Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
(Reflexiones críticas
sobre la confirmación procesal)
LA PRUEBA JUDICIAL
(Reflexiones críticas
sobre la confirmación procesal)
IIron! lo blllonch
Valencia, 2006
ÍNDICE
PRÓLOGO. 9
¡:-.¡TRODUCCIÓ:\
EL COl'<CEPTO DE COi'iFIRMAClÓ/1/ y SU RELACIÓ:-'¡ CON EL vaCA-
BLOPRUEBA, 13
Capítulo primero
LOS PROBLEMAS BÁSICOS m: LA COJ\"FIRMACIÓJ\ PROCESAL
Capí/u/u se¡;u/Ulo
LOS MEmOS PARA CONFIRMAR E~ GENERAL
(C(ÍMO SE CONI'IRMA 1
l. I:-.lTRODUCClÓN _. 5J
11. LA COMPROBACiÓN (o PRUEBA PROPIAMENTE DICIIA) . 54
111. LA ACREDITACiÓN 56
l. El instrum~nl{) ............................................................................... _.. SR
2. El documento. 59
J. El monumcnto .. 59
·L El r~gi~tro ................................................................. _.. _... . 60
IV. LA MOSTRACIÓN .............. _._. 60
V. LA COl\VICClÓ:\ . 62
l. La confesión ................................. _.. _. _.. 6J
1. El juramcnto .. 67
J. El peritaje de opinión .. 69
4. Eltcslimonio .. 71
5. El indicio y la pre~unción ............................................................ _.... _. 76
A¡ El indicio ............................................................................ _.. _.. 76
í:\DIC'F.
B) La presunl·iún. 79
Capítulo tercero
LOS MEDIOS PARA CO!WIRVlAR El\" PARTICULAR
1. LA "PRUEBA" DE CO:\fESIÓ;-': . XI
l. L{)~ requisitos ............. ,.. ,.. ,.. "., ................... _.. . X2
1. La retractación. ., ... ,.. ,...................... _..... . 86
3. El valor confirmatorio ,. Xl
4. La ab~{llll(:iún de posicione~ . 90
11_ LA "PRUEBA" DE DOCUMENTOS. 93
l. Lm, requisito~ .. 94
2. El valor confinnatorio 96
111. LA "PRUEBA" DE PERITOS (O PERITAJE). 90
l. Las diferencias con otras figuras, 100
2. Los requi~itos ... "."." .. ,.. ,.................... . I ()2
IV. LA "PRLEBA" DE TESTIGOS. lOS
l. El testigo. J05
2. Lo~ requisitos .. 111
V. LA "PRUEBA" DE INFORMES. 114
VI. LA "PRUEBA" DE I~DICIOS y PRESUNCIOl\"ES . 116
VII. LA ""PRLEBA" DE INSPECCIÓN O DE RECO"'JOCIMIENTO JUD!·
CIAL. liS
Capítulo el/lirIO
EL PROCEDIMIEI\;TO CO:'olFIRMATORlO
(CLÁ:\'DO SE CO:'liFIRVlA)
L INTRODUCCIÓN, 111
11. LAS ETAPAS. 122
l. El ofrecimientu de los medio_, de confirmación. 121
1. La aceptación de los medio~ ofrecidos. 129
3. La admi~j¡ín judIcial de los medios ofrecidos .. 130
4. La producción de lo~ medio~ admitidos .. 135
ll!. LA EVALUACiÓN DE LOS MEDIOS CONFIRMATORIOS PRODU·
CIDOS ... 136
l. Por las partes litIgantes. 1::17
2, Por el juei: {qué mio/" tielle /a col1/irmili hin} 139
Al El sistema ta~ado .. 140
B) El sistem.l convictivo. 142
COI\:CI.USIÓ:\'
defensade que el proceso civi I sólo puede explicarse en lanto que garantía
de los ciudadanos en la tutela judicial de sus derechos.
La obra liene mucho que ver con la esencia del proceso que. como es
sobradamente conocido, es la prueba. No hay que insistir en que, como
decía Benlham "el alte del proceso no es esencialmente otra cosa que el
arte de administrar las pruebas", pero sí conviene resaltar cuál es la
función de la prueba en el proceso. Alvarado ha comprendido que la
obsesiva persecución de la llamada verdad objetiva es simplemente una
degeneración conceptual que ha estado presidida por una base ideológica
totalitaria que se ha manifestado primero en la función de la jurisdicción
y luego en los principios del proceso. De ahí su búsqueda de una
explicación del sentido de la prueba acomodada a una concepción
garantista del proceso.
En esa concepción ha llegado a una aportación original que responde
a la distinción entre prueba. que lo es únicamente la estrictamente
científica. la que no admite oponibilidad alguna a sus resultados. y
confirmación, que se basa en la existencia de una afinnación de hecho, de
una negación y de la confirmación dc aquella afirmación por los medios
que pueden generar certeza al juzgador. Desde esta perspectiva se trata.
pues, de asumir como esencial en el proceso la idea de la confirmación de
los hechos que se afinnan por una parte y se niegan por la otra y desde esa
perspectiva pasar a distinguir entre:
J. Lo que puede ser confirmado (ohjeTo de la confirmación).
? De dónde dehe extraerse la confirmación (júente de laconfimlación).
3. Qué dehe ser confinnado (lema de la confirmación).
4. Quiéll debe confirmar (i11C/lmhellcia de la confinnación).
5. Cómo ha de hacerse la confinnación (medios de confirmación).
6. Cuándo y dÚllde ha de hacerse la confirmación (procedimiellfo de
la confilTIlaciÓn).
El planteamiento de estas cuestiones explica el plan de la obra y las
respuestas el contenido de la misma.
°
teñida de clara de velada parcialidad? 0, sin llegar a ello, sujeta a un
cúmulo de imponderables que resultan por completo ajenos al juzgador?
Para demostrar tal relatividad, recuerdo que en el año de 1880, el
codificador procesal de Santa Fe --en la Argentina- legisló en norma
todavfa vigente: "La admisibilidad de la prueba testimonial no puede ser
objeto de controversias, Los jueces deberán decretar siempre el examen
de los testigos, sea cual fuere su opinión al respecto"-1.
¿Y qué decir de la tan fácilmente posible adulteración de documentos
escritos o de registraciones fotográficas o visuales. de fotocopias, etcé-
tera?
Como se ve, el tema es de la mayor importancia y exige una adecuada
explicación.
En el plano de la pura lógica, cuando una afirmación cualquiera (el
cielo es azul, por ejcmplo) es contestada (negada: por ejemplo, el cielo
no es azul) por alguien, pierde de inmediato la calidad de ¡·erdad
definitiva con la cual pudo ser expresada y se convielte, automáticamentc.
cn una simple proposición que requiere ser demostrada por quien desea
sostenerla) .
No puede escapársele al lector ---dados los alcances de la ciencia
actual- que, por otra parte, existen ({¡i,-maciones científicas que. al
mellos hasta hoy. son incontestahles: por ejemplo, la existencia de la ley
de gravedad, la rotación del planeta alrededor del sol. etcéteralí .
¡Cómo est¡¡ría de desprestIgiada estapmeba que fue menester ordenarle a los juece\
de~de la propia ley que no juzgaran acerca de su bondad antes de di\poner su
producción!
E~o cs. preci~amellle, una /esi.\ y una (/Illí/<'.Iis.
Cuáma~ co~as se han \uperado después de la absurda muerte de Giordano Brtlno.
mártir de la libertad de pensamiento. sacrifIcado por el o~curanti\mo medieval en ('1
.1110 dc 1600 )'<.'11 el Campa rlei Fiori, por contmdeClr la afirmación de Tolomeo que.
repitiendo 1(1 teoría aristotélica, \O~tenía que la Tierra era el centro del universo y que
un ánge1la hacía girar \obre su propIo qe cada vemti"uatro horas y d \U alrededor
dahan vuelta~ el sol y los demás planetas entonces nmocidos. El delito de Bruno. por
el cual fue condenado por la Santa Inqui,ición, consistió en so\lencrque el Sol era
el centro del universo.
16 ADOLI-'O ALVARADO VELLOSO
y herejías dicho,. y los maldigo y detesto. como en general a Iodas las demás sectas
que de algún modo sean eontrarias a lo que dice la Santa Madre Igk~ia. y juro que
en el futuro jamá~ volveré a deeir ni a afinl]¡1I" nadaque pudIera dar origen a similares
.~ospecha~. Al contrario, lo ¿enunciaré ame e~te Sanlo OfiCIO o al Inquisidor
Ordinario de! lugar. Adem¡is. juro y promelo cumplir y observar en su integridad
cuantas penilencia~ me sean impuestas y cualesqUIera otm~ que ~e me impongan por
este Santo Oficio. Así Dio~ me ayude y e<,[o~ Sanlo~ Evangelios que con mI mano
lOCO. Yo. Galileo Galiki. he abjurado. jurado y prometido obligándome a lo que
arriba digo y. en pl"lleba de la verdad de ello. con mi propia mano sm,cribo el pre~ente
documento de mi abjuración, que he reCItado palabras por palabra en Roma. en el
Convento de Santa María Supra Vlinerva. en c~te día del 22 tle jlmio de 1633'"
La historia cuenta que. al retirarse del lugar y visiblemente alterado por lo que
acababa de hacer. golpeó el pi~o con su pie y exclamó: ¡eppUi" si ml/o\"c.' (jY. si
embargo. ~c mueve!).
La novela está diagramada ..,ob[(; la Cxduslva base de distimos te,timonios. ninguno
de lo~ euale~ concuerdan entre ~i.
IR ADOLFO AL VARADO VELLOSO
'" Convertidos hoy en jueces definitivos de biS conductas de los hombres al amparo de
la notable ineficiencia del Poder Judicial cllyo~ pronunciamienlos, además, condi-
ciona gravemenle.
LA PRUEBA Jl;D!CIAL 21
b) Por otra parte. existe otra línea doctrinal antagónica que se aferra
al mantenimiento de una irrestricta vigencia de la Constitución y, con
~lla, de la del orden legal vigente en el Estado en tanto ese orden se adecue
~n plenitud con las normas programáticas de esa misma Constitución.
" Seentiende por ser solidurio el mostrar o prestar adhesión o apoyo a una causa ajena,
noción de la cual surge el .wlidurtsmlJ, considerado como una corriente destinada a
ayudar altruistamente a los demás. La idea se ha impuesto hace año~ en el derecho
penal y, particulamlente, en el derecho prOl:esal penal. donde existen aUlore~ y
numerosos jucl:es animados dc las mejore~ intenciones que, solidari7.ándose con la
víctima de un delito, (nltan de evitarle a clla un estado dc /"1'l'icrimizuC/úll que podría
operar. por ejemplo, con sólo enfrentarla al victimario. Este movimiento doctrinal y
judicial se ha extendido t¡¡mbién hacia los procesali~tas que openm en el campo de
lo civil. donde ha ganado numerosos y apasionados adeptos. Reconozco que la idea
y la bandcraque ellos despliegan son realmente fascinantes: se trala-nadamenos-
que de ayudar al déhll. al pobre, al quc se halla malo peor defendido, etcétefll, Pero
cuando un juez adopta esta postura en el proceso no advierte que. automáticamente,
deja de lado lo que siempre ha de ser irrestricto cumplimiento de su propio deber de
imparcialidad, Y. de e~la forma, vulnera la igualdad procesal.
Se entiende por decisionismo el movimiento formado por ciertos jueces solidarislas
que resuelven los litigios que le~ son presentados por los interesados a base exclusiva
de sus propios sentimientos o simpatías hacia una de las partes, sin sentirse
vinculados con el orden legal vigente.
