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AUTOAYUDA

\ ■

LO QUE NO DEJAS IR. LO CARGAS

LO QUE CARGAS,TE PESA


Y LO QUE TE P E S A . . . TE HUNDE

más _______

L ecto re s Rosa Esquivel


®D elfín E ditorial
F Ram ón Mendoza Ruiz

Editor y coordinador: F Ramón Mendoza Ruiz


Adiós tanatología
Autora: Rosa Esquivel
Diseño de portada: Miguel Ángel Salinas Agradecimientos
Diseño, formación y corrección: Alejandro Barbosa
Producción: Christian Falcón

Av. Miguel Bemard 457 And. 11/121


Col. San José Ticomán Este libro lo dedico de corazón
México, D.F CP 07340
e-mail: delfineditoriall@hotmail.com
a todos mis lectores que buscan mitigar el dolor
www.delfineditorial.com.mx que viene por la pérdida de un ser querido
Tel./Fax (55) 16 61 10 46

Miembro de la Cámara Nacional de la Industria


Editorial Mexicana - Reg. núm. 3451
Gracias a todos mis maestros del
Centro de Tanatología y Terapia del Duelo
© Primera edición: noviembre 2016
D.R. Derechos Reservados

ISBN 978-607-8302-85-7 A todos mis pacientes que depositan su confianza


para que los acompañe en este trance tan fuerte
y a m i amado esposo y compañero de vida
Colección: Más Lectores

Queda estrictamente prohibida la reproducción parcial o total de esta


obra bajo ninguna forma o por ningún medio, electrónico ni m ecá­
nico, incluyendo fotocopiado y grabación, ni por ningún sistema de
almacenamiento y recuperación de información sin el consentimiento
previo y por escrito de la Casa Editorial.

Impreso en México
Prirtted in México
Semblanza de léTautora y
Indice
• Lie. en Psicología, con especialidad
en inteligencia Em ociona!
• Maestría en Psicooncología
• Certificada por la UNAM en O rientación Fam iliar
• Diplomada por el ipn en D esarrollo H u m an o
In tro d u c c ió n ................................................................................... 7
• Autora de 21 libros: "Buenos" padres “malos" hijos;
¡Auxilio!, un adolescente en casa; ¡Auxilio!, no soporto C apítulo U no
a mis padres; Autoestima, la fuerza que da vida; ¿Q ué es la ta n a to lo g ía ?....................................................... 15
Autoestima, quiero y puedo , entre otros “E l estudio de la vida, que incluye a la m uerte”
• Panelista invitada del C anal O n ce U n poco de h isto ria ...................................................... 15
• Participación continua en radio, en estaciones com o: C óm o apoyar a una persona que perdió
a un ser qu erid o....................................................... 19
Exa, Radio C entro, Q u é tal Fernanda, entre otras
C aso L a u r a ....................................................................... 23
• Articulista de la revista TV N otas y TV N otas M u jer
C aso S a n d r a ..................................................................... 24
• C on una trayectoria com o conferencista y capacítadora
C aso A rm a n d o ................................................................ 26
para padres y empresas de m ás de 20 años
C a s o A r a c e li..................................................................... 27
• Ha im partido pláticas y conferencias a más
C aso L u c í a ....................................................................... 28
de 300 escuelas y empresas en toda la República C aso A lic ia ....................................................................... 29
M exicana
C apítulo Dos
D u e lo ........................................................................................... 35
“Proceso psicológico que se produce a partir
de alguna pérdida" (enfoque Gcstalt)
T ip o s de d u e lo ................................................................. 37
Sín tom as generales del d u e lo .................................... 39
D iferencias entre duelo sano y duelo patológico. 40
C aso M ir e y a ...................................................................... ^2
Adiós. unMtohgfa
6

P u d o familia y am ig o s................................................ 15
Decálogo acompañamiento de d u elo...................... 57
Puntos a recordar........................................................... 59

Capítulo Tres
Recuperación de la t e .......................................................... 65

Capítulo Cuatro
Adaptación después de la muerte del ser querido . . . 71
¿Qué es la espiritualidad?.......................................... 73
Caso E lb a ....................................................................... 76
Caso Ó sc a r..................................................................... 79
¡La felicidad eres tú!..................................................... 82
Un acto de am or............................................................ 89
Festividades del D ía de Muertos en M é x ic o ___ 92
Principios para morir con dignidad y vivir
plenamente.............................................................. 93

Bibliografía 95
Introducción

Desde hace algunos años escuchaba hablar de la ta-


natología sin entender plenamente qué significaba,
y mucho menos sabía que se considerara como la
ciencia que ayuda al ser humano a enfrentar espiri­
tual y psicológicamente la muerte.

En mis 20 años de experiencia como profesio­


nista he acompañado (psicológicamente) a m u­
chos pacientes en momentos donde consideran
estar “atorados” en alguno de los múltiples pro­
blemas que tienen que enfrentar en su vida. Sin
embargo, el acompañamiento a una persona que
ha tenido una pérdida significativa, especialmente
cuando se trata de un ser querido, requiere de una
intervención especializada. De tal manera que me
sentí “obligada” moralmente a prepararme en esta
disciplina.
8 Adiós, tanatología

El libro que ahora tienes en tus manos lo hice


por dos razones principales: la primera es para “es­
tar” más cerca — espiritualmente— de ti a través
de experiencias personales donde he aplicado los
principios de la tanatología, y la segunda, es para
que comprendas los duelos que tienes que enfren­
tar ante la muerte de tus seres queridos.

Personalm ente he pasado por duelos muy do­


lorosos: la muerte de mi m adre, de mi herm ano
mayor y la de mi padre, así que sé perfectam ente
el dolor que esto causa y que m ucha gente puede
quedarse atrapada en el sufrimiento si no utiliza
sus recursos adecuadam ente. De ahí mi interés
de informarte qué es y cóm o puede servirte la
tanatología.

Empezaré por compartir la filosofía a la que lle­


gué respecto de la tanatología, porque aunque hay
muchas definiciones al respecto, cada persona des­
cubre su manera de enfrentar estos dolorosos epi­
sodios de su vida según haya sido su experiencia
de ver morir, padecer una enfermedad terminal y/o
perder a un ser amado.
_______________ Introducción ()
------------------- ------------♦

Tanatología para los sobrevivientes

Desde mi experiencia como sobreviviente de la


muerte de mis padres y hermano, la tanatología
me ayudó a aceptar que aferrarse a los recuerdos
que causan culpa o cualquier otra emoción dañina
no es la forma de resolver lo que ya no fue o que
debió haber sido; todo tiene una razón para bien
aunque en momentos no la entendamos; además,
pude comprobar que sufrir es una decisión, y que
el dolor es un fuerte impulso para valorar el presen­
te y sanar el alma. Aprendí que morir es parte de
la vida, que las pérdidas hacen crecer a las perso­
nas cuando entienden que desde que nacemos nos
acompaña a la par la muerte; por tanto, la vida en
algún momento terminará .

Llegar a aceptar con filosofía la muerte no es


cosa sencilla y menos cuando tú eres el que esta
viviendo el duelo. Sin embargo, para aligerar este
proceso están los psicoterapeutas especializados en

tanatología.
■MiAt. hsmt/ohgftt
10 ____--------- ----- ------- “ — ^

Otro objetivo de la tautología' es ayudar al cn.


termo terminal y a la familia a aceptar lo inevitable;
por un lado, a que el enfermo tenga un final con
dignidad, con plena aceptación y total paz; y por
el otro, ayudar a los familiares a que tomen plena
conciencia de que el ser querido ya se va , y de esa
manera lleven a cabo su duelo en el menor tiem­
po posible y con el menor dolor. Del mismo modo,
ayuda a aquellas personas con ideas o conductas
suicidas.

Estoy convencida que la manera en cómo en­


tendamos la vida, así entenderemos la muerte y de
esto dependerá cómo enfrentemos el duelo.

En cada capítulo encontrarás información y


ejemplos que te ayudarán a comprender la impor­
tancia del duelo, que por cierto, es inevitable. No
podemos brincarnos el duelo. Sin embargo, con
una guia profesional podemos llevarlo de manera
sana; es decir, evitar que nuestro dolor se convierta

qU ‘T Saber m á s S ob re e s te c o n )u n to d e c o n o c im ie n t o s reía

co m / o tro s.h tn d .m U erte' V‘ S‘ ta ^ h ttP ://w w w 'a n a to lo g ia -a m ta c


Introducción 11
♦ - .... ......................... ♦
en sufrimiento al grado que nos enferme, paralice o
nos ponga al borde de la muerte.

Sé que en esos momentos se dificulta encontrar


consuelo a tanto dolor; además es sano sentirlo,
pero también sé que saldrás adelante.

“La muerte es un castigoyara afganos, j?ara otros un


regafo yj^cira muchos, unjavor. "
Séneca
i¡<rr

C a p ít u l o U no

'■"; -, n o r o m o o b j e t i v a

•>; • I y . j t i q u e é :;

. í y b . ¿,.-¿i,; • -.T la rcalKÍí


esa iurcnlú

*• 7J ’ r •
■14
•o
i

¿ Q u é es la ta n a to lo g ía ?
“E l estudio de la vida, que incluye a la muerte”

La palabra tanatología viene del griego thanatos


(muerte) y logos (estudio o tratado). Apenas en los
años 50 se consideró como la ciencia que aporta el
conocimiento científico del significado de la muer­
te y sus ritos. Actualmente es reconocida como una
práctica multidisciplinaria que tiene como objetivo
proporcionar ayuda profesional para que el pacien­
te en etapa terminal y la familia acepten la realidad,
lo que a su vez, les ayudará a tener mejor calidad de
vida y llegar así a una muerte digna y en paz.

