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Artículo

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Los retos de la adopción local en Bolivia


Anne-Marie Piché
Catedrática, Facultad de Trabajo Social, Universidad de Quebec en Montreal

Resumen
El número de niños abandonados o privados de cuidados familiares ha aumentado de
manera alarmante en Bolivia. Este estudio de caso documenta los retos de las adopciones
locales en este país. El gobierno ha llevado a cabo nuevas regulaciones que impiden la
adopción internacional, pero los organismos de Cochabamba pretenden desarrollar una
cultura de adopción local. Tienen experiencia en el desarrollo infantil, e identifican y
apoyan a las familias bolivianas de acogida. No obstante, encuentran dificultades para
realizar su trabajo por falta de colaboración y sensibilización de las instituciones estatales y
jurídicas, las cuales tienen el poder de decisión.

Palabras claves
Domestic adoption, child adoption, developing countries, Bolivia, child protection,
abandoned children, child development, Hague Convention, adoption culture.

Anne-Marie Piché, École de travail social, Université du Québec à Montréal, Montréal


(Québec) H3C 3P8, C.P. 8888, succursale Centre-Ville, Canada.
Correo electrónico: piche.anne-marie@uqam.ca

1
Introducción

El problema principal de la adopción es la conciliación del derecho de los niños privados de

su medio familiar a tener un entorno familiar sano y estable, que incluye la posibilidad de

una adopción, y el derecho a permanecer en su familia, comunidad y país de origen

(HCCH, 1993). En los países en desarrollo, son las ONG y las comunidades religiosas las

que se ocupan mayoritariamente de acoger a niños abandonados o “privados de los

cuidados parentales” (UNICEF, 2009).

La mayoría de estos niños no encuentra una familia en la que desarrollarse. La acogida

institucional ha sido denunciada repetidamente por sus terribles consecuencias en el

desarrollo socioafectivo, físico y neurocognitivo de los niños. La mayoría permanecerá en

la institución hasta la edad adulta o vivirá en la calle (Fuentes et al., 2012); (Salazar La

Torre et al., 2011). Las ONG de ayuda a la infancia intentan paliar las lagunas o ausencias

de intervención del Estado. Funcionan con pocos medios y deben tener en cuenta en sus

intervenciones contextos sociales complejos, caracterizados por el continuo aumento de

problemas sociales en las familias.

2
La atención local a niños sin cuidado familiar: el caso de Bolivia

Bolivia participa en un plan de cooperación internacional por su adhesión al Convenio de

La Haya relativo a la Protección del Niño y a la Cooperación en Materia de Adopción

Internacional (HCCH, 1993) en 1989. Este convenio pretende, entre otras cosas, asegurar

las condiciones de desarrollo óptimas a los niños en situación de vulnerabilidad por la

ausencia de familia, fomentar las iniciativas de apoyo local a las familias para prevenir el

abandono y favorecer la adopción local ante la adopción internacional, para conservar el

vínculo del niño con su entorno y su cultura. Aunque Bolivia ha ratificado el Convenio,

todavía no es “Estado miembro” porque no ha autorizado la presencia de organismos

internacionales de adopción en su territorio. Por esto y por otros impedimentos del

gobierno, los procesos de adopción internacional entre Bolivia y los países de acogida

occidentales no salen adelante. Los hogares de acogida y las instituciones son los

principales medios de vida abiertos a los niños bolivianos sin cuidados familiares. Los

organismos tienen dificultades para llevar a cabo las colocaciones de niños en familias de

acogida y adoptivas; cada año, solo un centenar encuentra una familia de acogida en

Cochabamba (CARITAS) frente a los casi 3 600 acogidos en instituciones sin ningún

proceso de adopción, según los organismos locales (INFANTE, 2015), casi el 10 % en

3
situación de riesgo de pérdida de los cuidados parentales y, a escala nacional, casi 6 000 sin

familia (Salazar La Torre et al., 2011).

A pesar de la reforma judicial y de los esfuerzos de mejora técnica y de coordinación de las

instituciones gubernamentales implicadas (UNICEF, 2014b), los actores consultados

denuncian la lentitud de los progresos para asegurar a todos los niños su “derecho a vivir en

familia”. Además de las dificultades estructurales de las acogidas en familias, existe un

trabajo importante de sensibilización cultural en las comunidades para transformar la

imagen negativa asociada todavía a la paternidad por adopción, fundamentalmente en

Bolivia.

Las soluciones de acogida local deben llevarse a cabo en un plazo razonable y los niños

implicados no pueden esperar a la desaparición de los problemas estructurales y políticos

que los mantienen en la pobreza y en la exclusión (SSI/ISS, 2012). Por otro lado, la

adopción internacional “a cualquier precio” no siempre es recomendable. En Bolivia, las

ONG y las comunidades religiosas responden únicamente al 23 % de las necesidades de los

niños menores de cinco años en situación de vulnerabilidad por pérdida del cuidado

familiar y solamente al 9,4 % de los que se encuentran en situación de mayor riesgo

(Salazar La Torre et al., 2011).