22 ADOLFO ALVARADO VIiLLOSO
" ¿Cómo pu~de comprellocr (:.'Ste ocsfas<..' un alumno de Derel:ho'.' ¿Cómo ~xplil:al'le
que el juezde In penal. que m¡¡nej¡¡ derechos no disponibles, /10 puede salir a j1/'o!Ja/"
a ji/l'o)';Ie lI/W de las parles en lalllo que el juez de lo ,¡vil. que habitu¡¡tmenle ~í
man~ja deredlOs disponibles, /10 sólo puede sil/O 411(' debe .\U/II' a p/'Oha/" (lflll'o/' de
/lila -" 1'1/ (OI/1I'U de O/ni de /(1,1 par/es procesa/e,I'" ,-,No se ve que ~slú, además d~
Ilegítimo. C'i ab~olUlamente esquizofróm:o'?
24 ADOLFO AI.VARAOO VELLOSO
Vcr<:ilucnnota7.
LA PRLEBA JUDICIAL 25
menos que, en lugar de ser la Verdad, ambas sean la simple ~'erdud de cada
uno de los juzgadores (en rigor, sus \'erdades, que pueden o no coincidir con
la Verdad).
Adviértase que, desde esta óptica, la verdad es un mio/" relati!'o. De
tal modo. lo que es justo para uno puede no serlo para otro o lo que fue
justo en el pasado o aquí puede no serlo en el presente o allá 17 •
En otras palabras, hay tantas ¡'('rdade,l' como per,\"{Hlus prerenden
defll1irla.l·j~ (recuérdese, por ejemplo, que Aristóteles justificó laesc1avi-
tud. ¿Quién piensa lo mismo hoy?).
Sentadas estas ideas básicas para la plena comprensión del tema, sigo
Jdelante con su explicación,
Es dato conocido por todos que la serie procesal comprende cuatro
pJsos: afirmación, negación, confirmación y emll/ación (o conclllsión).
Se sabe también que el desarrollo de tal serie sigue un orden estricta
~ puramente lógico, por lo que resultaiI11'ariahle(nopuedecomenzarcon
IJ etapa de negación ocon lade confirmación, por ejemplo) e illmodifil'ah/e
I \?n orden a mantener los principios que hacen a la existencia del dehido
proceso, no puede eliminarse alguna de dicha:'. etapas, lo que desgracia-
damente ocurre en la Argentina, donde se sacrifica la seguridadjurídica
para lograr -ilusoriamenle- imayor celeridad procesal!).
En razón de que el objeto del proceso es la sentencia, en la cual el
juzgador debe normar espec(ficamellle (aplicando siempre la ley preexis-
tente o creándola al efecto en caso de inexistencia) el caso justiciable
presentado a su decisión, parece obvio señalar que debe contar para ello
con un adecuado conocimiento del litigio a efectos de poder cumplircon
su deber de resolverlo.
Por cieno, todo litigio parte siempre -y no puede ser de otra manera-
de la afirmación de un hecho como acaecido en el plano de la realidad social
tporejemplo: levendí aJuan una cosa. la entregué y nome fue pagada; Pedro
me hurtó algo), hecho al cual el actor (o el acusador penal) encuadra en una
norma legal (quien compra una cosa debe abonar su precio; el que hurtare ... ).
Y. a base de tal encuadramiento, pretende (recuerde el lector que -
lógicamente- no puede haber demanda civil ni acusación penal sin
pretensión) el dictado de una sentencia favorable a su propio interés: que
el juzgador condene al comprador a pagar el precio de la cosa vendida o
a cumplir una pena ..
Insisto particular y vivamente en esto: no hay litigio (civil o penal) sin
hechos afirmados que le sirvan de sustento.
De tal fOlma, el juzgador debe actuar en forma idéntica a lo que hace
un historiador cualquiera para cumplir su actividad: colocado en el
presente debe analizar hechos que se dicen cumplidos en el pasado.
Pero de aquí en más, las tareas de juzgador e historiador se diferencian
radicalmente: en tanto éste puede darse por contento con los hechos de
30 ADOLfO AL V ARADO VELLOSO
Con esta aseveración queda fuera del campo confirmatorio todo lo que
sea ley en selllidolórmal y a partir de la fecha de su vigencia (es decir, toda
nOlma que ha cumplido el trámite constitucional relativo a su sanción,
promulgación y publicación).
Tal ley se supone conocida por todos -sin admitir prueba en contra-
ri0 2o_ y, particularmente, porel juzgador. para quien rige en este aspecto
la regla procesal iura nm'it curia! (el juez conoce el derecho).
De este modo, constituyen ,'erdaderas hechos a los fines confirmatorios
todas las expresiones de la ley en semido material no formal: las
resoluciones generales no publicadas en el Boletín Oficial respectivo, las
ordenanzas municipales, los convenios colectivos de trabajo, los usos y
la costumbre. etcétera y, por supuesto, la ley extranjera en cualquiera de
sus formas,
Claroestá: estoque puede ser confirmado 110 siempre dehe serlo. Para
elucidar sobre qué debe versar la confirmación, hay que desarrollar el
punto siguiente.
., ¡ Hechus nidentes
Son los conocidos por lodos los integrantes de una sociedad dada y
...¡ue. por ende. integran el conocimiento propio del juez producido por el
,lIario vivir como integrante de aquella. Por ejemplo. nada hay que
IU~lificar para sostener que durante el día se tiene mejor visión que por la
noche. en la cual los objetasen general se ven con mayor dificultad, o que
~'n el invierno hace más frío que el verano (por supuesto, es lema de
~'onfinnación la alegación contraria).
En una socicdad dada, son los que conforman un nivel medio genera-
lizado de comportamiento entre los coasociados, que permite al juez-
C) Hechos notorios
" RealmenlC no lo es sino que se presenla como ambigua y con cOnlenido~ no siempre
comprensibles. Se trata de un concepto tomado de antiguos brocárdicos (non11(l1-
mente no romanos. sino propio de lo~ glo~adores) y traídos al relativamente moderno
derecho procesaL donde se aceptan sin mayor rigorismo técnico.
LA PRUEBA JLDlCIAL 35
E) Hechos negativos
Son los que importan la alegación de una omisión o de una calidad o
cualidad negativas.
Por ejemplo,
la afinnación de que una letra de cambio no fue presentada al cobro
por su tenedor (afinnación de omisión), o
36 ADOLFO ALVARADO VELLOSO
y cuando las leyes generan una carga confinnatoria de este tipo. resulta claro que e~
de cllm/JlimielllO imposl/)/e.
En esta línea legislativa está. por ejemplo. el Decreto·Ley 5Y65/ 63 (incorporado al
Código de Comercio de Argentina) que. al establecer la posibilidad de que Ulla letra
de cambio se emita con la cfáU9t!a SIII profl'.\·lo, añade en su artículo 50: "Esta
cláusula nO libera al portador de la ohligación de presentar la letra de cambio en los
ténnino~ prescritos ni de dar los avi~os cOITespondientc" La prueha de la illohser·
I'ancia de los términos incumhe a quien ro Im'oca en conlra de/ portador'".
¡.CÓmo puede hacerlo? ¿Y si el documento es pagadero a la vista? ¡.Y si. además. debe
ser pagado en cl domicilio del acreedor. cosa 4uc es corriente en la operatoria
bancaria adual"!
38 ADOLFO ALVARADO VELLOSO
y es Ljue ---{;omo ya ~e ha visto en el texto- hay hechos que 110 pueden ser
confinnados: cuando yo afinno en un proceso: por ejemplo, que SOl' so/tero y ello
es negado por la contraparte. no hay fomlu de acreditarlo. Por lo contrario, podrá
hacerse respecto de los otros estado~ civiles (casado. viudo, divorciado. separado)
con la mera exhibición de la partida re~pectiva, pero nunca de la soltería.
Ver la nota 23.
42 ADOLFO AI.VARADO VELLOSO
A) Hecho constitutivo
B) Hecho extintivo
C) Hecho invalidativo
D) Hecho convalidativo:
Es el que afirma todo aquél contra quien se ha opuesto un hecho
invalidativo de un hecho extintivo de un hecho constitutivo.
Por ejemplo, si en el caso recién relatado, Juan reconoce haber pagado
a un tercero y afirma que, a la postre, éste entregó el dinero al propio Pedro
--con lo cual recibió finalmente su acreencia- parece claro que la
invalidez del pago ha quedado convalidada.
De modo similar al expresado antes, aquí Juan habrá de confirmar sólo
el hecho convalidativo, quedando lodos los demás fuera de la tarea
confirmatoria. Y resultará con ello que ganará el pleito si logra hacerlo y
lo perderá en caso contrario.
(Sé que a esta altura de la explicación ella se asemeja grandemente a
una suerte de extraño trabalenguas. Pero insisto con la buscada repetición
de palabras pues creo que de tal forma ayudo a que el lector fije
definitivamente el concepto).
E) Hecho impeditivo
Es el que afirma una parte sosteniendo la ausencia en el hecho
constitutivo o en el hecho extintivo de alguno de los requisitos generales
que son comunes a todas las relaciones jurídicas (por ejemplo, la
capacidad de las partes, la libertad con la cual fue expresado el consen-
timiento --cuando éste es necesario--, la existencia de vicios del
consentimiento, la ilicitud de la causa obligacional, etcétera).
Similarmente, es el que refiere a la ineficacia del proceso como medio
para debatir en él la pretensión (por ejemplo, se afirma que el juez
actuante es incompetente, que el actor carece de personalidad, que la
demanda es oscura, etcétera).
La carga de confirmar este tipo de hecho pesa exclusivamente sobre
la parte que lo invocó.
Con toda esta compleja elaboración para determinar con precisión a
quién incumbe la carga de confinnar en el proceso, se ha llegado a
establecer desde la propia ley un claro criterio objetivo que indica al juez
46 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
-acreedor. por ejemplo- e~tá seguro de que no logrará una autoeomposieión con
el resiste!l1e ---deudor. que en el ejemplo afirma que pagó--- no tiene má~ remedio
(recordar que ésta es la úhima alternativa pacífica) que conctllTir al proceso (para
ello, debe pagar honorarios de abogados y carísima~ !aSilS de justicia), donde el
deudor, ahora demandado. vuelve a oponerle la mi~ma tenaz oposición que a!l1es,
afirmando haher hecho -por ejemph- un pago que no existió en la realidad de la
vida.
Como puede aceptarse fácilmente a esta altura del relato. el actor piensa con vi~o,
de ra7.0nabilidad comprensible en destruir para siempre a su demandado y deudor
impenitente. En tales condiciones, ¡.cómo puede serIe exigido que colaoore solida·
riamente con ~lI enemigo y. que si no lo hace, se considere que hacaídoell inconduct<l,
procesal'!
Lt\ PRUEBt\ JLD1Clt\L 49
!'I
Esto no podría decir~e ~eriameme al día de hoy.
52 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
.JI!
Por supuesto. descarto --en homenaje a la seriedad con la cual deben emitirse los
argumentos jurídicos- que el fiscal es /jna parle pror·¡>.ml y, como tal, parcial.
Durante varia~ décadas. los argentino~ hemos repetido como clara obviedad y hasta
el cansancio las enseñanza~ de ilustre maestro: el jiscal es la parle imparcial del
proCI'SO pl'/wl. ~in advenir quc ello no es más que una cOrUradinio in {aminis.
En efecto: sostener que hal· l/na parte imparcial es negar por el adjetivo la esencia
del sustantivo. Es como decir lo h/jeno malo o lo bellofl'/!.
Quien actúa como fiscal puede ser ohinim y no tener imeré.\ personal en lograr una
condena (en otro~ término~, ganarle a su contrario: el acusado) pero debe ostentar
siempre ¡merés fl/ncumal (base elemental de la acusación).