Un poco de historia...

En 1901 el médico Elias Metchnikoff usó por pri-


mera vez el término tutiatologta (la ciencia de la
muerte) sólo para referirse a la ciencia que trataba
,h/iós. tiinatohgfa
16

todo lo referente a los cadáveres desde el punto dc


vista médico-legal (medicina forense). Sin embar­
go, la doctora Elizabeth Kuble-Ross realizó una
investí nación científica con resultados metafisicos
sorprendentes, de los cuales podemos encontrar
algunos casos más detallados en su libro Sobre la
muerte y los moribundos.

La autora expone la importancia para aquellas


personas que apoyan a los moribundos, revisen su
propia actitud y su capacidad para afrontar la en­
fermedad mortal y la muerte. Trabajar y acompa­
ñar a un paciente moribundo requiere una gran
entrega y una gran capacidad para enfrentar el do­
lor y el miedo ante la propia muerte. También se
refiere a sus experiencias al dirigir el seminario so­
bre la muerte y los moribundos. Nos comparte su
asombro al enfrentarse a la negativa de los médicos
a que sus pacientes moribundos fueran apoyados
en momentos tan aciagos de su vida, reflejando sus
propios temores y tal vez hasta sus prejuicios para
hablar de situación tan terrible pero al mismo tiem­
po tan natural; un tema que deberían tener supe­
rado al enfrentarse día a día a la muerte. Al existir
¿ O ttS a h tanatohgfa? 17

infinidad de motivos por los cuales un paciente se


encuentra en el ocaso de su existencia, la revisión
del impacto emocional de cada caso es vital para así
poder ayudar al enfermo de la mejor manera. Hay
que recordar que acompañar en la muerte nos co­
necta con nuestro propio miedo a la misma.

El doctor Jorge Montoya Carrasquilla2 comen­


ta: “En ninguna otra situación como en el duelo,
el dolor producido es total: es un dolor biológico
(duele el cuerpo), también psicológico (duele la
personalidad), en el aspecto social (duele la socie­
dad y su forma de ser), en el ámbito familiar (nos
duele el dolor de otros) y finalmente en el campo
espiritual (duele el alma). En la pérdida de un ser
querido duele el pasado, el presente y especialmen­
te el futuro. Toda la vida, en su conjunto, duele .

Hoy en día, muchas más personas consideran


el hecho de m orir como algo serio por el impacto
y desgaste que deja en la familia cuando pierde a
un ser querido, al igual que la persona con una

^ M ca lia .m n g .co n V p ro file/ Jo rg eM o n co y a C a rra sq u illa .


Adiós, tanatología
18
♦-
enfermedad crónica degenerativa (hipertensión ar­
terial, diabetes, cáncer, entre otras). D e a h í que la ta-
natología ha ido tom ando fuerza para ser utilizada
com o una disciplina profesional y com o una parte
importante de acom pañam iento en tales situacio­
nes. D e tal m anera que el tanatólogo (a) se encar­
gará de atender psicológica, em ocional y espiritual­
m ente a las personas involucradas, brindándoles el
apoyo psicológico y espiritual para qu e acepten y
vivan el duelo con un nuevo sistem a de vida que les
permita asim ilarlo con mayor prontitud, em pezan­
do desde el cóm o dar la noticia de un diagnóstico
term inal que, en la realidad m uchos m édicos o per­
sonal clínico no están preparados para sensibilizar­
se ante el impacto que causará en el paciente y en
la familia. Sin embargo, el tanatólogo con sus cono­
cim ientos sobre el tem a puede sensibilizar a todos
los involucrados en el drama para que descubran su
fortaleza espiritual.

La muerte ha sido y seguirá siendo un misterio


inevitable que despierta el interés de estudio en los
científicos e intelectuales, así com o la motivación
para que los pensadores y filósofos puedan despertar
¿Qué es la tanatolae(a? io
' —------------ »
la fuerza espiritual de las personas para que pue­
dan soportar ese terrible dolor con resignación.

La muerte generalmente va acompañada de mie­


do y angustia que experimentan tanto el doliente
como la persona consciente de su inminente muer­
te. Sentir miedo ante esta realidad es tan natural
como propio del ser humano, aunque existen cul­
turas donde la muerte es considerada un privilegio
que se espera con alegría, incluso debe provocarse.
Desde luego que depende de las creencias, tradicio­
nes, mitos, valores, etc., debido a que cada una ha
construido sus propios significados de acuerdo a su
cultura y creencias religiosas respecto de la muerte,
basándose en el origen de su civilización. De ahí
que cada persona o grupo social vive su duelo de
maneras diferentes.

Cómo apoyar a una persona


que perdió a un ser querido

Tomar conciencia del significado que tiene para


el doliente la pérdida del ser querido; por tanto,
2Q Adiós, tamitologfo
♦ ---------------- ---- ------ ---- " " *

tendrás que cuidar que tu actitud sea positiva, tus


palabras sean de aliento, tus reacciones adecuadas
y una demostración de afecto sincera ante tan do­
loroso y difícil suceso. Todo esto hace la diferencia
para el cómo se enfrentará posteriormente el duelo.

Palabras de comprensión: Estas palabras tienen


como objetivo transmitirle a la otra persona que es­
tás acompañándole en su dolor. Por tanto, sólo de­
bes decirlas si ella quiere hablar y con el propósito
de parafrasear lo que diga. E n el capítulo de Duelos
encontrarás las frases que debes evitar.

• “Me doy cuenta q u e .. . ”

• be que tu ...

• “Es natural que. . . ”

• “Entiendo q u e .. . ”

• Acompañar es también estar en silencio.

Actitud positiva: Tenemos la libertad de elegir


qué y cómo pensar ante los eventos de la vida, y si
________________ es iu tanatologítí?
21

la actitud es positiva, tus pensamientos se orienta­


rán hacia la form a constructiva, objetiva y sana de
lo que esté sucediendo. Esto dependerá de visua­
lizar lo m ejor, anticiparse a los mejores y posibles
resultados. N uestros pensamientos son realmente
poderosos.

• E scu cha activamente, demuestra interés por


lo que dice y siente haciendo contacto visual,
físico.

• Invitar con tu propio ejemplo a ver el lado


positivo de la situación.

• M antenerse cálido y respetuoso ante las ne­


cesidades del doliente.

“La muerte no nos roba ios seres amados. A i con­


trario, nos ios quarda y nos (os inmortaíiza en eí re­
cuerdo. La vida sí que nos (os roba muchas veces y
U n itiv a m e n te . ”
F ra n g ís Mauriac
Adiós, tamitología
22

La rutina o los problemas que tenem os que


afrontar cotidianamente nos conduce a que deje­
mos de valorar cada instante de nuestra vida y en
ocasiones hasta a nuestros seres queridos. Sin em­
bargo, cuando enfrentamos situaciones donde nos
vemos afectados gravemente en nuestra salud o la
pérdida de un ser querido, cobramos consciencia de
que no estábamos preparados para poder manejar
situaciones tan angustiantes. E n esos momentos
nuestra actitud es determinante porque podemos
aprovechar la experiencia y aprender a dar signifi­
cado a una muerte; saber que tenemos la oportuni­
dad de comenzar de nuevo y no dejarnos caer hasta
hundirnos.

La actitud que asumas ante dicha realidad


será la clave para superar el duelo o hundirte en
la desolación.

Te comparto mis pensamientos ante el duelo:

E l dolor es inevitable, pero sufrir es una decisión.


I

E l SUf nm tení° f u l a n a la f e y acaba con la vida.


¿Q u é es h tanatologfa? n

E l dolot despierta la conciencia para crecer, seguir


adelante y servir.

El sufrimiento es la consecuencia de no reconciliarse


con uno mismo o con los demás.

E l dolor es la prueba de que estamos vivos.

E l sufrimiento se aprende y se debe aceptar como


castigo.

E l dolor se transforma en amor.

E l sufrimiento se transforma en amargura.


Rosa Esquivel

Caso Laura

El esposo de L a u ra estuvo internado en el hospital


durante tres sem anas por insuficiencia renal grave.
Tenía un tu m o r m aligno.

E l m édico le dijo a L au ra: “Señora, se hizo lo


que se pudo pero su esposo ya no tema remedio y
Atirió porque así tenía que ser .
24
♦-

Actitud de Laura

«Ese doctor tuvo la culpa de que mi esposo murie­


ra; su frialdad demuestra que no hizo lo que tenía
que hacer. Ojalá cuando alguien se muera de su fa­
milia se pudra de dolor. Eso es lo que merece. Haré
todo lo que sea necesario para que lo corran.

