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4.

MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL

4.1. Antecedentes

4.1.1 Antecedentes Internacionales

Morín, 2020, en su revista menciona que estamos viviendo la cuarta

semana del estado de emergencia sanitaria decretada por el Gobierno en

respuesta a la pandemia provocada por un nuevo Corona virus, el COVID-19

que se ha extendido por todos los continentes con graves consecuencias a todo

nivel, pero la más grave es la pérdida de miles de vidas humanas. Esta

pandemia nos enfrenta a una enfermedad prácticamente desconocida que nos

coloca en un escenario de incertidumbre y cuestiona las formas vigentes de

organización social, económica, política, educativa, religiosa, entre otras. A la

vez, nos insta a reflexionar y discernir sobre nuestras prioridades no sólo

personales sino a nivel nacional y mundial.

Como maestras y maestros tenemos la responsabilidad de educarnos y

educar permanentemente, sea en forma presencial, virtual o remota, lo cual

implica aprender y enseñar a leer críticamente el mundo para conocerlo y

transformarlo, como plantea Paulo Freire y desarrollar una educación

liberadora que contribuya a generar las condiciones que garanticen una vida

digna para todas las personas, sin ningún tipo de exclusión.

4.1.2 Antecedentes Nacionales

Herrera (2020), La emergencia sanitaria internacional desatada por el

COVID-19 mantiene en suspenso al mundo. La alarmante velocidad de

propagación de la enfermedad ha causado que diferentes países se preparen


para contrarrestar eventuales casos dentro de sus territorios. Con este objetivo,

se tienen dispuestas diversas estrategias no farmacológicas para frenar el

avance del coronavirus mientras se desarrolle una vacuna para el mismo. Los

niños en edad escolar conforman una población vulnerable ante la amenaza de

un virus de estas características, por lo tanto, suelen ser sujetos prioritarios en

el diseño de estrategias para la prevención del contagio.

Uno de los programas de protección más utilizados en la historia de las

enfermedades masivas es, precisamente, el cierre de los colegios y la

suspensión de las clases escolares. Esta decisión ha demostrado ser efectiva en

la reducción la velocidad de contagio en epidemias anteriores y ya se está

aplicando en algunas regiones de China y Hong Kong. Sin embargo, si bien el

cierre de las escuelas supone un evento positivo para la seguridad de los

estudiantes ante las circunstancias en cuestión, este también genera sendas

problemáticas educativas y socioeconómicas que no se deberían pasar por

alto.

Discontinuidad educativa y rendimiento académico

En primer lugar, la suspensión de clases en cualquiera de sus distintas

modalidades, interrumpe el rol de las escuelas como lugares de socialización,

esencial no solo para sus estudiantes, sino también para todos aquellos

miembros de la sociedad para los que sirva como un punto de encuentro. Este

impacto es más profundo en las comunidades con menores ingresos

económicos. Para muchas de ellas, el colegio representa uno de los pocos

lugares en los que se pueden reunir con sus pares y discutir asuntos
concernientes a la comunidad, en el caso de los padres, e integrarse en grupo

en el caso de los niños. Investigadores como Lochner y otros, consideran que

la pérdida de estos espacios constituye una disminución del capital social y el

sentido de comunidad. Esta pérdida complica la construcción de la identidad

en los niños y esto, a su vez, les origina dificultades académicas.

Además, un estudio realizado por los sociólogos Doris Entwisle y Karl

Alexander en el año 1992 propuso la existencia de un fenómeno conocido

como Summer Setback, el cual describe una notoria pérdida de los

conocimientos aprendidos en las aulas durante el periodo vacacional,

manifiesta en el declive del rendimiento académico de los alumnos. La

ampliación de dicho periodo o el cese de las clases por motivos de emergencia

sanitaria ocasionaría un efecto similar y su gravedad sería proporcional a la

duración en la que las escuelas permanezcan cerradas.