Claro está que IOdo~ estos dislates se dan e;<;dusivamente en el sistema inquisitorio.
En el acusatorio puro. y con un sistema de oporlllnidad y no de estricta ¡exalidad para
decidir si se hace o no la acusación, por lo contrario, no se justifica en modo alguno
el caráClcr dI' imparcial que debe os/elllar la parle p/"Oce.\(/I.
Simplemente. ¡no acu~a si cree que no debe hacerlo pues perderá cllitigio!
Capítulo 2
1. INTRODUCCIÓN
11. LA COMPROBACIÓN
(O PRUEBA PROPIAMENTE DICHA)
Castizamente. comprohación (sustantivo que implica el resultado de
comprobar) es lo que se !wc(' para re\'isar o confirmar un hecho o dalo
o lI/W teoría aplicándola ell experimentos o casos concreTOS.
LA PRUEBA JLOIClAL 55
III. LA ACREDITACIÓN
El vocablo acreditación -utilizado en el sentido que se le da en esta
obra- es un neologismo que implica la sustantivación del verbo acredi-
tar (hacer digno de crédito. probar la certeza de alguna proposición y,
LA PRLEBA JUDICIAL 57
L El instrumento
Es el medio de acreditación mediante el cual se plasman por escrito y
en forma original e indubitable las conductas constitutivas de relaciones
jurídicas o de las que se vinculan con ellas,
La idea de instrumento está estrechamente ligada a la defe pública y.
por ende. a lo que es fehaciente, que comprende la dación de fe, la
('erllfi('ación y la autenticación,
Por ello, ejemplos de instrumentos son las escrituras públicas, los
protocolos (notariales y judiciales j, los expedientes y las actasjudiciales,
la ('()rrespondewia oficial, los asiellfos en libros de los corredores. los
libros de regístración de 11I00'imientos administrativos o judiciales, las
acciones de las compañías autorizadas para su emisión, los billetes,
libre/as y toda cédula emitida por los bancos, etcétera.
Como se ve, el instrumento -por definición- es siempre auténtico,
cualidad que, en la terminología tradicional, la tiene sólo el documento
público y alguna veces, cumpliendo ciertos requisitos, también el docu-
mento pril'Gdo, Volveré sobre el tema luego.
LA PRLEBA JUDICIAl. 59
2. El documento
Esel medio de acreditación mediante el cual se representa por escrito
°
la materialización de un pensamiento la descripción de circunstancias
de las que alguien cree conveniente dejar memoria. En ambos ca<.;os, la
escritura puede ser hecha con signos cOlTientes o convencionales.
Ejemplos de documenlos son todas las representaciones escritas que
contienen declaración de voluntad y que no constan en instlllmentos
(testamento ológrafo, facturas, recibos. presupuestos, promesas de
pago, recol/oclmientos de derechos, etcétera) y las cartas privadas, los
libros de comercio que no son \levados conforme con la ley, etcétera.
Así concebido, el documento es siempre privado e inauténtico y, por
ende, no creíble. Sin embargo, la credibilidad se logra con su reco/loci-
miento por la persot¡a COllfra quien se opone. Ya volveré sobre el tema.
3. El monumento
Es el medio de acreditación por el cual se representa la materialización
de un pensamiento mediante formas o fif?uras a las cuales la ley {) la
costumbre les asigna un preciso significado.
Adviértase la diferencia con el instrumento y el documento: en tanto
éstos sicmpre son escritos, el monumento puede no serlo y, generalmente,
no lo es.
El mundo real-más allá del jurídico-- muestra enoone número de
monumentos con preciso significado para el común de los hombres:
alambrados. bordes, ("ercos, demarcaciones, límites de bosques, mojo-
nes, seiiales, surcos y zanjas; bosquejos, diagramas. dibujos, signos,
precintos y tarjas; logotipos, marcas de fábrica y marms y senales de
ganado; árboles genealógicos, .\"CIlales de tránsito, etcétera.
Parece obvio sostener que tan importante número de cosas para el
desenvolvimiento de las relaciones humanas, no puede quedar aprisiona-
do dentro de la denominación tradicional del vocablo documento que
utiliza habitualmente la ley.
60 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
4. El registro
Es el medio de acreditación por el cual se captan técnicamente
expresiones del hombre o de la naturaleza en general y las apariencias
mismas de las cosas, cuya materialización se hace de fonna tal que puede
ser perdurable y utilizable o reproducible a voluntad.
La vida actual nos muestra un sinfín de ejemplos del tema en cuestión:
copias en Kcneral: grabaciones y discos en general: electrocardioRra-
mas; huellas de personas, animales y cosas; negatil'Os forográficos y
fílmicos.fotografías y radiografías: re¡.;istros de I'oas. de sonidos. de
luminosidad, de electromagnetismo, deforoquímica, de dactiloscopía,
lodo el amplio mundo de la computación y el de las nueras tecnologías,
eIcétera.
Nada de ello es escrito. Por tanto, un registro no puede ostentar la
categoría de instrumento ni la de documento. Y tampoco se materializa
por medio deformas () figuras, por lo cual no puede ser monumento.
Como se ve, configura una categoría diferente y propia dentro de los
medios de acreditación (nadie duda de que una fotografía algo acredi-
ta ... ) que hasta hoy no ha sido convenientemente legislada.
Si se estudia con detenimiento la mayoría de los códigos vigentes, se
advertirá que ninguno de ellos se ocupa adecuadamente de este tema, que
se incluye tácitamente dentro del rubro correspondiente a documentos
escritos, cuya normativa es asaz insuficiente al respecto.
IV. LA MOSTRACIÓN
El vocablomostran'ón esotro neo!ogismoque implica la sustantivación
del verbo mostrar klponer a la risfa o dejar ¡'el') y que, en términos de
LA PRUEBA JCDlCIAL 61
V. LA CONVICCIÓN
Castizamente, el vocablo convicción significa seguridad de algo que
parece lógico raciona/mellle. Psicológicamente, es elIellómeno interno
que se produce en la mente del juzgador que posihilita fa inclinación de
Sil ánimo hacia la aceptación como prohahle de una afirmación ("se
convence de ella") que /lO es comprohahle ni ({creditahle.
En otras palabras: se utiliza la convicción cuando hay ausencia de
otros medios de mayor gradación en el campo de laconfinnaciÓn. Es, por
tanto, el menos importame de todos los que he presentado hasta ahora.
y es que la cOl1vicción---que se encuentra vinculada siempre con un
régimen de derecho libre y que opera cabalmente en el sÍSlema inquisi-
tivo- se presenta como un medio confirmatorio puramente subjetil'o que
se aparta de la ohjetll'idad manifiesta propia de los medios de comproba-
ción y de acreditación. De ahí su larvada peligrosidad.
No obstante eso y, además, siendo extraños a lossislemas acusafOrios
que rigen en América latina, los medios de convicción son los que más
se usan en la tarea de confirmar procesalmente pues, a todo evento,
permiten la reflexión indiciaria que puede generar una presunción hominis.
Ya me referiré luego al tema.
Y es que si bien el juez (especialmente. el de lo penal) no debe
sentenciar sólo a base de la confesión del interesado, si está convencido
de su sinceridad la tomará como un indicio que, al ser valorado con otros
varios más en las condiciones que luego explicaré, permitirán fundar
adecuadamente su pronunciamiento.
Los medios de convicción. finalmente y reiterando conceptos ya
expresados supra. son los que el juez puede
• oír (declaración de las partes procesales -conFesión y jU/'al1len-
lO- y declaración de terceros que no son partes procesales -
peritaje de opinión. testimonio yfama pública-).
• ,'el" (documentos simples comprobados por testigos) y
• razonar (indicios).
TraEaré a cada uno de ellos desde una óptica general. Más tarde se
verán en particular.
LA PRUEBA JLDlClAL 63
1. La confesión
acorde con el mandato constitucional que asegura que nadie puede ser
ohli¡.:ado (J declarar en contra de sí mismo.
Desde que ello ocurrió, dejó de cumplirse la práctica del juramento en
forma previa a la declaración penal. Sin embargo. continuó siendo
exigido en el proceso civil (en verdad, hasta el día de hoy toda posición
que debe ser absuelta en la prueba de confesión se redacta tontamente con
la fórmula ...jure como es cierto que ... ).
Pero como ya no existe el delito de perjurio, la mentira es fácil y sin
consecuencias disvaliosas en el proceso de contenido pretensional civil.
y ahora nos quejamos -ahsurdamcntc- de que los pleitos se chicanean
con la mentira constante del demandado impiadoso y nos enojamos
porque esto ocurre ...
Pero nos quejamos mal. Parece obvio que si nadie está ohligado a
declarar en contra de sí mismo y. en esta tónica, el imputado penal puede
ahstenerse de declarar sin que sufra efectos contrarios a su propio interés.
es ahsurdo y contrario al orden constitucional que se pu.eda exigir
judicialmente que el demandado eh'i! declare en conlra de sí mismo y se
le apliquen gravísimas consecuencias en caso de inasistencia a la respec-
tiva audiencia o de silencio ante las posiciones o preguntas que se le
formulan-'5.
y esto es así en LOdos los códigos del continente que siguen la impronta
del derecho español en la materia penal. No ocurre lo mismo en los países
que responden al sistema del common la ..... En ellos, nadie puede exigir
en proceso penal la prueba de absolución de posiciones (provocación de
la confesión) a su oponente.
Por el contrario. cada parte es libre de decidir si ha de declarar o no en
el proceso. Nótese bien que. en tales condiciones, si la parte declara es
porque espontáneamente así lo quiere. Insisto: nadie puede generaren su
contra la carga de hacerlo.
2. El juramento
Es éste un medio de confinuación que, no obstante su glorioso pasado,
se encuentra actualmente cn desuso, salvo algunos casos excepcionales
que sólo sirven para confinnar la regla. No obstante ello, en razón de que
creo necesario que el lector comprenda cuál fue el exacto carácter
confirmatorio de este medio en orden al sistema en el cual se utilizó, daré
precisa noticia de él.
Se entiende castizamente por juramento la afirmación o negación de
alguna cusa pOlliendo por testigo a Dios en si mismo o en una de sus
criaturas.
Recurrentemente, la Ley de Partidas J6 lo definió como "averigua-
miento que se hace nombrando a Dios o a alguna otra cosa santa sohre
lo que alguno afirma que es así o lo niega".
Del mismo modo, la doctrina lo consideró como la invocación tácita
() expresa del nombre de Dios -como verdad primera e infalible-
poniéndolo por testigo de la certeza de lo que se declara 37 .
sentido musical, recrea la antigua leyenda wbrc el Cristo de la Vega. Puede ser leído
en intemel buscando por el nombre del autor.
Conocido antiguamente como jI/n/melITo de calumnia. es d que hacían en JUIcio
tanto el actor como el demandado. cl primero diciendo que no entablaba su
pretensión y el .<,egundo que no oponía su excepción por calumniar o vejar al
adversario, sino por la confianza que tenían en la r.u.ón, derecho o ju~licia que les
asistía.
También se lo conoció comoJum de mancuadra. por la semejanza metafórica que
dehe tener con la mano, que es e/mdruda y acahada y , como ¿sta se compone de cinco
dedos. el juramento dehe nmlener cinco reqUIsitos: 1) que no ~ in icia malic iosamen-
le la demanda o la defensa. sino para oblenero defender un derecho: 2) que ,iemprc
que sea preguntado acerca de los hecho~ litigiosos. dini la verdad. ~in mezcla de
mentira. fal~edad oengai'ío: 3) que no dio m prometió. dará ni prometerá cosa alguna
al jue¿ o al escrihano; 4) que no se valdrá de pmebas. testigos ni instrumenlos fal,os:
5) que no se pedirá plazo con el malicioso fin de prolongar cl pleito.
