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Repaso de las estrategias Causa y Efecto, Comparar y Contrastar y Hacer Predicciones.

A continuación, leerás un artículo sobre Beethoven y su pelo.

Cuando el compositor Ludwing Van Beethoven murió en 1827, tenía 56 años. El perdió la audición, se puede
decir que la mayor parte de su vida adulta, y a la edad de 50 estaba completamente sordo. Beethoven también
había estado plagado con dolor abdominal extremo y otras respuestas de alivio. Después de su muerte, una
carta escrita a sus hermanos fue encontrada en el escritorio de Beethoven. En ella, él les ruega a sus hermanos
que averigüen, después de su muerte, qué es lo que causó todas sus enfermedades físicas. Casi 200 años más
tarde, tal vez puede haber una respuesta. Y esta viene de una fuente hasta poco impensada—el propio pelo de
Beethoven.
Aunque puede parecer fuera de lo común, alguna vez fue habitual que la gente cortará un rizo de pelo de
alguien que había muerto. Mucha gente cortó rizos del pelo de Beethoven inmediatamente después de su
muerte. Una de aquellas personas fue un músico de 15 años, Ferdinand Hiller.
Hiller quería que el pelo sirviera como un recuerdo de su compositor favorito.
Hiller no se imaginaba que el pelo contaría algún día su propia historia acerca de la
salud de Beethoven.
Los 582 pedazos de pelo café, gris y blanco permanecieron en posesión de
Ferdinand hasta el 1 de mayo, 1883. En aquel día, Ferdinand le dio las atesoradas
mechas a su hijo Paul, como regalo de cumpleaños. Paul mantuvo seguro el pelo.
Después de un tiempo el llevo el pelo a un preservador, quien lo colocó en un
estuche de madera sellado.
Aunque nadie está totalmente seguro, parece que el estuche permaneció en la familia Hiller por varias décadas
más. Se cree que Paul dio el estuche a uno de sus tres hijos antes que él muriera en 1934. Aquel hijo se quedó
con el estuche, hasta que la Segunda Guerra Mundial empezó en Europa. En aquel tiempo, el hijo
probablemente se cambió a Dinamarca. Cuando la armada alemana invadió este país y empezó a reunir
familias judías, el hijo de Paul Hiller fue forzado a huir del país. Él encontró la libertad con la ayuda de un
doctor danés, Kay Alexander Fremming. En agradecimiento por ayudarlo a escapar, el hijo de Hiller dio el
estuche con pelo al doctor Fremming.
El estuche permaneció en la familia Fremming hasta 1994. En aquel año, el pelo fue rematado por un precio
de 7, 300 dólares a cuatro miembros de la Sociedad Americana de Beethoven. El pelo fue luego dividido.
Alrededor de 160 filamentos fueron entregados a unos de los miembros, Dr. Alfredo Guevara. El resto fueron
donados al Ira F. Brillant Center para Beethoven Studies.
Desde aquel remate, científico han estudiado los filamentos de los que el Dr. Guevara es dueño. A través de
análisis de ADN, ellos han determinado que Beethoven probablemente sufrió de envenenamiento de plomo.
Esto explica su extremo dolor de estómago y otros males. Eso podría también haber causado su muerte.
Ferdinand Hiller probablemente nunca imaginó que los rizos que él salvó de uno de sus músicos más grandes
del mundo nos ayudarían a entender más la vida de Beethoven luego de 200 años ocurrida su muerte.

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