Según la revista Enfoque de Derecho (2020), menciona que a crisis

generada por el COVID-19 ha evidenciado una cadena de problemas que

afectan a ambas partes: a quienes demandan el servicio educativo y a quienes

lo ofrecen. En el caso de la educación escolar, la Asociación de Colegios

Privados de Lima (Acopril) ha advertido que -aproximadamente- 9 mil centros

educativos privados a nivel nacional se verían forzados a cerrar a fines de

abril por falta de pago[2]. Asimismo, los padres de familia han denunciado

que la no reducción de pensiones escolares genera imposibilidad de cumplir

con el pago de estas. La situación de los profesores y demás trabajadores

también es incierta, y muchos centros educativos han optado por utilizar los
remedios laborales más gravosos permitidos en el ordenamiento. Los

problemas en las universidades, con una menor tasa de trabajadores a tiempo

completo y mayor independencia, son aún más delicados.

En ambos casos, sin una norma imperativa de alcance general al

respecto, el Estado es el gran ausente en la ecuación. En ese sentido, frente a

esta gran problemática, Enfoque Derecho analizará la situación de la

educación en tiempos de COVID-19, desde las ramas del derecho mercantil,

civil y laboral.

Por otro lado, Castillo (2020), menciona que la Pandemia de COVID-19

ha cambiado nuestras vidas, hemos tenido que adaptarnos al aislamiento

social, explorando nuevas formas de contactarnos, trabajar, aprender e

interactuar. En este contexto, los niños y niñas también han sentido los efectos

de la situación de emergencia, no solo afectó la vida de sus familias y los

ritmos del hogar, se han interrumpido los servicios de educación, salud y

programas sociales de Primera Infancia a los que asistían.

Las familias están ahora a cargo de la atención de sus niños y niñas todo

el día, este cambio puede ser una gran oportunidad, si existen condiciones

para enfrentar adecuadamente los efectos de la emergencia, pero también es

evidente que este momento puede generar una situación de incertidumbre,

desconcierto o temor. El contexto familiar se agrava con el deterioro o

reducción de ingresos que afectan los gastos esenciales para mantener la

salud, la nutrición y el bienestar en el hogar. El aumento de los niveles de


estrés y el inminente riesgo de violencia, maltrato o abandono está presente en

la vida de niños y niñas; a esto se suma las escasas alternativas de

acompañamiento y soporte en momentos de emergencia.

Lo avanzado en Políticas públicas en primera infancia se desaceleró,

quedando pendiente la Agenda 2020 de la Estrategia de Gestión Territorial

Primero la Infancia, que se venía construyendo desde un esfuerzo colectivo y

articulado de varios ministerios en nuestro país. En esta coyuntura, se

interrumpió la continuidad de los servicios educativos, de salud, vacunas,

control de crecimiento y desarrollo o programas sociales. Las niñas y niños

están en riesgo de afectar su salud, bienestar, nutrición y desarrollo.

Desde educación, se ha implementado la estrategia Aprendo en Casa (en

entornos televisivos, radio y on-line), los programas sociales y de salud están

planteando reajustes a sus estrategias y regulación normativa para brindar la

atención a distancia y retomar la progresiva reactivación de sus servicios.

Así mismo Silva (2020), Desde que comenzó el año escolar, las aulas se

encuentran vacías y en silencio. Con la cuarentena, debido al coronavirus, las

clases dejaron de ser presenciales y ha sido todo un reto tanto para alumnos

como para profesores.

En el caso de educación inicial, el reto requiere una estrategia para que

los niños desde los tres años logren poner atención y aprender lo que ahora la

profesora les intenta transmitir a través de una pantalla. Algo nada fácil.

Asimismo, la directora recalca que es importante tener estrategias para el


telestudio “es importante que las familias mantengan una rutina estricta y

disciplina con los hábitos a la hora de acostarse, comidas y tiempo para jugar.

El tiempo en familia es muy importante y deben divertirse juntos, jugar juntos

y relajarse juntos. Leer juntos es el aprendizaje más beneficioso que se puede

hacer en casa”.

