellos pueblos de los tiempos coloniales emplear el concepto de eLnia, puesto que para
postreros.24 entonces los habitantes de estos conglomerados
El objetivo de tipificar las estructuras mínimas no estaban delimitados ya por orígenes, territo-
de parentesco, íntimamente relacionado con el rios, idiomas o costumbres diferentes, sino que
anterior, es tratar de entender de manera parti- eran el producto de un mestizaje biológico y cul-
cular y comparativamente las diferencias y seme- tural con distintos niveles de profundidad gene-
janzas de los distintos tipos de grupos domésti- racional. Por razones semejantes, es insuficiente
cos, sus elementos característicos y las funciones el concepto de clase, ya que si bien puede recono-
de estas estructuras mínimas como formas inte- cerse una clase dominante en el sentido colonial
gradoras y de reproducción de cada tipo de fa- (los españoles de las cúpulas económicas, políti-
milia, de calidad o grupo social. cas y religiosas) y una dominada (los indios, afro-
Es importante advertir que se ha optado por indios), más los sectores intermedios, sluetos tam-
conservar el vocablo original de calidad aplicado bién al estado español, paradójicamente no es
en el padrón y propio de la época, e indistinta- posible descartar las distintas identidades de ori-
mente el de gntlJO socia~ por no contar hasta gen y tintes étnicos traslapadas en el mestizaje y,
ahOl'a con un concepto teórico más preciso para por ende, la diversidad sociocultural en toda la
su identificación. Decimos esto porque para la complejidad de sus relaciones sociales.
Colonia no puede afirmarse que existieran, por De esta manera, se busca identificar la corres-
ejemplo, estamentos o castas en el sentido estric- pondencia de cada tipo con los modelos presen-
to en que aparecen en el rígido sistema de la tados. El padrón de Coyoacán representa una
antigua India (en que la gente estaba predesti- fuente para la reconstrucción de los grupos do-
nada para siempre por motivos di,·inos). La socie- mésticos, aunque no nos permita más que obser-
dad colonial, a pesar de pertenecer a un sistema• vados en un momento determinado de sus ciclos
de dominio con valores discriminatorios y un de desarrollo. Por ahora expondremos, exclusi-
extremo duro en su estructura de poder y clasifi- vamente, ciertos avances que pudieron identifi-
cación racial, poseía un contrapunto lo suficien- carse de dichos tipos de estructuras mínimas de
temente Oexible para contar con ciertas poleas o parentesco.25
filtros que permitían cierto grado de movilidad y Al con tal' el censor a cada una de las células
ascenso social, en que, preciamente, lograr unir- como "familias" por separado, aunque
conyugales
se a una persona con calidad de mayor rango era habitasen en la misma casa, exhibía de Jacto la
una dejas vías que más se buscaban para conse- adjudicación del modelo hispano para interpre-
guir dicho ascenso. No sería preciso tampoco, tar, desde su óptica, las estructuras de las uni-
dades domésticas y la fuerte tendencia a que la
24 Sustentado en oLras fuentes históricas prinlarias, nuclearidad se impusiera. Por nuestra parte, el
como son las testamentarias, los litigios por tierras y heren-
criterio que hemos aplicado al estudio incorpora
cias o teSla1l1entas falniliares, bajo un' enfoque teórico I'J-
que tiene a Max Gluck.Jnan corno su
Irudurallunf'iotl,alisla el concepto de grupo dornésLico en sus variantes.
p.incipal exponente, que con base en el ron/licio como eje, Un grulJO dornéstico (concepto originalmente pro-
realiza el análisis jrroa.\/illl de la sociedad en cuestión.
puesto por Foster, 1946) es una unidad necesa-
Nuestro estudio cuenta a,¡ con dos niveles engranados de
orientación teórica: riamente residencial, en la que habitan, bajo el
1) El análisis sinrrál1iro y e;[nnlumL que sobre el pa- mismo techo y con un mismo acceso de entrada,
rentesco se ha logrado realizar con base en el padrón de
Coyoacán de 1792, que da cuenta de un sólo momento,
(Onl0 a lllanera de instantánea. 2; Los otros aspectos dinámicos de identificación de
2) En paralelo, estamos llevando a cabo una interpre- los modelos de parentesco en sus procesos a largo plazo.
tación Illás atnplia Illediante el an~disis diacróniro y tlTOa- han sido tratados mediante las otras clases de fuentes refe-
n",L, con las fuentes de otra naturaleza que, en su enca- ridas en la nota número 20 (testamentos, litigios, testa-
denarnienlo, clIbren diferenciadamente corlas o largas lllentalías y otros, misnlos que han sido desarrollados para
franjas lenlporales. la interpretación complementaria de casos de bmilias).

159
GIl.DA CUBII.I.O MORENO

un número indeterminado de individuos, que que suma la fuente no corresponden a las de la


pueden, o no, estar emparentados entre sí; ge- interpretación realizada en nuestro estudio.
neralmente comen de la misma olla, es decir, com- La comparación que hemos efectuado entre
parten sus gastos de subsistencia y cuentan con ambos pueblos, demuestra que, al igual que en-
un individuo de cualquier sexo a la cabeza. La cla- contramos semejanzas en las tendencias demo-
sificación general aplicada a los tipos de grupos gráficas generales y por "calidades", también
domésticos es la siguiente: encontramos tendencias similares en los tipos
a) Un grupo doméstico nuclear está formado de estructuras predominantes en tre los gru-
por una pareja con o sin hijos (puede ser nucle- pos domésticos. Así, la mayor proporción era
ar' simple o parcial). b) Si se trata de la coexisten- de tipo nuclear (67% en Coyoacán y 72% para
cia de más de dos parejas emparentadas, con o San Ángel) ,27 es decir, que predominaba la ten-
sin hijos, nos referiremos a un grujlO doméstico dencia del primer modelo hispano descrito, el
conjunto o, de manera indistinta, a una patrilínea más extendido.
limitada localizada. En este último caso, pueden Existía una proporción menor, pero signifi-
habitar en el mismo hogar parientes en línea as- cativa, de grupos conjuntos, presente entre los
cendente, descendente o colaterales. c) Un gru- españoles, castizos y mestizos. Mientras en Co-
po doméstico puede estar compuesto por gente yoacán los grttJlOSdomésticos conjuntos correspon-
que no posee lazo sanguíneo alguno, ya sea por dían al 6%, para el otro pueblo representaban el
individuos o por distintas parejas con o sin hijos, II %. Lo que representa un posible indicador de
entre las cuales no hay ningún parentesco y nin- la filtración cultural de la tradición mesoameri-
guna relación aparente, como sucede en una cana entre las familias españolas-criollas popula-
casa de huéspedes, entonces estaremos ante un res, con mayor presencia en San Ángel.2X La in-
grujlo comjmesto. terpretación de estos últimos datos nos hacen
En Coyoacán, la gran mayoría de cabezas eran suponer que los españoles criollos de amhos p'~"
hombres, como expresión de su ideología pa- blos que prefirieron vivir de esta otra manera,
triarcal; las mtijeres al frente de grupos domésti- adoptaron el patrón de parentesco más extendi-
cos eran viudas o doncellas sin padres, que en do entl-e la población indígena en uno de sus
varios casos hacían de sus residencias casas de componentes básicos: la conformación de gru-
huéspedes para sustentarse. pos domésticos conjuntos, es decir, aquellos en que
Es éste uno de los motivos por los que n~ residían bajo un mismo techo dos o más células
coinciden las sumas de los rubros que ofrece el conyugales (con o sin hijos), con parentesco reco-
padrón de 1792 con las del estudio en cuestión; nocido entre sí (por filiación o consanguinidad);
hay también una diferencia entre la concepción a la vez que en este mismo principio reprodu-
original de "familia" inherente al documento y
la de los conceptos teórico-metodológicos de las álulas tonJ1Igales y a cada lUlO de los residentes sin
vínculos consanguíneos con el cabeza. Estos criterios ori-
grupo doméstico aplicados para el análisis.2b Por
ginales de clasificación y conteo de las ''familias'' pueden
estas razones los totales del número de "familias" ser o no adoptados, en función de los objetivos y conceptos
del estudio en cuestión. Como uno de los fines y medios
principales de nuestra investigación es el análisis de la
~ti La infonnación del padrón está organizada por estructura y organización del parentesco, por nuestra
casas y "familias", sin que esto signifique que correspon- parte, se eligió el concepto de grullOdUlIlrs/;ro (que difiere
dieran llna a llna las casas con las "t~ltnilias", ya que, según del de "t'lmilia" utilizado en aquel tiempo por el censor).
el criterio colonial establecido para entonces, si en llna ~7 Véanse las definiciones de tipos de grupos domésti-
mistna residencia habitaban varias parejas (r';¡u[rl.\' (;onyu- cos en el Cuadro ~. A.; cotéjense las cifi'as y tendencias de
o rll'1nen/alf'.'i, con o sin hUos) cada uno fue contado
gail'J cada tipo en los cuadros y gráficas 3. A. Y 3. B. en relación
COtnolIna "f~\lnilia"; dicho de otra manera, cada ti/ula fUll- alpueblu de Coyoacán, ~. e. y~. D. para San Ángel.
)'ugaL que habitara en llna casa con o sin otros parientes, ~" Cotéjense las tendencias numéricas)' porcentuales
en línea ascendente o descendente, se (onlaban por sepa- en los Cuadros 4. A. )' 4. B. de tipos de grupos domésticos
rado; lo tniS1l10, se consideraban como "f~l1l1ilias" aparte a por calidades ..

160
LA COMPOSICIÓN DEL COYOACÁN COLONIAL EN LOS PADRONES BORBÓNICOS

CUADRO 4. A
TIPOS GENERALES DE GRUPOS DOMÉSTICOS POR CALIDADES DE CABEZAS DE FAMILIA
DE AMBOS GÉNEROS. PUEBLO DE COYOACÁN, 1792

% Ijar % del % Ijar % del


ESI)(lñoles Núm. calidad lolal Castizos Núm. calidwi total

Nuclear 67 73% 36% Nuclear 16 89% 9%


Conjunto 5 5% 3% Conjunto 1 6% 1%
CompueslO 12 13% 6% Compuesto O 0% 0%
Conj./ comp. 2 2% 1% Conj./ comp. O 0% 0%
Unipersonal 6 7% 3% Unipersonal 1 6% 1%
C¡;E~TA 92 100% 49% C¡;E~TA 18 100% 10%

% IJOr % del % 1M' % del


ivleslizos Núm. mlúlrul (o(al Indios Núm. mlidad (otal

Nuclear 36 90% 19% Nuclear 4 100% 2%


Coniunto 1 3% 1% Coniunto O 0% 0%
CompueslO 1 3% 1% Compuesto O 0% 0%
Coni./ comp. I 0% 0% Coni./ comp. O 0% 0%
Unipersonal I 3% 1 Unipersonal O 0% 0%
C¡;EYIA 40 100% 22% C¡;E~TA 4 100% 2%

% IJOr % del Pardos (inmr-rsos % Ijar % del


ni ellnublo \'
"Casas dI' indios" Núm. mlidwi lolal Sf.l,rei!:ados) . i\'1im. wlidlul lotal

De tipos no Nuclear 3 60% 2%


identificados) 27 100% 15% Conjunto 1 20% 1%
CCD:TA 27 100% 14% CompueslO 1 20% 1%
Conj./ comp. O 0% 0%
Unipersonal O 0% 0%
Cuxn 5 100% 3%

::;:::·::::':1
Imqtl,~t~Y~8~ooll!~jl
Fuente: AGN. Padrón de Coyoacán, 1792.

cían el tipo de grupo doméstico complejo presen- en casas contiguas o cercanas, muy probable-
te sólo en algunas zonas de España, traslapando mente construidas en terrenos heredados por
ambas tradiciones. A más de que la influencia el padre.
de la tradición mesoamericana no se limitaba Asimismo, se identificaron varios grupos nu-
a la existencia de estos grupos domésticos conjun- cleares, conjuntos, conjuntos/compuestos o compuestos
tos o patrilíneas limitadas localizadas, sino que se establecidos entre españoles criollos o mestizos,
extendía a varias patrilíneas limitadas no locali- entre cuyos varones se compartía una activi-
zadas, en que varios grupos domésticos unidos dad económica, como la agricultura o la herre-
por parentesco filial o consanguíneo, habitaban ría, 10 que significa que en esos casos los grupos

161
Gll.DA CUBILLO MORENO

CUADRO 4. A

TIPOS GENERALES DE GRUPOS DOMÉSTICOS POR CALIDADES DE CABEZAS DE FAMILIA.


PUEBLO DE SAN ÁNGEL, 1792

% lJOr % drl % IJOr % drl


t;slJ(lúoles Núm. Cfllidad total Castizos Núm. Cfllidad total
Nuclear 42 70% 42% Nuclear 12 80% 12%
Conjunto 4 7% 4% Coniunto 1 7% J%
Compuesto 9 15% 9% Compuesto 1 7% 1%
Conj./ comp. 4 7% 4% Conj'/ comp. O 0% 0%
Unipersonal J 2% 1% Unipersonal 1 7% 1%
CL'E~TA 60 100% 60% CU:~TA 15 100% 15%

% IJor % d,l % /Jor % tlrl


IV[,stiws Núm. calidfUl total Indios ,Vúm. (afúlad total
Nuclear 10 77% 10% Nuclear 7 88% 7%
Conjunto I 8% 1% Conjunto O 0% 0%
Compuesto 1 8% 1% Compuesto I 1'1% 1%
Coni./comp. 1 8% 1% Conj./ comp. O 0% 0%
Unipersonal O 0% 0% Unipersonal O 0% 0%
/

CL!XLI 13 100% 1'1% CLE~T.I 8 100% 8%

% l)(Jr % drl Pardos (oiJmi' % l)(Jr % d,l


"(;flSfl.1j d" indios" iVúm. mlitlrul total ti, Posadas) .Vllm. mlid(ul total
De tipos no Nuclear O 0% 0%
identificados 3 100% '1% Coniunto O 0% 0%
CUSLI '1 100% 3% Compuesto 1 100% 1%
Conj./ comp. O 0% 0%
Unipersonal O 0% 0%
Cuxr.1 I 100% 1%

1%91fii~#~Y~~;M~~r~ft*'~ILI
Fuente: ACN. Padrón de Coyoacán, 1792.

funcionaban, como unidades domésticas producti- residencial espailol, perdieron elementos cultu-
vas (18 en Cayo acá n y 20 en San Ángel). rales sustantivos de la estructura mesoamerica-
Por su lado, los pocos grupos domésticos en na, que les imprimían la capacidad de reproduc-
que indios varones estaban unidos en matrimo- ción de sus grupos de parentesco y, por ende, de
nio a mujeres de calidades consideradas superio- sus grupos étnicos: nos referimos a la pérdida
res, se asimilaron al tipo nuclear de residencia (a de la capacidad de solidaridad, propia de los
diferencia de los pueblos y comunidades propia- grupos domésticos conjuntos de tipo mesoameri-
mente indígenas que en general han conservado cano y, por consecuencia, a la extensiva cualidad
el patrón conjunto). Con la nuclearizacián, las de cohesión de sus grupos de parentesco y sus
familias indias y mestizas adheridas a este estilo redes inherentes.

162
L\ CO~IPOSICIÓN DEL COYO.·\C.\N COLON!.-\L EN LOS PADRONES 1lORBÓNICOS

A nuestro parecer, lo antedicho significa que, Necesaria es una más y mejor explotación de esta
así como los pueblos conquistados experimenta- veta testimonial, para contribuir a integrar el
ron procesos de aculturación respecto a las formas panorama social de la época borbónica.
de vida del grupo colonizador y dominante, los es-
pañoles también fueron susceptibles a la influen-
cia de las tradiciones culturales mesoamericanas, FUENTES DOCUMENTALES PRIMARIAS
aunque los procesos y resultados inherentes se ex-
presaran de manera más sutil o en menor grado. Archivo General de la Nación (AGN), serie Pa-
En cuanto a los grupos domésticos compuestos, drones, vol. 6, lª Y2' parte, fojas 1-145 (r. y v.),
comúnmente estaban encabezados por hombres "Padrón de Familias Españolas, Castizas y
o mujeres viudos o doncellas sin padres que con- Mestizas [y] pardas de Coyoacán, año de
vertían sus residencias en casas de huéspedes 1792", Coyoacán, México, 1792.
para obtener ingresos. Entre los sujetos o entre AGN, serie Tierras, vol. 2687: 672 fojas (r. y v.),
las distintas parejas que los constituían no existía "Litigios de la familia Istolinque", (informa-
lazo de parentesco alguno. Por último, cabe ano- ción que abarca desde el siglo XVI hasta
tar que los grupos domésticos de tipo combina- 1811), Coyoacán, México.
do, como era el conjunto/compuesto, tenían estruc- AGN, serie Tie/Tas, vols. 2023 y 2024, 873 fojas
turas mixtas, compartían funciones de uno y otro (r. y v.), "Testamentaría de Francisco Xavier
tipo, donde predominaba alguno de los dos com- Adalid" (información que abarca desde 1795
ponentes (el conjunto o el com.jJ'llesto)en cada uni- hasta 1812), Coyoacán, México.
dad doméstica de esta clase. Ca - asco, Pedro yJesús Monjarás-Ruiz (comps.),
Colección de documentos sobre CoyoactÍl! (Autos
r-eJe/'entesal cacicazgo de CoyoactÍn que jJroceden
UNAS PALABRAS FINALES del AC¡\~, SEP-INAH, México, 1978 (Colección
Científica Historia Social).
La exposición presentada de los resultados obte-
nidos muestra que aun cuando los padrones para
fines militares de la segunda mitad del siglo XVIII BIBLIOGRAFÍA
representan una especie de instantánea de los
grupos domésticos y sociales en espacios detenni- Archer, Christon l., El ejército en el México borbóni-
nad6s que ofrecen, al mismo tiempo, elementos co, 1760-1810, Fondo de Cultura Económica,
básicos de sus estructuras e indicios de las diná- México, 1983.
micas locales. Se ha dado aquí una somera idea Brading, David A., "Los españoles en México
del con texto, de los contenidos, de la relevancia, hacia 1792", en Hist017,a mexicana, vol. XXIII,
del qué y cómo puede trabajarse con los padro- núm. 1 (El Colegio de México,'México,julio-
nes, entre otras posibilidades en su tratamiento.29 septiembre, 1973), pp. 126-144.
Borah, Woodrow, El siglo de la dejnesión en Nueva
España, Secretaría de Educación Pública, Mé-
21J He lO1nando en consideración, por supuesto, las
aportaciones que para el desarrollo de esta investigación
xico, 1975 (Colección SepSetentas, 221).
me han blindado las experiencias pre'ias de los pocos
especialistas que han realizado estudios publicados con lada en el 2000; ofrece un concentrado de los resultados
base en estos censos, y de los cuales, por motivos de espa- de su labor y es uno de los pocos estudios hechos públi-
cio no ha sido posible hacer relación (véase la obra consul- cos sobre documentos análogos. Por oU'O lado, hace algu-
tada). Uno de los estudios de mayor utilidad para el análi- nos años la doctora Sonia Lombardo coordinó un proyec-
sis de esta generación de padrones ha sido el deJosé Cuello to colectivo con in\'esti~adores de la Dirección de Estudios
Villanueva (1992), en su trabajo titulado OjJOr!uu;tiarln y Históricos del INAH, en que fueron capturados y organiza-
j,,"oUnno)! mP/orlológ;m, ni rl fwrílisí.' rlr to, j){{rlmu", rlr.Sol/ilto, dos los datos de "arios padrones de distintos barrios (}
Coo/¡uiltt, j){lm 1m {{Iio< 1777, 1785 Y 17'JI, ponencia presen- parroquias ele la ciudad de México para su publicación.

163
GILDA CUBILLO MORENO

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164
UNA PLANTA SAGRADA EN LAS FUENTES

DE LOS SIGLOS XVI Y XVII.

EL DIÁLOGO CON LOS DOCUMENTOS

Dora Sierra Carrillo*

INTRODUCCIÓN en algunos de los rituales de petición de lluvias


y en las fiestas dedicadas a las deidades acuá-
"Es muy verde, tiene muchas ramas y crecen ticas, Tláloc y los Tialoque y a Xiuhtecutli, dios
todas juntas hacia arriba [y] siempre huele; es del fuego.5
también medicinal para los que tienen cámaras, Otro texto que hace una amplia mención de
molida y bebida con cacao. Aprovecha también las propiedades terapéuticas de esta planta es
para los que escupen sangre; y para los que tie- el manuscrito más antiguo que se conoce sobre
nen calenturas. "1 Es "pequeñito como la tepe- herbolaria medicinal indígena en América: el
cempoalxúchitl. Bebe [su agua] el que tiene ca- Libellus de Medicinalilms IndoruTn Herbis, conocido
lenturas con frío intermitente. Se desmenuza en como Códice Badiano. Las diversas recomenda-
agua. Con él se sahuma a la gente y con él la ciones para aliviar distintos padecimientos como
gente es lavada".~ "Si alguno le truena el rayo el hipo, el dolor de pecho, pies lastimados, ali-
o se hace malvado, arde junto a él. Con ella algo viar la fatiga, venas pinchadas, herida del rayo,
se alivia. ":~ fetidez de los enfermos, tumoración de mamas,
Así describe Sahagún las características y los entre otros, y su gran poder para proteger, junto
usos medicinales del yauhlli, hierba silvestre de con otros objetos, a quien fuera a atravesar un
30 cm a 1 metro de altura, con flores amarillas y río,1iponen de manifiesto la importancia y los atri-
un fuerte olor a anís.4 También hace referencia butos rrledicinales y mágicos que los antiguos
a ella utilizada como ofrenda o como incienso pobladores del centro de México le confirieron
al yauhtli.
* Dirección de Etnohistoria, INAH. Estas dos fuentes del siglo XVI fueron mi pun-
I Bernardino de Sahagún, Historia Gmeml rle las cosal to de partida para iniciar la búsqueda en otros
rleNutroa r,s/)(lIia, vol. 111, Porrúa, México, 1969, p. 326.
documentos, y en otros contextos, de un vegetal
2 Bernardino de Sahagún, Córlir. Florffllmo, Archivo
General de la Nación, México, 1980, 141 v., cuadro 21. considerado sagrado desde tiempos muy remo-
, Bernardino de Sahagún, Córlia Malritm .•• de la Rml tos y que en la actualidad continúa estrecha-
Acfltl.mia d.la Hisloria, ed. facsimilar de Francisco del Paso
y Troncoso, vol. VIII, FOLOtipia de Hauyser y Mentet,
Madrid, 1907. ff. 38-39. ,; Sahagún, Historia Gmeml..., pp. 64,121,144,169,396.
4 Esta planta se conoce actualmente con diversos nom- 6 Martín de la Cruz, /jbdlus d. M.,li1.inalilms /ndorum
bres según la región, los más comunes en el Centro de Herbis. Manuscrito Azt.m d. /552, trad. Juan Badiano, ver-
México son pericón, hierbanís, anisillo y hierba de sión española con estudios y comentarios de diversos auto-
Santamaría. Pertenece al género 'J(lgt!lr.slucirla de la fami- res, Fondo de Cultura Económica-Instituto Mexica'no del
lia de las Compuestas. Seguro Social, México, 1991, pp. 35-73.

165
DORA SIERR.-\ C-\RRII.I.O

mente vinculado a los fenómenos atmosféricos, yauhtli,' muy semejante a la divisa que identifica
a los rituales agrícolas y a la medicina tradicional a Yauhtécatl-uno de los dioses del pulque- en
indígena. los códices J'vlagliobechi8 y Tudela:9 un manojo o
atado de hierbas, rematado con puntos amarillos
que aluden a las flores pequeñas de esta planta,
L'\S PREGUNTAS sujeto con una cinta de papel de un solo color en
Y US RESPUESTAS el Mendocino y en la figura que acompaña a la dei-
dad la cinta aparece con estrellas negras.
Después de revisar la bibliografía y preseleccio- A través de la asociación de formas y de su rela-
nar los materiales documentales que me pudie- ción con diversas deidades identifiqué este glifo en
ran proporcionar información escrita y/o pictó- las manos de Tláloc, dios de la lluvia;lo de I-1uix-
rica sobre mi objeto de estudio (textos de los tocíhuatl, diosa de la sal; Mayáhuel, del maguey; 1I
cronistas, códices, tratados de herbolaria y docu- Chicomecóatl, del maíz y Atlacoaya, del pulque.l~
mentos del Archivo General de la Nación), una En el Códice Borbónico aparece un manojo de flores
de mis primeras reflexiones me llevó a cuestio- amarillas, muy similar a la forma del youhlli, como
narme ¿cómo abordar estos testimonios?, ¿cómo parte del atavío de Tláloc y Xiuhtecutli, numen
interrogarlos? ¿cómo iniciar el diálogo con ellos? del fuego.l~ Algunas de las ilustraciones de estos
y, sobre todo, ¿cómo interpretar los datos de la dioses van acompañadas de un breve texto sobre
manera más objetiva posible? la fiesta en la que se los honraba; en otros casos
Si bien es cierto que la metodología para rea- sólo aparece el nombre y la figura de la deidad.
lizar esta aventura de investigación es una base En el caso de la fiesta de Ochpaniztli,1-I Cjt1ese
fundamental, la experiencia me permitió cons-
tatar que, cuando una se enfrenta al mensaje si-
7 Códia ,\!"l1r!orino u (;olnrión ,it' j\[I'1U/O:fl, ¡'\;[rulI":'-.i/o
lencioso que nos trasmiten estos voceros del pa-
ml'Xi('fillO rlrl ''-glo X\'I '/Uf' \"1'({)lHrrV(f "ti 1ft Rihli()~')("{I.IJ()"ln'(n1f1
sado, entran en juego diversas circunstancias: la rl, (hjiml, pref. de l::rnesLOde la Torre, San Angel Edicio-
formación académica, el ejercicio profesional, nes, México, 1979, ff. 8, 1, p. 67; f. 24 \'.. f. 14, p. 100; Mnlá-
r"la d" Tribu 10\, interpretación y nolas de José Corona
los recursos con los que se cuenta para acercar-
Nútlez, Secrelaría de Hacienda y Crédito Público, jytéxico,
\ se a ellos, la forma de abordarlos, la sensibilidad 1968, lám. 8, f. 14
y hasta podría agregar el estado de ánimo en el " Córlú, Mnglifllm hi, bkcsimile Biblioteca Nazionale
Centrale di Firenze-Craz-Akadenlische Druck-und-Ver-
momento de consultarlos.
lagsanstalt, Graz, 1970, lám. ~9.
Ante esta perspectiva, una vez que obtuve la ~l Córlif"f' Turü'la, edición facsimilar, publicada con un
descripción de la planta, el siguiente paso fue estudio de José Tudela de la Orden, prol. de Donald Ro-
bertson, epílogo de WigbertoJiménez Moreno, Ediciones
registrar la imagen de la misma para poder iden-
Cultura Hispánica-Instituto de Cooperacion Iberoameri-
tificarla en diversos contextos. Aun cuando en el cana, Madrid, 1980, lám. ~3.
Códice Flo'rentino se muestra una pequeña ilustra- lo 11!ir/n/l, fol. 26, pp. 79-80; CÓr/Ú" Borhól1iru. U lihm rlr/

CiufU"(Jall. I-Iunu'n(~jl' /mra 1'1rlJio rld ¡'lll'go .'\'uroo. l-ibro I'x/)li-


ción del yauhtli, esta representación no vuelve a
talivo dril/amado Códitl' Borbónico, introd. y explicación de
aparecer en (ltros documentos. Empecé enton- Ferdinand Anders, Maarten Jansen y Luis Reyes, Fondo
ces a buscar nuevas imágenes, a investigar nue- de Cultura Económica-Sociedad Estatal Quinto Centena-
rio-Akademische Druck-und-Verlagsanstalt, México-España-
vos datos que me permitieron ir "atando cabos".
Austria, 1991, lám. 51; Córlia Tdlniana-Rnnmsi" en Lord
El trabajo iconográfico lo desarrollé en los códi- Kingsborough, AI1/igünlwl" r/, ¡V/,xim, t. 11, prol. de Agus-
ces Mendocino, Magliabechi, Tudela, Borbónico y en tín Yáiiez, estudio e interpretación deJosé Corona Núñez,
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, México, 19M-
la Matricula de Tlibutos.
1967, lám. XII, p. 200.
En esta búsqueda tomé como referente la re- II CórliCl' Maglinh,rhi, o/J. ril., ff. 22, 24, ~2, 46.
presentación iconográfica del yauhlli que apare- 12 Cór/i,.e "tiulr/n, O/J. ál., fL 13,16,18,26.
u Cór/i,." Rorhónim, o/J. rii., láms. 7,51.
ce tanto en el Mendocino como en la Mat1icula:
1< La festividad de Odz/Hlnizlli se celebraba en el 1mdé-
el glifo de Yauhtepec que representa el celTa del citno lnes del calendario meso<:lInericano.

