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Universidad de los Andes

Facultad de Ingeniería
Escuela de Ingeniería Geológica
Cátedra: Ambientes Sedimentarios

Sistemas Fluviales

Realizado por:
ESCALONA LUIS M. C.I. 17.663.683
SANDOVAL LARRY C.I 18.564.724

Prof. María Teresa Monsalve

Mérida, Febrero de 2010


AMBIENTES FLUVIALES

Constituyen uno de los medios continentales de mayor importancia estratigráfica, puesto


que en ellos se han acumulado gran cantidad de sedimentos, a lo largo de la historia de la
tierra, habiendo quedado conservados en la columna geológica. Por otra parte, dada la
universalidad de las corrientes fluviales, sus depósitos tienen una amplia distribución
geográfica. El flujo dentro de un canal y su efecto sobre la erosión, el transporte y la
sedimentación, está determinado por la distribución de las velocidades de corriente y la
turbulencia. Área de máxima velocidad y turbulencia, son los lugares adecuados para la
erosión, mientras que las áreas con baja velocidad y turbulencia son las propicias para la
estabilidad y la sedimentación.

Para entender los diferentes productos resultantes de los ambientes aluviales es necesario
tener una idea de los principales factores que controlan el desarrollo de la morfología
fluvial, principalmente en cuanto al tipo de canal.

Factores que controlan la sedimentación aluvial según Schumm & Lichty (1965):
 Tiempo
 Relieve inicial
 Geología (litología-estructura)
 Clima
 Vegetación
 Relieve o volumen del sistema sobre el nivel base
 Hidrología (escorrentía y carga sedimentaria en la parte superior del sistema, Figura
1, Zona 1)
 Red de drenajes
 Morfología de la pendientes
 Hidrología (descarga de agua y sedimento hacia las zonas medias e inferior del
fluvial, Figura 1, Zona 2 y 3)
 Morfología del canal y del valle y características del sedimento (Figura 1, Zona 2)
 Morfología del sistema deposicional y características del sedimento (Figura 1, Zona
3)
Figura 1. Esquema idealizado del sistema fluvial según Schumm (1977). (Tomado de Arche, 1992)

CLASIFICACIÓN DE LOS SISTEMAS FLUVIALES

Los sistemas fluviales pueden clasificarse teniendo en cuenta el número de canales activos
y su sinuosidad. Teniendo en cuenta estas dos variables se pueden diferenciar, por un lado
los sistemas multicanal de los unicanal, y por el otro los formados por canales de alta y baja
sinuosidad. La sinuosidad S del canal en un tramo determinado se puede definir como el
cociente entre la distancia entre dos puntos medida a lo largo del thalweg del canal (l) sobre
la distancia en línea recta (D, por lo tanto S = l/D. Figura 2). Teniendo en cuenta estos dos
parámetros se puede tener cuatro tipos (Ver figura 3)

Figura 2. Obtención de la sinuosidad en función de la longitud del canal (l) y la distancia del valle (D)

Rust (1978) Establece una clasificación en función de la sinuosidad y del número de


canales (Figura 2).
Figura 3. Principales tipos de ríos en función del número de canales (parámetro “braiding” BP) y la
sinuosidad (S) (Modificado de Miall [1977], en Arche [1977])

El parámetro “braiding” (BP) estaría en función del número de islas o barras dentro de los
canales, variando su obtención según diferentes autores.

La sinuosidad del canal es función de varios factores entre los que pueden citarse: la
pendiente, el tamaño de grano del sedimento transportado, la presencia de vegetación, el
tipo de sustrato atravesado, la existencia de estructuras geológicas... En la figura 4 se
muestra la morfología de los canales en función del tipo de carga transportada, el tamaño de
grano, la pendiente y la estabilidad relativa.
Figura 4. Clasificación de canales basada en la configuración de los canales y el tipo de carga, con
indicación de las variables asociadas y a estabilidad relativa (Schumm y Meyer, 1979, en Schumm,
1981)

Corrientes en línea recta

Los cauces rectos son relativamente raros. En este tipo de canal la sinuosidad del cauce, en
épocas de avenida, es despreciable; son los menos frecuentes y además en ellos sólo se
depositan pequeñas cantidades de sedimentos. Las corrientes que fluyen en valles
fácilmente erosionables tiene cauces rectos que pocas veces llegan a tener más de 10 veces
el ancho del canal; en valles estrechos los cauces pueden extenderse por varias millas. El
flujo de estos cauces rectos generalmente toma un curso sinuoso y llega a producir
pequeñas barras (barras de meandros) en los lados del canal. El relleno de estos canales
puede ser vertical o lateral, y puede además ser similar a los depósitos de barras de
meandros o a los de complejos de ríos entrelazados.