4.2 Bases Teóricas de la investigación

Aprendizaje de los estudiantes en tiempos de COVID 19

En estos tiempos, muchas IEI vienen usando, creando o

promoviendo espacios de contacto con las familias, lo que representa una gran

oportunidad. Es posible que, en este contexto las niñas y niños pequeños

encuentren menos atractivos los recursos informáticos o telefónicos para

aprender, ya que en edades tempranas se requiere de exploración, interacción,

contacto y juego, además que no es una opción para los niños y niñas menores

de 3 años. Los medios de comunicación masiva, las redes sociales, las

estrategias de teleorientación o telemonitoreo pueden ser una alternativa

efectiva para acompañar a las familias. Esta situación nos brinda dos ventajas:

(1) fortalecer las habilidades parentales y mejores prácticas de crianza,

promoviendo aprendizajes para la vida, de autocuidado y prevención de la

salud; (2) mejorar la calidad de los vínculos e interacciones entre padres e

hijos, generando grandes beneficios en el desarrollo afectivo, cognitivo, físico

y social.

Los retos para la Educación Inicial:


 Generar intervenciones universales de acompañamiento a las familias, que

brinden soporte, información, fortalezca habilidades parentales para el

cuidado, los vínculos y las interacciones.

 Mejorar la calidad y el acceso a los servicios de Primera Infancia, centrados

en el protagonismo del que aprende, con materiales y espacios lúdicos, con

una perspectiva integral, inclusiva, pertinente a los diferentes contextos y

diversidad cultural, que incluya a niños y niñas con discapacidad, que tenga en

cuenta las características de las poblaciones indígenas, rurales, bilingüe y

atienda las necesidades de la población migrante, evitando que "nadie se

quede atrás".

 Pasar de las acciones sectoriales a las intervenciones articuladas,

complementando servicios educativos con atenciones de salud, nutrición,

cuidado ambiental, protección y asistencia social.

 Fortalecer las capacidades de los docentes, para "aprender a aprender" en

tiempos de cambios, para ser formadores de otros adultos (familias o

cuidadores principales), para promover investigación, innovaciones

pedagógicas y gestión educativa, para usar las tecnologías y redes sociales al

comunicar, brindar información y acompañar a las familias.

 A los docentes, nos toca el reto de entender la situación que viven sus

familias, evitando estandarizar procesos pedagógicos, proponer acciones más

individualizadas y pertinentes a las necesidades reales de sus niños y niñas. Si

bien las estrategias de soporte o acompañamiento a las familias reconocen y

aprovechan el rol activo de los padres en los aprendizajes de sus hijos,


también es importante tener en cuenta que están afrontando múltiples

responsabilidades en casa para el sostenimiento del hogar, alimentación,

limpieza, los cuidados para evitar que el virus ingrese a sus hogares, en

algunos casos pueden estar afectados o afrontando situaciones de enfermedad

o pérdida de amigos o familiares, sumado a la preocupación e incertidumbre

de la situación de emergencia, que puede afectar la calidad de los cuidados,

especialmente en los más pequeños. Hoy nos toca promover quedarse en casa

y priorizar los cuidados y las interacciones afectivas.

En tiempos de crisis las desigualdades tienden a ampliarse. La pandemia

del coronavirus (COVID-19) ha evidenciado la brecha entre aquellos sistemas

educativos que ya contaban con robustas plataformas y soluciones para apoyar

el aprendizaje remoto, y aquellos que no. Estas brechas ponen de relieve las

disparidades en el acceso a la electricidad, internet y a los dispositivos. A

pesar de que estos son considerados como los mayores retos, hay muchas

brechas adicionales que se hacen patentes ahora, incluso en los casos en los

hay una infraestructura básica disponible.

En primer lugar, COVID-19 ha expuesto una gran brecha digital en lo

referente a cómo usar la tecnología de una manera pedagógicamente relevante

para realzar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Además, observamos

una brecha digital en las escuelas, que marca la diferencia entre aquellos

centros educativos que son simplemente proveedores de contenidos, y

aquellos que pueden maximizar el aprendizaje ofreciendo mucho más que el

simple acceso a materiales educativos (en línea o a través de radio y


televisión). Esta última brecha hace referencia a si una determinada escuela

tiene la capacidad de ofrecer secuencias bien planeadas y seleccionadas de

aprendizaje digital, junto con un adecuado mecanismo de monitorización. El

énfasis debe ponerse no solo en la entrega de recursos, sino también en

generar un compromiso y proporcionar una retroalimentación activa. Es decir,

en lugar de simplemente maximizar el tiempo en línea, las y los educadores

priorizan la calidad de la experiencia de aprendizaje.