166
UN.-\ PL·\NT.-\ S.-\CR.-\ll.'\ f:N lAS FL'ENn:S llE l.OS SICl.OS X\'I y XVII

ilustra en este códice, se observan estos atados cu quienes comenzaban a tañer cornetas, caraco-
en los tocados de Tláloc, Chicomecóatl y Teteo les y otros instrumentos.1H Esta misma ceremonia
[nnan, la madre de los dioses. se menciona en el manuscrito arriba citado como
De manera paralela hice la lectura de diversos Pachtzintli, sólo que para ver las huellas de los
documentos que tenían la mayor información dioses los sacerdotes ponían en una jícara unas
sobre esas celebraciones, los dioses a quienes se les verbas olorosas llamadas yauhtli, secas y molidas,
dedicaban y los rituales que se realizaban en ellas. y permanecían mirando la jícara hasta la madru-
Mi propósito era observar las asociaciones que gada en que veían aparecer en ella "huellas o pies
pudieran darse entre la imagen, el dato escrito, de gallos, leones y otros animales".19
las representaciones simbólicas y el contexto en Otra festividad vinculada con las deidades
que todo esto se presentaba, a fin de poder lograr acuáticas era Atemoztli, "cuando descendía el
una lectura 10 más cercana posible sobre el uso agua". En el momento en que la gente oía los
ritual del )'auhlli y descubrir la razón de su fuerte truenos decía que éstos anunciaban la venida
vínculo con los númenes acuáticos e ígneos. de los Tlaloqllf, entonces los sacerdotes ponían
En tres fuentes encontré el uso ceremonial incienso de ynllhlli y en sus incensarios comen-
de esta planta en las fiestas dedicadas a Tláloc y zaban a hacer ruido con las sonajas.~o En otras
los Tlaloque: en la obra de Sahagún, en el Códice fuentes también se refieren a esta fiesta como el
Tudela yen un manuscrito conocido como "Cos- "bajamiento de agua" y era dedicada a Tláloc a
tumbres, fiestas, enterramientos y diversas for- quien le ofrecían papel, copal e incienso,~1
mas de proceder de los indios de Nueva Espa- Cuando hacían la gran fiesta del signo llamado
ña ", que parece haber sido escrito en 1553.10 Ce Itzcuintli, "uno perro", dedicada a Xihute-
La primera referencia se hace en las fiestas cutli, dios del fuego, quemaban por la mañana
de Etzalcualiztli, Yecualcualiztli o Pecacualiztli de- ofrendas de papel y copal, "pues decían que con
dicada a Tláloc. Sahagún menciona que, entre estas cosas daban de comer al fuego [... J. Los
las ceremonias y ritos que hacían en el templo a pobres ofrecían un encienso que llaman rojmlxa,
este dios, el sacerdote "sembraba incienso sobre lli en su mismo hogar y los muy pobres ofrecían
las esteras, de aquello que llaman yauhlli".lli En el una yerba molida que se llama y([llhfli .. ,".~~
Tudela y en un documento de 1553, sólo se dice He mencionado sólo estas ceremonias como
que "henchían el templo de una yerba que ellos ejemplo del estudio comparativo que llevé a cabo
tenían diputada para ello y era muy olorosa"." en los documentos citados, estableciendo seme-
En ~a fiesta de la llegada de los dioses, Teo- janzas y diferencias en la forma, e identificando
tleco o Pachtontli, los sacerdotes hacían un pe- en el fondo de los textos, el eje rector de su in-
tate de harina de maíz para que los recién llega- tensa ritualidad: la división del año en época
dos dejaran allí sus huellas. Una vez que esto de lluvias y de secas, la cual generó un mundo de
sucedía los sacerdotes avisaban a los ministros del dualidades que quedó plasmado de manera sig-
nificativa en la concepción del universo, en los
1:") Manuscrito original de 1553. Se consen'a en la dioses mismos y en el quehacer cotidiano del
Biblioteca de El Escorial, en el folio 3391'. Fue I-'ublicado hombre mesoamericano.
I-'0r Federico Gómez de Orozco en 19~5. El texto que
hace referencia a las fiestas es rnuy slJl1ilar a la descripción Vida/muerte, masculino/femenino, día/no-
que se hace de ellas en el (,'ód;o' 'lill""fI. ESla semejanza che, frío/caliente, etcétera, constituyeron los
indica que seguranlenle ambos documentos proceden de
opuestos complementarios que caracterizaron
una fuente cOlnún. Rafael Tena opina que este documen-
to más bien I-'uede ser una c0l-'ia del (,'ódirf nll""fI.
H; Sahagún, Historifl (;mnfl'-- __\'()1. 1. 1-" 169. IX Sahagún, HülOlú, Gnu'ml ... , 1'01.1, pp. 123-124.
17 "COSlllt11bres, fiestas. enlerranlienlOS y dh'ersas for- I(l "Costumbres, fiestas ....., 1-" ~9.
mas de I-'roceder de3 los indios de Nuel'a ESl-'aña", en 20 Sahagún, CÓrlÚf Florf//tino, O/l. ril., 1-" I~~.
T!fllom 11, \'01. 2, núm. l (Federico Gómez de Orozco, Mé- 21 "Costumbres, fieslas ....., 1-" 52.
xico. 19~5), 1-" -13; (,'ódio' 'l'lIdr/fI, o/J. ";t., 1-'1-" 25&-257. 22 Sahagún, J-li,toria CI'III'''''/. .., 1'01.1. 1-" 352.

167
DORA SIERRA CARRILLO

toda su cosmovisión. Las fuerzas opuestas del cos- una planta de temperamento caliente y seco.
mos se manifestaban en el ciclo anual dividién- Cuando llevé a cabo el análisis de esta infor-
dolo en la estación de secas, que correspondía al mación y la comparé con la proporcionada por
lado masculino, luminoso, seco, celeste. La tem- Sahagún y por el Códice Badiano pude constatar
porada de lluvias estaba asociada a lo femenino, claras semejanzas en las prescripciones de esta
lo oscuro, húmedo, terrestre, de muerte. planta para la curación de determinadas enferme-
En este sistema de pensamiento el yauhtli, dades: quitar la tos, aumentar la leche, contener
como todos los seres vivos, participó de la esen- e! flujo de sangre, calentar el estómago, eliminar
cia divina y, por estar asociado a la parte caliente las flatulencias, entre muchas otras. También se
del universo, se consideró de naturaleza ígnea. recomienda para aliviar a los dementes y a los
atontados por el rayo.24
En otros trabajos de la época sobre herbola-
CONTINUIDAD Y RUPTURA ria medicinal indígena escritos por españoles,
no se menciona el nombre de este vegetal. Por
Después de la conquista europea, el uso de plan- ejemplo, Nicolás Monardes, médico sevillano,2;
tas en el campo terapéutico tuvo dos manifesta- dio una explicación detallada de una "hierba
ciones en el nuevo orden colonial: la primera se olorosa que conforta el corazón ", la prescribió
orientó hacia el ejercicio de la medicina indíge- para aliviar algunas enfermedades o provocar
na aceptada por los españoles; la segunda pre- determinadas reacciones. La comparación que
juició y censuró muchas de las prácticas médicas llevé a cabo con su uso medicinal en la actuali-
nativas, sobre todo en las que se usaba determi- dad me llevó a pensar que posiblemente s~ tra-
nado tipo de hierbas, y se realizaban hechicerías tara del yauhlli, y que, tal vez por ser una de las
basadas en supersticiones. Estas posiciones se re- plantas consideradas sagradas por su asociación
flejaron en la documentación producida en la con antiguas deidades de! panteón prt'hi'f.'.í-
época. En este trabajo sólo hago referencia a al- nico, no fuese llamada por su nombre náhuatl,
gunos textos de los siglos XVIY XVII. sino que sólo se hiciera alusión a sus propieda-
En el primer caso, el profundo interés de de~ terapéuticas.
Felipe II por la historia natural y por la herbola- En cuanto a la segunda posición, de rechazo
ria medicinal de Nueva España, lo llevó a orga- a ciertas prácticas cUl-ativas prehispánicas, debi-
nizar una de las principales empresas científicas do a la actitud intransigente de los dominadores
realizadas por la Corona: la expedición del mé- hispanos, quienes consideraron como actos de
dico y naturalista Francisco Hernández a tierras idolatría el uso de determinados vegetales, se re-
mexicanas para colectar, reconocer, clasificar y gistraron innumerables procesos inquisitoria-
probar las plantas medicinales. El resultado de les contra los indígenas que fueron descubier-
esta intensa labor se plasmó en su obra Historia tos practicando sus antiguos rituales. Al revisar
natural de la Nueva España, en la cual Hernández estos documentos en el Archivo General de la
registró 3076 plantas. Entre ellas ilustra y des- Nación, encontré que en ellos se describen "los
cribe, de manera muy amplia y detallada, las ca- actos de hechicería y magia" y las característi-
racterísticas físicas y las propiedades curativas cas de las plantas usadas pero, desafortunada-
del yauhtli o hierba de nubes.23 La clasifica como
ltüm.
24

Aun cuando Monardes no conoció el nuevo conti-


2'
2:< Francisco Hernández, Hislmifl Nfllural de la Nuevfl nente, recogió las informaciones que le proporcionaron
¡'''jJalifl, 2 vols., UNAM,México, 1959, p. 324. Es importan- los viajeros y reunió una gran variedad de plantas que le
te mencionar que debido al parecido del Yfluhtli con el sirvieron para publicar, en 1574, su obra ¡.flS COSfl''I'le SP
hipericón europeo, el nombre náhuatl fue sustituido por el traen de nuestras Indias Occidentales 'lIle siTven f11. medicina.
de pericón. Actualmente, en nuestro país también se lo En 1990, el Instituto Mexicano del Seguro Social la publi-
conoce con otros nombres según la región. có con el título de Herbolmifl de ¡"dia<.

168
UNA PI.\~T.·\ S.·\CRAIH EN I.·\S Fl'ENn:S nE LOS SICLOS X\'I y XVII

mente, en la mayoría de los casos tampoco se cu, reclen fechas, y derramada mucha sangre
hace referencia a su nombre. por el dicho cu; y halló dos muchachos que esta-
ban sacrificados en las piernas.~9
Sólo señalaré dos casos como ejemplo: el pl'i-
mero es el de una india quien le dio a una ml~er,
cuyo marido la maltrataba mucho, ciertas flores Seguir la huella del yauhtli a lo largo deltiem-
amarillas para que el hombre la tratara mejor y po me permitió establecer el puente entre el pa-
le dijo "que la mitad le pusiese al marido debajo sado prehispánico y la nueva situación colonial,
de la almohada y la otra le diese a oler, lo que se observar las rupturas, los cambios y las conti-
puso en práctica y surtió el efecto deseado".2fi nuidades que se prodl~eron al interior de las
El segundo se refiere a un curandero que para comunidades indígenas, fundamentalmente en
aliviar a un hombre "lo llevó a dicha su cueva, y el campo que me ocupa: la herbolaria medicinal
al el dicho llevó velas sahumerio y flores y se las y el uso de plantas en rituales curativos y agrícolas.
puso a las piedras y las adoró y les dijo que invo- Al dialogar con los documentos algunas ve-
case al Demonio y por dos veces le dio a beber ces ;ecibí respuestas, otras sólo me dejaron en-
dicho vejuco o yerva con' la cual solo; sabe ya trever ciertas pistas y, en muchas ocasiones, noté
porque en el sueño que le dio lo enseñó el gran un silencio muy significativo. Esto me llevó a com-
maestro que es el Demonio",27 prender que lo que se dice en un documento, lo
Los abundantes procesos que castigaban que no se dice, la manera en que se expresa, los
severamente a los curanderos o hechiceros indí- términos empleados y otras características del
genas, son una clara muestra del fuerte arraigo discurso son factores fundamentales para llevar
de la medicina prehispánica durante la época a cabo una investigación antropológica en el
colonial. El uso de plantas asociadas a los dioses campo documental.
del panteón mesoamericano solía ocultarse con Para el siglo XVII, la preocupación de las auto-
nombres tomados de la hagiografía cristiana, así ridades religiosas por las manifestaciones de la
el peyote se convirtió en "rosa de María", el 010- población conquistada consideradas contrarias
liuhqui en "nuestro Señor", el atlinan se transfor- a la fe católica, entre ellas el uso ritual y medici-
mó en "nuestra Señora de las Aguas", y el _~auh- nal de ciertas plantas, y su fuerte vínculo con los
tli en la "hierba de Santa María".2K antiguos dioses, se reflejó en la encomienda que
Afortunadamen te, en un texto de 1536 descu- se hizo al sacerdote Hernando Ruiz de Alarcón
brí la continuidad del uso ceremonial del yauh- para hacer un registro de conjuros y prácticas
tli en 1.111 proceso en el que se acusa a dos, indí- supersticiosas indígenas consideradas como
genas otomíes de "idólatras y sacrificadores", hechicería asociada al demonio, A pesar de la
Los denunciantes dijeron que en el sitio donde presión ejercida sobre los indígenas, es evidente
los inculpados hacían sus sacrificios que los atribUlaS mágicos conferidos a muchas
plantas no fueron revelados pCJr la población
hallaron allí muchos palos, papeles, púas de ma- nativa y permanecieron ocultos tras nombres sim-
guey, y copal, y navajas y vestiduras de ídolos, y bólicos como se puede observar en la obra resul-
plumas, y hierba que se llama yauhtle, y sahume-
tado de esta indagación: Tratado de las idolatlías,
rios e incensarios; todos puestos en un cu, de
supersticiones, dioses, litos, hechice/ías y.otras costU1I!-
dentro y de fuera, y cántaros de pulque y comi-
da y cacao y otros géneros de cacao y géneros de bIes gelltilicias de las razas abol1gelles de jl¡[éxico.
bebidas, y muchos ranchos alrededor del dicho En este texto encontré el uso del yauhtli en
curaciones por medio de conjuros e invocacio-
:!li Pro(,t'JO'i tI,-l,-tCS, (;ru/)(J /)0('/1 Ulf'nlfllln'lllúiirión, v. 899, nes dirigidos a los seres invisibles a quienes se
exp 1,1'. 1-17.
"' ¡bid"/I, \'. H6~, rf. 2B 1-~~7.
"" Bernardo Ortiz de Montellano, Alnlúi//", ",d//d y :!\I ACN. IUfo/JilariólI dI' If'JI'.'j dr-[os n")·Il(J.'i rir./llflil/J, lOtllOS

/I/I/lililÍ// No/n"", Siglo XXI Editores, México, 1~9~, P. 242. 1, 2, 2~.

169
DoR.-\ Sn:RR.-\ C.-\RRII.1.0

invocaba por sus nombres secretos. Estos dis- CONCLUSIONES


cursos revelan los atributos y poderes que se le
atribuían a la planta. Al pronunciarse dichos Aunque en apretada síntesis he querido expo-
conjuros, los espíritus que moraban en ella ner la manera en que entablé mi diálogo con
cobraban sentido y se constituían en los princi- ciertas fuentes documentales, elaboradas en dis-
pios activos del vegetal. tintas épocas y circunstancias históricas y con
En primer lugar, destaca su uso obstétrico: se diversos fines.
prescribía "para el buen suceso del parto". Para Seguir la huella de esta planta sagrada me
ello se debía prender fuego en los sahumerios y permitió transitar en el tiempo y tener un pri-
ponerles copal ("mujer blanca") o "la hierba lla- mer acercamiento con los documentos y así
mada yauhlli y en castellano yerba anís" ("sacer- romper el silencio de estos testigos del pasado.
dote amarillo"), al tiempo que se hacía una in- Una vez que establecí el diálogo y que empeza-
vocación: "mi padre las cuatro cañas que echan ron a nuir las preguntas, tt1\'e que tratar con su-
llamas con cabellos rubios, o mujer blalica o mo cuidado las respuestas que me brindaron los
amarillo espiritado".:\O textos, sin olvidar la carga ideológica que per-
Para los dolores de cabeza se recomendaba meó su contenido.
sahumar con yal/hlli la cabeza del enfermo. En la Fue necesario hacer una serie de correlacio-
cura de las ciciones o tercianas (calenturas que nes con datos registrados en otro tipo de mate-
entran con frío), se aconsejaba punzar el espina- riales. Es decir, llevé a cabo un trab'00 interdis-
zo del paciente con una buena aguja; mientras ciplinario para poder constatar la información
otros lo sahumaban "con la hierba llamada .\'allh- obtenida en los diferentes campos estucli~dos,
lti, en castilla anís diciendo: 'Ea ya ven, el amari- verificar algunas hipótesis, reformular otras y lo-
llo conjurado o consagrado, \'e a destruir y aca- grar "atar algunos cabos sueltos".
bar el \'erde humor, que causa estas tercianas y Sin embargo, esto ha sido sólo el principio de
quiere ya matar a ese mi hijo horrible, porque una ardua labor de ill\'estigación que deseo con-
ellas le traen emllelto en polvo la cabeza toda tinuar en los diferentes ámbitos que he abordado:
desme lenada'. ":\I botánico, arqueológico, iconográfico, etnohistóri-
Es importante destacar que en la mayoría de ca y etnológico, a fin de integrar, en un contexto
los casos, la acción terapéutica del yauhlli se ob- más amplio, la importancia y el simbolismo de las
sena por medio del uso del fuego y sahumado, plantas sagradas en la cosmo\'isión indígena.
para enfrentar y alejar a los seres agresores de
naturaleza fría. Las llamas accionan los poderes
del \'egetal ya través del fuerte olor del humo se BIBLIOGRAFÍA
combate a los causantes de la enfermedad. En
este juego simbólico se enfrentan los opuestos: Archi\'O General de la :\'ación, RecojJilarión de leyes
lo caliente contra lo frío; el poder del yal/hlli se de 105 nrynos de Indias, tomos 1, 2, 23.
asocia con el calor, la luz, el fuego, la vida; mien- ---, Procesos del,4(;.\', Gl1ljJO Documenlal bU!lIi-
tras que el dolor se vincula con el frío, la oscuri- sición, v. 862.
dad, la muerte. ---, Procesos del,4(;,\', Grupo DoCltmenlal Inqlli-
sición, v. 899.
Códice Borbónico. El libro del Cillacoa/l. Homenaje
:"' Hernando Ruiz de Alarcón. '/i'olr,,/o d,' las idolal,;os,
,wIJrnlirionf'J, diost'J, lilO.'l, hn'hit"f'lifl.\" y (Jiras l'OJtum!Jrt'.\" gf'lllili- para el año del F1lfgO Nuevo. Libro eXjJtimlivo
áa,lj ti", las rfl:.tlJ abmignll'J di' ¡\I';xim, original) 629. Ll edición del llamado Códice Borbónico, introd. yexplica-
que cito en este trabajo es la publicada con el nombre de
ción de Ferdinand Anclers, Maarten Jansen
F/ ,,11110 n/mil/rula, Fondo ele Cultura Económica, México,
191'7, p. 196, y Luis Reyes, Fondo de Cultura Económica-
:\1 /bid,,", p, 217,
Sociedad Estatal Quinto Centenario-Akade-

170
UNA PL-\NT\ S.·\(;RAIH EN L-\S FLlf:NTES DE l.OS SIGl.OS X\'I y X\'II

mische Druck-und-Verlagsanstalt, España-Aus- Juan Badiano, versión española con estudios


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171
ESCISIÓN ÉTNICA DE LA MEMORIA HISTÓRICA

EN LA SIERRA DE MICHOACÁNl

Ca.rlos Ga.rcla. ¡Hom. 'k

.-\1 Kmpo r/f l'IlIIí¡,'l'll/{¡S ('{Jo/'llillflllo POI' .,¡ir/a Caslil/f/a


fII Pi /Jflis /Jlof/m}¡a a /Jflrlil' r/f 1999

Hace algunos años, quien esto escribe re\'isó nerse en la brega con detalles que sólo parecen
sus notas de campo tomadas en un poblado puré- insignificantes si los consideramos aislados.
pecha de la sierra de Michoacán, para consultar La alternati\'a era eliminar el testimonio que
testimonios orales recogidos entre ancianos del pudiera estar equivocado y conservar el que no
lugar. Con ello deseaba recrear la vida de sus ha- causara las indeseables contradicciones. Yeso fue
hitantes a fines del porfiriato. Así, se topó con la lo que intentó el autor. El testimonio inicial pare-
afirmación de una anciana según la cual, allí no cía plausible: en el pasado, la pohlación cam-
se consumía leche de vaca, pues a "la gente" le pesina de origen americano -a diferencia de la
proHKaba malestares en el aparato digestivo; otro española criolla- a veces carecía de las enzimas
anciano sostuvo que las vacas sí se ordeñaban. necesarias para digerir la leche: de ahí sus tras--
El autor, lejos de interesarse en la nutrición tornos al consumirla. Yjustamente esa fue la pista
de los serranos en esos años, lo estaba en las que permitió explicar 1<1 aparente contradicción:
secuelas de sus desaparecidas repúblicas puré- si el viejo afirmaba que allí se ordeñaban va~as
pechas. POI' ello, la contradicción entre dichos (presumiblemente para el consumo local de su
testimonios sobre ese detalle de la vida cotidia- leche), era porque su familia lo hacía, por lo tanto
na. en nada afectaba el escrito que preparaba. El debió tratarse de un tipo diferente de poblador.
asunto pal'ecía irrelevante, por lo cual estuvo A ese desacuerdo se sumaban otros, como el
tentado a eliminarlo de su estampa costumbrista; del testimonio según el cual -durante esos
aunque con ello, en vez de afrontar el problema años- la población sólo hablaba purépecha,
sólo lo eludía sin correr aparentemente riesgo mientras otras fuentes aseguraban que desde
alguno. Sin embargo, evadir las dificultades es mucho tiempo antes había personas bilingües.
siempre el camino más fácil y, como se verá, des- Al acumularse informes aparentemente opues-
perdicia más evidencias de las que podría supo- tos sobre diversos aspectos, se hizo evidente que
el problema, más que resolverse depurando datos
* Direcciún de Etnohistoria, INAH. que pudieran ser erróneos, se afrontaba averi-
, Versión re\;sada de la ponencia presentada en el
guando qué expresaba la contradicción entre
coloquio j';/no!zúI01ia: vi.\üín al/rrllulill(J df'ilif'lIIj}(), celehra-
do en el Museo Nacional de Amropología (t>léxico, 21 a dichos testiinonios.
23 de noviembre ele 2(02) por iniciatil'<l de la Dirección Al asociar el tema con otros fue evidente que
de Etnohistoria del Instil\110 Nacional de Antropología e mientras unos testimonios pertenecían al pueblo
Historia. El autor a~radece a sus colegas Rosa Brmnbila y
Catalina Rodríguez Lucano sus comentarios al borrador purépecha, otros venían de españoles criollos ave-
original. cindados de arraigo relativamente reciente; por

173
C-\RI.OS G.~Rci.-\ }IORA

lo tanto, ambos eran verdaderos y ninguno podía de la huella de un proccso llue había marcado
eliminarse. En efecto, las noticias disponibles un paneaguas en la vida local.
correspondían a uno u otro de los dos pueblos o
etnias que allí convivían, pues aunque cada uno
pretendía aludir a toda la gente del asentamien-
to, en realidad se referían a los purépechas o a los
avecindados; ambos del mismo poblado pero de Cuando se habla de la historia se corre el riesgo
distintos sectores, por lo que cada uno transmitía de confundir el pasado o el conjunto de los he-
su versión de las cosas, según su propia manera de chos, acontecimientos, movimientos, procesos y
generalizar y difundir su visión histórica.~ demás fenómenos ocurridos, con el recuerdo
Así, cuando se afirmaba que el consumo de que conservan los protagonistas o testigos de los
leche afectaba a "la gente", la purépecha habla- hechos, o con la memoria individual o colectiva
ba -consciente o inconscientemente- de ella de quienes los conocieron a través de otros y a
misma; cuando se consignaba la cría de ganado su vez la transmiten a sus descendientes. Tam-
vacuno y el consumo de su leche. lo decían los bién se llama "historia" al relato (oral o escrito)
pobladores de otra afijiacion étnica para quie- del pasado, lo cual evidentemente es distinto
nes, la primera, por lo visto, seguía consideran- a la historia propiamente dicha, es decir, a los
do apartc de "la gente ", es dccir, de la suya. hechos del pasado. Alluí conviene diferenciar
De esa manera. el quc Jos datos se enfrenta- historia cle recuerdo, memoria y relato, aunque
ran persistentemente sugirió que podrían pro- este último sea contad,. en forma de testimonios
venir tanto de actores di\·ersos como antagóni- y tradiciones orales que a veces Ilégan a ponerse
cos, debido a que allí convi\'ieron dos pueblos y por escrito.
ambos pretendieron decidir sobre los recursos Además, tanto la historia como la ml"moria y
del lugar, su poblamiento, la reproducción bio- el relato los prodllcen de manl"ra di\"<"-'~ kJ
lógica de sus habitantes, su manera de relacio- diferentes sectores de la sociedad, o si se quiere
narse con su entorno y de explotarlo, su control decir en términos clásicos, cada una de sus cla-
sociopolítico y su cultura. La leche vacuna y su ses sociales v sus respectivos estamentos. Es de-
consumo fueron, más que meras trivialidades, cir, cada clase social protagoniza una cierta his-
cabos de al menos dos hilos de una trama tcjida toria con hechos propios, g-uarda memoria de
durante una competencia entre dos pueblos y. ellos de una manera particular v los transmite
evidencia de un interesante fenómeno: la esci- en relatos con una visión específica, la cual ade-
sión étnica de la memoria colectiva producida más suele renejar su heterogénea composición
en algún momento, aún por determinar, del si- étnica. Veamos el caso que aquí nos ocupa.
glo XIX. El asunto entonces, cobró más relevan-
cia que el de ser un mero rasgo de la alimenta-
ción purépecha durante el porfiriato: se trataba 2

'.! Aquí se llama IJlIt'blo a cada conjunto humano gene-


En Michoacán, el mantenimiento de la memoria
ralmente policlasisla de orígenes COlllunes, con lengua y
cultura cOlllpartidas. Para prt'\"enir confusiones, se t',"ü.a el tuvo importancia desde la era tarasca, cuando
término como sinúnill10 de "poblado". Se enLiende que, el los gobernantes de Ts'intsúntsa contaban con
su "el, ,'arios pueblos pueden cOI1\"i,"ir y formar otro ll1a-
encargados de recitar los relatos de sus clanes.:l
yor. como es el 111t'xicano, en cuyo seno han coexistido y
mezclado en los dos úllinlos si~l()s el maya. el tnazahua, el Luego de la conquista española, los purépechas
olomÍ, el español, el ne~r(). etcétera. La palabra etnia se
lisa súlo (UnIO sinúnilllo acaciélllico de pueblo, aplicable a
cualquiera incluso eurupeo; nunca C0111U sinónimo de " Frav Jerónimo de Alea)", IMruián ti" ,Hidw,,(rín, \ul. 1,
minoría (pues puede ser lo contrario) y, por supuesto, sin Patrinlonio Nacional-AYllntatnienlo de !\Iorelia-Testilnonio
ninguna connotación peyorati\·a. Comp,niía EdilOJial, Madrid, ~()()), pp. I'j()~-I'j()fi.

