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Valentina Ayrolo∗
pasado nos ha llevado y nos lleva a definir y categorizar los fenómenos que estudiamos.
Estas definiciones las más de las veces limitan nuestras posibilidades de estudio en vez
encantados por las explicaciones que François-Xavier Guerra nos ofrecía sobre las
explicarla tratando de incluir a los actores que se nos presentaban en las fuentes, u
moderno.1 Algunas veces esta aproximación a los problemas que estudiamos fue útil
pero otras nos llevó a conclusiones, tal vez, un poco rápidas y sobre todo esquemáticas.2
Si hace algunos años ante las diferencias evidentes que observábamos entre la
vida política cordobesa y la porteña creímos que éstas se debían a las características
antiguas o modernas de las sociedades, hoy pensamos que aplicar solamente dichas
categorías para el análisis de todas las cuestiones nos limitan en la comprensión de los
complejos procesos políticos de la primera mitad del siglo XIX.3 De la mano de una
∗
Agradezco a Fabián Herrero sus observaciones y comentarios.
1
Guerra (1989).
2
En 2003, en una suerte de fe de erratas o tal vez una relectura de su trabajo de 1989, Guerra escribió en
el mismo medio académico que había hecho famoso su anterior análisis en Argentina, una nueva versión
profundizada de aquel trabajo. Con el nombre “De la política antigua a la política moderna: algunas
proposiciones”, reescribe parte del trabajo de 1989, suavizando algunos juicios y dejando abierta, ex
profeso, la cuestión más compleja de la historia política latinoamericana: la imposibilidad de llegar a
definiciones taxativas de la misma: “De ahí que una buena parte de la política moderna en la América
latina del siglo XIX e incluso del XX, no se pueda definir, como yo mismo lo hice hace años, por la
dualidad entre una sociedad tradicional y unas élites modernas, sino por combinaciones múltiples -
verdaderas hibridaciones- entre imaginarios y prácticas antiguas y modernas. Hibridaciones que hay que
desentrañar en cada caso, sin olvidar su evolución en el tiempo y las estrategias que los diferentes actores
-todos- emplean en ese ambiguo universo”. Cf. Guerra (2003), 201-212.
3
No fue intención de Guerra limitar los análisis a estas categorías, pero en muchos casos el impacto que
produjo su texto así lo quiso.
1
Aparecido en: Jaime Peire (comp.) Actores, representaciones e imaginarios, nuevas perspectivas en la historia
política de América Latina: Homenaje a Francois Xavier Guerra, Buenos Aires, Editorial Universidad Nacional de
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nueva lectura que revierte también muchas de nuestras anteriores apreciaciones, el
cordobesas por mantener la estabilidad como principio del orden social, 4 en esta ocasión
nos interesa analizar la forma en la que se construyó la imagen de ese orden. En este
cambio”5 es una de las que explica mejor el fenómeno que tuvo lugar allí. Pero ¿cuáles
son los rasgos que hacen viable esta explicación? La respuesta podría encontrarse en las
características del propio orden político que, siempre en manos del mismo grupo, no
había sufrido mayores fracturas y cuyos cambios se iban a producir de forma paulatina.
Analizando los hechos parece claro, que el sector que hasta la ruptura de 1810 había
“custodiado” el orden, se negaba a modificar los términos del pacto social por temor a la
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Aparecido en: Jaime Peire (comp.) Actores, representaciones e imaginarios, nuevas perspectivas en la historia
política de América Latina: Homenaje a Francois Xavier Guerra, Buenos Aires, Editorial Universidad Nacional de
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del Cabildo cordobés a acatar a la Junta de Buenos Aires. Si bien luego la actitud de la
elite que se hizo con el gobierno cambió, las condiciones de ese cambio se vinculan, en
Bustos inaugurando con él una nueva etapa en la vida política de Córdoba, caracterizada
bajo un sistema que recuerda más a las antiguas repúblicas, que a las modernas que se
construirse una realidad política como si fuese “única”, que sería definida como una
república federal8 con las implicancias que tendrá como lo veremos. La solución
encontrada por los nuevos tutores del poder para mantener la estabilidad provincial,
asentado fundamentalmente en dos valores. Uno, que permanecía intacto a través del
6
Según Chiaramonte esta “ficción política” que representaba la retroversión, “implicaba la existencia de
una acto contractual tácito entre los “españoles americanos” y su monarca, gracias a la general vigencia
del derecho natural [que] tuvo la fuerza necesaria como para poder fundar en ella la legitimidad de los
nuevos gobiernos. Cf. Chiaramonte (1999), 15.