Los ríos rectos a menudo resultan del control de estructuras geológicas (fallas, pliegues,
etc.) y no son frecuentes en la naturaleza.

Figura 5. Esquema de una corriente en línea recta

Corriente entrelazada

Los canales entrelazados y anastomosados son característicos de las corrientes que tienen
grandes fluctuaciones en el flujo y en la carga de sedimentos.

El entrelazamiento se inicia al formarse barras sumergidas, al bajar el nivel del agua


después de una creciente. Tales barras desvían las aguas a su alrededor y se convierten en
zonas estables dentro del canal. En los ríos intermitentes, estas barras generalmente
cambian de posición durante las crecientes al ser cortadas por nuevos canales. En los ríos
perennes las barras crecen por agradación y llegan a ser semipermanentes, aunque también
pueden cambiar de forma a causa de una creciente fuerte. Los complejos de corrientes
entrelazadas aumentan por el proceso de acreción vertical, especialmente en los ríos
intermitentes los cuales, después de las crecidas, descargan grandes volúmenes de
sedimentos y obstruyen los canales. Al producirse una reducción gradual en la velocidad de
la corriente, se inicia una gradación (grueso en la base, fino hacia el tope) en cada unidad
sedimentaria, así como también una disminución en la magnitud de las estructuras
sedimentarias.

Los sedimentos de corrientes entrelazadas o trenzadas son el resultado de la alternancia de


las etapas de socavación por inundación y posteriormente, del relleno de múltiples canales
interconectados dentro de los límites del valle de un rio.
Los canales que se anastomosan, canales trenzados, se forman en las partes de la corriente
con pendientes relativamente altas, sujetas a una amplia fluctuación en el flujo y con una
fuente abundante pero intermitente de sedimentos.

En las épocas cuando el nivel de las aguas es bajo, el flujo de la corriente queda confinado
a los canales, los cuales están separados por barras de sedimentos. Estas barras se forman
durante la época de descenso del rio, cuando los sedimentos se acumulan alrededor de
alguna obstrucción o de los restos de una antigua barra. Los cuerpos de arena depositados
por las corrientes anastomosadas se adaptan a la geometría del valle del rio. Durante la
época de creciente, todo el valle está frecuentemente sujeto a socavación, la corriente crea
nuevos cauces en los sedimentos del fondo y los canales últimamente rellenos se
desarrollan a lo ancho.

Al progresar la agradación en el valle, las fases de inundación y sedimentación se reflejan


en las superficies locales de erosión (fondo de los canales) y en las unidades apiladas que
gradan de grueso a fino hacia arriba. Típicamente, los depósitos de las corrientes
entrelazadas muestran poca variación vertical o lateral. A lo largo del curso se nota una
disminución en el tamaño de los granos desde la fuente a la costa.

Los sedimentos de corrientes entrelazadas son de excelente calidad como rocas almacén;
son muy porosos y permeables, y la existencia de barreras de permeabilidad, o de
restricción al flujo de los fluidos, es mínima.

Los ríos anastomosados y entrelazados pertenecen, como se explica anteriormente, a la


categoría de sistemas multicanal (Figura 3). Los primeros se caracterizan por no desarrollar
amplias planicies de inundación, encontrarse frecuentemente en áreas de alta pendiente y
presentar canales con moderada migración lateral. Por el contrario, los sistemas
anastomosados suelen exhibir amplias áreas de planicies de inundación e islas vegetadas,
generalmente se presentan en regiones de menor gradiente y los canales suelen mostrar
significativa migración lateral.

Figura 6. Esquema de una corriente entrelazada


Figura 7. Ambiente moderno de un rio entrelazado.
Río Waimakariri en el Sur de Nueva Zelanda.

Corriente Meandrica

Las corrientes que desarrollan meandros son usualmente aquellas de baja pendiente, con
moderada carga de sedimentos y con fluctuaciones moderadas en la descarga. La velocidad
de la corriente es mayor a lo largo del "talweg" y también aquí es mayor el transporte de
sedimentos, especialmente el de material más grueso. El transporte más activo de
sedimentos ocurre cuando el rio está crecido y simultáneamente se produce la mayor
erosión en la orilla de socavación.
Las barras de meandro se desarrollan, al disminuir la crecida del río, en las zonas internas
de los meandros. En una barra de meandros existe una reducción en el tamaño del grano
desde la base al tope, así como también una disminución en la magnitud de las estructuras
sedimentarias, desde estratificación cruzada en gran escala hasta pequeñas rizaduras con
láminas entrecruzadas. La sedimentación se efectúa sobre toda la superficie de la barra y a
medida que se acentúa el meandro, las arenas de barra se amplían por un proceso de
acreción lateral.

