Está en la página 1de 23

Universidad Nacional de La Plata

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

Especialización para el Abordaje de las Violencias


Interpersonales y de Género

CURSO: “EL TRABAJO INTERDISCIPLINARIO. LAS


TENSIONES QUE GENERAN”

Trabajo Final:
“El Abordaje Interdisciplinario de la Trata de Personas con Fines de
Explotación Sexual Comercial en la Pcia. de Buenos Aires”

Año: 2012

Profesoras: Dra. Susana Mariel Cisneros, Lic. Mónica


Dohmen, Lic. Nancy Mugica.
Alumna: Lic. Giacomino, Andrea.

1
El Abordaje Interdisciplinario de la Trata de Personas con Fines de
Explotación Sexual Comercial en la Provincia de Buenos Aires

Introducción:

La explotación sexual y la trata de mujeres con fines de explotación sexual


comercial son mundialmente reconocidas como problemas de género.

La trata de mujeres es un tipo de violencia contra la mujer porque el hecho de que


sea mujer, es un factor prioritario, que las coloca en riesgo de ser víctimas de
trata. La víctima de trata vale en tanto es mujer que puede ser explotada en un
prostíbulo y de este modo, generarle un lucro a la organización.

Cuando hablamos de trata nos referimos a personas que son trasladadas a través
de fronteras nacionales o internacionales ya sea con su consentimiento,
engañadas o coaccionadas, para ser explotadas con el fin de obtener un lucro.

La trata de personas es considerada actualmente la forma moderna de esclavitud 1


y una de las violaciones más graves de los Derechos Humanos2.

Si bien la trata de personas es una problemática social multicausalmente


determinada, en la que interactúan diversos factores, nos interesa en particular
desarrollar la articulación entre trata de mujeres con fines de explotación sexual
comercial y los factores a ser evaluados y abordados desde un Dispositivo de
Asistencia Integral a las Víctimas de este delito.

Dispositivo que, dada la complejidad de la problemática y de sus consecuencias


en las víctimas, necesariamente debe ser interdisciplinario, con Perspectiva de
Género y Derechos Humanos.

Por otro lado, la complejidad del delito trata de personas con fines de explotación
sexual y la vulnerabilidad de las víctimas, implica además, que ningún dispositivo

1
Kofi Annan, Secretario General de la ONU, calificó este delito como la esclavitud del siglo XXI.
2
Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de personas, especialmente Mujeres y
niños, que complementa la Convención de Naciones Unidas sobre la Delincuencia Organizada
Trasnacional.

2
institucional, sea ONG o perteneciente al Estado, pueda resolver por sí mismo
todos los aspectos involucrados en la situación.

Argentina sancionó el 9 de abril de 2008 la Ley 26.364 de “Prevención y sanción


de la trata de personas y asistencia a sus víctimas” que se ajusta a las
disposiciones del Protocolo de Palermo, tipificando a la Trata como un delito
específico y reconociendo expresamente los derechos de las víctimas.

En la Provincia de Buenos Aires se constituyó una Comisión Provincial de


Prevención y Asistencia a Víctimas de Trata de Personas, cuya coordinación
depende del Ministerio de Justicia y Seguridad y el organismo encargado de la
asistencia a las víctimas es el Centro de Protección de los Derechos de la Víctima,
en adelante CPV, perteneciente al mismo Ministerio.

El CPV es un dispositivo de intervención que forma parte de un protocolo de


actuación mayor, que aborda las necesidades de las víctimas de trata en la Pcia.
de Bs. As., coordinando e interactuando necesariamente con otros organismos en
las diversas intervenciones.

Dentro del CPV, un grupo de profesionales, se capacitó para trabajar en los casos
de trata de personas, conformando un dispositivo interdisciplinario, compuesto por
psicólogos, abogados y trabajadores sociales cuya intervención tiene que ver con
la primera asistencia integral de las víctimas desde la perspectiva de género y
DDHH.

Dado que, las características del abordaje de cada dispositivo están en relación
con la institución a la que pertenece, el objetivo prioritario del equipo de
intervención con víctimas del delito de trata de personas es la protección de los
derechos de la víctima.

Es desde nuestra experiencia de inserción en dicho equipo de asistencia que


abordaremos el presente trabajo.

3
Trata de mujeres desde la Perspectiva de Género y DDHH

Dado que la trata con fines de explotación sexual afecta en forma prevaleciente a
mujeres, adolescentes y niñas y en menor medida a niños, es considerada
violencia de género y una grave problemática de derechos humanos.

Abordar la trata de mujeres con fines de explotación sexual desde la Perspectiva


de Derechos Humanos, implica concebir a las mujeres como “sujetos portadores
de un conjunto de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales
que son indivisibles, universales, interdependientes e irrenunciables. Este
enfoque, a su vez entiende que estos derechos pueden y deben ser exigidos al
Estado, que tiene la obligación moral y legal de protegerlos, respetarlos y
garantizarlos, y también de restituirlos cuando son vulnerados.3”

Y abordar la problemática desde la perspectiva de género, implica entender a las


mujeres en el marco de las relaciones de poder asimétricas entre los sexos como
grupo social históricamente discriminado.