Ley 2, Título XIII. Purtida 111.
LA PRUEBA JUDICIAL 69
3. El peritaje de opinión
Denomínase pericia la habilidad y destreza en el conocimiento de una
ciencia, técnica o arte, o en el desarrollo de una actividad, que tiene una
persona denominada perito que actúa judicialmente haciendo informes (que
se denominan perÍlajes o peritaciones) respecto de un tema litigioso para
ilustrar al juez en su actividad de emitir la sentencia que debe resolverlo.
Ya se ha visto antes que el medio de confirmación denominado
comprohación es conocido habitualmente en las leyes con el nombre de
prueha pericial, informe de peritos o prueha e.\perticia, la que no siempre
ostenta en la realidad ese carácter absoluto que le otorga a su resuItadoel
conocimienlo científicO actual.
Antes bien, sostuve que, al lado de este peritaje que realmeme prueba,
hay otras que sólo reflejallulla opinión de alguien que está o se presume
que está ca/!ficado para darla.
". Ley 2, Títu!o XI. Partida 111. Con el tiempo. este juramento deferido por el jUC7_ fuc
~uplantado por las medidas para mejor proveer. Como se ve. diferentes com:epcio-
nes de! proceso: primero. como mélOdo: luego. como mera.
70 ADOLFO ALVARADO VELLOSO
" Sonado caso penal ocurrido en el sur de la Provincia de Sama Fe. Argentina, en el
año de 2000.
Opinar significa expresar llna oplllión que, a su tumo. es concepto o parecer que ~e
tiene acerca de una cuestión. de donde deviene opina/JIe. que admile opinione~ en
contra y a favor.
LA PRUEBA JL:D1CIAL 71
4. El testimonio
La palabra testimonio refiere a la declaración, afinnación o explica-
ción que da una persona llamada testigo en el acto de atestiguar ()
testimoniar en juicio que le es ajeno 4 .1 respecto:
Sin perjuICio de lo que diré luego en el texto, hace a la esencia del teslimonio que el
que dec laT¡¡ en calidad de testigo no ~ea partc en el proceso en el cual alguien imemará
hacer valer su narración.
72 ADOLFO ALVARADO VELLOSO
'" La doctrina tradicional in~iste en que eltesligo haya percibido los hechos por su vista
osu oídoyen que los hechos sobre losquc dcponcsean pasados. Estoes de manifiesta
inexaelimd y peca por defel:to. El testigo pudo haber gU.I"/ado. olido o locado. por
ejemplo, y e!loescapa a ladefinición tradicional. Adcmás, cs posible dedarar acerca
de hechos que. aunquc comen/.ados a Ol:urrir en el pasado, hoy siguen ocurriendo en
el presente. SI hien entonces lo más adecuado es acudir al medio del reconocimiento
judicial.
De ahí la importancia de la valoración que el jue¿ haga sobre ese testimonio, no
dejándose inlluenciar por la~ opiniones propias deltcstigo.
Si bien es muy antigua la l:onfinnaciún testimonial, de hecho perdiÓ valor en la Edad
Mcdia al darse especial relevancia al jllramemo, al juicio de Dios y a la~ ordalías.
Cuando reapareció en el mundo jurídico al l:aer aquéllas en desuso, comen¿ó a lener
variadas restril:ciones respeclo de la existencia y del valor de las obligaciones, l:omo
se advierte en numerosos ordenamiento~ históricos que l:ulminaron con el contenido
del arto 1341 del Código Civil francé~, en te~itura que repiten todo~ los l:ódigo~ que
reciben su inlluencia: por ejemplo el ano 1193 del Código Civil argentino. En
definitiva. una muestra más de la relatividad de este medIO y de la desconfianza del
legislador en su resultado.
74 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
Insisto finalmente en que la captación del hecho por parte del testigo
pucde ser realizada con los cinco sentidos. Así, puede atestiguar que ha
visto una puesta de sol, oído un ruido detenninado, tocado la aspereza de
una tela, gustado una comida con demasiada sal y olido los efluvios de
una sustancia nauseabunda.
La amplitud que en este sentido tiene un testigo no la posee un dador
de fe pública, que sólo debe limitarse en su tarea a lo que puede ver y oír,
según se acepta desde antaño.
Cuando e~to ocurre. el valoreonfinnatorio de [¡¡I documento ese! mismo 'Iue merece
al juez el te~ligo que lo reconoció.
76 ADOLFO ALVARADO VElLOSO
5. El indicio y la presunción
A) El indicio
Denominase indicio~o a un hecho51 conocido (el indiciario o el
indicador)52 a partir del cual se razona ~por inducción'3, deducción-'i4 o
'" La palabra indicio proviene dcllatín indicium, derivación de índicere: indicar, hacer
conocer algo.
Se utiliza la palabra h('(ho en ellal0 sentido de cualquier hecho_ humano o de la
naturaleza, físico o psíquico, siempre que de él pueda obtenerse un argumento que
sirva para aceplar razonadamente la exi.~tencia de otro hecho no eonfinnado.
No impona al efecto el medio confinnatorio por el cual el juez lo conoce: un
testimonio, una confesión. etcétera.
Se entiende por inducción el método de ra/.onamicnto que consiste en partir del
estudio y del análisis de datos particulares conocidos y avanzar lógicamente hasta
LA PRUEBA JUDICIAL 77
Aunque la palabra mrio significa diferente, diverso o no igualo que está compuesto
por una diversidad. cuundo ~e usa en pluml-vario~- semánti¡;umente equivale a
alglll10s o a 1I/1OS (l/11I110S
Confieso que he pensado mucho para estahlccer este número. al que ~eñalo como
mínimo para poder oblener Ulla presundón. Y lo he elegido puei, ¡;reo que ¡;on él <;e
respetan los elementos necesarios para la operación lógica que conlleva de la cual
pueden na¡;er la inducción, la deducción y la ahducción: el caso, la regla y el msgo
{Ver notas 53. 54 Y 55).
Esaquél mediante el cual las parles intervinienlesen un documenlOanlenordec!aran
que su contenido no es sincero.
LA PRL:EBA JlJDICIAL 79
B) La presunción
Se entiende por presumir(depra:sumere, conjeturar, sospechar, tener
por cierto) la admisión de la certeza de una cosa sin que esté probada o
sin que le conste a quien presume. En el derecho romano antiguo se
empleó en el sentido de creencia, suposición u opinión y se relacionó el
vocablo con el de prohare, configurando el concepto de una hipótesis que
sc tiene porcicrta mientras no se destruya con una prueba en contrari061 •
Si bien se mira, presumir es igual a ausencia de necesidad de prueha. Y
ello tiene, obviamente, estrecha relación con las reglas de la carga de la
prueba, de las cuales son claras excepciones los hechos presumidos (no
hay carga de probarlos).
Recién en el derecho canónico aparecieron las verdaderas presuncio-
nes -las que no admiten prueba en contrario--- y, al desarrollarse los
estudios sobre la prueba judicial, se generalit.ó la tendencia de sustituir a
los indicios por las presunciones legales, aceptando ahora la posibilidad
de prueha en contrario.
De tal forma, el tema se estudia desde siempre con una triple óptica:
prlEsumptiones jllris et de jure (presunciones absolutas o de pleno
derecho), pra:sumptiones juris fanfum (presunciones relativas) y
pra:slImpliones facti (presunciones emergentes del análisis de vanos
hechos indiciarios y que, obviamente, también es relativa)6!,
I. LA "PRUEBA" DE CONFESIÓN
E~ta ohra no es un Trullldo que pretenda explicar norma positiva alguna. razón por
la cual hay temas propios de cada legislación que no están aquí desarrollados. Me
ocupo sólo de los aspecto~ legales que ~e presentan como asi~témicos con la idea de
presentar alleclor un verdadero s!stema que permita armonizar cada institución con
el concepto de (/¡'hido prol"l'.\"/}.
82 ADOLFO ALVARADO VELLOSO
1. Los requisitos64
Numerosos son los autores que se han ocupado de estudiar el tema
relativo a la prueba judicia165 • A mi juicio, quien mejor ha logrado
El tema preocupa al legislador de~de antiguo. Ya las Partidus (Ley 4. Título XIlI.
PartIda 111). completada por la glosa de Antonio LÓPEZ en 1555. regulaban
LA PRUEBA JUDICIAL 83
Son:
• estar contenida en la declaración de una parte procesal origina-
ria óB o sucesiva69 ,
• hecha en persona () por un tercero que esté expresamente autoriza-
do para efectuar la confesión a nombre de la parte procesal;
• que, en fanTIa expresa (no implícitamente 70) y terminante.
• tenga como objeto hechos personales del co1lfesante o el conoci-
miento que él tiene acerca de hechos ajenos
• y que. al aceptarlos. seanjavurables a la parte contraria;
• finalmente, debe ser \'o/untaria71 y cO/lsóente7'2, por encontrarse el
declarante en condiciones de saber laque hace y querer hacerlo. De
Se trata. así de simple. de una aplicación más de la teoría del ji-wo del árbol
el/rellenado que <.:onvierte en i1í<.:ito a todo medio no producido en condiciones de
absoluta regularidad legal.
En gener¡¡L.<,!J resultado no debe ostentar ninguno de los conocidos <.:omo l'icios de
la m{¡m/ml.
Es dc<.:ir.la lIamad¡¡ aunque impropiamente Il'gitima/io ad pro/"essum que le permite
obligar:se por sí mismo en el proceso.
No pueden ~ersujeto~ activosde la <.:onfesi6nen la Argentina: lo~ incapaces de hecho
del Código Civil, los fallidos y conCllrsados respecto de los hechos relativos a lo~
bienes de los cuales fueron desapoderados, los mhahilit¡¡dos a los que refiere el arto
152 del Código Civil y los penados (Código Penal. 12).
Es decir, adecuada y con las condiciones nece~arias para lograr resultado.
n Se trata de que la ley acepte la posibilidad de I.:(mfcsar un hecho determinado. A
veces. alguna norma prohíbe este medio: en el anterior régimen de divor<.:io no
86 ADOLf'O AL VARADO VELLOSO
2. La retractación
En principio, y como corresponde a la seriedad que debe ostentar todo
acto procedimental, las leyes ordenan en general que la confesión es
Cuando el litigio versa ~obre cuestión de orden público -por ejemplo. pretensión
de nulidad de matrimonio-- la confesión no es aceptada por la ley como medio de
prueba directa para acreditar el hecho en di~cu~ión.
", Ver el concepto de pertinencia en el CapÍ!ulo Cuarto.
". Que no ~e opong¡¡n al principio lágico de nmtradiccián.
Que no se opongan a las leyes constantes de la naturaleza.
Que no se opongan a una presunción legal absoluta o al efecto de caso jU7.gado en su
contra.
Mucho se ha escrito sobre el tema. no ~ólo para defimrlo ~ino también para saber ~i
son o no m¡¡teria de prueba cuando se Irat¡¡ de las que utiliza un testigo o un perito.
Acá empleo el vocablo en el antiguo ,entido doctrinal de "reglas hipotéticas dc
contenido general que sirven para la deducción de un hecho desconocido a partir de
un hecho conocido", que e~ básicamente la definición de Stein.
Por cierto, en nonnativa quc no otorgue a la eonfe~jón el carácter de ~uma prueba.
Se discute doctrinal mente acerca de si es menester que el jUCL sea competente. Yo
evité su mención entre lo~ requj~ito~ detallados en el texto pucs no la eomidero
relevante.
LA PRL:EBA JUDICIAL 87
3. El valor confirmatorio
Desde antiguo se otorga a la confesión la máxima calidad probatoria
del hecho confesado, respecto del cual se releva todo otro medio confir-
matorio~9.