Las acciones para minimizar el impacto del cierre de las escuelas

pueden dividirse en aquellas a corto plazo (modo emergencia), y aquellas a

mediano y largo plazo (aquellas generadoras de resiliencia, recuperación y

reforma del sistema educativo). Sin embargo, en aquellos entornos de bajos

recursos, la acción de emergencia acaba por convertirse, en numerosas

ocasiones, en la solución de facto. ¿Por qué  los sistemas educativos no

podrían adoptar soluciones ya probadas, que no solamente pueden servir para

minimizar las consecuencias del COVID-19, sino también poner los cimientos

para construir una mejor infraestructura para la educación en el futuro?

Los tres ejemplos mencionados a continuación ilustran cómo reducir las

actuales y (potencialmente) las futuras desigualdades en el aprendizaje. Estos

ejemplos de experiencias educativas en distintos países han sido organizados

en tres categorías: curación y clasificación de contenidos, tecnologías

escalables y pedagogías digitales.

Crowdsourcing de contenidos, curación y clasificación:


El Ministerio de Educación de España, a través del INTEF y en

asociación con RTVE, y en colaboración con diferentes editoriales, reunieron

en un tiempo récord una amplia selección de recursos educativos para ser

emitidos en televisión, además de estar disponibles online. Los principales

pasos fueron los siguientes:

 Aprovechar el contenido que ya existe en lugar de crear contenido

nuevo. Como una primera respuesta rápida, el equipo español reunió todo

el contenido educativo que ya estaba a disposición de la administración.

Después, se invitó a los principales editores a compartir sus materiales

educativos (principalmente videos cortos). Además, se recopilarona recursos

de aprendizaje digital de otras fuentes como las redes sociales (videos de

maestros “YouTuber” populares).

 Clasificación y categorización de recursos. Dos equipos de educadores (uno

para primaria y otro para secundaria) revisaron, seleccionaron y validaron

los recursos. Este proceso no solo se centró en la utilidad de los recursos,

sino que también los alineó con el plan nacional (estructurado por edad y

materia). Dadas las circunstancias de emergencia y la necesidad de actuar

rápido, se aplicaron controles de calidad flexibles.

 Compartir los recursos utilizando múltiples canales. Los recursos educativos

se transmiten ahora cinco horas al día a través de la televisión pública (tres

horas en “Educlan” y dos en “La 2”, de RTVE) y en línea (on demand). Los

estudiantes (y los maestros) pueden ver la televisión en los horarios que

corresponden a su edad y grado, o pueden acceder a estos recursos en línea.


Hasta el momento, los resultados están siendo muy prometedores. Casi

el 40% de los estudiantes entre 6 y 10 años están viendo Educlan, llegando a

duplicar y triplicar puntualmente la audiencia del canal.

Una de las principales lecciones aprendidas es que la comunicación

constante es esencial: las instituciones públicas y privadas están en contacto

continuamente, tanto entre ellas como con las comunidades de educadores y

diferentes asociaciones (que proporcionan recursos adicionales). Los

próximos pasos serán llenar los vacíos en la parrilla de contenidos

produciendo materiales específicos que puedan faltar, así como reforzar la

interacción y participación con los estudiantes.

Más información en el podcast en el que el equipo de España comparte

su experiencia (descárgalo aquí).

Tecnologías escalables para llegar a todos:

Durante más de 50 años, México ha promovido el uso de la televisión

educativa (Telesecundaria), ofreciendo la posibilidad de aprender en remoto a

través de la televisión satelital, beneficiando a las escuelas multigrado. Este

modelo pedagógico combina videos educativos cortos (de 5 a 30 minutos),

respaldados por sesiones de clases y materiales de aprendizaje. El modelo de

Telesecundaria se ha diferenciado de otros modelos de enseñanza porque un

maestro enseña todas las materias de un grado educativo, como en la escuela

primaria, pero utilizando videos.