Sin duda, recibir la noticia con estos comenta­


rios, genera rabia, impotencia, coraje, que además
se suman al dolor, angustia y ansiedad por la pér­
dida del ser querido. Sin embargo, Laura comenta
que la tanatóloga la acompañó sicológicamente a
entender al doctor y a deshacerse de los sentimien­
tos destructivos que no le permitían terminar su
duelo y que además, estaban afectando de manera
importante su salud.

Caso Sandra

Sandra nene 47 años de edad y ha sido diagnos-


ncada con cáncer de mama en etapa terminal. Su
piensa que debe ocultarle el diagnóstico
¿ [)u é e s !<i tathutiíof¡fti?
25

[K,r temor a que empeore su estado de ánimo. Sin


embargo, Sandra insistió muchas veces en saber su
estado real de salud y, en dado caso que su enfer­
medad ya no tuviera remedio, quería saber cuánto
tiempo de vida le quedaba porque se siente muy
mal, y si iba a morir pronto, poder dejar todas sus
cosas en orden y aprovechar el tiempo que le quede
para ‘‘disfrutar” a sus hijos.

Sin embargo, su esposo y familiares bien inten­


cionados le insistían en que no estaba tan grave,
que su malestar y dolores eran parte del efecto de
los medicamentos, pero que pronto se podría bien
para que disfrutara a sus hijos, que no debería pen­
sar en despedirse de nadie ni hacer nada. Vivió dos
meses más después del diagnóstico.

Actitud de Sandra

Vivió con m ucha angustia, tuvo una agonía muy


larga. Por otro lado, la familia se sintió profunda-
mente culpable durante varios años por haberle ne­
gado el derecho a saber lo que el médico le había

diagnosticado.
26

V e n ,™ algunos casos m is y analicemos las creen.


Cias de cada una de las personas ante la perdida, as,
como la manera que enfrenta su duelo.

Caso Armando

Armando es un hombre de 38 años de edad, hace


dos años murió su esposa de cáncer de m am a y el
quedó a cargo de sus dos hijos pequeños: Luis de
8 y Armandito de 6 años. Casi todos los días coloca
un florero en su buró con las rosas que le gustaban
a su esposa.

Actitud de Armando

A veces me parece que todavía escucho y veo a mi


esposa. Recuerdo con claridad los últim os días que
la vi sufriendo por su enfermedad. C ada mañana
pienso que no supe valorarla. D esearía verla aun-
que fuera unos pocos m inutos para decirle cuánto
la quise, la falta que ahora me hace y que no supe
apreciar su compañía. Espero me perdone y que
¿Qué es ¡a tanatologfa?
---- " ---------------- - ------------- — ---------

cuando me llegue la hora de partir, Dios me permi­


ta estar a su lado. Mientras tanto, cuidaré y amaré a
nuestros hijos porque sé que desde donde ella esté
se sentirá feliz por ello.”

Caso Araceli

Araceli es una mujer de 54 años, y hace 10 perdió a


su hijo en una accidente automovilístico cuando te­
nía 20 años de edad. Hace cuatro años también fa­
lleció su esposo por problemas del corazón y a ella
le han detectado diabetes. Su estado actual es deli­
cado, debido a que se resiste a llevar el tratamiento;
no quiere modificar su actitud y menos acepta ser
atendida sicológicamente.

Actitud de A raceli

“No he podido superar la muerte de mi hijo, y


Dios me quitó tam bién a mi esposo hace pocos
años. Nada puede compararse al dolor que siento
Por la muerte de mi hijo. La vida para mí no tiene
Adiós, titmuofogto
28

sentido. Estoy tan sola y no sirvo para nada. No me


creía tan mala, pero con todo lo que me ha pasado,
í sólo puedo entender que estoy pagando algo muy
\ grave. Me quiero morir.

Caso Lucía

Lucía tiene 42 años de edad y le detectaron cáncer


cervicouterino en etapa I, lo que significa que es
curable en la mayoría de las pacientes, siempre y
cuando se haga una aplicación apropiada de la ci­
rugía, la radiación y la quimioterapia.

^ Actitud de Lucía

Tengo miedo de todo lo que pueda presentarse en


n mi situación. Sin embargo, agradezco a Dios por­
P que al saber que tenía esta enfermedad pude dar­
m me cuenta del tesoro que es la salud; además, tengo

una nueva oportunidad de vivir con más conciencia
ii
y plenitud. Estoy lista para enfrentar lo que venga

El porque si esto me está pasando a mí, es porque soy


¿Q ué es la htnatofojffti?
29

capaz de resolverlo; ademán *


m cuento con gente que
me quiere y seguro me apoyará.”

Caso Alicia

Alicia tiene 35 años de edad, sufrió un accidente


automovilístico y tuvieron que amputarle una pier­
na. Es madre de una pequeña de 7 años y vive con
su esposo.

Actitud de Alicia

“Es terrible que me haya pasado esto. Para qué me


salvaron la vida. Mejor me hubieran dejado morir.
Ojalá que los doctores que me atendieron la pa­
guen por ser tan incapaces e ignorantes. Ahora es­
toy inservible. No me interesa nada la vida. A todos
les provoco lástima. Ni siquiera podre servirle a mi
hija. Así no puedo ayudarle en nada. Es mejor la
tuerte. Además, se quedará con su papá. Sólo soy
u*a carga para todos. Nadie me entiende. Toda m,
;n . Utos, untitiologiu ____ ____________
♦ ------------------ -------- ~

familia sólo me fastidia con su trasecita ‘Échale ga.


nas\ Como si sólo de eso se tratará.

Habrás notado, mi querido lector (a), que el im­


pacto o la experiencia de cómo cada quien vive o ve
la pérdida. Aunque el dolor es inevitable, la actitud
ante esa realidad puede hacer la diferencia.

La tanatología te ofrece alternativas para recu­


perar más pronto el equilibrio emocional y así vuel­
vas a tomar en tus manos el control de tu vida, y
en el caso de las personas en fase terminal, puede
acompañar a vivir cada día que les quede con un
sentido de amor y agradecimiento, por difícil que
esto parezca.

No importa tanto cómo muere eí hombre sino cómo


vivió. ”

Recuerda: Los recursos psicológicos con los que


cuentas serán transform ados en la m edida en que
¿Qué es la ranatolagfa?
3)
comprendas el dolor (a fivr,.- „
r ^ ravor o en contra). Quizá la
primera tarea será aprender a el,mi„ar ,os m¡c(los
(irracionales) que le roban la experiencia de vivir a
plenitud, sea cual sea tu snuadón e incluso si por
la desesperanza has tenido ideas "fabricadoras” del
suicidio.
C a p ít u l o D os
Duelo
Proceso psicológico que se produce
a partir de alguna pérdida"
(Enfoque Gestalt)

El duelo por la pérdida de un ser querido suele


generar reacciones de diferentes tipos que afectan
todas las areas (psico-emocional-social-espiritual)
del ser humano, produciéndole sentimientos tran­
sitorios de abatimiento y amargura o en ocasiones
pueden agravarse y durar muchos años o incluso
toda la vida, hasta el punto de provocar enfermeda­
des físicas o mentales (Raphael, 1983).

El duelo, según Bowlby es el Proceso psicoló­


gico que se pone en marcha debido a la pérdida de
una persona amada”.

Cuanto más numerosas y de mayor importan


c*a sean las reglas que se deban cambiar, más do-
loroso y difícil será adaptarse a la nueva rea i a
Adiós, tanatología

y más tiempo y energía requerirá (C .M . Parkes,


2010, p. 668).

Todo ser humano tiene a lo largo de su vida


varias pérdidas; por tanto, ha experim entado dife­
rentes duelos. Además, cada persona reacciona de
diferente manera ante dicha situación. H abrá quie-
nes actúen como si nada hubiera pasado y otros se
pueden “atorar” en una fase aguda de depresión.

No todos elaboran un duelo que conduzca a la


adaptación adecuada de la nueva situación. Cual­
quier duelo requiere de una adaptación, especial-
mente cuando se trata de un ser querido en donde
su muerte se presentó de manera imprevista o muy
rápida, ya que el impacto emocional es mayor. De
tal manera que lo, duelos pueden ser normales o
patológicos.

“Noperdiste a nadie, quien murió, simplemente se tt0S


‘adelantó’, porque p a r a a llá vamos todos. A demás, &
mejor de él, e l amor, sique en tu corazón.”

Facundo Cab
Duelo
37

Tipos de duelo 3

Retardado

Características típicas del duelo normal, pero no


suele iniciarse tras el fallecimiento, sino transcurri­
do un tiempo; generalmente entre 2 o 3 semanas y,
en ocasiones, varios meses.

Ausente

No aparece la reacción em ocional y el presunto do­


liente actú a co m o si no hubiera ocurrido nada.

Crónico

Se instala en la fase m ás aguda del duelo y muestra


ansiosos, depresivos y una
A rante años síntom as a
v obsesiva por la figura del
preocupación con tin u a y

^piusesmas.cojTv'sa/ud/j^muerte^y^cJj
-duelo como rcaccionam os/636.htm L
Adiós, tanatologfa
38

fallecido. E n realidad, puede ser una form a patoló­


gica de duelo complicado.

Inhibido

Incapacidad para expresar claram ente el pesar por


la pérdida por limitaciones personales o sociales.
Suele acompañarse de retraimiento, dedicación ob­
sesiva a la atención a terceros, etcétera.