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Cochabamba y los problemas modernos de las familias en Bolivia

Bolivia es el país más pobre de Sudamérica; las mujeres, los niños y la población indígena

de zonas rurales son los grupos de población en mayor situación de vulnerabilidad de los

10,1 millones de habitantes (Canadá, 2014), con una gran tasa de mortalidad infantil. El

país llevó a cabo una reforma social en 2008 relativa a los diferentes aspectos de la calidad

de vida de los niños y adolescentes: salud, educación y protección social. Estas políticas

son criticadas por numerosas ONG locales porque son modelos teóricos que no pasan a la

práctica en las comunidades (Salazar La Torre et al., 2011).

Cochabamba, el tercer núcleo urbano de Bolivia, vive un crecimiento muy rápido, ligado a

las migraciones de ciudadanos de las zonas rurales que buscan trabajo. En los países

vecinos, las madres abandonan con más frecuencia a sus hijos para buscar trabajo en los

países limítrofes (CARITAS); los dejan en instituciones, a menudo, superpobladas. La ley

boliviana no condena el abandono de niños (Salazar La Torre et al., 2011) y prohíbe el

aborto, excepto en caso de violación o de enfermedad grave de la madre. Los orfanatos

públicos o los hogares de acogida privados no ofrecen las mismas oportunidades de

desarrollo que un entorno familiar y no disponen de recursos suficientes. La financiación de

los hogares infantiles bolivianos por el gobierno no es suficiente para cubrir las necesidades

básicas de los niños. Según CARITAS, hasta 100 niños menores de siete años están en una

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familia de acogida temporal en espera de una adopción permanente (en la región de

Cochabamba). La reintegración de estos niños en sus familias o entornos de origen no

puede llevarse a cabo muchas veces por las problemáticas de las mismas, por su negación a

hacerse cargo del niño o porque se rechaza como etapa previa a una acogida. Cuando las

familias no son intervenidas a tiempo, los niños pueden encontrarse en situación de

abandono: el censo nacional indica que, en 2010, 20 000 niños estaban en orfanatos, frente

a los 9 200 de 2001 (Salazar La Torre et al., 2011). Pero esto no toma en cuenta a los niños

que viven en la calle, de los que hay una estimación de 6 000 en todo el país (UNICEF,

2014b).

Perspectiva metodológica

Objetivos del estudio

Este estudio pretende entender la forma de actuar de los organismos de ayuda a la infancia

en la región de Cochabamba, tanto en la realización de las adopciones locales como en la

promoción de los derechos de los niños privados del cuidado familiar. Los objetivos

específicos que hemos identificado en el estudio son: 1) entender las realidades específicas

y las actividades de los organismos de ayuda a la infancia de la localidad de Cochabamba;

2) identificar los retos a los que deben hacer frente y el lugar que ocupan en el ejercicio de

su misión, y 3) identificar las estrategias empleadas por estos organismos para posicionarse

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en el “campo” de la adopción (Ouellette, 2005) y (Bourdieu, 1980) en relación con otros

actores del entorno.

Metodología

Este estudio emplea la metodología cualitativa y exploratoria. El planteamiento

metodológico escogido ha sido el estudio de caso. Esta metodología permite examinar los

fenómenos específicos experimentados por individuos, grupos o comunidades teniendo en

cuenta el contexto (Yin, 2013) (Creswell, 2013), observando sobre el terreno las realidades

experimentadas y percibidas por los participantes. El caso de estudio es la adopción local

en la comunidad de Cochabamba, dado que cuenta con un gran número de niños

abandonados o privados del cuidado familiar. Cochabamba es, además, la segunda ciudad

del país en este aspecto (Salazar La Torre et al., 2011).También nos hemos interesado por

la presencia de organismos implicados en el cuidado a los niños y en la promoción de sus

derechos.

Métodos, técnicas e participantes

Para entender mejor las realidades de la adopción local y el trabajo de los organismos,

hemos empleado un conjunto de métodos entre los cuales están: 1) la entrevista

semiestructurada individual con los empleados y los consejos de dirección de organismos

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de ayuda a la infancia de la región; 2) el análisis de documentación (ONG, material de

promoción, periódicos locales, páginas web de los organismos) sobre las realidades de los

niños y de las familias en situación de vulnerabilidad en Bolivia; 3) la observación de un

encuentro asociativo de organismos de ayuda a la infancia regionales; y 4) hemos visitado

dos orfanatos de la región, para contextualizar nuestras observaciones. Los participantes se

seleccionaron, en primer lugar, a partir de establecer contacto con personas de confianza en

la comunidad de Cochabamba siguiendo el método de gate-keeper (Creswell, 2013).