174
[S<:ISI(lN ¡::TNIC ..••llF L-\ ~IF.\IORI. ..••HISTÓRIL\ EN L ..••SIERR. ..••llF ',JILHO ...••
C\.\;

(que formaban una clase trabajadora de puré- panas de los templos ... Algunas relatahan he-
pecha hablantes) se integraron en corporacio- chos dramáticos 'lue dejaron una hericla en la
nes denominadas repúblicas de los naturales con memoria colectiva, como epidemias catastrófi-
su respecti\'o gobierno; éstas confirieron impor- cas, ne\'adas extraordinarias, hambrunas, enfren-
tancia a la presen'ación de sus tradiciones ~.nor- tamientos armados, asesinatos políticos ... Por
mativas, tres de cuyos rasgos fueron: su tr;II1S- sUpl1esto, se guardaba recuerdo de ciertos perso-
misión oral, su interpretación ideológica \ su najes como curas, jefes de armas, líderes sociales
interés político. y políticos, ricos notables, grandes comercian-
Además, los relatos sagrados estaban integra- tes, funcionarios, "cabildos", escribanos, arrieros,
dos en la memoria colectiva e incluso en algún artesanos, maestros, músicos ... frecuentemente
momento fue a la inversa: la tradición purépe- sólo por dos generaciones aunque otras H'ces
cha pasó a formar parte de (o se desarrolló los recordaron por más tiempo, como a los últi-
en) la memoria sagrada propia del cristianis- mos gobernantes tarascos ~' a ciertos religiosos
mo. Para el pueblo purépecha, ésta tenía su de fama perdurable.
punto de partida en pasajes bíblicos que adop- Elegir 10 'lue se recordaría debió ser indicati-
taron en el siglo X\l, sin alejarse de sus propios \'0 de la naturaleza misma del tipo de tradición
mitos. La memoria histórica era un,l: b 'lue con- v el interés específico 'lue la generaba. Cierta-
sen'aba el origen del Sol. la Luna, el mundo y mente, de poder hacerse una comparación en-
el nacimienlo dcJesús; así C0ll10 el hallazgo del tre lo 'lue guardaban en sus memorias los puré-
agua par" beber, que permitió fundar los po- pechas y los españoles arraigados, ilustraría las
bbdos '¡erranos. La cosmovisión, los mitos \. la características 'lue ];IS diferenciaba y las que
his'toria se integraron en una memoria común compartían.
al pueblo. Entre los purépechas. una \'ersión de su his-
En efecto, una característica de esa memoria toria para el común se iba decantando, pulien-
fue 'lue en ella, hechos reales e imaginados for- do y filtrando en una memoria colecti\'a y este
maron parte indi\'isible del pasado. Las tradicio- conocimiento llegó a ser pri\'ati\'O de unos pocos
nes orales así cultivadas 'lue la presen'aban \'iejos principales. En \'ez de poseerse democrá-
lograron explicar y justificar la existencia ~. el ticamente, sus relatos \. tradiciones fueron guar-
funcionamiento de la repúbliGI purépecha, con- dados por algunos pocos: "La tradición e histo-
tribuyendo a su vez a la integración ideológica ria [es decir, la memoriaJ sólo se consen'aba
de sus miembros. íntegra entre los de la primera clase, pues a los
Tales tradiciones contenían conocimiento a de la segunda se les daba a saber sólo rtldimen-
\'eces vital, como el que especificaba los linderos tos o un pequeño compendio [...]. "',
de las tierras de la comunidad. Las repúblicas Esa política hace sospechar 'lue tal memoria
purépechas llegaron incluso a poner por escrito guardaba el relato de la historia protagonizada
esa memoria agraria." por gobernantes y principales, mientras la que
Otras veces, las tradiciones hacían referencia hacía el común perduró poco. Al parecer, la
a leyendas de diversa índole que explicaban transmisión de padres a hijos entre las familias
sucesos diversos como la fundación de los pobla- del segundo compitió desfavorablemente con
dos, las peripecias de imágenes religiosas y cam- los mecanismos institucionales que reproducían
las tradiciones de la memoria formal; por lo
4 \'t'ase .-\nónil11o. "EI COlllún y naturales de este pue- cual, desarrollaron mejor otros géneros orales
blo [... r. en COlllisariaelo ,k Bit'nt's COlllunales elt' Cha-
rapan. {/:'xlúhitú;" d" ¡i/u[w, /fIfluijr')(J(';r)11 UJIl ("i{(uiúll dI' (O- ;; Lorenzu ~hlr~llía Angeles. "Las clases socialt's. Los
lindon/r.,.\' vi,(a d,., oifH dI' la /JU.\f',\iáll d" (in1"(J.'i rlt'! ¡nuMo rI,.. nobles. Los arlesanos. Los criados", en Cilla, en
\"fJJlW/rlr10

San AI/lonjo CllfIrá/m1/i, jUli\". dr./iquiljm11, Sflll./ual1 Pni!Jrín r/, ir/m.,. año :\\·I\. núm. 857 (Zamora. IS ele diciembre ,k
I flg""grlllo r/,. Fiogiiillr/ill], 1759-177'1, elllre fT.~8~' ~9. 19(8), \J. 4 (:'i' co!.).

175
C.~RI.OS G.~R<:iA MORA

como la eh 'al1ál1fimkwa o anécdota jocosa." Así, Varias huellas mostraron la importancia que
la memoria histórica relatada en las tradiciones se le confirió a la memoria histórica conservada
y testimonios orales de cada poblado se refirió a por medios orales. Una de ellas se percibía to-
su gobierno y principales, y menos al común davía a fines del porfiriato, cuando cada año
que sólo aparecía como fiel cumplidor de obli- los "alcaldes" de barrio juntaban a los mucha-
gaciones y normas de conducta y pocas veces chos de ciertas familias y los llevaban a lim-
como protagonista, con una notable excepción: piar los linderos de sus tierras comunales para
el poblamiento de la sierra. que los conocieran y memorizaran.H Esto tenía
Con todo, ello produjo una memoria compar- evidentemente gran importancia, pues en ese
tida por todos, sobre la cual no quedó huella que conocimiento se basó la defensa de las tierras
alguna vez hubiese estado seriamente en duda. A agrícolas y boscosas, las cuales siempre enfrenta-
veces sólo se discutía sobre la fidelidad de la re- ron litigios con poblados vecinos y terratenien-
producción de sus tradiciones, la exactitud de su tes fuereños.
contenido y su interpretación. Difícilmente se po-
nía en entredicho el relato sobre el origen de los
poblados, aunque sí sobre los detalles, como por 3
ejemplo el significado y origen del nombre que
adoptaron y sus apelativos cristianos. En el siglo XIX, la memoria histórica formó par-
El contenido de la memoria fue rico y de cier- te de las conformaciones étnica y social regio-
ta profundidad, pues conservó noticias, tradicio- nales, así como cie la cultura del conglomerado
nes y leyendas orales sobre la era tarasca ---<:uando pueblerino que contó con un conjunto de/rela-
la sierra pertenecía a los irechas de Ts'intsúnta-, tos sobre un pasado)' la voluntad, impuesta o
así como de la llegada de españoles que conquis- espontánea, en todo caso inevitable. de vivirjun-
taron el territorio.' tos purépechas v españoles criollos ~rraigd<.los
No obstante, en la primera mitad del siglo XIX, (a partir del siglo X\ 11), con una memoria co-
las repúblicas de los naturales fueron disueltas mím pactada o impuesta. Sólo que cada pacto
por el gobierno del México independiente, re- de la memoria que habría de guardarse)' recor-
partidas sus tierras comunales y desconocidos darse estuvo sujeto al equilibrio o desequilibrio de
sus gobiernos que fueron sustituidos por ayun- fuerzas entre los integrantes del poblado, sus
tamientos municipales poliétnicos. Con ello se conjuntos étnicos y sus clases sociales.
dio paso a que españoles criollos arraigados pu- Por eso, luego de haber sido disuelta la repú-
dieran hacerse dueños de una parte de las tierras blica purépecha, pudo suscitarse la competencia
repartidas y tuvieran acceso a los puestos políti- entre sus sobrevivientes y los españoles avecin-
cos locales. dados para dirimir quién seguiría conservando y
Sin embargo, como las tradiciones formaban transmitiendo la memoria. Sin aventurarse mu-
parte de la memoria purépecha, diferenciada de cho puede decirse que todo estuvo asociado con
la española (por precaria que fuera), continuaron la disputa que los españoles entablaron por la
transmitiéndose en el seno de las familias, tanto tierra purépecha; seguramente porque los fue-
en boca de sus viejos como de los responsables reños disputantes (de viejo o reciente arraigo)
que sobrevivieron de su anterior gobierno.

H Emrevista a Lorenzo Murguía Ángeles, Charapan, 19


ti Karla Katihusca Villar Margan, eh 'flurínlirflkw(J: un de mayo de 1974, en Archivo personal de Catalina Rodrí-
(aso de Irrulif'iúll oral ImrfjJnha, tesis, Escnela Nacional de guez Lazcano y C. García Mora, No/m rfp mlll/)(), 197~ 1974,
Amropología e Historia, México, 2000. Iibreül 4, f. 15 v. Ad"ertencia: aquí se hace refer •.ncia a los
7 Pablo Velásquez Gallardo, 1.11 h",himill m Cham/ml/., "alcaldes" sobrevi\iemes del conjunto purépecha de car-
Midww'fÍ 1/. , tesis, Escuela Nacional de Antropología e gueros, no ele los presiclentes municipales instaurados en
Historia, México, 1949, p. 4. el siglo XIX.

176
ESCISiÓN f:TNICA DE L-\ ~IU"I()RIA HISTÓRICA EN L-\ SIERRA DE MICHO.-\C-\N

¡-equerían legitimar de algún modo su supuesto del denominado Occidente de Mesoamérica, un


"derecho" a hacerse de tierra o a poseer la ya ob- área cultural generada por sociedades y culturas
tenida, además de desempeñar puestos políticos de pueblos americanos originarios. De esa mane-
locales. ra, han procurado implantar la concepción del
En algún momento del siglo XIX, debió ha- Occidente mexicano como una región de blan-
cerse evidente la existencia de una ruptura en la cos criollos, despojada ya de la memoria histórica
memoria histórica conservada en la república de los antiguos pueblos y sus descendientes con-
purépecha. Tras de la apariencia de una nueva temporáneos que le dieron su sentido etnológico.
memoria general, un conjunto de testimonios y Por eso, la división de la memoria colectiva en
tradiciones de orígenes diferentes empezaron a versiones diferentes fue un fenómeno que con-
aparecer; incluso algunos que, así como mencio- sistió en algo más que diferencias menores en
naban formalmente a ciertos personajes y secto- las tradiciones pueblerinas, debidas a su menor
res étnicos y sociales, al mismo tiempo fueron o mayor conocimiento, a las pérdidas y adiciones
olvidando -consciente o inconscientemente- generacionales y a los agregados o modificacio-
a ciertos protagonistas. Por ejemplo, los tecas nes causadas por su transmisión en boca de mu-
mencionados en las tradiciones sobre la funda- chos relatores al mismo tiempo.· Asimismo fue
ción de los poblados fueron desapareciendo en un fenómeno de constitución de auténticas me-
algunas versiones, conforme se dejó de hablar morias propias de cada uno de los bloques so-
del pasado remoto. ciales y étnicos contrapuestos en la sierra, según
Esta merma pudo deberse a que decayó la hayan participado en un bando o en otro.
transmisión institucional de la memoria históri- En Michoacán, la reelaboración de la memo-
ca que la exrepública purépecha hacía anterior- ria histórica fue una de las grandes empresas
mente de manera formal, por lo que empezaron ideológicas de las reformas integrales promovi-
a olvidarse partes de ella. Además, fue evidente das por los grupos sociopolíticos liberales emer-
una quiebra debido al surgimiento y enfrenta- gentes. Como todo movimiento, el liberal creó
miento de visiones sociales contrapuestas. En sus mitos para agitar a los sectores sociales sobre
efecto, tal separación de la memoria fue un re- los cuales se apoyó, difundiendo una historia na-
sultado del verdadero corte del pasado de Mé- cionalista y un culto a "los héroes de la patria".'l
xico y más de Michoacán, en particular la rup- Baste citar Michoacán, paisajes, Iradiciol1es y le-
tura definitiva entre el mundo mesoamericano y ye-l1das, una notable obra prototípica que rein-
el puéblo español criollo y la posterior gran parti- ventó el pasado michoacano desde el punto de
ción de la sociedad en dos grandes "partidos": el vista liberal con tal éxito que influyó en varias
del liberalismo laico y el del conservadurismo oli- generaciones de michoacanos.1o Su autor formó
gárquico y clerical (expresado también en la pug- parte de un grupo político en Uruapan que in-
na entre federalismo y centralismo); protagonistas cluía a liberales de la sierra. Ése y otros libros
ambos de una lucha de dos siglos cuyo desenlace formaron parte del colosal esfuerzo de un ex-
seguía pendiente al empezar el siglo XXI. traordinario conjunto de intelectuales para
El antagonismo entre las visiones sobre el pa- transformar la mentalidad de la sociedad mi-
sado de esos bandos políticos del siglo XIX fue choacana, impregnada de religiosidad y control
patente y ciertamente llamativa, sólo que hace
~ Véase Carlos Garóa Mora, "Guerra y sociedad en
olvidar que tuvo, a su vez, un antecedente que se
Michoacán durante la ocupación francobel~a y el Imperio
hizo a un lado. Yal hacerlo, algo se quiso olvi- de Maximiliano (1863-1867)", en Anlro/}{)Iogía. /loldl" ofi-
dar: la historia purépecha. cial fit,lln.\/ilu/o dI' Anlmj)()[O,f..,r¡tl t! Hist017a .. "-J'u/llfUlflllo, nllll1.

25 (México, nueva época, enero-febrero de 1989), p. 13.


Un ejemplo ilustrativo es el intento que cier-
lO Eduardo Ruiz, Alirhoflfrill, l){lis(~if'.o;. Imdir';ollf's)' Ir),fl1-
tos sectores de origen español criollo han hecho da,. 2 \'ols., PI"(;1. de Jesús Romero Flores, México, s.p.i.,
para apropiarse del concepto histórico y cultural 1940

177
CARl.OS GARCÍA MORA

social y clerical, en una laica y libre de ataduras supervisada por el obispado de Zamora, contra-
corporativas. poniéndola a la liberal ya la purépecha.
Sus medios fueron innumerables, desde las
escuelas públicas hasta las bandas civiles de mú-
sica y las canciones profanas populares, pasando 4
por la prensa, las novelas, las pinturas, la arqui-
tectura, las ceremonias civiles, los banquetes, los Como en el siglo antecedente, en el xx los dife-
bailes y otras expresiones similares, incluyendo rentes grupos sociales elaboraron relatos con sus
la reescritura de los relatos que transmitían la propias versiones históricas, al enfrentarse agraris-
memoria michoacana. Su influencia penetró tas purépechas con terratenientes y pequeños pro-
profundamente en las diversas capas sociales del pietarios.11 El uso de la memoria para justificar y
estado e incluso pudo hacerlo en la tradición legitimar el orden y la posición social fue también
purépecha. evidente. Sólo que un viejo purépecha, refirién-
y como la visión integral del pasado transmi- dose al agresivo grupo de españoles criollos ave-
tida por el gobierno de la república de los natu- cindados declaró: "Entre ellos no hay historia".I~
rales había caducado, ésta pudo irse desintegran- En efecto, los españoles criollos tenían un pa-
do en pedacitos desarticulados, cada uno con su sado relativamente corto y efímero. Corto, pues
propia lógica. En efecto, puede presumirse que su presencia apenas se remontaba al siglo XVIII
la memoria comunitaria purépecha debió verse (y sólo unas cuantas de sus familias, ya que las
afectada por la empresa ideológica liberal que demás se establecieron en el XIX o en la prime-
fundó una memoria histórica laica. Tal afecta- ra mitad del XX) y efímero, porque la mayoría
ción pudo ser en tres sentidos. emigró después. /
El primero, con la quiebra de la hegemonía Se puede constatar cómo ese juicio expresó la
e integridad de la memoria histórica comunitaria manera en que los purépechas percibieron en sus
al implantarse la visión liberal, con la que tuvo poblados a los turhísii"cha ("españoles") y el hecho
que convivir (patente en la pérdida del apelati- de que éstos tuvieron que inventar un pasado
vo católico de sus poblados, el renombramiento para ligarse a la tierra e integrarse en la memoria
de sus calles con nombres de héroes liberales colectiva; aun si para ello tenían que apropiarse
fuereños y el establecimiento de unidades admi- de la purépecha. En efecto, los fuereños intenta-
nistrativas arbitrarias que desplazaron la organi- ron hacerse de ella en sus enumeraciones apolo-
zación urbana basada en barrios). géticas de las obras y "mejoras" de sus adminis-
El segundo, con la reinterpretación liberal de traciones municipales.l~ Así, se hizo patente su
la tradición purépecha (reflejada en las versiones interés por allegarse tradiciones que dieran legi-
literarias en español de sus leyendas despojadas timidad histórica a sus planes, mientras llegaron
del sentido religioso que tuvieron en la memo- al extremo de negársela a las familias purépechas
ria popular). antagónicas. Por ello, la quiebra de la historia y
y el tercero, con la formación de encontra- la memoria se profundizó aun más.
das versiones históricas, étnicas y sociales. Los purépechas, en vez de vivir en idílicos po-
D~ esa manera coexis~ieron la continuidad de blados campesinos, residieron en asentamientos
la memoria transmitida por la exrepública puré- conflictivos de una región ocupada por pobla-
pecha y la nueva de carácter laico, difundida por
avecindados.afiliados a bloques políticos, emplea- 11 Véase Carlos Carcía Mora. "Tierra y mO\iniiento
dos del gobierno y maestros de escuelas públi- agra.ista en la sierra purépecha". enJom{/(las rlr Historia dr
cas. Incluso en esta confrontación, el altD clero Occidente,Jiquilpan, 1981. pp. 46-101.
12 Tomás Salvador, cOllllmicación oral, México.
católico también intentó desplazar la memoria 1:1 Presidencia Municipal de Charapan, "Leyenda de la
comunitaria con una religiosa decimonónica y fundación del pueblo de Charapan ....., Charapan, 1954.

178
ESCISiÓN f:TNICA nt: lA MEMORIA HISTÓRICA EN lA SIERRA DE MICHOACÁN

Foto: Carlos García Mora.

ción constituida con diferentes clases sociales Entre ambas fechas, alrededor del 13 de ju-
que, a su vez, incluyeron personas de diferente nio de 1974, se tomó una fotografía de uno de
origen. Por eso, en ellos tanto el recuerdo como los momentos culminantes de la fiesta patronal
el olvido fueron étnicos y clasistas. De ahí las di- dedicada a san Antonio de Padua, cuando -por
vergencias en la historia oral conocida. alguna razón- ningún español criollo estaba
El pueblo español criollo de la región intentó presente, ni siquiera el cura. El lector puede
hacef figuradamente invisible al purépecha en contemplarla ahora: ahí quedó atrapada la ima-
algunos poblados. Lo logró en parte si se com- gen del Charapan purépecha que, pese a todo,
para a Nahuatzen, Charapan y Paracho con sus seguía vivo (véase fotografía).
vecinos; tanto que, en 1950, un antropólogo con- Al centro puede observarse la imagen patro-
sideró a Charapan y Paracho como los más "acul- nal de san Antonio de Padua expuesta al pueblo
turizados" de la sierra.14 Treinta y seis años des- en sus andas sobre la breve escalinata de acceso
pués, un colega suyo consideró que Nahuatzen y al templo parroquial. Al fondo, la fachada prin-
Charapan habían dejado de ser purépechas para cipal con su puertas abiertas. A los lados del "san
convertirse en poblados de "mestizos" (cualquier Antonio", los padres del "carguero" que lo repre-
cosa que esto quiera decir).I!\ sentaron (pues estaba trabajando en Estados Uni-
dos): a su derecha, el padre y a su izquierda, la
Gonzalo Aguirre Beltrán, Pm/¡[Pmnl tlP ia Po/¡{arión tlP
14 madre (tal como era costumbre que hombres y
Úl Cumra ,[Pi "J1",imtr1~r. Instituto
Nacional Indigenista. mujeres se dividieran en el interior del templo
México, 1952, p. 240.2' col.
para escuchar misa). Acompañando al primero
1" Jaime Espín Día/., Tifrm [ría, tinm rlf ronflirto.I m
Mirhnarán. El Colegio de Michoacán-Gobierno del Estado y un poco más abajo pero del mismo lado, se ve
de Michoacán. Zamora. 19Hfi,p. 121. la banda de música y los hombres agrupados

179
CARLOS GARCÍA MORA

(algunos llevando gabán serrano) y acompañado BIBLIOGRAFÍA Y DOCUMENTOS


a la segunda, las mujeres en rebozadas del otro
lado. Al frente y en primer plano, una fila cerra- Aguirre Beltrán, Gonzalo, Problemas de la población
da de moros vestidos con su indumentaria moris- de la cuenca del Tepalcatepec, Instituto Nacional
ca resguardando al "santo". Indigenista, México, 1952 (Memorias, I1I).
En esta toma fotográfica no aparecen especta- Alcalá, Fray Jerónimo de, Relación de Michoacán.
dores, pues aún quienes eso parecen ser a los ojos "Rela¡:ión de las ¡:erimonias y mctos y pobla¡:ión y
de un visitante, están ahí cumpliendo la tarea de governa¡:ión de los yndios de la provin¡:ia de Me-
acompañamiento e incluso, más allá y fuera de la chuflcan hecha al yllustrisimo señor don Antonio
fotografía, observaba la gente que estaba allí para de Mendo¡:a, virrey y governador desta Nueva Es-
representar o hacer presente "al pueblo". Sim- paña por su Magestad, etcétera" (l540.ca). c.IV.5.
bólicamente, éste y sus moros que lo encarnaban Original conservado en la Biblioteca del Real Mo-
protegían tanto a la imagen como al conjunto del nasterio de San Lorenzo de El Escorial de varios
poblado formando así un baluarte cristiano. autores, comp. y trad., coord. de la ed., introd.
La fotografía carece de nitidez y por ello es y paleo. Armando Mauricio Escobar Olmedo,
difícil apreciarla, pero registró la presencia puré- estudios preliminares de varios autores, 2
pecha en la fisonomía de sus rostros, su indu- vols., Patrimonio Nacional [de España]-
mentaria, su organización, su santo patrón tute- Ayuntamiento de Morelia-Testimonio Com-
lar, sus cargueros, sus símbolos, su recogimiento pañía Editorial, Madrid, 2001 (Col. Thesau-
religioso, su danza emblemática, su música, sus rus Americae, 3).
actuantes lazos parentales y la configuración so- Archivo personal de Catalina Rodríguez ..laz-
breviviente y vigente de un pueblo. cano y C. García Mora, Notas de camIJo de... ,
Más que hablar del consumo de leche en la 4 Ibtas. ms., Uruapan-Charapan, Mich., 1973-
sierra de Michoacán, en estas páginas se ha que- 1974.
rido mostrar cómo una de las aportaciones de la Comisariado de Bienes Comunales de Chara-
etnología histórica es la de mantener, en la me- pan, "El común y naturales de este pueblo
moria colectiva, la presencia de los pueblos (o [...] ", anónimo en [Exhibición de títulos, mani-
etnias) como tales: con su origen, su desarrollo festación con citación de colindantes y vista de ojos
y la convivencia entre ellos, Eso se ha hecho en de la posesión de tierras deljmeblo de San Antonio
México, reconstruyendo su historia, si bien es Charápani, jurú. deJiquilpan, San Juan Peribán
cierto que la de los pueblos originales ha sido y agregado de Tingüindín] de Ricardo de Mon-
la de aquellos que, a partir del siglo XVI, sólo pue- serrate, 1759-1779, entre ff. 38 Y 39.
den observarse en estrecha vinculación con el Espín Díaz, Jaime, TierTa fria, tierra de conflictos
pueblo español criollo. Así, una de sus tareas con- en Michoacán, El Colegio de Michoacán-Go-
siste en mantenerlos a la vista, evitando la sim- bierno del Estado de Michoacán, Zamora,
plificación racista de quienes reducen la historia 1986.
mexicana a la de "indios y españoles", a elocuen- Garda Mora, Carlos. "Tierra y movimiento agra-
te semejanza con la historia estadounidense que rista en la sierra purépecha", en Jornadas de
se redujo a la de "vaqueros cOfltra indios", historia de Occidente. Movimimtos populares en el
Sin embargo, la tarea del antropólogo va to.- occidmte de M~ico, siglos XIX y XX, present. de
davía más allá y también consiste en haBar la'ex- Verónica Oikión Solano, Centro de Estudios
plicación de lo que los propios pueblos han des- de la Revolución Mexicana Lázaro Cárdenas,
arrollado. Así se puede mantenerlos presentes y, Jiquilpan, 1981, pp. 46-101.
además, identificar el sentido que del pasado, la Garda Mora, Carlos, "Guerra y sociedad en Mi-
actualidad y el destino tiene cada uno en su choacán durante la ocupación francobelga
sociedad y su cultüra. y el Imperio de Maximiliano (1863-1867)",

180
ESCISIÓN ~:TNICA DE lA MEMORIA HISTÓRICA EN lA SIERRA DE MICHOACÁN

en AntrotJowgía. Boletín oficial del Instituto Nacio- siguiente ...]" de Indalecio Gaiván M[elga-
nal de Antropología e Historia. Suplemento, núm. rejo]' [Charapan, Mich.], mecanografiado,
25 (México, nueva época, enero-febrero de 11 de diciembre de 1954.
1989), pp. 46-101. Ruiz, Eduardo, Michoacán, paisajes, tradiciones y
Murguía Ángeles, Lorenzo, "Las clases sociales. leyendas, 2 vols., pról. Jesús Romero Flores,
Los nobles. Los artesanos. Los criados", en s.p.i., México, 1940.
Guía. Un semanario de ideas, año XVII, núm. Velásquez Gallardo, Pablo, La hechicelia en Cha-
857 (Zamora, 15 de diciembre de 1968), p. 4 rapan, Michoacán, tesis, Escuela Nacional de
(5' col.). Antropología e Historia, México, 1949.
Presidencia Municipal de Charapan, "Leyenda Villar Morgan, Karla Katihusca: Ch 'anántirakwa:
de la fundación del pueblo de Charapan, un caso de tradició",¡ oral purépecha, tesis, Es-
Mich. [y obras construidas posteriormente y cuela Nacional de Antropología e Historia,
en distintas fechas bajo la administración México, 2000.

181
LITIGIO ENTRE UN INDÍGENA Y UN MINERO ESPAÑOL

POR LA POSESIÓN DE UNA MINA (NUEVA CALleIA, 1730-1731)

Celia Islas Jirnénpz 'k

La minería neogallega, durante el periodo no- na española, gracias a los impuestos recibidos por
vohispano, impulsó el proceso económico y la co- la extracción, beneficio, acuñación y comercio
lonización de gran parte del territorio de Nueva de dicho mineral. Para la metrópoli, que en el
Galicia. Asimismo, la exportación de la plata ame- siglo XVI se encontraba en plena era mercanti-
¡-icana fue un factor muy importante en la eco- lista, era primordial reglamentar acerca de la
nomía y el comercio mundial. Durante la Co- posesión de los metales preciosos extraídos y en-
lonia, los expertos de la Real Hacienda indicaban viados de América, para evitar su traslado al ex-
que los metales preciosos "allanaban los escollos terior de España.
grandes, que antes de la fábrica de monedas pre- Los yacimientos minerales eran patrimonio
sentaba la permutación de los frutos y manufac- real, pues a los reyes correspondía la propiedad
turas;" además fomentaban la industria y eran el del subsuelo; los empresarios mineros sólo eran
nen'io del reino colonial.1 usufructuarios de ellos. A los colonizadores se
La minería contribuyó decisivamente en la les dieron grandes facilidades v prerrogati\'as
configuración socioeconómica de las diferentes para explotar las minas, y se les concedieron
regiones, cuyas consecuencias y repercusiones mercedes de tierras y minas, Para Bonfil, la colo-
se notan aún en nuestros días. El sector minero nización fue una empresa de explotación, y
delimitó el espacio colonial con sus diferentes extraer las riquezas materiales fue la finalidad
áreas y su gran mercado interno; la producción permanente de los dominadores.:' La produc-
colonial de plata definió el espacio económico y ción minera de plata estaba organizada en tres
geográfico, y promovió la producción mercantil, fases: la extracción del mineral que contenía
debido a que el capital minero se utilizaba en el la plata, el beneficio y la conversión final de la
consumo de las mercancías producidas en el pro- plata en moneda.4
pio espacio colonial.2 La explotación de vetas argentíferas en NUe-
La producción de plata americana se convir- va Galicia, cuyo territorio comprendía los actua-
tió en la principal fuente de ingresos de la coro- les estados de Jalisco y Nayarit, más partes de
Sinaloa; Zacatecas, Aguascalien tes y San Luis
* Dirección de Etnohistoria. I~.-\H.
I Fabiún de rotl-;t'ca y (:ar1os de L1rrutia. Hi\(múl
(;,,1/1'(01 d/' la Rl'fll HOl'imdo. t. V. EdilOrial Torres, ~Iéxico. ~ GlIillenno Bonfil Batalla, ,\[rxim /Jlo/il/ulo. //110 rivili-
1845-18';5, 1'. 4~4. oal'ioll 1//',(;/1/10. Grijah'o-Conaclllta,
México. 1'l'JO. P. l'\(i.
'2 Carlos Selllpat .-\ssadourian. 1) ~i"II'mfl di' la n01wmia -1 Da\"id A. Brading, .\I;1Irru\- )' nJ1l1rn;ffl1/f',· "JI pI .\[,;x;-

m/ollirtl. Fl JlIrIHU/O ;1/1r/1m: rf'gioJlf"")' I".\/)(láo I'(,()Jlámim, Nue\"a ID horhól/ilD (1763-/810), Fondo de Cultura Económica.
Illla¡!;en, lvléxico. 1'l8~, P. '\0'\, México, 1'J7'1, p. 18~.