D esautorizado

Se produce cuando el entorno que nos rodea no


acepta el duelo. Es el caso de los viudos (as) mayo­
res a los que la familia, transcurridos unos meses
del fallecimiento del cónyuge, la fam ilia reprocha
que sigan en duelo “porque la muerte de una per­
sona mayor es algo norm al”.
..r ¡ (a vida m u y o s c u ra d e s p u é s d e q u e tú m oriste pero

a(p a so d e u n tie m p o re c o rd é todo ío q u e hiciste p a r a


,¡uc ijo f u e r a f e l i z . G r a c ia s a eso m e p u d e fevantar. A h o ­
ra cada vez q u e e n tris te z c o recu erd o Ca e n s eñ a n z a q u e

me dejó tu a u s e n c ia . E f va cío d e tu p r e s e n c i a j a m á s
podré ttenai, p e r o s í h e (o q ra d o s a n a r p a r a v iv ir m ás
agradecida y s e r v i r a ios d e m á s / '

Rosa Esquive!

(Gracias mamá y papá. Los amaré toda mi vida.)

Síntomas generales del duelo

* Falta de apetito

* Insomnio

* Pena

Dolor

Tristeza
unuitologín

• Ansiedad

• Dificultad para concentrarse

Diferencias entre duelo sano


y duelo patológico

S ano

En el duelo sano se puede experimentar una sen­


sación de estar aniquilado y sin esperanza en el
futuro; incluso la persona puede perder el apetito
temporalmente, el ritmo del sueño suele alterarse
y la tristeza después de la muerte del ser querido
es totalmente natural; de hecho, la tristeza es una
manifestación de cualquier persona sana en ciertas
situaciones que requieren de adaptación.

Patológico

Lo que diferencia la tristeza patológica de la tris­


teza normal es la intensidad de los síntomas, la
i h irió
41

Jiiracióf» de h> r e a c c i ó n ( m ;')s


, ¡ a m , ó „ de síntomas s „c

normales; por ejem plo; alunn- ■ S ,>crsonas

li'rantes (F e rn á n d e z -M o n ta lv o y E c h l ° ^ ^
Parkes, 1972; Worden, 1998 ). eburua’ 1997;

Es posible detectar el duelo patológico cuando


la persona que ha perdido a un ser querido pre­
senta una o más de las siguientes manifestaciones
(Clayton, 1985):

• Se reprocha intensam ente no haber hecho


lo suficiente para “salvarlo” o para que no se
hubiera enfermado.

* Irritabilidad extrema.

# Culpabilizar frenéticamente a terceros (fa­


miliares, médico, Dios, etc.).

* Aislamiento social.

Consumo excesivo de fármacos y/o drogas,


alcohol.
. Sonorización (vómitos, m areos estreñi­
miento, dolores de cabeza o m usculares, falta
de apetito, taquicardia etc.).

Caso Mireya

Mireya tiene 59 años de edad, perdió a su hija, de


31, cuando dio a luz. Fue vigilada durante todo su
embarazo y no presentó ningún síntoma anormal.
Sin embargo, tuvo complicaciones en el parto y
murió.

Ahora Mireya tiene problemas de presión arte-


nal alta, duerme muy poco y ha empezado a beber
alcohol para “conciliar” el sueño; también ha au­
mentado el consumo de cigarrillos y casi no come.
Suele “platicar” con su hija, especialmente cuando
se emborracha. Asegura que sienta ,
B ^uc Slente su presencia y
que hasta e contesta. A pesar de que ya han pasa-
do 3 anos del suceso. Ultimamente ha empezado a
decr que su h,,a no está muerta. Que ,„d0 h , sido
un error.
Duelo

En los momentos en que se encuentra ebria re­


pite una y otra vez:

“Sabía que esto iba a pasar. Siempre noté que


mi hija se sentía mal, nunca debí confiarme a esos
médicos. Además, su esposo nunca la valoró, por
más que diga que sufre mucho, no se lo creeré nun­
ca. Seguro que él es tan culpable como los doctores
por tanto que la hacían enojar. Hasta el muy mal­
vado se ha conseguido otra pareja. Debería guar­
darle luto eternamente a mi hija que fue tan buena
con él.”

Las reacciones psicológicas del duelo varían en


densidad y contenido a medida que transcurre el
üempo. Las fases habituales del duelo, en todo caso
bables de unas personas a otras, están expuestas
Cn*aTabla 1 y el esquema representativo en la figu-
a^de la siguiente página. El duelo normal y duelo
Otológico (Echeburúa, E. y Corral, P, p. 233).
44 Adiós, tanatología
♦-

T ab la 1. F a s e s d e l d u e lo

F a se s M o m e n to S ín to m a s

Shock o Embotamiento
Inmediato a
parálisis afectivo
la muerte
Apatía
Agitación
Dolor y alivio Dos primeras Aceptación
semanas de la muerte
Pena y dolor
Resignación
Resentimiento Dos semanas a Depresión
cuatro meses Ansiedad
Irritabilidad
Inseguridad
Recuerdo Tres a doce meses Reminiscencias
del fallecido
Pena

Figura 1

Depresión P ro c e s o de
elab o ració n

T "

Pérdida R e so lu ció n
Duelo

Duelo familia y amigos

uE Í c a m i n o p a r a v e r c o n ( a j e es c e r r n y ^ ¿ &
ra z ó n . "

Benjamín Franklin

La pérdida de un ser querido no sólo afecta a las


personas más cercanas a él sino también a otros fa­
miliares y amigos, por ello es importante responder
a las preguntas más frecuentes que suelen hacerse:

• ¿Cuánto tiempo puede durar el abatimiento


en mis familiares?

• ¿Cómo ayudar a que acepten el hecho sin


lastimarlos?•

• ¿Cómo se puede mostrar la solidaridad y


comprensión por el dolor de nuestro famdtar

o amigo?

■s
•i;,t J
Adiós, latuitoiogía
4* *

Primera respuesta

La psicoterapeuta Magdalena Pérez Trenado, au­


tora de algunos libros sobre el tem a del duelo y
los grupos de autoayuda com enta: E l duelo co­
mienza antes del fallecimiento y no podemos decir
con exactitud cuándo concluye. Elaborar el duelo
es algo que lleva bastante tiempo y, para algunas
personas, no concluye nunca. Para unos, la iden­
tificación, la presencia o las visiones de la persona
perdida continúan de por vida; para otros, el dolor,
la rabia y la culpa dura muchos años... Aunque se
elabore la pérdida eficazmente, la cicatriz psicoló­
gica se va a mantener siempre”.

La eíaboración defduefo significajtonerse en contacto


con eí vacío que ha dejado (apérdida de (o que no está,
vaíorar su importancia y soportar ef sufrimiento y b
Jrustración que comporta su ausencia . "

Jorge Bucay

’ (http://www.cantasvitoria.org/datos/documentos/Material%20
Duelo-magdalena.pdf).
Duelo 47

Segunda raspuasta

Como cada persona experimenta el duelo de mane­


ra diferente, la sugerencia es que conozcas las 5 eta­
pas descritas por la doctora Elizabeth Kuble-Ross,
para que te sea más fácil ofrecer tu apoyo.

Para disminuir el temor


se necesita información

• ¿Será conveniente que el enfermo sepa su


diagnóstico?

Si se encuentra en condiciones psicológica­


mente normales y pide saberlo, si se le debe
informar. Claro, que debe utilizarse lenguaje
sencillo y adecuado a la edad.

* ¿Quién debe dar la noticia del diagnóstico


grave al enfermo y familiares?

El médico de preferencia y en presencia de la


Emilia.
Adiós, tanatologM_

ándo se debe dar la noticia?


¿Cómo y cua

Al paciente cuando la solicite, y si es posible,


con la orientación de un psicoterapeuta o ta-

natólogo.

¿Cuándo no es conveniente dar la noticia de


la gravedad de la enfermedad o de la muerte
de un ser querido?

Cuando su condición o estado no le permita


asimilar su realidad (trastorno m ental o psi­
cológico, edad, ya sea muy m ayor o muy pe­
queño).

¿Siempre un diagnóstico grave es sinónim o


de muerte?

O, por eso es necesario que el oncólogo dé


a in ormación para conocer las probabilida-
« e sobrevivir y para considerar las alten
a lvas e tratamiento que ofrezca.
/h ielo 4‘)

.('«Sino saber que hacer respecto de las alter­


ativas de tratamientos que ofrezca el perso­
nal clínico?

Preguntarle al oncólogo las recom endadas,


sobre los efectos y consecuencias.

Sigo llorando porque mi ser querido ya m u ­


rió. ¿Le afecta para que descanse en paz?

Ni el llano ni otro tipo de cosas pueden im ­


pedir el proceso de la vida y de la m uerte.
Recuerda que es parte de nuestra con d ición
humana.

cEl descanso eterno de m i ser querido d e­


pende en gran parte de m is oraciones?

Yo creo que el descanso ya lo obtuvo ese ser


h erid o desde q u e partió. S in em b arg o , si
necesitas orar, seguro te ayudará a san ar
Porque te perm ites d ialog ar con tu in terio r,
$er
superior, D io s, c o n cie n c ia o co m o tú lo
c°ncibas.
Adiós, tanatoiogíit

en casa impide el desear^


• ¿Tener las cenizas
de mi ser querido?