Cuando han aceptado el contacto, hemos enviado por correo una carta informativa a los

participantes interesados. Contamos con el consentimiento escrito de todos los

participantes.

En total, hemos conseguido nueve participantes. De estos, siete han aceptado que

utilicemos sus testimonios para el estudio. Además, hemos llevado a cabo un encuentro con

la asociación Ashona1, que agrupa a los organismos de ayuda a la infancia y casi la

totalidad de los 60 hogares de la región de Cochabamba; hemos hablado con su directora y

visitado dos orfanatos (para niños más pequeños y mayores). Otros tres organismos locales

1
Asociación de hogares, centros y asilos.

8
han aceptado participar en el estudio, pero no hemos podido reunirnos con ellos para

obtener su testimonio.

Análisis de la información

Nuestro planteamiento de análisis del material de investigación ha seguido la teoría del

muestreo teórico (Grounded theory (Charmaz, 2014; Corbin and Strauss, 2008)). El

objetivo es sacar a la luz los conceptos construidos a partir del discurso de los participantes;

elaborarlos gracias a los elementos contextuales (localización social, histórica, política) en

los que evolucionan. Tras la grabación y la traducción de las entrevistas realizadas en

español, los investigadores codificaron las transcripciones y destacaron las principales

categorías de datos, primero descriptivos y después analíticos. La redacción de memorias

temáticas contribuyó al desarrollo de los análisis y a la selección de las temáticas

dominantes, así como a la redacción de un diario de la investigación. Se siguieron las

etapas de codificación de la teoría del muestreo teórico (inicial, axial, transversal), que

implicaron la organización y la reorganización de los elementos discursivos recogidos, que

constituyeron categorías según el enfoque iterativo. Las cuestiones iniciales de la entrevista

semidirigida incluían: 1) la percepción de los roles ejercidos por el actor-organismo, con

sus ventajas y sus desventajas actuales; 2) los retos prácticos y de colaboración que

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aparecen en el acompañamiento de niños y de adoptantes en un proceso de acogida,

adopción o reintegración familiar; y 3) las estrategias empleadas por una parte de los

actores para posicionarse en el “campo” de la adopción local y los intereses que quieren

priorizar.

Dado que el número más importante de participantes proviene de las ONG, los análisis

reflejarán principalmente el punto de vista de dos organismos que tienen un papel

fundamental en las acogidas y adopciones en la región: Infante (Promoción integral de la

mujer y la infancia) y la división local de una asociación de familias adoptivas bolivianas

(Familias Adoptivas). En el marco de un estudio que pretendía determinar el trabajo de los

organismos comunitarios, no hemos trabajado con los representantes de las instituciones

locales gubernamentales ni con las familias para este estudio, aunque hubiese sido

interesante haber contado con sus testimonios. Aunque solicitamos el testimonio de los

representantes gubernamentales de la institución a cargo de la protección y la acogida de

los niños, el SEDEGES (Servicio Departamental de Gestión Social), no obtuvimos

respuesta.

Resultados y discusión

Nuestros análisis indican que, a pesar del gran número de niños que necesitan una acogida

estable en la región de Cochabamba, son pocos los que consiguen encontrar una familia por

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culpa de la complejidad de los factores institucionales, legales, políticos y socioculturales.

Estos factores están ligados a: las lagunas de coordinación de los servicios de ayuda a la

infancia entre el SEDEGES (representante del Estado) y los organismos aptos para

encontrar familias adoptivas; la ausencia de sensibilización y de formación profesional de

los funcionarios en relación con las necesidades de los niños privados de su medio familiar;

el cambio constante de las políticas locales en esta materia, y la ausencia de familias locales

que quieran adoptar un niño, además de una visión cultural negativa sobre la adopción en

Bolivia.

Los retos experimentados por los actores implicados y su posicionamiento en la protección

de los niños en situación de vulnerabilidad pueden analizarse a través del concepto de

“campo” social (Bourdieu, 1980). Un campo está definido como un espacio donde los

actores de una sociedad concreta de un ámbito de acción determinado expresan sus

intereses acerca de un reto principal común; en este caso, del niño abandonado o privado de

su medio familiar. En Cochabamba, los actores públicos con los que hemos colaborado

trabajan en torno al mismo reto principal: el cuidado de los niños en situación de

vulnerabilidad. En el discurso de los participantes sobre las instituciones gubernamentales

bolivianas destacamos que los actores de la adopción dan prioridad e identifican las

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problemáticas sociales en tres niveles y no entienden el cuidado de los niños del mismo

modo.