183
CH.!A ISL-\s j¡/,lf:NEZ

Potosí, se inició a principios de 1540. Allí se fun- y la presentación de testigos por parte de Ri-
daron los reales de minas, algunos de vida breve bera, así como la actuación del alcalde mayor
y otros de vida tan larga que fueron la base de de Tepie.
fundaciones urbanas que perduraron a través El hecho de que un indígena fuera dueño de
de los siglos, como Zacatecas. La extracción de la una mina era excepcional durante la época co-
plata en el territorio neogallego fue la principal lonial, a pesar de que la explotación de las minas
actividad productiva ligada a otros sectores eco- en el reino de Nueva Galicia tenía como antece-
nómicos, como la agroganadería y el comercio." dente la Cédula Real de 1525, dada en Granada
Durante la Colonia, la actividad minera se vio por el rey emperador, que permitía la libre ex-
frecuentemente interrumpida por factores ad- plotación de los metales preciosos por todos sus
versos como la falta de capital por parte de los vasallos. Era frecuente que los indígenas fueran
empresarios mineros, el agotamiento de los yaci- despojados de sus posesiones, ya fueran'minas,
mientos metalíferos, la inundación de los tiros, tierras, haciendas o animales por parte de los
la escasez de los insumas y de la mano de obra. colonizadores españoles y criollos, aun cuando
En Nueva Galicia, a principios del siglo XVlI, las cédulas reales mandaban se les protegiera y
Mota y Escobar afirmaba que: "en este genero ay respetara en sus bienes. ¿Hasta qué grado las auto-
muy frequente mudanza ora en mas ora en me- ridades virreinales obedecieron las leyes concer-
nos porque se puebla o despuebla con facilidad nientes a la posesión de minas y defendieron los
una hazienda de minas o porque la lei de los intereses de los grupos indígenas? ¿El hecho de
metales baja o ellos faltan o por derrumbarse que fueran casos excepcionales, influyó en las
los cerros donde estan las minas o porque se autoridades para que sus dictámenes se apega-
hinchan de agua ora llovediza ora de manantia- ran a las leyes mineras y favorecieran a los pro-
les questo sucede muchas vezes".ti En el occi- pietarios indígenas?
dente de Nueva Galicia, la explotación minera
se vio sumamente afectada ante el descenso de
la población indígena. LEGISLACIÓN MINERA

La primera concesión del rey para explotar mi-


PLANTEAMIENTO DEL TEMA nas en Nueva España se encuentra registrada en
la Histo-ria general de la Real Harienda que dice lo
En el presente trabajo se analiza un legajo con- siguiente: "Por carta y provisión del señor empe-
formado por varios documentos del siglo XVlIl, rador rey, fecha en Granada, á 9 ck Noviembre
cuyo tema es el despojo de la mina de un in- de 1525, otorgó S. M. facultad á todos sus vasa-
dígena, vecino del pueblo de Tepic, el cual se llos naturales y españoles para que pudiesen ir á
queja del hecho ante la Real Audiencia de Gua- las minas de oro y plata libremente, y coger y
dalajara. El legajo correspondiente al año de labrar el oro y plata que hallasen en ellas, sin
1730 contiene el Acta de la Real Audiencia en perjuicio de sus reales derechos",7
el que se describe el despojo de que fue objeto En el Cedula-rio de la Nueva EsjJaúa de Vasco de
Pedro de Ribera, indio de Tepic, por parte del Puga y en el Cedulario de Alonso de Zorita se en-
minero español Pedro de Guinda. El documen- cuentra un mandamiento del emperador don
to contiene, además, la réplica de dicho minero Carlos y de doñaJuana, su madre, en el que seña-
lan que "han sido informados que en las minas
;. Peler Gerhard, f.o p1Jn./rra Harte ti" la Nueva J:\/J(Uifl, de oro y plata y otros metales que hay en las In-
UNAM, México, 1996, p. 45.
dias, las justicias de ellas no dejan ni consienten
,; Alonso de la Mota y Escobar, D,.mij"iúll [;PUg1"lifim rjp
lo.\' ,.,.,.úws dI' ,\'UrlJfl (;aliria, lV1.InJfl ViZCflJfl)' Nurvo I.n)n, INAH.
Glladalajara, 199ti, p. 2~. 7 Fonseca y Urrutia, O/J. rit., pp. 5-ti.

184
LiTICIO ENTRE UN INniCf:NA y UN MINf:RO ESPi\ÑOI. POR lA POSESiÓN !lE UNA MINA

que todas las personas que quisieren, naturales La RecojJilación de Leyes de los Reinos de las Indias
y cristianos españoles, los saquen libremente."8 fue una compilación de las leyes y ordenanzas
Mandan que en adelante es su voluntad que "to- reales que se publicó en el año de 1681, en la
das y cualesquier personas de cualquier estado y cual se reglamentaba puntualmente la posesión
condición y preeminencia o dignidad que sea, y el trabajo en las minas de Nueva España. En
ansí de cristianos españoles nuestros súbditos que estas leyes los indios eran considerados vasallos
aquella tierra fueren a poblar como los naturales del rey y, por lo tanto, podían poseer minas. Así,
de ella, puedan libremente sacar oro y plata por se tiene una ley que a la letra dice: "Mandamos
sus personas, criados y esclavos en cualesquier que a los indios no se ponga impedimento en
minas que hallaren o donde quisieren"Y descubrir, tener y ocupar minas de oro, plata, u
Para resolver los problemas legales de la mine- otros metales, y labrarlas como lo pueden hacer
ría surgieron leyes que se ocupaban del aspecto los españoles".I~
jurídico de la misma y que estaban determinadas En la RecojJilación de Indias, se contemplaban
por la política económica de la corona española. los asuntos de minas que se relacionaban con la
En las ordenanzas del Nueyo Cuaderno y en la administración de justicia y los funcionarios que
Recopilación de Indias se concentraron los ordena- debían impartirla; una disposición ordenaba a
mientos que regularon los asuntos de minas du- las Audiencias resolver con brevedad los proble-
rante la mayor parte del coloniaje. Las ordenan- mas de los mineros. Los casos sobre posesión de
zas mineras decían que la propiedad de las minas minas eran resueltos en primera instancia por
correspondía a la Corona, la cual se reservaba el el alcalde mayor del real minero como juez de
derecho de darlas en propiedad y posesión; los minas, en colaboración con el escribano de mi-
adjudicatarios deberían entregar a la Hacienda nas, quienes autorizaban sobre los descubrimien-
Real una parte de los metales preciosos determi- tos, denuncios y otros asuntos jurídicos y ad-
nados por la ley y cumplir en su explotación con ministrativos. Era la Real Audiencia a la que se
las modalidades indicadas.lo apelaba en segunda instancia, pues como tribu-
Las ol-denanzas del Nuevo Cuaderno fueron nal de justicia tenía una supremacía incuestio-
redactadas en el año de 1584 por disposición del nable y a ella llegaban las apelaciones de los tri-
rey Felipe I1, y en ellas se recogían las experien- bunales inferiores. Según la legislación minera,
cias de ordenamientos anteriores. La ordenanza las minas podían ser denunciadas por despobla-
63 del Nuevo Cuaderno se ocupaba de la juris- das y vacías cuando se dejaban de explotar por
dicción y posesión de las minas y determinaba un periodo de cuatro meses, ya fuese por falta de
las condiciones, pruebas y testigos que debían capital, de insumas y herramientas necesarias,
presentarse para la adjudicación de una mina, por carencia de mano de obl-a o por encontrar-
sin que por ello se interrumpieran por mucho se inundadas; todo ello significaba la pérdida del
tiempo las labores de extracción y beneficio de derecho de propiedad para el poseedor de las
los metales.11 minas, las cuales se otorgaban al denunciante en
usufructo para su explotación.l~
Estas leyes generales tuvieron como antece-
H Vasco de Puga, Cnlulan:o dI' la Nun'fl 1:\/)(LJ1.a, Centro
de Estudios de Historia de México-Condulllex, México, dente las leyes particulares que se dieron en las
1981), 1'.12. regiones, en la Nueva Galicia el oidor De la
'1 Cn/ulmio ti. Alonso r/. ZO/ift/. /574, Miguel Ángel Marcha expidió un código de regulaciones
Pon"a, México, 1985, p. 243.
lo A. René Barbosa Ranlírez. [ji fslru('/ura t'HJ1lÓmtra dI'
mineras que debería hacer cumplir el alcalde
la NW'lJa /'\IHllifl. (l5/9-/8/O), Siglo XXI Editores, México,
1981,1'.209
IICelia IslasJilllénez, U Rml ti. '1la/IJlljah'lla. A,'I)f{fm ti. I:! Nn"OjJilfl(ión ti" lp)'fs dI' los Rrl'llo.'; dI' las ¡""¡Oli, l. 11,
Biblioteca de la Dirección de Etno-
la m¡'wn'([ novohi,,/Jftllfi, Consejo de la Hispanidad, Madrid, 1943, pp. 68, 71.
historia, obra inédita, p. 73. 1:\ IslasJilllénez, 0/1. ,·iI.,p. 73.

185
CELIA ISlAS jJMf:NEZ

mayor, en el cual se prohibía la venta de plata LAS MINAS Y LAS HACIENDAS


sin quintal' y el trabajo de indígenas y negros en DE BENEFICIO
las minas para beneficio propio, además debía
hacerse un registro formal de las reclamaciones Durante el periodo de bonanza de un yacimien-
de los mineros. Estas ordenanzas, junto con las to mineral se constituía la unidad productiva y
que redactó el oidor Santiago del Riego en 1576, los empresarios mineros requerían de un ca-
fueron las primeras disposiciones mineras en pital en efectivo de plata, y del crédito que les
Nueva Galicia, como fueron las leyes proclama- proporcionaban los comerciantes, tanto para lo-
das por el virrey Antonio de Mendoza para grar el inicio y la continuidad de la producción
Nueva España.14 como para pagar la mano de obra, la compra
de insumos productivos (carbón, sal, magistral y
azogue), herramientas (barras, tenates, sebo),
EL IMPUESTO AL PRODUCTO la adquisición de alimentos para los emplea-
DE LAS MINAS dos, trabajadores y animales de tiro, y el pago de
los trámites administrativos, gastos religiosos,
Como se dijo antes, la producción de la plata se etcétera. J ~
convirtió en la principal fuente de ingresos del Las minas de Nueva Galicia fueron frttctífe-
estado español, gracias a los impuestos sobre la ras y algunas muy ricas, por ejemplo, Zacatecas.
extracción, el beneficio, la acuñación y el co- En nuestra región de estudio fueron numerosas
mercio de dicho mineral.J; Una de las primeras pero con épocas de bonanza eventuales y pm-
y principales imposiciones de la corona españo- blemas de abasto de azogue, del agotamie~to ele
la (Cédula Real de 1524) sobre el producto de las vetas argentíferas y de la escasez de los traba-
las minas fue el "quinto real", que era el derecho jadores. Se descubrieron yacimientos minerales
adjudicado a la Corona de obtener la quinta par- importantes cerca de Tepic; en 1543 las minas
te del metal extraído. Sin embargo, en 1548, para ele Espíritu Santo en Compostela proporciona-
fomentar la producción minera y evitar la eva- ron, en sus épocas de auge, abundancia de plata
sión del impuesto, se redujo al diezmo, sobre to- de buena ley; otras minas descubiertas fueron
do en lo referente a la plata, y así en diferentes las de Chimaltitlán y las ele Santa María del Oro.
épocas varió la cantidad enviada a la corona es- Existe la referencia de que Doña Anna Vázquez,
pañola.lo Ésta, como propietaria legal de la tie- mujer del conquistador Ginés Vázquez de Mer-
rra, de las aguas y las minas, generalmente no se cado, tenía minas en Tepic, de las cuales obtenía
benefició de la explotación directa de los recur- gran cantidad de plata.l~
sos minerales, sino a través de empresarios par- La hacienda de beneficio fue una institución
ticulares, quienes pagaban por el derecho de clave en los reales de minas, sobre todo a partir
usufructo de aquéllos.Ji del empleo del sistema de amalgamación de la
plata con azogue, conocido también como siste-
ma de patio, que tenía como función fundamen-
talla separación y el refinamiento de la plata. Se
14 Jchn H. Parr)', 1", Audiencia d. Nueva Caliáa f!1l .1' aprovechaban las aguas de la lluvia, los arroyos
.iglo XVI, El Colegio de Michoacán-Fideicomiso Teixodit,
México, 1993, pp. 98, 99. IH Raúl Pedro Santana Paúcar, "Acumulación y espe-
¡; Vera Valdés Lakowsky, D.las minas al mar. Hislmla d. cialización productiva en la minería colonial", en
la filala nuxiuln" f!1l Asia: 1565-1834, Fondo de Cultura HumanidfUü". Anu"I"io 1978-1980, Universidad Ibero-
Económica, México, 1987, p. 49. americana-Instituto de Investigaciones Humanísticas,
16 IslasJiménez, ofi. ál., p. 68. México, pp. 125, 129, 131.
17 Edgar Omar Gutiérrez López, D:onomí" y /,olíliea d. 19 Fray Antonio Tello, Cróniea misr.lrín", d. la SflIu:la
la agrominnifl en ¡\1éxiro. De lit colonia, a la nación indtflJen- Provinci" d. Xalisco, JNAH-Universidad de Guadalajara,
diml., INAH,México, 2000, p. 30 (colección científica). Guadalajara, 1973, p. 446.

186
LiTIGIO ,:NTRE UN INDíCENA y UN MINERO ESPAÑOL POR lA POSESiÓN DE UNA MINA

y manantiales, así como la energía de los anima- labrarla en "tiempos de agua". En otra carta dice
les para el proceso. Estas instalaciones poseían, que ha tenido noticias de que Ribera está traba-
en su mayoría, la infl-aestructura indispensable jando su mina de los Dolores y que, según las
para la extracción y el beneficio de la plata, que reales orden~nzas de minas, a él le correspon-
requería de tierras y material para la construc- den los metales extraídos con su caudal, por lo
ción de casas, molinos pal-a refinar los metales, cual pide se le permita sacarlos li?remente para
viviendas para los trabajadores, huertas y sitios su hacienda.
en donde proveerse de agua, además de herra- De la misma fecha, hay un acuerdo de los
mientas e insumos.2o señores presidente y oidores de la Audiencia
Real del Reino de Nueva Galicia, en el que ma-
nifiestan que, habiendo visto el registro que hizo
DESCRIPCIÓN DE LOS DOCUMENTOS el indio Pedro de Ribera, de una mina llamada
DEL LITIGIO San Miguel, que se ubica en los Cerritos Pipil-
totontes debajo de una mina que trabajaba don
A través de una serie de documentos hemos Pedro de Guinda, cuyo registro le admitió el
podido analizar el litigio entre un minero espa- 25 de septiembre del año de 1730, el alcalde ma-
ñol y uno indígena. El primer documento fecha- yor de la jurisdicción, escrito con el que se pre-
do el 6 de noviembre de 1730 es un Acta de la sentó ante la Audiencia, quejándose de que
Real Audiencia de Guadalajara, en la que se hace Guinda con mano poderosa lo despojó de dicha
constar la carta enviada a dicha Audiencia por mina y pide se le ampare en dicha posesión y
don Manuel Bernardo de Cabían, alcalde mayor se lance a don Pedro de ella. Las autoridades de
del pueblo de Tepic, jurisdicción de Composte- la Audiencia manifestaron que ordenaban al al-
la. En ella se expresa que Pedro de Ribera, indio calde mayor de la jurisdicción de Tepic que veri-
vecino de Tepic, presentó testimonio y denuncia ficara si era cierto lo que refería el indio de
ante la Audiencia del despojo de que fue objeto haber sido despojado con mano poderosa de su
por parte del minero español Pedro de Guinda, mina nombrada San Miguel por el dicho
de una mina y de los metales extraídos de ella. Guinda; que se presente en el lugar y restituya a
El alcalde solicita a la Audiencia se incluya su Ribera en la posesión en que estaba, para que
escrito en los autos que se han formado a razón la trabaje "yponga en estado de mina y notifique
de la disputa por la posesión de la mina, que se al dicho Don Pedro que si tubiere que pedir lo
cite a Pedro de Ribera y se examinen los testigos; haga en forma y conforme a derecho, en esta
informa a los señores presidente y oidores que Real Audiencia". Lo signa y rubrica don Manuel
Ribera solicita se le conceda llevar los metales a de la Sierra.
su hacienda para beneficiarlos. Tiempo después, el alcalde mayor don Ma-
Dentro del legajo se encuentran unas cartas nuel Bernardo de Cabían notifica que habiendo
signadas por Pedro de Guinda, quien solicita llegado a la mina de San Miguel en el cerro que
que los testigos declaren qué distancia media en- llaman Pipiltotontes, preguntó quién la guarda-
tre su mina, nombrada Ntra. Sra. de los Dola- ba y le informaron "que la guarda y govierna
res, y la "catilla" registrada por Pedro de Ribera. una gente de Don Pedro de Guinda j:on el nom-
Pide también que los testigos señalen el tiempo bre llamado Lorenzo Partida, el cual mando pa-
que tiene de trabajarla y agrega que en la boca resca ante mi y se le notifique en nombre de su
de su mina hay una porción de metales saca- Majestad que Dios guarde, que luego y sin la me-
dos a costa de su caudal. Finalmente menciona nor dilasion despueble dicha mina, so la pena de
la fragilidad del terreno y lo imposible que es que no lo haziendo se prosedera contra el por
todo rigor de derecho por ynobediente". El dicho
"" Islas Jiménez. o/J. ,.;1 .. 1" 247. Partida escuchó acerca del asunto y obedeció lo

187
CELIA ISI.AS JI~lf:m:z

que se le mandó. Este hecho sucedió el 26 de ción y se tomen las medidas que separan dichas
noviembre de 1730: minas. Lamenta que por supuesto descuido se
En esta misma fecha y lugar, el alcalde ma- encontraba fuera, en la ciudad de Compostela,
yor y los testigos reconocieron la mina de San donde tuvo noticia de cómo el alcalde mayor
Miguel que se encontraba en posesión de don había pasado a su mina y violentamente la había
Pedro de Guinda y entraron a ella para observar' mandado despoblar, expulsando a la gente que
su estado de labor y entregarla en posesión del en ella tenía, dando la posesión al dicho indio.
indio Pedro de Ribera, en cumplimiento de lo Agrega en otra carta que recibe agravios por los
ordenado por la Real Audiencia: atrasos que representa para su hacienda corrien-
te, los muchos montones de metal que de la
yen señal de verdadera posesión el dicho Pedro mina tiene afuera así como por su falta de se-
arrancó piedras con pico y cuña de la labor de guridad "y el destroze que me haran el dicho
dicha mina y en su conformidad como dueño Yndio y sus aliados quienes solo como gente sin
de ella mando que ninguna persona sea osada
quinto, ni tener que perder sobre lo que harán
por ningun pretesLOy con ningun motivo a ym-
pedirle a el suso dicho el trabaxo y pueble de a rasgar, tumbar y destrozar todo lo que a su
dicha mina sopena de que sera castigado por paso hallan con algun tltil, assi por su ninguna
todo rigor de derecho por ygnobediente a los Ynteligencia como y falta de fomento de lo qual
superiores mandatos si no que le dexen en quie- se me pone agravio a mi yen consiguiente a su
ta y pasífica posesión.
Majestad en sus Reales haciendas". Solicita se le
haga justicia y se le restituya su posesión y se ex-
El auto fue firmado por el alcalde mayor y los pulse y castigue a Ribera por su ambiciosoJegis-
testigos de asistencia. Ribera no firmó porque tro. Pide que se le dé testimonio de este escrito
dijo no saber. y de las diligencias hechas.
Poco tiempo después se presentó Pedro de Para dar respuesta a los cuestionamientos de
Ribera ante el alcalde mayor para solicitarle que don Pedro de Guinda, el alcalde mayor, en con-
los metales que estaban fuera de su mina San formidad con la Real Audiencia de Guadalajara,
Miguel, sacados por don Pedro de Guinda, se ordenó se le notifique a Pedro de Ribera sus-
le adjudicasen por ser de justicia. El alcalde penda la labor de su mina, en tanto justifica que
Cabían consideró que debía consultar a sus el dicho Guinda actuó con violencia contra de
superiores sobre dicho caso; mientras, decidió Ribera, para posesionarse de la mina.
depositar los metales con Lorenzo Partida, guar- Tres testigos por parte de Ribera se presenta-
daminas de Guinda, "por ser hombre español y ron ante el alcalde mayor para relatar lo que ha-
de buen proseder", quien prometió cuidarlos bían presenciado acel'ca del despojo de la mina
fielmente hasta que se le mandasen entregar San Miguel, propiedad de Ribera, por parte del
por Juez competen te. minero español Pedro de Guinda. El testigo Juan
El siguiente documento es una protesta de Hernández, mulato libre vecino del pueblo de
don Pedro de Guinda, vecino del pueblo de Te- Xalisco de la mismajurusdicción , hizo juramen-
pic, quien dice que registró, cavó y tiene ampara- to ante el alcalde y prometió decir la verdad;
da una mina nombrada Ntra. Sra. de los Dolores dijo que conocía a Ribera ya Guinda, y que es-
en el cerro de los Pipiltotontes y que a distancia tuvo presente cerca de una mina honda en el
de ocho varas en la misma veta, un indio nom- cerro Pipiltotontes, como a siete u ocho varas de
brado Pedro de Ribera, maliciosamente intentó distancia de la mina de Guinda, quien la tenía
abrir boca y poner registro de dicha mina y al yerma y despoblada hacía más de un año; la cata
intentar él impedírselo hizo fraudulento recurso o excavación, que trabajaba Ribera tenía como
ante la Real Audiencia. Solicita un despacho de vara y media de profundidad y a ella fue don
amparo y se haga el reconocimiento, la inspec- Pedro y le dijo que se retirase y no trabajase más

188
LiTICIO ENTRE LIN INIlÍCENA y LI:" ~lINFRO ,:SPAÑOI. POR 1•..••POSESI(JN m: L'N.-\ ~ltN.-\

aquella cata. El testigo Domingo Plazaola, coyo- escribano público que no lo había en esa juris-
te vecino del pueblo de Xalisco, declaró que la dicción. Rúbricas.21
cata de Ribera tenía como vara y media de pro-
fundidad en veta virgen distinta a la de la mina
vieja y que a ella llegó Guinda y le dijo a Ribera CONSIDERACIONES FINALES
que por qué trabajaba allí, que si no sabía que
aquello era suyo a lo que respondió Ribera que la El estudio de los documentos descritos plantea
veta era suya y que ya la tenía registrada, tras 10 dos problemas críticos de la época colonial: pri-
cual sacó el registro y lo mostró a Guinda delan- mero, el hecho de que las leyes reales y virreina-
te de muchos sL0etos que estaban presentes; no les que conformaban la legislación minera eran
obstante Guinda dijo: "anda anda be te y no me proclamadas y aceptadas por los colonizadores
pongas aca los piez y que con esto se fueron va- españoles y criollos pero en la práctica no eran
jan do al arroyo y que el dicho Guinda pidió una acatadas, sobre todo si afectaban sus intereses
mula de Ribera y otra de Juan Hernández [oo.] económicos y sociales; segundo, la enorme dife-
Dixo a estos perros con rrigor se an de tratar y rencia étnica y social que había entre los grupos
que mando cargar las mulas con el metal y las mencionados y la población indígena que for-
llevo a su hazienda y que esto es publico la ver- maba una categoría social especial y diferente
dad de lo que save y puede decir". También se de la colonial,22 a pesar de que muchos indí-
presentó como testigo de Ribera el indio ladino genas trataron de incorporarse a la economía
Pedro Lasaro, experto en el idioma castellano, española, hispan izándose en costumbres, idio-
natural del pueblo de Amatlán y vecino del pue- ma y vestido.2:1
blo de Tepic, y supo 10 que sucedió porque estu- Los españoles, aunque fuesen miserables no
\'0 presente y cavando la \'eta virgen; declaró lo solían senir a otro español en ningún oficio, esto
mismo qtle los anteriores testigos, agregando que se observó en la ciudad de Guadalajara. Fuera de
el dicho Guinda dejó poblada la mina con gente esta ciudad, en las minas, en las haciendas agríco-
de su orden. las y ganaderas, y en los ingenios de azúcar tra-
E! día 3 de enero de 1731, don Manuel Ber- bajaban por salarios f00s en la administración o
nardo de Cabían, alcalde mayor de Tepic, des- como capataces, con todo y que, seg1in una obser-
pués de haber escuchado las declaraciones de vación de la época, "servían mal e infielmente".
los testigos de Ribera y considerando que según Los colonizadores establecieron una estruc-
el derecho, don Pedro de Guinda había despo- tura social y jerárquica muy dividida y diferen-
jado violentamente a Ribera de la mina San Mi- ciada, basándose en factores económico-sociales
guel, la cual se encontraba suspendida en su la- yen el aspecto étnico. Esto significa que para los
borío, ordenó se le diera en posesión y la ocupara
"' Archi\'o de la Biblioteca del Centro Regional IN.-\H
para que la labrara como suya. ''Y mando que nin-
de Tepic, Nayarit, 1730,0074,401. En el Archi,'o General
guna persona de qualesquiera estado, calidad de la Nación, localicé unos documentos de 1676 'lue refle-
y condision que cea, no le embarase ni ympida ren el hecho singular de un indio principal \' caci'lue del
pueblo de San Miguel Temascalcingo, Estado de México,
al dicho Pedro de Ribera el pueble de dicha
'lue poseía una hacienda de minas en Tlalpujahua, Mich.,
mina". Advierte que se procederá en contra de la cual heredó a sus hijos legítimos 'luienes fueron despo-
los que contraríen este mandato y ordena se jados de la tllisnla por su adnlinistrador, quien la obtuvo
en remate pero nunca pagó por ella. El Fiscal de lo Ci"il
notifique a don Pedro de Guinda que si sobre
ordenó que se reintegrara la posesión de la hacienda de
dicha posesión tiene algo que decir se dirija a la minas a sus verdaderos dueúos.
Real Audiencia, a la cual le corresponde el caso, "" Pedro Carrasco, "La transformación de la cultura
indígena durante la colonia ", en Rf'llisla Hi'itm7a¡\[pxiull!ft,
según su propio mandato. Firma don Manuel
\'01. XXV, nÍlm. 2 (El Colegio de ~Iéxico, México, 1975),
Bernardo de Cabían, actuando como juez re- 1" IRO.
ceptor y con dos testigos de asistencia, a falta de "" Brading. (J/). ril., 1" 21.

