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DOCENTE:
LAURA INES PINILLA MENDOZA
FACULTAD DE INGENIERÍA
INGENIERÍA BIOQUÍMICA
BIOLOGÍA CELULAR Y MOLECULAR
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
CAREPA, ANTIOQUIA
8 DE OCTUBRE 2021
INTRODUCCIÓN
A continuación, en el presente artículo se dará a conocer que son las proteínas recombinantes,
sus generalidades y las diferentes áreas donde se implementan a escala industrial. Para ello es
importante enfatizar el modo en el que estas proteínas nacen y esto implica conocer acerca del
ADN recombinante, este se define como el resultado del uso de diversas técnicas que los
biólogos moleculares utilizan para manipular las moléculas de ADN y difiere de la
recombinación genética que ocurre sin intervención dentro de la célula. Dicho proceso consiste
en tomar una molécula de ADN de un organismo, sea virus, planta o una bacteria y en el
laboratorio manipularla y ponerla de nuevo dentro de otro organismo. Esto se puede hacer para
estudiar la expresión de un gen, para producir proteínas en el tratamiento de una enfermedad
genética, vacunas o con fines económicos y científicos.
Con el uso de proteínas recombinantes se ha logrado utilizar plantas y alimentos transgénicos,
así como microorganismos modificados genéticamente para producir fármacos u otros
productos de utilidad para el hombre con mejores características de calidad y con alto contenido
nutricional.
PROTEÍNAS RECOMBINANTES PARA LA INDUSTRIA
Modificación genética
Una proteína recombinante es aquella que es producida en un organismo que ha sido sujeto a
modificación genética y que, por lo general, el organismo es diferente a aquel en el cual la
proteína se produce de forma natural.
Cuando los científicos comprendieron la estructura de los genes y cómo la información que
portaban se traducía en funciones o características, comenzaron a buscar la forma de aislarlos,
analizarlos, modificarlos y hasta de transferirlos de un organismo a otro para conferir una nueva
característica. Justamente, de eso se trata la ingeniería genética, que se podría definir como un
conjunto de metodologías que permite transferir genes de un organismo a otro y expresarlos
(producir las proteínas para las cuales estos genes codifican) en organismos diferentes al de
origen. El ADN que combina fragmentos de organismos diferentes se denomina ADN
recombinante. En consecuencia, las técnicas que emplea la ingeniería genética se denominan
técnicas de ADN recombinante. Así, es posible no sólo obtener proteínas recombinantes de
interés sino también mejorar cultivos y animales. Los organismos que reciben un gen que les
aporta una nueva característica se denominan organismos genéticamente modificados (OGM),
popularmente conocidos como transgénicos. A su vez, la ingeniería genética es lo que
caracteriza a la biotecnología moderna que implementa estas técnicas en la producción de
bienes y servicios útiles para el ser humano, el ambiente y la industria.
Las proteínas recombinantes han adquirido una gran importancia en la industria farmacéutica
con la llegada de la ingeniería genética, y se emplean para la creación de todo tipo de
compuestos, desde fármacos y vacunas hasta la síntesis de hormonas de interés terapéutico.
Secuenciación de ADN
La secuenciación consiste en conocer la cantidad y el orden en que se ubican los nucleótidos
en el fragmento de ADN analizado.
Comúnmente el ADN se trata con una endonucleasa de restricción que origina en este caso un
corte escalonado en las dos hebras dobles de ADN. Los extremos escalonados de ambas hebras
de ADN son complementarios, una condición que deben de tener si se quieren unir. Los dos
ADNs así cortados se mezclan, se calientan y se enfrían suavemente. Sus extremos cohesivos
se aparearán dando lugar a un nuevo ADN recombinado, con uniones no covalentes. Las
uniones covalentes se forman añadiendo ADN ligasa y una fuente energética para formar los
enlaces.
Las secuencias de ADN recombinado se pueden colocar en unos vehículos llamados vectores
que transportan el ADN hacia el lugar adecuado de la célula huésped donde puede ser copiado
o expresado.
Trozos de ADN, como ADN humano, pueden ser diseñados sintéticamente de manera que
puedan ser copiados, o replicados en bacterias o levaduras. Este proceso implica incorporar los
elementos adecuados en una secuencia de ADN, y luego trasladarlos a una célula bacteriana o
a una levadura, con los elementos que dan las instrucciones a la célula bacteriana o de levadura
para copiar este ADN al mismo tiempo que copian la suya propia. Este proceso se conoce como
clonación de ADN y resulta en ADN clonado que a menudo se llama ADN recombinante.
Vacunas atenuadas: Se eliminan los genes de virulencia de un agente infeccioso para provocar
una respuesta inmune. El organismo modificado genéticamente puede usarse como lo que es
llamado una vacuna “viva” sin que exista riesgo de que se revierta al tipo virulento.
Vacunas de ADN: Consisten en plásmidos en los que se introduce tan sólo una diminuta
cantidad del material genético del patógeno contra el que se pretende luchar. Al inyectar el
plásmido en el músculo o la piel, éste penetra dentro de la célula y llega al núcleo, comandando
entonces la producción de los antígenos del patógeno que desencadenarán la respuesta inmune.
Así, se traslada la fábrica de la vacuna a los tejidos del huésped. En la actualidad se realizan
ensayos de diversas vacunas de este tipo, algunos ejemplos son la vacuna para la hepatitis B,
para la malaria, para la gripe, para el herpes simple y para el SIDA.
La clonación de genes puede rendir dos tipos de productos: el DNA clonado, útil como reactivo
específico en ensayos de diagnóstico por hibridación o bien los productos proteicos de los genes
clonados (antígenos purificados para inmunodiagnóstico en producción de vacunas).
Hay descritas cerca de 500 enfermedades hereditarias producidas por mutaciones recesivas.