Las cenizas son sólo Ja desintegración física


de un cuerpo que estuvo ocupado por un es­
píritu, ese espíritu (energía) se integrará a su
origen. Sin embargo, si ahora te hace sentir
mejor tener las cenizas en casa, no afecta al
espíritu. Aunque te recomiendo que cuando
ya te sientas listo(a) las pongas m ejor en un
nicho. Esto te ayudará psicológicamente a
desprenderte y a sanar más pronto. T ú deci­
des cuándo.

as respuestas que di a las preguntas anterio-


res, sólo cumplen con las primeras inquietudes que
surgen. Sin embargo, deberán ser contestadas con
enea p°r lo, especialistas qUe incluyen, por supues­
to, al tanatóloeo va mi* j ■
son diferentes y’se deh * SUUaC1Ón Y P ^ 0" 3*
pecios nnc'Ki en Considerar todos los as-
pectos posibles y tratar a
necesidad. Cada persona según sea su
/htclo 51

F,ap*s de d u d °
doctora Elizabeth Kuble-Ross

-£ 5sólo cuando realmente entendemos que te­


nemos un tiempo limitado en la Tierra, y que no
tenemos manera de saber cuándo nuestro tiempo
se ha acabado, que entonces comenzará a vivir
cada día al máximo, como si fuera el único que
teníam os.”

Elizabeth Kübler-Ross es pionera de la tanatolo-


gía, escribió el libro Sobre la muerte y los moribundos
conbase en una serie de investigaciones que llevó a
cabo en hospitales. Al hablar de las fases del duelo,
fila se enfoca más en enfermos terminales, aunque
también menciona la muerte.

1. Negación y aislamiento. Durante la prime­


ra etapa del duelo, “Negación y aislamien-
t0 , oposición a la idea de que tiene una en­
fermedad mortal o puede ser también que el
Paciente se aísle del resto de la gente, reac­
u ñ e s consideradas como normales y como
Una forma de protección provisional a sí
Adiós, tdiuitofotf'l
52

misnio, l-ic
las m iles serán mas tarde sustitui-
cuates»
das por una aceptación parcial. La negación
puede funcionar como un amortiguador
después de una noticia tan impresionante o
inesperada como ésta. Es necesario pasar por
esta tase para suavizar el dolor.

2. Ira. Segunda fase. Sustituye la negación que


tiene el paciente por los sentimientos de ra­
bia, coraje, envidia y resentim iento; aquí
surgen todos los “por qué”; los pacientes
moribundos suelen quejarse por todo, todo
les parece mal y es criticable, pudiendo res­
ponder después con culpa, vergüenza, dolor
y lágrimas. Fase difícil, pues la ira se desplaza
en todas direcciones, incluso injustam ente,
y en muchas ocasiones, los que están cerca
del enfermo no se preguntan el porqué de su
ira y la toman personalmente, cuando esto
es, en verdad, parte del proceso. Recomienda
a quienes rodean al paciente no reaccionar
con más ira, pues esto puede provocar una
conducta hostil en él y aconseja, en lugar de
esto, aceptar la ira irracional del afectado,
f hielo 5*

cnicndicndo que al expresarla le ayudará a


u-r ptar mejor su pérdida.

* Pacto. hlisabcth Küblcr Ross llama a la ter­


cera etapa “Pacto", porque como el enfermo
no ha sido capaz de afrontar la verdad duran­
te la primera fase, y se ha enojado con los de­
más en la segunda, surge ahora la necesidad
de querer llegar a un acuerdo para procurar
superar esa desagradable vivencia por la que
está pasando. M enciona Kübler Ross que du­
rante sus investigaciones, la mayoría de los
pacientes, el pacto lo hacían con Dios.

4. Depresión. Después de haber pasado por las


fases anteriores, el paciente pasa por una eta­
pa de depresión, de tristeza profunda y todos
los sentimientos anteriores pasan a ser susti­
tuidos por una sensación de pérdida; por esto,
la cuarta etapa del duelo es llamada “D epre­
sión”. K übler Ross recomienda que el m ori­
bundo viva este sentim iento y aconseja a las
Personas cercanas a éste, no alentar al enfer­
mo a que vea el lado positivo de la situación,
Adiós, tanatologto _____________________
S4

pues eso evitaría que el m oribundo pensara


en su propia muerte; sena absurdo decirle esto
cuando los demás tam bién se ponen tristes al
perder a un ser querido. Si se vive esta etapa y
se enfrenta el dolor que consigo lleva, al enfer­
mo le será más fácil aceptar la realidad.

i
,c| 5. Aceptación. “La aceptación” (quinta fase),
j llega cuando todas las demás se han expe­
rimentado; el enfermo no se sentirá abatido
ni enfadado por su “destino”. Sin embargo,
no significa que aceptación sea sinónimo de
felicidad; más bien, es como si el dolor no
existiera más. Kn esta etapa, es normal que
el doliente se sienta débil o cansado y por ello
tenga la necesidad de dormir o descansar,
aunque de diferente manera que en el pro-
1 ceso de depresión; ahora es con tranquilidad,
1 muy parecido al sueño de un bebé recién na-
cido. Com ienza a sentirse una cierta paz, pu"
diendo estar bien ya sea solo o acompañado-
La vida se va imponiendo.

do de s
Su libro L a muerte - un am anecer - las cinco fases del dad0'
íhtclo 55
* -♦

i Tercera re sp u e sta

£n primer lugar, debes evitar frases como:

| “Échale ganas, así es la vida.”

“Sólo Dios sabe por qué hace las cosas.”

“Pronto te sen tirás b ien , sim p lem en te ‘se nos


adelantó’.”

“No llores porque no dejas descansar al difunto.”

“Se te pasará con el tiem p o .”

No hay m al qu e dure cien añ o s.”

algún m om en to todos sabem os lo que es per-


^ra un ser q u erid o .”

v
e cómo te sientes p o r eso te aseguro qu e se te
Pasará»
56
Adiós, tatMtohgfa

Lo más importante es entender cóm o se siente, y ¡


esto se logra escuchando lo que necesita decir o no
decir. Evitar presionar para que hable. Pero si desea
compartir lo que vivió con esa persona, las anécdo­
tas, historias, compartir fotos, recuerdos. El hecho
es transmitirle que estás ahí y hasta hacer preguntas
sobre el ser querido. Puedes invitarle a salir, acom­
pañarlo a la iglesia si así lo desea, salir a caminar a
tomar un café, etc. Expresar tu aprecio con abrazos,
caricias, contacto físico (si lo perm ite), etcétera.

i
“Las personas más bellas que hemos conocido
son aquellas que han experimentado la derrota, el
sufrimiento, la lucha, la pérdida, y han encontra­
do su manera de salir de las profundidades. Estas
personas tienen una gratitud, sensibilidad y com­
prensión de la vida que los llena con compasión,
dulzura, y una preocupación amorosa. Las perso­
nas bellas no lo son por casualidad”.
Ihiriu
S7

i A continuación comparto el “Decálogo acompaña­


i
I miento de d ueloV publicado el día 9 octubre del
í ?0H por la licenciada Rosalía Méndez.
i

D e cá lo g o a co m p a ñ a m ie n to de duelo

• Leeré y me informaré de aspectos relaciona­


dos con el duelo; de esta forma mi ayuda será
más efectiva.

• Permitiré y animaré la expresión de los senti­


mientos de dolor y tristeza por la pérdida del
ser querido, sin salir huyendo ante la mani­
festación de los mismos.

* Mantendré una actitud de escucha y aten­


ción para el dolor, la tristeza, la rabia, la frus­
tración, la soledad y todos los sentimientos
que acompañan la aflicción.

"httpy/www.mundopsicologos.com/articulos/decalogo-del-
%

Oftlpanante-de-duelo.
Adiós, tanatologfa
58
♦-
• P restaré, m ien tras sea n e c e s a rio , m is h o m ­
bros, m is b razo s y m i p e c h o c o m o consuelo
de la p erson a d olien te.

• No esperaré a que el o ella busque ayuda. To­


maré la iniciativa visitándolo o llamándolo.

• Facilitaré el apoyo y la com unicación efectiva


de la familia.

• Respetaré las diferencias individuales en la


expresión del dolor y en la recuperación del
mismo.

• Estaré atento a las reacciones anormales o


distorsionadas del duelo.

Animaré la realización de todas las activida-


des necesarias para la prom oción, manteni-
miento de la salud y prevención de enferme­
dades durante el duelo.

Una vez alcanzada la recuperación, animaré


y colaboraré en el establecim iento de activF
dades para el doliente.
Duelo
59

' I » ' " ™ " ’ - ™ ' ¿ d o ta ,.. „Kesltar,


, una persona la que confíe para ^
„d» opo de se„„miemos y pensamientos sin sen-
nrse reprimido, avergonzado o criticado.

Aceptar la ausencia definitiva del ser querido re­


quiere de tiempo para que la familia logre adaptar­
se a la nueva realidad. Comprender que el doliente
percibirá un gran vacío en su vida y que decir adiós
le será difícil.

