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BLOQUE 5.

LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788-1833):


LIBERALISMO FRENTE A ABSOLUTISMO.
5.1. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: ANTECEDENTES Y CAUSAS. BANDOS EN
CONFLICTO Y FASES DE LA GUERRA.
Tras el ascenso al trono de Carlos IV en 1788, se genera una profunda crisis en la Monarquía.
La realidad española se ve afectada por la Revolución francesa y la concepción absolutista del
poder. En consecuencia, se genera una nueva mentalidad que divide la corte entre los que
comparten las ideas reformistas y los que las rechazan.
Manuel Godoy es nombrado Secretario de Estado, lo que produce el descontento entre la
nobleza, Iglesia y altos burócratas, los cuales se alían en su contra, debido a su elitismo y el origen
no privilegiado de Godoy. Ante la falta de apoyos, Godoy se acerca a Napoleón, regenerando así
la alianza franco-española, traduciéndose en graves derrotas ante Gran Bretaña como la Batalla
de Trafalgar (1805). Económicamente hay una fuerte crisis, debido a la caída de ingresos
americanos, la presión de Gran Bretaña y el hundimiento de la hacienda. Las desamortizaciones
sumadas a la expansión de las ideas revolucionarias francesas, provoca descontento entre los
privilegiados y el pueblo, que apoyan al príncipe Fernando.
La Guerra de la Independencia fue provocada por 4 acontecimientos. El primero es el Tratado
de Fontainebleau, en 1807, firmado por Godoy y Napoleón. Con este pacto, se establecía una
firme alianza contra Inglaterra que suponía ceder el paso a los ejércitos franceses con el fin de
ocupar Portugal. La verdadera intención de Napoleón era ocupar España, desencadenando el
segundo acontecimiento causante de la guerra, el Motín de Aranjuez, el 19 de marzo de 1808. Se
produjo una sublevación palaciega dirigida por la nobleza contra Godoy y contra la entrada de
tropas francesas, apoyada a su vez por los sectores populares. Esto provocó la destitución de
Godoy y días más tarde la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII.
Aprovechando la debilidad de la monarquía, Napoleón provoca la tercera causa de la guerra,
los Sucesos de Bayona. Ante lo sucedido en Aranjuez, Napoleón decide hacerse con el trono
español. Con este fin, convocó a la familia real española en Bayona, y aprovechándose de que
ambos Fernando VII y Carlos IV buscaban su legitimación, los engañó haciéndoles abdicar en su
persona, otorgando posteriormente el trono a su hermano, instaurándose así la dinastía Bonaparte
en España en la figura de José I. Ante esta situación, en Madrid, el 2 de mayo de 1808, se produjo
el cuarto acontecimiento que provocó la guerra, el amotinamiento contra las fuerzas francesas. El
alzamiento fue fallido, acarreando el fusilamiento de los madrileños al día siguiente. Al conocerse
en toda España la noticia de las abdicaciones de Bayona y los sucesos en Madrid, el alzamiento
popular se expandió por el territorio, desencadenando el inicio de La Guerra de Independencia, el
2 de mayo de 1808.
Hubo dos bandos en el conflicto, los Josefinos, partidarios de José I; y los Fernandinos,
partidarios de Fernando VII. Dentro de los Josefinos encontramos el apoyo de Francia, y a los
afrancesados, una minoría de españoles ilustrados que apoyan las ideas reformistas y el Estatuto
de Bayona de José I. El bando fernandino lo constituían los ingleses y los patriotas. Estos patriotas
están compuestos por los liberales, partidarios de la monarquía parlamentaria, reformas y
abolición del Antiguo Régimen; y los absolutistas.
La Guerra de la Independencia es una guerra patriótica, al crear un sentimiento de comunidad
entre los españoles; una guerra civil, ya que dividió a los españoles en dos bandos; una guerra
internacional, ya que España se convirtió en teatro de operaciones entre Francia e Inglaterra; y
una guerra que provocó la revolución política. Los patriotas aprovecharon el vacío de poder para
elaborar una Constitución, para organizar la guerra y ocuparse de los asuntos de las provincias,
creando las Juntas provinciales, formadas por las juntas locales. Las Juntas Provinciales se
unieron a su vez, formando la Junta Suprema Central y Gubernativa, en nombre de Fernando VII
y con el poder de convocar Cortes con el fin de establecer una regencia.