Las técnicas de ingeniería genética han servido para diagnosticar algunas de ellas, por ejemplo,
la anemia falciforme (grupo de trastorno hereditario en el que los glóbulos rojos adquieren
forma de hoz. Las células mueren antes de tiempo, lo que deja una escasez de glóbulos rojos
saludables y puede obstruir la irrigación sanguínea y causar dolor).
Aunque el uso de E. coli para la producción de productos terapéuticos tiene muchas ventajas,
la contaminación de productos biofarmacéuticos con ADN bacteriano se ha convertido en una
de las principales preocupaciones de los fabricantes. La contaminación por ADN genómico en
productos biofarmacéuticos se ha considerado un posible factor de riesgo. Se ha supuesto que
los contaminantes del ADN pueden integrarse en el genoma de las células receptoras del
paciente y expresar un nuevo gen extraño o alterar el nivel de expresión génica
Por lo tanto, la cantidad de contaminación debe controlarse según las normas reglamentarias.
Aunque se han empleado diferentes métodos, como los ensayos de hibridación, para determinar
las impurezas del ADN, estos métodos son laboriosos y bastante costosos. Actualmente
investigadores como Universidad de Ciencias Médicas de Qazvin en 2016 realizaron una
prueba rápida de PCR en tiempo real como método de elección para cuantificar la
contaminación del ADN de la célula huésped de E. coli en preparaciones de estreptoquinasa
recombinante (rSK) e interferón alfa (IFN-α) ampliamente utilizadas.
llegando a concluir que La PCR en tiempo real es una prueba confiable para la detección rápida
de la contaminación del ADN de la célula huésped, que es una impureza importante de las
proteínas recombinantes terapéuticas para mantener la mente de los fabricantes en el refinado
de medicamentos y proporciona a los consumidores productos biofarmacéuticos más seguros.
Electroforesis
Muchas proteínas naturales que se utilizan con fines terapéuticos se han clonado y expresado
en grandes cantidades en sistemas bacterianos, de levadura o de mamíferos. La purificación de
estas proteínas mediante cromatografía en columna genera productos de gran pureza productos
con bajos niveles de contaminantes de la proteína huésped. Sin embargo, las isoformas de la
proteína deseada pueden estar presentes en concentraciones variables. El análisis de estas
formas variantes se ha visto reforzado por la utilización de la electroforesis capilar (CE), una
técnica muy eficaz y de amplia aplicación que es utilizada cada vez más en el campo de la
biotecnología.
Al igual que las vacunas tradicionales, las vacunas recombinantes enseñan al cuerpo a combatir
de forma efectiva ciertas infecciones. Sin embargo, mientras las vacunas tradicionales activan
el sistema inmunitario gracias al patógeno (o una parte de él) que causa el propio mal contra el
que se lucha, las vacunas recombinantes se crean a la carta en el laboratorio, generando nuevos
microorganismos que no producen la infección.
Las proteínas recombinantes han supuesto un gran avance en el campo de las vacunas y están
siendo de gran ayuda en la lucha contra las enfermedades víricas, por lo que es posible afirmar
que las proteínas recombinantes pueden ser utilizadas como agentes terapéuticos en el
tratamiento de enfermedades, así como en el desarrollo de vacunas como se mencionó
anteriormente y en el diagnóstico de numerosas patologías.
Otra de las áreas de gran interés ha sido el diagnóstico de enfermedades infecciosas a través
del desarrollo de anticuerpos dirigidos contra antígenos recombinantes del organismo patógeno
(Lin et al. 2002, Chen et al. 2002, Luo et al. 2003, Kim et al 2004). Por último, a pesar de que
en el campo de la nutrición de especies cultivables el empleo de proteínas recombinantes aún
es reducido, existe un gran potencial de su aplicación en el procesado de alimentos o como
aditivos en los mismos para incrementar la eficiencia de sus características nutricionales.
Las proteínas recombinantes son una de las posibilidades que ofrece la biotecnología, y que
posibilita obtener proteínas humanas con fines terapéuticos que antes se producían sólo en
pequeñas cantidades, puedan elaborarse en grandes cantidades. En la actualidad existen más de
30 proteínas aprobadas para su uso clínico, y cientos de genes de proteínas terapéuticas que se
han expresado a nivel de laboratorio y que están intentando demostrar su adecuación clínica.
Por ejemplo, la insulina humana obtenida a partir de la bacteria Escherichia coli. Esta técnica
es de gran valor porque las bacterias se reproducen rápidamente y pueden duplicar su número
cada 20 minutos. De esta forma se pueden obtener en poco tiempo muchas copias del gen
humano inserto en el ADN bacteriano, y producir grandes cantidades de proteínas
recombinantes.
Tenemos dos grandes ejemplos de proteínas recombinantes. La primera que se realizó fue la
somatostatina. La somatostatina es la hormona de anti-crecimiento. Más tarde se consiguió
producir insulina, y esto sí que supuso una gran revolución, puesto que es una proteína que
necesitan 170 millones de diabéticos.
CONCLUSIÓN
Existe una gran variedad en sistemas de expresión y organismos hospederos para la producción
de proteínas recombinantes, sin embargo, esta requiere un sistema de expresión estable del
transgén, ya que el método se basa en la acumulación de la proteína de interés en diferentes
organelas vegetales, por ejemplo, hojas, semillas, frutos, raíces, plastidios. La localización
depende del sistema de expresión, y la proteína de interés.
El uso de plantas transgénicas es una herramienta ampliamente utilizada durante los últimos
años con alto impacto en la salud humana debido a su gran potencial para ser empleada como
una alternativa para incrementar la producción de vacunas, anticuerpos, proteínas y diversos
compuestos de interés biofarmacéutico a gran escala.