:3) que sea hecha por quien carece de capacidad para realizar los
hechos sobre los que versa y
4) que se acredite de modo indudable que ha sido resullado de un en"or.
De cualquier modo, resta aún explicar que, al momento de efectuar la
valoración de la confesión, el juez debe tener en cuenta el total de los
dichos del confesante cuando hace alguna aclaración, oplicaciól1,
adición o mod(ticación al hecho confesado.
Como muchas confesiones muestran esta modalidad, es importante
saber qué debe hacer el juez cuando está frente a ellas.
Esto genera una nueva e importante clasificación de la confesión en
simple, calificada o cual(ficada. compleja y compuesta.
Las explico:
1) Confesión simple
En este tipo de confesión, cI declarante se limita a confesar el heeho
que lo perjudica. Por ejemplo. dice: si, recihf de Juun la suma de cien
pesos en calidad de mutuo y el plazo para devolver/o está \'encido (por
tanto, le deho).
3) Confesión compleja
En este tipo de confesión, el declarante confiesa el hecho y la causa
jurídica de la obligación alegada por el acreedor, pero le añade alguna
circunstancia relevante para poder resistir a su cumplimiento. Por ejem-
LA PIWcBA JeD1CIAL 89
plo, dice: sí, reciM de Juan la suma de cien pesos en calidad de mutuo,
pero aún no está I'encido el plazo que me otorgó para dem{¡'erlo (por
tanto, huy no le debo).
4) Confesión compuesta
1) Confesión dú'isihle
2) Confesión indirisih/e
En tesis obviamente contraria, se entiende que la declaración de la
parle debe ser valorada en su conjunto, tanto en lo favorable como en lo
desfavorable. De donde resulta que no puede considerarse como confe-
sión cuando ella ha sido calificada o compleja'''.
4. La absolución de posiciones
Es el medio procedimental que tiene una parle procesal para lograr la
declaración en juicio de su contraria y beneficiarse eventualmente con
una confesión de ella.
La confesión concebida como medio de prueha 9 :' cs institución típica
del método inquisitivo de enjuiciamiento y, por ello. divorciada del
sistema constitucional que asegura la garantía del dehido proceso que
debe presentarse sólo como GmsQ(orio o dispositil"O.
Han sido los procesalistas penales ---que no los procesalistas civiles-
quienes descubrieron ese desfase y, con mucho esfuerzo doctrinal, han
logrado revertir ese estado de cosas: ahora, aun en algunos países que
'" Actualmente hay códigos que refieren al caso. Por ejemplo. el de Santa Fe.
Argentina. en ~l! arl. 167: "La eonfe~ión es indIVisible. a menos que el interesado
produzca prueba concluyente de la incxistencia de lo~ hc<.:hos con que haya ~ido
<.:alificada o aquélla tenga en su contra una presunción legal o fuera desde todo punto
de vi~a inverosímil"'
En locivil. esta pmeo¡¡se logra pormediode la absolución de posICiones; en lo penal.
por la vía de la dec!u/"l/c/ól1l11dagatoria.
LA PRUEBA Jl:DICIAL 91
'n Es interesante acotar cómo desconOCen algunos jUeCeS esta~ elementales reglas de
jUlgamiento: en sonado y mediático caso penal abierto en la ciudad de Buenos Aires
sobre fines del año de 2002. el magistrado actuante se quejaba acerbamente ante
numerosos medios periodísticos ---que, por supuesto, CohOllestaron el !amento--de
que el impurado.\'(' haMa ahs/('lIido de dedarar, infiriendo de ello que no deseaha
colaharar ron la Juslida porljue. ~eguramente, ¡endría algo que oel/llar ¡Parece
mentira que hayamos perdido hasta e~e punto las regla~ ljue deben regir a la
República! Por otra parte. no dehe olvidarse que algún autor español ha llegado a
considerar que el deb¡;r de buena fe imcumbe a todas las partes y en todos los
procesos, también al acusado en el proceso penal.
Esto ocurre ,~in excepciones en !Odo~ 10.\ código,\ de América latina.
92 ADOLFO AL V ARADO VELLOSO
Se trala de una plica (.juc prcscnta el ponente de la prucba y (.juc contiene clara~
afirmacioncs pafa que sean respondidas por el absolvente en el acto de su dedara-
ción, utili/.ando al cfecto un simple sí 0110 panl d;\r la rcspucsta.
Algunos !cgisladore~, afortunadamentc. han advertido el problema. Y, así, permiten
(.jue eljue/. releve al ab~olvcnte de responder a preguntas ilícitas, que afectan el honor
del absolvente o que tienden 11 enjuiciarlo penalmente.
LA PRCEBA JUDICIAL 93
La fónnula hahitual tendría que ser: decir la verdad. sólo la verdad y nada má~ que
la verdad. Todo lo expue~to en el texto ocurre en la Ley de En;uiriamirnfo Cil'il
e~pafiola de 1881. arts. 579 y 586, a mi entender en clara pugna con la nonna
contenida en el arto 24.1 de la ConstitU<.:i6n. Hoy. en la LEC de 2000 la declaración
de la parte se hace ~in juramento.
Se tiplfic¡¡ cuando:.e miente en declara<.:iÓnjudicial.
La fórmula habitual e~ la siguiente: "Jure como es cieno que ..
I'~I Por ejemplo. su exhihición en juicio y saneiolle~ por no hacerlo. ~u compulsa y
expedición de <.:opias. ~u reconocimiento por partes y terceros, la oportunidad p¡¡ra
presentarlos al juicio, etc.
94 ADOLFO AL V ARADO VELLOSO
1. Los requisitos
Tal como lo hice antes respecto de la confesión -y respetando la
misma fucntc- analizaré a continuación los que hacen a la existencia, a
la validez y a la eficacia probatoria de este medio de confinnación l01 .
Son:
• que su contenido sea conl"incente y
no haya otro medio confirmatorio válido en Sil cmztra l05 ;
• que llegue al proceso sin violación de la reserl'Q o del secreto que
la ley le haya impuesto a su emisor o a su tenedor
• y completo/ lJó • sin alteraciones/O? /JIlltilaciones/OI'!, tachadllras lO')
o enmiendas 110 sin salvar 11 ! adecuadamente de puño y letra del
emisor () con la misma máquina con la cual se emitió
2. El valor confirmatorio
Históricamente, el documento escrito es un medio de prueba muy
posterior e inferior a la confesión (recuérdese su calidad de prohatio
prohatissima) y al testimonio de terceros. De ahí que. hasta la actualidad,
a contrapelo de la historia y no obstante estar ello reñido con la lógica.
mantiene una entidad probatoria menor en numerosos códigos vigentes.
Sin embargo. en el mundo que no ató su destino judicial al sistema
inquisitivo ----en rigor, mucho antes de que éste apareciera con el rigor
perverso impuesto a fines del siglo XV- se adoptó la escritura para
redactar notas 112 a fin de rescatar la memoria de lo anotado en un futuro
eventual.
En la actualidad. cuando la doctrina se maneja diferenciando adecua-
damente a los instrumentos, los documentos. los monumentos y los
registros, no cabe hablar con propiedad dell'alorprohatoriode lodo ello.
Por tal razón, algunos códigos l Ll más modernos que los que rigen en
la Argentina 1l4 , por ejemplo. han dejado de preesrab1ccer el mlor
112 En ¡mín 110!O-/lOli.\ significa escribir, IraLar caraclere~ de escritura. Oc allí vicne el
origen de la palabra !/(I/(Jrii (notario): ~jmplc e~crjba -por lo común, un esclavo-
que escribía con abreviatura\ las aelas que les dictaban los interesados. También cn
Roma apareció el lahrdarilllll. archivo público llevado por el lalmlarillS: conlador.
cajero () tenedor de libros. Recién en ellíhimo período de la legi~lación romana se
crcó el medio para dar aulenlicidad a los documentos escrito~: se dcposit;¡ban en
poder del magislrado -tanto cn Roma como en Con~{an{inopla- y. de tal fonna,
su veracidad se ponía fuera de loda nmlroversia. Si bien se mira. c~to ocurre haSlll
hoy para dar fecha cicrWll un c~crito.
11-' El código de Colombia estllbkce en su arto 187: "Apreciación de las prue/Jas. Las
pruebas dcberán ser apreciadas en conjunto. de acuerdo con las reglas de la sana
LA PRUEBA JUDICIAL 97
117 Dice Código Civil. 993 que "El instmmentn público hace plena fe hasla que sea
argüido de falso. por acción civil o criminal. de la exi~lencia material de lo~ hechos
que el oficial público hubiera anunciado (;Qmo cumplidos por él mismo o que han
pasado en su presencia"
A "u tumo, el arto 994 dice que: "Los instrumemos público~ hacen plena fe no sólo
entre las partes. sino comfa terceros en cuanto al hechodc haber~ ejeculado el acto,
de la~ convenciones. disposlCioncs. pago~. reconocimientos, etcétera. cOlllenidos en
cllos".
Finalmente. el art, 995 dice que: "Los in~lrumentos públicos hacen plena fe de las
enunciaciones de hechos () de aelos jurídicos directamente relativos al acto jurídico
que fonna cl objeto principal. no sólo entre las partes sino tnmbién respecto de
terceros
II~ Dice Código Civil. en nota al arto 993: "Se habla de lo~ hecho~que. porsu OfiCIO, debe
conocer el oficial público en el actode extender el mstrumento: pero si un escribano,
por ejemplo, dice que las parte ... o el que otorga el acto eSlaba en su pleno juicio, esta
aserción no hace plena fe y admite pmeba en contra",
De la misma forma, si un vendedor dice que cobró antes del acto".
y añade la nota al arto 994 que la norma refiere ".,.a aquellas cosas que el escribano
ha adquirido certidumbre por sí mismo y que tenga misión de comprobar",
LA PRUEBA Jl;DICIAL 99
119 Reitero que en lenguaje forensc es corriente oír que el perito produce pnicll1.\.
vocablo que debe ser sustituido por la palabra pnilaje. En efecto: pel'lc/(/ C~ l¡¡
hahilidad y de.\'lrl':a en el cO/wcimiemo de ulla Ciencia o 1'1 desarrollo de una
aCl il'idad mientas que ¡Jaita)e o pnilación e~ eltrahajo o eslUdio que hace 1111 peri 10.
I~' Para llegar a es¡¡¡ afinl1ación e~ que divid( la expl!c¡¡ción del tema en dos ópticas:
general (al principio de estc punto) y parlicular (en tratamiento actual) respecto de
cada lino de los medios de eonfinnación. Creo que ahor¡¡ el problema puede ser
captado cn w re¡¡! dimen~ión y mcjor comprendido por el lector. Ojalá se¡¡ a~í.
!el La comparación puede hacerse, claro está. entre eltcstigo y el perito de opinión.
jamás con el perito comprobador de hechos científicos.
100 ADOI.FO ALVARADO VELLOSO
1" Por ejemplo, el epe de Santa Fe ---en norma reiterada en todas partes- establece
en su arto 199 que "El jue7_ no e~tarú obligado a ~eguir e! dictamen pericial y debed
apreciar el mérito de la prueba según su cmerio ".
Más modernamente, pero con igual criterio, el epe de la Nación establece en su arto
477 que "La fuerza probatoria del dictamen pericial será estimada por el jucz
teniendo en cuenta la competencia de! perito, lo~ principios científicos o I¿cnicos en
que se funda la concordancia de su aplicación con las reglas de la sana crítica, las
observaciones fonnulada~ por los consultores técnico.~ o los lelrados .. y los demá~
elementos de convicción quc la eausa ofrezca".