El desarrollo de la guerra (1808-1814) se divide en 3 fases. La primera (1808-10) es el periodo
de victorias francesas. El ejército francés del general Murat, avanzó lentamente por el territorio
debido a una fuerte resistencia, incluso fueron derrotados por el ejército del general Castaños en
la Batalla de Bailén, que tuvo como consecuencia que Napoleón viniese a España. En el 1810,
comienza la segunda etapa (1810-12), la guerra de guerrillas. Cádiz era el único territorio libre de
franceses. Contra todo pronóstico, la resistencia popular organizó guerrillas, equilibrando la
situación de ambos bandos. La prolongada guerra de guerrillas y el inicio de la guerra con Rusia,
provocan la retirada de buena parte de las tropas francesas en el 1812, dando comienzo a la última
fase, la recuperación del territorio y la expulsión de los franceses (1812-14). Ayudados por las
tropas inglesas de Wellington, se inclinó la suerte a favor de los españoles, expulsando así a las
últimas tropas francesas y a los afrancesados en 1814, poniendo fin a la guerra y devolviendo el
trono a Fernando VII, mediante la firma del Tratado de Valençay.
5.2. LAS CORTES DE CÁDIZ. LA CONSTITUCIÓN DE 1812.
Mientras se desarrollaba la Guerra de la Independencia entre 1808 y 1814, los patriotas
liberales se propusieron crear reformas. Sus ideas revolucionarias, provenientes de las ideas de
Locke, los filósofos ilustrados y la Revolución francesa; tenían como objetivo la abolición del
Antiguo Régimen y el establecimiento del liberalismo.
En 1810, La Junta Central convocó Cortes y se disolvió traspasando sus poderes a una Regencia
establecida en Cádiz, la única ciudad sin presencia francesa. La Regencia no se opuso al cambio,
sin embargo, las circunstancias favorecieron el triunfo liberal. Muchos representantes de
provincias no pudieron llegar a Cádiz y fueron sustituidos por liberales que, al ser mayoría y al
imponer el voto por representante, impidieron la formación de unas Cortes estamentales. A pesar
de las protestas de la Regencia, las Cortes se declararon representantes de la nación, con derecho
a establecer un nuevo sistema político. Estas cortes elaboraron la Constitución de 1812 que
liquidaba el Antiguo Régimen (el absolutismo, los privilegios y las regulaciones económicas).
Los diputados absolutistas, representados por la nobleza y el clero, estaban en contra de la
Constitución, y consideraban que las Cortes sólo tenían que dirigir la guerra. Por otro lado, los
diputados liberales eran de clase media con formación intelectual, generalmente burgueses, y
contaban con el apoyo de la prensa. Consideraban que las Cortes, debían redactar una
Constitución que acabase con el Antiguo Régimen en todos sus ámbitos, organizando un nuevo
sistema político, social y económico, basado en los principios del liberalismo.
El 19 de marzo de 1812, queda promulgada la Constitución, donde se recogen los principios
de la Revolución liberal-burguesa, debido a la situación de guerra y a la ausencia del rey. La
Constitución recoge las libertades de expresión, imprenta y reunión, aplicadas a los aspectos
políticos. También recoge la libertad económica, dando derecho a la propiedad privada plena y
absoluta; la libertad de industria, liquidando los gremios; libertad de comercio y de circulación,
eliminando las aduanas interiores; y la igualdad ante la ley, suprimiendo los privilegios
estamentales y los señoríos territoriales.
Por otra parte, se reconoce la división en 3 poderes: el ejecutivo, que limita la autoridad del
monarca, el cual no puede disolver o dejar de convocar las cortes y no puede ejercer el poder de
forma autoritaria, solo tiene el poder de vetar una ley tres veces; el legislativo de una sola cámara,
y el judicial, compuesto por jueces independientes. Se reconoce el sufragio universal masculino,
con voto indirecto en segundo grado, lo que diluye la influencia popular sobre el poder. Se
reconoce la participación de los ciudadanos en el sistema político, la soberanía nacional, y se
establece un estado unitario que afirma la igualdad de derechos entre españoles y españoles
americanos. Los diputados representan a la nación y no hay ningún sistema de representación
regional.