7
Sobre Bustos puede consultarse Ayrolo (1999). Sobre el sistema político de Córdoba durante los
gobiernos de Reynafé y López, véase Romano (1996).
8
En el Reglamento de 1821, figura “Sistema Presupuesto el de una República Federal”, Archivo General
de la Nación (AGN), Biblioteca Nacional (BN), Escritos, 737-787.
9
Sobre esta discusión entre federal y confederal pueden verse entre otros textos, un clásico como Barba
(1982), una relectura en Chiaramonte (1993), y un estado de la cuestión en Goldman (2000), 105-124.
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Para el logro de sus fines, Bustos y sus colaboradores, no sólo se sirvieron de las
“moderno”. La prensa, voz sólo oficial, fue un canal privilegiado de este proceso.10 Así
efectuará en dos frentes. Uno exterior y el otro interior. En este último ámbito primó un
discurso que a través del propio ejemplo provincial que mostraba, a través de las reglas
tuvo como uno de los principales voceros al clero local encargado de nutrir de
Córdoba se manifestaba como más cauta que Buenos Aires en las declaraciones
liberales en boga. Parecía estar escuchando a Alberdi cuando éste decía “es preciso que
el nuevo régimen contenga algo del antiguo; no se andan de un salto las edades
Provincia:
10
Sobre el particular puede consultarse Ayrolo (2005).
11
Tenemos en cuenta la opinión de Fernando Escalante Gonzalbo que expresa que “las reglas expresan
valores, y la gente las sigue justo por eso: no por conveniencia o un interés abstractos, sino porque son
reglas que dicen cómo es el mundo. En la expresión española de hacer las cosas “como Dios manda” se
reúnen la naturalidad de lo inevitable y la imprecisa conciencia de una obligación; de eso se trata”. Véase
Escalante Gonzalbo (1998), 22.
12
“El problema del gobierno posible en la América antes española no tiene más que una solución sensata,
que consiste en elevar nuestros pueblos a la altura de la forma de gobierno que nos ha impuesto la
necesidad; en darles la aptitud que les falta para ser republicanos; en hacerlos dignos de la república, que
hemos proclamado, que no podemos practicar hoy ni tampoco abandonar; en mejorar el gobierno por la
mejora de los gobernados; en mejorar la sociedad para obtener la mejora del poder, que es su expresión y
resultado directo. [...] La república no puede tener otra forma cuando sucede inmediatamente a la
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[...] sin acaudillar una sedición perniciosa en un estado de guerra con enemigos
dueños del país, empuña las armas de la razón, forma de ella un tribunal [...]
provincias en federación. 13
político tomará valores diferentes según la época y según el contexto histórico. Durante
el período que estudiamos resulta evidente que la sociedad fue homogeneizada bajo este
credo. Ser federal era condición necesaria para ocupar cargos, para gozar de beneficios
se veía a sí misma como un cuerpo unido por los lazos de la religión católica, un aspecto
que marca la pervivencia del orden antiguo. Entonces esta construcción, que tenía en
sus bases al catolicismo como moral y al federalismo como credo político se completó
La estrategia de la diferencia
monarquía; es preciso que el nuevo régimen contenga algo del antiguo; no se andan de un salto las edades
extremas de un pueblo” Juan B. Alberdi (1979 / 1º 1855), 46-47. Con esta idea Alberdi coincidía con lo
que sugiriera Simón Bolívar en cuanto a que “Los nuevos Estados de América antes española necesitan
Reyes con el nombre de presidentes”, Ibídem, 47.
13
El Montonero, 30 de diciembre de 1823, Nº 1, 7, en la Biblioteca del Colegio Nacional de Buenos Aires
(BCNBA). El redactor era Juan Antonio Saráchaga.
14
Sobre el tema hay varios textos interesantes. Sugerimos el de Hermann (1988).
15
Periódico sin identificar. Respuesta a los dichos por el denominado Estrella del Sur, 10 de noviembre
de 1820, AGN, VII, Celesia, Nº 2478. La cursiva es nuestra.