Como señala Rosa Entel, “El patriarcado, como una organización social
hegemónica, y su influencia en los modos de vinculación y subjetividad de
hombres y mujeres, parten de la subordinación histórica de la mujer, de la
denegación de sus derechos humanos.”4 En este sentido, “La perspectiva de
género pone de relieve las relaciones de poder y dominación tanto en el ámbito
privado como en el mundo público, desenmascarando su dimensión política…”5

La trata se apoya en una relación asimétrica y de abuso de poder de los tratantes


sobre la víctima. Hablamos de una situación global de explotación humana, en
donde quien tiene el poder abusa de quien no lo tiene.

La víctima de trata es explotada en los prostíbulos para satisfacer la demanda de


otros hombres: los clientes de la prostitución. Las mujeres son vendidas y
revendidas como mercadería.

3
Beatriz Oblitas Béjar, “Trabajo social y violencia familiar. Una propuesta de gestión profesional”, Pag.17;
2006, Espacio Editorial.
4
Entel, Rosa, “Mujeres en situación de violencia familiar”, Pag. 19; 2002, Espacio Editorial.
5
Idem, Pag. 18.

4
En este sentido, la trata de mujeres con fines de explotación sexual vulnera el
principio de la dignidad humana degradando a las mujeres a la condición de
mercancía. Las mujeres tratadas como mercancía, como objetos en poder del
tratante dejan de existir en tanto sujeto de derechos; son despojadas de todos sus
derechos reconocidos y protegidos internacionalmente. La trata de mujeres con
fines de explotación sexual, evidencia la depreciación general de la mujer en tanto
sujeto y sujeto de derechos.
En la experiencia recogida de las entrevistas realizadas a víctimas de trata en el
Centro de Protección de los Derechos de la Víctima6 pudimos constatar que, salvo
en casos donde se procede para el reclutamiento mediante el secuestro de la
mujer, las víctimas de trata son en su mayoría niñas y mujeres que provienen en
su mayoría de sectores socialmente vulnerables o sufren algún tipo de
vulnerabilidad o desvalimiento, que puede ser económica-social, migratoria,
familiar o emocional.

En este sentido, incorporamos a la evaluación de las mujeres víctimas de trata su


situación económico social y familiar anterior a ser incorporada a la red. Cuando
hablamos de derechos vulnerados previos a la situación de trata, nos referimos a
los derechos sociales, culturales, económicos y todos aquellos que sostienen las
diferencias sociales y de género.

En este sentido, el Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos del Consejo Económico y Social, del 2002, señala en sus
Directrices recomendadas sobre los derechos humanos y la trata de personas que
“las infracciones de los derechos humanos son a la vez causa y consecuencia de
la trata de personas”7. Por lo tanto, debemos replantearnos el rol del Estado en la
efectiva protección de los derechos y específicamente en relación al delito de
trata, ya que este no sería posible sin la omisión, aquiescencia o connivencia del
Estado.

6
Ministerio de Justicia y Seguridad de La Provincia de Buenos Aires, Argentina.
7
Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos del Consejo Económico
y Social, “Directrices recomendadas sobre los derechos humanos y la trata de personas”, 2002.

5
La trata de personas implica, por lo tanto, en la mayoría de los casos, una
condición de vulnerabilidad de la víctima, derechos vulnerados en su situación
previa a la explotación y esto se relaciona con lo que se denominan las “causas
sociales de la trata de personas”: pobreza, bajo nivel educativo, inestabilidad
laboral, etc.

El “abuso de una situación de vulnerabilidad” esta incorporado en la ley de trata


como uno de los medios utilizados por los tratantes para lograr la explotación de
las víctimas. El concepto de vulnerabilidad es importante cuando nos encontramos
con víctimas que no son sometidas con la fuerza o coerción, sino a través de
engaños y/o amenazas. Consideramos que, en estos casos, el foco debe ser
puesto en quien explota situaciones objetivamente comprobadas, sea que las
haya generado o que simplemente se aproveche de ellas.

La violencia y sus consecuencias en las víctimas de trata

La trata de mujeres con fines de explotación sexual se sostiene en las diferentes


formas de violencia que implementan los tratantes hacia las víctimas. En la etapa
de explotación propiamente dicha, todos los derechos humanos de las mujeres
son vulnerados con el fin de lograr su sometimiento, control y la dependencia
absoluta del explotador.

Los procedimientos para vencer la resistencia de las mujeres a prostituirse utilizan


la violencia física y sexual: golpes, violaciones, violencia psicológica: insultos,
amenazas contra ellas, sus hijos, hermanas o demás familiares, manteniéndolas
recluidas y sin posibilidad de contacto con el exterior del prostíbulo y con escasa
posibilidad de relacionarse con los clientes y compañeras, violencia económica:
manteniéndolas en una supuesta situación de deuda para con los explotadores
por otorgarles vivienda, comida y vestimenta.

Como resultado de las diferentes violencias padecidas, vamos a encontrar


consecuencias en la salud integral de las víctimas de trata.

6
Entre los efectos en la salud psíquica encontramos: angustia, temor,
desorientación e incertidumbre, disminución o anulación de su autonomía,
Disminución de la autoestima; sentimientos de culpabilidad y vergüenza,
dificultades para establecer relaciones interpersonales y de pareja.