La Constitución estuvo muy valorada, sirviendo de ejemplo para otros territorios, pero en la
práctica, no se pudo aplicar debido a que sólo estaba vigente en Cádiz, a la situación de guerra y
a que Fernando VII la abolió cuando volvió al trono.
5.3. EL REINADO DE FERNANDO VII: LIBERALISMO FRENTE A ABSOLUTISMO. EL
PROCESO DE INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS AMERICANAS.
El reinado de Fernando VII está dividido en tres etapas y marcado por la lucha entre
absolutistas, defensores del Antiguo Régimen; y liberales, defensores de un régimen político
constitucional.
La primera etapa es el sexenio absolutista (1814-1820). En 1813, el trono fue devuelto a Fernando
VII, el cual dio un golpe de Estado en 1814 contra el movimiento revolucionario. Se apoyó en el
ejército y en el Manifiesto de los Persas, redactado por diputados absolutistas. Su primera medida
fue la abolición de la Constitución de 1812 y la restauración del Antiguo Régimen, mediante el
Decreto de Valencia (1814). Ante la persecución a los liberales, surgieron pronunciamientos
frustrados. Sólo triunfó un pronunciamiento militar, el Levantamiento de Riego (1820), lo que
causó movimientos revolucionarios por las grandes ciudades. Esta situación obligó a Fernando
VII a restablecer la Constitución de 1812, dando comienzo a la segunda etapa de su reinado.
La segunda etapa es el trienio liberal (1820-1823). Con la vuelta de la Constitución, entra en vigor
la monarquía constitucional. A pesar de ello, Fernando VII impide la actividad legislativa,
ejerciendo su derecho a veto; por otro lado, conspira con la Iglesia y la nobleza contra el gobierno.
Así, los absolutistas organizan una guerra de guerrillas contra los liberales que, sumado a la
intervención de la Santa Alianza europea, con intención de acabar con el liberalismo, hace que
éstos se dividan en dos grupos. Los liberales doceañistas, defienden una reforma escalonada
apoyada por la nobleza y clero; y los progresistas, defienden las reformas rápidas. En 1823, el
ejército francés “los cien mil hijos de San Luis”, entra en España enviado por la Santa Alianza.
Forzaron la vuelta al absolutismo fernandino, pero sin Inquisición, dando paso a la última etapa.
La tercera etapa es la década absolutista (1823-1833), dividida en dos periodos. Desde 1823 hasta
1831, vuelve el absolutismo, pero introduciendo reformas económicas y administrativas que
alejaron al monarca de los sectores ultraconservadores. En el segundo periodo (1832-1833)
Fernando VII se acerca a los liberales, buscando su apoyo ante el problema sucesorio. El rey, al
no tener descendencia masculina y estando la ley sálica en vigor, su sucesor debía ser su hermano
Carlos María Isidro. Sin embargo, el rey promulgó la Pragmática Sanción, que anulaba la ley
sálica y nombró heredera a su hija Isabel. Ante esta medida, los absolutistas se inclinaron hacia
el príncipe Carlos, defensor del absolutismo y, por tanto, los liberales hacia Isabel.
Durante el reinado de Fernando VII, se completó la independencia de las colonias americanas.
Las causas fueron la marginación política de la burguesía criolla, la crisis económica americana
y la influencia de las ideas ilustradas junto con los ejemplos de independencia de los EEUU y
Haití. El proceso de independencia estuvo ligado a la Guerra de Independencia. En América se
formaron Juntas locales como en España. Algunas aprovecharon el vacío de poder y proclamaron
la Independencia, pero fueron disueltas. Terminada la guerra, se producen enfrentamientos civiles
entre dos bandos, los realistas, a favor de Fernando VII, y los patriotas, a favor de la
independencia. El envío de tropas españolas fracasa y comienzan Guerras de independencia.
Destaca la figura de dos grandes libertadores: Simón Bolívar logró la independencia de los
territorios del norte como Colombia y Venezuela. Los territorios del sur como Argentina y Chile,
fueron liberados por el General San Martín. Ambos coincidieron en la liberación del territorio
más complicado, Perú, independizándose en la Batalla de Ayacuso (1824). El movimiento
libertador mexicano lo dirigió Iturbide, consiguiendo la independencia en 1822. España perdió el
dominio de América, conservando sólo Cuba y Puerto Rico, desde 1828 hasta 1898.

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