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política de América Latina: Homenaje a Francois Xavier Guerra, Buenos Aires, Editorial Universidad Nacional de
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Veamos ahora, a través de ejemplos el modelo alternativo propuesto por
Córdoba. Los momentos en los que aparecen con contundencia definiciones de cómo
“debe ser” la comunidad política, frente a una forma que se considera opuesta -
específicamente la de Buenos Aires- son los años 1823-1827. Los motivos son variados.
otras leyes, una reforma religiosa que afectaría al clero regular y sería imitada por las
Provincias cuyanas de San Juan y Mendoza en 1825. El año siguiente, 1824, es de gran
General Constituyente, que luego de haber sido convocado por Bustos para congregarse
en Córdoba, termina reunido en Buenos Aires. Ese mismo año llega a esa ciudad una
misión de Gran Bretaña con el objetivo de firmar un tratado de paz y amistad que traerá
religiosa. Por último, ese año llega al Río de la Plata la misión apostólica de Juan Muzi
enviada por el Papa Pío VII a Chile. Estos dos últimos acontecimientos, pusieron de
manifiesto varias cuestiones urgentes: por un lado la urgencia que tenía organizar
que debía adoptar dicha organización y estrechamente vinculada a estas dos cuestiones,
sanciona la Ley de tolerancia religiosa abriendo fuego sobre una cuestión ríspida.
Mientras, Bustos es reelegido de forma dudosa para un nuevo período que no llegará a
completar. Por último, los años 1826 y 1827 son los de la Guerra con el Brasil, la
Tal vez convenga resaltar aquí que el interés por comprender esta construcción reside en
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política de América Latina: Homenaje a Francois Xavier Guerra, Buenos Aires, Editorial Universidad Nacional de
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la importancia que estas enunciaciones tendrán para la nueva estructuración del
imaginario del mundo social. Reconociendo que sería fructífero acompañar este análisis
con una constatación de su repercusión en las prácticas, por ahora hemos elegido
Ahora bien ¿cuáles son los términos de esa construcción “modélica” que trata de
transmitir un discurso unívoco? Esencialmente los vocablos que van a jugar en las
definiciones son Buenos Aires vs. Córdoba; Federalismo vs. Centralismo; Religión
católica, baluarte de... federal. Pero para poder comprender la construcción del sistema
político alternativo y su utilización, se hace imprescindible volver a los dos ejes que lo
autonomía el orden interno provincial se basó en una sólida arquitectura que reunía la
Como parte de esta construcción se hizo necesario recrear varias imágenes que
tendiesen a fortalecer la alternativa -no sólo política- sino moral que ofrecía Córdoba a
sus propios ciudadanos y a los vecinos. Buenos Aires, o mejor dicho los porteños en el
Rodríguez primero y las decisiones del Congreso después serán la oportunidad ideal
16
Ayrolo (2005).
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política de América Latina: Homenaje a Francois Xavier Guerra, Buenos Aires, Editorial Universidad Nacional de
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Al interior de la Provincia el clero elaboró una imagen que presuponía la
sintonía total entre lo actuado por el cabildo catedral y los Provisores de Córdoba, y el
realidad. Sin embargo, fue efectiva, necesaria y útil. Esa descripción daba autenticidad a
lo actuado y para ello la alusión a la cismática Buenos Aires fue recurrente y funcional.
pares de opuestos: Buenos Aires = cismática vs. Córdoba = la católica, fue importante,
gobernabilidad, sino también para consolidar una identidad local, que acompañase el
por buen y “útil” ciudadano que realizara el 25 de mayo de 1819, el presbítero Miguel
Calixto del Corro: “las virtudes cristianas son el mejor ornamento de un ciudadano, y
sin ellas nadie puede agradar a Dios, y menos ser útil a la patria y a sus semejantes”.17
las leyes de reforma del clero y de tolerancia religiosa brindaron una oportunidad ideal
para reforzar la identidad católica de los cordobeses. En este sentido no había distingos
total. Si bien las diferencias entre los miembros de la elite eran coyunturales y nos sería
ocupaba para todos un lugar central. En 1823 el presbítero José María Bedoya,
17
El clero argentino de 1810-1830 .Oraciones patrióticas (1907), tomo I, 310.
8
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Ya no hay ojos para ver los papeles públicos que nos vienen de Buenos Aires.