I. Una movilización complicada de los derechos del niño privado del medio familiar

Los actores principales de la acogida en la región (Infante y el SEDEGES) son dos

complementos “obligatorios” en el desarrollo de cualquier adopción: Infante es una ONG

que encuentra y prepara a familias para acoger a los niños, pero el gobierno es quien tiene

la última palabra en su evaluación para hacer efectiva la adopción en el plano jurídico. A

pesar de su colaboración, discrepan desde hace muchos años en la priorización de la

adopción como solución (la familia como mejor entorno para el niño), en la importancia de

la rapidez de los trámites administrativos y jurídicos sobre la acogida, y en la interpretación

de la ley aplicable en Bolivia. Esta situación afecta a su colaboración y limita el número de

adopciones que pueden llevarse a cabo en la región (solamente 30 por año, según Infante).

Desde el punto de vista de Infante, la atención debe prestarse principalmente desde la

perspectiva del derecho del niño (CRC, 1989): el derecho a vivir en familia y el derecho a

la identidad, ligada a su vez con la transparencia en relación con la procedencia familiar del

niño (derecho a saber que es adoptado) y al derecho a tener una identidad legal. Esta

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perspectiva se fundamenta en el conocimiento y el reconocimiento de las necesidades

fundamentales en el desarrollo de cada niño: por ejemplo, en el derecho a una estabilidad y

continuidad en un entorno familiar que asegure tanto la seguridad y la educación de los

niños, como el vínculo de apego real con un adulto. Esta forma de entender las cosas está

relacionada con el discurso humanista y sociopsicológico (Healy, 2014) de los

intervinientes (trabajadores sociales, psicólogos y abogados). Asimismo, su postura

demuestra una gran sensibilidad hacia las consecuencias de la acogida en un entorno

institucional, fundamentalmente a largo plazo, lo que los lleva a buscar familias de

adopción permanente o, al menos, familias de acogida a medio plazo mientras buscan una

situación estable para los niños acogidos en las defensorías2.

Los intervinientes critican la perpetuidad que existe desde hace años en la acogida

institucional de los niños por parte del gobierno boliviano, ya sea en hogares, orfanatos

públicos o privados. Estas acogidas se producen automáticamente después de que las

autoridades se hacen cargo de los niños, sin valoración exhaustiva de la situación del niño y

sin participación del Estado en el esfuerzo coordinado, que podría facilitar la reintegración

familiar con ayuda de los profesionales, una acogida o una adopción.

2
Defensoría de la Niñez y Adolescencia: instancia municipal que recoge a la mayoría de los niños y adolescentes en
situación de abandono.

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A pesar de los esfuerzos de las ONG de promoción de la adopción, identificar las familias

todavía es difícil:

Tratamos de generar el menor perjuicio. Sabemos que la institucionalización perjudica

al niño; entra en un sistema en el que se convierte en un número, en el que ocupa un

espacio. No va a poder realizarse como persona porque los hogares aquí solo se

preocupan por los problemas de los niños que se quedan hasta los 18 años. ¿Qué pasa

después? Desafortunadamente, cuando tienen 18 años se encuentran en la calle sin

referentes familiares. (Infante)

Esta investigación de continuidad identitaria y afectiva para los niños está desarrollada por

el Programa de evaluación y reintegración familiar de Infante 3 ; ningún servicio

gubernamental ofrece esta asistencia a las familias con dificultades. Un tercer programa del

organismo, Familias de Acogimiento Temporal4, busca brindar seguridad a los niños que

esperan una adopción a mayor plazo:

La ley habla de familias de acogida como guardas. Esto significa que en el caso de un

menor cuyos padres se marchan a España —muchos emigran a ese país—, el tío se haría

3
Atención a la infancia.
4
Familias sustitutas transitorias.

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cargo del menor. Tendría la guardia del niño y se encargaría del mismo hasta que

volviesen sus padres. También se da el caso de que tienen la guardia de los niños

abandonados. Y a esto se refiere la ley con las familias de acogida. No habla de un

modelo de familias de acogida temporal sin finalidad de adopción. (Infante)

Aunque la culpa del abandono y maltrato de niños suele ser de los padres, las familias y su

modo de vida en la sociedad boliviana, según algunos discursos que escuchamos en nuestra

estancia, los organismos ponen de manifiesto la ausencia de apoyo a las familias en

situación de vulnerabilidad como el origen principal de la problemática.

La adopción no es la solución. A veces se nos acusa de que queremos que se adopte a

todos los niños, pero no es así. No todos deben ser adoptados. Todos los niños deben

tener una familia y esta debería ser la familia de origen o biológica. Muchos niños salen

de su familia por culpa del maltrato, de cuestiones económicas, porque no pueden

controlar su educación, etc., y acaban en hogares de acogida. El gobierno debe trabajar

en su reinserción; colaborar con los hogares para conseguir la reinserción profesional.