Efectos en la salud física: lesiones diversas tales como contusiones, laceraciones,


fracturas, quemaduras, etc.; incapacidades (óseas o musculares, daños en los
órganos de los sentidos, problemas dentales, etc.); fatiga, agotamiento;
desnutrición; agudización de enfermedades preexistentes; muerte.

Efectos en la salud sexual y reproductiva: VIH, SIDA; Infecciones de transmisión


sexual y sus complicaciones (inflamación pélvica, infecciones en el tracto urinario,
cistitis, cáncer cervical e infertilidad); problemas menstruales; dolor agudo o
crónico durante las relaciones sexuales, lesiones vaginales; consecuencias
negativas como resultado de abortos inseguros, tales como infecciones,
infertilidad, etc..

Con respecto a la evaluación del estado psico-emocional de las mujeres víctimas


de trata, cabe señalar que, retenidas contra su voluntad, convertidas en esclavas,
obligadas a vivir en condiciones que no eligieron y a prostituirse, actividad que
rechazan, el impacto a su subjetividad y todo su ser tiene consecuencias muy
serias en la salud psico-física y emocional que persistirán largo tiempo luego de su
eventual rescate o huída.

Los efectos en la salud de las víctimas de trata van a depender de algunos


factores tales como, el tiempo que hayan permanecido en situación de
explotación, los tipos de violencias que hayan padecido, los recursos
psicoemocionales que posea, la historia de vulnerabilidades previas, la edad
(niñas y adolescentes acarrearan consecuencias más serias), etc.

Con respecto a la violencia psicológica padecida, el impacto en la subjetividad


adquiere características muy concretas y responde a las intenciones de los
tratantes, porque el estado de vulnerabilidad y la afectación psicológica es
deliberadamente buscada por los tratantes para lograr el control sobre la víctima.
Es una estrategia de control de las mujeres intentando vulnerar sus defensas. En

7
la trata de mujeres con fines de explotación sexual comercial encontramos, tal
como señala Susana Velazquez, “…los elementos básicos que caracterizan la
violencia de género: la coerción, la intimidación, la amenaza, la coacción, el
abuso, la fuerza, el control y el poder.”8

Se puede decir, que en todos los casos, hay violencia psicológica que se
manifiesta a través del control, sometimiento, amenazas y chantaje.

La víctima de trata atraviesa toda una serie de situaciones. Cada una de ellas, de
un impacto suficiente para producir una conmoción psíquica de difícil elaboración.
Elaboración en el sentido que le otorga Freud al trabajo realizado por el aparato
psíquico con el fin de controlar las exitaciones que le llegan y cuya acumulación
puede resultar patógena. “Este trabajo consiste en integrar las exitaciones en el
psiquismo y establecer entre ellas conexiones asociativas” (Laplanche y Pontalis,
1971). Las mujeres que fueron víctimas de trata son personas que atravesaron
una situación de explotación que reconocemos como potencialmente traumática,
en virtud de las posibles consecuencias que puede acarrear para cada mujer.

De la evaluación se desprenderá si la mujer explotada padece el denominado


“síndrome de stress postraumático”. Resulta interesante relacionar el “síndrome de
la indefensión aprendida”, descripto por Leonor Walker en mujeres maltratadas
con lo que sucede con las víctimas de trata de personas. Dicho síndrome visualiza
que, tal como describe Mónica Dohomen9La mujer aprende y aprehende que,
haga lo que haga, siempre será maltratada; que no puede controlar, y que
cualquier acción de ella puede provocar un mal peor hacia sí misma o hacia otros.
Ello opera inmovilizándola para pedir ayuda, tanto como para ejercer cualquier
intervención judicial. Conocer los conceptos de indefensión aprendida y el
concepto de aprovechamiento de una situación de vulnerabilidad permite
comprender el hecho de que las mujeres no se escapen del prostíbulo.

8
Velazquez Susana, “Violencias cotidianas, violencia de género: escuchar, comprender, ayudar”, Editorial
Paidós, 2006.
9
Dohomen, Mónica Liliana, Abordaje interdisciplinario del síndrome de la mujer maltratada. Proceso
secuencial; Paidós, 1994, pag. 67.

8
También debemos evaluar, la respuesta de las mujeres a la violencia, que pueden
ir, desde la sumisión y subordinación, hasta estrategias de resistencia y/o
estrategias de confrontación. La situación de vulnerabilidad en que se encuentran
cuando son rescatadas o logran escaparse, las expone a situaciones de
revictimización.

Intervención Interdisciplinaria con Víctimas de Trata

Si bien el objetivo esencial del dispositivo Interdisciplinario es la asistencia integral


de la mujer que fue víctima de trata, consideramos que no es posible abordar al
sujeto particular, sin una correcta lectura de todos los demás factores que inciden
en el delito de trata.

En este sentido, consideramos que a los saberes de cada disciplina, se le deben


sumar, una amplia gama de saberes que hacen a la problemática y que no son
necesariamente disciplinarios.

Partimos de considerar que un equipo de trabajo compuesto por profesionales de


diversas disciplinas no implica la conformación de un equipo interdisciplinario.