189
CU.lA ISL\s jIMf:Nf:Z

grupos dominantes era inadmisible que los in- xico borbónico (1763-1810), Fondo de Cultura
dígenas poseyeran bienes tan redituables como Económica, México, 1975.
las minas y que su explotación les proporcionara Carrasco, Pedro, "La transformación de la cul-
estabilidad económica y social. En el litigio que tura indígena durante la Colonia", en Revista
los documentos estudiados nos presentan, la Real Historia Mexicana, vol. XXV, núm. 2 (El Cóle-
Audiencia de Guadalajara, cumpliendo con las gio de México, México, 1975).
leyes mineras, otorgó la posesión de la mina en Fonseca, Fabián de y Carlos de Urrutia, Historia
contienda a favor del indio Pedro de Ribera, he- General de la Real Hacienda, 6 vols., Editorial
cho que el alcalde mayor de Tepic llevó a cabo. Torres, México, 1845-1855.
Consideramos que es necesario señalar que lo Gerhard, Peter, La frontera norte de la Nueva Es-
que pudo determinar que el indígena Ribera ob- fJaña, UNAM,México, 1996.
tuviera el permiso para explotar su mina, es que Gutiérrez López, Edgar amar, Economía y po-
en esta región era excepcional que un indio estu- lítica de la agrominería en México. De la Colonia
viera en posesión de un yacimiento mineral. a la Nación Independiente, INAH, México, 2000
Se puede concluir que las autoridades neo- (Colección Científica).
gallegas cumplieron debidamente con su obliga- Islas Jiménez, Celia, El Real de TlalfJujahua. As-
ción y obedecieron las leyes que conformaban fJectos de la minería novohispana, obra inédita.
la legislación minera pero es difícil saber, por la Mota y Escobar, Alonso de la, Descripcion geográ-
falta de documentación, si en la realidad cotidia- fica de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya
na y en los días y meses siguientes se acataron las y Nuevo León, INAH, Guadalajara, 1966 (Co-
disposiciones ordenadas, ya que se tiene conoci- lección Histórica de obras facsimilares, 1).
miento de que muchas de las leyes establecidas Parry, John 1l., La Auriiellcia de Nuel'a Galicia en
por las Audiencias de México y de Nueva Galicia el siglo XVI. El Colegio de Michoacán-Fidei-
se proclamaban pero no se obedecían. El hecho comiso Teixidor, México, 1993.
de que el caso estudiado fuese excepcional po- Puga, Vasco de, Ccdula'rio de la Nueva Espmla,
dría determinar que tuviera una solución positiva Centro de Estudios de Historia de México-
y que no se transgredieran las cédulas y mandatos Condumex, México, 1985.
reales, pero esto sería motivo de reflexión. Recopilación de Ii')'esde los Reynos de las Indias, 3 vols.,
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Santana Paúcar, Raúl Pedro, "Acumulación y
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190
ZACAPEXCO, ATOTONILCO y COÍNCHO:

AGUA, TERRITORIO Y COSTUMBRES

Rosa Bmmbila Paz.*

Actualmente tenemos una concepción laica del objeto de varias ceremonias.:1 Además de estos
agua, estas ideas están enraizadas en la Ilustra- aspectos laicos y mágico-religiosos, en documen-
ción, cuando se dan las primeras manifestacio- tos de la región otomí del norte del Estado de Mé-
nes de la asociación del agua con 10 higiénico.1 xico, oriente de Guanajuato y occidente de Mi-
En opinión de Tortolero, con la adopción del choacán hay evidencias de otra actitud en torno
positivismo como ideología del régimen domi- al agua: me refiero "ir al agua", o "irse a bañar al
nante se extienden, en forma decisiva, las ideas río", en donde se encuentran en juego los sen-
h igien istas. timientos, el placer y el gusto. Sobre este tel--
En el siglo XIX echa anclas la asociación del cer aspecto del agua, trataré en las siguientes
agua con lo higiénico; la limpieza se vuelve par- líneas. Primero expondré tres casos de la época
te de la respetabilidad. Con esta adopción se ex- colonial para después hacer algunas considera-
tendió la idea de que la sociedad se asemejaba al ciones con respecto a la territorialidad, el agua y
cuerpo humano y, por tanto, era posible aplicar- las costumbres.
le los conceptos de salud y enfermedad. A partir
, Recordemos que en el mundo nahua la lluvia no era
de entonces se tiene una representación que dominada por las nubes mismas ° por las deidades pro-
conjuga el agua y la salud como señal de fuerza piamente celestes, o por el viento u otros factores, sino por
y prestigio; conjuga el agua y lo secular.2 Sin em- los cerros, que eran los que hacían llover; en el mundo
lnesoalnericano creían que los cerros eran una especie de
bargo, hay evidencias materiales de otras per- recipientes ° casas que repletos de agua supuesülmente
cepciones del agua: cruces de madera, imágenes contenían las aguas subterráneas que llenaban el espacio
de santos, veladoras, flores, altares, capillas y ri- debajo de la tierra y que en épocas de lluvia liberaban esa
agua, lnientras durante la sequía la retenían. Véase las
tuales señalan algunos elementos del paisaje hí- obras de Johanna Broda, "Calendarios, cosmovisión y ob-
drico como parte de un culto. No es de extrañar servación de la naturaleza'", en Sonia Lom bardo y Enrique
si se considera que en épocas prehispánicas al- Nalda (coords.), "J;'maJ mWJllmnú:mUJ.', INAH,México, 1996,
1'1" 427-469; Johanna Broda, "El culto mexica de los
gunos ojos y corrientes de agua también eran cerros de la Cuenca de México", en B Albores y J. Broda
(coords.), Granice7m. Co.<movúión)' meleorología indígena, de
* Dirección de Etnohistoria, INAH. Agradezco a Dora Mesofmuiriw, El Colegio Mexiquense-UNM1, México, 1997,
Sierra y Ángeles Romero sus comentarios a este trabajo. 1'1" 49-90;Johanna Broda, Stanislaw Iwaneszewski y Arturo
1 Georges Vigarello, 1.0 lim/,io)' lo .lucio. 1.1, higiene drl Montero, CO,,"lOvúión., tilual e idenlidml de los /nublos úulí-
<.11e11)(} de..,lr Ü, I,'dad Mnlia, Alizanza Editorial, Madrid, gmlLJ de ¡'vI,xifO, UNAM-INAH-BUAP, México, 2001; Alfredo
1991; Alejandro Tortolero Villaseñor, 1:.'1 agua)' JU historia. López-Austin, "La religión, la magia y la cosmovisión", en
M,xifO )' JUS dw'.1lo'< hacia el .<iglo XXI, Siglo XXI Editores, L. Manzanilla y L. López Luján (coords.), HiJlmia Antigua
México, 2000, 1" 11. de ¡'vI,xir:o, vol. IV, INAH-UNAM-PORRÚA, México, 2000, 1'1"
2 Vigarello, O/" lil.; Tortolero, o/,. lit. 227-272; Tortolern, O/,. ál.

191
ROSA BRAMBIlA PAZ

ZACAPEXCO, ATOTONILCO y COÍNCHO dad a los usuarios. Dicha vertiente estaba en el


fondo de una barranca profunda y para salir de
Recién mencioné que en Mesoamérica las fuen- ella los acarreadores se afanaban mucho. Otro
tes de agua eran objeto de culto; ante este hecho inconveniente era la distancia a la que se halla-
cabe preguntarse ¿qué hizo la Iglesia durante la ban la mayor parte de las casas de los vecinos
cristianización para eliminar los diversos cultos que los obligó "a tener un mozo y un asno" para
de los manantiales y los surtidores de agua en la conducción de dicha agua. Pero lo más deplo-
general? La Iglesia Católica guardó, al respecto, rable, se subraya en el papel, es que los padres
un mismo patrón desde los inicios de su expan- de familia
sión y dominio hacia los diferentes mundos pa-
ganos. En la parte occidental de Europa, para de la necesidad de este material les es indispen-
sable mandar a este lugar a sus hUos e hijas que
someter los veneros a su control, usó el recurso
así por lo trasmano en que se haya como por
de ponerlos bajo el patronazgo de San Martín. Lo
lo despoblado y embarrancado de su situación
mismo hizo en Nueva España, en donde San y circunstancias todas, les franquean incesante
Bartolo, entre otros santos y manifestaciones di- ocasión de comunicarse y ofender a Dios los
vinas, cubrió la función de suplir a las añejas dei- que allí concurren."
dades. Lo esencial era cristianizarlas y las auto-
ridades no vacilaron en condenar la religiosidad Si los civiles solicitan la construcción de obras
en torno a las fuentes de agua. Además Jos sacer- hidráulicas" para extraer agua hacia un paraje
dotes no se conformaron con sustituir a las dei- público, y de allí distribuirla a todos los sujetos
dades, sino fueron más a fondo: intervinieron en para su comodidad cotidiana, y para ql~e se
las costumbres ligadas al uso del preciado líqui- "fecundasen las tierras y se pudiera. en parte,
do. Veamos algunos ejemplos. [satisfacer] la necesidad de maíz" 7 el sace,'dote
Entre los papeles de un pleito de tierras y -con una e:<periencia de más de Sf'is ~ '-:~3 en
aguas de San Jerónimo Zacapexco se encuentra la región- apoya la edificación para controlar la
un escrito fechado en 1559." El documento es conducta de los asistentes. El vicario lamenta los
una carta para solicitar la construcción de obras fatales efectos de las concurrencias a¡' ojo de
hidráulicas dirigida a Don Luis de Velasco; el re- agua. Estos reclamos del rehgioso en el siglo XVI
mitente es el cura de la Villa María Peña de se refieren a los "usos y costumbres" que se tra-
Francia, antiguo nombre de Villa del Carbón,
Estado de México. En ella don Ignacio Miranda
" ACN, Tim'f/', "01. 65, exp. I
dio testimonio, con todo el común de la vecin-
liConocer cómo fueron esas obras y estudiar la produc-
dad, de que en el paraje había nada más un ojo tividad ag-Jícola es un tenla 1 elevan te, sobre todo si se tOtlla
de agua pequeño, de una vara de circunferencia en cuenta que la topo[(rafía de la re[(ión no es muy propi-
y que, además, el agua salía muy lentamente. cia para los cultivos. Ciertamente, al parecer desde épocas
prehispánicas, una de las actividades económicas del lu-
Estos elementos causaban demora e incomodi- [(al'era la explotación de los bosques. En sus tierras en con-
ln.llllOS oyamel, encino, pino, eucalipto, tfueno, entre lnu-
chos otros. El volumen de la producción forestal maderable
4 ACN, 'l1n-ras, vol. 6!í, exp. 1. En la cañada del río San en 1994, por ejemplo, fue de 6448 metros cúbicos. de los
Jerúnitno, en Zacapexco, se encuentra un abrigo bastante cuales 56!í8 fueron de pino y 790 de oyamel. La recolec-
amplio con pinturas esquenláticas de representaciones ción es otra manera de aprovechar el bosque; por este
humanas y zoo1l1orfas. adetn:ls ele elenlentos geotllélricos medio se obtiene resina, barbasco, leña, entre otros. En
(01110 círculos, reClángulos, etcétera. Véase José Ignacio época colonial se obtuvo carbón ve[(etal que se distribuía
Sánchez Alanís, "Pintura rupestre del abri[(o del río San en \lna región amplia y hasta épocas recientes surtía al~ll-
jerónimo. Llano de Zacapexco, Estado de México", en nos de los banios de la ciudad de México. LI producción
J~xl}rf'.'Úóll Anlroj)()/(jgif"fl, núnls. 4-!1 (Instituto Mexiquense de carbún es tan importante que goza con la protección de
de Cultura, Tol\lca. 1997), pp. 67-7'1: Roberto Martínez una deidad. En la época colonial en una de las cañadas se
G., Análisis f' inln/Jrf'lrtrión. "pi ftrll' rU!Jfs(n' f'n la ("IU1)(l drl tÚ) cultivó el gusano de seda.
San!l'1úllilll(), tesis. ENAH, México, 2000. , ACN. TiI'1T(LI, vol. 6!í, exp. l. f 'l.

192
ZACAPEXCO,
ATüTONlLCO
y COiNCHO:AGUA,
TERRJTORJO
y COSTUMBRES

taran de normar dentro de las reglas eclesiásti- sanas y, cuando mucho, una casa pajiza, peque-
cas y afectaron, como ningún otro tribunal, las ña y ahumada y con pequelias puertas. 10
conductas cotidianas de indios y no indios. En
efecto, el vicario de Villa intentaba reglamentar Todavía a principios del siglo XVII la vida se-
la sexualidad de sus feligreses, con lo que trasto- xual de las mlueres indígenas causaba inquietud
có las formas de convivencia que aseguraban la a las autoridades españolas. En el ramo Inquisi-
reproducción de la sociedad. ción del Archivo General de la Nación está el caso
Sobre la vida sexual de los otomíes, antiguos de la india Ana de Ixmiquilpan, probablemente
habitantes de la región, hay dos versiones. Por otomí. Ella se iba a casar con Rodrigo de Salazar;
un lado Motolinía dice que entre los otomíes, ya estaban dadas las manos cuando apareció
pinoles y mazatecos y "otras muchas generacio- Diego de Valderas, con quien la india había esta-
nes de esta Nueva España, que estaban sujetas do amancebada, para impedir el matrimonio y
a los nahuas, si no eran señores y principales no tratar de raptarla. Además el vicario responsable
tomaban pluralidad de mujeres, ni se casaban del caso también tenía interés erótico en Ana.11
con más de una".8 Por su parte Sahagún men- Los grupos indígenas del Centro Norte, al
ciona que los otomíes se casaban a tierna edad. parecer, encontraron diferentes maneras de se-
"Y según dicen: si cuando dormía el hombre guir con su buen hábito de ir a las fuentes de
con la mujer, no tenía cuenta con ella diez veces, agua a tener relaciones amorosas, ya que en el si-
descontentábase la mujer, y apartábase el uno glo XVIII los curas continúan con sus fuertes
del otro; y si la mujer era flaca, para sufrir hasta embates a esa costumbre.
ocho, o diez veces: también se descontetaban de El famoso santuario de Atotonilco, Guanajua-
ella, y la dejaban en breve".9 Hacia 1589 se decía to fue erigido a lo largo del siglo XVIII bajo la
que los otomíes: responsabilidad de Luis Felipe Neri de Alfara.
La explicación popular de la fundación del san-
En la lujuria son muy cálidos, así mujeres como tuario es que el Padre Alfara, debajo de un mez-
hombres, dándose las mujeres muy fácilmente. quite, en sueños vio a Cristo, quien le decía que
Son amiguísimas de negros y mulatos y de los de
era su voluntad que en aquel lugar se levantara
su generación, y, cuando alguno de ésos les pi-
de su cuerpo, responden: -"Tú lo sabes". Son un templo. Esta conseja no concuerda con la opi-
enemigas de los españoles. Es generación que nión del mismo fraile quien en su novena aJesús
multiplica mucho y benignamente; se cree ser Nazareno, nos hace saber que aquel paraje (a
m4)' pocas, o ningunas, las mujeres que llegan pesar de ser áspero, seco y burdo -espesura de
enu-e ellas al tálamo, porque, de menos que a
nopales, huizaches, cardos y otras plantas que
los diez años, se ejercitan en este vicio. y, así, lo
brotan en la tierra sin cultivo-) producía tam-
principal, para cuando se quieren casar, es jun-
tarse el hombre con la mujer y, si cuadra, dice bién mucha variedad de flores exquisitas, por fe-
ella a sus padres o deudos que fulano tiene cundarla una multitud de ojos de agua caliente,
buen corazón para que sea su marido, y así se que hacían el sitio más apetecible. Por ello el
efectúa. Y la que no topa con esto, y le pregun- lugar fue
tan que por qué no se casan, responde que no
halla corazón que le cuadre. En efecto, los más
casamientos se hacen con voluntad de los pa- lO FranciscoRamosde Cárdenas, "Relacióngeográfica

dres, pidiendo ellos a ellas; las dotes son las per- de Querétaro", en René Acuña (ed.), Relaáones geográjiws
del siglo XVI: Midwfl(:án, UNAM,
México, 1987,\-l.228.
11 AGN,Inquisición 1561,Ixmiquilpan,tomo 32,expe-
8 FrayToribio de Benavente, Motolinía, Memoriales o diente 12,f348; Noemí Qtlezada analizócon profundidad
ti/Ira de 1m rosas de la Nueva ES/laña y de los na/urales de eila, este caso. Véase Noemí Quezada, "Sexualidady magia en
UNAM,México, 1971,p. 326. la mujer novohispana:sigloXVI",en Anales de An/rtJ/,ología,
" FrayBernardino de Sahagún, Códice Florenlino, t. 1II, vol. XVI,UNAM,México, 1987,pp. 233-244;Noemí Que-
ed. facsimilar,Secretaría de Gobernación-ArchivoGene- zada, Sexualidad, fu/un")'erotismo. Mixico jJrehispánicp y M';xi-
ral de la Nación, México, 1979, L. 10,f 13. ca mlonial, UNAM-Plaza
y Valdés,México,2002.

193
ROSA BRAMllILA PAZ

no solamente teatro de idolatrías de indios bár- todos los vecinos y moradores de cualesquiera
baros en tiempo que lo poseía la gentilidad, estado y calidad. En él se aclara que se había lle-
como aún lo muestran muchos vestigios; mas
gado a un intolerable desorden. Los desmanes
después, en poder ya de los cristianos, fue lu-
gar de muchos desordenes y sensualidades, [...] consistían en que
fue el recurso de los ladrones de la castidad que
aquí acechaban a muchas personas que, entre se peca bañándose en los ríos, personas de uno
las saludables aguas, buscaban la salud del cuer- y otro sexo juntas y sin separación alguna en un
po, solicitando que perdiesen la mejol' vida, que mismo bailO o paraje así de noche como aun de
era la del alma.12 día, y cuando no lo hacen, en ese modo lo prac-
tican frecuentemente muchas de las mujeres
olvidadas de su natural rubor y honestidad, con
El texto habla sutilmente de erotismo, que tal desvergüenza y desenvoltura que no se rece-
unos autores confunden con prostitución, y cla- lan ni recatan aunque vean que los hombres
ramente despotrica contra los baños de salud y cruzan por el sitio en que se hallan, o se ponen
de placer, 1 ~ que se consideran poco o nada edi- y se paran de propósito en el más inmediato
a verlas baIlar y a lisoruear su desordenado y
ficantes. La fundación del Santuario cumple, en-
torpe placer, haciendo unos y otros alarde de
tonces, la función "de contraponer a los cultos
la ruina espiritual que mutuamente se causan
aborígenes, al robo, al homicidio, a la prostitu- en acciones y palabras con su deshonestidad,
ción ya la lujuria la penitencia y la regeneración y torpeza.
espiritual".I~ En Atotonilco se sacraliza el lugar
de las aguas pecaminosas. Todo eso lo llevan a considerar, las ocasiones
Otra estrategia que siguió la Iglesia fue a tra- del baño, como arriesgadas y peligrosas. Más
vés de edictos como el que se dio sobre los tam- dañinas aun porque "llega a tal extremo e(liber-
bién conocidos baños de Coíncho, Michoacán. tin~e en esta materia que para honestar éstos
En el Archivo Casa de MOI'e1os, en el fondo Dio- sus procedimientos se acoge en parte a lo salu-
cesano, lo hay un documento en el que se relata dable de las aguas". Lo que más llena de horror
que hay "el desprecio de las más sagradas, divi- al cura es la mezcla de hombres y mujeres y el
nas y humanas leyes en el uso de los baños en los contacto directo de los cuerpos con el agua. To-
ríos" de Valladolid. El prelado de la región, de- dos estos elementos, a diferencia del caso de Ato-
seoso de impedir aquel desprecio y con esto la tonilco, llevan al sacerdote a emitir un bando
eterna condenación de muchos, mandó publi- prohibiendo el baño conjunto de ambos sexos, ni
car, el 24 de marzo de 1773, un edicto dirigido a de día ni de noche en ríos o baños, bajo la pena
de excomunión mayor. No hay que olvidar que
12 NovenaaJesús Nazareno enJosé BravoUgarte, I.uis la Iglesia Católica prohibía el contacto directo
FelijJf ¡Veri de Alfaro: Ht vida, sus f,s(.,iloJ, .fll"nd(lC!on~ .•, favores del cuerpo con e1 agua, sólo estaban permitidas
trabajo encomendado por Martín del Campo y
divino.I·,
las aguas bautismales. Esta proscripción corres-
Padilla, obispo de León, para proseguir los trámiles de
beatificación, 1996, p. 33. ponde a una concepción del cuerpo y, en espe-
lO' La relación del agua con la salud es tratado por cial, de la pieLl6
Vigarello, o/,. cil.
14Joséde SantiagoSilva,Alololliú:o, EdicionesLa Rana,
Guanajuato, 1996. lo Delsiglo XVI al XVIII cambióla relaciónentre el agua
1" Archi,'oCasade Morelos,Morelia Michoacán,en el y el cuerpo. En las primeras décadas del 1500 en Europa,
fondo Diocesano, sección gobierno, serie corresponden- el agua se entiende como una sustancia actil'a que ac-
cia, subselie autos eclesiásticos,caja 27, exp. 1, hay un túa sobre el cuerpo y lo atraviesa, trastorna la fisiología
documento de 28 fojas, intitulado CO/lÍas ,1. vmúL' ul'rlaJ, y acarrea elementos secretos. La envollllra corporal. tan
edidoJ y d",,,,los Ifue.lf lilfrll'ron ni los años de 1777,78 Y 79/ni- llena de porosidades, es permeable. La piel en contacto
¡n"I'OJ del ComentO del lluslriJimo Sr. Don Juan Ignacio de la con el agua engendra fisuras por donde se deslizan las
Rvdlll (de Iml'llIl memoria) ol,;,,/,o de Valladolid de Mil'hoaclÍll. enfermedades. Es la época de las grandes epidemias. la
Agradezco a Beatriz Cervantes una fotocopia de este piel infiltrada, sensible a todos los males, ejerce una fu"r,
documento. te influencia en la imagen del cuerpo. Esta concepción

194
ZACAP¡':XCO,ATüTONll.CO y COiNCHO: ACUA, TERRITORIO y COSTUMBRES

Los amores que se han dado desde entonces AGUA, SEXUALIDAD YVIDA COTIDIANA
en Atotoni1co, Coíncho y Zacapexco nos hacen
recordar aquella poesía que ha alimentado a En la época virreinal la Corona fue la propieta-
varias generaciones y que dice: ria de los recursos naturales, con esa potestad
cedió su uso a particulares mediante Mercedes
y que yo me la llevé al río Reales,17 pero en la región otomí, hasta media-
creyendo que era mozuela,
dos del siglo XVII, era muy común que en el uso
pero tenía marido.
y reparto del agua se procediera de manera ca-
Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso. suística. Primero porque se consideraba que las
Se apagaron los faroles aguas eran del dominio común y segundo, por-
y se encendieron los grillos. que su administración era controlada por las
En las últimas esquinas instancias 10cales.IH El derecho sobre el agua
toqué sus pechos dormidos,
también se podía comprar, arrendar u obtener
y se me abrieron de pronto
mediante los censos enfitéuticos: "La transfor-
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua mación mayor se dio con las composiciones, me-
me sonaba en el oído, diante los cuales una persona podía poner en
como una pieza de seda orden los títulos de su propiedad y los dere-
rasgada por diez cuchillos. chos que tenía sobre el agua o sobre cualquier
Sin luz de plata en sus copas
otro bien, mediante el pago de una cantidad de
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros dinero".19 En este marco legal se repartió el agua
ladra muy lejos en el río. durante el resto del periodo colonial; y así fue
que las élites se apropiaron paulatinamente de
Después de los amores continua García Larca los recursos hídricos.
diciendo: No obstante, la Colonia también fue una época
dominada por anhelos de salvación eterna, que
Sucia de besos y arena, se ganaba en virtud de la gracia de Dios y de las
)'0me la llevé del río. obras de los seres humanos. "La salvación era
Con el aire se batían
responsabilidad tanto del individuo como de
las espadas de los lirios.
la sociedad y de sus autoridades, por lo que toda
Me porté como quien soy. la vida política y moral debía orientarse a ta-
Como un gitano legítimo. les fines. Para aquellos hombres toda historia
La regalé un costurero era, pues, una historia de salvación ".tu Dentro de
grande de raso pajizo, esta cosmovisión, se estableció una utopía que
y no quise enamorarme
debía construir un orden social fundado en la
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río. 17 Emma Pérez Rocha, La tierra y el hombre en la vida de
7,IC11ba durante la ;'/Joca colonial, INAH, México, 1982 (Co-
"La casada infiel", Romancero Gitano, lección Científica, 115).
Federico Garda Larca IR José Ignacio Urquiola Permisán, D0C71/1/Pnlos/mra ú,
histOlia urúana de Quer;laro, sigloI XVI y XVII. I.iligio mlr, 1m
indios de Úl congregruión y el convenIo de Sanla (;Ima sDln-edere-
cambia confonne se ret'strucluran las relaciones sociales ("has a ÚIS aguas con que regaban, Presidencia Municipal de
(el auge del urbanismo, el desarrollo de las ciudades y de Querétaro, Querétaro, 1994; Tonolero, o/J. lit.
la industria. el surgimiento del individuo y la propiedad 19 Tortolero, o/J. ál., p. 54.
privada) y se Inatiza la relación cuerpo-agua: no todos los 20 Jorge E. Traslosheros H., "Avances y reflexiones en
usos del agua son semejantes. La práctica del agua se lOmo a la historia de la Audiencia Eclesiástica del
transforma y existen aguas saludables y después, ya en los Arzobispado de México, 1550-1630", ¡';-onlna Inlnior, año
últimos lustros de 1700, se habla de aguas limpias. Véase 2, núm. 3-4 (UAA-UAQ-Colegio de San Luis-INAH, México,
Vigarello, o/J. rit. 20(0), p. 152

195
ROSA BRAMBILA PAZ

Iglesia y religión católicas, capaz de garantizar En las sociedades occidentales de tradición


el respeto y la fidelidad al Monarca. Después del judeocristiana, como la novohispana y la del Mé-
Concilio de Trento (1563) y de los concilios me- xico contemporáneo, el amor y el erotismo apa-
xicanos primero y segundo, se buscó afirmar la recen como conceptos independientes. En esta
ortodoxia católica, fortalecer la potestad episco- religión, con una cosmovisión basada en un
pal y reformar las costumbres tanto de la c1eJ;e- Dios varón único, se establecieron relaciones asi-
cía como de la feligresía. A partir de esas fechas métricas entre los sexos y, en el campo de las
cada prelado en su diócesis devino en supremo emociones, el sentimiento amoroso se compri-
juez y legislador: lo mismo adquirió el control me a un sentimiento institucionalizado, reduci-
de toda fundación y construcción de templos do, dentro de la religión, al matrimonio y a la
como la total potestad sobre sus feligreses. El fin familia. En esa separación radical entre amor
era construir una sociedad confesional, fuerte- y erotismo propia de la cosmovisión católica,
mente disciplinada. El tercer Concilio Provincial todo comportamiento que transgredía el mode-
Mexicano, (1585) afirmó la potestad de orden lo de la pareja heterosexual monogámica era
y jurisdicción de los obispos con un sentido señalado como prohibido. Así, la búsqueda del
claramente disciplinario. Los prelados fueron erotismo implicaba la lujuria y el pecado. En es-
entendidos con una triple naturaleza, según te sentido "[las parejas] vivieron el conOicto
Traslosheros, pues "cada ordinario era en su entre las normas y las emociones y sentimientos
diócesis 'cabeza y sustento', 'juez y legislador' y pues, a pesar de las leyes, la atracción, el deseo,
'prelado y pastor', por encima de cualquier otro el amor y el erotismo acercaban, y acercan, a los
poder y con una misión central: la reforma de Stuetos". En breve, el amor se ubica en el ca~npo
las costumbres".21 institucionalizado de la religión, donde el matri-
Las acciones de la Audiencia Eclesiástica so- monio aparece como la sexualidad lícita, y el
bre los indios se dirigen, por lo que toca a las erotismo en el de la magia, lo prohibido, la
costumbres, principalmente al terreno de la vida transgresión y el pecado.2~
matrimonial y sexual.22 Se cuidan aquellos asun- Mientras que en las sociedades mesoamerica-
tos que afecten directa o indirectamente al sa- nas, en opinión de Quezada, el amor y el erotis-
cramento e institución matrimonial, muy en es- mo no estaban desvinculados, sino articulados y
pecial la incontinencia y el amancebamiento. El unificados en un solo concepto: el amor-erótico.
propósito es disciplinar la sexualidad, luchar Esta expresión se manifestaba en la religión yen
con eficacia contra la fornicación para normar lo cotidiano como una explicación de la norma-
las formas de convivencia que aseguraban la tividad establecida y como condición para guar-
reproducción de la sociedad. Sin embargo, no dar el equilibrio cósmico.24 En general, esa cos-
todo estaba tan bien engrasado: los españoles y movisión se apoyaba en la dualidad genérica de
vicarios estaban poco versados en las costumbres lo masculino y lo femenino como ámbitos opues-
de los pueblos de indios y estaban predispuestos tos y complementarios, incluso en función de
a ver en cada situación que les pareciera extraña este principio original de la dualidad genérica
un problema de idolatría y de pecado, de allí que se estructuró el Cosmos y lo social. El concepto
las acciones del clero sobre los indios atacaran, de amor-erótico, como concepto unificado en la
por lo que toca a las costumbres, la vida matri- continuidad, se presenta en las prácticas de irse
monial y sexual, en su lucha contra los pecados a bañar al río, que se mencionaron en la prime-
públicos y escandalosos, como se vio en los ejem- ra parte de este trabajo.
plos de Zacapexco, Coíncho y Atotonilco.

21 IInde/n, p. 149. 2:1 Quezada, 01'. cit.


22 lbirlfm, p. 152. 24 llJirle/n.