No es justo decirle a una madre: “Es tu hijo, tienes que criarlo, ocúpate de él”. Debe

llevarse a cabo como un proceso profesional. En este contexto, es necesario trabajar con

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los padres, la iglesia, las ONG y las familias para encontrar apoyos. (Familias

Adoptivas)

Muchas veces, la respuesta de las ONG llega tarde, una vez que el niño ya está en la calle

tras haber escapado de un entorno familiar violento o cuando la madre lo ha abandonado

por falta de soluciones alternativas. Los intervinientes creen que el gobierno debería asumir

su papel de protección social en la prevención de los abandonos, lo que no es el caso actual

por ausencia de la aplicación de políticas sociales y de servicios públicos de apoyo a las

familias.

2. Adopción local: una larga concienciación

El aumento alarmante del abandono de niños en Bolivia (Salazar La Torre et al., 2011)

sería el resultado de una concienciación demasiado lenta de la sociedad boliviana en

relación con el desarrollo humano y los derechos de los niños, y con otros retos que todos

los gobiernos han priorizado a lo largo de los años.

A veces, es frustrante la ausencia de apoyo del Estado. Porque si el gobierno no hiciese

solo leyes, porque las leyes ya existen, sino que trabajase la prevención, la educación,

los valores y muchas otras cosas, las familias serían menos violentas y recibiríamos más

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apoyo, pero todavía no lo tenemos. El o los gobiernos, tanto unos como otros, no apoyan

la educación o la sanidad. No apuestan por la parte social. (Familias Adoptivas)

Al final, los pequeños organismos locales, sin ánimo de lucro, que funcionan sin apoyo ni

reconocimiento por parte de los gobiernos, son quienes apoyan a los niños y a las familias.

La mayoría depende de donaciones privadas y del apoyo de las ONG internacionales, que

debe renovarse, o de las comunidades religiosas.

En este contexto, se han formado alianzas por acercamiento de los organismos de la

comunidad (la agrupación de hogares y organismos Ashona, entre Infante y la asociación

de familias locales Familias Adoptivas), para influir en el desarrollo de una cultura de

adopción y del derecho de los niños. Esta asociación les permite posicionarse para ejercer

mayor influencia en relación con el SEDEGES. Los organismos intentan que se reconozcan

los retos vinculados al desarrollo de los niños (afectivo, cognitivo, físico, identitario) y las

necesidades que encuentran en su práctica diaria. Juntos reivindican el derecho a una

familia para todos los niños, su protección y una colaboración más eficaz con un sistema

gubernamental cuyo personal cambia con gran frecuencia, politizado, poco sensibilizado en

relación con las necesidades de los niños en situación de abandono o con el impacto de los

plazos administrativos para cerrar las decisiones de adopción de estos últimos. Estos

organismos, que tienen grandes conocimientos profesionales acerca de la infancia y de las

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familias, no tienen ningún poder de decisión. Esto los obliga a desarrollar alianzas

estratégicas y colaboraciones con las instituciones locales:

Buscamos alianzas estratégicas con las instituciones. Tenemos niños que llegan a

nosotros con problemas de salud graves. Hemos establecido alianzas con instituciones

que sabemos que se podrán hacer cargo de los aspectos médicos. Es más complicado

encontrar un lugar para un niño con problemas de salud. (…). Buscamos alianzas que

nos permitan coordinarnos más directamente con las instituciones que puedan hacerse

cargo de los niños, donde haya familias de acogida temporales, por ejemplo. (Infante)

Un aspecto central que recogen todos los testimonios es la dificultad de crear una visión

cultural positiva de la adopción en Bolivia. Existen muchos aspectos relativos a la cultura, a

las representaciones sociales del niño y de la familia que impedirían que los bolivianos

pudiesen postularse como adoptantes, a pesar de las facilidades ofrecidas (posibilidad de

adoptar a un niño sin gastos, accesibilidad a personas solteras, campañas de sensibilización,

etc.) La ideología del “amor creado por los lazos de sangre” (Herman, 2008), o del “hijo

biológico”, todavía está presente en todo el país y alimenta la creencia de que un padre no

puede querer a un hijo que no sea biológico.

La gente no termina de creer que se puede querer a un hijo no biológico porque aquí «el

amor entra por la sangre». (Familias Adoptivas)

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Según Infante, la adopción debe fomentarse; es necesario trabajar para deshacerse del

aspecto negativo que todavía está asociado a la adopción de un niño no biológico,

fundamentalmente familias de parejas. Según el organismo, despojarse de la idealización

del hijo biológico y valorar los proyectos familiares de adopción como “una manera de

construir su familia” es una etapa previa muy importante en el desarrollo de la adopción

local, que se añade a los retos de la conservación de los recursos y de su colaboración.