Este tipo de corriente es muy común y por lo general se encuentran en áreas de llanura o
baja pendiente

Figura 8. Esquema de una corriente meandrica

Figura 9. Ambiente moderno de un rio meandriforme


Río Cauto en Guamo Embarcadero, Cuba
Subambientes de los sistemas fluviales

Básicamente se reconocen dentro de los sistemas fluviales dos tipos principales de sub-
ambientes, aquellos emplazados en áreas de canal y los correspondientes a planicies de
inundación (Tabla 1).

Tabla 1. Principales subambientes reconocidos en sistemas fluviales.


Subambientes principales Subambientes menores
Canal - Barras (incluyendo islas y formas menores como
barras espiraladas)
- Núcleos de barras
- Piso de canal
Planicie de - Albardón
Inundación - Lóbulos y canales de desbordamiento
- Cuenca de inundación
- Lagunas y pantanos

Dentro del ambiente de canal las principales formas de acumulación son las barras. Una
clasificación preliminar de los distintos tipos de barras, sobre la base de su ubicación dentro
del canal es mostrada en la tabla 2. En el esquema de la tabla 1 los núcleos de barras (core
bars) representan pequeñas acumulaciones, generalmente de grava y arena, que
corresponden a las etapas iniciales de generación de las barras.

Tabla 2. Principales tipos de barras fluviales.


Ubicación dentro de los Tipo de barra
canales
Adosadas al margen de -Barras en espolón (point bars)
los canales -Barras laterales (side bars)
En el interior de los - Transversales
canales - Longitudinales
- Diagonales

Las barras en espolón (point bars) son características de sistemas fluviales meandrosos y
frecuentes en sistemas anastomosados. Se caracterizan por su disposición sobre el margen
interno de los meandros y su crecimiento en dirección perpendicular a los canales. Las
barras laterales incluyen a las side barsy a las attached bars de diferentes autores y se
caracterizan por presentarse anexadas a los bordes de los canales, al menos durante
períodos de descarga normal. El crecimiento de este tipo de barras, a diferencia de lo que
ocurre con las barras en espolón se produce mayormente en dirección aguas abajo.
Las barras ubicadas en el interior de los canales (también llamadas barras centrales) son
frecuentes en ríos entrelazados, anastomosados y rectos. En el caso particular de las
longitudinales se presentan con mayor asiduidad en sistemas entrelazados, especialmente
cuando resultan gravosas.

El diseño geomórfico y la distribución de subambientes de un río mendriforme es mostrado


en la figura 10. Como allí puede verse los canales discurren sobre amplias planicies de
inundación, de los que son separados por acumulaciones cordoniformes denominadas
albardones. El tipo más frecuente de acumulación en los canales son las barras en
espolón (point bars) que muestran en su superficie el desarrollo de barras espiraladas
(scroll bars). Aunque con menos frecuencia algunos ríos meandriformes muestran
también barras internas de canal.

Figura 10. Representación esquemática de los subambientes observados en ríos meandriformes.

El albardón conforma una acumulación discontinua que separa los canales del área de
cuenca de inundación. Se genera como resultado de la rápida depositación de sedimentos
alrededor de los cursos durante las crecientes. En ocasiones los albardones son seccionados,
formándose canales de desbordamiento (crevasse channels) que alimentan pequeños
lóbulos de desbordamiento (crevasse splay). Finalmente, lagunas y pantanos son frecuentes
en el área de cuenca de inundación y que, en muchos casos, representan meandros
abandonados súbitamente durante el desplazamiento lateral de los canales.

Los ríos anastomosados (Figura 11) presentan una distribución de subambientes en muchos
aspectos similar a los ríos meandriformes, aunque difieren de ellos en el carácter
multicanalizado del sistema, en la existencia de islas, en la amplia diversidad de tipos de
barras y en el caracter más estable de los canales.
Figura 11. Representación esquemática de los subambientes identificados en ríos anastomosados.

Los ríos rectos (Figura 12) no son frecuentes y en muchas ocasiones resultan del control
que estructuras geológicas (tales como fallas, pliegues, fracturas, etc.) ejercen sobre el
diseño de los canales. Con asiduidad muestran barras laterales y pueden desarrollar o no
albardones y extensas planicies de inundación.

Figura 12. Representación esquemática de los subambientes identificados en ríos rectos.

Los ríos entrelazados presentan un diseño multicanalizado de baja sinuosidad (Figura 13).
En este caso es poco frecuente el desarrollo de extensas planicies y barras en espolón y por
lo general no se forman albardones. Barras internas de canal del tipo longitudinal dominan
en los sistemas entrelazados proximales y barras transversales en los distales.

Figura 13. Representación esquemática de los subambientes identificados en ríos entrelazados.