Puntos a recordar

• El orden como presenta la doctora Elizabeth


Kuble-Ross las etapas de duelo, no necesaria­
mente será como tú lo experimentarás. Cada
persona percibe de distinta manera el mismo
hecho.*

* Si ofreciste o tu ser querido te hizo alguna


petición especial, hazlo con la mayor pronti­
tud posible, esto te ayudará a que te recupe­
res más rápido.
60 ÁiiiÓS, tillhitologíd

• Volver a la normalidad llevará tiempo. Re­


cuerda que estás haciendo la conciliación del
hecho con tus mecanismos de defensa.

• Haz planes para dedicarte a lo que tanto has


deseado. Si tu ser querido ha partido. Recu­
rre a tu fuerza interior (espiritual) para en­
contrar un sentido a tu vida y haz planes para
seguir adelante.

• Sé lo que quieras ser. Conviértete en artista,


en piloto o en buzo. Toma un paseo en globo.

• Ten paciencia porque este cambio puede no


ser rápido o fácil.

• Adopta una mascota. Si no tienes la energía


suficiente para prestarle mucha atención a
una mascota, considera adoptar un gato.

Ofrécete como voluntario. Cuando estés


listo o tengas la energía, ofrece tu tiempo
a una causa o a algo que te llame mucho
D udo 61

#—
la atención. Ayudar a otros puede tener un
efecto maravilloso en nosotros mismos.

Reflexiona d ia ria m e n te sobre el a q u í y


ahora. Busca dar sentido a tu vida, aun
cuando ese sentido signifique sólo un ins­
tante. Recuerda que la vida es un conjunto
de instantes.

w.com/vivir-despu%C3%A9s-de-la-muerte-de-
-------------

C a p ít u l o T r es
R e c u p e r a c ió n d e la fe

“Da e l p r i m e r p a s o e n la J e . No n ecesita s v e r to d a la
escalera, sólo d a r e l p r i m e r p a s o . ”

Martin Luther King

Es natural que el dolor tan intenso que llega a


provocar la pérdida del ser amado nos lleve al punto
de creer que se ha perdido la fe en Dios. De hecho,
se puede presentar una crisis de fe que lleve al ajus­
te de valores. Sin embargo, quien ha sido educado a
experimentar la fe en Dios, no la perderá; es natural
4ue ante un hecho tan significativo se caiga en
duda, pero en la medida que se asimilando el
hecho se acepta con dignidad que la vida física no
es eterna y que la m uerte es parte de ella.
■Uiós, iiwatología

La vida seguirá su curso para nosotros. Estar


vivo es también aceptar que m o rirem o s como parte
de la vida. N o hay “traición” a la “p ro m esa” de vida
eterna. Precisar la fecha del p rim er hom bre en la
Tierra es prácticamente im posible porque depen­
de de muchas investigaciones y del contexto: la re­
ligión, enfoque o perspectiva. Sin em bargo, desde
entonces existe la vida.

Lo primero que tenem os que h a ce r para “recu­


perar” la fe es vivir a plenitud. Reconciliarnos con
nosotros mismo, aceptar que nuestra condición es
mortal pero que tenem os un espíritu que perma­
necerá en las mentes y corazones de todos aquellos
que nos amen por nuestro com p ortam ien to, nues­
tras acciones y todo lo que pudim os h acer para que
este mundo esté m ejor que co m o lo encontramos.
Este disfrute del m undo, país, ciudad, colonia, ba-
lugar en que vivimos, pasa desapercibido.
mamos conciencia de la im p ortan cia que tiene
vivir este día.
Recuperación de tu f e
67

" " di 6to, W „ „ „ „ „IM ^


míiíTTf.
Leonardo da Vinci

“Nuestro m ayor miedo como seres humanos es


ei miedo a morir, es el miedo a la muerte”, afirma
Felipe M artínez Arronte, presidente de la Asocia­
ción Mexicana de Tanatología.

El culto a la muerte; concretamente la celebra­


ción del D ía de M uertos (países de Centroaménca)
en nuestro país se originó desde el siglo xv, y se ha
representado en las festividades por La dama de
la muerte” o com únm ente conocida como la C
na, nombrada así por el caricaturista mejicano Jóse
Guadalupe Posada, “Cruzar” de la «ida a a muer
■ese simboliza de acuerdo a las creenc.s, m . os y
btuales de cada cultura. De abí “
.ite»dasc„lm,dasd ecom,d.s; beb,da: ¡ f o .o ^ : :

dadoras, flores, etc. Pf ^ " ^ j e b r a c i ó n acep-


"uestros muertos a través e moriremOS. Sin
^OS dignamente que algún
embargo, la realidad es que el ser hum ano siente

miedo a morir.

La mejor solución para quitarnos el miedo es


aplicando los principios que nos ofrece la ta u to ­
logía, considerada como la ciencia del estudio de la
vida que incluye a la muerte. Su objetivo es guiar­
nos para afrontar el duelo y elim inar el miedo antes,
durante y después de una pérdida. Si el abatimiento
que genera la muerte de un ser querido se prolonga
por más de un año, es recom endable consultar con
un profesional en tanatología.*

“E f cfuefo es eíyrecxo queyagam osyor eíamor. ”


E.A. Bucchianeri

* Centro de Tanatología y Duelo tels. 6394 - 9035, 5119 - 4 10 6 .


C apítu lo C uatro
4
Adaptación después de la muerte
del ser querido

“Afgo ftaij tan evidente como fa muerte, y es fa vida.”


C h a rle s C h a p lin

El dolor por la pérdida del ser amado es indes­


criptible y cambia por completo tu vida; además,
ese dolor no termina con saber de su fallecimiento,
ahora hay que enfrentar la realidad y la adaptación
a ese vacío que dejó.

Llegar a casa después de que el ser querido ya no


está, ya nunca más va a estar ahí, no es nada fácil.
Estarán sus pertenencias y recuerdos, su recáma­
ra, su ropa, sus fotografías, su perfume, su mascota,
etc. Pero él (ella) no responde, no está. El silencio
que percibes es el más vacío que jamás imaginaste.
72 Adiós, tanatologfa
♦ ------------------------------- ----------------------------- " ' ♦

Te enfrentarás a la sensación más profunda de


soledad a pesar de estar rodeado de gente. No es
extraño que te atrapen pensamientos pesimistas
respecto de tu propia existencia ( Mejor hubiera
muerto yo”, “Ya no tiene caso vivir”, “La vida ya
no tiene sentido para mí”, “No podré salir de esto”,
etc.). Sin embargo, es parte inevitable del duelo
como ya lo platicamos en los capítulos anteriores.
Es algo por lo que tienes que pasar.

Desde que empezaste a leer la primera página


de este libro te he acompañado en tu dolor con la
experiencia del dolor que sentí cuando perdí a mis
seres queridos. Sé que si has llegado hasta aquí, es
porque deseabas encontrar consuelo, y estoy segura
que puedes sobrevivir como lo he hecho yo si recu­
rres a tu grandeza espiritual.

E n este capítulo te ofrezco mi propia experien­


cia a través de algunas sugerencias que pueden
ayudarte a descubrir tu espiritualidad y disminuir
la sensación de vacío como yo la tuve.
«,__________ C aptación después de la muerte del ser querido 73
«
La espiritualidad no tiene que estar vinculada a
la religión ni a nuestra educación. Es el espíritu con
el que nacem os, la esencia que nos da la fuerza de
vida. Tal vez la mejor manera de entender qué es la
espiritualidad sería partir de cómo fue revelada en
las tradiciones de peregrinos espirituales que estu­
vieron antes que nosotros.

¿Qué es la espiritualidad?

“Podemos ^pertenecer a una igíesia sin ser espirituafes


y p od em os ser muy esipirituaíes sin ninguna afifiación
refigiosa. L a espirituaíidades una decisión individuaí.”

E x is te n v a n a s d efin ic io n e s resp ecto d e la esp i­


r itu a lid a d s e g ú n sea la p ersp ectiv a o trad ic ió n . Sin
e m b a rg o , to m a n d o c o m o base el sig n ificad o de la
p a la b ra d e s d e los d ife re n te s o ríg en es (griego, latín ,
sá n sc rito , etc.) to d a s se refieren a la en erg ía b ási­
ca d el ser, a lie n to d e la vida o a la fu e rz a de vida.
E n to n c e s , u n a d e fin ic ió n “u n iv e rsa l” p o d ría ser: E l
e s p íritu es la e n e rg ía p o d ero sa q u e nos co n ecta con
Adiós, tatitifología
74

el universo y entre nosotros. E s la fuerza que da |a


voluntad y el amor que inspira y motiva a la vida.
No se adquiere, no está fuera ni aparte de nues­
tro ser. Está en cada una de nuestras células, es |a
fuente de energía fundam ental de nuestra vida y
la expresamos de muchas m aneras, no solo en lu­
gares de adoración sino también en el trabajo, en la
comunidad y en la familia, en todos nuestros com­
promisos y creatividad. N o se ve pero que fluye a
través de toda nuestra experiencia, que nos mueve a
buscar la realización y la conexión, que nos empuja
hacia la verdad, la bondad y la belleza (Dietrich, B.,
Kline A., Gerald, M., m arzo de 2004).

La vida espiritual es com o lo dijera William


Wordsworth, algo “profundam ente fusionado al
interior que va envolviendo todas las cosas”.