Cultura de la fertilidad: prejuicios vinculados a la adopción.

Culturalmente, la cuestión de la fertilidad ha estado siempre presente en nuestra

comunidad. La cosmovisión andina, al igual que la nuestra, ha estado relacionada a

menudo con la productividad y la fertilidad. Muchas personas que acuden a nosotros

desde el campo se avergüenzan o les entristece no poder tener hijos. Y asocian al hecho

de que no son una pareja productiva que sus animales o sus cosechas no serán

abundantes. Existen muchos miedos e intentamos que los gestionen y que cambien su

visión. ¿Por qué? Porque las personas que viven con estos miedos prefieren decir que es

un hijo biológico y no adoptado. (Infante)

El principal prejuicio vinculado a la adopción es la presunta menor calidad del vínculo

padre-hijo o su carácter menos “verdadero” en relación con el vínculo biológico. El otro

motivo de reticencia se encuentra en la adopción de niños mayores, que son muchos,

19
porque el ideal sigue siendo la imitación de la relación familiar con un recién nacido, sin

una diferencia de edad que pueda ser percibida en su comunidad. Los funcionarios del

gobierno no cuentan con la formación y la sensibilización necesarias en este aspecto:

Nos hemos encontrado con personas como trabajadores sociales, por ejemplo, o

“técnicos”, que no están sensibilizados con la adopción. En el SEDEGES, y en los

juzgados, hay “técnicos” profesionales que trabajan con niños, pero que no están

sensibilizados. No te apoyan en el marco de su trabajo. (Familias Adoptivas)

Algunos intervinientes del SEDEGES que tienen el poder de recomendar un proceso de

adopción no tienen en cuenta las recomendaciones de los profesionales que apuestan por

este tipo de acogida para un niño en concreto. De este modo, se destinaría a los niños a las

instituciones de manera permanente, sin que se estudiase qué es lo mejor en cuanto a la

elección de su entorno.

La asociación Familias Adoptivas, fundada en 2003, reúne a 80 familias bolivianas que han

adoptado a un niño en su localidad. Son colaboradores de Infante y miembros de una red

nacional (Red por mi derecho a tener una familia). Como Infante en sus talleres

postadopción, organiza actividades y conferencias para desmitificar la adopción,

incrementar las postulaciones a la adopción local y brindar apoyo a las familias:

20
En estos encuentros queremos sensibilizar a la sociedad y a las autoridades sobre el tema

de la adopción. También queremos compartir con los niños adoptados, compartir

testimonios, etc. Queremos que la adopción sea cada vez más visible, cada vez más

“normal”. (Familias Adoptivas)

Cultura de la violencia y adopciones utilitarias

Los intervinientes hacen muchas veces referencia a la violencia familiar como el origen de

las huidas de los jóvenes de su entorno, presente en todo el país. Alimentada por un fuerte

consumo de alcohol de los padres que huyen de una realidad precaria o compensan sus

frustraciones por no encontrar trabajo, la violencia intrafamiliar se manifiesta en forma de

abusos físicos, psicológicos, sexuales, homicidios o suicidios. Muchos niños están en la

calle porque prefieren aprender a ser independientes antes que volver a sus entornos

familiares (Salazar La Torre et al., 2011). La acogida en hogares no rompe el ciclo de la

violencia y de la dependencia; cuando el niño cumple 18 años, debe abandonarlo:

Los “echan”. El adolescente que ha crecido en un hogar, sin recibir ayuda real, se

encuentra en la calle sin saber qué hacer. Otros pueden haber sido maltratados y están

21
en la calle sin saber qué hacer. Se trata de una edad crítica porque están en la calle y van

a empezar a consumir y el ciclo volverá a empezar. Una adolescente se queda

embarazada, su hijo acaba en un hogar; es un ciclo. Por esto, creemos que los hogares

no son la solución. (Familias Adoptivas)

Los organismos también hacen referencia a una violencia sistemática, y el entorno, los

municipios y las instituciones gubernamentales no prestan atención al derecho del niño a

crecer en un contexto seguro y emocionalmente sostenible. Ignoran sus derechos de

desarrollo.

La cultura del trabajo infantil está presente desde hace mucho tiempo en Bolivia, y está

aceptada de manera general como un medio natural de apoyo a las familias más pobres. El

57 % de los niños bolivianos trabajan, según un informe de Aldeas Infantiles SOS (Salazar

La Torre et al., 2011). Para algunos, la motivación de adoptar a un niño del entorno local

nace de razones utilitarias, cuando los adultos lo consideran una fuerza de trabajo adicional

y no reconocen su estatus igual que el de los otros hijos:

Esta era la percepción de la adopción. Adopto a un niño, lo ayudo, lo adopto entre

comillas, pero lo obligo a trabajar y no tiene los mismos derechos que un hijo biológico.