196
ZACAPf:XC:O,ATOTONII.C:O y COiNCHO: ACUA, n:RRITORIO y COSTL'MIlRES

AGUA YTERRITORlO de investigaciones, se considera a la sociedad


humana y al medio ambiente como dos unida-
El agua se encuentra en diferentes espacios geo- des o sistemas con dinámicas propias e indepen-
gráficos, forma parte integral de una gran varie- dientes con puntos de contacto. Otro tipo de
dad de parajes. En las investigaciones arqueológi- investigaciones son aquellas que estudian las
cas la ubicación de las fuentes es una condición relaciones entre los objetos, los sitios y las áreas, y
necesaria para explicar los vestigios materiales. a partir del análisis de estas relaciones se estable-
En este sentido, el problema del ambiente es tra- cen los contextos culturales domésticos, la circu-
tado con cierta frecuencia, a diferencia de la his- lación de productos y la importancia económica
toriografía mexicana, en donde ha sido tema de las regiones. Además intentan desentrañar la
casual hasta fechas recientes. En efecto, los cam- estructura y la jerarquía de elementos espaciales,
pos de la geografía y de la historia estaban bien tanto en lo físico como en lo cultural. En estos
delimitados en el estudio de Nueva España. Re- trabajos, se ve de manera implícita, el espacio
cientemente algunos investigadores se han in- como un producto de las relaciones sociales.
teresado en los estudios de la geografía y la his- Actualmente se hace una distinción entre es-
toria; por ejemplo pueden mencionarse los de pacio, paisaje y territorio. En este trabajo se con-
Pérez Herrero~:; y los de Gerardo Bustos.~6 Ber- sideró el espacio geográfico como un elemento
nardo García,~7 entre otros, propone el desarro- más de lo social; en lo personal, entiendo el terri-
llo de una geografía histórica en busca de nue- torio como producto y, al mismo tiempo, como
vos problemas y planteamientos. productor de las relaciones sociales. Los estu-
En las diferentes corrientes de la arqueolo- dios de territorialidad implican el análisis de la
gía, el espacio puede ir desde lo macro de un operatividad de los sistemas sociales, por lo que
área hasta 10 micro de una casa habitación rural el territorio se plantea en lo concreto y forzosa-
o de una ofrenda funeraria. Así, la relación mente se entiende como relativo y no como
entre el espacio y el tiempo está dada por la pro- absoluto.
blemática que se plantea resolver. Es muy fre- Para la época colonial, ya se están haciendo
cuente encontrar en las investigaciones, aparta- estudios de! centro norte en donde el espacio
dos sobre el paisaje en donde se le considera juega un papel importante. Cabe mencionar los
sólo como escenografía o marco de los diferen- trabajos de Melville~9 sobre los efectos de la in-
tes pueblos. Tampoco es raro hallar trabajos en troducción de ganado, y los de López Aguilar~()
los q1:lese plantea la relación del hombre con el sobre las formas de asentamiento colonial en el
nicho ecológico, y en los cuales la naturaleza se valle del Mezquital. En ambos trabajos queda
considera proveedOl-a del hombre, o bien, que asentado, que en el siglo XVI ocurrieron cam-
comprenden la descripción de las interrelacio- bios importantes en el paisaje con la introduc-
nes entre los hombres y el medio como un fac- ción de especies europeas, la difusión de nue-
tor de desarrollo tecnológico.2M En estos tipos vas tecnologías y la congregación de los pueblos.

~, Pedro Pérez Herrero (comp.), Religión e hislana m


lv/éxiw (/700-1850), Instituto Mora-UAJ\I, México, 1991. hace mucho tiempo. André Leroi-Gourhan, L'hmmlle el la
~ti Gerardo Bustos, Libro rle 1m rlestripriones. Soilre la maliére, Éditions AJbin Michel, Francia, 1971. La primera
visión gt'ogrríjira ril1 la jJNlÍflJula dI' YllffllfÍn fn Il'xlos fSj)(lIioll'J edición es de 1943. Existe todo un acervo técnico de usos
riel ,iglo XVI, UNAJ\1,México, 1988. del agua y del agua en la ,ida cotidiana que nos llevaría a
27 Bernardo García i\'lanínez, "En busca de la geogra- hablar de costumbres.
fía histórica", en Reltlliolles, vol. XIX, núm. 75 (El Colegio 29 Elinor G. K. Mehille, A Plague ofSh,,!,. Envirollmnzlal
de Michoacán, México. 1998), pp. 27-58. t:onsequf/u:es of Ihe Conquesl of lV/exico, Cambridge University
~H Los usos del agua son de una gran diversidad: como Press, Cambridge, 1994.
recurso indusuial y agrícola, fuenle de energía, elelnenlo :<0 Fernando López Aguilar, Símilolos rlelliem/iO. l.os Ime-
mágico-religioso, etcétera. Una tipología de las aCli,idades en illos rle indios riel valle riel Meuluilal duranle la Colonia, tesis,
las que inteniene el agua fue presentada por Leroi-Gourhan Facultad de Filosofía y Letras-UNA~I, México, 1997.

197
Ros,,\ BRA~lIIIL\ PAZ

Además intento agregar las transformaciones res de muchos "desórdenes y sensualidades",


que sufrió la vida diaria y la creación de nue- por ello la Iglesia quiso modificar esas costum-
vas costumbres. Para acercarse a los cambios en bres con la desvalorización de las aguas, creando
la conformación del espacio y percibir algunos una nueva territorialidad. En efecto, estos expe-
de sus elementos en la vida cotidiana, mencioné dientes parecen revelarnos que las formas en
que junto con los aspectos laicos y mágico-reli- que la Iglesia trató de intervenir y modificar los
giosos de las fuentes de agua, se encuentran la "usos y costumbres" fueron diversas y de magni-
emotividad y sexualidad de los pueblos que ha- tudes diferentes, según las circunstancias y las
bitan el centro norte. Los arqueólogos aprecian relaciones de poder de cada localidad. Por un
mucho el enfoque de la religiosidad que gira lado, señalan los prejuicios de la sociedad no
en torno a las fuentes de agua; mientras que los india, en contra de los naturales, más que las
historiadores elaboran investigaciones eruditas supuestas prácticas de idolatría y vida escandalo-
acerca del usufructo, el control y la apropiación sa; por otro, se pone de manifiesto la persistencia
de las mismas. )' las estrategias que siguieron los diferentes pue-
En los estudios antropológicos la sexualidad blos indios para crear una cosmovisión propia,
está asociada al ciclo de vida y a los ritos de paso, en esta nueva situación. Estos expedientes tam-
y usualmente dejan de lado el hecho de que las bién abren un camino en el que nos muestran
fuentes hídricas también son el campo de las emo- cómo se manifestaron las relaciones sociales,
ciones, especialmente del amor, el erotismo, el cuáles fueron las características culturales que
deseo y el placer "que tienen expresiones según las definieron)' los procesos que permitieron la
la cultura v también según el sexo [oo.] se en- reproducción del orden social.
cuentran tamizados por la cultura".~1 La forma
en que el clero intervino en la vida cotidiana, en
la costumbre de 'ir al agua' o 'irse a bañar al río', BIBLIOGRAFÍA
no puede entenderse como ~~ena al patrón de
asentamiento disperso característico de la zona, Bravo Ugarte, José, Luis FelijJe Neri r/e ,Iifara: S1/

ni extraña al pais~~e en que se inscribe. vir/a, sus ('soi/os. Ji/'/lr/ariones, .Javol('s divinos, tra-
El estudio del territorio como elemento es- h~o encomendado por Martín del Campo y
tructural en las relaciones sociales, el acercamien- Padilla, obispo de I.eón, para proseguir los
to a la vida cotidiana, el estudio de las estrategias, tramites de beatificación, 19~)fj.
tácticas, en términos de Micheal de Certeau.:\~ Broda, Johanna, "Calendarios, cosmovisión y oh-
nos permite afirmar que el agua recorre un ca- sen'ación de la naturaleza", en Sonia Lombar-
mino sinuoso e'n la historia del centro norte de do y Enrique Nalda, (coords.), Temas lIIeSOml1('-
México. Esto se debe al enfrentamiento de cul- ricanos, IN.·\H,México, 1996, pp. 427-469.
turas: en las culturas indígenas, la concepción ---, "El culto mexica de los cerros de la Cuen-
del agua estaba relacionada con la teoría del ca de México", en B. Albores y J. Broda
ciclo subterráneo, mientras que los españoles (coords.), Gmniceros. Cosrnovisión y meteorolo-
introducirían la cultura occidental del agua, lo gía indígenas de Mesoa1ll.élica, El Colegio Me-
que generó cambios y conOictos. La lucha con- xiquense-UNAM, México, 1997, pp. 49-90.
tra el pecado público y el escándalo es para sal- ---, Stanislaw Iwaneszewski y Anuro Mon-
vaguardar las costumbres y los pactos sociales tero, Cosrnovisión, li/ual e idenlidad de los jnleblos
que sustentaban aquel orden social y eclesiásti- indígenas de México, UNAM-INAH-BUAP,
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199
ECATEPEC COMO PUNTO DE ENLACE

EN LAS RUTAS COMERCIALES, SIGLOS XVI Y XVII

Malia Teresa Srínchez Valdés*

El presente trab'0o se inscribe dentro del pro- Tanto la amplitud de las relaciones interpro-
yecto de investigación que he venido desarro- vinciales como la cantidad y la composición del
llando llamado "Etnohistoria de Ecatepec, siglos nujo de bienes y productos estuvieron determi-
XVI-XVII". nados no sólo por los requerimientos inmedia-
Las ciudades novohispanas fueron centros po- tos del mercado, sino también por la capacidad
lítico administrativos cuya población dependió y el grado de desarrollo económico de las regio-
para subsistir de la producción del campo. Fue nes. Aparte de esos factores, la densidad y la com-
allí donde mayor importancia tuvo el acto de posición étnica de la población, así como el costo
intercambio. de! transporte, fueron otros elementos que de-
La fundación de ciudades a lo largo del am- terminaron la amplitud de los vínculos interre-
plio territorio novohispano favoreció el mante- gionales. Entre mayor capacidad económica y
nimiento y la conformación de nuevos y viejos lucrativa tuvo el mercado, mayor fue su radio de
circuitos económicos y, por lo tanto, el desarrollo innuencia sobre los diversos espacios producti-
y la diversificación de la economía interna. vos y comerciales de la colonia.2
Con el fin de satisfacer las necesidades inme- Esto me lleva al propósito fundamental de
cliatas de la población y de los sectores producti- esta ponencia: observar en Ecatepec cuáles fue-
vos, los espacios ubicados en las cercanías de los ron los factores que influyeron en su desarrollo
centros de consumo fueron destinados a la ex- comercial y los vínculos que tuvo con otras re-
plotación de productos básicos. giones durante los siglos XVI-XVII.
La diversificación de la demanda alentó el
desarrollo de variados sectores en espacios más
o menos alejados de los centros de consumo. UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE ECATEPEC
Además de los artículos producidos en el ámbi-
to colonial, la mayor parte de los mercados del Ecatepec se localiza en la porción septentrio-
virreinato demandaban mercancías de importa- nal de la Cuenca de México en lo que es ahora
ción para satisfacer los requerimientos de cier- el Estado de México. Se comunica con la zona
tos grupos sociales.' meridional por un cuello de botella formado por

* Dirección de Emohistoria, INAH.


1 .Jnr~e vVitold. Anlo[og¡fI, d" ¡'.\fllrlio'i ,w!Jrf' la f'(ollo",irt 1'11 ~ David Brading, i\linrms)' mmnrifl11lfJ 1'1/,,/ i\tl,:xi(() Ror-
Mpxim, UNA~I, México, 1'l7ti, 1'1" 41)(), o;~()-5~2 (Lecturas M/lÚO (/763-/8 JO), Fondo de Cultura Económica, México.
L'ni\'ersi tarias). l'l75, 1" ~fi.

20\
MARiA T,:RESA SÁNCHEZ

San Cristóbal Ecatepec, en un extremo, y Chico- logrado para convivir en estrecha relación con
nauhtla en el otro. el agua, se rompió. La situación fue otra: una
En la época prehispánica, Ecatepec estuvo cultura, un modo de vida y una relación con la
bajo el dominio mexica; su linaje gobernante es- naturaleza diferentes se vieron trastocadas por
taba emparentado con este pueblo y, aun cuan- el descuido de las nuevas autoridades españolas
do era un señorío sometido, se lo consideraba frente a la estructura técnica y administrativa de
un aliado político y militar de los mexica. De ahí obras hidráulicas, lo cual dio como resultado que
que Ecatepec apareciera como cabecera de un los lagos dejaran de concebirse como un recur-
amplio territorio. La vida cotidiana de los habitan- so del que se podía vivir y aprovechar, y pasaran
tes dependía en gran medida de la producción a ser un elemento que se debía combatir, a fin
agrícola y de la explotación de los abundantes de mantener a la ciudad libre de inundaciones."
recursos lacustres, entre los que se encontraban
gran variedad de peces, diversidad de patos,
garzas y otras aves migratorias; ajolotes, tepoca- EL ESTABLECIMIENTO
tes, ranas y plantas como el tule, el lirio; también DE LA RED DE CAMINOS
se explotaban salinas en las riberas y canterías
en los montes, cuyos productos eran preciados La construcción y conservación de la red de
para comerciar.~ La alimentación se complemen- caminos de los territorios de la monarquía his-
taba con la caza, la pesca y la recolección de pánica era una obligación del estado para con
plantas silvestres. sus súbditos. Sin embargo, no siempre la Coro-
Con la aplicación de los conocimientos y la na pudo atender esta obligación. Así, enco;ltra-
tecnología desarrollada, en conjunto con una rí- mos una disposición de Felipe 11, promulgada
gida política de control y administración de re- en Madrid el 16 de agosto de 1563, en la que
cursos, los mexica, al igual que otras culturas ordenaba que "la factura y reparación de puen-
mesoamericanas, llegaron a desarrollar comple- tes y caminos corriese a cargo de aquellos que
jos sistemas para el manejo de las corrientes de recibieren el beneficio"."
agua dulce, escurrimientos y manantiales para el Nueva España contó con una red de caminos
uso doméstico y para el riego agrícola, de tal ma- limitada; su conformación conoció básicamente
nera que se obtenían varias cosechas anuales de dos etapas: la que tuvo lugar en el segundo tercio
maíz, chile y frijol4 del siglo XVI y la que transcurrió en el último
La población podía proveerse de lo que cuarto del siglo XVII. La red de caminos, propia-
necesitaba y no producía comerciando por vía mente dicha, tuvo ciertas limitaciones debido a
terrestre o acuática. El acceso a Tenochtitlan y la orografía y a que sus objetivos eran: favorecer la
a otros pueblos ribereños, era posible gracias a expansión y consolidación del proceso de colo-
una compleja red de canales, acequias y calzadas nización de los territorios situados al norte de
que constituían un sistema de comunicación, Nueva España, procurar el tráfico de bienes y pro-
contención y manejo de las aguas de los lagos. ductos hacia las ciudades y poblados mineros y,
A la llegada de los españoles a la Cuenca de sobre todo, controlar y dirigir hacia el mercado
México, el equilibrio que la comunidad había externo el excedente económico que generaba
la minería, vía la ciudad de México y los puertos
de Veracruz y AcapuJco. La ruta que enlazaba la
,\ María Teresa Sánchez Valdés, "Etnohistoria de Eca-
tepec siglos XVI-XVII",tesis de licenciatura en Etnohisto- capital del virreinato con el puerto de Veracruz,
ria, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México
2001, p, 107, .; Magdalena Carcía Sánchez, I:'atl'/JI'(' y ,/ d,.<agiú Ii,/
4 Ángel Palerm, Obms hid,.'¡ulimJ, /J,.,his/)(inicas ni .t sis- Vall, d, M¿xiw,INAH-Conaculta, México, 199::1,p. 6.
Imza/aettsl,., dtl Vall, d, M¿xim, Instituto Nacional de Antro- 6 Diego de Encinas, C"h'¡m,o Indiano, \'01. 1, Editorial
pología e Historia, México, 1973, p, 6, Madrid, Madrid, 194.5,p 9.

202
EC-\TEPI':C COMO PLINTO m: ENL"CE EN L"S RUTAS COMERCIAU:S, SICI.OS XVI y XVII

por ejemplo, promovió, hacia el primer tercio nes se identifican con los antiguos alineamien-
del siglo XVI, la construcción del primer cami- tos del camino real.
no para la circulación de diversos medios de Existen indicios de que, en 1522, Hernán
transporte. La primera evidencia documental Cortés ordenó la construcción del camino entre
de la construcción de los caminos data de 1530. México y Veracruz. Esta ruta partía de la ciudad
Cuando el cabildo de México anuncia la cons- de México, vía Ecatepec; seguía rumbo aTeo-
trucción de una nueva ruta entre México y Vera- tihuacan, Otumba, Apan, Tecoac, Cáceres, Pe-
cruz para permitir el tránsito de carruajes y ca- rote, las Vigas, Banderillas, jalapa, Antigua, y de
rretas,7 los viajeros utilizaban distin tos senderos allí a Veracruz. En esta ruta el paso por jalapa
que se ajustaban a sus,necesidades. Con la co- representó un cambio más que una continuidad
lonización y el control del territorio de Nueva respecto de las rutas de la época prehispánica.
España se convirtieron en una realidad y el enla- Sin embargo, gran parte de la información dis-
ce entre la ciudad de México y Veracruz adqui- ponible sugiere que, durante todo ese perioqo,
rió importancia para la vialidad de la Colonia. Al el paso de jalapa tuvo una notable importancia
tiempo que se conformaba la red de caminos, se en el sistema de caminos de Veracruz y México.
fueron estableciendo ventas o posadas con el fin Entre los informes de viajeros, en especial de
de brindar un lugar de resguardo y alojamiento Robert Thompson, john Chilton y Henry Haw-
para los viajeros. kes, mercaderes y comerciantes ingleses que ha-
Las ventas y los mesones desempeñaron un bían residido en España y que posteriormente
papel muy importante en el tráfico mercantil y llegaron a Nueva España, cada uno describe la
en el establecimiento de pequeñas poblaciones. ruta que tomó de Veracruz a la capital, pasando
A continuación se presentan algunos ejemplos. por jalapa, 1 o sin mencionar Orizaba.11
La primera evidencia documental del estableci- Otro comel-ciante, fundamental para el si-
miento de ventas es de 1525, con la fundación de glo XVI, fue Sebastián de Aparicio, quien llegó
la venta de Aguilar cerca del pueblo de Cha- a Nueva España en 1525 y se estableció en Pue-
pultepec, en la tierra alta dejalapa.H Tres ventas bla donde se dedicó primero a la agricultura y
más se mencionan en las relaciones geográficas, más tarde al transporte de mercancías a diferen-
así como el control del precio en el comercio de tes poblados. Además, este personaje tuvo parti-
maíz y de cerdos, por los venteros de Texcoco, cipación en la construcción de diversos caminos
Calpulalpan y Tlaxcala en 1526.9 El mesón en como el tramo de México a Puebla, de jalapa a
Peroté, uno de los más famosos y perdurables, Veracruz, y el camino rumbo a Zacatecas que pasa
fue establecido en 1527, en un rincón frío yazo- por Querétaro. A los setenta años, Sebastián de
tado por el viento de la alta meseta, a la entrada Aparicio ingresó a un convento de la orden fran-
del paso de jalapa. Otros detalles sobre la ruta ciscana, donde como hermano .Iego, fue comi-
principal aparecieron como resultado de las sionado para recoger donativos a lo largo yan-
quejas de los indios contra las ventas situadas en cho del territorio novohispano.l~
el poblado de Tecama, debido a que los anima- Con la fundación de la ciudad de Puebla, en
les de carga no eran encerrados en corrales y 1531,13 se crearon nuevos caminos. Para los via-
destrozaban sus sementeras, y nadie respondía jeros, esta ciudad representó un lugar de reposo
ante los hechos. y tranquilidad. Desde un principio los comer-
Estos mesones se encontraban en puntos es-
tratégicos, cercanos a las aduanas y en ocasio- 10 ¡bidem, p. 85.
1I I/ridrm, p. 119.
, Actas de Cabildo de la Ciudarl de México. 1889- 12 Ellár/(J/Jrdifl de MéxitO, tomo 1,editorial especial para

1916, vol.'lI, Mé~ico, p. 66. b"ido/Jrdút /látfÍnim dr JHé:>áro,1993, p. 472.


H ¡bidrm, \'01. 1, p. 5R. 1:1 Actas de Cabildo de la Ciudad de México. 1889-
'. I/Iúlrlll. p. 63-64. 1916, \'01. 11,México, p. 66.

203
MARÍA TERf:S,'\ S.-\NCHEZ

ciantes trataron de obtener el control fiscal y 1803 Humboldt estimó en 70 mil las mulas
comercial de esta nueva ruta, solicitando conce- empleadas anualmente tan solo en los caminos
siones para manejar varias ventas a lo largo del que unían la ciudad de México con el puerto
camino. de Veracruz. Otros medios de transporte utiliza-
Con el argumento de la edificación de los dos en Nueva España fueron las carretas y los
mesones o ventas, los ingresos por el alquiler y la carruajes. A pesar de haber sido introducidas
ocupación de éstos, propiciaron la construcción hacia 1530, varios factores limitaron su uso: la
y mantenimiento de más caminos entre Nueva difícil topografía, la inseguridad, y la necesi-
España y la ciudad de Puebla para mediados del dad de contar con pastura yagua para los
siglo XVI. Los documentos de la época señalan el animales.1 :;
gran tránsito de carru~es, carretas y sobretodo Los carruajes eran usados para el transporte
de tamemes circulando con sus mercancías a la local o interregional, los viajes de pasajeros po-
espalda, viéndose beneficiada esta región por el dían hacerse en diligencias, pero su costo era
tráfico comercial. elevado, Esta ruta era la que recorrían los nue-
Existen documentos que señalan que a media- vos virreyes que llegaban a tomar posesión de su
dos del siglo XVI funcionaba esta ruta que unía cargo: "era un viaje muy cansado tres meses en
Puebla con Veracruz por el paso de Orizaba. Me- barco de España a Veracruz, un mes bamboleán-
diante la construcción de puentes se obtuvieron dose en carruaje, bien merecen unos días de des-
los datos que señalan los puntos específicos de canso antes de entrar a la ciudad de México el
empalme e indican que desde 1531 un camino Virrey y su familia". Así lo señalaba una crónica
se extendía de Puebla al oriente, cuando menos de la época. En los documentos encontramo~ que
hasta Tepeaca, se sabe que esta carretera se diri- antes de entrar a la ciudad de México el nue\'o
gía a Oaxaca y a Guatemala. virrey descansaba v se le entregaha el bastón de
Si reconstruimos esta segunda ruta a partir mando. Este acontecimiento se realizó por pri-
de la ciudad de México, pasaríamos por Ecate- mera vez en la ciudad de Cholula y más tarde
pec, Tlaxcala, Martín Texmelucan, Cholula, aparece en las fuentes el pueblo de Acolman.
Puebla, :--¡opalucan, San Andrés Chalchicomula Para 1580, \li sin embargo, Otumba fue reempla-
hasta el siguiente punto que era Orizaba, para zado por el pueblo de Acolman para la entrega
continuar por Cotaxtla y Medellín hasta llegar del poder a la nue\'a autoridad, y fue a partir de
a Veracruz.14 165317 cuando San Cristóbal Ecatepec comien-
El tránsito comercial de Veracruz a la ciudad za a registrarse como lugar donde se efectuaba
de México pasando por Jalapa o por Orizaba la ceremonia de la entrega del bastón de mando
fue de suma importancia durante la Colonia. El en el convento de la orden franciscana. Aquí el
vi~e y el transporte de bienes y productos se virrey y su comiti\'a pasaban la noche anterior
hacían a pie, o bien mediante la utilización de a la en trada a la ci udad de México. Para 1780 los
animales de carga o carruajes. El medio común documentos señalan que el Real Tribunal del
de transporte para el traslado de artículos fue la ConsuladolK (conformado por mercaderes y co-
recua de mulas, debido a que estos animales merciantes) mandó a construir un edificio en
eran capaces de transitar por casi cualquier Ecatepec. Este edificio tuvo la misma función
terreno. Este medio de transporte ocupó una
gran cantidad de individuos y animales de carga, LO, /);,.áuflfulo fnt"ido!Jrrlil'(} di' l\/,;,'(i('o, \'01. 1, HUlnberto
Musacchio, programa educativo visual, j\'!éxico, 1991'.
y promovió el desarrollo de la arriería. Hacia 1f¡ José l. Rubio Mañé, n vilwillfllo 1. OrZw'u" y j,o;,-
"icrianr ..•, )' dinámiu[ social dI' lo'i virH')'r'i, lTN.-\r..I-Fondo de
Cultura Económica, México, 1976, p. 70.
1. Peter Rees, '/i""'/JOI"f.l' y Comeráo m're Al¿xi('o y V.,.II- 17 René Aculla, r'¡"ÚuúJlIf.' (;mgrújim, rldlif;lo XVI, I'UI. 'l,
!'ruz. /5/9-/9J(), Secretaría de Educación Pública, México, l'NA~I, México, 1976, p. 67,
1976, l' 126 (SepSetentas), IX Rubio Mañé, o/J. á'., p. 76; Rees, o/J, ('il, , p. 26.

204
ECArEP,:c COMO PUNTO DE ,:NIACE ,:N l.<\S RUTAS COMERCIAl.ES, SI(;l.OS X\'! y XVII

de albergar a las autoridades virreinales antes de Puebla. De igual manera formó parte del ca-
que entraran a la ciudad de México. mino real hacia la costa del Golfo y el puerto de
La exploración de nuevos territorios y el des- Veracruz.
cubrimiento de yacimientos dp plata en diver-
sas regiones localizadas al norte de la capital de
Nueva España alentaron la construcción de una BIBLIOGRAFÍA
de las arterias principales del virreinato: el Ca-
mino Real de Tierra Adentro. Por esta vía circu- Actas de Cabildo de la Ciudad de México (títu-
laba la plata hacia los centros de acuñación y los varios), 54 vals., México, 1889-1916.
exportación, así como una gran cantidad de re- AGN. Ramo Cmninos y Calzadas, vol. 1, exp. 8,
cursos humanos y materiales que demandaban f. 136 a 146; vol. JI, exp. 8, f. 157-168; vol. JI,
los mercados y centros de producción localiza- exp. 14, f. 21-224.
dos en la mesa del norte. El camino Real de AGN, Ramo Peaje, vol. 8. exp. 6.
Tierra Adentro fue una de las vías de comunica- AHH, Colegio Máximo, leg. 286, exp. 44, f. 16.
ción entre la c.iudad de México y las provincias Acuña, René, Relaciones Geográficas del siglo XVI,
del centro y norte del virreinato, pues recorría 8 vals., UNAM,México, 1986.
todo el centro del territorio novohispano. El ca- Cortés, Hernán, Cm-tas y Relaciones con otros Do-
mino llegó primero hasta Zacatecas1lJ y más tar- cumentos Relativos a la vida y a las emjJresas del
de se prolongó hasta Nuevo México. Otro cami- conquistar/O/; Emecé Editores, Buenos Aires,
no que favoreció la articulación económica de 1946.
las provincias del centro y norte de la Colonia Del Vas Mingo, Milagros y Miguel Talaván, "La
fue el que unía la ciudad de México con San avería de disminución de riesgos marítimos y
Luis Potosí.~o terrestres, la avería del camino", en Estur/ios
Además de las arterias principales, fue necesa- de HistO/ia Novohispana, núm. 26 (Instituto de
rio construir y aprovechar caminos secundarios Investigaciones Históricas-L-"'.-\~I, México,
o ramales que alimentaban el Camino Real. La 2002).
finalidad de su traza fue articular los mercados Diccionalio EnciclojJédico de iVléxico, \01. 1, Hum-
con las zonas productoras de insumas produeti- berta Musacchio, programa educativo \'isual,
\'os y de consumo social, situados básicamente México, 1998.
en el centro y occidente del virreinato. EnciclojJedia de ¡'\;léxico,tomo 1, edición especial
para EnciclojJedia Btitánica de ¡"'léxico, 1993.
Encinas. Diego de, Cedulario Indiano, 4 \·ols., Ma-
CONCLUSIONES drid, 1945.
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El territorio novohispano favoreció el manteni- en el México colonial. Santa Lucía, 1576-1767,
miento y la conformación de nuevos y viejos cir- Fondo de Cultura Económica, México, 1989.
cuitos económicos. Ecatepec, por su situación Mendoza Vargas, Héctor, México a través de los
geográfica a manera de frontera entre los lagos mapas. Temas selectos de GeogmJía de México,
de agua dulce y salada, se presentó como un es- Plaza y Valdés-UN,-\Jvl,México, 2000.
trecho, un dique o calzada que más tarde se con- Mondragón Barrios, Lourdes, Esclavos africanos
virtió en camino real que unía los valles del nor- en la ciudad de México. El servicio doméstico r/Il-
este de la cuenca y se extendía con la sierra de mnte el siglo XVI, Ediciones Euroamericanas-
Conaculta-INAH, 1999, México.
Rees, Peter, TransjJol'fes )' comercio entre México y
1" A(;N. Ramo C"millO-' y C"b"/,,s. \'01. 11, exp. 8, ff.
157-168. lémcrllz, 1519-1910, Secretaría de Educación
"0 .-\C;N, Ramo "('(fi", 1'01. 8, exp. 6. Pública, México, 1976 (SepSetentas).

205
MARíA TERESA SÁNCHEZ

Palerm, Ángel, amas hidráulicas prehispánicas en Strauss, Rafael, "El área septentrional del Valle
el sistema lacustre del Valle de México, Instituto de México", en Nuevas noticias som-e las obras
Nacional de Antropología e Historia, Méxi- hidráulicas prehispánicas y coloniales en el Valle
co,1973. de México, INAH-Centro de Investigaciones Su-
Riley, James D., Hacendados jesuitas en México: periores-sEP, México, 1974.
El Colegio Máximo de San Pedm y San Pablo, Villaseñor y Sánchez, Joseph Antonio, Theatro
1685-1767, México, 1976. Americano, descripción general de los reynos y pro-
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nes y jurisdicciones, y dinámica social de los virre- Editorial Nacional, México, 1951.
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México, 1976. México Borbónico (1763-1810), Fondo de Cul-
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Ecatepec, siglos XVI-XVII", tesis de licenciatu- Witold, Jorge, Antologia de Estudios sobre la econo-
ra en Etnohistoria, Escuela Nacional de An- mía en México, UNAM,México, 1976 (Lecturas
tropología e Historia, México, 2001. Universitarias) .