Consideramos que el abordaje interdisciplinario requiere una comprensión


compartida de la problemática, un marco de representaciones común a las
diferentes disciplinas. Adherimos al pensamiento de Susana Velázquez “Un
equipo conformado para trabajar en violencia debe contar con construcciones
teóricas y técnicas interdisciplinarias, pues si cada disciplina se aboca a su
especialidad sin relacionarse ni modificarse con respecto a las otras, el resultado
será una fragmentación de conocimientos que no dará cuenta de la pluralidad y la
complejidad de la realidad que plantean las demandas sociales…”10

Por lo tanto, según dicha autora, “Cada operador y cada disciplina, entonces,
delimitará su campo de conocimiento y definirá su objeto de estudio, pero buscará
las formas de intercambio y articulación con los diferentes conocimientos,

10
Velazquez Susana, “Violencias cotidianas, violencia de género: escuchar, comprender, ayudar”, Pag. 226;
Editorial Paidós, 2006.

9
conceptos y metodologías técnicas. Así se alcanzará aquello que Pichón Riviere
(1971) consideró para las situaciones sociales: un abordaje interdisciplinario, una
visión integradora.”11

Así, en relación a nuestro equipo de trabajo, el diálogo y la mirada en común se


encuentra propiciada por la formación y experiencia en la asistencia a víctimas, la
capacitación en violencia, la capacitación específica en trata de personas, en
perspectiva de género y DDHH.

Compartimos, respecto a la temática que estamos abordando, el pensamiento de


Rosa Entel, respecto de la violencia familiar, “Creo fundamental, en primer
término, la capacitación específica en esta compleja problemática, a fin de no
intervenir desde los mitos, creencias y prejuicios instalados en el imaginario social.
En este sentido, la perspectiva de género ilumina ampliamente la acción
profesional, aportando al problema puntual una dimensión socio-histórico-
cultural.”12

Si bien cada disciplina implica un conocimiento particular y “saber hacer”


determinado en relación a la temática, el equipo de trabajo constituyó
necesariamente una construcción conceptual común de la problemática y una
posición ideológica compartida en relación al tema: es delito, es vulneración de
derechos, es violencia contra la mujer y le corresponde al Estado erradicarla.

Como señala Susana Velazquez, “un equipo podrá funcionar como tal si se
propone cumplir con los requisitos de tener un objetivo común y definir
conjuntamente un proyecto de trabajo. Con esto se garantizará una organización
determinada por el mismo grupo para cumplir con las propias propuestas”.13

La trata de personas con fines de explotación sexual comercial es una


problemática social multicausalmente determinada en la que interactúan una serie
de factores económicos, sociales, políticos, ambientales, culturales e
institucionales. O sea, la problemática en sí misma, reviste diferentes niveles de

11
Idem, Pag. 227.
12
Entel Rosa, “Mujeres en situación de violencia familiar”, Pag. 111; 2002, Espacio Editorial.
13
Velazquez Susana, “Violencias cotidianas, violencia de género: escuchar, comprender, ayudar”, Pag. 226;
Editorial Paidós, 2006.

10
análisis. Plantear el abordaje interdisciplinario implica por un lado, reconocer esa
complejidad cuestionando los criterios de causalidad lineal, y por otro lado,
contribuye a evitar la fragmentación de los aspectos a abordar.

Adherimos para pensar las situaciones de violencia en general y la trata de


personas en particular, al modelo ecológico planteado por Urie Bronffenbrenner tal
como lo trabajamos en el presente curso. El modelo ecológico, explica el
desarrollo humano en general de un modo integrativo, permitiendo su utilización
en la comprensión de la multicausalidad de la violencia. Como señala, Beatriz
Oblitas Béjar, “el modelo ecológico, frente a la violencia, busca destacar las
relaciones de la persona con otras personas y con las de su entorno más
inmediato; así como las consecuencias que se establecen en dichas interacciones.
También busca articular las acciones de las diferentes organizaciones sociales,
sean públicas, privadas, comunitarias u otras.”14

Considerar dicho modelo, con los sistemas que lo componen, macrosistema,


exosistema y microsistema, implica que establecemos un vínculo entre los
factores sociales y culturales y el psiquismo, de los sujetos individuales
considerados.

Los factores sociales y culturales, adquieren una gran importancia en el tema que
nos concierne, entre otras cuestiones, debido al hecho de que la trata de personas
es un delito socialmente instituido que implica la cosificación de la persona, su
funcionamiento como bien de uso. Es un delito, que ocurre entre personas. Se
trata de mujeres que son explotadas por otras personas, generalmente hombres,
en prostíbulos. Que los hombres consuman prostitución es una práctica social.

Y se consideran, además, causas sociales para la existencia de la trata, que


serían, por un lado, los llamados factores estructurales: como la pobreza,
desempleo, educación, la cultura, los patrones de conducta genéricas y la
violencia de género.

14
Beatriz Oblitas Béjar, “Trabajo social y violencia familiar. Una propuesta de gestión profesional”, Pag. 27;
2006, Espacio Editorial.

11
La mujer victimizada por el delito de trata

El sujeto de nuestra intervención es la mujer que ha sido victimizada por el delito


de trata de personas.