[...] dispara a cada paso sus flechas contra Roma y aspira a una independencia
del Papa [...] según entiendo, todos los escritores públicos de Buenos Aires, han
formado la conspiración contra el altar y no hay uno solo que les contradiga. 18
Ambrosio Funes:
[...] hubiera ido ahí [a Córdoba] para presenciar la función del hábeas [...]. Aquí
templos donde hay jubileos por poder formar tertulias en otros que no hay tal
atención. Y así, con el roce de los extranjeros, va perdiéndose en esta ciudad [de
Buenos Aires] a pasos largos hasta los principios de religión, sobre lo cual tienen
ya voto hasta las mujeres más ignorantes, y no es delito hablar de sus dogmas
Este relato es muy interesante y se vincula directamente con los problemas que
cordobesa anterior a 1820, induciéndonos a pensar que los contrastes no deben ser
18
Instituto de Estudios Americanistas (IEA), Nº 8492.
19
Carta de Letamendi a Ambrosio Funes, Buenos Aires, 26 de junio de 1803, en Martínez Paz (1918),
108-109.
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leídos necesariamente como un producto de la revolución, ni aún de la gestión de la
“Feliz Experiencia”.
desligados a los ámbitos píos, como la tertulias, por otro.20 Estas dos imágenes
construida por Bustos, sino que su origen es anterior. Es por eso que el nuevo
gobernador, no tendrá necesidad de crear una nueva moral para su sistema político sino
de la sociedad cordobesa con los principios católicos. Los distintos espacios ocupados
por la compañía: estancias (lo que implica todos los vínculos resultantes de los negocios
20
Sobre el particular puede consultarse: Nancy Calvo, “Los unos y los otros. Católicos, herejes,
protestantes y extranjeros en las primeras décadas del siglo XIX”, X Jornadas Inter-Escuelas
Departamentos de Historia, Rosario, septiembre de 2005.
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política de América Latina: Homenaje a Francois Xavier Guerra, Buenos Aires, Editorial Universidad Nacional de
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además de influjo en la formación de letrados) etc., dotaron a la comunidad cordobesa
claramente dos grandes momentos para mostrarse como alternativa: en 1823 cuando se
sanciona la reforma del clero regular en Buenos Aires, y luego desde ese año y hasta
parecería que el verdadero temor, que se esconde detrás de los discursos, era la
sorprende la insistencia con que se escribían algunas ideas como la que copiamos a
continuación:
haya advertido que todo cuerpo sea místico, moral o político, guarda siempre
Pero lo que resulta muy interesante como muestra de la forma en la que estos
hombres “miraban el mundo” y de cómo esa forma dista de la propuesta por los
21
Considerando el carácter hipotético de mi supuesto, me parece que un estudio sobre la influencia de los
jesuitas en la conformación de identidades en la región, esto es no sólo en Córdoba sino también en el
resto de los lugares donde estuvieron presentes a través de colegios y estancias sería de mucha utilidad
para comprender la conformación de las identidades locales.
22
Se refiere al periódico de Buenos Aires con el que polemiza permanentemente durante ese año.
Recordemos que El Nacional era oficialista y apareció entre diciembre de 1824 y marzo de 1826. Fueron
algunos de sus redactores: Ignacio Núñez, Julián S. de Agüero, Valentín Alsina.
23
“El Cristiano viejo contesta al periódico Nacional de Buenos Aires sobre la Tolerancia de culto”,
Córdoba, 1º de enero de 1826, BCNBA.
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completo”.24 ¿A qué se refieren? Analizando estas afirmaciones en su contexto
tolerancia religiosa, por ende el peligro que produciría en la sociedad la falta de una
Castro Barros sobre la tolerancia ya que ésta abre una nueva vía de acceso al asunto.
Según el riojano, para permitir la tolerancia los gobiernos “deben recabar la voluntad de
estado por motivos religiosos o políticos, pero creyendo firmemente que solo es
24
El Intolerante, 6 de mayo de 1825, Nº 1, 7, BCNBA.
25
Escalante Gonzalbo (1998).
26
El pensador político y religioso de Chile, reimpreso por Castro Barros, Nº 2, 43, Córdoba, 1825, citado
en Tonda (1961), 295.
27
Para reflexionar sobre el tema puede consultarse el sugestivo trabajo de Baubérot (2004), 17-46.
