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EL CUENTO DE NUNCA ACABAR

Había una vez un rey a


quien le gustaba mucho oír
cuentos, como al niño o
adulto que lee este, pero el
gusto de este rey excedía
los límites. Tanto fue así
que pidió que un hombre de
su reinado fuera y le
contara un cuento, pero no
un cuento cualquiera, no, el
quería que su cuento no terminara nunca. A quien lo hiciera, le
daría la mano de su hija la princesa y medio reino, pero si el
cuento acababa le cortarían la cabeza.
Esto atrajo mucho a todos los hombres del pueblo, entonces
varios intentaron contarle cuentos pero como todo empieza, todo
tenía que terminar y en cuanto terminaba el cuento se le
mandaba cortar la cabeza con un hacha muy afilada que él había
mandado hacer para ese fin exclusivamente. Después de que
aquel desastre se repitiera muchas veces, nadie quería ir a
contar cuentos al rey y por eso el rey estaba muy triste.
Pero un día un muchacho dijo que iría a contarle al rey un cuento
que nunca terminaría. Sus amigos y familia trataron de
disuadirlo, señalándole que lo más seguro es que el rey le cortara
la cabeza, pero él tenía una gran confianza y decidió ir adelante
con su plan. Aunque tenía un poco de miedo pues ya se había
encariñado con su cabeza ya que estaban juntos desde que nació.
Cuando llegó frente al rey, el soberano se puso muy contento,
porque hacía tiempo que no oía ningún cuento, se acomodó en el
trono y mandó que le contara el cuento, y entonces el muchacho
empezó:

"Había una vez un rey, tan poderoso como usted su majestad, que
gobernaba un país con inmensos campos llenos de trigo. Pero ese
año el invierno fue muy frío, los campos se helaron y la gente de
su reino pasó hambre. Entonces, el año siguiente, mandó guardar
en una torre el trigo suficiente para que la gente comiera
durante todo el invierno. El rey ordenó hacer una torre muy muy
grande para poner mucho mucho trigo. Cuando ya estaba lista la
llenaron de trigo hasta el tope. Pero como a la mejor cocinera se
le quema la sopa, y al mejor cazador se le va la liebre, a los
mejores albañiles les quedó un hoyito en la torre por donde solo
un saltamontes podía entrar. Después de poco tiempo, no más de
un mes, los saltamontes se dieron cuenta y empezaron a sacar el
trigo. Y llego un saltamontes y sacó un grano de trigo, y llego
otro saltamontes y se llevó otro grano de trigo, y llegó otro
saltamontes y se llevó otro grano de trigo, y llegó otro
saltamontes y se llevó otro grano de
trigo..."

El rey estaba muy interesado en el cuento


pero conforme los saltamontes seguían
sacando trigo se fue aburriendo.

"...y llego otro saltamontes y se llevo otro grano de trigo, y llego


otro saltamontes y se llevo otro grano de trigo, y llego otro
saltamontes y se llevo otro grano de trigo...."Después de tantos
saltamontes el rey se quedó dormido pero en sus sueños seguía
viendo saltamontes sacando trigo entonces cuando se despertó
interrumpió, al joven para preguntarle si la parte de los
saltamontes ya se iba a acabar, pero el joven le respondió que no,
que apenas iba empezando, el rey se sintió desfallecer al
escuchar esto, después de un rato le pidió al muchacho que se
saltara la parte de los saltamontes pero el joven le respondió lo
siguiente: "Pero su majestad, yo no puedo relatarle a usted la
última parte cuando aún no he terminado la primera parte..." El
rey acepto y entonces el muchacho siguió con su relato. ''Y llegó
otro saltamontes y se llevó otro grano de trigo, y después llegó
otro saltamontes y se llevó otro grano de trigo, y después llegó
otro saltamontes y se llevo otro grano de trigo, y llego otro
saltamontes y se llevo otro grano de trigo..." El rey sólo se
despertaba para preguntar si los saltamontes seguían sacando el
trigo, y después le dijo al hombre si se terminaba esa parte, el
relator le contestó que no, ''su majestad debe saber que las
saltamontes solo han sacado unos cuantos puñados de trigo, y el
contenido de la torre es enorme, parece ser que estos
saltamontes tardaran varios años para vaciarlo, ya que ese es el
propósito, que nunca se terminé el trigo, porque es para
alimentar a la población cuando venga el invierno....''

Desesperado y para no seguir


escuchando mas hablar de más
saltamontes, el rey exclamó lo siguiente:
"Ya no lo soporto, llévate todo el reino y
no te doy la mano, sino toda mi hija pero
deja de hablar de saltamontes por
favorrr!"

Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.

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