Partimos de un concepto de sujeto socio-bio-psicológicamente determinado.

Hablamos de sujeto histórico y social, ubicado en un tiempo histórico y lugar físico


determinado y constituido como tal en relación con otros.

Es decir, pensamos al sujeto de nuestra intervención con una historia, con un


contexto familiar, social y con recursos de salud.

En relación a nuestra práctica, adquiere relevancia en tanto sujeto de derechos y


sujeto en sentido amplio que abarca además, al sujeto del inconciente.

Así como existen en relación a la mujer víctima de trata, causas y factores de


riesgo de carácter estructural, tal como los que situamos en tanto vulneración de
derechos previos a la situación de trata, existen los factores de tipo circunstancial
que tienen que ver con la historia personal, la historia de vida de cada persona
que cae víctima de una red de trata. Aspectos que relevamos en la entrevista con
la mujer victimizada y que tienen que ver con la especificidad de nuestra disciplina,
la psicología.

Cuando hablamos de una mujer victimizada ponemos el acento en la singularidad,


apuntamos al sujeto.

Centro de Protección de los Derechos de la Víctima: Dispositivos de


Intervención con Víctimas de Trata

En el CPV contamos con dos dispositivos de abordaje de las víctimas de trata. En


ambos casos, el objetivo está centrado en resolver la situación de victimización y
asistir a las mujeres.

1. Dispositivo de Asistencia a Víctimas:

12
Interviene cuando las mujeres llegan derivadas en tanto víctimas de trata, o sea,
han sido identificadas como víctimas de este delito por terceros, en general, otra
institución. Puede tratarse de víctimas rescatadas, víctimas que escaparon,
víctimas detectadas en una institución estatal, como por ejemplo, un Hospital o
una escuela.

2. Dispositivo de Identificación y Asistencia a Víctimas:

En este caso, la intervención es Inmediata al allanamiento. El fiscal que realiza un


allanamiento a un prostíbulo, considera o evalúa que entre las mujeres que se
encuentran en el lugar podría haber víctimas de trata de personas, por lo tanto
solicita que las entrevistemos los profesionales del equipo. En un prostíbulo las
víctimas de trata conviven con mujeres que se dedican voluntariamente a la
prostitución, con mujeres que se dedican voluntariamente pero que son víctimas
de explotación, con los y las explotadoras, regentes y encargados, que muchas
veces son mujeres.

El equipo interviene a posteriori del allanamiento y en un lugar diferenciado del


prostíbulo y del ambiente policial. En general, las entrevistas se realizan en las
oficinas del CPV o en la Fiscalía interviniente.

La unidad mínima de Intervención en estos casos, está compuesta por dos


profesionales, uno de los cuales, siempre es psicóloga/o, ya que así lo establecen
los protocolos de actuación con víctimas de trata de personas y un profesional
abogado o trabajador social. Al final de la entrevista, el material recabado, es
analizado por el equipo, incorporándose, en esta instancia, la disciplina que no
estuvo al momento de la entrevista. Se procura que el equipo que entrevista sea
de dos personas para generar un ambiente de mayor intimidad y procurar
contribuir a que la mujer pueda sentirse cómoda y establecer un vínculo de
confianza que posibilite la palabra. Establecer un vínculo de confianza es
primordial en estos casos, ya que se trata de mujeres que han sido engañadas,
abusadas y explotadas sistemáticamente, y por este motivo, les cuesta confiar en
las personas.

13
La Intervención interdisciplinaria implica dos momentos bien diferenciados:

1) Evaluación diagnóstica en un marco de protección de Derechos, orientado a


detectar si es víctima de delito, y en particular si es víctima de trata de personas.
La identificación está en relación directa con la figura del delito, o sea que de su
relato se desprenda que ha sido captada, trasladada y explotada. La identificación
es necesaria porque posibilita la asistencia adecuada y evita la revictimización.
Uno de los objetivos de la entrevista es determinar si la mujer se identifica en tanto
víctima del delito. Ya señalamos que la entrevista es realizada por dos
profesionales capacitados en la problemática y analizado luego
interdisciplinariamente, debido a la cantidad de factores a considerar, la
complejidad de la situación, que involucra aspectos relacionados al “saber”
específico de cada disciplina pero que necesariamente debe ser leído en forma
articulada con el resto de la información y sobre todo por los riesgos existentes en
estos casos para la vida de la mujer y/o su familia al ser denunciada una red de
trata.

Para la identificación en tanto víctima de trata, buscamos la articulación entre su


relato histórico vivencial, centrado en cómo llega al prostíbulo en el cual se
encuentra y la realidad psíquica de la mujer. Procuramos establecer su posición
subjetiva en relación a lo que cuenta, cómo lo cuenta y desde qué lugar lo cuenta.