206
¿ CALPULLI o TECCALLI?

EN EL SEÑORÍO CHOCHO-POPOLOCA DE

TZAPOTITLAN DE LAS SALINAS EN LOS SIGLOS XVI-XVIII

Hildeberto Mar'líl1ez*

EL SEÑORÍO población se había reducido a 1 353 Y medio


tributarios.
Tzapotitlan de las Salinas era, a la llegada de los Dentro del señorío convivían diversos grupos
españoles, un pequeño señorío localizado en el étnicos: el más importante de ellos, tanto por su
sureste del actual estado de Puebla y en una número como por ser el que mantenía el poder,
minúscula porción de la Mixteca oaxaqueña. Te- era el chocho-popoloca, esparcido por la mayor
nía una superficie aproximada de 950 kilómetros parte del territorio; el segundo grupo en impor-
cuadrados y limitaba, al none, con la provincia tancia era el mixteco, localizado en el sur; y, el
de Tehuacán; al este, con Cozcatlan y Teotitlan tercero, un pequeñísimo grupo de nahuas ubi-
del Camino Real; al sur, con las provincias de cado, al parecer, en las m<J.rcaso fronteras con
Coaixtlahuacan y Huajuapan; y al oeste, con Tehuacán. El señorío estaba rodeado, también,
Huajuapan y el señorío chocho-popoloca de por poblaciones hablantes de náhuatl, chocho-
Tepexic de la Seda. popal oca y mixteco, y no era raro hallar, en al-
El señorío estaba constituido por el pueblo gunos de los pueblos subordinados, personas
principal o cabecera, llamado San Martín Tza- que dominaran las tres lenguas.
potitbn, y quince o más poblaciones subalternas Quizás una de las características principales
denominadas San Antonio Texcalac, Santa Ana del señorío haya sido su notable variedad de am-
Tliloztoc, Santiago Acatepec, San Pedro Atzom- bientes. Se reconocen, por ejemplo, una zona seca
pa, San Juan Acatitlanapa, Eztepec (o Iztepec), y algo fría, donde el recurso natural predominan-
San Andrés Caltepec, Santa María Caltepec, San te era la palma petatera y el cultivo principal, el
Sebastián Metzontla, Huitzitziltitlan, San Feli- del maguey; otra pequeña parte de tierra caliente,
pe Coatepec, Teteltitlan, San Gerónimo Xiuh- irrigada y fértil, que hacía posible la pesca y el cul-
quilan, San Cristóbal y Tepanoapa o San Juan tivo de frutas y flores; y una más, que comprendía
Atzingo. la mayor extensión del territorio señorial, calien-
La cifra más confiable de población en el si- te y árida, donde prevalecían los manantiales de
glo XVI la proporciona un documento de 1568, agua salobre (o aguasal, como se les llama en los
en el que se dice que había 2 343 tributarios; casi informes del siglo XVI), Yalgunas fuentes de agua
treinta años después, en 1597, parece que la dulce. El señorío de Tzapotitlan no era, pues, un
señorío milpero, dedicado al cultivo del maíz; su
* Celllro de Investigaciones}' Estudios Superiores en producción fundamental era la sal y, en menor
Antropología Social. cuantía, el cultivo de árboles frutales.

207
HIl.IlEIIU{TO MARTíNr:;.

Como los señoríos chocho-popolocas de la go, especialmente en lo que se refiere a los lina-
región, Tzapotitlan de las Salinas estaba consti- jes, sus cónyuges y sus hijos, pero también en
tuido por varios señores; aunque de diferente cuanto a los bienes patrimoniales y la sucesión.
rango, cada señor era reconocido en los escritos
cóloniales con el mismo término de "cacique"; y EL L1N.-\/EY SUS ALlANZ.-\S ~tATRI~tONt.\LES

aquí, como en ningún otro caso conocido por Doña María Pacheco casó probablemente en
mí, se hace evidente, y explícita, la estructura y 1624, de modo que en 1690, año de la faclUra
la organización social de los "cacicazgos". del testamento, debía contar más de ochenta
años de edad. En su prolUa exposición, doña
María hace memoria de todos y cada uno de los
EL CACICAZGO: miembros del lin'Ue, con sus consortes y sus
¿ CA LPULLI O TECCALLI? hUos; Y si se considera a sus padres como los ti-
tulares y cabezas de la casa señorial, la lista
Aunque es poco 10 que se conoce del señorío y comprende cerca de ochenta personas, vivas y
de los cacicazgos de Tzapotitlan de las Salinas muertas, pertenecientes a cinco generaciones.
en el siglo XVI, se sabe, de cierto, que en 1520 el No todos los hermanos contribuyeron por igual
señor naulral se llamaba Xopanatzin. Éste, al ser a la progenie: don Martín, el mayor, aunque
bautizado, recibió el nombre de donjuan Xopa- tuvo dos matrimonios sólo dejó una hUa, casada
natzin y fue él quien fundó el pueblo de Tzapo- también, pero sin hUos; y la misma doña Ylaría.
titlan en su actual emplazamiento. Se ignora la desposada con un español de Tehuacán, tam-
fecha de su E\lIecimielllo, pero sabemos que dos poco dejó descendencia. Así, el linaje de:- los
de sus descendientes, hUo y nieto tal vez, gober- caciques Paclll'co en el siglo XVII se limitaba en
naron el señorío desde 154S, por lo menos, has- realidad a los descendientes de don Sebasti,ín
ta finalizar el siglo. El primero llevaba el nombre y, sobre todo, (1<- don Juan, el más prolífico
de Martín y el segundo el de Martín Fabián pe- de todos.
ro, en la práctica, resulta imposible distinguir- La genealogía consta de veinte matrimonios,
los, pues en las informaciones de la época am- incluidos los de tres personas. dos hombres y
bos se registran como don Martín o don Martín una nllUer, que casaron en segundas nupcias
Pacheco. al morir el primer cónyuge. Se trata de familias
Al comenzar el siglo XVI se menciona como nucleares, trece de varones v siete de mlUeres
gobernador del señorío a don Baltasar Pacheco, dellin'Ue, con un número de hijos que Ouctúa de
hijo, al parecer, de don Martín Fabián; y es a par- cero (cuatro casos) a diez (dos casos). Por lo que
tir de él que se conoce, más que del señorío en es posible apreciar, estas familias nucleares no
general, del "cacicazgo" en particular. Don Bal- sólo habitaban en casas diferentes ubicadas en la
tasar Pacheco estaba casado con una cacica de cabecera, sino también en distintos pueblos del
Tehuacán, doña Ana de Castro, descendiente cacicazgo y del señorío, y aun fuera de éste.
de conquistador español; con ella tuvo cuatro Quizás lo más importante para destacar de la
hUos: don Martín, don Sebasti(m, doña María y genealogía, es el origen y rango de los consortes
donjuan. Don Baltasar murió entre 1615 y 1624 de los miembros del lin;:Ue, algo en lo que la tes-
y, con excepción de don Juan, todos tuvieron tadora puso mucho cuidado: de los trece matri-
en sus manos el regimiento de la casa señorial. monios de varones registrados, uno correspon-
En trance de muerte, el 20 de enero de 1690, de a la primera generación; cuatro a la segunda,
doña María Pacheco hizo redactar su testamen- cuatro a la tercera y cuatro a la cuarta. El señor
to, y gracias a este excepcional manuscrito ahora de Tzapotitlan de la primera generación casó
podemos entender mejor el significado de esa con una cacica de Tehuacán, descendiente de
institución conocida en la Colonia como cacicaz- conquistador español y, por 10 tanto, se puede

20H
¿C.4IPUU.IO nn:A1.u? EN El. SEÑORÍO CHOCHO-POPOl.OCA DE TZAPOTITl.AN DE l.AS SALINAS

suponer que era mestiza; de los cuatro matrimo- Tliloztoc se sitúan al norte y noroeste, en los lími-
nios de la segunda, uno tuvo lugar con una seño- tes con Tehuacán y Tepexic de la Seda; Los Re-
ra de San Pedro Atzompan, pueblo pertenecien- yes Metzontla, San Luis Atolotitlan y Santiago
te al señorío pero de lengua mixteca; y los tres Coatepec, en el centro de él; y San Gerónimo
restantes con cacicas de Tzapotitlan, la cabece- Xuquila en el sur, en las fronteras con el señorío
ra; en la tercera generación, tres uniones matri- de Coaixtlahuacan.
moniales se realizaron con cacicas mixtecas de Los sitios de estancia para ganado que se men-
Huepanapan, Chiazompan y Xochitepec, per- cionan en el testamento son diez: tres para la
tenecientes a la provincia de Huajuapan; y la cría de ganado menor y siete cuyo tipo no se
última con una señora de Acatepec, pueblo suje- indica. Con excepción del primero, del cual sólo
to al señorío de Tzapotitlan, donde se hablaban se dice estar abajo de las salinas de Tepciutlan,
los idiomas chocho-popoloca y mixteco; y en de los demás conocemos sus nombres y sus ubi-
la cuarta generación, dos matrimonios tuvieron caciones: el segundo, Tliloztoc, junto al pueblo
lugar con cacicas de Tzapotitlan, uno con una de Santa Ana; el tercero, en el paraje denomi-'
señora de Tzongolica, de habla náhuatl, y el nado El Encinal, a la linde del pueblo de San
cuarto con una señora de San Salvador el Seco, Bartolomé; el cuarto, Tlaquiltexca1co, entre las
posiblemente otomí o mestiza. Es decir, hay poblaciones de Santa Ana y Tzapotitlan; el quin-
una clara tendencia de los varones del linaje a to, Tli1coapa, entre Tzapotitlan y Los Reyes Met-
unirse en matrimonio con mujeres del mismo zontla; el sexto, Soyaltepec, r:mbién entre Tza-
rango (cacicas) y del mismo señorío (seis o siete potitlan y Los Reyes; el séptimo, en el puesto
casos), y con señoras mixtecas (tres o cuatro ca- llamado Tepetitlan, adelante del pueblo de Los
sos). Con las mujeres ocurre algo similar, cuatro Reyes; el octavo, en el paraje nombrado Sayola-
de ellas casaron con caciques de su mismo seño- pan, cerca de Metzontla; el noveno, San Fran-
río de origen, Tzapotitlan; dos con españoles y cisco la Rinconada, en medio de los pueblos de
la última con uno de los caciques de Coaixtla- Xochiltepec y San Sebastián Metzontla; y el déci-
huacan, señorío chocho-popoloca de la Mixte- mo, Atzompa, en las comarcas de los pueblos de
ca Alta. Santa María Caltepec y San Luis Atolotitlan.
Además de los sitios para la cría de ganado se
EL LINAJE Y SUS BIENES PATRIMONIALES registran otros cinco predios más, destinados
El patrimonio del linaje Pacheco constaba de quizás al cultivo: dos cercanos a la estancia de
disti!Jtos bienes que doña María describió con Xuquila; dos más, en las proximidades del pue-
cuidado, algunos con meticulosidad. La lista blo cabecera de Tzapotitlan; y, el último, en tie-
comprende lugares poblados, llamados indistin- rras de un lugar conocido como Huitziquila, cuya
tamente "barrios", "estancias" y "pueblos"; sitios localización desconozco.
para la cría y engorda de ganado mayor y menor; Respecto a huertas, las que se mencionan en
tierras de cultivo, huertas y salinas y, por último, el testamento son seis: una inmediata a la casa
los "papeles" o escrituras diversas que ampara- principal del cacicazgo, en la cabecera del seño-
ban las propiedades. río; otra huerta, "con dos aljibes", en un paraje
Las estancias o pueblos de macehuales que denominado Tzapotitlan, de donde el. pueblo y
doña María menciona son seis: San Gerónimo el señorío recibieron el nombre; dos "adelante"
Xuquila, Santa Ana (Tliloztoc o Teloztoc), Los del pueblo de Los Reyes Metzontla; una más en
Reyes (Metzontla), San Luis (Atolotitlan, o quizás el poblado de San Sebastián Metzontla, y la últi-
Axolotitlan), Santiago Coatepec y San Antonio ma en el pueblo de San Luis.
(Texcalac), que se hallan distribuidos a lo largo En cuanto a salinas, doña María enlista cator-
y ancho del espacio geográfico del señorío: los ce. En general sólo nos deja conocer los nombres
pueblos de San Antonio Texcalac y Santa Ana de los parajes y lugares 'donde se encontraban, lo

209
HIl.DEllERTO MARTíNEZ

que hace difícil determinar su ubicación, salvo, nada más. No obstante, es posible afirmar que
en dos ocasiones. Los nombres de los parajes son: tampoco las huertas en listadas eran todas las
Tepciutlan, Tepetlapan, Notzcuayan, Qüixhua- huertas, Xuquila misma era, por su localización
yan, Miahuatepetl el Chiquito, Miahuatepetl el ya las márgenes de un río, algo más que un ver-
Grande, Tepoztitlan, Ixtayo, Texchitepeyoc, AI- gel: en sus tierras se cultivaba una buena diver-
potzonca y Coatlan. Texchitepeyoc se encontra- sidad de nores, inclusive la tlilxóchitl, esa orquí-
ba "arriba" del pueblo de San Antonio, y Coa- dea que producía la vainilla, y una gran variedad
tlan en el camino que iba o va de Tzapotitlan de frutas de la tierra y de Castilla, como se decía
a Tehuacán. entonces; y muchos de los pueblos vecinos, y aun
Por último, doña María Pacheco hace una de lugares lejanos, acudían a Xuquila a proveer-
breve relación de los papeles y escrituras que ser- se de nores y frutas en las celebraciones de sus
vían de título a las distintas propiedades de que santos patronos.
constaba el cacicazgo, e incluye mercedes de tie- y de las salinas que parece haber sido el re-
rras otorgadas por algunos de los virreyes, tes- curso principal y más valioso del cacicazgo, doña
timonios de litigios sobre diversos bienes del María poco nos informa. No obstante, al referir-
linaje, favorables a sus antepasados, y actos de se a las salinas de Qüixhuayan hace notar que es
posesión: en total, ocho documentos, con más el lugar "donde están más salinas y ojos de agua,
de ciento cuarenta fojas que pone en manos del y (que allí) estaba una casa de piedra donde en-
sucesor. cerraban sal"; habla luego de "otras salinas que
En resumen, el acervo patrimonial del ca- son las que hoy beneficia el dicho don Baltasar
cicazgo estaba constituido, según la nómina de Pacheco, mi sobrino". Todo esto sugiere ql~e las
doña María Pacheco por: seis aldeas o pueblos salinas o, más propiamente, los sitios de produc-
de macehuales; diez sitios de estancia para la ción de sal, eran más de los catalogados; que se
cría de ganado mayor y menor; seis huertas y explotaban a base de manantiales de agua-sal
catorce lugares de producción de sal. El inven- locales, y que muchos de ellos se hallaban en
tario, sin embargo, no es completo: a las aldeas plena producción.
hay que agregar, por lo menos, el propio pue-
blo-cabecera de Tzapotitlan y las poblaciones
sujetas de San Francisco la Rinconada (o Xo- LA SUCESIÓN
chiltepec) y Santa Catarina que, en otras fuentes
contemporáneas al testamento, aparecen como Sin lugar a dudas, la preocupación de doña Ma-
propiedad de la casa señorial. Se puede decir, ría Pacheco por elaborar con tanto esmero la
por lo tanto, que la mitad de los pueblos del genealogía de su linaje o calpulli, estaba relacio-
señorío pertenecían al linaje Pacheco; y entre nada con el problema de la sucesión. Aunque ni
San Antonio Texcalac, la estancia más af norte su hermano mayor, don Martín Pacheco, ni ella
del señorío, y San Gerónimo Xuquila, la últi- misma, hija tercera, habían procreado posibles
ma, en el sur, había tal vez más de cincuenta sucesores, sus otros dos hermanos, el hijo se-
kilómetros de distancia. gundo, don Sebastián, y el cuarto y último, don
De las huertas, en cambio, 10 ignoramos todo: Juan, sí los tenían. Al parecer, doña María es-
sus superficies, las variedades de árboles frutales taba indecisa, titubeante entre dos candidatos:
sembrados, su número y, por supuesto, su pro- don Joseph Pacheco, hijo de don Sebastián y de
ducción. Por los nombres de algunas de las huer- doña Me1chora de Rivera, cacica del pueblo y
tas (como "Los aguacates"), o de los predios cabecera de Tzapotitlan; y don Baltasar Pache-
donde se encontraban (por ejemplo, "El llano co, hijo de don Juan y de doña Francisca Valien-
de los árboles de aguacate"), podemos conocer te, cacica asimismo del señorío de Tzapotitlan.
el predominio de ciertos frutos cultivados, pero A los dos los había criado en su casa, y estaban

210
¿ C4IPL'UJ () ·IHXAl.l.l? EN 1':1.SEÑORío CHOCHO-POPOLOCA m: TZAPOTITIAN DE lAS SALINAS

entrenados para la regencia. Ante tal dilema, la demás mis sobrinos referidos. Y después del
testadora apela a la tradición, a los principios fallecimiento del dicho don Joseph Pacheco
entre en la sucesión de dicho patrimonio y caci-
básicos de la institución del cacicazgo, que le
cazgo el dicho don Baltasar Pacheco, mi sobri-
habían dado estabilidad y permanencia en los
no, hijo del dicho donjuan Pacheco, mi herma-
últimos doscientos años por lo menos: el prin- no, por ser el que le sigue al dicho don Joseph
cipio del pariente mayor; que orientaba la suce- Pacheco y porque mientras yo lo he poseído me
sión; y el principio de la unidad, que obligaba a ha ayudado a mantenerlo con su solicitud y cui-
los sucesores a conservar el cacicazgo como un dado. Y por muerte del dicho don Baltasar Pa-
checo, mi sobrino, entrará el sobrino que más
todo, sin permitir que ni los miembros del lina-
propincuo esté a él, así en la edad como en la
je, incluidos los más pobres, ni los bienes patri- graduación.
moniales, se dividieran o desmembraran. Así, al
momento de nominar al sucesor de la casa seño- Más adelante, doña María resaltará la im-
rial, doña María, en realidad, recupera una re- portancia de conservar el cacicazgo como lIn
gla establecida por la costumbre. Dice: todo:

y por muerte de los dichos mis padres entró en y mando a los dicho don Joseph y don Baltasar
la posesión de nuestro patrimonio y cacicaz- Pacheco, como madre que he sido de ellos así
go que dejaron mis abuelos y maYOl'es,el dicho en la educación como en la crianza, tengan
don Martín Pacheco, mi hermano, el cual lo expecial cuidado en el buen tratamiento de los
poseyó hasta su fin y muerte. Y luego entró en naturales de los dichos pueblos y estancias que
su sucesión el dicho don Sebastián Pacheco, mi son del dicho patrimonio y cacicazgo (...]
hermano, poseyéndolo hasta su fallecimiento. y con este mismo cargo han de estar y entrar
y por muerte de los dichos dos mis hermanos los que en adelante le subcedieren en la tenencia
en tré yo en la sucesión y en turno en el dicho y cacicazgo de dichos pueblos de Santa Ana, Los
patrimonio y cacicazgo poseyéndolo [...] según Reyes, San Luis, Santiago y San Antonio, y en
lo tuvieron mis mayores, que en esta conformi- los dichos sitios, salinas, casas, huertas, con las
dad se gobernaron y hicieron costumbres, así mismas calidades que llevo referidas, sin que
mis antepasados como los dichos mis herma- para lo dicho se entienda haber diversión alguna
nos. y por haber fallecido el dicho don Juan del (cacicazgo) que mis mayores y antepasados
Pacheco, mi hermano, que es a quien le perte- y yo he poseído y conservado; porque por nin-
necía después de mis días, por cuya razón, en guna manera, causa ni razón, se entienda que es
aquella vía y forma que mejor haya lugar en de- mi voluntad el dividir, ni que se divida, sino que
recho, quiero se siga en la sucesión de él, en la tengan los dichos subcesores la tenencia de él
f&ma referida, el dicho don Joseph Pacheco, ( ...] Y de los usufrutos de todo ello acudan a los
mi sobrino, hijo del dicho don Sebastián Pa- parien tes pobres para ayuda de las cargas de sus
checo, mi hermano, como mayor que es de los matrimonios, porque es así mi voluntad.

211
Los MAYAS Y LA REAL HACIENDA EN YUCATÁN,

SIGLOS XVI-XVIII

Sergio Quez.ada *

Uno de los temas más atractivos de la historio- cales,~ pues conjuga los principios de la imposi-
grafía colonial yucateca es, sin duda, la prolon- ción: cómo se plasmaron en los hechos y cuáles
gada pervivencia de la encomienda en manos de fueron sus consecuencias sociales, y cómo tuvo
particulares. Dicho de otro modo, desde la con- su sustrato un ropaje étnico y se manifestó a tra-
quista hasta fines del siglo XVIII los indígenas vés del binomio español-indio.
mayas entregaron sus tributos a los españoles.! Hace medio siglo, don José Miranda llamaba
Esta circunstancia no significó que a lo largo de la atención sobre la justificación, la naturaleza
ese periodo, la Corona no implementara un con- y la justicia del impuesto. Estos principios, olvi-
junto de gravámenes para apropiarse por la vía dados por los estudiosos de la fiscalidad colo-
fiscal de parte de los ingresos indígenas pertene- nial, son de particular importancia para enten-
cientes a los encomenderos y finalmente acaba- der el pensamiento y las vertientes ideológicas
ran en la caja real de Mérida.2 utilizadas por la Corona para imponer el tributo
Este trabajo sobre los mayas yucatecos y su (concebido como un acto fiscal) a los pueblos
vínculo tributario con la Real Hacienda consti- recién conquistados. El tributo puede entender-
tuye)'na aproximación a una de las temáticas de se como el reconocimiento material y espiritual
mayor importancia en la vida indígena y presen- del "señorío y servicio". Estos títulos residieron
ta una perspectiva diferente a otros estudios fis- en el monarca castellano por donación de la
Santa Sede, quien lo reconoció como "señor de
* Universidad Autónoma de Yucatán.
I La explicación de la pervivencia de la encomienda
en manos de paniculares en Yucalán la ofrece Manuela " A este respeclO véanse los trabajos de Carlos Díaz
Cristina Carda Bernal, Poblaáón y enco",i.,,,1a en Yuwlán Rementería, "El régimen jurídico del ramo de tributos en
bajo ws Awláas, Escuela de f~tudios Hispanoamericanos, Nueva España y las reformas peruanas de Carlos 111",en His-
Sevilla, pp. 248-264; Manuela Cristina Carda Bernal, I.a lona ivIericana, vol. XXVIII, núm. 3 (111) (enero-marzo de
soáedad de Yuwlán, 1700-1750, Escuela de Estudios Hispa- 1979) pp. 401-438; Margarita Menegus, "Alcabala o tribulO.
noamericanos, Se\~lla, pp. 3g.42. Los indios y el fisco (siglos XVIal XIX). Llna encrucijada fis-
2 Las cuentas de las cajas de Mérida v Campeche cal", en LuisJáuregui y José Antonio Serrano (coords.), Lrtl
aparecen en el volumen I de John TePaske y Derbens jíllrl1lzru /JÚblicr~,de W.I .ligio, XV/ll-XIX, Instituto Mora-El
K1ein, Ingr••o,)' egr,.•os d, la rml hru:ienda de Nueva 1:'.Ij)",¡a, Colegio de Michoacán-EI Colegio de México-UNMI, Méxi-
INAH, México, 1986-1988. En este trabajo sólo se han uti- co, 1998, pp. 110-130; Daniela Marino, "El afán de recau-
lizado las de la primera para el periodo 1721-1808, pues dar y la dificultad de reformar. El tribulO indígena en la
era la que concentraba prácticamente tanto los ingre- Nueva España tardocolonial", en Carlos Marichal y Da-
sos provenientes de los impueslOs sobre las encomien- niela Marino (comps.), De colon;a a nrllión. hn/rue.lIOl),/){)lí-
das como los tributos penenecientes a la Corona como liw en México. 1750-1860, El Colegio de México, México.
encomendera. 2001, pp. 61-83.

213
SERCIO QUEI.ADA

las Indias Occidentales, Islas y Tierra Firme del legislación española para justificar el tributo colo-
Mar Océano". Así, por mandato divino se cons- nial. El aspecto del "servicio" se marginó, pues la
tituyó en el único, verdadero y absoluto dueño y Corona lo trató con especial cuidado para que no
señor de las Indias; y en reconocimiento de seño- pareciese a los indios que el nexo "servicio-tribu-
río, los indios de las tierras recién conquistadas le to" era el pago de la evangelización.!'
debían "obediencia y vasallaje"; es decir, debían Concluida la conquista española, la naturale-
respetar y obedecer sus mandatos.4 za del tributo fue motivo de una amplia contro-
Este vínculo de origen divino se complemen- versia. Hasta 1575 el debate giró en torno a si
tó con lo que los documentos de la época lla- debía de ser real; es decir tasarlo conforme al
maban "servicio", y era la obligación del monarca valor o la cantidad de los bienes y tierras; o per-
de proteger, administrar e instruir en la fe cató- sonal, que implicaba gravar con igual medida a
lica a los indios bajo su señorío. Esta idea de ser- todos los indígenas. A pesar del continuo ir y
vicio se remonta al vínculo señor-vasallo, y se venir del debate, la Corona estableció el tributo
expresó en la responsabilidad del señor de velar personal.' En Yucatán, desde el primer reparto
por la "paz y tranquilidad" de sus vasallos; y éstos, de encomiendas 1541-1542, se adoptó este prin-
a cambio, debían colaborar con su trabajo y cier- cipio y se mantuvo hasta al menos la primera
tos donativos para "ayudar" al sustento del señor. mitad del siglo XIX con la denominación de
Esta relación, señor-vasallo, evolucionó al víncu- con tribución personal.~
lo político moderno soberano-súbdito; es decir, La definición del sujeto tributario es parte
el individuo debía contribuir a sufragar los gas- importante de la historia fiscal. En YlIcatán hasta
tos del Estado. El monarca español, al recibir el 1583 el indígena casado tenía tal estatuto y/des-
poder y señorío sobre las Indias también quedó pués de ese año lo adquirieron los viudos y viu-
obligado a prestar "servicio" a sus súbditos. Como das, los varones solteros a partir de los 14 años
muestra de reconocimiento a dicho "señorío y y las solteras desde los 12. Este estado conch:;u
servicio", todos los habitantes de las tierras con- hasta los 60 y sólo estaban excluidos los enfer-
quistadas debían contribuir al sustento de la Co- mos. Aunque la Corona desde 1618 ordenó libe-
rona. Precisamente en estos dos títulos -el de rar a las mujeres, en Yucatán su disposición se
"señorío y servicio "- se cimen tó la justificación aplicó hasta 1760.9
del tributo en las colonias del Imperio EspañoJ.'i En un primer momento, en Yucatán el monto
Con estos fundamentos divinos y políticos, la del tributo era indeterminado, no existía una cuo-
Corona encontró en la costumbre indígena de ta fUa;y como señalaban los franciscanos, "la boca
tributar a sus señores una justificación adicional; del encomendero era tasa y medida". Sin embar-
y procuró utilizarla para presentarse como su go, a partir de 1548 se confeccionaron las prime-
sucesora y por esta vía exigir lo que antes pa- ras tasaciones en función del número de indios
gaban a sus señores. En este orden de ideas, el casados, pero sin establecer una cuota por tributa-
tributo indígena se acreditó por dos vías: la pri- rio. Al interior de los pueblos el cacique distribu-
mera fue el vínculo señorío y servicio, de gran ía la producción del tributo entre su población. 10
antigüedad por sus bases establecidas en el dere-
cho canónico y luego plasmadas por los juristas ti l&idml, pp. 145-148.
en la legislación; la segunda fue la costumbre 7 lilirlnll, pp. 149-153.
indígena de tributar a sus señores, la cual se apro- H Carcía Bernal, Pobiruióu ... , pp. 376-384; Alonso Aznar
Pérez, Coln;ción dt' wY'J, del,Trlos, árdnteJ o (lf'un·do.'l rf"{entien-
vechó y ocupó un plano de primer orden en la óa gmeml del ¡)()d", legislativo del estado libre y soilnmlO de
Yurrttrin, Mhida, t. 11,Imprenta de Rafael Pedrera, Mérida,
4 José lVliranda, 1:'1 tribuID ind(f{f'l1a f'lZ la NW1Vfl J~.'iI)(lIi(l 1849, pp. 221, 229, 233.
d"mute fi .ligio XVI, El Colegio de México, México, 1980. " Carcía Bernal, Población ... , pp. 38.5-386, 394-395.
p. 144. lo Sergio Quezada, Pueblos y uUú/urs )'uCfltel"OS, /550-
" Idem. 1583, El Colegio de México, México, 1993, p. 141.

