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ESCUELA DE POSGRADO

PROGRAMA ACADÉMICO DE DOCTORADO EN EDUCACIÓN

TEMA:
Los principios normativos socioculturales e interculturales y la diversidad cultural.

AUTOR:

Rodríguez Alarcón Gionella Ivett

ASESOR:

Dr. Córdova Pintado Manuel Jesús

LÍNEA DE INVESTIGACIÓN

Gestión y calidad educativa

PIURA- PERÚ

2021
Definición de Cultura.
El término cultura, que proviene del latín cultus, hace referencia al cultivo del
espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Su definición ha
ido mutando a lo largo de la historia: desde la época del Iluminismo, la cultura
ha sido asociada a la civilización y al progreso.

En general, la cultura es una especie de tejido social que abarca las distintas


formas y expresiones de una sociedad determinada. Por lo tanto, las costumbres,
las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las
normas de comportamiento son aspecto que se incluyen en la cultura.

Otra definición establece que la cultura es el conjunto de informaciones y


habilidades que posee un individuo. Para la UNESCO, la cultura permite al ser
humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo: a través de ella, el hombre
discierne valores y busca nuevas significaciones.

La Interculturalidad.

La interculturalidad es el fenómeno social, cultural y comunicativo en el que dos


o más culturas o, más bien, representantes de diferentes identidades culturales
específicas, se relacionan en condiciones de igualdad, sin que ningún punto de
vista predomine sobre los demás o sea considerado “normal”. Este tipo de
relaciones favorecen el diálogo y el entendimiento, la integración y el
enriquecimiento de las culturas.

Si bien la cultura ha sido siempre un campo de frecuentes intercambios,


mestizajes e hibridaciones, el concepto de la interculturalidad es propio de los
tiempos modernos. Hoy, la globalización y el comercio digital han puesto en
contacto a individuos de geografías y culturas muy alejadas, y la migración es un
fenómeno cotidiano. Por eso, la idea de la interculturalidad está en contacto con
otras similares, como las de diversidad, pluralidad y multiculturalidad.
Sin embargo, el diálogo horizontal que plantea la interculturalidad no ha sido
precisamente común en la historia humana. Los imperios económicos, la
hegemonía cultural y el colonialismo son un legado difícil de reconciliar con la
idea de que, en el fondo, las culturas son todas iguales, sin que existan unas más
avanzadas que otras, o unas mejores que otras, sino que todo depende del punto
de vista (es decir, del marco cultural propio) de quien opine.

Los principios socioculturales e interculturales y la


diversidad cultural.

En el uso actual más generalizado multiculturalismo suele entenderse como el


reconocimiento de la coexistencia de grupos culturales diferentes, dentro de un
mismo estado nacional. Así presentado no difiere sustancialmente de lo que en
antropología llamamos pluralismo cultural desde hace décadas, y que se refiere a
la pluralidad de culturas que conviven de hecho en el seno de estados nacionales
(pluralismo de hecho). Sin embargo, multiculturalismo tiene otros significados
diferentes a los del pluralismo cultural, más allá de la existencia de hecho de
múltiples culturas diferentes, en el que coinciden.

Bhikhu Parekh (2004) señala que el movimiento multicultural apareció en los


tempranos 1970 en Canadá y Australia, poco más tarde en Estados Unidos,
Inglaterra, Alemania y Francia. Resulta interesante la historia que recoge
Azurmendi (2002) acerca del surgimiento y controversia del multiculturalismo:
concretamente el término lo acuñó el gobierno anglófono canadiense para
referirse a una nueva política de finales de 1960, en el contexto del movimiento
francófono canadiense, que tuviera en cuenta a las tres entidades sociales de la
Federación: la anglófona, la francófona y la aborigen, siendo los anglófonos la
mayoría étnica y las otras consideradas minorías étnicas. Más tarde la política
multicultural se amplió hasta abarcar a los inmigrantes, considerados como
minorías étnicas, y el concepto hizo referencia a las variadas ciudadanías
segmentadas por cultura, lengua e historia que se hallan dentro de un estado
democrático.
Al expandirse hacia otras situaciones, contextos y disciplinas, el
multiculturalismo continuó tratando a todos los grupos diferentes como
minorías. Como los inmigrantes se han transformado progresivamente en el foco
de las políticas multiculturales, al hablar de minorías las políticas multiculturales
se están refiriendo por lo general a esos grupos diversos demográficamente
minoritarios que han arribado a diferentes contextos nacionales en épocas más o
menos recientes.

El problema surge cuando bajo el concepto minoría se engloban también otros


grupos sociales, como los pueblos originarios, asimismo llamados indígenas.
Desde mi perspectiva debe distinguirse claramente a los inmigrantes (de
diferentes orígenes étnicos) de las poblaciones aborígenes o autóctonas. Estas
últimas fundan sus derechos en la ascendencia histórica y los vínculos
territoriales milenarios. Los inmigrantes, al igual que otros grupos culturalmente
diversos pero surgidos dentro de las dinámicas de conformación nacionales, no
tienen historicidad ni territorialidad, previas a la conformación de los estados
nacionales, aunque ciertamente tienen derecho a la reproducción de su
diversidad dentro de estados multiculturales. De allí que los pueblos autóctonos
no puedan ser catalogados como minorías dentro de una situación de
multiculturalismo.

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