La evaluación del relato de las presuntas víctimas de trata conlleva dificultades


específicas relacionadas con la particularidad del delito, dado que hasta el
momento de ser rescatada o lograr escapar, su supervivencia en el prostíbulo se
sostuvo en el silencio. Por lo tanto, nos encontramos frente a mujeres que, en
general, no quieren hablar o no cuentan todo, ya sea porque no pueden o no
quieren hablar. Los motivos del silencio pueden ser varios: No se identifican como
víctimas porque no alcanzan a dimensionar lo vivido; sostienen el discurso que les
enseñaron como estrategia; no tienen información; protegen a algún miembro de
la organización o a su familia; están amenazadas y tienen miedo; desconfían de la
policía o de la Justicia.

14
Por los motivos enumerados, en cuanto a la evaluación judicial, el relato de la
mujer es una parte fundamental para buscar indicios de la situación de explotación
vivida, pero no la única. La suma de indicadores e indicios objetivos y los físicos y
psíquicos, forman parte del material que debe ser considerado en la evaluación de
la posible existencia de trata de persona.

Nuestro trabajo más minucioso se produce cuando la mujer no se identifica como


víctima de trata. En estos casos, es necesario sobre todo, centrar la
responsabilidad diagnóstica en el profesional que evalúa y considerar la totalidad
del material. Los profesionales tratamos de escuchar en las fisuras del relato, en lo
que no cierra de los acontecimientos que cuenta, en como lo cuenta y desde que
lugar, indicios de otra realidad. El conocimiento de las características del delito,
tales como los aportes de estar advertidos de lo que significa el aprovechamiento
de la situación de vulnerabilidad, el perfil de las víctimas, los mecanismos de
control, los diferentes tipos de violencia, la violencia simbólica son fundamentales
al momento de evaluar que estamos frente a una víctima de trata de personas.

Cuando la mujer se identifica como víctima de trata también vamos a intentar


dilucidar si el relato puede articularse con su realidad psíquica, pero ya podemos
focalizarnos en otros aspectos a relevar, relacionados con la asistencia
propiamente dicha.

Contribuir a la toma de conciencia de la situación de explotación y violencia de la


que fue víctima es un momento necesario, previo a la asistencia. El primer efecto
posterior a la toma de conciencia de la situación de explotación vivida que hemos
detectado es la desculpabilización. Las mujeres víctimas de trata sienten, en
general, mucha culpa de haber creído en los captadores; consideran, en función
de sus propios prejuicios y estereotipos y en función de los mecanismos de control
aplicados por los explotadores, que fue su responsabilidad haber caído en esa
situación y haber abandonado a su familia. Tienen vergüenza y temor de que su
familia se entere de lo que vivieron y donde estuvieron y esta sensación se
incrementa según el lugar de procedencia de las mujeres y el grado de machismo
y discriminación de su cultura particular.

15
Otro aspecto importante de la evaluación, es establecer los determinantes de su
historia personal y familiar que la pusieron en riesgo.

Los psicólogos del equipo evaluarán además, su estado psicoemocional, si hay


patología psíquica o psiquiátrica de base, problemáticas de adicciones (que
muchas veces es fomentada por los explotadores para mantener el control sobre
la mujer o bien, las drogas y el alcohol son un recurso de la mujer para soportar la
situación), ideas de muerte o riesgo de intentos de suicidio, que ameritarían una
derivación a instituciones de salud específicas.

La evaluación del grado de daño o afectación es esencial para disponer la


medidas necesarias para su tratamiento, del mismo modo, el conocimiento de las
violencias a las que a estado expuesta y las posibles consecuencias en su salud,
el riesgo de vida, la peligrosidad de la red por la que fue captada o explotada, los
recursos emocionales, cognitivos, sociales con que cuenta, son datos que deben
ser relevados. Por otro lado, se torna esencial evaluar si está en condiciones de
declarar, el riesgo de vida en caso de retorno a su país o lugar de origen, tanto
como si está en condiciones psicofísicas para regresar a su país o lugar de origen.

El diagnóstico, que abarca múltiple cuestiones, necesariamente se confecciona


desde una lectura interdisciplinaria y constituye el punto de partida para elaborar
un perfil de la víctima y su entorno, necesario para comprender los factores que
incidieron en que esa mujer llegara a ser víctima de trata, las consecuencias
físicas, psicológicas, familiares, sociales y económicas que implicó para ella haber
padecido dicha situación y a partir de ahí, diseñar las estrategias de abordaje del
caso.

Una vez realizada la evaluación, se procede a realizar las gestiones de asistencia,


orientación y asesoramiento, como también las actividades conducentes a
encauzar vías de trabajo con la mujer víctima del delito.

A posteriori, la información relevada, el primer diagnóstico y la estrategia de


intervención se plasman en un informe realizado también, interdisciplinariamente,
por las tres disciplinas que intervienen. En los casos que se solicita la evaluación
de un médico y/o psiquiatra, se acuerda con ellos la estrategia de intervención y

16
se incorpora al informe su evaluación y criterio de trabajo. En los casos en que sea
necesario, el psiquiatra se incorpora en la elaboración de las estrategias, como
parte del equipo de trabajo. Estas estrategias se pondrán en marcha, y serán
evaluadas luego, dando paso a una reelaboración conjunta del diagnóstico y
ajuste de las futuras intervenciones.

Las acciones de Asistencia Integral:

Consideramos parte de la asistencia, la contención, el asesoramiento legal, la


derivación a la institución de salud que sea pertinente, el acompañamiento a
refugio, la reintegración, y el seguimiento con respecto al proceso de recuperación
que se efectúa en el lugar de residencia de la mujer que fue víctima.