12, Dcsde antiguo existe la tendencia doctrinal de equipararlos. Ya en Roma se hahlaha
de I('-,Iis sill/ples y de lesris perilus.
LA PRUEBA ]l;D!('IAL IOl
1, I Sin perjuicio de ello hay que añadir una más a las causales conocidas: la quc sc basa
en la impericia () iniuoneidad de! perilo, particularmente cuando no ~e exige tÍlulo
oficial para desempeñar el cargo.
102 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
cada una de las parles en litigio y la otra por el juez. Pero es indudable que
aquí cabe repetir lo recién señalado: el perito designado por una de las
partes sin el acuerdo de la otra es y será siempre perito de parte y, como
tal. mandatario de ella '26 .
2. Los requisitos
Reiterando el esquema expositivo empleado en páginas anteriores,
trataré seguidamente los requisitos que hacen a la existencia, a la validez
ya la eficacia de este medio de confirmación.
Son:
• debe ser conducente respecto del hecho a confirmar y, éste,
pertinente con el objeto de la controversia;
el perito dehe ser idóneo en la materia sobre la cual perita
I'~ Lo que implica haberlo aceptado. prestado juramento de fiel desempeño cuando la
ley lo exige y sido puesto en posesIón por el funcionario con competencia al efecto.
1" Esta es la ~imple razón por la cual un peritaje ordenado y realizado en la etapa de
sumario previa a la de juicio en el proceso penal inquisitorial, carece de toda fuerza
conflnllatoria en contra del imputado.
1'4 El re4ui~ito e~ de la mayor importancia pues hace a la esencia del peritaje múltiple
que ex iSla una efectiva deliberación y no tina ~imple ~umaloria de ()pinione~.
104 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
1. El testigo
13~ Para acluar en eahdad de testigo proccsal ~e exige siempre un mínimo de edad que.
variable en las diferentes legislaciones, ronda ca~i siempre el! la de catorce año&
(exigencia que viene de la Ley 9, Título XVI. Partida 111). Sin emnargo, es habitual
que la ley permita la declaraeión de menores de esa edad. sólo que sin estar sujetos
a la prestación de juramento ni a eventuales sanciones por el incumplimiento de
cualquiera de sus deheres como tcstigo. Y esto es correcto. Frente a ello se dirá ¡.para
qué sirve un testigo en tales condiciones'; Creo que para mucho. Por de pronto, es
imprescindible oír a los mcnores de cualquicr edad en lo~ pleitos en lo~ cuales ~e
106 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
1) El deber de comparecer
I~" Como mueS1ra de la veracidad de e~ta afinnaelÓn. rel:uerdo que en los afias '40 el
códigu argentino que mayor número de CXl:epciones nornlaba se conl:retaba a
mencionar al presidente de la nación, a los gobernadores de provlllcias 'j sus
ministros: los miembros de las cámaras legislativas nacionales o provinciales y de
los tribunales de justicia, los jueces letrados: los prelados ede~iásticos; los militares
de la nación desde el grado de coronel inclusivc y los intendentes municipales. El
CPC de la Nación, en la versión actual dc su arl. 455, derivó la confección de la
ndminadeexceptuadosa lareglamentaci6nde la Corte Suprema,que 10hiLoen ICcha
20.12,67 incluyendo a: "prcsidente y vicepresidente de la nación; ministros y
~ecretarios del poder ejecutivo; subsecretarios de los ministerios 'j secretarías de
e~tado: gobernadores y vicegobernadores de provincias; ministrus y seCl'ctarios del
poder ejecutivo de las provincias; legisladores nacionales y provinciales; magistra·
dos de la justicia nacional y provincial y funcionario~ judiciales a~imilados a esa
calidad; obispos y prelados; prol:urador del tesoro: fi~cales de e~tado; cmbajadores,
ministros plempotenciarios y cónsules generales; rectores y decanos de las univer·
~idadcs nacionales; presidentes de bancos oficiak~, nacionales 'j provinciales;
presidentes, administradores, directores, gerentes o titulares de cargo~ equivalcll1e~
que importen la representación legal de entidades autárquicas y empresarias del
Estado, nacionales y provinciales; jefes y subjefes de la policía federal y de las
provincias; directores de los institutos penales de la nación y de las provincias; jere~
de repartICiones de la administración pública, nacional, provmcial y comunal que, en
atención al buen servicio de la función que desempeñan no deban, a juil:io del juel
108 ADOLFO ALVARADO VEU-üSO
Sin embargo, hay excepciones a este deber que el testigo debe haeer
valer en la oportunidad de su declaración:
a) cuando la respuesta que debe dar a una pregunta puede comprome-
ter su honor o
b) exponerlo a enjuiciamiento penal o
c) a revelar un secreto científico, militar, artístico, industrial o profe-
sional'~9.
e~to.l¡¡
parle cOlltrariaa laque loofreció puede rel'l"I'!!,ulllu,-libremente loquequicr:l.
De donde c1lcetor debe advertir que hay 1)I'('glllllas. ampliacioll{'s de pl'e¡:,ulllas y
l'epl'egull/o.l.
En el sistema acu~atorio, el juez no imerroga para no asumir el papel de una parte
procesal en homenaje a la imparcialidad lIue debe guardar permanentemente. En
dicho si~tema, imperante en los paí~es del clJmmo//loH", hay una exami//olioll y una
CroS.I· eH/mi//allOlI, correspondiente a nuestr:lS preRlI.nfaS Y repreguntas, lIue ~e
2. Los requisitos
Reiterando el esquema expositivo empleado en páginas anteriores.
trataré los requisitos que hacen a la existencia, a la validez y a la eficacia
de este medio de confirmación.
Son:
• el medio debe ser conducente y perfineme con el hecho a probar
"r, Como dato de extrema curiosidad histórica. vale la pena ver en la Partida I!I, Título
XVI, Ley 24 la manera de jurar de lo~ testigos. De la misma manera. pero ahomen
el Título XI. puede ver~e la fórmula precisa con la cual ~e tomaba juramento a
nistianos (Ley 19), a judíos (Ley 20) y a moros (Ley 21 J. pero cmmdo eran parte en
el proceso. HDy sería impensable hacer algo parecido.
1.'7 V.gr.: violación del secreto pl"Ofesional.
I.\~ El tema es de rigurosa actualidad. Corriendo a contrapelo de la doctrina consagrada
por la ley procesal. algunos juece., aceptan y -m<Ís grave aún- hacen mérito de
deelaraeione~ de testigos que ocu !tan su idcntidad y. con ello. incriminan penalmente
a alguien. lo proce~an y lo detienen. Como puede apreciarse fácilmente, hemos
vuelto en pleno siglo XXI a la mejor époea de la Inqllisición española: recuerde el
lector qlle allí el reo ignoraha quién lo acusaba, quiénes eran los testigos de car¡;o
y. a veee~, de qué se lo acusaba. Toda la historia del pensamielllO político procesal
gira alrededor de la ideade brindar adecuado derecho de defensa en juicio al acusado
penal o demandado civil. Culminación de esa historia puede verse en los Pactos
internacionales que exigen el efectivo control de la pretensión deducida en juicm y
de los medios de eonfinnación que la sustentan. La Argenlina ha ratificado eso~
Pactos, tal como es de pública notoriedad. ¿Por qué no ~e cumplen? i.Oímo e~ que
nadie dice algo al respecto"?
LA PRLEBA JLD!CIAL 113
v. LA "PRUEBA" DE INFORMES
Este tipo de "prueba" es relativamente moderno y aparece legislado
en los códigos en ronna casi generalizada a partir de la segunda mitad del
Siglo XX y. conforme se halla reglamentado. viene a erigirse en una
suene dc testimonio de la persona jurídica 1f>2 sólo y exclusivamente.
acerca de hechos de los que existe constancia registral en sus archivos o
libros regular y legítimamente llevados.
y parece absolutamente razonable la admisión legal pues, sin perjui-
cio de lo recién dicho, tales registros sc presentan también como una
variante de la prueha documental.
Son:
• el ojrecimiemo del medio par parte legitimada al efecto(nunca por
eljuez) y laadmisiún y ordenacióll del informe por el juez en legal
forma,
Son:
• el medio debe ser conducente y pertinente con el hecho a probar
• y útil para generar convicción en el juzgador;
• y las respuestas serdaras!65 y seguras y precisas las afirmaciones,
• en todo caso, que se hayan cumplido las formalidades de modo.
tiempo y lugar para su recepción.
1M No vagas ni incoherentes.
LA PRUEBA JUDICIAL 117
Son:
• la conducencia del medio indiciario respecto del hecho investiga-
do,
que se haya descartado razonablemente la posibilidad de que la
conexión entre el hecho indicador y el hecho investigado sea
aparente, por obra de la casualidad o del azar, así como la
posibilidad de falsificación del hecho indiciario por obra de
terceros o de las partes;
• que aparezca clara y cierta la relación de causalidad entre el hecho
indicador (el conjunto de ellos, si son contingentes) y el indicado
y que sean varios, graves,precisos y concordantes o convergentes,
cuando los hechos indicadores son contingentes;
118 ADOLFO AL V ARADO VELLOSO
EL PROCEDIMIENTO CONFIRMATORIO
(CUÁNDO SE CONFIRMA)
J. INTRODUCCIÓN
Ya expliqué en su momento que todo proceso constituye una serie de
erapas 166 de necesaria existencia y que se abren -o 00- en cada caso
concreto en función de lo efectivamente allí actuado por las partes.
Cabe recordar que la etapa de afirmación debe presentarse siempre e
imprescindiblemente en todo proceso. pues éste se incoa por demanda y
ella debe contener en todo caso una afirmación!67.
También debe existir la posibilidad legal de abrir una etapa de
negación de lo afirmado en la demanda. Pero esta etapa no es de tránsito
imprescindible l6H para el demandado.
De la misma forma. de no haber oposición a la demanda nada habrá
para confirmar, pues en un verdadero sistema procesal el silencio dehe
tener UII valor impuesto por la ley: en todo litigio de objeto transigible
implicará siempre el reconocimientode los hechos expuestos porcl actor.
Finalmente, también debe existir la posibilidad de abrir con posterio-
ridad una etapa para que cada parte haga mérito de los medios
confinnatorios producidos e intente convencer al juzgador de sus respec-
Abierta por el juez la etapa confinnatoria, la ley fija --() debe fijar-
un determinado plazo para que cada parte ofrezca los medios de confir-
Ih4 En tal supuesto la etapa evalualona debe ser suplida por una similar para que tos
intcrcsado~ informen acerca de la vigencia de los derechos defendidos.
1710 Procedimientos ordinario. sumario. sumarísimo. e¡e{"IIIÍl'o. liral, etcétera.
171 O luego de haberse sustanciado las excepciones deducida~ en juicio ejecutivo.
1" Aquél que debe ser confirmado alln cuando haya acucrdo dc partes al respecto. pues
tiene relación con una preten~ión que compromete el orden públi<.:o.
17' En ellengllajc tribunalicio habitual. abre fa callsa a prueba. En lo que sigue, como
e~ obvio. se atiende a un prm:edimiento escnto, que es el más común en lo~ paí~e~
iberoamericanos. Cuando se trala de un procedimiento predominantemente onlL
<':OlllO es el a<.:tual español. las etapas no desaparecen si hien de arti<.:ulan de forma
diferente.
LA PRUEBA JL:DlCIAL 123
mación con los cuales cree que logrará oportunamente convencer l74 al
juzgador acerca de la razón que lo asiste y, así, ganar el pleito cuando él
lo sentencie 175 .
Ese plazo debe ser necesariamente común y ha de correr a partir del
día hábil siguiente al de la fecha en la cual ambos contendientes han
consentido el decreto que ordenó la apertura.