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hay religión verdadera tan antigua como el hombre, debe ser esencialmente una por
algún aspecto luminosa para todos los espíritus” esa religión es la católica.
religiosa. También le preocupa la actitud de Buenos Aires que según denuncia pretendía
persuadir al resto de las Provincias, como ya lo había conseguido sobre San Juan y
aquel entonces. Es por eso que la arenga cordobesa tenía entre sus principales objetivos
[...] a la cabeza de esta provincia [de Córdoba] se halla un jefe, que se les ha
no puede estender su centro para suplantar a esta pequeña tribu, que como la de
Hace mucho que estamos instruidos de la facción que sin omitir medios trabajó
por sobreponerse en Buenos Ayres, no sólo sobre sus conciudadanos, sino aun
colonizarnos; esta opinión esta por desgracia aclimatada en Buenos Ayres [...]
las provincias paralizando todas las miras de estos recién convertidos al sistema
patrio.29
28
El grito de un solitario, 12 de mayo de 1825, 8. Archivo del Instituto de Historia Argentina y
Americana “Dr. Emilio Ravignani” (AIR). La cursiva es nuestra .
29
El Desengañador, 3 de abril de 1825, Nº 1. AGN, Sala VII, Celesia, Nº 2478. La cursiva es nuestra.
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Como vemos, se explicitaban no sólo los términos antagónicos entre sí, sino
además que había un modelo al que valía la pena adherir. El hecho de que la tolerancia
potencialmente los soberanos. Esto significa que se lee a Buenos Aires como “tomada”
por un grupo con el que se disiente ruidosamente. Así, la cruzada emprendida por la
Provincia para defender los valores de la religión romana debe considerarse como una
respuesta a la forma que tomó el estado de Buenos Aires de la mano de los conductores
tempranamente en los planteos de los cordobeses y fueron sostenidas con vigor por
organización de los Pueblos en contraposición a una organización que tuviese como eje
gobierno que debía adoptarse. Estos grupos parecen reunirse para discutir y consensuar.
30
Sobre todo Celesia (1932), y Segreti (1966) y (1995), entre otros.
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Algunos de los personajes que los frecuentan, como es el caso del presbítero Benito
Creemos que aunque Córdoba haya enviado sus diputados al Congreso convocado en
Tucumán esto no quiere decir que haya desaparecido la tendencia confederacionista del
gran medida en las ideas que habían dado origen al sistema de los pueblos libres
propulsado por Artigas, y que Córdoba había abrazado fugazmente en 1815, bajo el
gobierno que condujo Javier Díaz. 33 Como trataremos de mostrarlo en el análisis que
sigue, esta adhesión estaría vinculada a las bondades que el propio sistema confederal
ofrecería a Córdoba. Esto es, alto grado de independencia para el manejo de sus asuntos
internos.
Fracasado el intento de Artigas, las nociones que habían inspirado aquella liga, y
como el controvertido Juan Pablo Pérez de Bulnes que había acompañado a Díaz, pero
sobre todo que había apoyado a Artigas. Nuestras afirmaciones se fundan en las
definiciones que se dieron del sistema federal en este período. Dichas descripciones
recuerdan las experiencias clásicas como la liga aquea o las más contemporáneas a 1820
que concertara los asuntos comunes era central, de allí su insistencia por reunirlo:
31
Así lo revela un documento de 1812: “[…] que en el tiempo en que se instaló el actual superior
gobierno se oyó con bastante publicidad que en la casa del Lic. Lascano se hacían unas juntas en que se
trataba de que debía sostenerse el gobierno de los diputados de los Pueblos [...]”. Archivo del
Arzobispado de Córdoba (AAC), Archivo del Cabildo Eclesiástico de Córdoba (ACEC), Actas, Nº 3, f.
292v., 1812.
32
En este sentido habría pasado igual que en Buenos Aires donde las facciones confederales,
denominadas federales, no se identificaron siempre y necesariamente como confederal. Véase Fabián
Herrero, “Buenos Aires, año 1816. Una tendencia confederacionista”, Boletín del Instituto de Historia
Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”, 2º semestre de 1995, tercera serie, Nº 12, 7-32.
33
En esto también nos alejamos de la clásica lectura.
34
Chiaramonte (1993), 81-132.