Siempre procedemos de modo tal que si estamos frente a una víctima de trata,
esa primer entrevista, forma parte de la asistencia, pero la definimos como tal a
posteriori.

Tanto en la evaluación como en la asistencia propiamente dicha corremos el


riesgo de revictimizar. Entendemos que la revictimización o segunda victimización,
“…tiene lugar cuando los agentes del Estado, que tienen la obligación de aportar
los servicios y herramientas institucionales para disminuir la situación dañosas
profundizan las secuelas al no brindar, por las razones que sea, dichas
respuestas”15.

Las intervenciones están orientadas, a proteger y restituir derechos, reparar


consecuencias, empoderar a las víctimas, apuntando al reposicionamiento
subjetivo con respecto a la experiencia potencialmente traumática que vivieron.

Consideramos que la intervención interdisciplinaria, particularmente con víctimas


del delito trata de personas, realizada de modo integral, e incorporando siempre la
palabra y los intereses de la víctima, conlleva resultados superadores a los que
podría obtener cada disciplina por separado o un trabajo multidisciplinar no

15
Oñativia, Xavier: “La necesidad del trabajo interdisciplinario para una Victimología encuadrada en
el paradigma de los Derechos Humanos”. En el libro Psicología Forense y Derechos Humanos. Di
Nella, Y. (Compilador). Editorial Koyatun. Bs. As. Argentina. 2008, Pag. 418.

17
integrado. La estrategia elaborada por un equipo interdisciplinario especializado en
la problemática en forma conjunta con la mujer víctima del delito, siempre va a
implicar una respuesta más abarcadora y significativa, de que cuál la mujer “pueda
apropiarse”, por haber participado y por lo tanto, no le sea ajena. Que la mujer sea
partícipe en la elaboración de la estrategia de trabajo propicia la toma de
decisiones, la participación activa en su proyecto de vida, en principio, a corto y
mediano plazo, posibilitando el pasaje de ser “objeto de explotación” a “sujeto
activo” en su recuperación. En este sentido, las mujeres consideran al equipo
como un “sostén” importante en el primer momento de la intervención, para ir
luego, progresivamente, tomando sus propias decisiones y reintegrándose a su
vida anterior a la situación delictual que le tocó atravesar.

Las víctimas de trata presentan una particularidad, en relación a la cuestión legal y


es que en general, no quieren, no les interesa el proceso judicial. Sea porque
tienen miedo o por su estado de vulnerabilidad, no quieren estar expuestas a
declarar, a contar su experiencia a otros que en general son hombres (fiscales,
abogados, jueces). Además del hecho de que en general no hay un conocimiento
por parte de la mayoría de las personas, acerca de las instancias jurídicas que hay
que recorrer ante estas situaciones, ni del cómo hacer con abogados,
expedientes, etc. Por otro lado, muchas veces solo desean salir de la situación
victimal y regresar a su país. Algunas mujeres se niegan a declarar para no
exponer a la familia, ante las amenazas vividas.

En este sentido es importante tener en cuenta, tal como lo resalta Rosa Entel
respecto de la violencia familiar “Los profesionales intervinientes debemos tener
en cuenta nuestra posición de poder, por lo que éste debe ser sabiamente
instrumentado, por el impacto que nuestras actitudes y palabras pueden significar
en la vida de las personas.”16

Consideramos que la intervención interdisciplinaria, particularmente con víctimas


del delito trata de personas, realizada de modo integral, produce efectos
superadores significativos, llegando al punto donde las intervenciones que realiza
16
Entel, Rosa. “Mujeres en situación de violencia familiar”, Pág. 118; 2002, Espacio Editorial.

18
el integrante del área jurídica producen efectos de contención en la víctima porque
hay otro “que sabe” y está dispuesto a asesorarla y acompañarla en el proceso
judicial. La angustia, ansiedad, incertidumbre que produce el desconocimiento de
lo legal, la situación de la denuncia y la instancia del juicio, ceden
significativamente cuando un abogado del equipo explica y asesora al respecto.

En sentido complementario, la contención y acompañamiento que realiza un


psicólogo le aporta serenidad, confianza, seguridad y se reducen los efectos de
desorganización de la conciencia, lo cual posibilita que la persona pueda
escuchar, pensar, tenga una visión más completa e integral de la situación que
atravesó y por lo tanto decidir por sí misma los pasos a seguir: si quiere declarar,
si se quiere quedar en el país, etc.

El aporte específico de las trabajadoras sociales que integran el equipo, además


de la entrevista, evaluación, realización del proyecto de intervención,
acompañamiento en el proceso judicial y seguimiento, en forma conjunta con las
demás disciplinas, consiste en el diagnóstico de los recursos sociales y culturales
con los que cuenta la mujer, las gestiones con otras instituciones necesarias para
resolver diversas cuestiones: refugio, salud, repatriación, y especialmente en la
elaboración del diagnóstico de riesgo, en forma conjunta con las demás
disciplinas.