214
Los MAYAS Y lA REAL }-l~CIr:NDA EN Yl'CAT..\N, SICI.OS XVI-XVIII

Sin embargo, en 1583 el oidor Diego Carcía de bién impidió el diseño de una estructura re-
Palacio estableció una cuota fUa y determinada y caudatoria provincial y que esta problemática se
especificó que cada indio casado pagaría dos pier- pudiera dirimir en el ámbito de las relaciones
nas de manta de algodón, una fanega de maíz y entre encomenderos y caciques.
dos gallinas, una de la tierra o pava y otra de Cas- Sin embargo, los encomenderos en Yucatán
tilla; y el soltero (a) y viudo (a) la mitad.JI no se escaparon de las garras de la Real Hacien-
En Yucatán, como en otras regiones mesoa- da, estuvieron sujetos a la presión fiscal a través
mericanas, los españoles, con el fin de garantizar de un conjunto de gravámenes que mermaron sus
un permanente abasto impusieron, a través de las rentas.17 Conforme la Corona exigió, estuvieron
tasas, una periodicidad a la entrega del tributo.12 obligados a pagar: el real de manta, el montado
En un primer momento los pueblos mayas entre- y el escuderaje, entre otros. Hacia 1660 apareció
gaban cada cuatro meses (abril, agosto y diciem- el primero, su origen se remonta a la tercera
bre) una tercera parte de los productos estable- década del siglo XVII, cuando se decidió crear la
cidos en la tasación,11 pero a partir de 1583 se armada de Barlovento y España carente de reCllr-
establecieron dos plazos, san Juan (24 de junio) sos gravó a los encomenderos con dos reales
y Navidad (25 de diciembre) .14 anuales por manta tributada. El escuderaje 10
Con la encomienda, la Corona cedió la facul- pagaban los encomenderos no residentes en la
tad de "servicio" al encomendero, es decir, le jurisdicción de su encomienda y las mlueres que,
trasladó su obligación de proteger, administrar como tales, se les consideraba incapaces de par-
e instruir en la fe católica a los indios a cambio ticipar en la defensa de la provincia. Esta cuota
de un tributo que le pertenecía. En Yucatán esta otorgaba el privilegio de nombrar un escudero
cesión pervivió hasta 1785,1:; Y se constituyó, sin que los excusase de acudir personalmente a de-
duda, en la base del poder económico, político fender la provincia en momentos de peligro. Du-
y social de los encomenderos, y así los indios que- rante los siglos XVI Y A'VII el pago del escuderaje
daron a merced de los españoles y religiosos. se realizó de acuerdo con las decisiones del go-
Desde una perspectiva fiscal este privilegio signi- bernador, quien nombraba y establecía el salario
ficó para la Hacienda Real en Yucatán el ahorro del escudero. Esta facul tad se prestó a toda cia-
de los costos de la colecta tributaria,16 pero tam- se de manipulaciones, pues imponían a conocidos,
parientes o criados y les fuaban salarios demasia-
11 En el resto de Nueva España los indígenas tribu- do altos. Con el fin de remediar estos abusos, en
tab,"ya partir de los 18 alios. Garda Bernal, Pob/a,,;ólI ... , 1672 se estableció una cuota anual de cuatro rea-
1'1' 385- 386. les por manta tributada. lB
1" Serf,>ioQllezada, 'Tributos, limosnas y mantas en Yu-
cuán, siglo XVI", en AnriI'1111\1f~.liU(lmnÚ(UUl, \'01.12, núm. 1, El impuesto de montado, conocido también
(Cambridge University Press, 2001), 1'1" 73-77, ofrece una como arbitrio del montado, se estableció en 1677
éllTIplia discusión al respecto.
con el fin de sostener con 100 mantas del tributo
ts Francisco del Paso y Troncoso, J:jlúlo/flIio de NI/roa
J"/JflIifl, 1505-1818, Antiglla Libreria Robredo-José PorrÍla,
1939-1942,1'1" 103-181. Sin embargo, esta imposición tuvo que poseía la Corona en Yucatán la realizaban los caciques
SIlSlímites. L'Is condiciones ecológicas de Yucatán fueron °justicias, quienes cobraban los tributos de los indios que
circunstancias que illlpidieron a los espaiioles violentar estaban b¡:yo campana o en los distritos de SllS curatos. Y
el ciclo de la milpa. López Medel tuvo que adaptarse a esta en cuanto a "la recaudación de los que se hayan dispersos
realidad)' ordenar a los naturales entregaran el maíz en por todos los pueblos, estancias, sitios y ranchos de la pro-
°
dos plazos como qllisieran. °
\incia, salen cobradores con 8 10% que les asignan por su
l~ Garda Bernal, Pob/arióll ... , 1'1'. 385. trabajo ...". Véase Enrique Florescano e Isabel Gil, Dnl7;I}(ú~
1:1 Nanc)' M. Farriss, I.fl ,ml'1nlrulmflya h(~j() ,,1dominio rolo- nf,l¡nonÓmirflJ ,.,..giol1ale'idI' Nu('val::'i/mtla. Pmvint7fl.'i dI'! anITo,
nirtl. 1.(/ I'm/Jrf.w rulnfiva ti" /([ ,liu/JnViVfl1fia, Alianza Edi- s1Imlr)' S1Ir, J 776-1821, SEP-INAH, México, 1976, 1" 203.
torial, Madrid, 1992.1" 544. 17 Un análisis detallado de la presión fiscal de la Co-
11> Es importante selialar que hasta antes de 1785, alio rona sobre las encotniendas yucatecas puede consultarse
de la incorporación de las encolniendas yucatecas, la reco- en Garda Bernal, I'o/)/"áón ... , 1'1'. 282-297.
lección de los tributos provenientes de las enconliendas 1" lltidl'lll, 1'1" 286, 399-40 1, 410-411.

215
a un soldado con caballo y armas. En la práctica, Desafortunadamente no se cuentan entre
esta contribución se conmutó al pago de dos pe- 1542 y 172 I con datos precisos para conocer
sos por manta al año y no exentó al encomen- la relación cuantitativa entre los ingresos de la
dero del· escuderaje. El montado no fue del Corona como encomendera y los provenientes
agrado de los españoles, y fueron tan insisten- de los gravámenes de las encomiendas particu-
tes en sus protestas que el virrey Conde de Pa- lares en Yucatán, pero todo parece indicar que
redes convocó a la Junta General de Hacienda entre 1721 y 1785 los tributos captados de mane-
para analizar las necesidades defensivas de la ra directa por la Hacienda Real, es decir los reci-
provincia y los recursos económicos disponibles. bidos de l6s indígenas bajo su custodia, guarda-
Finalmente, decidió que la caballería no era una ron poca diferencia con los ingresados por vía
buena opción y ordenó aplicar el montado al indirecta, o sea a cuenta de los encomenderos.~1
sostén de las 300 plazas de infantería del Pre- Desde la perspectiva fiscal este "equilibrio" sig-
sidio de Campeche y de dos fragatas para vigilar !1ificó que los mecanismos utilizados por los
las costas de la provincia. Este gravamen fue qui- encomenderos para recaudar sus rentas fueron
zás el más oneroso sobre el tributo y provocó eficaces y que a su vez la Hacienda, al ejercer su
oposición; pues para esos años existía en la pro- presión fiscal sobre los encomenderos, se apro-
vincia una compañía de caballos corazas, diJ-igi- pió de una parte importante de sus recursos
da y costeada por los encomenderos, que ade- (Véase Gráfica 1).
más aportaban armas y caballos. 19 Ante la presión fiscal de la Real Hacienda, los
Es importante aclarar que el diezmo, como encomenderos generaron mecanismos para con-
es bien sabido, consistía en la décima parte de u'arrestar el descenso de sus ingresos tributarios.
los frutos de la tierra que se debían entregar a Una de sus prácticas fue mantener vinualménte
la Iglesia para su sustento. En Yucatán, aunque secuestradas a las mujeres que cada semana con-
todavía es motivo de debate, todo parece indicar currían a sus casas como servicio dornrstiu-"
que los indígenas estuvieron exentos, y fueron con el fin de que se dedicaran a la confección de
los encomenderos quienes debían pagarlo por mantas. A 10 largo del siglo XVII y del XVIII no
el tributo. Sin embargo, se opusieron a entregar existió en Mérida, Campeche y Valladolid casa
la décima parte y establecieron composiciones de vecino español que no tuviese su telar de cin-
con el obispo y cabildo catedralicio. Así, me- tura con una mLuer tejiendo mantas de algodón.
diante este procedimiento ambas partes acorda- Otra de sus prácticas, a pesar de la existencia de
ron cuotas por cada producto, por ejemplo hacia una abundante legislación prohibitiva que se re-
1785 por 46 mantas entregaban una.~() A pesar montaba desde el siglo XVI, era conmutar el tri-
de estos acuerdos, la Iglesia ejerció una presión buto. En otras palabras, exigían a los mayas la
fiscal adicional independiente a la de la Real entrega de cera o de una cantidad mayor de
Hacienda. El diezmo fue otra vía indirecta para mantas a cambio de gallinas o maíz.22
apropiarse del tributo, pero su destino era las Los encomenderos distaron mucho de preo-
arcas de la Iglesia. cuparse por descargar la real conciencia de su
majestad; y trasladaron el "servicio", es decir
IUL'l obligación era lnanlener un escudero con annas los costos de la religión y la evangelización, a
y caballos. Véase Ih;,ll'Ill, pp. 292-293, 408-409. sus protegidos. Así, aparte del tributo, durante
20 Reglamento provisional para el cobro del tributo de
el transcurso de los siglos XVI, XVII Y XVIII sobre
la encomienda de la Corona formado por Diego de Lanz,
Contador oficial Real de esta capital, en AGI, Audiencia de
México, leg. 3 l 39. Para los antecedentes de estos acuerdos 21 Esta tipología se sustenta en la discusión que ofrece
véase "El consejo, justicia y regimiento de la ciudad de Moreno Ace,·edo, "La real hacienda en la provincia de
Mérida, provincia de Yucatán, con el cabildo eclesiástico Yucatán", pp. 17-24, sobre los ingresos indígenas.
sobre los diezmos de las gallinas en especie" (J595), en 22 Sergio Quezada, I,os /JiIlS de 1" "!Jlihlim. I,os m")',,s /"_
AGI, Escribanía de Cámara, leg. 304A. ¡¡in"'¡/"'~s, 1550-li50, CIESA5--INI, México, 1997, pp. 202-203.

2]6
Los MAYAS Y lA REAL HACIENDA EN YUCATÁN, SIGLOS XVI-XVlll

habían surgido a mediados del siglo XVI con el


46% Encomenderos fin de reunir fondos para el sostén de las escue-
(indirectos) las de doctrina.25 Su aparición había sido iniciati-
va franciscana para que los pueblos contaran con
los fondos necesarios para sostener las escuelas
de doctrina. Para la primera mitad del siglo XVII
ya eran verdaderas entidades a donde asistían
"niños y mozos sacristanes, que leen, y escriben,
y cantores que cantan y ofician misas en canto de
54% Real Hacienda órgano, y llano, con flautas, chirimías, sacabu-
(directos)
ches, cornetas, y ministriles, clarines, y trompe-
tas, y órganos que suelen tocar. "26
Gráfica 1. Ingresos y egresos de la real hacienda
En un primer momento la manutención de
de Nueva España. Fuente: TePaske y Klein.
las escuelas de doctrina estuvo a cargo de los pa- .
dres y parientes,27 pero conforme se propaga-
ron y crecieron comenzaron a allegarse fondos a
los mayas recayeron las limosnas para mantener través de las limosnas y la venta de mantas de
a los religiosos (más tarde llamadas obvencio- algodón. Los caciques participaron de manera
nes) y otras cargas para comprar vino, aceite, activa para acrecentar los fondos de estos bienes
manga de la cruz, velas y demás ornatos para el del común. Para 1560 casi todos los pueblos yu-
culto divino; además de aportar su fuerza de tra- catecos contaban con una caja de madera en
bajo en la construcción de capillas, iglesias y donde guardaban celosamente el dinero de sus
conventos.2:1 escuelas de doctrina.28
Con la llegada del sistema de Intendencias, A partir del último tercio del siglo XVIse co-
en Nueva España arrancó una etapa de reorga- menzaron a inventariar los recursos monetarios
nización administrativa. La Corona, decidida a y los pueblos principiaron, aunque todavía de
reformar los aspectos descuidados por la dinas- forma imperfecta, a llevar la contabilidad de sus
tía austriaca, implementó una serie de medidas ingresos y gastos. Pero los fondos, al ser copio-
cuyo objetivo principal en Yucatán fue apropiar- sos, despertaron codicias. Los encomenderos
se de todos los recursos indígenas posibles. En se dedicaron a solicitar préstamos a las cajas.
1777/incautó los fondos de las cajas de comuni-
dad de todos los pueblos de Yucatán y los trans-
2' Las cajas constituyeron el mejor ejemplo del manejo
firió a su Hacienda.24 Las cajas de comunidades de las finanzas locales. Cada-pueblo contaba con una caja
bajo la custodia de un Jiscal especial y el mayordomo mu-
2~ La documentación yucateca que da cuenta de las nicipal que. con otros funcionarios. registr¡ban los ingre-
responsabilidades de los indígenas con respecto a la de sos y los gastos para rendir cuen tas al gobernador prO\;n-
clérigos regulares y seculares es abundantísima. La Carta cial anualmente. Para mayores referencias sobre las G~as
del obispo de Yucatán. Juan Alfonso Ocón. a su majestad en Yucatán. véanse Quezada. I-Os f)íe.•...• pp.17~181. 409-
sobre las limosnas que los indios dan a los religiosos de la 412. Es importante señalar que estos fondos monetarios
orden de san Francisco (26 de agosto de 1643). en AGI. no deben confundirse con los bienes de comunidad (casa
Audiencia de México. leg. 369. aunque presenta una vi- capitular. caballerizas. mesón. caballos. mulas. I)erramien-
sión interesada -la del clero secular-, es un magnífico tasosillas de montar, entre otros) que por sus característi-
recuento de las obligaciones de los mayas para con la cas no ingresaban a la caja. pero eran parte importante de
Iglesia, como institución. la hacienda de los pueblos.
24 Los fondos de las cajas de comunidad siempre 2'; Pedro Sánchez de Aguilar, In/on1le wnlm idowru m
fueron apetecibles por la Corona y realizó varios inten- cultor, .• dd oltis/JIldo de Yuca/án. E. G. Triay e hijos. Mérida.
tos para apropiárselos. Nancy Farriss realiza un seguimien- 1937.p.151.
to detallado de estos capitales en los capítulos 9 y 12 de su 27 Fray Diego de Landa, Rdación de 1m cosas de Yumltín,
libro I.a sociedad maya bajo ti dominio colonial. tll em/ne", co- Porrúa. México. 1973. cap. xviii.
In1iva de sU/)n"lIivfllIia. Alianza Editorial. Madrid. 1992. 2" Quezada. Pueblo .•... , pp. 121-122.

217
SERGIO QUEZADA

Como esta sangría resultó considerable, las auto-


ridades reales amenazaron a los caciques y ma- 53% Fondo General
de Tributos 10% Holpatán
yordomos con la pérdida de sus oficios y con
penas pecuniarias si continuaban otorgando
préstamos.29 Para 1786, cuando los fondos en-
traron a la Hacienda, todos los varones mayores
de 14 años pagaban una cantidad fUa de cua-
tro reales. ~o
Tampoco las encomiendas se escaparon de
la incautación. Desde 1718 la Corona había dis- 37% Bienes de
puesto incorporarlas a su Real Hacienda, deci- ~comunidad
sión confirmada en 1721, pero los encomende-
ros, como siempre lo habían hecho, se opusie- Gráfica 2. Ingresos y egresos de la real hacienda
de Nueva España. Fuente: TePaske y Klein.
ron con el argumento de que Yucatán era una
tierra pobre y estéril, además de ser los directos
responsables de salvaguardar el territorio de los
ataques enemigos. Con estas justificaciones Es- partir de 1786 la Corona tam bién decidió ineau-
paña pospuso su decisión.~l Finalmente, el 16 tarlos~7 (Véase gráfica 2).
de diciembre de 1785 la hizo efectiva,~2 y los tri- Para concluir puede señalarse que los ingre-
butos de la Corona, los de los antiguos enco- sos indígenas fueron importantes para la Ha-
menderos y los gravámenes se conjuntaron para cienda Real. Entre 1721 y 1786 se apropi§ de
dar paso a la aparición del Fondo General de parte de ellos a través de la imposición que reca-
Tributos.~:' yó sobre los tributos de los encomenderos; pues,
También en 1786 aparecieron en las cuentas como se señaló líneas arriba, el grueso de la po-
de la Real Hacienda los primeros ingresos co- blación maya se concentraba-en encomiendas
rrespondientes a los pagos del holpatán o medio a particulares. Esta circunstancia, si bien había
real de ministros. Desde el punto de vista fiscal permitido a la Corona ceder el "servicio" a los
era una contribución indígena de "causa final", encomenderos, también resultó incuestionable
es decir tenía como fin concreto (desde 1605) que éstos trasladaron a los indígenas, durante
. sufragar los gastos del Juzgado de lndios.~4 Para casi todo el periodo colonial, la responsabilidad
1766 la mtuer lo pagaba entre 12 y 55 años, yel de sufragar con sus propios recursos la manuten-
hombre entre 14 y 60.~5 En un primer momen- ción del clero regular y secular. Como el cobro de
to, los dineros los adruinistraba un mayordo- los impuestos sobre las encomiendas particulares
mo bajo la supervisión del gobernador,~6 pero a fue un responsabilidad del encomendero para
con los oficiales reales, cuestión que no significó
2'1 Una discusión amplia y sistemática sobre la im- gastos de recaudación, resulta pertinente seña-
portancia de las cajas de comunidad de los pueblos mayas lar que estos funcionarios no integraron una es-
se encuentra en Nancy Farriss, "/J. á/., pp. 409-413.
tructura recaudatoria del tributo cuando la Co-
:JO Enrique F1orescano e Isabel CiI, "/" át., pp. 206-207.
;1 Carda Berna!, Lfl .wáedrul ...• pp.169-170. rona decretó la incautación de las encomiendas
52 Farriss, O/J. á/., p. 544. yucatecas en 1785.
ss TePaske y Klein, o/J. á/o
Las reformas borbónicas resultaron demole-
s.¡Borah, U juzgad" geneml de inti;r;.¡ en la Nuroa l,s/Huia.
pp. 349-365, describe el surgimiento y funcionamiento del doras para la sociedad indígena, y a lo largo del
Tribunal de indios en Yucatán. úlimo tramo del siglo XVIII los ingresos de la
;, Florescano y Gil, "1" cil .• p. 206.
Real Hacienda en Yucatán acusaron un incre-
5ti Borah, o/J. á/., p. 357, señala como caso "sumamen-

te insólito" que el título de Depositario Ceneral recayera


en 1683 en una mujer llamada Magdalena Magaña. 57 Farriss, "1" ál., p. 546.

218
Los ~I.Wc\S y L\ RI·;AI. HACIENIH EN Yl'C.\T.·\N. S!CI.OS XVI-XVIII

mento extraordinario.:1H Pero este crecimiento Landa, Fray Diego de, Relación de las cosas de
inusitado no fue resultado de un incremento de Porrúa, México, 1973.
Yucatáll,
las cuotas del tributo, del holpatán o medio real Marino, Daniela, "El afán de recaudar y la difi-
de ministros y de la comunidad, sino de una po- cultad de reformar. El tributo indígena en
lítica expropiatoria. La Corona primero incautó la Nueva EspaJia tardocolonial ", en Carlos
los dineros de las cajas de comunidad, después los Marichal y Daniela Marino (comps.), De colo-
del holpatán y más tarde los tributos de particu- nia a nación. Impuestos J política en México,
lares. Estas acciones que significaron la entrada 1750-1860, El Colegio de México, México,
de dinero a la caja real, en los hechos fue un sa- 2001, pp. 61-83.
queo de los dineros de los mayas.:19 Menegus, Margarita, "Alcabala o tributo. Los in-
dios y el fisco (siglos XVI al XIX). Una encru-
cijada fiscal", en LuisJáuregui y José Antonio
BIBLIOGRAFÍA Serrano (coords.), Las finanzas públicas en los
siglos XVIII-XiX, Instituto Mora-El Colegio de
Aznar Pérez, Alonso, Colección de leyes, decretos, Michoacá-EI Colegio de México-UNr\~I, Méxi-
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panoamericanos, Sevilla, 1972. 2 vols., Instituto Nacional de Antropología e
---, Población y encomienda en Yucatán bajo los Historia, México, 1986-1988.
Austrias, Escuela de Estudios Hispanoamerica-
nos, Sevilla, 1978.

:~~ Moreno Acevedo, o/), fil. , gráficas 5 y 6, 1l1UeSlra,


para el periodo 1786-1808, la importancia cuamitativa de
los ingresos indígenas en relación con los ingresos prove-
nientes del cotllercio, los eclesiásticos, los ITIonopolios rea-
les, etcétera.
:l" Farriss, OIJ. cil., pp. 539-556, analiza los efectos polí-
ticos y económicos de la incautación de los recursos lnayas
sobre la sociedad indígena.

219
CLAUSURA
, DEL CONGRESO

"ETNOHISTORIA: VISIÓN ALTERNATIVA DEL TIEMPO"

Gloria Artís *

Muy estimados y estimadas colegas: munidades, pero también, en muchas de sus


fases, en muchos de sus momentos, requiere del
Es un honor para mí estar en la clausura del diálogo directo con otros investigadores, es la
Congreso "Etnohistoria: visión alternativa del tiem- mejor manera que tiene de alimentarse. Cuan-
po", al que dieron, por cierto, un muy sugerente do este diálogo se produce en congresos como
nombre. Agradezco sinceramente la invitación. el que hoy termina, la riqueza que se obtiene es
Hemos asistido al acto académico, sin duda, garantía de un futuro académico altamente salu-
de la mayor envergadura. No tuvo desperdicio. dable. No sólo hemos aprendido y nos hemos
Todas y cada una de las ponencias, tanto las de conocido más profundamente, sino también nos
casa como las de fuera, significaron verdaderas hemos divertido. Las exposiciones han sido su-
aportaciones. Mostraron la calidad de la investi- mamente interesantes, pero igualmente amenas.
gación etnohistórica que se desarrolla en nues- Esto da cuenta de la claridad que cada uno de
tra institución. Mostraron también el compro- los ponentes tiene sobre su tema de estudio; da
miso de los investigadores para con ella y para cuenta, asimismo, de su capacidad para transmi-
con la etnohistoria. Una vez más ha quedado tir los conocimientos que ha generado por me-
claró que la creación del área de etnohistoria, dio de su arduo proceso de investigación. En lo
hace ya veinticinco años, era un imperativo. Este personal, todo ello me colma de satisfacción,
congreso lo ha demostrado nuevamente. Ha si- pero también me emociona y otorga sentido a
do la mejor manera de celebrar estos veinticin- mi trabajo, sentido que lamentablemente suele
co años de empeños, tropiezos y éxitos. Nuestra perderse en incomprensibles laberintos admi-
querida maestra Barbro Dahlgren, siempre pre- n istrativos.
sente entre nosotros, estará seguramente orgu- Trompetas de caracol, códices jurídicos, pa-
llosa de haber sido protagonista y partícipe del rentesco, rutas comerciales, plantas sagradas,
proyecto. vida cotidiana, guerra, memoria histórica, Fray
He manifestado en otras ocasiones que la in- Andrés de Olmos, cultos, indígenas y mineros,
vestigación no puede ser un viaje siempre solita- tributos, ritos, caljY!tlli, real hacienda, Bernal Díaz,
rio. Es, de por sí, un diálogo permanente: con reflexión etnohistórica ... toda una variedad de
los libros, con los documentos de viejos archivos, temas abordados con verdadera pasión. Hemos
con los pobladores de cercanas y recónditas co- disfrutado de los resultados de un trabajo esme-
rado, meticuloso, inteligente, curioso, erudito;
* Coordinadora Nacional de Antropología. de un trabajo ávido de conocimientos y, como

221
GLORIA ARTis

tal, capaz de escudriñar y escudriñar en docu- dar, ha llevado a cabo una gestión basada en la
mentos escritos y pictográficos, en campo, en comprensión de los investigadores. Encontró,
dichos y entredichos, en líneas y entrelíneas, to- así, la mejor manera de realizarla. Estoy conven-
do aquello que permita llegar a los saberes que cida de que el resultado de su labor es más que
nos dan identidad dentro de nuestra diversidad. visible. Hoy siente que debe volver a 10 suyo:
Somos muchos quienes debemos agradecer investigar y escribir. Ha decidido dejar.la Direc-
esta oportunidad que nos brindaron a lo largo ción de Etnohistoria al final del mes de diciem-
de tres mañanas, tres intensas mañanas que se bre próximo. Lo lamento sinceramente y quiero
convirtieron en muy especiales. Somos muchos, aprovechar este momento de celebración, en el
también, quienes debemos agradecer las obras que no hay lugar para tristezas, para decírselo
que han publicado. Para hablar sólo de algu- públicamente y hacer un reconocimiento a su
nas de años recientes, menciono Dialio)' Relacio- trabajo. Es un excelente colaborador, lo vamos a
nes de Chimal/Jóhill, de Rafael Tena; El mito me- extrañar. En fin, perdemos a un buen director
xicano de las edades, de Luis Baljau; La artnalidad pero recuperamos al antropólogo y al escritor, y
Xhita. Estmtigmfia de una fiesta, de Rosa Bram- permanecemos con el amigo entrañable.
bila; La noblew indigena del centro de México, de De manera particular y francamente sentida,
Emma Pérez Rocha y Rafael Tena; La on/enanw hago un amplio reconocimiento a mis colegas
del Se'Jl0rCuauhtémor, de Perla Valle; las colabora- Rafael Tena, Perla Valle, Emma Pérez Rocha, Car-
ciones en la obra en homenaje a Fernando Cá- Ias García Mora, Lourdes Suárez, Rosi B¡'ambila,
mara Barbachano intitulada Antro/Jologia e j-lis- Amalia Attolini, Gilda Cubillo, Eduardo Corona.
IOlia A1exiranas. Estamos, además, en espera de Celia Islas, Teresa Sánchez, Bertina Olmed,P y
la edición de jnteKmáón y desintegració1l.' la elno- Dora Sierra, quienes con su trabajo y dedicación
historia de i'vIhico, obra colectiva, producto del han sostenido la investigación etnohistórica y
seminario del mismo nombre, en el que partici- hecho posible que la Dirección de Etnuhisturia
paron todos los investigadores de la Dirección cumpla sus primeros veinticinco años de vida
con la entrega que los caracteriza. con alegría. En lo personal, agradezco lo m~¡cho
Hace ya cinco años que me ocupo de la Coor- que gracias a ellos he aprendido.
dinación Nacional de Antropología. Dicho sea Agradezco también la valiosa participación,
de paso, uno de los primeros eventos a los que en el congreso que hoy concluye, de Johanna
asistí fue la celebración del vigésimo aniversario Broda, Sergio Quezada, Hildeberto Martínez y
de la Dirección de Etnohistoria. En esta aventu- René Acuña, destacadísimos investigadores de
ra he estado acompañada durante los últimos instituciones hermanas.
cuatro años por Luis Ba¡jau, con quien he cami- Por ultimo, vaya igualmente un reconocimien-
nado codo a codo. Su dedicado y creativo traba- to a mis compañeros de la Coordinación Nacio-
jo en la Dirección de Etnohistoria me permitió nal de Antropología: Roberto Mejía, Sandra
adentrarme en el conocimiento de las inquietu- Zamudio y Juan Atilano, por su intensa colabo-
des y las búsquedas de los investigadores y, como ración en los aspectos logísticos del cong¡·eso.
él, aprendí a respetarlos y a quererlos cada vez ¡Felicidades a la Dirección de Etnohistoria en
más. Ha sido una constante en Luis no sólo im- su vigésimo quinto aniversario! ¡Felicidades a to-
pulsar la investigación etnohistórica creando los dos ustedes por hacerlo posible! Muchas gracias.
espacios académicos necesarios para ello, sino
también lograr los apoyos para su mejor des- México, D.F.,
arrollo. Luis, con toda una vida cómo investiga- 23 de noviembre de 2002

222
ElnohislO1ia. Visión alternativa del tiemjJo
con un tiro de I 000 ejemplares
se terminó de imprimir en agosto de 2006
en los talleres del Instituto Nacional
de Antropología e Historia.
Producción: Quinta del Agua Ediciones /
D¡reccción de Publicaciones de la
Coordinación Nacional de Difusión.

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