Las personas expresan su espiritualidad, sus


amores fundamentales en una variedad de formas.
Como dije antes, la espiritualidad no es lo mismo
que religiosidad; sin em bargo, suele encontrarse
da a ésta. La razón es sencilla: es una de laS
________ ,M ¡ „ 75
------—---------- +

tantas form as de encontrar sentido a la vida para


trascender.

Me parece m uy im portante que comprendas la


diferencia entre religiosidad y espiritualidad, no
porque un a sea m ejor que la otra, sino porque esta
última no está condicionada a la religiosidad. Pue­
de haber personas religiosas y no espirituales o per­
sonas espirituales y no necesariamente religiosas.

E stas son algunas de la definiciones que me pa­


rece qu e incluyen conceptos de los cuales la mayo­
ría de las definiciones contienen. (Holenstein, A.
M., m arzo del 2 0 0 5 ).

La religión es una institución establecida por el


hom bre por diversas razones. Ejercer el control, in­
culcar la m oral, golpear los egos o lo que sea que
hace. T odas las religiones organizadas, estructura-
das, no hacen sino eliminar a Dios de la ecuación.
Usted confiesa su» pecados a un miembro del clero,
asiste a iglesias dedicadas a rendir culto, le dicen
qué rezar y cuándo hacerlo.
Adiós, nnuitohgíii
7b

La espiritualidad es nacida en una persona y Sc


desarrolla en la persona. Pudiera ser detonada p0r
una religión o pudiera detonarse por m edio de una
revelación. La espiritualidad se extiende a todas las
facetas de la vida de una persona. L a espiritualidad
es elegida.

El espíritu de a m o r...

“P a ra s u jy e ra r (a m u e r t e d e u n s e r q u e r i d o t e n e m o s que

e n c o n t r a r u n n u e v o m o t i v o y a r a v i v i r ; e s d e c ir ; un a
n u e v a m o t iv a c ió n .”

Caso Elba

Elba quedó viuda después de 15 años de casada y


con dos hijas pequeñas (4 y 6 años de edad).

Su dolor se reflejaba en todo su ser. D ejó caer


hasta lo más profundo su espíritu (su razón de vi­
vir), al grado que bebía todos los días, bajó mucho
e peso y descuidó su im agen b uscando adormecer
Adaptación después de la
muerte del ser querido 77

su dolor. Se olvido por un tiempo del cuidado y las


necesidades que tenían sus hijas; apenas si les daba
de com er y olvidaba cuidarlas. Nadie se daba cuen­
ta porque se ocultaba y evadía cualquier pregunta
y visita.

La familia respetaba sus reacciones y decisio­


nes porque consideraba que era sa n o dejarla “s o la ”

para que resolviera su duelo.

Así fue su vida durante dos años, aunque siem­


pre que estaba sobria, prometía no volver a hacerlo
y le pedía a Dios que le ayudara, hasta que un día,
después de una de sus tantas “crudas” se levantó
muy adolorida y notó que se había golpeado en la
cabeza y presentaba una serie de moretones en las
piernas. Vio a sus dos pequeñas hijas e hizo un gran
esfuerzo por recordar porqué se e n co n tra b a en esa

situación.

“Recuerdo que dormí a mis hijas y salí como a


dos de la mañana a comprar más cervezas. Den-
•de mi borrachera, deseaba llenar el vacío que
Adiós, tanatología
78
-----
■ — ---------- - ' “ ‘ ~~~\

sentía haciendo los quehaceres de la casa mientras


llegaba mi esposo de su trabajo.

Planchaba, lavaba la ropa y otros menesteres.


E n esa ocasión, cuando m e en con trab a lavando el
baño, estando muy ebria; no me daba cuenta el gra­
do de alcoholismo en que m e encontraba, pero se­
gún yo, estaba muy bien, al subirm e a una pequeña
escalera que tenía para lavar las paredes, m e resbalé
y me pegué en el lavabo. E n tien d o que me que­
dé inconsciente por un m om ento, porque recuerdo
que me paré y me fui a la cam a casi a gatas.

Mis nenas estaban dorm idas, supongo que no se


dieron cuenta de lo que hacía. E n ese momento, al
ver a mis pequeñas dormidas tan indefensas y solas,
em pecé a recapacitar sobre lo que m e pasó y peor
aún lo que me pudo haber pasado. Pedí nuevamen­
te a Dios que me ayudara, que m e diera la fu e rz a
de voluntad para dejar de beber, pero esta vez sí 1°
hice desde lo más profundo de m í ser. Sentí de in­
mediato que poco a poco volvía a recuperar aquelk
fuerza de voluntad que m e caracterizó por much0
tiempo. Sentí que mi cuerpo recobraba la vida paía
« ------------ ------- A
_ daF,ac,ó>' ¿«fuis de la M sa. qutr¡¡lo_____________

seguir adelante. Empecé a encontrar un sentido a


mi vida, un motivo para salvarme: mis dos peque­
ñas hijas; mi angelitos que tanto me necesitaban.

Me puse a trabajar, termine mis estudios profe-


sionales (administración de empresas) y fundé una
organización para mujeres solas (por la razón que
sea que estén solas o se sientan solas) e inicié un
negocio.

Ahora soy feliz, conservo en mi corazón los be­


llos recuerdos de mi marido. Disfruto a mis hijas.
Son profesionistas y exitosas. Me aman, me cuidan
y me respetan. Por otro lado, la asociación de muje­
res me permite sentirme útil y seguir alimentando
mi espíritu. Ahora estoy convencida que la vida es
un regalo invaluable y estoy decidida a hacer lo que
sea necesario para cuidarla y vivirla plenamente.”

Caso Óscar

Hombre de 56 años de edad que quedó viudo hace

dos años.
Adiós, rarnttohgfd
so

Óscar era un hombre trabajador, honesto y po.


sitivo hasta el día que murió Sabina, su esposa. No
podía aceptar aún después de dos años la muerte
de su esposa. “¿Por qué se murió ella y no yo?”, se
decía.

En su soledad gritaba con sufrimiento: “¡¿Por


qué, Dios, me has castigado con la muerte de mi
esposa?!” “¡¿Por qué a mí, Dios m ío ?!” “¡¿De qué
sirvió que toda mi vida haya sido una buena perso­
na?!” “¡No quiero seguir viviendo sin ella. Llévame
con ella. Ya no puedo más!”

Hundido en esa desesperación escuchaba las sú­


plicas de su única hija de 26 años de edad para que
dejara de sufrir. Ella le pedía que consultara a un
psicólogo, pero no lograba nada. N o quería hacer
nada. Comenta que un día llamó a su puerta una
persona informando de los grupos de apoyo para
personas con problemas de depresión, y también le
dijo que en esa zona habían abierto uno. Le dejó
la información y lo invitó insistentemente. Después
de dos meses fue al grupo gracias a las súplicas de
su hija.
Adaptación después de la muerte del ser querido 81

Jamás pensé que podría vivir sin mi amada es­


posa. Gracias al encuentro que experimenté con­
migo mismo a través de la hipnosis, a los consejos
de la tanatóloga y la ayuda de todos los del grupo,
pude tener más tranquilidad para entender que mi
vida fue fantástica con mi esposa. Me di cuenta que
la supe valorar y que fue una excelente compañe­
ra. Pero también descubrí que estaba siendo egoísta
conmigo. Dios me dejó aquí por algo, Él sabe por
qué lo hizo y ahora también yo lo creo.”
■Uiiós, taniítohgfa
♦ -

¡Despierta!

( U ^ o A u t o K b e r a a ó n , de Anthony de Meló)

¡La felicid ad e re s tú!

Despertarse es la espiritualidad, porque sólo des­


piertos podemos entrar en la verdad y la libertad.
Estás dormido: Estar despierto es cambiar tu cora­
zón de piedra por uno que no se cierre a la verdad, j
Si estás doliéndote de tu pasado, es que estás dor­
mido. Lo importante es levantarse para no volver a
caer.

El sufrimiento no es real, sino una obra de tu


mente.

Despierta: Estar despierto es aceptarlo todo, no


como ley, ni como sacrificio; ni como esfuerzo, sino
por iluminación. No hay que buscar la felicidad en
donde no está, ni tomar la vida por lo que no es
vida, porque entonces estaremos creando un sufri­
miento que sólo es el resultado de nuestra ceguera.
O------------------- ¡a muerte del ser v ,e„do 83
’ ----------------- «

Cuando despertemos a la realidad, todo ese sufrí-


miento se habrá acabado.

Importa la vida: Ir contra la realidad, haciendo


problemas de las cosas, es creer que tú importas,
pero en realidad tú como personaje individual no
importas nada. Se dice que no importas porque a
pesar de lo que tú hagas, la vida sigue su curso, no
se detiene.

No te ates: Nos atamos voluntariamente; las mu­


jeres se atan a sus maridos, a sus hijos; los maridos
a sus mujeres, a sus negocios. Todos nos atamos a
los deseos, y nuestro argumento y justificación es el
amor, pero lo cierto es que no podemos decir que
amamos a alguien más cuando no somos capaces
de amarnos a notros mismos.