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Sin centro de unidad que presida y pueda dar dirección a los negocios comunes,
que dirima las contiendas, que existen y pueden existir entre las provincias
general, de suerte que las partes de esa asociación sean útiles al todo, y entre sí
El interés de Bustos por la concreción del Congreso fue comprendido como una
muestra acabada de que el federalismo a que hacía referencia el cordobés era aquel que
Pero ésta no parece ser la idea del gobierno. Al respecto, más elocuente que las palabras
del propio el gobernador son las que escribiría Juan Ignacio Gorriti, en 1827, cuando
había sido enviado por el Congreso a la Provincia de Córdoba para presentar la nueva
menor que el presidente de la Sala haya sido por aquel entonces Juan Pablo Pérez de
Bulnes. El 12 de enero se comienza la lectura del pliego que traía el comisionado por el
Congreso. Según consta en las actas de la Sala de Representantes Gorriti “hizo una larga
apología del sistema de unidad que servia de base a dicha Constitución, rogando por
cambios de opinión entre Gorriti y Pérez de Bulnes, que hablaba en nombre de Córdoba,
se sucedieron los días siguientes. El día 15 se sancionó una ley con cuatro artículos que
comenzaba así: “la Provincia de Córdoba, desligada del pacto nacional, según la sanción
35
Celesia (1932), vol. 2, 219.
36
Archivo de la Honorable Cámara de Diputados de Córdoba (AHCDC), Actas de Sesiones la Cámara de
Diputados de Córdoba, Córdoba, 1912, tomo II, 214.
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del 2 de octubre del año anterior, no está en el caso del articulo 6º, de la Ley
propiciado por Córdoba), en contraposición a lo sostenido por el Congreso del que era
vocero el jujeño:
[...] alló [el Congreso] que no podia llenar estos objetos adoptando una simple
federacion, tal cual habia opinado Córdoba y algunas otras provincias: porque
los pueblos al reunirse en Congreso no solo desearon reunir sus esfuerzos para
los goces que hacen apresiable la sociedad, los pusiese a cubierto de las
arbitrariedades con que los jefes particulares habian oprimido y vejado a los
pueblos en los tiempos del desorden. [...] en una simple federación, el Congreso
medios, casi en la mayor parte, para llenar los empeños de una federacion.
[...] la federacion solo tiene por objeto aumentar el poder politico de los
federados, pero las leyes administrativas, las formas tutelares de las garantias,
que pongan a los ciudadanos a cubierto de las vejaciones que pueden venir ya de
37
Córdoba había discutido la Ley Fundamental del 23 de enero de 1826, en las sesiones de abril de ese
año decretando el día 19: “La Sala de Representantes de la Provincia, declara con toda fuerza y vigor de
ley, que no se reconoce ley ninguna de cualquier clase, carácter o calidad que invistiese, procedente del
Congreso General, ínterin no se dé la constitución permanente del Estado”. Firman: Juan Pablo Bulnes,
Benito Lascano, Domingo Aguirre; AHCDC, Actas de Sesiones la Cámara de Diputados de Córdoba,
Córdoba, 1912, tomo II, 85.
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absolutamente extranjeras e inconexas con la federacion. Cien veces se nos ha
cargo que nada hay entre nosotros comparable con aquellos Estados. Ellos
concebir que haya sugeto que entienda lo que es federacion, que de buena fe
pueda creer que ella es posible en nuestro estado actual. [...] De todo lo que
No hace falta agregar palabras a esta definición tan contundente que explica que
lo que Córdoba entiende por aquel entonces por federación es una confederación.
principios al propuesto por Artigas para los pueblos libres, seguido por un grupo local,
pero también al del grupo confederacionista porteño de 1815, estudiado por Fabián
Herrero.39 Según este autor, este grupo podría visualizarse como una alternativa política
justificar el porqué de su rechazo a las leyes dictadas por el Congreso de 1824 explican
con claridad, no sólo lo que entiende la Provincia por el término federación, sino
también como considera al resto de las de “la unión”. En dicho conjunto la Provincia de
Buenos Aires tiene un lugar especial, ya que multiplicidad de veces es vista como
38
“Informe que da el Señor Gorriti, al Congreso General Constituyente, sobre el resultado de su comisión
cerca de las autoridades de Córdoba”, Buenos Aires, Imprenta Argentina, en AGN, VII, Celesia, Nº 2475.
La cursiva es nuestra.
39
Véase Herrero (2000) y Herrero (1995), 7-32.