Sin perjuicio de esto, la ley debe prever la posibilidad de efectuar
ofrecimiento posterior, sólo cuando se invocan hechos nuevosl 76 después
de la apertura de la etapa confinnatoria.
Excepc ¡anal mente, además, puede aceptarse la posibilidad de ofrecer,
admitir y producir algún medio de confinnaciún anfesde estar trabada la
litis (contestada la demanda) o, aún más, antes de deducir la demanda.
Esto ocurre cuando la ley pennite probar ciertos hechos como medida
previa a unjuicio 177 . Esto es bueno y aceptable en un sistema en tanto no
se vulnere el derecho defensa de la persona a quien eventualmente se
opondrá el resultado de la prueba anticipada m.
114 ln~isto una vez má~qlle. en general. la finalidad de la confirmación procesal es lograr
la convicción del juzgador. sin perjuicio de que hay medios de comprobación. de
acreditación y de mostración que eSlán más allá de la convicción judicial.
IJ' Dehe quedar claro que el proceso es lucha en la cual uno pierde y otro gana. Reitero
a riesgo de cansar que los contendientes no van ante el juez para lratar de desp¡;jar
dudas ni para buscar verdad alguna. Van a ganar o. a lo sumo, a evitar perder
demasiado. Quicn no ve así al proce~o no ha litigado jamás y se halla divorciado de
la realidad de la vida Iribunalicia.
176 Hecho nuevo es el ocurrido con posterioridad a la lraba de la litis y el que, ~iendo
amerior a ella. no era conocido por el interesado al momenlO de ofrecer mcdios de
confirmación en un proceso dado.
1'7 Hay Códigos quc consagran expresamenle la posihilidad de producir pmeba antici-
pada, autorizándola no en el capítulo dedicado a la prueba cn general sino en el que
atañe a las medidas caUle/ares (aunque evidentemente no se trala de medidas dc esta
naturale7a, pue~ una c()~a es una prueba amicipada o incluso asegurada y otra una
medida de cautela). Establccc el art. 272 del epe de Santa Fe, Argentina, que "sin
perjuicio de las medidas autorizadas porel arto 390 (medidas preparatorias). lo~ que
sean o vay,m a ser partes en un proceso y tengan motivo para temer que la producción
de pruebas que les sean nccesarias ~e haga difíCIl o imposible por el transcurso del
Iiempo. pueden sol icitar el aseguramiento de dichas prueba~". Piénsese. por ejemplo.
124 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
Por eso es que siempre y en todo caso, quien pueda resultar perjudi-
cado por lo que se actúe en la producción de cualquier medio confirma-
torio efectuada antesdc la apeltura de la estapa, debe ser citado adecuada
y oportunamente para concurrir al acto respectivo y, así, poder controlar
su desarrollo. Parece ocioso sostener, a esta altura de la obra, que si así
no se hace se vulnera el derecho de defensa en juicio de alguna de las
partes y se deja de lado abiertamente la garantía del debido proceso 179 .
En las décadas de los años '40 y '50. totalitarismo procesal mediante,
se intenró a todo trance reducir el lapso de duración de los procesosl~(). y
para eso se refonnó la ley estableciendo que todos los medios de pmeha
presentados en ciertos tipos procedimentales 181 debían ser ofrecidos
requisitos exigidos por el arto 130 y, además. deberá: a) ofrece¡- foda la prul'!Ja JI' que
hahrá de mIase: h) acompañar los intelTogatorios, pliegos de posiciones, pumos a
evacuar por peritos. documentos que obren en su pntkr que. de no poseerlos. procurará
individualizar en ~u contenido expresando. además, cllugar donde se encuenlren'·.
A su turno. el 549 del mismo Código, al regular los requisitos de la contestación.
establece que: "El demandado contc~lará la demanda en la fonna exigida pnrel arto
142. dehiendo oji-ecer /a prueha de acuerdo COII lo pr('scr!To ell el an. 545 .. ".
Igualmente, cpe Perú. arl. 424: "La demanda se presenla por escrilo y contendrá:
10) /0.1' medios prohatorios. ,. El an. 442 del mismo cuerpo legal. por ~u parle,
establece: "Al contestar, el demandado debe: ... 5) ofrecer los medios proba/(!-
r¡os ..
I~! Afinno qlle es imperdonable plle~, si se estudia cualquier texto legal que establezca
la necesidad de hacer un ofrecimiento de prueba conjllnto con Olro esnilo. sit:mpre
se autoriLa también la correspomlienle suslaneiación respeclo de los hechos nuevos
alegados por las panes y se otorga otra posibilidad probatoria. Si se mide adecuada-
mente el liempo real empleado en ello, ¡.qué se ganó?
1~1 Cosa qlle trato de evitar a lodo Irance t:n esta obra.
I~J y sin que nadie se haya rasgado las vestiduras por injusticia~ J]olorias derivadas de
alguna incontestaClón.
126 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
1~5 Cosa asimilar pero no igual establece la mayoría de los epe de América latina. Por
ejemplo. epc Nación. Argentina. art. 356. establece que: "En la contestación
opondrá el demandado todas las excepcione~ o defensa& de que intente vulén;e.
Deberá, además: 1) reconocer o negar cutegóricamente cadu uno de los hechos
expuestos en la demanda, la uutenticidud de los documentos acompañados que se le
atribuyen y lu recepción de las cartas y telegramas a él dirigidos euyus copius ~e
acompañen. SI/ silencio. SI/S respuestas el'as/l'as o la neg<1lira meramente ¡;eneraf
podrán estimurse como reconocimiento de la verdad de lo~ hechos pertinel1les r
lícitos a que se refieran ..
IIi6 De donde resulta que si el demandado no contesta oportunamente negando lo~
hechos expuestos por el adO[, se genera a favor de éste una presunción legal que tiene
la particularidad de invertir la carga eonfinnatoria: ahora deberá probar el demanda-
do en contra de los hechos ya reconocidos por su silencio. Es importante destacar-
pura usumir la entidad de la wlución de la ley- que el número de pleitos tlue
terminan en tales condiciones en el foro mencionudo oscilu alrededor del treima por
ciento ddtotal anual.
I~" Parece obvio que, si porefeetode lu fultadccontestación a la demanda, no hay hechos
cOl1lradichos. nadu debe ser confinnudo por ausencia de tema de prueha. De tul
modo, retomando los números eSladísticos mencionados cn la nota unterior, resulta
que más de la milad dc los plcilos tenninun por esta víu, ~in necesidad de perder
tiempo judicial ulguno. pro~iguiendo lodo un procedimiento porel que ha demostra·
do desinterés el propio demandado y principal afectado. ¿Cuánto ganuríu nuestro
sistema de Justicia SI todus las leyes dijeren lo mismo que la de Santa Fe'?
lX~ Cosu similar establece el epe de la Nación Argemina. art. 360: "Siempre 'lue ,e
hayan alegado hechos conducentes ucercu de lo~ cuule~ no bubiese confonnidud
entre las partes, uunque ésta~ no lo pidan. el juez recibirá la causa u prueba".
1~9 Quieroque elleetol' imagine el tiempo 'lue el ubogadoquee~tá pordemandarinsumc
en la confección de e~le dichoso pliego: si la po~ición (del latín positionCIII
LA PRCEBA JUDICIAL 127
afirmación) debe contener no una pregunla sino una afirmación susceptible de ser
rc~pondida sólo por un si o por un no. su redactor debe hacer un enorme esfueT70
imaginativo para insertar tanlos textos de posiciones cuantos sean los hechos
expuestos en su demanda pues aún carece de contestación y no hay hechos
contradictorios. Pero. por las duda~ ... ia trabajar! Al final. debe firmar y sellar el
texto. luego ensobrarlo, cerrarlo, ponerle un cartel identlficatorio al ~obre. etcétera.
Lo mismo deb¡; hacer con el interrogatorio preparado para cada testigo. Y con los
punto~ \Omelidos a eventual peritaje. Y con lo~ documentos. que deben ser copiados
y ensobrados y preparados para ser guardados, etcétera, e\l·étera. SI a 1;; po~trc la
demanda no se contesla. Iodo el tiempo que insumió la tarea realiLada se perdió para
siempre e irremediablemente pucs, en los lénllinos dcl arL 143 citado en eltexlO.
todos esos medIOS no v;¡n a scr ilecesario~. ¡Y esto ocurre en el 30% de los pleito~!
,.No es un absurdo?
L'~' Como se ha visto en la nota 181, ocurre igual en el juicio oral.
1''1
En una ciudad que cuenta con un millón de habitantes. tal cantidad de expedientes
anuales rcvelaque hay ¡seiscientas mil personas liligando!, a razón de dos partes por
cada expediente. Lo que muestra un inusual índice de litigiosidad.
142 Clarol.jue sin perjuiciode la prueba en contrario queél pueda ofrecer al sernolificado
del llamamiento de aulOs.
128 ADOLFO ALVARADO VEIJ.oSO
de alegación o evaluación. ¡Y los juece~ le hacen caso! Con lo cual es posible que
111 ~erltencia llegue ante,~ de la realinlción de la audiencia de marras. Para tratar de
evitar la disvalía de e~te procedimiento absurdo. la ley establece que si el medio
eonfirmalOrio se produce después de la sentencia. habrá de ser tenido en cuenta en
la instancia apelatmia. Pero esto es claramenle insuhciente por las ra7.0ne\ que se
comprenderán cabalmente cuando el !ectordescubra cómo sc manejan los meandros
impugnativos.
11J1
Por ejemplo, antiguamente e~taba prohibida la indagación de la maternidad cuando
quien se pretendía hijo la alribuía a una mujer casada (Cód. Civ i1, arto 326 originario);
la absol uc ión de posiciones que puede derivar en confesión (en los juic ios de divorcio
legislados por la antigua ley de matrimonio civil argentina, arto 70); la declaración
de lesligos cuando se impugna el conlenido de un documento dado en blanco (Cód.
Civil. 10 17) Yc uando ~e intenta acreditar la existencia de contratos de monto superior
a una cantidad establecida por la ley (Cód. Civil. arl. 1193), salvo que hayaprll!C/piv
de prucha por escrito (Cód. Civil. arto 1191): la exhibición de las declaraciones
juradas hecha\ con motivos impositivos; la declaración testimonial de consanguí·
neos o afines en línea directa de la parle o de su cónyuge (epC Nación, arto 427):
pedido de informe que intenta ~ustituir el medio confinnalorio previsto al efecto en
la ley (id., MI. 397); etcétera.
11>1 ESla es la única extemporaneidad atendible en el supuesto en tratamiento. Equivo·
cada jurisprudencia lo rdiere también a la ofrecida all/('s de la apertura del estadio
de ofrecimiento {denominada allle lempw;!. Y es que los plazos, que habitualmente
son de carácter prec Iusivo,juegan siempre a jiJnll· de la parle. razón por la cual puede
renunciarlo~, anticiparlos. elcétera.
132 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
!IH Refiero al típico caso de 1<1 escritura pública de constatación extrajudicial de algún
hecho ljue hace un escribano a rCljuerimienlo de una de las partes y a c~paldas de la
otra.
,(,", El típico caso de la prueba producida Irasnochadamenle, sin conocimiento del jue.l.
de lacausa. Por ejemplo. secuestro deelemenlOs presuntamente delictivoseneontra-
dos en un domicilio particular al cual se accedió sin previa expedición de orden de
allanamiento por juez competente.
:!{)"; Refiero a la, actualmente lan en haga grabaciones telefónicas clandestinas y a las
filmaciones de actos aparentemente delictivos que provoca o incita. precisamente.
quien ordenó hacer la grabación o filmación. No puedo olv'ldar que ¡¡ e~¡¡¡ notable
ilicitud cs muy afecta la prcnsa amarilla que gobierna la opinión pública del país.