No confundas los sueños: Para despertar, hay que


estar dispuesto a escucharlo todo, con receptividad,
que no quiere decir credulidad. Hay que cuestio­
narlo todo, atentos a descubrir las verdades que
puede haber, separándolas de las que no lo son.
84 Adiós, tütmiologíu
— — ----- - - - ------------------------------ +

iQ u é lío! L a b a s e d e l s u f r i m ie n t o es el a p e g o , e! d e ­
se o . E n c u a n to d e s e a s u n a c o s a c o m p u l s i v a m e n t e y
p o n e s to d a s tu s a n s ia s d e f e lic id a d e n e lla , te e x p o ­
n e s a la d e s ilu s ió n d e n o c o n s e g u ir la . D o n d e n o h ay
d e s e o - a p e g o , n o h a y m ie d o , p o r q u e e l m ie d o es la
c a ra o p u e s ta ...

"E spiritu afidad es estar despierto. D esprenderse de fas


iíusiones. E spm tuaC idad es nunca estar a ía m erced
de acontecim iento, cosa o p e r s o n a aCguna. Espiritua-
Cidad es h aber h ad ad o (a m in a de d iam an tes dentro
de usted . "
Anthony De Mello

R e c o m e n d a c io n e s p a r a m a n t e n e r “d e s p ie r ta ” la
e s p ir itu a lid a d :

h ttp ://w w w .s h a le m .o r g /f ile s /p u b lic a tio n s /s ta f f m o -


n o g r a p h _ s p a n is h .p d f .

I n s titu t o S h a ie m ( W a s h in g to n , D .C .)
♦___________ AdiiPtación después de la muerte del ser querido 85

Se c o n s titu y e n u n e je rc ic io d ia rio p a ra c o n ta c ta rn o s
g e n t i l m e n t e c o n u n a e x p e rie n c ia d e fe lic id a d q u e ,
m á s q u e c o n s titu i r u n a m e ta a seg u ir, es u n p ro c e ­
so d e c a d a in s ta n te ; p ro c e s o q u e , sin d u d a , v ale la
p e n a v iv ir y tr a b a ja r p o r él.

1. A g ra d e c e r : “E l p o d e r d e las g ra c ia s” m a n te ­
n e r u n e s ta d o d e g r a titu d co n n o so tro s m is ­
m o s y c o n n u e s tro e n to rn o a través d e u n
s im p le ejercicio . A g ra d e c e r n o s h ace m e jo ra r
n u e s tr a a u to e s tim a , a u to c o n fia n z a y m o tiv a ­
c ió n , y c o n ello , n o s m a n tie n e co n scien tes y
c la ro s re sp e c to d e n u e s tro p o d e r in te rn o , lo
c u a l es u n g ra n p ro p u ls o r p a ra el d esarro llo
d e n u e s tr a fe lic id a d in te rn a .

2. S o n re ír: L a so n risa y la risa co n stitu y en


g r a n d e s ac tiv a d o re s d e e n d o rfin a s, h o rm o n a s
a s o c ia d a s a la se n sac ió n de b ie n e sta r y felici­
d a d in te rn a s ; las cu ales, ad em ás, tie n e n d i­
re c ta re la c ió n co n la sa lu d de n u e stro cu erp o
y m e n te . S o n re írle a la vida, q u e es, p o r sobre
to d o , u n a fo rm id a b le y e n riq u e c e d o ra expe­
rie n c ia lle n a d e c o n tra ste s y ap re n d iz a je s,
1

A d ió s, tittMtolofri'a
_________________________________ _ ~ " "♦

debiese ser, sin duda, nuestra actitud perma­


nente de vida.

3. Flexibilidad: Ser conscientes que todo en el


afuera es transitorio y puede cambiar en un
segundo, nos invita a desarrollar la flexibili­
dad, que no es más que integrar el hecho que
en nuestra vida siempre se dan diferentes re­
sultados, muchos de ellos corresponden al lo­
gro de lo que deseamos y el resto, a aquello
que necesitamos para aprender grandes lec­
ciones. Aceptar nuestras vivencias cotidianas
como oportunidades de crecimiento perma­
nente nos sitúa, sin duda, en una experiencia
de gran apreciación por nuestra vida y nues­
tras circunstancias.

4. Vivir y disfrutar el momento: Darnos cuenta


que nuestro paso por esta vida es breve y que
siempre tenemos este momento para volver a
nuestro centro y, a la vez, disfrutar de nues­
tros logros y nuestro entorno, es fúndamete
tal. Detenernos un instante y enfocarnos con
intención en nuestro cuerpo, especialmente
Adaptación después de la muerte del ser querido

nuestra respiración, es una buena manera


de ponernos en contacto con nuestro cen­
tro y con el poder que encierra este preciso
m om ento.

5. Generosidad: Salir de nuestros dramas per­


sonales y enfocarnos en dar a los demás,
desde dar un consejo a ayudar genuinamen-
te a quienes más lo necesitan, nos permite
aum entar nuestra perspectiva de las cosas
y darnos cuenta que nuestra vida es mucho
m ejor de lo que pensamos y que la felicidad
se encuentra, muchas veces, en las cosas más
sencillas.
Adiós, ianatología

RECORDAR

La tanatología

• Ayudar a crear en las personas sistemas de


creencias propios sobre la vida y la muerte,
no como una fantasía o castigo sino como
la aceptación de la muerte como un proceso
natural.

• Preparar a la gente para asumir la propia


muerte y la de las persona cercanas.

• Educar a tratar en forma humana e inteli­


gente a quienes están cercanos a la muerte.

Entender la dinámica de la pena desde un


punto de vista humano donde se acentúe la
importancia de las emociones.
______________ AdaPtaci™ después de la muerte del ser querido 89
---------------------------- ----------- »

Un acto de amor

Hoy, desde el centro de mi corazón

H onro tu esencia espiritual y tu luz

Hoy te recibo desde el amor más puro e infinito

Para llenarte de bendiciones

Y agradecerte todos los años compartidos...

Hoy me comprometo a que tu memoria sea


fuente de inspiración para obrar con caridad
y amor...

Sé que tu presencia vive en mi corazón, y aunque

Estamos separados físicamente

¡Somos uno en espíritu!

¡Te amo!
<>0 Adiós, hwato/ogía
♦-

Siempre es posible trascender el dolor cuando po­


nemos el amor por delante de nuestra necesidad,
cuando nos abrimos a la fe y a la esperanza. Apro­
vechemos nuestros recursos personales y la volun­
tad para vivir con respeto y honestidad la pérdida,
haciendo que cada fecha especial nos lleve al con­
suelo y la paz que necesitamos para seguir viviendo
plenamente.

Les deseo desde mi corazón

Amor, Paz, Sabiduría y Consuelo

Psicóloga Socorro Ceja


Tanatóloga y orientadora espiritual
Adaptación después de la muerte del ser querido 91
♦ ♦
Hemos llegado al final del libro, pero deseo que
también sea el inicio de planear tu vida para que sea
plena.

Espero haberte transmitido con sencillez lo


valioso que es la vida y que el mundo te necesi­
ta. Siempre hay alguien que puede ayudarte a salir
adelante. Busca la ayuda de un profesional. Por mi
experiencia, te aseguro que los tanatólogos(as) son
personas muy sensibles al dolor humano.

“Aprende a vivir y sabrás m orir bien. ”


Confucio
92 Adiós, tanatología

F e s tiv id a d e s d el D ía d e M u e rto s
en M éxico

Aprovechemos la celebración del lo. y 2 de noviem­


bre para recordar a nuestros seres queridos que ya
se “fueron”, los que aún están y reconciliarnos con
nosotros mismos. El Día de Muertos puede ser la
gran oportunidad para reflexionar sobre nuestra
muerte y cómo vivir a plenitud.
__________ Adaptación después de la muerte del ser querido 93
' ----»
P rin c ip io s para m orir co n dignidad
y v iv ir plenam ente

1. Ama la vida intensamente: Cuídate en todos


los aspectos.

2. Cuida a tus seres queridos: Respétalos, atién­


delos y dales afecto.

3. Valora a cada persona: Sé amable y servicial.

4. Alimenta tu espíritu: Medita, ora, reflexiona.

5. Todos los días “celebra” la vida: Optimismo,


alegría, entusiasmo y fe.

A rtícu lo p u b licad o en la revista “T V N o ta s ” de noviem bre de 2015.


R osa E sq u iv el.

“Ya s e j u e a f cieCo, tf todo e f s u fr im ie n t o q u e ten ía h a


ffeq a d o a s u j i n ; a h o r a d e s c a n s a rá e n y a z . C o m p r e n ­
d a m o s q u e a f ffe g a r (a m u e r t e , s u fr im o s ; y e r o e f q u e

su jrxa , a h o r a está e n y a z . ”
B ib lio g ra fía

Esquivel, Rosa (2012) “Cómo usar el maravilloso


poder de la espiritualidad”.

Meló, Anthony (1987) “Autoliberación”.

Polo, Marco, (2006), “Tanatología del siglo X X I ”.

É
Esta obra se terminó de im­
primir el día 18 de noviembre
del 2016 en los talleres lito-
gráficos de Impresos Julmar,
Manuel M. Flores núm. I06B ,
Col. Obrera, Del. Cuauhté-
moc, México, D.F., C.P 06800.

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