Esta era la visión de la adopción aquí. (Familias Adoptivas)

22
Las evaluaciones de los postulantes sirven para percibir este tipo de motivaciones. En este

aspecto, los orfanatos, en numerosas ocasiones, no están a favor de las adopciones locales

porque la adopción internacional puede ser más segura. Otros intervinientes favorecen la

adopción local, pero consideran que, en el contexto local, no cubren sus necesidades:

Si no hubiese más de cien, sin adopción internacional, solo cien, podríamos apañarnos.

Pero según UNICEF, hay 15 000 (...) niños en situación de abandono. De 2007 a 2014...

Y sigue aumentando. ¿Cuántos puede haber? Es un número muy alto. Con 15 000 no

podemos permitirnos el lujo de decir “no hace falta que se marchen al extranjero”,

nuestra cultura es como la describió nuestro ministro: “¿Cómo se van a marchar al

extranjero, si se trata de otra cultura?”. (Familias Adoptivas)

Los adoptantes internacionales estarían más abiertos que los bolivianos a las adopciones de

niños mayores y con necesidades especiales; adopciones difíciles de asumir en el plano

financiero y social por los ciudadanos del país porque el gobierno no concede ayudas en

materia de salud.

Discusión: coordinar y distribuir la responsabilidad de la protección de los niños

El panorama de la situación de los niños y de las familias en situación de vulnerabilidad de

Cochabamba, de la que hemos sido conscientes a través de este estudio, refleja la

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predominancia de los esfuerzos de las ONG que se han movilizado y agrupado, dada la

ausencia de estructuras de ayuda adecuadas y de la movilización gubernamental en cuanto a

la problemática de los niños abandonados. Si estos organismos de la comunidad intentan

intervenir, o prevenir de raíz los abandonos y el maltrato, no reciben ningún

reconocimiento (ni material ni simbólico) del gobierno boliviano y deben concentrar gran

parte de sus esfuerzos en la búsqueda de financiación para asegurar la supervivencia de su

misión a favor de los niños.

La ley reconoce a las familias temporales como instancias de acogida. Sin embargo,

existe una contradicción. El SEDEGES nos reconoce como una parte integrante pero, en

este momento, no quiere renovar nuestra licencia, que vence pronto. Siguen enviándonos

niños. No lo entendemos bien. Si no se nos reconoce, no deberían acudir a nosotros,

¿no? Ese es el problema. Hay muchos cambios. Demasiados. Han tenido tres directores

en un año. Cambian con mucha facilidad. (Infante)

El apoyo intensivo, de calidad y de proximidad a las familias está reconocido por todos los

intervinientes que han participado como la principal vía de resolución del problema de los

niños en situación de abandono y vulnerabilidad; una solución a largo plazo. La

intervención debe repartirse en tres niveles de actuación: primero, en el apoyo a las madres

antes de que el niño se encuentre en situación de abandono; segundo, en un trabajo de

24
reinserción familiar guiado por evaluaciones y un apoyo profesional intensivo tras la

identificación de las dificultades familiares graves; por último, en la coordinación eficaz en

los organismos de adopciones entre el Estado y los organismos. En este aspecto, algunos

organismos colectivizarán la problemática (para apoyar a las familias en general; no hay

“malas familias”, sino personas en situación de vulnerabilidad en malos entornos) y otros se

centrarán en un discurso de “familia con problemas”, violenta, consumidora, abusiva,

incompetente, en la que no vale la pena intervenir. La mejor solución que deben tomar

estos actores será la adopción más rápida posible.

Los intervinientes denuncian los retrasos y los procesos lentos que eternizan las carencias y

el vacío identitario de los niños abandonados. La definición de la situación legal de los

niños encontrados representa en sí misma un reto diferente y mayor; como muchos nunca

han tenido un certificado de nacimiento o lo han perdido al escapar o al haber sido

abandonados, se vuelve muy complicado reconocer oficialmente su abandono en las

instancias, la única puerta abierta a la adopción:

Según nuestro código, debería realizarse en un plazo de tres meses. Después, se declara

al niño sin filiación, es decir, sin padres. Pero, burocráticamente, el trámite puede

alargarse más de un año. La media es de un año y medio. Por eso, cuando llega un recién

nacido a un hogar, no es adoptado hasta que tiene más de dos años. Se justifican con que

25
los documentos se hacen para que se declare que el niño no tiene filiación, pero no tiene

lógica; si siguiésemos la ley, el proceso duraría tres meses. (Infante)

Según Aldeas Infantiles SOS, los niños abandonados de más de 10 años no tienen ninguna

posibilidad de que los adopte una familia conforme a la ley boliviana (Salazar La Torre et

al., 2011); no existe ninguna intervención estatal para ayudar a los niños que están en la

calle tras escapar de su entorno familiar.