Telesecundaria representa 21,4% de la matrícula global de secundaria en

México (llegando a cerca de 1,3 millones de estudiantes y 72.000 maestros).

Esta modalidad es especialmente efectiva para las comunidades sin acceso

regular a internet, empoderando así a las poblaciones remotas, rurales y

marginadas. Ahora también está siendo utilizado por estudiantes en otros

países de América Central y en los Estados Unidos y Canadá.

Para encarar la crisis actual, el Ministerio de Educación de

México anunció que extenderá las teleconferencias a preescolar, primaria,

secundaria, hasta el nivel terciario. Los materiales multimedia están

estructurados por tipos de contenido y por asignatura, y se transmiten a través

de televisión gratuita y por cable (también disponibles online). El programa

incluye materiales para maestros y padres. Telesecundaria ha sido utilizada

por una organización asociada que está transmitiendo estas lecciones vía

satélite para llegar a otros países hispanohablantes.

Pedagogías digitales flexibles: 

Desde 2012, Uruguay ha adoptado un modelo innovador, conocido

como Ceibal en Inglés, para la enseñanza remota en vivo de la asignatura de

inglés como segundo idioma. El inglés se enseña en las escuelas estatales a

través de videoconferencias. El proyecto involucra a un maestro remoto y a un

maestro de aula. Cada semana, los estudiantes se conectan con un maestro

remoto que enseña sus clases a través de una videoconferencia. Dos veces por

semana, los estudiantes trabajan en tareas utilizando una plataforma de


aprendizaje en línea. Esta iniciativa se implementó en asociación entre

el gobierno de Uruguay y el British Council. Llega a 80.000 niñas y niños en

los grados 4 a 6 y a más de 17.000 estudiantes en los grados 7 a 12. Los

resultados son prometedores: los niños obtienen mejores resultados en los

exámenes nacionales de inglés.

Durante esta crisis, el programa se ha adaptado a las nuevas

circunstancias. Una combinación de videos cortos y actividades de

seguimiento se completa semanalmente utilizando la plataforma nacional de

aprendizaje en línea. Los maestros remotos trabajan con estudiantes utilizando

diferentes plataformas para interactuar entre ellos. Estas adaptaciones no se

limitan solo a las herramientas de telepresencia. Ahora, los educadores están

adaptando el contenido a los objetivos que los alumnos deben alcanzar. El

siguiente paso es adaptar las programaciones a la nueva situación: deben

asegurarse de que, además de tener acceso al contenido, el proceso de

aprendizaje también se trate de intercambios, interacciones y conexiones

humanas.

Más información: descargar el podcast en inglés.

Estos ejemplos muestran que es fundamental diseñar soluciones EdTech

escalables que puedan ofrecer un buen equilibrio entre la provisión de

materiales educativos, el acceso a mecanismos multicanal y el apoyo

constante para enriquecer la experiencia de enseñanza y aprendizaje. Los

países están adoptando estrategias flexibles para mantener el aprendizaje en


esta nueva normalidad. El apoyo y el monitoreo adecuados serán críticos para

garantizar que las innovaciones implementadas no sean solo en lo referente a

la entrega de contenido, sino que también incidan en el enriquecimiento de la

experiencia de aprendizaje. Esto ayudará a abordar la crisis, así como a crear

capacidades institucionales resilientes para enfrentar los desafíos futuros.

Finalmente, si bien las y los docentes valoran la oportunidad de estar

pasando más tiempo con sus familias están pendientes de sus

responsabilidades preparando planes de contingencia, unidades y proyectos,

coordinando entre docentes, con padres de familia y estudiantes, según el

caso, llevando cursos virtuales sobre la pandemia y conociendo sobre el

programa Aprendo en Casa, de forma “remota” a partir del lunes 06 de abril.

Al respecto la profesora Lucila opina: La decisión de no retrasar aprendizajes

(utilizando internet, televisión y radio) me parece una buena propuesta,

novedosa hasta cierto punto. Es un aprendizaje para los maestros de usar las

nuevas tecnologías y cambiar cómo enseñamos… no todos estamos en la

mejor situación de responder, pero vamos aprendiendo.

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