!(16 El concepto incluye a todo mcdio que tiende a lograr convencimiento acerca de
pretensiones no demandadas o de hechos que han sido admitidos por el demandado.
Pero también refiere a hechos aparentemente desvinculados dcl litigio y que, sin
embargo, pueden ser fuentes de presunciones. Ejemplos lípicos de ello son el 4ue
intenta acreditar un hecho que puede servir de indicio para generar airo y e1ljue sirve
para calificar la idoneidad de un testigo o de un perito. Como se colige, resulta
peligroso otorgar al Juez la facullad de hacer calificaciones previas al respecto.
!o·, Según el artículo 2!\3.2 de LEC'. son inútiles a4uellas pruebas 4ue. según reglas y
criterios razonables y seguros, en ningún ca~O pueden contribuir a esclarecer los
hechos conlroverlido~.
LA PRUEBA Jl:DICIAL 133
210 Reitero que en el tiempo de la eclosión de las reformas tendientes a lograr mayor
celeridad en el desarrollo de los plcitos (aun a riesgo y en desmedro de la seguridad
jurídica), irrumpieron en las legislaciones vigentes los mejores ímpetus inquisitoriales
de magistrados que pusieron en duda la bondad de esa antigua distinción en cuanlO
al tiempo de resolver una improcedencia y una impertinencia probatorias y, así. se
puso en cabeza de todos los jueces el deber de expedirse acerca de la per/mencia
probatoria al tiempo de admitir los medios ofrecidos.
y con ello sc generó notable conculcación del derecho de dcfensa en juicio pue~ se
exigió que la parte oferenle de un medio impugnado como impertmente diera en este
estadio (y no en la del alegato de bien probado, luego de tenninada la producción
probatoria) explicaciones satisfactorias acerca de la nceesidad de su admisión.
alertando así a su contraparte acerca de los mdicio~ que presentará al juez para que
razone con ellos.
Pero, además, insisto en que se generó en el juez un deber de difícil--cuando no
imposible- cumplimiento y, al mismo tiempo, una fenomenal pérdida deftnitiva de
su tiempo útil tribunalicio. pjen~e el lector en la cantidad de horas que insume
cualquier jue¿ para estudiar y determinar acabadámente el lema litigioso, en el que
durá la audiencia en la cual le plantearán la impertinencia. en el de las partes
LA PRLE13A JUDICIAL 135
explicando en ella sus u,Jerentes puntos de vi ... ¡a. vn el mínimo ncce.~ario para
resolver la cuestión. etcétera. Si, a la postre media al!anamienlo, desistimiento,
transacción. caducidad de inslancia, etcélera. ¿para qué Iodo eso? ¡,No se cree que el
juez debe privilegiar su tarea de fallar y, con ello, cumplir el deber primordial de su
función?
,\\ Esto es cOllsecuencia de la regla de adqUisiCión de los medios confmnatorio~.
136 ADOLFO ALVARADO VEIJ.OSO
desaparece. Y ello porque nadie mejor que las propias panes litigantes
para cuidar de sus intereses litigiosos.
,Ij Se presenta dentro del estrido marco de la actividad de proee~ar y respecto del puro
insta/"" la parte dehe ofrecer tempestivamente el medio confirmatorio de que se tmte,
cumplir las cargas formales impuestas par.! el caso por la ley, efectuar la." notifica·
c iones del caso, concurrir a la audienCIa señalada al etCcto de su producción. etcélera.
Pero hacer correda y prol!jameme todas e~¡a~ tareas no sirve de nada ~i, a la postre.
el testigo ofrecido -por ~j~mplo--- no sahe la;, cosas acerca d~ la~ cuales se le
interroga. De ahí la nnponancia de lo apuntado en la nota siguiente.
21(, Se r~fiere a la solución del litigio y, por ende. a la eficiencia del pretender. confirmar
y alegar. Trahajando idóneamente en esta línea, el ()Iú~nte del medio confirmatorio
dehe procurar que. al momento de prodUCIrse. seu congruente con sus poslulaciones
y. además, convincente para el jU7gador.
~I¡ Esto. que e~ universalmente reconocido, se desconoce ~n la Argentina y, al influjo
de sus doctrinario~, en muchos OIro~ países de América. Sucede quc. so pretexto d~
138 ADOi,FO AI.VARADO VELLOSO
A) El sistema tasado
En la historia procesal. este sistema de evaluación vino a civilizar las
pruebas judiciales bárbaras (ordalías), como resultado de la influencia
que los canonistas ejercieron en todo el sistema procesal vigente durante
la Edad Media l ?7 y, por supuesto, estuvo al servicio de la Inquisición,
donde tuvo gran auge.
En lo que interesa a nuestras legislaciones en América. este sistema
aparece Ilarmativamente en la Ley de Partidas nH y se repite en casi todos
los ordenamientos posteriores.
Para la mejor comprensión del tema debo recordar que la Partida III
otorgaba a e iertas medios confirmatorios un grado probatorio prcordenado
tal que el juez no podía desconocer.
Partiendo de su concepto de pruebaJJ'J estableció que ella podía ser
plena 2.l0 o semiplena 2.ll. Y a partir de allí, legisló cuáles eran los medios
que las producían 232 133.
que las ordalías !lO pueden constihur método alguno de evaluación seria y que tanto
la apreciación libre como la de la sana crítica quedan atrapadas en el método
conviclivo. Luego me referiré puntualmente a lodo ello.
,2' Gracias a esto. se adujo por importante doctrina procesal que el antiquí~imo sistema
acu~alOrio, vigente en Europade~de la caída del imperio romano. fue bien ~ustiluido
por el inquisitivo. viéndose en ello adelantos morales y bondades legislativas que, a
esta altura de los acontecimientos, no pueden aceptarse como tales. Como conse-
cuencia de ello. se elogió largamente al sistema de tarifa legal que explico luego en
cltexto.
22~ Si bien se mira. lo allí legislado es casi el mismo derecho romano de la recepción del
Dcrecho común. Su importancia parece manifiesta. ya que fue la principal fuentc de
la.'; LeJe\" de Enjlúciamiemo CiI'il españolas de 1855 y de 1881. a su tumo
predecesoras directas de la legislación americana de lo~ ~iglos XIX Y XX.
2,Q La averiguación que se hace enjuicio de una cosa y el medio con que.';e muestra y
hace patente la verdad o falsedad de alguna cosa.
1'" I.a plena. que tamhién puede llamarse complna o pelfecra, es la que manifiesta sin
dejar duda alguna la verdad del hecho controvertido, instruyendo ~uficientemenle al
°
juez para que en virtud de ella pueda dar sentcncia eondenatoria absolutoria. La~
LA PRllEBA JUDICIAL 141
sentencia.~ ~ólo pueden dictarse con este tipo de pruebas, ljue realmente son las
únicas.
1..1 semiplena. que también puede llamarse IIIcompf('{(/ o impe/jet la. e~ la que por sí
sola no demuestra con claridad el becho. dejando duda acerc;¡ de la verdad dc él y,
por con.<,iguiente, no mstruye al juez en témlinos de poder dar sentencia. L;¡ prueba
semiplend ,irvc hoy simplemente para adoptar algún acto procesal (por ejemplo
medida cautelar), pero no para fundar la ~entencia,
,l~ Producían plena prueba: 1) la confesión de la parte en juicio; 2) ladeclaración de dos
o más testigos contestes; 3) las escrituras u otro~ documentos públicos; 4) la
evidencia o inspección ocular del jue¿. prinCIpalmente en las causas de diVIsión ode
amOJonamiento.
m Producían semiplena prueba: 1) la deposición de un solo testigo (de donde la antigua
máxima leslis l/nus, reslis nul/us): 2) la confesiónextnljudicial: 3) el cotejo de letras:
4) la tama pública por si sola, ~in el ¡;poyo de lesligo~ idóneos: 5) el juramento
supletorio: 6) las presunciones,
'.H "Dos testigos c011lestes y mayores. ~in tachas. que concuerden en la persona, hecho
o caso, tiempo y lugar donde pasó, bastan para hacer plena prueba" (Ley 32. Título
XVI). Pero para "probar el pagode unadeudacuandoést¡;constaenescritura pública,
~on menester cinco lestigo~ llamados y rogados para presenciar tal pago" (ldem),
"Para probar la falsedad de un instrumento o escritura hecha ante escribano, son
precisoscualrole.<,tigo~ idóneos, los<.:uaJcsdepongan que la parte estaba en otro lugar
diferente el díaen que se otorgódicho in~trumenlO. Pero si fuese privado, bastan dos
testigos" (Ley 115, Título XVIII). etcétera.
2" "El instrumento público hace plen;¡ fe basl¡; que sea argüido de falsedad por acción
civil o criminal, de la existencia material de los hechos quecJ oficial púhlico hubiese
anunciado como eumplido~ por él mi~mo o que han pasado en su presencia".
,1~ "La confesión judicial provocada, aunljue sea ante juez incompetente. hace plel/(/
¡1meha contru e/ ('onfesante, salvo ..
142 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
B) El sistema convictivo
!-"I Creo que eslO es muy importante de de~tacar. Parece daro que de nada hay 4ue
convencer a quien gana el pleito: lo ganó y punto. Seguramente eso era lo que
c.'iperaba, de modo que el resultado obtenido no le produce sorpresa ni e~ causa de
sus cavilaciones. El que perdió, en cambio, siempre mirará con desconfianza lo
actuado por el juzgador y, cual acune con mayor habitualidad que la deseada.
dbcrecní del sistema y de los juece~. Y esto es disva!ioso pues cada sentencia no
accptada con buenas ganas por el perdedor manlendrá lateme el estado de conflicto.
y ello no e~ lo mejor para el mantenimiento de la paz social, meta última de la
aeti vidad jurisdiccional.
24(\ No e~ éste momento apropiado para rcllexionar acerca del juicio por jurados.
aceptado como modelo de jUlgamiento por la Comtitución argentina de 1853 y aún
pcndiente de efcctivización m¡Í~ de ciento cincuenta afios después. Ya he alirmado
antes de ahora que personalmente aplaudo la dccisHín del constituyente y que
lamento que no se haya implementado ha~ta ahora_ Pero la afinnación que conespon-
de hacer aquí e<, otra: entrc quienes se oponen a ello, se afirma que el jurado no razona
~u pronunciamiento, no lo motiva, por cuya razón se violema el derecho de dcfen~a
de quien no puede impugnar una decisión que le es adversa. Por cieno. e~10 debe
verse desde otra óptica: la senlencia del juez de derecho es razonada pues en esa
aetividad ~e fundumenta precisamente la gurantía de la defensa. El jurado. por su
parte, ofrcee esu garantíu por razón difcrenle: la particular cireunslancia de que ~u
decisión debe ser tomada lInánimemenle por eferado mimao de persol/as (por
ejemplo 12\.
144 ADOLFO AL VARADO VELLOSO
2JI e
Fue tomada del anterior Reglamemo de lo ollfencioIO alife el Consejo de f.'slado
espmjol (arts. 147 y 141:\)
2Ji Adviértase que crítica e~ el ~ustantivo que produce la actividad de (micar- censurar
o juzgaren fonnadesfavorablc a personas o actos. Y sana significa huena. con huena
sallld. Por extensión. sm á/'ios ni cus/umbres mural () p.Hco!óx,icamt'rlIf reprO( ha-
ble.\'.
14' No obstante. la mayoría de los cuerpos legales vigentes en el continente reservan su
utilización para la sola apreciación de la declaración de testigos: ver. por ejemplo.
en Argentina. epe Nación. arlo 456 y Santa Fe. arto 224.
1.A PRUEBA JLDICIAL 145