El Estado y los jueces (las defensorías) son quienes tienen la última palabra en las acogidas

de los niños, y los plazos son demasiado largos, muchos trámites administrativos se alargan

innecesariamente y perjudican a los niños que esperan en instituciones que no pueden

responder a sus necesidades básicas. Asimismo, muchas veces los jueces designados para

decidir en materia infantil no están formados o especializados en este tema:

Una vez que han cambiado al juez en materia de niñez, llega otro juez, de otro lugar, en

el que se ocupaba de otros temas. Los jueces no siempre “coinciden” con la niñez. Creo

que el juez destinado en la ciudad para los temas de niñez era un juez agrícola.

Demasiadas incoherencias... Trabajar con niños exige tener experiencia. Es complicado.

(Familias Adoptivas)

26
Tras un cambio de dirección, el SEDEGES se encarga de la evaluación psicosocial en vista

a las adopciones o a la reinserción familiar. No obstante, Infante se ocupa de gestionar todo

el proceso de evaluación psicosocial con las familias de origen, examinan exhaustivamente

los retos y la situación legal de cada niño. Según sus intervinientes, la gestión de estos

aspectos por parte del gobierno es muy deficiente, administrativa y general; no tiene en

cuenta las necesidades particulares de cada niño. Están satisfechos con su trabajo cuando

consiguen sensibilizar a la institución:

Para mí, es poder trabajar con los niños para poder recuperar y devolverlos a su lugar.

Son niños que, cuando llegan de una situación de abandono, están “anulados”. El déficit

afectivo es muy grande y, por esto, lo principal es poder, en equipo, analizar qué es lo

mejor para el niño. Y darnos este poder de dar nuestra opinión sobre un niño ante un

juez. (Infante)

En el SEDEGES, no hay ningún equipo dedicado específicamente a la adopción; los

funcionarios son generalistas que se ocupan de todas las problemáticas sociales

simultáneamente. Los cargos están muy politizados y esto perjudica considerablemente los

expedientes de los niños y las colaboraciones con el entorno:

El gobierno está politizado. Estos son cargos políticos. Las personas están escogidas. A

veces, la persona no posee las capacidades necesarias para su cargo, pero se le debe un

27
favor por cualquier cosa política y se le otorga el cargo. Es triste, pero es la realidad. Es

un aspecto muy negativo para el trabajo que desempeñamos. (Infante)

Esta organización de la protección de la infancia implica cambios frecuentes de dirección y

de protocolos de decisión en materia de adopción que afectan a la colaboración. Las

relaciones de trabajo deben renovarse constantemente con nuevos socios.

Los organismos que han participado nos han hablado de un trabajo de fondo, en el que las

instituciones que pueden tomar decisiones en cuanto a la adopción, que proponen de forma

regular, complican y limitan el alcance de su trabajo con los niños.

No solo eso, creo que el Estado debería tener un papel más importante, una

participación más activa y entender que el simple cambio de un funcionario puede

ocasionar la disolución de un caso. Hay que volver a empezar (…). (Infante)

Para un organismo que trabaja en el ámbito de la infancia, los cambios constantes de

director afectan a la forma de funcionar. Mientras unos firman acuerdos y facilitan el

progreso, un nuevo director puede no estar de acuerdo o puede que haga otra cosa, ¿y

qué pasa después? (Familias Adoptivas)

Asimismo, los factores que facilitan la mejora de la situación de los niños privados de la

familia en Bolivia son complejos, vinculados a los cambios sociales súbitos que generan

28
nuevas problemáticas, y precisan de un esfuerzo sistémico para que se estreche la

cooperación entre las ONG y el gobierno. Para los intervinientes, la solución está

principalmente en que el Estado se responsabilice de su papel de apoyo a las familias en

situación de vulnerabilidad, en la profesionalización y la organización de la protección de la

infancia que debe asumir, y en la aceleración de la definición de la situación legal de los

niños para brindarles la oportunidad de ser adoptados. En general, la comunidad debe

abrirse de manera positiva a la acogida de un niño no biológico y a crear una visión cultural

positiva de la adopción dentro del país.

Subvención

Esta investigación ha sido posible gracias al programa de apoyo a nuevos profesores


(PANP-FRQSC) de la Universidad de Quebec en Montreal.

29
Agradecimientos

Agradecemos a todos los organismos que han participado desinteresadamente en este


proyecto, así como a las personas que nos han abierto sus puertas: Johanne de Champlain y
Sr Murielle Dubé. Agradecemos a Alain Droga su trabajo de apoyo en la investigación.

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