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REFLEXIÓN ESTOPPEL

Antes de empezar con la reflexión directamente, es necesario hacer ciertas precisiones


terminológicas: el término estoppel tiene su origen en el derecho anglosajón o como
muchos lo conocen el common law. Su origen básicamente fue a través de la manifestación
o declaración y con el silencio, figura esta, en la que una persona realizaba una
presentación de los hechos a otra persona (de palabra, de actuar ya sea una conducta de
manifestación o silencio), “con la intención (actual o presunta) y con el resultado de
inducir al representado, en base a su [buena] fe en dicha representación, a alterar su
posición en detrimento propio, el representador, en cualquier litigio que eventualmente
tenga lugar entre él y el representado, [incurre en estoppel], está impedido, ante el
representado, de hacer, o intentar establecer mediante evidencias, cualquier aseveración
sustancialmente diferente de su representación previa, si el representado lo objeta en la
ocasión oportuna y en la manera apropiada”.
Esta figura tiene su fuente en el principio de “venire contra factum proprium non valet”,
esto es, la prohibición de actuar contra los actos propios, el estoppel es hijo de la
jurisprudencia y no de la ley en si misma considerada, o de la dogmática, en virtud que ese
principio anteriormente mencionado ha sido más de origen académico sin perjuicio del
apoyo perceptivo brindado por la buena fe y otros principios más. Se concibió más como un
instrumento de índole procesal, como un remedio judicial a ciertas situaciones del derecho
internacional debido a que se extendió del derecho anglosajón a otro tipo de instituciones.
Dentro de esta figura hay muchas modalidades individuales, como lo son: el estoppel by
record, el estoppel by deed, el estoppel by facts in pais, del estoppel by representation, el
stoppel by delay, entre otros, que se diferencian respecto del tipo del acto propio.
Luego de haber hecho esas precisiones terminológicas es momento de entrar en materia:
realizaré mi reflexión a partir del análisis de la figura del estoppel es sus modalidades más
comunes que son el estoppel originado en la declaración y el originado en el silencio, son
aquellos de los que exclusivamente habla Federico Julián Vasallo en su texto, no sin antes
mencionar que la figura del estoppel de forma general me parece muy buena en el
entendido que brinda seguridad jurídica si se aplicara de forma correcta.
Respecto del estoppel originado en una declaración habría que decir que es la modalidad
respecto de la cual a mi parecer se pueden presentar menos inconvenientes, pues se
establece que esa manifestación o declaración debe siempre ser inequívoca y consistente
con las otras declaraciones del estado. Si no cumple con los requisitos anteriores no podrá
configurarse la figura del estoppel, tal fue el caso de la Plataforma Continental del Mar del
Norte, indicado por Fernando Vasallo en el que la Corte observó que no se configuraba el
estoppel en razón de que no podría decirse que Alemania Federal hubiera clara y
consistentemente aceptado la Convención de Ginebra de 1958, puesto que no la había
ratificado. Situaciones como la anterior me permiten inferir que es mucho más fácil
interpretar una declaración y así mismo evidenciar si esta existe y si realmente cumple con
los requisitos exigidos para que pueda haber estoppel.
Respecto del estoppel originado en el silencio, a mi parecer es la figura que más
inconvenientes pueden presentar, puesto que el silenció puede significar muchas cosas.
Incluso la interpretación que ha hecho la Corte de la figura originada en el silencio ha sido
controversial, así como lo afirma Fernando en su texto, pues ha distinguido siempre dos
enfoques: en algunos casos observa que el silencio será concluyente, en otros sólo lo
consideró como un elemento probatorio más. Entonces el solo silencio puede dar lugar al
estoppel, pero habrá casos como los de la disputa sobre Jan Mayen (1993), en el cual la
Corte entendió que el silencio de Dinamarca, teniendo “conocimiento de la posición
largamente sostenida por Noruega en materia de delimitación marítima” obedecía a su
preocupación por no agravar la situación, que aún esperaba una resolución definitiva; todo
esto porque lo analizó desde un enfoque restrictivo y cauteloso, pero si en lugar de realizar
dicho análisis se hubiera enfocado únicamente en que el mero silencio puede generar
estoppel las cosas hubiesen ocurrido de forma distinta. Realmente como se leyó, el silencio
necesita de un análisis más profundo y de mucha cautela de parte de quienes les
corresponde analizar este tipo de situaciones.
Fernando Vasallo, hace una observación con la cual estoy muy de acuerdo y es que “La
inconsistencia de la CIJ en su interpretación de la regla del estoppel conspira contra la
coherencia, continuidad y estabilidad que puede esperarse de ella. En lugar de proveer
seguridad jurídica en las relaciones internacionales, la CIJ agrega incertidumbre”, si
adoptara una postura en la que siempre deba analizarse el silencio del Estado de una forma
cautelosa y las razones que lo llevaron a actuar de esa forma, las interpretaciones de la
Corte apuntarían a una sola dirección.

MARÍA BEATRIZ CABARCAS FAJARDO


ID: 000366210

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