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que desde 1816 es decididamente “centralista”.40 Sin embargo, vale la pena resaltar que
la administración cordobesa sabe salvar la confusión y esto nos permite ver una vez su
Ante las acusaciones que realizaran los periódicos de Buenos Aires con motivo
Sabemos todos que Buenos Ayres ha caminado con honor, o con ignominia
según la han conducido; que es capaz de mayores glorias que vos le atribuís,
del 4 de marzo de ese año por medio de la cual Buenos Aires se declaraba capital y esto
desaparecer a aquel pueblo del mapa político provincial”.42 Fuera de Congreso, la Sala
medio de una ley– su posición respecto del resto con las que estaba “actualmente en
Art. 3º : Autorízase al Poder Ejecutivo de este Estado para que invite a todas las
40
Sobre este deslizamiento que propicia la confusión entre la elite en el poder con la Provincia es
especialmente ilustrativo el trabajo de Geneviève Verdo. Cf. Verdo (2005).
41
El Investigador, 18 de febrero de 1824, Nº 8. “Respuesta al Republicano de Bs. As.”, AGN, Sala VII,
Celesia, Nº 2478. La cursiva es nuestra.
42
Citado por Zinny (1921), 55. La cursiva es nuestra .
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Provincia, a la celebración de un Congreso General, para el próximo mes de
La discusión de este artículo fue motivada por si “donde dice el articulo si vuelve
al estado en que estuvo antes del 4 de marzo de 1826 se redacte: si vuelve al estado de
reunión de un nuevo Congreso (o Convención) en 1828 parece ser la última carta que se
El cotejo de una imagen: “El gobierno [...] subordinado a una amalgama político-
religiosa”45
cuyo autor es el norteamericano Juan Antonio King. Luego de pasar por el ejército
“argentino” hasta alcanzar el grado de coronel, King vivió en distintos lugares de las
local refleja lo que los archivos nos muestran a cada paso y lo que él definió como una
política. La religión, en su experiencia, se liga a los valores morales pero éstos no están
diferenciada la que explica que King exprese su sorpresa ante “la mezcolanza de tan
43
AHCDC, Actas de Sesiones la Cámara de Diputados de Córdoba, Libro II, 20 de julio de 1827, 338. La
cursiva es nuestra.
44
Ibidem. La cursiva es del texto original.
45
King (1921), 104.
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discordantes elementos, como los religiosos y políticos”.46 Tratar de explicar el
fenómeno que asombra a King, ha sido en parte la tarea que nos propusimos en este
trabajo.
fin de enriquecer las explicaciones existentes acerca de las elecciones realizadas por
Córdoba, en materia de organización política. Así, creemos que la defensa del sistema
este sentido resultaba para Córdoba muy importante reconocer la misma categoría a
cada Provincia. Es así que Córdoba sabe distinguir, como lo expusimos, entre aquellos
que encarnan el poder y los que son sus soberanos. Y es en ese pie de igualdad que la
identidad previa, construida desde tiempos de los jesuitas. La religión única fue vista
por Córdoba como una condición necesaria y útil a la sociedad y a la política. Así, el
proyecto político que encarna Córdoba, reposa en los principios políticos confederativos
virtudes cívicas y cristianas intrínsecamente unidas. Todo lo dicho, permitió por un lado
relativamente estable y organizada durante esos años.47 Tanto el modelo político como
46
Luego agrega: “no serían tolerados por ningún pueblo inteligente, pero el pueblo de Sud América, de
España y muchos otros de Europa, están, en esta materia, por lo menos, dos siglos atrás de la edad
presente, por avanzados que puedan estar algunos de ellos en otras concomitancias de la civilización”.
King (1921), 104. Cabe señalar que cuando King escribe estas palabras se encuentra en Córdoba en el
interregno entre Bustos y Paz, en 1829.
47
Sobre este particular nos hemos explayado en nuestra tesis doctoral “Córdoba: une république
catholique. Haut Clergé, gouvernement et politique dans la Province de Córdoba. De l’Independence à la
Conféderation 1810-1852”, París, Universidad de París I Panthéon-Sorbonne, 2003.
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el identitario se vieron reforzados al calor de los cambios introducidos en Buenos Aires
durante la “feliz experiencia” los que eran sentidos en Córdoba como amenazas para el
orden instituido. Fue en aquellas oportunidades, las más preciadas por los cordobeses,
en las que se definió y defendió con vigor la alternativa que Córdoba encarnaba frente a
Buenos Aires.
entrelazadas en un modelo político “original y único” al interior del cual –dadas sus
debía” vivir.
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