Conclusiones

Consideramos que la prevención de la trata de personas implica la


responsabilidad de los gobiernos en la protección de los derechos humanos y en
la erradicación de la discriminación y la violencia contra la mujer, a fin de evitar los
factores estructurales que propician la trata de mujeres con fines de explotación
sexual comercial. Del mismo modo, la protección de los Derechos Humanos de
las personas víctimas de trata hace necesaria una intervención adecuada, que
tome en consideración tanto los aspectos personales como los sociales, y que se
adecue a las particularidades del contexto, la cultura, el género y la edad de la
víctima del delito.

19
La complejidad del delito trata de personas con fines de explotación sexual y la
vulnerabilidad de las víctimas, implica que ningún dispositivo institucional, sea
ONG o perteneciente al Estado, pueda resolver por sí mismo todos los aspectos
involucrados en la situación. Las condiciones de vulnerabilidad previa, las
consecuencias que el hecho de violencia genera en la persona que ha sido víctima
de este delito (efectos psicológicos, físicos, relacionales, educacionales, laborales,
legales, etc) y las dificultades que enfrenta en el regreso a su hogar o lugar de
procedencia, son algunos de los aspectos que revelan la complejidad de
cuestiones a considerar en el trabajo con víctimas de trata de personas.

Esto implica la afectación de numerosos derechos que imponen al Estado un


doble compromiso: por un lado restituir los derechos vulnerados, y al mismo
tiempo evitar procesos de revictimización que generen a las damnificadas y los
damnificados un mayor daño, violencia y conculcación de derechos.

Por estas razones la asistencia que las víctimas de trata de personas requieren,
necesariamente debe ser integral, y por lo tanto interdisciplinaria, ya que se deben
atender distintos aspectos afectados que tendrán incidencia en su cotidianeidad.

Por ello es ineludible la complementación de miradas al abordar la problemática y


las respuestas posibles.

Como sostiene Entel, “… el sentido principal de la intervención consiste en


acompañar y facilitar operativamente el proceso de las mujeres en su tránsito
desde el aislamiento, sometimiento, subordinación, hacia la autoestima, el
descubrimiento y reconocimiento de los propios deseos, necesidades y
proyectos…”17

Consideramos que cuando a partir de las intervenciones, la mujer victimizada se


siente escuchada, orientada y acompañada por el equipo, se producen efectos
subjetivos que refuerzan su confianza y la autoestima, lo que contribuye para que
pueda realizar una lectura más integral de lo padecido y asumir una posición
activa respecto de su futuro inmediato. El efecto que pudimos observar y que

17
Entel, Rosa. “Mujeres en situación de violencia familiar”, Pág. 112; 2002, Espacio Editorial.

20
consideramos como un aporte más de un equipo interdisciplinario en este sentido,
es que el hecho de contar con un equipo de profesionales de distintas disciplinas,
cada uno con un “saber específico”, pero compartiendo un lectura y proyecto de
trabajo, contribuye a reforzar la confianza en los profesionales y por lo tanto,
refuerza el compromiso de la mujer en su propio proceso de recuperación.

21
Bibliografía:

Dohmen, Mónica Liliana. (1994) Abordaje interdisciplinario del síndrome de


la mujer maltratada. Proceso secuencial. En “Violencia familiar. Una mirada
interdisciplinaria sobre un grave problema social”. Editorial Paidós.
Argentina.
Entel, Rosa. “Mujeres en situación de violencia familiar”, Introducción y cap.
6. Espacio Editorial. Argentina. 2002.
Gamba, Susana (2007), “Feminismo (historia y corrientes)” en Gamba,
Susana (coord.) Diccionario de estudios de género y feminismos, Editorial
Biblos, Buenos Aires.
Laplanche, J. y Pontalis, J. B.: Diccionario de Psicoanálisis, Barcelona,
Labor, 1971.Pag. 106.
Oblitas Béjar Beatriz, “Trabajo social y violencia familiar. Una propuesta de
gestión profesional”, Espacio Editorial, Argentina, 2006.
Oñativia, Xavier y Palmieri, Agustín: “La intervención por presencia: sus
principios metodológicos”, Revista Registros del CPV Nº 1, Argentina, 2007.
Oñativia, Xavier: “La necesidad del trabajo interdisciplinario para una
Victimología encuadrada en el paradigma de los Derechos Humanos”. En el
libro Psicología Forense y Derechos Humanos. Di Nella, Y. (Compilador).
Editorial Koyatun. Bs. As. Argentina. 2008
Velázquez, Susana. “Violencias cotidianas, violencia de género: escuchar,
comprender, ayudar”, Paidós. Argentina. 2006.
Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas,
Especialmente Mujeres y Niños que complementa la Convención de las
Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.

Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la


Violencia contra la Mujer, “Convención de Belem Do Pará”.
Convención Suplementaria sobre la Abolición de la Esclavitud, la Trata de
Esclavos y las Instituciones y Prácticas Análogas a la Esclavitud; Hecha en
Ginebra el 7 de septiembre de 1957.

22
Convenio sobre el trabajo forzoso (1930).
Ley 26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a
sus Víctimas; Sancionada el 9 de abril de 2008, Promulgada el 29 de abril
de 2008, Argentina.

23

También podría gustarte