ABANICOS ALUVIALES

Los abanicos aluviales son cuerpos sedimentarios, en forma de abanico, que se desarrollan
al frente de los macizos montañosos. Básicamente se originan cuando los cursos fluviales
emergen desde el frente montañoso a zonas de menor pendiente. Estos recuerdan a la
disposición planimétrica de la letra griega delta. Fig. 14.

Figura 14. Owens Dry Lake, California.

Los abanicos aluviales presentan las siguientes partes: cabecera, cuerpo y pie, que algunos
autores llaman zona proximal, zonal media y zona distal, respectivamente. Fig 15.
Figura 15. Vista de planta (superior) y perfil longitudinal de un modelo de abanico aluvial.

En la Cabecera del abanico el proceso de transporte que predomina es el flujo de detritos,


en el cuerpo de abanico los mantos de arroyada y en menor proporción las corrientes
trenzadas, y en el pie del abanico dominan las corrientes trenzadas.

En la cabecera de los abanicos aluviales se encuentran las partículas más gruesas y en el pie
las más finas.

Las facies correspondientes a cada zona son las siguientes:

Facies proximal: Esta facies está representada por los sedimentos más gruesos y
pobremente clasificados y angulosos del sistema. Los sedimentos consisten principalmente
de conglomerados con una textura soportada por la matríz, originados por flujos de detritos,
y depósitos de tamíz; sobre los canales pueden depositarse conglomerados con una textura
soportada por los clastos. Dentro de esta facies están incluidos los depósitos de
deslizamiento que se desarrollan asociados a los escarpes de los altos morfológicos.
Facies media: Está caracterizada por sedimentos originados en la parte media del sistema,
tanto por flujos de corriente como por flujos de detritos. Los sedimentos que predominan en
esta facies son depósitos lateralmente continuos de arena y grava, los cuales pueden llegar a
presentar estratificación cruzada plana y cóncava. Los conglomerados dentro de esta facies
presentan una imbricación de clastos bien desarrollada, con la inclinación hacia la parte
proximal.

Facies distal: Los depósitos dentro de esta facies presentan una continuidad lateral mucho
más marcada que en la facies anterior, y son mucho más finos. Predominan capas de arena
y limo con estratificación horizontal y estratificación cruzada recta de bajo ángulo, así
como algunos conglomerados mejor clasificados que en las dos facies anteriores.

El término cono de deyección es empleado para acumulaciones de taludes formadas


básicamente por efectos de la gravedad (depositos coluviales) y que se caracterizan por su
elevada pendiente. En estos depósitos las particulas más finas se encuentran en la cabecera
y las más gruesas en el pie del cono.

ABANICOS ALUVIALES ANTIGUOS

El reconocimiento y estudio de depósitos de abanicos aluviales en el registro geológico es


importante para la paleogeografía y la reconstrucción de la evolución tectónica de cuencas.
Algunas de las principales características que permitan la identificación de facies de
abanicos aluviales son las siguientes:

1. Dominan brechas y conglomerados a menudo conteniendo bloques de gran tamaño.

2. Procedencia local de los clastos.

3. Presencia de paraconglomerados, especialmente en abanicos dominados por flujos de


detritos

4. Frecuente estratificación caótica o mal definida (especialmente en depósitos de abanico


proximal)

5. Falta o muy escasa participación de depósitos finos de planicie de inundación (con


excepción de abanicos aluviales dominados por cursos meandrosos o anastomosados).

En la figura 16 se ilustra la distribución de facies conglomerádicas a lo largo del abanico,


como allí puede verse conglomerados gruesos y brechas dominan en el abanico proximal, el
que eventualmente también incluye facies de cenoglomeraditas. hacia el abanico distal
disminuye progresivamente el tamaño de grano y desaparecen los depósitos de flujos de
detritos.

Figura 16

Es frecuente, sobre todo en el abanico proximal que alternen depósitos de flujos de detritos
y aquellos producidos por flujos fluidos (Fig. 17)

Figura 17.
Al levantar columnas sedimentarias de antiguos abanicos aluviales es importante dibujar a
detalle la relación entre los clastos y la matriz, su morfología, tamaño, color, imbricación
para identificar el proceso de transporte y así determinar a que zona del abanico
corresponde el depósito en estudio.

Al interpretar la columna sedimentaria se debe estar en condiciones de interpretar la


evolución del proceso sedimentario y definir si se está en presencia de un marco
progradante, retrogradante, o agradante.

Por ejemplo al estudiar una columna sedimentaria característica de un abanico aluvial y


encontrar que la asociación de facies de la base de la columna corresponde a sedimentación
propia de la cabecera de un abanico, y sobre esa asociación de facies tenemos otra que
corresponda al cuerpo del abanico, se estaría en presencia de una retrogradación. Fig. 18.

Figura 18. (Santiago y Santos, 2008)

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